Está en la página 1de 347

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


This page intentionally left blank

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub
Informe
2004

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.
Progreso económico y social
en América Latina

Se buscan
buenos empleos
Los mercados laborales
en América Latina

Banco Interamericano de Desarrollo


Washington, D.C.
ii

RECONOCIMIENTOS
La preparación de este informe es responsabilidad del Departamento de Investigación, bajo la dirección de
Guillermo Calvo. Carmen Pagés fue la directora académica del proyecto en colaboración con Mauricio Olive-
ra, quien ayudó a coordinarlo. Daron Acemoglu (Massachusetts Institute of Technology) y Eduardo Engel
(Universidad de Yale), miembros del Comité Editorial, proporcionaron orientación intelectual desde las pri-

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


meras etapas del proyecto. La colaboración y el asesoramiento de Eduardo Lora fueron esenciales en todo el

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


proceso. El Panorama y el capítulo 1 fueron escritos por Carmen Pagés; el capítulo 2 fue elaborado por Matías
Busso y Alejandro Micco. Eduardo Lora escribió el capítulo 3 sobre la base de los resultados de la investiga-
ción de Suzanne Duryea y Emmanuel Skoufias. Asimismo, este capítulo se sirvió en gran medida de un artí-
culo de fondo preparado por Ximena Clark, Timothy Hatton y Jeffrey Williamson. El capítulo 4 fue escrito
por Ugo Panizza con contribuciones de Arturo Galindo, Alejandro Izquierdo y Kevin Cowan. El autor del capí-
tulo 5 fue Eduardo Lora; el del capítulo 6, Andrés Rodríguez-Clare. Eduardo Lora y Carmen Pagés escribieron
el capítulo 7, en tanto que el capítulo 8 fue producido por Gustavo Márquez. Por otra parte, Alejandro Micco
colaboró con los capítulos 5 y 7. También merecen un reconocimiento especial las contribuciones de Rober-
to Iunes y Alberto Chong. Reyes Aterido, Gabriela Cordourier, María Eugenia Genoni, Carlos Andrés Gómez,
Ana María Loboguerrero, Álvaro Mezza, Guillermo Ordóñez, Alejandro Riaño y Cristóbal Ruiz-Tagle brinda-
ron una muy valiosa asistencia en la investigación.
María Ariano, Elisabeth Boggs-Davidson, César Bouillon, José Ernesto López-Córdova, Jacqueline
Mazza, Josefina Monteagudo, André Medici, Andrew Morrison, Claudia Piras, Ferdinando Regala, Consuelo
Ricart, José Seligman y Jaime Vargas aportaron comentarios muy útiles a los primeros borradores de los capí-
tulos. Se recibieron también valiosos comentarios de Manuel Agosín, René Cáceres, Ciro de Falco, Eduardo
Fernández-Arias, Richard Fletcher, Christof Kuechemann, Elio Londero, Paulo Paiva, Ricardo Santiago y Gra-
ciela Schamis, así como de los muchos participantes en talleres y seminarios realizados en el Banco durante
la preparación del informe. Mariela Semidey brindó apoyo administrativo en todo el proceso.
La información para este informe se obtuvo principalmente de las encuestas de hogares que generosa-
mente proporcionaron los gobiernos de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El
Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uru-
guay y Venezuela. El Programa de Mejoramiento de las Encuestas de Condiciones de Vida (MECOVI) contri-
buyó en la recopilación y distribución de las encuestas. Para el capítulo 2 se utilizaron datos de encuestas a
nivel de empresas de Chile, Colombia, México y Brasil. La Organización Internacional del Trabajo (OIT), el
Banco Mundial, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), el Fondo Monetario Inter-
nacional (FMI) y la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI) facilitaron
bases de datos internacionales para el informe. Reyes Aterido, Gabriela Cordourier, María Eugenia Genoni,
Carlos Andrés Gómez, Álvaro Mezza y Cristóbal Ruiz-Tagle, bajo la dirección de Suzanne Duryea, procesaron
la información que se presenta en el apéndice en CD-ROM.
La Oficina de la Asesora de Relaciones Externas del BID fue responsable de la producción editorial del
informe. La traducción estuvo a cargo de Larry Hanlon (versión en inglés); Donaldson Garschagen, María
José Cyhlar Monteiro y Carlos Ramires (portugués); y Álvaro Correa, Stella Covre, Roberto Donadi, Eleana
Gómez y Carlos Trípodi (español). La edición fue realizada por Sandra Gain (inglés), Eloisa Marques (portu-
gués) y Claudia Pasquetti (español). Rita Funaro aportó importantes sugerencias editoriales. Cathy Conkling-
Shaker brindó una valiosa asistencia editorial y llevó a cabo la lectura de pruebas, junto con Viviane Azevedo,
Julia Gomila, Katia Rossini y John Smith. Leilany Garron y Valkiria Peizer se encargaron de la portada y el
diseño gráfico, y también realizaron la tipografía del informe, junto con Alejandra Luzardo y Dolores Subiza.
Las opiniones expresadas en este informe son las de los autores y no necesariamente reflejan las del Banco
Interamericano de Desarrollo ni las de su Directorio Ejecutivo ni las de los miembros del Comité Editorial.

Se buscan buenos empleos: Coedición de:


Los mercados laborales en América Latina Alfaomega Grupo Editor
© 2003 Banco Interamericano de Desarrollo Calle 106 A No. 22-56, Bogotá D.C. Colombia
1300 New York Avenue NW Editorial Temas
Washington, D.C. 20577 Riobamba 1264, 4to piso, (1116)
Estados Unidos de América Buenos Aires, Argentina
Tel: (202) 623-1753, Fax: (202) 623-1709
1-877-782-7432 Banco Interamericano de Desarrollo
ISBN: 1-931003-57-2 E-mail: idb-books@iadb.org
ISSN: 0253-6013 www.iadb.org/pub
iii

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.
Prólogo

Los problemas relacionados con el empleo preocupan al ciudadano común más que cualquier
otro asunto económico o social. Según encuestas de opinión, la mayoría de los latinoamerica-
nos se sienten afectados por el riesgo permanente de quedar desempleados, el bajo nivel y la
inestabilidad de los salarios y la falta de protección laboral.
En los últimos años, las deficiencias que tradicionalmente han caracterizado a los merca-
dos laborales de la región se han agudizado, minando los esfuerzos por reducir la pobreza y
mejorar las condiciones económicas y sociales de los países. Las tasas de desempleo han ten-
dido a ascender en varios países desde mediados de los años noventa y se encuentran actual-
mente en su nivel más alto en por lo menos dos décadas. El porcentaje de trabajadores que
están cubiertos por las leyes laborales y los sistemas de protección social es menor hoy que a
comienzos de los años noventa, los salarios han crecido muy lentamente y, casi sin excepción,
las brechas de ingresos entre los trabajadores más calificados y el resto han aumentado.
Por otra parte, también es cierto que en algunos aspectos los mercados laborales han evo-
lucionado favorablemente. Hay más y mejores oportunidades de trabajo para la mujer y menos
discriminación laboral en su contra, y en varios países se están creando empleos de buenas con-
diciones en nuevos sectores de exportación y de servicios a ritmos muy alentadores. Pero estos
logros laborales no son suficientes para cambiar el clima de insatisfacción que reina en la región.
En su edición 2004 del informe Progreso económico y social en América Latina, el Banco ana-
liza estos problemas desde una nueva perspectiva, poniendo en tela de juicio ciertos supuestos y
diagnósticos que hasta el momento no han logrado generar las soluciones que todos desearíamos.
En el discurso relacionado con los mercados de trabajo pueden identificarse dos posicio-
nes. Por un lado están quienes sienten mayor preocupación por las implicaciones sociales del
problema y a menudo demandan una intervención más decidida del Estado para que las nor-
mas de protección laboral y salarial sean más rigurosas y efectivas y para que se adopten polí-
ticas contundentes de creación de empleo con apoyo del gobierno. Por otro, el enfoque
predominante entre muchos economistas apunta en la dirección opuesta: desmontar los ins-
trumentos de intervención estatal con miras a mejorar la flexibilidad del mercado laboral.
Ambos enfoques son extremos. El primero ignora que la efectividad de las normas laborales
depende en buena medida de que sean compatibles con los incentivos de los trabajadores y las
firmas, y con las capacidades del gobierno para implementarlas. El segundo pasa por alto que
el mercado de trabajo dista de ser el mercado ideal de los libros de texto, donde hay perfecta
competencia e información completa sobre la mercancía que está en juego.
Los mercados laborales están llenos de sorpresas que los diagnósticos convencionales no
pueden prever. Por ejemplo, típicamente en América Latina el principal mecanismo de ajuste
cuando se altera la relación entre la oferta y la demanda de trabajo no es el desempleo, ni
iv

Prólogo

siquiera la informalidad, sino los salarios. El empleo informal no es el reducto al cual quedan
relegados quienes no tienen otras oportunidades sino, para muchísimos trabajadores, una
opción preferida por su flexibilidad e incluso su remuneración. Y en algunos países, el salario
mínimo es más efectivo entre quienes se consideran trabajadores informales que en otros seg-

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


mentos.

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Por supuesto, lo que ocurre en el mercado laboral muchas veces es reflejo de decisiones
de política en otras esferas de la economía. Dada la profundidad de las reformas estructurales
adoptadas por los países de la región desde fines de los años ochenta, no es de extrañar que
hayan tenido repercusiones laborales. Sin embargo, en este informe se muestra que esta tam-
bién es un área de sorpresas, donde los enfoques convencionales han resultado incorrectos.
Considérese el caso de la apertura. En contra de lo que esperaban sus promotores, no favoreció
a los trabajadores de más baja calificación. En contra de sus detractores, tampoco creó el des-
empleo que se temía. En la práctica, causó mucho menos pérdida y reasignación de empleo de
lo que esperaban unos y otros.
El presente análisis aspira a ser tan novedoso en su enfoque como cauto en sus recomen-
daciones, porque reconoce las limitaciones del conocimiento en materia laboral y los múltiples
conflictos de objetivos a los que se enfrentan las decisiones de política en este campo. Su obje-
tivo es, precisamente, contribuir al entendimiento de los problemas y estimular a los gobiernos,
las organizaciones laborales y la sociedad civil a analizar sin dogmatismos las opciones de solu-
ción de los problemas laborales. El Banco espera que esta sea una contribución valiosa al bien-
estar de los latinoamericanos.

Enrique V. Iglesias
Presidente
Banco Interamericano de Desarrollo
v

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.
Contenido

Panorama . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .1

Capítulo 1. Un diagnóstico del mercado laboral en América Latina . . . . . . . . . . . . . . . . .13

Capítulo 2. La dinámica de los empleos y de los trabajadores:


el lado oculto del mercado laboral . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .53

Capítulo 3. Nuevos perfiles en la oferta de mano de obra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .85

Capítulo 4. El empleo en un mundo volátil: shocks macroeconómicos . . . . . . . . . . . . . .127

Capítulo 5. El impacto de las reformas estructurales en el empleo y los salarios . . . . . . .149

Capítulo 6. El empleo y el papel de la tecnología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .197

Capítulo 7. El papel de las regulaciones e instituciones en el desempeño de los


mercados laborales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .225

Capítulo 8. Una nueva agenda de política laboral . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .269

Referencias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .319

Apéndice. Indicadores de los mercados laborales (CD-ROM) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .338


This page intentionally left blank

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub
Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub
© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.
Panorama

Los mercados laborales de América Latina presen- que se suponía que ocurriera únicamente en países
tan serios problemas. El desempleo ha llegado a su más ricos, donde los trabajadores pueden darse el
nivel más alto en muchos años y aunque los sala- lujo de buscar trabajo, ahora está superando el
rios han mejorado en algunos países, lo han hecho nivel de los países desarrollados. Además, muchos
a un ritmo muy lento. Los ingresos de muchos tra- indicadores de la calidad del empleo parecen
bajadores son demasiado bajos como para permitir- haberse deteriorado durante los años noventa. El
les escapar de la pobreza, y la desigualdad salarial empleo en pequeñas empresas aumentó y la pro-
–que se sitúa entre las mayores del mundo– no está porción de trabajadores con la protección exigida
mejorando. Por el contrario, los salarios de los tra- por las leyes laborales, que ya era reducida, bajó
bajadores no calificados han disminuido en rela- aun más.
ción con los de los trabajadores calificados. Se ha intentado explicar esta situación de
Asimismo, aunque la probabilidad de perder el muchas maneras. Algunos afirman que las refor-
empleo es grande, sólo una minoría decreciente de mas comerciales y la privatización de empresas
trabajadores está asegurada contra este riesgo. No estatales han desplazado trabajadores de sectores
sorprende entonces que en los sondeos de la opi- manufactureros y no competitivos y de buenos
nión pública –como Latinobarómetro– se señalen empleos públicos, mientras que muchos de los
el desempleo, los bajos salarios y la inestabilidad empleos nuevos se han creado en sectores de baja
laboral como los problemas más apremiantes de la productividad.1 Otros señalan que las reformas
región por encima de la corrupción, la delincuen- comerciales y la globalización del comercio se
cia y otros asuntos sociales difíciles. encuentran detrás de la demanda creciente de tra-
Las preocupaciones de índole laboral no son bajadores calificados y la caída de los salarios rela-
nada nuevo en la región. Durante años la dinámica tivos de los trabajadores no calificados.2 Algunos
demográfica y las tasas crecientes de participación observadores culpan al proceso de integración
en la fuerza laboral han llevado a un rápido creci-
miento de la oferta de mano de obra. Emplear esta
reserva creciente de trabajadores a un salario
decente y con las prestaciones establecidas por las 1 OIT (1996). Saavedra (2003) explica que muchos de los cambios

observados en los mercados de América Latina probablemente


leyes laborales ha constituido un desafío persisten- estén asociados a redistribuciones sectoriales de la producción y el
te para los encargados de formular políticas. Lo que empleo inducidas por reformas estructurales.
2 Ver, por ejemplo, Robbins y Gindling (1999).
parece ser nuevo es que el desempleo, problema
2

Panorama

comercial –es decir, a la globalización– por la dis- tamiento de los mercados laborales y se presentan
minución del porcentaje de trabajadores con pro- y analizan nuevos conjuntos de datos.
tección social, ya que las empresas tratan de
reducir los costos laborales para mantenerse com-
petitivas.3 Según otros, la adopción creciente de HALLAZGOS IMPORTANTES
nuevas tecnologías –impulsada en parte por las

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


reformas comerciales y otras reformas estructura- El aumento de la oferta de mano de

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


les– explica hasta cierto punto la situación, ya que obra no es causa ni consecuencia del
por un lado las nuevas tecnologías son menos empeoramiento de la situación de los
intensivas en mano de obra y por otro, usan más mercados laborales.
mano de obra calificada que las tecnologías anti-
guas.4 Otros atribuyen el desempleo creciente a la En un día laborable típico más de 210 millones de
mayor participación de la mujer en la fuerza labo- latinoamericanos ofrecen sus aptitudes en el mer-
ral y al rápido aumento de la oferta de mano de cado laboral, y alrededor de cinco millones de tra-
obra. Las normas laborales excesivamente rígidas y bajadores se incorporan a la oferta de mano de obra
las crecientes rigideces salariales suelen mencio- cada año. La tasa de crecimiento de la fuerza labo-
narse también como una causa de los problemas de ral, del 2,5%, se encuentra entre las más elevadas
los mercados laborales. del mundo. Las tendencias demográficas y las
¿Cómo se pueden mejorar la cantidad y la mayores tasas de participación de la mujer son los
calidad de los empleos disponibles en América dos factores principales que influyen en estas ten-
Latina y el Caribe? Los tratamientos que se receten dencias, mientras que la emigración –la mayor del
dependerán del diagnóstico de los problemas. Aun- mundo– produce sólo una leve disminución de la
que se suele decir que es necesario concentrarse tasa de crecimiento de la fuerza laboral.
en soluciones, este informe sostiene que las solu- Pese a este ritmo acelerado, el crecimiento de
ciones deben basarse en una clara comprensión del la oferta de mano de obra no es la causa del aumen-
funcionamiento de los mercados laborales, las tare- to del desempleo ni del empleo no reglamentado.
as que realizan y los efectos que las políticas e ins- Tampoco lo son los cambios que se están produ-
tituciones dentro y fuera del mercado laboral ciendo en las características de la fuerza laboral. La
tienen sobre ellos. Los mercados laborales, o sea el fuerza laboral es menos joven, presenta un mayor
intercambio diario de capacidad productiva entre equilibrio entre ambos sexos, es más urbana y está
trabajadores y firmas, así como las instituciones mejor instruida, pero no hay ningún fundamento
que los rigen, desempeñan la tarea fundamental de para atribuir a cualquiera de estos cambios los
distribuir recursos e ingresos entre firmas y traba- males que aquejan al mercado laboral.
jadores. Así como las instituciones y políticas acer- Las tasas de participación femenina en la
tadas pueden mejorar el desempeño de los fuerza laboral están creciendo con rapidez aunque
mercados laborales, las políticas e instituciones sus niveles son aún bajos en comparación con el
deficientes pueden frenar la actividad económica y resto del mundo. Sin embargo, no hay indicios de
menoscabar el bienestar social. Por consiguiente, que estas tasas estén causando un aumento de las
en este informe se estudian la anatomía y la diná- tasas de desempleo en los distintos países. Por el
mica de los mercados laborales de la región, y los contrario, han sido la fuente más importante de
efectos que tienen en el mercado laboral las aumento de los ingresos per cápita en la región. En
tendencias demográficas y de participación en la
fuerza laboral, la migración, los shocks macroeco-
nómicos, las reformas estructurales, la educación,
la adopción de tecnologías, y las políticas e institu- 3 Stallings y Peres (2000); Goldberg y Pavcnik (2003).
ciones. En ese marco se reexaminan algunos 4Ver de Ferranti et al. (2003) para un vínculo entre comercio, tec-
supuestos muy difundidos con respecto al compor- nología y rendimientos crecientes de la educación.
3

Se buscan buenos empleos: los mercados laborales en América Latina

general, no hay indicios de que las mujeres se vean nes de los críticos, las pérdidas de empleo fueron
obligadas a ingresar en el mercado laboral debido a pequeñas y no tuvieron efectos perceptibles en la
la penuria económica de sus familias, aunque eso tasa de desempleo. No hubo pérdidas masivas de
puede ocurrir en unos pocos países. A mediano empleo porque, por sorprendente que sea, y con-
plazo los salarios relativos, aunque todavía son des- trariamente a las predicciones de los partidarios de
ventajosos para la mujer, han avanzado en su favor, las reformas, hubo un traspaso limitado de recursos

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


lo cual parece indicar que el motivo de su mayor a sectores que podían ser más eficientes, lo cual tal

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


participación en la fuerza laboral ha sido la mejora vez explique por qué la productividad y los ingresos
de sus oportunidades laborales relativas. En algunos aumentaron a un ritmo tan lento.
países y en ciertos períodos las tasas de participa- Hubo más sorpresas. Por ejemplo, la brecha
ción a corto plazo aumentan cuando la situación salarial entre trabajadores calificados y no califica-
macroeconómica se deteriora, intensificando la pre- dos se amplió. Sin embargo, la demanda relativa de
sión en el mercado laboral y probablemente contri- mano de obra calificada aumentó en todos los sec-
buyendo a un aumento temporal del desempleo tores, y no sólo en aquellos que se vieron afectados
por reformas comerciales, lo cual parece indicar
Las reformas estructurales no produjeron que influyeron otros factores. Contrariamente a las
los cambios previstos en el mercado expectativas de algunos reformadores, en ciertos
laboral. países los salarios del sector manufacturero caye-
ron a medida que los trabajadores fueron perdien-
Durante los años noventa se realizaron cambios do una parte de la renta económica que compartían
importantes en la política económica con el propó- con los empleadores como consecuencia de la pro-
sito de facilitar el funcionamiento de los mercados tección comercial. No obstante, contrariamente a lo
y promover la eficiencia y el crecimiento económi- que afirmaban los críticos de la globalización, los
co. Se redujeron la inflación y los déficit fiscales, en nuevos empleos en el sector de las exportaciones
tanto que los gobiernos eliminaron las restricciones en general han ofrecido salarios y condiciones de
al comercio y a los mercados de capital, se refor- empleo comparables y a veces mejores que otros
maron los sistemas tributarios y se privatizaron empleos. Lamentablemente, a medida que las
muchas empresas estatales. barreras al comercio se fueron eliminando, en algu-
Los partidarios de las reformas pronosticaban nos países –especialmente aquellos con leyes labo-
que estas estimularían la demanda de trabajo y con- rales restrictivas– se observó una merma de los
ducirían a mayores salarios, aunque a corto plazo empleos con las prestaciones exigidas por ley.
podría haber un aumento temporal del desempleo Aunque se eliminaron muchos empleos en
debido a la pérdida de empleos en sectores no com- determinados sectores, la privatización de empre-
petitivos. Además, pronosticaban que disminuiría la sas estatales influyó poco en el desempleo. En
desigualdad salarial entre trabajadores calificados y Argentina, el caso más extremo, alrededor de
no calificados a medida que la demanda de estos 150.000 trabajadores quedaron cesantes como con-
últimos –el factor más abundante en la región– secuencia de las privatizaciones entre 1987 y 1997.
aumentara en relación con la demanda de trabaja- Si bien la cifra es grande, esta cesantía representó
dores calificados. Los críticos, por el contrario, afir- sólo 13% del aumento del desempleo durante ese
maban que las reformas producirían considerables período. En Bolivia las privatizaciones explican
pérdidas de empleo, especialmente en pequeñas y apenas 3% del aumento del desempleo de 1995 a
medianas empresas, y de buenos empleos del sector 2000. Además, las empresas privadas creadas en los
público, así como pérdidas en la calidad del empleo sectores privatizados volvieron a contratar de
debido a que muchos empleadores dejarían de ofre- forma directa o indirecta a muchos de los trabaja-
cer prestaciones a medida que aumentara la presión dores que habían quedado cesantes.
para mantener la competitividad. En resumen, el panorama de los efectos de las
En realidad, contrariamente a las prediccio- reformas está lleno de sorpresas y enseñanzas para
4

Panorama

los partidarios y los críticos de las reformas por secundarios en relación con los trabajadores con
igual. estudios primarios y terciarios. Sin embargo, los
cambios en la oferta por sí solos no explican por
El problema no es la tecnología sino su qué el rendimiento de la formación terciaria está
falta. subiendo en comparación con la escolaridad secun-
daria o por qué el rendimiento de esta última no se

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Se suele decir que la tecnología moderna reduce la ha desplomado en relación con el rendimiento de

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


demanda de trabajadores, en particular la de aque- la escolaridad primaria. En consecuencia, los cam-
llos con un bajo nivel de escolaridad, pero la histo- bios en el rendimiento relativo de la educación son
ria y la situación de América Latina muestran que impulsados también por un aumento de la deman-
no es así. No hay indicios de que las tasas de da de mano de obra calificada.
empleo hayan disminuido en los países que adop- Aunque el aumento de la demanda de traba-
taron tecnologías nuevas o mejores. Tampoco es jadores calificados se debe en parte al desplaza-
cierto que las industrias que experimentaron un miento del empleo hacia el sector de los servicios,
rápido crecimiento tecnológico hayan presentado en general este efecto tiende a ser pequeño. En rea-
un crecimiento lento del empleo. En realidad se ha lidad, en su mayor parte se debe al aumento de la
observado que el aumento de la productividad, el demanda de personal calificado que se produjo en
mejor indicador disponible de las mejoras tecnoló- los sectores tanto de manufacturas como de servi-
gicas, es mayor cuanto más rápido es el crecimien- cios. No obstante, no se ha encontrado una explica-
to del empleo industrial. ción concluyente de esta demanda creciente de
No es la tecnología sino su falta lo que está educación en todos los sectores. La afirmación
detrás de algunos de los resultados laborales insatis- común de que los cambios tecnológicos sesgados
factorios. En promedio, la participación de los traba- en favor de los trabajadores calificados son la causa
jadores en el ingreso nacional se mantuvo constante de los aumentos recientes del rendimiento de la
en la región durante los años noventa, lo cual indica educación es difícil de corroborar.
que el crecimiento lento de los salarios se ha debido Por ejemplo, no hay indicios de que en los
a un crecimiento exiguo de la productividad laboral, países con un crecimiento tecnológico más rápido
consecuencia directa de la lentitud del cambio tec- –medido sobre la base de la productividad total de
nológico. De 1985 a 2000, la productividad del capi- los factores– haya un aumento de la demanda de
tal físico, la mano de obra y el capital humano personal calificado ni de que los cambios en los
combinados disminuyó en promedio 0,1% al año en rendimientos de la educación se deban a la evolu-
América Latina y el Caribe. Esto implica que el pro- ción de la relación entre el capital humano y el
greso tecnológico no contribuyó a mejorar la pro- capital físico, como proponen algunas teorías
ductividad laboral y los salarios en la región. Por recientes. Asimismo, a nivel de planta no se ha
consiguiente, el problema no es que las modalidades comprobado la tesis de que las firmas (o plantas)
de distribución de ingresos en los mercados labora- que adoptan técnicas para automatizar la produc-
les hayan perjudicado a los trabajadores, sino que las ción presentan una mayor demanda de trabajado-
economías apenas generaron ingresos que pudieran res calificados. Más bien ocurre lo contrario. Las
distribuirse a los trabajadores. plantas con más trabajadores calificados tienden a
adoptar más tecnologías de automatización, lo cual
La demanda impulsa los rendimientos sugiere que el bajo nivel de escolaridad de la región
de la educación, pero no resulta claro podría frenar el crecimiento tecnológico. Incluso si
qué impulsa esta demanda. se comprobara la hipótesis de que las técnicas de
automatización conducen a una mayor demanda
En cierta medida el rendimiento creciente de la de personal calificado, esto no podría explicar la
escolaridad terciaria se debe a que en la región ha demanda creciente de trabajadores calificados en el
aumentado la oferta de trabajadores con estudios sector de servicios, donde las técnicas de automati-
5

Se buscan buenos empleos: los mercados laborales en América Latina

zación son menos comunes. La otra hipótesis, que no resulta claro quiénes trabajan en este sector
según la cual el uso de la tecnología de la informa- y si sufren más que los trabajadores del sector for-
ción lleva a un aumento de la demanda de mano de mal. Algunos analistas definen el trabajo informal
obra calificada tanto en el sector de servicios como como aquel en el que no se cumplen las normas
en el de manufacturas, todavía no se ha corrobora- oficiales (por ejemplo, la proporción de empresas
do en el caso de América Latina. no registradas); para otros, el trabajo informal equi-

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


La hipótesis muy difundida de que reformas vale a ciertos tipos de empleo mal remunerado con

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


comerciales de la magnitud de las que ha habido en pocas posibilidades de ascenso (como el trabajo por
América Latina han fomentado la importación de cuenta propia, el trabajo familiar no remunerado o
tecnologías intensivas en mano de obra calificada el empleo en firmas con cinco empleados o
también es difícil de corroborar. Los aranceles menos). Hay solapamientos entre ambas categorí-
sobre bienes de capital ya eran bajos antes de las as, pero también hay muchos trabajadores que
reformas comerciales, y si bien la participación del están comprendidos en una sola categoría.
capital importado en el acervo de capital está La evidencia contradice la idea general de que
aumentando, no hay una relación clara entre esta los trabajadores se encuentran en el sector infor-
tendencia y las reformas comerciales. Y aunque mal en contra de su voluntad y que preferirían
hay cierta evidencia de que una mayor penetración pasar al sector formal si tuvieran la oportunidad.
de las importaciones trae aparejado un aumento de En estudios recientes de Brasil y México se com-
la demanda de personal calificado, otras medidas probó que la gran mayoría de los trabajadores por
de liberalización del comercio, como los aranceles, cuenta propia prefieren trabajar de esta manera en
no guardan relación con la demanda de trabajado- vez de tener un empleo en el sector formal, porque
res calificados. ganan salarios más altos y gozan de más indepen-
Se necesitan más estudios para comprender si dencia. Y aunque muchos empleos en las firmas
la tecnología influye en el rendimiento de la edu- más pequeñas están comprendidos en la categoría
cación y de qué forma. Entretanto urge determinar de poca productividad y pocas posibilidades de
por qué la región no ha podido beneficiarse más de ascenso, también hay pequeñas empresas nuevas y
la tecnología para aumentar los ingresos y el nivel prósperas. En esa línea de ideas, no hay ninguna
de vida de todos los trabajadores. indicación de que las diferencias de salarios entre
las empresas grandes y las pequeñas sean mayores
Muchos trabajadores son pobres, pero en América Latina que en Estados Unidos. Esta
centrar el análisis en el sector informal observación también pone en tela de juicio la tesis
podría ser engañoso. de que los mercados laborales de América Latina
presentan una segmentación anormal. En realidad,
Muchos trabajadores están teniendo dificultades en hay una movilidad considerable en el mercado
el mercado laboral. Muchos están desempleados y laboral entre los sectores considerados tradicional-
otros tienen empleos mal remunerados o que ofre- mente como formal e informal.
cen poca protección contra el riesgo de desempleo, En vista de tales complicaciones, este informe
enfermedad, accidentes de trabajo o vejez. Con los examina la calidad de los empleos sobre la base de
años los analistas de los mercados laborales de los cálculos directos de los salarios y las prestaciones
países en desarrollo se han centrado en la evolu- que reciben los trabajadores. Este método tiene
ción del trabajo en el sector informal como indica- ciertas ventajas. Primero, permite definir clara-
dor de la calidad del empleo y el bienestar de los mente el fenómeno que se estudia; segundo, per-
trabajadores. Sin embargo, si se presta atención mite evitar un juicio de valor con respecto a
únicamente al trabajo en el sector informal se sectores del mercado laboral basado en criterios
podría caer en equívocos y pasar por alto otros pro- preestablecidos acerca del bienestar de las perso-
blemas graves. nas empleadas en un sector determinado. Según
El trabajo informal podría ser engañoso por- estos cálculos, uno de cada dos trabajadores en pro-
6

Panorama

medio gana un salario demasiado bajo para sacar a empresas pequeñas y grandes, así como las dife-
una familia corriente de la pobreza y más de la rencias salariales entre distintos sectores de la
mitad de los trabajadores no están amparados por industria, se sitúan dentro de la gama observada en
leyes laborales o programas de seguridad social. Estados Unidos, donde la desigualdad en los ingre-
Asimismo la evidencia sugiere que en gran medida sos es mucho menor que en América Latina pero
los bajos salarios y la falta de protección social mayor que en la mayoría de los demás países de-

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


reflejan la baja productividad de los trabajadores en sarrollados. Asimismo, la fracción del ingreso

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


la región. Un crecimiento mayor de la productivi- nacional que va a los trabajadores se encuentra
dad conduciría a un aumento de los ingresos de los dentro del rango observado en países más desarro-
trabajadores más pobres y mejoraría la cobertura llados y se ha mantenido estable durante la última
de las leyes laborales y los programas de seguridad década.
social. Por consiguiente, abordar el problema de la
Centrar la atención en los salarios y las pres- desigualdad en los ingresos es cuestión más bien de
taciones traslada el énfasis de la política laboral igualar las condiciones en lo que concierne a las
hacia un aumento de la productividad de los traba- capacidades que los trabajadores traen al mercado
jadores y una evaluación de la estructura de las laboral, en vez de cambiar los precios en dicho mer-
medidas de protección social a fin de que puedan cado. El rendimiento creciente de la educación
abarcar a más trabajadores. También pone de relie- podría ofrecer mayores incentivos para que las
ve la situación de los trabajadores que, a pesar de familias mantengan a los niños en la escuela más
estar empleados en sectores considerados formales, tiempo o para que los trabajadores adultos vuelvan
perciben salarios muy bajos o no están amparados a la escuela. Sin embargo, el rendimiento creciente
por leyes laborales. Asimismo este enfoque ofrece también contribuye a exacerbar las diferencias de
una salida frente a la contradicción de la postura ingresos entre los que tienen un nivel de escolari-
generalizada que consiste en lamentar a la vez el dad más alto y los que no lo tienen. Habría que asig-
crecimiento del sector informal y la destrucción de nar más recursos para reducir la deserción escolar
muchas pequeñas empresas y microempresas en una edad temprana y mejorar la formación de
cuando el sector informal se contrae. los adultos.
Aunque más educación para todos podría
La desigualdad en los ingresos refleja reducir considerablemente la desigualdad, no dis-
desigualdad en la escolaridad, pero la minuiría necesariamente la pobreza de forma
escolaridad por sí sola no basta para notable. La desigualdad disminuiría si todos los tra-
resolver el problema de los salarios bajadores tuvieran una cantidad similar de años de
bajos. estudios, pero muchos de ellos seguirían siendo
pobres si la escolarización no les permitiera salir
El grado de desigualdad de ingresos en América de la pobreza. Por supuesto, la escolaridad lleva a
Latina se encuentra entre los mayores del mundo, un aumento de los ingresos, y en la mayoría de los
pero el mercado laboral no es tanto la fuente de países de América Latina el rendimiento de la edu-
esta desigualdad sino más bien un reflejo. La des- cación es alto comparado con el resto del mundo.
igualdad de ingresos está relacionada en gran medi- Sin embargo, si los trabajadores sin escolaridad
da con grandes diferencias en las capacidades que ganan muy poco, un aumento grande de los sala-
los trabajadores aportan al mercado laboral, como rios en términos porcentuales todavía puede dejar
el nivel de escolaridad y la experiencia. Sólo una a los trabajadores con salarios bajos en cifras abso-
fracción pequeña de la desigualdad en los ingresos lutas. Como el nivel básico de productividad de
puede atribuirse al hecho de que trabajadores simi- todos los trabajadores depende en gran medida de
lares reciban remuneraciones diferentes de acuer- la calidad del entorno institucional y económico
do con las características de su empleo. Las en el cual operan las firmas, las medidas para ele-
diferencias de los salarios entre los empleados de var el nivel medio de escolaridad podrían resultar
7

Se buscan buenos empleos: los mercados laborales en América Latina

lentas (e incluso ineficientes) para eliminar la normas laborales. Con la disminución de la infla-
pobreza, a menos que también se tomen medidas a ción a menos del 10%, un menor grado de ajuste
fin de ofrecer condiciones más propicias para que por la vía salarial ha desencadenado una reacción
las empresas inviertan, realicen innovaciones y más intensa del empleo y el desempleo frente a los
alcancen un mayor grado de productividad. shocks macroeconómicos. Mayores inversiones en
la aplicación de las leyes laborales podrían tener un

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Los mercados laborales de la región efecto similar.

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


parecen estar perdiendo los mecanismos A medida que las economías crezcan, el des-
tradicionales de ajuste frente a los empleo disminuirá. Sin embargo, en la medida en
shocks macroeconómicos. que continúen produciéndose shocks imprevistos e
inevitables, el desempleo seguirá reaccionando
Los mercados laborales de la región funcionan en fuertemente a menos que las políticas e institucio-
un entorno volátil. Durante los últimos 30 años, nes faciliten los ajustes salariales. Esto no significa
sólo África y Medio Oriente han presentado una que América Latina deba volver a la época de infla-
volatilidad mayor que América Latina. Esta volati- ción alta o promover un menor cumplimiento de
lidad agregada generalizada exige grandes ajustes las leyes laborales, sino que la combinación de
en el mercado laboral. Por lo tanto, incluso si la shocks recurrentes e inflación baja debería estar
fracción del ingreso nacional que va a los trabaja- acompañada por instituciones que faciliten los
dores no variara mucho, una disminución del ajustes salariales –suavizando las consecuencias de
ingreso nacional se manifestaría en una reducción los shocks macroeconómicos sobre el desempleo–
del empleo o los salarios. y aminoren los costos de bienestar social asociados
¿Es mejor adaptarse a los shocks por medio de a la pérdida de empleos.
una reducción de los salarios o de un aumento del
desempleo? Aunque resulta difícil emitir juicios de En el plano microeconómico se observa
valor con respecto a los ajustes que conviene reali- una reasignación grande, pero no
zar frente a una crisis, la realidad muestra que los atípica, de trabajadores y empleos.
ajustes salariales ayudan a distribuir el costo de la
recesión mientras que el desempleo concentra el Mientras que los cambios en el desempleo durante
costo en unos pocos. Pese a la gran volatilidad de la los años noventa parecen deberse en su mayor
producción, en América Latina la volatilidad del parte a la interacción de la volatilidad macroeconó-
empleo no ha sido mayor que en regiones más esta- mica y la disminución del ajuste salarial, el desem-
bles. Esto se debe a que, con pocas excepciones, los pleo es sólo la punta del iceberg de la mayor parte
shocks generalmente han sido absorbidos por de la actividad que se produce en el mercado labo-
medio de una volatilidad muy grande en los sala- ral. En un año dado, muchas firmas amplían su
rios. Esto ha permitido distribuir los costos de las personal mientras que otras lo reducen. Esta activi-
crisis de una forma más pareja entre los emplea- dad se produce en recesiones y en auges, y en
dos, lo cual es importante en los países donde sólo todos los sectores de la economía, independiente-
una minoría de los trabajadores dispone de seguro mente de lo estrechamente definidos que sean.
de desempleo o indemnización por despido. Para dar una idea de las magnitudes, cada año en
No obstante, los mecanismos tradicionales de los países estudiados se crea o destruye aproxima-
ajuste parecen estar cambiando y este cambio damente uno de cada cuatro empleos. Ello implica
podría explicar por qué las tasas de desempleo han que en un momento dado numerosos trabajadores
reaccionado con tanta virulencia frente a la con- pierden el empleo, al mismo tiempo que se contra-
tracción de la actividad económica en los últimos ta a muchos otros.
años. En América Latina la gran flexibilidad salarial Si se presta atención únicamente a las tasas
parece deberse a dos resultados negativos: la infla- de desempleo, se parte del supuesto de que todos
ción alta y el bajo grado de cumplimiento de las los trabajadores que pierden un empleo pero
8

Panorama

encuentran otro no sufren pérdidas. Sin embargo, de esta reasignación permanente debería formular-
esto tal vez no sea cierto. Todos los trabajadores, se con sumo cuidado. De lo contrario, la cura
especialmente los no calificados, tienen grandes podría resultar peor que la enfermedad.
probabilidades de perder el empleo. Muchos traba-
jadores, en particular los más pobres, no pueden Las normas laborales no están exentas
darse el lujo de buscar trabajo durante mucho de costos, pero la desregulación no es la

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


tiempo y por consiguiente se ven obligados a acep- respuesta.

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


tar el primer trabajo que les ofrecen, incluso cuan-
do esperar más significara tener la posibilidad de En los distintos países las normas laborales consti-
encontrar un trabajo en el cual pudieran ser más tuyen las reglas del juego en los mercados labora-
productivos y ganar un salario más alto. Los traba- les, que son complejos y no pueden funcionar
jadores desplazados involuntariamente tienden a correctamente sin regulaciones. Sin embargo, esto
encontrar empleos con un salario más bajo que el no significa que una plétora de normas sea mejor.
del empleo anterior. El hecho de que los trabaja- Algunas regulaciones podrían ofrecer claras venta-
dores que cambian de sector económico, o los que jas en materia de bienestar social, pero otras no.
son más calificados o tienen mayor permanencia Aunque el dogma es que se puede mejorar el bien-
en el empleo tienden a sufrir mayores pérdidas estar de los trabajadores estableciendo prestaciones
salariales parece indicar que en el proceso se pier- y garantías laborales en las leyes, dicho bienestar
den algunas habilidades específicas y que podría depende también del buen funcionamiento de los
estar produciéndose una rotación ineficiente. Los mercados laborales. Las prestaciones asociadas a
mercados de capital imperfectos o que no están empleos cubiertos por la ley benefician muy poco
suficientemente desarrollados podrían explicar a los desempleados o a los trabajadores excluidos
por qué los empleadores se ven obligados a dejar del sistema de protección social.
cesantes a trabajadores que, en vista de sus cono- Aunque se ha argumentado que las normas
cimientos especializados, son difíciles de reempla- laborales tienen costos bajos en términos de
zar. empleo, desempleo y otras variables del mercado
¿Deberían prohibirse los despidos o aumentar laboral, la evidencia empírica recopilada en este
las indemnizaciones por despido? Aunque es cierto informe parece indicar que no es así. Esto no impli-
que las medidas estrictas de protección a la estabi- ca que deban eliminarse todas las regulaciones,
lidad del empleo reducen la reasignación, estas porque en la mayoría de los casos desempeñan un
pueden tener consecuencias adversas para el creci- papel importante, sino que es necesario reconocer
miento de la productividad y los ingresos. En todas que, en los casos en que las normas no están exen-
las economías el crecimiento de la productividad tas de costos, hay que vigilar continuamente sus
está asociado tanto a aumentos de la productividad efectos y compararlos con sus beneficios. En el
en las empresas existentes, como a ganancias de campo de la medicina algunas enfermedades
productividad porque los trabajadores pasan de fir- requieren un tratamiento que puede causar gran-
mas menos productivas a firmas más productivas. des perturbaciones en la vida del paciente. Si los
Este último componente explica entre el 20% y el tratamientos se administran sin cuidado pueden
50% del crecimiento total de la productividad. Inhi- incluso llevar a la muerte. Del mismo modo, los
bir el proceso de asignación de trabajadores de usos dilemas que plantea la política social pueden resol-
menos productivos a usos más productivos podría verse mediante una evaluación constante de la
frenar el crecimiento económico. En efecto, es salud del mercado laboral y el cambio de trata-
posible que las disposiciones estrictas en materia miento cuando los riesgos se vuelven demasiado
de seguridad laboral vigentes en la región obstacu- grandes.
licen el crecimiento de la productividad. No hay
una solución simple para este dilema. La normati-
va orientada a contener el costo en bienestar social
9

Se buscan buenos empleos: los mercados laborales en América Latina

Los sindicatos no son ni arena en los obtener el salario más alto posible en un momento
engranajes del mercado laboral ni la dado a expensas de aumentos futuros. A nivel
solución para los salarios bajos. macroeconómico, podrían reducir la capacidad de
la economía para introducir ajustes y reformas.
Los sindicatos han llevado a avances sustanciales Resulta difícil prever si las ventajas son mayo-
en las condiciones de trabajo de importantes gru- res que los costos porque el equilibrio es sensible al

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


pos de trabajadores. Sin embargo, al igual que otros marco jurídico que rige a los sindicatos, el grado de

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


mecanismos institucionales del mercado laboral, la competencia interna y externa, la índole de las
acción sindical puede redundar en importantes relaciones laborales, y su grado de coordinación y
beneficios pero también acarrear costos sustancia- centralización. Un aspecto que causa preocupación
les para la sociedad. En cuanto a los beneficios, los es que, según la opinión de trabajadores y emplea-
sindicatos llevan a un aumento del 5% al 10% en dores, las relaciones laborales en América Latina se
los ingresos de los afiliados. Aunque se trata de una caracterizan por conflictos y desconfianzas. Esto, a
cifra considerable, estos beneficios son pequeños su vez, podría llevar a empresas y trabajadores a no
comparados con los que se obtienen con la expe- realizar las inversiones a largo plazo en capacita-
riencia o la escolaridad. En general, por cada año ción y nuevas tecnologías que resultan indispensa-
de estudios secundarios los ingresos aumentan 11% bles para un crecimiento sostenido.
en relación con los ingresos de los trabajadores con
escolaridad primaria. Por consiguiente, un título
que representa cinco años de estudios aumenta los ¿QUÉ DEBEN HACER LAS POLÍTICAS
ingresos más de 50%. Estas cifras sugieren que LABORALES?
pocos trabajadores llegarían a obtener un salario
que los saque de la pobreza recurriendo únicamen- En vista de estas enseñanzas, ¿qué pueden hacer
te a la acción sindical. los gobiernos para minimizar las dificultades de los
Sin embargo, los sindicatos también aportan trabajadores y ayudarlos a llevar una vida mejor y
otros beneficios importantes a los afiliados, tales más productiva? ¿Qué pueden hacer las políticas
como menos rotación de la mano de obra y mayor laborales para mejorar el desempeño del mercado
empleo. Los sindicatos también pueden abrir laboral?
importantes canales de comunicación entre los tra- Los gobiernos pueden ayudar adoptando polí-
bajadores y la patronal y contribuir a la productivi- ticas orientadas a reducir la volatilidad macroeco-
dad. Las negociaciones colectivas pueden ayudar a nómica y crear condiciones macroeconómicas
conciliar los intereses de los trabajadores y las estables y propicias para el crecimiento. En los paí-
empresas en conjunto, y evitar las consecuencias ses donde las rigideces del salario real están
adversas de la falta de coordinación de las negocia- aumentando la respuesta del desempleo a menores
ciones. En la sociedad como un todo los sindicatos tasas de crecimiento, mecanismos tales como la
parecen reducir la desigualdad de ingresos en gene- participación de los trabajadores en las ganancias
ral. Asimismo, se ha observado que los países de la empresa o la disminución de los costos de
donde las negociaciones colectivas se realizan de transacción de los contratos salariales podrían
forma bien coordinada presentan tasas de desem- incrementar la flexibilidad salarial. Pero la búsque-
pleo más bajas y tasas de empleo más altas que en da de un mejor entorno macroeconómico y una
los países donde los salarios se establecen de forma mejor respuesta a los shocks macroeconómicos no
muy descentralizada. debe cegar a los encargados de formular políticas
Al mismo tiempo, los sindicatos pueden aca- frente a las exigencias que un mercado laboral efi-
rrear costos importantes. A nivel de empresa pue- caz plantea cotidianamente a la política laboral. Es
den llevar a una disminución de las inversiones, necesario reorientar la agenda de la política labo-
variable decisiva para el crecimiento de los ingre- ral, pasando de soluciones temporarias para crisis
sos. Por lo tanto, los sindicatos podrían tratar de económicas a políticas estructurales, y de la filoso-
10

Panorama

fía de “proteger a los trabajadores del poder de los los trabajadores que buscan empleo. Los encarga-
empleadores” a una agenda impulsada por los obje- dos de formular políticas, en colaboración con el
tivos de ampliar las oportunidades para los trabaja- sector privado, podrían aumentar la eficiencia del
dores y mejorar el desempeño de los mercados emparejamiento mediante registros de vacantes y
laborales. Esto no resta importancia a los derechos asistencia en la búsqueda de empleo. Las evalua-
de los trabajadores establecidos en convenios sobre ciones realizadas en países de la Organización para

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


normas laborales básicas y en los códigos laborales la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE)

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


nacionales. Por el contrario, esos derechos deben parecen indicar que tales sistemas constituyen
tomarse más en serio. El statu quo creado por el mecanismos costo-efectivos para colocar a los tra-
bajo nivel de cumplimiento de la normativa socava bajadores en empleos. Aunque estas medidas no
el imperio de la ley y deja a muchos trabajadores ayudan a crear vacantes, reducen el desempleo
mal equipados para superar las consecuencias de la friccional al llenar las plazas disponibles con más
reasignación continua de mano de obra. rapidez. También reducen las pérdidas de ingresos
Sin embargo, para que las normas puedan asociadas al desempleo y la demanda de servicios
aplicarse, hay que reconsiderar el principio de otor- sociales o seguro de desempleo, si corresponde.
gar garantías en los códigos jurídicos, e incluso a Pero la principal ventaja tal vez consista en aumen-
veces en las constituciones, sin determinar sus tar la calidad y por ende la productividad de los
consecuencias en el mercado laboral. La evidencia emparejamientos entre trabajadores y empleos.
recopilada en este informe sugiere que podría Esto se debe a que los mejores emparejamientos
haber importantes quid pro quo entre distintos entre trabajadores y empleos probablemente con-
objetivos en el mercado laboral. Por ejemplo, el duzcan a una mayor inversión de las firmas en
pleno empleo tal vez no sea compatible con el capacitación y de los trabajadores en aprendizaje,
seguro pleno contra el desempleo. Pero el informe lo que es indispensable para lograr un aumento de
señala también que existen complementariedades los ingresos.
importantes. Por ejemplo, un mejor desempeño del Los servicios de intermediación laboral en la
mercado laboral es compatible con una menor des- región son menos extensos que en los países de la
igualdad en los ingresos. Se pueden aumentar al OCDE. No obstante, hay varios servicios públicos
máximo las complementariedades y reducir a un nacionales de empleo y un mercado creciente del
mínimo los quid pro quo prestando debida atención sector privado para la intermediación laboral y las
a las consecuencias de la normativa. La política colocaciones. Si se han de reformar estos sistemas,
opuesta ha llevado a los dilemas actuales, en los habrá que promover un entorno regulatorio apro-
cuales los trabajadores están sumamente protegi- piado para las entidades proveedoras sin fines de
dos en teoría pero el incumplimiento es la norma lucro, mejorar los sistemas de información y
y, como se presta poca atención a las políticas ampliar la gama y la cobertura de los servicios.
orientadas a ampliar las oportunidades para los tra-
bajadores, los ingresos aumentan a un ritmo peno- Asegurar a los trabajadores contra el
samente lento. Para poner en práctica la nueva riesgo de rotación de personal.
agenda se necesitan autoridades laborales más
fuertes y una compleja red de instituciones públi- La volatilidad macroeconómica y la intensa reasig-
cas y privadas que desempeñen las cuatro funcio- nación de puestos de trabajo y trabajadores han cre-
nes específicas que se señalan a continuación. ado una fuerte demanda de mecanismos de
protección contra la pérdida de ingresos. Para satis-
Aumentar la eficiencia del empareja- facer esta demanda se ha regulado la estabilidad del
miento entre trabajadores y empleos. empleo con mecanismos más estrictos que los de
países más desarrollados. Sin embargo, estos meca-
Un alto grado de reasignación crea brechas y reza- nismos son un método primitivo de seguro y pue-
gos entre las empresas que buscan trabajadores y den resultar costosos. Además, más de la mitad de
11

Se buscan buenos empleos: los mercados laborales en América Latina

los trabajadores no participan en sistemas de ese do los incentivos para que las firmas y los trabaja-
tipo y por consiguiente no están protegidos contra dores inviertan en una formación especializada.
el riesgo de pérdida del empleo. Por lo tanto, toda política que procure ampliar la
Aunque el sistema actual tiene fallas, la cues- oferta de capacitación debe promover un entorno
tión principal es si otros tipos de seguro serían más regulatorio e institucional que ofrezca incentivos
apropiados para las características particulares de para la capacitación. Con este nuevo paradigma, las

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


la región. La mayoría de los países de América Lati- reformas en el campo de la capacitación no se limi-

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


na han alcanzado un grado de desarrollo compara- tan al objetivo de reorganizar las instituciones
ble al que habían alcanzado los países desarrollados públicas de enseñanza o lograr que la capacitación
cuando adoptaron mecanismos de seguro de des- responda mejor a las necesidades del mercado. Las
empleo.5 Sin embargo, la creación o ampliación de reformas abarcan cambios en la tributación, la nor-
tales sistemas tropieza con la falta de registros ade- mativa y las negociaciones colectivas. El objetivo es
cuados de firmas y trabajadores, el alto grado de pasar del suministro directo de capacitación a la
informalidad en el mercado laboral, el tamaño mejora de los incentivos para que las empresas, los
pequeño del Estado y la falta de margen fiscal para trabajadores y los proveedores de servicios de capa-
gastos sociales contracíclicos. En estas condiciones, citación financien, busquen y proporcionen capaci-
los sistemas de seguro de desempleo vigentes en tación de buena calidad.
los países desarrollados tal vez no sean factibles en Otro campo prometedor para la política es la
la región. Además, aunque el seguro de desempleo educación del adulto. Aunque se le ha dado poca
no dificulta la reasignación de recursos, la expe- prioridad en la mayoría de los países, en algunos
riencia de los países desarrollados sugiere que no estudios se ha observado que llevar a los adultos de
está exento de costos. vuelta a la escuela puede ser una medida eficaz
Es evidente que el camino hacia mejores para aumentar la productividad (especialmente en
mecanismos de seguro está sembrado de obstácu- comparación con los resultados de la capacitación
los. Un criterio importante debería ser promover el laboral pública de trabajadores no calificados). Los
buen funcionamiento del mercado laboral. Des- gobiernos de América Latina deberían buscar for-
pués de todo, el mejor seguro de desempleo es la mas de llevar a los adultos de vuelta a la escuela.
posibilidad de conseguir enseguida un buen traba- Entre otras medidas posibles, podrían otorgar des-
jo. Pero en los casos en que esto no sea suficiente, cuentos en los impuestos a los empleadores que
cada país deberá buscar una solución para estos brinden tiempo o recursos para que los empleados
dilemas que refleje cabalmente las características asistan a la escuela o a los trabajadores adultos que
de su economía y las preferencias de sus ciudada- estén completando su escolaridad formal.
nos. Al mismo tiempo, los encargados de formular
políticas y los legisladores deberían vigilar conti- Vigilar las políticas laborales, velar
nuamente los riesgos que los sistemas de seguro por el cumplimiento de las normas
podrían crear para el desempeño de los mercados y fomentar relaciones laborales
laborales. armoniosas.

Mejorar las oportunidades para Los países deberían invertir en el desarrollo de ins-
los trabajadores. tituciones que recopilen, analicen y procesen infor-

Existe la percepción generalizada de que con la glo-


balización y la integración comercial las políticas
5 El PIB per cápita en 20 países desarrollados era en promedio
en materia de capacitación adquiere mayor impor-
US$3.539 cuando se promulgaron leyes de seguro de desempleo
tancia. Al mismo tiempo, sin embargo, el uso cre- (Maddison, 1997), y el PIB per cápita de 22 países de la región era
ciente de contratos temporarios y otras medidas en promedio $3.964 en 2000. En la mayoría de los países desa-
rrollados las primeras leyes en materia de seguro de desempleo se
para lograr una mayor flexibilidad están reducien- promulgaron entre 1900 y 1944.
12

Panorama

mación, y que pongan en práctica políticas y velen Las autoridades laborales deberían también
por el cumplimiento de las normas. Determinar los prestar suma atención a la calidad de las relaciones
beneficios y costos de las políticas laborales requie- laborales. Para que las políticas laborales den resul-
re conocimientos especializados que la mayoría de tado, se necesita la cooperación entre sindicatos y
las autoridades laborales (normalmente el ministe- empleadores. Con normas más transparentes sobre
rio de trabajo) no tienen. Aunque personal técnico salarios y negociaciones colectivas se avanzaría

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


de universidades y firmas especializadas pueden mucho en la mejora de estas relaciones.

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


encargarse de este seguimiento, las autoridades Lo bueno es que varios países ya están traba-
laborales deberían ser las encargadas de contratar jando arduamente con esa nueva orientación. Tie-
los análisis, ponderar costos y beneficios, y decidir nen que hacerlo. El descontento con la situación
qué medidas tomar y formularlas. Esto requiere actual es demasiado grande como para no prestarle
reconstruir la capacidad de las autoridades labora- atención. Cabe esperar que las políticas e institu-
les y dotarlas de personal capaz de desempeñar los ciones que surjan de la crisis no se limiten a solu-
nuevos papeles. ciones provisionales sino que ayuden a establecer
Las tareas de dichas autoridades se enfrentan una nueva agenda para el mercado laboral.
con el problema del incumplimiento masivo, que
hasta cierto punto es la respuesta a las normas defi-
cientes, pero que también refleja la ineficacia del
gobierno en lo que respecta a la aplicación de las
leyes laborales. En los países con un gobierno más
eficaz el cumplimiento de las normas en materia 6 Por ejemplo, si se establece una correlación entre el porcentaje de

de seguridad social tiende a ser mayor.6 Se necesi- trabajadores que están afiliados (y realizan aportes) a programas
de seguridad social, por un lado, y los ingresos per cápita y el índi-
tan nuevos métodos para mejorar las normas y ce de calidad del gobierno (recopilado por Kauffman, Kraay y
ampliar la cobertura de las inspecciones y otros Zoido-Lobaton [2000]), por otro, se observa que, aunque el cumpli-
miento aumenta con los ingresos per cápita, la calidad del gobierno
mecanismos para optimizar el cumplimiento. también contribuye a ampliar la cobertura de las normas laborales.
Capítulo
1

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.
Un diagnóstico del mercado
laboral en América Latina

Todos los días miles de personas van a trabajar y familias: aunque pueden perder sus empleos invo-
muchas empresas contratan personal. Algunas fir- luntariamente, menos de la mitad de los trabajado-
mas quiebran, otras se redimensionan y surgen res están protegidos contra ese riesgo y, por lo
empresas nuevas. Asimismo, muchos trabajadores tanto, una gran proporción de la fuerza laboral no
ingresan o se retiran del mercado laboral, o cam- está asegurada frente a los trastornos y padeci-
bian de empleo. Las decisiones y el quehacer de mientos que ocasiona la pérdida de ingresos.
miles de trabajadores y firmas, y la forma en que se Lo que sucede en el mercado laboral afecta
relacionan con las instituciones y reaccionan ante radicalmente a los individuos y a los hogares. Por lo
medidas de política, conforman el mercado laboral. tanto, los fracasos de este mercado y de las institu-
Al igual que muchos mercados, el mercado laboral ciones que lo respaldan significan mucho más que
debe asignar constantemente recursos a los usos pérdidas en el producto o una baja tasa de creci-
más productivos. La magnitud de esta actividad es miento económico: se convierten, además, en gra-
asombrosa. En promedio, cada año se crea o des- ves problemas sociales. En todos los países los bajos
aparece hasta uno de cada cuatro empleos. Un alto salarios, las escasas o poco equitativas oportunida-
porcentaje de trabajadores se desplaza de un des de progreso laboral, el alto desempleo y la baja
empleo a otro, pasa de una situación de empleo a tasa de creación de empleo suelen relacionarse con
una de desempleo o a la inactividad. Esta rotación la pobreza, la desigualdad, la marginación de los
continua es característica de muchos mercados. No jóvenes y la delincuencia.
obstante, el mercado laboral es un caso especial Por lo tanto, parecería que este mercado es
porque trata con los bienes más complejos de demasiado importante como para fracasar. Con
todos: el esfuerzo y la destreza de las personas. todo, los latinoamericanos sostienen que el merca-
El intercambio diario de trabajo por salario do laboral de la región presenta graves fallas. Según
proporciona la principal fuente de ingreso para los Latinobarómetro –una encuesta de opinión pública
trabajadores y los hogares. En América Latina y el
Caribe, entre la mitad y dos tercios del ingreso total
se asignan en el mercado laboral, y más de 70% de
1 Promedio simple de la fracción del ingreso nacional que reciben
los hogares de la región dependen exclusivamente
los trabajadores en 10 países de la región (Bernanke y Gurkaynak,
del ingreso generado por el trabajo.1 Más aun, el 2001). La proporción de hogares que depende totalmente del ingre-
mercado laboral crea muchos riesgos económicos so laboral procede de las encuestas de hogares disponibles más
recientes (1999 o 2000). La cifra indicada corresponde al prome-
que afectan el bienestar de los trabajadores y sus dio simple de 11 países.
14

Capítulo 1

Gráfico 1.1 Problemas más importantes Gráfico 1.2 Problemas más importantes por país, 2001
para los latinoamericanos (En porcentaje de respuestas)
(En porcentaje de respuestas)
Uruguay
Chile
Desempleo Perú
Corrupción
Nicaragua
Pobreza
Argentina
Delincuencia/Inseguridad
Panamá

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Inestabilidad en el empleo
Bajos salarios Bolivia
Terrorismo/violencia política/guerrilla Colombia

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Baja calidad de la educación Ecuador
Inflación Guatemala
Falta de oportunidades para jóvenes Venezuela
Consumo de drogas Brasil
Violación de los DD.HH. Costa Rica
Problemas de salud El Salvador
Narcotráfico Paraguay
Problemas de vivienda Honduras
Transporte México
Problemas en el medio ambiente 0 10 20 30 40 50 60 70
Discriminación racial
0 5 10 15 20 25 Desempleo Bajos salarios

Inestabilidad laboral
Nota: Promedio de respuestas en 17 países de América Latina.
Fuente: Latinobarómetro (2001). Fuente: Latinobarómetro (2001).

que desde 1996 se realiza en 17 países de la Del examen de los mercados laborales de la
región–, los problemas directamente relacionados región, surgen las siguientes conclusiones:
con el mercado laboral han ocupado año tras año el
primer lugar en la lista de las inquietudes del • Los mercados laborales tienen cada vez más
público. Aun más, la importancia asignada a estos dificultad para asignar trabajadores a los puestos de
problemas ha ido aumentando. En 2001 en prome- trabajo, aunque con diferencias entre los países de
dio más de 20% de los encuestados señalaron que la región.
el desempleo era el problema más apremiante de la • Los salarios han aumentado lentamente y
región, más grave que la corrupción, la delincuen- uno de cada dos trabajadores recibe una remunera-
cia u otros complejos problemas sociales (gráfico ción que lo coloca en el umbral de pobreza. Sin
1.1). Asimismo, más de 40% de los encuestados embargo, esto no se debe tanto al excesivo poder de
señalaron que los bajos salarios, la inestabilidad del negociación de los empleadores respecto de los tra-
empleo y el desempleo eran los problemas más bajadores, sino a la baja y estancada productividad
acuciantes de la región. En Argentina, Chile, Nica- del trabajo.
ragua, Perú y Uruguay, este porcentaje fue mayor: • Aunque la región padece un alto nivel de
alrededor de 50% (gráfico 1.2). Es evidente que la desigualdad salarial, el mercado laboral –más que
situación del mercado laboral es la principal preo- crearla– la refleja. Sin embargo, la proporción de
cupación de los ciudadanos de la región. desigualdad atribuible a este mercado aumentó
Este capítulo analiza el desempeño de los durante los años noventa.
mercados laborales de América Latina durante los • Las relaciones laborales se caracterizan por
últimos años, a fin de comprender si están en con- conflictos y desconfianzas que pueden entorpecer
diciones de ejercer su importante función. Se com- el crecimiento de la productividad laboral en la
paran parámetros críticos de los mercados región.
regionales con los de países que no pertenecen a la • Más de la mitad de los trabajadores no reci-
región para identificar las áreas que requieren ben la protección que confiere la legislación laboral
mejoras y se recopilan indicadores de desempeño y, por lo tanto, muchos de ellos corren el riesgo de
que califican a los mercados laborales de la región perder sus ingresos como consecuencia del desem-
en función de la eficiencia, la equidad del ingreso y pleo, la enfermedad o la vejez. Más aun, la cober-
la cobertura de los seguros contra riesgos. tura disminuyó en los años noventa. Si bien la
15

Un diagnóstico del mercado laboral en América Latina

Recuadro 1.1 Datos del mercado laboral

La escasez y falta de comparabilidad de la información evaluar a muchos países, la dimensión de las series crono-
sobre las variables del mercado laboral en América Latina lógicas no es siempre lo suficientemente amplia como para

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


sigue siendo un gran obstáculo para el análisis. La base de describir cabalmente los cambios que se han producido con

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) el tiempo.
ofrece estadísticas sobre un número notable de países y años La colección de encuestas armonizadas del BID no es
y sobre una serie de indicadores; sin embargo, esa infor- exhaustiva. En particular, los países del Caribe no están
mación no siempre permite comparar los países o los distin- cubiertos debido a problemas en la disponibilidad de los
tos años entre sí. Por ejemplo, la definición de los estudios y a la falta de comparabilidad de las encuestas del
indicadores difiere de un país a otro y las zonas geográficas Caribe con las de otros países. El BID está en vías de exten-
y el rango de edades utilizados para calcular el valor de der la información disponible para estos países.
esos indicadores para cada país no coinciden. Asimismo, Dadas estas limitaciones, en este capítulo –y en térmi-
las fuentes y la cobertura de la muestra varían a lo largo del nos generales, en todo este informe– se emplean diversas
tiempo. La OIT enfrenta grandes dificultades porque depen- fuentes de datos, según la dimensión que se desea analizar.
de de la capacidad de los países para proporcionar datos. En general, se utilizan los datos del BID para comparar los
Sin embargo, la calidad de la información está mejorando datos de los países y analizar la dinámica del mercado
sustancialmente y la organización se está empeñando en laboral, en tanto que el análisis de las series cronológicas se
divulgar datos comparables. basa en datos del BID y de fuentes publicadas, como los que
A fin de resolver algunos de estos problemas, el pre- divulga la OIT y la Comisión Económica para América Lati-
sente estudio se apoya en un gran número de encuestas de na y el Caribe (CEPAL). Además, sólo se cuenta con datos de
hogares, y presta especial atención a los problemas de com- panel sobre empresas, plantas y trabajadores para un redu-
parabilidad de las series cronológicas y de los datos de los cido número de países. Por lo tanto, el análisis de la diná-
países. Si bien los datos del Banco Interamericano de Desa- mica del mercado laboral se limita a unos pocos países
rrollo (BID) ofrecen una visión de corte transversal útil para (capítulo 2).

política laboral debería esforzarse por mejorar la calidad de las relaciones laborales, es decir, la cali-
asignación de los recursos y ampliar la cobertura dad de la especial relación que se establece entre
contra riesgos, parece haber un conflicto entre esas empleadores, trabajadores y sindicatos para deter-
dimensiones. Mantener en funcionamiento el minar si contribuye a mejorar las condiciones de
mecanismo de asignación y al mismo tiempo ofre- trabajo y a elevar la tasa de productividad o –por el
cer un seguro adecuado a los trabajadores constitu- contrario– a fomentar el conflicto y la desconfian-
ye uno de los principales retos para la política za. Para cada país se calculan los indicadores en
laboral de la región. tres dimensiones –eficiencia, cobertura del seguro
social y equidad– y se examina si existen conflictos
entre ellas.
DIMENSIONES DEL DESEMPEÑO En el recuadro 1.1 se describen las dificulta-
DEL MERCADO LABORAL des que surgen al recopilar datos sobre el mercado
laboral. En general, solo se contó con datos para los
El desempeño del mercado laboral suele resumirse años noventa y por lo tanto, el análisis no ofrece
en las tasas de desempleo. Sin embargo, también una evaluación de largo plazo de la evolución del
deben considerarse muchas otras dimensiones del mercado laboral. En vista de esa limitación, la aten-
desempeño. En este capítulo se evalúan los resul- ción se centra en las diferencias entre un país y
tados de los mercados laborales de América Latina otro, por medio de la comparación de los valores
sobre la base del modo en que realizan sus tareas promedio de todas las variables de cada país duran-
clave: distribuir recursos, ingresos y riesgos entre te los años noventa. La evolución de muchas varia-
trabajadores y empresas. Asimismo, se analiza la bles se estudia tanto para el conjunto de la región
16

Capítulo 1

Recuadro 1.2 Indicadores del mercado laboral

Tasa de participación de la fuerza laboral. Número de per- pia, y buscaban trabajo, es decir, habían tomado medidas
sonas de la fuerza laboral como porcentaje de la población para obtener empleo, remunerado o por cuenta propia.

