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La articulación del parentesco y el género


desde la antropología feminista

Teresa del Valle


Univmidad del Paír ~seo - Euskal Herriko Unibertsitatea

Reswne.n
Desde la ancropología feminista se argumenta acerca de la articulación existente entre el
género y el parentesco. Se parte de las conrribuciones de J. Collier y S.J. Yanagisako que
trazan Ja genealogía académica de las dicotomías existentes en ere lo privado y lo público
y las asignaciones, a uno y otro espacio, de conrenidos estmcnuales y simbólicos que
tienen como cd"erencia los sistemas de género como sistemas de poder. Sobre esca b:ise, y
escando de acuerdo con la definición de dominio planteado por A. Gomález, que enfatiza
las responsabilidades sociales de la crianza, se argumenta a favor de la articulación entre el
género y el parentesco, ya que posibilita desentrañar en qué medíd3 las esrrucruras y los
significados que operan en el dominio del parentesco van generando y per¡xcuando l:i.s
desigualdades y ea muchos casos, la discriminación.

Ahsttact
The arcirulation becween gender and kinshíp aríses from feminist anrhropology. The
point of dep:mure is che work of J. Collier y S.J. Yanagisako whom trace rhe academic
gencalogy of the public-private dichocomy with the assigned struaural and symbolic
meanings associated wirh each one of them, as pare of wide hegemonic gender sysrems.
The paper rccognizcs che validity of the definidon of domain given by A. Gonzále-i on ac-
counc of che emphasis the author :mributes to kinship concerning responsibilities related
ro chíld care. However, from a feministview the emphasis is placed upon the articulacion
(rather than incersection) becween gender and kínship as it allows uncovering che ways in
which strucrures and meanings opcrating in the kinship domain generare, and m:iintain
inequalicies, and in many cases serious discriminations.

Uno de los logros de la antropología feminista ha sido el de revitalizar el do-


minio del parentesco que con anterioridad ponía su énfasis en las reghs de descen-
dencia, las prescripciones acerca del matrimonio o las preferencias y los sistemas
terminológicos, para siruarlo en una problemática central cual es la reproducción
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social y sus cambios. Ello permice analizarlo de manera comextual b uscando las Porque se trata de unas d iferencias que en el caso de las mujeres se convierten en
interrelaciones con lo polfrico o lo económico, tanto desde la estructur;"t como desigualdades y en situaciones discriminatorias.
desde el uniwrso simbólico. Y codo ello encaminado a descubrir cómo las d ife- En algunos casos la aproximación desde la crítica teminisca ha permitido resca-
rencias d e género se transforman en desigualdades que abarcan la estructu ra, los tar contribuciones en un incento de reconocer y sumar cuando así lo denmesrra la
sistem as de representación y rns significados. evidencia. Se trata de un campo cransgresor que abarca el conocimiento de cómo
En m i ap roximación recomo el plancearniento de Jane Collier y Sylvia Junko se transforman las d iferencias en desigualdades a cravés de procesos complejos en-
Yanagisako (l .9 87) ace rca de la arriculación teórica que argumentan exisce en- tre los que cabe destacar d de naturalización, que como bien han demostrado va-
tre el dominio del parenresco y el del género. Para el análisis recojo la existencia rias antropólogas (Srolcke, 1993; Maquicira, 200 1; Yanagisako y Delaney [eds.J,
principal de dos dicotomías: privado/público y reprod ucción/producción . .Así, 1995) ponen de manifiesto la efectividad de los procesos de naturalizaci6n que de
argumento que el enfoque femin ista posibilüa no sólo detectar la persistencia manera efccriva andan a las mujer.:-s en las dicocomías excluyentes que sirven para
de la~ dicocomfas y por d io de las estruccuras que generan desigualdad, sino catcgorizar contenidos e influir en llevarlos a la práctica'.
descubrir emergencias constructivas que redun dan en relaciones de igualdad, Asimismo es preciso rener en cuenca d auge que ha tenido en los úlrímos años
algunas de las cuaJes se generan princip almente a través de nuevas socializa- y riene en la actualidad la invc.nigación sobre los derechos humanos (folguera,
ciones. También permice ver cómo en la articulación de ambos dominios se 2010), fru co de una sensibilización social y políríca que obliga a salir al fo:!nte de
generan aportaciones que resitúan la importan cia d el campo del parentesco las desigualdades salvajes que la globalización, en sus contradicciones, ha puesto
que, curiosamente, se produce como resultado d el cuestionamiento ya probado de manifiesw y al incremento que esa misma globalización prod uce. Com o señala
de la rupmra de los binarismos. Resulta paradójico porque fueron precisamen- Maquieira: "la globalización vincula y disgrega, crea riquezas sin precedentes y a
te los binarismos (principalm ente a parcir de Meyer Forces como se verá más la vez pauperización , genera una homogcnización de pautas de comportamiento,
tarde) los que le dieron la entidad que llevó a resalcar el lugar que tenían los productos de consum o y estilos de vestir y al mi.~ mo tiempo activa la reivindica-
varo nes en la economía, la polírica, la vida ritual y, por d contrario, el que las ción de diferencias culturales, dimina o hace permeables las fronteras y, a la vez,
mujeres fueran invisibilizadas. En la actualidad debido a los avances provenien- mantiene vigiladas las fronteras de género para reproducir un enorme diferencial
tes de la crítica feminista, emergen los nuevos valores y la significatividad de un de renta, poder y prescígio" (Maquieira, 2010: 16).
parenresco articulado con el género en el que eii. la interacción se refuerza cada Esca autora constata que en "la década de los noventa los principales acuerdos,
uno d e los dos domin ios. ideas y demandas en relación con los derechos humanos de las mujeres atrave-
Es evidente que los estudios del parentesco han contribuido a la solidez de la saron las fronteras n:rritoriales y culrurales reconfigurando las identidades y las
disciplina ancropológica dorándola de consistencia teórica y metodológica, lo que aspiraciones de las m ujeres en el marco legal, socioeconómíco y político de sus co-
ha posibilitado d conocim iento del foncionamienco y significados de sus c:struc- munidades" (!bid.: 15). En ese contexto de descubrir necesidades y de asumir una
curas de adscripción desde un m arco comparativo y en el contexto de cambios responsabilidad social sobre ellas, es donde cabe r:i.mbién incluir la preocupación
sociales actuales desde una perspectiva transnacional. De ahí que surja la pregunra po r la violencia que se ejerce sobre las mujeres y sobre la in fancia; así corno por las
acerca de qué es lo que aporta el enfoq ue feminista a un campo tan consolidado demandas crecientes de la necesidad de comparrir obligaciones y responsabilida-
ya que lo hace desde un campo innovador que es a su ve:z difícil y transgresor. Di- des que están insertas en el binomio reproducción-producción que se corresponde
fícil porque se requiere lma conciencia de la existencia de unas diferencias básicas a su ve2 con el cucstionamienro de las categorías privado-público.
arribuidas a hombres y a mujeres que ren iendo en cuenta que están presenrc:s de
disrincas maneras en sociedades y enraizadas en m andatos culrurales, son muchas 1. Enckndo la críti<."J. fcminisr.t como el c:tmp<.> de un s;;ber des.urolbdo de manera in-
veces difíciles de detectar y más de erradicar. D ichas diferencias no han estado terdisciplinar y que a su vez. incluye .i.porcacioncs provmkntt.-S de: la rdkxión y la pr:krica del
presentes de manera crírica en la mayoría de los estudios del parcnccsco que han mO\~micnro feminisra. Por lo ca.neo ~úoa la reflexión teóric1, la pr;íctica )'la acción polítiGt. En

servido de referenre en la disciplina anrropológíca, hasta los años 80 del siglo XX. este com.:xrn de Ja emerg:cncia y desarrollo de u 11 campo nuc:vo dcl saber, es donde sitúo a I~ an-
cropología fominisca y los e.studios r.:<lli:.:ados desde el enfoque de género.
r-
295 Pl:.OCJ:.EAC:l(JN. CJ:.l.\:"\2.-\ V<..:l~tfl.\.~ •\fR.OXJMACl(lt-.;E.~ M TR0f ()L0<;1C:A\ .\ L,..\ r \nIN ....\lll>.\[\ L' '~r1t:uL.\Oó1< mL rAilI ,.TES<:o v EL 1.tNEll<) DEsot l...\ A:-.'T~l'l'OLOC~• f~Ml~1s·rA 299

