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Libro que narra la desgarradora historia de una mujer fatal nacida en los años 30, su destino

como hija única y el destino de su esposo e hijos en el seno de una familia disfuncional.
Contenido
Introducción, El sueño
En una noche invernal se encuentra una niña de seis años escondida debajo de un armario
marrón,. Tiene puesto un vestido azul, medias blancas, zapatos negros. Las facciones de la
niña son delicadas, la cara es un primor, nariz fina, ojos grandes y negros; boca como coral
rojo, mejillas rosadas y la tez blanca. El cabello es largo y rizado recogido en una moña. En
sus manos tiene abrazada a Josefina, su muñeca de trapo.
Desde su escondite puede oír unos ruidos que la atemorizan ya que no comprende la
procedencia de estos y menos donde se encuentra, ni porqué está escondida, ni porque se
encuentra sola. No ve a sus padres ni a sus hermanos. Se pregunta dónde están. Oye susurros
de gente que se acerca veloz y sigilosamente. El sitio está a obscuras y siente una heladez que
carcome su cuerpo. El pánico le atenaza la garganta y no la deja gritar.
Tirita, el pensamiento de encontrarse a solas e indefensa la deja sin alientos. El temor de ser
descubierta la deja inmóvil como petrificada en el sitio. Intuye que no debe ser descubierta.
La madera del piso del salón chirría por las botas de soldados acercándose. Son tiempos de
guerra.
Desde su puesto en la obscuridad, ve acercarse botas militares que pasan corriendo muy cerca
de su escondite para luego desaparecer por algún otro rincón de la casa. Suspira aliviada ya
que nadie se ha percatado de su presencia. Abraza a Josefina y le susurra, “no tenga miedo el
peligro ya pasó”. Pero, un último soldado se para, frente al armario donde se haya escondida.
Husmea algo. Nora Se estremece. Tiene ganas de llorar y se tapa la boca para reprimir un
grito. El soldado parece escuchar atento.. El Total Silencio la invade.
Hace enormes esfuerzos para calmarse y un pensamiento fugaz la embarga: pudo ser que sin
querer, movió un músculo del cuerpo y ha producido un ruido que pudo llamar la atención del
soldado. O si será que, los latidos de su corazón son tan fuertes que pueden ser escuchados en
toda la estancia. “Pum pum pum”. Espera. Después de un par de segundos que parecen horas
las botas desaparecen rápidamente. Suspira aliviada. Se relaja y piensa “uff” por el momento
no ha sido descubierta. Reza muy bajito: “Gracias Virgen del Perpetuo Socorro por tu
protección” se persigna. Los soldados parecen continuar buscado algo o alguien, pero ya sin
éxito. No mueve ni un músculo hasta cerciorarse de que el peligro ha desaparecido por
completo.
De repente en algún lugar de la casa se oye que alguien la llama: “Nora” Su corazón late
desesperadamente. “Quién puede ser?”. Es una voz de mujer. “Qué quiere de mi?”
Paulatinamente se llenan sus pupilas de la luz brillante del sol que entra por la ventana abierta
de su habitación. El cuarto cambia de forma, ya no se encuentra en un salón de una casa
grande, sino en el dormitorio que comparte con su madrastra.
Sonríe feliz! El sitio le es familiar, es su casa. Una cara amigable la mira y le sonríe: “Nora,
es hora ya de levantarse” El miedo desaparece como por encanto ante la cálida voz de su
madrastra, “el desayuno está servido.” Suspira aliviada. Lo vivido no fue sino una pesadilla.
No se encuentra en la guerra sino en un pueblito pacifico en las montañas colombianas al sur
del país. En Túquerres, el pueblo que la vería nacer y crecer hasta los 12 años de edad. Ni un
minuto más ni un minuto menos. En Túquerres dónde el frío reina y uno se acostumbra a
soportarlo y a amarlo.
Capitulo 1 
La vendedora de manjares 
Nohora camina ahora por el empedrado pueblo de Túquerres, es junio de 1942, está cansada,
sus mejillas están rosadas por el trajín de caminar pueblo arriba, pueblo abajo, gritando “dulce
de leche” a todo pulmón. Se abre un portón de una casa de tejas y sale corriendo una niña
quizá de su misma edad y le compra algunos dulces de leche. Nadie conoce a Nohora porque
no asiste a la única escuela de Túquerres. Es una niña trabajadora sin derecho a formación. Se
miran como queriendo jugar pero no son amigas así que la otra paga por la compra y vuelve
corriendo al portón de madera que parece tragarla de nuevo. Nohora la mira desparecer
tragada por el inmenso portón y exhala un suspiro de tristeza. Siente que ninguna niña desea
jugar, porque cree que es fea. La realidad es que ningún niño rico juega con un niño
trabajador ya que se le considera de menos valía y esto sus padres les han enseñado desde
muy chicos.
El sol picante de clima frio le quema el rostro pero aun no puede ir a casa, tiene que primero
vender todos los manjares de leche para que luego en casa, su madrastra, María Magdalena, le
sirva la comida que le ha guardado. Muchas veces está en el pueblo hambrienta pero no puede
comer ninguno de los manjares de leche, ya que son para la venta. Tiene sed pero se aguanta
hasta que sea la hora de irse a casa. En el pueblo nadie conoce de donde procede y por ello
nadie le presta mucha atención tampoco. Es una niña despierta y alegre que se gana la
simpatía de la gente del lugar pero es también una niña solitaria y triste sin derecho a ser niña.
Ya cercanos, las cuatro de la tarde, se sienta a descansar un rato, cuenta las monedas de la
venta “20 riales” Se siente feliz. “Cuanto manjar que he vendido hoy” se dice para sí misma,
se encuentra satisfecha y alegre. “Mami”, como llama a su madrastra, “se va a poner feliz y
me va a decir que soy una gran vendedora” Estas son las palabras que su madrastra utiliza
para animarla, convencerla y obligarla a vender manjar cada día en el pueblo.
Capitulo 2 Túquerres en familia 
Túquerres está localizado en la cordillera occidental al sur de los andes colombianos, cerca de
la frontera con el Ecuador. Es un pueblo de casas de tejas construidas alrededor de las grandes
haciendas, donde viven los descendientes de los conquistadores españoles. En una de las
cuales nacería Nohora en 1936 y en otra, no lejana, nació su padre en 1896. Su padre tiene 40
años cuando Nohora nace y su madre, Rosalinda, 15 años. Su papá es un respetado político y
hombre de negocios casado y con 2 hijos y su madre es una niña estudiante del colegio de las
Franciscanas.
Lo que la gente de Túquerres desconoce es que Nohora es la hija secreta y natural del alcalde
del pueblo, dueño de la fábrica de zapatos. Nadie sabe tampoco que la niña vive como
recogida en casa de la esposa de este y que es criada en secreto para evitar el escándalo y las
murmuraciones en este pueblo tan pequeño y tan desolado .
La venta de manjar de leche ha terminado y Nohora contenta y cansada sale corriendo hacia
las afueras de Túquerres donde se halla la gran casa donde la esperan para cenar. Al llegar
Nohora, su media hermana, Isabella, una joven bonita y delicada, de largos y rizados cabellos,
vestida con un hermoso traje de seda, guantes y zapatillas, se encuentra sentada en un sofá en
la sala y con un terrible dolor de cabeza, ya que su novio la ha abandonado y sufre en secreto
el desamor del joven. La joven no repara en Nohora y continúa ensimismada en sus
pensamientos. En la cocina se prepara la cena. Huele delicioso. Isabella no repara en la
entrada triunfal de Nohora, ni se percata del súbito cambio en el ambiente de la sala. A la
entrada de la niña, toda la estancia se llena de luz y de alegría, es como si fuese la portadora
de la felicidad y el aspecto lúgubre de la casa se trasforma como por encanto llenándose de
color y de vida. “Mamá” grita la niña “vendí 20 riales” y muestra orgullosa el fruto de sus
ventas a su madre; quien la mira con ternura y le recibe la canasta y la plata de las ventas del
día. Las ventas del manjar de leche les proporciona la comida que la familia necesita a diario.
La madre se halla en la sala de estar y teje un saco para la niña. Nohora piensa que este es el
lugar más bonito de la casa ya que las paredes están pintadas de verde, hay un gran ventanal
que mira al patio donde la mamá tiene sus geranios de los que se siente muy orgullosa. La luz
entra a borbotones en la estancia. Este es el lugar preferido de Nohora para jugar con sus
muñecas. Al lado de la sala de estar se encuentra el comedor que consta de una mesa, seis
sillas y un gabinete donde se guarda la vajilla y los vasos valiosos usados solo en ocasiones
especiales. El comedor recibe la luz del día proveniente de una ventana que da al patio de los
geranios y se comunica con la cocina por la puerta lateral pegada al pasillo de entrada. La
cocina tiene otra puerta con su ventana que comunica al patio de los geranios. La ventana le
proporciona luz a la estancia y cerca de la estufa se encuentra la cocinera. Esta mujer no es
vieja y cocina deliciosa pero no vive en la casa sino que acostumbra servir la cena e irse.
La mamá le recuerda a la niña lavarse primero las manos antes de cenar ya que el dinero es
algo sucio y Dios sabrá en que manos se ha encontrado antes. Después se sientan todas a la
mesa, oran, bendicen la comida y comen en silencio. Nohora está ahora, cansada,
meditabunda y le llega el recuerdo de la niña que le compró el manjar de leche. Un viejo
sentimiento de tristeza la invade: no tiene amigas para jugar. Sus dos hermanos son bastante
mayores, ya adolescentes y ocupados en otras cosas que en jugar. Además Nohora es la hija
del pecado de su padre y por ello no desean encariñarse. Nohora debe contentarse con jugar y
pelear con sus muchas muñecas de trapo. A veces, cuando este sentimiento de soledad crece,
se siente extraña y no sabe cómo explicarse o sosegar este hastió.
Después de la comida están en silencio, su madre piensa preocupada en el paradero de su
esposo en Pasto que seguramente se halla con “esa” y en su hijo mayor que se ha mudado a
vivir a Cali. Isabella piensa, a su vez, en su novio y no se explica porque no responde a su
amor y se siente frustrada. Nohora piensa suspirando: “otro día de trabajo y sin poder ir a la
escuela como los demás niños, porqué es esto así?” Ha terminado de preguntárselo a mamá,
ya que la última vez que lo hizo, le ha respondido que ya esta vieja para salir a vender los
manjares de leche y que Isabella se ha negado rotundamente, ya que considera un escándalo
que sus compañeras del colegio la encontrasen vendiendo en la calle. En cambio, le ha
explicado su madrastra, nadie la conoce en el pueblo, así que nadie va a preguntar insolencias.
Nohora siente que algo no está bien en toda esta historia y se encuentra inquieta por su
especial situación de que a pesar de ser una niña inteligente como su familia le dice, no tiene
derecho a ir a la escuela ni a tener amiguitos.
En esta familia las muestras de afecto no existen y la niña ha ido creciendo en un hogar donde
el amor parece un fantasma. Su madrastra la mira, le habla, la elogia, pero no la abraza,
tampoco su padre ni sus hermanos lo hacen. Se siente viviendo sin amor en el seno de una
familia conflictiva. Terminada la cena, llega la hora de sentarse en la sala, Nohora con sus
muñecas, su hermana con papel y tinta para escribir a su ex novio una carta de amor y la
madre para continuar tejiendo el saco para Nohora. A las 8 de la noche llega la hora de irse a
dormir. Nohora se siente cansada y suspira rendida, no tiene ganas de jugar más con sus
muñecas; ni ánimos para decir que quiere estudiar como los demás niños, por alguna razón
aunque nadie se lo dice en la cara, siente como si no fuera parte de la familia. El sentir muy a
menudo de esta manera, le produce una tremenda tristeza que da paso a una escondida ira y
frustración, siente que debe agradecer y pagar por la comida, por la ropa, por la vivienda, etc.
y que no debe quejarse.
Observa a su hermana, quien está ensimismada en sus tareas del colegio, mientras la envidia
va creciendo como musgo verde y vital en su corazón. Su hermana tiene derecho a ir al
colegio, a tener amigas y bonitos vestidos. Suspira con la impresión de que Josefina, su
muñeca, la mira fijamente con sus negros ojos, como acusándola, y esto le produce rabia y le
viene a la mente la imagen de sus otras muñecas de trapo que se encuentran enterradas en el
jardín, castigadas por haber sido malas o por saber de su secreto odio a todos en la casa. Si su
muñeca Josefina la continua mirando así de intenso, seguramente que se va a ver obligada a
enterrarla igual como a las otras muñecas, pero quizá lo haga el sábado, en su día libre,
primero va a ir a desenterrar a las otras y en su lugar quizá deje a esta molesta Josefina
enterrada toda la semana o tal vez dos semanas, todo depende si se siente de buen humor o no.
Este juego le divierte y es su favorito; lo juega a menudo. Es su forma de descargar su ira
infantil contra ese injusto e incomprensible mundo que vive a diario. Su familia sabe de sus
entierros pero no le dicen nada, al contrario ríen de estos actos de la pequeña, ríen de sus
rabietas, ríen siempre… estúpidos adultos!
A la hora de dormir Nohora se dirige a su cuarto, con su muñeca preferida y en silencio sube
obedientemente al segundo piso donde se encuentran las alcobas de su madrastra, sus
hermanastros Isabella y Sebastián y la de su siempre ausente padre. Sus padres no duermen
juntos desde hace casi cinco años. Nohora cree que es por su culpa que ya no duermen juntos.
Pero no le importa mucho, ya que no quiere dormir sola. Y ama dormir con su mamá postiza.
Su cama está cerca a la ventana que da a la calle. La alcoba es grande y obscura y la luz entra
a través de un gran ventanal que siempre se mantiene cerrado y que solo se abre cada mañana
para ventilar el cuarto. En la pared hay un cuadro de la Virgen del Perpetuo Socorro y en una
repisa una vela encendida. Mamá lo quiere así para que la virgen proteja a su hijo Sebastián
que vive en Cali; para que de buen entendimiento a su esposo alcohólico y lo traiga de nuevo
a casa sano y salvo y en memoria de la mamá de Nohora, muerta en el momento de dar a
concepción a la niña. Esto último es una mentira que se le cuenta a la nina, porque Rosalinda,
su madre, no ha muerto vive en el Ecuador. Esta es la farsa que durante 30 años se mantiene
para tenerla alejada de la verdad sobre su madre. Crece con el pensamiento de ser huérfana de
madre y abandonada a su suerte en la casa paterna. 
Don Leonardo, se enamora de nuevo
Don Leonardo, el padre, quien es desde hace un tiempo atrás alcohólico, no ha estado en casa,
por un largo tiempo por lo cual su familia respira tranquila, ya que cuando llega borracho, la
armonía familiar se convierte en un caos con sus gritos y sus blasfemias. “Papá, es
maravilloso cuando no bebe” dicen las niñas, “pero se transforma en alguien tan diferente y
horrible cuando está borracho” Tanto Nohora como Isabella odian verlo así; sienten pavor
ante su presencia y miedo de que vaya a lastimar a su madre. Lastimosamente en los últimos
meses, siempre lo han visto igual. Llega borracho a insultar a su esposa, a su hija y a querer
coger a Nohora quien sale despavorida a esconderse al soberado. La situación es insoportable
para su mamá quien ha recibido golpes cuando defiende a sus hijos del abuso paterno.
Capitulo 3 Don Leonardo Espinosa Barrera
A don Leonardo Espinosa Barrera se le conoce en Túquerres, por ser la estampa del niño dios.
Es un hombre de facciones agradables, de porte distinguido y de hermosos ojos grises que
quitan la respiración de las muchachas del pueblo. Proviene de una familia rica y de abolengo
dueños de grandes extensiones de tierra en las afueras de Túquerres. Se ha dedicado a los
negocios y tiene una buena reputación reconocida en todo el departamento de Nariño. Es el
propietario de una fábrica de calzado fino para dama y transporta personalmente y a caballo
los pedidos a las zapaterías de todo el departamento de Nariño. Es además el Alcalde de
Túquerres y la política es su pasión y es liberal de tiempo completo.
Nos encontramos en el año de 1936 y la fábrica de zapatillas finas para damas crece en
reputación debido a la excelente calidad del calzado italiano que ahí se fábrica. Al no existir
transporte automovilístico se utiliza como medio de transporte, los caballos o las mulas.
Debido a ello, el transporte de mercancías de un pueblo a otro, toma varios días. Don
Leonardo utiliza recuas de caballos para entregar los pedidos a las diferentes zapaterías de la
región. Lo hace personalmente porque es más efectivo y seguro y los obreros de su fábrica
quedan al mando de un capataz, quien mantiene en orden toda la producción. En la fábrica y
en la política gasta todo su tiempo y por esta razón no para mucho en casa al lado de su
familia. Pero la prosperidad es su clave de éxito y jamás falta nada a su familia quienes viven
con lujo y confort.
Leonardo Espinosa Barrera y María Magdalena Rosero su esposa, mujer con quien la niña va
vivir parte de su niñez. Su mujer es hermosa y de rango. De cabello largo, sedoso, negro y
rizado, es atractiva, orgullosa, de porte distinguido como Leonardo y enseñada a ser servida.
Proviene de una familia rica, conservadora y católica. Por ello tiene con su marido, algunas
disputas de tipo político ya que no simpatiza con las ideas de los liberales y está convencida
de que tienen pacto con el diablo y se van a condenar. Así lo grita el cura, cada domingo en la
iglesia y todos los conservadores apoyan estas ideas. Pero se ha enamorado de este apuesto
caballero, lo ama fielmente y acepta su ideología liberal y sus infidelidades extra conyugales.
Fuera de estas disputas de tipo político, el matrimonio es estable o por lo menos lo es, durante
el tiempo en que la fábrica de zapatos funciona y durante el periodo en que Leonardo es el
Alcalde del pueblo.
Tienen dos hijos, Isabella y Sebastián, herederos de su belleza y orgullo pero que no son
inclinados al estudio, ni al trabajo como sus padres quizá hubiesen deseado, y a pesar del
esfuerzo de sus progenitores por educarlos en el mejor colegio del pueblo no logran que los
muchachos sigan estudios superiores y lleguen a ser profesionales de éxito. La chica, Isabella
Espinosa Rosero, ya adolescente, tiene como objetivo obvio conseguirse un novio y casarse y
el muchacho Sebastián Espinosa Rosero, quiere irse del pueblo, según su opinión, de las tres
efes: feo, frío y fétido, a vivir a una ciudad grande, como Cali. Y lo haría. 
A causa del abuso de bebidas alcoholicas, Don Leonardo enferma y su derrumbe emocional,
psíquico y físico va a durar toda su vida hasta los 87 años cuando muere, en presencia de su
esposa e hija Isabella, pero no por problema del alcohol sino por la enfermedad de Alzheimer.