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


en edad de trabajar. La fuerza laboral es la suma de las per-
Tasa de subempleo. Número de personas que trabajan

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


sonas empleadas y no empleadas. La población en edad de
menos horas que una jornada laboral completa como pro-
trabajar se define como el número de personas dentro de
porción del empleo total. A los fines de este estudio, si el
cierto rango de edad. Aunque varía de un país a otro, en
número de horas de trabajo semanal es menor o igual a 30
todas las variables calculadas por el BID, ese rango com-
no representa una jornada completa.
prende a las personas de 15 a 64 años.
Subempleo voluntario. Proporción de personas que traba-
Tasa de empleo. Número de personas con empleo como
jan menos de 30 horas semanales y que no desean trabajar
proporción de la población en edad de trabajar. El número
más horas.
de personas con empleo incluye a todas las personas que
durante el período de referencia especificado, ya sea una Subempleo involuntario. Proporción de personas que traba-
semana o un día, trabajaron al menos una hora, con fines jan menos de 30 horas semanales y que desean trabajar
de lucro o para colaborar con sus familias, y recibieron una más horas.
remuneración –en efectivo o en especie– en el marco de un Tasa de cobertura. Proporción de empleados asalariados o
empleo remunerado, un empleo por cuenta propia, o en del total de los empleados inscritos en un programa de pres-
calidad de contribuyentes al ingreso familiar (también deno- taciones de seguridad social con derecho a recibir esas pres-
minados trabajadores familiares no remunerados). taciones. (El sistema de seguridad social ofrece cobertura en
Tasa de desempleo. Número de personas sin empleo como caso de desempleo, enfermedad, discapacidad, vejez y
proporción de la fuerza laboral. Las personas sin empleo fallecimiento.) Se supone que los trabajadores no inscritos en
son todas las personas que durante el período de referencia: el sistema de seguridad social no tienen derecho a las demás
no tenían empleo, es decir, no trabajaban; estaban disponi- prestaciones que prescribe la legislación laboral.
bles para trabajar en forma remunerada o por cuenta pro-

como para cada uno de los países sobre los cuales no está asignando los recursos acertadamente. No
se dispone de datos. obstante, aunque una tasa de desempleo persisten-
temente elevada es señal de problemas en el mer-
cado laboral, una baja tasa de desempleo no indica
ASIGNACIÓN DE LOS RECURSOS necesariamente que la situación del mercado labo-
ral sea favorable. Es posible que la tasa de desem-
Una de las tareas clave de los mercados laborales es pleo sea baja porque los trabajadores se han
asignar continuamente trabajadores a las tareas en resignado a no buscar empleo –el efecto del “traba-
que sean más productivos. Como se indica en el jador desalentado”– o porque no cuentan con los
capítulo 2, un mercado de trabajo que ejecuta bien medios para buscar el empleo más ventajoso y, por
esta tarea no se limita a asignar correctamente tra- lo tanto, se contentan con aceptar el primero que
bajadores a puestos de trabajo: es además una se les ofrece. En este último caso, los trabajadores
importante fuente de crecimiento económico. Se consiguen empleo, pero el emparejamiento traba-
considera que el mercado laboral asigna eficiente- jador-puesto de trabajo podría ser deficiente. (En el
mente los recursos disponibles si toda persona dis- recuadro 1.2 se definen el desempleo y otras varia-
puesta a trabajar encuentra empleo, no quedan bles del mercado laboral.)
puestos de trabajo vacantes y se logra el empareja- Un problema conexo que surge al evaluar la
miento adecuado entre trabajadores y empleos. Es forma en que el mercado laboral empareja trabaja-
evidente, por ejemplo, que un mercado laboral que dores y puestos de trabajo es que, si bien la asigna-
registra regularmente un alto nivel de desempleo ción de los recursos es un concepto dinámico, la
17

Un diagnóstico del mercado laboral en América Latina

mayoría de las estadísticas laborales captan con- de trabajo porque la mayoría de los países no cuen-
ceptos estáticos. Por consiguiente, si bien lo que tan con datos sobre puestos vacantes.
interesa es determinar si los desempleados tienen
dificultades para encontrar puestos acordes con sus Aumento del desempleo
calificaciones, si los trabajadores desplazados se
ven obligados a aceptar grandes recortes salariales El desempleo se ha transformado en un problema

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


o si los trabajadores con seguro de desempleo son significativo en América Latina. A fines de los años

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


los que obtienen mejores trabajos, las estadísticas noventa la región registraba tasas de desempleo
del mercado laboral se limitan a determinar el mucho más altas que al principio de la década (grá-
número de personas empleadas o desempleadas, fico 1.3). En el Caribe, en cambio, la tasa de des-
por ocupaciones y sectores. Son muy pocos los empleo ha disminuido constantemente desde 1993
casos en que los datos disponibles permiten anali- (gráfico 1.4). Cabe señalar, sin embargo, que en
zar la situación del trabajador y del empleo a lo América Latina gran parte del aumento del desem-
largo del tiempo. En consecuencia, aunque puede pleo se produjo después de 1994 y nuevamente
establecerse si los trabajadores son asignados a un después de 1998, coincidiendo con períodos de bajo
puesto de trabajo, se sabe muy poco sobre si esa crecimiento económico. De hecho, como se ve en
asignación es correcta. el gráfico 1.3, durante los años ochenta y noventa,
En el capítulo 2 se analiza la dinámica del los períodos de bajo crecimiento económico gene-
mercado laboral de un grupo de países para los cua- ralmente trajeron consigo un aumento del desem-
les se cuenta con datos longitudinales sobre los tra- pleo. No obstante, en 2000 la tasa mediana de
bajadores y las empresas. Este capítulo utiliza la desempleo fue superior a 10%, nivel equivalente a
información recopilada en encuestas de hogares y las tasas que la región alcanzó en los peores
de empleo para llegar a una visión aproximada, momentos de la crisis de la deuda (1983-1985), a
pero de mayor alcance en cuanto al número de paí- pesar de que la contracción de la actividad econó-
ses, sobre la forma en que los mercados laborales mica a fines de los años noventa fue mucho menos
asignan los recursos en América Latina. Se anali- pronunciada que en los años ochenta. Esto parece
zan las tasas de desempleo, la duración del desem- indicar que la tasa de desempleo reacciona mucho
pleo y las diferencias entre el desempleo de las más enérgicamente a las fluctuaciones de la activi-
distintas categorías de trabajadores a través del dad económica que en períodos anteriores. Asimis-
tiempo y de los distintos países de la región. Mien- mo, es evidente que el desempleo no es sólo un
tras que la tasa de desempleo mide el número de problema de los países ricos; a principios de esta
personas que desean trabajar y que buscan activa- década, las tasas promedio de desempleo en Amé-
mente un empleo, la duración del desempleo rica Latina eran considerablemente más altas que
indica en qué medida la masa de personas desem- las de Europa Continental y del Este, dos regiones
pleadas permanece estancada. Las brechas en el que suelen distinguirse por sus altas tasas de des-
desempleo permiten saber si la desocupación se empleo (gráfico 1.5).
concentra en una categoría específica de trabajado- Aunque la tasa regional de desempleo de
res. Además, ya que puede sostenerse que la tasa América Latina ha aumentado, cada país registró
de desempleo oculta el verdadero grado de desocu- su propia trayectoria y algunos lograron reducir sus
pación, se examinan otros indicadores, como el tasas de desocupación. Si se comparan las tasas pro-
nivel y la evolución de la proporción de personas medio de los años ochenta y noventa se observa
que trabajan por cuenta propia o que están subem- que algunos países –sobre todo México y los países
pleadas, para complementar el panorama de la de Centroamérica– registraron tasas de desempleo
asignación de trabajadores a los puestos de trabajo más bajas en los años noventa que durante los
en los mercados laborales de América Latina. ochenta. En otros países, la tasa de desempleo pro-
Lamentablemente, es muy poco lo que puede afir- medio aumentó, aunque en la mayoría de los casos
marse sobre el modo en que se ocupan los puestos la diferencia fue pequeña (gráfico 1.6). Si en cam-
18

Capítulo 1

Gráfico 1.3 Tasa de desempleo urbano y crecimiento del PIB Gráfico 1.4 Tasa de desempleo urbano en el Caribe
en América Latina (En porcentaje)

11 6
22
5
10
4 20
Tasa de desempleo (porcentaje)

Crecimiento del PIB (porcentaje)


3

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


9
18
2

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


8 1 16
0
7 14
-1
-2
6 12
-3
5 -4 10
1980
1981
1982
1983
1984
1985
1986
1987
1988
1989
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001

1980
1981
1982
1983
1984
1985
1986
1987
1988
1989
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
Desempleo (media) Crecimiento del PIB (media)
Nota: El gráfico incluye datos de Barbados, Jamaica y Trinidad y Tobago.
Fuente: OIT.
Nota: El gráfico incluye datos para Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia,
Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Perú,
Paraguay, Uruguay y Venezuela.
Fuente: Tasa de desempleo de la CEPAL; PIB (precios constantes, moneda local) del FMI.
Gráfico 1.5 Tasa de desempleo promedio por región, 2001
(En porcentaje)

bio se examina la variación anual de la tasa de des- América Latina

empleo en los años noventa, se comprueba que en


Europa del Este
México, Bolivia y Panamá se redujeron las tasas de
desempleo. Por el contrario, los países del Cono Sur Europa
Continental
–Argentina, Brasil, Chile y Uruguay– registraron en
Países desarrollados
promedio considerables aumentos anuales del des- angloparlantes
empleo. Lo mismo sucedió en Colombia y Vene-
Asia del Este
zuela.
Más allá de las diferencias en cuanto a trayec- Estados Unidos

torias, hay grandes y persistentes disparidades en 0 2 4 6 8 10 12


la tasa promedio de desempleo entre un país y otro.
Fuente: OIT (LABORSTA y Panorama Laboral) y estadísticas de la OCDE.
Algunos se caracterizan por sus altos niveles de
desempleo, mientras que otros registran tasas per-
sistentemente bajas. En los años ochenta, de los 19
países que se incluyen en el gráfico 1.6, ocho regis-
traron, en promedio, tasas de desempleo urbano de ta, lo que indicaría que las diferencias en los nive-
más de 10% y otros seis, tasas de menos de 6%. Con les de desempleo entre un país y otro se deben a
excepción de las tasas de desempleo de los países factores estructurales.
del Caribe y Panamá –que no pueden compararse En la mayoría de los países, el aumento de las
directamente con las tasas de los otros países por- tasas de desempleo no guardó relación con una dis-
que se calculan a partir de diferentes metodologí- minución de las oportunidades de empleo (al
as– las discrepancias en las definiciones de menos en cuanto al número de puestos de trabajo).
desempleo no explican por qué se registraron dife- Prácticamente en todos los países incluidos en el
rencias tan persistentes en esas tasas. Así, con gráfico 1.7 la proporción de la población empleada
pocas excepciones, los países que padecieron altas creció durante los años noventa. La proporción de
tasas de desempleo en los años ochenta también la población total con empleo disminuyó única-
registraron altas tasas de desempleo en los noven- mente en Brasil, Argentina y Colombia.
19

Un diagnóstico del mercado laboral en América Latina

Gráfico 1.6 Tasa de desempleo urbano, 1980-89 vs. 1990-2001 de participación femenina en la fuerza laboral en
25 otras regiones del mundo durante los años noven-
ta, lo que indicaría que aunque la tasa de participa-
20
Desempleo promedio 1990-2001

Trinidad ción femenina de la región es todavía baja –sobre


y Tobago El Caribe
Panamá Jamaica todo en Chile, Costa Rica y México– en compara-
15 Barbados
ción con los países desarrollados o los de Asia del

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Nicaragua Colombia
Argentina Venezuela
Este se observa una convergencia hacia los niveles

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Ecuador Uruguay
10 Paraguay
América Latina Chile
internacionales. Esto sugiere que la tasa de partici-
Perú
Brasil Bolivia Honduras pación femenina podría seguir subiendo considera-
5 Costa Rica
Guatemala blemente en el futuro. Las tasas de participación
México

0
masculina, en cambio, se sitúan dentro del rango
0 5 10 15 20 25 observado en otras regiones del mundo.
Desempleo promedio 1980-89

Nota: Las tasas de desempleo en el Caribe no son comparables con las del Duración del desempleo
continente por diferencias metodológicas.
Fuente: CEPAL y OIT.
En los años noventa no varió significativamente la
incidencia regional del desempleo de largo plazo,
definida como la proporción de desempleados que
Gráfico 1.7 Cambio anual en las tasas de empleo y desempleo,
pasaron un año o más en búsqueda de empleo.
1990-2001
(En porcentaje) Algunos países registraron un aumento de la dura-
1,0 ción, pero en otros disminuyó el porcentaje de
Perú
Honduras desempleados de largo plazo. La incidencia del des-
Cambio anual en la tasa de empleo

0,8 Panamá
Venezuela empleo de largo plazo en la región es baja, al
0,6
México menos cuando se compara con las tasas de los paí-
0,4 Chile
Bolivia
Costa Rica América Latina ses de Europa del Este y otros países desarrollados
0,2 (cuadro 1.2). Sin embargo, en la mitad de los países
0,0 Uruguay para los cuales se dispone de datos, la incidencia
-0,2
del desempleo de largo plazo durante los años
Argentina
Brasil noventa fue mayor que en Estados Unidos. Algo
-0,4 Colombia
bastante sorprendente porque la proporción de tra-
-0,6
-0,4 -0,2 0,0 0,2 0,4 0,6 0,8 1,0 1,2 bajadores con derecho a seguro de desempleo o a
Cambio anual en la tasa de desempleo indemnizaciones por despido es relativamente
pequeña y ha ido disminuyendo. Por lo tanto, para
Nota: Datos nacionales excepto para Argentina, México y Uruguay, que son urbanos.
Fuente: Encuestas de hogares del BID. muchos trabajadores es difícil dedicar mucho tiem-
po a buscar trabajo. Aun así, a fines de los años
noventa más de 50% del desempleo en Uruguay, y
El aumento del empleo y de las tasas de par- más de 40% en Colombia, era de largo plazo.
ticipación laboral es consecuencia del trabajo de la En el otro extremo de la distribución del des-
mujer. Si bien en promedio las tasas de participa- empleo, el cuadro 1.2 muestra que hasta 36% de los
ción masculina en la fuerza laboral se mantuvieron desocupados estuvo desempleado un mes o menos
constantes, en los años noventa la participación de en América Latina, frente a 8% en Europa del Este,
las mujeres se incrementó a una tasa anual de 0,7 11% en Europa Continental y 17% en otros países
puntos porcentuales (cuadro 1.1). Más aún, al angloparlantes desarrollados (excluido Estados Uni-
menos en cuatro países las tasas de participación dos). Esto sugiere que, en promedio, el mercado
femenina aumentaron como mínimo nueve puntos laboral de América Latina reasignó trabajadores
porcentuales durante la década. Estas tasas supe- desempleados hacia puestos de trabajo más rápida-
ran por un amplio margen el aumento de las tasas mente que regiones más ricas, pero a un ritmo más
20

Capítulo 1

Cuadro 1.1 Participación de la fuerza laboral por género, 1990-2001


(En porcentaje)

Hombres Mujeres

Número de Cambio Cambio

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


País observaciones Promedio anual Promedio anual

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


América Latina 77 83,3 0,04 47,6 0,73*
Argentina 10 81,7 –0,23* 50,0 0,72*
Bolivia 6 75,6 –0,29* 50,9 0,32
Brasil 7 86,4 –0,48* 53,2 0,43*
Chile 5 79,4 0,02 38,8 0,90*
Colombia 6 85,0 –0,38* 48,8 0,84*
Costa Rica 6 85,5 0,00 38,3 0,62*
Ecuador (1998) 89,8 58,4
El Salvador (1999) 79,9 47,2
Guatemala (1998) 89,5 47,0
Honduras 5 88,4 0,42* 42,4 1,28*
México 12 79,2 0,07 39,1 0,51*
Nicaragua (2001) 82,4 45,1
Panamá 6 79,4 0,49 40,3 0,66*
Paraguay (1999) 86,1 50,3
Perú 4 81,2 0,89* 55,5 1,20*
República Dominicana (1998) 83,4 49,1
Uruguay 5 84,9 –0,15 58,7 0,72*
Venezuela 5 82,4 0,47* 43,5 1,79*

Asia del Este 38 80,1 –0,14* 51,7 0,07


Europa Continental 112 80,0 –0,08* 61,0 0,46*
Europa del Este 30 74,3 –0,25* 59,5 –0,40*
Estados Unidos 11 85,6 –0,18* 70,4 0,33*
Otros países desarrollados 59 82,8 –0,05 62,7 0,57*
angloparlantes

* Significativo al 15%.
Nota: La participación de la fuerza laboral masculina (femenina) se expresa como porcentaje de la población masculina (femenina) de edad laboral (15 a 64 años).
Para Asia del Este, el grupo de edad varía según el país. Debido a que se calcularon el promedio y la tendencia sobre la base de datos que abarcan tres períodos
–inicio (1990–93), mitad (1994–97) y final (1998–2001)– de tres años o más, no se dispone de datos completos. Los países que están incluidos en las regiones a
continuación son los siguientes: Asia del Este: Indonesia, Corea, Malasia, Filipinas y Tailandia; Europa Continental: Alemania, Dinamarca, España, Francia, Grecia,
Italia, Noruega, Holanda, Portugal y Suecia; Europa del Este: República Checa, Hungría y Polonia; otros países desarrollados angloparlantes: Australia, Canadá,
Irlanda, Nueva Zelanda y Reino Unido. Las tendencias por país se obtuvieron por medio de regresiones de los datos disponibles sobre una tendencia temporal. Las
tendencias regionales se obtuvieron por medio de regresiones de datos disponibles sobre una tendencia temporal y un conjunto de efectos fijos por países.
Fuente: América Latina y el Caribe: cálculos del BID basados en encuestas de hogares. Datos nacionales excepto para Argentina, Bolivia, México y Uruguay, que son
urbanos. Asia del Este: LABORSTA y datos nacionales. OCDE: Bases de datos online para datos de la fuerza laboral.

lento que Estados Unidos. En algunos países, al Grandes brechas en el desempleo


menos 50% de los desempleados estuvieron des-
ocupados un mes o menos. Estas cifras podrían En los años noventa las tasas de desempleo de las
indicar que el mercado laboral reasignó los trabaja- mujeres y de los jóvenes de América Latina fueron
dores con una eficiencia extraordinaria o, por el extraordinariamente altas en relación con las tasas
contrario, que los trabajadores enfrentaron graves de desempleo de los hombres y de los trabajadores
limitaciones en su búsqueda de empleos bien adultos. Sin embargo, estas brechas no variaron
remunerados. demasiado durante la década (cuadro 1.3). La razón
entre las tasas de desempleo de hombres y mujeres
fue mucho más alta en América Latina que en otras
21

Un diagnóstico del mercado laboral en América Latina

Cuadro 1.2 Duración del desempleo, 1990-2001


(En porcentaje)
De corto plazo De largo plazo
Hasta un mes Un año o más

Número de Cambio Cambio

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


País observaciones Promedio anual Promedio anual

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


América Latina 50 36,14 –0,17 11,18 0,47
Argentina 10 27,05 –0,03 9,22 0,83*
Bolivia (1997) 15,22 22,60
Chile (1996) 49,16 2,74
Colombia 6 20,06 –2,56* 33,72 0,76
Costa Rica 6 37,26 –0,80 10,57 0,66*
Ecuador (1998) 57,35 5,20
Guatemala (1998) 52,24 0,08
Honduras 5 46,01 2,25 4,01 –1,24*
México 12 49,66 0,51* 0,78 0,08*
Nicaragua (2001) 65,37 1,16
Panamá 6 13,20 0,62* 24,63 –1,35*
Paraguay (1999) 9,25 21,61
Perú (2000) 52,00 1,10
República Dominicana (1996) 44,55 3,30
Uruguay 5 19,92 –2,67* 23,48 4,52
Venezuela (1999) 19,91 14,75

Europa Continentala 104 11,36 0,48* 42,04 0,20


Europa del Este 29 8,28 –0,60* 41,52 1,93*
Estados Unidos 12 39,65 0,33 7,35 –0,19
Otros países desarrollados 48 17,32 0,70* 32,51 –0,46*
angloparlantesb

** Significativo al 15%.
a Hay 115 observaciones para el desempleo de largo plazo.

b Hay 57 observaciones para el desempleo de largo plazo.

Nota: Debido a que se calcularon el promedio y la tendencia sobre la base de datos que abarcan tres períodos –inicio (1990–93), mitad (1994–97) y final
(1998–2001)– de tres años o más, no se dispone de datos completos. Para los países incluidos en las regiones, véase la nota del cuadro 1.1. El desempleo de corto
plazo no incluye ni Irlanda ni Portugal. Las tendencias por país se obtuvieron por medio de regresiones de los datos disponibles sobre una tendencia temporal. Las
tendencias regionales se obtuvieron por medio de regresiones de datos disponibles sobre una tendencia temporal y un conjunto de efectos fijos por países.
Fuente: América Latina y el Caribe: cálculos del BID basados en encuestas de hogares, y datos nacionales excepto para Argentina, Bolivia, México y Uruguay, que
son urbanos. OCDE: Bases de datos online de la OCDE.

regiones del mundo, con excepción de Europa Con- es incierta porque son diversos los fenómenos que
tinental. De hecho, en algunos países, entre otros pueden originar grandes brechas en el desempleo.
Brasil, Chile, Colombia y Uruguay, las brechas en el Estas pueden ser resultado de barreras, regulacio-
desempleo atribuibles al género fueron incluso más nes o prácticas de discriminación que siguen vigen-
pronunciadas que en Europa Continental. Las tasas tes y que dificultan el ingreso de mujeres y
de desempleo de los trabajadores jóvenes respecto personas jóvenes al mercado laboral. Por otra parte,
de las de los trabajadores adultos también fueron también pueden deberse a que, en promedio, las
altas en relación con otras regiones, con excepción mujeres y los jóvenes pueden dedicar más tiempo
de Estados Unidos. En algunos países la tasa de des- a la búsqueda de empleo que los hombres y los
empleo de los jóvenes triplicó la de los adultos. adultos, ya que estos en muchos casos generan la
Estas grandes diferencias indican que existen mayor parte del ingreso familiar y, por lo tanto, se
problemas sustanciales e inquietantes en el merca- ven obligados a aceptar cualquier puesto de traba-
do laboral; sin embargo, la causa de esos problemas jo. En el primer caso, el problema se concentra en
22

Capítulo 1

Cuadro 1.3 Brechas de desempleo por género, edad y área, 1990-2001


(Razón de la tasa de desempleo)

Hombres
Mujeres/hombres jóvenes/adultosa Urbana/rural

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Número de Cambio Cambio Cambio
País observaciones Promedio anual Promedio anual Promedio anual

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


América Latinab 77 1,30 0,00 2,65 –0,05 4,31 –0,72*
Argentina 10 1,24 –0,02 2,55 –0,10*
Boliviac 6 1,16 0,02 2,23 0,09 13,27
Brasil 7 1,57 0,02* 2,56 0,04* 3,54 –0,16*
Chile 5 1,45 –0,01 2,82 –0,03 1,40 –0,04
Colombia 6 1,94 –0,07* 2,74 –0,08 2,06 –0,08*
Costa Rica 6 1,56 0,03 3,31 –0,05 1,08 –0,01
Ecuador (1998) 1,03 1,88 4,47
El Salvador (1999) 0,62 1,93 1,20
Guatemala (1998) 0,52 1,97 2,59
Honduras 5 0,95 –0,01 1,80 0,13 3,30 –0,07
México 12 1,23 –0,01 3,20 –0,01
Nicaragua (2001) 1,10 1,39 2,55
Panamá 6 1,39 0,01 2,75 0,06* 2,00 –0,06
Paraguay (1999) 1,36 2,83 3,32
Perú 4 1,11 –0,01 3,45 –0,44 20,67 –4,45
República Dominicana (1998) 2,75 3,64 1,47
Uruguay 5 1,63 –0,01* 4,62 –0,24*
Venezuelad 5 0,85 0,02 1,99 –0,08* 1,72

Asia del Este 35 1,04 –0,03*


Europa Continental e 185 1,43 –0,005* 2,42 0,01
Europa del Estef 31 1,19 0,00 2,46 0,00
Estados Unidosg 11 1,00 0,01* 2,825 0,10*
Otros países desarrollados 60 0,90 0,00 2,16 0,05*
angloparlantesh

* Significativo al 15%.
a El grupo total de edad laboral es de 15 a 64 años, el grupo joven es de 15 a 24 años, y el grupo adulto es de 25 a 49 años.

b Basado en 39 observaciones para la brecha urbana/rural.

c Los datos para la brecha urbana/rural corresponden a 1999.

d Los datos para la brecha urbana/rural corresponden a 1995.

e Basado en 118 observaciones para la brecha de hombres jóvenes/adultos.

f Basado en 29 observaciones para la brecha de hombres jóvenes/adultos.

g Basado en 12 observaciones para la brecha de hombres jóvenes/adultos.

h Basado en 55 observaciones para la brecha de hombres jóvenes/adultos.

Nota: El desempleo representa la proporción de la fuerza laboral (15 a 64 años) que está desempleada. Para Asia del Este, el grupo de edad varía según el país.
Debido a que se calcularon el promedio y la tendencia sobre la base de datos que abarcan tres períodos –inicio (1990–93), mitad (1994–97) y final (1998–2001)–
de tres años o más, no se dispone de datos completos. Para los países incluidos en las regiones, véase nota del cuadro 1.1 (excepto para Noruega, que solo se inclu-
ye para la brecha de hombres jóvenes/adultos). Las tendencias por país se obtuvieron por medio de regresiones de los datos disponibles sobre una tendencia tem-
poral. Las tendencias regionales se obtuvieron por medio de regresiones de datos disponibles sobre una tendencia temporal y un conjunto de efectos fijos por países.
Fuente: América Latina y el Caribe: cálculos del BID basados en encuestas de hogares, y datos nacionales excepto para Argentina, Bolivia, México y Uruguay, que
son urbanos. Asia del Este: LABORSTA. OCDE: Bases de datos online de la OCDE.

las mujeres y los jóvenes del mercado laboral; en el la inserción laboral es más probable para países
segundo, se relaciona con los adultos. La explica- donde las tasas de desempleo de hombres y adultos
ción basada en la imposibilidad de buscar trabajo es no son bajas. En este segundo grupo de países, las
aplicable a países como México, donde la tasa de tasas de desempleo de los jóvenes –muy superiores
desempleo de adultos y varones es sumamente a las tasas de la población adulta– están alcanzando
baja. La interpretación de que existen barreras para niveles altos en términos absolutos. Esta tendencia
23

Un diagnóstico del mercado laboral en América Latina

inquietante limita las oportunidades económicas fuerza laboral en América Latina, ya que las tasas
de este grupo de trabajadores y es posible que de empleo de los trabajadores calificados de la
tenga consecuencias significativas e indeseables en región no variaron respecto de los trabajadores no
términos de marginalidad, violencia y delincuencia calificados (cuadro 1.4). La ausencia de una ten-
juvenil. dencia global oculta las diferencias entre un país y
Aunque las brechas entre el desempleo urba- otro. En Bolivia, Colombia y Costa Rica las oportu-

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


no y rural también fueron pronunciadas, en térmi- nidades de empleo favorecen a los trabajadores

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


nos relativos disminuyeron durante los años más calificados; en Chile y Perú, las tasas de
noventa. En promedio, las tasas de desempleo de empleo de trabajadores con escolaridad secundaria
las ciudades fueron más de cuatro veces más altas aumentaron más rápidamente que las de los traba-
que las tasas de zonas rurales (cuadro 1.3). Entre jadores con estudios universitarios.
las excepciones se encuentra Perú, donde la razón
fue igual a 20 y Bolivia cuya razón fue 13. Estas Otros indicadores
cifras indican que hay todavía grandes diferencias
entre las estructuras del mercado laboral de zonas Se ha sostenido que las tasas de desempleo no
rurales y urbanas. Es posible que los trabajadores miden el grado real de desocupación porque
rurales tengan una capacidad mucho más limitada muchos trabajadores, sobre todo los no calificados,
para buscar trabajo que los trabajadores urbanos. no cuentan con los medios necesarios para perma-
Muchos analistas sostienen que hay una cre- necer en situación de desempleo, como se des-
ciente demanda de trabajadores calificados. ¿Hay prende de las bajas tasas de desempleo de
pruebas de que el desempleo se esté concentrando trabajadores con escolaridad primaria en relación
cada vez más en los trabajadores no calificados? con las de trabajadores que han completado sus
¿Pueden atribuirse los aumentos de la tasa de des- estudios secundarios (cuadro 1.4). En consecuen-
empleo a cambios en la demanda de mano de obra cia, muchos analistas han definido variables para
calificada? Aunque parezca razonable, es escasa la captar la proporción de trabajadores con empleos
evidencia que apoya esta hipótesis. Si bien la tasa precarios, de baja calidad, usualmente denomina-
de desempleo de trabajadores con escolaridad dos “empleos informales”. La OIT, por ejemplo, cla-
secundaria tiende a ser más alta que la de trabaja- sifica como trabajadores informales a los que
dores con escolaridad primaria o con estudios uni- trabajan por cuenta propia, en empresas familiares
versitarios (cuadro 1.4), no hay indicios de que el sin cobrar salario, como empleados domésticos o
desempleo se esté concentrando entre los trabaja- en empresas de no más de cinco empleados.2
dores no calificados. En cambio, parece verificarse Si se tienen en cuenta estas categorías, es posi-
lo contrario: en promedio, un trabajador con for- ble que la tasa de desempleo no refleje el deterioro
mación terciaria tiene cada vez más probabilidades de las condiciones del mercado laboral en Bolivia,
de estar desempleado en relación con sus pares México o Panamá. En el gráfico 1.8 se muestra la
menos calificados (cuadro 1.4). variación anual del desempleo en relación con la
¿Es posible que los trabajadores no calificados variación de la proporción de trabajadores por cuen-
se hayan retirado de la fuerza laboral desalentados ta propia, de trabajadores no remunerados o que
porque no consiguieron empleo? Según Murphy y trabajaban en empresas de no más de cinco emple-
Topel (1997), en Estados Unidos el desempleo ha ados en los años noventa. En todos los casos la pro-
dejado de ser un buen indicador de las cambiantes porción de trabajadores de cada categoría aumentó
oportunidades de los trabajadores no calificados. La en México y Bolivia, aunque en promedio las tasas
razón es que, cada vez más, estos trabajadores se de desempleo siguieron una tendencia negativa.
retiran de la fuerza laboral al enfrentarse con opor-
tunidades económicas poco favorables. No obstan-
te, en general no hay evidencia de que los 2 Véase Panorama laboral, publicación de la oficina de la Organi-

trabajadores no calificados se están retirando de la zación Internacional del Trabajo en Lima, Perú.
24

Capítulo 1

Cuadro 1.4 Brechas de empleo y desempleo por nivel de escolaridad, 1990-2001

Tasa de desempleo Tasa de empleo

Alguna terciaria/ Alguna terciaria/


Secundaria/primaria secundaria Secundaria/primaria secundaria

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Número de Cambio Cambio Cambio Cambio
País observaciones Promedio anual Promedio anual Promedio anual Promedio anual

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


América Latinaa 77 1,68 –0,01 0,67 0,01* 1,07 0,000 1,07 0,00
Argentina 10 0,81 0,01 0,71 –0,01* 1,17 0,005 1,08 0,00
Bolivia 6 2,43 0,15* 0,77 0,01 0,86 –0,006* 1,04 0,01*
Brasil 7 1,28 0,00 0,55 0,00 1,15 0,002 1,12 0,00
Chileb 5 1,22 –0,03 0,67 0,01 1,23 0,007* 1,01 –0,01*
Colombia 6 1,82 –0,05* 0,60 0,00 1,05 –0,007 1,12 0,01*
Costa Rica 6 0,95 0,00 0,59 0,00 1,06 –0,001 1,12 0,01*
Ecuador (1998) 2,88 0,55 0,91 1,13
El Salvador (1999) 1,79 0,68 1,14 0,89
Guatemala (1998) 2,53 0,39 1,08 1,02
Honduras 5 1,22 0,00 0,71 0,04* 1,11 –0,003 0,97 –0,01
México 12 1,39 0,02* 0,88 0,04* 1,07 –0,004* 1,15 0,00
Nicaragua (2001) 1,36 1,00 1,06 1,02
Panamá 6 2,16 –0,12* 0,60 0,00 1,04 0,008* 1,16 0,00
Paraguay (1999) 1,78 0,40 1,06 1,15
Perú 4 3,33 –0,17 0,90 0,03* 0,90 –0,002 1,06 –0,01*
Rep. Dominicana (1998) 1,27 0,68 1,11 1,15
Uruguay 5 0,92 –0,03* 0,68 0,01 1,16 –0,003 1,07 0,01
Venezuela 5 1,12 0,01 0,73 –0,01 1,03 0,004* 1,06 0,00

Estados Unidos 0,56 0,80

* Significativo al 15%.
a Hay 78 observaciones para la tasa de empleo.

b Hay 6 observaciones para la tasa de empleo.

Nota: Las tasas de empleo y desempleo se expresan como porcentaje de la población de edad laboral (15 a 64 años) en la fuerza laboral. Debido a que se calcu-
laron el promedio y la tendencia sobre la base de datos que abarcan tres períodos –inicio (1990–93), mitad (1994–97) y final (1998–2001)– de tres años o más,
no se dispone de datos completos. Las definiciones de nivel de escolaridad varían en cierta medida de un país a otro. Las tendencias por país se obtuvieron por medio
de regresiones de los datos disponibles sobre una tendencia temporal. Las tendencias regionales se obtuvieron por medio de regresiones de datos disponibles sobre
una tendencia temporal y un conjunto de efectos fijos por países.
Fuente: Cálculos del BID basados en encuestas de hogares, y datos nacionales excepto para Argentina, Bolivia, México y Uruguay, que son urbanos. Los datos para
Estados Unidos provienen de la US Bureau of Labor Statistics.

En otros países no se distinguió una tendencia conjunto de la región representaban 27% del
clara respecto de los trabajadores no remunerados empleo, aumentó en seis de los 11 países y dismi-
y los que trabajan por cuenta propia, pese al nuyó en cinco. En algunos países, los fuertes
aumento generalizado de las tasas de desempleo. aumentos del desempleo trajeron consigo un incre-
La proporción de trabajadores no remunerados, mento de la proporción de trabajadores por cuenta
que en los años noventa representaban en prome- propia. En otros casos, el desempleo aumentó sus-
dio 6,8% del empleo, disminuyó en siete de los 11 tancialmente y la proporción de trabajadores por
países y aumentó en los cuatro restantes (gráfico cuenta propia se redujo. En cambio, la proporción
1.8b). En cuanto al empleo por cuenta propia, la de trabajadores empleados en empresas muy
tasa de variación media fue positiva pero no esta- pequeñas (no más de cinco empleados) aumentó
dísticamente diferente de cero (gráfico 1.8a), debi- en todos los países para los cuales se dispone de
do a que los resultados variaron de un país a otro datos en los años noventa, con excepción de Chile
pero en muchos el desempleo aumentó. La propor- (gráfico 1.8c).
ción de trabajadores por cuenta propia, que en el A juzgar por la evolución de estas categorías
25

Un diagnóstico del mercado laboral en América Latina

Gráfico 1.8 Desempleo y participación de los trabajadores de empleo, incluso en países donde la tasa de des-
en el empleo total, 1990-2001 empleo no aumentó en los años noventa, las con-
a. Trabajadores por cuenta propia diciones del mercado laboral se deterioraron. Sin
(En porcentaje)
embargo, el problema fundamental de estos indica-
1,6
Venezuela dores es que no está claro qué fenómeno miden
1,4
realmente. Por ejemplo, si bien la tendencia hacia

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


de trabajadores por cuenta propia
Cambio anual en la participación

1,2
una mayor proporción de trabajadores empleados

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


1,0 Colombia
en empresas muy pequeñas podría interpretarse
0,8
como una consecuencia del deterioro de la capaci-
0,6 Bolivia
dad del mercado laboral para asignar trabajadores a
0,4
empleos de buena calidad, también es posible que
0,2 América Latina
México
Uruguay esa tendencia se deba a la aparición de empresas
0,0 Costa Rica
Panamá
Honduras Chile
Brasil exitosas de reciente creación, generalmente peque-
-0,2 Argentina
ñas. Análogamente, un aumento de la proporción
-0,4
-0,4 -0,2 0,0 0,2 0,4 0,6 0,8 1,0 1,2 de personas que trabajan por cuenta propia no
Cambio anual en la tasa de desempleo
necesariamente implica que se haya deteriorado el
mercado laboral; también puede ser reflejo de nue-
b. Trabajadores no remunerados vas oportunidades para actividades a pequeña esca-
(En porcentaje)
la y trabajadores autónomos. (En el recuadro 1.3 se
0,3 México
Cambio anual en la participación de trabajadores

analizan en mayor profundidad los problemas rela-


0,2 Bolivia
cionados con los indicadores del sector informal.)
Honduras Venezuela
0,1
Finalmente, otro indicador de la medida en
América Latina
0,0 Argentina
que el mercado laboral asigna todos los recursos
no remunerados

Uruguay
Chile Colombia
-0,1 Costa Rica disponibles es el número trabajadores que declaran
-0,2 que preferirían trabajar un mayor número de
Panamá
-0,3 horas. Este indicador capta el porcentaje de la fuer-
-0,4 za laboral que está subempleado contra su volun-
Brasil
-0,5
tad. Según los datos resumidos del cuadro 1.5, en
-0,6
los años noventa 8,4% de la fuerza laboral, en pro-
-0,4 -0,2 0,0 0,2 0,4 0,6 0,8 1,0 1,2
medio, trabajó menos de 30 horas semanales y
Cambio anual en la tasa de desempleo
declaró que habría preferido trabajar más horas. En
cinco países, más de uno de cada diez trabajadores
c. Trabajadores en firmas pequeñas estaba sujeto a restricciones sobre el número de
(En porcentaje)
0,8
horas que podían trabajar. Además, esta variable se
Cambio anual en la participación de trabajadores en

Venezuela
caracterizó por una tasa de crecimiento positiva (y
0,6
estadísticamente significativa) en la pequeña
0,4 muestra de países para los cuales se contaba con
firmas pequeñas

Panamá Costa Rica series temporales.


0,2 Argentina
Bolivia Uruguay

Honduras América Latina


0,0
México Indicador resumido de la asignación
-0,2 de recursos
-0,4 Chile
El desempeño del mercado laboral de América
-0,6
-0,4 -0,2 0,0 0,2 0,4 0,6 0,8 1,0 1,2
Latina en la tarea de asignar trabajadores a puestos
Cambio anual en la tasa de desempleo de trabajo se califica a partir del desempleo prome-
Nota: Las tasas anuales se calculan estimando la tendencia lineal para cada país. Datos nacionales dio, el desempleo de largo plazo y las brechas del
excepto para Argentina, México y Uruguay, que son urbanos.
Fuente: Cálculos del BID basados en encuestas de hogares y encuestas de empleo. desempleo. La brecha del desempleo es el prome-
26

Capítulo 1

Recuadro 1.3 El sector informal

En los estudios sobre el mercado laboral de los países en descentralización de la producción –a medida que se redu-
desarrollo es habitual incluir un examen del sector informal. cen las economías de escala– en las economías en que los

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Sin embargo, dado que esta variable tiene distintos signifi- servicios ejercen un papel preponderante (Belussi, 1998). En

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


cados en diferentes estudios, ha perdido parte de su utilidad: cambio, la mayoría de los estudios sobre el mercado labo-
en algunos informes la expresión se utiliza para describir ral de los países en desarrollo asocian el aumento de la pro-
puestos de trabajo mal remunerados que ofrecen prestacio- porción de trabajadores por cuenta propia con una
nes mínimas y pocas posibilidades de progreso. En otros disminución del bienestar de esos trabajadores.
estudios, se refiere al grado de incumplimiento de las regu- Aunque en el capítulo 4 se explica que la proporción
laciones estatales (legislación laboral o tributaria). de trabajadores por cuenta propia tiene una evolución con-
En consonancia con la primera categoría de estudios, tracíclica –es decir, aumenta en momentos difíciles– no se
la OIT define al sector informal como la suma de trabaja- sabe con certeza si eso ocurre porque los trabajadores bus-
dores no profesionales que trabajan por cuenta propia, can amparo en el trabajo independiente o porque ese sector
empleados domésticos, trabajadores no remunerados y se contrae menos que el sector del empleo asalariado duran-
trabajadores de empresas de hasta cinco empleados (y en te períodos de recesión. Análogamente, tampoco está claro
ciertos casos, según el país, de hasta diez empleados). El que todos los trabajadores por cuenta propia de los países
problema obvio de esta definición, sin embargo, es que no en desarrollo prefieran trabajar en el sector del empleo asa-
necesariamente todos los trabajos incluidos en ese grupo lariado. Por ejemplo, en un estudio reciente sobre Brasil se
pertenecen a la categoría de empleos de baja productividad señala que de cada cinco trabajadores autónomos, cuatro
y pocas posibilidades de progreso. Esto es especialmente prefieren esa modalidad a un empleo de tipo formal. Asi-
pertinente para el sector de la pequeña empresa, que abar- mismo, según el estudio de Maloney (1999), en México dos
ca tanto firmas de baja productividad que pagan sueldos tercios de las personas del sector formal que se desplazaron
bajos como empresas nuevas y exitosas. Sin embargo, tam- al sector autónomo lo hicieron voluntariamente, y como
bién lo es para el sector de los trabajadores independientes. explicación indicaron que querían ser más independientes y
Así, si bien es cierto que la mayoría de los vendedores calle- ganar un mejor salario.
jeros y trabajadores pertenecientes a otras manifestaciones Dadas las deficiencias señaladas anteriormente, en el
tradicionales de empleo independiente y de baja productivi- presente estudio se evita la expresión “empleo informal” y se
dad se clasificarían como trabajadores por cuenta propia, opta por medir directamente las características que los estu-
también es posible que muchos de estos trabajadores hayan dios suelen atribuir al sector informal, como la baja produc-
optado voluntariamente por pertenecer a ese sector. tividad o el incumplimiento de las regulaciones (porcentaje
De hecho, al respecto existe una clara división entre de trabajadores con bajos salarios o sin prestaciones de
los estudios especializados sobre los países desarrollados y seguridad social). Este criterio tiene ciertas ventajas: en pri-
los que examinan los países en desarrollo: en los estudios mer lugar, permite definir claramente el fenómeno objeto de
sobre el empleo autónomo de los países desarrollados el estudio y segundo, evita tener que emitir un juicio de valor
análisis suele centrarse en la flexibilidad e independencia de sobre sectores del mercado laboral a partir de ideas pre-
que gozan los trabajadores de este segmento (Blanchflower, concebidas respecto del bienestar de los empleados de esos
2000). Estos estudios subrayan también la función del tra- sectores.
bajo independiente como parte de la nueva tendencia de

dio simple de las brechas del desempleo por géne- ción de trabajadores empleados en la pequeña
ro, edad y educación. A su vez, las brechas del des- empresa sean señales de deficiencias en el desem-
empleo por nivel de escolaridad se miden teniendo peño del mercado laboral (recuadro 1.3). Además,
en cuenta las diferencias entre los trabajadores con el gráfico 1.9 permite comprobar que existe una
escolaridad primaria y secundaria y entre los que correlación negativa entre las proporciones de tra-
han completado sus estudios secundarios y los que bajadores por cuenta propia y no remunerados y
tienen formación universitaria. No se incluyen los niveles de productividad por trabajador, que
indicadores del sector informal en la calificación indicaría que a largo plazo esas variables captan el
resumida porque no está claro que una alta tasa de nivel de desarrollo del país más que el desempeño
empleo por cuenta propia o una elevada propor- del mercado laboral. Sin embargo, si la tasa de des-
27

Un diagnóstico del mercado laboral en América Latina

Cuadro 1.5 Subempleo en América Latina, 1990-2001


(En porcentaje del empleo)

Subempleo Subempleo
involuntario voluntario

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Número de Cambio Cambio
País observaciones Promedio anual Promedio anual

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


América Latinaa 57 8,42 0,48* 8,77 –0,07
Argentina 10 13,98 1,16* 8,30 –0,23*
Bolivia (1999) 10,22 12,34
Colombia 6 4,56 0,36* 7,86 –0,56*
Costa Rica 6 8,08 0,26 7,59 –0,19*
Ecuador (1998) 21,78 5,90
El Salvador (1999) 3,80 0,47
Guatemala (1998) 13,95 10,90
Honduras 5 2,75 0,08* 14,16 0,39*
México 12 0,36 0,04*
Nicaragua (2001) 13,39 5,77
Panamá 6 6,56 –0,02 6,72 0,37*
Paraguay (1999) 5,93 7,59
Perúb 4 3,30 25,38 –0,18
Uruguay 5 7,61 0,45* 13,17 –0,13
Venezuela 3 2,03 0,48* 5,09 –0,50

* Significativo al 15%.
a Hay 41 observaciones para el subempleo involuntario.

b Los datos para el subempleo involuntario corresponden a 2000.

Nota: Debido a que se calcularon el promedio y la tendencia sobre la base de datos que abarcan tres períodos –inicio (1990–93), mitad (1994–97) y final (1998–2001)–
de tres años o más, no se dispone de datos completos. Las tendencias por país se obtuvieron por medio de regresiones de los datos disponibles sobre una tendencia tempo-
ral. Las tendencias regionales se obtuvieron por medio de regresiones de datos disponibles sobre una tendencia temporal y un conjunto de efectos fijos por países.
Fuente: Cálculos del BID basados en encuestas de hogares, y datos nacionales excepto para Argentina, Bolivia, México y Uruguay, que son urbanos.

empleo de un país no capta el grado real de des- combinación de desempleo más bajo, menor dura-
ocupación, esta tenderá a verse reflejada en gran- ción del desempleo, y brechas del desempleo
des brechas de desempleo entre diferentes tipos de menos pronunciadas que el país de referencia, lo
trabajadores porque, en general, los trabajadores cual sugeriría que en estos países el mercado labo-
más pobres y los que generan la mayor parte del ral es eficiente en la asignación de los trabajadores
ingreso familiar tendrán menor margen para bus- a los puestos de trabajo. No obstante, es posible que
car trabajo que los demás. este indicador sea alto porque los trabajadores no
En el gráfico 1.10 se presenta el indicador cuentan con los medios para buscar trabajo; sin
resumido de la capacidad de asignación laboral de embargo, si así fuera, esas dificultades afectarían a
los distintos países. Cuanto más alto es el valor de todos los trabajadores, no sólo a los que generan la
este índice, mejores son los resultados del mercado mayor parte del ingreso familiar o a los no califica-
laboral, en tanto que un valor bajo es indicativo de dos. Los peores resultados en cuanto a la asigna-
dificultades en la asignación de los trabajadores a ción de recursos son los de Colombia, Uruguay,
los puestos de trabajo. A partir de los valores de Panamá y Argentina. En estos países, muchos tra-
este indicador, se observa que en promedio Améri- bajadores buscan empleo durante largos períodos.
ca Latina tiene una menor capacidad para asignar Además, el desempleo está sumamente concentra-
trabajadores que Estados Unidos, el país de refe- do en ciertos grupos.
rencia. En la región algunos países presentan una
28

Capítulo 1

Gráfico 1.9 Empleo en el sector informal y PIB por trabajador Gráfico 1.10 Medida resumen de la eficiencia en la asignación de
a. Empleo por cuenta propia recursos en los años noventa
(Índice 0–1)
30.000
América Latina
Estados Unidos
PIB por trabajador (US$ precios constantes)

Chile
25.000
Uruguay Colombia
México
Uruguay

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


20.000 Brasil Panamá
Venezuela Argentina

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Panamá Paraguay (1999)
15.000 Costa Rica El Salvador Bolivia (1997)
República Dominicana Brasil
Colombia
Ecuador Venezuela (1999)
10.000
Costa Rica
BoliviaHonduras
Chile (1996)
Nicaragua Ecuador (1998)
Guatemala (1998)
5.000 Perú (2000)
México
Honduras
0 Nicaragua (2001)
15 20 25 30 35 40 45 50
0,0 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8 0,9 1,0
Porcentaje del empleo
Fuente: Cálculos del BID basados en encuestas de hogares individuales y en
encuestas de empleo.

b. Trabajadores no remunerados
30.000 ASIGNACIÓN DE INGRESOS
PIB por trabajador (US$ precios constantes)

25.000 Chile
Uruguay
Con frecuencia se supone que muchos trabajadores
México
20.000 Brasil son pobres porque los empleadores abusan de su
Venezuela
Panamá poder y mantienen los salarios en niveles bajos.
15.000 Costa Rica El Salvador
Ecuador
Según este argumento, bastaría con establecer un
República Colombia
Dominicana salario mínimo u otra regulación similar para libe-
10.000
Bolivia Honduras rarlos de la pobreza, ofrecerles un nivel de vida
Nicaragua
5.000 digno y reducir las extremas desigualdades salaria-
les que se observan en la región. En esta sección se
0
0 5 10 15 20 examina el funcionamiento del mercado laboral en
Porcentaje del empleo
América Latina en lo que respecta a la asignación
de ingresos, mediante un análisis de los mecanis-
mos para determinar los precios del mercado labo-
c. Empleo en firmas pequeñas ral y de las causas de la fuerte desigualdad en los
30.000
ingresos y la alta incidencia de la pobreza en la
PIB por trabajador (US$ precios constantes)

Chile
25.000 región.
Uruguay
México
20.000 Venezuela Dos criterios
Panamá
15.000 El Salvador Costa Rica
República Dominicana Ecuador
Una de las dificultades que surge al estudiar el fun-
10.000 cionamiento del mercado laboral y el modo de asig-
Bolivia Honduras
Nicaragua nar el ingreso es que hay más de una forma de
5.000
evaluar la distribución del ingreso. Se han utilizado
0
al menos dos enfoques: el primero parte del crite-
12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22
rio de eficiencia. Según la teoría económica, cuando
Porcentaje del empleo las empresas contratan trabajadores en un mercado
Nota: Las tasas anuales se calculan estimando la tendencia lineal para cada país.
laboral competitivo, los salarios reflejarán la con-
Datos nacionales excepto para Argentina, México y Uruguay, que son urbanos. tribución que el trabajador aporta al valor de los
Fuente: Cálculos del BID basados en encuestas de hogares y encuestas de empleo, y datos del Banco
Mundial para el PIB por trabajador. bienes y servicios producidos por la empresa,
29

Un diagnóstico del mercado laboral en América Latina

teniendo en cuenta las contribuciones de los otros gualdades salariales. Lamentablemente, cambiar la
factores de producción. Ese aporte se denomina asignación del mercado modificando los salarios no
producto marginal del trabajo. Por lo tanto, el crite- es una tarea sencilla. Las políticas de ingreso pue-
rio de eficiencia se basa en la relación entre la pro- den generar un desempleo elevado, perjudicar la
ductividad del trabajador y su ingreso. En una asignación de los trabajadores a los empleos y posi-
asignación eficiente, los trabajadores que tienen la blemente reducir el crecimiento económico. En el

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


misma productividad reciben salarios idénticos, capítulo 7 se analizan estos problemas en mayor

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


independientemente de la empresa o el sector en detalle y se evalúa en qué medida y de qué forma
que trabajan, la actividad realizada o el género del puede ser conveniente adoptar una política de sala-
trabajador. Con esa premisa, a menudo se han rio mínimo, y cuándo y cómo puede tener efectos
empleado los diferenciales salariales por género o secundarios.
los diferenciales salariales entre trabajadores de
empresas grandes y pequeñas, o de distintos secto- Eficiencia
res, para evaluar cómo el mercado de trabajo asig-
na ingresos. En la práctica, sin embargo, no todos Evaluar la medida en que los salarios de los traba-
los diferenciales salariales entre trabajadores que jadores reflejan el valor de los bienes y servicios
parecen igualmente productivos son indicativos de que producen no es simple porque la medición de
ineficiencia en la asignación del ingreso. Dos tra- los salarios es inexacta y porque es difícil determi-
bajadores con características observables similares, nar el valor de los bienes y servicios que produce
como edad y escolaridad, pueden diferir en dimen- un trabajador. Para hacer frente a este problema se
siones como la profesión o la motivación, que son han adoptado dos enfoques analíticos. El primer
premiadas en el mercado laboral. Las diferencias paso consiste en examinar la relación entre el valor
salariales también pueden obedecer a compensa- de los bienes y servicios que produce el trabajador
ciones por distintas condiciones de trabajo. Por medio –es decir, el producto interno bruto (PIB) por
ejemplo, los trabajadores de sectores industriales trabajador– y el salario medio. En el segundo paso
más peligrosos posiblemente sean compensados se analiza en qué medida trabajadores de similar
con salarios más altos. Análogamente, es posible capacidad productiva reciben salarios similares.
que los empleadores de las grandes empresas esta-
blezcan criterios más exigentes con respecto a la Aumentos salariales
iniciativa y la productividad y paguen salarios más
altos. Sin embargo, diferencias anormalmente La evidencia empírica sugiere que al menos en la
pronunciadas probablemente indican una falta sig- región en su conjunto los aumentos salariales guar-
nificativa de competencia y un alto grado de seg- dan estrecha relación con la tasa de crecimiento del
mentación en el mercado laboral que impide que valor promedio de los bienes y servicios que pro-
los trabajadores reciban el valor de su producto duce cada trabajador. La regresión lineal de estas
marginal. dos variables correspondiente a los años noventa
El segundo criterio utilizado para evaluar la indica que el coeficiente no es significativamente
medida en que el mercado laboral asigna el ingreso menor que uno, lo cual significa que los aumentos
es la equidad. Grandes diferencias salariales entre del PIB por trabajador están asociados con aumen-
trabajadores similares conducen a la desigualdad tos salariales en una relación uno a uno, al menos
salarial. Sin embargo, incluso cuando el mercado en el sector manufacturero (gráfico 1.11).3 Aunque
laboral es eficiente según la definición anterior, es
decir, cuando todos los trabajadores de productivi-
3 Para la mayoría de los países no se dispone de datos sobre los
dad similar reciben el mismo salario, la desigual-
salarios del conjunto de la economía. Por consiguiente, se utilizaron
dad puede ser alta si algunos trabajadores son los datos del sector manufacturero compilados por la OIT (2002a).
mucho más productivos que otros. A la sociedad le El coeficiente de regresión lineal es 0,86, con un error estándar de
0,12; en consecuencia, no se rechaza la hipótesis nula de que el
puede resultar difícil aceptar las consiguientes desi- coeficiente es igual a 1.
30

Capítulo 1

Gráfico 1.11 Salarios y productividad laboral en América Latina Gráfico 1.12 Cambio anual en la participación de los trabajadores
en el ingreso nacional durante los años noventa
1 (En porcentaje)

Ecuador*
0,5
Colombia*
Paraguay*
0 Chile*

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Perú*
Salarios (log)

-0,5
Bolivia

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Rep. Dominicana
América Latina
-1 Venezuela
México
-1,5 Panamá
Costa Rica*
Brasil*
-2
-0,4 -0,3 -0,2 -0,1 0 0,1 0,2 0,3 0,4 Honduras*
El Salvador*
Productividad laboral (log)
-2,0 -1,5 -1,0 -0,5 0,0 0,5 1,0 1,5
Nota: Cada punto en el gráfico corresponde a un país latinoamericano y un año.
Fuente: Cálculos del BID basados en la base de datos de la OIT. * Significativo al 15%.
Nota: Los cambios anuales se calculan con una regresión de la participación
de los trabajadores contra una tendencia temporal.
Fuente: Estadísticas de Cuentas Nacionales de las Naciones Unidas.

no se dispone de series salariales para el conjunto


de la economía, puede obtenerse un indicio de la
Gráfico 1.13 Crecimiento anual de la productividad laboral
evolución de los salarios y la productividad a nivel (En porcentaje)
agregado a partir de la evolución de la participación República Dominicana 6.23
México 3.21
de los trabajadores en el ingreso nacional. Aunque, Estados Unidos 2.81

Chile 2.63
en promedio, la participación laboral disminuyó en Costa Rica 1.46

Uruguay 1.45
los años ochenta, en los años noventa se mantuvo Panamá 0.89

Brasil 0.79
constante. Por lo tanto, a nivel agregado y en tér- Argentina 0.74

Bolivia 0.58
minos del promedio de la región, los salarios Promedio América Latina 0.31

El Salvador 0.19
aumentaron al mismo ritmo que la productividad Guatemala 0.14

Perú -0.26

(gráfico 1.12).4 Honduras -0.84

Colombia -1.01

Sin embargo, uno de los problemas funda- Nicaragua -1.49

Venezuela -2.79

mentales es que el producto por trabajador –deno- Ecuador -3.1


-3.19
Paraguay
minado también productividad del trabajo– ha -6 -4 -2 0 2 4 6 8

aumentado lentamente en la región, a pesar de que 1995-2000 1990-95

se han llevado a cabo sustanciales reformas estruc- Fuente: Base de datos de Heston, Summers y Bettina (2002).
turales. El gráfico 1.13 presenta la tasa de creci-
miento anual de esta variable en los países para los
períodos 1990-95 y 1995-2000. Los resultados han indicar que, en promedio, los salarios reales del
sido desiguales pero, en general, la mayoría de los sector manufacturero aumentaron a una tasa anual
países registraron tasas de aumento de la producti- de 1% en los años noventa (OIT, 2002a). Sin embar-
vidad inferiores a las de Estados Unidos y otros paí- go, en algunos países los salarios reales experimen-
ses desarrollados. taron una gran reducción (gráfico 1.14).
Para el conjunto de la región, la tasa de creci- En algunos países, la participación del trabajo
miento de la productividad del trabajo fue práctica- en el ingreso nacional aumentó en los años noven-
mente cero, lo que pone de manifiesto el limitado
margen para los aumentos salariales. En unos
pocos países la productividad aumentó lo suficien- 4 Estos resultados se obtienen de una regresión de la participación

te para incrementar sustancialmente los salarios. del trabajo en el ingreso nacional a partir de estadísticas de las
Naciones Unidas sobre un conjunto de efectos fijos y una tendencia
Los pocos datos disponibles al respecto parecen temporal.
31

Un diagnóstico del mercado laboral en América Latina

Gráfico 1.14 Cambio en el salario real en la manufactura durante chas son atribuibles a diferencias no observables
los años noventa entre los trabajadores de empresas pequeñas y
(En porcentaje)
empresas grandes o si en cambio reflejan barreras
Guatemala
Perú al ingreso o las rentas de las grandes empresas.7 No
El Salvador obstante, el hecho de que estos diferenciales sean
Brasil
Chile similares en América Latina y en Estados Unidos

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Panamá
Costa Rica indica que los mercados laborales en América Lati-

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Colombia
Ecuador na no parecen caracterizarse por un grado anormal
Paraguay
Argentina de segmentación entre empresas grandes y peque-
Honduras
Uruguay ñas en relación con Estados Unidos.
Rep. Dominicana
Bolivia
Los diferenciales salariales entre un sector y
México otro en América Latina también son comparables
Nicaragua
Venezuela con los de Estados Unidos (cuadro 1.7). Tanto en
-6 -4 -2 0 2 4 6 8
América Latina como en ese país, los salarios del
Fuente: OIT (2002a). sector de la construcción, el comercio minorista,
los restaurantes y los hoteles son inferiores a los
del sector manufacturero, en tanto que los servicios
ta, lo cual indica que los salarios subieron más allá comerciales y del sector financiero suelen tener
de la tasa de crecimiento de la productividad (grá- remuneraciones más altas, incluso cuando se tie-
ficos 1.12 y 1.13); en otros países, los aumentos nen en cuenta diferencias de edad y de escolaridad
salariales fueron inferiores a la tasa de crecimiento entre los trabajadores. Los salarios de los sectores
de la productividad. Es significativo que la partici- del transporte y las comunicaciones, en cambio,
pación del trabajo en el ingreso tendiera a la baja son más altos que los del sector manufacturero en
en México y Centroamérica –donde las tasas de algunos países y más bajos en otros.
desempleo disminuyeron o se mantuvieron cons- Si bien los diferenciales sectoriales tendieron
tantes– y aumentara en Ecuador, Colombia y a ampliarse en los años noventa, al menos en la
Paraguay, donde las tasas de desempleo se incre- muestra limitada de países para los cuales se con-
mentaron. Como se indica en el capítulo 4, la cre- taba con datos sobre la evolución de las brechas
ciente rigidez salarial explicaría en gran medida los salariales, no se pudo distinguir una tendencia en
pronunciados aumentos del desempleo en la los diferenciales atribuible al tamaño de las empre-
segunda mitad de los años noventa. sas. Estos aumentaron en algunos países y se redu-
jeron en otros pese a que, en promedio, el
Diferenciales salariales porcentaje de empleados en empresas pequeñas
aumentó en todos los países, con la excepción de
Los diferenciales salariales atribuibles al género, el Chile. Por lo tanto, en general no es cierto que el
tamaño de las empresas, y el sector de actividad no incremento de la proporción de empleados en
han sido anormalmente grandes en la región. Así,
sin ser pequeños fueron similares a los que se
observaron en Estados Unidos, el único país para el
5 Se calculan brechas salariales para trabajadores adultos de sexo
cual pudieron construirse indicadores comparables
masculino a fin de reducir al mínimo los problemas de selección que
de referencia. surgen cuando se emplea una muestra que incluye a las mujeres.
En América Latina un trabajador de una Estos problemas de selección se deben a que sólo una minoría de
mujeres participa en el mercado laboral y, por lo tanto, es probable
empresa de más de cinco empleados gana en pro- que la muestra de mujeres con empleo no sea una selección aleato-
ria de las mujeres de un país determinado.
medio 29% más que un empleado de una empresa
6 El diferencial de tamaño promedio en América Latina excluido
más pequeña, en tanto que en Estados Unidos la Paraguay –un caso extremo– es incluso más cercano al diferencial
brecha salarial respectiva en 1996 fue de 27% (cua- de Estados Unidos.
dro 1.6).5,6 No se ha podido establecer si esas bre- 7 Para una reseña reciente, véase Oi (1999).
32

Capítulo 1

Cuadro 1.6 Diferencias salariales por género y tamaño de la empresa, 1990-2001


(En porcentaje)
Tamaño de la empresa
Hombres/mujeres grande/pequeña

Número de Cambio Cambio

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


País observaciones Promedio anual Promedio anual

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


América Latinaa 81 26,54 –0,23 29,27 0,06
Argentina 10 16,66 0,17 26,87 1,60*
Boliviab 6 29,83 0,34 33,94 –0,38
Brasilc 12 46,78 –1,17* 26,35 –1,36*
Chile 5 30,00 –1,08* 25,13 0,02
Colombia 7 14,03 –1,14*
Costa Rica 6 20,91 0,03 27,57 –1,14*
Ecuador (1998) 30,12 51,43
El Salvador (1999) 24,72 37,40
Guatemala (1998) 33,38 15,17
Honduras 5 40,40 3,30* 2,58 –8,34*
México 10 11,89 –0,46* 29,15 2,73*
Nicaragua (2001) 27,12 28,44
Panamá 6 28,71 0,45 43,50 0,01
Perúd 4 20,48 –0,19 35,88
República Dominicana (1998)e 28,46 17,26
Uruguay 5 26,74 –0,22 39,60 0,69*
Venezuela 5 20,88 0,14 28,08 0,71

Estados Unidos (1996) 26,65 26,74

* Significativo al 15%.
a Hay 64 observaciones de diferencia salarial por tamaño de la empresa.

b Hay 5 observaciones de diferencia salarial por tamaño de la empresa.

c Hay 7 observaciones de diferencia salarial por tamaño de la empresa.

dLos datos respecto de la diferencia salarial por tamaño de la empresa corresponden a 2000.

e Los datos respecto de la diferencia salarial por tamaño de la empresa corresponden a 1996.