Tamo la nawralización como los derechos tienen relación con la urilización y (Collier y Yanagisako, !bid.: 4-13); o que la oposición nacuraleza-culcura sea uni-
prácrica de la cultura hegemónica tal como lo plamea Virginia Maquieira y que versal. Algo cuestionado por Marilyn Srrathem quien, a partir de su trabajo de
m uaré más adelance. campo en Melanesia. muestra que para los hagen no existen categorías que esta-
blezcan el orden, por ejemplo, entre los fines socialc:s y la autonomía individua.! o
entre mente, cuerpo y espíritu (1980: 218).
El cuestionamiento desde la propuesta feminista Sin embargo, es evidente el peso que tienen las asignaciones de contenidos
y significados que se atrib uyen a la distinción p úblico-privado. Así lo muestran
En el análisis del parencesco a la luz de las propuestas desde: la teoría feminisra Collier y Yanagisako en su revisión crítica de la visión reduccionisca del parentesco
he tenido en cuenta la dicot0mía creada emce los ámbitos domésrico y el político- donde repa..~an las distintas teo rías acerca de la descendencia y la teoría de la alianza
jurídico o público. Ya en 1979 Yanagisako resalró la gran infl.uencia que dicha para mostrar que se apoyan en la distinción implícita entre las esferas domésticas y
dicotomía había tenido en la :intropología y en orras disciplinas. Pero corresponde públicas. Constatan que se toman como dadas las funciones y los dominios socia-
a Fortes d desarrollo del concepto dirigido a desafiar afirmaciones acerca de las les de los hombrc:s y las mujeres y se reconoce sólo en la distribución que rienen en
bases biológicas del parentesco, para reclamar las bases políticas y jurídicas que la estructura. Collier y Yanagisako subrayan que Lévi-Strauss no tuvo en cuenta el
se derivan de normas legales. Sin embargo, en este proceso, Forres dejó intacta la investigar la conscrucción dialéctica de las categorías de género y las distribuciones
asunción de un ámbito doméstico asentado de manera fija en los lazos afectivos estructurales de manera que toma como dadas las funciones y los dominios socia-
y en las sanciones morales relativas al vínculo entre la madre y la criatura. De ahí les de los hombres y las mujeres reconociendo que la única variación se encuenrra
que: la dicoromia dd ámbito doméscico/politico-jurídico se asocie principalmence en su u bicación en la ~tructura (1987: 5). Algo que ahora vemos claro, pero que
con las mujeres y se oriente a la sexualidad y a los niños y niñas miencras que al do- en. su momenro no estaba presente en los debares de la disciplina. Asimismo,
minio de lo público corresponden las reglas, leyes y normas legales y la auroridad prueba q ue la teoría de la descendencia se apoya en la noción del vinculo ina-
legítima que esrá vinculada principalmente con los varones. Las auroras prueban movible madre-criatura. Y aunque se han incluido las diferentes maneras en que
cómo esta concepción dicocómka en la que el ámbiro doméstico llena Jos requisi- dicho vínculo se relaciona con estructuras organizativas más amplías a través de:
tos biológjcos de la sexua.lidad y e.I cuidado de la infancia indefensa y d orco que la autoridad que represeman los varones, sin embargo, distintos autores asumen
se corresponde con los cambios hisróricos en los siscemas económicos, políticos e que el vínculo o lazo madre-criatura se debe a las convicciones afectivas y morale.~
ideológicos, ha impregnado la teo ría de la descendencia, la de la alianza y los esru- generadas por la experiencia universal de la maternidad activa, responsable y afec-
dios de las transacciones matrimoniales (Collier y Yanagisako. 1987: 4-5). Queda tiva, necesaiia para la supervivencia biológica de las criaturas. La diferenciación
por lo canto daca la fundamenracióo de una dicoromía que sigue acruando como enrre lo doméstico y lo público ya está presente en la teoría de la alianza de Lévi-
referente para la categorización de: los contenidos de cada uno de: los dominios y Strauss, y de ahí su reificación en sucesivos estudjos antropológicos.
expresiones y, a cravés de ello, permea las asignaciones diferenciadas de prestigio También los estudios sobre las transacciones matrimon iales en opinión de las
que llevan y que esdn presentes tamo en las sociedades complejas como en las autoras se han centrado en el matrimonio m:ís que en las transacciones que se
simples. Asignaciones que interactúan a su w::z. con decisiones personales y con los llevan a cabo. Así, se ha resaltado el rol de los incemunbios de bienes encaminados
ámbitos sociales, culrurales y políücos. a validar y reforzar el acceso sexual y por ello la legitimidad de los vástagos. lmplí-
La naturalización tiene bases profund<'IS ya que se sustenta en la oposición citamenre se ha a.fümado la diferencia exisrente entre las variables de las relaciones
naturaleza-cultura. La natura.le-ta entendida como un orden que sirve de referente económicas y políticas en sus contextos históricos que pueden afectar la cantidad
último, unas vec.::s visto a la luz de lo sagrado y por ello sujeto a los cambios dic- y la naturaleza de los bienes que se intercambian y la existencia de un requisito
tados por las deidades o p()r una única deidad. Tambic!n incorpora una interiori- que se reconoce: como universal a la hora de establecer el reconocimiento públicl)
zación de la creencia acerca de: la inmutabilidad de los hechos biológicos que lleva de los vínculos sexuales y parentales que definen las esferas domésticas donde las
a pensar que se les aui buyc el mismo significado en todos los sistemas culrurales criaturas nacen y se socializan (Collier y Yanagisako, 1987: 5).
300 ""·ucr..EACIÓI'·;. 1..:1t.I:\ '\:Z,;\ y (~i:.st:.:'.O ... c·RüXl.\l:\Cl();.JfS ANTRO'.'>OLO< ;1C:\S A l..A r,\l\E.'.\I f:\l.J l,).J.,() LA ;\~·~1crL:\GÜ>J l)~L f',.l,~~Xl'ESCO y E.L t:€:\~HO l)~Sl)E l.~ A'.\'Tl\Ol'OLO<~I:\ C:t.:.\11::s:s·f:\ :\01