A los 78 años sus manos perdieron el control y nunca más pudo volver a tomar un vaso de
licor o un comer un plato de comida por cuenta propia y por supuesto su esposa nunca más le
va a proporcionar bebidas alcohólicas. Ya viejo y sin alcohol en el cuerpo volvió a ser el
hombre gentil y de buen humor que siempre había sido. Su resignada esposa va a estar
siempre acompañándolo hasta que él muere en sus brazos a los 81 anos y 12 meses después,
lo sigue ella a su sepulcro. 
Capitulo 4 Don Leonardo pierde la cabeza
Cuando don Leonardo ve a Rosalinda Riascos Burbano, su pasión se despotrica como caballo
salvaje. Alejandro de 40 años y Rosalinda de 14 no son amigos. La chica no tiene obviamente
ningún interés amoroso en este hombre viejo, casado y con hijos, amigo de su madre. El
destino, la calamidad, la irresponsabilidad y la inclinación por otras mujeres fuera del
matrimonio, lleva a Don Leonardo a fijar sus ojos en la hija menor de una mujer acaudalada
de Túquerres. Leonardo la viola en una granja cercana a Túquerres. Al enterarse de que su
hija está embarazada su madre se llena de pánico y le la obliga a confesar quien es el padre.
Oye escandalizada la forma como su pequeña ha sido víctima de su amigo y no sabe que
determinación tomar, su marido ha muerto y no cuenta más que con la opinión de su madre
para ser aconsejada. En ese tiempo la policía no va a condenar a su Alcalde, así que, la madre
de Rosalinda, jamás va a denunciar el hecho ante las autoridades locales, de las cuales Don
Alejandro es el jefe. Para la madre y para Rosalinda esto de tener un hijo fuera del
matrimonio es pecado mortal, está convencida de que su hija se ha condenado al infierno, lo
mismo que el canalla de Don Leonardo. Desgraciadamente el embarazo de una hija fuera del
matrimonio, una “hija natural” es por ese tiempo peor que tener lepra y significa que la futura
niña es “hija del demonio”. Ambas mujeres se llenan de pánico y sobretodo Rosalinda no
desea saber nada de su futura hija. Por esta razón la madre y su hija nunca van a aceptar con
alegría, el estado de embarazo de la joven; sino más bien, como un castigo de Dios y ello
lleva a la niña a desconocer desde el principio al nuevo ser que se forma en su vientre. “Cómo
puedo sentir amor hacia un producto de un hecho abominable, de un acto de violencia
cometido por un viejo asqueroso” pensaba muy triste Rosalinda.
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En 1935, no hay posibilidades de abortar, ya que hacerlo, se considera un pecado mortal y
quien lo hiciese se condenaría para siempre a las llamas del infierno. Tampoco existen las
condiciones hospitalarias necesarias para realizar abortos. Existen, como siempre ha existido,
gente sin escrúpulos, quienes por dinero se le miden a cualquier cosa, pero pagar por un
aborto extraoficial, hubiera significado quizá la muerte de la niña. La madre resignada le va a
ayudar a aceptar temporalmente su nueva situación, con la condición, de que una vez nacida
la bebé se vaya de Túquerres hacia el Ecuador abandonando a su hija a sus cuidados, ella sería
la madre. Al aceptar la madre hacerse cargo de la bebé, facilita a Rosalinda la aceptación de
su embarazo obligado y en secreto. Debido a ello, va a estar escondida en una casa campestre
durante los nueve meses del embarazo para luego viajar a Cumbal, pueblo localizado al norte
de Túquerres, para el nacimiento del bebé y donde se van a refugiar para huir de la erupción
del volcán doña Juana. Nohora Magdalena Lidia Espinosa Rosero nace el 29 de abril de 1936.
Nohora tiene el cutis blanco, es rubia, de ojos grandes y negros, boquita de color púrpura y en
forma de coral; sin embargo este precioso ángel no despierta la ternura de la atemorizada
madre.
Rosalinda se niega a cargar a su hija, a darle pecho, a mirarla, y espera impacientemente tres
meses para abandonar a su bebé. Su madre la envía a vivir a donde unos familiares en el
Ecuador, como así le ha prometido. Con ello, evitó Rosalinda el pecado y el estigma de ser
madre soltera en la sociedad católica muy conservadora de la época. La abuela cumple su
palabra de proteger a su nieta hasta el final de sus días. Pero solo la cria durante tres años. Ya
que muere prematuramente, no se sabe con certeza la causa de la muerte, pero
desgraciadamente deja a su nieta, completamente desamparada en el mundo. Es así como en
sus tres años de vida ha perdido Nohora a su madre y a su abuela, las dos personas más
importantes en su vida. Y a los tres anos comieza un calvario que jamas tuvo fin.
Capitulo 5: Nacer para no ser
Nohora Magdalena Lidia Espinosa Rosero, es producto de una horrenda violación. Es la
víctima inocente de las circunstancias azarosas que rodearon su llegada al mundo. Una
delicada niña nacida para no ser vista, para ser ocultada, encerrada. Nohora recibe hasta la
edad de 3 años, la atención de su abuela Magdalena Lidia, quien se ha encargado de la crianza
de la nena debido a que su madre, se encuentra residenciada en el Ecuador. Es criada con la
mejor leche de vaca que la abuela pudo encontrar en su finca, el amor de la abuela materna
fue fundamental para la sobrevivencia de Nohora pero lastimosamente la abuela, enferma
gravemente y la causa de la enfermedad no se conoce pero es fulminante ya que muere
cuando la niña tiene tres años dejándola completamente desamparada en el mundo. Al
parecer, la madre de Nohora nunca vino a buscarla, o quizá vino para asistir al sepelio de su
madre y para dejar a su hija con la familia del padre; No se sabe. No es de extrañar que la niña
estuviera algunos días sola en la gran casona, quizá al cuidado de una niñera. Cuentan los que
la conocieron, que la abuela de Nohora, era una mujer tan tacaña que después de su muerte su
espiritu, asustaba a quienes se acercaban a coger sus pertenencias, por lo que los allegados se
vieron obligados a quemar todas sus cosas e inclusive su casa donde vivían. Es decir a su
muerte no dejó ni las cenizas. Sus propiedades se venden y el producto de la venta se cree fue
entregado a su hija Rosalinda. Nadie se preocupa de lo cruelmente desamparada que la niñita
queda. La muerte y los actos irresponsables de Don Leonardo, acaban de separar a las mujeres
de esta desgraciada joven familia y firman una sentencia de calamidad para Nohora y sus
descendientes.
Capitulo 6 Nohora llega a casa del padre
Túquerres es en los años treinta, un pueblo con reminiscencias de la colonia española,
fundado sobre las ruinas de una ciudad prehispánica. La estructura del pueblo es, similar a
todos los pueblos de Colombia, de una forma cuadrangular, En el centro del pueblo se
encuentran la iglesia, la oficina del alcalde, la del policía, la del telégrafo, la del periódico
local y algunos negocios de víveres, zapatos, ropa, y unas 100 casas regadas a lo largo de dos
o más calles. En esta red social, las noticias llegan rápido. En la fábrica de zapatos localizada
en una bodega a las afueras de Túquerres. Se entera don Leonardo que su hija natural ha
quedado sola en el mundo y decide entonces traerla a casa de su familia. María Magdalena, su
esposa, una mujer buena, la acepta como hija propia, con esa vocación que solo poseen las
mujeres católicas. No dice nada pero sufre en silencio el desamor y la traición de su esposo.
Cuando Nohora llega a la casa paterna tiene 3 años y sus medios hermanos 12 y 13 años.
Jugaban con la niñita mucho los primeros años, pero cuando se vuelven adolescentes se
olvidan de los juegos para dedicarse a sus propios intereses. La niña no tiene con quien jugar
y sirve entonces de compañía a María Magdalena su madrastra, una mujer creyente que le
enseña a rezar, invocándose a Dios, a los ángeles y a la Virgen María cuando más lo necesite.
Van a misa todos los domingos y a la salida siempre le compra una chupeta. Nohora aprende
a hacer los oficios de la casa y desde pequeña le toca defenderse sola frente a extraños ya que
María Magdalena la envía desde pequeña a vender golosinas al pueblo.
Como niña recogida no va a la escuela, a pesar de ser la hija de su esposo, la mujer la usa para
vender manjar en el pueblo. No lo hace personalmente ni obliga a sus propios hijos por
vergüenza, Nora no es su hija y de esta forma paga su estadía en la familia. La otra razón
puede ser que su hijo se ha mudado a vivir a Cali y a que Isabella simplemente se niega
rotundamente a ello. Pero el mayor culpable de este gran problema familiar es el progenitor,
Don Leonardo y sus debilidades. 
Capitulo 7 La judia del cabaret
Don Leonardo no entra en razón en cuestiones de deseos por conquistar otras mujeres y así
demostrar su hombría. El estar casado con una hermosa y rica mujer no parece bastarle y
sigue siendo infiel con la siguiente relación extra matrimonial que por sus alcances sería
nulidades la última en su desmoronamiento moral. El haber violado y dejado embarazada a
una menor de edad no le sirve de escarmiento. El haber obligado a su esposa a aceptar a la
hija de su víctima y criarla en secreto, parece fuera de su ëtica. Su comportamiento
irresponsable después de estos episodios, son muestras de ello.
En uno de sus viajes a la ciudad de Pasto, ha conocido a la dueña de un cabaret, una mujer de
origen judío, al parecer muy hermosa y sensual de la que se ha enamorado perdidamente, pero
la mujer orgullosa y bella, no responde a los requerimientos amorosos de Leonardo, quien
desengañado cae hondo en las garras del alcoholismo. 
Su enfermedad va a llevarlo a la ruina y arrastra a María Magdalena, a los dos hijos del
matrimonio y a Nohora. Perdió en la bebida toda su fortuna, su fábrica y su carrera política.
Comenzó a maltratar
a su esposa y a sus hijos. Era todavía “bueno” con Nohora, quizá por seer pequeña, más a
veces Nohora se esconde en el soberado de la casa para evitar su ira y su acoso. Esto sucede
cuando Leonardo es violento María Magdalena y con Isabella. La reacción de Nohora es la de
defenderlas poniéndose entre Leonardo y ellas, lo que lo obligaba a parar su agresión para,
comenzar a cazar a la niña por toda la casa. Pero Nohora fue siempre más rápida y lograba
escaparse. Cuando sucedía, María Magdalena e Isabella tenían tiempo para esconderse y
encerrarse con llave en alguna de las habitaciones del segundo piso.
Leonardo generalmente se cansaba de corretearla por toda la casa y se quedaba dormido en
cualquier rincón de la misma. Generalmente no paraba en casa más que para causar problemas
y luego volver a desaparecer por semanas. Su nuevo estilo de vida es bohemio, con la botella
en mano, y gastándose los ahorros de su familia en el cabaret en Pasto frente a la mirada fria
de la cabaretera.
Capitulo 8 La pobreza llega a casa
Al llegar la pobreza a la familia, se vio María Magdalena, obligada a hacer manjar, un dulce
de leche para vender en el pueblo y con la plata de las ventas sostener económicamente a sus
hijos. Mientras tanto, Leonardo se mantenía en Pasto, bebiendo en el cabaret de la mujer
judía, dejándole todo el dinero producido por la venta de calzado, sin importarle de que su
familia pasaba necesidades y de que la fábrica de calzado comenzaba a carecer de material, de
dinero para pagar los sueldos de los trabajadores, los cuales terminaron robándoles todo y ya
al final, cuando la bancarrota llegó y sin ya nada que hacer, se dedicó a gastar sus últimos
ahorros en el cabaret de Pasto.
Don Leonardo ha dejado de ser el dedicado esposo, padre de familia, político y hombre de
negocios que fue hace solo cuestión de un año. Ahora es, a sus 38 años, solo una sombra de su
glorioso pasado. Se le ve sucio, con el traje roto, con la botella de trago en la mano, sin comer
y sentado en el sofá de la sala con la mirada perdida en el horizonte. Las mujeres guardan un
silencio sepulcral y se niegan a moverse por miedo a que este hombre vaya a agredirlas.
Esperan a que se duerma para poder irse, a su vez, a dormir. Su estadía en casa dura solo una
noche y al día siguiente desaparece dejando esa sensación de tristeza, vacío y añoranza en su
familia. En casa de Nohora a veces falta la comida. 
La familia ha desaparecido de las prioridades de Don Leonardo, quien alcohólico y mal
trajeado se contenta con oír los sarcasmos de la bella cabaretera, que según sus propias
palabras: “jamás se enamoraría de un hombre casado” Los dos hijos mayores, adolescentes,
no aceptan la nueva situación de miseria, enseñados como han estado a vivir muy bien, son
orgullosos y no desean ir a vender al pueblo lo que su madre produce y tampoco desean que
los vecinos se enterasen de la nueva situación económica de la familia.
La única forma es enviar a Nohora a vender al pueblo los dulces de leche. Nadie la conoce y
nadie la relacionaría con ellos. Nohora se ve obligada a aceptar esta situación, lo hace porque
es niña y quiere demostrarle a su madrastra que la apoya para obtener su amor. Esta injusta
situación económica es perjudicial para Nohora quien solo va a cursar el primer año de
escuela primaria donde aprende a leer, a escribir y las cuatro operaciones matemáticas: suma,
resta, división y multiplicación. Como todo niño añora la escuela, los libros, los amiguitos, la
enseñanza. Ser escondida de todos, no asistir a la escuela y verse obligada a trabajar mientras
que María Magdalena no obliga a sus otros hijos a hacerlo, permitiéndoles estudiar, le
produce tristeza, resentimiento y desesperación. Esta situación le hace sentir como una
recogida, una criada, más que una hija. Siente que su padre, es el directo responsable de esta
humillante situación y su corazón se llena de amargura y odio y se enferma. Llega un
momento en que se da cuenta que no es un miembro de la familia de su padre, es una
recogida, una criada, una sombra y de que para sobrevivir no le queda más camino que
emprender su vida sola en otra ciudad. Es decir huir. 
Capitulo 9 Ana María
Es así como, huérfana de madre, con un padre alcohólico, una madrastra y unos hermanos
quienes parecen no sentirle mucho amor, crece, sin educación y obligada a trabajar para
apoyar a la economía de la casa; sin que nadie le enseñara cómo comportarse en sociedad, que
era ser señorita. Muchas veces obligada a dormir en el soberado de la casa, para evitar los
castigos o la ira de su padre. Es testigo y víctima de la violencia familiar causada por su
padre, forjándose en la idea de que todos los hombres son malos. El ver a su madrastra,
trabajar para sostener a la familia y mal tratada por su padre es una situación que detesta: pero
también odia su situación de niña trabajadora sin derecho a estudiar, además piensa que su
trabajo es aburrido, solitario, inseguro y peligroso ya que más de una vez se ha visto obligada
a esconderse hasta el atardecer para evitar ser violada. Pero de esto no cuenta nada en casa
para evitar que su mami se enferme. Le tenía mucha compasión y no deseaba verla triste o
llorando. Este es su secreto.
Nohora crece como niña trabajadora y siempre se le deja hacer su voluntad o lo que quiera en
su tiempo libre. No se le enseña claras fronteras en su comportamiento y no sabe que está o no
permitido hacer. La carencia de fronteras la llevan, por ejemplo, a tener dificultades para
controlar sus ataques de ira. Aunque María Magdalena es permisiva siente que nunca la trata
como a una hija.
Siendo niña no entiende por qué su mamá es extraña y piensa que ella y sus muñecas son
culpables y les inflige severos castigos porque cree que son malas y feas. Su comportamiento
combina la tristeza y la ira hacía sí misma y hacia los demás. Como cristiana aprende que
debe estar siempre agradecida a Dios y perdonar a su madre y a su padre por su desdicha.
Pero estos sentimientos son obligados ya que la realidad es otra, por más que ora, su situación
familiar no cambia, entonces se siente frustrada, triste, desesperada, melancólica y sin poder
para transformar su propia situación lo que la llena de ira y de deseos de destruir cosas y así
destruyendo es como siente que un peso menos la agobia.
En su tiempo libre, juega sola con sus muchas muñecas de trapo. Su juego favorito consiste en
encontrarlas culpables de daños y castigarles, enterrándolas en el jardín de la casa. Allí las
deja enterradas durante unos días o semanas y después vuelve a desenterrarlas, también puede
castigarles golpeándolas antes de enterrarlas. En su niñez solitaria frecuenta una mejor y única
amiga llamada Ana María. En el tiempo como amigas, son inseparables. Nohora encuentra el
amor verdadero que no experimenta como huérfana de madre y la lealtad de una hermanita, la
alegría de tener un confidente para sus juegos.
Pero el destino, que parece no olvidarse de quien es Nohora, viene a desunirlas fatalmente ya
que Ana María muere de cáncer a los seis años dejando a Nohora sumida en la soledad más
terrible. Sucede de la siguiente manera: un día están jugando en un patio y se le caé a Ana
María un hierro en la pierna. Cuenta Nohora que su amiguita nunca se repuso de este
accidente y que estuvo en cama hasta el día de su muerte, dice que se quejaba todos los días y
que lanzaba gritos de dolor y que sus familiares no podían hacer nada para impedir su
sufrimiento. La única forma cuando descansa es cuando después de un dolor terrible se
desmaya y luego de algunas horas recobra el conocimiento y vuelve a gritar de dolor. Esta
situación dura algunas semanas y un día la niña lanza un grito aterrador y llama a Nohora y
luego muere. Ana maría, sería su única amiga durante su niñez y quizá durante toda su vida.
Tres separaciones son un peso muy difícil de llevar para una niñita. Al final se resigna a vivir
como adoptada 9 años de su vida. Luego siente que es hora de emprender su vida sola y huir
de esta situación irresistible y que hace tanto daño.
Capitulo 10 Una jovencita en la gran ciudad
Un buen día, cansada de todo y de todos en su familia decidío caminar su vida sola. No sentía
ser nadie especial para ellos, su padre es un alcohólico que maltrataba a su madrastra y a su
media hermana, y a quien le tenía miedo, asco y rabia. El hermano mayor de la familia,
Sebastián, se ha mudado a la edad de 18 años a la ciudad de Cali para trabajar y ahora,
cercana a los 12 años, ve su oportunidad de huir de su pesada situación familiar, hacía, lo que
pensaba, sería un destino hermoso lleno de posibilidades de educación, trabajo y progreso. Su
plan es acabar su formación básica, graduarse y cursar estudios universitarios. Quiere ser una
renombrada abogada. En su sueño no se encuentran ni novio, ni hijos, ni menos vida familiar,
que desconoce.
Es así que a la edad de 12 años, se va a vivir y a trabajar para unos clientes de su padre de
origen judío, quienes tienen una zapatería en Pasto y la reciben con los brazos abiertos.
Nohora trabaja como vendedora y como niñera de los niños de esta familia. La zapatería se
encuentra situada en el centro de la ciudad y precisamente al frente de la zapatería se
establece después de unos años una fábrica de Pan.