Nota: Los valores, que son las tasas de Mincer, se expresan como porcentaje. Para las diferencias salariales entre los hombres y las mujeres, los datos se refieren a
los asalariados urbanos de 25 a 49 años que trabajan más de 30 horas por semana. Para las diferencias salariales por tamaño de la empresa, los datos se refie-
ren a los asalariados varones urbanos de 25 a 49 años que trabajan más de 30 horas por semana. Las tasas provienen de los siguientes modelos de regresión:
Diferencias salariales por género: Log wagehr = A + B*gender + C*X + E
en donde la variable dependiente es el logaritmo del salario por hora; las variables independientes representan una variable ficticia (dummy) por género, X = varia-
bles ficticias para seis niveles de escolaridad, la experiencia potencial y su cuadrado.
Diferencias salariales por tamaño de la empresa: Log wagehr = A + B*SIZE + C*X + E
en donde la variable dependiente es el logaritmo del salario por hora; las variables independientes representan una variable ficticia por tamaño de la empresa, X =
variables ficticias para seis niveles de escolaridad, la experiencia potencial y su cuadrado. Obsérvese que la categoría omitida para la variable ficticia representa a
las empresas con menos de cinco empleados, con la excepción de Estados Unidos, donde la categoría omitida representa a las empresas con menos de 10 emplea-
dos. Las tendencias por país se obtuvieron por medio de regresiones de los datos disponibles sobre una tendencia temporal. Las tendencias regionales se obtuvieron
por medio de regresiones de datos disponibles sobre una tendencia temporal y un conjunto de efectos fijos por países.
Fuente: Cálculos del BID basados en encuestas de hogares, y datos nacionales excepto para Argentina, Bolivia, México y Uruguay, que son urbanos.

empresas pequeñas traiga consigo recortes salaria- laridad similares, en tanto que en Estados Unidos
les en ese sector en relación con las empresas más los varones ganan 26,7% más que las mujeres. Más
grandes. aun, los diferenciales por género disminuyeron
Por último, las brechas promedio por género durante los años noventa en la mayoría de los paí-
también se ajustaron a las observadas en Estados ses. Sin embargo, siguen observándose grandes
Unidos (cuadro 1.6). Así, durante los años noventa diferenciales en este sentido en algunos países,
en América Latina el salario medio del hombre fue incluidos Brasil, Honduras y Guatemala. En el estu-
26,5% más alto que el de una mujer de edad y esco- dio de Duryea, Cox Edwards y Ureta (2002) se
33

Un diagnóstico del mercado laboral en América Latina

Cuadro 1.7 Diferencias salariales por sector, 1990-2001


(En porcentaje)

Establecimientos
financieros, seguros,
Comercio Transporte, bienes inmuebles y

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


minorista, restau- almacenamiento servicios prestados
Construcción rantes y hoteles y comunicaciones a las empresas

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Número de Cambio Cambio Cambio Cambio
País observaciones Promedio anual Promedio anual Promedio anual Promedio anual

América Latina 80 –0,68 0,00 –11,13 –0,47* –2,19 –0,59* 13,16 –0,68
Argentina 10 –9,49 –1,70* –18,11 –1,38* –13,62 –0,89* 2,67 –0,52
Bolivia 5 14,22 1,29 1,11 3,06 –11,76 –3,40* 40,29 5,34
Brasil 12 –29,69 0,32 –30,88 0,77* –8,72 0,15 15,75 0,77*
Chile 5 –0,23 –0,04 –13,25 0,10 –7,31 –1,67* 18,89 –0,30
Colombia 7 2,09 0,28 –12,07 –0,77* –3,70 0,19 1,24 0,15
Costa Rica 6 –8,73 0,33 –8,98 –0,23 –4,72 –0,96 8,88 –3,40*
Ecuador (1998) –19,62 –8,97 –34,69 5,85
El Salvador (1999) –3,62 –10,77 –3,69 –2,48
Guatemala (1998) –5,91 –5,94 1,60 14,12
Honduras 5 –3,65 0,29 –22,14 –4,11* 11,14 2,83* –25,50 –8,53*
México 10 –3,98 –1,49* –15,45 –0,36 –6,18 –1,18* 30,63 1,19
Nicaragua (2001) 26,45 –3,71 11,52 39,75
Panamá 6 8,26 –0,05 –6,99 –0,99* 47,65 –2,07* 6,56 –2,70*
Perú 4 –0,63 1,30 –10,16 –2,82* –9,03 –1,82* 18,98 0,36
República Dominicana (1998) 25,97 –7,84 –2,06 14,21
Uruguay 5 –8,62 1,14* –14,72 0,58 –5,37 1,51* 32,18 –3,59*
Venezuela 5 5,56 2,13 –10,54 –0,42 1,78 –1,04 1,75 –1,60

Estados Unidos (1996) –2,44 –21,80 –3,89 14,52

* Significativo al 15%.
Nota: Los valores, que son las tasas de Mincer, se expresan como porcentaje. Los datos se refieren a los asalariados varones urbanos —de 25 a 49 años— que
trabajan más de 30 horas por semana. Las tasas provienen del siguiente modelo de regresión:
Log wagehr = A + B*sector + C*X + E.
La variable dependiente es el logaritmo del salario por hora; las variables independientes son variables ficticias (dummies) por sector de actividad, seis niveles de
escolaridad, la experiencia potencial y su cuadrado. Obsérvese que la categoría omitida para la variable ficticia representa al sector manufacturero. Las tendencias
por país se obtuvieron por medio de regresiones de los datos disponibles sobre una tendencia temporal. Las tendencias regionales se obtuvieron por medio de regre-
siones de datos disponibles sobre una tendencia temporal y un conjunto de efectos fijos por países. Debido a que se calcularon el promedio y la tendencia sobre la
base de datos que abarcan tres períodos –inicio (1990–93), mitad (1994–97) y final (1998–2001)– de tres años o más, no se dispone de datos completos.
Fuente: Cálculos del BID basados en encuestas de hogares, y datos nacionales para Argentina, Bolivia, México, Uruguay y Venezuela.

intenta explicar por qué los diferenciales salariales laboral y el grupo de mujeres con empleo es menos
son tan altos en países como Brasil. Estas autoras selectivo. Así podría explicarse por qué las brechas
comprobaron que existe una relación positiva entre salariales son pronunciadas en Brasil, donde la tasa
la participación femenina en la fuerza laboral y las de participación de la mujer es elevada, y pequeñas
brechas salariales. La explicación que ofrecen parte en México, donde la tasa de participación femeni-
de la hipótesis de que en países con tasas de parti- na es muy baja. Sin embargo, esto no explica por
cipación femenina muy bajas, las mujeres que inte- qué la brecha es elevada en países como Honduras
gran la fuerza laboral son muy competentes y muy y Guatemala, donde las tasas de participación
motivadas. Por lo tanto, las brechas salariales entre femenina no superan los niveles medios.
estas mujeres excepcionales y sus pares masculinos
suelen ser más bajas que en los países donde un
mayor número de mujeres participa en la fuerza
34

Capítulo 1

Indicador resumido de eficiencia Gráfico 1.15 Medida resumen de la eficiencia


en la asignación de ingresos en la asignación de ingresos
(Índice 0–1)

Estados Unidos (1996)


Aunque existen diferenciales entre los salarios de América Latina
trabajadores en apariencia similares, la magnitud de Guatemala (1998)
esas diferencias es semejante a la de Estados Uni- Costa Rica

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


El Salvador (1999)
dos. Esta comprobación es importante porque sugie- Venezuela

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Argentina
re que posiblemente no sea lo más indicado centrar Perú
Chile
el análisis en la evolución de la participación de los México
Rep. Dominicana (1998)
trabajadores en empresas pequeñas como indicador Honduras
Uruguay
del desempeño del mercado laboral, práctica Bolivia
Panamá
común en los estudios especializados sobre el mer- Nicaragua (2001)
Ecuador (1998)
cado laboral de los países en desarrollo. Brasil
0 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8
Es cierto que los trabajadores de empresas
Fuente: Cálculos del BID.
pequeñas suelen ganar menos y recibir menos
prestaciones como el seguro de salud o pensiones
por vejez. No obstante, esto no ocurre sólo en los
Gráfico 1.16 Ingresos del trabajador medio relativos al ingreso
países en desarrollo, y no hay indicios de que el del 10% más pobre de los trabajadores,
problema sea más grave en América Latina que en promedio en los años noventa
los países desarrollados. Sin embargo, algunos paí- Dinamarca
Bélgica
ses presentan diferenciales salariales que en pro- Alemania
Italia
Reino Unido
medio son más grandes. Por lo tanto, en esos países Austria
la falta de competencia o de movilidad entre las América Latina
México
empresas y los sectores posiblemente reduzca los Chile
Rep. Dominicana (1998)
salarios por debajo de la productividad marginal. A Venezuela
Argentina
fin de identificar esos países, se elaboró un indica- Nicaragua (1998)
Brasil
Costa Rica
dor resumido normalizando todos los diferenciales Uruguay
Colombia
salariales entre 1 y 0, y calculando un promedio. El El Salvador (1999)
Paraguay (1999)
Bolivia
indicador resultante se presenta en el gráfico 1.15. Panamá
Honduras
Valores más bajos de este índice corresponden a Perú
Guatemala (1998)
Ecuador (1998)
diferenciales mayores. En promedio, los diferen-
0 2 4 6 8 10 12
ciales salariales son más grandes en Brasil, Ecua-
Fuente: Cálculos del BID basados en encuestas de hogares y de empleo para
dor, Nicaragua, y Panamá, y más pequeños en América Latina; datos de la OCDE para los demás países.
Guatemala, Costa Rica, El Salvador y Venezuela.

Equidad
La desigualdad no proviene únicamente del
Es un hecho conocido que la desigualdad del ingre- mercado laboral. Por lo tanto, al evaluar el papel de
so de la región es la más acentuada del mundo este mercado en la desigualdad salarial, es impor-
(BID, 1999). Sucede lo mismo con las remuneracio- tante determinar en qué medida las características
nes. En comparación con los países desarrollados, del mercado de trabajo crean desigualdad y hasta
por ejemplo, en América Latina el salario del tra- qué punto la reflejan. Por ejemplo, la desigualdad
bajador medio es cinco veces mayor que el que puede surgir porque trabajadores con distintos
reciben quienes integran el grupo del 10% más
pobre de la sociedad, en tanto que en los países de-
sarrollados esta diferencia es menos que el doble 8 La desigualdad de las remuneraciones en América Latina también
(gráfico 1.16).8 es mucho más acentuada cuando se mide según el coeficiente Gini.
35

Un diagnóstico del mercado laboral en América Latina

niveles de escolaridad ganan sueldos muy diferen- Con respecto a otras regiones, sobre todo los
tes o porque trabajadores con escolaridad similar países de rápido avance de Asia del Este, las mejo-
reciben salarios muy distintos según el tipo de tra- ras en el campo de la educación han sido lentas. En
bajo que realizan. 1960 el promedio de años de escolaridad de la
El estudio del BID de 1999 examina las causas población de más de 25 años de Corea del Sur, Sin-
de la desigualdad salarial en América Latina y sos- gapur y Taiwán era similar al de América Latina.

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


tiene que las diferencias en las características de las En 2000 los años promedio de escolaridad en estos

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


personas –por ejemplo, educación, género y expe- países asiáticos fueron entre 35% y 75% más altos
riencia laboral– explican en promedio 35% de la que el promedio de los países latinoamericanos.9
concentración del ingreso laboral en la región, y En Asia del Este, la tasa de aumento de la escolari-
aproximadamente la mitad de la concentración en dad durante el período 1980-2000 fue de 1,4 años
Argentina, Costa Rica, El Salvador, Panamá y Hon- por década; en América Latina, la cifra respectiva
duras. De estas características individuales, las dife- fue sólo 0,75 años por década (gráfico 1.17). Sin
rencias de escolaridad son las que más inciden en la embargo, se observan diferencias importantes
desigualdad y, en promedio, explican la cuarta parte entre los países de la región. Las mejoras más rápi-
de la concentración del ingreso laboral. Las diferen- das en el nivel de escolaridad durante este período
cias por experiencia laboral representaron 10% de la se registraron en México (1,36), Panamá (1,00),
concentración del ingreso en tanto que las diferen- Chile (0,97) y Argentina (0,94). En el otro extremo,
cias por género, aproximadamente un 4%. los niveles de instrucción apenas aumentaron en
En cambio, según ese mismo estudio, las Venezuela (0,3), Guatemala (0,35) y Colombia
características del trabajo, la zona geográfica y el (0,54).
sector económico explican una pequeña propor- Además de ser lenta, la distribución de los
ción de la concentración de las remuneraciones. El progresos en la escolaridad ha sido desigual, debido
argumento es compatible con la información que –más que a la falta de acceso inicial– a la elevada
se presenta en los cuadros 1.6 y 1.7, que indica que tasa de deserción de los niños de hogares pobres.
en los años noventa los diferenciales salariales Por ejemplo, en la generación actual de niños en
entre empleados en empresas de distinto tamaño o edad escolar de 18 países de América Latina, es
distintos sectores económicos fueron, en promedio, mucho menos probable que los niños de los hoga-
similares a los de Estados Unidos, un país con res más pobres asistan a la escuela que los niños de
menor concentración del ingreso que América Lati- los hogares más ricos (gráfico 1.18). La brecha es
na. Por lo tanto, la desigualdad salarial es en gran especialmente acentuada en los primeros años de
medida reflejo de diferencias en la dotación de cali- escolaridad, a los seis y siete años de edad, y des-
ficaciones de los trabajadores. pués de los 12 años. Aunque son muchos los niños
con algunos años de escolaridad primaria, son
Distribución desigual de la educación pocos los que ingresan al nivel secundario y supe-
rior, y de ese grupo la mayor parte provienen de
La desigualdad de las remuneraciones atribuible a hogares de ingreso más alto. Se crea así un sistema
diferencias en el nivel de escolaridad es conse- estratificado que, en lugar de facilitar la movilidad
cuencia tanto de las características de la distribu- social, perpetúa las desigualdades actuales.
ción de la educación como de la forma en que el Sin embargo, las desigualdades en el campo
mercado laboral la retribuye. La lentitud con que se de la educación sólo inciden en la desigualdad de
obtienen avances en este sector, la pronunciada las remuneraciones si los trabajadores mejor paga-
desigualdad en los niveles de escolaridad y el cre- dos son los que tienen más años de escolaridad. En
ciente rendimiento de la educación son factores
que contribuyen a que las diferencias de nivel de
instrucción sean la principal causa de la desigual-
dad salarial en América Latina. 9 A partir de datos compilados y analizados en Barro y Lee (2000).
36

Capítulo 1

Gráfico 1.17 Cambio en los logros en educación, 1980-2000 Gráfico 1.18 Tasas de asistencia a la escuela por deciles de
(Años de escolaridad por década) ingreso per cápita del hogar promedio, circa 1999
Suecia (En porcentaje)
Japón Países desarrollados
Canadá 100
Estados Unidos
Corea del Sur
Singapur
Tailandia 90
Taiwán Asia del Este y Pacífico

Porcentaje de asistencia escolar

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Promedio del Caribe 20% más rico
Barbados
República Dominicana 80

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Jamaica
Trinidad y Tobago
Promedio América Latina
México 70
Panamá
Chile
Perú 60
Argentina
Honduras
Brasil 30% más pobre
Nicaragua 50
Bolivia
Uruguay
Costa Rica
El Salvador 40
Ecuador 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16
Paraguay Edad (años)
Colombia
Guatemala
Venezuela Fuente: Duryea y Pagés (de próxima publicación) basado en encuestas de hogares para
0,0 0,2 0,4 0,6 0,8 1,0 1,2 1,4 1,6 1,8 2,0 18 países.
Fuente: Barro y Lee (2000).

pagan por la educación. El rendimiento de la ense-


el cuadro 1.8 se muestra que, en promedio, un tra- ñanza secundaria es extraordinariamente alto en
bajador que ha completado la escuela secundaria Brasil, donde cada año de secundaria genera un
gana –por cada año de escolaridad secundaria– 10% rendimiento adicional que casi duplica al de Esta-
más que un trabajador con escolaridad primaria dos Unidos, y en Chile. El rendimiento de un título
únicamente. Según los años de escolaridad secun- universitario también es muy alto en Brasil, Chile,
daria que haya completado, el trabajador gana Colombia y El Salvador. En estos países, el merca-
aproximadamente de 40% a 50% más que un tra- do laboral contribuye muy significativamente a
bajador con escolaridad primaria únicamente. El acentuar las diferencias iniciales en las calificacio-
diferencial es incluso más acentuado en el caso de nes de los trabajadores.
los trabajadores con formación terciaria. En prome- En los años noventa las remuneraciones de
dio, un trabajador que ha completado sus estudios trabajadores con título universitario aumentaron
en la universidad gana –por cada año de estudios– en relación con las de trabajadores con bajos nive-
17% más que un trabajador con escolaridad secun- les de escolaridad.10 En el cuadro 1.8 se indica que,
daria. Esto implica que obtener un título universi- en promedio, el rendimiento de la formación ter-
tario correspondiente a cuatro años de estudios ciaria aumentó en la región. El rendimiento de la
incrementa el nivel de remuneración en otro 85%. escolaridad secundaria, en cambio, disminuyó en
Estas cifras sugieren que las diferencias del nivel relación con el de la escolaridad primaria.11
de escolaridad con que los trabajadores ingresan al Este efecto se registró en la mayoría de los
mercado laboral se traducen en diferencias salaria- países. Las remuneraciones de trabajadores con for-
les sustanciales. En promedio, un título universita-
rio aumenta más los ingresos en América Latina
que en Estados Unidos. En consecuencia, los
extraordinarios niveles de desigualdad en la región 10 En la mayoría de los países, las encuestas de hogares no pro-
obedecen en parte a los elevados precios de la edu- porcionan información sobre el momento en que las personas reci-
ben su título universitario. Por lo tanto, se supone que en cada país,
cación en el mercado laboral además de reflejar los el título universitario se obtiene en el cuarto o quinto año de ense-
altos niveles de desigualdad educacional en la ñanza superior dependiendo de que haya más personas en la
muestra con cuatro años o cinco años de estudios universitarios.
región. 11 Estas conclusiones no varían si se compara el rendimiento del
Algunos países se destacan por el precio que nivel de escolaridad completo o incompleto.
37

Un diagnóstico del mercado laboral en América Latina

Cuadro 1.8 Diferencias salariales por nivel de escolaridad, 1990-2001


(Cambio porcentual por año adicional de escolaridad)

Escolaridad Escolaridad
secundaria/primaria terciaria/secundaria
Número de Cambio Cambio

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


País observaciones Promedio anual Promedio anual

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


América Latinaa 81 9,85 –0,19* 17,26 0,40*
Argentina 10 9,15 –0,01 15,86 0,39*
Boliviab 6 5,57 –0,05 14,15 1,99*
Brasilc 12 15,99 –0,36 23,29 0,40*
Chile 5 14,15 0,15 21,27 0,40*
Colombia 7 8,47 –0,03 20,38 0,18
Costa Rica 6 9,68 –0,14 16,40 0,06
Ecuador (1998) 12,46 6,99
El Salvador (1999) 8,56 21,56
Guatemala (1998) 10,74 14,59
Honduras 5 5,46 –2,11* 13,14 –0,88*
México 10 8,47 0,09 16,66 0,32*
Nicaragua (2001) 10,31 18,46
Panamá 6 9,77 –0,30* 16,36 0,10*
Paraguay (1999) 8,12 0,00
Perúd 4 8,12 –0,23 15,60 0,72
Uruguay 5 8,29 0,11 12,20 0,46*
Venezuela 5 8,37 –0,05 15,99 0,50

Estados Unidos (1996) 9,18 13,48

* Significativo al 15%.
a Hay 64 observaciones de diferencia salarial en la escolaridad terciaria/secundaria.

b Hay 5 observaciones de diferencia salarial en la escolaridad terciaria/secundaria.

c Hay 7 observaciones de diferencia salarial en la escolaridad terciaria/secundaria.

d Los datos respecto de la diferencia salarial en la escolaridad terciaria/secundaria corresponden a 2000.

Nota: Los valores se expresan como porcentaje. Los datos se refieren al rendimiento de niveles de escolaridad completos para los asalariados varones urbanos de
25 a 49 años que trabajan más de 30 horas por semana. Las diferencias salariales provienen del siguiente modelo de regresión, que se realizó separadamente
para cada año y país:
Log wage = A + B*educ + C*X + E.
La variable dependiente es el logaritmo del salario por hora; las variables independientes representan variables ficticias (dummies) para siete niveles de escolari-
dad, y X = la experiencia potencial y su cuadrado. Las tasas se obtienen de dividir el coeficiente de nivel de escolaridad completo por los años necesarios para
alcanzar a graduarse. Debido a que se calcularon el promedio y la tendencia sobre la base de datos que abarcan tres períodos –inicio (1990–93), mitad
(1994–97) y final (1998–2001)– de tres años o más, no se dispone de datos completos. Las definiciones de nivel de escolaridad varían en cierta medida de un
país a otro.
Fuente: Cálculos del BID basados en encuestas de hogares, y datos nacionales excepto para Argentina, Bolivia, México, Uruguay y Venezuela, que son urbanos.

mación terciaria aumentaron respecto de los sala- noventa sigue siendo válida, independientemente
rios de empleados con escolaridad secundaria en la del método específico utilizado para calcular el ren-
mayor parte de los países. Análogamente, en la dimiento. Si bien estas tendencias pueden generar
mayoría de los países el rendimiento de la escolari- mayores incentivos para seguir estudios universita-
dad secundaria disminuyó con respecto al rendi- rios, la disminución del rendimiento de la escolari-
miento del nivel de escolaridad más bajo. Los dad secundaria posiblemente acentúe la tendencia
resultados de los países son en cierta medida sensi- de los niños pobres a abandonar sus estudios al
bles a la metodología utilizada para calcular los final de la escuela primaria, especialmente si no
diferenciales (recuadro 1.4); no obstante, la conclu- cuentan con los recursos necesarios para asistir a la
sión de que el rendimiento de la formación univer- universidad.
sitaria ha aumentado en la región durante los años
38

Capítulo 1

Recuadro 1.4 Rendimiento de la educación: cuestiones de cuantificación

La cuantificación del rendimiento que reporta la educación nivel global, el rendimiento de la formación universitaria
es bastante sensible al método utilizado para calcularlo. Los aumentó en los años noventa no cambia.

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


rendimientos de la escolaridad que figuran en el cuadro 1.8 Asimismo, según de Ferranti et al. (2003), el rendi-

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


se calcularon a partir de un análisis de regresión que com- miento de la formación universitaria en los años noventa
para las remuneraciones de los trabajadores con distintos aumentó en relación con los rendimientos de la escolaridad
niveles de escolaridad pero la misma experiencia potencial secundaria en todos los países considerados (Argentina,
(calculado como la edad-años de enseñanza –6). Para limi- Bolivia, Brasil, Chile, Colombia y México), excepto en Chile.
tar los problemas de sesgo en la selección, comunes en esta La diferencia entre esa metodología y la del presente estudio
metodología (regresión de Mincer), el análisis se limita a tra- guarda relación con la forma en que se cuantifica la educa-
bajadores con altas tasas de vinculación al mercado laboral ción. En este análisis se comparan los rendimientos de tra-
(hombres, entre 25 y 49 años de edad). Sin embargo, si en bajadores que han completado su escolaridad primaria,
lugar de un análisis de regresión los diferenciales de las secundaria o universitaria. En el estudio citado la metodolo-
remuneraciones se calculan utilizando la remuneración gía incluye a personas que no han completado el respectivo
media, no ajustada, de trabajadores con escolaridad pri- nivel de escolaridad. Los trabajadores se clasifican en dos
maria, secundaria y terciaria para el mismo grupo de tra- niveles, uno correspondiente al nivel de estudios más alto
bajadores considerados en el cuadro 1.8, se obtiene que el que se haya completado y el otro, al nivel siguiente que no
rendimiento de la formación terciaria disminuyó en Brasil, se haya completado.
Panamá y Honduras. Sin embargo, la conclusión de que, a

Bajos salarios equivale a un ingreso familiar per cápita de menos


de US$2 por día (PPP), la medida estándar de
Una dimensión importante de la desigualdad se pobreza moderada. No todos los trabajadores con
relaciona con el grado en que algunos trabajadores ingresos inferiores a este umbral son pobres, ya
quedan atrás porque su nivel de escolaridad es que esto depende de si trabajan más de 44 horas
bajo, sus calificaciones obsoletas o porque sus semanales o forman parte de un hogar con un
remuneraciones son inferiores a su productividad. número menor al promedio de dependientes. Sin
Del mismo modo que los indicadores de pobreza embargo, trabajadores con salarios menores a este
tienen por objeto captar a todas las personas que umbral corren un alto riesgo de ser pobres.
están por debajo de un determinado umbral, es Existe una estrecha relación entre este indi-
posible determinar cuántos trabajadores en Améri- cador de salario bajo y los indicadores estándares
ca Latina reciben una remuneración inferior al de pobreza que se basan en el ingreso per cápita,
nivel considerado necesario para subsistir. Se con- como el de la pobreza moderada. Por ejemplo, la
sidera que la remuneración de un trabajador es relación entre el porcentaje de trabajadores con
baja si esa persona recibe menos de un dólar por remuneraciones bajas y el porcentaje de personas
hora en su puesto de trabajo principal.12 El umbral en situación de pobreza moderada es 0,87, a pesar
de un dólar se ajusta para cada país de acuerdo con de que este último indicador se calcula agregando
las diferencias del costo de vida medidas en fun- todas las fuentes de ingresos del hogar y dividiendo
ción de la paridad del poder adquisitivo (PPP). Esta por el tamaño de hogar (gráfico 1.19). Por lo tanto,
definición de un bajo nivel de remuneración es
sencilla y compatible con el indicador de pobreza
moderada. Así, dado que en la región el trabajador
medio trabaja en promedio 44 horas semanales y 12 Todos los resultados se calculan a partir del ingreso procedente

comparte su ingreso con dos dependientes, una del empleo principal. Sin embargo, salvo indicación contraria, los
resultados no difieren significativamente si se emplea un indicador
remuneración de menos de US$1 por hora (PPP) más completo del ingreso que incluya a todos los empleos.
39

Un diagnóstico del mercado laboral en América Latina

Gráfico 1.19 Pobreza moderada y porcentaje Gráfico 1.20 Porcentaje de trabajadores de 15-65 años que gana
de trabajadores con bajos ingresos, menos de US$1 por hora (PPP), fines de los años
fines de los años noventa noventa
80 Honduras
Honduras
Bolivia
70
El Salvador Nicaragua
Bolivia
Pobreza moderada (porcentaje)

El Salvador

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


60
República Dominicana
Paraguay

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


50 Ecuador Ecuador
Colombia
40 Brasil Perú
Panamá Brasil
Colombia
República Dominicana Panamá
30 Costa Rica Costa Rica
Venezuela
20 México Uruguay
Argentina Chile Chile
Uruguay
10 México
(coeficiente de correlación = 0,87) Venezuela
0
10 20 30 40 50 60 70 80 90 0 10 20 30 40 50 60 70 80

Trabajadores con bajos ingresos (porcentaje)


Nota: Datos nacionales excepto para Bolivia, México y Uruguay, que son urbanos.
Fuente: Cálculos del BID. Fuente: Encuestas de hogares.

una remuneración baja es un importante factor Gráfico 1.21 Trabajadores pobres por categoría, América Latina
determinante de la pobreza de la región. (En porcentaje)

A fines de la década del noventa, el porcenta-


Total
je de personas pobres con empleo ascendía a más
Género
de 50% en Honduras, Bolivia, Nicaragua y El Salva- Hombre
dor y a más de 20% en los demás países excep- Mujer
tuando Venezuela, Chile y México (gráfico 1.20). Escolaridad

Un gran porcentaje de trabajadores forma parte de Terciaria


Secundaria
la categoría de personas pobres a menos que traba-
Primaria
jen muchas horas o que el número de dependien- Zona
tes en su grupo familiar sea inferior al promedio o Urbana
que convivan con trabajadores mejor remunerados. Rural
0 10 20 30 40 50 60 70
A nivel regional, la incidencia de trabajo mal
remunerado se concentra en forma desproporcio- Fuente: Duryea, Jaramillo y Pagés (2003).

nada en ciertas categorías de trabajadores. Con


pocas excepciones la proporción de personas con
empleos de baja remuneración es más alta para las
mujeres que para los hombres, para los trabajado- ba una remuneración baja, se observan importantes
res con menor nivel de escolaridad y para los de diferencias entre los países que sólo pueden atri-
zonas rurales (gráfico 1.21). A nivel de cada país, la buirse a factores específicos de cada uno de ellos,
incidencia de empleos mal remunerados es más algo especialmente notorio cuando se compara la
alta entre los jóvenes (15-19 años) y los empleados incidencia de empleos de baja remuneración entre
de empresas pequeñas (menos de cinco emple- trabajadores que han completado la escolaridad
ados) que entre los que trabajan en empresas secundaria. En el gráfico 1.22 se observa que, sólo
grandes o por cuenta propia (Duryea y Pagés, de
próxima publicación).13
No obstante, si bien características individua-
13Las excepciones son Honduras y Paraguay, donde la incidencia
les como el género, el nivel de escolaridad y la edad
de bajas remuneraciones es mayor para las personas que trabajan
inciden en la probabilidad de que una persona reci- por cuenta propia que para los trabajadores asalariados
40

Capítulo 1

en cinco países, menos de uno de cada cuatro tra- Gráfico 1.22 PIB real por trabajador y bajos salarios
30.000
bajadores con esas características recibe un salario
que lo sitúa en la categoría de pobreza. En muchos 25.000 Chile
otros países –por ejemplo, República Dominicana,

PIB real por trabajador (dólares)


Uruguay
México
El Salvador, Nicaragua, Bolivia y Honduras– más de 20.000
Venezuela Brasil
40% de esos trabajadores siguen perteneciendo a la

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


15.000 Panamá
misma categoría. Aunque es cierto que la escolari- El Salvador

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Costa Rica
República Dominicana
dad ejerce un efecto positivo sustancial sobre las 10.000 Colombia Ecuador

remuneraciones, también es indudable que aquella Bolivia Honduras


por sí sola no garantiza un buen salario. 5.000
Nicaragua

Para comprender el efecto limitado de la esco-


0
larización, es conveniente tener presente que el 0 10 20 30 40 50 60 70 80
Porcentaje de trabajadores con estudios secundarios con salarios
rendimiento de la educación se cuantifica en tasas inferiores a US$1 por hora (PPP)
porcentuales, de modo que el efecto final sobre los
Nota: Coeficiente de la tendencia = –25242,27 , t-estadístico = –4,96
salarios absolutos depende de la base a la que se Fuente: Duryea, Jaramillo y Pagés (2003) para el porcentaje de trabajadores con
aplica el porcentaje. Ya que el trabajador latinoa- bajos salarios; Heston, Summers y Bettina (2002) versión 6.1 para el PIB real por
trabajador.
mericano sin estudios o poco calificado recibe una
remuneración muy baja, es posible que un porcen-
taje de aumento salarial relativamente alto atribui-
ble a su escolaridad no signifique que deje de ganar porción de puestos de trabajo cuyo salario permite
un salario muy bajo. un nivel de consumo igual o inferior al umbral de
¿Qué factores determinan el nivel global de la pobreza. La incidencia de remuneraciones bajas
los salarios? El gráfico 1.22 indica que existe una disminuyó sobre todo en los países del Cono Sur, y
alta correlación entre el porcentaje de trabajadores aumentó en México y Centroamérica.
que reciben un salario de subsistencia y el PIB por
trabajador. Por lo tanto, independientemente del Indicador resumido de equidad
nivel de escolaridad, la remuneración por hora
refleja la productividad que el trabajador es capaz Aunque América Latina padece fuertes desigualda-
de lograr valiéndose de otros factores de produc- des salariales, es limitada la evidencia empírica
ción como el capital físico, los servicios públicos que apoya la tesis de que en promedio esa des-
y las telecomunicaciones, o de bienes públicos igualdad puede atribuirse a la forma en que los
como las instituciones y la infraestructura. Por mercados determinan el precio de la mano de obra.
consiguiente, los trabajadores sólo pueden aprove- Así, aun cuando en promedio el rendimiento de la
char sus calificaciones cuando el entorno económi- escolaridad es alto, los diferenciales salariales atri-
co institucional en que viven y trabajan es buibles al sector, género o tamaño de la empresa
suficientemente fértil. En otras palabras, si bien la son comparables con los de Estados Unidos, el país
desigualdad salarial puede en gran medida ser con- de referencia. Sin embargo, el precio de la educa-
secuencia de diferencias del nivel de instrucción, ción y el rendimiento del trabajo en un determina-
los niveles salariales absolutos no pueden elevarse do sector o empresa varían sustancialmente de un
exclusivamente mediante mejoras de la educación. país a otro. En esta sección se construye un índice
Si al mismo tiempo no se invierte en el entorno ins- resumido sobre la equidad con que se asigna el
titucional y económico, en el corto plazo la pro- ingreso a partir del promedio simple de los siguien-
ductividad y las remuneraciones de una gran tes componentes normalizados en valores de 0 y 1:
proporción de la población no superarán el nivel de las brechas salariales por género, el rendimiento
pobreza. por sector de actividad, el rendimiento en función
En los años noventa algunos países avanzaron del tamaño de la empresa, el rendimiento de la
considerablemente en la tarea de reducir la pro- escolaridad secundaria y el rendimiento de la for-
41

Un diagnóstico del mercado laboral en América Latina

mación universitaria. Aunque el porcentaje de tra- Gráfico 1.23 Medida resumen de la equidad
bajadores con bajos salarios es importante, no se en la asignación de ingresos
(Índice 0-1)
incluye porque, desde un punto de vista de la for-
Estados Unidos (1996)
mulación de políticas, no depende necesariamente América Latina
del comportamiento del mercado laboral. En cam-
Guatemala (1998)
bio, depende de una serie de factores que inciden

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Venezuela
en la productividad de la mano de obra, algunos de Costa Rica

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Perú
los cuales son propios del mercado laboral y otros, Argentina
El Salvador (1999)
como la provisión de infraestructura o comunica- Honduras
México
ciones, son exógenos. Bolivia
Uruguay
El valor del índice es más alto cuanto mayor Chile
Panamá
es el grado de equidad, es decir, cuánto más bajos Ecuador (1998)
Nicaragua (2001)
sean los diferenciales salariales por escolaridad, Brasil
0,0 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8
género o características del puesto de trabajo. La
calificación de América Latina es similar a la del Fuente: Cálculos del BID basados en encuestas de hogares.

país de referencia (Estados Unidos) en cuanto a


esta medida de equidad (gráfico 1.23). Por lo tanto,
la causa de la extrema desigualdad de las remune- del empleo anterior, mayor tenderá a ser la reduc-
raciones no obedece tanto al mecanismo de deter- ción del ingreso que ocasiona el desempleo.
minación de precios de los mercados laborales sino Además de la pérdida de empleo, la vejez, la
a la extrema desigualdad de la educación y posible- enfermedad y los accidentes de trabajo son otros de
mente de otras dotaciones de recursos (como con- los riesgos que pueden reducir el ingreso salarial.
tactos familiares, inteligencia e iniciativa) que no En la mayoría de los países del mundo, muchos tra-
son observables en las encuestas de hogares pero bajadores están protegidos contra esos riesgos
que tienen un precio en el mercado laboral. Sin mediante la participación en programas de seguri-
embargo, en Brasil, Nicaragua, Ecuador y Panamá, dad social pública a nivel nacional. Sin embargo, no
las diferencias de precio contribuyen notablemente todos los trabajadores tienen acceso a esas presta-
a la desigualdad de las remuneraciones (gráfico ciones y muchos no están asegurados.
1.23). Asimismo, esos países obtuvieron las califi- Por lo tanto, el nivel de protección con que
caciones más bajas según el índice que mide la efi- cuenta el trabajador para hacer frente al riesgo de
ciencia con que se asigna el ingreso. perder su salario es otra de las importantes di-
mensiones que deben considerarse al evaluar el
desempeño del mercado laboral. Es evidente, sin
ASIGNACIÓN DE RIESGOS embargo, que la asignación de los riesgos no es
independiente de la asignación de los recursos.
La actividad normal de los mercados laborales Cuanto más rápido un trabajador encuentra un
genera riesgos para los trabajadores. A medida que nuevo empleo, menor será la pérdida de ingreso
las empresas crean y destruyen puestos de trabajo, atribuible a la inactividad y menor será la prima de
algunos trabajadores son desplazados. Mientras que seguro necesaria para cubrir esos riesgos. Análoga-
unos encuentran trabajo inmediatamente y termi- mente, cuanto más cortos sean los períodos de des-
nan recibiendo una remuneración similar, para empleo involuntario durante la vida de una
otros la pérdida de trabajo reduce sus ingresos persona, más largo será el período en que la per-
durante el período en que están sin empleo, a lo sona puede contribuir a un fondo de pensión para
que debe sumarse una pérdida potencial en caso de la vejez y mayores serán los pagos de jubilación
que la remuneración del nuevo empleo sea inferior que recibirá en el futuro. Esta causalidad también
a la del anterior. Cuanto más largo haya sido el perí- opera en sentido opuesto, ya que los seguros reper-
odo de servicio, y más específicas las calificaciones cuten en la asignación de los recursos. Un seguro
42

Capítulo 1

de empleo muy generoso puede reducir los incen- Gráfico 1.24 Costo de la estabilidad laboral, 1998 y 1999
tivos de los desempleados para buscar trabajo, lo Venezuela
Colombia
cual a su vez se traduce en mayores tasas de des- Ecuador
empleo. Perú
Brasil
En el capítulo 2 se examina en mayor detalle el Panamá Promedio países desarrollados, 1999
Bolivia
proceso de reasignación de empleos y trabajadores y

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Costa Rica
Honduras
se analiza la cuantificación de esos riesgos. En el

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Chile
capítulo 7 se estudian los efectos sobre el mercado México
El Salvador Promedio América Latina, 1999
laboral de la legislación y otras normas que tienen Argentina
Rep. Dominicana
por objeto proteger a los trabajadores. A conti- Nicaragua
Uruguay Promedio países del Caribe, 1999
nuación se describen los mecanismos desarrollados Paraguay
por los países para proteger a los trabajadores contra 0 5 10 15 20 25

Costo de los beneficios en meses de salarios


la pérdida del ingreso y la medida en que esos meca-
nismos se aplican a todos los trabajadores. 1999 1988

Fuente: Heckman y Pagés (de próxima publicación).

Indemnizaciones por despido

La mayoría de los países de la región no cuentan gramas de salud y maternidad, y (cuando corres-
con mecanismos de seguro de desempleo que pro- ponda) seguros de desempleo.14 Este índice asigna
tejan a los trabajadores contra el riesgo de perder un valor más alto a programas que otorgan presta-
sus puestos de trabajo. De hecho, en América Lati- ciones más generosas y a los que ofrecen mayores
na el mecanismo usual de cobertura contra ese beneficios en relación con las aportaciones. Según
riesgo ha sido conceder indemnizaciones y otros este indicador, el régimen de seguridad social ofre-
pagos obligatorios por despido. Estas transferen- ce menos protección a los trabajadores de América
cias, obligatorias para la empresa si la misma inicia Latina que a los trabajadores de países desarrolla-
el proceso de despido, constituyen un mecanismo dos y de Europa del Este y Asia Central. Sin embar-
de seguro para canalizar fondos hacia trabajadores go, el índice de América Latina es más alto que el
desempleados. De hecho, la legislación laboral en de otras regiones en desarrollo, incluida Asia del
América Latina prescribe transferencias considera- Este. Dentro de la región, Jamaica, Bolivia y Perú
bles, mucho mayores que las que establece la ley ofrecen las menores prestaciones de seguridad
en el Caribe o en los países desarrollados (gráfico social, en tanto que Colombia, Panamá y Argentina
1.24). Además, y contrariamente a lo que se cree proporcionan el mayor grado de protección, con un
comúnmente, estas transferencias aumentaron en nivel de prestaciones similar al de los países desa-
muchos países en los años noventa (gráfico 1.24). rrollados.
Los pocos casos de desregulación obedecieron más
al propósito de crear mayores probabilidades de
que se suscribieran contratos temporales que al
deseo de reducir los costos de despido relacionados
con los contratos de duración indefinida.
14 Este índice fue elaborado por Djankov et al. (2003) y representa
Programas de seguridad social la suma normalizada de los siguientes componentes: la diferencia
entre la edad de jubilación y la esperanza de vida; el número de
meses necesarios para poder jubilarse normalmente y tener derecho
La protección que confieren los programas de segu- a las prestaciones de los programas de salud y seguro de desem-
ridad social, en cambio, es menor en América Lati- pleo; las contribuciones a los programas de pensión y los seguros
de salud, desempleo y discapacidad; la tasa de reposición de las
na que en los países desarrollados. En el gráfico pensiones; la tasa de reposición de las prestaciones del seguro de
1.25 se presenta un índice de las prestaciones salud; los meses de contribuciones necesarios para tener derecho a
los beneficios del seguro de salud, y el período de espera para
otorgadas en concepto de pensiones por vejez, pro- poder recibirlos.
43

Un diagnóstico del mercado laboral en América Latina

Gráfico 1.25 Índice de seguridad social como México, por ejemplo, no es la única causa de
(Índice 0-3) esta disminución. La causa tampoco fue la crecien-
Europa Continental te proporción de trabajadores empleados en peque-
Países desarrollados angloparlantes
Europa del Este y Asia Central
América Latina y el Caribe ñas empresas, al menos en México y en Argentina,
Asia del Este y Pacífico
Medio Oriente y Norte de África que fueron objeto de un análisis minucioso al res-
Sur de Asia
pecto. En ambos países, el porcentaje de trabajado-

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


África Subsahariana
Colombia
Panamá res con derecho a las prestaciones de seguridad

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Argentina
Venezuela social se redujo para todas las empresas, indepen-
Uruguay
Chile dientemente de su tamaño.
Ecuador
Brasil Es evidente que la legislación laboral no siem-
México
Rep. Dominicana
Perú pre se aplica satisfactoriamente y que hay deficien-
Bolivia
Jamaica cias en el pago de los aportes obligatorios a la
0 0,5 1 1,5 2 2,5
seguridad social. Estos problemas también se ven
Fuente: Djankov et al. (2003).
reflejados en el bajo cumplimiento de las leyes del
salario mínimo. En el gráfico 1.26 se indica el por-
centaje de trabajadores de los países estudiados que
Baja cobertura ganan menos de 75% del salario mínimo. Más de
60% de los empleados asalariados de Paraguay y
Si bien los niveles de protección que prescribe la más de 25% en Guatemala, Ecuador y Perú reciben
ley no son tan diferentes, y en algunos casos son una remuneración inferior al mínimo obligatorio.
incluso mayores que la protección obligatoria en En resumen, no hay forma de garantizar que
los países desarrollados, una creciente mayoría de todos reciban los beneficios previstos por la ley. En
trabajadores no está cubierta por la legislación labo- consecuencia, para demasiados trabajadores el
ral y, por lo tanto, corre constantemente el riesgo riesgo de perder su fuente de ingreso es una posi-
de enfermarse en forma imprevista, perder el bilidad real y a menudo catastrófica. No sorprende
empleo y vivir en la miseria en la vejez.15 que para una creciente mayoría las deficiencias del
En el cuadro 1.9 se indica que en promedio la mercado laboral sean el principal motivo de preo-
cobertura es de 40%. El promedio ajustado por el cupación.
número de trabajadores en cada país es de 44%. Sin
embargo, el grado de dispersión en los niveles de Indicador resumido de la asignación
cobertura en la región es elevado. Uruguay, Costa de riesgos
Rica y Chile tienen el mayor porcentaje de trabaja-
dores cubiertos, en tanto que Paraguay, Perú, Brasil El desempeño de los países en el área de la protec-
y Ecuador se sitúan en el otro extremo, con sólo ción de riesgos puede resumirse calculando el pro-
uno de cada tres trabajadores protegidos contra los medio de los siguientes indicadores: el monto de la
riesgos de enfermedad, pobreza en la vejez y pér- indemnización por despido, el índice de seguridad
dida del empleo. social, el porcentaje de trabajadores inscritos en
Aunque los bajos niveles de cobertura pueden programas de seguridad social, y considerando si
atribuirse en parte a la gran proporción de trabaja- cuentan o no con un seguro de desempleo. Los tres
dores por cuenta propia, las tasas de cobertura de primeros indicadores se normalizan en valores que
los empleados asalariados también son bajas. Asi- varían de 0 a 1. Contar con un seguro de desempleo
mismo, la proporción de trabajadores sin acceso al
seguro social o a las prestaciones que prescribe la
legislación laboral disminuyó en los años noventa, 15 Se supone que los trabajadores inscritos en programas de segu-
tanto para los trabajadores por cuenta propia como ridad social administrados por el Estado gozan de todas las demás
prestaciones que prescribe la legislación laboral, como los pagos
para los asalariados. Esto sugiere que el aumento obligatorios de indemnización por despido y la remuneración por
de las tasas de empleo independiente en países horas de trabajo extra.
44

Capítulo 1

Cuadro 1.9 Seguro social, años noventa

Proporción de Proporción de
empleados con asalariados con
seguridad social (%) seguridad social (%)
El país tiene
Número de seguro de Cambio Cambio

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


País observaciones desempleo Promedio anual Promedio anual

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


América Latinaa 48 42,76 –0,35* 60,05 –0,17
Argentina 10 Sí 48,45 –0,29* 66,56 –0,83*
Bolivia (1999) No 26,36 38,56
Brasil 7 Sí 48,18 –0,05 64,04 0,28
Chile 6 Sí 64,47 0,05 77,45 0,04
Colombia (1999) No 46,13 66,77
Costa Rica 5 No 65,92 –0,88* 74,61 –0,88*
Ecuador (1995) No 30,94 43,02
El Salvador (1998) No 33,49 50,04
Guatemala No
Honduras No
Jamaica No
México 12 Síb 52,53 –0,57* 67,96 –0,43*
Nicaragua No
Panamá (2001) No 55,66 74,50
Paraguay (1995) No 16,70 30,66
Perúc 4 No 17,99 51,90 –0,47*
República Dominicana (1998) No 29,08 49,40
Trinidad y Tobago No
Uruguay 4 Sí 74,12 93,12 1,27*
Venezuela (1998) No 31,37 52,22

Europa Continental Sí
Europa del Este Sí
Estados Unidos Sí 82,00
Otros países desarrollados Sí
angloparlantes

* Significativo al 15%.
a Hay 40 observaciones de la proporción de asalariados con seguridad social.

b Sólo para los trabajadores de 60 años o más.

c Los datos se toman del área metropolitana de Lima, para la proporción de asalariados con seguridad social en 2000.

Nota: El seguro de desempleo incluye pagos en lugar de preaviso, pagos por cesantías y fondos acumulados en cuentas de ahorro individuales. Para todas las regio-
nes, excepto América Latina y el Caribe, se supone que el 100% de los empleados está cubierto por la seguridad social. Debido a que se calcularon el promedio y
la tendencia sobre la base de datos que abarcan tres períodos –inicio (1990–93), mitad (1994–97) y final (1998–2001)– de tres años o más, no se dispone de datos
completos. Las tendencias por país se obtuvieron por medio de regresiones de los datos disponibles sobre una tendencia temporal. Las tendencias regionales se obtu-
vieron por medio de regresiones de datos disponibles sobre una tendencia temporal y un conjunto de efectos fijos por países. Los datos para Estados Unidos corres-
ponden al porcentaje de la fuerza laboral con seguro médico.
Fuentes: Medical Expenditure Panel Survey, MEPS (1996) para el porcentaje de la fuerza laboral con seguro médico en Estados Unidos. Los datos sobre si el país dis-
pone o no de seguro de desempleo provienen de la Administración del Seguro Social de Estados Unidos (1999). Las proporciones de trabajadores con seguridad
social provienen de cálculos del BID basados en encuestas de hogares; datos nacionales excepto para Argentina, Bolivia, México, Panamá y Uruguay; y de OIT
(2002b) para Panamá, Perú y Uruguay.

se normaliza asignando un valor de 0,25 en los ses de América Latina, Estados Unidos, y el prome-
casos en que exista esta prestación; 0,125 si se ofre- dio de América Latina. Cuanto mayor es el valor
ce sólo a ciertos trabajadores desempleados, como del índice mayor es el grado de protección contra el
en Brasil (trabajadores de bajos ingresos) o en riesgo de pérdida de empleo.
México (trabajadores de al menos 55 años de edad), Según este indicador resumido, salvo Brasil y
y 0 si no existe seguro de desempleo. En el gráfico Colombia –con niveles de cobertura de seguro com-
1.27 se presenta el indicador resumido para 12 paí- parables a los de Estados Unidos– los restantes paí-
45

Un diagnóstico del mercado laboral en América Latina

Gráfico 1.26 Porcentaje de trabajadores con salarios 75% Gráfico 1.27 Medida resumen de seguridad
inferiores al salario mínimo, fines de los años (Índice 0–1)
noventa
América Latina
(En porcentaje) Estados Unidos

Paraguay Bolivia (1999)


Guatemala República Dominicana (1998)

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Ecuador Perú (2000)
Perú México

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Colombia Venezuela (1998)
Panamá Panamá (2001)
Venezuela
Chile
El Salvador
Argentina
Chile
Ecuador (1995)
Brasil Uruguay
Bolivia
Colombia (1999)
Rep. Dominicana
Brasil
Argentina 0 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6
Uruguay
México Fuente: Cálculos del BID basados en encuestas de hogares. Datos de pagos por cesantía,
0 10 20 30 40 50 60 70 indemnizaciones por despido y preaviso provienen de Heckman y Pagés (de próxima
publicación).
Nota: Datos nacionales excepto para Argentina, México y Uruguay, que son urbanos.
Cálculo para la ocupación principal y para quienes trabajan más de 35 horas semanales.
Fuente: Cálculos del BID basados en encuestas de hogares.

calidad de las relaciones laborales. A su vez, esas


ses estudiados están por debajo de los niveles esta- relaciones influyen en el empeño de los trabajado-
dounidenses, que son bajos en relación con los res, la motivación, y la voluntad para aprender y
demás países desarrollados. Por lo tanto, si bien es ser más productivos, así como en la inversión de
cierto que las indemnizaciones por despido son ele- largo plazo que las empresas dedican a la capacita-
vadas, la cobertura de estos programas excluye a ción y la tecnología. Este proceso de aprendizaje e
muchos trabajadores, y los niveles globales de innovación es un componente clave para fomentar
cobertura de seguro terminan siendo muy bajos, la productividad y resulta esencial para mejorar el
sobre todo en México, Perú, República Dominicana nivel de vida de los trabajadores de la región.
y Bolivia. La cobertura del seguro social es proba- Según el estudio del BID de 2001, las relacio-
blemente aún más baja en países como Nicaragua, nes laborales de América Latina se presentan en un
Honduras y Guatemala, que no se incluyeron en el contexto de disminución de las tasas de sindicaliza-
análisis por falta de datos completos para todas las ción y sindicatos débiles. En el gráfico 1.28 puede
dimensiones. apreciarse que en los años noventa la sindicaliza-
ción se redujo respecto de los años ochenta en
todos los países para los cuales se dispone de datos.
LA CALIDAD DE LAS RELACIONES En promedio, sólo 14% de la fuerza laboral urbana
LABORALES pertenece a un sindicato, un porcentaje inferior a
la media de los países desarrollados.
Las relaciones laborales definen la relación que se Las relaciones laborales de la región parecen
establece entre empleadores y empleados, o los sin- estar sumidas en conflictos. El porcentaje de traba-
dicatos a que pertenecen. Aunque el mercado labo- jadores que se declararon en huelga como porcen-
ral se caracteriza por una elevada tasa de rotación, taje del empleo total es alto en comparación con el
la mayoría de las relaciones de empleo van más de Estados Unidos, Asia del Este, Europa Continen-
allá del corto plazo. La actitud de los empleadores tal y Europa del Este (gráfico 1.29). No obstante,
frente a los trabajadores, y la de los trabajadores hay importantes diferencias entre un país y otro y
hacia los empleadores, la calidad de la administra- si bien una gran proporción de trabajadores se
ción, los canales de comunicación, la posibilidad de declaró en huelga en Brasil y Perú, el número de
que los trabajadores manifiesten sus inquietudes y huelgas en Panamá y México fue tan bajo como en
la manera de resolver los conflictos determinan la Estados Unidos.
46

Capítulo 1

Gráfico 1.28 Tasas de sindicalización, años noventa vs. años ochenta Gráfico 1.29 Trabajadores participantes en huelgas, 1990-95
Brasil (En porcentaje del empleo total)
México
Argentina Países desarrollados angloparlantes
Nicaragua América Latina
Rep. Dominicana
Europa Continental
Caribe
Bolivia Europa del Este
Chile Asia del Este
Mediana Europa
Venezuela Estados Unidos

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Continental, años
Panamá Mediana países noventa
Costa Rica desarrollados Brasil

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Uruguay angloparlantes, Perú
Ecuador años noventa Honduras
Paraguay Costa Rica
Perú Jamaica
El Salvador Nicaragua
Colombia Trinidad y Tobago
Honduras Chile
Ecuador
Guatemala Panamá
0 10 20 30 40 50 60 México
Densidad sindical (como porcentaje de la fuerza laboral urbana) 0 2 4 6 8 10 12 14 16

Años ochenta Años noventa Fuente: OIT (1997).

Fuente: OIT (1997) y base de datos de la OIT.

Gráfico 1.30 Grado de cooperación en las relaciones laborales


Según los empleadores, hay margen para (1 = de confrontación, 7 = cooperativo)
Europa Continental
mejorar las relaciones laborales. De acuerdo con el Estados Unidos
Países angloparlantes
World Economic Forum (2001), el grado de coope- Europa del Este
América Latina
ración en las relaciones laborales es bajo en Amé- Costa Rica
rica Latina. Esa información surge de las opiniones El Salvador
Rep. Dominicana
Perú
de una muestra de empleadores en cada país. El Panamá
Honduras
sistema de calificación varía de 1 a 7, donde 1 Ecuador
Chile
corresponde a un alto grado de conflicto y 7 al Nicaragua
México
Colombia
grado máximo de cooperación (gráfico 1.30). El Brasil
Argentina
valor medio para América Latina (4,3) es más bajo Guatemala
Bolivia
que el promedio de Europa Continental (5,15), Paraguay
Uruguay
Estados Unidos (5,0), otros países angloparlantes Venezuela
0 3,5 4 4,5 5 5,5 6
desarrollados (4,7) y Europa del Este (4,4). Sin
Fuente: World Economic Forum (2001).
embargo, como ocurre con las huelgas, en América
Latina la heterogeneidad dentro de la región es
mayor que entre regiones. Los empleadores de los
países de Centroamérica declaran que las relacio-
nes laborales son más cooperativas que los emple- En todos los países, el número de personas que
adores del Cono Sur. De acuerdo con sus contestó afirmativamente fue reducido (gráfico
calificaciones, Venezuela y Uruguay son los países 1.31). El país con el mayor porcentaje de personas
con las relaciones laborales más conflictivas de la que estuvieron de acuerdo fue México (donde hubo
región mientras que las de Costa Rica exhiben el pocas huelgas), mientras que Argentina y Paraguay
mayor espíritu cooperativo. obtuvieron porcentajes extraordinariamente bajos.
Asimismo, es importante evaluar el modo en Una vez más, es significativo que en la mayoría de
que los trabajadores califican las relaciones labora- los países de Centroamérica se considera que las
les. En la encuesta Latinobarómetro de 1997 se pre- relaciones laborales son de mejor calidad que en el
guntó a los encuestados si estaban de acuerdo con Cono Sur.
la siguiente declaración: “La relación laboral de los
empleadores con los empleados es satisfactoria.”
47

Un diagnóstico del mercado laboral en América Latina

Gráfico 1.31 Porcentaje que está de acuerdo con fue posible evaluar si, respecto de otras regiones,
“empleados tienen buenas relaciones con los empleadores” las relaciones laborales son anormalmente defi-
México cientes. En la región, el índice resumido señala que
Ecuador
Nicaragua las relaciones laborales son mejores en México y
Venezuela los países de Centroamérica que en el Cono Sur,
Colombia
sobre todo en Paraguay, Argentina y Uruguay. La

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Honduras
Panamá
mayor incidencia de despidos y desempleo en estos

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Bolivia
El Salvador últimos países posiblemente haya obstaculizado las
Costa Rica
Uruguay relaciones de largo plazo entre los trabajadores y
Chile empleadores del Cono Sur.
Perú
Brasil
Guatemala
Paraguay
Argentina
0 5 10 15 20 25 30 35
COMPROMISOS ENTRE EFICIENCIA,
EQUIDAD Y SEGURIDAD
Fuente: Latinobarómetro (1997).

En este capítulo se han desarrollado varios indica-


dores para evaluar el desempeño de los mercados
Gráfico 1.32 Calidad de las relaciones laborales laborales. Cabe preguntarse si estos podrían resu-
(Índice 0-1) mirse en un solo indicador. Aunque podría ser
México deseable hacerlo, agregar información no resultaría
Ecuador
Costa Rica útil porque cada indicador refleja distintas dimen-
Nicaragua
Honduras
siones de la evaluación que podrían entrar en con-
El Salvador flicto entre sí. Por ejemplo, muchos observadores
Colombia
Panamá elogian el desempeño satisfactorio de Estados Uni-
Perú dos por sus bajas tasas de desempleo y por la
Chile
Bolivia mayor habilidad que aparentemente tiene el mer-
Brasil
Venezuela
cado laboral de ese país para adaptarse a cambios
Uruguay en el entorno económico en relación con los mer-
Guatemala
Argentina cados laborales de Europa. Otros analistas subrayan
Paraguay
las altas tasas de desigualdad y la baja cobertura
0,0 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8 0,9
contra riesgos económicos en Estados Unidos con
Fuente: Cálculos del BID.
respecto a los países europeos.
Son los ciudadanos de un país quienes, a tra-
Indicador resumido de la calidad vés de sus instituciones políticas, deciden las carac-
de las relaciones laborales terísticas que tendrán los mercados laborales en
materia de eficiencia, equidad y cobertura de segu-
ros. Es posible que la ciudadanía de algunos países
En el gráfico 1.32 se resumen las relaciones labora- tolere menos el riesgo o la desigualdad, y eso se
les de los países de América Latina mediante una refleje en la política laboral global. Sin embargo, el
agregación de los puntos de vista de los trabajado- público y los encargados de las políticas deben
res y los empleadores. El índice resumido se cons- tener presente que puede haber importantes com-
truye estableciendo una escala de 0 a 1 para las plementariedades, pero también compromisos
respuestas y calculando el promedio simple de los entre esos componentes. Aunque las primeras son
dos indicadores. Lamentablemente, no se estable- positivas, los compromisos pueden ser un obstácu-
ció un país de referencia para este indicador por- lo para alcanzar la situación ideal. Por ejemplo,
que sólo se dispone de datos sobre las opiniones de muchos observadores atribuyen las tasas de des-
los trabajadores de América Latina. Por lo tanto, no empleo persistentemente altas de Europa a los
48

Capítulo 1

Gráfico 1.33 Medida resumen de eficiencia en el Gráfico 1.34 Eficiencia y equidad en el mercado laboral
comportamiento del mercado laboral (Índice 0–1)
(Índice 0–1)
0,8

México Guatemala Costa Rica


0,7 Argentina Venezuela Perú
Costa Rica México
Nicaragua Honduras
Chile

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Honduras 0,6 Uruguay Bolivia

Equidad
Ecuador

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Ecuador
Perú 0,5 Panamá Nicaragua
Chile
Guatemala 0,4
Venezuela
Panamá 0,3
Bolivia Brasil

Argentina 0,2
Brasil 0,3 0,35 0,4 0,45 0,5 0,55 0,6 0,65 0,7 0,75 0,8
Uruguay Eficiencia
0,0 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8
Fuente: Cálculos del BID basados en encuestas de hogares.

Fuente: Cálculos del BID basados en encuestas de hogares, Latinobarómetro (1997)


y World Economic Forum (2001).