De ahí el cambio de enfoque que p~1sa de una teoría del parentesco, donde el También hay autores que cuescionan la ceoría clásica del parentesco. Cabe des-
análisis de género esraba ausente. a la ne<.:esidad de aplicar la perspecriva feminis- tacar que. según Collier y Yanagisako, el análisis culrural del parcncesco de David
ta para su análisis. Las herramientas analícica~ posibilitan cuestionar una esfera Schneider ofrece una herramienta para entender la relación entre el parentesco y
doméstica organizada por los constreñimientos afectivos y morales dd vínculo otros dominios (1987: 6). Así, pasan al análisis de las entidades sociales que deli-
madre-criatura y permiten ver que deben entrar en el análisis orras funciones: eco- mitan los significados y modelos y la hiscoria. Comienzan con la premisa de que
nómicas, políticas e ideológicas, lo que no es conrrario a reconocer la rarea cemral los sistemas sociab son por su definición sistemas de desigualdad. Esto es impor-
de la reproducción humana. Esta aproximación ha permicido el surgimienro de tante para comprender h relevancia que tiene para la antropología en general y
datos acerca de la diversidad de las experiencias de las mujeres en torno a la orga- para el parentesco en particular el enfoque de género, ya que permite comprender
ni:.~ación económica, política y cultural y a reconocer las restricciones que se pro- <.:Ómo .~e genera, expresa y mantiene la desigualdad y. por ello, la necesidad de
ducen cuando, sin cuescionamiento, se coma como punro de panida el binarismo buscar cambios alremacivos. También lo plantea Jack Goody, quien en lugar de
estrícco yue delimita el ámbim de la domesticidad. El inrerés de las anrropólogas separar lo doméstico de otros ámbitos, resalta las articulaciones existenres encre las
feministas en las dinámicas de la esfera doméstica corno algo organizado en base rareas económicas que realizan las mujeres y su po.sichín dentro del gmpo domés-
a las limitaciones afectivas y a las limitaciones morales de vínculo madre-criatura tico (Moore, 1996: 62). Y, tal como señala Henriecra Moore (Jhid.: 62), Esther
les llevó a ver que había ouas funciones económicas.. políticas e ideológicas que "Boserup hizo hincapié en la infrava.loración del trabajo de la mujer, especialmen-
formaban parre de la rarea principal de la reproducción humana (!bid.: 5-6). ce en las esferas de la agricultura de subsistencia y de las labores doméscícas". En
Al cencrarse en las estrategias de las mujeres, ambas autoras demostraron, en- opinión de Moore. ranco Goody como Boserup explican los cambios de los siste-
cre orra.s cuestiones, la imposibilidad de comprender la inreracción dentro de las mas agrícolas "a través de la trayectoria seguida por las insrírucíones domésticas,
esferas domésticas sin encender simultáneamente la organización de la política y incluido d marrimonio y la división sexual del trabajo" (!bid.: 63).
La economía que generan los fines y recursos para mujeres y hombres. De manera Sin embargo, estas articulaciones entre paremesco y las formas como se ge-
similar, al centrarse en las conceptualizaciones y prácticas genéricas, era impor- nera, se activa y se transmite la desigualdad en todas las sociedades, fuerza a las
tante demosrrar que las simbolizaciones de la femineidad no pueden entenderse autoras a separar conceptos que con frecuencia aparecen confusos como son el de
fuera de un orden culrnral ya que lo biológico cobra un significado dentro de igualdad (el estado de ser igual) y el de justicia (dm~cho moral). El pensar que to-
sistemas de significación más amplios. En este sentido y basándome en numerosos das las sociedades son sistemas de desigualdad fuerza a separar la forma de evaluar
daros presentes en distintos estudios enrre los que se encuentra el de JV!ujer vasca nuestra sociedad desde la consideración de si otros sistemas culturales se ajustan o
imagen y realidad (del Valle {dir.] er aL, 1995) y }vfodelos emergentes en los sistemas no a nuestros estándares de honor y justicia. También proponen un programa de
y relacione$ de género (del Valle et al., 2002), constato el papel inmovilista de la estudio que abarca tres esradios: 1) análisis cultural de los significados; 2) mode-
naturalización al que hay que añadir el peso que tienen cierto$ mandaros culcu- los sistémicos de desigualdad; y 3) análisis histórico (!bid.: 38-48). Ello permite
raks relacionados con prácticas de alimencación y salud acerca del cuidado de las analizar dichos sistemas a la luz de sus estruccuras, pero también situarlos en los
criaturas entre las que enrrarían las relacionadas con la lactancia. procesos históricos donde pueden verse las interrelaciones que han mantenido
El conocimiento y análisis de los entresijos de los procesos de naturalización, las condiciones ranro políticas, como económicas, religiosas o poblacionales. Y
tal como lo muestran Collier y Yanagisako (1987), Stokke (199:3) o Strachcrn que lo que se consideran dinámicas culturales o conceptos y prácticas definidos
( 1980), prueban las recurrencias que se esrablccen con la biología para sustentar el como cultma pueden ser evaluadas a la luz de la crítica a la culcura hegemónica
entramado de la organización de las adKrípciones. Sin embargo, en la realidad del que he mencionado anteriormente a partir de Maquieira y a la que volveré m:is
parentesco tiene gran cabida el peso de los significados atribuidos a cienos sím- adelanre.
bolos que pueden desmantelar los reclamos que se hacen de Ja cominuida<l de las En el resultado de la reflexión acerca de las contribuciones pertinentes gene-
relaciones biológicas tal como lo analiza Hildegard Diemberger encre los khumbo radas primordialmente por amcopólogas en torno a la relación entre parentesco
del noroeste del ~epal (1993). y género es evidente que las especialistas sitúan ambos dominios en el centro de
302 P~OC~~4;.()Ó:-.I. ( ."RIA'\;L:\ '! <.E='ti!•) ~r1«n.1.\t\CIONE.S A '.'ITRllPOL(l(;IC.>••S A l> l"As;.ENT1\LIUAU L• Al(J ICL'LACJÓN ()F~. rARI " IUCOY tl Gt"ERO vE...nt l.1 ""Tl\(JJ'()Lt'<.l.• E f.11'.\:ISTA 30.~

la disciplina y que los ven articulados. Avances desde la antropología feminista cambiante y desigual, que aunque afecta principalmeme a las mujeres, también
en rdacíón con las categorías binarias que incidían m:garivamence en la articu- repercute en los varones y en la organización de las sociedades. De ahí que con-
lación, muestran fisuras que concribuyen a su vez a identificar fluidos sociales sidere importante plantear la articulación entre el dominio del parentesco y los
que no se recogían al verlos como c:negorías separadas, y a avanzar en decectar planteamientos conceptuales del estudio de los sistemas y relaciones de género.
y analizar dinámica$ teóricas que repercuten de manera positiva en crear nuevos Para ello paso a analizar la propuesta que plantea Aurora Go11záJez Echevarria
referentes que socavan desigualdades. Se pone de manifiesto la potencialidad del acerca de la entidad de un dominio rransculrural del parenresco2 •
enfoque para afrontar probkmáácas im portantes que están presentes en nuesua Reconmco como válida la dimensión social de la crianza recogida por Gon-
con temporaneidad y que va más allá de establecer diferencias entre países con dis- zález Echevarría que acontece "en el grupo social, su 'instalación en la vida' en los
tincos niveles de desarrollo. Maternidad y paternidad son conceptos y nichos de términos de los protocolos indios para la adopción" (20 10: 340). En mi opinión.
prácticas cencrales a la organización social y a las estructuras culturales así como y valorando los ámbitos a los que alude, es evidente que los siscemas de género
a las responsabilídades derivadas de ambas. Es por ello importante el traspasar por su entidad y complejidad son de una índole distinta al resto de los ámbitos
conccpcualmenre el binarismo de lo privado y lo público y de la producción-re- mencionados. Y es precisame11ce el carácter crítico y reinterpretacivo que rienen
producción para pasar a uni r tareas y responsabilidades dicot<Ímícas provenientes el que revela características dd parentesco que de otra manera permanecerían sin
de asignaciones fijas inspiradas en sim:mas de rcprcsenración y en el poder de los cuestionarse y que sin embargo no contradicen el carácter transculcural que ha
mandatos cukurales naturalizados (por ejemplo, el pensar que las mujeres estamos planteado la autora. Es más, afectan a la comprensión del parentesco en términos
genéricamente mejor dotadas que los hombres para asumir tareas de cuidado). En innovadores que han estado ya en vigencia desde la década de los ochenta del
la actualidad se ha insisdd o en la necesidad de llevar a cabo cambios relacionados siglo XX como he e..'Cpuesto al comienzo del texto. A continuación, y siguiendo
con las reasignaciones de los sistemas de género relativos al pod("c, d trabajo, las el esquema planteado por Gom.ákz, p-aso a señalar en cuáles de Jos apartados que
emociones, por citar tres aspectos estructurales al sistema <le dominación tal como distingue encuentro la articulación entre ambos dominios, ya que el género afecta
lo ha tratado Robert Conndl (1987) y lo han ampliado y estudiado otras autoras al mismo planteamiento del parenresco.
(v.g.: del Valle et al., 2000). La ampliación ha consistido en introducir como tras- Lo que sf advierto es la dificultad existente en escos momentos respecto a la
versales al análisis de las rdaciones sociales de desigualdad centradas en el trabajo, posibilidad de hacer efectiva la articulación que defiendo. Se debe a que la defini -
el poder y las emociones, la transversa1idad dd prestigio y las representaciones. Y, ción de dominio que plantea la autora para el parentesco es clara, bien estructura-
simulránearm:nre, se ha introducido para el análisis del cambio social la atención da y operativa y tiene una base sólida desde la teoría y la metodología. En cuanco
a los moddos emergentes, las nuevas socializaciones y los procesos del empodera- al género hay propuestas de sistematización teórica y global interesantes: Collier
m iento. De la misma manera se han elaborado críticas din~ccas a la naturalización y Yanagisako (!bid.); Connell (I 987); del Valle et al. (2002); "il1u.rén {2008), por
que tienen que ver con el ejercicio de derechos básicos relacionados con el trabajo, citar algunas. H ay elaboraciones teóricas y mecodológicas provenientes de áreas
la seguridad, la movilidad, la no violencia, la identidad sexual; la procreación y la específicas como: sexualidad, espacio y tiempo, cuerpo, rituales, memoria o socia-
maternidad y paternidad; reflexión sobre ámbitos que están a s u vez en la agenda lización, por reseñar algunas que en su conjunro forman un corpus de saber que
social y que a mi entender tienen que ver con el dominio del parentesco. tiene enclaves transculturales. Se cuenta con excelentes monograflas que aportan
conocimientos sobre la diversidad transculrural. Pero no se cuenta todavía con
una revisión pormenorizada y global acerca de lo que abarcan los sistemas de
Relación con la propuesta de Aurora González Echevarría género y wia buena definición del dominio, aunque creo que las bases están en
sobre el Dominio del Parentesco esrndios y rcfle.."'Ciones reóricas y metodológicas apropiadas para poder hacerlo. Sin