El sueño de irse a estudiar derecho a una universidad de la capital de la república de
Colombia, se comienza a disipar, a ser difícil de asumir, de hacerse realidad. Su trabajo como
ventera y niñera no le da tiempo para completar sus estudios primarios y secundarios y
cuando a los 18 años se casa, parece enterrar para siempre sus deseos de ser abogada. La
nostalgia de ser una mujer instruida y el no perdonarse a sí misma por su fracaso, le causan
tristeza e ira, sentimientos que no son nuevos en esta mujercita y que son el veneno para su
alma que terminarían por envenenarla. Nohora es una activa y positiva joven que guarda en sí
a un ser resentido, sombrió que oculta sus verdaderos sentimientos ante los demás: desea ser
querida por su alegría y entusiasmo y hace grandes esfuerzos por lograrlo. Lamentablemente
este resentimiento ahoga todo lo bello, lo nuevo, con vida que encuentra a su paso. Va a
destruir en los otros; en la gente joven, en su futuro marido y desgraciadamente en sus propios
hijos lo que le hace falta. No va a soportar verles felices.
Es una jovencita práctica e inteligente y piensa más en su seguridad personal, que en otros
asuntos. Es consciente desde muy niña de que el dinero es fundamental para conseguir los
sueños y si no se puede obtener dinero por el propio esfuerzo entonces se puede aceptar
establecer relaciones tendientes al logro de este objetivo. Por ejemplo en una relación de
amor, que le permita tener la libertad para poder educarse y tener una vida holgada. Entonces
está dispuesta a aceptar en su vida estas fuentes de riqueza en un matrimonio donde su esposo
sea pudiente, con fortuna, rico y generoso y le ofrezca seguridad económica y amor.
Capitulo 11 La transformación
A los 15 años igual que una crisálida que deja el capullo para transformarse en una mariposa.
Comienza Nohora Magdalena Lidia Espinosa Rosero a transformarse desde la frágil niña
delgada que llega a trabajar a Pasto a los 12 años a una jovencita de bonitas formas femeninas
y su cintura, que es tan delgada como la de una avispa, es fina y llama la atención de todos los
jóvenes casamenteros de la ciudad, así que la calle, donde vive y trabaja, empieza a ser
concurrida de jóvenes elegantes, serios que vienen atraídos por su belleza.
Viste con gusto y distinción y la dueña de la zapatería le ha dicho que sus piernas son bien
formadas y que serviría como modelo de calzado fino para señoritas. De rostro angelical y
hermoso y cabellera negra, larga y brillante es de carácter extrovertido, de naturaleza alegre,
divertida, le encanta hacer reír y ser el centro de atención y desde niña está enseñada a tratar
con extraños.
Los muchachos le causan curiosidad y flirtea a ratos pero no pasa a mayores. Al parecer los
jóvenes, atraídos por su belleza, se sienten atemorizados por su extroversión y nunca se
atreven nada más allá de un silbido o de una sonrisa. Sin embargo, el hombre de su vida
estaría por llegar.
Nohora vive y trabaja con la familia de zapateros durante 6 años, hasta la edad de 18 años,
fecha en que saldría feliz de la iglesia de la Catedral, del brazo de su esposo Joaquín Bernardo
Del Monte Becerra; propietario de la fábrica de pan situada al frente de la zapatería
Capítulo 12 El Noviazgo
Nohora Magdalena Lidia tiene 17 años cuando Joaquín Bernardo de 24, le habla por primera
vez de su amor y de su intención de casarse, había primero tomado contacto con la familia
donde trabajaba y había obtenido permiso para acercarse y hablarle a la joven, aceptó la
propuesta del joven más porque la familia donde trabajaba le ha comentado que el muchacho
era rico y provenía de una buena familia y era dueño de su propia fábrica de pan.
Acepta la propuesta del atractivo Joaquín pero con la condición de que solo podrían
encontrarse los fines de semana, los días domingos a la salida de la misa allí en la Iglesia de la
Catedral que quedaba localizada en la esquina de la calle de las zapatería en el centro de
Pasto. La Catedral es una magnífica construcción arquitectónica y siempre se llena de fieles
cristianos.
Joaquín acepta, con el corazón rebosante de felicidad, la condición y cumple la palabra dada y
durante su tiempo de noviazgo, solo intentaría, una vez, tocarle un dedo de la mano. El
encontrarse cada domingo durante un año les permite conocerse y el amor se posesiona
dulcemente en la joven pareja.
Esperó pacientemente todo este año hasta tener la mayoría de edad para poder casarse. Como
así sucedió en efecto. Ha tenido tiempo para familiarizarse con Joaquín y lo encuentra bueno,
generoso, trabajador, serio y lo más importante es que nunca lo ve borracho. Odia a los
borrachos.
Joaquín no puede dejar de pensar en ella. La primera vez que la vio se sintió atraído por la
juventud y belleza de la muchacha que atendía a los clientes en la zapatería del frente. Quien
le iba a decir que algún día se enamoraría perdidamente de su vecina quien al parecer no se ha
dado cuenta de su existencia. Comienza a seguirla sigilosamente cada domingo a misa. Intenta
comulgar a su lado, sin que lo notara y siempre se viste muy elegantemente al estilo de los
actores de Hollywood para impresionarla. Pero ni así, la joven parece no darse cuenta del
joven y no parece estar interesada en nadie. Camina siempre erguida y muy orgullosa y no
sonríe nunca, al contrario, a veces le parece a Joaquín que la joven refleja mucho enojo en su
interior pero esto la hace a su parecer aún más atractiva. No es cosa que le preocupa ya que se
ha puesto como meta lograr el amor de la joven bella y desconocida.
Si no muestra ningún interés la cuestión es cómo lograr que lo vea. Entonces decide hacerse
conocer de la familia dueña de la zapatería, se hace amigo y se entera de que la joven se llama
Nohora, que su padre es el dueño de la fábrica de zapatillas más finas de la región, un hombre
que además es el Alcalde de Túquerres: que Nohora ha sido encargada por su padre para que
se le enseñasen el oficio del negocio, ya que es una chica avispada, inteligente y buena para
las matemáticas. Le ha contado la señora de la casa, que la chica sabe leer, escribir y es una
buena vendedora.
La chica le ha producido una buena impresión e interés, como propietario de la única fábrica
de pan de la ciudad y patrono de 30 obreros, está convencido que su unión con ella tiene un
feliz desenlace, una familia feliz; su negocio va a prosperar y van a ser ricos. Joaquín es nieto
de un capitán español Factor del Monte, quien está a cargo de un gran resguardo indígena que
ocupa casi medio Nariño cerca de 30 mil hectáreas, y que al final queda, quien sabe cómo o
porque, dueño de estas tierras. Joaquín es junto con sus siete hermanos y dos primos heredero
directo de estas tierras. En su fantasía juvenil, Nohora vendría a ser la reina en el reino
económico que pensaba construir, volver grande y rentable, pero como dicen en el pueblo:
“Una cosa es la que piensa el burro y otro el que lo va montando”
Finalmente toma la decisión de hablar con la familia que representa a los padres de la joven.
Les comunica su propósito de casarse y pide autorización para cortejarla. Ellos aceptan
encantados ya que saben la procedencia social y económica del joven pretendiente, quien
siendo 7 años mayor que Nohora se cree maduro y la puede hacer feliz. Joaquín no cabe en sí
de la dicha, si pudiese volar llegaría a las estrellas y bajaría una para ponérsela a sus pies;
desde ahora corteja a la joven y la hacer partícipe de sus deseos, sueños y ambiciones.
Nohora Magdalena Lidia tenía 17 años cuando Joaquín Bernardo de 24, le habló por primera
vez de su amor y de su intención de casarse; primero ha tomado contacto con la familia donde
Nohora trabaja y ha obtenido permiso para acercarse y hablarle a la joven, quien acepta la
propuesta del joven más que todo porque la familia donde trabajaba le ha comentado que el
muchacho es rico y proviene de una buena familia y es dueño de su propia fábrica de pan.
La primera vez que acepta tener una cita con Joaquín, se encuentra nerviosa y cuando el señor
serio, atractivo y finamente vestido se le acerca no puede evitar estremecerse, lo encuentra
mayor ya que es una niña. La situación le parece también cómica y siente como si tuviera que
demostrar que es madura. Pero espera a que le hable. El joven le declara su amor, y Nohora le
mira seriamente y le dice “-pero, usted es mayor que yo-”. “-si es cierto, pero el amor no
conoce de edad y yo le ofrezco mi vida a cambio de un sí de sus labios-” le dice el señor
mirándola fijamente a sus hermosos ojos. Nohora se sonroja y se queda callada, no le
responde de inmediato y le exige tiempo. Primero tiene que conocerle y acepta encontrarle
cada domingo al terminar la misa de las 12 en las afueras de la Iglesia de la Catedral
localizada en la esquina de la calle de las zapaterías en el centro de Pasto. La Catedral es una
magnífica construcción arquitectónica y para cada misa se llena de fieles cristianos
provenientes de Pasto y de diferentes pueblos del departamento de Nariño que acostumbran
bajar a Pasto a hacer compras y a vender lo que producen.
Joaquín acepta con el corazón rebosante de felicidad la exigencia de Nohora y cumple la
palabra dada a la joven y durante su tiempo de noviazgo, intentaría una vez, tocarle un dedo
de la mano. Este encontrarse cada domingo durante un año para invitarla a tomar un helado o
a caminar hasta el parque Nariño. Les va a permitir conocerse y al amor posesionarse
dulcemente en la joven pareja. Siendo así que para el día de su cumpleaños el 29 de abril,
algunos meses después del primer encuentro, le dice Nohora que sí, que acepta casarse pero
que debido a su edad deben esperar un año para contraer nupcias.
Joaquín la mira emocionado y feliz del sí de la joven y durante ese año sólo le ha rozado
apenas. Pero hacer esto le basta y le da alientos para esperar los meses que se alargaban como
adrede causándoles sosiego y ansiedad. Durante ese largo año va aprender a conocerla mejor
y a quererla y la joven se va a enamorar a su vez de la esperanza que él representa. Joaquín le
cuenta sobre su vida en la finca del abuelo Factor, del abandono materno y paterno, de cómo
cuando siendo niño, los curas jesuitas le brindaron abrigo, alimentación y educación; le narra
de los muchísimos días sin tener que hacer o que comer, solo con sus siete hermanos,
ayudados por los peones del abuelo. Se ha sentido huérfano sin en realidad serlo. Le repite mil
veces a Nohora que jamás la va a abandonar, que nunca se van a separar, que no van a dejar
solos a los hijos que tuviesen y que siempre serán felices. Todo esto le sonaba como un
cuento de hadas a Nohora y se sentía feliz.
Piensa pero no le cuenta nada a su futuro marido sobre su pasado, sobre el recuerdo del
abandono materno, del padre alcohólico, de la vida dura en casa de la mujer de este, del
maltrato de sus hermanastros; todo esto que se le agolpa en la mente, desea enterrado en el
pasado. En la casa de la familia donde vive y trabaja la han felicitado con abrazos y besos y le
han dicho que su elección es correcta ya que Joaquín es un buen partido: guapo, rico,
trabajador, bueno y generoso. Le dicen que jamás sentirá hambre o necesidades económicas y
que será dueña y señora de su casa. Esta última idea le ha gustado a la joven, podrá por fin
decidir qué hacer y los demás estarán ahora a sus órdenes. La idea de vivir bien y con lujo es
algo que le fascina. Así que contraer matrimonio con Joaquín empieza a gustarle más y más.
Atrás va a quedar la pesadilla que la ha obligado a dejar Túquerres y comenzar una nueva
vida en Pasto. Quien lo iba a creer que el destino ya estaba escrito que en Pasto iría a conocer
al hombre quien le transformaría su vida para siempre. Nohora se encuentra dichosa y
desearía volar en brazos de su futuro marido hasta el universo para escoger una estrella
luminosa y guardarla en su corazón para siempre.
La espera pacientemente todo ese año hasta que alcanza la mayoría de edad para poder
casarse. Ha tenido tiempo para familiarizarse con Joaquín y lo encuentra generoso, trabajador,
serio y lo más importante es que nunca lo ve borracho. Odia a los borrachos como su padre.
Mira a Joaquín, quien es algunos centímetros más alto y le gusta como viste le recuerda a una
estrella de las películas de Hollywood, que han visto en la sala de cine. Cuando salen juntos
acostumbra llevar traje de paño, sombrero, abrigo, zapatos impecablemente limpios y una
colonia cara y de rico olor. Nohora ha descubierto discretamente que tiene un lunar en la nariz
que lo hace seductor, le gustan sus ojos y su pelo negros, y el bigote que recuerda la
apariencia de los hijos de españoles nacidos en Colombia, y que seguramente ha heredado de
su abuelo. Al verle llegar a las citas le observa que su caminar es lento y sencillo. Joaquín
tiene ese don gente de hacerse querer por todos los que le conocen. Generalmente es de buen
humor y sabe mandar y sus empleados lo respetan y entienden sus órdenes. La gente confía en
él y en su generosidad. El joven se ha ganado el corazón de la muchacha con su amabilidad,
ternura y obsequiándole bellos presentes como anillos y collares de oro y piedras preciosas y
cajas de ricos y finos chocolates que se importaban por ese entonces de Europa. Nohora se
sentía en el paraíso a su lado y en su felicidad cantaba a plena voz. Se había enamorado.
Joaquín parece ser el hombre ideal para la sufrida Nohora, quien inteligente y práctica como
es, comprende que el tener un marido puede significar el fin de su inestabilidad familiar y
emocional, el sentirse segura, señora, dueña de su propia hogar y amada por su enamorado. Se
enamora del inteligente y capaz Joaquín y se olvida de su sueño de ser “una profesional
competente y famosa que luchador la defensa de la mujer contra la violencia masculina”. Se
casaría feliz, esperanzada y con fe en que su vida de soledad iba a cambiar por completo. Se
veía a si misma amada, viajando y haciendo fiestas con Joaquín. Se imaginaba que Joaquín le
brindaría apoyo y estabilidad que tanto lo ansiaba.
Capitulo 13
El casamiento
Las bodas se celebran un domingo en un maravilloso y soleado día de septiembre a las 12 del
día. La iglesia adornada con flores blancas está repleta con familiares, amigos, clientes de
Joaquín y curiosos. Con Nohora, se encuentra la familia dueños de la zapatería, algunos de
sus clientes y amigos. Ninguno de sus familiares cercanos la acompaña. No ha querido
contarles a sus padres y hermanos sobre su boda, y ahí frente al altar de la Catedral, esta
serena, muy bonita en su traje blanco, que simboliza su pureza y virginidad. Sus ojos sonríen
como prueba de la alegría que siente de ser la esposa del hombre que ama. Todos aplauden a
la salida de la iglesia y el cortejo se encamina a los locales de la panadería de su esposo donde
se celebra la recepción, primero se sirven las entradas, luego se invita a una comida, después
la bebida y por último el baile, siendo las 12 pm y una vez que todos se han despedido quedan
Joaquín y Nohora por primera vez rendidos y a solas. La luna de miel la han de pasar en casa
ya que Joaquín no puede abandonar su negocio y trabaja normalmente al día siguiente.
Nohora siente un malestar en el estómago entiende que no van a tener mucho tiempo para
estar a solas así que una vez consumada la boda a los nueve meses nacería la primogénita,
Gilma.
Joaquín, no es precisamente un amante gentil, lo cual es comprensible en un hombre de su
época y criado en el campo y esto lo siente Nohora desde la primera noche de bodas. No sabe
de cortesías y actúa de modo brusco y sin respeto de su sentir, Esto le causa una desagradable
sorpresa y se siente desilusionada, humillada, maltratada y casi violada por su esposo. El
amable y delicado Joaquín ha olvidado su caballerosidad en su noche de bodas. Nohora siente
miedo rayado en pánico cuando la penetra sin darle tiempo a prepararse para ello. Más que
una noche de bodas es una noche de lágrimas, dolor y desgarramiento. Siente como si un
cuchillo le abriese el vientre y esta violación es difícil de olvidar. Nohora, criada en una
familia católica no tiene la menor idea de que se espera de ella la primera noche de bodas y
Joaquín parece olvidar este detalle y ser tierno. Nohora tiene como adolescente que es, una
idea romántica del amor y la creencia de que a los niños lo trae la cigüeña de París.
Como este hecho violatorio se repite a menudo, entonces, los hijos producto de este abuso,
significan ser los hijos del pecado, los descendientes del diablo. Por supuesto quien puede
querer a los hijos del diablo. Cree que la única forma de quitarles el mal a estos niños es con
el castigo. El castigo desde su punto de vista católico es una purga, una forma de desinfectar a
estos nuevos seres, fruto del pecado y que con el bautismo son transformados en hijos de
Dios. Cuando se casa no sabe nada de como vienen los niños al mundo y se ve
sorpresivamente alelada ante la embestida de la realidad. Su mente establece una barrera entre
el amor platónico que desea sentir toda la vida con el amor físico que causa dolor y es
obligada a aceptar como esposa. Luego al confesarse, le dice el cura: “pero hija, si para esto te
has casado, para traer hijos al mundo y con tu vientre bendecir a Dios en la tierra, no necesitas
confesarte, sino aceptar tu nuevo rol de madre y esposa, así que puedes irte en paz, que Dios
te acompañe” Nohora se va confundida aún más y murmura un tímido “gracias, Padre” y reza
pidiendo perdón por sus pecados ahí cerca al altar de la Virgen del Perpetuo Socorro. Tiene
20 años cuando nace su primera hija y cree a ciegas hasta el cuarto hijo, que sus hijos, deben
ser redimidos del pecado original, de igual forma, como Jesucristo fue crucificado para
redimir del pecado a la humanidad así que se debe castigar a los niños para sacarles el diablo
del cuerpo. Con los cuatro hijos restantes y con la nueva ideología de paz y amor que se vive
a finales de los años 60, su actitud ha madurado y su creencia ciega en las enseñanzas de la
biblia, menguado un poco.
En su nueva creencia hay ahora las enseñanzas de la biblia, combinadas con la creencia en
brujas y la influencia de las artes curatorias de los indígenas del Putumayo, pueblo cuna de los
Sibundoyes indígenas oriundos del sur de Colombia y que practican y venden tales artes
curatorias. Así que cuando pensaba que algunos de sus hijos o su esposo o ella han sido
embrujados compra pócimas preparadas para curarles. Este sentimiento unido a uno de
repulsión la va a acompañar por el resto de su vida de casada.
Otra cosa que Nohora tampoco se espera es respeto. Joaquín acepta encantado su punto de
vista ya que la adora y desea complacerle hasta en el más ínfimo de sus deseos. Además es
todavía una adolescente y él es adulto.que al siguiente día de la boda, Joaquín la ponga a lavar
los 30 delantales de los obreros de la panadería. Lo hace a regañadientes sintiendo que es la
última vez en su vida que lo hace. De allí en adelante obliga a Joaquín a respetarla como su
señora. Le hace saber que no se ha casado con una sirvienta y que va a pagar los servicios de
una lavandera, una aseadora y una cocinera. Su rol en el matrimonio es decidir igual que su
esposo y detesta ser tratada desigualmente. La nueva señora de la casa exige a empleados y
clientes que la traten con mucho respeto, o sino ellos deberían atenerse a las consecuencias de
su furia.