¿En qué medida existen importantes compro-


misos entre la eficiencia, la seguridad y la equidad
altos niveles de protección social. Las transferen- en los países de la región? El gráfico 1.34 represen-
cias a los desempleados posiblemente atenúen la ta la relación entre el indicador de eficiencia del
urgencia de buscar empleo y alarguen el período de mercado laboral y el de equidad. Resulta llamativo
inactividad: los programas obligatorios de seguri- que no exista una relación negativa entre estas
dad social exigen contribuciones que pueden incre- variables. En general, cuando el mercado laboral es
mentar el precio de la mano de obra y reducir el más eficiente, los diferenciales salariales de los tra-
empleo. bajadores de características similares tienden a ser
¿Cómo varían la eficiencia, la seguridad social menos acentuados, y la equidad suele ser mayor.
y la equidad de un país a otro? Este capítulo ha ana- Esto no implica que si un país decidiera adoptar
lizado varios aspectos de eficiencia, que se agregan una política enérgica para modificar los precios del
para elaborar un indicador sintético de la eficiencia mercado a favor de los trabajadores no calificados,
del mercado laboral calculando el promedio de los por ejemplo, el desempleo no aumentaría o no sur-
tres índices siguientes: eficiencia en la asignación girían otros problemas en el mercado laboral.
de los recursos, eficiencia en la asignación del Por el contrario, el gráfico 1.35 sugiere que es
ingreso, y calidad de las relaciones del mercado posible que exista una relación negativa entre la
laboral. Este indicador agregado no sólo refleja la protección contra el riesgo y la eficiencia del mer-
eficacia con que el mercado asigna los recursos y el cado laboral. Los países donde los trabajadores
ingreso, sino también el grado en que los trabaja- están más asegurados contra el riesgo de perder sus
dores y los empleadores colaboran para alcanzar salarios son también aquellos donde peor funcio-
objetivos comunes en materia de ingreso y aumen- nan los mercados laborales. El gráfico 1.35 parece
to de la productividad. Los resultados se presentan indicar que la situación que se observa en Estados
en el gráfico 1.33. Según este indicador, los merca- Unidos y Europa también se aplica a América Lati-
dos laborales que mejor funcionan son los de Méxi- na. Sin embargo, esta relación debe analizarse con
co, Costa Rica, Nicaragua y Honduras, y los que cautela. En el capítulo 7 se examinan las caracte-
presentan las mejores oportunidades para efectuar rísticas de estos compromisos para una gama de
mejoras son los de Uruguay, Brasil, Argentina y políticas del mercado laboral. Los resultados pare-
Bolivia. cen indicar que sus características y magnitud
49

Un diagnóstico del mercado laboral en América Latina

Gráfico 1.35 Eficiencia y seguridad en el mercado laboral Gráfico 1.36 Seguridad y equidad en el mercado laboral
(Índice 0–1) (Índice 0–1)
0,8
0,60
Brasil
0,55 0,7 Perú Venezuela
Uruguay Argentina
Ecuador
México
0,50 0,6 Bolivia Uruguay
Argentina

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Panamá Venezuela

Equidad
Chile Ecuador
Seguridad

0,45 Chile 0,5

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Panamá
0,40
México 0,4
Perú
0,35
0,3
Brasil
0,30
0,2
0,25
Bolivia
0,1
0,20 0,2 0,25 0,3 0,35 0,4 0,45 0,5 0,55 0,6
0,3 0,35 0,4 0,45 0,5 0,55 0,6 0,65 0,7 0,75 0,8
Seguridad
Eficiencia
Fuente: Cálculos del BID basados en encuestas de hogares y datos de Djankov et al.
Fuente: Cálculos del BID basados en encuestas de hogares y datos de Djankov et al. (2003) y Heckman y Pagés (de próxima publicación).
(2003) y Heckman y Pagés (de próxima publicación).

dependen del tipo de políticas adoptadas y de la CONCLUSIONES


forma en que se implementan. El principio rector,
sin embargo, debe ser que en general las políticas En este capítulo se ha examinado el desempeño de
de seguro pueden tener efectos no deseados cuyo los mercados laborales en América Latina a partir
costo debe sopesarse detenidamente en relación de una evaluación de cómo asignan los recursos, el
con las posibles ventajas que pueden ofrecer. Por ingreso y los riesgos. Se han evaluado también las
último, en el gráfico 1.36 se examina en qué medi- características de las relaciones laborales de la
da existe un compromiso entre seguridad y equi- región. De este análisis surgen varias conclusiones.
dad. Una vez más, los datos parecen indicar que esa En primer lugar, a juzgar por las tasas de des-
hipótesis es válida. Si al incrementarse los niveles empleo, la duración del desempleo y las brechas de
de seguros los trabajadores se ven obligados a tra- las tasas de desempleo entre los distintos tipos de
bajar en sectores no sujetos a esa regulación, los trabajadores, los mercados laborales de América
diferenciales salariales entre sectores que tradicio- Latina no están asignando los recursos satisfacto-
nalmente gozan de esa protección –como el sector riamente. Durante los años noventa, y sobre todo a
manufacturero o las grandes empresas– y los secto- finales de la década, el desempleo alcanzó tasas
res no cubiertos –como el comercio minorista, la muy altas en relación con los niveles históricos y
construcción, o el empleo en la pequeña empresa– con las de otras regiones del mundo. Asimismo,
pueden aumentar, lo que reduce la equidad del puesto que menos del 50% de los trabajadores
mercado laboral. Si bien estas relaciones tienen están asegurados contra el riesgo de perder sus
que examinarse con cautela, la conclusión anterior empleos, es probable que el desempleo provoque
se mantiene. El público y las autoridades deben mayor angustia y sea más alarmante en América
tener presente que pueden existir relaciones de Latina que en otras regiones más desarrolladas,
compromiso y evaluar los beneficios y los costos de donde son comunes los mecanismos de seguro
las políticas del mercado laboral con sumo deteni- social. En América Latina estos mecanismos exis-
miento. ten, pero el grado de cumplimiento es mínimo; por
lo tanto, es necesario reconsiderar su diseño y la
medida en que se llevan a la práctica. Además, la
posibilidad de que exista un compromiso entre la
seguridad y la eficiencia, y entre la seguridad y la
50

Capítulo 1

equidad del mercado laboral, implica que toda ven- una educación y los que no cuentan con los recur-
taja que pueda reportar un mecanismo de seguro sos necesarios. Para reducir el grado de desigual-
debe sopesarse detenidamente en función de sus dad, se debería atacar el origen del problema, es
costos. Los mecanismos de seguro sólo pueden decir, las desigualdades en las capacidades. Para
mejorar los resultados globales del mercado laboral ello, deberán destinarse mayores recursos a la
si las ventajas que reportan contrarrestan el costo reducción de las tasas de deserción escolar de los

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


de crearlos. niños. Además, debe crearse un sistema de incenti-

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Segundo, las características del desempleo vos para que las personas que actualmente inte-
sugieren que, en realidad, las tasas de desempleo gran el mercado laboral inviertan en educación.
subestiman el problema de la asignación de los Estos incentivos podrían incluir subvenciones para
recursos en la región. Así, la corta duración del la educación de adultos o exoneraciones fiscales
desempleo y su mayor incidencia entre mujeres y para personas o empresas que invierten en la for-
jóvenes indicarían que los principales responsables mación de capital humano.
del ingreso de los hogares no cuentan con los Quinto, en promedio la remuneración de uno
medios necesarios para permanecer sin empleo y de cada dos trabajadores de la región es insuficien-
dedicarse a buscar trabajo durante períodos tan lar- te para financiar un nivel de consumo superior al
gos como otros trabajadores. Por otra parte, la fuer- umbral de pobreza, a menos que trabajen muchas
te concentración del desempleo entre mujeres y horas, tengan menos dependientes que el prome-
jóvenes podría ser un indicio de que a estos traba- dio o convivan con personas de ingresos más ele-
jadores les resulta difícil encontrar empleo e ingre- vados. Además, los aumentos salariales durante los
sar al mercado laboral. años noventa han sido bastante escasos. Este com-
Tercero, aunque aumentaron las tasas de des- portamiento no se debe tanto a los bajos niveles de
empleo, también lo hicieron las tasas de empleo escolaridad que caracterizan a la región o al excesi-
como consecuencia de la mayor tasa de participa- vo poder de negociación de los empleadores
ción de las mujeres. Además, algunas modalidades respecto de los trabajadores. En cambio, es con-
de empleo consideradas tradicionalmente como de secuencia directa de los bajos y estancados niveles
baja calidad han pasado a ser más comunes. Es el de la productividad del trabajo. Puesto que existe
caso de la proporción de trabajadores que trabajan una relación de uno a uno entre la productividad y
en la pequeña empresa. La proporción del trabajo los aumentos salariales, sería necesario priorizar
por cuenta propia y la de trabajadores familiares (no las políticas que fomenten la productividad de la
remunerados), en cambio, no presentó ninguna fuerza laboral. Un aumento de la cantidad y calidad
tendencia global discernible. Aunque no está claro de recursos que se invierten en la educación formal
que el aumento de la proporción de trabajadores en y en la capacitación práctica en el empleo podrían
la pequeña empresa deba considerarse un fenóme- incrementar la productividad. Sin embargo, sin una
no negativo, la disminución de la proporción de inversión complementaria que mejore el entorno
empleos que ofrecen las prestaciones que establece económico e institucional, los recursos adicionales
la ley parece indicar que la calidad del empleo se ha que se destinen al capital humano no reportarán
deteriorado durante los años noventa. grandes rendimientos.
Cuarto, pese a que las economías de América Sexto, también es probable que la baja calidad
Latina se caracterizan por una acentuada desigual- de las relaciones laborales sea un factor que contri-
dad salarial, la causa de este problema parece guar- buye al estancamiento y el bajo nivel de la produc-
dar relación con la pronunciada desigualdad en los tividad de la mano de obra. En América Latina, la
niveles de escolaridad de la fuerza laboral. El falta de cooperación, la desconfianza y los conflic-
mayor rendimiento de la educación podría ofrecer tos entre trabajadores y empleadores parecen ser
a las familias mayores incentivos para mantener a generalizados. Es evidente que esta situación no
los niños en la escuela, pero también podría favorece la inversión en tecnología y capacitación
ampliar la brecha entre los que pueden financiar que puede ofrecer una experiencia de trabajo posi-
51

Un diagnóstico del mercado laboral en América Latina

tiva y fomentar un crecimiento sostenible de la pro- capítulo 2 explora la dinámica de los mercados de
ductividad. trabajo mediante el análisis de datos de panel para
¿A qué se deben estos resultados decepcio- trabajadores y firmas. El capítulo 3 estudia la rela-
nantes? A lo largo del capítulo se han referido algu- ción entre la cambiante naturaleza de la oferta y los
nos factores. El estancamiento y el bajo nivel de la resultados laborales. El capítulo 4 examina el efec-
productividad de los trabajadores explican los bajos to de los shocks macroeconómicos en el comporta-

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


salarios y la lentitud con que estos crecen, pero ¿a miento del mercado de trabajo. El capítulo 5

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


qué se debe el aumento de la tasa de desempleo? analiza si los deficientes resultados laborales son
¿Se trata de un fenómeno persistente o es transito- una consecuencia de las ambiciosas reformas
rio? y si fuera transitorio, ¿por qué es tan elevado? estructurales de los años noventa. El capítulo 6
¿Por qué ha aumentado el rendimiento de la edu- indaga si el desarrollo tecnológico explica la evolu-
cación? ¿Es la globalización la causa de este fenó- ción del empleo y los salarios. El capítulo 7 estudia
meno? ¿O el cambio tecnológico? ¿Por qué ha el efecto de las regulaciones e instituciones en el
disminuido la proporción de empleos del sector for- desempeño de los mercados de trabajo. Por último,
mal? El resto de este informe tiene por objeto pro- el capítulo 8 explora las opciones de política con
fundizar el análisis del funcionamiento de los que cuentan los gobiernos para enfrentar los retos
mercados laborales y de los factores que inciden en en materia laboral.
su desempeño en América Latina y el Caribe. El
This page intentionally left blank

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub
Capítulo
2
La dinámica de los empleos

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.
y de los trabajadores:
el lado oculto
del mercado laboral

Aunque la mayoría de los estudios se concentran til de América Latina. Los factores idiosincrásicos
en los cambios netos en el empleo, el desempleo o de las firmas explican el alto grado de reasignación
la inactividad, los cambios netos relativamente del trabajo observado en la economía. Esta hetero-
pequeños en estas variables ocultan una gran acti- geneidad en las firmas también explica por qué se
vidad de reasignación en el mercado laboral. En un puede aumentar la productividad del conjunto de
año dado, en todos los países que aquí se examinan, la economía reasignando recursos de empresas con
gran número de empresas está ampliando su fuer- bajos niveles de productividad a aquellas que se
za laboral, mientras que al mismo tiempo muchas han vuelto más productivas. La continua reasigna-
otras la están reduciendo. Esto ocurre indepen- ción es a la vez producto y causa del aumento de la
dientemente de que la economía esté atravesando productividad. Una parte considerable del creci-
un período de expansión o de recesión. Estos gran- miento de la productividad a nivel agregado está
des niveles de reasignación suceden en todos los relacionada con la reasignación de trabajadores de
sectores económicos de actividad y en todas las empresas menos productivas a firmas más produc-
empresas sin importar su antigüedad ni su tamaño. tivas y de empresas ineficientes que salen del mer-
Estos resultados revelan que las economías de cado a compañías nuevas.
mercado son sumamente fluidas, exigen una rea- Si bien algunos trabajadores salen favorecidos
signación constante del empleo entre los diversos con la movilidad, la rotación involuntaria puede
puestos de trabajo, y tienen grandes flujos de tra- imponer grandes costos de bienestar. El alto grado
bajadores. En cada período un gran porcentaje de de rotación en los puestos de trabajo obliga a
trabajadores está cambiando de puesto de trabajo o muchos trabajadores a perder su empleo y a tener
entrando o saliendo del desempleo o la fuerza de que buscar un trabajo nuevo. Sin embargo, en
trabajo. No son los altos niveles de empleo informal América Latina la mayoría de los trabajadores está
los que impulsan estas elevadas tasas de rotación; mal preparada para este tipo de situación. Las for-
en América Latina dichas tasas también se encuen- mas actuales de seguridad social basadas en pagos
tran entre empresas registradas y trabajadores cali- obligatorios de indemnización por despido benefi-
ficados. cian solamente a una minoría. Por lo tanto, la
La evidencia sugiere que la mayor parte de las mayoría de los trabajadores no puede buscar
reasignaciones está asociada con factores específi- empleo en la forma apropiada porque no puede
cos de la empresa y no con shocks agregados. Esto permitirse permanecer sin ingreso. Así, estos tra-
es cierto aun en el macroentorno sumamente volá- bajadores se ven obligados a aceptar el primer tra-
54

Capítulo 2

bajo que se les ofrece, sin que siempre sus aptitu- puede ser una forma de evitar la destrucción de
des coincidan con los requisitos solicitados. Es muy emparejamientos eficientes entre trabajadores y
cierto que quienes quedan desempleados involun- empresas debido a problemas de liquidez.
tariamente aceptan trabajos con sueldos más bajos La evidencia presentada en este capítulo ofre-
que los que tenían en los empleos anteriores. El ce poco apoyo a la perspectiva dual del mercado
hecho de que estas pérdidas tiendan a ser mayores laboral. Esta perspectiva considera al sector infor-

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


para los trabajadores que cambian de sector o que mal como un sector marginal donde los trabajado-

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


están más calificados sugiere también que en el res tienen pocas probabilidades de progresar o de
proceso de desplazamiento se pierden algunas apti- avanzar hacia empleos formales. Sin embargo,
tudes específicas del antiguo empleo. Por lo menos, la evidencia empírica muestra que existe gran
cierta destrucción del empleo puede resultar inefi- movilidad entre el empleo formal y el informal,
ciente desde un punto de vista social. independientemente de la definición de formalidad
La evidencia del impresionante nivel de rea- considerada.
signación tanto de empleos como de trabajadores
así como la gran heterogeneidad en la productivi-
dad originan una nueva visión del mercado laboral EL FLUJO DE EMPLEOS
que tiene consecuencias importantes para las polí- Y TRABAJADORES
ticas económicas. En primer lugar, las economías
de mercado son sumamente fluidas y exigen una Resulta útil empezar el análisis de la dinámica del
reasignación constante de sus recursos (empleo) a mercado laboral con una evaluación de los cambios
actividades nuevas y más eficientes. Si el proceso en el empleo a nivel de empresas individuales,
de entrada y salida de nuevas firmas es el centro de para lo cual se requiere tener información de las
esta reasignación, las cargas burocráticas que firmas o plantas a través del tiempo (información
aumentan los costos de establecer una empresa de panel). Lamentablemente sólo unos pocos paí-
pueden socavar el crecimiento agregado. En segun- ses de la región cuentan con este tipo de datos. Por
do lugar, el hecho de que la rotación de trabajado- lo tanto, la cobertura de los países estudiados no es
res sea aun mayor que la reasignación de empleos tan amplia como en otros capítulos. A pesar de la
subraya la importancia de que aquellos tengan heterogeneidad de dichos países, los resultados son
aptitudes flexibles y que los países instituyan siste- asombrosamente coherentes.
mas de seguridad social que cubran al total de los La rotación total del personal se define como
trabajadores, a fin de reducir el costo de la inesta- la suma de la creación de empleos (nuevos emple-
bilidad laboral. En tercer lugar, el seguro social os generados en un año determinado) y la destruc-
no sólo desempeña una función importante en ción de empleos (antiguos empleos destruidos en
ajustar el consumo, sino que también puede un año dado). (En el recuadro 2.1 se exponen defi-
generar aumentos de la productividad al promover niciones más detalladas de las variables descritas
una mejor búsqueda de empleos. En cuarto lugar, en este capítulo). El gráfico 2.1 presenta el prome-
el papel dominante que tienen los factores idiosin- dio anual de creación y destrucción de empleos
crásicos de las firmas en su desempeño entorpecen para una muestra de 12 países.1 Los índices brutos
la efectividad de las políticas industriales para oscilan entre 8% y 20%, con lo que el nivel total de
fomentar empleo. Esto sucede primero porque lo rotación del empleo varía entre 16% y 35 %.
más probable es que la industria destinataria de la Para poner estas cifras en perspectiva, consi-
política esté compuesta tanto por firmas eficientes dérese que una tasa de 35% significa que en un año
como ineficientes, y en segundo lugar porque la dado se crea o se destruye aproximadamente uno
heterogeneidad de los shocks hace que sea más
difícil identificar el efecto definitivo de estas políti-
cas sobre el empleo y el desempeño de las firmas. 1 Alemania, Brasil, Canadá, Dinamarca, Estados Unidos, Estonia,
Por último, el desarrollo del mercado de crédito Finlandia, Francia, Italia, México, Nueva Zelanda y Suecia.
55

La dinámica de los empleos y de los trabajadores: el lado oculto del mercado laboral

Recuadro 2.1 Definiciones de los flujos brutos

Creación de empleos. La suma de cambios en el empleo empleo total promedio en los años t -1 y t. La creación de
para las empresas que aumentan su fuerza laboral entre los empleos por parte de las empresas que entran al mercado

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


años t -1 y t, dividida por el empleo total promedio en los es parte de la creación de empleos que se acaba de definir.

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


años t -1 y t.
Destrucción de empleos por parte de las empresas que salen
Destrucción de empleos. La negativa de la suma de cambios del mercado (salida). La negativa de la suma del empleo (en
en el empleo para las empresas que reducen su fuerza labo- el año t -1) para las empresas que salen del mercado entre
ral entre los años t -1 y t, dividida por el empleo total pro- los años t -1 y t, dividida por el empleo total promedio en los
medio en los años t -1 y t. Por construcción, la destrucción años t -1 y t. Por construcción esta estadística es positiva.
de empleos es positiva.
Índice de acceso. La suma de todos los trabajadores contra-
Tasa de empleo neta. La suma de cambios en el empleo para tados entre los años t -1 y t, dividida por el promedio del
todas las empresas entre los años t -1 y t, dividida por el número total de empleados en actividad en los años t -1 y t.
empleo total promedio en los años t -1 y t. Esta estadística es
igual a la creación de empleos menos la destrucción de Índice de separación del empleo. La suma de todos los tra-
empleos. bajadores que dejan una empresa entre los años t -1 y t,
dividida por el promedio del número total de empleados que
Rotación en el empleo o reasignación del empleo. La suma estaban trabajando en los años t -1 y t. Esta estadística inclu-
de los valores absolutos de los cambios en el empleo en las ye a los trabajadores despedidos, así como a los empleados
empresas, dividida por el empleo total promedio en los años que renuncian.
t -1 y t. Esta estadística es igual a la creación de empleos
más la destrucción de empleos. Rotación o reasignación de trabajadores. La suma de todos
los trabajadores que son contratados o que dejan una
Exceso de rotación. La rotación del empleo menos el valor empresa entre los años t -1 y t, dividida por el número pro-
absoluto de la tasa de empleo neta. medio de trabajadores en los años t -1 y t. Esta estadística
es igual a la suma de los índices de acceso y de separación.
Creación de empleos por parte de las empresas que entran
al mercado (entrada). La suma del empleo para las empre-
sas que entran al mercado en el año t, dividida por el Fuente: Davis y Haltiwanger (1999).

Gráfico 2.1 Flujos brutos de empleo, promedio anual


(En porcentaje del empleo) Promedio neto
del cambio de cada tres empleos. En comparación, los cambios
en el empleo
México (1994-2000) 6,0 en el empleo neto, es decir, la diferencia entre la
Brasil (1991-2000) 1,1 creación y la destrucción de empleos, son de apro-
Dinamarca (1983-89) 2,2 ximadamente un orden de magnitudes más peque-
Nueva Zelanda (1987-92) -0,1
Suecia (1985-92)
ño que el total de rotación del empleo. Por ejemplo,
-4,1
Canadá (1983-91) 2,6
en Brasil una tasa de creación neta de empleo de
Francia (1984-92) 0,7 1,1% al año esconde una impresionante reasigna-
Italia (1984-92) 1,2 ción en el mercado laboral: cada año se crea 16,1%
EE.UU. (1979-83) 1,5
del total de empleos, mientras que se pierde 15%.
Finlandia (1986-91) -1,6
Estonia (1992-94) -3,2
Esta constante reasignación de puestos de tra-
Alemania (1983-90) 1,5 bajo caracteriza tanto a los países desarrollados
-25 -20 -15 -10 -5 0 5 10 15 20 25
como emergentes (véase el gráfico 2.1). Las dos
Creación bruta de empleo Entrada economías latinoamericanas para las cuales se dis-
Destrucción bruta de empleo Salida pone de información de reasignación de empleo
Fuente: OCDE (1996); Davis y Haltiwanger (1999); Kaplan, Robertson y Martínez
—Brasil y México— muestran tasas de rotación que
(2003) y Menezes Filho et al. (2002). se encuentran dentro de los intervalos observados
56

Capítulo 2

Gráfico 2.2 Flujos brutos de empleo en la manufactura, Gráfico 2.3 Flujos brutos de trabajadores, promedio anual
promedio anual (En porcentaje del empleo)
(En porcentaje del empleo) Cambio neto
promedio
Canadá (1987-88)
Marruecos (1984-89) 6,5

México (1994-2000) 7,9 EE.UU. (2001)

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Chile (1980-99) 0,4
Brasil (1987-92)

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Canadá (1979-84) 0,6
Finlandia (1986-88)
Reino Unido (1981-91) -3,5

Israel (1970-94) 1,5 Italia (1985-91)

Colombia (1981-99) -0,8 México (1985-92)


EE.UU. (1973-88) -1,1
Alemania (1985-90)
Noruega (1976-86) -1,2
0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100
-20 -15 -10 -5 0 5 10 15 20 25
Rotación del empleo Rotación de trabajadores
Destrucción bruta de empleo Creación bruta de empleo
Fuente: Bertola, Boeri y Cazes (1999); Davis, Haltiwanger y Schuh (1996); Barnes y Haskel
Fuente: Cálculos del BID; Davis, Haltiwanger y Schuh (1996); Barnes y Haskel (2002); Kaplan, Robertson y Martínez (2003) y Menezes Filho et al. (2002).
(2002), Gronau y Regev (1997); Kaplan, Robertson y Martínez (2003) y Medina,
Meléndez y Seim (2003).

en países desarrollados. Como los datos de estos ven obligados a reubicarse en nuevos trabajos o a
dos países provienen de los registros de seguridad salir del empleo para quedar ya sea cesantes o
social, en este caso los altos índices de rotación no fuera de la fuerza de trabajo. Sin embargo, los tra-
derivan de altas tasas de empleo informal.2 Por el bajadores también cambian de empleo o estatus
contrario, los datos muestran que hay altas tasas de laboral como consecuencia de sus propias decisio-
rotación dentro de empresas del sector formal. Una nes personales. Por lo tanto, la rotación de trabaja-
parte importante de las reasignaciones de empleo dores es mayor que la rotación de empleos. El
ocurre en empresas que despegan o que cierran gráfico 2.3 presenta la reasignación de empleos y
cada año. Las firmas nuevas que entran al mercado trabajadores en cinco países desarrollados (Alema-
explican un 40% de la creación total de empleos, nia, Canadá, Estados Unidos, Finlandia e Italia) y
mientras que 30% de la destrucción de empleos se en dos países en desarrollo (Brasil y México). Allí
debe a las empresas que cierran. se muestra que los flujos de trabajadores son mayo-
En todos los sectores de la economía se obser- res que los flujos brutos de empleo por un factor de
van altos índices de rotación en el empleo. En los tres. Por cada empleo creado o eliminado en un
nueve países para los cuales se dispone de datos año, aproximadamente tres trabajadores cambian
relativos a la manufactura, estos índices oscilan de un empleo a otro o bien modifican su situación
entre 15% y 30% (gráfico 2.2). En cuanto a la eco- laboral.3 Una vez más, México y Brasil tienen nive-
nomía en su conjunto (gráfico 2.1), los niveles de les de reasignación de empleos y de trabajadores
reasignación del empleo en el sector manufacture- que se encuentran dentro de los márgenes obser-
ro en los países de América Latina de los cuales se vados para los países desarrollados que se incluyen
dispone de datos (Chile, Colombia y México) son en la muestra.
comparables a los de los países desarrollados (grá-
fico 2.2). Se trata de un resultado sorprendente si se
consideran las diferencias en las legislaciones labo-
rales de los distintos países (véase el capítulo 7). 2 Los altos niveles de creación de empleo en México podrían refle-
jar un aumento en el número de trabajos en los que se pagan los
Los flujos de empleo están relacionados con beneficios de la seguridad social.
los flujos de trabajadores. A medida que las empre- 3 La situación laboral puede ser: empleado, desempleado o inactivo

sas cierran puestos de trabajo, los trabajadores se (que no forma parte de la fuerza laboral).
57

La dinámica de los empleos y de los trabajadores: el lado oculto del mercado laboral

Este nivel extremo de reasignación de empleo Gráfico 2.4 Rotación laboral por tipo de shock
supone un alto grado de heterogeneidad en el com- (En porcentaje del empleo)

portamiento de las empresas. Incluso dentro de


una misma industria, las firmas deben hacer frente EE.UU. (1973-88)
a una amplia gama de shocks que inciden en la
demanda de sus productos, los costos de sus insu-

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Marruecos (1984-89)

mos y su tecnología de producción. El resultado es

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


una gran heterogeneidad de los niveles de produc- México (1994-2000)

tividad y empleo a nivel de firmas.


Hay tres tipos de factores que pueden impul- Chile (1980-99)

sar cambios en el empleo dentro de las empresas:


Colombia (1981-99)
shocks específicos a las firmas (idiosincrásicos),
shocks al sector y shocks agregados al total de la 0 5 10 15 20 25 30 35

economía. Los factores idiosincrásicos a la firma


Agregado Sectorial (entre sectores)
guardan relación con los cambios en la demanda Idiosincrásico (dentro del sector)
específica de sus productos, cambios en el costo de
Fuente: Cálculos del BID; Davis, Haltiwanger y Schuh (1996); Barnes y Haskel (2002);
sus insumos o cambios en la tecnología utilizada. Bergoeing, Hernando y Repetto (2003); Kaplan, Robertson y Martínez (2003), Medina,
Los shocks del sector se producen debido a modifi- Meléndez y Seim (2003); Menezes Filho et al. (2002), y Roberts y Tybout (2003).

caciones en el precio, la tecnología o el costo de los


insumos a nivel sectorial. Por su parte, los shocks
agregados afectan al conjunto de las firmas y están muestra que en Colombia las tasas del exceso de
asociados con cambios en las condiciones macroe- rotación en el sector manufacturero (es decir, rota-
conómicas de un país. ción neta del efecto de los shocks agregados)
¿Cuál es la importancia relativa de los shocks aumentaron después de 1992.6 El gráfico también
agregados, los del sector y los idiosincrásicos a la revela una tendencia hacia un mayor exceso de rea-
empresa para explicar la reasignación de empleos? signación en Chile y Brasil durante los años noven-
El gráfico 2.4 muestra que la parte más sustancial ta. En cambio, en México la rotación disminuyó en
de la reasignación está relacionada con los shocks ese mismo período. En principio, el crecimiento de
idiosincrásicos y no con los shocks agregados. Este los índices de rotación podría asociarse con una
resultado es sorprendente dada la volatilidad de las mayor reasignación en todos los sectores de activi-
economías latinoamericanas.4,5 Estos resultados dad originada por las reformas comerciales de largo
implican que los factores idiosincrásicos juegan alcance que la mayoría de los países de la región
un papel predominante en el desempeño de las adoptó durante la década del noventa. Sin embargo,
firmas individuales, aun dentro de sectores estre- según se señala en el capítulo 5, no hay una aso-
chamente definidos. Esta gran heterogeneidad en ciación estadística entre las reformas comerciales y
el desempeño de las empresas explica por qué hay una mayor reasignación a través de distintos secto-
un gran nivel de rotación en el mercado. (El recua- res de la economía. Por lo tanto, si las reformas
dro 2.2 describe la importancia de los shocks idio- estructurales generaron una reasignación, este
sincrásicos). efecto surgió de una reasignación creciente dentro

LA REASIGNACIÓN EN EL TIEMPO 4 Véase Davis, Haltiwanger y Schuh (1996) para una descripción de
la metodología de esta descomposición.
Algunos estudios basados en datos de encuestas de 5 Por supuesto, la importancia relativa de los shocks del sector
depende de la definición de los sectores. En este caso, se definieron
hogares indican que la movilidad de los trabajado- los sectores utilizando la clasificación de cuatro dígitos SITC.
res aumentó en varios países de la región durante 6 El gráfico 2.5 muestra la reasignación excesiva (véase el recuadro

los años noventa (Saavedra, 2003). El gráfico 2.5 2.1, donde se presenta una descripción).
58

Capítulo 2

Recuadro 2.2 La importancia de los shocks idiosincrásicos

El siguiente gráfico presenta la distribución del índice de cre- Esta heterogeneidad en el empleo tiene su contrapar-
cimiento anual del empleo para empresas manufactureras y tida en la productividad en el trabajo. El gráfico muestra el

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


productos del sector de pastelería en Chile en 1995. En el nivel (logaritmo de la desviación del promedio) y el índice de

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


sector manufacturero el empleo creció al 1%, pero más de crecimiento de la productividad laboral de las empresas de
21% de las empresas redujo el empleo en más de 15%; 6% la industria de productos de pastelería en Chile. Las empre-
cerró y 9% empezó a funcionar. Esta heterogeneidad pro- sas del percentil 75 tenían una productividad laboral tres
viene principalmente de las diferencias dentro de subsecto- veces más alta que las empresas del percentil 25; la diferen-
res estrechamente definidos. El gráfico se concentra en cia es de más de 10 veces entre el percentil 10 y el 90. Aun-
particular en la industria de productos de pastelería (SITC que la productividad laboral en toda la industria
3117), y muestra un nivel de heterogeneidad similar al permaneció casi constante en el período 1994-95, más de
observado para todo el sector manufacturero. 25% de los establecimientos mostraron una disminución en
la productividad en el trabajo superior al 15%.

Distribución del crecimiento del empleo en Chile, 1995


a. Manufactura b. Industria de productos de pastelería
0,25

0,20
0,25

0,20

0,10
0,10

0 0
-2 -0,5 -0,2 0 0,2 0,5 2 -2 -0,5 -0,2 0 0,2 0,5 2

Distribución de la productividad laboral en la industria de productos de pastelería en Chile, 1995


c. Niveles (logaritmo de la desviación del promedio) d. Tasa de crecimiento (sin entrada o salida de firmas)
0,15

0,15

0,10
0,10

0,05
0,05

0 0
-4 -2 -1 0 1 2 -1 -0,5 -0,2 0 0,2 0,5 1

Fuente: Cálculos del BID.


59

La dinámica de los empleos y de los trabajadores: el lado oculto del mercado laboral

Gráfico 2.5 Exceso de rotación laboral a través del tiempo Gráfico 2.7 Productividad laboral por antigüedad
(En porcentaje) del establecimiento en Colombia y Chile
35 (En porcentaje)
Edad

Nacimiento
30

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


25

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


2

20 3

4
15

5-9
10
1980 1982 1984 1986 1988 1990 1992 1994 1996 1998 2000 10 años
y más
0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100
Brasil Chile Colombia México
Productividad laboral (en porcentaje)

Fuente: Bergoeing, Hernando y Repetto (2003); Kaplan, Robertson y Martínez (2003); Colombia (1987-99) Chile (1990-99)
Medina, Meléndez y Seim (2003); Menezes Filho et al. (2002).
Nota: La productividad laboral es relativa a los establecimientos con diez o más años.
Fuente: Cálculos del BID; Bergoeing, Hernando y Repetto (2003) y Medina, Meléndez
y Seim (2003).
Gráfico 2.6 Rotación laboral por antigüedad del establecimiento
(En porcentaje del empleo)
revela que la entrada y la salida de las firmas expli-
40
can una parte importante de la rotación en el
empleo. Estos modelos sugieren que las compañías
tal vez atraviesen un proceso de aprendizaje en el
30 cual el método de ensayo y error cumple una fun-
ción importante. Esto queda confirmado por la
observación de que tanto en Colombia como en
20 Chile las empresas más jóvenes tienen mayores
niveles de reasignación (gráfico 2.6). Más aún,
dichas empresas tienden a ser menos productivas
10
1 2 3 4 5-9 + de 10 que las que han estado funcionando por un perío-
Antigüedad (en años) do más largo (gráfico 2.7).
El hecho de que las firmas más jóvenes expe-
Chile Colombia EE.UU.
rimenten índices de rotación más altos sugiere que
Fuente: Bergoeing, Hernando y Repetto (2003); Davis, Haltiwanger y Schuh (1996);
Medina, Meléndez y Seim (2003) y cálculos del BID. al entrar al mercado estas no están seguras de sus
costos de producción ni de la demanda de sus pro-
ductos. Sus dueños o gerentes ajustan continua-
de sectores estrechamente definidos; es decir, un mente la producción y la fuerza laboral sobre la
crecimiento de la heterogeneidad en el desempeño base del conocimiento que adquieren sobre la mar-
individual de las empresas. cha de las condiciones del mercado y de sus costos
de producción. Algunos de ellos se dan cuenta de
que no pueden seguir en el mercado y cierran des-
LA REASIGNACIÓN COMO FUENTE pués de un breve período en operación.
DE AUMENTO DE LA PRODUCTIVIDAD A medida que las empresas envejecen, el pro-
ceso de aprendizaje se hace más lento y los cam-
La evidencia suministrada hasta ahora indica que bios en el empleo se tornan más pequeños y menos
los altos índices de reasignación del empleo se frecuentes. En Chile la probabilidad de que un
deben a factores propios de las empresas. También nuevo participante en el mercado se retire después
60

Capítulo 2

Gráfico 2.8 Índice del costo de nacimiento Gráfico 2.9 Tamaño relativo de las nuevas firmas
de los establecimientos por región con respecto a las existentes
(En porcentaje)

América Latina Finlandia


Chile
Europa del Este Dinamarca

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Italia
África Subsahariana Francia

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Colombia
Medio Oriente
y Norte de África Holanda
Reino Unido
Asia del Este Portugal
Alemania
Países desarrollados EE.UU.
0 20 40 60 Canadá
0 20 40 60 80
Nota: Para cada región el índice corresponde a la mediana del rango de los países.
Un rango más bajo implica menor costo para iniciar una firma. Manufactura Sector de servicios
Fuente: World Economic Forum (2003). Sector de negocios a las empresas

Fuente: Scarpetta et al. (2002); Medina, Meléndez y Seim (2003) y cálculos del BID.

de un año es de 11%. Después del primer año la


probabilidad de dejar el mercado disminuye a ses son más grandes que las que lo hacen en Cana-
medida que aumenta la edad de la empresa. Des- dá, Reino Unido y Estados Unidos, pero compara-
pués de una década en funcionamiento la probabi- bles a las de Francia e Italia (gráfico 2.9).
lidad de salida se reduce a 5-7%. Este proceso de La productividad de una economía tal vez
aprendizaje también explica por qué las firmas se crezca porque las empresas existentes se tornan
vuelven más productivas a medida que aumenta su más productivas a medida que pasan los años y
edad. Con el tiempo, desarrollan formas de produ- adquieren experiencia e invierten en nuevas for-
cir de manera más eficiente, lo que conduce a una mas para producir, porque las firmas menos pro-
curva de aprendizaje en la cual las empresas madu- ductivas salen del mercado (selección) o se
ras tienden a tener un mayor nivel de productivi- reducen, mientras que las más productivas se
dad, pero menores niveles de crecimiento de la amplían (reorganización). Para determinar qué
productividad. parte del crecimiento de la productividad se debe a
El proceso de ensayo y error es importante cada uno de estos factores, el crecimiento agregado
para el crecimiento. En los países que tienen bajos de la productividad laboral puede dividirse en tres
costos de entrada y salida, los empresarios inician componentes: 1) crecimiento de la productividad
muchos proyectos y mantienen los que finalmente en los establecimientos existentes, 2) crecimiento
son exitosos. En los países con costos altos de entra- de la productividad derivado de cambios en la par-
da y de salida, los incentivos para que los empresa- ticipación en el mercado de las empresas existentes
rios experimenten son limitados y es posible que con distintos niveles de productividad, y 3) creci-
muchos buenos proyectos nunca se sometan a prue- miento de la productividad resultante de la reasig-
ba.7 Se conoce muy poco acerca de los costos de la nación de trabajadores de firmas que salen del
experimentación. Sin embargo, el gráfico 2.8 sugie- mercado a otras más productivas que entran al
re que en América Latina el costo de empezar una mercado. Este procedimiento contable no toma en
nueva empresa es bastante alto. Esto se refleja en el
hecho de que en Chile y en Colombia, por ejemplo,
el tamaño de los que entran al mercado comparado
con el de los que ya están establecidos es de 60% y 7Los costos de no experimentar son todavía mayores considerando
45%, respectivamente. En términos relativos, las que los empresarios exitosos podrían generar externalidades positi-
vas al revelar la ventaja comparativa de un país (Hausmann y
empresas que ingresan en el mercado en estos paí- Rodrik, 2002).
61

La dinámica de los empleos y de los trabajadores: el lado oculto del mercado laboral

cuenta que las interacciones estratégicas entre las Gráfico 2.10 Descomposición del crecimiento de la productividad
(En porcentaje)
empresas pueden impulsar importantes interaccio- Tasa de
crecimiento anual
nes entre los tres componentes del crecimiento de
Colombia 1992-97 5,3
la productividad agregada. Por ejemplo, el ingreso Chile 1992-97 3,0
de nuevas firmas puede estimular las inversiones EE.UU. 1992-97 3,0
1987-92 1,6
que aumenten la productividad en las empresas ya

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Reino Unido 1992-97 3,1
1987-92 2,5
establecidas con el fin de mantener su participa-

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Portugal 1992-97 4,7
ción en el mercado. 1987-92 5,3
Holanda 1992-97 4,1
El gráfico 2.10 presenta la descomposición del 1987-92 2,3
Italia 1992-97 4,3
crecimiento de la productividad en el sector manu- 1987-92 3,9
Alemania 1992-97 2,1
facturero a intervalos de cinco años.8 La muestra
Francia 1987-92 2,3
incluye ocho países desarrollados y dos economías Finlandia 1989-94 5,2
1987-92 5,0
de América Latina. Los resultados indican que el -75 -25 25 75 125 175

aumento de la productividad en los establecimien- Crecimiento dentro de las firmas Entrada de firmas
tos existentes genera la mayor parte del crecimien- Reubicación del producto entre Salida de firmas
las firmas existentes
to en la productividad agregada (de 50% a 85%). El
componente de reorganización suele ser pequeño. Fuente: Scarpetta et al. (2002), Bergoeing, Hernando y Repetto (2003); Medina, Meléndez
y Seim (2003).
El componente de entrada y salida es positivo en
casi todos los casos excepto en uno y se le atribuye
entre 20% y 40% del crecimiento total de la pro- entrada y salida. También se ha determinado que la
ductividad. Al considerar el caso de América Lati- reasignación es importante para explicar el creci-
na, el componente de salida es más bajo que para miento total de la productividad (Barnes y Haskel,
Estados Unidos, pero comparable al de Italia, Fran- 2002; Scarpetta et al., 2002). Por ende, altos costos
cia, Finlandia y Holanda. de ajustar el empleo podrían limitar el crecimiento
En general, el proceso de selección contribu- de la productividad.
ye al crecimiento de la productividad porque las
empresas que salen del mercado tienen menor pro-
ductividad que las que entran. Estas últimas redu- LA ESPECIFICIDAD
cen la productividad agregada porque apenas
ingresan en el mercado tienen, en promedio, una Un factor de producción es específico a una empre-
productividad más baja en comparación con las fir- sa cuando su contribución a la producción dentro
mas ya establecidas. Este es el caso de Chile, aun- de aquella es mayor que su contribución fuera de
que el gráfico 2.9 muestra que usualmente las la firma. Para los trabajadores, esta especificidad
empresas que ingresan al mercado son grandes. En podría surgir de una capacitación especializada, de
general, la baja productividad promedio de las nue- la experiencia lograda en el empleo que sólo es per-
vas firmas se explica por el hecho de que estos tinente en el lugar de trabajo actual, o del tiempo
empresarios todavía no han experimentado el necesario para buscar un nuevo empleo. A su vez,
aprendizaje, ni ha ocurrido tampoco el proceso de el capital puede ser propio de una empresa porque
selección. se ha adaptado a un proceso y a una ubicación
Para resumir, en el gráfico 2.10 se sugiere que especiales, o porque vale menos en manos de otros
el proceso de reasignación, que incluye el compo- trabajadores o empresarios.
nente de las diferencias entre las empresas y el de
entrada y salida, corresponde a aproximadamente 8 Las descomposiciones de la productividad dependen del período

15% a 50% del crecimiento de la productividad en el cual se calcula el crecimiento de la misma. Mientras más largo
sea el período, mayor será la importancia de cualquier entrada y
agregada en la muestra. En los países desarrollados salida en el crecimiento agregado de la productividad. Cuando el
período aumenta, una fracción mayor de las empresas o bien sale
estos resultados se han interpretado como una indi- o entra, y una fracción mayor de sus procesos de aprendizaje sobre
cación de la importancia de tener costos bajos de la marcha es la que influye en el componente de entrada-salida.
62

Capítulo 2

Si los empleadores y los trabajadores compar- Gráfico 2.11 Rotación laboral


(En porcentaje)
ten los beneficios de esta especificidad, ambas par-
a. Empleos de administrativos y operarios
tes tienen incentivos para mantener la relación
laboral. De aquí que la especificidad pueda repre-
sentar una protección contra los shocks idiosincrá- Chile
sicos de la empresa, los del sector o los agregados

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


y, por lo tanto, reducir la volatilidad del empleo. De

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


hecho, los empleadores se mostrarán más reacios a
Colombia
despedir a aquellos trabajadores difíciles de reem-
plazar. Por lo tanto, las variaciones en la especifici-
dad laboral podrían explicar diferencias en la
Uruguay
volatilidad del empleo entre los diferentes tipos de
trabajadores.
0 5 10 15 20 25 30 35 40
Es probable que la especificidad esté asociada
Administrativos Operarios
positivamente con el nivel de capital humano. En
consecuencia, cabría prever niveles de rotación b. Quintil salarial
más altos para los empleos de menor calificación
(Mincer y Jovanovic, 1981; Bulow y Summers, Muy alto
1986). Por eso, resulta sorprendente que en Chile,
Colombia y Uruguay los empleos de operario y Moderadamente
alto
administrativo no muestran esta relación, según la
medida de reasignación del empleo del gráfico Promedio
2.11a. Contrariamente a la hipótesis de que la rota-
Moderadamente
ción en el empleo disminuye con la especificidad, bajo
el gráfico muestra que en Chile y Colombia, los tra-
bajos para operarios parecen ser más estables que Muy bajo

los administrativos en la manufactura. (En Uru- 0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50


guay ocurre lo opuesto, aunque la diferencia en la
Chile (1986-99) México (1993-2000)
rotación entre los empleos para operarios y emple- EE.UU. (1973-86)
ados de oficina es pequeña y no estadísticamente
Nota: Los datos de rotación laboral para México y Uruguay corresponden solo a firmas
significativa.9) con continuidad.
Una posible explicación es que la suposición Fuente: Cálculos del BID; Bergoeing, Hernando y Repetto (2003); Medina, Meléndez
y Seim (2003); Casacuberta, Fachola y Gandelman (2003); Davis, Haltiwanger y Schuh
implícita de que los operarios son menos califica- (1996).
dos que los administrativos es incorrecta. Otra
forma de enfocar el problema es sustituir la especi-
ficidad con el nivel promedio de salarios de una para las firmas con salarios muy altos. Esta relación
empresa. Se prevé que las firmas que pagan suel- negativa es monotónica y no cambia aunque se
dos más altos empleen a trabajadores más califica- mantengan constantes otras características de la
dos. Según esta medida, la reasignación disminuye empresa como el sector, la antigüedad y el tamaño.
obviamente con el nivel de calificación. En el grá- Estos resultados sugieren que la mayor parte de la
fico 2.11b se mide la reasignación del empleo para carga de la reasignación del empleo recae en los
diferentes quintiles de salarios y se muestra que trabajadores con bajos niveles de capital humano y
mientras más alto sea el nivel de capital humano (y por ende bajos salarios.
por ende de salarios), más bajo será el nivel de rea-
signación. Por ejemplo, la rotación en el empleo
para las empresas mexicanas que pagan sueldos 9Los datos sobre reasignación del empleo en Uruguay correspon-
muy bajos es casi el doble de los flujos de empleo den a empresas manufactureras que tienen continuidad.
63

La dinámica de los empleos y de los trabajadores: el lado oculto del mercado laboral

EL TAMAÑO DE LA EMPRESA Gráfico 2.12 Tamaño de la firma y rotación laboral


en la manufactura
(En porcentaje del empleo)
En general, las empresas pequeñas tienen mayores
50
probabilidades de salir del mercado y de pagar suel-
dos más bajos que las empresas más grandes. Por lo 45

tanto, se prevé que la rotación será más alta en las

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


40

primeras que en las segundas. Los datos disponi-

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


35
bles confirman que hay una fuerte asociación entre
30
el tamaño de la firma y los índices de rotación
25
(véase el gráfico 2.12). Para cada uno de los cinco
países del gráfico 2.12, hay una relación monotóni- 20

ca negativa entre el tamaño de la empresa y la rea- 15

signación del empleo. En Brasil, por ejemplo, los 10


Menos de 50 50-100 100-250 más de 250
establecimientos con menos de 50 empleados tie-
Número de trabajadores
nen en promedio un nivel de reasignación del
Brasil Chile Colombia México EE.UU.
empleo que duplica el de las empresas con 250 o
más empleados. Fuente: Cálculos del BID; Bergoeing, Hernando y Repetto (2003); Davis, Haltiwanger
y Schuh (1996); Kaplan, Robertson y Martínez (2003); Medina, Meléndez y Seim (2003)
y Menezes Filho et al. (2002).

DESTRUCCIÓN EXCESIVA Y SHOCKS


DE LIQUIDEZ empleo; los resultados sugieren que los trabajado-
res desplazados sufren reducciones considerables
En las secciones anteriores se trató la importancia en los salarios en sus nuevos empleos.10
de un mercado laboral fluido para que ocurran los ¿Por qué las empresas destruirían empleos de
procesos de aprendizaje, reorganización y selec- manera ineficiente? Una explicación posible es que
ción. Se recalcaba allí que en caso de incertidum- cuando los shocks negativos las golpean, los mer-
bre en la demanda o en el tipo de tecnología que cados de capital, que son imperfectos, limitan la
debería emplearse, la estructura óptima de produc- capacidad de las firmas para mantener a sus traba-
ción sólo podía encontrarse por medio del método jadores valiosos, lo que conduce a la destrucción de
de ensayo y error. Un mercado laboral fluido es empresas y empleos rentables. Es probable que
también el centro del proceso schumpeteriano de este factor sea importante en muchos países de
la destrucción creativa. De acuerdo con este punto América Latina que tienen mercados financieros
de vista, la productividad agregada aumenta gracias subdesarrollados. Hasta la fecha, ningún estudio ha
a la incorporación constante de nuevas tecnologías analizado si el subdesarrollo del mercado de capita-
que desplazan a las obsoletas. Las empresas que les conduce a la destrucción ineficiente de emple-
incorporan procesos de producción nuevos y efi- os. Sin embargo, la evidencia indirecta sugiere que
cientes aumentan su participación en el mercado y particularmente las firmas pequeñas pueden verse
obligan a los productores ineficientes a cerrar. gravemente limitadas en su capacidad para obtener
Estos mecanismos suponen que la reasigna- créditos y destruir demasiados empleos. Por ende,
ción del empleo es eficiente desde el punto de vista los resultados del cuadro apéndice 2.1 muestran
social, y que los obstáculos a la misma reducen el que las empresas pequeñas tienen altos niveles de
bienestar. Pero tal vez no sea siempre así. En las reasignación aun después de controlar por el tiem-
secciones siguientes se exponen casos en que la
creación y la destrucción de empleos son ineficien-
tes desde el punto de vista social. Las pruebas que
10 Véanse Hall (1995) y Jacobson, LaLonde y Sullivan (1993), quie-
sustentan esta perspectiva provienen en parte de
nes proporcionan información sobre Estados Unidos. En las seccio-
estudios de los costos privados de la separación del nes siguientes se presentan datos de la región.
64

Capítulo 2

po que están en el mercado, su sector de actividad puede aportar logros sustanciales en el bienestar,
y su nivel de salarios.11 Una explicación a este exce- para otros el proceso de reasignación no es sencillo.
so de rotación podría ser que las firmas pequeñas La ausencia generalizada de seguro social podría
tienen menores costos de ajuste y, por lo tanto, sus explicar por qué los ciudadanos latinoamericanos
niveles de empleo reaccionan más a los shocks. están especialmente preocupados por conservar
Caballero, Engel y Micco (2003) no encuentran res- sus empleos.

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


paldo para esta última hipótesis. Una suposición

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


alternativa es que las empresas pequeñas se ven
más limitadas en su crédito y, por lo tanto, son más LA PÉRDIDA DE BIENESTAR
vulnerables a la destrucción ineficiente cuando ASOCIADA AL DESPLAZAMIENTO
deben hacer frente a un shock de liquidez.
Desde el punto de vista de un trabajador, la crea-
ción y la destrucción continua de empleos genera
FLUJOS DE TRABAJADORES oportunidades e incertidumbre. Por una parte, los
Y BIENESTAR grandes flujos de creación de empleos permiten a
los trabajadores optar por mejores empleos. Este
En las economías de mercado la reasignación cons- proceso de reasignación está asociado generalmen-
tante de la fuerza laboral es un motor clave del cre- te con aumentos en el bienestar de los trabajadores.
cimiento de la productividad y los salarios. Sin Por otra parte, la destrucción de grandes flujos de
embargo, el proceso de reasignación también trabajo supone que los trabajadores siempre deben
puede generar grandes costos a los trabajadores hacer frente a la amenaza de la pérdida del empleo.
desplazados si encontrar un nuevo empleo les toma La forma en que esta reasignación constante influ-
tiempo o si tienen que aceptar trabajos en los que ye en el bienestar de los trabajadores depende de
se les paga menos que en sus puestos anteriores. tres factores: el riesgo de desempleo, la pérdida de
Las encuestas de opinión sugieren que la movilidad ingreso a corto plazo asociada con el desempleo, y
podría imponer costos sustanciales a los trabajado- las posibles pérdidas permanentes de ingresos que
res. De acuerdo con Latinobarómetro —una encues- se producen al aceptar trabajos en los que se paga
ta de opinión pública realizada anualmente en los menos que en los anteriores.
países de América Latina—, en 1996, 85% de los lati- Las ganancias que dejan de percibirse y la
noamericanos estaban desempleados o preocupa- duración del período de desempleo determinan las
dos por perder su trabajo (gráfico 2.13a). En 2001 pérdidas de ingreso a corto plazo asociadas con el
este sentimiento de malestar había aumentado en desempleo. Obviamente, la existencia de alguna
11 de los 17 países donde se realizó la encuesta. forma de seguro social (como el seguro de desem-
Esta inquietud se nota incluso en países como pleo o las indemnizaciones obligatorias por despi-
México, Costa Rica y Guatemala, donde los índices do) mitiga dichas pérdidas. Además, cuanto
de desempleo están por debajo de 6%. En compa- mayores sean las probabilidades de encontrar un
ración, los trabajadores están más preocupados por trabajo similar al perdido o mejor que este, menor
sus empleos en América Latina que en Europa, será la pérdida de bienestar asociada con un perío-
aunque los datos disponibles sugieren que los índi-
ces de rotación son parecidos en ambas regiones.
Así, según el Eurobarómetro, apenas 32% de los 11 En todas las especificaciones las variables ficticias (dummies)
trabajadores de Europa se sentían inseguros acerca para las empresas más grandes son negativas, lo que indica que
de sus empleos en 1996 (gráfico 2.13b).12 ¿Qué fac- estas firmas tienen en promedio un nivel más bajo de reasignación
de empleos aun después de ajustar por edad y niveles de salarios.
tores explican estas diferencias? 12 Los cálculos se realizaron a partir de Gallie (1997) para Alema-
Las siguientes secciones evalúan si la reasig- nia Oriental, Alemania Occidental, Austria, Bélgica, Dinamarca,
nación es costosa para los trabajadores. Sucede que España, Finlandia, Francia, Grecia, Holanda, Italia, Luxemburgo,
Portugal, Reino Unido y Suecia, sobre la base de datos del Euroba-
si bien para muchos la movilidad en el empleo rómetro (1996).
65

La dinámica de los empleos y de los trabajadores: el lado oculto del mercado laboral

Gráfico 2.13 Resultados de encuestas de opinión trata, por ejemplo, de quienes acaban de ingresar
a. Personas sin trabajo o preocupadas por perderlo en el mercado laboral (en general, jóvenes), quie-
(En porcentaje) nes entran y salen de este mercado de manera
Perú intermitente (vgr., las mujeres), o quienes tuvieron
Nicaragua un período anterior de desempleo. En el capítulo 7
México
se analizan el nivel y la disponibilidad del seguro

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Ecuador
Panamá
El Salvador social. Las dos secciones siguientes se dedican a las

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Paraguay
Venezuela probabilidades de perder y encontrar un trabajo, y
Bolivia a las condiciones en las cuales se sale del desem-
Colombia
Argentina pleo que determinan el costo de este a largo plazo.
Guatemala
Honduras
Chile
Brasil
Costa Rica
Uruguay
LA PROBABILIDAD DE PERDER
60 65 70 75 80 85 90 95 100 O ENCONTRAR UN EMPLEO
Promedio 1996-97 Promedio 2000-01
Durante los años noventa los trabajadores de Amé-
Fuente: Latinobarómetro (varios años). rica Latina experimentaron en promedio una
mayor entrada al desempleo que los trabajadores
b. Personas que piensan que su empleo de los países de la Organización para la Coopera-
no es muy seguro o nada seguro
ción y el Desarrollo Económicos (OCDE). Parte de
(En porcentaje)
esta diferencia podría explicarse por el aumento de
España
Alemania Oriental
los índices de desempleo debido al bajo crecimien-
Francia to del producto interno bruto (PIB) en la región. En
Grecia
Portugal el recuadro 2.3 se muestra la correlación entre el
Luxemburgo
Finlandia crecimiento del PIB y los flujos de trabajadores
Suecia
Holanda
desde el empleo hacia el desempleo y viceversa en
Alemania Argentina y México en los años noventa. El gráfico
Austria
Reino Unido 2.14 muestra el número de trabajadores que pasó
Italia
Bélgica un mes o menos desempleado, como una parte del
Dinamarca
empleo total en los países de América Latina y de
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50
la OCDE. Esta medida captura la probabilidad de
Promedio 1996-97 que un trabajador empleado quede desempleado.
La probabilidad de pasar del empleo al desempleo
Fuente: Eurobarómetro (1996 y 1997).
es particularmente grande en Argentina y Nicara-
gua, dos países que experimentaron altas tasas de
do de desempleo.13 Es factible que en América Lati- desempleo durante los años noventa.
na la pérdida de ingreso por período asociada con Estas medidas son sólo aproximaciones de la
el desempleo sea más grande debido a que sólo una probabilidad de encontrar un empleo. Esto se debe
minoría de los trabajadores tiene acceso a las a que los trabajadores recientemente desemplea-
indemnizaciones obligatorias por despido. En pro- dos también podrían provenir de la inactividad (y
medio, sólo 44% de los trabajadores están protegi- no solamente del empleo, como se supone más
dos por esta forma de seguro social (véase el arriba). Para evaluar mejor las probabilidades de
capítulo 1). Más aún, debido a que las indemniza-
ciones por despido dependen del número de años
que un trabajador haya permanecido en una
13 Gruber (1997a) observa que los trabajadores que reciben pagos
empresa, hay muchos que a pesar de tener acceso de seguro de desempleo más altos reducen menos el consumo (una
a los beneficios, reciben cantidades pequeñas. Se medida usual del bienestar).
66

Capítulo 2

Recuadro 2.3 Cómo influye la volatilidad agregada en los flujos de trabajadores

Si el flujo de trabajadores responde a los movimientos en el bio en el PIB y algunas probabilidades de transición (del
producto interno bruto (PIB), entonces una mayor volatilidad empleo al desempleo y viceversa) en Argentina y México en

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


generaría una mayor volatilidad en los flujos de trabajado- los años noventa. Como es de prever, en ambos países un

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


res, una mayor incertidumbre y, por ende, una mayor pér- mayor crecimiento del PIB está correlacionado con un menor
dida de bienestar. El efecto de la volatilidad se calcula sobre riesgo de quedar desempleado y una mayor oportunidad de
la base de correlaciones sencillas entre flujos de trabajado- encontrar un trabajo nuevo.
res y crecimiento del PIB. El gráfico siguiente ilustra el cam-

Flujos de trabajadores y crecimiento del PIB


(En porcentaje)
Crecimiento a. Argentina, del empleo al desempleo Empleo- Crecimiento b. México, del empleo al desempleo Empleo-
del PIB Desempleo del PIB Desempleo
12 12 12 60

8 10 8 50

4 8 4 40

0 6 0 30

-4 4 -4 20

-8 2 -8 10

Correlación: -0,50 Correlación:-0,66


-12 0 -12 0
1990

1991

1992

1993

1994

1995

1996

1997

1998

1999

2000

1990

1991

1992

1993

1994

1995

1996

1997

1998

1999

2000
Crecimiento c. Argentina, del desempleo al empleo Desempleo- Crecimiento d. México, del desempleo al empleo Desempleo-
del PIB Empleo del PIB Empleo
12 60 12 80

70
8 50 8
60
4 40 4
50

0 30 0 40

30
-4 20 -4
20
-8 10 -8
10
Correlación: 0,29 Correlación: 0,38
-12 0 -12 0
1990

1991

1992

1993

1994

1995

1996

1997

1998

1999

2000

1990

1991

1992

1993

1994

1995

1996

1997

1998

1999

2000

Crecimiento del PIB Empleo-Desempleo Desempleo-Empleo

Nota: Los datos para Argentina cubren solamente el área del Gran Buenos Aires.
Fuente: Cálculos del BID basados en un panel de datos de encuestas de hogares de INDEC e INEGI.
67

La dinámica de los empleos y de los trabajadores: el lado oculto del mercado laboral

Gráfico 2.14 Trabajadores que pasaron un mes o menos dos puntos en el tiempo, hay nueve transiciones
desempleados posibles. Por ejemplo, un trabajador empleado en
(En porcentaje del empleo total)
el tiempo t podría estar desempleado en t + 1 (E –
a. Países de América Latina D) o un trabajador desempleado en t podría estar
Promedio empleado en t + 1 (D – E).
Argentina Si se dividen los flujos previstos de trabajado-

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Nicaragua
El Salvador res por la población de Argentina en 2003, se tiene

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Panamá
Rep. Dominicana una idea de las magnitudes en cuestión.14 En un
Uruguay
México período de seis meses aproximadamente 3,5% de la
Venezuela
Ecuador población que tiene entre 15 y 64 años transita del
Perú
Colombia empleo al desempleo, mientras que 3,4% hace la
Honduras transición inversa (D – E). Estos son flujos grandes;
Chile
Costa Rica por ejemplo, aproximadamente 400.000 trabajado-
Guatemala
Paraguay res pasan del empleo al desempleo y viceversa. El
Bolivia
Brasil porcentaje de personas que entra y sale del merca-
0,0 0,5 1,0 1,5 2,0 2,5 3,0 3,5 4,0 4,5
do laboral también es significativo: 4,2% de la
Fuente: Encuestas de hogares del BID.
población pasa de la inactividad al empleo (I – E) y
2,8% de la inactividad al desempleo (I – D), mien-
b. Países de la OCDE
tras que 3,9% pasa del empleo a la inactividad (E –
Promedio I) y 2,5% del desempleo a la inactividad (D – I). En
EE.UU.
Finlandia
Canadá consecuencia, detrás de movimientos pequeños en
Dinamarca
Suecia el empleo, el desempleo y los índices de participa-
Nueva Zelanda
Australia ción observados hay grandes flujos de gente.
Noruega
Eslovaquia
Polonia Obsérvese que esta información puede utili-
Reino Unido
España zarse para calcular, por ejemplo, la probabilidad
Hungría
Bélgica bruta de transición del empleo al desempleo divi-
Alemania
Austria
Japón diendo el número de personas que hicieron la tran-
Grecia
República Checa sición por la cantidad de personas que estaban
Italia
Francia empleadas. En términos más generales, la transi-
Suiza
Holanda ción entre el estado i (en el tiempo t) y el estado j
0,0 0,5 1,0 1,5 2,0 2,5
(en t + 1) se calcula dividiendo el flujo entre i y j
Fuente: OCDE.
por la cantidad de personas que estaban en el esta-
do i en el tiempo t. De donde E – D, por ejemplo,
transitar entre los diferentes estados del mercado representa de ahora en adelante la probabilidad de
laboral, es decir empleo (E), desempleo (D), e inac- que un individuo esté desempleado en el tiempo t,
tividad (estar fuera de la fuerza laboral) (I), se nece- a condición de estar empleado en el tiempo t - 1.
sita información acerca del estado de un trabajador Al comparar estas probabilidades entre los
en un período dado y en el período siguiente. Por países de América Latina y entre las regiones se
ende, es preciso tener datos de panel que sigan a obtienen los siguientes resultados (véase el cuadro
los individuos a lo largo del tiempo, pero esos datos apéndice 2.2). En primer lugar, como también
sólo están disponibles para unos pocos países. sugieren las medidas mostradas en el gráfico 2.14,
Para obtener una visión más detallada de la
dinámica del mercado laboral desde la perspectiva
de los trabajadores, el gráfico 2.15 presenta datos de
panel de trabajadores en Argentina de 1993 a 2001, 14 El número de personas que pasan de una situación a otra se cal-
cula utilizando los flujos promedio del período, multiplicados por la
un período de desempleo alto y en aumento. Al población proyectada en 2003. Los datos para Argentina corres-
comparar la situación laboral de una persona entre ponden al área del Gran Buenos Aires.
68

Capítulo 2

Gráfico 2.15 Transición durante seis meses a través de los estados en el mercado laboral en Argentina, 1993-2001

5.887.595
E-E
47,9%

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


EMPLEADO EMPLEADO
432.275 477.635

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


E-D E-I 3,5% 3,9%

417.155 514.082
D-E I-E 4,2%
3,4%

D-I 304.152
2,5%
DESEMPLEADO INACTIVO DESEMPLEADO INACTIVO

I-D
347.125
3,3% 2,8% 28,5%
D-D I-I
408.242 3.498.943

Nota: E = empleo; D = desempleo; I = inactividad. Los datos para Argentina se estimaron usando: (i) flujos como porcentaje de la población (calculados como promedio entre 1993
y 2001, para evitar patrones cíclicos), y (ii) población en edad de trabajar en 2002 (reportada por INDEC).
Fuente: Encuesta Permanente de Hogares (EPH) (1993-2001) - INDEC.

la probabilidad de ingresar en el desempleo duran- La probabilidad de salir del desempleo y


te los años noventa era más alta para el promedio encontrar un empleo era más alta en Estados Uni-
de tres países de la región para los cuales se dispo- dos que en otras regiones, seguida por el promedio
ne de datos (Argentina, México y Perú) que para para los tres países latinoamericanos. Esto confir-
Estados Unidos o Europa del Este (gráfico 2.16). La ma los resultados presentados en el capítulo 1, que
probabilidad de entrar al desempleo es dos veces muestran que en los años noventa la duración del
mayor en América Latina que en Estados Unidos. desempleo en América Latina era más alta que en
Este resultado contradice la percepción generaliza- Estados Unidos y más baja que en Europa Conti-
da de que el desempleo no es un problema en los nental y Europa del Este. Estos resultados pueden
países en desarrollo. Aproximadamente 5% de los reflejar el hecho de que el seguro social en Europa
trabajadores empleados salieron del empleo y está más generalizado y es más generoso que en
entraron al desempleo como un paso intermedio América Latina y Estados Unidos. Quizá los euro-
entre trabajos o entre actividad e inactividad. Den- peos puedan simplemente tomarse más tiempo
tro de la región el riesgo de desempleo era más alto para encontrar un buen trabajo en comparación
en Argentina y Perú, y mucho más bajo en México. con los desempleados en América Latina. De
Durante los años noventa los flujos del hecho, Ehrenberg y Oaxaca (1976) muestran que
empleo a la inactividad también fueron más gran- los beneficios del seguro de desempleo que están
des en los tres países latinoamericanos menciona- aumentando pueden inducir a una búsqueda de
dos que en Estados Unidos o Europa del Este. trabajo más productiva, lo que a su vez tiene un
Dentro de la región estas transiciones eran más impacto positivo en los salarios después del des-
altas en México y Perú que en Argentina. Estas empleo. Sin embargo, la literatura especializada
cifras sugieren que la fuerza laboral aumenta con el también indica que un seguro de desempleo muy
nivel de desarrollo y, a medida que los trabajadores generoso puede ser ineficiente porque reduce el
se apegan más a aquella, hay más transiciones a esfuerzo de búsqueda. En consecuencia hay un
través del desempleo y menos a la inactividad. Esto nivel óptimo de seguro de desempleo (Shavell y
explica parte de las diferencias en los niveles de Weiss, 1979; Hopenhayn y Nicolini, 1997; Acemo-
desempleo entre México, Perú y Argentina. glu y Shimer, 1999).
69

La dinámica de los empleos y de los trabajadores: el lado oculto del mercado laboral

Gráfico 2.16 Transiciones durante seis meses entre estados


del mercado laboral
a. Del empleo b. Del empleo

Al empleo Al empleo

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.
Al desempleo Al desempleo

A la inactividad A la inactividad

0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100 0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100
Porcentaje de empleados inicialmente asalariados Porcentaje de empleados inicialmente asalariados

EE.UU. América Latina Perú Argentina


Europa del Este México

c. Del desempleo d. Del desempleo

Al empleo Al empleo

Al desempleo Al desempleo

A la inactividad A la inactividad

0 10 20 30 40 50 60 70 0 10 20 30 40 50 60
Porcentaje de empleados inicialmente asalariados Porcentaje de empleados inicialmente asalariados

EE.UU. Europa del Este Perú Argentina


Europa América Latina México

e. De la inactividad f. De la inactividad

Al empleo Al empleo

Al desempleo Al desempleo

A la inactividad A la inactividad

0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100 0 10 20 30 40 50 60 70 80 90
Porcentaje de empleados inicialmente asalariados Porcentaje de empleados inicialmente asalariados

EE.UU. América Latina Perú Argentina


Europa del Este México

Fuente: Encuestas de hogares del BID para Argentina, Perú y México; datos de la OCDE para las regiones y Estados Unidos.
70

Capítulo 2

Dentro de la región la probabilidad de salir del dos). Por último, las mujeres, los jóvenes y los tra-
desempleo y encontrar un trabajo es más alta en bajadores no especializados tienden a tener transi-
México que en Perú o Argentina. De hecho, la pro- ciones más altas desde y hacia la inactividad que los
babilidad de conseguir un empleo en Argentina hombres y los adultos, quizá como resultado de
es tan baja como en Europa del Este. La probabili- menores niveles de apego al mercado laboral.
dad de dejar el desempleo para entrar en la inacti- Esta investigación aporta importantes resulta-

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


vidad también es más alta en los tres países de dos para los países de los cuales se dispone de

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


América Latina que en cualquier otra región. Es datos. En primer lugar, la probabilidad de pasar del
particularmente alta en Perú y México y más baja empleo al desempleo es tan alta en los tres países
en Argentina. Estas cifras sugieren una vez más el considerados de América Latina como en otras
menor nivel de apego de la fuerza laboral en Perú y regiones (o más alta). Esto supone que los trabaja-
México en relación con Argentina o con los países dores latinoamericanos enfrentan un alto riesgo de
desarrollados. Estos resultados también son con- perder sus empleos y de pasar por un período de
gruentes con los índices mucho más altos de transi- desempleo. En segundo lugar, las mujeres, los jóve-
ción de la inactividad al empleo en México y Perú nes y los trabajadores no especializados tienden a
que en Argentina. estar expuestos a un mayor riesgo de desempleo
Las transiciones a través de los estados del que otros grupos. Tercero, los trabajadores del sec-
mercado laboral difieren considerablemente entre tor sin cobertura soportan un riesgo más alto de
los grupos demográficos. Datos para Argentina y desempleo que aquellos que tienen derecho a las
México muestran que las mujeres, los jóvenes y los prestaciones obligatorias determinadas por las
trabajadores no especializados son los grupos más leyes laborales. Cuarto, las transiciones del desem-
vulnerables a los riesgos de desempleo y de salida pleo al empleo son también altas de acuerdo con
del mercado laboral (cuadro 2.1).15 Por lo tanto, los niveles internacionales, aunque más bajas que
la probabilidad de perder un empleo es más alta en Estados Unidos. Quinto, los trabajadores no cali-
entre las mujeres, los jóvenes y los trabajadores no ficados y los adultos tienden a salir del desempleo
calificados que entre los adultos, los hombres y los más rápido que las mujeres y los jóvenes. Estas
trabajadores calificados. Los trabajadores sin cober- altas transiciones pueden reflejar la falta generali-
tura social corren un alto riesgo. No tienen derecho zada de seguro social, en particular para los traba-
a indemnizaciones en casos de pérdida del empleo, jadores no calificados, y la existencia de un seguro
y su riesgo de desempleo es más alto que para los informal dentro de la familia para las mujeres y los
trabajadores cubiertos por el seguro (véanse los trabajadores jóvenes.
gráficos 2.17c y d y los cuadros apéndice 2.3, 2.4 Estos resultados sugieren que algunas percep-
y 2.5). ciones comunes acerca de la incidencia y la impor-
Los jóvenes y las mujeres tienen una probabi- tancia del desempleo en América Latina no son
lidad más baja de salir del desempleo que los hom- ciertas. La primera percepción común es que los
bres y que los adultos (cuadro 2.1). En cambio, los trabajadores sin las indemnizaciones obligatorias
trabajadores no especializados desempleados tien- pautadas por las leyes laborales se ven menos afec-
den a salir más rápido del desempleo hacia un tra- tados por el desempleo que los trabajadores forma-
bajo que sus contrapartes especializados. Estos les. Como se ha demostrado a partir de los datos
resultados podrían explicarse porque hay mayores para México y Argentina, los trabajadores sin bene-
oportunidades de trabajo para los hombres adultos o ficios corren un alto riesgo de desempleo, en algu-
para los trabajadores no especializados, pero respon- nos casos más alto que los trabajadores formales.
den más probablemente a una mayor disposición a La segunda percepción común es que para los tra-
aceptar trabajos por parte de los que son el principal
sostén de la familia y por los más pobres en relación
15 Basado en datos de panel rotatorio sobre hogares. INDEC pre-
con los que no son el sostén de la familia (mujeres y paró el panel de Argentina, que abarca de 1993 a 2001. INEGI
jóvenes) y los trabajadores más ricos (especializa- generó el panel de México, que abarca de 1990 a 2001.
71

La dinámica de los empleos y de los trabajadores: el lado oculto del mercado laboral

Cuadro 2.1 Transiciones en el mercado laboral por grupo en Argentina y México, años noventa
(Porcentaje)
Del empleo Del desempleo De la inactividad

País y Al Al A la Al Al A la Al Al A la
grupo empleo desempleo inactividad empleo desempleo inactividad empleo desempleo inactividad