Es en este concexco en el que se produce una reflexión acerca de la:; aporta- 2. Ames Jd simposio la Dra.. Aurora Gonzáln cuvo la gcmileza de cnu:c<,;armc las p~'Ílla.s
ciones teóricas y metodológicas del parentesco al conocimiento de una realidad m:inuscriras de su poncnci!l. He utilizado= manuscrito. que b:Uicamcncc coi ncide con el capitu·
lo ~Parentesco y gén.;ro. Inccr>K:cción y arriculacione-;~ publie<J.do en ~k mismo volum.:n.
30ii PR()CREAC")"· ClllA:-.:t:A Y c;~-StRO Al'ROXl~IACIO>JE.S •\NTRO'.>OLO(;IC..>i.$ :\ l..J\ 1'1\R~N :'"l\LID.o\D t...\ ;\~l'ICUL;\C:()'.\l l)~L t'AClE~l"!::!-il:o ·fc:L <.;t.N~R<) OCSDt L~ A~ TRO:,OLO(if:\ C:EMl~¡~·:-,J.. 305

embargo, fal(a dar d paso hacía una mayor sistemadzación en la línea de lo que ha mujeres ahí donde estén y ver su posición en el encramado más amplio y complejo
planreado González Echevarría para el parentesco. de las estructuras de poder, del trabajo, de las emociones, de los sistemas de repre-
Los contenidos de la conscrucción del dominio según González Echevarría me sentación. Como ya han señalado muchas autoras, la propia inercia difíciJmenre
parecen muy válidos: denen el potencial de permitir operar en la rransculcuralidad va a cambiar la manera de a.:tua.r y de simbolizar. Los cambios se producen por
que mantiene Ja autora. Sin embargo, el limirarlos principalmente a la crianza me el conocimiemo que permire ver el origen y manrenimiento de las desigualdades
parece un tamo restrictivo ya que en la arciculadón que para mí existe entre el estructurales. Son, a su vez, importantes las nuevas socializaciones, tanto indivi-
pat.emesco y el género van a quedar fuera muchos elementos que afectan a las dt1a.les como grupales, que provienen de la toma de conciencia de la desigualdad y
desigualdades que se gestan desde la aplicación de los binarismos y desde los pro- la subordinación (del Valle, 1993; del Valle et al., 2002) a niveles individuales y/o
cesos de naturalización que, .~egún enciendo, son dimensiones dd parenresco. De grupales. Las normativas, ordenanzas y, especialmente, las leyes sirven de referen-
todas maneras, las dificultades principales en las que me centro tienen que ver con tes por encima de personas y circunstancias que de orra manera ni consentirían el
l) la subsídiaridad que establece encre el parenresco y el género; 2) la equiparación cambio ni lo promoverían. El conocimiento produce cambios que inciden a su ve2
del género en importancia con cinco ''ámbiros de estudio de la antropología"; y 3) en la teoría en un proceso de retroalimentación continuo. De ahí que considero
la propuesta de "inrersecciones y conexiones" en vez de articulación entre el paren- importante una construcción precisa del género como dominio.
tesco y los sistemas de género. Los seis ámbitos son: la represenración y el ejercicio Es por ello por lo que, considerando la validez de las definiciones de los con-
de la sexualidad; las instituciones especializadas en salud infantil y materno-infan- tenidos del dominio con las explicitaciones que he incorporado, voy a dar algunos
til; el cuidado institucionalizado de adultos y ancianos; los sistemas de creencias; ejemplos de cómo a mí entender pudiera darse la articulación entre el género y los
los sistemas de género; Jos sistemas educativos (/bid.: 343). planteamientos de lo$ contenidos del núcleo cenera! del dominio.
Según González Echevarrfa, los sísremas de género son importantes porque
"presentan una especificidad que los vincula directamente al dominio del paren-
tesco porque su construcción, más allá de los ámbitos económicos y políricos, tam- Algunos ejemplos de hinarismos y de su aprox.imadón
bién tiene Jugar en el ámbito del paremesco social que lo define" (!bid.: 350).
A mi entender, y cal como se ha venido argumentando desde los comienzos En primer lugar, me centro en las aponaciones críticas a la presencia de di-
de este capímlo, los sistema.~ de género son centrales en el estudio de la teoría y la cotomías centrales y poderosas. Collier y Yanagisako afirman que el enfoque bá-
emografia del parentesco y por ello tiene que planrea.rse la articulación en vez de sico del reanálisis del género y del parentesco debe ser el cuestionamienco de la
la intersección. Voy más allá de que "tienen un lugar". Y también de que sea "ne- asunción de que el hombre y la mujer son dos categorías de seres humanos que
cesario prestar especial atendón a los grados de consonancia o disonancia de esas en todos los contextos culturales se estructwan sobre b base de sus diferencias
estrategias femeninas respecto aJ tipo de relaciones de género en que se enmarcan, biológicas y, para ello, las autoras arrancan de concribuciones provenientes de es-
porque el ámbito del parentesco, por el papel que en él tiene11 las mujeres, puede pecialiscas que aportan sus análisis. En segundo lugar, y de una manera específica,
ser un escenario que contribuya a transformar el sistema de género'' (!bid.: 350). cuestionan las categorías analíticas presences en el estudio del género como son:
A mi ente11der, no es el paremesco desde las mujeres el que puede cransformar doméstico-público; naturaleza-cultura; reproducción-producción; conciencia de
el género, sino que será el resultado del análisis proveniente de la perspectiva de las mujeres-conciencia de los hombre.~. Exponen en primer lugar las características
género el qlte vaya poniendo de manifiesto en qué medida las estructuras y los sig- y las interrelaciones que derecran entre los ámbiros del género y del parentesco
nificados que operan en el dominio del parentesco van generando y perpetuando en relación con los dacos biológicos de la reproducción social en ambos ámbitos
las desigualdades y, en muchos casos, la discriminación. Y ello atendiendo prin- (!bid.: 16-35), para defender, a continuación, que se conscruyen en la mutua in-
cipalmente a esos lugares que mujeres y hombres ocupan en la organización de la teracción. Además, para las dos primeras dicotomías se cuenta con análisis per-
vida social y que están orientados a la organización de la procreación en el sentido tinentes de varias autoras (Maquieira, 2001: 153-158). Así es posible ver en qué
que seña.la González. El enfoque desde los sistemas de género permite sícuar a las medida sirven de elemento organizativo de l<is desigualdades aunque en la mayo-
.306 1 1 n.4. >CRl.~c: 1 l) N , <:R l .>.~:C::.\ ..,. c;f:ii.:t.R( ) AI'!=\<..>Xl:\·1:\C:IO:-.!ES :\.'JTROPOL()CIC:.l..\A LA rARE~T,\lllJ ..\ ()

ría de los casos tengan una apoyacura culrural deificada por mandatos culcurales
T LA .\RTl<.:l'L ~ClC) ,.... 1)1:.L (',\Rt ~1 'E:\CO V LL c.;S,;".f(l{) Ol!SDE. LA. Ai'.IROPOLOC;iA FE.;\-11:-.;:sTA

línas que están avaladas a su vez por definiciones culturales de la masculinidad.