Capítulo 15
El nido de las rosas espinosas
Al salir de su luna de miel se da cuenta de que su matrimonio no es ningún nido de rosas. Su
esposo, los cuñados, las empleadas, los clientes son nuevos actores que tiene que aprender a
tratar, no todos sus cuñados son amables y se siente que debe defenderse frente a los más
hostiles, especialmente su cuñada. Se siente vulnerable ante los ataques acaecidos en su
propia casa y le amarga su nueva vida. Entonces su naturaleza rebelde, su niña enojada y
resentida va a mostrarse y va a enviar el mensaje que con ella nadie juega. Si es joven,
hermosa y delicada pero puede defenderse cuando las condiciones lo exigen. Se defiende, si
es obligada, usando la venganza, los insultos o los golpes. Se ha dado cuenta que su esposo
parece inclinarse a tratar muy bien a otras mujeres y razona que si él es infiel entonces la
señora de la casa no se quedará en casa llorándole, sino que también le va a pagar con la
misma moneda. La idea de separarse o divorciarse no cabe en el razonamiento de Nohora
quien proviene de una familia católica, orgullosa y conservadora; jamás se le va a pasar por la
mente separarse, además que el divorcio está rotundamente prohibido en los años 60 por la
iglesia católica. Persona que se divorcie se le excomulga de inmediato y esto significa la
muerte social de los afectados. Así que le toca aguantar la amabilidad extraconyugal de su
esposo y amoldarse a los hechos pero a su manera. El mundo imaginario lleno de amor, paz y
unión en su nuevo hogar se le estalla dentro de sí y las consecuencias de este estallido no
tardaron en aparecer.
El hecho de que su esposo no la defienda en momentos críticos y no se muestre firme frente a
su hermana para que deje en paz a su esposa, la entristece y la pone de mal humor. A ello se
suma el desaliento que le produce la brusquedad de Joaquín en el momento de expresar su
amor íntimo. Y el sospechar que Joaquín coquetea con las clientas, empleadas y jóvenes
sirvientes. Todo hace que su amor comience a despertar de su ensueño de hadas y se
encuentre sola frente a los nuevos acontecimientos, sin ninguna mano amiga en quien confiar
y en la cual resguardarse. Viejos pánicos llegan de vez en cuando a visitarle y hay momentos
en que no puede aparentar más estar alegre feliz ya que la melancolía se apodera de su ser y
parece no dejarla durante largos períodos de tiempo.
Capítulo 16 
Los primeros años de casada
Por una parte sucede que en su nueva vida hay riqueza, seguridad, una casa, pero de otra
parte, el destino, su fatal enemigo, siempre a su desfavor, le ha reservado amargas sorpresas.
Una moneda tiene dos caras: En el caso de nuestra heroína, la una cara de la moneda sonreía y
la otra, lloraba. Por alguna razón del destino o de su crianza: la hija de una niña violada,
nunca tendría una vida feliz, ni antes ni después de su matrimonio. En sus primeros años
como joven esposa y ama de casa no todo es como lo esperaba y su sueño de armonía,
bienestar y amor se desvanecería con el paso de los años, con los montones de hijos a cuidar y
educar y con un marido de película de Hollywod, que la buscaba para hacerle hijos pero que
jamás le demostraba ternura y la apoyaba en la crianza de los ocho hijos del matrimonio. Se
encuentra sola asumiendo un rol de madre para el cual no tiene formación, ni vocación, ni
paciencia, ni voluntad, ni capacidad. La vida como ama de casa no le llama en absoluto la
atención y se siente más inclinada a trabajar en el negocio junto a su esposo. Joaquín acepta a
regañadientes su ayuda, debido a que, en esa época, no es corriente que las jóvenes esposas se
pongan a trabajar, hombro a hombro con su marido. Pero la voluntad férrea de Nohora es
incombatible. Además, tiene talento para vender y para atraer clientela y dinero al negocio, lo
cual Joaquín lo ve obviamente, positivo. Como niña trabajadora, está acostumbrada al trato
con extraños y a saber vender. Su gentileza y belleza, nada común en la sociedad pastusa,
atraen clientes y por ende éxito al negocio, además tiene carisma y don de gente y es
extremadamente encantadora con los extraños y extrañas. Pero a nivel sentimental, se siente
vacía, desea que su madrastra, quien parecía haberla olvidado, la viniese a visitar, la quiera y
la acepta como a su hija Isabella. Pero el silencio de su madre parece recordarle, que María
Magdalena nunca la considera como a una hija. Su hermanastra Isabella nunca viene tampoco
a visitarla. Por lo menos no lo hace en sus primeros años de casada, o, hasta el momento en
que se enteran que la recogida, es ahora más rica que ellos. 
Capítulo 17
Los cuñados
Algunos de los empleados de la panadería son los hermanos de Joaquín gente sencilla de
origen campesino y fácilmente impresionables para quienes la actitud altiva, orgullosa de la
joven cuñada, es recibida de mala gana, desde un principio se ve la diferencia cultural entre la
hija del alcalde y los hijos del silencioso campesino. No desean ser tratados tampoco como
esclavos y un tácito confronta miento se va a establecer. Piensa que esta actitud negativa de
los cuñados no contribuye a la paz ni de su hogar ni al éxito de la industria panadera de su
esposo. El conflicto no se hace esperar y Lidia, una de las hermanas de Joaquín ataca a
Nohora cuando se encuentra en el último período de embarazo de su cuarta hija María Alina.
Su cuñada ha dicho que la ha visto coquetea con un cliente, lo cual no es cierto. Cuando se
encuentran en la cocina Nohora le reclama su falsedad, la cuñada intenta pegarle y Nohora se
defiende atacándola con un cuchillo entonces Lidia establece una demanda dando por
resultado que a Nohora le toca pasar la noche sola en la estación de policía sin señas de
Joaquín. La reacción de Joaquín es de pasividad ya que no sabe por quién tomar partido y esto
Nohora lo ve como una traición a su amor de pareja.
Es así como se encuentra en su nueva casa, sola, enfrentándose y conociendo por vez primera
a sus cuñados quienes al parecer no la aceptan. Se siente no querida, y siente que la ven como
a una intrusa o como a una rival entre el amor del hermano y su sustento económico. Joaquín
ha empleado a sus hermanos como obreros para ayudarles a forjar un destino, esta relación
laboral funciona hasta que Nohora llega a decidir en la vida y negocio de su esposo y es del
parecer de que sus cuñados no toman en serio su trabajo y que le roban a su marido. Si es esto
cierto o no, comprende así la situación y se decide a poner punto final a este abuso. En efecto
sucede que al creerlos incapaces para el trabajo, los obliga a abandonar el negocio y su casa.
De ahí que lo que Nohora piensa se hace realidad: sus cuñados no están felices con su
presencia.
Joaquín acepta esta nueva situación, para no romper con la armonía de recién casados y
porque la amaba; sin embargo no deja desamparados a sus hermanos y les ayuda a montar sus
propias panaderías en la ciudad. Tres de ellos, Arnulfo, Alfonso, y Víctor, tuvieron éxito con
sus panaderías llegando en poco tiempo a ser las mejores de la ciudad. El otro hermano, Luis,
sargento del ejército vive en Yacuanquer, un pueblo de clima caliente localizado al norte de
Nariño con su esposa e hijos luego cuando se traslada a vivir a Bogotá, lo convence Joaquín,
de renunciar a su profesión militar y le colabora para montar un negocio de víveres, en el cual
le va, económicamente, muchísimo mejor que como sargento. Lidia, también monta una
panadería pero sin el mismo éxito que sus hermanos. Víctor vende su negocio cuando su hijo
menor muere bajo las llantas de un bus municipal. Se divorcia de su esposa y con su pequeña
hija Salomé abandona Pasto buscando nuevas formas de trabajo en otras ciudades de
Colombia y Sudamérica. Arnulfo de la misma edad de Nohora se casa y tiene 3 hijos y su
panadería compite en calidad y éxito con la de Joaquín. Alfonso se casa y tiene dos hijos pero
aunque tiene éxito no puede compararse con la calidad del pan, tortas, bizcochería de su
hermanos Joaquín y Arnulfo. Pero entre ellos siempre existe una relación de hermandad y
amor y aceptan a su cuñada por amor a su hermano. Nohora tiene problema sobre todo con
Lidia con quien jamás va a tener un buen contacto y siente que Víctor no la quiere y es hostil
pero cuando han desparecido de su casa entonces respira aliviada. Ahora, piensa, la vida va a
ser más segura para el bienestar de sus hijos, de su esposo, de ella y del negocio.
Capítulo 18
Los suegros
Aida, Marcos y Rosa los hermanos menores de Joaquín, son niños al momento de la boda. Y
viven con su padre Aureliano en una casita campestre en Pinasaco, una vereda de clima frío
localizada al norte de Pasto. La casita construida en barro con techo de paja tiene un fogón el
centro y unas pequeñas instancias donde duermen. Al parecer Aureliano de carácter
misterioso parece haber renunciado a la riqueza de su padre y se ha ido a refugiar en una de
las casas indígenas abandonadas construidas con tanta maestría que en su interior no se siente
el frío de páramo que se reina afuera de ellas. La casita indígena está localizada al final de una
bella planicie toda verde y en su cercanía hay una roca enorme donde los niños acostumbran
jugar saltando desde su alto. Al lado izquierdo de la casita se encuentra el final de la meseta y
metros abajo corre un río. Aureliano tiene 6 hermosos mastines a quienes alimenta con sopa
de maíz y hueso cada día y sale con los perros a caminar solo cada mañana rumbo a la
montaña y vuelve cercano las 6 de la tarde. Entonces llega a contar historias extraordinarias,
una de sus favoritas es sobre la mama vieja que es un espíritu de la montaña que se enamora y
embruja a los campesinos de la región.
La mama vieja, cuenta, tiene el cabello largo y negro, una larga falda negra pero no tiene
blusa y es portadora de dos tremendos senos (copa z) que acostumbra echarse atrás en la
espalda cuando corretea a los asustados hombres colina abajo. Al principio se presenta como
una bella joven que les coquetea y les llama cerca de una chorrera, cuando el hombre se le ha
acercado lo suficiente se transforma en una horrorosa vieja y el campesino no tiene más
remedio que salir corriendo perseguido por esta mujer. Todos conocen sin embargo el secreto
para librarse de un espíritu del monte y este es correr lo más que se pueda a un arroyo y
saltarlo sin voltear a ver, entonces desparece el espíritu por arte de magia.
Aida la mayor de los hermanos es una jovencita que ha heredado la fantasía de su padre y
tiene historias sobre espíritus que contar. Su preferido es “el duende”. Cuenta que bajando una
tarde por un sendero ve un niño muy lindo que corre con un tambor, es tan impactante la
visión que decide seguirlo, pero una corazonada la detiene en seco y cuando se fija bien mira
que el niño quien tiene un gran sombrero de pronto ha fijado sus ojos fríos y sin vida en ella y
esta visión la hace salir corriendo del lugar. Las historias de las “enduendadas” es muy
conocida en todo Nariño y se cuentan historias de muchachas bellas que atraídas por la
música del duende se enamoran de él y creen que es un bello joven cuando en realidad es un
espíritu burlón que las maltrata y las alimenta con excremento de vaca y entonces la única
forma de librarlas de este sortilegio es colocándoles encima el cuero muy calienta de un toro.
Aida actúa como mamá de sus dos hermanitos ya que es adolescente y los otros dos niños.
Los chicos no tienen contacto con su madre doña Isolina, quien se ha mudado sola a vivir a
Pasto y es ahora dueña de un negocio de víveres en el centro de la ciudad. Doña Isolina tiene
un carácter agrio y parece siempre estar de mal humor, no le gustan los niños y le gusta vivir
sola. Se casa con Aureliano a principios del siglo XX y tiene ocho hijos que abandona a su
suerte al lado de su marido, un hombre pasivo, parco, tranquilo, silencioso, introvertido del
que se siente hastiada. No siente especial amor por sus hijos que nunca visita y cuando la
visitarla se muestra de mal genio y nada amoroso así que las visitas duran poco. Todos los
hijos y nietos evitan el contacto con la fría y desamorosa abuela paterna Isolina.
Nohora, como nuevo miembro de la familia, se entera unos meses después de que su suegra,
no ha participado en la crianza de su esposo y hermanos, abandonándoles a su suerte desde
temprana edad, para a vivir en Pasto. Esta mujer de hermosos risos negros, muy delgada,
dueña de un terrible mal genio es altanera, orgullosa de su origen, apática, sin señas de
sentimiento de amor hacia sus hijos y sin amigos; Joaquín no va a entenderlo, pero el
comportamiento agresivo, despiadado y malvado de su madre le recordaba a veces alguna
actitud negativa de Nohora ante sus hermanos y empleados, pero no quería verlo así, no
deseaba que fuera cierto. Quizá, es la razón inconsciente por la que Joaquín se enamoró de un
ser tan parecido a Isolina. Se dice que los hombres generalmente suelen enamorarse de
mujeres que les recuerdan a sus madres.
Así que Nohora nunca espera cariño de su suegra, y le muestra un silencioso respeto mezcla
de temor y rechazo. La relación entre las dos mujeres es siempre áspera, conflictiva y
reservada. Como de dos seres fieros que se conocen y cuidan de atacarse. Su suegra jamás se
digna a visitarlos, ni comparecer en los bautizos de sus nietos y su suegro que es un ser
meditabundo, desapasionado y desamoroso, vive despreocupado totalmente de la vida de sus
hijos y de sus nietos. Nohora siente que este par no muestra amor ni a sus nietos ni a Joaquín,
menos a ella. Ambos son como una tapia cerrados y fríos como la tumba. Y cuando crecen los
nietos van a tratarlos con igualdad frialdad, respeto pero sin amarlos.
Su suegro Don Aureliano, despreocupado totalmente de la vida de sus hijos es un hombre
callado, meditabundo, tranquilo, desapasionado, desamoroso y pasivo que vive en su mundo.
No ama a sus nietos ni a Joaquín. Este hombre es como una tapia inalcanzable, lejana y frió
como una tumba. Nohora no acepta su extraño comportamiento y no le profesa cariño, solo
respeto. Joaquín acostumbra irle a saludar con su familia, cada fin de semana, le lleva comida
y cosas que el necesita en su vida en el campo. Joaquín quiere demostrarle que es un buen
hijo, preocupado por su salud y, bienestar y sufre desde niño en silencio la despreocupación y
el desamor de ambos padres.
Todo parece tenerlo sin cuidado a Aureliano, que nunca agradece ni las visitas ni los regalos
de Joaquín, quien se siente mal por el poco afecto que ambos padres le profesan. Los cuales
parecen insatisfechos o a disgusto por sus triunfos, por su matrimonio, o por el mismo. Don
Aureliano, no asiste a la boda en la boda de Joaquín alegando no tener tiempo para abandonar
sus quehaceres en el campo. Así que la relación con el padre es de desapego y frialdad.
Aureliano tiene un hijo favorito, Alfonso. Don Aureliano, cambia completamente ante la
presencia de Alfonso, quien no lo visita muy a menudo, pero que agradece el favoritismo de
que es objeto. Ante los ojos de los hijos de Nohora es el tío Alfonso y sus dos hijos, sus
primos, casi gente de alta alcurnia, así se los hace sentir el abuelo Aureliano, como si fuesen
mejores, más bellos, mejores educados, más ricos; cuando la realidad era diferente, pero esto
no lo saben los hijos de Joaquín y Nohora, acostumbrados en casa a ser maltratados,
humillados y castigados con violencia por ínfimas cosas.
Capítulo 19
El hijo despreciado
Nohora sabe paulatinamente que ha venido a vivir al hogar de un hijo física y
emocionalmente abandonado por los padres; situación que se semejaba a la suya y siente
compasión por su destino; pero a diferencia de Nohora que es capaz de sentir y expresar ira,
es el comportamiento de Joaquín pasivo, secreto, evasivo, y aunque le promete a Nohora,
amor, un comportamiento diferente al de sus padres y no abandonar nunca a sus hijos; termina
al final haciendo lo mismo, deja a sus hijos emocionalmente solos y en manos de la terrible y
agresiva Nohora. Joaquín, nunca ha recibido amor y no está acostumbrado a darlo; se nota que
ha recibido críticas y censura, porque aunque no va a castigar físicamente a sus hijos como
Nohora, va a menospreciarlos, censurarlos, humillarlos evitando siempre el contacto físico
encontrando siempre mejores a los hijos de los vecinos o hermanos. Juega muy poco con
ellos, aunque cuando son pequeños le gusta contarles la historia de su niñez con anécdotas
que hacen reír a los niños; pero al ir los chicos creciendo se vuelve más ensimismado y solo
les habla en forma de órdenes o con voz de castigo. Los chicos no sienten que su padre es
alguien con quien hablar libremente o jugar o reír, se ha ido convirtiendo en un señor. La
causa se encuentra en su falta de costumbre de dar y recibir amor por la herencia recibida de
niño. Para el ser papá es sinónimo de castigo o de comprar cosas. Finalmente es tan frio e
indiferente como sus padres ante las necesidades emocionales de sus hijos. Los chicos sienten
una mezcla de amor herido y de rabia hacia él lo cual imitando a Aureliano parece dejarlo
impasible. 
No los abraza y no les permite estar cerca de él en su negocio y que la gente vean a sus hijos
en su presencia parece avergonzarlo. Esta situación absurda, enfurece, entristece y ofende, a
Nohora, quien no entiende como su marido tan bueno y generoso con los hijos de los otros,
vecinos y desconocidos, es tan duro y malo con sus propios vástagos. Esta injusta actitud es
vista por su esposa, como que Joaquín, a propósito, le entierra un puñal cada vez más
profundamente en su pecho dolido de madre. En estas oportunidades, defiende a sus hijos y
exige a Joaquín hacer lo mismo: pero este se niega, se esconde, no puede o no desea
defenderlos o se sonroja; lo que la conduce a pensar que se ha casado con un viejo cobarde
que se avergüenza de ella y de su prole. Como joven esposa enamorada, este comportamiento
ilógico de su esposo, la hace sufrir, sentirse inferior, llorar y pensar que sus pequeños,
producto del amor de esposo y regalo de Dios, quizá no son dignos de ser queridos y esto
quizá, la conduce a tratarlos como se trata a la peste, buscando la forma de eliminarlos, desea
encontrar que es esto que los hace aborrecidos para los demás, la culpa debe ser de los
pequeños y definitivamente no de ella.
Por su enseñanza cristiana no va a matarlos o exterminarlos físicamente, pero si hay otra
forma más sutil, menos evidente y más destructiva: de hacerlo y es el enterramiento psíquico
una metáfora de como hacía cuando niña, con sus muñecas, cuando las enterraba en el patio
de su casa como castigo por su pecado: ser malas y aborrecidas por los demás, igual que ella.