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Argentina, 1993–2001

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Total 86,6 6,4 7,0 36,9 36,1 26,9 11,8 8,0 80,2
Hombres 91,8 5,9 2,2 53,7 37,9 8,4 37,9 17,8 44,3
Mujeres 84,9 4,5 10,5 28,2 31,0 40,8 12,1 7,6 80,3
Adultos 89,2 5,4 5,4 40,8 34,4 24,8 14,2 8,5 77,3
Jóvenes 79,1 10,6 10,3 34,9 37,6 27,5 11,8 9,8 78,3
Calificados 92,7 3,6 3,7 38,5 37,6 23,9 14,4 8,5 77,1
No calificados 86,1 7,1 6,8 41,9 32,7 25,4 13,9 8,3 77,8

México, 1990–2001
Total 88,4 2,0 9,6 54,9 15,3 29,8 14,3 1,8 83,9
Hombres 96,8 1,8 1,3 75,9 16,2 7,9 40,7 6,1 53,2
Mujeres 83,3 1,1 15,6 38,6 14,1 47,3 13,4 1,2 85,4
Adultos 91,9 1,6 6,5 60,3 15,2 24,5 15,0 1,4 83,6
Jóvenes 82,4 3,6 14,0 50,5 15,8 33,7 14,6 2,7 82,7
Calificados 94,0 1,4 4,6 56,9 18,1 24,9 16,9 2,4 80,7
No calificados 90,6 1,7 7,7 62,9 13,3 23,8 14,0 1,1 84,9

Nota: Los datos se basan en transiciones de una duración de seis meses. Los datos para Argentina solo cubren el área del Gran Buenos Aires.
Fuente: Cálculos del BID basados en EPH-INDEC para Argentina, y Encuesta Nacional de Empleo Urbano (ENEU)-INEGI para México.

bajadores más pobres y más vulnerables, tales sueldo y beneficios similares a los del empleo ante-
como los no especializados, el problema no es el rior. Imagínese que dos trabajadores hacen frente a
desempleo sino la mala calidad de los empleos. La la misma probabilidad de desempleo y pueden dis-
realidad es que los trabajadores latinoamericanos frutar del mismo nivel de seguro social si quedan
son mucho más vulnerables al riesgo de desempleo desempleados. En el momento t las empresas en
que los de los países desarrollados, independiente- las cuales trabajan van a la quiebra y salen del mer-
mente de la tasa agregada de desempleo. Esto se cado, dejando a los trabajadores (involuntariamen-
debe a que, comparados con los países desarrolla- te) desempleados. Después de un cierto período,
dos, los trabajadores no especializados de América uno de ellos encuentra un trabajo parecido donde
Latina no solo tienen mayor probabilidad de que- gana el mismo sueldo. Pero el otro no puede hallar
dar desempleados sino que también tienen menos un trabajo similar y, siendo el principal sostén de la
probabilidades de recibir alguna forma de seguro familia, acepta una oferta con un sueldo más bajo.
mientras buscan nuevos empleos. Es evidente que los resultados para el bienestar de
estos dos trabajadores son muy diferentes. Por lo
tanto, es importante estudiar no sólo la probabili-
LAS CONDICIONES LABORALES dad de quedar desempleado sino también las con-
AL SALIR DEL DESEMPLEO diciones bajo las cuales un trabajador que pierde su
trabajo encuentra otro. Esto es particularmente
Las consecuencias de un período de desempleo pertinente en América Latina, donde los niveles
sobre el bienestar dependerán no sólo de la proba- desiguales de seguro social hacen que muchos tra-
bilidad de encontrar un nuevo puesto de trabajo, bajadores tal vez no tengan los medios para buscar
sino de la probabilidad de encontrar un empleo un empleo que coincida con sus capacidades. Para
parecido, es decir un empleo con características, determinar si este es el caso, resulta útil hacerse las
72

Capítulo 2

Gráfico 2.17 Transiciones durante seis meses entre el desempleo y el empleo por categoría de trabajo en México y Argentina
(Porcentaje de trabajadores en el estado inicial)

a. México, del desempleo al empleo b. Argentina, del desempleo al empleo

Propietarios Propietarios

Por cuenta propia Por cuenta propia

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Asalariados Asalariados

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Firmas pequeñas Firmas pequeñas
Firmas medianas Firmas medianas
Firmas grandes Firmas grandes

Empleo con beneficios Empleo con beneficios


Empleo sin beneficios Empleo sin beneficios
0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 0 10 20 30 40 50 60 70 80 90

c. México, del empleo al desempleo d. Argentina, del empleo al desempleo

Propietarios Propietarios

Por cuenta propia Por cuenta propia


Asalariados Asalariados

Firmas pequeñas Firmas pequeñas


Firmas medianas Firmas medianas
Firmas grandes Firmas grandes

Empleo con beneficios Empleo con beneficios


Empleo sin beneficios Empleo sin beneficios
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10

Fuente: Cálculos del BID basados en EPH-INDEC para Argentina, y en la Encuesta Nacional de Empleo Urbano (ENEU)-INEGI para México.

siguientes dos preguntas: ¿qué trabajos encuentran apéndice 2.4). Una proporción considerable de los
los desempleados? y ¿aceptan en realidad salarios desempleados que encuentran un trabajo lo hacen
más bajos? creando sus propios empleos y volviéndose inde-
Para abordar estas cuestiones, el análisis apro- pendientes (28% en Argentina; 15,7% en México).
vecha las dimensiones de panel de las encuestas de En comparación, en los países de la OCDE las tran-
la fuerza laboral de Argentina y México. En ambos siciones del desempleo al autoempleo son 7%
países la mayoría de los trabajadores desempleados (OCDE, 2000).16 Más aún, en Argentina y México
encuentran empleo en el sector no protegido o
informal. En Argentina 81% de los desempleados
que encontraron trabajo lo hicieron en empleos 16 Sin embargo, cabe señalar que estos cálculos no tienen en cuen-
que no ofrecen seguridad social (véanse el gráfico ta que algunos de estos flujos pueden ser voluntarios. Es decir, algu-
nos trabajadores podrían decidir ingresar en una empresa
2.17 y el cuadro apéndice 2.3). En México la cifra pequeña, hacerlo en una firma que no ofrece seguridad social, o ser
correspondiente es 61,5% (gráfico 2.17 y cuadro independientes.
73

La dinámica de los empleos y de los trabajadores: el lado oculto del mercado laboral

una gran proporción de los desempleados que de esos estados pero que no lo hicieron y compar-
encuentran trabajo como asalariados ingresa al ten características demográficas similares (tales
empleo a través de empresas pequeñas (60% y como edad, educación y género).
44%, respectivamente). Estos resultados difieren Durante los años noventa, la pérdida de sala-
entre los trabajadores (véanse los cuadros apéndi- rio mensual promedio de una persona que quedó
ce 2.3 y 2.4). Los no especializados tienen más pro- desempleada involuntariamente en t + 1 y encon-

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


babilidades de crear sus propios empleos que los tró otro trabajo en t + 2 era muy grande en Argen-

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


especializados. También tienen más probabilida- tina y México. En relación con el grupo de control,
des que sus contrapartes especializados de encon- los trabajadores desplazados perdieron más del
trar trabajo en empresas pequeñas y en compañías 15% de sus salarios mensuales en México y 8% en
que no pagan los beneficios obligatorios por ley. Argentina (véase el gráfico 2.18).17 Las pérdidas de
En cambio, las mujeres y los jóvenes tienden a salario por mes y por hora relativas al grupo de
tener muchas menos probabilidades de salir del control fueron más grandes para los trabajadores
desempleo creando sus propios trabajos que los que atravesaron un período involuntario de desem-
hombres y los adultos. Más aún, comparados con pleo (porque su empresa fue a la quiebra o fueron
estos dos últimos, los jóvenes y las mujeres tien- despedidos) que las de aquellos que dejaron volun-
den a tener una mayor probabilidad de salir del tariamente la fuerza laboral en t + 1.18
desempleo por medio de un trabajo en una empre- Tanto en México como en Argentina los hom-
sa mediana o grande, y de un trabajo en el que se bres desplazados tienden a experimentar en pro-
paguen las prestaciones de seguridad social. Esto medio mayores pérdidas de salario que las mujeres,
también es cierto si el análisis se ajusta por el por- tanto en términos absolutos como relativos a su
centaje de empleo en cada categoría por grupos de grupo de control (véase el gráfico 2.19). De igual
la población (véanse los cuadros apéndice 2.3 y manera, los trabajadores desplazados cuyos traba-
2.4). Estos resultados sugieren que tomarse el jos anteriores no les daban derecho a la seguridad
tiempo para buscar tiene su compensación. Por social ni a indemnizaciones por despido sufren
ende, si bien es cierto que los jóvenes y las muje- mayores pérdidas de salario que los trabajadores
res tienen menos probabilidades de salir del des- protegidos. Finalmente, en México los trabajadores
empleo en seis meses, tienen más probabilidades adultos experimentan mayores pérdidas de salario
de encontrar trabajos con beneficios en compara- que los jóvenes y los trabajadores de más edad; en
ción con otros tipos de trabajadores. Argentina la asociación entre la edad y el costo del
La evidencia también sugiere que el desem- desempleo es menos clara.
pleo está asociado con la pérdida de salario luego Las pérdidas de salario asociadas con la opor-
de volver a emplearse. La evaluación de la magni- tunidad de volver a emplearse pueden estar rela-
tud de esta pérdida se basa en el cambio del salario cionadas con ciertos factores. En primer lugar, el
promedio de una persona que está empleada en el desplazamiento puede inducir a la pérdida de algu-
tiempo t y t + 2, pero en t + 1 está desempleada, na aptitud específica para una empresa que es
desempleada involuntariamente o inactiva. Sin inútil en otros trabajos. Los datos disponibles dan
embargo, la evaluación exige una base de compara- cierto apoyo a esta hipótesis. La evidencia de que
ción porque los trabajadores que han estado las pérdidas de salario son más altas para los traba-
empleados de t hasta t + 2 también pueden sufrir jadores especializados que para los no especializa-
pérdidas de salario debido a los malos resultados
económicos. Por lo tanto, se construye el llamado
“grupo de control”. Por ejemplo, el grupo de control 17 La pérdida de salario se calcula sustrayendo el cambio de sala-
para una persona que está empleada en t, pasa a rio de los trabajadores desplazados del cambio de salario del grupo
testigo.
ser desempleada en t + 1, y encuentra un trabajo
18 Los trabajadores desempleados involuntariamente son los que no
en t + 2 está formado por personas que ex ante
tienen un empleo, están buscando uno, y fueron despedidos o la
tenían la misma probabilidad de transitar a través empresa en la que trabajaban cerró. Véase el cuadro apéndice 2.5.
74

Capítulo 2

Gráfico 2.18 Cambios en el salario de un trabajador asalariado dos también sugiere la pérdida de aptitudes especí-
desplazado en México y Argentina ficas. Esto ocurre porque los primeros tienden a
(En porcentaje)
adquirir aptitudes más específicas que los trabaja-
a. Desempleado dores no especializados.
En segundo lugar, las pérdidas de salario des-
pués del desplazamiento también podrían estar

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Cambio asociadas con el “estigma” del desempleo. Si las

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


en el salario
mensual empresas tienen más probabilidades de despedir a
los trabajadores de bajo desempeño que a otros, los
despedidos pueden tener un “estigma” que indica
que su desempeño fue más bajo de lo esperado.
Cambio en Esto podría explicar por qué los trabajadores acep-
el salario
por hora tan algunas pérdidas de salario después del despla-
zamiento, pero no por qué algunos soportan costos
-5,0 -4,5 -4,0 -3,5 -3,0 -2,5 -2,0 -1,5 -1,0 -0,5 0,0 más altos de desplazamiento que otros.
Estudios recientes sugieren que, en efecto, un
México Argentina
componente importante de la pérdida de salario des-
b. Desempleado involuntario pués del desplazamiento está asociado con la pérdi-
da de aptitudes específicas. Para distinguir entre
dichas aptitudes y la hipótesis del “estigma”, los estu-
Cambio dios se concentraron en trabajadores desplazados de
en el salario
mensual empresas que redujeron su fuerza laboral en más de
60%. Las firmas que sufren ajustes tan grandes se
ven obligadas a despedir a sus trabajadores eficien-
tes junto con los que no lo son. En consecuencia, el
Cambio en
el salario efecto del “estigma” debería ser menor para los tra-
por hora bajadores desplazados en despidos masivos. Una
característica de estos estudios es que utilizan datos
-20 -18 -16 -14 -12 -10 -8 -6 -4 -2 0 obtenidos del seguimiento de las personas por un
tiempo más largo. Esto permite a los autores medir
México Argentina
si las pérdidas de salario son permanentes o tempo-
c. Inactivo rales.19
Kaplan, Robertson y Martínez (2003) determi-
naron que en México los trabajadores desplazados
Cambio en los períodos de recesión y en regiones de poca
en el salario
mensual actividad económica sufren pérdidas mayores a
largo plazo, en comparación con los trabajadores
desplazados en períodos mejores y en regiones
prósperas. Para calcular estos resultados, los auto-
Cambio en
el salario
res utilizaron el conjunto de datos de la adminis-
por hora

-14 -12 -10 -8 -6 -4 -2 0


19 Los datos largos de panel permiten comparar los salarios de algu-

México Argentina nos períodos anteriores al desplazamiento con aquellos de períodos


posteriores al nuevo empleo. Esto es importante porque los salarios
Nota: El gráfico muestra la diferencia entre el grupo de tratamiento y el de control.
en las empresas en dificultad podrían haber empezado a disminuir
Fuente: Cálculos del BID basados en EPH-INDEC (1993-2001) para Argentina, y algunos períodos antes del desplazamiento. Si ese fuese el caso, los
Encuesta Nacional de Empleo Urbano (ENEU)-INEGI (1990-2001) para México. cálculos dados aquí subestiman el costo del desplazamiento.
75

La dinámica de los empleos y de los trabajadores: el lado oculto del mercado laboral

Gráfico 2.19 Cambio en el salario por tipo de trabajador y características del empleo en Argentina y México
(En porcentaje)

a. Argentina, por género y edad b. México, por género y edad

Hombre Hombre

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Mujer Mujer

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


20-29 años 20-29 años

30-49 años 30-49 años

50 o más años 50 o más años

-18 -16 -14 -12 -10 -8 -6 -4 -2 0 -30 -25 -20 -15 -10 -5 0

c. Argentina, por nivel de escolaridad d. México, por nivel de escolaridad

Primaria
Primaria
incompleta
incompleta
Primaria
Primaria
completa
completa
Secundaria
Secundaria
incompleta
incompleta
Secundaria
Secundaria
completa
completa
Terciaria
Terciaria
incompleta
incompleta
Terciaria
Terciaria
completa
completa
-50 -45 -40 -35 -30 -25 -20 -15 -10 -5 0 -40 -35 -30 -25 -20 -15 -10 -5 0

e. Argentina, por sector y beneficios f. México, por sector y beneficios

Mismo sector Mismo sector

Diferente sector Diferente sector

Con seguridad Con seguridad


social social

Sin seguridad Sin seguridad


social social
-18 -16 -14 -12 -10 -8 -6 -4 -2 0 -25 -20 -15 -10 -5 0

Nota: El gráfico muestra la diferencia entre el grupo de tratamiento y el de control. Véase la discusión en el texto.
Fuente: Cálculos del BID basados en EPH-INDEC (1993-2001) para Argentina, y Encuesta Nacional de Empleo Urbano (ENEU)-INEGI (1990-2001) para México.
76

Capítulo 2

tración de la seguridad social, que registran histo- do de trabajo sostiene que hay dos sectores –formal
rias de empleo individuales de trabajadores afilia- e informal– y que funcionan en mercados laborales
dos desde 1993 hasta 2000. Utilizando la misma segmentados, es decir que la movilidad entre
metodología en datos similares, Menezes Filho et ambos es limitada. Sin embargo, la evidencia indi-
al. (2003) calcula el costo del desplazamiento en ca que hay una elevada movilidad entre estos sec-
Brasil para el período 1992-1998. El autor presenta tores.

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


evidencia de pérdidas de salario a largo plazo aso- Algunos autores definen a un trabajador infor-

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


ciadas con el desplazamiento. También señala que mal como aquel que no recibe los beneficios esti-
las pérdidas tienden a ser mayores para los trabaja- pulados por las leyes laborales. Según esta
dores de empresas pequeñas, los muy especializa- definición, la probabilidad promedio de que un tra-
dos, y los que gozan de mayor estabilidad en el bajador informal pase a tener un empleo que le
empleo. Estas pruebas sugieren que una razón de ofrezca esos beneficios es de 16% en México y de
peso para que los trabajadores desplazados sufran aproximadamente 12% en Argentina (véanse el
la disminución de sus salarios es la imposibilidad gráfico 2.20 y el cuadro apéndice 2.6). La probabili-
de utilizar sus aptitudes específicas en otros dad de que ocurra lo contrario es de una magnitud
empleos. similar: 15,5% en México y aproximadamente 10%
Cabe mencionar que la movilidad no siempre en Argentina. Estas cifras son altas, ya que supo-
perjudica a los trabajadores. Para muchos, un cam- nen que en un lapso dado de seis meses, aproxi-
bio de empleo es una forma de lograr sueldos más madamente 16% de los trabajadores de México y 11
altos. En México las personas que pasan a la inacti- % de los trabajadores de Argentina pasan de un
vidad y regresan a un trabajo no experimentan empleo formal a uno informal o viceversa. Por
reducciones en el salario. Más aún, algunas de ellas ende, resulta difícil justificar la existencia de un
mejoran su situación al cambiar de empleo aun mercado laboral segmentado.
cuando hubieran tenido que dejar el anterior invo- No todos los trabajadores tienen la misma pro-
luntariamente. Por otra parte, obsérvese que en babilidad de pasar de empleos sin beneficios a
cada caso los aumentos y las pérdidas de salario de empleos que los tienen. Esta probabilidad es mayor
las personas que dejaron el empleo eran más altos para los jóvenes y para los trabajadores especializa-
que el promedio de los aumentos y las pérdidas de dos, y menor para las mujeres y los no especializa-
los que no cambiaron (grupo de control). De igual dos. Estos resultados sugieren que mientras que los
manera, Menezes Filho et al. (2003) encuentra que jóvenes quizás entren al mercado laboral con peo-
en Brasil muchos trabajadores que cambian de res empleos, para este grupo hay una movilidad
empleo reciben un aumento de sueldo y que, en ascendente considerable. También hay una marca-
promedio, el aumento es mayor que para los que da movilidad ascendente para los trabajadores
permanecen en el mismo trabajo. especializados. Por el contrario, las mujeres y los
trabajadores no especializados tienen menores pro-
babilidades de pasar a empleos que den acceso a la
TRANSICIONES DE UN EMPLEO seguridad social. Esto podría deberse a que estos
A OTRO trabajadores no son considerados para dichos
empleos, o a que están menos dispuestos a ver dis-
En este capítulo se ha documentado el alto grado de minuidos sus salarios por estos beneficios.20
rotación en los empleos formales y explicado en El mismo alto grado de movilidad se encuen-
qué forma, dentro de estos empleos, las empresas tra si se cambia la definición de informalidad por la
pequeñas son más volátiles. Estas pruebas sugieren propuesta por la Organización Internacional del
que hay un alto grado de volatilidad en todos los
sectores de la economía.
En esta sección se analiza el grado de movili- 20Véase el capítulo 7, donde se trata la incidencia de los beneficios
dad entre empleos. La perspectiva dual del merca- obligatorios.
77

La dinámica de los empleos y de los trabajadores: el lado oculto del mercado laboral

Gráfico 2.20 Transición laboral durante seis meses Gráfico 2.21 Transición durante seis meses: firmas pequeñas
en México y Argentina y trabajo por cuenta propia
(Porcentaje de trabajadores en el estado inicial)
Por tipo de trabajador
a. De trabajo con seguridad social
a trabajo sin seguridad social De cuenta propia a trabajo asalariado

De trabajo asalariado a trabajo


Total

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


por cuenta propia

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Adultos Por tamaño de la firma

Jóvenes De pequeña a mediana o grande

De mediana a pequeña
Hombres

Mujeres De grande a pequeña

0 5 10 15 20 25 30
Calificados
No México Argentina
calificados
0 2 4 6 8 10 12 14 16 18 20 Fuente: Cálculos del BID basados en EPH-INDEC (1993-2001) para Argentina, y
Encuesta Nacional de Empleo Urbano (ENEU)-INEGI (1990-2001) para México.

b. De trabajo sin seguridad social


a trabajo con seguridad social

Total
firmas más grandes en un período dado de seis
meses (gráfico 2.21). La transición inversa también
Adultos es grande. Así, 6,5% de los trabajadores de empre-
Jóvenes sas grandes y cerca de 25% de los empleados en fir-
mas medianas pasan a compañías pequeñas en un
Hombres período dado de seis meses.
Mujeres Por eso, independientemente de la definición
de trabajador informal que se utilice, las pruebas
Calificados no sustentan la existencia de mercado segmentado.
No
calificados Al menos para México y Argentina las transiciones
0 5 10 15 20 25 hacia y desde el trabajo informal son grandes, lo
México Argentina que sugiere que aun si todas las transiciones desde
Fuente: Cálculos del BID basados en EPH-INDEC (1993-2001) para Argentina,
el sector formal hacia el informal fuesen obligadas
y Encuesta Nacional de Empleo Urbano (ENEU)-INEGI (1990-2001) para México. por el desplazamiento involuntario, abundan las
oportunidades de regresar al sector formal.
Maloney (1998) analiza la evidencia de los
cambios salariales para los movimientos que se
Trabajo (OIT), definición que se basa en la catego- producen desde el sector formal hacia el informal y
ría del empleo. En México y Argentina, en un perí- viceversa, usando los mismos datos de panel para
odo dado de seis meses, aproximadamente 23% de México que los utilizados en este estudio. A partir
los trabajadores pasa de ser empleado indepen- de sus resultados no queda claro que siempre deba
diente a ser asalariado (véase el gráfico 2.21). La preferirse el sector formal antes que sus alternati-
transición inversa es mucho menor: cerca de 5,3% vas. Los movimientos desde el empleo formal asa-
de los asalariados en México y 6,1% en Argentina lariado siempre conducen a aumentos de sueldos,
pasan a trabajar por cuenta propia. mientras que los movimientos al empleo formal
Aproximadamente entre 16% y 17% de los asalariado desde el autoempleo o el empleo por
trabajadores empleados en dichos países en empre- contrato están asociados con una disminución de
sas con menos de cinco trabajadores se trasladan a los salarios.
78

Capítulo 2

CONCLUSIONES trabajador podría explicar los bajos niveles de pro-


ductividad y los bajos índices de aumento de la pro-
En este capítulo se ha presentado un nuevo enfo- ductividad en América Latina.
que para el análisis de la dinámica del mercado Este análisis tiene consecuencias importantes
laboral en América Latina. Se ha demostrado aquí para las políticas laborales. En primer lugar, sugie-
que los cambios netos relativamente pequeños en re la importancia de reducir las barreras burocráti-

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


el empleo, el desempleo y la inactividad esconden cas a la entrada y salida de las empresas y a la

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


una gran actividad en el mercado laboral. Este cam- reasignación de trabajadores y empleos. En segun-
bio de perspectiva es importante no sólo porque do lugar, pone de relieve la conveniencia de dise-
expone el proceso que origina parte del crecimien- ñar mejores sistemas de seguridad social que
to de la productividad, sino también porque revela amplíen la cobertura a la gran mayoría de los inte-
la incertidumbre que tienen que soportar los traba- grantes de la fuerza laboral (en los capítulos 7 y 8
jadores durante el proceso. Para los países y secto- se continúa el debate sobre este tema). En tercer
res estudiados, no hay diferencias significativas lugar, recalca la importancia de formar aptitudes
entre los índices de rotación en el empleo en las flexibles y adaptables como un mecanismo de segu-
economías desarrolladas y en las emergentes; sin ridad para los trabajadores. Cuarto, pone de relieve
embargo, hay diferencias importantes en cuanto a los retos inherentes a las políticas industriales diri-
la preparación de los trabajadores para atravesar gidas a ciertos sectores: incluso dentro de un sub-
este proceso. En América Latina las formas actua- sector muy pequeño, siempre habrá empresas
les de seguridad social basadas en las indemniza- eficientes e ineficientes. Por último, el análisis
ciones obligatorias en caso de despido solo señala la importancia del desarrollo del mercado
benefician a un número limitado de trabajadores. crediticio como un instrumento para evitar la des-
Muchos de ellos no pueden buscar buenos empleos trucción ineficiente de nexos entre trabajadores
porque no pueden mantenerse sin ingreso. La falta con habilidades específicas y empresas que las
de adecuación entre el empleo y las habilidades del requieren.
79

La dinámica de los empleos y de los trabajadores: el lado oculto del mercado laboral

Cuadro apéndice 2.1 Rotación del empleo por tamaño de la empresa en Chile y México, años noventa

Chile, México, México,


Variable 1990–99 1993–2000a 1999–2000a

Entre 49 y 99 trabajadores –0,096 –0,014 –0,030


(0,007)*** (0,003)*** (0,005)***

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Entre 100 y 249 trabajadores –0,105 –0,026 –0,032

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


(0,008)*** (0,003)*** (0,005)***
Más de 249 trabajadores –0,157 –0,043 –0,044
(0,010)*** (0,003)*** (0,005)***
Segundo quintil salarial –0,072 –0,028 –0,025
(0,008)*** (0,003)*** (0,006)***
Tercer quintil salarial –0,063 –0,044 –0,041
(0,008)*** (0,003)*** (0,006)***
Cuarto quintil salarial –0,058 –0,052 –0,043
(0,008)*** (0,003)*** (0,006)***
Quinto quintil salarial –0,032 –0,055 –0,040
(0,008)*** (0,003)*** (0,006)***

Promedio 0,441 0,159 0,133


Número de observaciones 48.344 39.822 10.432
Efectos fijos por edad Sí No Sí
Efectos fijos por año Sí Sí Sí

*** Significativo al 1%.


a No incluye ni la entrada ni la salida de empresas.

Nota: Los resultados provienen de las regresiones MCO, basadas en datos sobre las empresas manufactureras.
Los errores estándar están entre paréntesis.
Fuente: Cálculos del BID.
80

Capítulo 2

Cuadro apéndice 2.2 Transiciones en el mercado laboral por región, años noventa
(Porcentaje)

Del empleo Del desempleo De la inactividad

Al Al A la Al Al A la Al Al A la

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Región o país empleo desempleo inactividad empleo desempleo inactividad empleo desempleo inactividad

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


América Latina
Argentina, 1993–2001 86,6 6,4 7,0 36,9 36,1 26,9 11,8 8,0 80,2
México, 1990–2001 88,4 2,0 9,6 54,9 15,3 29,8 14,3 1,8 83,9
Perú, 1997–2000 82,6 5,7 11,7 45,1 20,5 34,4 25,7 10,8 63,5
Promedio no ponderado 85,9 4,7 9,4 45,6 24,0 30,4 17,3 6,9 75,9

Europa del Este


Alemania Oriental, 1990–91 83,6 9,3 7,1 35,0 37,3 27,7 16,0 4,1 79,9
Bulgaria, 1994–95 84,9 5,9 9,2 32,3 43,3 24,4 9,2 4,4 86,4
Eslovaquia, 1994–95 93,2 2,3 4,5 23,7 68,5 7,8 1,8 1,7 96,5
Estonia, 1997–97 91,3 4,7 4,0 37,2 56,4 6,4 7,4 3,8 88,8
Polonia, 1992–94 89,1 4,0 7,0 35,8 48,4 15,9 8,5 4,4 87,2
República Checa, 1994–99 96,1 1,3 2,6 42,9 46,4 10,7 3,9 1,2 94,8
Rusia, 1992–96 89,6 4,4 6,0 45,8 39,2 15,1 8,2 2,4 89,5
Promedio no ponderado 89,7 4,6 5,8 36,1 48,5 15,4 7,8 3,1 89,0

América del Norte


Estados Unidos, 1992–93 91,9 2,8 5,3 65,9 5,3 28,8 4,3 16,1 79,6

Europa
Alemania, 1992–97 25,4 49,6 25,0
Austria, 1995–97 33,6 43,3 23,1
Bélgica, 1990–97 23,6 50,8 25,6
Dinamarca, 1990–97 35,3 36,8 27,9
España, 1990–97 29,2 63,6 7,2
Finlandia, 1995–97 26,9 45,9 27,2
Francia, 1990–97 32,2 51,6 16,2
Grecia, 1990–97 27,1 61,4 11,5
Irlanda, 1990–97 19,1 58,2 22,7
Italia, 1992–97 22,4 47,4 30,2
Portugal, 1990–97 35,8 41,8 22,4
Reino Unido, 1990–97 33,3 49,3 17,4
Suecia, 1996–97 29,4 52,0 18,6
Promedio no ponderado 28,7 50,1 21,2

Fuente: Para Argentina, México, Estados Unidos y promedios regionales, cálculos del BID; para Perú, Herrera y Shady (2003);
para los países de Europa del Este, Boeri y Terrel (2001); para los países de Europa, OCDE (2000).
81

La dinámica de los empleos y de los trabajadores: el lado oculto del mercado laboral

Cuadro apéndice 2.3 Transiciones en el mercado laboral en Argentina, 1993–2001


(Porcentaje)

Adultos Adultos

Transición Todos Adultos Jóvenes Hombres Mujeres Calificados No calificados

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Del desempleoa

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Al desempleo 36,2 34,4 37,6 37,9 31,1 37,6 32,7
A la inactividad 26,9 24,8 27,5 8,4 40,8 23,9 25,4
Al empleo 36,9 40,8 34,9 53,7 28,1 38,5 41,9

Del desempleo al empleob


Propietario 0,8 1,0 0,5 0,8 1,5 1,2 0,9
Cuenta propia 27,9 32,2 13,6 36,3 24,5 27,0 35,5
Asalariado 71,3 66,8 85,8 62,9 74,0 71,8 63,7
Empresa pequeña 60,4 61,5 51,0 61,7 61,2 47,5 68,5
Empresa mediana 22,2 19,7 28,4 20,8 17,6 23,5 18,0
Empresa grande 17,4 18,8 20,6 17,5 21,2 28,9 13,5
Empleo con beneficios 18,8 19,3 23,4 19,3 19,3 31,1 13,3
Empleo sin beneficios 81,2 80,7 76,6 80,7 80,7 68,9 86,7

Del desempleo al empleo,


ajustado por la participación
del empleo en cada categoríaa
Propietario 14,6 15,2 43,7 9,0 53,6 14,7 16,6
Cuenta propia 151,2 167,3 179,0 190,7 124,9 226,8 143,6
Asalariado 94,0 90,1 94,1 87,1 95,3 90,0 91,0
Empresa pequeña 143,6 153,9 135,2 152,0 157,6 180,4 137,0
Empresa mediana 137,0 135,6 125,5 132,3 142,5 191,4 111,1
Empresa grande 41,7 41,3 52,0 40,1 43,4 47,2 40,0
Empleo con beneficios 41,0 39,6 49,1 39,8 39,4 53,2 32,2
Empleo sin beneficios 150,2 157,2 146,4 156,5 158,3 166,2 147,8

Del desempleo al desempleo 36,2 34,4 37,6 37,9 31,1 37,6 32,7
De la inactividad al desempleo 8,0 8,5 9,9 17,8 7,6 8,5 8,3
Del empleo al desempleo 6,4 5,4 10,6 5,9 4,5 3,6 7,1

Del empleo al desempleoc


Propietario 2,4 1,7 8,2 1,6 1,9 1,2 2,4
Cuenta propia 7,8 7,4 12,6 8,7 5,3 4,9 9,1
Asalariado 6,2 5,0 10,4 5,4 4,4 3,5 6,6
Empresa pequeña 8,0 7,0 13,0 7,7 5,9 4,9 8,3
Empresa mediana 5,7 5,1 8,6 5,7 3,9 3,5 6,7
Empresa grande 4,3 3,4 9,0 3,8 2,8 2,6 4,7
Empleo con beneficios 3,5 3,2 6,0 3,5 2,6 2,6 3,8
Empleo sin beneficios 8,9 7,7 14,1 8,9 6,3 5,1 9,4

a Los valores representan el porcentaje de trabajadores desempleados.


b Los valores representan el porcentaje de trabajadores que cambiaron del desempleo al empleo.
c Los valores representan el porcentaje de cada clase de trabajador que quedó desempleado.

Fuente: Cálculos del BID basados en EPH (1993–2001)-INDEC.


82

Capítulo 2

Cuadro apéndice 2.4 Transiciones en el mercado laboral en México, 1990–2001


(Porcentaje)

Adultos Adultos

Transición Todos Adultos Jóvenes Hombres Mujeres Calificados No calificados

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Del desempleoa

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Al desempleo 15,4 15,3 15,9 16,3 14,2 18,3 13,3
A la inactividad 30,0 24,6 34,0 7,9 47,5 25,1 23,9
Al empleo 54,6 60,1 50,1 75,8 38,3 56,6 62,8

Del desempleo al empleob


Propietario 2,4 3,6 0,7 4,6 0,9 4,0 3,3
Cuenta propia 15,7 22,0 6,8 24,0 17,2 19,7 23,4
Asalariado 81,9 74,3 92,5 71,4 81,9 76,2 73,4
Empresa pequeña 44,0 46,6 38,7 49,0 40,9 36,2 53,3
Empresa mediana 20,2 18,0 23,0 18,0 17,7 18,7 17,4
Empresa grande 35,8 35,4 38,3 33,0 41,4 45,1 29,3
Empleo con beneficios 38,5 37,2 41,8 35,8 40,1 42,7 33,5
Empleo sin beneficios 61,5 62,8 58,2 64,2 59,9 57,3 66,5

Del desempleo al empleo,


ajustado por la participación
del empleo en cada categoríaa
Propietario 48,8 74,4 85,2 75,0 31,5 59,6 105,0
Cuenta propia 73,4 99,2 65,5 106,7 78,8 105,9 91,8
Asalariado 111,1 102,0 104,2 100,0 108,8 102,2 102,7
Empresa pequeña 97,8 107,0 92,1 117,5 87,8 106,6 101,8
Empresa mediana 76,3 68,3 71,3 66,9 70,0 65,8 71,7
Empresa grande 125,7 117,5 148,9 105,2 147,0 119,9 125,4
Empleo con beneficios 82,1 74,6 96,5 70,0 83,8 72,0 81,4
Empleo sin beneficios 115,8 125,2 102,7 131,3 114,8 140,7 113,0

Del desempleo al desempleo 15,4 15,3 15,9 16,3 14,2 18,3 13,3
De la inactividad al desempleo 1,9 1,4 2,8 6,2 1,2 2,4 1,1
Del empleo al desempleo 2,0 1,6 3,6 1,8 1,1 1,4 1,7

Del empleo al desempleoc


Propietario 1,1 1,1 1,9 1,1 0,8 0,8 1,4
Cuenta propia 1,7 1,6 3,5 1,9 1,0 1,8 1,5
Asalariado 2,2 1,7 3,6 1,9 1,2 1,4 1,8
Empresa pequeña 2,1 1,7 3,6 2,0 1,2 1,7 1,8
Empresa mediana 2,7 2,1 3,7 2,4 1,6 2,1 2,1
Empresa grande 1,8 1,3 3,4 1,5 0,9 1,2 1,4
Empleo con beneficios 1,8 1,3 3,3 1,8 0,9 1,2 1,5
Empleo sin beneficios 2,2 1,8 3,8 2,2 1,3 1,7 1,9

a Los valores representan el porcentaje de trabajadores desempleados.


b Los valores representan el porcentaje de trabajadores que cambiaron del desempleo al empleo.
c Los valores representan el porcentaje de cada clase de trabajador que quedó desempleado.

Fuente: Cálculos del BID basados en ENEU (1990–2001)-INEGI.


83

La dinámica de los empleos y de los trabajadores: el lado oculto del mercado laboral

Cuadro apéndice 2.5 Transiciones en el mercado laboral por grupo, incluyendo el desempleo voluntario
e involuntario en Argentina y México, años noventa
(Porcentaje)

No Adultos Hombres
País y transición calificados calificados Mujeres adultos Jóvenes Adultos Total

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.
Argentina, 1993–2001
Del empleo
Al empleo 86,2 92,8 85,0 91,9 79,8 89,2 86,8
Al desempleo voluntario 1,0 0,7 1,0 0,8 2,4 0,9 1,1
Al desempleo involuntario 6,0 2,8 3,4 5,1 7,4 4,5 5,1
A la inactividad 6,8 3,7 10,5 2,2 10,4 5,4 7,0

México, 1990–2001
Del empleo
Al empleo 90,6 94,0 83,3 96,8 82,4 91,9 88,4
Al desempleo voluntario 0,8 0,6 0,6 0,7 2,1 0,7 1,1
Al desempleo involuntario 0,9 0,8 0,5 1,1 1,4 0,9 1,0
A la inactividad 7,8 4,6 15,6 1,3 14,0 6,5 9,6

Nota: Los trabajadores desempleados involuntariamente son los que no tienen un empleo, están buscando uno, y fueron despedidos o la empresa
en la que trabajaban cerró.
Fuente: Cálculos del BID basados en EPH-INDEC (1993–2001) para Argentina y Encuesta Nacional de Empleo Urbano (ENEU)-INEGI (1990–2001) para México.
84

Capítulo 2

Cuadro apéndice 2.6 Transiciones en el mercado laboral por tipo de empleo en Argentina y México
(Porcentaje)

Adultos Adultos

Transición Todos Adultos Jóvenes Hombres Mujeres Calificados No calificados

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Argentina, 1993–2001

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Del empleoa
Al desempleo 6,4 5,4 10,6 5,9 4,5 3,6 7,1
A la inactividad 7,0 5,4 10,3 2,2 10,5 3,7 6,8
Al empleo 86,6 89,2 79,1 91,9 85,0 92,7 86,1

Al empleob
Propietario – propietario 58,3 55,2 25,0 57,0 48,5 61,4 43,5
Propietario – cuenta propia 27,6 29,5 25,0 28,7 32,6 25,4 38,1
Propietario – asalariado 14,0 15,3 50,0 14,3 18,9 13,2 18,4
Cuenta propia – propietario 7,2 7,5 2,3 8,8 4,9 10,9 5,2
Cuenta propia – cuenta propia 70,1 69,7 48,3 70,0 69,0 69,8 69,6
Cuenta propia – asalariado 22,7 22,9 49,3 21,2 26,1 19,3 25,2
Asalariado – propietario 0,8 0,9 0,4 1,0 0,6 1,0 0,6
Asalariado – cuenta propia 6,1 6,5 4,5 6,6 6,3 4,4 8,5
Asalariado – asalariado 93,1 92,6 95,1 92,4 93,1 94,6 90,9
Empresa pequeña – empresa pequeña 83,7 82,3 73,4 82,3 87,2 81,3 86,3
Empresa pequeña – empresa mediana 10,9 12,0 18,7 12,0 7,9 12,3 9,3
Empresa pequeña – empresa grande 5,3 5,7 7,9 5,7 4,9 6,4 4,4
Empresa mediana – empresa pequeña 16,8 18,9 19,5 18,9 11,4 12,7 19,6
Empresa mediana – empresa mediana 60,8 58,5 59,4 58,5 65,7 62,1 60,7
Empresa mediana – empresa grande 22,3 22,5 21,1 22,5 22,9 25,2 19,7
Empresa grande – empresa pequeña 7,4 7,4 9,4 7,4 6,5 5,5 9,2
Empresa grande – empresa mediana 18,8 17,9 24,2 17,9 19,1 17,2 19,9
Empresa grande – empresa grande 73,8 74,7 66,4 74,7 74,4 77,3 70,9
Con seguridad social – con seguridad social 90,1 90,5 86,2 89,6 92,0 91,9 89,0
Con seguridad social – sin seguridad social 9,9 9,5 13,8 10,4 8,0 8,1 11,0
Sin seguridad social – con seguridad social 11,7 11,5 19,6 12,3 10,2 14,1 9,4
Sin seguridad social – sin seguridad social 88,3 88,5 80,4 87,7 89,8 85,9 90,6

México, 1990–2001
Del empleoa
Al desempleo 2,0 1,6 3,6 1,8 1,1 1,4 1,7
A la inactividad 9,6 6,5 14,0 1,3 15,6 4,6 7,7
Al empleo 88,4 91,9 82,4 96,9 83,3 94,0 90,6

Al empleob
Propietario – propietario 54,3 54,2 35,8 54,6 52,4 62,0 45,5
Propietario – cuenta propia 26,4 26,3 27,3 25,8 30,5 19,9 34,0
Propietario – asalariado 19,3 19,5 36,9 19,6 17,1 18,1 20,5
Cuenta propia – propietario 8,8 9,4 5,0 11,4 4,6 14,1 7,8
Cuenta propia – cuenta propia 67,8 67,4 51,2 63,7 77,4 63,4 69,3
Cuenta propia – asalariado 23,3 23,2 43,7 24,9 18,0 22,5 22,9
Asalariado – propietario 1,5 1,8 0,5 2,4 0,5 1,9 1,6
Asalariado – cuenta propia 5,3 5,5 3,4 6,5 3,4 2,9 7,7
Asalariado – asalariado 93,2 92,7 96,1 91,1 96,0 95,2 90,7
Empresa pequeña – empresa pequeña 82,5 82,7 73,8 82,7 87,2 81,3 85,2
Empresa pequeña – empresa mediana 10,2 10,0 16,4 10,0 7,3 9,0 9,3
Empresa pequeña – empresa grande 7,3 7,3 9,8 7,3 5,5 9,7 5,5
Empresa mediana – empresa pequeña 24,5 25,5 24,3 25,5 18,0 18,4 26,2
Empresa mediana – empresa mediana 50,9 49,2 51,9 49,2 56,1 51,0 51,2
Empresa mediana – empresa grande 24,6 25,3 23,8 25,3 25,8 30,5 22,6
Empresa grande – empresa pequeña 6,6 7,0 7,4 7,0 3,4 4,0 7,8
Empresa grande – empresa mediana 9,0 8,9 12,7 8,9 5,8 5,8 10,5
Empresa grande – empresa grande 84,4 84,2 80,0 84,2 90,8 90,2 81,7
Con seguridad social – con seguridad social 84,4 85,7 82,7 84,2 89,0 87,2 84,5
Con seguridad social – sin seguridad social 15,6 14,3 17,3 15,8 11,0 12,8 15,5
Sin seguridad social – con seguridad social 16,0 15,4 21,7 15,4 14,8 20,5 12,2
Sin seguridad social – sin seguridad social 84,0 84,6 78,3 84,6 85,2 79,5 87,8

a Los valores representan el porcentaje de trabajadores empleados.


b Los valores representan el porcentaje de trabajadores en cada categoría que cambiaron del primer estado al segundo. Por ejemplo, por
propietario – cuenta propia, los valores representan el porcentaje de propietarios de empresas que se convirtieron en trabajadores por cuenta propia.
Fuente: Cálculos del BID basados en EPH-INDEC para Argentina y ENEU-INEGI para México.
Capítulo
3

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.
Nuevos perfiles
en la oferta
de mano de obra

En un día hábil típico más de 210 millones de lati- para absorber el creciente número de trabajadores
noamericanos de 15 a 64 años de edad ofrecen sus en actividades productivas y ofrecerles condiciones
capacidades de trabajo en el mercado laboral como de trabajo satisfactorias. También revela una gran
asalariados, trabajadores por cuenta propia, o emple- oportunidad porque la región se encuentra en
adores, o bien están en búsqueda de empleo. La medio de una fase demográfica singular en la cual
fuerza laboral se ha incrementado a un ritmo apre- el número de personas en edad de trabajar está cre-
ciable durante los últimos años: unos cinco millo- ciendo con una velocidad considerablemente
nes de nuevos trabajadores se insertan todos los mayor que el número de personas con más proba-
años en el mercado laboral. Entre 1990 y 2000 la bilidades de ser económicamente dependientes
población activa creció 2,5% por año, y en los debido a su edad. Por lo tanto, si la región capitali-
decenios precedentes el ritmo de aumento fue aún za los recursos de esta fase, podrá elevar los niveles
más alto: más de 3% por año en los decenios de de ingreso per cápita y mejorar las condiciones
1980 y 1970.1 sociales y de trabajo.
Si bien se predice que la tasa de crecimiento Las tendencias de la oferta de mano de obra
de la fuerza laboral bajará a 2% en el decenio actual están determinadas en gran medida por las ten-
y a 1,4% en el de 2010, el ritmo de aumento segui- dencias demográficas que pueden considerarse
rá siendo elevado en comparación con el de otras prácticamente un hecho en el mediano plazo. No
regiones. Por ejemplo, aunque entre 1950 y 1980 la obstante, la oferta de mano de obra también se ve
población activa de América Latina era aproxima- afectada por las decisiones de participación en la
damente del mismo tamaño que la de América del fuerza laboral de las personas que están en edad de
Norte, a partir de entonces se ha producido una
rápida divergencia. En 1980 la población activa de
las dos regiones estaba integrada por unos 120 1 Basado en cálculos de la base de datos LABORSTA de la OIT.
millones de trabajadores. Actualmente, la de Amé- 2 La oferta de mano de obra en América Latina y el Caribe en 2010
rica Latina es 26% más grande que la de América y 2020 se ha proyectado multiplicando la tasa estimada de partici-
pación regional en la fuerza laboral por las proyecciones demo-
del Norte y, según las proyecciones, para 2010 esta gráficas de las Naciones Unidas. La tasa de participación para la
diferencia se elevará a 87 millones de trabajadores región se estima a partir de una regresión ponderada de efectos
fijos de tasas de participación de un grupo de 93 encuestas de
(gráfico 3.1).2 hogares en 18 países en 1990-2000 (tamaño de muestra: 93). La
regresión controla la tendencia así como la estructura etaria, espe-
Esta comparación demuestra la magnitud del cíficamente, la distribución de la población en los grupos etarios de
reto que enfrenta la región en los próximos años 15-24, 25-49 y 50-64 años.
86

Capítulo 3

Gráfico 3.1 La fuerza laboral en América Latina y PANORAMA DE LA OFERTA


América del Norte, 1950-2010 DE MANO DE OBRA
(Millones de personas)
300
Las tendencias demográficas, los cambios de parti-
250 cipación en la fuerza laboral y los flujos migratorios
determinan la magnitud y las tendencias de la ofer-

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


200
ta de mano de obra. En la región de América Lati-

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


150
na y el Caribe, el aumento de 47 millones de
trabajadores en la oferta de mano de obra durante
100 los años noventa –que representa una tasa de cre-
cimiento anual de 2,5%– se debió principalmente
50
al crecimiento ininterrumpido de la población en
0 edad de trabajar. Más precisamente, las tendencias
1950 1960 1970 1980 1990 2000 2010
demográficas representaron el 92% del incremen-
to; los cambios en la participación en la fuerza labo-
América del Norte América Latina
ral, el 13% y los flujos netos de emigrantes, el -5%
Nota: América del Norte incluye Canadá, Estados Unidos, Islas Bermudas, Groenlandia, (una reducción del tamaño de la fuerza laboral).3
y San Pedro y Miquelón.
Fuente: LABORSTA (copyright 1998-2003) para América Latina y el Caribe y En muchos aspectos, los países de América
América del Norte entre 1950 y 2000. Proyecciones de la OIT para América del Norte Latina y el Caribe son heterogéneos, y esto también
en 2010 y proyecciones del BID para América Latina y el Caribe en 2010.
se verifica con respecto a las tendencias de la ofer-
ta de mano de obra. En la mayoría de los países
más pobres, el aumento fue superior al 3% por año
durante los años noventa. Sin embargo, México,
trabajar y por la posibilidad de que la oferta de tra- Costa Rica y Venezuela, tres países de ingreso rela-
bajadores de cada país se vea ampliada por la inmi- tivamente alto, registraron tasas similares. En Boli-
gración o reducida por la emigración. Estas variables via, Guyana y Haití, que se encuentran entre los
dependen de fuerzas demográficas, pero también países más pobres, la oferta de mano de obra
están influidas por otros factores económicos, aumentó menos del 3% por año. Únicamente cinco
sociales y culturales. La demografía, la participa- países registraron tasas inferiores al 2% (Barbados,
ción en la fuerza laboral y las decisiones respecto a Guyana, Jamaica, Suriname y Uruguay). Estos paí-
la migración modifican no sólo el tamaño de la ses son pequeños, pero varían en términos de nivel
población activa, sino también su composición en de ingresos y otros aspectos del desarrollo socioe-
cuanto a edad, género y otras dimensiones. A su conómico.
vez, estas modificaciones afectan el comportamien-
to del mercado laboral, porque la propensión a que-
darse desempleado, cambiar de trabajo o trabajar 3 Se utilizó una ecuación sencilla para descomponer el incremento
por cuenta propia difiere según la edad y el género. de la oferta de mano de obra en (1) la variación del tamaño de la
El propósito de este capítulo es ilustrar estas nue- población en edad de trabajar multiplicada por la tasa de partici-
pación regional en 2000 más (2) el cambio de la tasa de partici-
vas tendencias en la oferta de mano de obra, sus pación regional multiplicada por el tamaño de la población en
1990. El primer componente puede dividirse en la parte correspon-
principales fuerzas motrices y sus implicaciones diente al incremento natural de la población y en la parte que apor-
para el funcionamiento del mercado laboral en ta la migración neta si se supone que la tasa de participación de los
migrantes es igual que la de los no migrantes. La fuente de datos
América Latina y el Caribe. sobre oferta de mano de obra y tasas de participación es LABORS-
TA, base de datos sobre estadísticas laborales de la Organización
Internacional del Trabajo (OIT). Los datos sobre migración se obtu-
vieron únicamente para 1995-2000 de Naciones Unidas (2002) y
se supuso que las tasas de migración neta fueron las mismas para
1990-95. Además, se supuso que el 76% de los migrantes estaba
en edad de trabajar según Clark, Hatton y Williamson (2003, cua-
dro 3).
87

Nuevos perfiles en la oferta de mano de obra

La demografía, sin excepción, es la principal Gráfico 3.2 Crecimiento anual de la oferta laboral en América
fuerza motriz que determina el incremento de la Latina y el Caribe, 1990-2000
(En porcentaje)
oferta de mano de obra en los países de la región a. Total y debido al crecimiento de la población
(gráfico 3.2a). No obstante, si bien en Uruguay este
Total excluyendo Brasil
factor es responsable de un aumento anual de sólo Total
Nicaragua
0,8% (tres cuartos del crecimiento total de la oferta Honduras

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


El Salvador
Costa Rica
de mano de obra), en Nicaragua las tendencias Guatemala

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Belice
Ecuador
demográficas provocan un aumento anual de 3,6% Paraguay
Venezuela
(97% del incremento total). México
Perú
Rep. Dominicana
Aunque menos importantes que la demogra- Colombia
Bolivia
Panamá
fía, los cambios de participación en la fuerza labo- Bahamas
Argentina
ral constituyen una importante fuente de expansión Chile
Trinidad y Tobago
Haití
de la oferta de mano de obra (gráfico 3.2b). Esto es Brasil
Suriname
Guyana
aún más evidente cuando se excluye a Brasil, que Barbados
Jamaica
representa aproximadamente un tercio de la pobla- Uruguay
0,0 0,5 1,0 1,5 2,0 2,5 3,0 3,5 4,0 4,5
ción activa latinoamericana total, pero fue uno de
Crecimiento anual de la oferta de trabajo, 1990-2000
sólo tres países (junto con Haití y Jamaica) donde Debido al crecimiento de la población
las tasas de participación bajaron en los años
noventa.4 Si se excluye a Brasil, los cambios de la b. Debido a cambios en la tasa de participación
participación de la fuerza laboral representaron el Total excluyendo Brasil
Total
22% de la expansión de la oferta de mano de obra. Nicaragua
Honduras
El Salvador
Este aporte fue de más del 30% en Chile, Guyana, Costa Rica
Guatemala
Suriname y Uruguay y menos del 10% en apenas Belice
Ecuador
Paraguay
un puñado de países. Venezuela
México
Perú
Para toda la región, los flujos de migración Rep. Dominicana
Colombia
neta no constituyen un factor importante que Bolivia
Panamá
Bahamas
determine el cambio de los perfiles de la oferta de Argentina
Chile
Trinidad y Tobago
mano de obra. Representan una reducción de la Haití
Brasil
fuerza laboral de sólo 0,14% anual, lo que equivale Suriname
Guyana
Barbados
a un 5% del aumento total. No obstante, América Jamaica
Uruguay
Latina tiene la tasa de emigración neta más alta del -0,4 -0,2 0,0 0,2 0,4 0,6 0,8 1,0

mundo, especialmente en los países angloparlantes


del Caribe, donde son elevadísimas. En el gráfico c. Debido a la migración neta
3.2c puede verse que el flujo de emigrantes a otros Total excluyendo Brasil
Total
países reduce la fuerza laboral de Jamaica en un Nicaragua
Honduras
El Salvador
punto porcentual por año. Otras fuentes de datos, Costa Rica
Guatemala
que abarcan solamente los flujos migratorios hacia Belice
Ecuador
Paraguay
Estados Unidos, muestran que los grandes flujos de Venezuela
México
Perú
migración afectan también las tendencias y la Rep. Dominicana
Colombia
composición de la oferta de mano de obra en otros Bolivia
Panamá
Bahamas
países del Caribe y de América Central. Argentina
Chile
Trinidad y Tobago
En secciones posteriores de este capítulo se Haití
Brasil
Suriname
Guyana
Barbados
Jamaica
4 Aunque según datos de la OIT las tasas de participación para el Uruguay
grupo de 15-64 años bajaron en Brasil durante los años noventa, -1,5 -1,0 -0,5 0,0 0,5 1,0
los datos de encuestas nacionales de hogares de ese país no mues- Fuente: Cálculos del BID basados en LABORSTA para 1990 y 2000, y en Naciones
tran una reducción de las tasas de participación para el mismo Unidas, división de población (2002) para las tasas de migración neta para el período
grupo etario. 1995-2000.
88

Capítulo 3

Gráfico 3.3 Edad promedio de la fuerza laboral La población activa está envejeciendo en casi
todos los países. Los casos más extremos son Boli-
Argentina
Uruguay
via y México, donde el trabajador típico es casi dos
Chile años mayor que a principios de 1990. En Bolivia
Panamá participa una mayor proporción de trabajadores de
Bolivia 50 a 64 años de edad en el mercado laboral, en

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Venezuela
tanto que en México se ha reducido la participación

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


México
Colombia de los jóvenes. No obstante, el trabajador típico de
Costa Rica Honduras, Nicaragua y Uruguay es ahora ligera-
Brasil mente más joven que hace un decenio, lo cual se
Honduras
debe en los dos primeros países al gran número de
Nicaragua
30 31 32 33 34 35 36 37 38 jóvenes que ingresan en el mercado de trabajo y en
Finales de los '90 Inicios de los '90
Uruguay, a la mayor participación de trabajadores
de menor edad, especialmente mujeres. Si bien los
Fuente: Cálculos del BID basados en encuestas de hogares. componentes masculino y femenino de la pobla-
ción activa están envejeciendo en la mayoría de los
países, la edad promedio de la mujer está aumen-
analizarán con mayor detalle la influencia de las tando con mayor velocidad que la de los hombres,
tendencias demográficas, los cambios de la partici- porque está creciendo la participación de las muje-
pación en la fuerza laboral y los flujos migratorios res de 40 a 60 años. Y aunque el perfil etario de la
en la composición de la mano de obra y en el fun- participación se está asemejando más entre hom-
cionamiento de los mercados de trabajo de Améri- bres y mujeres, sigue habiendo grandes diferencias
ca Latina. No obstante, resulta útil estudiar primero en la antigüedad promedio porque la permanencia
cómo cambiaron algunas de las características prin- de los varones en la fuerza laboral tiene menos
cipales de la oferta de mano de obra en el último interrupciones que la de las mujeres.
decenio. Las diferencias de género en cuanto a la par-
En América Latina, la población activa está ticipación en la fuerza laboral han registrado una
envejeciendo, se está equilibrando más en térmi- tendencia descendente durante varios decenios en
nos de género, se va haciendo más urbana y tiene América Latina. En los años sesenta, por cada diez
un mayor nivel de escolaridad. En 2000 el trabaja- hombres que trabajaban sólo había tres mujeres.
dor típico tenía 35,2 años de edad y en 1990, 34,4. Esta última cifra aumentó a cuatro en los años
Considerando la diversidad de las condiciones ochenta y a más de 5,5 en 2000 (gráfico 3.4).6 Las
demográficas en los países latinoamericanos, la tasas más altas de participación femenina en la
edad promedio de la fuerza laboral es notablemen- población activa se encuentran en algunos de los
te similar en los distintos países. De los 12 países países angloparlantes del Caribe: en las Bahamas,
del gráfico 3.3, Argentina tiene la población activa Barbados y Jamaica hay nueve mujeres por cada
de más edad, con un promedio de 37,4 años, en diez hombres en la población activa. Si bien la par-
tanto que Nicaragua tiene la más joven con un pro- ticipación femenina en la fuerza laboral de estos
medio de 32,8 años. Es importante notar que la países es mayor que hace varios decenios, siempre
edad promedio de la población total en edad de tra-
bajar es un poco más baja (35,7 en Argentina y 31,5
en Nicaragua). Esto se debe a que las tasas de par-
ticipación en la fuerza laboral son más bajas para 5Salvo indicación en contrario, las encuestas de hogares y años
los grupos más jóvenes. Dichas tasas tienden a des- empleados son los que se indican en el cuadro apéndice.
cender después de los 50 años, pero el tamaño rela- 6 Para dar una perspectiva de largo plazo, en este gráfico se han
tivo de los grupos de mayor edad es muy pequeño utilizado series del Banco Mundial que no son estrictamente com-
parables con los otros estimados utilizados en este libro, los cuales
como para desviar el cálculo hacia esa dirección.5 provienen de encuestas de hogares recientes.
89

Nuevos perfiles en la oferta de mano de obra

Gráfico 3.4 Mujeres en la fuerza laboral Gráfico 3.5 Porción de la fuerza laboral que reside en zonas
(por cada 10 hombres) urbanas
(En porcentaje)
Bahamas
Jamaica Uruguay
Barbados Argentina
Haití Venezuela
Uruguay Chile

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Colombia Brasil
Bolivia México
Colombia

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


El Salvador
Nicaragua Perú
Brasil Bolivia
Panamá Ecuador
Venezuela Paraguay
Trinidad y Tobago Rep. Dominicana
Guyana Panamá
Suriname El Salvador
Chile Nicaragua
México Honduras
Argentina Costa Rica
Haití
Honduras
Guatemala
Perú
25 35 45 55 65 75 85 95
Costa Rica
Rep. Dominicana 1990 2000 2010
Paraguay
Guatemala
Ecuador Fuente: CEPAL (1999).
Belice
1 2 3 4 5 6 7 8 9

1970 1980
1990 2000 más alta participación de la mujer en el mercado
laboral de todos los países de la región.
Fuente: Banco Mundial (varios años). En América Latina la población activa es cada
vez más urbana, en parte como resultado directo
del proceso de urbanización, en parte debido a las
ha sido mucho mayor que en la mayoría de los paí- crecientes tasas de participación de la mujer urba-
ses latinoamericanos, lo que puede deberse a cues- na y, en menor medida, a la reducción de las tasas
tiones culturales. Por otra parte, cabe destacar que de participación laboral de los niños en zonas rura-
el país con menor participación de la mujer en la les. Los datos disponibles proporcionan un panora-
fuerza de trabajo es precisamente otro país anglo- ma completo de estas tendencias pero sólo desde
parlante: Belice, donde hay tres veces más hombres principios de los años noventa (gráfico 3.5).7 La
que mujeres trabajando. proporción de la población activa que reside en
En cuanto a los países hispanoparlantes, las zonas urbanas es más alta en los países que tradi-
tasas más altas de participación femenina en la cionalmente han registrado los niveles de ingresos
población activa se encuentran en Uruguay, más elevados de la región, como Uruguay, Argenti-
Colombia y Bolivia, lo que llama la atención dadas na y Venezuela, y más baja en los países pobres,
las diferencias de desarrollo socioeconómico entre como Haití y Guatemala. No obstante, el ritmo de
estos países. Ecuador, Guatemala y Paraguay tienen la urbanización de la población activa no parece ser
grandes porcentajes de poblaciones indígenas nati- un resultado mecánico del crecimiento económico:
vas, y figuran entre los países con la participación Costa Rica figura entre los países menos urbanos de
más baja de la mujer en la fuerza laboral. No obs- América Latina pese a su elevado nivel de desarro-
tante, Costa Rica y República Dominicana también llo. Mientras tanto, la urbanización está avanzando
registran tasas de participación femenina relativa-
mente bajas.
En general, la población activa de América
Latina se está equilibrando más en materia de 7 Las estimaciones y predicciones sobre las tendencias de la urbani-

género en todos los países con excepción de Haití, zación fueron elaboradas por el Centro Latinoamericano de Demo-
grafía (CELADE) y publicadas por la Comisión Económica para
que en los decenios de 1960 y 1970 registraba la América Latina y el Caribe (CEPAL) (1999).
90

Capítulo 3

más rápidamente en tres de los países más pobres Gráfico 3.6 Fuerza laboral por nivel de escolaridad
de la región (Haití, Honduras y Bolivia), ninguno (En porcentaje)

de los cuales ha registrado tasas estelares de creci- Argentina


miento. Panamá

El trabajador típico de América Latina tiene Chile


Costa Rica
aproximadamente ocho años de educación formal.