307

fuertemente enraizados. De ahí la necesidad crítica de rrascenderlas. La propuesta Todo ello dificulta la corresponsabilidad de mujeres y hombres en la crianz.a de
de Yanagis;i.ko y Collíer consiste en adoprar visiones amplias para no caer en bs las criaturas. Es evidente que, para detectarlo, analizarlo y evaluarlo, es preciso
delimitaciones y contenidos que presentan las dicotomías, y conocer cómo las so- desentrañar la articulación entre las d imensiones de la crianza y la construcción
ciedades concretas, especialmence aquellas que esmdiamos, definen "diferencia". de la desigualdad. Y también prescar atención a la consideración del derecho de
En cuanto al parentesco, en vez de preguntar cómo se comtituyen los derechos y los hombres a cuidar que supone una aproximacíón positiva a la asunción de los
obligaciones en d parentesco asumiendo para ello el mapa genealógico, ven nece- cambios necesarios par~~ ejercerlo.
sario preguntar cómo sociedades específicas reconocen los derechos y distribuyen A continuación, y como un ejemplo de lo que planceo, me voy a fijar en dos
responsabilidade$ (Yanagísako y Collier, 1987: 35). enunciados gue corresponden al apartado denominado "definicíón enumerativa",
Ello a su vez implicad cuestionamienco del concepto de "sociedad igualitaria". donde la aurora pasa a delimitar las áreas de interés que entrarían en el estudio
Aunque en su crítica reconocen que d concepro puede ser útil para desnaturalizar de la procreación. Aquí me parece relevame rraer a mi exposición la crítica que
las sociedades de clases, sin embargo causa problemas a la hora de analiuc las Virginia Maquieira realiza acerca de la cultura y resaltar la importancia que Yana-
dicotomías. Piensan que, al asumir un pasado en el que mujeres y hombres eran gisako y Collier han dado al estudio crítico de las caregoóas analíticas presentes
auronomos, asumimos que las difercnci<tS naturales preculturales e.can las bases de en el estudio del género doméstico/público; natu raleza!culrura y a la necesidad de
la división sexual del crabajo (!bid.: 35, 38). trascenderlas (!bid. :16-29).Y ello en base a que en la definidón enumerativa del
Siguiendo con la propuesca de Aurora González Echevarría comienzo con dominio, según González, ocupa un lugar rclevanre el aparcado "Ideas, normas y
los contenidos de la definición "sustantiva" y "enumerativa" del dominio. En la usos relativos al proceso procreacivo" que abarca: 1) Ideas respecto a la formación
primera tiene ya en cuenta que tanto la procreación como la crianza incorporan de los seres humanos; 2) Ideas, normas y los usos relativos a la sexualidad repro-
experiencias, actividades y significados en las que rradicionalmente han tenido ductiva y a las formas alternativas de procreación; y 3) Normas y usos relativos
más participación las mujeres que los hombres. Lo avalan h;ma los estudios que al embarazo, d parto y el período pcrinacal (González Echevarría, 2010: 341).
no hayan tenido una perspectiva de género y se constata que esa realidad se: man- Muchos de los contenidos de: cada uno de los rres apartados han de examinarse a
tiene en las sociedades conrempod.neas complejas donde, a pesar de los cambios, la luz crítica de la cultura en la que se definen y llevan a cabo y desde el análisis de
la responsabilidad de la procreación y crianza la siguen teniendo las mujeres. Y los sistemas y relaciones de género.
que para comprender cómo se ha mante11ido y perpetuado esa diferencia en las
responsabilidades, es preciso reali:.!ar el examen crítico que aporta la perspectiva
feminista. Es evidente que ha habido cambios sustanciales provenientes de la Sobre la noción de cultura desde el género
incorporación de las mujeres a la educación, al mercado laboral, a la po lítica y
que son centrales para el cuesrionamiento de los sistemas de género que operaban Al tratarse de la definición de un dominio ua.nsculrural está presente una no-
desde una mayor dicotomía entre el ámbito de la domesticidad y el ámbito pú- ción de cultura que lleva implícita la importancia de la etnografía densa para
blico donde las m ujeres no estaban presentes o, si lo estaban, era en condiciones captar los distintos niveles de acción, normas, significación, representación e in-
desiguales y no en la misma proporción ni con los mismos derechos. Y también terpreración, así como una posibilidad de capear la diversidad cultural. los co-
que se van reestructurando las responsabilidades con que las distintas sociedades nocimientos que muestra González. Echcvarría sobre las reorizaciones lo avala.
se enfren tan a las responsabilidades de la crianza. Pero también siguen estando Sin embargo, los estudios realizados desde la óptica feminista relacionados con
presentes con gran fuerza cienos mandatos culturales relacionados con la naru- la incorporación del género me llevan a reflexionar sobre nuevas consideraciones
ralización de: cualidades que se atribuyen a las mujeres: generadoras de ternura; acerca de la cultura y de los contenidos culturales. Y para ello me resulta clave la
creadoras de vínculos amorosos que, por un lado, dificultan d rraspaso de res- crítica que reo.liza Maquieira al concepto y al análisis de las prácticas culrurales a
ponsabilidades de cuidado y, por otro, dejan intactas muchas resistencias mascu- partir de la aceptación e influencia del relativismo cultural propiciado por Mdville
308 PG;Ol:r.F.:..O<)N, \;R;,\~7.A ')' G~'.\"ER1.LAJ>Rl1XC\tACl0(1rr.;E:i At'-Rl)P()L('H;1c;.:..~A LA Pt'1RENT:U.ll).J.0 U. ;\fUICULACIÚ'.\. l)El :'.:..Rl::.:"\TE.S<:O '( 1:::L (;~NE.RO l)ESOE LA A'.'\ TA.(")POLOC.i.\ H ..\~1!\!l.5':/, 309