Nohora va a actuar inconsciente del daño que causa a sus hijos. Va a usar los golpes, las
injurias, los insultos, los menosprecios, como métodos que terminan menoscabando la
creatividad, la vida, las ganas de vivir de sus hijos y que especialmente los mayores, se van a
sentir estar enterrados psicológicamente de por vida.
Durante el periodo de 20 a 30 anos, su madrasta, su hermanastra, sus cuñadas y concuñadas,
nunca le prestan apoyo y ayuda en cuestiones de crianza de hijos, dejándola sola en sus
pensamientos negativos y destructivos; siente con razón a estas mujeres como a extrañas;
además crece en ella el sentimiento de ser autosuficiente y de no necesitar ayuda de nadie.
Sabe cómo críar a sus hijos y punto, nadie va a decirle cómo hacerlo lo cual le parece ridículo.
Joaquín parece creer lo mismo y deja en manos de su joven esposa la responsabilidad total de
la crianza y él se va a encargar solo del aspecto económico. Nohora y Joaquín aunque parecen
psicológicamente diferentes son semejantes: Joaquín es agresivo-pasivo y Nohora es agresiva-
activa. Es como verse reflejado en un espejo. Por eso la gente que les conocen cree que son
hermanos y no se equivocan en que son hermanos psicológicos. Con ellos como dúo
dinámico, sus hijos se encontraron sin ninguna salvación posible.
Los acontecimientos diarios en donde todo se mezcla caóticamente entre ser esposa, criar
hijos, confrontar obreros, clientes, cuñados y trabajar en la panadería apoyando al dueño de la
misma, la llenan de energía, de pánico y de una terrible, sorda, destructiva rabia hacia sí
misma, hacia sus pequeños hijos, hacia su pasivo y evasivo marido; hacia sus problemáticos
cuñados y cuñadas, hacia los obreros y empleados de la panadería. Odio y rabia hacia su
nueva vida. El destino no le ha sido jamás favorable. Y busca inconscientemente defenderse,
vengarse o salvarse.
Capítulo 20
Nohora y Joaquín
Nohora, la joven bella y tierna quien es consciente de sus atributos, es en cuestiones de amor
y ante las relaciones emocionales como una niña muy pequeña. Intuye y juega con su poder
de seducción lo cual la hace una persona encantadora, alegre, comunicativa, abierta, muy
extrovertida, siempre con una divertida anécdota que hace reír a todos. Es el alma de las
fiestas y sin su compañía lo divertido se desvanece como por encanto. A Nohora le encanta el
lujo, la buena vida, la buena comida, las fiestas, los paseos, los amigos. Tiene buen gusto para
la ropa, para los perfumes caros y por las alhajas. Su esposo es consciente y comparte su gusto
por el lujo y regala ya su familia, lo más fino, lo más lujoso en muebles, electrodomésticos y
tecnología que está de moda. En esto están los dos perfectamente de acuerdo.
Les gusta viajar, ir a cine, divertirse y profesarse amor. Nohora es extrovertida, bulliciosa
activa y comunicativa. Joaquín es introvertido, silencioso, amante del quehacer silencioso y
constante. Con el transcurrir de los años de vivencia en común, estas cualidades necesarias en
un hombre de negocios con éxito, no son del agrado de Nohora quien compara, critica,
censura y crea una barrera de incomunicación entre los dos. Según Nohora no coinciden en
nada. Joaquín, al contrario, encontraba en la extrovertida Nohora un sujeto de ruido y
perturbación y tampoco aceptaba su carácter extrovertido, tan encantador y no compartía su
forma de ver el mundo, ni la forma como educaba a los hijos. Los une al final el amor que aún
se profesan, los hijos, el negocio como pilares que sostienen el matrimonio sin disolverse; con
el tiempo su matrimonio no es armonioso, ni funcional y los esposos gastan enorme energía
en querer lograr que funcionase bien, pero sin éxito.
En sus primeros años de matrimonio Joaquín es alegre, divertido, silba, abraza a su esposa y
la invita a restaurantes y a cine. Pero ambos tienen enemigos es el seno de sus propias
familias un ejemplo es Lidia, la hermana de Joaquín, que se ensaña contra Nohora, y mete
chismes que van en contra de su moral Al poco tiempo de la boda le lleva intrigas a Joaquín
sobre que su joven esposa está coqueteando con otros hombres, quizás sea un obrero de la
panadería. Lo cierto es que el carácter jovial, alegre, risueño y extrovertido de Nohora
asustaba a estos hijos de campesinos que veían en su espontaneidad u juventud pecado.
Joaquín les cree a ciegas a su hermana sin preguntárselo primero a su esposa y se vuelve loco
y abofetea a la inocente Nohora, que queda estupefacta ante la violenta reacción de su amado.
No desea vivir más en esa casa de jaurías hambrientas de odio. La bofetada que injustamente
recibe es una puñalada en su corazón enamorado, y pone en peligro el matrimonio. Joaquín
entendió que había sobreactuado y se hace perdonar, ella sigue con su vida marital pero no tan
alegre como antes debido a que la decepción había tocado a la puerta de su corazón. Pero
realmente no tiene a donde ir.
Acostumbrada como ésta, le abre la puerta de su corazón a la decepción y este amargo
sentimiento entra a reinar en su nueva vida, para no abdicar jamás. Encuentra en su cuñada
una enemiga dispuesta a usar la cizaña y la manipulación para separarlos, el porqué, no lo
entiende aún. Lidia nunca logra que los jóvenes esposos se separen, pero obtiene romper con
la armonía de la joven pareja. Que la mueve, puede ser una mezcla de envidia, celos, maldad
o diferencia cultural. Lo que sea, lo cierto es que Joaquín es una persona a quien se puede
manipular fácilmente y quien está dispuesto a creer en extraños más que en su propia esposa,
hijos o en sus propias determinaciones. Sin serlo, se muestra a los ojos del mundo como un
cobarde y lábil.
Capítulo 21
Los primeros años como joven esposa y ama de casa.
Desgraciadamente no todo es como Nohora espera y su sueño de armonía, bienestar y amor se
desvanece con el paso de los años, con los montones de hijos a cuidar y educar y con un
marido que solo la busca para hacerle hijos pero no para ayudarle a educarlos o apoyarla en su
crianza. Sola asume un rol de madre para el cual no tiene ni formación, ni vocación, ni
paciencia, ni voluntad, ni capacidad. A nivel sentimental, desea que su madrastra, quien la ha
olvidado, la viniese a visitar, la extraña y la quiere como su madre. Pero su silencio le
recuerda, que María Magdalena no la considera una hija. Isabella tampoco la visita, por lo
menos en sus primeros años de casada hasta que mal casada viene a implorale ayuda
económica al final Isabella se viene a vivir a Pasto con su esposo e hijos, compran una casa
cerca de Nohora y las visitas se vuelven frecuentes. María Magdalena y su alcoholizado
Leonardo se vienen a vivir junto a su hija Isabella.
La vida como ama de casa no le llama en absoluto la atención y se siente más inclinada a
trabajar en el negocio junto a su esposo o en su propio negocio. Joaquín acepta a
regañadientes el trabajo de Nohora, ya que, en la época, no es corriente que las jóvenes
esposas se pongan a trabajar, hombro a hombro con su marido. Nohora tiene voluntad férrea e
incombatible, talento para vender y para atraer clientes y dinero al negocio, lo cual Joaquín lo
ve positivo. Como niña trabajadora, está acostumbrada al trato con extraños y a saber vender,
tiene don de gente y es encantadora. Trae suerte al negocio por su belleza poco común en
Pasto.
La decepción, la amargura y la tristeza en su vida la afecta negativamente. Encuentra solo
obstáculos y todo lo que desea se desvanece como arena entre sus dedos. Esto le causa
desencanto y rabia. Es como si siempre cayera en el mismo círculo vicioso. La desilusión da
paso a la rabia y el odio va a reinar ahora y para siempre, contra todo y contra todos,
destruyendo lo que encuentre a su paso, causando desgracia para la gente cercana incluyendo
por supuesto a sus hijos.
Capítulo 22
La transformación de la Crisálida
Pocos pueden imaginarse que la bella, dulce, sensual, inteligente, extrovertida y encantadora
joven esconde una peligrosa, amargada, destructiva, con rasgos psicópatas y sin control joven
o que muchas veces su encanto se reserva solo para los extraños; no para sus allegados, hijos
o sirvientes. Es como si mostrase dos imágenes de sí misma. Una imagen pública, con la bella
segura, sonriente señora Nohora y la privada, como la extraña, cruel, manipulativa, hipócrita,
destructiva, hiriente señora Nohora o mamá , entonces, se comporta en la esfera privada, de
forma inmadura, insegura, recordando a la niña que castigaba y enterraba a sus muñecas por
días o por semanas en el patio de la casa en Túquerres. Las muñecas son ahora sus hijos. El
hogar enfermizo a donde la joven llegó al contraer nupcias sirvió como catapulta que disparó
una enfermedad emocional que traía desde la niñez. Este nuevo hogar no le ofrece ni amor, ni
seguridad emocional, ni paz ni sosiego, igual que cuando niña se ve obligada a crear barreras
entre la agresión externa y sí misma. Muchas veces el conflicto es tan violento que Nohora
regresa a vivencias de su niñez como única escapatoria a este infierno.
Lastimosamente, esta muchacha peligrosa, emocionalmente inestable, de humor lábil aparece
de repente en casa y no desaparece nunca. Y cuando muere, la vida de sus allegados se
encuentra semidestruida o destruida sin remedio. En algunos casos solo la ayuda profesional o
el hospital son la solución. Nohora no tiene contacto o control de su realidad y esta
desconexión emocional hace que después de una crisis se preguntase a si misma o a sus
sufridas y maltratadas víctimas porque le tienen miedo o le odian, si es buena y se sacrifica;
entonces llora al creerse sufrida y mal tratada por sus ingratos hijos y por su débil esposo.
Capitulo 23
El secreto entre Joaquín y Nohora
Joaquín se casa esperanzado de que su vida de desamor e infortunio va a desaparecer como
por encanto al casarse con la angelical, virginal e ingenua Nohora. Pronto se percata de que lo
angelical solo estaba en el rostro y que su joven esposa tiene un carácter de hierro y que no
está interesada en ser su esclava. Desde muy temprano le obliga a contratar muchachas de
servicio para que hiciesen las rutinas del hogar y se dedica más a cuidar de sí misma y a hacer
negocios. Su interés es económico, hacer dinero más que criar niños aunque se esmera en
hacerlo y los tiene bien alimentados, bien vestidos y les va a buscar los mejores colegios. 
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Comienza a trabajar en el negocio de su marido, abre una panadería donde empieza a vender
pan y biscochos además de helados y dulces deliciosos que prepara. Nohora y Joaquín son
gente trabajadora que se levantan temprano para comenzar su labor diaria. En tres años
amasan una buena fortuna con su panadería. Por su parte Joaquín produce pan y biscochos
para distribuir en negocios de la ciudad. La familia tiene así dos entradas económicas. Nohora
ahorra todo el producto de las ventas de su negocio y con el ahorro producido en su panadería,
compra un terreno de 700 metros cuadrados ubicado en la Avenida Pastocos, en el centro de
Pasto. Terreno que será base para la construcción de un edificio de tres plantas y
terraza.Nohora tiene éxito como empresaria con el apoyo de su marido. Por ese entonces aún
trabajan los hermanos de Joaquín en su industria panadera y al ver el éxito de su cuñada
algunos envidian la ambición y capacidad demostrada por la joven y uno de ellos, Lizbeth,
comienza a amargarle la vida. Joaquín se ha casado no solamente con una mujer bella sino
muy inteligente, emprendedora, dinámica, extrovertida y buena para los negocios. Los dos no
tendrán nunca problemas económicos, el dinero parece llegarles como por encanto. En
realidad es que trabajan duro todo el día. Y en poco tiempo, el éxito económico de la joven
pareja es la admiración y envidia de la sociedad pastusa. Nohora y Joaquín visten muy bien y
con gusto. Ambos son elegantes y son invitados a fiestas sociales. Los hijos de la joven pareja
son hermosos y bien cuidados. Esto es lo que se muestra a nivel social.
Pero Joaquín es muy celoso y a veces no trata bien a su esposa, quien guarda en secreto y con
obvio rencor estos maltratos. Solo algunas empleadas saben la verdad. Muchas veces tiene
huellas de golpes en los brazos o en las piernas, pero su esposo le propina estos golpes cuando
los niños no se encuentran presentes. Así que nunca asocian las huellas de golpes de la mamá
con las peleas entre sus padres y piensan que se ha caído o se ha golpeado, o esto es lo que les
dice cuando se lo preguntan. Los han visto discutir, pelear muchas veces a puertas cerradas,
pero nunca han visto que el papá la maltrate físicamente. Ante los ojos de sus hijos, papá es
una persona controlada, estable, prudente y respetable.
Mas en alguna ocasión sucede que siendo las 5 de la tarde, cuando los muchachos descansan
viendo televisión en el cuarto de estar del segundo piso; Oyen gritos ahogados provenientes
del primer piso y entienden que sus padres están de nuevo peleando. Mamá pide ayuda a
gritos. El perro pastor alemán ladra y se oye el estruendo de vidrios que se rompen. Los
chicos bajan corriendo para ver que ha pasado y se quedan estupefactos mirando el vidrio roto
de la ventana de la oficina de su padre. Adentro está Stalin, el perro pastor alemán, en medio
de sus padres y sin moverse, y como petrificados en su sitio, afuera de la oficina, se
encuentran los obreros de la panadería y algunas empleadas de servicio. Todo parece irreal
sacado de una película, jamás a nadie se le hubiera pasado por la mente una escena así.
Conocen a Joaquín y a su poder de autocontrol así que sospechan que debe tratarse de algo
muy grave. Más de los motivos del ataque nadie se entera y los esposos no dicen una palabra.
Joaquín parece bastante molesto por haber sido descubierto y Nohora llorando a gritos dice
que ha intentado matarla con un cuchillo, lo cual parece ser cierto ya que él tiene el cuchillo
en la mano. Al final entra un obrero por la ventana le quita el cuchillo, abre la puerta de la
oficina y Nohora sale corriendo aun llorando mientras Joaquín continúa parado como alelado,
sin saber qué hacer. Cuando la situación se calma, regresan todos a sus quehaceres y todo
queda olvidado por el momento. El caso es que Stalin es el héroe, ha salvado a Nohora de una
tragedia aún mayor. Stalin ha saltado por la ventana, rompiendo el vidrio de esta, para ponerse
en el medio, evitando una posible desgracia familiar. Stalin el bonito perro de Joaquín
educado en la escuela de la policía para defenderlos, ha cumplido su labor con éxito. Y por
ello recibirá su castigo.
adultos Todos, empleados e hijos, están estupefactos y en silencio. Es la primera vez que se
dan cuenta que Joaquín no es bueno con su mamá y patrona. Y es también la última vez ya
que el misterioso marido oculta muy bien su comportamiento agresivo ante los demás. Lo
extraño es que Nohora que es extrovertida, calla todo el tiempo los abusos de su esposo y se
ve a sí misma, y con razón, víctima de la violencia intra familiar; no se atreve a hacer una
denuncia ante la policía, ni a divorciarse, quizá temerosa por las consecuencias sociales,
económicas y familiares que este acto provocaría. Calla, solo sus amigas y las empleadas de
servicio de su confianza saben de su sufrimiento. Para ellas el comportamiento de Joaquín es
errado, piensan que su apariencia de hombre sensato y controlado oculta a un hombre celoso y
desesperado que a su vez se siente incapaz de parar las infidelidades de su esposa, pero
obviamente con golpes no lo consigue nunca, al contrario, refuerza la tozudez de ella. Joaquín
es infiel también, y su esposa lo sospecha pero no puede comprobar nada y él se lo niega con
la misma vehemencia usada por ella para ocultarle su infidelidad. Joaquín es infiel en secreto,
sus hijos no lo saben quiza los demás si, casi nadie lo sabe o quizá se le acepta sus relaciones
extraconyugales por ser hombre, mientras que a Nohora se la ataca directamente más el “qué
dirán” a ella, la tiene muy sin cuidado.
Lo raro es que siendo ambos infieles lo nieguen con vehemencia y sean celosos entre si
causándose y causando malestar a los que viven en su entorno. Joaquín no tiene ningún
derecho moral para atacar con violencia a su esposa, la única solución sería separarse como
ella lo desea y que él rotundamente y de forma machista se lo niega. Le dice irónicamente,
“claro, te puedes ir, pero a mis hijos los dejas y no recibes absolutamente ninguna ayuda
económica”. Con Joaquím otro destino mas benéfico hubiera sido para los ocho hijos del
matrimonio pero el destino quizo que no fuera de esta manera.
Nohora entonces se queda obligada y malhumorada sin saber que como esposa legítima en
caso de divorcio le correspondería la mitad de todo lo trabajado con su esposo y que tampoco
se le pueden quitar sus hijos, tal como él le hace creer. Más Nohora no pregunta y no sabe del
papel que un buen abogado puede hacer a su favor. Su ira por cierto la descarga sobre los que
no tienen “velas en el asunto” sus maltratados hijos y sirvientes.
El perro Stalin desaparece un buen día de la familia sin dejar rastro, Joaquín ha dicho que se
lo han robado y nadie sabe nada más del perro. Es difícil creer que alguien se robe un pastor
alemán amaestrado. Pude ser que la desaparición del animal, haya sido obra del mismo
Joaquín enojado por la actitud del fiel perro de defender a su esposa de su atropello. No
muestra públicamente su segunda naturaleza intolerante. Su imagen es de un hombre de
negocios, atractivo, generoso, amable, inteligente y astuto que se compagina con un hombre
callado, controlado, a ratos violento y pasivo. Puede ser capaz de hacer uso de su poder para
deshacerse de lo que le estorbe o para abusar sexualmente de las adolescentes que trabajan
como sirvientas en su negocio y en la familia. Más no es el único hombre ya que este es un
delito bastante arraigado en el seno de la sociedad. Como se sabe quién tiene el poder abusa
de él; pero quien tiene el poder absoluto abusa absolutamente de él. Este comportamiento
negativo va incluido en la naturaleza humana y no se escapan ni hombres ni mujeres. Seres
humanos con poder y ética son raros, quizá el 0,000000000001 de la población mundial en
puestos de poder poseen este criterio.
Años más tarde otro hermoso pastor alemán es envenenado bajo sus órdenes en la finca de
propiedad de su esposa e hijos menores y un tercer perro de Nohora es muerto con vidrio
molido con el pretexto de que ataca a los clientes de la panadería. Nohora extraña a su perro y
no le va a perdonar jamás este incidente ni ningún otro futuro. Llora muchísimo y esta vez
Joaquín ha llenado la copa de la paciencia de su esposa.