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Bolivia
Si bien los niveles de escolaridad han ido en

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Venezuela
aumento, el ritmo ha sido notablemente lento, Uruguay
como se analiza con mayor detalle en la sección de Colombia
México
este capítulo dedicada a la educación. Durante los
Brasil
años noventa, el incremento promedio de la esco- Nicaragua
laridad del trabajador típico fue de apenas 0,6 años. Honduras
Según estimaciones basadas en encuestas de hoga- 0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100

res, México fue uno de los pocos países donde hubo Sin estudios hasta primaria completa
Secundaria incompleta hasta secundaria completa
un avance sustancial: los años promedio de estu- Más que secundaria completa
dios de la población activa pasaron de 7,3 a princi-
Fuente: Encuestas de hogares del BID.
pios de los años noventa a 8,5 en 2000.
Una gran proporción de la fuerza laboral de la
mayoría de los países de América Latina está inte-
grada por trabajadores que únicamente terminaron En resumen, la oferta de mano de obra sigue
la escuela primaria: aproximadamente el 40% de creciendo rápidamente en América Latina debido a
los trabajadores actuales de América Latina nunca las fuerzas combinadas de la demografía, la partici-
asistió a la escuela secundaria. Aunque esta pro- pación en la fuerza laboral y la migración. En con-
porción ha disminuido, ya que era 45% hace un junción con los cambios en los perfiles educativos,
decenio y superior a 50% en decenios anteriores, estas fuerzas también están reconfigurando la com-
en Honduras, Nicaragua y otros países de bajo posición de la población activa, que está enveje-
ingreso, más de la mitad de los trabajadores termi- ciendo, se está equilibrando más en términos de
naron, cuanto mucho, la escuela primaria (gráfico género, es más urbana y tiene un mayor nivel de
3.6). escolaridad. Como se analiza en el resto de este
Haciendo una comparación internacional, no capítulo, cada una de estas fuerzas influye en el
puede decirse que la participación de trabajadores comportamiento del mercado laboral.
con (al menos algunos) estudios terciarios sea baja
en la mayoría de los países de América Latina.
Aproximadamente uno de cada cuatro trabajadores LA TRANSICIÓN DEMOGRÁFICA
de Argentina, Chile y Panamá tiene cierta forma-
ción universitaria. En Costa Rica, Uruguay, Vene- La principal fuerza que impulsa los nuevos perfiles
zuela e incluso en Bolivia, país de bajo ingreso, más de la oferta de mano de obra es la transición demo-
del 15% de la población activa ha realizado en gráfica, es decir, el proceso de cambio de la pobla-
alguna medida estudios universitarios. Como se ha ción de un equilibrio de altas tasas de natalidad y
reconocido desde hace mucho tiempo, las princi- mortalidad a uno con bajas tasas de natalidad y
pales deficiencias de los sistemas educativos de mortalidad. Durante los decenios en los que tiene
América Latina no residen en la capacidad para lugar este proceso, la tasa de crecimiento, edad y
atraer estudiantes con secundaria completa a las composición por género de la fuerza de trabajo
numerosas universidades y otras instituciones de experimentan cambios importantes.
educación postsecundaria, sino en la capacidad La transición demográfica típica comienza
para retener a los niños en la escuela hasta que ter- con una abrupta caída de la tasa de mortalidad,
minen el ciclo secundario. generalmente como resultado de mejores condicio-
91

Nuevos perfiles en la oferta de mano de obra

nes sanitarias que reducen las tasas de mortalidad Gráfico 3.7 Crecimiento de la población en América
de lactantes y niños. Después de un cierto período, Latina y el Caribe, 1950-2010
(Porcentaje anual promedio)
esto tiene efecto sobre la fecundidad porque los
3,0
padres van tomando conciencia de que las probabi-
2,8
lidades de que sus hijos sobrevivan son mayores y
2,6
ajustan las expectativas sobre el tamaño de la fami-

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


2,4
lia. El desfase entre la caída de las tasas de mortali-

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


2,2
dad y la reducción de las tasas de natalidad
2,0
significa que los países registran en primer lugar
1,8
un rápido crecimiento de la población, que gra-
1,6
dualmente se va aminorando a medida que madu-
1,4
ra la transición demográfica. La velocidad de este
1,2
proceso determina el tamaño relativo de cada gene-
1,0

1950-55

1955-60

1960-65

1965-70

1970-75

1975-80

1980-85

1985-90

1990-95

1995-2000

2000-05

2005-10
ración y la participación demográfica de cada
grupo etario.
El crecimiento demográfico de América Lati- Población total Población en edad de trabajar (15-64)
na llegó a su punto más alto alrededor de 1965, con
una tasa de aproximadamente 2,8% anual. La Fuente: Naciones Unidas, división de población (2002).

población total de la región está creciendo 1,4% por


año (Naciones Unidas, 2002). Estas tendencias, con
un desfase, se reflejan en la tasa de crecimiento de to la oportunidad de que aumenten los ingresos de
la población en edad de trabajar, que alcanzó su las familias (y de toda la economía), de que el aho-
valor máximo alrededor de 1980 y que a partir de rro y la inversión se incrementen, y de que se
ese año mantuvo una tendencia descendente (grá- ofrezca una mejor educación a los niños de la
fico 3.7). (Esta tendencia también se observa en la nueva generación que representarán un porcentaje
fuerza de trabajo, aunque no de manera mecánica menor de la población. Pero también puede ser una
porque la participación laboral de la mujer adulta época de grandes desafíos, sobre todo desde el
tiende a aumentar cuando baja la fecundidad, pero punto de vista del trabajo, porque deben crearse
la de los hombres y mujeres jóvenes probablemen- rápidamente fuentes de empleo y las condiciones
te disminuya a medida que las familias están en de trabajo deben adaptarse ante una fuerza laboral
mejores condiciones de ofrecer a sus hijos más con rápidos cambios en la composición por edad,
años de escolaridad).8 género y escolaridad. En la última sección de este
El rápido crecimiento de la población en edad capítulo se analizan las importantes implicaciones
de trabajar hacia mediados de la transición demo- para la política laboral y la seguridad social.
gráfica ofrece una oportunidad porque se reduce la
relación de dependencia. Dado que las tasas de Un análisis más detallado
fecundidad están bajando, la participación de las de la transición demográfica
personas que se encuentran por debajo de la edad
de trabajo oficial tiende a decaer, en tanto que la de Los países pueden clasificarse según la etapa de la
aquellas que están más allá de la edad típica de transición demográfica en la que se encuentran
jubilación sigue siendo pequeña. Después de varios actualmente. Bolivia y Haití son los únicos dos paí-
decenios, el proceso se revierte porque envejece un ses latinoamericanos en la primera etapa del
gran segmento de la población y aumentan las proceso, con tasas brutas de natalidad considera-
tasas de dependencia.
Durante esta etapa intermedia de la transi-
ción demográfica las posibilidades de progreso
socioeconómico son extraordinarias. Existe en efec- 8 Por definición, un trabajador adulto tiene 25 años o más.
92

Capítulo 3

Cuadro 3.1 Transición demográfica en América Latina y el Caribe, 2000–10

Proyección de Proyección de Proyección Proyección de la Proyección del


la tasa bruta la tasa bruta de la tasa neta tasa de crecimiento crecimiento de la
País de mortalidada de natalidada de migraciónb de la población mano de obrac
2000-2005 2000-2005 2000-2005 2000-2005 2000-2010

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Etapa I

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Bolivia 8,1 29,3 –2,3 1,9 2,9
Haití 14,6 30,3 –2,5 1,3 1,8

Etapa II
Belice 5,3 27,0 –1,2 2,1 3,7
Guatemala 6,7 34,2 –2,0 2,6 3,5
Honduras 5,7 30,0 –0,9 2,3 3,0
Nicaragua 5,1 31,6 –2,2 2,4 3,5
Paraguay 5,1 29,6 –0,9 2,4 3,0

Etapa III
El Salvador 5,9 25,1 –3,7 1,6 2,9
Venezuela 4,6 22,8 0,3 1,9 2,6
Ecuador 5,8 23,0 –2,3 1,5 2,4
Perú 6,1 23,3 –2,2 1,5 2,0
México 5,0 22,4 –2,9 1,5 2,0
República Dominicana 7,0 23,3 –1,4 1,5 1,9
Costa Rica 3,9 19,1 4,1 1,9 2,5
Colombia 5,4 22,2 –0,9 1,6 1,9
Panamá 5,0 22,7 0,7 1,8 2,7
Brasil 7,1 19,7 –0,1 1,2 1,8

Etapa IV
Bahamas 8,2 19,4 0,0 1,1 1,3
Jamaica 5,7 20,5 –5,6 0,9 2,0
Trinidad y Tobago 7,3 13,7 –2,9 0,3 1,4
Chile 5,6 18,2 –0,3 1,2 1,2
Argentina 7,6 19,0 0,3 1,2 1,9
Uruguay 9,1 16,8 –0,6 0,7 1,1
Barbados 7,8 12,2 –0,9 0,3 0,3

a El número de nacimientos vivos (o muertes) durante el año por cada 1.000 habitantes en la mitad de cada año.
b El número de inmigrantes menos el número de emigrantes durante el período, por cada 1.000 habitantes.
c Proyecciones de la oferta de mano de obra para el año 2010 que se calcularon con una regresión ponderada de efectos fijos de las tasas de participación que

surgen de las encuestas de hogares de 18 países entre 1990 y 2000 (el número de observaciones es 93). La regresión se controla por la tendencia anual así como
la estructura etaria.
Nota: La tasa bruta de mortalidad puede incrementarse en la etapa IV debido al crecimiento de la población vieja. Por ejemplo, en 1995 el porcentaje de pobla-
ción mayor de 60 años fue superior al 10% en Argentina, Uruguay y Barbados, y de estos países la tasa bruta de mortalidad es la más alta entre los países de la
etapa IV.
Fuente: Naciones Unidas, Base de datos de la división de población, 2002.

blemente más altas que en todos los demás países segunda etapa de la transición demográfica, en la
y tasas de mortalidad que se ubican en el rango cual las tasas de mortalidad ya han bajado conside-
más elevado. Las tasas moderadas de crecimiento rablemente pero las de natalidad siguen siendo
demográfico de estos dos países son más bajas que altas (alrededor de 30 por mil). Las tasas de creci-
las que predice el modelo demográfico clásico, pero miento demográfico de estos países son las más
probablemente esto se deba a las altas tasas de emi- altas de la región, todas se ubican por arriba del 2%.
gración neta (cuadro 3.1). Belice, Guatemala, Hon- La mayoría de los países latinoamericanos ya
duras, Nicaragua y Paraguay se encuentran en la han pasado las dos primeras etapas de la transición
93

Nuevos perfiles en la oferta de mano de obra

Gráfico 3.8 Oportunidad demográfica (tasa de dependencia)


a. Bolivia y América Latina b. Nicaragua y América Latina
1,5 1,5

1,4 1,4

1,3 1,3

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


1,2 1,2

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


1,1 1,1

1,0 1,0

0,9 0,9

0,8 0,8

0,7 0,7
1950
1955
1960
1965
1970
1975
1980
1985
1990
1995
2000
2005
2010
2015
2020
2025
2030
2035
2040
2045
2050

1950
1955
1960
1965
1970
1975
1980
1985
1990
1995
2000
2005
2010
2015
2020
2025
2030
2035
2040
2045
2050
América Latina Bolivia América Latina Nicaragua

c. Perú y América Latina d. Chile y América Latina


1,5 1,5

1,4 1,4

1,3 1,3

1,2 1,2

1,1 1,1

1,0 1,0

0,9 0,9

0,8 0,8

0,7 0,7
1950
1955
1960
1965
1970
1975
1980
1985
1990
1995
2000
2005
2010
2015
2020
2025
2030
2035
2040
2045
2050

1950
1955
1960
1965
1970
1975
1980
1985
1990
1995
2000
2005
2010
2015
2020
2025
2030
2035
2040
2045
2050
América Latina Perú América Latina Chile

Nota: Tasa de dependencia = (población entre 0 y 14 años + 4 * población mayor de 65 años)/población entre 15 y 64 años.
Fuente: Naciones Unidas, división de población (2002).

demográfica. La mayoría de los países de ingreso natalidad se encuentran por debajo de 20 por mil y
mediano ya están experimentando tasas de morta- las de mortalidad, en valores bajos e intermedios
lidad bajas y tasas de natalidad moderadas, aunque (posiblemente como reflejo de la creciente propor-
estas últimas siguen en descenso. Las tasas de cre- ción de los grupos de más edad). Las tasas de cre-
cimiento demográfico de estos países oscilan entre cimiento demográfico de este grupo de países son
1,2% en el caso de Brasil y poco menos de 2% en inferiores a 1,2% anual (en parte debido a las altas
Costa Rica, Panamá y Venezuela. tasas de emigración en los países del Caribe).
Los países angloparlantes del Caribe, así América Latina en su conjunto ya se encuen-
como Argentina, Chile y Uruguay, son los únicos tra a mediados del período de oportunidad demo-
de la región que ya están en la última etapa de la gráfica. Las tasas de dependencia (ajustadas) han
transición demográfica. En general sus tasas de ido descendiendo desde principios de los años
94

Capítulo 3

sesenta y ya se están acercando a su punto más Gráfico 3.9 Tasa de crecimiento de la fuerza laboral de países
bajo, antes de comenzar a incrementarse rápida- en diferentes etapas de transición demográfica
(En porcentaje)
mente. Esto significa que la proporción de las per-
4,0
sonas en edad de trabajar se está aproximando a su
3,5
punto más alto. Para 2020 aproximadamente el 70%
de la población de América Latina estará en edad 3,0

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


de trabajar.9 No obstante, los países que se encuen-

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


2,5

tran en las dos primeras etapas de la transición 2,0


demográfica están apenas ingresando en este perí-
1,5
odo de oportunidad. En Bolivia, la tasa de depen-
1,0
dencia ha comenzado a descender, y en Nicaragua
–un país típico de la segunda etapa– se cree que 0,5

caerá en forma notoria durante por lo menos dos 0,0


Etapa I Etapa II Etapa III Etapa IV
decenios. En el otro extremo del espectro demo-
gráfico regional, Chile ya está experimentando un 1990-2000 2000-10 2010-20

aumento moderado de la relación de dependencia, Fuente: Cuadro 3.1.


debido a la proporción creciente de los grupos de
edad avanzada, tendencia que se intensificará en
los próximos tres decenios (gráfico 3.8). refleja tendencias pasadas. Las proyecciones tam-
Las tendencias de la fuerza laboral reflejan bién tienen en cuenta la nueva composición etaria
claramente estos perfiles de la transición demográ- de la población dado que existe una fuerte relación
fica. Bolivia, que aún se halla en la primera etapa entre la edad y los perfiles de participación en la
de dicha transición, es uno de los pocos países fuerza laboral. Por supuesto, las proyecciones son
donde se estima que la tasa de crecimiento de la una simplificación muy somera. Como se demues-
población económicamente activa será más alta a tra en la siguiente sección, la participación en la
lo largo de la presente década (2000-2010) que en la fuerza laboral está regida por una serie de factores,
década anterior. No obstante, las tasas más altas de algunos de los cuales son difíciles de pronosticar
crecimiento de la fuerza laboral se encuentran en con varios años, mucho menos con varios decenios,
el grupo de países de la segunda etapa de la transi- de anticipación.
ción. El número de trabajadores de Guatemala,
Honduras, Nicaragua y Paraguay creció alrededor
de 3,6% por año en la década anterior, y crecerá LOS ALTIBAJOS DE LA PARTICIPACIÓN
sólo ligeramente menos en el decenio 2000-2010. El LABORAL
gran grupo de países que atraviesa la tercera etapa
de la transición demográfica ha experimentado Más del 90% del incremento de la oferta de mano
tasas de crecimiento más lentas de la población de obra del último decenio tuvo origen en el mero
activa, tendencia que se reforzará en este decenio. aumento del tamaño de la población latinoameri-
Típicamente, en este grupo de países la tasa de cre- cana. Sólo alrededor de un 13% fue el resultado de
cimiento de la población activa bajará de 2,3% a cambios en los perfiles de participación en la fuer-
1,5% de este decenio al próximo. Por último, en el za laboral (los flujos migratorios representaron una
grupo más avanzado de la transición, la fuerza labo-
ral aumentará a una tasa moderada en los próximos
dos decenios, por debajo del 1,5% (gráfico 3.9). 9 La tasa de dependencia ajustada alcanza su nivel más bajo apro-
Es importante mencionar que los cálculos de ximadamente un decenio antes de que la proporción de quienes
están en edad de trabajar alcance su valor máximo debido al fac-
estas proyecciones suponen que la tasa de partici- tor de ajuste, según el cual cada persona de 65 años o más tiene la
misma ponderación que cuatro niños en el cálculo de esa tasa (lo
pación de la población en edad de trabajar aumen- que refleja los costos relativos de sus necesidades de previsión
taría 2 puntos porcentuales por decenio, lo que social).
95

Nuevos perfiles en la oferta de mano de obra

Gráfico 3.10 Tasa de participación femenina en la fuerza laboral, Gráfico 3.11 Porción de los ingresos del hogar
áreas rurales y urbanas ganados por la mujer
(En porcentaje)
Brasil
Uruguay
Colombia El Salvador
Argentina
Venezuela Panamá

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Paraguay
Brasil

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Honduras Venezuela
Honduras
Chile Colombia
Nicaragua
México Chile
Bolivia
Panamá Guatemala
Perú
Costa Rica Ecuador
México
35 40 45 50 55 60 Costa Rica
Porcentaje de mujeres entre 18 y 64 años 20 25 30 35 40 45 50

Finales de los '90 Inicios de los '90


Finales de los '90 Inicios de los '90
Fuente: Actualizado de Duryea, Cox Edwards y Ureta (2001).
Fuente: Actualizado de Duryea, Cox Edwards y Ureta (2001).

pequeña disminución). No obstante, los cambios en femenina en la fuerza laboral fue por lo menos tan
la participación en la fuerza laboral tienen una inci- pronunciada en los años noventa como en decenios
dencia mucho mayor en las características de la previos y es común a todos los países. En México,
oferta de la mano de obra de lo que sugiere esta Venezuela y Honduras, las tasas de participación de
descomposición. la mujer en la fuerza laboral aumentaron diez pun-
Dado que los hombres adultos en edad pro- tos porcentuales durante los años noventa, en tanto
ductiva (25-55 años) tienen elevadas tasas de parti- que el incremento promedio de los ocho países del
cipación en la fuerza laboral en casi todas las gráfico 3.10 fue de siete puntos porcentuales.11 La
circunstancias, los cambios en esa participación implicación obvia es que la mujer contribuye
proceden en general del ingreso o egreso de muje- actualmente en una proporción más amplia al
res adultas (y en menor medida de quienes están ingreso del hogar y, por extensión, a toda la econo-
fuera de esos límites de edad). Entre 80 y 90 de mía. El caso más extremo es Uruguay, donde la
cada 100 hombres adultos latinoamericanos partici- mujer aporta casi la mitad del ingreso. En la mayo-
paron en el mercado de trabajo en los últimos dece- ría de los países de la región, la mujer aporta apro-
nios; en contraste, las tasas de participación de la ximadamente un tercio del ingreso (gráfico 3.11).12
mujer adulta pasaron de 24% en promedio en el
decenio de 1950 a alrededor de 33% en los años 10Los datos para las décadas de 1950 y 1980 se tomaron de Psa-
ochenta y casi 50% hacia finales del siglo pasado.10 charopoulos y Tzannatos (1992).
Como resultado, aunque las mujeres representaban 11 La variación en la participación femenina en la fuerza laboral
puede diferir de las tendencias que se observan en la figura 3.10
únicamente la cuarta parte de la fuerza laboral en por las siguientes razones: 1) sólo se toman dos puntos en este caso
los años sesenta y setenta, su participación aumen- y las diferencias no están anualizadas; es decir, no hay control para
el número de años transcurridos entre los primeros y últimos puntos;
tó a 36% tres decenios después. 2) en México se utiliza la encuesta nacional de hogares y no la
Aunque el trabajo infantil constituye una encuesta de fuerza de trabajo urbana, y 3) la muestra es para la
población de 18-64 años y no de 15-64 años.
pequeña fracción de la oferta total de mano de obra
12 La proporción del ingreso del hogar percibido por las mujeres fue
y ha descendido en la mayoría, aunque no en todos calculada como un promedio simple de todos los hogares indepen-
los países de la región, sigue siendo un importante dientemente de su composición o nivel de ingresos. Nótese que el
aumento del poder de generación de ingresos de la mujer no parece
problema social que exige atención específica en la deberse a una necesidad económica, sino a una mayor proporción de
formulación de políticas (véase el recuadro 3.1). hogares encabezados por mujeres. Si las muestras se restringen a los
hogares en los cuales hay por lo menos un hombre adulto y una mujer
La tendencia hacia una mayor participación adulta, los resultados son cualitativamente iguales.
96

Capítulo 3

Recuadro 3.1 Tendencias en el trabajo infantil

evidente. Como los niños asisten a la escuela cinco horas o

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


La oferta de mano de obra no está necesariamente limitada
a los adultos: incluye también a millones de niños y adoles- menos y muchos de ellos combinan trabajo y escolaridad

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


centes en la región. La Organización Internacional del Tra- todos los días, el requisito de asistir a la escuela no necesa-
bajo (OIT) estima que en América Latina y el Caribe riamente implica que trabajen menos horas.
participan 21,5 millones de niños en actividades económica- En las zonas urbanas de Brasil, Bolsa Escola ha sido
mente productivas que elevan directa o indirectamente el un programa reconocido por su impacto en la asistencia a
ingreso familiar (OIT/IPEC 2002). Puede resultar difícil cap- la escuela, pero con un efecto insignificante en el trabajo
tar con exactitud el trabajo de los niños en las encuestas de infantil (Yap, Sedlacek y Orazem, 2002). De manera similar,
hogares dada su índole intermitente y su carácter polémico, el programa Superémonos de Costa Rica ha tenido efectos
de manera que es problemático realizar comparaciones positivos en la asistencia a la escuela pero ningún efecto en
entre países (Duryea et al., 2003). el trabajo de los adolescentes (Duryea y Morrison, 2003).
Sorprende que aunque los indicadores sociales, que No obstante, se encontraron reducciones del trabajo infantil
incluyen los índices de asistencia a la escuela y las tasas de en el caso de Oportunidades (anteriormente Progresa) en
supervivencia de los niños, han mejorado en general en la México y en PETI en Brasil, un programa orientado específi-
región, los índices de trabajo infantil aumentaron en el últi- camente a reducir las peores formas de trabajo infantil (las
mo decenio en países como Honduras, México y Venezuela que entrañan un riesgo para la salud), y que a la vez busca
(véase el gráfico adjunto). El huracán Mitch, que asoló la elevar el aprovechamiento educacional.
región en octubre de 1998, explica el aumento del trabajo Estos casos exitosos sugieren que los efectos en el tra-
infantil observado en Honduras durante los primeros meses bajo de niños y adolescentes pueden ser mayores cuando se
de 1999. El programa Progresa, que comenzó después de combinan los subsidios económicos con intervenciones adi-
1998 (y ahora se llama Oportunidades), puede haber con- cionales. Por ejemplo, en el programa PETI se exige que los
tribuido a revertir una tendencia similar hacia un mayor tra- niños asistan a sesiones fuera de las horas de clase, lo que
bajo infantil en México. efectivamente limita el tiempo disponible para trabajar.1 Se
Las tendencias han sido favorables en Brasil y Colom- ha estimado que por efecto de este programa las horas de
bia, países que hicieron un significativo esfuerzo para redu- trabajo se reducen a la mitad y la probabilidad de trabajar
cir el trabajo infantil acercándolo a niveles uniformemente descienden por lo menos 5 puntos porcentuales entre los
más bajos (y también en descenso) de Costa Rica y Uruguay niños participantes (Yap, Sedlacek y Orazem, 2002). En el
(véase el gráfico). caso de Oportunidades, las intervenciones adicionales pro-
Lo que no sorprende es que el trabajo infantil esté ceden principalmente en forma de visitas a los hogares de
fuertemente vinculado con la pobreza. No obstante, aunque promotores de la comunidad, intervenciones nutricionales y
la propensión de las familias pobres a enviar a sus niños a seminarios sobre salud. La probabilidad de trabajar cae
trabajar sí responde al ingreso, lo hace de manera débil. Los aproximadamente 10-15% para los beneficiarios de 8-17
niveles de escolaridad de los padres parecen tener mucho años, y tiene efectos aun mayores en niños de 12-15 años.
más peso, como revelan los resultados de las regresiones, Esta comparación de resultados en distintos países
pero este es un camino que tomaría mucho más tiempo que sugiere que además de los subsidios económicos se necesi-
el crecimiento económico para hacer mella en el problema. tan intervenciones programáticas para mejorar los efectos
Se requieren intervenciones programáticas de corto plazo. de los programas en la reducción del trabajo infantil. Las
La región ha sido testigo de una proliferación de pro- evaluaciones han detectado impactos más marcados en los
gramas de transferencias condicionales en los cuales las programas que se limitan a zonas rurales, precisamente
familias reciben un subsidio si aceptan que sus niños asistan donde el problema es más agudo en varios países.
a la escuela con regularidad. Bolsa Escola en Brasil, Superé-
monos en Costa Rica y Progresa en México son ejemplos de
estos programas. Las evaluaciones rigurosas a las que se han
sometido determinaron en todos los casos que es más pro-
bable que los niños beneficiarios asistan a la escuela, pero
el impacto en el trabajo de los niños y adolescentes no es tan 1El contenido de las sesiones difiere en los distintos municipios.
97

Nuevos perfiles en la oferta de mano de obra

Gráfico 3.12 Participación en la fuerza laboral por edad y género


(En porcentaje)

100

90

80

70

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Tendencias en el trabajo infantil, tasa de empleo
60

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


para niños entre 10 y 14 años
(En porcentaje empleado) 50

a. Venezuela, México y Honduras 40

30
20
20
18

16 10

14 0
15-19 20-24 25-29 30-34 35-39 40-44 45-49 50-54 55-59 60-64
12
Hombres, finales de los '90 Hombres, inicios de los '90
10
Mujeres, finales de los '90 Mujeres, inicios de los '90
8

6 Fuente: Encuestas de hogares del BID.


4

0
1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000

Honduras México Venezuela Varios factores explican la tendencia de la cre-


ciente participación femenina en la fuerza laboral.
b. Brasil, Colombia, Costa Rica y Uruguay Una razón importante es simplemente que los gru-
20 pos etarios con tasas más altas de participación
18
están constituyendo una proporción mayor de la
16
población femenina. Las tasas de participación de
14

12
la mujer en la fuerza laboral aumentan con la edad
10 hasta los 45 años (y luego descienden, sobre todo
8 después de los 55, véase el gráfico 3.12). Dado que
6 la composición por edad se ha modificado gradual-
4
mente hacia este valor máximo en la mayoría de
2
los países, la participación de la mujer en la fuerza
0
1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 laboral ha crecido. Hasta un tercio del incremento
Brasil Colombia Costa Rica Uruguay de esa participación en los años ochenta y un quin-
Nota: Para Costa Rica el grupo de edad es entre 12 y 14 años. to en los años noventa podría explicarse por esta
Fuente: Cálculos del BID basados en encuestas de hogares.
reconfiguración (Duryea y Székely, 2000). Este pro-
ceso se intensificará en el futuro, porque se espera
que las mujeres de 15-29 años representen el 35%
de la población activa para 2020. Las mujeres de
este grupo etario tienen las tasas de participación
más bajas de todas las mujeres en edad de trabajar
y representaban alrededor del 44% de todas las
mujeres en edad de trabajar en 2000.
Además de las fuerzas derivadas estrictamen-
te de la composición, uno de los principales facto-
res de la creciente participación femenina en la
fuerza laboral ha sido la escolarización. Un hecho
bien establecido es que cuanto más elevado sea el
98

Capítulo 3

Gráfico 3.13 Participación femenina urbana en la fuerza laboral Gráfico 3.14 Participación femenina en la fuerza laboral según
por nivel de escolaridad en América Latina nivel de escolaridad en países de América Latina
(En porcentaje) (En porcentaje)

90
Uruguay
Honduras
80 Paraguay
Colombia

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


El Salvador
70 Brasil

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Nicaragua
Venezuela
60
Guatemala
Panamá
50 Ecuador
Argentina
Costa Rica
40 Bolivia
Chile
30
Perú
Sin Primaria Primaria Secundaria Secundaria Cualquier México
estudios incompleta completa incompleta completa terciaria 0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100

Finales de los '90 Inicios de los '90 Con primaria completa Con secundaria completa
Con alguna terciaria
Nota: Los valores corresponden a mujeres urbanas entre 30 y 45 años, promedios
para 12 países. Sin estudios es el promedio para seis países.
Nota: Los valores corresponden a mujeres urbanas entre 30 y 45 años.
Fuente: Actualizado de Duryea, Cox Edwards y Ureta (2001).
Fuente: Actualizado de Duryea, Cox Edwards y Ureta (2001).

nivel de estudios de la mujer, mayor será su proba- Guatemala, país que tiene ingresos mucho más
bilidad de insertarse en el mercado de trabajo. El bajos, y casi el doble de la cifra correspondiente a
gráfico 3.13 confirma este perfil para los 12 países las chilenas con un nivel semejante de escolaridad.
de la región con datos comparables de encuestas de El hecho de que la escolarización sea sólo una
hogares. Una de las razones de esta relación es que parte de la explicación puede verse también en los
la escolaridad eleva el valor del tiempo de la mujer cambiantes perfiles de participación femenina en
en el mercado laboral con relación al valor del la fuerza laboral según el nivel de escolaridad en
tiempo que pasa en el hogar. Por lo general, esto los años noventa. Las mujeres de todos los niveles
también se ve reforzado por el hecho de que las de escolaridad están participando más que hace un
mujeres con mayor nivel educativo tienden a tener decenio, pero ha habido un aumento más marcado
menos hijos, lo que facilita su inserción en el mer- en la participación de las mujeres con menor nivel
cado laboral. de escolaridad (gráfico 3.13).14
Pero la educación, aun si se combina con deci- Para poner en perspectiva la importancia rela-
siones respecto de la fecundidad, tampoco es la tiva de la educación, es útil calcular el impacto que
explicación completa. Existen grandes diferencias
en las tasas de participación para niveles de escola-
ridad similares en los distintos países (gráfico 13 Nótese que las cifras de este gráfico difieren de las presentadas
3.14).13 Por ejemplo, siete de cada diez mujeres en el capítulo 1 y en el gráfico 3.10, las cuales cubren tanto zonas
rurales como urbanas y se refieren a mujeres entre 15 y 64 años en
nicaragüenses entre 30 y 45 años de edad en las el capítulo 1 y a mujeres entre 18 y 64 años en el gráfico 3.10.
zonas urbanas que terminaron la escuela primaria 14 El gráfico 3.13 se basa en datos urbanos de Bolivia, Brasil, Chile,
participan en el mercado de trabajo, en compara- Colombia, Costa Rica, Honduras, México, Nicaragua, Panamá,
Perú y Uruguay, y en datos nacionales para Venezuela. Para calcu-
ción con sólo cuatro de cada diez en México (aun- lar la tasa promedio de participación en la fuerza laboral de la
que en promedio las nicaragüenses tienen más mujer sin escolaridad se emplearon sólo seis países, dado que estos
tenían más del 4,5% de la distribución de escolaridad en este nivel.
hijos). En Uruguay ocho de cada diez mujeres que Los países indicados a continuación no se emplearon en el cálculo
de cero escolaridad debido a incertidumbres sobre la precisión de
han terminado la escuela secundaria participan en los datos y a la representatividad de la muestra: Chile, Colombia,
el mercado laboral; este número es similar al de Costa Rica, Panamá, Perú y Uruguay.
99

Nuevos perfiles en la oferta de mano de obra

podrían haber tenido las mejoras en la escolariza- Gráfico 3.15 Cambios en los ingresos reales de los esposos y
ción sobre la tasa de participación en la fuerza labo- en la participación laboral de las esposas por
deciles de ingreso, 1992-2000
ral si no hubiera cambiado ningún otro factor. El
resultado es que un mayor nivel de escolaridad a. Argentina
durante los años noventa representa sólo un cuarto Decil

del incremento de las tasas de participación de la 1

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


2
mujer en la fuerza laboral (1,6 puntos porcentuales

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


3
de los 6,2 puntos de aumento observados en los
4
siete países considerados).15
5
Dado que la escolarización es sólo uno de los
6
factores que influyen en la decisión de la mujer de
7
ingresar en la fuerza laboral, es tentador pensar
8
que las dificultades económicas de sus familias y
9
países constituyen un factor más importante. Cier-
10
tas pruebas podrían sustentar esta idea. En varios
-40 -30 -20 -10 0 10 20 30
países los ingresos de los hombres hacia finales de Porcentaje
los años noventa eran inferiores que al comienzo
b. México
del decenio, en tanto aumentó la participación Decil
femenina en la fuerza laboral. Es más, en algunos 1
países, la participación de la mujer aumentó más 2

en los grupos socioeconómicos en los cuales los 3

salarios de los hombres registraron un mayor des- 4

censo, lo que sugiere que la esposa se vio obligada 5

a ingresar en el mercado de trabajo porque se redu- 6

jeron los ingresos de su marido. 7

El gráfico 3.15 presenta las variaciones de los 8

ingresos del marido y la participación de la esposa 9

en la fuerza laboral desglosadas por deciles socioe- 10


-40 -20 0 20 40 60 80 100
conómicos.16 El gráfico 3.15b muestra el caso de
Porcentaje
México, en el cual se produjeron mayores incre-
mentos de la participación femenina en la fuerza c. Venezuela
laboral en los grupos socioeconómicos más bajos, Decil
1

3
15Cálculos tomados de Duryea, Cox Edwards y Ureta (2001), los 4
cuales comprenden Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Honduras,
5
Panamá y Uruguay.
16 6
Este examen empírico sigue el enfoque empleado por Juhn y
Murphy (1997). Los grupos socioeconómicos se construyen sobre la 7
base del ingreso per cápita estimado, no el observado, haciendo
8
una regresión del ingreso real per cápita del hogar sobre la edad y
el nivel de escolaridad del esposo y la esposa, el número de niños 9
en el hogar, y el número de personas jubiladas o mayores. La clasi-
10
ficación de los hogares en deciles se realizó dividiendo en primer
lugar las parejas en tres grupos con base en la experiencia laboral -60 -40 -20 0 20 40 60 80 100 120
potencial del varón de la pareja y luego construyendo los deciles de Porcentaje
ingresos dentro de cada grupo. De esta manera, cada decil del
Cambio en los ingresos Cambio en la participación
ingreso per cápita que se predijo tiene individuos con distintos nive-
de los esposos de las esposas
les de experiencia laboral. Se utilizaron encuestas de empleo urba-
no en Brasil (Pesquisa Mensal de Emprego) y México (Encuesta
Nacional de Empleo Urbano) en lugar de encuestas nacionales de
Nota: 10 es el decil de ingreso más alto.
hogares. Fuente: Encuestas de hogares del BID.
100

Capítulo 3

que también experimentaron descensos más mar- el tiempo en relación con las de los hombres y pue-
cados de los ingresos del esposo (debido a la reduc- den haber sido uno de los factores que atrajeron a
ción de salarios, al menor número de horas de la mujer al mercado de trabajo (Duryea, Edwards y
trabajo o incluso al desempleo). En otros países en Ureta, 2001).
los que se redujeron los ingresos del marido, la par- Los economistas y científicos sociales han
ticipación de la esposa en la fuerza laboral también debatido intensamente si la mujer es empujada al

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


aumentó, pero es menos evidente que los dos mercado de trabajo o atraída por éste. El debate en

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


hechos estén conectados. Por ejemplo, en Argenti- general se ha enmarcado en una perspectiva de
na fueron sustanciales las reducciones del ingreso corto plazo. Una conocida hipótesis sobre el com-
del esposo en todos los grupos socioeconómicos portamiento femenino en el mercado de trabajo
con excepción del segmento más rico, pero la par- (así como el de otros “trabajadores secundarios”,
ticipación de la esposa en la fuerza laboral aumen- como los adolescentes) afirma que la mujer ingre-
tó significativamente sólo para los tres deciles más sa en el mercado laboral cuando se deterioran las
bajos (gráfico 3.15a). En Venezuela la participación condiciones económicas y sale de él cuando mejo-
en la fuerza laboral también creció mucho entre las ran. En contraste con esta hipótesis del trabajador
mujeres de los deciles más bajos, en tanto que los adicional, existe otra posibilidad –conocida como la
ingresos del esposo bajaron en toda la escala hipótesis del trabajador desalentado–, la cual plan-
socioeconómica. Dado que también pudieron haber tea que la mujer se inserta en el mercado laboral
influido otros factores, es difícil inferir a partir de ante mejores oportunidades de empleo y se retira
esta evidencia si las mujeres se vieron obligadas a cuando las condiciones se deterioran.
trabajar debido a las dificultades económicas del Según la teoría económica, ambas hipótesis
marido o si se sintieron atraídas por el mayor son razonables. El efecto del trabajador adicional
número de oportunidades que ofrecía el mercado puede deberse a dos razones. Primero, el tiempo
laboral. libre de la esposa y el esposo puede sustituirse para
El comportamiento de los salarios relativos de atender las actividades hogareñas. Segundo, las
la mujer sugiere que pudo haber ocurrido esto últi- familias pueden tener problemas de liquidez y
mo. De hecho, si las mujeres se hubieran visto obli- verse imposibilitadas de distribuir uniformemente
gadas a trabajar, cabría esperar que descendieran el consumo durante los períodos en que el esposo
los salarios relativos de la mujer, en parte como está desempleado. Estas personas pueden abando-
resultado de las presiones de la oferta y en parte nar el mercado de trabajo cuando mejoran las con-
debido a que las nuevas trabajadoras probablemen- diciones económicas y el principal sostén económico
te tuviesen menos motivación y aptitudes que sus del hogar vuelve a conseguir un empleo regular. El
competidoras. No obstante, los salarios relativos se grado al que tienen lugar dichos movimientos de
modificaron en favor de la mujer durante los años entrada y salida de la población activa depende de
noventa. Por supuesto, estos pueden incrementarse que se vaya afianzando o no la inserción de la
con el tiempo debido tanto a cambios en la compo- mujer en la fuerza laboral.
sición como a aumentos más rápidos en los niveles El efecto del trabajador desalentado sugiere
de escolaridad de las trabajadoras. Sin embargo, que durante épocas de alto desempleo, las personas
tras corregir las diferencias por cambios en la com- que pierden sus puestos de trabajo pueden sentirse
posición, la brecha en el salario femenino se redu- desanimadas y abandonar la fuerza laboral después
jo a una tasa de aproximadamente 1 punto de un período infructuoso de búsqueda de empleo.
porcentual por año (de manera que durante el Otras personas, que están fuera del mercado labo-
decenio los salarios de la mujer, que eran 25% infe- ral, pueden posponer su ingreso hasta que mejoren
riores a los del hombre, pasaron a ser sólo 17% más las condiciones económicas. Este desaliento se debe
bajos). Estos resultados sugieren que las oportuni- a la reducción de la recompensa percibida por el
dades de generación de ingresos de la mujer en la trabajo a causa de la dificultad de encontrar un
fuerza laboral mejoraron ininterrumpidamente con empleo aceptable. A medida que mejoran las con-
101

Nuevos perfiles en la oferta de mano de obra

diciones económicas, los trabajadores previamente comporta más en torno de la hipótesis del trabaja-
desalentados pueden sentir un nuevo estímulo e dor desalentado, y el perfil de participación de la
ingresar a la fuerza laboral. mujer en la fuerza laboral parece similar al del
Ambos efectos podrían operar al mismo tiem- hombre.
po para distintos hogares. El efecto neto de las con-
diciones económicas sobre la participación en la ¿Son culpables las mujeres?

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


fuerza laboral depende del predominio, en el total,

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


de trabajadores desalentados o trabajadores adicio- Como las mujeres están ingresando a la fuerza
nales. Como se trata de una cuestión empírica, no laboral en grandes cantidades, son en parte res-
sorprende que los resultados difieran para distintos ponsables de la rápida tasa de aumento de la oferta
tipos de trabajadores y en distintos países. El gráfi- de mano de obra y del cambio en su composición.
co 3.16 compara las tasas de participación en la ¿Son también culpables del creciente desempleo y
fuerza laboral (desprovista de tendencias) de hom- de la disminución de empleos de buena calidad?
bres y mujeres no calificados17 con el nivel (tam- Cabría considerar la posibilidad de que, dado que la
bién desprovisto de tendencias) del producto mujer tiende a experimentar tasas más elevadas de
interno bruto (PIB) real en México, Brasil y Argen- desempleo y a ocuparse en trabajos más flexibles y
tina.18 menos estables, la creciente proporción femenina
En los tres países la participación masculina en el mercado laboral haya provocado estos resul-
en la fuerza laboral es procíclica, lo que significa tados generales adversos.
que aumenta cuando sube el nivel del PIB real y El cuadro 3.2 ofrece una respuesta a esta pre-
baja cuando éste se reduce. Esto se aplica tanto gunta. La mayor proporción de la mujer en el mer-
para los trabajadores no calificados como para los cado laboral en los años noventa pudo haber
calificados (pero no se muestra en el gráfico). Pare- causado únicamente un aumento diminuto en las
cería entonces que para el hombre adulto, inde- tasas de desempleo. En los 12 países considerados,
pendientemente de su nivel de calificación, lo que el aporte promedio a la tasa de desempleo por el
domina la decisión de participar en el mercado número adicional de mujeres que ingresaron en el
laboral es el efecto del trabajador desalentado. mercado laboral fue de apenas 0,03 puntos porcen-
El carácter contracíclico o procíclico de la tasa tuales, menos del 1% del incremento observado en
de participación de la mujer adulta en la fuerza las tasas de desempleo. El cambio de la estructura
laboral parece variar de un país a otro. En México, de género de la fuerza laboral no aportó más del 3%
por ejemplo, la participación de la mano de obra
femenina no calificada es contracíclica, lo que sig-
17 Los trabajadores no calificados son los que tienen hasta nueve
nifica que aumenta cuando declina el nivel del PIB
años de escolaridad (ciclo secundario básico) en México y Brasil y
real, como quedó demostrado particularmente hasta 12 años (educación secundaria completa) en Argentina.
durante la crisis del tequila de 1995, cuando llegó a 18 La tasa de participación de la fuerza laboral desprovista de ten-

dencias se obtuvo a partir del residuo de una regresión de primera


su punto máximo.19 En Brasil, la participación etapa de tasas de participación medias de la fuerza laboral especí-
femenina en la fuerza laboral es procíclica, pero en ficas de una cohorte en un término constante y variables ficticias
para el año de nacimiento de la cohorte y la edad de la cohorte.
Argentina aparentemente hubo un cambio en el Por lo tanto, la participación en la fuerza laboral presentada en las
perfil cíclico entre principios de los años noventa y cifras excluye la tendencia cronológica lineal, y también los efectos
de cohorte / generación y los efectos etarios que afectan la partici-
fines del decenio. Así, en 1992-95 la participación pación en la fuerza laboral durante el ciclo de vida. En líneas simi-
femenina parece haber sido contracíclica, pero este lares, el PIB real desprovisto de tendencia se obtuvo a partir del
residuo de una regresión del PIB real anual contra una variable de
perfil se revirtió en 1996-98. tendencia lineal y un término constante. En México y Brasil se usa-
En síntesis, el comportamiento cíclico de la ron encuestas de empleo urbano porque se consiguen con mayor
periodicidad que las encuestas nacionales, que se interrumpen
oferta de mano de obra femenina no revela un per- durante los años de censos.
fil común en todos los países. Hasta mediados de 19 El perfil cíclico de las tasas de desempleo y de trabajo por cuenta

los noventa, en México y Argentina parecía ser propia de mujeres calificadas y no calificadas en México revela que
los períodos de mayor participación en la fuerza laboral están acom-
válida la hipótesis del trabajador adicional; Brasil se pañados por aumentos de ambas tasas en los mismos períodos.
102

Capítulo 3

Gáfico 3.16 Ciclo del PIB y tasas de participación en la fuerza laboral de trabajadores no calificados,
por género, en México, Argentina y Brasil

Tasa de a. México: hombres Tasa de b. México: mujeres


participación PIB participación PIB
2,0 0,08 2,0 0,08

1,5 0,06 0,06


1,5

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


0,04 0,04
1,0

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


0,02 1,0 0,02
0,5
0 0
0,0 0,5
-0,2 -0,2
-0,5 0,0
-0,4 -0,4
-1,0
-0,6 -0,5 -0,6
-1,5 -0,8 -0,8
-1,0
-2,0 -0,10 -0,10

-2,5 -0,12 -1,5 -0,12


1988

1989

1990

1991

1992

1993

1994

1995

1996

1997

1998

1999

2000

2001

1988

1989

1990

1991

1992

1993

1994

1995

1996

1997

1998

1999

2000

2001
Tasa de c. Argentina: hombres Tasa de d. Argentina: mujeres
participación PIB participación PIB
0,8 0,030 4 0,030

0,025 0,025
0,6
3
0,020 0,020
0,4
0,015 0,015
2
0,2 0,010 0,010

0,0 0,00 1 0,00

-0,010 -0,010
-0,2
0
-0,015 -0,015
-0,4
-0,020 -0,020
-1
-0,6 -0,025
-0,025

-0,8 -0,030 -2 -0,030


1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001

Tasa de e. Brasil: hombres PIB Tasa de f. Brasil: mujeres


participación participación PIB
3,0 0,06 2,0 0,06
2,5
1,5
2,0 0,04 0,04

1,5 1,0
0,02 0,02
1,0 0,5
0,5
0,00 0,0 0,00
0,0

-0,5 -0,5
-0,02 -0,02
-1,0
-1,0
-1,5 -0,04 -0,04
-1,5
-2,0

-2,5 -0,06 -2,0 -0,06


1982
1983
1984
1985
1986
1987
1988
1989
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001

1982
1983
1984
1985
1986
1987
1988
1989
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001

Tasa de participación Ciclo del PIB

Nota: El ciclo del PIB es el PIB observado menos su tendencia lineal. La tasa de participación es el número de empleados y desempleados en cada categoría dividido por la población
en edad de trabajar en esa categoría (expresado en porcentaje).
Fuente: Encuestas de hogares del BID y Banco Mundial para el PIB.
103

Nuevos perfiles en la oferta de mano de obra

Cuadro 3.2 Cambios en el desempleo y en la composición de la fuerza laboral


(Puntos porcentuales)
Cambio en el desempleo debido a:
Cambio en la
Cambio total en la Feminización de composición etaria
País Período tasa de desempleo la fuerza laboral de la fuerza laboral Urbanización

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.
Argentinaa 1992–2000 7,42 0,00 –0,16
Boliviaa 1993–99 –1,51 –0,01 –0,08
Brasil 1993–99 3,73 0,06 –0,14 0,10
Chile 1992–98 4,45 0,11 –0,37 0,12
Colombia 1993–99 9,57 0,21 –0,10 0,11
Costa Rica 1993–98 1,56 0,04 –0,09 0,00
Honduras 1992–99 0,74 –0,01 0,01 0,08
México 1992–2000 –1,49 –0,01 –0,44 0,02
Nicaragua 1993–2001 –8,43 –0,05 0,15 0,22
Panamá 1991–2000 –2,33 0,05 –0,30 0,62
Uruguaya 1992–2000 4,81 0,08 –0,07
Venezuelaa 1993–99 5,53 –0,08 0,06
Promedio 2,00 0,03 –0,13 0,16

a Países que sólo incluyen datos urbanos, o para los cuales no se puede distinguir entre zonas rurales y urbanas.

Fuente: Cálculos del BID, basados en encuestas de hogares.

del incremento de la tasa de desempleo en ningu- 0,16 puntos porcentuales o aproximadamente el


no de los países. 1,5% del aumento real de las tasas de desempleo de
El cuadro muestra que la misma conclusión se los ocho países considerados para este cálculo. Sólo
aplica a otros cambios en la composición de la fuer- en Panamá el proceso de urbanización provocó
za laboral. Los trabajadores jóvenes tienden a expe- directamente un incremento apreciable de la tasa
rimentar tasas de desempleo más altas que los de desempleo en los años noventa, de aproximada-
adultos, ya sea porque están en búsqueda de sus pri- mente 0,6 puntos porcentuales.
meros empleos o porque aún se encuentran en el La feminización de la fuerza laboral también
proceso de analizar las oportunidades antes de com- podría explicar las tasas descendentes de cobertura
prometerse con determinado trabajo o carrera. de la seguridad social y las tendencias crecientes
Dado que la participación de los trabajadores jóve- del trabajo de jornada parcial que se observa en la
nes en la fuerza laboral descendió en la mayoría de fuerza laboral total. Sin embargo, como ocurre con
los países, este cambio en la composición no ayuda el desempleo, la feminización explica sólo una
a explicar el aumento de las tasas de desempleo. Por parte menor de estos perfiles y lo mismo puede
el contrario, esto habría provocado una reducción decirse de otras variaciones en la composición de la
de 0,13 puntos porcentuales en la tasa de desem- oferta de mano de obra. El desempleo, la falta de
pleo promedio en los 12 países incluidos en el cua- seguridad social y otros resultados adversos afectan
dro 3.2. En Chile, México y Panamá, donde las tasas a todos los grupos principales de trabajadores y no
de participación de los jóvenes bajaron en forma pueden explicarse, por lo menos directamente, por
significativa, las tasas de desempleo debieron haber el cambio en la estructura de la fuerza laboral.
bajado entre 0,3 y 0,5 puntos debido a ese factor. ¿Podrían estos cambios provocar indirecta-
Como las tasas de desempleo son más altas en mente resultados adversos en el mercado laboral?
las zonas urbanas que en las rurales, el proceso de Puede sostenerse que el número creciente de
urbanización sí contribuyó a un aumento de la tasa mujeres que ingresa en este mercado podría debili-
general de desempleo en la mayoría de los países. tar el valor de mercado de los hombres, obligándo-
No obstante, esta contribución fue mínima: apenas los a aceptar salarios más bajos y condiciones de
104

Capítulo 3

Cuadro 3.3 Efectos de la participación laboral femenina sobre los salarios y el desempleo masculinos

Trabajadores no calificados Trabajadores calificados

Salarios de Desempleo de Salarios de Desempleo de


País los hombres los hombres los hombres los hombres

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


México, 1988-2001 0,136 0,001 0,009 –0,002

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


(1,48) (0,04) (0,10) (0,23)
Brasil, 1982-2001 0,428 –0,045 0,21 –0,008
(4,02)*** (2,16)** (1,91) (0,63)
Argentina, 1992-2001 –0,183 –0,097 0,024 0,061
(1,69) (2,13)** (0,17) (1,72)

** Significativo al 5%.
*** Significativo al 1%.
Nota: Cada coeficiente proviene de una regresión separada (la variable dependiente es el encabezado de cada columna). Las variables adicionales a continuación
fueron incluidas en las regresiones pero no reportadas: variables ficticias (dummies) para los años de nacimiento de cada cohorte, variables ficticias para efectos agre-
gados de tiempo, la edad de la cohorte, y la edad de la cohorte al cuadrado. El valor absoluto del t–estadístico está entre paréntesis.
Fuente: Cálculos del BID.

trabajo menos ventajosas. En el largo plazo, las cuanto mayor es la participación de la mujer en el
mujeres podrían desplazar a los hombres del mer- mercado laboral, más altos son los ingresos de los
cado laboral porque, desde el punto de vista de las varones. Los datos también sugieren que, en todo
empresas contratantes, podrían considerarse susti- caso, la mayor participación de la mujer en la fuer-
tutos menos costosos. Si estas inquietudes fueran za de trabajo tiende a asociarse con una menor
válidas, una mayor participación de la fuerza de probabilidad de que los hombres queden desem-
trabajo femenina implicaría salarios masculinos pleados.
menores y problemas más serios de desempleo En resumen, no hay justificación para culpar
para los hombres. a la mujer por el deterioro del mercado laboral. El
Dada la probabilidad de competencia entre impacto directo de su creciente participación en la
hombres y mujeres de edades similares, la partici- fuerza laboral sobre la tasa de desempleo y otros
pación de cohortes femeninas en la fuerza laboral resultados laborales adversos es insignificante. El
debería estar negativamente correlacionada con el impacto indirecto, si acaso, se ejerce en la direc-
salario medio de los hombres de la misma edad y ción opuesta a la que sugeriría una hipótesis de
positivamente correlacionada con sus tasas de des- competencia por los empleos.
empleo (después de controlar otros factores que
podrían afectar el comportamiento de los mercados
de trabajo), pero los datos no respaldan estas hipó- LA MIGRACIÓN20
tesis (cuadro 3.3). En cuanto a los trabajadores no
calificados en los tres países del cuadro, Brasil es el América Latina tiene la tasa de emigración más alta
único donde la participación femenina en la fuerza del mundo (gráfico 3.17). Durante varios siglos,
de trabajo parece estar significativamente correla- esta región fue receptora neta de inmigrantes pro-
cionada con los salarios de los varones, pero es una cedentes de Europa, África y Asia. Pero en los últi-
correlación positiva y no negativa. En México la
correlación también es positiva pero no significati-
va, y en Argentina es negativa pero insignificante. 20Esta sección se basa mucho en el trabajo de Clark, Hatton y
En lo que respecta a los trabajadores calificados, Williamson (2003).
105

Nuevos perfiles en la oferta de mano de obra

Gráfico 3.17 Tasa de migración neta por regiones, 2000 Gráfico 3.19 Población extranjera por origen
(Por 1000 habitantes) (En porcentaje)

Las Américas
América del Norte Canadá Otros orígenes
Europa Las Américas
Estados Unidos
Europa del Este
Colombia
Oeste de África Venezuela

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Asia del Sur Mercosur
Argentina

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Asia del Este y Pacífico Mercosur
Este y Sur de África Paraguay
Centroamérica
Antigua Unión Soviética Costa Rica
Norte de África Mercosur
Uruguay
Medio Oriente
Centroamérica
América Latina y el Caribe Panamá
-1 0 1 2 3 4 0 2 4 6 8 10 12 14 16 18

Fuente: Clark, Hatton y Williamson (2003). Fuente: Clark, Hatton y Williamson (2003).

Gráfico 3.18 Tasa de migración neta por país en los años noventa
(Por 1000 habitantes)
Los emigrantes latinoamericanos han preferi-
Costa Rica do cada vez más a Estados Unidos como su princi-
Argentina
Chile pal destino. Para 2000 más del 55% de todos los
Brasil
Paraguay inmigrantes de Estados Unidos eran oriundos de
Colombia
Venezuela América Latina, y aproximadamente la mitad
Barbados
Ecuador venían de México. Si bien la migración intrarregio-
Uruguay
Perú nal en América Latina nunca ha sido importante, en
Nicaragua
Panamá algunos períodos ha habido notables movimientos
Bolivia
Belice de trabajadores, especialmente entre países veci-
Guatemala
Honduras nos. A comienzos de la década del noventa, los
México
Bahamas extranjeros constituían aproximadamente el 5% de
Rep. Dominicana
Haití la población de Venezuela, siendo muchos de ellos
El Salvador
Jamaica trabajadores poco calificados que habían venido de
Suriname
Trinidad y Tobago Colombia en los años sesenta y setenta, atraídos por
-12 -10 -8 -6 -4 -2 0 2 4 6
el auge del petróleo (gráfico 3.19).
1995-99 1990-94 Argentina también ha atraído a muchos inmi-
grantes latinoamericanos, principalmente de otros
Fuente: Clark, Hatton y Williamson (2003).
países del Cono Sur. En períodos de buen desem-
peño económico, Argentina ha sido un poderoso
polo de atracción para paraguayos, bolivianos y
mos 30 ó 40 años se ha producido una emigración otros trabajadores del Cono Sur. En América Cen-
neta, en lugar de una inmigración neta. Las tasas tral, Costa Rica es un imán para trabajadores poco
de emigración neta más elevadas en los años calificados, principalmente procedentes de Nicara-
noventa se registraron en los países angloparlantes gua. Pero fuera de estos polos de atracción, Améri-
de la región: Trinidad y Tobago, Suriname y Jamai- ca Latina tiene una pequeña proporción de
ca tuvieron tasas de emigración de alrededor de 10 extranjeros en comparación con Canadá y Estados
por mil anual (gráfico 3.18). México y varios países Unidos. Los extranjeros que residen en toda la
de América Central también registraron tasas altas región de América Latina representan únicamente
de emigración neta, aunque mucho menores que el 1,4% (0,6% si se excluyen Argentina y Venezue-
las de los países angloparlantes (entre 2 y 6 por la) en tanto que en Canadá y Estados Unidos com-
mil). binados el porcentaje asciende a 8,9%.
106

Capítulo 3

Cuadro 3.4 Inmigrantes latinoamericanos en Estados Unidos, 1971-2000


(Miles)

País de origen 1971–80 1981–90 1991–2000 1997 1998 1999 2000

América Latina 1.813,8 3.460,6 4.319,2 348,9 288,2 304,1 384,6

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


México 637,2 1.653,3 2.251,4 146,9 131,6 147,6 173,9
Caribe 759,8 892,7 996,1 105,3 75,5 71,7 88,2

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Cuba 276,8 159,2 180,8 33,6 17,4 14,1 20,8
Haití 58,7 140,2 181,8 15,1 13,4 16,5 22,4
Jamaica 142,0 213,8 173,5 17,8 15,1 14,7 16,0
República Dominicana 148,0 251,8 340,9 27,1 20,4 17,9 17,5
Trinidad y Tobago 61,8 39,5 63,3 6,4 4,9 4,3 6,7
América Central 132,4 458,7 531,8 43,8 35,7 43,2 66,4
Costa Rica 12,1 15,5
El Salvador 34,4 214,6 217,4 18,0 14,6 14,6 22,6
Guatemala 25,6 87,9 103,1 7,8 7,8 7,3 10,0
Honduras 17,2 49,5 66,7 7,6 6,5 4,8 5,9
Nicaragua 13,0 44,1 97,7 6,3 3,5 13,4 24,0
Panamá 22,7 29,0 23,9 2,0 1,6 1,6 1,8
América del Sur 284,4 455,9 539,9 52,9 45,4 41,6 56,1
Argentina 25,1 25,7 24,3 2,0 1,5 1,4 2,3
Brasil 13,7 23,7 52,3 4,6 4,4 3,9 7,0
Chile 17,6 23,4 16,9 1,4 1,2 1,1 1,7
Colombia 77,6 124,4 131,0 13,0 11,8 10,0 14,5
Ecuador 50,2 56,0 76,4 7,8 6,9 8,9 7,7
Guyana 47,5 95,4 73,8 3,3 5,7
Perú 29,1 64,4 105,7 10,9 10,2 8,4 9,6
Venezuela 7,1 17,9 29,9 3,3 3,1 2,5 4,7

Europa 801,3 705,6 1.311,4 119,9 90,8 92,7 132,5


Asia 1.633,8 2.817,4 2.892,2 265,8 219,7 199,4 265,4
Canadá 114,8 119,2 137,6 11,6 10,2 8,9 16,2
África 91,5 192,3 383,0 47,8 40,7 36,7 44,7
Oceanía 48,0 3,7 5,1

Todos los países 4.493,3 7.338,1 9.095,4 798,4 660,5 646,6 849,8

Fuente: Oficina del Censo, Estados Unidos (varios años).

Si bien Estados Unidos nunca ha perdido su en Estados Unidos. Por lo tanto, la explicación de la
importancia como destino principal para los emi- emigración de América Latina puede concentrarse
grantes latinoamericanos, estos han comenzado a en Estados Unidos. En el cuadro 3.4 se presentan
explorar nuevas opciones, como Australia, Canadá, los flujos de inmigrantes legales que han ingresado
Japón y algunos países europeos (especialmente en Estados Unidos desde 1971. El total para Améri-
España, Italia y Reino Unido). Además, las condi- ca Latina se elevó dos veces y media entre 1971-80
ciones económicas adversas de América Latina y la y 1991-2000, pasando de 1,8 millones a 4,3 millo-
evolución favorable de la situación en Europa han nes. Aunque la inmigración a Estados Unidos pro-
contribuido a cierta migración de retorno por parte cedente de todas las regiones se ha incrementado
de los descendientes de inmigrantes europeos.21 Ha
surgido además un perfil similar para personas de
ascendencia asiática. 21 En Europa, la definición de inmigrante depende de la nacionali-
Aunque en Europa reside un número muy dad de los padres (por ejemplo, una persona cuyos dos padres son
franceses puede obtener la ciudadanía francesa independientemen-
importante de latinoamericanos, la gran mayoría te del lugar donde haya nacido); en Estados Unidos y Canadá, la
(88%) de quienes han abandonado la región vive ciudadanía depende del país de nacimiento de la persona.
107

Nuevos perfiles en la oferta de mano de obra

Cuadro 3.5 Estimaciones de inmigrantes indocumentados en Estados Unidos, 1990–2000

País Aumento
de origen 1990 2000 (Porcentaje)

América Latina 2.746 5.833 112


México 2.040 4.808 136

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


El Salvador 298 189 –37

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Guatemala 118 144 22
Colombia 51 141 176
Honduras 42 138 229
Ecuador 37 108 192
República Dominicana 46 91 98
Brasil 20 77 285
Haití 67 76 13
Perú 27 61 126

Otros países 754 1.167 55


China 70 115 64
Filipinas 70 85 21
India 28 70 150
Corea 24 55 129
Canadá 25 47 88

Total 3.500 7.000 100

Nota: Estimaciones previas para 1996 indicaron que había 50.000 inmigrantes ilegales de Jamaica, 50.000 de Trinidad y Tobago y 70.000 de Nicaragua.
Fuente: Servicio de Inmigración y Naturalización de Estados Unidos (2000).

sensiblemente durante tres decenios, el número de migraciones siempre cuentan con adultos jóvenes
inmigrantes de origen latinoamericano ha excedido autoseleccionados (Williamson, 2001). Dentro de
con creces el procedente de Europa y África. Y aun- este perfil, existe una variación considerable en los
que el número que llegaba de América Latina en países de origen. República Dominicana, El Salva-
los años setenta era superior al de Asia por sólo un dor, Colombia, Nicaragua y Perú figuran entre los
pequeño margen, para la década del noventa llegó países de América Latina cuya migración tiene el
a ser un 70% mayor. La inmigración legal es, por porcentaje más alto de adultos. Sin embargo, quizá
supuesto, sólo una parte de la historia. Las estima- sea más pertinente la diferencia entre la participa-
ciones sobre el volumen de inmigrantes ilegales en ción de los adultos en los emigrantes y la del país
Estados Unidos (cuadro 3.5) indican que la gran de origen. Existen grandes diferencias para Nicara-
mayoría son latinoamericanos y que las cifras se gua (la diferencia es de 35,4%), El Salvador
duplicaron entre 1990 y 2000. (23.1%), Guatemala (20,8%), Honduras (20,5%) y
Es más probable que los inmigrantes de ori- Haití (18%). Uno de los países con la autoselección
gen latinoamericano que ingresan en Estados Uni- de adultos más débil es México, lo que parece
dos sean adultos decididos a insertarse en el deberse a la combinación de dos hechos. En primer
mercado laboral en comparación con las poblacio- lugar, México tiene una de las experiencias más
nes en los países de origen: el 76% de los inmi- antiguas de emigración a Estados Unidos, que se
grantes está en edad de trabajar, aunque sólo remonta a los decenios de 1950 y 1960. En segundo
representan el 61% en la población de origen. Esta lugar, el “efecto de reunificación familiar”, que se
autoselección de adultos orientados al mercado volvió parte de la política de inmigración de Esta-
laboral se ha verificado en todas las migraciones dos Unidos con la Ley de 1965, afectó la edad de los
internacionales desde principios del siglo XIX y las inmigrantes de origen mexicano.
108

Capítulo 3

La autoselección por aptitudes es aún más 3.6 incluyen la razón entre el PIB per cápita ajusta-
evidente que por edades. Los latinoamericanos en do en función de la paridad del poder adquisitivo
situación migratoria legal en Estados Unidos tie- del país de origen y del de Estados Unidos. El coe-
nen, en promedio, niveles de escolaridad conside- ficiente, como cabría esperar, es negativo y muy
rablemente más altos que su población de origen.22 significativo. Por otra parte, el coeficiente implica
Por ejemplo, el porcentaje de latinoamericanos que que un incremento del 10% del ingreso en Estados

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


viven en Estados Unidos y que terminaron cuanto Unidos o una disminución del 10% del ingreso del

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


mucho la educación secundaria es más del doble (a país de origen provoca un aumento del 15% de la
veces el triple) que el porcentaje en el país de ori- inmigración procedente de ese país. Sin embargo,
gen. Aunque los inmigrantes latinoamericanos que la decisión de emigrar también depende de la com-
viven en Estados Unidos tienen un mayor nivel de pensación relativa de las aptitudes, y no sólo de los
escolaridad y más probabilidades de ser económi- diferenciales de ingresos, y de aquí que el efecto
camente activos que sus compatriotas no emigran- del ingreso deba deflactarse en función de los nive-
tes, tienen menos escolarización, en promedio, que les de aptitudes relativos. Esto se hace empleando
la población estadounidense. la razón entre el número de años de educación for-
mal de las personas de 15 años y más en el país de
Factores que afectan la migración origen en relación con Estados Unidos y, como
cabría esperar, esta variable tiene un impacto nega-
Al examinar los factores determinantes de las tasas tivo en la inmigración. Si se mantiene el ingreso
de inmigración a Estados Unidos procedente de dis- constante, un aumento del nivel promedio de edu-
tintos países se entienden cuáles son las razones de cación en el país de origen de 10% (equivalente a
la emigración de América Latina en comparación 0,55 años de escolaridad en promedio en todos los
con otras regiones. Este tema ha sido estudiado en países de origen) reduce la tasa de inmigración en
años recientes por un grupo de investigadores 7%.24
encabezado por Jeffrey Williamson de la Universi- La teoría de la migración también sugiere que
dad de Harvard (véase Clark, Hatton y Williamson, las diferencias entre los países en lo que se refiere
2003). Su base de datos incluye 81 países de origen a la compensación de las aptitudes llevarán a selec-
(que cuentan también con la información necesa- cionar emigrantes en diferentes segmentos de la
ria para las variables explicativas), 22 de los cuales distribución de aptitudes (Borjas, 1987 y 1991), lo
se encuentran en América Latina, y cubre el perío- que se ha dado en llamar el modelo de Roy (Roy,
do 1971-98. Estos países de origen representan el 1951). Los efectos del modelo de Roy se captan aquí
82,5% de toda la inmigración que llegó a Estados mediante el coeficiente de Gini (un valor estadísti-
Unidos durante ese período. La variable depen- co que describe la distribución del ingreso del
diente es el número de inmigrantes (legales) acep-
tados en Estados Unidos que nacieron en otro país,
como proporción de la población del país de ori-
22 Obsérvese que estos números no toman en cuenta el hecho de
gen.23 Las variables explicativas son las que sugie- que más del 50% de los inmigrantes ilegales de Estados Unidos pro-
ren las teorías de la migración, que se explican con ceden de América Latina (en su mayoría de México) y que esto
podría influir en algunos de estos perfiles.
mayor detenimiento en otros estudios (Clark, Hat-
23 Como esta tasa tiene como límite el cero, la variable que se utili-
ton y Williamson, 2003; Hatton y Williamson, zó realmente en la regresión es el logaritmo de esa tasa. Se usaron
2002). El cuadro 3.6 presenta una ecuación de los efectos aleatorios como técnica de estimación, que explotan la
variación de los datos en el corte transversal y en las series crono-
regresión que se estima incluyendo todos los 81 lógicas.
países de origen, y otra que se estima únicamente 24 Esto no implica que un mayor nivel de escolaridad reduzca las
para los 22 países latinoamericanos de la muestra. tasas de emigración, sino solamente que los diferenciales del PIB per
cápita se explican en parte por los diferenciales en la escolaridad y
El ingreso relativo entre el país de origen y que el análisis debe de tomar en cuenta este factor. Si en cambio los
Estados Unidos es, por supuesto, fundamental para diferenciales de ingresos se documentaran según los diferenciales
en lo que ganan las personas con el mismo nivel de escolaridad,
la decisión de emigrar. Las regresiones del cuadro esto podría afectar los resultados en la variable de escolaridad.
109

Nuevos perfiles en la oferta de mano de obra

Cuadro 3.6 Inmigración a Estados Unidos, 1971–98: resultados de regresión de efectos aleatorios

Todos los países


de origen América Latina
Variable (81 países) (22 países)

Constante –8,72 –10,64

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


(15,6)*** (10,1)***
Razón del PIB per cápita (origen/Estados Unidos) –1,49 –2,55

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


(7,6)*** (5,7)***
Razón años de escolaridad (origen/Estados Unidos) 0,69 1,11
(3,0)*** (3,1)***
Razón del coeficiente de GINI (origen/Estados Unidos) 2,54 5,83
(5,8)*** (5,3)***
Razón del coeficiente de GINI al cuadrado (origen/Estados Unidos) –1,16 –2,31
(6,3)*** (5,6)***
Porcentaje de la población entre 15 y 29 años de edad 0,52 4,09
en la población de origen (0,7) (2,8)***
Stock de inmigrantes/origen en t-1 7,18 8,43
(3,4)*** (4,2)***
Stock de inmigrantes/origen en t-1 al cuadrado –39,7 –34,69
(4,1)*** (4,1)***
Distancia –0,21 –0,24
(3,5)*** (2,5)***
Países sin salida al mar –0,46 –0,52
(1,7)* (1,1)
De habla inglesa 1,63 2,01
(6,4)*** (4,1)***
Guerra civil 0,22 0,11
(4,7)*** (1,7)
Hemisferio oriental, 1971–78 –0,32
(9,3)***
Hemisferio occidental, 1971–78 –0,19 –0,19
(3,6)*** (3,8)***
Ley de Reforma y Control de Inmigración 1989-91 0,07 0,06
(7,5)*** (7,2)***
Variable ficticia 1992–98 0,13 –0,1
(4,1)*** (1,8)*
Europa del Este –0,12
(0,3)
África –2,00
(5,0)***
Oceanía 0,51
(0,8)
Medio Oriente 1,31
(3,0)***
Asia –0,12
(0,3)
Canadá –1,27
(1,4)
México 1,15
(1,4)
Centroamérica 0,72 –0,51
(1,6) (0,8)
América del Sur 0,06 –0,98
(0,2) (1,3)
Caribe 1,33 –0,14
(2,6)*** (0,2)

R2 del tiempo 0,20 0,44


R2 entre países 0,76 0,88
R2 total 0,71 0,84
Número de observaciones 2.268 616

* Significativo al 10%.
*** Significativo al 1%.
Nota: La variable dependiente es el porcentaje de la población de origen formado por inmigrantes en Estados Unidos. Valor absoluto del t–estadístico está entre
paréntesis.
Fuente: Clark, Hatton y Williamson (2003).
110