Herskovirs ( 1952). Lo hace a la luz de la confrontación con los derechos humanos las diferencias enrre sus conc.::nidos y también el CtLestionamiento de plancearlos
desde la crítica feminista donde se recogen aportaciones cuestionadoras de la de- como universales. La crítica a la cultura desde el análisis feminista revela el peso
fensa "de la singularidad de cad<t culrnra que se teoriza como una entidad dotada que ha tenido h presencia de los binarismos, las percepciones diferenciadas del
de límites fijos y aislados un«1.s de otras. Desde esta perspectiva el cambio social contenido de sus oposiciones y también nuevas aproximaciones para superarlos,
se percibe como un proceso que alcera dicba unidad y especificidad'' (Mac¡uieira, dado que de otro modo permanecerían soterrados.
1999: 26). La aurora reconoce el acierto de los supuestos erróneos que plantea Dando el último paso para ver porqué considero clave la crítica a la cultura
Dolores Juliano como: para el argumento de la necesidad de incorporar el género en el eje cenera! del
dominio del parentesco, sigo con h relación que establece Maquieira entre cultura
l. Que la cultura está constituida fundamentalmente por una serie de contenidos y desigualdades de género.
o prácticas estables que incluyen hábitos de conducta y sistema de valores. Cuando hablarnos de género como categoría nos referimos a una herramien-
2. Que escas elemcmos comunes al interior de cada culrura y diferentes de los que ta de análisis que permite ordenar daros de carácter simbólico y socioestructural
caract<!rizan a los miembros de otras culmras son comparridos por la totalidad que dan cuenta del modo e11 que se construyen hisrórica y socioculcuralmence las
de los integrantes del grupo/comunidad/sociedad sin fisuras ni cuestionamien- diferencias entre hombres y mujeres y, así mismo, los procesos por los cuales estas
rns. diferencias se convierten en relaciones de poder y desigualdad. Desde esta perspec-
3. Que las prácticas características de cada cultura se transmiten principalmente tiva el género es considerado un principio básico de la organización social y está
por e11doculruración primaria, es decir, en el seno del grupo familiar. imbricado, atraviesa todos los niveles de la producción y reproducción material
4. Que las culturas son todos coherentes e interrelacionados, por lo que cualquier e ideológica de cada sociedad concreta. Por ello la investigación feminista en d
modificac.ión produce desintegración y anomia. (Juliano, 1994: l 51-52; cita- ámbito de las ciencias sociales considera indisocíable el análisis de los símbolos y
do en Maquíeira, !bid.: 26) significados de los componentes estructurales de las instituciones y la economía
política (Maquicira, !bid.: 29).
Afirma a su vez que "estos enfoques que vienen a criticar la visión de la cultura Para Yanagisako y Collier (1987: 39) el análisis de género se lleva a cabo en
basada en el supuesto d~ la homogeneidad y los repertorios fijos interiorizados y distintos niveles tales como los sistemas de parentesco y mactimonío, las formas
compartidos por codos los miembros de una sociedad, de una comunidad o de un de organización del trabajo, las leyes, los sistemas de socialización, los sistemas de
grupo écnico, ponen en el centro de sus análisis las relaciones sociales basadas en creencias y rituales, la organización política. En suma, a través de todo el encramado
el acceso desigual a los recursos materiales y simbólicos y por consiguiente mues- estructural y organizativo de la vida social en contextos específicos. Las diferencias
tran la heterogeneidad, la estratificación y la conflictividad illtraculcural" (!bid.: construidas en ere hombres y mujeres están estrecha.mente vinculadas a la desigual-
26-7). dad porque todas las sociedades 'son sisremas de desigualdad' (!bid., l 987: 39).
La aurora destaca que el analizar la cultura desde una perspectiva que permica Aquí cabe añadir la aportación de Henrictta Moore (1996: 22) que recoge Ma-
conocer las maneras diferenciadas de acceder al poder y a los bienes materiales y quieira (1999, !bid.: 30) de que es preciso cambiar la forma en que .~e han estudia-
simbólicos, revela los mecanismos de control acerca de la producción cultural y do las diferencias desde una aproximación socioculmral de manera que las discre-
por ello el conocimiento de que "la creación, reproducción y cambio de los ras- pancias observadas se clasificaban dentro de las diferencias culturales. Pero viendo
gos culturales no se dan en un vacío sino en el marco de las relaciones de poder". que la diferencia cultural corresponde a un cipo de desigualdades, esta aproxima-
Así, recoge de Dolors Comas que "del poder derivan las formas de desigualdad ción resulta incompleta. A juicio de Moore "la antropología feminista se ha hecho
y de dominación y el poder determina qué signos y símbolos son dominances y eco de esta insuficiencia al basar las cuestiones teóricas en cómo Se manifiesta y se
cuáles no. Por qué decerminadas prácticas 5on consensuadas y otras contestadas" estructura la economía, la familia y los rituales a través de la noción de género, en
(Comas, 1990: 110; citado en Maquieira, !bid.: 28). La cultura va definiendo lugar de examinar cómo se manifiesta y se estructura la noción de género a través
también los contenidos de las dicotomías público/privado y naturaleza/cultura, de la cultura. Del mismo modo también se ha preocupado por descubrir de qué
310 :'R~>C:U.>.C ll~ N. C'll lA~'U"' c:f:Sl:.:.I{() lil'ROXh\11\CIOKF...i: ' ' " TROl'Olc'H:ICA.~ .~ l:\ r,;,1,l:.r-.' 'J1\lJ~,);o\I) l..\ ARTICl/l:,Cl()N l)EL f'Ail!:'.'\1'!SC<> f EL l;tNi.nC\ f">ESIYt: LA A:\..íll(W()L()(,Í.\ H.Ml:'l:IST..:.. 311

manera se estructura y se manifiesra el género bajo el prisma del colonialismo, del puede ser la iniciación en la droga, y, en general, se trara de cuidado para la su-
neoímperialismo y del auge del capirnlismo" (Moore, Jbid.: 22). Esta postura de pervivencia. ,
mirar al contexco también la defiende Verena Srolcke en muchos de sus escritos. La autora muestra una gran sensibilidad para captar la agencia infancil a través
En la actualidad exisre un interls por utilizar la cultura para potenciar un del tratamiento de los espacios y los tiempos; las escrategias de supervivencia de los
discurso acerca de la imporcancia de "preservar y salvar la especificidad cultural" y las menores; los relatos de vida; las i.nteracciones; los sistemas de creencias; las re-
como una forma a nivd mundial de "desactivar los reclamos y demandas de las presentaciones. El análi:;is muestra que el enfoque de género aporca una visión de
muje res en el mundo en que vivimos. Esco nos ha de hacer reflaionar sobre la dicha realidad que sería impensable desde otra aproximación teórica. Se evidencia
relación de las m ujeres, el estado y los procesos étnicos y nacionales" (Maquieira, que los binarismos, especialmente el domésrico/público, actúan de marco que impi-
1999: 31 ). Y es evidente que d desentrañar los mecanismos de construcción y de reconocer la dimensión de la responsabilidad de la crianza que traspasa la estricta
reificación de cicctos aspectos, expresiones, pautas cul turales tiene relación con el división entre lo doméstico y lo p úblico. A rravés de algunos ejemplos generados en
conocimiento y aplicación de los Derechos humanos. la ernografía densa de la tesis se pone de manifiesm la fuer.la de: los mandatos cul-
Es por ello por lo que en este ejercicio de reconocer, por un lado, el valor del turales y su impacco en la creación de modelos de madres, padres, esposas, mujeres
dom inio del parentesco en las claves rranscu1rura1es que plancea Gonzálcz y, por y hombres que se reproclucen en la socialnación temprana. Es más, aspectos de esta
otro, los avances de la crítica feminisra en la antropología para detectar fuentes de socialización diferenciada de las niñas y los niños se mantienen en ocros contextos
desigualdades en la inrerp reración de la cultura, es donde encuentro otro elemen~ diferemes de: los familiares como es d de la vida en la calle, pero tambifo hay indicios
to articulador entre los dos dominios. de cambios que, generándose en la penuria, presem3..11 caracterísricas rupruristas con
los modelos h~gemónicos. L"l reproducción de asignaciones de tareas diferenciadas y
de las valoraciones distintas según las pracciquen mujeres y/o hombres en cuanto a
La articulación entre género y crianza los y las progenitoras y a su reproducción en los contextos y vivencias de la margina-
lidad. La incorporación de la violencia contra las mujeres en las relaciones familiares.
Para referirme a las responsabilidades del cuidado que conlleva la crianza y a la El arma de la violación, de los abusos sexuales en el comexro familiar y los mecanis-
indisociabilidad que recalco, tomo el tercer apartado de la definición "enumerati- mos, emocionales en unos casos y de miedo en otros, que dificultan que las personas
va' de González Echevarría: "Cuidado de los niños hasta que alcanzan la madurez adultas lo eviten y/o lo denuncien. Opino que la tesis es una excelente aportación a
social" y ejemplos de cuidado provenientes de una emografía rea.liz.ada por María ciertos aspectos de la ccoría del parentesco desde el género en. relación con las respon-
Espinosa en la ciudad de México con niños y niñas de la calle bajo el título Mi sabilidades de crianza, con los contenidos de los roles; con concepros de paternidad,
banda, mi hogar~: &significando /,a infancia a partir de loi· niños y nifzas de la calú: de maternidad. Se puede ver algo del conce.xto familiar a rravés de las narrativas infantiles
la ciudad de i'lféxico. Espinosa sirúa a los y las protagonistas como agentes dentro pero el énfasis está en la vida que se genera fuera de la institución familiar en la calle
de los constreñimiencos de una vida tremendamente dura a la que se han visto y en las instituciones sociales creadas por entidades responsables del bienestar social.
abocados por su pertenencia a medíos familiares de gran penuria económica y/o Las forma~ de un nuevo tejido social de socialización remprana se definen dc:sde la
desesm1cturación familiar. Se rompe con la idea del cuidado proporcionado por exclusión social y, paradójicamente, acontecen en el ámbito de la ciudadanía como es
las personas aduleas y sin embargo puede considerarse como ca1 en cuanto que el espacio público, en este caso la calle donde la banda se instaura como d núcleo de
incorpora ayuda, conocimientos, vigilancia, recursos materiales, apoyo y también identificación, socialización y supervivencia. La banda, término que los mismos ni-
cari ño. Las forma.~ son adaprativas al medio y a la dureza de la supervivencia. ños y niñas utilizaban como una simbología propia que según Espinosa manifestaba
Muchas veces las acciones van en contra de lo que se enciende por cuidado, como sentimientos de unión y solidaridad que esrán presentes en expresiones que recoge de
algunos de los chicos como: 'mi banda es mi familia:·, 'la banda es mi familia sustitura'
o 'la banda es mi hogar" (Espinosa, 2010: 373-74). Ello da idea dclaimponanciaque
3. Tesi> ri-:tliwda hajo b ciincción de b amropólo&'<! Carmen Gregorio Gil y qui! se ddcn- sus protagonistas le auibuycn.
dió en d Depart:1mcnro de Atmopologb de la Universidad d~ Granada d 7 de mayo de 2010.
31.? rltO(;kE."\Cl\};-.i. \'.){ A~Z..\ V(;L'OFRO 4.rRt.):'<l>.1.\(ll>NES ANTR\.lPOLÓ(ól\'l'.\ ..\ L~ r \REHTAUOAf.1 lA \~TIL~L\CÚI' OFJ . r•R~'IHSC() y El GL' UO D8iOE. L-• •:-.,·Anroux.1.< FEMI~·····\ 313