Capitulo 24
El tiempo libre en casa de Nohora
Nohora es creyente, buena cristiana y génerosa con sus amistades y allegados, acostumbra ir a
misa con su familia los domingos, Joaquín va a veces. En ese entonces se acostumbra ir a
misa cada domingo, si no se hace, se comete pecado y hay que confesarse para poder
comulgar. A veces después de la misa, salen de paseo a un pueblo cercano. Cuando los hijos
son más grandes van solos a cine matinal después de la misa igual que otros chicos de su edad
y regresan caminando a casa.
Joaquín es una persona que ama estar solo y para Nohora y los niños es muy aburrido y
solitario no contar casi nunca en casa con la presencia de papá para jugar, hacer fiestas, ir de
paseo etc. A veces, raras veces, les cuenta Joaquín historias sobre su vida como niño
abandonado viviendo mal en la finca del abuelo o les inventa juegos, por ejemplo, construir su
propia televisión con una caja de cartón o edificios de cartón. Mas no permite que sus hijos le
demuestres su amor o cariño o agradecimiento abrazándolo no le gusta este tipo de cercanía.
Nunca los abraza, los besa, casi nunca les dice palabras bonitas sino al contrario siempre esta
o muy ocupadísimo o irritado, cansado, desinteresado y aburrido. 
Solo después de grandes discusiones que incluyen insultos, amenazas y lágrimas acepta
acompañar a Nohora y los niños a las salidas de campo en familia; entonces arriendan un bus
para llevar a todos incluyendo a las muchachas de servicio. Y en estos paseos se la pasa muy
bien, todos a excepción del papá, juegan, ríen, corren. Lastimosamente estas salidas son
escasas y peleadas y cogen mucha energía y Nohora se resigna finalmente a salir sola de
paseo con sus hijos o en compañía de un amigo o de amigas o de las empleadas; mientras
tanto Joaquín se queda solo en casa o visitando familiares o quizá amantes. 
Es en estas oportunidades que, quizá, conoce hombres que le ofrecen esto que su marido no le
brinda, amistad, atención, camaradería, compañía y puede caer fácilmente en un
enamoramiento extraconyugal que Joaquín tanto teme pero que provoca con su errada actitud.
Joaquín no acepta que ella tenga amigas o amigos pero por comodidad o para evitar salir con
su familia o enfrentar los conflictos con su esposa, le permite a regañadientes tener amigos.
La excusa de no acompanarles es siempre que está muy ocupado con su negocio y que no
tiene tiempo. El tiempo le alcanza unicamente para descansar o salir de casa y ama ser dejado
en paz. En la adolescencia, los muchachos no están interesados ya en la en compañía de su
aburrido padre, tienen nuevas prioridades, conseguir amigos y amigas, ir a fiestas y ser
rebeldes y finalmente lo dejan en paz, solo lo buscan cuando necesitan dinero. Y aquí se hace
oir de nuevo la voz del padre ausente “Les prohibo terminantemente salir de casa e ir a
fiestas” mandato que por supuesto es desobedecido ya que ha perdido autoridad frente a sus
hijos.El sitio de veraneo preferido de Nohora es un pueblo localizado al norte de Pasto y a 45
minutos de viaje. El clima es excelente, el calor es el deseado, ni muy caliente, ni frío y los
niños crecen ahí libres y con buena salud. El pueblo consta de una larga calle principal en el
centro de la cual se encuentra la iglesia, los negocios, la cantina, la oficina del representante
del gobierno local. Casi al finalizar la calle se encuentra el puesto de salud, el mercado y la
escuela. Tiene pequeñas calles colaterales y las casas tienen sus jardines donde todo el año
hay flores de embriagantes aromas. Buesaco es un bellísimo lugar para vivir y uno de los
sueños de Nohora es irse ya de vieja a vivir allí. Cuando está de vacaciones en Buesaco sale a
pasear con sus hijos pequeños en compañía de Alberto, hermano mayor de Joaquín, su esposa
Amanda, sus dos hijos y alguna empleada, quienes acostumbran temperar cerca de ellos.
Paloma, su hija menor, decide muchos años más tarde y ya casada, comprar su casa con la
plata de su anciana madre pero no en Buesaco como Nohora lo ha deseado siempre sino en La
Unión, un pueblo localizado más al norte de Buesaco donde trabaja como Fiscal. Paloma
después de un grave problema pierde la casa, y sin ningún remordimiento, se roba la plata que
su madre invirtió en la compra de la casa, dejando a su madre desamparada económicamente.
Paloma asegura, aun en contra de lo que dice su madre en su presencia que su madre “le había
había regalado la plata como regalo de boda” después la deja sola abandonada a su suerte.
Pero eso sucedería muchos anos más tarde.
Cuando no están de vacaciones en Buesaco acostumbran Nohora y los niños estar solos casi
todos los fines de semana encerrados en el segundo piso de la casa, sin la compañía de papá
que sale temprano los domingos y vuelve al atardecer. Un día domingo sin el padre no es
domingo. Es un día aburrido y lleno de trabajo ya que las empleadas tienen el día libre. La
tristeza, el aburrimiento y el desencanto la hacen sospechar sobre el actuar misterioso del
marido, pensamientos que producen ira que descarga sobre sus inocentes hijos. Al llegar
Joaquín a casa encuentra un ambiente de tensión que se vuelve difícil cuando se le reclama su
indiferencia y desamor y termina en conflicto cuando Joaquín se defiende sin querer admitir
su errónea forma de actuar.
Joaquín no deja la panadería funcionando sola durante un largo tiempo para tomar vacaciones
con su familia, es un empresario y responsable directo de si el negocio funciona o no y con
ello asegurar la manutención de su familia. Nohora entiende esta situación pero critica la
actitud egoísta de su esposo de no buscar tiempo o dejar a un responsable al tanto del negocio
y programar vacaciones con su familia. Le reclama que jamás tiene tiempo para atender a sus
hijos. En ocasiones viajan los esposos a otra ciudad, dejando a un administrador al cargo del
negocio y a su hermana Adela como niñera. Más irse de paseo con sus hijos, en familia no
desea, simplemente hacerlo, actitud que enfurece a Nohora. Pero no logran llegar a un
acuerdo al respecto y las peleas se vuelven frecuentes quienes siempre pagan su desilusión
son los niños. Al no lograr su objetivo entonces descarga la madre su ira en los niños y el
padre se torna cada día más indiferente y esquivo con ellos. 
Capitulo 25
Los hermanos
Gracias a la acción de Nohora, han salido los hermanos uno por uno del negocio de su esposo
y al quedar solo en su industria panadera comienza a ganar más, siendo vendedor directo y
distribuyendo pan a los pequeños negocios en Pasto, por ello combina ambas formas de
vender. En el negocio de la panadería amasa una fortuna y logra solvencia económica, lo cual
les permite construir, en el terreno que Nohora ha comprado de 350 metros cuadrados, en el
centro de la ciudad, una edificio de 750 metros cuadrados de tres pisos y azotea. Dividido de
esta manera: el primer piso, está diseñado para la fábrica de pan y para continuar con el
negocio de panadería y bizcochería que Nohora ha empezado y que da resultados positivos.
Más su oficina, 3 bodegas, dos baños, cocina, patio y comedor para los empleados. Las
instalaciones son inmensas y en la construcción usa los materiales de mejor calidad sin
importar el precio. En el segundo piso, construye un gran apartamento destinado a vivienda,
comunicado por gradas internas, es donde su familia va a vivir, tiene balcón en la sala, siete
habitaciones grandes y ventiladas para dormitorios, cocina y comedor y el comedor principal,
un patio cubierto, un patio descubierto, con zona de lavandería, cuarto para que la
servidumbre durmiese, dos baños, un cuarto para el televisor. Ha sido construido en dos
desniveles separados por gradas. El tercer piso del edificio es para arrendar y consta de un
apartamento grande, con balcón en la sala, tres habitaciones, cuarto para la empleada de
servicio, un patio cubierto y un patio descubierto, dos baños, cocina y comedor
independientes. La terraza es pensada más como un patio de juego para los niños. El único
deseo de Nohora es que en su terreno, se le construya su jardín de rosas cosa que Joaquín no
escucha sintiendo ella desde ahí que esa casa no es suya y al morir su esposo la reconstruye de
forma caótica y sin arquitecto a su gusto. 
Alberto y Amando son los hermanos que más frecuentan a Joaquín aunque él no tiene
problemas con los otros, dos de los cuales viven en otras ciudades y con los 4 restantes el
contacto es menor. Los visita regularmente pero rara vez lo hace en compañía de Nohora y
sus hijos; cuando esto ocurre, los chicos la pasan bien jugando con sus primos. Tanto Alberto
como Amando aceptan a Nohora además que ambos son sus compadres.
Alberto y Joaquín acostumbran hacer negocios, es así como cuando Joaquín compra una gran
finca grande que cubre tres montañas en Pajajoy cerca de Buesaco, compra Alberto allí al
lado, otra finca igual de grande y ambos construyen su respectiva casa para pasar juntos
vacaciones. Cuando Joaquín vende la finca a bajo precio durante el período de la reforma
agraria lo hace a su vez Alberto.
Capitulo 26
La verdad sobre su madre y las cuatro estaciones 
Nohora tiene periodos normales donde los niños, los sirvientes y su esposo son bien tratados y
todo es alegría y felicidad en casa, mamá cose ropa para sus hijos, delantales para las
empleadas, canta hermoso y es llena de vitalidad y gracia. Esta en verano. Tiene otras
ocasiones en que se olvida de comprarles ropa a los niños o de mirar el tipo de comida que la
cocinera les prepara o de comprarse ropa así misma, duerme mucho y come en demasía. A
veces parece una sirvienta por lo mal trajeada y sucia como anda. Al llegar del caro colegio
donde sus hijos estudian y encontrar a su madre en ese estado tan deteriorado, los hijos
sienten tristeza y también mucha verguenza de ser asociados a ella. Se encuentra seguramente
en alguno de sus periodos depresivos. Quiza en otono. En otra etapa ella puede usar vestidos
muy provocativos, por ejemplo minifaldas, que evidecian sus pronunciadas venas várices, y
su gordura, andar muy pintada y puede irse a pasar su tiempo en un cabaret que se encuentra
al final de la Avenida Pastocos, cerca al batallón. Este comportamiento averguenza a su
esposo e hijos pero ella no parece estar consciente de su imagen. Podria encontrarse en su
personal primavera. Llega su invierno a su ser y de las obscuridades llega una vieja reganona,
cruel, malvada, pederasta, una vieja que consume alcohol, y que fomenta malas amistades. Es
la época de la brujería dirigida hacia su esposo, del grave maltrato psicológico, físico y
emocional a sus hijos y sirvientes. Todos le temen y la ven como a un ogro salido del infierno.
Estos ciclos se van a repetir cada ano, toda la vida, hasta que decide morirse ya que dos de sus
amantes han muerto.
Cuando se es nino nada es entendible todo se vive como un caos. Ya de viejos, algunos de sus
hijos procuran ver que su tristeza es entendible, ella comenta que su infancia fue un infierno y
una evidencia de ello es que su papá y su madrastra le han dicho desde niña que su madre ha
muerto al momento de su nacimiento. De cierta forma esto significa que su madre ha muerto
para que ella pudiese vivir, quizá por su culpa. Ha aceptado, debido a esta circunstancia, como
normal, su estado de niña abandonada, no querida y explotada. Siempre se siente culpable por
la muerte de su madre. Desde esta perspectiva se siente una mala persona. Y lo es.
eLlora, en su otono, mucho la pérdida de su madre, con una mezcla de culpa y añoranza. La
piensa cotidianamente, imaginando como es su rostro, su voz y a veces cree que viene a
visitarla en forma de espíritu a sus sueños. Tiene como costumbre ir cada año, en un día de
escuela, en compañía de su hija María Alina, al campo, a las orillas del río Pasto a recoger
unas flores blancas llamadas cartuchos, estas flores son para la Virgen María. Después de
recoger las flores se dirigen a la iglesia de las monjas franciscanas, situada a las afueras del
convento en Maridíaz al norte de Pasto, a dejarle las flores a la virgen y a rezar por el alma de
su madre. Está convencida de que a la hora de la muerte, su madre no tiene tiempo para
confesarse y muere en pecado mortal y se encuentra en el purgatorio, en compañía de otras
almas, purgando su pena o su pecado. Por eso desea ayudarla con sus flores y sus oraciones
para que salga rápido del purgatorio y pueda llegar al cielo. Un día, llega a saber que durante
toda su vida fue enganada. Al final resulta que todo no es sino una farsa inventada por su
padre y su madrastra.,
Entre los 25 y 30 años es cuando extraña más a su “difunta” madre y comienza a soñarla. Una
mañana les cuenta a sus hijos, empleadas y a su esposo que ha soñado con las almas del
purgatorio y les ha preguntado por su madre, cuando una de las almas le ha señalado como su
madre a una mujer vestida con túnica blanca, de largo y negro cabello, que va detrás de un
grupo de almas orando a Dios se despierta sin poderle ver el rostro. Entonces dice: “cuando le
toco el hombro para verle la cara, y cuando el alma en pena va a volver a verme me despierto
del sueño sin poder verle el rostro” Aunque este sueño le causa gran desazón reza agradecida
a Dios por haberle permitido estar cerca de su madre y todo el día la pasa acostada en su cama
enferma de tristeza y añorando a su madre.
La añoranza es tan intensa que unida a su sentimiento de culpa por haberle causado la muerte
la enferma a veces semanas, hasta que alguna de las empleadas compadecida la saca a través
del dialogo de estos momentos de letargo emocional. Los niños sufren mucho cuando su
madre se encuentra en estos periodos de tristeza y se sienten culpables del estado enfermo de
su madre, no quieren que muera. Joaquín se encuentra preocupado por el estado emocional de
su esposa. Le compra frutas y les dice a los niños que estén en silencio y que no jueguen para
no molestar a la enferma. Obedecen esperando el día que se sienta aliviada.Un día este deseo
de ver a su madre se vuelve realidad y su situación de sufrimiento cambia radicalmente ese
día. María Alina recuerda que llegando un lunes del colegio se encuentra la casa en revuelta.
Las empleadas corren de un lado a otro y su mami está llorando a gritos. No son gritos de
dolor sino de intensa ira. Ese lunes en horas de la mañana, ha recibido una carta con el puño y
letra de su madre así enterándose que su añorada mamá, la alma del purgargatorio, no ha
estado muerta sino viviendo en el Ecuador, casada y con hijos y a sus 45 años se ha decidido
romper el silencio y entrar en contacto con su hija abandonada. Miles de pensamientos se han
agolpado en su mente, miles de sentimientos que pelean por salir. E indignada dice a gritos:
“Cómo así?, toda mi vida ha sido una mentira. Mi añorada madre siempre ha estado viviendo
en la cercanía sin importarle si vivo o muero y jamás ha pensado venir a rescatarme de las
manos de mi madrastra durante toda mi terrible niñez. Mis padres me han ocultado la verdad
creando en mi un sentimiento de culpa, tristeza y odio a mí misma”. Su gran tristeza por su
madre muerta se convierte en un odio sin perdón a la madre viva y a sus parientes. No puede
entenderles, ni perdonarles nunca y en un arranque de ira ha hecho trizas la carta de su madre
decidiéndose que jamás le perdonará el haberla dejado abandonada y tampoco le va a permitir
nunca hablar o entrar en contacto con ella o con sus nietos. Y asi sucedió.
Una cosa cierta es que mamá Rosalinda ha presentido la añoranza de su hija y decide
escribirle una carta de reconciliación. Ya no es necesario ir cada año a recoger los cartuchos y
llevarlos al altar de la Virgen a la iglesia de Maridíaz. No vuelve a soñar con las almas del
purgatorio; ni a mencionar a su madre. Se siente ridícula, engañada y confusa. Su madre ha
estado muerta pero ahora resulta que no está muerta y desea encontrar a Nohora. “Qué
ridiculez”! Tanto que ha añorado conocerla como alma en pena, pero no viva, no desea nunca
entrar en contacto con la viva, quien se encuentra solo a unas horas en viaje de bus de su casa.
Nohora ha idealizado a su madre como muerta y el hecho de que viviese es algo demasiado
fuerte y no tiene fuerzas para aceptarla, perdonarle y conocerla. Así pierde la oportunidad de
conocerla y confrontarla sobre su abandono, para entonces perdonarle y abrazarla. No habla
más del asunto pero al enterarse años más tarde que ha muerto viaja al Ecuador en compañía
de Joaquín y de sus hijos, para buscar su tumba que no encuentra jamás. Nunca va a saber
cómo se ve su madre y Rosalinda no tiene la oportunidad de brindarle una explicación, ni de
conocer a sus nietos. Nohora en su obstinación no demuestra arrepentimiento, solo ira y como
lo decide así lo asume, ese es su derecho.
No perdona el haber sido engañada toda su vida respecto a la verdad sobre su madre viva, y le
produce amargura y enojo; más, sin tener a alguien en quien descargar, confiar, discutir sus
sentimientos, se refugia en la frustración y en la confrontación con su marido, hijos o a las
empleadas del servicio ajenos al porqué de su comportamiento conflictivo.
Con los años encuentra alivio y descanso en su constante y eterna búsqueda y finalmente
aceptación de la decisión materna; como cuando María Alina ya vieja, le cuenta sobre su hija
dada en adopción responde Nohora bromeando: “en esto saliste igual que tu abuela materna”.
Más el dolor que causa alejarse de un hijo para siempre parece no entenderlo.
Capitulo 27
Los hijos en el seno de la enfermedad mental
Siendo uno de los objetivos de ser padres formar, con educación sana y amor, hombres y
mujeres responsables, felices y útiles para la sociedad. Parece esta pareja tener como objetivo,
mediante el maltrato y abuso infantil, educar hombres y mujeres inseguros, rotos, inmaduros
emocionalmente, irresponsables, no felices, incapaces de asumir un trabajo o su propia vida y
condenados a la soledad. Los padres actúan mal inconscientemente, pero no es excusa que los
redime de sus actos y son responsables de no haber buscado a tiempo ayuda profesional para
sus problemas emocionales y los causados a sus hijos.
En Nohora conduce este doble e inconsciente proceder de su error, a perder el cariño de seres
queridos, de amigos y a la soledad. Al estar sus allegados inconscientes de su enfermedad
emocional la tratan como si fuese mala a propósito; son fríos o hipócritas o la manipulan para
robarle su dinero o pertenencias. Siente que nadie la quiere o le tiene confianza, que todos
saben que es rara, esta errada y hace daño. Al no saber que existe, ninguno de sus allegados se
preocupa por su salud emocional ni la ayuda a curarla, más como toda enfermedad que no se
cure la suya echa raíces y se propaga con fatales consecuencias. El personaje principal de la
familia es pues, una mujer peligrosa y emocionalmente enferma, quien inconsciente de las
causas de su propio malestar psíquico es el ama absoluta y señora de bienes y personas. Los
hijos, dependiendo de las circunstancias y momento, la apoyan a veces en su erróneo actuar.