Capítulo 3

hogar) en el país de origen en relación con el de previos, pueden incluso suministrar la inversión
Estados Unidos. Si el país de donde proceden los inicial necesaria para financiar el traslado de nue-
inmigrantes tiene más desigualdad que Estados vos migrantes. El cuadro 3.6 documenta este efecto
Unidos (que es el caso de América Latina), quienes de amigos y parientes26 y, dado que a veces se pien-
se encuentran en el segmento superior de la distri- sa que este no es lineal, también se incluye el tér-
bución del ingreso tendrán menos incentivos para mino elevado al cuadrado. Los valores de los

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


emigrar, y quienes se ubican en el segmento infe- coeficientes implican que el efecto del grupo de

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


rior tendrán más, y viceversa. Si la desigualdad es inmigrantes establecidos es más poderoso a niveles
similar en el país de origen y de destino, entonces, bajos y que disminuye a medida que aumenta el
siempre que el país de destino tenga un ingreso volumen de este grupo. Con una razón promedio
promedio más alto, existe un incentivo para emi- entre los inmigrantes establecidos y la población
grar en toda la distribución del ingreso. Por lo tanto, total, el aumento en 1.000 inmigrantes establecidos
a menos que la pobreza impida que los inmigrantes genera una entrada adicional anual del mismo país
potenciales abandonen su país, la tasa de inmigra- de origen de aproximadamente 10 inmigrantes por
ción a Estados Unidos debería seguir una función año. Esta es una fuerte influencia, que implica una
de desigualdad relativa en forma de U invertida. profunda persistencia histórica en los procesos
Los resultados que se presentan en el cuadro 3.6 migratorios.
sustentan firmemente esta hipótesis, con la tasa de Deben considerarse asimismo otras caracte-
inmigración máxima a una razón de 1,12, cercana rísticas del país. Por ejemplo, en el cuadro 3.6 se
al punto en el cual la desigualdad es aproximada- mide la distancia al punto de destino –el efecto de
mente la misma en los países de destino y de ori- gravedad– en función de la distancia desde Chicago
gen. En el caso de América Latina, tal vez sea en miles de millas. El coeficiente indica que por
necesario reinterpretar esta observación en térmi- cada 1.000 millas adicionales de distancia entre el
nos de la calificación sobre la pobreza, es decir que país de origen y Estados Unidos, la tasa de inmi-
es probable que la pobreza restrinja la emigración gración se reduce en 21%.27 Si el país no tiene lito-
de las personas muy pobres que se encuentran en rales también se produce un gran efecto negativo,
el segmento inferior de la distribución del ingreso aunque no es muy significativo a los niveles con-
en el país de origen. vencionales. Más importante aún es el hecho de
A menos que la migración de retorno sea muy que en el país de origen se hable inglés, factor que
barata, el valor actual descontado correspondiente incrementa casi tres veces el número de inmigran-
a cualquier traslado de larga distancia debería ser tes procedentes de ese país. Los disturbios políticos
más alto para los más jóvenes porque las recom- y la violencia, cuyas fuentes más importantes son
pensas se distribuirían durante una vida laboral las guerras civiles, también tienen un efecto signi-
futura más larga.25 Por lo tanto, los países de origen ficativo, que incrementa el número de inmigrantes
con cohortes más numerosas de jóvenes deberían a Estados Unidos en aproximadamente 22%.
generar más migrantes y tasas de emigración más
altas. En el cuadro 3.6 el coeficiente correspon-
diente a la proporción de la población de 15-29 años
es positivo, como cabría esperar, pero no es signifi- 25 Si la migración de retorno es muy barata, es menos probable que

cativo para toda la muestra de 81 países (y ocurre lo la migración sea permanente y es más probable que sea repetida.
26 Se introduce aquí un desfase sobre la premisa de que el efecto de
contrario para América Latina únicamente).
amigos y parientes tiene que existir antes de que el migrante inicie
La mayoría de los observadores también su traslado.
subrayan lo que se ha dado en llamar el “efecto de 27 El efecto de gravedad puede verse en la figura 3.18; los países
amigos y parientes”. Una población establecida de del Cono Sur (Argentina, Brasil, Chile y Paraguay), que son los que
están más lejos de Estados Unidos, tienen las tasas de emigración
migrantes previos del mismo país de origen genera más bajas (o las de inmigración más altas). Por supuesto, algunos
efectos de red que reducen los costos y los riesgos de estos países han tenido salarios relativamente altos, lo que tam-
bién ayuda a explicar su elevada proporción de extranjeros (figura
de la migración y, mediante remesas de migrantes 3.19).
111

Nuevos perfiles en la oferta de mano de obra

La política de inmigración estadounidense no Las tasas de migración hacia Estados Unidos


deja de ser un factor determinante del origen de los varían enormemente entre los países de América
inmigrantes, lo que puede verse en el cuadro 3.6 Latina. ¿A qué se debe esa varianza? ¿Operan las
con una serie de variables ficticias (dummies). mismas variables fundamentales que para el resto
Antes de 1978 había cuotas distintas para el hemis- del mundo? En la segunda columna del cuadro 3.6
ferio occidental (principalmente América Latina) y se presentan estimaciones para los 22 países de

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


el hemisferio oriental (el resto del mundo). La varia- América Latina, cuyos valores son notablemente

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


ble ficticia para 1971-78 refleja la combinación de similares a los de la primera columna de los 81 paí-
estas dos cuotas en una cuota mundial en 1979. El ses. Esto quiere decir que en general la emigración
efecto a partir de 1979 parece haber sido positivo, latinoamericana a Estados Unidos está impulsada
especialmente para los países del hemisferio orien- por las mismas fuerzas que toda la inmigración a
tal, pese a cierta reducción de la cuota general. ese país, aunque las fuerzas en sí puedan, por
La legalización de los inmigrantes ilegales supuesto, ser más fuertes o más débiles.
(que se registran como parte de la inmigración Existen, sin embargo, algunas diferencias en
total) bajo la Ley de Reforma y Control de Inmigra- las magnitudes de los coeficientes estimados que
ción de 1986 (que entró en vigencia en 1988) queda vale la pena destacar. La diferencia más notable
captada por una variable que representa el volu- entre América Latina y el resto es el efecto marca-
men estimado de estos inmigrantes por país de ori- do y significativo de la proporción de la población
gen en 1980. Esta influencia se aplica únicamente de 15-29 años. Esta diferencia regional puede expli-
a 1989-91, cuando estaba en vigencia el programa.28 carse por el hecho de que los traslados de larga dis-
Este efecto varía en los distintos países y el impac- tancia desde Asia y África pueden ser, típicamente,
to más grande se registra en México, donde duplicó más un asunto de familia, cuestión que tendrá que
la tasa de inmigración. La variable ficticia para explorarse en investigaciones futuras. En todo caso,
1992-98 (para todos los países de origen) tiene por este resultado implica que un aumento de la pro-
objeto reflejar la expansión de la cuota de inmigra- porción de la población de 15-29 años de, supónga-
ción que tuvo lugar después de la Ley de Inmigra- se, 25% a 30% elevaría en 20% la tasa de
ción de 1990 (que entró en vigor en 1992). Con esto inmigración del país latinoamericano típico a Esta-
se incrementó el número de inmigrantes en 13% dos Unidos. Además, los coeficientes de las dife-
(en comparación con la expansión de un 20% de la rencias en ingreso y escolaridad son mayores para
cuota). América Latina, lo que significa que un incremen-
El análisis también incluye variables ficticias to del 10% del ingreso relativo en Estados Unidos
regionales. Aquí la región excluida es Europa Conti- eleva la inmigración procedente del país latinoa-
nental, de manera que los coeficientes de las otras mericano típico en 25%. Un aumento del 10% de la
regiones reflejan diferencias con respecto a ese refe- educación relativa en Estados Unidos reduce la
rente. En su mayor parte, los coeficientes de las inmigración procedente del país latinoamericano
variables ficticias regionales son pequeños, lo que típico en 11%. Estos efectos son mucho mayores
sugiere que las variables fundamentales pueden por que los efectos de todas las regiones de origen com-
sí mismas explicar las diferencias regionales en las binadas.
tasas de inmigración a Estados Unidos. Cabe señalar
excepciones notables, como la gran intercepción
negativa para África y la intercepción positiva rela-
tivamente elevada para Medio Oriente. Dentro del 28 La razón por la que se utiliza el número estimado de inmigrantes
continente americano existen grandes coeficientes ilegales en 1980 y no una fecha posterior es que se ofreció una
situación de inmigración legal a las personas que habían residido
para los estados fronterizos –Canadá y México– y en el país desde 1982 o antes.
para el Caribe. Estos resultados reflejan los efectos 29Si la distancia se midiera desde Los Ángeles en lugar de Chica-
de la contigüidad así como el lugar de Estados Uni- go, por ejemplo, la intercepción para Canadá sería menos negati-
va y la de México menos positiva, pero para el Caribe sería más
dos (Chicago) respecto al cual se mide la distancia.29 positiva.
112

Capítulo 3

Los otros coeficientes son similares a los esti- para salir del país. Por consiguiente, los que real-
mados para todo el conjunto de países con excep- mente emigran podrían ser aquellos que se ubican
ción de la variable ficticia para 1992-98, que es en el segmento medio de la distribución del ingreso
negativa. Esto puede reflejar el efecto de la ponde- del país. Esto es exactamente lo que Chiquiar y Han-
ración más favorable que se da a las aptitudes en la son (2002) observaron en México en los años noven-
Ley de Inmigración de 1990 o simplemente puede ta, cuando los inmigrantes que llegaban a Estados

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


reflejar un número mayor de latinoamericanos que Unidos procedían de los sectores medio y superior

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


optan por el ingreso ilegal en Estados Unidos. de la distribución de salarios de aquel país. Este es
Los efectos de la desigualdad son también más un punto importante y sería conveniente analizar
poderosos para América Latina, pero la tasa de con mayor detenimiento si una política más liberal
inmigración máxima, que ocurre cuando la relación de inmigración en Estados Unidos podría ayudar a
entre los coeficientes de Gini es 1,26, sigue siendo reducir la pobreza en América Latina.
muy cercana a la unidad. Esta forma de U invertida
implica que la inmigración a Estados Unidos es más La emigración: ¿bendición o maldición?
baja a partir de los países latinoamericanos que son
muy iguales o muy desiguales en comparación con Considerando que América Latina tiene las tasas de
Estados Unidos, y más altas para los que se encuen- emigración más altas del mundo, es importante
tran en el medio (es decir, que son más semejantes analizar los efectos de este fenómeno en el merca-
a Estados Unidos). Nótese, sin embargo, que esto no do laboral. ¿Puede la migración ayudar a explicar
es lo mismo que decir que los inmigrantes latinoa- algunas de las falencias del mercado laboral que se
mericanos que llegan a Estados Unidos proceden de describen en el capítulo 1?
grupos de ingreso mediano. El efecto más notorio de la emigración en los
Como las distribuciones del ingreso en Amé- países de origen es el flujo de remesas de los traba-
rica Latina son más desiguales que en Estados Uni- jadores migrantes a sus familias. En América Lati-
dos, la migración debería seleccionarse desde el na y el Caribe las remesas procedentes del exterior
segmento inferior de la distribución del país de ori- sobrepasaron los US$32.000 millones en 2002. Los
gen, es decir, los que más emigran deberían ser los principales beneficiarios fueron México (US$10.500
muy pobres. Pero también debe considerarse la millones), Colombia, El Salvador y República
“trampa de la pobreza”. En primer lugar, es poco Dominicana (recibiendo cada país ente US$2.000 y
probable que los muy pobres cuenten con los US$2.400 millones).
recursos necesarios para invertir en el traslado de Hasta hace poco, los investigadores y las enti-
larga distancia a Estados Unidos. En segundo lugar, dades que fomentan el desarrollo tendían a subes-
el costo absoluto aproximadamente constante de la timar la importancia de las remesas o a destacar
migración para todos los potenciales migrantes sus aspectos potencialmente negativos. Temían
implica que sería proporcionalmente mayor para que quienes recibían remesas no tuviesen incenti-
los más pobres. Si dominan uno de estos efectos de vos para participar en el mercado laboral o para
la trampa de la pobreza o ambos, la existencia de invertir en actividades generadoras de ingresos. Por
tasas de pobreza más elevadas en el país de origen otra parte, pensaban que con el tiempo los emi-
debería reducir la emigración de ese país hacia grantes perderían contacto con sus comunidades
Estados Unidos. de origen, abandonando a sus esposas y a sus hijos.
Por consiguiente, aunque quienes se ubican en Aunque pueden existir algunos de estos problemas,
el segmento inferior de la distribución del ingreso los estudios recientes sobre las remesas revelan un
pueden tener grandes incentivos para emigrar la panorama mucho más complejo. Cuando no exis-
pobreza puede ser una limitación para hacerlo. En el ten sistemas adecuados de seguridad social para
segmento superior de la distribución del ingreso proteger a las familias de las rigideces del mercado
puede no haber limitaciones financieras para emi- de trabajo, las remesas constituyen una fuente
grar, pero también existen muchos menos incentivos importante de ingresos (véase el recuadro 3.2). Aun
113

Nuevos perfiles en la oferta de mano de obra

Recuadro 3.2 Remesas de los trabajadores: el programa de ayuda más grande de América Latina

Si bien se han reconocido ampliamente las penurias econó- más alto que los cargos que se cobran por enviar remesas a
micas que sufrió América Latina en 2002, es menos obvio el otras partes del globo, como la India y las Filipinas. Si baja-

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


hecho de que millones de emigrantes de la región, que resi- ran los costos de las remesas en dos tercios, muchos miles de

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


den sobre todo en Estados Unidos, las han mitigado envian- millones más de dólares llegarían a algunas de las personas
do miles de millones de dólares para asistencia directa a sus con más carencias del continente americano. El BID cree que
familiares en los países de origen. esta es una meta razonable y alcanzable.
Según datos del Fondo Multilateral de Inversiones Parte de la solución es una mayor competencia. En los
(Fomin), afiliado al Banco Interamericano de Desarrollo últimos años el ingreso de nuevos competidores en el mer-
(BID), los emigrantes de América Latina y el Caribe que cado de servicios de remesas de dinero ayudó a reducir los
viven en naciones industriales enviaron la cifra sin prece- costos, sobre todo en los principales mercados urbanos.
dente de US$32.000 millones a sus hogares de origen en Bancos comerciales y cooperativas de crédito comenzaron a
2002, un incremento importante en comparación con los ofrecer a inmigrantes latinoamericanos servicios cada vez
US$23.000 millones enviados en 2001. Estos recursos ali- más acordes a sus necesidades.
viaron en gran medida el sufrimiento de la región durante Otra parte de la solución sería ampliar el acceso a
un año de recesión. servicios bancarios modernos a latinoamericanos de ambos
Para poner en perspectiva estos montos, en 2002 las lados de la frontera de Estados Unidos. En un informe
remesas fueron más o menos equivalentes a la inversión reciente sobre remesas e inmigrantes latinoamericanos rea-
extranjera directa y superaron la asistencia para el desarro- lizado por el Fomin y el Centro Hispánico Pew se demuestra
llo enviada a América Latina de todas las fuentes. En algu- que la gente que envía dinero a América Latina suele tener
nos países las remesas constituyeron más del 10% del PIB. poca información sobre las distintas alternativas, además de
México recibió US$10.500 millones en 2002, debido a que las transferencias por cable. Muchas personas no tienen nin-
es mucho mayor el número de trabajadores de ese país que guna experiencia con bancos y desconfían de las institucio-
residen en Estados Unidos, sobre todo en California y otros nes financieras formales.
estados fronterizos. Las tres cuartas partes de las remesas a Afortunadamente, varias entidades federales de Esta-
América Latina y el Caribe proceden de Estados Unidos, dos Unidos están aunando recursos para mejorar la infor-
pero también se envían sumas importantes desde Canadá, mación financiera de los inmigrantes latinoamericanos y
Japón, España y otras naciones europeas. ayudarles a abrir cuentas bancarias. En algunos casos, estas
No son los ricos sino los pobres quienes envían la entidades trabajan con consulados mexicanos para ofrecer
mayor cantidad de dinero a sus familiares. La remesa típica servicios a cientos de personas en eventos públicos. En una
es de alrededor de US$250 a US$300 por mes, lo que mañana un inmigrante mexicano puede obtener una tarjeta
representa un porcentaje significativo del salario del inmi- de identidad, llamada matrícula consular, un número de
grante. Multiplicadas por millones, estas sumas constituyen contribuyente del Servicio de Rentas Internas de Estados Uni-
una importante fuerza económica. Ayudan a levantar una dos (IRS) y materiales explicativos en español del Organis-
vivienda, a poner comida en la mesa y a enviar a los niños mo de Seguros de Depósito de Estados Unidos (U.S. Federal
a la escuela. Algunos inmigrantes incluso se las arreglan Deposit Insurance Corporation), y abrir una cuenta median-
para invertir en bienes raíces en sus países de origen o para te un representante de un banco local.
establecer pequeñas empresas que manejan sus familiares. No cabe duda de que es necesario hacer más en
Los expertos creen que si persisten las actuales tendencias América Latina, donde los bancos se han centrado tradicio-
demográficas y económicas, las remesas continuarán ascen- nalmente en las personas de mayores recursos y están ape-
diendo. Sólo en este decenio, América Latina y el Caribe nas comenzando a cortejar a las personas que reciben
podrían recibir más de US$300.000 millones. remesas del extranjero. El BID y el Fomin están dando prio-
Y si todo esto ocurre sin costo alguno para los contri- ridad a las instituciones financieras que trabajan con perso-
buyentes, ¿por qué no dejar que todo siga funcionando nas de pocos recursos, por ejemplo, ayudando a
como hasta ahora? La respuesta es simple: porque el sistema cooperativas de crédito mexicanas y salvadoreñas a esta-
actual dista de ser perfecto. El año pasado, los inmigrantes blecer las normas y la tecnología que les permitan participar
que enviaron dinero a América Latina y el Caribe pagaron en el negocio de remesas de dinero. Se espera que estos flu-
aproximadamente US$4.000 millones en comisiones y otros jos de capital otorguen a muchos millones de latinoamerica-
costos, la mayoría a las empresas de transferencia de fon- nos el acceso al tipo de servicios financieros –cajeros
dos que dominan el negocio. Por cada US$100 que envió a automáticos, cuentas de ahorro, tarjetas de crédito y présta-
su casa un inmigrante, tuvo que pagar US$12 a intermedia- mos– que dan por hecho la mayoría de los residentes de
rios financieros. Estados Unidos.
Este nivel de cargos de servicios para los inmigrantes
latinoamericanos que envían dinero a sus familias es el más Fuente: Adaptación del artículo de Enrique Iglesias, publicado
alto del mundo y resulta claramente inaceptable. Es 50% originalmente en San Francisco Chronicle, 1 de mayo de 2003.
114

Capítulo 3

si las remesas se destinaran únicamente al consu- más jamaiquinos con alguna formación terciaria
mo, su efecto multiplicador puede ser sustancial y viviendo en Estados Unidos que en Jamaica. Aun-
esto tiene un impacto en la generación de empleos que no son tan extremos, los casos de República
(Ouaked, 2002; Samuel y Torres, 2001). Dominicana, El Salvador, Guatemala y México,
Los efectos de la inmigración en la oferta de también resultan preocupantes. El número de
mano de obra son menos evidentes de lo que pare- inmigrantes de estos cuatro países que llegan a

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


cerían a primera vista. El impacto directo es nega- Estados Unidos con cierta formación terciaria

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


tivo, pero los efectos indirectos pueden ir en ambos representan entre el 16% y el 40% del grupo con
sentidos según la respuesta en la participación de niveles de escolaridad similares que reside en sus
los familiares que se quedan en el país de origen. propios países. Estos porcentajes son más altos en
Dado que el ingreso de la familia puede elevarse los 24 países exportadores de mano de obra estu-
gracias a las remesas, la participación del resto de diados recientemente por Adams (2003).
los familiares en la fuerza laboral puede reducirse, Junto con México, las Filipinas y la India son
lo que reforzaría el efecto directo. Pero la familia los proveedores más importantes de trabajadores
puede sustituir al emigrante en el mercado laboral con educación terciaria al mercado laboral de Esta-
local si mejoran las condiciones de trabajo y si la dos Unidos. Pero en el caso de las Filipinas y la
reducción del tamaño de la familia libera tiempo India quienes residen en Estados Unidos represen-
que antes se dedicaba a los quehaceres del hogar. tan apenas el 11,7% y el 2,8%, respectivamente, de
Por ejemplo, en El Salvador, durante la guerra civil, la población local con aptitudes similares.30 Por lo
el efecto del ingreso prevaleció sobre los demás y, tanto, es evidente que la emigración está reducien-
como resultado, la reducción de la oferta de mano do gravemente la oferta de aptitudes en algunos
de obra superó la disminución directa debido a la países latinoamericanos. No obstante, la experien-
migración. A causa de los trastornos económicos cia internacional demuestra que cuando un profe-
resultantes de la guerra, estos efectos aliviaron el sional que había emigrado regresa, o cuando
inconveniente del desempleo en lugar de crear un establece redes entre su país de origen y de desti-
problema de escasez de mano de obra. En Puerto no, tiende a fomentar la transferencia de tecnolo-
Rico, la emigración masiva de trabajadores poco gía, lo que podría resultar en una mayor
calificados a Estados Unidos representa como míni- productividad de la mano de obra. La movilidad de
mo la cuarta parte, y probablemente mucho más, la mano de obra calificada también fortalece la
de la tendencia ascendente a largo plazo del ingre- capacidad del país de origen para atraer inversión y
so real. También contribuyó a reducir la tasa de establecer vínculos comerciales en todo el mundo,
desempleo y la brecha salarial (Borjas y Freeman, lo que tendría efectos similares (Ouaked, 2002).
1992).
Pero no todos los efectos de la emigración son
positivos. Como los trabajadores se sienten atraídos LA EDUCACIÓN
por rendimientos más altos de la educación en el
país de destino, la emigración a menudo adquiere La escolarización es la base de la capacidad de los
la forma de una “fuga de cerebros”. Las condiciones trabajadores para generar ingresos y tener una
políticas y económicas de algunos países han dado carrera satisfactoria, por lo que constituye la
un impulso adicional a este proceso. En América dimensión más importante de la calidad en la ofer-
Latina se produjo un éxodo masivo de profesiona-
les en los años sesenta y setenta cuando los regí-
menes militares de varios países cerraron
30 Los coeficientes para las Filipinas y la India aumentarían a 15,3%
universidades y otros centros académicos.
y 4,3%, respectivamente, si se considerase la emigración a otros
Muchos países del Caribe sufren un continuo países desarrollados. Estos casos pierden fuerza si se los compara
con el de Jamaica; existe aproximadamente el mismo número de
éxodo de profesionales, lo que contribuye proba- trabajadores con estudios terciarios en Jamaica que en los países de
blemente a ampliar la brecha salarial: hay 3,7 veces la OCDE (excluido Estados Unidos).
115

Nuevos perfiles en la oferta de mano de obra

ta de mano de obra. Se ha documentado amplia- Gráfico 3.20 Logros en escolaridad para la población
mente la relación positiva que existe entre la esco- de 25 años o más
Países desarrollados
laridad y el nivel de ingresos en las investigaciones Estados Unidos
Canadá
de tipo microeconómico en países desarrollados y Suecia
Japón
en desarrollo. Se ha debatido ampliamente si los Asia del Este y Pacífico
Corea del Sur
ingresos de los trabajadores con mayor escolaridad Taiwán

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Singapur
reflejan sus capacidades inherentes o los incre- Tailandia

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Caribe
Barbados
mentos de productividad vinculados con la educa- Trinidad y Tobago
Jamaica
ción. Si los trabajadores más aptos son aquellos que Rep. Dominicana
América Latina
pueden alcanzar niveles de estudios más elevados, Argentina
Panamá
la educación puede ser una señal de una mayor Chile
Perú
capacidad. Si esta fuera una parte importante de la Uruguay
México
Ecuador
explicación, la expansión de la escolaridad no con- Costa Rica
Paraguay
duciría necesariamente a una mayor productivi- Venezuela
Bolivia
dad. Sin embargo, las investigaciones recientes Colombia
Brasil
sugieren que un mayor nivel de ingresos sí demues- El Salvador
Nicaragua
tra que la escolaridad imparte conocimientos y Honduras
Guatemala
aptitudes que elevan la productividad de los traba- 0 2 4 6 8 10 12

jadores (Krueger y Lindahl, 2001). Dada esta rela- 1960 1980 2000
ción, una de las principales causas de los bajos
Fuente: Barro y Lee (2000).
ingresos de los trabajadores y del alto nivel de
pobreza podría ser un bajo nivel de escolaridad de
la población activa (BID, 1998, 2000).
ponibilidad de aptitudes que la mayoría de los paí-
Resultados de la escolaridad ses de América Latina y el Caribe. Por ejemplo, el
42% de los adultos de 25 años y más de Taiwán con-
Bajos niveles, mala calidad y profundas desigualda- cluyeron por lo menos el ciclo secundario, en tanto
des caracterizan los sistemas educativos de Améri- que en América Latina el promedio es de 22%.
ca Latina, donde el grado de escolaridad se ubica Entre los países con la participación más baja de
por debajo del de otras regiones. Utilizando estima- trabajadores que terminaron el ciclo secundario, en
ciones del conjunto de datos sobre la educación de Brasil, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicara-
Barro Lee (2000), en el gráfico 3.20 se muestra que gua menos del 15% de la población adulta lo con-
en 2000 la población de 25 años y más de América cluyó.
Latina había alcanzado tan solo aproximadamente Preocupan en particular no solamente los
seis años de escolaridad. En Canadá, Suecia y Esta- bajos niveles de escolaridad, sino el hecho de que
dos Unidos, donde el promedio es de más de 11 el avance haya sido lento, sobre todo en los últimos
años, el nivel cursado es casi el doble que el pro- decenios. Los años de escolaridad promedio de la
medio de América Latina. Existe, por supuesto, una población de más de 25 años en América Latina
dispersión de los niveles promedio de escolaridad aumentaron de aproximadamente tres en 1960 a
dentro de América Latina y el Caribe; Guatemala 4,5 en 1980 y a seis años en 2000. Es decir, aumen-
(3,1 años) tiene el nivel promedio más bajo en taron menos de un año por decenio en la región en
tanto que Barbados (8,5 años) tiene el más alto. 1960-80 y en 1980-2000.
La proporción de la población que por lo Algunos países tuvieron más logros que otros;
menos ha terminado la escuela secundaria es un Argentina, Chile, México, Panamá y Perú incre-
indicador sencillo de la disponibilidad de aptitudes. mentaron su escolaridad un año por decenio entre
Canadá, Corea del Sur, Estados Unidos, Japón, Sue- 1980 y 2000. En otros, como Colombia, Guatemala,
cia y Taiwán tienen por lo menos el doble de dis- Paraguay y Venezuela, el promedio de años de
116

Capítulo 3

escolaridad aumentó a una tasa ínfima. Esto crea Rica, Jamaica, Trinidad y Tobago y Uruguay man-
particular inquietud porque algunos de estos países tienen niveles de calidad comparables a los de paí-
ya se encontraban entre los que tenían los peores ses de Europa del Este o Asia del Este y el Pacífico.
resultados en 1980. En estas encuestas de opinión también se señala
Si bien son pocas las medidas de la calidad de otro grave problema de los sistemas educativos lati-
la escolaridad en América Latina, todas apuntan a noamericanos: una profunda desigualdad. Según

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


la misma conclusión: es muy baja. Sólo unos pocos las empresas encuestadas, las diferencias en la cali-

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


países participan con regularidad en pruebas de dad de las escuelas a las que tienen acceso los ricos
aprovechamiento que puedan compararse a nivel y aquellas a las que asisten los niños pobres son
internacional, por lo que es muy difícil hacer com- más acentuadas en América Latina que en cual-
paraciones entre países y regiones. Sin embargo, en quier otra región del mundo (véanse los gráficos
las pocas ocasiones en que un país de América Lati- 3.21 y 3.22).
na ha participado, el desempeño de los estudiantes No es este el foro para analizar las causas de
ha sido inferior a los de otros países, sobre todo en las fallas del sistema de educación de América Lati-
relación con los de Asia del Este.31 Colombia y na, pero basta mencionar que en varios estudios se
México participaron en el Estudio Internacional de han identificado como posibles culpables el bajo
Matemáticas y Ciencias de 1996. Colombia quedó nivel del gasto en educación por alumno, la falta de
clasificado en el lugar 40 sobre 41 países y México mecanismos de control y rendición de cuentas en la
se rehusó a difundir los resultados. Chile participó mayoría de los sistemas educativos, el pago inade-
en la misma prueba en 1999 y terminó en el pues- cuado a los docentes y las limitaciones de crédito y
to 35 sobre un total de 38 países, debajo de todos los otras barreras que obligan a los padres a sacar a sus
países participantes de Asia, Europa del Este y hijos de la escuela (véase BID, 1996-1998).
Medio Oriente.
Es más, la única prueba que permite compa- La falta de escolaridad
rar entre países dentro de América Latina –aunque
no es comparable con países fuera de la región– El desempleo, el bajo nivel de salarios y la crecien-
indica que la mayoría de los países se ubicarían en te brecha salarial suelen atribuirse a las fallas del
niveles aun más bajos en pruebas internacionales. sistema educativo. Las deficiencias son tan agudas
En 1998, la Oficina Regional para América Latina y y palpables que existen pocas dudas al respecto.
el Caribe de la Organización de las Naciones Uni- ¿Pero es así realmente? El desempleo es una varia-
das para la Educación, la Ciencia y la Cultura ble fácil de desechar: las tasas de desempleo son
(UNESCO) realizó el primer estudio regional generalmente más bajas para las personas con
comparativo para medir los logros educativos en menor nivel de escolaridad, y los incrementos del
las asignaturas de lengua y matemáticas (UNES- desempleo, cuando han tenido lugar, han afectado
CO/OREALC, 1998). Los resultados indicaron que tanto a trabajadores poco calificados como a los
Chile se ubicó entre los mejores de la región (des- muy calificados, como se vio en el capítulo 1 y en
pués de Argentina y Cuba en matemáticas y des- una sección previa de este capítulo. Los otros dos
pués de Argentina, Brasil y Cuba en lengua). argumentos –sobre todo que la falta de estudios
República Dominicana, Honduras, Perú y Venezue- constituye la principal razón de la baja productivi-
la fueron los que obtuvieron las puntuaciones más dad y de la creciente brecha salarial– merecen un
bajas en las pruebas de matemáticas y de lengua. mayor análisis.
En encuestas de opinión aplicadas a empresas La falta de estudios suele ser la raíz del pro-
en 75 países se confirma que es muy baja la calidad blema de la baja productividad de la mano de obra
de las escuelas públicas en América Latina. De los
20 países latinoamericanos considerados por el
Global Competitiveness Report de 2001, se determinó 31 Véase más información sobre la calidad de la escolaridad en
que únicamente las escuelas públicas de Costa América Latina en PREAL (2001).
117

Nuevos perfiles en la oferta de mano de obra

Gráfico 3.21 Calidad de la educación pública Gráfico 3.22 Igualdad en la calidad de los colegios
(Índice, 1-7) (Índice, 1-7)

Países desarrollados Países desarrollados


Europa del Este Europa del Este
Asia del Este y Pacífico Asia del Este y Pacífico
Medio Oriente y Norte de África Medio Oriente y Norte de África
Asia del Sur Asia del Sur
América Latina y el Caribe América Latina y el Caribe

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Trinidad y Tobago Trinidad y Tobago
Costa Rica Jamaica
Uruguay

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Uruguay
Jamaica Costa Rica
Argentina Argentina
Colombia Paraguay
Brasil Panamá
Chile Ecuador
México Honduras
Panamá Colombia
Rep. Dominicana El Salvador
El Salvador Chile
Paraguay Brasil
Perú Bolivia
Ecuador México
Honduras Guatemala
Venezuela Rep. Dominicana
Guatemala Venezuela
Bolivia Perú
Nicaragua Nicaragua
1 1,5 2 2,5 3 3,5 4 4,5 5 5,5 6 1 1,5 2 2,5 3 3,5 4 4,5 5 5,5

Nota: La pregunta de la encuesta es: ”Los colegios públicos (gratuitos) en su país son Nota: La pregunta de la encuesta es: “La diferencia en la calidad entre los colegios
de (1= calidad baja, 7= igual a los mejores del resto del mundo)”. asequibles para los ricos y para los pobres es (1= grande, 7= pequeña)”.
Fuente: World Economic Forum (2001). Fuente: World Economic Forum (2001).

y de la pobreza, aunque puede no ser la razón prin- dor, Nicaragua y Perú en tanto que menos del 25%
cipal de estos problemas porque la productividad tienen ingresos por hora inferiores a US$1 en
de los trabajadores depende, en gran medida, de Argentina, Chile, Costa Rica, México y Panamá.
factores que están fuera de su control. Si el entorno Estas cifras sugieren que los salarios y los
económico e institucional desalienta la inversión y niveles de productividad son muy bajos para una
la innovación, o si no existe infraestructura finan- gran proporción de trabajadores en la mayoría de
ciera y básica, la productividad de los trabajadores los países. Esto es sólo en parte el resultado de la
puede verse obstaculizada y los esfuerzos para ele- falta de escolaridad, porque en algunos países exis-
var el nivel de escolaridad no serían una manera te una gran proporción de trabajadores con niveles
eficaz de mejorar los resultados del trabajo. relativamente altos de escolaridad que tienen muy
Para comprender la importancia relativa de la bajos niveles de productividad. En Bolivia el 41%
educación con respecto a estos otros factores como de los trabajadores con estudios secundarios y el
causas alternativas de una baja productividad de la 18% con cuatro años de formación universitaria
mano de obra, por definición, se dice que un traba-
jador tiene “baja productividad” si gana menos de
US$1 por hora en su principal fuente de trabajo.32
El umbral de US$1 debe ajustarse en cada país para 32 Los resultados se calculan con base en el ingreso procedente de

reflejar las diferencias del costo de vida. Esta defi- la principal fuente de trabajo. Pero, salvo indicación contraria, los
resultados no difieren mucho cuando se basan en una medida más
nición de baja productividad es simple pero signifi- amplia del ingreso que incluye todas las ocupaciones.
cativa porque se conecta claramente con las 33 Por lo tanto, considerando que el trabajador promedio de la

medidas estándar de pobreza.33 En el cuadro 3.7 región trabaja un promedio de 44 horas por semana y comparte su
ingreso con dos personas a cargo, un ingreso de menos de US$1
puede observarse la proporción de trabajadores con por hora (ajustado en función de la paridad del poder adquisitivo,
bajos salarios entre los varones urbanos de 30-50 PPP) da como resultado un ingreso del hogar per cápita de menos
de US$2 PPP por día, que es una medida estándar de pobreza
años para 12 países de la región a fines de la déca- moderada. Duryea y Pagés (de próxima publicación) muestran que
da del noventa. En esta muestra, más del 45% gana la proporción de trabajadores que ganan menos de US$1 PPP por
hora se correlaciona con la proporción de pobreza moderada a
menos que el umbral de US$1 en Bolivia, El Salva- nivel del país (el coeficiente de correlación es 0,84).
118

Capítulo 3

Cuadro 3.7 Trabajadores varones entre 30 y 50 años que ganan menos de US$1 por hora
(Porcentaje)

Nivel de escolaridad

Cuatro años

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Todos los o más de
niveles de Secundaria escolaridad

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


País Año escolaridad Primaria completa terciaria

Argentina 1999 17,00 15,32 7,54 5,66


Bolivia 1999 45,62 65,70 41,30 17,60
Brasil 1999 34,80 47,40 15,70 2,70
Chile 1998 21,38 38,90 16,80 2,40
Costa Rica 1998 18,55 30,60 14,70 2,20
El Salvador 1998 49,63 69,20 35,90 6,30
Guatemala 1998 39,92 29,81 8,56 0,33
México 1998 15,89 27,70 5,10 1,00
Nicaragua 1998 53,96 71,00 43,50 14,00
Panamá 1999 17,64 33,20 15,10 2,70
Perú 2000 45,83 72,80 48,10 19,00
Uruguay 1998 30,35 28,37 18,16 8,09

Fuente: Duryea y Pagés (de próxima publicación), basado en encuestas de hogares individuales.

ganan menos de US$1 por hora. Estos porcentajes Salvador, Nicaragua y Perú), 30% o más seguirían
son similarmente altos en Nicaragua y Perú. En ganando menos del umbral. Incluso en Uruguay
cambio, en México sólo el 5% de los trabajadores todavía se tendría a casi el 20% de los trabajadores
con estudios secundarios y el 1% con formación en situación de baja productividad. Si se calculara
universitaria son pobres según esta medida. un promedio en los distintos países, el porcentaje
Para examinar si los incrementos en la educa- de trabajadores de bajos salarios caería aproxima-
ción pueden resolver el problema de los bajos sala- damente una tercera parte, es decir, del 33% al 23%
rios en el corto plazo, es útil simular los resultados de todos los trabajadores. Si bien esta reducción es
que se obtendrían mediante una hipotética univer- notoria, se requeriría un esfuerzo extraordinario
salización de la enseñanza secundaria. Esto puede para lograrla. En algunos países, como Argentina,
hacerse calculando el efecto en los ingresos y la Chile, Costa Rica, Panamá y Perú, este incremento
proporción de trabajadores pobres si todos aquellos podría lograrse en dos decenios si se mantuviera en
que no habían concluido la escuela secundaria a el futuro el avance actual, o en un decenio si el
fines de los años noventa la hubiesen terminado. avance de la educación alcanzara los niveles de
Cabe destacar que esta simulación ignora la posible Asia del Este. Pero en otros países sería preciso
reducción de los rendimientos de la formación lograr un adelanto enorme. En Brasil habría que
secundaria provocada por un aumento de la oferta incrementar la escolaridad promedio por lo menos
de trabajadores calificados y por lo tanto, debe cuatro años, lo que a las tasas históricas de avance
interpretarse como el límite superior del alcance exigiría otros 40 o 50 años.
de un cambio en la escolaridad que afecte directa- Estos resultados destacan el hecho de que la
mente los salarios por hora en el corto plazo. Los falta de escolaridad sólo es en parte culpable del
resultados aparecen en el gráfico 3.23. bajo nivel de productividad y de salarios que afecta
Si bien la proporción de trabajadores mal a muchos trabajadores de América Latina. La
remunerados bajaría más de la mitad en Brasil, expansión de la escolaridad por sí sola no va a ele-
Guatemala y México, en cuatro países (Bolivia, El var la productividad y los ingresos de todos por
119

Nuevos perfiles en la oferta de mano de obra

Gráfico 3.23 Alternativas para reducir los empleos sobre los salarios absolutos depende de la base a la
de baja productividad cual se aplica ese porcentaje. Como en América
(Porcentaje de trabajadores que gana menos de US$1 por hora)
Latina un trabajador sin instrucción o calificación
Nicaragua puede ganar poco en términos absolutos, aunque
El Salvador haya un aumento relativamente grande del salario
Perú
(en términos porcentuales) como resultado de la

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Bolivia
Guatemala escolaridad, el trabajador puede seguir percibiendo

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Brasil un salario bajo.
Uruguay
Chile
Los salarios por hora de un trabajador sin ins-
Costa Rica trucción o experiencia son un reflejo de la produc-
Panamá tividad que puede obtener un trabajador no
Argentina
México
calificado con otros factores de la producción, como
capital físico, o bienes públicos, tales como institu-
0 10 20 30 40 50
ciones o infraestructura. Por lo tanto, los salarios
Mejorando el ambiente económico Actual
reflejan la calidad del entorno institucional y eco-
Universalizando la escuela secundaria
Fuente: Duryea y Pagés (de próxima publicación).
nómico en el cual los trabajadores viven y produ-
cen. Para evaluar la importancia del entorno, se
considera el efecto de una simulación hipotética en
encima del nivel de pobreza en un período breve. la cual los países podrían alcanzar instantánea-
Para que haya un impacto importante en el ingreso mente las condiciones económicas e instituciona-
individual, el efecto de cada año adicional de esco- les de México –el país con las mejores condiciones
laridad sobre los salarios (lo que se conoce como subyacentes de la muestra–, medida según los
rendimientos de la educación) tendría que ser ingresos de una persona sin escolaridad o expe-
grande. Pero no es aquí donde reside el problema. riencia en el mercado laboral. La proporción de tra-
Pese a las fallas generalizadas en la calidad de bajadores pobres descendería sustancialmente: en
la educación y a los deficientes resultados que se Perú la proporción de empleos con bajos salarios
obtienen en exámenes comparables internacional- bajaría drásticamente de 46% a 9%, en tanto que en
mente, en América Latina el incremento porcen- El Salvador bajaría de 49% a 20%.
tual de los ingresos vinculados con un año Estos resultados demuestran que la falta de
adicional de escolaridad primaria, secundaria o ter- escolaridad no puede considerarse la única expli-
ciaria es muy elevado. En el cuadro 3.8 se presen- cación de los problemas de baja productividad y
tan los rendimientos estimados de un año de salarios que afectan a una gran proporción de tra-
escolaridad en distintos países.34 En los 12 países bajadores en varios países latinoamericanos. Esto
de la muestra, el rendimiento mediano de un año no implica que en el corto plazo los esfuerzos para
adicional de escolaridad primaria es 7%, pero es ampliar la escolaridad sean inútiles, sino que nece-
aun más alto en el caso de la escolaridad secunda- sitan estar respaldados por mejores condiciones
ria y terciaria (9% y 16%, respectivamente).35 En económicas e institucionales. A la larga, una fuerza
comparación, Krueger y Lindahl (2001) notifican de trabajo mejor formada atraerá inversiones en
rendimientos promedio de la escolaridad en todos
los niveles de 3% en Suecia, 6-7% en Canadá, 9%
en Estados Unidos y 13% en Austria. 34 Véase Duryea y Pagés (de próxima publicación) donde se des-
Un rendimiento elevado de la educación es cribe la metodología utilizada para estimar los rendimientos de la
una condición necesaria pero no suficiente para educación en América Latina.
35 Los coeficientes no miden estrictamente rendimientos, sino efectos
que la escolaridad tenga un efecto importante
sobre el salario, porque para poder determinar los rendimientos de
sobre los niveles salariales bajos. Al fin de cuentas, la educación sería necesario restar el ingreso que se deja de perci-
los rendimientos de la educación se miden en tasas bir y otros costos de la educación. Los resultados no cambian cuali-
tativamente cuando se incluye en el análisis la mejora de la calidad
porcentuales. Esto implica que el impacto final de la educación.
120

Capítulo 3

Cuadro 3.8 Rendimiento de la escolaridad y la experiencia: trabajadores varones urbanos entre 30 y 50 años
(Cambio porcentual en el salario por hora)

Ingreso por hora


Rendimiento (porcentaje) de un trabajador

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Escolaridad Escolaridad Escolaridad Cinco años sin estudios ni
experienciaa

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


País Año primaria secundaria terciaria de experiencia

Argentina 1999 5 8 17 22 0,48


Bolivia 1999 5 3 13 18 0,44
Brasil 1999 12 15 22 18 0,28
Chile 1998 7 12 24 9 0,50
Costa Rica 1998 6 6 19 14 0,54
El Salvador 1998 5 8 20 20 0,29
Guatemala 1998 8 13 14 17 0,37
México 1998 7 10 15 18 0,55
Nicaragua 1998 9 13 15 10 0,30
Panamá 1999 6 8 16 10 0,51
Perú 2000 10 9 15 9 0,24
Uruguay 1998 9 9 15 22 0,31

a Los ingresos se miden en dólares de paridad del poder de compra.

Fuente: Duryea y Pagés (de próxima publicación), basado en encuestas de hogares individuales.

capital y tecnología, lo que conducirá a un mayor La oferta relativa de trabajadores instruidos


crecimiento y una mayor productividad. es, hasta cierto punto, la razón de este perfil con-
Pero, ¿podría decirse que la falta de escolari- trastante entre los salarios relativos de los trabaja-
dad es la razón principal del problema de la cre- dores con formación terciaria con respecto a los
ciente brecha salarial que se describe en el capítulo que tienen estudios secundarios por un lado, y los
1? La brecha salarial entre los trabajadores que han salarios relativos de estos últimos con respecto a los
terminado la formación terciaria y los que han aca- que tienen estudios primarios por el otro. Por lo
bado la escuela secundaria ha crecido 1,4% por año tanto, si bien la oferta relativa de trabajadores con
según las estimaciones del cuadro 3.9.36 En dos formación terciaria (con respecto a los trabajadores
decenios, eso representaría un incremento de 32%, con estudios secundarios) ha estado descendiendo
pero algunos países han registrado crecimientos a razón de 0,1% por año, la oferta relativa de traba-
mucho más grandes. Según estimaciones de de jadores con estudios secundarios (con respecto a
Ferranti et al. (2003, p. 50), durante los años noven- aquellos con estudios primarios) se ha estado
ta “los salarios relativos de los trabajadores con ampliando a la asombrosa tasa de 4,3%. Tiene cier-
estudios terciarios aumentaron un increíble 72,9% to peso entonces la aseveración de que el lento pro-
en Colombia, 48,3% y 45,4% en México y Bolivia, y greso en la educación explica la creciente brecha
‘sólo’ 19,7% y 11,7% en Argentina y Brasil”. En salarial. Nótese, sin embargo, que esta aseveración
cambio, los salarios relativos de los trabajadores
que terminaron la escuela secundaria con respecto
36 Los cálculos que se presentan en este capítulo difieren algo de los
a los trabajadores que concluyeron la escuela pri-
analizados en el capítulo 1 debido a diferencias en la cobertura de
maria no han demostrado una tendencia clara; la los datos y los métodos de estimación. Sin embargo, ambos grupos
proporción con estudios secundarios aumentó en de estimaciones, lo mismo que las presentadas por de Ferranti et al.
(2003, p. 50), llegan a la misma conclusión: los rendimientos rela-
Bolivia y México (hasta mediados de los años tivos de los estudios terciarios (con relación a los de la escolaridad
secundaria) han aumentado. Véase el recuadro 1.4 del capítulo 1
noventa), pero descendió en Argentina, Brasil, para una explicación más amplia de los métodos alternativos de
Chile y Colombia. medición.
121

Nuevos perfiles en la oferta de mano de obra

Cuadro 3.9 Crecimiento de la brecha salarial en América Latina


Tendencia de la demanda relativa
Tendencia de la
Brecha Brecha salarial la oferta relativa Elasticidad = –2 Elasticidad = –1,33

Escolaridad terciaria vs. escolaridad 0,014 –0,009 0,019 0,024

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


secundaria (3,99)*** (1,80)* (2,32)** (1,72)*
Número de observaciones 70 70 70 70

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Escolaridad secundaria vs. escolaridad –0,001 0,043 0,042 0,085
primaria (0,22) (10,24)*** (6,38)*** (7,41)***
Número de observaciones 70 70 70 70

* Significativo al 10%.
** Significativo al 5%.
*** Significativo al 1%.
Nota: Cada coeficiente proviene de una regresión separada con efectos fijos de país. El valor absoluto del t estadístico está entre paréntesis.
Fuente: Cálculos del BID basados en datos provenientes de un panel encuestas de hogares, para 12 países entre 1986 y 1999.

es válida sólo si el problema de progreso lento se Gráfico 3.24 Oferta y salarios relativos de los trabajadores con
refiere a la formación terciaria, pero dicho progre- Salarios formación terciaria en América Latina
relativos (log)
so ha sido lento sólo en términos relativos y no por- 0,4

que se haya mantenido estancado en términos


0,3
absolutos. En otras palabras, se debe a que la esco-
0,2
larización secundaria ha avanzado más rápido que
la terciaria. En comparación con los perfiles inter- 0,1

nacionales, la mayoría de los países latinoamerica-


0
nos se ubica a la zaga en la escolaridad secundaria,
-0,1
pero no en la terciaria (BID, 1998); por consiguien-
te las tendencias recientes son el resultado de los -0,2

esfuerzos de los países por corregir esta anomalía.


-0,3
Por otra parte, la brecha creciente puede ser -0,4 -0,3 -0,2 -0,1 0 0,1 0,2 0,3 0,4

resultado también de tasas más altas (aunque aún Oferta relativa (log)
mediocres) de crecimiento económico en la región,
especialmente hasta mediados de los años noventa. Nota: Cada punto corresponde a una observación para un país, después de controlar
por efectos fijos de países. Coeficiente = 0,15; error estándar = 0,85.
Si bien los salarios relativos y la oferta relativa de Fuente: Cálculos del BID basados en encuestas de hogares.
mano de obra están relacionados de la manera
esperada, la relación es sorprendentemente débil.
En el gráfico 3.24 puede verse que el salario relati- demanda relativa, que probablemente esté influida
vo de los trabajadores con formación terciaria tien- por el crecimiento económico y otros factores que
de a bajar a medida que aumenta el tamaño relativo afectan la demanda de mano de obra calificada.
de este grupo de trabajadores. No obstante, la rela- Para determinar la importancia de la deman-
ción es apenas significativa al nivel del 10% y la da relativa, el cuadro 3.10 muestra cómo los sala-
elasticidad es muy baja: la oferta relativa de traba- rios relativos de los trabajadores con estudios
jadores con formación terciaria tendría que dupli- terciarios aumentaron al caer la oferta relativa. Sin
carse para reducir la brecha salarial en 15%. La embargo, la reducción de dicha oferta fue tan
razón es que los salarios relativos no dependen úni- pequeña que el aumento en el precio relativo sólo
camente de la oferta relativa, sino también de la podría haber ocurrido si, por alguna razón, la
122

Capítulo 3

Cuadro 3.10 Salarios relativos y oferta relativa de trabajadores con formación terciaria, América Latina, 1986–99

Variable dependiente: salarios relativos (1) (2) (3) (4)

Oferta relativa (terciaria/secundaria) –0,163 –0,149 –0,114 –0,121


(1,83)* (1,69)* (1,25) (1,26)
PIB per cápita PPP/log) 0,326 0,079

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


(3,09)*** (0,45)

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Tendencia del PIB per cápita 0,386 0,089
(2,95)*** (0,21)
Ciclo del PIB per cápita 0,291 0,267
(0,94) (0,86)
Tendencia 0,011 0,009
(1,78)* (0,73)

Número de observaciones 70 70 70 70
R2 0,79 0,80 0,80 0,80

* Significativo al 10%.
*** Significativo al 1%.
Nota: La variable dependiente son los salarios relativos. Todas las variables están expresadas en logaritmos. Todas las regresiones incluyen efectos fijos de países.
El valor absoluto del t–estadístico está entre paréntesis.
Fuente: Cálculos del BID.

demanda se hubiera inclinado hacia un mayor uso vas empresas, aumenta la inversión y se expanden
de trabajadores calificados que de trabajadores no la variedad y la calidad de todos los tipos de bienes
calificados. Las últimas dos columnas del cuadro y servicios. En este proceso, la demanda de mano
miden la importancia de los cambios de la deman- de obra podría crecer más rápidamente para los tra-
da relativa usando una función de producción bajadores calificados que para los no calificados.
estándar y un rango de elasticidades común en la Las pruebas empíricas recogidas confirman parcial-
literatura especializada sobre el tema (véase la mente esta hipótesis. Según las estimaciones del
explicación técnica en los apéndices del capítulo cuadro 3.10, los salarios relativos de los trabajado-
6). Si bien la oferta relativa de trabajadores con for- res con formación terciaria (con respecto a los que
mación terciaria estuvo reduciéndose 0,1% al año, tienen estudios secundarios) tienden a incremen-
la demanda relativa de esos trabajadores aumentó tarse 3,3% por cada 10% de aumento del PIB per
entre 1,9% y 2,4%. Así, resulta obvio que la amplia- cápita (después de controlar los cambios de la ofer-
ción de la brecha salarial se debe a los cambios de ta relativa). Más precisamente, las estimaciones
la demanda. El mismo razonamiento explica por sugieren que los cambios permanentes (y no los
qué los salarios de los trabajadores con estudios cíclicos) en el PIB per cápita pueden tener un efec-
secundarios no han caído en relación con los de to en la brecha salarial.
aquellos con menor nivel de escolaridad: aunque la Dado que la oferta relativa de trabajadores
oferta relativa de trabajadores con estudios secun- con formación terciaria se ha mantenido casi estan-
darios aumentó a una tasa anual de 4,3%, la cada (la proporción de trabajadores con estudios
demanda relativa ha sido por lo menos igual de secundarios se incrementó más rápidamente que la
dinámica. de trabajadores con títulos universitarios), los resul-
Las razones que subyacen al rápido incre- tados del cuadro 3.10 sugerirían que la ampliación
mento de la demanda relativa de mano de obra cali- de la brecha salarial observada en el decenio pasa-
ficada no se entienden claramente. Es probable que do se debió principalmente al crecimiento econó-
el crecimiento económico induzca una mayor mico. No obstante, las estimaciones también
demanda de este tipo de mano de obra. Cuando sugieren que otros factores, además del crecimien-
una economía crece vigorosamente, se crean nue- to económico, podrían explicar la creciente deman-
123

Nuevos perfiles en la oferta de mano de obra

da de mano de obra calificada. De hecho, las esti- CONCLUSIÓN: CANALIZAR


maciones no pueden distinguir entre la influencia LAS TENDENCIAS DE LA OFERTA
de los incrementos permanentes del PIB per cápita DE MANO DE OBRA
y una tendencia cronológica común para todos los
países, que podrían reflejar tendencias en los cam- La oferta de mano de obra está aumentando rápi-
bios tecnológicos u otros factores. damente en América Latina y el Caribe debido a la

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Por otra parte, las estimaciones suponen combinación de tendencias demográficas y una

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


implícitamente que la oferta y la demanda de mayor participación de la fuerza laboral femenina.
mano de obra calificada son fuerzas independien- Aunque en algunos países angloparlantes y centro-
tes, pero no sería improbable que dicha demanda americanos los grandes flujos de emigrantes están
esté bajo la influencia de la oferta. Una posible mitigando el incremento de la oferta de mano de
razón es que la productividad de los trabajadores obra, la mayoría de los países de la región está atra-
calificados mejora cuando a su alrededor hay más vesando un período de rápida expansión del núme-
trabajadores con aptitudes y nivel de escolaridad ro de trabajadores, la mayoría de los cuales son
similares. Si ese fuera el caso, la creciente brecha relativamente jóvenes. El proceso de desacelera-
salarial podría al menos ser en parte resultado del ción de la oferta de mano de obra ya ha comenza-
cambio en la composición educativa de la oferta de do en algunos países, pero deberán transcurrir
mano de obra. En el capítulo 6 se discuten estas y varios decenios antes de que la mayor parte de la
otras hipótesis para explicar la expansión de la bre- región ingrese en una fase de bajo crecimiento de
cha salarial. dicha oferta. Mientras tanto, la población activa
En resumen, aunque conviene incrementar el envejecerá gradualmente, tendrá un mejor equili-
nivel y la calidad de la educación por distintas razo- brio en términos de género, será más urbana y con-
nes, esta no es una solución mágica contra el des- tará con un mayor nivel de escolaridad. Estas
empleo, la baja productividad o la desigualdad tendencias ya son evidentes en casi todas partes.
salarial. Si no cambiara nada más en el funciona- El rápido aumento de la oferta de mano de
miento de los mercados de trabajo, un mayor nivel obra no debe crear ansiedad, sino que debe verse
de escolaridad probablemente daría lugar a un como una fuente potencial de beneficios socioeco-
mayor desempleo, en lugar de reducirlo, y no resol- nómicos. Actualmente la región está atravesando
vería el problema de la baja productividad que afec- un período de oportunidad demográfica en el cual
ta a millones de trabajadores en países con la proporción de las personas en edad de trabajar es
entornos económicos o institucionales inadecua- cada vez mayor en la población total. Esto entraña
dos. Ni siquiera queda claro que al redoblar esfuer- costos más bajos de educación y seguridad social
zos para incrementar la oferta de mano de obra por familia y como porcentaje del gasto público
calificada a nivel terciario se podría reducir la bre- total, lo que debería dar lugar a más oportunidades
cha salarial en forma sustancial. En este capítulo se para incrementar el ahorro y el ingreso. A medida
plantea una advertencia contra la expectativa de que desciendan las tasas de dependencia de los
que la educación es suficiente para aliviar los jóvenes, una proporción mayor de mujeres ingre-
males de los mercados laborales de América Lati- sará al mercado de trabajo, ayudando de esa mane-
na. No obstante, no debe desecharse como una ra a elevar los niveles de ingreso per cápita.
fuente de productividad y crecimiento económico, Mientras tanto, como ya se observa en algunos paí-
ni como un medio de mejorar el desarrollo social. ses, las tasas de participación de los jóvenes en la
fuerza laboral tenderán a reducirse, porque las
familias estarán en condiciones de costear más
años de estudios para sus hijos.
Pero todos estos beneficios no serán automá-
ticos. El hecho de que se logren o no depende en
gran medida de las instituciones y políticas que
124

Capítulo 3

existan. Revestirá especial importancia el conjunto fiabilidad limitan la participación de la mujer y


de normas e instituciones laborales que puedan reducen su potencial productivo. La inserción de la
influir en las decisiones sobre participación en la mujer en el empleo regular también se ve limitada
fuerza laboral y mejorar la capacidad de quienes por la falta de ayuda para cuidar de sus hijos y la
entran por primera vez al mercado para encontrar carencia de servicios de salud para los niños.37
empleos productivos. Los beneficios del efecto de- Como se ha demostrado en este capítulo, no hay

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


mográfico positivo también dependerán del respal- bases para sostener que una mayor participación

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


do que proporcione el entorno macroeconómico e femenina en la fuerza laboral tenga lugar a expen-
institucional a las familias, las empresas y los sas de las posibilidades laborales del hombre. La
gobiernos para elevar sus índices de ahorro y crear reducción de los quehaceres domésticos de la
un colchón financiero que cubra el incremento pre- mujer beneficiaría a todos.
visto en la proporción de jubilados. La creación de puestos de trabajo en muchos
Los mecanismos tradicionales de protección países latinoamericanos está restringida por los
de los trabajadores de América Latina fueron dise- altos costos de establecimiento de nuevas empre-
ñados para dar estabilidad al empleo formal y no sas. Como se señala en el capítulo 2, en toda eco-
para alentar la participación de la mujer en las acti- nomía dinámica existe un proceso fluido de
vidades económicas ni para estabilizar el ingreso creación y destrucción de puestos de trabajo, el
del trabajo y otras formas de protección social para cual no deberá limitarse por temor a causar inesta-
todos los trabajadores. Si bien en principio deberán bilidad laboral. Para poder asimilar mayores canti-
evitarse las políticas que llevan a las empresas a dades de nuevos trabajadores en el mercado
discriminar a la mujer, los costos económicos de laboral, la contratación deberá simplificarse facili-
estas políticas aumentan con el crecimiento de la tando la creación de nuevas empresas. En un estu-
fuerza laboral femenina. Valgan como ejemplos las dio de 75 países se determinó que algunas naciones
restricciones a la contratación en jornada parcial, latinoamericanas figuran entre las que exigen más
los horarios de trabajo rígidos, los altos costos de trámites para establecer una empresa (Djankov et
indemnización por despido y los altos costos de al., 2000). En general, una empresa que desee cons-
maternidad que deben pagar las empresas (en tituirse tiene que realizar más de diez trámites dife-
lugar de hacerlo el sistema de seguridad social). rentes para iniciar operaciones en América Latina,
Las mujeres pueden buscar condiciones laborales en tanto que en los países desarrollados se requie-
más flexibles o registrar índices más altos de renun- ren solamente tres. Teóricamente, estos requisitos
cia a sus puestos de trabajo si también tienen la res- buscan garantizar el cumplimiento de las reglas
ponsabilidad primaria de cuidar de sus hijos o de laborales y tributarias, así como la protección de los
los ancianos de la familia. Las medidas de protec- derechos de los trabajadores y los consumidores.
ción, bien intencionadas pero en definitiva mal Pero en la práctica, estos procedimientos engorro-
orientadas, reducen sus posibilidades de empleo y sos producen los efectos opuestos, y al otorgar una
de ser posible deberían sustituirse por mecanismos protección implícita a las empresas que ya existen,
de protección colectiva contra el desempleo, las el exceso de trámites distorsiona el proceso de des-
enfermedades y la vejez. Los elevados salarios trucción y creación de empleos, lo que empeora las
mínimos que están vigentes en algunos países tam- posibilidades de trabajar de los que ingresan por
bién son una discriminación de la mujer y los tra- primera vez en el mercado laboral y de todos aque-
bajadores con menor nivel de escolaridad. (Estas llos que requieren una mayor movilidad y flexibili-
políticas e instituciones se analizan con más dete- dad en sus trabajos.
nimiento en los capítulos 7 y 8.)
Para que la mujer pueda incorporarse a acti-
vidades económicas más productivas, deberá libe-
rarse de las tareas domésticas. La falta de servicios
de agua, electricidad y alcantarillado o su escasa 37 Véase un análisis de estas políticas en BID (1998).
125

Nuevos perfiles en la oferta de mano de obra

Al restringir la creación de empleos y la movi- de capital productivo con el cual trabajarán. En el


lidad, muchos países latinoamericanos pueden capítulo 6 se demuestra que la razón entre capital
estar desperdiciando las oportunidades de la fase y trabajo es baja y está estancada en América Lati-
actual de rápido crecimiento de la oferta de mano na, lo que limita la productividad de la mano de
de obra. Esta fase también debería verse como una obra. Para explotar el ahorro potencial que ofrece la
oportunidad para incrementar el ahorro y de esa oportunidad demográfica se requiere un entorno

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


forma cubrir los costos de jubilación futuros. Los macroeconómico firme y mecanismos eficientes y

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


sistemas tradicionales de pensión en América Lati- seguros para canalizar esos recursos hacia inversio-
na funcionan en un régimen de reparto, en el cual nes productivas.
los trabajadores de hoy financian las pensiones de Parte del mayor potencial de ahorro de las
los trabajadores de generaciones previas que están familias durante el período de oportunidad demo-
ahora jubilados, con el compromiso implícito de gráfica se destinará a mejorar la educación de sus
que cuando los trabajadores actuales se jubilen, los hijos. Desde un punto de vista macroeconómico,
del futuro pagarán su pensión. Pero este mecanis- esto también se verá facilitado por la reducción de
mo no impone los mismos costos a todas las gene- la razón entre el número de niños y el de contribu-
raciones. Las generaciones de trabajadores actuales yentes. Para aprovechar esta oportunidad, del lado
son grandes en comparación con el número de de la oferta deberán organizarse mejor los sistemas
jubilados, y por lo tanto su aporte es muy pequeño. educativos a fin de responder a las necesidades
Pero también serán grandes en comparación con el cambiantes de las familias y, del lado de la deman-
tamaño de las generaciones futuras, lo que signifi- da deberá contarse con mecanismos de apoyo para
ca que, con el régimen actual de reparto que existe ayudar a sufragar los costos incurridos por las fami-
en muchos países, la carga será más pesada para las lias de bajo ingreso que envían sus hijos a la escue-
generaciones futuras de trabajadores. Los países la. Este tipo de programas, como Progresa en
que siguen disfrutando una fase demográfica favo- México (que recientemente cambió su nombre a
rable deberán aprovecharla para pagar sus pensio- Oportunidades), ha demostrado ser una manera
nes generando los ahorros que les permitan eficaz de mejorar la asistencia escolar a la vez que
sufragar esos gastos en el futuro. facilita las actividades laborales de los padres
El buen uso del ahorro potencial durante el (véase BID, 2002b). Si bien un mejor sistema edu-
período de oportunidad demográfica es esencial no cativo es sólo parte de la solución, resultará esen-
sólo para no imponer una pesada carga a los traba- cial para remediar los males actuales de los
jadores futuros, sino también para ampliar la base mercados laborales de América Latina.
126

Capítulo 3

Cuadro apéndice Encuestas de hogares

A principios A finales
de los años de los años
País noventa noventa Encuesta

Argentinaa 1992 2001 Encuesta Permanente de Hogares

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Bolivia 1999 Encuesta de Condiciones de Hogares de Vida

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Brasil 1993 1999 Pesquisa Nacional por Amostra de Domicílios
Chile 1992 1998 CASEN
Colombia 1993 1999 Encuesta Nacional de Hogares
Costa Rica 1993 1998 Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples
Ecuador 1998 Encuesta de Condiciones de Vida
El Salvador 1998 Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples
Guatemala 1998 Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos Familiares
Honduras 1992 1999 Encuesta Permanente de Hogares de Propósitos
Múltiples
México 1992 2000 Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos
Nicaragua 1993 2001 Encuesta Nacional de Hogares de Medición de
Calidad de Vida
Panamá 1991 2000 Encuesta de Hogares
Paraguay 1998 Encuesta Integrada de Hogares
Perú 2000 Encuesta Nacional de Hogares sobre Mediciones
de Niveles de Vida
Uruguaya 1992 2000 Encuesta Continua de Hogares
Venezuela 1993 1999 Encuesta de Hogares por Muestreo

a La muestra abarca sólo las zonas urbanas.