De una e ncrevis[a Espinosa cnrresaca que para So nia la banda/hogar "era su En la observación de Jos espacios emergía el protagonismo de aquellos lugares
lugar de comprensión anee problemas que compartÍan por vivir en la calle como donde los chicos llevaban a cabo sus actividades, en el caso de la banda/ hogar
era: conseguir comida, buscar trabajo, la violencia cotidiana a la que tenían que escudiada, la fut'.nce era el más visible pues se cncomraba en el centro de la plata y
enfrentarse, la marginación y la humillación de aquellos que, como me decía, 'no el más valorado, al aparecer d otado de una gran carga simbólica. Un espacio que
valoran lo que .mfce una niña en la calle'" (!bid.: 374). se apropiaron los niños de la banda/hogar. Las chicas, sin embargo, llevaban sus
La aurora no solam enre ha uesrado~al lí" sino q ue ha analizado minuciosamente acrividadc.~ en lugares pcrifáicos, espacios poco visibles. lugares e n los que reali-
el contexto d~ las personas esrudiada' Ha captado bien lo$ puntos de partida de zaban las tareas de reproducción tradicionalmente asignados a las mujeres y por
las estructuras sociales de las que profe nían las niñas y niños que es en sí ya un este motivo, es pacios menos valorados. Una manera de estructurar el tspac io que
cuestionarnienro de un orden .~ocíal tremendamente desigual. Describe las estruc- atribuía sin duda, en la visíbilízación de los cuerpos masculinos sobre los fem<.'ni-
turas familiares y sus recomposiciones q ue devienen en múltiples formas de fami- no.~. (!bid. : 394)
lia, de roles, de carencias, de afectos y desafectos que e.~tremece pensarlo y q ue la
autora por la fuerza del relato te lleva a reflexionar sobre la sociedad en la que una Pero también los niños y niñas generaban la transformación del espacio pú-
vive. Pero no para pensar q ue vivimos mejo r y dejarnos inmunes, sino como una blico al ocuparlo y resignificarlo de man era que lo privatizaban y al tiempo lo
llamada a la responsabilidad acerca del peso de los mandacos c ulturales, de las d i- convertían en lugar, en el sentido que le da .!vfarc Augé (1995) como generador de
ferencias en el acceso a los bienes básicos y al conocimienco de las vulnerabilidades idemidad, lo q ue suponía a mi encender una ruptura con el binarismo do mésci-
que producen los sistemas de género como sistemas de poder y que además afec- co/público, pue.~, aunque fuera de manera temporal, lo transformaban en hogar.
tan principalmenre a los más vulne rables. El poder del relato genera una llamada a También se d istint:,'U.Ían varias formas de ejercer el cuid ado que rompían con mol-
la responsabilidad de ciudadanas}' ciudadanos a partir de conocimientos situados des establecidos como eran: construir redes de apoyo ;i partir de u na idenridad
p rop ios de la práctica ernográfica. como niños y niñ as de la calle q ue csraban solos y vivían en la c.-tlle; agruparse en
Tamo cuando la leía como cuando escuchaba a la aurora pensé que el e nfoque bandas para protegerse de la vio lencia ejercida por la pol icía y po r otras bandas;
de Gomálei en la definición del dominio y su orienraci6 n transculrural pasaba el prestar los c uidados al encender la banda como una forma de familia y como
muy bien el examen desde esta tesis y te nía para ello en me nee las especificidades un lugar do nde e ra posible la escucha y el apoyo, y, finalmente, cultivar una soli-
que incluye en el apartado 3 sobre el cuidado de los niños [yo añadiría también daridad y ritualizar momentos vinculados con la comida, la búsqueda de trabajo,
niñas] hasta que alcanzan la madu rez social. Pero ame esta cesis no había pensado la búsqueda d e: cobijo o para d rogarse (!bid.: 395). En palabras de la autora, la
q ue ese cuidado pudiera ejercerse en d contexto de la calle por lo q ue el c uidad o banda se erigía "como lugar de escucha y apoyo". ~ada de ello puede obviarse a la
mosrraba para mí conrenidos estrem ecedo res que se revelaban precisamente desde ho ra de comprender la e::dscencia de form as de socialización y de cria nza por muy
el conocimiento que guía el análisis de l os s istemas de género. margi11ales que sean.
Los conte nidos de los aparrados del dominio según González Echevarría re- La tesis ofrece a su vez apo rtacio nes interesantes respecto a los concepros de
feridos a "Personas, grupos e instiruciones que son responsables últimos de su so- priva.do/público y a los resultados de la transgresión de dichas fronceras co.n r~­
cialización y enculturación" y el de "Normas, usos y m odelos de comportamiento sultados diferentes. En la calle se aprende a sobrevivi r pero se aprecia de distinta
relativos al cuidad o d t' los niños y al ejercicio de la responsabilidad última sobre su manera la presencia de las chicas y la de los chicos y, aunque a am bos se les ve fuera
socialización y enculturación" eran pertinenres tamo para la recogida de los daros del lugar q ue por derecho debiera ser Ja casa, la presencia de las menores tiene con-
como para el aná.lis i~. notacio nes más negarivas que la de los chicos (!bid.: 21 1-212). También permite
Por un lado aparece la plasticidad de los roles de gé nero e n un concexto m uy constatar que la m arginalidad genera distintas posruras. Así, cuando la situación
diferente del de sus lugares de origen y su interiorización t3Jlto en las niñas como de marginalidad permanecía escondida, es decir, en los barrios marginales, no cau-
en los niños: saba preocupació n ni era motivo de persecución, de vio lencia. 8 cambio acontece
cuando se hace presente en un espacio público fuera de los barrios marginales
314 l)l{ü(:RE::.ACl ..":>N. 4.'l\IA\'Z..A y Glt~ERO .\l•R()XJMACJOt--'E.s ,'\NTf..()POLC'>c ICAS A LA rARE~T,\LI [).AO LA Al'tT1Ctll.AC::l<1 ~· :'>EL rAru:;-..:n::.S<::o V E:.. (,tN~Rú OESDt: l.s\ A·\iT~~OJlOLO<;i.\ n:r...11"~T.., 315