No acepta, no aguanta, no comprende y se niega a verse a sí misma como la causante de los
problemas en la familia A raíz de tantas lágrimas derramadas, por encontrarse sola y frente a
unos hijos que le temen y a un esposo que le rehúye, llega, finalmente, a la conclusión que son
los otros los que están errados y los mira con una mohín de desprecio en la boca como
diciendo: “saben, ustedes son que están mal de la cabeza”. Totalmente inconsciente de su
problema emocional cree siempre tener la razón cuando castiga, maltrata o hace daño. Sus
hijos la aman pero a fuerza de tanto maltrato la aguantan o le tienen pesar o consideración o
rabia, evitando su contacto. No la quieren cerca y esto la confunde y la entristece. Por ser
inconsciente de las causas de su proceder divide la culpa con su marido cuyo comportamiento
pasivo y peculiar influye negativamente en el agravamiento de la situación acrecentando la
intolerancia y violencia hacia sus hijos.
Joaquín soluciona los conflictos, huyéndoles, no confrontándolos y encerrándose en su oficina
o en su negocio y por supuesto en el cariño de las amantes ocasionales. Es, directamente
culpable y partícipe de esta inaguantable situación familiar. Ninguno espera nada bueno de
Joaquín quien vive apartado en su mundo y prefiere estar callado y meditabundo, lejos de la
realidad familiar que se le ha escapado de sus manos. Su deseo es no ser molestado y dejado
en paz. Ambos son inconscientes del daño que causan a sus hijos y según su punto de vista y
el de su época, es correcto usar la violencia para resolver los problemas en la educación de los
hijos. Nohora, exige lealtad total y lucha contra su marido por ser aceptada con sus amantes.
Mientras los hijos luchan por conservar la salud mental, se empeñan sus inmaduros
progenitores en que tomen partido en su cotidiana confrontación marital. Cansados de la
pasividad paterna, opta la mayoría de los muchachos por apoyar a la peligrosa madre, quien
planea desde ya, quizá inconscientemente, un macabro plan en contra de su evasivo e infiel
marido.
En que consiste el maltrato o abuso infantil. No importa que daño hacen su furia es siempre la
misma. Inflige castigo y rara veces está dispuesta a perdonarles, pero, en cambio. Siempre
después del castigo deben pedirle perdón y decirle que no lo volverían a hacer. El uso de la
violencia en el castigo ya sea la correa o la hebilla de la correa o un palo de escoba o una
chancleta de plástico o lo que tenga a mano en donde se encuentren, ya sea en el patio, en la
ducha, en el cuarto de dormir, tiene como objetivo que los niños sientan humillación, dolor y
sangren, La mayoría de las veces creen sus hijos les pega por el hecho de ser niños, de desear
correr, saltar, jugar, hablar, reír, mirarla o por el hecho de existir.
Si encuentra a unos o a unos de sus hijos culpables de hacer un daño, de no obedecer cuando
les llama, de romper algo, de desordenar la casa, de no comer toda la comida, de no irse a
dormir temprano, de no h hablar bien o tartamudear, de no callarse o de estarla mirando
cuando se estaba maquillando, entonces les inflige castigo. Es el juez y es el verdugo y rara
vez comenta con su marido si lo que hace es correcto o no, para la ignorante mama su
proceder lo es. El número de correazos propinados depende de la gravedad del hecho. A veces
se olvida de la gravedad del hecho y les pega hasta sacarles sangre de sus piernas o hasta que
se desmayan. Entonces parecen dormidos. Reacciona con pánico y les cura las heridas para
que olvidasen el hecho dándoles dulces o comida así que cuando Joaquín llega del trabajo, los
niños aunque tristes, guardan silencio protegiendo a la madre de la agresividad del padre. De
ahí se comprende que algunos de los niños de identifica emocionalmente con la madre
asumiendo su mismo comportamiento ya desde niños. Mas la mayoría simplemente callan y
no perdonan.
Con las niñas la táctica preferida es desnudarlas, meterlas en la ducha y pegarles con la
correa. Si no lloran lo suficiente entonces usa la chancleta de caucho, que al contacto con el
agua produce un horrible dolor en la piel. Una vez ata desnuda a María Alina a un poste en el
patio y la azota hasta cansarse, la causa del castigo es que sin querer hace caer a Paloma al
suelo. Cuando Gilma, la mayor, cumple 15 años de edad se ensaña en golpearle las piernas
con un palo hasta sacarle sangre. La causa, la adolescencia. Podría pensarse que en su
comportamiento hacia sus hijas hay una especie de perverso gusto sádico por causarles daños.
El hecho de que esta violencia materna se repite muy a menudo menoscaba la alegría de vivir
de los pequeños transformándolos en niños tristes, nerviosos, callados, histéricos, con ira
hacia sí mismos o hacia los demás; son obligados a usar estrategias de sobrevivencia y son
muchas de las veces dañinas para sí mismos y para quienes les rodean. Los insultos, la
ridiculización y la manipulación, son estrategias maternas usadas a menudo contra todos.
Con el apoyo silencioso y hosco de su esposo, enseña a sus hijos a aborrecer, criticar
comparar y censurar, odiar, manipular, mentir, abusar e irrespetar a los otros. Así todos más o
menos y en diferentes escalas manejan estos defectos contra sí mismos o contra sus
semejantes. En el grupo de los aborrecidos hijos mayores se encuentran Gilma, Gilberto y
María Alina. En el grupo de los hijos que mamá protege de la maldad de los mayores, se
encuentran, Gina Paloma, José, Leonardo, Adolfo y Vicente. Las palizas que todos reciben
son crueles pero la ira de mamá está centrada con ahínco en los mayores. Es a veces
democrática y dice que es injusto que solo unos hijos reciban paliza y para impartir igualdad
en el castigo, les pega a todos correazos, sin consideración de que hubiera o no hecho algo a
su parecer “malo”. Y sin considerar si son niños o adolescentes.
Proyecta su propia inseguridad en sus hijos y encuentra que tienen algo malo o errado: Gilma,
la mayor es negra como carbón, Gilberto es tonto rayando lo idiota; María Alina es una
alpargata loca; Paloma es una tonta pata de cuy; Juan Carlos es bobo; Luis Enrique es el
patojo; Adolfo tiene piernas de mujer y Vicente tiene una nariz anormal. Su marido recibe
como apodo, el viejo tonto, a quien le podía ser infiel sin que se diese cuenta. En estos
momentos de anormalidad su mirada es extraña e intensa y refleja ira incontenible; la cara se
le pone roja por la emoción y la tensión alta y da la impresión de ser una bomba a punto de
estallar. Si alguien da señales de vida la bomba se dispara y comienza de nuevo el martirio
infantil. Sus hijos le temen y procuran no estar a su alcance. La imagen de su madre como un
ser obeso y peligroso les persigue hasta en sus sueños.
Capitulo 28
Nohora y su enfermedad emocional
El comportamiento materno es el resultado de su naturaleza emocionalmente enferma y que
no puede evitar pero que a veces parece ser consciente de su brutalidad en el castigo y se
deduce de cuando Nohora no desea que su esposo se entere de la manera como maltrata a los
niños ya que la idea que Joaquín tiene es que es una buena y sufrida madre que dice son sus
hijos los culpables del castigo que reciben. Solo muy pocas veces reacciona Joaquín
diciéndole que no les pegue mas pero su reacción es tan tímida y cobarde que Nohora no le
hace caso. Progresivamente va apoderándose del control de todos inclusive de su marido. Esta
doble actuación de ser mala cuando se encuentra a solas con los pequeños y buena cuando los
ojos de los adultos la ven demuestran su doble personalidad; los adultos que solo conocen a la
buena Nohora, incluyendo su esposo, confían en ella y la consideran una ejemplar mamá. Más
frente a la violenta agresión de la madre y sin el apoyo efectivo del padre y otros adultos, los
niños no desarrollan la confianza necesaria para vivir en sociedad y se encuentran sin
salvación.
Capitulo 29
La impaciencia de Nohora
Aunque Nohora tiene niñeras, sin embargo siempre se encuentra, como es lógico, exhausta,
nerviosa, irritada y sin alientos. Solo Luis Ernesto exige dedicación de tiempo completo y
entonces debe multiplicarse por cuatro para atender las necesidades de los otros niños que
crecen solos, sin amor y en compañía de las niñeras. Su esposo, quien tampoco puede
abandonar el trabajo, no le es de gran ayuda. Ya que Joaquín responde por toda la parte
económica de esta familia grande y muy costosa por lo cual debe trabajar mucho.
Así que, aunque encuentra momentos de reposos especialmente en las fiestas navideñas y de
año nuevo, en Buesaco, en la Finca o en compañía de amigos, no puede nunca recobrar las
energías necesarias para poder seguir adelante en su inmensa tarea. Su familia y la familia de
su esposo no ofrecen absolutamente nunca su apoyo o su ayuda. Y en esta mujer descansan la
crianza de ocho hijos, uno de los cuales tiene una enfermedad que exige la atención completa
de ella 100%. Esto hace estallar a cualquiera. El hecho de que sus hijos más grandes le exijan
a su vez, atención es más de lo que sus propias fuerzas pueden dar. Su única vía para
mantenerlos a raya es el maltrato a hijos, sirvientes y cualesquiera que se le atravesase por su
camino cuando se encontraba realmente mal.
De naturaleza alegre, extrovertida y generosa puede asumir el rol de mala cuando la necesidad
así se lo pide. Estos constantes cambios de estado de ánimo confunden a todos quienes no
saben dónde tener a Nohora. A veces es la imagen viva del encanto y la simpatía y todos
quedan hechizados por su don de gente; otras veces está tan triste, que en la casa se siente que
todo es de color gris y los niños tienen miedo de quedar huérfanos; Ver a la mamá cansada,
acostada semanas en la cama sin poder hacer nada, deprimida, sin desear ver a nadie causa en
los niños sentimientos de culpa, y entre todos se echan la culpa y nadie quiere hacer ruido
para no molestar a la mamá enferma; al mismo tiempo que todos respiraban tranquilos porque
en estos días Nohora no tenía fuerzas para castigar, dañar o romper.
Capitulo 31
El Grave Maltrato Infantil (GMI)
El sentirse sola con el peso de la educación de los hijos inclusive cuando ella desea descansar
hace que siempre se muestre irritable y sin ninguna paciencia frente a los requerimientos de
amor o de cuidados por parte de sus hijos. La única forma de sentirse desahogada, es cuando
los maltrata y critica constantemente por no dejarla en paz.
Estos sentimientos contradictorios unidos a su insatisfacción por no haber estudiado nunca, al
comportamiento evasivo de Joaquín, siempre ocupado con sus obreros y empleados, sin nunca
tener tiempo para ella o para los niños, la llenan de una ira incontenible. Entonces ve a María
Alina como una loca, como una alpargata, le pega y le pone a hacer duros oficios innecesarios
ya que su esposo le ha contratado niñeras, una por cada hijo, cocinera, lavandera, muchacha
de oficios varios, para apoyarla en la crianza de sus hijos. Se aprovecha de la vulnerabilidad
psicológica de sus hijos para maltratarlos todavía más.
Nohora tiene un lado terrorífico que los niños y demás personas que se encuentran a su
servicio temen que llegue. Después de largos períodos de melancolía, salta un buen día de la
cama, como poseída por una fuerza irresistible, se siente y cree la mujer más bella las demás
son sombras frente a su belleza, sus hijas jamás podrán ser tan hermosas como ella. Su
esposo, sus hijos y las muchachas de servicio son objeto de odio. Acostumbra atacar los seres
que no pueden defenderse causándoles dolor tanto en el alma como en el cuerpo. Parece que,
después de salir de períodos de melancolía, es poseída por un demonio y todos desaparecen de
su vista para evitar ser objeto de su ira irracional. Ahora siente que su sed de castigo es
necesaria ya que su labor es educar a esta partida de mentecatos que la rodean. Es durante
estos estadios de su ser cuando se gana la antipatía de todos.
Nohora sufre de constantes cambios de humor lo que conllevan a que sus hijos y demás
personas terminen por no aceptar en absoluto su comportamiento y el odio o rencor sentido
está siempre latente en el hogar. Es así como va perdiendo poco a poco a amigos cercanos y
lejanos y termina su vida sola. En el Pasto de los años 60 y 70s, no se sabe nada a nivel
popular sobre enfermedades mentales o de las consecuencias funestas del maltrato infantil.
Toda forma de castigo contra menores e inferiores es permitida y aceptada. De hecho es
aceptado hasta el día de hoy.
Es una mujer emocionalmente inestable e inmadura que odia a los niños. Pero de acuerdo a la
regla de su época está obligada a mantener un matrimonio que no funciona y a educar unos
niños aun así se encuentre en el rango de clínicamente incapacitada para encontrarse en la
cercanía de niños. La violenta forma de educar a sus hijos para ser hombres y mujeres
responsables y equilibrados fracasa. Ninguno de sus hijos se encuentra ya de adulto,
emocionalmente equilibrado. Y los hijos de sus hijos seguramente corren el mismo destino
pero en diferentes grados dependiendo del medio ambiente donde se desarrollen.
El pegar a niños indefensos es maltrato infantil. El castigo físico, psíquico y emocional como
forma de educación en el seno de la familia, está penado actualmente por las mayorías de las
constituciones del mundo y por el sentido común. Únicamente padres emocionalmente
inestables utilizan esta forma de violencia familiar como mala educación.
Después de cada violento castigo donde los demás hermanos son testigos, viene como
segunda fase, la obligación de pedir perdón. No contenta con la humillación que sus
correazos, patadas, puñetazos o palazos provocan, es después la víctima obligada a ir a la
verdugo arrodillarse y humildemente pedirle perdón diciéndole que no volvería a hacerlo más.
Y los demás hermanitos son testigos de esta segunda humillación. Nohora sentada como
Hitler en su trono tiene el poder de perdonar o no a su víctima.
Esta humillación psíquica causa mucho daño y produce traumas de insospechables
consecuencias en el alma del niño o niña sujeto de esta violación materna. La causa del
injusto castigo puede ser un vaso roto, reírse en su presencia, correr, tomar una fruta, decir
una mala palabra, aprendida de boca de su propia madre; haber hecho llorar a un hermanito o
hermanita menor. A veces no importa la edad de la víctima ya fuese una niña de meses o una
chica adolescente. La violenta ira de Nohora no tiene tampoco esta vez límites, ella pega hasta
que el brazo le duele o hasta que su víctima para de llorar y parece yacer desmayada tirada en
el suelo.
Y es entonces cuando se transforma su rostro de ira en rostro de preocupación, -la habré
matado-, -me he excedido-, y entonces carga al niño y le limpia las heridas abiertas por los
correazos en la delicada piel y le da dulces para que olvide el incidente a la llegada del papá a
casa. Aun así, hay después que irle a pedir perdón. Por supuesto en esta casa, la única que
puede expresar la ira es Nohora, los niños reciben otra paliza si protestan. La ley del silencio
es la que vale en este infierno.
Otra forma de martirio que mamá Nohora utiliza con sus hijos es la comparación. Pero ella no
compara para que ellos se sientan orgullosos. Ella compara a los hermanos entre sí para que
ellos sientan, rabia, se vean inferiores al otro y sufran porque para su madre ellos jamás
pueden hacer como el ejemplo de comparación. Este mecanismo de sumisión y control lo
utiliza Nohora inclusive cuando sus hijos son todos mayores de edad. Su táctica es decir -este,
fulanito, es muchísimo mejor que tú, tu siempre tienes fiel así te esfuerces jamás vas a
lograrle superarlo-.
Sus hijos la quieren pero a fuerza de tanto maltrato materno hacia ellos, la aguantan o le
tienen pesar, pero no la quieren cerca y esto parece confundirla y la entristece. No acepta, no
aguanta, no comprende y se niega a verse a sí misma como causante de los problemas en la
familia.
Obviamente que es inconsciente y además no es completamente culpable de esta situación, ya
que la pasividad de su esposo Joaquín tiene mucho que ver en el agravamiento de la situación
de intolerancia y violencia hacia sus hijos. Joaquín es, indirectamente, partícipe de esta
inaguantable situación y por ello también culpable. Pero el soluciona sus problemas huyendo
de ellos y encerrándose en su oficina y en su negocio y por supuesto también en las amantes
ocasionales que siempre ha tenido. En conclusión tanto Joaquín como Nohora, son
inconscientes del daño que causan a sus hijos y según su punto de vista, esta correcto usar la
violencia para resolver los conflictos en la educación de sus hijos.
Llaman al maltrato y abuso infantil, formación. Si quizá la palabra puede caber aquí, si se
piensa que los padres de familia forman hombres y mujeres responsables o como en el caso de
esta familia, formar hombres y mujeres rotos, inmaduros emocionalmente, incapaces de
asumir un trabajo o su propia vida.
En que consiste este maltrato o abuso infantil. Si Nohora encuentra a unos o a unos de sus
hijos culpables de hacer un daño, de no obedecer cuando les llamaba, de no comer toda la
comida, de no irse a dormir temprano, de no callarse o de estarla mirando cuando ella se
estaba maquillando, entonces usaba la correa contra ellos. Es quien juzgaba e infligía el
castigo. El número de correazos dependía de la gravedad del hecho. A veces sin embargo se
olvidaba de la gravedad del hecho y les pegaba hasta sacarles sangre de sus piernas o hasta
que ellos se desmayaban. Entonces parecían dormidos. Allí se llenaba de pánico y les curaba
las heridas y hacia que ellos olvidasen el hecho dándoles dulces o comida así que cuando
Joaquín llegaba los niños aunque tristes se resignaran a guardar silencio y a no contarle nada
al padre.
Otra de sus tácticas preferidas era desnudar a las niñas meterlas en la ducha y pegarles con la
correa, pero si ellas no lloraban lo suficiente entonces les pegaba con zapatos de caucho que al
contacto con el agua producían un dolor horrible. Una vez ató a María Alina a un poste
desnuda en el patio y comenzó a azotarla hasta cansarse. Cuando Gilma cumplió 15 años de
edad comenzó a golpearle las piernas con un palo hasta sacarle sangre. Había en todo su
comportamiento una especie de gusto sádico y pederasta por sus propias hijas.
La mayoría de las veces creen sus hijos que Nohora les pega por el hecho de ser niños, de
desear correr, saltar, jugar, hablar, mirarla, el hecho de que esta violencia materna se repite
muy a menudo menoscaba la alegría de vivir de los pequeños transformándolos en niños
tristes, callados o histéricos, con ira hacia sí mismos o hacia los demás, ellos tienen que usar
estrategias para sobrevivir y estas son las muchas de las veces dañinas para sí mismos y para
quienes les rodean.
Los insultos, la ridiculización y la manipulación, son estrategias maternas usadas también a
menudo con todos ellos. Para Nohora, quien proyecta su propia inseguridad en sus hijos,
todos tienen algo malo o errado: Gilma, la mayor era negra como carbón, Gilberto era tonto
rayando lo idiota; María Alina era una alpargata loca; Paloma era pata de cuy tonta; Juan
Carlos era bobo; Luis Enrique era el patojo; Adolfo tenía piernas de mujer y Vicente tenía una
nariz anormal. Su marido era censurado como el viejo tonto, a quien ella le podía ser infiel sin
que él se diese cuenta. En estos momentos de anormalidad su mirada refleja ira y la cara roja
por la emoción parece una bomba a punto de estallar. Si alguien da señales de vida la bomba
se dispara y comienza de nuevo el martirio infantil.