porque con ello se evidencia la dicotomía enrre el espacio privado vinculado al Una última reflexión
hogar, las relaciones fa.miliares donde niños y nitias cenían que ser sujetos de: aren·
ción y de cuidado, y el constacar la degradación dd espacio privado y tantas veces En la consideración de las dos encidades como son el dominio del paremesco
sacralizado, expuesto en plen;l calle. y el dominio del género me he basado en la crítica inicial que realizaron Collier y
Yanagisako, en las aportaciones transculturales presentes en el volumen de 1987 así
Ellos y ellas subvienen las creencias sociales existenres sobre la infancia porque como e11 aportaciones de otras autoras. Para el a11álisis del dominio del parentesco
aun siendo 'menores' cubren por sí mismos sus necesidades, cn.-an redes y eligen don- me he referido de manera central al texto de Aurora González y específicamenre a
de vivir. con quien hacerlo y de qué forma. su definición del dominio que considero amplia, muy bien fundamentada y que,
Kos muestran otra m:inera de organizar un hogar donde las relaciones afectivas y a mi enrender, permite inrroducir aproximaciones al parentesco presenres en la
de desigualdad también están presentes. Una forma diversa de organizar la prestación d iversidad cultural. Mi intención era aportar datos que pusieran de manifiesto d
de cuidado que va m.B allá de los prescados exclusivamente por la familia y por tan ro, reconocimienro de la arcicuJación que existe entre d parenresco y el género como
los basados en d parcmesco (García Diez, 2003) y que contribuye a la desnaturali- dominios clave de la estructura y organi1.ación social. Habrá que ver los desarrollos
zación de la relación mujer=cuidadora como un hecho dado (Gregario, 2008: 5). necesarios que vayan surgiendo de estudios transnacionales y de aquellos que apor·
Así rrúsmo, el :málisis realizado arroja luz sobre la fuena que cobran los mandatos de cen nuevas formas de dt:nomin ar, Yivir y expresar las nuevas part:ntalidades. Sin
género en nuestra sociedad ya que se reproducen también en la manera de org-.i.nizar embargo, la propuesta de establecer vínculos desde el parentesco con el género. sin
su banda/hogar. darle la entidad que le corresponde a éste último, resulta parcial desde el enfoque
Por otro lado el uso que hacen de la calle como lugar de reproducción social es fominista, ya que no se conrempla la entidad que tienen los sisremas de género que
inusual y contrarío a la idea socialmenre establecida, desafiando y redefiniendo los por su planteamiento se encaminan a la articulación y a generar cambios.
límices entre lo público y lo privado. (!bid.: 397) Opino que la antropología crítica tiene en la actualidad unas preocupaciones dife-
rentes de L1s que guiaron al parentesco en el pasado y que son precisamente las nuevas
Espinosa señala que: preocupaciones relativas a la captación de problemáticas emergentes, producto a su
vez de cambios locales y globales, las que le dan una nueva actualidad a1 parenresco;
( . ..)las repre.~enraciones sociales existentes sobre la infancia que vive en la calle, de manera que puede situarse su campo de conocimiento entre las problemáticas de
aparecen csrrechamenti: relacionadas con una noción concreta de niñez, con una análisis y de reinterpretación cultural que están en la agenda uasnaciona.l. Pienso que
forma específica de hogar y con una manera decerminada de significar el espacio estudios realizados desde una articulación que reconoce la entidad tanto del parentes-
público. En consecuencia, ser independientes, autónomos y vivir en la calle implica co como del género producirán la emergencia de nuevas formas de mirar y analizar.
una lectura diferente donde se presentan como pdigrosos, desviados y violencos. Pueden ser, a .~u vez, fuente de respuestas a preocupaciones que requieren propuestas
(!bid.) de cambio. La aproximación parenresco-género no se puede dar desde las márgenes
del género y la centralidad del paremesco sino desde la dialéctica central que se gene-
Es evidente que a través del análisis de género aplicado a una situación de ra desde cada uno de los dos dominios. Como se ha ido viendo a través del texto, el
sociali2ación marginal se produce una ruptura teórica del binomio público/pri- enfoque feminista proporciona las herramienras analíticas para déCOnstruir desigual-
vado que de oc:ra manera no hubiera sido cuesóonado y que, cal como se ha ido dades desde la crítica a la cultura m cdianre la referencia a los mandaros culrucales,
exponiendo a lo largo de esre text o, ha sido un elemento clave en la definición de desde los derechos humanos en los que están incluidos los derechos de las mujeres,
las responsabilidades del parentesco y en el que se produce una clara aniculación desde las posibilidades de identificar los efectos de los procesos de naturalización y de
entre el parentesco y los sisremas de género. la superación paulatina de los binarismos que segregan y marginan.
En el caso de los binomios clave que generan y perpetúan las desigualdades, el
análisis feminista permite cuestionarlos y reinterpretarlos de manem que pueden dar
316 p~,1CRE.-C10". OUA'.'IG.\ y¡;t_..;¡:p.o lPl«.l>.IMACION~ .\NTROC'OLÓ<;IC:.\S .. : . r.-;:ENTAUO<D

lugar a generar nuevas perspeccivas de cambio. Para ello es necesario reconocer como
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Espinosa Sp inola, ~-!. (2010), 'í'vfi bt1nda, mi hogar " &.rignificarulo la infancirt tt partir
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punco de parrida que d gét1cro ciene una entidad similar al parentesco aunque este de los niño,- y niñas de !.a calle m f.tJ ciudad de MJxfro, Tesis doctoral, l.Jniversidad de
segundo dominio precisa de una mayor definición. Se cuenra para ello con propues- Granada, Deparramento de Antropología social, Granada.
tas y sistematb.aciones relevantes sobre las que trabajar para una construcción de do- Folguera, P. (2010), "La equidad de género en el marco internacional y europeo", en V.
minio. Sin embargo, en el proceso los estudios del parenresco tienen que pensarse en Maquieira (ed.) {2010, 2~ ed. revisada y aumenrada), Jvfujem, globttlizadórt y dt!rechos
articulación con los del género si no se quiere reforzar las desigualdades. humanos, Madrid: Cátedra, pp. 97-146.
Espero que fruto de este seminario se pueda continuar con el trabajo de arti- González Echevarrfa, A (2010), "Pan:nr~co y género. Incersección y articulaciones", en
cular los nexos del parentesco y de la antropología femini sta. Para ello me parece V. Fon.s, A. Piella y M. Va\d~s (eds.), Procreación, critlnza .Y gérl(ro. Aproxinzt1do111:s
importante trabajar más en la defi nición del dominio del género y para ello en- antropológictlJ a la parrmralidad, BarcduM: PPU, pp. 335-357.
cuemro que la estructura de la definición que ha realizado González Echevan.ía Gonzilez. Echevarría, A. et al (2010), ·•sobre la definición de los dominios cranscultu-
para el parentesco puede ser una buena guía; a lo que añadiría la necesidad de rales. La Antropología del Parentesco como teorí:1 sociocultural de la procreación",
poder conrar con la excelencia de su asesoramiemo ceórico y metodológico. Aúerida.tk, 20 (39), PP· 111-124.
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