Nohora, es, por supuesto, más odiada y temida que amada o respetada por la mayoría de sus
hijos; y, por supuesto, nadie sabe que el comportamiento irracional y caótico de la madre, se
debe a una enfermedad mental.
Los muchachos no comprenden que el comportamiento raro de Nohora es el resultado de una
desequilibrio emocional, causado por su terrible niñez que le tocó en desgracia vivir. Y que
para que Nohora pueda comportarse como una persona normal, necesita ayuda psiquiátrica y
psicológica. Es así que cuando niños, la mayoría de los hermanos mayores, con excepción de
Gina Paloma, quieren que la madre desaparezca de la faz de la tierra. El hecho de que esté allí
ahí todo el tiempo, amargándoles los días de su vida hace que finalmente ninguno vaya a
lograr, con excepción de Lucio Ernesto, éxito en sus vidas. El maltrato infantil que Nohora
otorga a los niños los va a incapacitar de por vida y nunca van a poder conseguir prosperidad
a través de su trabajo. Nohora nunca se entera del alcance negativo de sus acciones violentas,
su maldad y su avaricia y su desconfianza hacia su propia familia, crece y se fortalece año tras
año.
La vida de sus hijos está dividida entre el amor y el odio a los seres que les han dado la vida
ya que el actuar caótico de los padres va a quitarles posibilidades de vivir como adultos y de
prosperar. Cada uno va a desarrollar una particular doble personalidad, para poder sobrevivir
en el mundo hostil familiar. La naturaleza salvaje, violenta y dañina de los ataques maternos
va a hacer de ellos seres limitados para vivir en sociedad, tener amigos y formar relaciones
con éxito. El trabajo, el triunfo social, la prosperidad son atributos que otros tienen derecho.
Pero que ellos van a tener negado.
Y todos, con excepción de Adolfo, quien consigue prosperidad de manera criminal a través de
la muerte de Joaquín y con apoyo de Nohora, al robarles la herencia a sus siete hermanos.
Adolfo va a tener un papel fundamental en la muerte a los 65 años de Joaquín como el autor
indirecto de la muerte de su padre, por medio de envenenamiento con la complicidad de
Nohora y usando a una ex novia de Adolfo como la mano criminal que le ofrece la pócima
fatal a Joaquín con el objetivo de quedarse con el negocio la plata del padre y luego dividirse
a medias entre ellos a espaldas de los demás hermanos a quien Nohora sigue controlando a
través del terror.
Nohora tiene razón al decir que Joaquín no está presente cuando debe. Los domingos, se va a
jugar billar, deporte del que es campeón municipal o sino va a visitar solo a sus hermanos, el
domingo parece olvidarse de que tiene una joven esposa e hijos pequeños que lo extrañan y
desean que esté a su lado. Para el salir a pasear con sus hijos es algo impensable y lo hace solo
cuando Nohora le ha hecho tanto escándalo que para evitar el enfrentamiento con ella accede
al final acompañarlos a pasear o ir a cine.
Los hijos se sienten en estos momentos como si fueran leprosos y como si el papá tuviera
vergüenza de ser visto en compañía de ellos. La misma impresión siente Nohora. A ella el
comportamiento extraño de su esposo, le produce infinita rabia y deseos de vengarse. A los
niños este mismo comportamiento. Les produce infinita tristeza y deseo de llorar. Gracias a
las peleas de Nohora quien sale en defensa de sus hijos, Joaquín se va acostumbrando a salir
más menudo con todos a paseo, pero no es cosa que hace con gusto. Al final todos sienten
hastío de su extraño comportamiento y no sienten mucha simpatía o respeto por él.
Capitulo 32
Las consecuencias del maltrato infantil
Además el constante maltrato físico, psíquico y emocional a sus hijos, hace de ellos seres
emocionalmente inhabilitados para amar y también para trabajar. Es inconsciente de sus actos
y muchas veces se queja del desamor de sus hijos, del desamor de su marido, de que sus
amistades la han olvidado y no puede entender cómo es que a pesar de que todos sus hijos han
estudiado en los mejores colegios de Pasto, de ser muy inteligentes y de haber obtenido
siempre excelentes notas en el colegio, no tengan éxito en sus profesiones o negocios, O se
hayan casado con hombres o mujeres que los maltratan o abusan de ellos. O siempre están
deprimidos.
“-No entiendo-”, acostumbra decirles a sus hijos, “-porque se quejan de sentirse mal, si son
perfectos-”, “-Yo-”, proseguía en su monologo, “-no necesito tomar bebidas alcohólicas o
drogas para sentirme bien-”. Todos sus hijos callan, para no ofenderla, mientras un nudo de
lágrimas o de odio se forma en sus gargantas. Nadie puede contradecirla a doña tirana, porque
las consecuencias no se hacen esperar. Ella castiga siempre ya sea con su voz o con sus actos.
En casa de Hitler 2 funciona solo la voz del silencio y solo tienen derecho a voz aquellos hijos
que estén dispuestos a dañar a los otros hermanos. Ella incentiva la maldad entre ellos. Ella se
siente omnipotente. No le preocupa en absoluto el dolor que su accionar produce. Es así que
todos están en contra de todos, esa es la ley de la sobrevivencia en esta jungla familiar.
Por su parte, Joaquín, trata en vano de ganarse el amor de sus hijos, desconocedor del trauma
y maltrato de que sus hijos son objeto. El desea, por ejemplo, que María Alina sea la niña que
el acostumbra encontrar después del trabajo, alegre, juguetona, habladora. La nueva actitud
silenciosa y distante de la niña le preocupa y le ha preguntado a Nohora por qué la niña esta
triste a lo que Nohora le ha contestado, “ella se pone furiosa cuando la castigo” este es el
apodo que Nohora utiliza contra la niña de ahí en adelante. Le dice “miren a la mocosa, hala,
la niña se pone furiosa por todo. Si parece una loca”
Estas palabras le hacen mucho daño a María Alina, ella tampoco puede entender que le pasa,
porque siempre se siente distinta, como si algo le faltase. Esto es lógico ya que como producto
de recibir tantos insultos y golpes de mamá y de que sus hermanos la contemplaran como si
ella fuese rara, se aísla de todos en la familia. Comienza a compararse con otros niños y niñas,
queriendo saber qué es esto que le falta, porque no es como los otros niños. Porque debe estar
pensando todo el tiempo en si misma Esta realmente loca como mamá lo dice, es boba Es una
niña Son sus padres verdaderos La situación se le vuelve más confusa ahora con la pelea entre
sus padres quienes no pueden ponerse de acuerdo con la fecha de su nacimiento. Es así como
su padre le celebra su cumpleaños el 28 de mayo y su madre el 18 de abril no dice nada, pero
no ve problema en ello.
Para María Alina, todos los días se han vuelto obscuros, como si siempre lloviese, y la
pubertad y la adolescencia le llegan sin que este sentimiento desapareciese nunca. Siempre
está callada observando cómo día tras día mamá Nohora va destruyendo sin compasión a cada
uno de sus hermanos, Mientras tanto sus hermanos luchan cada uno por su lado por sobrevivir
a la destrucción emocional que contra ellos se cierne. Lo hacen como un niño puede hacerlo,
asumiéndose como culpable. Ellos se sienten, feos, tontos, despreciables, idiotas. No se
sienten merecedores del amor de nadie. Ellos miran con envidia y admiración a los otros
niños, que al parecer de sus progenitores, especialmente de Joaquín, siempre son mucho
mejor que ellos.
Las peleas, las intrigas, y el odio entre ellos son pan de cada día. Todos sienten que son malos
y culpables del desamor de Nohora y Joaquín, pero además sienten que el culpable es también
el otro, llámese Gilma. María Alina, Adolfo, quien fuere, es merecedora del desprecio del
otro. No hay nadie que les habla de que ellos no tienen ni culpa, ni responsabilidad en el mal
ambiente de su familia ni tampoco son consciente de la enfermedad emocional de sus padres.
Por esta razón cuando la adolescencia llega a esos seres rotos, ellos no la sienten, de la forma
con que los demás adolescentes pueden sentirla, En casa es totalmente prohibido e insano
pensar ser rebelde como cualquier adolescente es, esto no le permite Nohora. Para la mayoría,
todo parece sin sentido y Nohora dice ahora llorando que sus hijos no la quieren, porque ellos
no hacen como ella dice que hagan, dice por ejemplo, que a sus hijos no les gusta la misma
música que a ella. Ella por supuesto no sabe que esto nuevo que les sucede a sus hijos es un
período natural del ser humano, donde el joven confronta su medio con el fin de adquirir sus
propios valores y desarrollarse como adulto sano. No, para Nohora esto significaba
desobediencia y por consiguiente castigo.
Hace todo lo posible para que sus hijos vivan un verdadero infierno durante su adolescencia.
Joaquín, por su parte, cincuentón se muestra cansado y ha dicho que a él no le interesa si sus
hijos viven o mueren, quiere estar en paz y se ha cerrado totalmente a las necesidades
emocionales de sus hijos. Y permite que Nohora, sola y desequilibrada como ella es, haga y
deshaga con ellos. Ha escondido su cabeza en la arena. Pero sus hijos van a comenzar a ver
los defectos de su pasiva y permisiva actuación e igual que ha hecho toda su vida con ellos,
van a dejarle emocionalmente y físicamente solo. A expensas de los buitres que ha ayudado a
formar y que le van a arrancar los ojos. 
Capítulo 33
La fantasía de Nohora: las pócimas en la casa de los secretos
Ha sucedido, Cuando Nohora tiene entre 30 y 40 años que su comportamiento enfermo le
preocupa, cree que es un castigo de Dios o “el mal de ojo” o la brujería o las tres cosas al
mismo tiempo. El mal de ojo es una superstición en que se mezcla la sabiduría indígena con la
española, arraigada en Pasto en la cual se cree que hay personas con tanto poder en su mirada
que pueden destruir o causar estragos en el estómago de niños y adultos. La brujería es otra
superstición en donde la víctima recibe una poción mágica que puede enfermarlo e inclusive
causarle la muerte aunque hay pócimas que se compran para obtener los objetivos contrarios,
curar del mal de ojo o de la brujería negativa. Al centrar su atención en los otros evita Nohora
cuestionarse a sí misma. Nohora busca dos posibles ayudas o soluciones a su malestar
interior: la iglesia y las brujas de Pasto. Al mismo tiempo que va a misa; gasta grandes sumas
de dinero en charlatanes y brujas para que le ayuden a devolverle el amor perdido de su
marido, que le libren del mal de ojo, que le den dinero, buena suerte y ayuden a curar la
hechicería que se cierne contra ella y su familia. El actuar en secreto frente a su marido en lo
concerniente a pócimas y hechizos es común.
En cierta ocasión cree Nohora que el comportamiento pasivo, silencioso, de su hija María
Alina no se asocia a su excesivo maltrato, sino al hecho de que la niña está embrujada y
necesita ayuda. La causa es que Nohora siente que la niña está enferma, pero no físicamente,
al no poder explicárselo lógicamente, deduce que le han hecho brujería, Seguramente una
enamorada de Joaquín, una rival, le ha hecho “mal de ojo” y debe ser curada. Donde una bruja
recibe su hija desnuda, cada noche durante un mes, baños fríos hechos con una substancia
maloliente y pegajosa que parece jabón para lavar pisos y la hace sentir mal, le da mareos y
ganas de vomitar. 
A la nina no le gusta para nada los baños fríos y le disgusta estar desnuda ante una extraña.
Tiene miedo de enfermarse y duda de que esté embrujada y sospecha que su madre intenta
hacerle daño. Recibir dichos baños la hacen sentirse rara, diferente, humillada, enferma e
introvertida e importante: siente que es vista solo cuando se enferma. No protesta ya que tiene
miedo de la reacción de mamá. Los baños se hacen a escondidas de Joaquín y la niña,
entrenada para callar y obedecer, jamás cuenta nada. Papá está últimamente triste,
ensimismado y le produce pena y no quiere molestarlo con sus pesares No cuenta tampoco
nada a sus demás hermanos. El episodio se convierte en uno más, en la cadena de secretos y
manipulaciones de su madre.
Capitulo 34
El comportamiento cobarde de Joaquín ante sus hijos
Joaquín tiene diferentes tipos de miedos: miedo al ridículo, al que dirán, a la cercanía de sus
hijos y es paranoico, celoso y posesivo. Se siente a menudo orgulloso de su esposa e hijos a
puertas cerradas más demuestra su amor comprándoles cosas. No los abraza, ni besa, juega
rara vez con ellos, por ejemplo es impensable salir papá e hijos a jugar al fútbol, según la
costumbre de la época y de su medio, esto nunca se hace porque se puede perder el respeto.
Así que asume ser un señor serio y aburrido con quien los chicos no pueden contar para su
desarrollo emocional. De hecho, cuando ya grandes sus vástagos tampoco van a jugar con sus
hijos esperando que la tercera generación ya lo haga. Una actividad que practica es ir a misa
en familia y después de la misa ir a tomar helados o comer empanadas en el Parque de Nariño.
Es divertido. Luego parece cansarse de todo especialmente, después de los problemas
conyugales, se encierra en sí mismo y no sale de casa, es difícil sacarle una palabra y esta
desinteresado en todos.
Lo malo es que demuestra desprecio a sus hijos quienes no comprenden que es esto que han
hecho para ser rechazados tan fríamente. Este es su gran defecto o problema emocional.
Censura a sus hijos, encontrándoles defectos que no tienen y parece avergonzase de
presentarlos ante los demás. Por ejemplo, le preocupa que los otros hijos de los vecinos,
hermanos, clientes, mucho menos adinerados, sean despiertos, juguetones, habladores,
extrovertidos, mientras sus hijos se presentan débiles, atemorizados, cobardes, incapaces y
callados o pelean mucho entre sí. No encuentra lamentablemente ninguna conexión entre la
violencia familiar que viven los niños a diario y su comportamiento ante extraños. Es nervioso
y enrojece fácilmente, cuando se encuentra con sus hijos en presencia de clientes o familiares,
los niños sienten como no ser suficientemente capaces, hermosos o educados para ser amados
o presentados a otra gente por su importante padre y con el tiempo, ya adolescentes son
conscientes que el problema es la inestabilidad e inseguridad emocional de Joaquín.
Crecer siendo el centro de todo lo malo es un sentimiento que destruye emocionalmente a un
niño volviéndole tímido, irritable e inseguro e incapaz de salir adelante y con dignidad en la
vida; sin sentirse que no es lo suficientemente digno o merecedor del cariño y respeto propio
y ajeno. La idea que se tiene del padre es que se siente solo más vive a espaldas de los otros 9
miembros de la familia. No actúa jamás con Nohora como un amigo o un compañero de vida
sino como un irritable y controlador padre que por supuesto Nohora no acepta. Con sus hijos
actúa como una lejana autoridad con quien jamás se puede tener contacto humano. La forma
de mostrar su amor distante es comprándoles lujo. Los mejores y más caros juguetes,
muebles, electrodomésticos, joyas, vestidos etc.
Los hijos se encuentran en medio de dos espadas: entre la brutalidad de Nohora y el
acomplejamiento y la tendencia a esconderlos de Joaquín. Esto obviamente causa
desconcierto, tristeza e ira en los muchachos quienes se sienten diferentes y mal con respecto
a los chicos y chicas de su edad o de su entorno, de quienes sus padres parecen estar
orgullosos. Esta actitud negativa de Joaquín hacia sus hijos, causa sufrimiento también en
Nohora quien no comprende a que se debe ese absurdo comportamiento de su marido hacia
sus hijos frente a extraños. Joaquín, para colmo de males siempre es bueno y generoso con los
hijos de sus hermanos, de los vecinos o de los extraños pero no es igual de bueno con sus
propios retoños. Nohora en cambio no es buena ni con los hijos de los vecinos, ni con sus
propios hijos he ahí la pequeña diferencia, pero claro está, tampoco está, al igual que Joaquín,
consciente del daño que su comportamiento nocivo causa en los futuros herederos de sus
desordenes psicológicos.
No se sienten amados ni por la madre agresiva ni por el padre pasivo, esquivo, silencioso y
siempre irritado o molesto por la presencia de ellos. Joaquín no les ofrece ninguna seguridad
ni protección y los rechaza. Gilberto en el transcurso de su vida, desde adolescente, va a
intentar quitarse la vida, por lo menos tres veces, si no ha muerto ha sido siempre porque
alguien lo ha encontrado moribundo y lo ha llevado de urgencias al hospital o porque el tiro
no fue mortífero.
Por su parte, Joaquín, desconocedor del trauma causado por el maltrato de sus hijos, trata en
vano de ganarse su amor. Encuentra que parecen ausentes, cansados, irritables y que se la
pasan peleándose entre sí. Nohora manipula muy bien la situación y se presenta como una
madre sufrida, víctima de sus propios hijos, convence a Joaquín de que merecen ser
castigados porque se comportan mal. Nohora y Joaquín parecen congelados y fuera de la
esfera emocional de los hijos. En su desdén, no recapacitan sobre su propio comportamiento,
simplemente parece la familia estar en cuatro mundos desconectados entre sí, uno en que
Nohora vive, otro en que Jacob vive; otro en que sus desgraciados hijos habitan, y a la vez un
mundo donde cada hijo vive. Uno de los problemas del maltrato infantil es que divide al niño,
lo aísla de su entorno y lo hace huir hacia sí mismo desconectándolo de la realidad y
enfermándolo.
Capitulo 35
El maltrato infantil
Los padres están emocionalmente lejos de sus hijos y solo se acercan para castigarles,
regañarles o hacerles daño. Gilma y Gilberto, se van a criar siempre solos, y no se gustan
mutuamente, no han desarrollado la capacidad de poder comunicarse mutuamente sin rencor,
y sienten como si ellos y también los demás miembros de la familia, viviesen en mundos
apartes e irreconciliables. Todos y cada uno, viviendo en su propio torre o tumba. De acuerdo
con el trauma emocional provocado por la acción demente de Nohora y pasiva de su esposo.
Nohora no es una mujer paciente, ni inclinada a tener hijos. Sucesivamente a medida que los
niños crecen se agria el carácter de la mamá. Tiene problemas con su marido y consigo misma
y no aguanta tanto trabajo. Además está embarazada casi cada año y no tiene tiempo de
descansar. Su esposo no le ayuda en la crianza de los niños aunque no puede quejarse de que
aporta como un rey en lo económico.
Capítulo 36
Capitulo 37
Capitulo 38
Capitulo 30
Capitulo 40
Capitulo 41
Posted byEl resplandor de la conciencianoviembre 9, 2020Posted inAlcoholismo, Familia
disfuncional, Literatura

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