Capítulo
4

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.
El empleo en un mundo volátil:
shocks macroeconómicos

Los mercados laborales en América Latina funcio- 1%, cifra muy inferior a la que alcanzaron los paí-
nan en un entorno macroeconómico volátil. En ses asiáticos (que variaba de 3,5% a 6%) y los paí-
este capítulo se documentan las fuentes de esta ses desarrollados (véase el gráfico 4.1). Solamente
volatilidad y se aborda su impacto sobre el merca- en África Subsahariana y en Medio Oriente los
do laboral. Si bien los shocks influyen tanto en la resultados fueron peores que en América Latina. A
demanda de trabajo como en su oferta, el capítulo la larga, la diferencia entre una tasa de 1% y una de
se dedica a los primeros (los movimientos en la 4 % es dramática. A fines de 2000, el producto
oferta laboral se tratan en el capítulo 3). interno bruto (PIB) per cápita de América Latina
Una vez documentado el alto grado de volati- era 40% más alto que en 1970. Las cifras corres-
lidad macroeconómica que caracteriza a América pondientes para Asia del Este y los países desarro-
Latina, en el capítulo se muestra que los cambios llados eran de 320% y 80%, respectivamente.
en la demanda laboral se traducen en cambios en El crecimiento de América Latina no sólo ha
el empleo o en cambios en los salarios (o en sido lento, sino que también podría describirse
ambos). En el análisis se explora por qué, compa- como “inseguro a cualquier velocidad”. El cuadro
rados con los países desarrollados, los países de 4.1 muestra que América Latina se caracteriza por
América Latina tienden a ajustarse más por medio un alto grado de volatilidad económica. Una vez
de los salarios y menos por medio del empleo. Tam- más, solamente África Subsahariana y Medio
bién se abordan las características de las economí- Oriente han sido más volátiles que América Latina.
as emergentes que podrían intensificar el impacto Una serie de estudios sugiere que este alto grado de
de los shocks externos. volatilidad económica incide en los malos resulta-
dos de crecimiento que se observaron en la región.1
Hay dos razones principales que explican por
DESEMPEÑO DESALENTADOR qué América Latina es tan volátil. En primer tér-
mino, la región está sometida a grandes shocks y,
El desempeño macroeconómico de América Latina
ha sido desalentador. Las dos palabras que mejor
describen la tasa de crecimiento del ingreso en la 1 Ramey y Ramey (1995) muestran que la volatilidad lleva a niveles
región son: baja y volátil. Durante los últimos 30 más bajos de crecimiento. El Banco Interamericano de Desarrollo
años, el crecimiento promedio anual del ingreso (1995) aborda con mayor detalle los vínculos entre volatilidad y cre-
cimiento, y los factores determinantes de la volatilidad macroeconó-
per cápita en la región ha sido apenas superior al mica en América Latina.
128

Capítulo 4

Cuadro 4.1 Crecimiento y volatilidad por región, 1970–2000

Crecimiento Volatilidad de Volatilidad Volatilidad


promedio la brecha de los términos de los flujos
Región del PIB del PIB de intercambio de capital

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.
Países desarrollados 2,10 0,04 6,65 6,47
América Latina 1,20 0,09 13,09 9,25
África 0,03 0,10 20,11 10,77
Medio Oriente 0,70 0,14 28,42 22,64
Asia del Este 3,92 0,07 7,68 7,95
Resto de Asia 5,94 0,09 15,76 7,59

Nota: La volatilidad se calcula como la desviación estándar durante el período.


Fuente: Cálculos del BID basados en datos del Banco Mundial (varios años).

Gráfico 4.1 Crecimiento del PIB per cápita tructivos. Cuando el acceso a los mercados de capi-
(En porcentaje) tal está cerrado, lo que sucede con una frecuencia
7 inquietante en América Latina, el colapso de la
6 actividad real es impresionante. Un cambio repen-
5 tino –o frenazo– en el nivel de la cuenta de capital
4 desencadena un proceso destructivo a medida que
3
el crédito se acaba en toda la economía y la pro-
2
ducción se estrangula.2 El crecimiento se desacele-
ra drásticamente y las recesiones que ocurren
1
después de los frenazos en los flujos netos de capi-
0
tal son impresionantes. La diferencia en el creci-
-1
miento promedio registrado en los años en que ha
-2
África Medio América Latina Países Asia del Este Resto de Asia habido acceso libre a los mercados financieros y en
Oriente y el Caribe desarrollados
los que el acceso fue cerrado es de más de dos pun-
Años '70 Años '80 Años '90 1970-2000
tos porcentuales. La magnitud de estos shocks exter-
Nota: Promedios ponderados por el PIB. nos se intensifica por la incapacidad para aplicar
Fuente: Cálculos del BID basados en datos del Banco Mundial (varios años).
políticas que contrarresten los ciclos (véase el
recuadro 4.1).
Aunque la volatilidad macroeconómica y el
en segundo lugar, los países están mal preparados bajo crecimiento desempeñan un papel importante
para enfrentarlos. para explicar el desempleo en la región, no pueden
América Latina está sometida a una gran vola- explicar por completo el comportamiento del desem-
tilidad de los términos de intercambio y de los flu- pleo. Una forma sencilla de demostrar este fenó-
jos de capital (una vez más, solamente África meno consiste en observar la parte de la varianza
Subsahariana y Medio Oriente están expuestos a del desempleo que se explica por el componente
shocks todavía más grandes, cuadro 4.1). Es amplia- cíclico del PIB. En una muestra de 15 países
mente conocido que los shocks derivados de térmi- latinoamericanos para los cuales hay datos, el ciclo
nos de intercambio negativos tienen un efecto económico explica más de 50% de la varianza del
grande sobre las exportaciones netas y, por ende,
sobre la demanda agregada. Sin embargo, los flujos
de capital volátiles pueden llegar a ser aun más des- 2 Véase Calvo, Izquierdo y Talvi (2002).
129

El empleo en un mundo volátil: shocks macroeconómicos

Recuadro 4.1 Cómo reducir la volatilidad

Mayor apertura, diversificación del comercio y la habilidad Mantener mejores posiciones fiscales también podría
para implementar políticas contracíclicas son condiciones ayudar a reducir los efectos procíclicos de los flujos inter-
necesarias para reducir el impacto de los shocks externos. La nacionales de capital y el contagio internacional. Sin

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


apertura es importante ya que, manteniendo constantes otros embargo, cabe señalar que es poco probable que estos

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


factores, los costos del ajuste macroeconómico exigidos por problemas se resuelvan completamente por medio de
un frenazo en los flujos de capital son menores en los países medidas internas. En este sentido, el contagio internacional
con una mayor apertura al comercio internacional (Calvo, solamente podrá abordarse mediante la reforma de la
Izquierdo y Talvi, 2002).1 La diversificación del comercio arquitectura financiera internacional.
puede influir en la reducción de la volatilidad de los términos Los mercados financieros subdesarrollados también
de intercambio.2 Los fondos de estabilización también pue- juegan un papel en la volatilidad. Existe evidencia de que la
den reducir el impacto negativo de dicha volatilidad. intermediación financiera amortigua los efectos macroeconó-
Las políticas macroeconómicas podrían limitar el micos de la volatilidad de los términos de intercambio (Beck,
impacto de los shocks de la demanda externa. Sin embar- Lundberg y Majnoni, 2001) y de la volatilidad de los flujos de
go, contrariamente a lo que ocurre en la mayoría de los paí- capital (Caballero y Krishnamurthy, 2001). Menor inflación,
ses desarrollados, los países de América Latina no han mejor regulación y supervisión, protección del inversionista y
logrado responder a los shocks implementando políticas reformas de los sistemas de pensiones son condiciones fun-
monetarias y fiscales contracíclicas. Antes bien, se han damentales para profundizar estos mercados.
caracterizado por políticas macroeconómicas procíclicas, Un régimen de tipo de cambio flotante es importante
que intensifican los efectos de los shocks externos. para una política monetaria independiente. Sin embargo,
La incapacidad para poner en práctica políticas con- no hay consenso en cuanto a si los países latinoamericanos
tracíclicas se debe a varios factores. Los más importantes pueden permitirse este tipo de régimen. Por una parte, algu-
son: 1) una estructura fiscal débil, 2) financiamiento interna- nos analistas argumentan que, debido a la dolarización de
cional procíclico (es decir, suele desaparecer durante las sus pasivos, no se puede responder a los shocks con una
recesiones, precisamente cuando más se necesita para política monetaria expansiva.3 Por la otra, hay quienes
financiar las políticas contracíclicas), 3) mercados financie- señalan que, aunque las obligaciones estén dolarizadas, los
ros subdesarrollados, y 4) disposición (o habilidad) limitada mercados emergentes pueden mantener un grado limitado
para permitir que el tipo de cambio flote libremente. Los fac- de autonomía monetaria, y que la dolarización y los tipos
tores políticos también pueden ser importantes. Rodrik de cambio fijos no pueden resolver los problemas funda-
(2001) sugiere que hay una correlación entre volatilidad mentales de los mercados emergentes.4 Calvo y Mishkin
económica y sistemas políticos que están bajo el control de (2003) sostienen que el debate acerca del régimen cam-
una pequeña elite. Algunos de estos problemas tienen solu- biario no capta el punto principal: que los países con mer-
ción dentro del país, otros requieren una solución interna- cados emergentes son fundamentalmente diferentes de los
cional, mientras que un tercer grupo tal vez no tenga una países desarrollados. En los primeros el marco institucional
solución clara, al menos en el corto plazo. suele ser débil y la clave para el éxito macroeconómico no
Los países desarrollados pueden financiar políticas es el régimen cambiario, sino las instituciones relacionadas
fiscales contracíclicas aumentando la deuda pública duran- con la estabilidad fiscal, financiera y de los precios que lo
te las recesiones. Hay bastante literatura (véase una encues- sustentan. Por lo tanto, el debate debería concentrarse
ta reciente en Braun [2003]), que muestra que este tal vez menos en la conveniencia de un tipo de cambio flotante o
no sea el caso en los países en desarrollo. Talvi y Vegh fijo, y más en los arreglos institucionales más profundos que
(2000) argumentan que las políticas procíclicas surgen de sustenten el régimen de tipo de cambio que se escoja.
la incapacidad del gobierno para acumular superávit duran-
te las expansiones económicas. Gavin y Perotti (1997) y 1 Otra opción sería la de imponer limitaciones a los flujos de
Gavin et al. (1996) destacan que la poca capacidad credi- capital, pero esto podría tener un costo en términos de creci-
ticia y un estatus crediticio inferior al grado de inversión pue- miento. Sin embargo, las pruebas en este sentido no son contun-
dentes; véase Eichengreen (2001).
den llevar a los países en desarrollo a una situación en la
2 Si no se diversifica el comercio internacional, una mayor aper-
cual enfrentan costos de crédito más altos y carecen de
acceso a los mercados de capital durante las recesiones. tura podría aumentar los efectos macroeconómicos de la volati-
lidad de los términos de intercambio.
Aunque no hay una solución sencilla para este problema,
3 Véanse Calvo y Reinhart (2002) y Hausmann, Panizza y Stein
mejoras en las instituciones encargadas de los presupuestos
(2001).
y limitaciones presupuestarias estrictas (ajustadas por varia-
4
ciones cíclicas), podrían ayudar a reducir los efectos de las Para conocer las dos partes del debate, véanse Calvo (2000) y
políticas fiscales procíclicas. En especial, las políticas que Sachs y Larraín (1999). Las propuestas alternativas procuran
abordar de frente la dolarización mediante el desarrollo de
lleven a la acumulación de superávit durante períodos de
mecanismos que permitan a los países de mercados emergentes
expansión económica permitirían la aplicación de políticas aumentar su capacidad de obtener créditos en su propia mone-
contracíclicas limitadas durante las recesiones. da. Véase Eichengreen, Hausmann y Panizza (2002).
130

Capítulo 4

Gráfico 4.2 Varianza en el desempleo explicada por la brecha Gráfico 4.3 Diferencia entre el desempleo promedio en los
del producto años ochenta y noventa
(En porcentaje)
Panamá
Guatemala Nicaragua
Colombia Argentina
Chile Panamá
Costa Rica Ecuador

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Paraguay Venezuela
Uruguay Paraguay

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


México Perú
Ecuador Colombia
Venezuela Brasil
Bolivia Uruguay
Perú México
Nicaragua Costa Rica
Argentina Bolivia
Brasil Guatemala
0,0 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8 Chile
-8 -4 0 4 8 12

Nota: El gráfico reporta el R2 de regresiones del nivel de desempleo sobre la brecha


Controlando por la brecha del producto
del producto (y la brecha del producto rezagada) calculada como la desviación entre
el logaritmo del PIB observado y el logaritmo de la tendencia (que se estimó con el Diferencia
filtro de Hodrick y Prescott con λ =1000).
Fuente: Cálculos del BID.
Nota: Coeficientes de una variable ficticia (dummy) —que toma el valor de 1 para
los años noventa y ochenta— estimados con una regresión cuya variable
dependiente es el nivel de desempleo y las variables independientes son la brecha del
PIB (calculada a través del filtro de Hodrick y Precott con λ =1000) y la variable ficticia
(dummy) por décadas.
desempleo en siete países (gráfico 4.2), pero des- Fuente: Cálculos del BID.
empeña un papel limitado en la explicación del
desempleo en los otros ocho países. El gráfico 4.3
enfatiza el punto anterior, mostrando que el ciclo noventa este país tuvo un excelente desempeño
económico desempeña un papel limitado a la hora económico y un desempleo en aumento.
de explicar la diferencia en el desempleo promedio
entre las décadas de los ochenta y los noventa. Las
barras verdes de dicho gráfico muestran la diferen- DESEMPEÑO MACROECONÓMICO
cia entre las tasas de desempleo promedio de los Y EMPLEO
años ochenta y los noventa. En nueve de los 15 paí-
ses para los cuales se tienen datos la tasa de desem- La mayor parte de la gente considera que es lógico
pleo creció. Las barras rojas, por su parte, indican la pensar que si las condiciones económicas son bue-
porción de este aumento que no se debe a variacio- nas, el empleo aumenta (y el desempleo disminu-
nes en el componente cíclico del PIB.3 El gráfico ye) y que si las condiciones económicas son malas,
muestra que las brechas de producto no pueden el empleo disminuye (y el desempleo aumenta).
explicar las diferencias de desempleo entre ambas Pero, ¿por qué sucede esto? ¿Es igual la relación
décadas (excepto en Chile y Venezuela). entre actividad económica y empleo en todos los
Los casos de Argentina y Nicaragua son parti- países y épocas?
cularmente curiosos. Ambos países presentan un La economía podría encontrarse en una situa-
gran aumento en el desempleo en los años noventa ción en la que todos los factores de producción
que no puede explicarse por el crecimiento del PIB. estén plenamente empleados, o en una situación
El aumento del desempleo en Nicaragua podría con factores desempleados. En el primer caso, el
explicarse por el ajuste que siguió a la guerra civil a
comienzos de los años noventa (en realidad, se
3 Técnicamente las barras rojas son los coeficientes de la variable
observó una tendencia a la baja en el desempleo en
ficticia (dummy) por décadas (tomando el valor 1 para los años
Nicaragua después de 1993). Pero no hay una expli- noventa y el valor 0 para los años ochenta), obtenidos por medio de
una regresión en la cual la variable dependiente es el nivel de des-
cación clara para el comportamiento del desempleo empleo y las variables independientes son la brecha del producto y
en la Argentina, ya que hasta finales de los años la variable ficticia por décadas.
131

El empleo en un mundo volátil: shocks macroeconómicos

Recuadro 4.2 ¿Ajuste de los salarios o del empleo?

¿Qué determina las diferencias entre países en las res-


puestas del empleo a los cambios en la demanda agrega- Ajuste del empleo y los salarios durante períodos de

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


da? En principio, la fracción del ingreso que recibe cada bajo crecimiento

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


factor de producción es más o menos constante a lo largo
del tiempo.1 La mayoría de los estudios demuestra que en 7

los países desarrollados el factor trabajo capta dos terce-


5
ras partes de la producción. (No está claro si la fracción

Cambio en el empleo (porcentaje)


que recibe el trabajo es menor en los países en desarrollo,
3
véase Gollin [2002].) Por ende, en un país con un PIB de
US$10.000 millones, los trabajadores ganarían (incluyen- 1
do impuestos y beneficios adicionales al sueldo) un total
de US$6.600 millones. Los dueños del capital captarían el -1
resto, es decir US$3.400 millones. Si se mantiene cons-
tante la fracción de ingreso que percibe cada factor, un -3
shock negativo que redujera el PIB total en 10% disminui-
ría el ingreso captado por la fuerza laboral a US$6.000 -5
-10 -8 -6 -4 -2 0 2 4 6 8 10
millones. Suponiendo que antes del choque negativo la Cambio en el salario real
economía empleaba a un millón de trabajadores (con
Nota: Cada punto es para un año y un país de América Latina.
ingresos promedio de US$6.600), el empleo después del Fuente: Cálculos del BID.
shock podría mantenerse en un millón solamente si el
ingreso promedio bajara a US$6.000. Si permaneciera
constante en US$6.600, el empleo disminuiría en aproxi-
madamente 91.000 unidades. Este ejemplo muestra que un
shock macroeconómico negativo no necesariamente gene-
ra una caída proporcional en el empleo. Parte del shock empleo y el ajuste de los salarios. Los países que experi-
podría ser absorbido por medio de ajustes en los salarios. mentan un ajuste mayor en términos de salarios tienen un
Sin embargo, si los salarios no se ajustaran, el efecto del ajuste menor en términos de empleo.
shock se traduciría directamente en menos empleo.
El gráfico que aquí se presenta ilustra esta idea. El
eje vertical muestra el cambio en el empleo derivado de un
1 Esto se cumple solamente en teoría. La participación de la fuer-
cambio de 1% en el ingreso, y el eje horizontal represen-
za laboral cambia con el tiempo, pero los cambios tienden a ser
ta el cambio en los salarios reales generado por un cam- pequeños. En general, siempre se cumple que la carga de una
bio de 1% en el ingreso. La pendiente negativa muestra disminución en la producción total será absorbida por ambos
que hay una relación de intercambio entre el ajuste del factores de producción.

crecimiento del producto podría deberse o bien al plazo es mucho más importante en la determina-
avance tecnológico o a un aumento en la cantidad ción de los salarios. La relación entre estos últimos
de factores de producción (más capital o más traba- y el progreso tecnológico se aborda en el capítulo 6.
jadores). Es interesante mencionar que el creci- El vínculo entre las condiciones macroeconó-
miento podría aumentar el empleo incluso en una micas y el empleo es más fuerte en presencia de
situación de pleno empleo. Un aumento en la acu- recursos no empleados o, según la jerga de los eco-
mulación de capital (o un shock tecnológico positi- nomistas, cuando la producción está determinada
vo) podría aumentar la productividad de la fuerza
laboral y, al aumentar los sueldos, atraer a nuevos
4 Sin embargo, la falta de demanda agregada puede generar una
trabajadores al mercado laboral. En este sentido, el
situación en la cual un shock tecnológico positivo (que aumenta la
crecimiento de largo plazo es clave para el creci- productividad de la mano de obra) conduce a un mayor desempleo.
miento del empleo.4 Sin embargo, antes que en la Los aumentos en la productividad laboral y las políticas económicas
contractivas se han utilizado para explicar el aumento del desem-
determinación del empleo, el crecimiento de largo pleo en Europa (véase Blanchard y Wolfers, 2000).
132

Capítulo 4

llevarán a los trabajadores a reducir drásticamente


Cuadro 4.2 Elasticidad del empleo y de los salarios, la cantidad de mano de obra que están dispuestos a
países seleccionados, 1980–2000 ofrecer. En el país B la oferta de trabajo es mucho
Elasticidad Elasticidad de los salarios más inclinada (inelástica). El gráfico muestra que
del empleo Baja Alta Muy alta el mismo shock negativo conducirá a una caída
mayor en el empleo en el país A y a una mayor

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Muy baja Argentina
caída en los salarios en el país B. Sin embargo, los

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


(años ’80)
Brasil mercados laborales en ambos países están en equi-
Costa Rica
México
librio, la disminución en el empleo es voluntaria, y
Perú no hay trabajadores desempleados en ninguno de
ellos.5 Los trabajadores del país A deciden salir del
Baja Argentina Uruguay
(años ’90) Venezuela mercado de trabajo antes que trabajar con un suel-
Chile do más bajo. Entonces podrán decidir quedarse en
Jamaica
Panamá
casa o volver a estudiar cuando los salarios son
bajos, y volver a trabajar cuando mejoren las con-
Alta Colombia diciones económicas. Su decisión de no trabajar es
totalmente voluntaria y las dos situaciones no pue-
Fuente: Cálculos del BID.
den jerarquizarse desde el punto de vista del bie-
nestar social.
Si la caída del empleo que se deriva de un
por la demanda. En esta situación, los cambios en shock negativo del ingreso pudiese explicarse total-
la demanda agregada determinan cuánto se produ- mente por la elevada elasticidad de la oferta de tra-
ce, lo que a su vez determina la demanda por los bajo, no habría por qué preocuparse. La actividad
factores de producción. Sin embargo, la respuesta económica disminuiría, pero los trabajadores no
del empleo a cambios en las condiciones macroe- estarían en peor situación porque estarían felices
conómicas no es constante en los distintos países ni de sustituir la actividad laboral por recreación o por
a través del tiempo dentro de los países. De hecho inversión en su educación.6 En cambio, si la oferta
hay una compensación entre el ajuste en términos laboral fuese inelástica, la disminución observada
de los salarios reales y el ajuste en términos del en el empleo sería involuntaria y podría conducir a
empleo o el desempleo (véase el recuadro 4.2). Por un aumento del desempleo.
ejemplo, Brasil, Costa Rica, México y Perú tienden Según investigaciones realizadas en los países
a ajustarse más por intermedio de los salarios, desarrollados, la hipótesis de elevada elasticidad de
mientras que Chile, Jamaica, Panamá y Colombia la oferta de trabajo tiene apoyo empírico limitado
se ajustan más por medio del empleo (cuadro 4.2). (Hall y Lilien, 1986). Los resultados de un conjun-
Pero, ¿por qué algunos países se ajustan más to de regresiones simples sugieren que esto mismo
en términos de los salarios y otros más en términos
del empleo? Una explicación se relaciona con las
diferencias en la disposición de los trabajadores a
5 El debate que se plantea en el texto lleva el argumento hasta el
ofrecer trabajo. En el gráfico 4.4, los paneles a y b
extremo al concluir que en ausencia de rigidez, no hay trabajado-
representan dos países, A y B, que están sujetos al res desempleados. En el mundo real, todos los países, aun aquellos
mismo shock negativo, que genera un cambio en la con mercados laborales perfectamente flexibles, tienen desempleo
voluntario positivo. Esto se conoce como desempleo “friccional” y
demanda por trabajo (línea Ld) hacia la izquierda. está determinado por el tiempo que tardan los trabajadores para
Esto supone que para un salario dado, las empresas pasar de un empleo al otro. El desempleo friccional es el principal
factor determinante de lo que los economistas llaman la tasa “natu-
quieren contratar menos trabajadores. En el país A ral” de desempleo (es decir, la tasa en equilibrio, a largo plazo, del
desempleo).
la oferta de mano de obra (línea Ls) es relativa-
6 Hay algo de evidencia que muestra que en el caso de Brasil la
mente plana (o, en la jerga económica, elástica).
asistencia al colegio aumenta durante períodos recesivos (pero no
Esto significa que pequeñas caídas en los salarios durante crisis profundas). Véase Duryea y Arends-Kuenning (2003).
133

El empleo en un mundo volátil: shocks macroeconómicos

Gráfico 4.4 Empleo y ajuste salarial


a. País A: oferta laboral elástica b. País B: oferta laboral rígida c. País C: salario mínimo
Salario Salario Salario

Desempleo

Ls Ls

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Ls

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


W W
W' W ___
W
W'
Ld Ld Ld
Ld' Ld' Ld'
E' E E' E E' E
Empleo Empleo Empleo

sucede con América Latina. Un aumento del 1% en mueva hacia el nuevo equilibrio. Esto crea una
la tasa de crecimiento del PIB per cápita está situación en la que algunos trabajadores están de-
asociado con un aumento de 0,1% en la tasa de parti- sempleados involuntariamente.8
cipación de la fuerza laboral (definida como la Este tipo de rigidez es a todas luces ineficien-
fuerza laboral total dividida por la población de 15 te porque genera un desperdicio de recursos. Más
a 64 años). A su vez, este aumento en la participa- aún, crea ganadores y perdedores. Los trabajadores
ción puede descomponerse en un aumento de 0,2% que mantienen sus trabajos a un salario que está
en la tasa de empleo y una disminución de 0,1% en por encima del que predominaría en ausencia de
la tasa de desempleo. No obstante, el cálculo de rigideces obviamente están en mejor posición, pero
estas elasticidades no toma en cuenta el hecho de quienes se encuentran involuntariamente desem-
que la participación femenina ha aumentado en los pleados están en desventaja.9 En teoría, los perde-
últimos 20 años (véase el capítulo 3). La inclusión dores podrían recibir una compensación por medio
de una tendencia de tiempo en las regresiones de transferencias (las indemnizaciones de desem-
ayuda a controlar por este factor, y muestra que pleo son un método estándar de compensación),
una aceleración de 1% en la tasa de crecimiento del pero mientras que esta práctica es más bien común
PIB per cápita está asociada con un aumento de en los países desarrollados, no lo es tanto en Amé-
0,02% en la tasa de participación de la fuerza labo- rica Latina. Más aún, el aumento en el desempleo
ral, lo que puede descomponerse en un aumento no es homogéneo en todas las clases sociales. Los
de 0,15% en el empleo y una caída de 0,13% en el
desempleo.7 Por lo tanto, la elasticidad de la parti-
cipación de la fuerza laboral es más bien baja, y los
7 Estos cálculos son los promedios para un grupo de países hetero-
shocks al producto tienen efecto sobre el desem- géneos. Un estudio detallado de Chile (Cowan et al., 2003) encuen-
pleo. tra que los trabajadores salen del mercado de trabajo en los malos
momentos económicos y que regresan en los buenos. Esta elevada
Varios factores podrían conducir al desempleo elasticidad de la oferta de trabajo contrasta con los resultados obte-
involuntario. El panel c del gráfico 4.4 ilustra el nidos para México, lo que indica que el efecto del ingreso domina
el efecto de sustitución, lo que conduce a un aumento en la partici-
papel de la rigidez de los salarios. En este caso, la pación en el mercado de trabajo durante los tiempos de recesión
(véase el capítulo 3).
oferta de mano de obra es inelástica y por lo tanto,
8 Hay otras razones, además de los salarios mínimos, por las que
los trabajadores reaccionarían ante un shock nega-
los salarios nominales pueden ser rígidos hacia abajo. Véase Aker-
tivo aceptando una reducción en el sueldo, pero no lof, Dickens y Perry (2000).
dejarían de trabajar. Sin embargo, las rigideces en 9 Cabe señalar que al darles más poder de negociación a los tra-
el mercado laboral (en este caso, la presencia de un bajadores de bajos ingresos, un salario mínimo que vincule poco
también puede desempeñar una función en la redistribución del
salario mínimo en W) no permiten que el sueldo se ingreso desde el capital hacia la mano de obra.
134

Capítulo 4

Gráfico 4.5 Volatilidad de los salarios reales Gráfico 4.6 Volatilidad del empleo

Nicaragua El Salvador
Perú Nicaragua
Guatemala Chile
El Salvador Guatemala
Venezuela Panamá
Argentina Colombia
Bolivia Uruguay

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


México Jamaica
Brasil Venezuela

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Ecuador Ecuador
Costa Rica Perú
Panamá Argentina
Uruguay Bolivia
Paraguay Paraguay
Chile Costa Rica
Jamaica Brasil
Colombia México
0 0,05 0,10 0,15 0,20 0,25 0,30 0,35 0 0,01 0,02 0,03 0,04 0,05 0,06 0,07

Fuente: Cálculos del BID. Fuente: Cálculos del BID.

que tienen pocas aptitudes e ingresos bajos suelen los salarios reales en la muestra de países desarro-
ser los primeros que pasan a estar desempleados o llados.
a desempeñar trabajos de poca calidad. En este sen- Los valores promedio encubren grandes dife-
tido, las recesiones tienen consecuencias negativas rencias entre los países de América Latina. Los
para la distribución y desempeñan una función salarios reales tienden a ser especialmente voláti-
importante en el aumento de la pobreza. Por lo les en Nicaragua, Perú, Guatemala y El Salvador, y
tanto, los mecanismos que conducen a la flexibili- relativamente estables en Paraguay, Chile, Jamaica
dad de los salarios podrían ayudar a distribuir el y Colombia (gráfico 4.5). El empleo es sumamente
costo de las recesiones de manera más pareja con volátil en El Salvador, Nicaragua, Chile y Guatema-
respecto a una situación caracterizada por la rigi- la, y relativamente estable en Costa Rica, Brasil y
dez de los salarios. México (gráfico 4.6).
Aunque la volatilidad de los salarios y del
empleo puede dar una idea de los canales más
¿SOBRE QUÉ REPERCUTE importantes por los cuales se ajusta el mercado
LA VOLATILIDAD? laboral ante los shocks macroeconómicos, habría
que reconocer que estas volatilidades dependen de
Hasta ahora, en este capítulo se ha hablado de la la magnitud de los shocks. Por lo tanto, los países
volatilidad del PIB en América Latina y del hecho con un entorno macroeconómico relativamente
de que puede transmitirse a la volatilidad de los estable tendrían volatilidades de los salarios y del
salarios y de los empleos. El cuadro 4.3 compara la empleo más bajas con respecto a los países que
volatilidad promedio de los salarios, el empleo y el experimentan shocks más grandes. (De aquí que
desempleo en América Latina con promedios para algunos países centroamericanos parezcan muy
los países desarrollados. Las diferencias entre los volátiles tanto en términos de salarios como de
dos grupos de países son impresionantes. Aunque empleo.) Una forma de abordar este asunto es
el PIB de América Latina es mucho más volátil que observar la respuesta de los salarios y del empleo a
el de los países desarrollados, la volatilidad en el un shock en el ingreso. Por ejemplo, el gráfico 4.7
empleo y el desempleo en América Latina no es ilustra un mensaje que es similar al del cuadro 4.3.
muy diferente de la observada en los países desa- En los países desarrollados el efecto de una dismi-
rrollados. La estabilidad relativa en términos de nución de 1% en el PIB es un aumento de 0,6 pun-
empleo se ve más que equilibrada por salarios rea- tos porcentuales en el desempleo, una disminución
les sumamente volátiles; los salarios reales en de 0,5 puntos porcentuales en el empleo, y una
América Latina son cinco veces más volátiles que caída de 0,3 puntos porcentuales en los salarios. En
135

El empleo en un mundo volátil: shocks macroeconómicos

Cuadro 4.3 Volatilidad del empleo, el desempleo y los salarios en América Latina y países desarrollados, 1980–2000

Volatilidad del crecimiento Volatilidad del crecimiento Volatilidad del crecimiento


del empleo del desempleo de los salarios
América Países América Países América Países
Período Latina desarrollados Latina desarrollados Latina desarrollados

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


1980–2000 0,024 0,019 0,243 0,185 0,100 0,024

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


1980–1990 0,022 0,015 0,293 0,171 0,127 0,026
1990–2000 0,021 0,018 0,194 0,170 0,066 0,019

Nota: La volatilidad es la desviación estándar para todo el período. Los valores son calculados sólo para países que disponen de datos para los años ochenta, 18
países latinoamericanos y 23 países desarrollados.
Fuente: Cálculos del BID.

América Latina la respuesta es menor para el económica se distribuya de manera más pareja. El
empleo y el desempleo (0,24 y 0,028 puntos por- problema reside en el hecho de que en América
centuales, respectivamente), y mucho mayor para Latina las crisis son particularmente dolorosas para
los salarios (un punto porcentual). los trabajadores. Un cálculo aproximado indica que
Por lo tanto, en promedio, América Latina la fracción del ingreso que va a los trabajadores
parece comportarse como estipula la teoría. Com- tiende a cambiar a lo largo del ciclo económico. En
parada con los países desarrollados (que pueden los países desarrollados los trabajadores tienden a
brindar mejores redes de seguridad para los traba- recibir una mayor fracción del ingreso durante las
jadores desempleados), América Latina se ajusta recesiones (una reducción de 1% en el PIB se aso-
más por medio de los salarios que por medio del cia con una disminución de 0,8% en el ingreso acu-
empleo.10 Esto ayuda a que el costo de una crisis mulado para la fuerza laboral); en América Latina
la fracción del ingreso que va a la fuerza laboral
tiende a disminuir durante las recesiones (una dis-
Gráfico 4.7 Efectos de una caída de 1% del producto sobre minución de 1% en el PIB está asociada con una
los salarios, el empleo y el desempleo caída de 1,2% en el ingreso acumulado para la fuer-
(En porcentaje) za laboral).
1,2 Sin embargo, hay grandes diferencias entre
los países dentro de América Latina (gráfico 4.8).
Por una parte, Colombia, Panamá, Chile y Jamaica
0,8
se caracterizan por una baja elasticidad de los sala-
rios y elasticidades del empleo y del desempleo
relativamente altas. Por otra parte, México, Argen-
tina, Brasil, Perú y Costa Rica tienen una alta elas-
0,4
ticidad de los salarios y elasticidades bajas del

10 Obviamente el hecho de que en los países desarrollados los tra-


0 bajadores tengan acceso a un seguro de desempleo y a otros meca-
Salarios Empleo Desempleo nismos de seguridad juega un rol en la determinación de la mayor
elasticidad de la demanda que se observa en dichos países. Estos
Países desarrollados América Latina
factores aumentan el salario de reserva de los trabajadores y su dis-
Nota: Los coeficientes se estiman a través de regresiones de efectos fijos donde posición a permanecer desempleados durante un período de rece-
la variable dependiente es el crecimiento real de los salarios (o el crecimiento real sión económica. En este sentido, el seguro de desempleo reduce el
del empleo o del desempleo), y la variable independiente es el crecimiento costo de los despidos. Por lo tanto, debería haber una correlación
del PIB real. El coeficiente del desempleo es el negativo del coeficiente estimado. positiva entre la generosidad del seguro de desempleo y la volatili-
Fuente: Cálculos del BID. dad del empleo.
136

Capítulo 4

Gráfico 4.8 Elasticidad del salario, el empleo y el desempleo reaccione menos en comparación con las indus-
trias que son más competitivas.11 A su vez, la indus-
Colombia
tria cuyos costos de ajuste son bajos es probable
Panamá
Chile
que tenga una demanda de trabajadores que
Jamaica reaccione más.
En particular, hay cierta preocupación por el

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Uruguay
Venezuela hecho de que la regulación del mercado laboral

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


México –costos elevados de contratación y despido, por
Argentina
ejemplo– podría tener un efecto negativo sobre la
Brasil
flexibilidad laboral en América Latina, lo que con-
Perú
Costa Rica
duciría a una respuesta limitada de la demanda de
-0,5 0,0 0,5 1,0 1,5 2,0 2,5 trabajadores ante los shocks agregados o idiosincrá-
sicos. De ser cierto, esto acarrea consecuencias
Salarios Empleo Desempleo
importantes para el nivel de bienestar: después de
Fuente: Cálculos del BID. un shock en la demanda o en la productividad,
mientras más rápido vuelva la economía a asignar
los recursos a su nueva y mejor utilización, más
empleo y el desempleo. Más aún, estas elasticida- pronto alcanzará una asignación eficiente de los
des no son constantes dentro de los países. En insumos.
Argentina, por ejemplo, la elasticidad de los sala- Para explorar hasta qué grado las instituciones
rios en los años ochenta era aproximadamente 10 de los mercados laborales (u otras variables, como
veces más alta que en los años noventa, y la elasti- la presencia de limitaciones al crédito) podrían
cidad del empleo en los años noventa era el doble influir en los costos del ajuste laboral en América
que en los años ochenta. Esto aporta una prueba a Latina, resulta útil analizar los flujos de empleo a
simple vista para un argumento que se desarrolla través de los subsectores de la manufactura des-
más adelante en este mismo capítulo: que la esta- pués de los shocks de reasignación para un conjun-
bilización de la inflación podría haber reducido la to grande de países. El propósito de este ejercicio es
flexibilidad de los salarios y aumentado la volatili- determinar si los costos del ajuste laboral en la
dad del empleo. región son anormalmente altos o bajos. Si los costos
de ajuste laboral son altos, las empresas se move-
rán lentamente hacia su nuevo nivel deseado de
LOS COSTOS DEL AJUSTE empleo. Costos más bajos inducirán a las empresas
a alcanzar su nivel deseado de empleo en poco
Una elevada flexibilidad de los salarios no es la tiempo.12
única explicación posible para la volatilidad del Una forma de medir los costos del ajuste con-
empleo relativamente baja que caracteriza a los siste en calcular la velocidad del ajuste del empleo.
países de América Latina. Una explicación alterna- Caballero, Engel y Micco (2003) ofrecen un método
tiva se fundamenta en la respuesta de la demanda para calcular el nivel deseado de empleo. Sobre la
de trabajadores ante los cambios en la demanda de
bienes finales. Una serie de características de país
y propias de cada industria –entre ellas los costos
del ajuste y la estructura competitiva del mercado 11 Campa y Goldberg (2001) encuentran que la demanda de tra-

para el producto– influye en el nivel y la oportuni- bajadores en industrias con márgenes de utilidad más bajos reac-
ciona más ante los cambios en la demanda de productos finales.
dad de cambios en la demanda de trabajadores en 12 Debido a las limitaciones en los datos, el ejercicio se centra en el
respuesta a cambios en la demanda de bienes ter- sector manufacturero. Las velocidades de ajuste se calculan utilizan-
minados. Es probable que las industrias oligopóli- do una medida del nivel de empleo deseado basado en el método
propuesto por Caballero, Engel y Micco (2003). Para más informa-
cas tengan una demanda de trabajadores que ción sobre esta metodología, véase Hamermesh (1993).
137

El empleo en un mundo volátil: shocks macroeconómicos

base de ese método, puede calcularse la velocidad Gráfico 4.9 Elasticidad de los salarios y el desempleo durante
estimada de ajuste del empleo para diferentes recesiones fuertes, años ochenta vs. noventa

regiones durante los años ochenta y noventa. Si se


normalizan los países desarrollados angloparlantes Venezuela

a 1 (este grupo excluye Estados Unidos), Asia del


Este muestra la mayor velocidad de ajuste, aproxi- Uruguay

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


madamente 1,8 (estadísticamente diferente tanto

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


de los países desarrollados angloparlantes como de México

América Latina). En el otro extremo, Europa Conti-


Chile
nental tiene costos de ajuste significativamente
más altos, con una velocidad de ajuste de 0,8. Para
Argentina
América Latina la velocidad de ajuste es de aproxi-
madamente 1,6. Por ende, los países de América -0,5 0,5 1,5 2,5 3,5 4,5 5,5 6,5 7,5

Latina se ajustan con mayor lentitud que los países Desempleo en los '80 Desempleo en los '90
de Asia del Este, pero significativamente más rápi- Salarios en los '80 Salarios en los '90

do que los países desarrollados angloparlantes y


Nota: El gráfico incluye las recesiones de 1985 y 1995 para Argentina, las de
Europa Continental. Esto sugiere que las diferen- 1982 y 1999 para Chile y Uruguay, las de 1992 y 1995 para México y las de
1983 y 1999 para Venezuela.
cias en la velocidad de ajuste no son la clave para Fuente: Cálculos del BID.
explicar la relativamente baja elasticidad del
empleo de los países de América Latina. reales y aduce que las reformas estructurales y el
proceso de disminución de la inflación podrían
haber influido en la forma en que las tres variables
LA ESTABILIZACIÓN DE LA INFLACIÓN respondieron a los shocks en el producto.13 Gonzá-
lez muestra que en los países que experimentaron
Con los cálculos de la elasticidad de los salarios y un proceso de disminución de la inflación, la elas-
del empleo abordados hasta ahora, surgen dos pro- ticidad del empleo aumentó y la elasticidad de los
blemas. En primer lugar, se basan en una muestra salarios disminuyó. Concluye que la estabilización
pequeña. En segundo lugar, asumen que no ha de los precios reduce la flexibilidad de los salarios
habido cambios estructurales a lo largo del período y, por lo tanto, aumenta el costo de las regulaciones
del cálculo (1980-2000). Esta es una hipótesis pro- del mercado laboral.
blemática, ya que se trata de un período en el que En el gráfico 4.9 se comparan los salarios y (el
la mayoría de los países de la región atravesaba un valor absoluto de) la elasticidad del desempleo
proceso de reformas estructurales y de estabiliza- durante las profundas recesiones de los años
ción macroeconómica que podría haber influido en ochenta y noventa (la muestra se limita a países de
el grado de rigidez del mercado laboral. (Ya se ha los cuales hay datos para ambos períodos) y confir-
señalado que en el caso de Argentina la flexibilidad ma que en la mayoría de los países la flexibilidad
de los salarios disminuyó considerablemente du- de los salarios era más alta en los años ochenta. En
rante los años noventa.) el caso de Argentina y Chile, la baja en la elastici-
Resulta interesante mencionar que si bien las dad de los salarios se asociaba con un mayor
reformas del mercado laboral podrían haber aumento en la elasticidad del desempleo. En el
aumentado el grado de flexibilidad del mercado caso de México ocurre exactamente lo contrario. En
laboral latinoamericano (véase el capítulo 7), el el caso de Uruguay y Venezuela, no hubo cambios
proceso de deflación podría haber tenido el efecto importantes en la elasticidad del desempleo.
opuesto. González (2002) estudia la flexibilidad del
mercado laboral en 13 países latinoamericanos
desde la década del sesenta. Calcula el empleo, el 13El coeficiente de Okun mide la respuesta del desempleo (o del
desempleo y los coeficientes Okun para los salarios empleo o de los salarios) ante un cambio de 1% en el PIB.
138

Capítulo 4

Gráfico 4.10 Desempleo y salarios en México Gráfico 4.11 Desempleo y salarios en Argentina
9,5 8
7,5 20
Contagio de la crisis
Default y
Crisis del tequila del tequila
7
devaluación 18
9,0

Tasa de desempleo (porcentaje)


7,0

Tasa de desempleo (porcentaje)


16
6
Salario real (log)

Salario real (log)


8,5
6,5

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


14
5

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


8,0 12
6,0
4
10
7,5
3 5,5
8

7,0 2 5,0 6
1988:01

1989:01

1990:01

1991:01

1992:01

1993:01

1994:01

1995:01

1996:01

1997:01

1998:01

1999:01

2000:01

2001:01

1992:02

1993:02

1994:02

1995:02

1996:02

1997:02

1998:02

1999:02

2000:02

2001:02

2002:02
Ingresos del quintil Ingresos del quintil Desempleo
Ingresos del quintil Ingresos del quintil Desempleo
más bajo (log) más alto (log)
más bajo (log) más alto (log)

Fuente: Cálculos del BID basados en encuestas de hogares.


Fuente: Cálculos del BID basados en encuestas de hogares.

El comportamiento de México y Argentina ingreso, pero sí un efecto limitado sobre los traba-
durante la crisis del tequila –que se originó en jadores del quintil inferior (el descenso acumulado
México y propagó olas de contagio a toda América en los salarios reales a lo largo de un período de dos
Latina– ilustra el costo y los beneficios de la rigidez años fue de 12% en comparación con más de 35%
de los salarios. Aunque el efecto de la crisis sobre el en México).
producto fue mucho más fuerte en México que en La crisis del tequila afectó a los trabajadores
Argentina (el PIB per cápita bajó casi 8% en Méxi- mexicanos principalmente a través de sueldos más
co y 4% en Argentina), el efecto sobre el desempleo bajos y a los trabajadores argentinos a través de un
fue mucho más marcado en este último país. La aumento del desempleo. Si bien resulta difícil emi-
tasa de desempleo en México pasó de aproximada- tir juicios de valor acerca de cuál de los mecanis-
mente 3,5% a un máximo de 7,5% y luego bajó mos de ajuste es mejor, debería reconocerse que el
rápidamente a su nivel original (gráfico 4.10). En ajuste de los salarios ayuda a distribuir el costo de
Argentina, en cambio, la tasa de desempleo pasó de la crisis, mientras que el desempleo tiene un efec-
un nivel ya alto de 11% a un máximo de 18,5% y to más desigual. Esto puede observarse en el impac-
luego se estabilizó a un nivel muy por encima del to que tiene la crisis sobre la pobreza, que aumentó
13% (gráfico 4.11). 20% en México (7 puntos porcentuales) y más de
Las diferencias en la rigidez de los salarios 50% en Argentina (9 puntos porcentuales), a pesar
son claves para explicar la diferencia en el com- de que la disminución del producto total fue mucho
portamiento del desempleo en ambos países. Los mayor en México.14
salarios reales en México cayeron inmediatamente El gráfico 4.11 muestra que aunque los sala-
después de la crisis (y el efecto de los salarios fue rios reales de los argentinos no cayeron durante la
uniforme a través de todos los grupos de ingreso, ya crisis de 1995, bajaron considerablemente después
que hubo trabajadores en los quintiles superior e de que Argentina dejó de cumplir sus obligaciones
inferior de la distribución de las ganancias que de la deuda y de la devaluación que ocurrió a fina-
experimentaron reducciones similares en sus
ganancias). En el caso de Argentina, la crisis no
tuvo efecto alguno sobre las ganancias de los traba- 14 Los datos sobre pobreza provienen del Banco Mundial (2001,

jadores del quintil superior de la distribución del cuadro 9.1, p. 163).


139

El empleo en un mundo volátil: shocks macroeconómicos

Gráfico 4.12 Elasticidad del empleo, regulación del mercado asignada al mercado laboral de Estados Unidos que,
laboral e inflación en países desarrollados por ser uno de los más flexibles del mundo, no
Elasticidad necesita mucha grasa. Cabría esperar que el efecto
del empleo
2 grasa fuese más importante en los mercados labo-
rales sumamente regulados de Europa y América
1,6
Latina que en el mercado bastante flexible de Esta-

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


dos Unidos.

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


1,2
En el gráfico 4.12 se observa cómo la interac-
0,8 ción entre inflación y regulación del mercado de
trabajo influye en la forma en que el empleo res-
0,4
75 ponde a los cambios en el producto (coeficiente del

je) o
nta ad
50
empleo de Okun). Allí se muestra que en países

ce rc
or e
0 25

(p l m
7,5

al de
5 2,5 0 desarrollados con mercados de trabajo sumamente
0
or ión
lab lac
Inflación (porcentaje) regulados, la inflación reduce la sensibilidad del
gu
Re

Fuente: Loboguerrero y Panizza (2003).


empleo a los cambios en el producto (las regulacio-
nes del mercado de trabajo se miden con el índice
de seguridad en el trabajo de Heckman y Pagés [de
próxima publicación]).17
les de 2001. Esto sugiere la presencia de rigideces El gráfico muestra que en los mercados labo-
nominales e indica que la inflación podría desem- rales no regulados la inflación aumenta la elastici-
peñar un papel importante en aumentar la flexibi- dad del empleo a los shocks de producto. Cuando el
lidad de los salarios en tiempos de crisis. índice de las regulaciones del mercado de trabajo
La idea de que los aumentos en los precios es de 0,25 (el valor medio en la muestra), la infla-
podrían reducir los efectos que tiene una recesión ción se torna neutra, y cuando las regulaciones del
sobre el empleo, al permitir que los salarios reales mercado de trabajo son altas (el índice se sitúa por
bajen más que los salarios nominales, es uno de los
postulados principales de la economía keynesiana.
En este sentido, la inflación puede compensar las
15 Para más detalles del punto de vista de la inflación como “grasa”,
rigideces de los salarios nominales y desempeñar
véase el discurso presidencial de Tobin (1972) ante la Asociación
una función favorable al “engrasar” las ruedas del Económica Americana. La hipótesis de la grasa sugiere que la infla-
mercado laboral. Sin embargo, hay también una ción puede acelerar el ajuste hacia el equilibrio de largo plazo, pero
es congruente con la idea de una curva Phillips vertical de largo
perspectiva llamada de “arena” de la inflación, plazo. Una segunda clase de modelos rechaza la idea de una curva
defendida por Milton Friedman. Según este punto Phillips vertical de largo plazo y, utilizando el comportamiento casi
racional de fijación de salarios, muestra que a niveles bajos de
de vista, la inflación alta y volátil genera errores en inflación, hay una compensación de largo plazo entre inflación y
desempleo (Akerlof, Dickens y Perry, 2000). Para más detalles acer-
el proceso de fijación de salarios. Estos errores, ca de la visión de “arena” referida a la inflación, véase el discurso
junto con los costos derivados de los intentos de las de Friedman en los premios Nobel (1977).
empresas por evitarlos, conducen a ineficiencias y 16 Véanse Card y Hyslop (1966) y Groshen y Schweitzer (1996).
a la asignación inadecuada de los recursos, y 17 Es importante señalar que la estrategia empírica supone que el
índice de las regulaciones del mercado de trabajo influye tanto en
aumentan el nivel natural de desempleo.15 los costos de despido como en la flexibilidad de los salarios. Berto-
La evidencia empírica no ha sido amable con la y Rogerson (1997) plantean una justificación para esta hipótesis.
Señalan que sin las rigideces de los salarios, la protección del
la hipótesis de la grasa.16 No obstante, la relación empleo tiene poco sentido porque los empresarios tendrían la
entre inflación y flexibilidad de los salarios debería opción de acercar los salarios reales a cero y, por ende, la protec-
ción laboral deja de tener importancia. Esto mismo se aplicaría a
ser sumamente dependiente de la rigidez de los una situación en la que los empresarios no pueden modificar los
salarios nominales, que a su vez podría depender salarios reales pero pueden despedir a los empleados sin traba
alguna. Por lo tanto, es natural que las instituciones políticas y eco-
de lo estricto de las regulaciones del mercado labo- nómicas que conducen a un alto nivel de protección del empleo tam-
ral. La imposibilidad de identificar el efecto grasa bién conduzcan a la rigidez de los salarios. Los resultados son
robustos al uso de medidas alternativas de regulación del mercado
de la inflación podría deberse a la importancia de trabajo (véase Loboguerrero y Panizza [2002]).
140

Capítulo 4

encima de 0,4), la inflación empieza a engrasar las Gráfico 4.13 Elasticidad del empleo en América Latina: el papel
ruedas de los mercados laborales y se reduce sus- de las regulaciones “efectivas” del mercado
laboral en los noventa
tancialmente la elasticidad del empleo. En particu-
1
lar, cuando el índice de las regulaciones del
mercado de trabajo es de 0,5, el paso de 0% a 5% de
0,6
inflación reduce el coeficiente del empleo de Okun

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


en 50%. Por lo tanto, en los países desarrollados

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


0,2
con mercados de trabajo sumamente regulados, el
efecto grasa de la inflación predomina sobre el
-0,2
efecto arena. En los países desarrollados que se
caracterizan por mercados laborales más flexibles
-0,6
sucede lo contrario. En este conjunto de países
(entre ellos, Estados Unidos), la inflación aumenta -1
Cambio en crecimiento Interacción entre Interacción entre Interacción entre cc,
la elasticidad del empleo y, por lo tanto, su efecto (cc) cc e inflación cc y regulación inflación y regulación
arena predomina sobre el efecto grasa. Esto sugiere
Alto imperio de la ley Bajo imperio de la ley
que la inflación engrasa las ruedas del mercado
Fuente: Loboguerrero y Panizza (2003).
laboral, pero sólo las que hacen más ruido (Lobo-
guerrero y Panizza, 2003).
En América Latina es más difícil encontrar
una correlación estadísticamente significativa entre lidad de los mercados de trabajo, aun en presencia
la elasticidad del empleo y la inflación y las regula- de regulaciones estrictas (véase, por ejemplo, la
ciones del mercado de trabajo. Hay cuatro razones discusión en Calvo y Mishkin [2003]).18
posibles que explicarían por qué. En primer lugar, En realidad, las economías de América Latina
la falta de resultados puede deberse al hecho de probablemente han mantenido un alto grado de
que las variables explicativas se miden con menos flexibilidad, con trabajadores que pasan del sector
precisión en los países en desarrollo (véase la sec- manufacturero a otros sectores caracterizados por
ción acerca de calidad de los datos, en el capítulo una menor rigidez salarial. En el recuadro 4.3 se
1). En este caso, la falta de un resultado estadísti- exponen algunas pruebas en este sentido. Para
camente significativo podría deberse únicamente a tener en cuenta el hecho de que las regulaciones de
lo que los especialistas en econometría llaman sesgo jure del mercado laboral pueden ser diferentes de
de atenuación. En segundo lugar, podría deberse a la las regulaciones de facto del mercado laboral,19 es
presencia de mecanismos de indexación generali- posible dividir la muestra de países latinoamerica-
zados que compensan el efecto grasa de la inflación nos en dos grupos. El primer grupo incluye todas
(Argentina y Brasil tenían mecanismos de indexa- las observaciones en las que un índice que mide la
ción hasta comienzos de los años noventa y Chile calidad del imperio de la ley toma un valor más alto
todavía tiene uno). En tercer lugar, debido a que no que el valor mínimo observado en la muestra de
se hacen cumplir las regulaciones del mercado países desarrollados. Este es el grupo donde las
laboral, quizás estas no sean vinculantes. En este regulaciones de jure probablemente coincidan con
caso, las regulaciones de jure serían muy diferentes las de facto. El segundo grupo incluye países donde
de las regulaciones de facto, lo que explicaría la el imperio de la ley es bajo. En este grupo las regu-
falta de una relación estadísticamente significativa
entre la inflación, las regulaciones de jure del mer-
cado de trabajo y la elasticidad del empleo. Una 18También es posible que el resultado latinoamericano se deba a
cuarta explicación afín se relaciona con la presen- que la hipótesis de una fuerte correlación entre protección del
empleo y rigidez de los salarios no se cumple para esta región.
cia de muchas empresas que no se rigen por las
19 El capítulo 1 presenta datos acerca de la cobertura de seguro
leyes laborales. En consecuencia, los países en desa- social (la falta de cobertura es una medida sustituta de informali-
rrollo tal vez terminen con altos niveles de flexibi- dad).
141

El empleo en un mundo volátil: shocks macroeconómicos

Recuadro 4.3 Reasignación del empleo entre sectores

Comparados con los países desarrollados, los latinoame- vez solamente esté captando empresas que eran grandes
ricanos tienen poca elasticidad del empleo y del desem- y pasaron a ser pequeñas.

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


pleo. Esto puede deberse a que, a falta de programas de Teniendo presentes estas advertencias, el cuadro
protección social y de beneficios de desempleo, durante muestra que siempre hay una correlación positiva entre la

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


las recesiones los trabajadores pasan de empleos bien brecha del producto y la participación de trabajadores
pagados en empresas grandes a empleos mal pagados en empleados en empresas grandes (lo que indica que el
empresas pequeñas o se convierten en trabajadores inde- número de trabajadores empleados en estas se contrae
pendientes. Por lo tanto, es interesante observar cuáles son durante las recesiones). Esta correlación es particularmen-
los sectores de la economía que soportan la carga más te marcada para Chile, Costa Rica, México y Venezuela.
grande ante un shock al producto. El cuadro que aquí se Hay grandes diferencias entre los países en cuanto a la
presenta se basa en datos sobre la participación en el correlación entre la brecha del producto y el número de
empleo, preparados por la Organización Internacional del personas empleadas por empresas pequeñas. Perú,
Trabajo (OIT), para observar la correlación entre el ciclo Colombia y Brasil tienen valores positivos; Chile, Paraguay
económico y el empleo a través de los diferentes sectores. y Venezuela, negativos. Sin embargo, la correlación entre
Cabe señalar que los cálculos adolecen de dos erro- la brecha en el producto y la participación en el empleo
res de composición. En primer lugar, los datos se expresan en empresas pequeñas nunca es estadísticamente signifi-
como participación en el empleo total. La suma de las par- cativa. El empleo en el sector público parece ser contrací-
ticipaciones debe ser igual a uno, de tal manera que si la clico (o menos procíclico que otros tipos de empleo),
participación en el empleo baja en un sector, por cons- excepto en Brasil y Colombia; pero, una vez más, la corre-
trucción deberá aumentar al menos en otro sector. Esto no lación nunca es estadísticamente significativa. Lo mismo es
significa necesariamente que el empleo haya aumentado cierto para el empleo por cuenta propia (la excepción es
en este último. Sólo quiere decir que disminuyó menos que Argentina) y el servicio doméstico. De hecho, el empleo en
en otros sectores. En segundo lugar, las empresas tienden el servicio doméstico es el único sector significativamente
a achicarse durante las recesiones. Por ende, un aumento contracíclico en por lo menos cinco países: Argentina,
en la participación en el empleo de las firmas pequeñas tal Chile, Colombia, Costa Rica y Venezuela.

Respuesta del empleo a un shock en el producto, países seleccionados, 1980-1997

Empresas Empresas Sector Cuenta Servicio Empleado


País grandes pequeñas público propia doméstico asalariado

Argentina 0,313 0,162 –0,392 0,09 –0,518** 0,077


Brasil 0,319 0,199 0,30 –0,542** –0,233 0,48**
Chile 0,628** –0,208 –0,354 –0,362 –0,676** 0,58**
Colombia 0,156 0,209 0,043 –0,296 –0,422** 0,351
Costa Rica 0,571** 0,002 –0,409 –0,11 –0,537** 0,30
México 0,572** –0,004 –0,261 –0,197 –0,004 0,22
Paraguay 0,096 –0,18 –0,32 0,374 –0,286 –0,28
Perú 0,466 0,378 –0,343 –0,459 –0,002 0,53
Venezuela 0,496** –0,127 –0,646 –0,466 –0,417** 0,55**

** Significativo al 5%.
Nota: Las estimaciones se obtienen a través de regresiones en la brecha del producto (calculada como la desviación de la tendencia con el filtro
de Hodrick-Prescott) sobre la desviación de la participación del empleo sobre su tendencia de largo plazo.
Fuente: Cálculos del BID.
142

Capítulo 4

Gráfico 4.14 Flujos de capital y desempleo


Tasa de
Flujos de capital a. Chile desempleo Flujos de capital b. Colombia Tasa de desempleo
(millones de US$) (porcentaje) (millones de US$) (porcentaje)
8.000 11 6.000 24

5.000 22
6.000 10
4.000 20

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


4.000 9 3.000 18

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


2.000 16
2.000 8
1.000 14

0 7 0 12

-1.000 10
-2.000 6
-2.000 8

-4.000 5 -3.000 6
1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002

Flujos de capital Tasa de desempleo Flujos de capital Tasa de desempleo

Fuente: Galindo e Izquierdo (2003).

laciones del mercado de trabajo probablemente


sean menos estrictas (ya sea porque no se hacen SHOCKS EXTERNOS Y FACTORES
cumplir o porque hay un sector informal grande) QUE LOS AMPLIFICAN
de lo que podría preverse por su valor de jure. El
gráfico 4.13 sugiere que la inflación engrasa las rue- Esta sección aborda la importancia de los shocks
das del mercado laboral en los países en desarrollo externos para la evolución del empleo en América
donde las regulaciones del mercado laboral son Latina, haciendo hincapié en la forma en que estos
altas y eficaces. shocks interactúan entre sí y con variables internas.
Este resultado tiene consecuencias importan-
tes para América Latina porque indica que el pro- Volatilidad de los flujos de capital
ceso de deflación de la década del noventa puede
haber aumentado las rigideces del mercado laboral El cuadro 4.1 muestra que América Latina está
incrementado, por lo tanto, el efecto negativo de sujeta a una gran volatilidad en los flujos de capital.
los shocks de la producción sobre el empleo. La El recuadro 4.4 aborda el frenazo de los flujos de
implicación de política no es la de volver a la infla- capital que ocurrió después de la crisis rusa de
ción elevada ni a un sistema que, por tener poco 1998.20 Pero, ¿por qué es tan importante la volatili-
respeto por el imperio de la ley, haga ineficaces las dad de los flujos de capital? El vínculo directo entre
regulaciones del mercado laboral. Es probable que el acceso al financiamiento y el desempleo es bas-
la inflación y la mala calidad institucional tengan tante obvio. Sin financiamiento no es posible adqui-
costos que van más allá del aumento en la flexibili- rir bienes de capital, no hay producción y, por lo
dad del mercado de trabajo que podrían aportar. La tanto, no se contratan otros factores de producción
receta de política más indicada en este caso es que (como el empleo). Incluso si una industria en par-
el proceso de deflación debería haber estado acom- ticular no es intensiva en capital, la falta de acceso
pañado por reformas del mercado laboral que, al crédito puede restringir el capital de trabajo y
mediante la reducción de la rigidez de los salarios, tener efectos sobre las decisiones de empleo. Este
bajaran los costos de una recesión en términos de
empleo, especialmente cuando no hay mecanis-
mos generalizados de seguro social para los desem- 20 Véase Moguillansky (2002), que trata el tema de la volatilidad de
pleados (véase el capítulo 8). los flujos de capital hacia América Latina.
143

El empleo en un mundo volátil: shocks macroeconómicos

Recuadro 4.4 Los frenazos y la crisis rusa

La crisis rusa de 1998 es un ejemplo notable del poder


destructivo de los frenazos en los flujos de capital. Los flu- 1. Márgenes de los mercados emergentes, 1997-2003

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


jos masivos de capital que llegaron a América Latina a 1.900

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


comienzos de la década del noventa para financiar ele-
vadas tasas de crecimiento y grandes déficit de cuenta 1.700

corriente se paralizaron repentinamente luego de que se 1.500


repudiara parte de la deuda externa rusa en agosto de
1.300
1998. Fue un verdadero desafío para los analistas diluci-
dar en qué forma una crisis en un país con pocos si no 1.100
nulos nexos financieros o comerciales con América Latina
900
podía tener efectos tan profundos sobre la región. Este
acertijo ponía en duda seriamente las explicaciones tradi- 700
cionales de las crisis financieras (basadas en los déficit fis-
500
cales y de cuenta corriente) y condujo a estudios que se
concentraron en el comportamiento intrínseco de los mer- 300

Ago-98

Ago-99

Ago-00

Ago-01

Ago-02
Feb-98
Abr-98
Jun-98

Oct-98

Feb-99
Abr-99
Jun-99

Oct-99

Feb-00
Abr-00
Jun-00

Oct-00

Feb-01
Abr-01
Jun-01

Oct-01

Feb-02
Abr-02
Jun-02

Oct-02

Feb-03
Abr-03
Dic-97

Dic-98

Dic-99

Dic-00

Dic-01

Dic-02
cados de capitales.1
Como puede verse en el gráfico 1, los márgenes de
los bonos de mercados emergentes presentan un aumento EMBI+ margen EMBI+ margen (ajustado para Argentina)
dramático luego de la crisis rusa.2 Para la mayoría de los Fuente: Bloomberg.
mercados emergentes las altas tasas de interés fueron
acompañadas por una fuerte disminución en el ingreso de
capitales. Los mercados latinoamericanos no fueron la
excepción. El gráfico 2 muestra que la caída fue aguda, 2. Flujos de capital y cuenta corriente en América Latina,
particularmente para los flujos de cartera, reflejando el 1996-2002
marcado aumento de las tasas de interés. El hecho de que (En porcentaje del PIB)
el origen de este fenómeno se encontrara en la crisis rusa 6
indica que la desaceleración del ingreso de capitales con-
tenía un gran componente exógeno e inesperado. Grande 4
e inesperado son también las dos características que defi-
nen lo que la literatura especializada llama ”frenazo“ 2
(Calvo y Reinhart 2000).
0

-2

-4
1 En este sentido, se aducía que las normas predominantes para
las transacciones en el centro de los mercados de capitales, -6
como el crédito marginal, podrían haber sido la causa de la pro- 1996-I 1997-I 1998-I 1999-I 2000-I 2001-I 2002-I
pagación de los shocks de un país a otras regiones (véase, por
ejemplo, Calvo [1999]). Flujos de capital Cuenta corriente

2 Nota: Los países incluidos son Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Perú
Los márgenes de los mercados emergentes miden la diferencia y Venezuela.
entre el interés pagado por los bonos de esos mercados y la tasa Fuente: Latin Macro Watch.
de interés pagada por bonos libres de riesgo del Tesoro de Esta-
dos Unidos.
144

Capítulo 4

Gráfico 4.15 Efectos de shocks en los términos de intercambio sobre el empleo, bajo frenazos de los flujos de capital

a. Shock positivo en los términos de intercambio, Chile b. Shock negativo en los términos de intercambio, Chile
0,04 0,02

0,03 0,01

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


0
0,02

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


-0,01
0,01
-0,02
0,00
-0,03

-0,01
-0,04

-0,02 -0,05

-0,03 -0,06
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Períodos Períodos

c. Shock positivo en los términos de intercambio, Colombia d. Shock negativo en los términos de intercambio, Colombia
0,25
0,06
0,20

0,15
0,01
0,00 0,10

-0,04 0,05

0
-0,09 -0,05

-0,10
-0,14
-0,15

-0,20
-0,19
-0,25

-0,24 -0,30
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Períodos Períodos

Nota: El gráfico muestra el efecto impulso-respuesta de un shock en los términos de intercambio en un sistema VAR que incluye empleo, producto industrial, flujos de capital, tasa de
cambio real y salarios. Los datos están en logaritmos.
Fuente: Galindo e Izquierdo (2003).

fuerte vínculo entre los flujos de capital y el desarrollo responden de manera diferente a los
desempleo es particularmente claro en Chile y en shocks de términos de intercambio bajo diferentes
Colombia (gráfico 4.14). El vínculo ha sido espe- condiciones en los mercados internacionales de
cialmente fuerte luego del frenazo de 1998. capital. Bajo condiciones “normales”, los shocks a
los términos de intercambio positivos y negativos
Volatilidad de los flujos de capital y tienden a tener un impacto parecido. Galindo e
de los términos de intercambio Izquierdo (2003) calculan que para un país emer-
gente promedio, una fluctuación de 12% en los tér-
Las restricciones financieras pueden afectar el pro- minos de intercambio21 aumenta (o disminuye,
ducto y el empleo indirectamente si ocurren junto
con otros shocks externos, tales como shocks en los
términos de intercambio, contribuyendo a la ampli-
ficación de los shocks negativos e impidiendo que
21 Esto corresponde a la desviación estándar de la fluctuación de los
los países aprovechen los positivos. Un trabajo términos de intercambio en la década del noventa para su muestra
empírico reciente ha demostrado que los países en de países emergentes.
145

El empleo en un mundo volátil: shocks macroeconómicos

dependiendo del signo del shock) la tasa de creci- especialmente las empresas exportadoras, pueden
miento del empleo en casi 0,84 puntos porcentua- beneficiarse de los ajustes de precios relativos,
les. Este es un impacto considerable, dado que la mediante el aumento de su producción y emplean-
tasa de crecimiento promedio del empleo en la do a mayor número de trabajadores. Ocurre lo con-
muestra es de casi 2% al año. Sin embargo, en perí- trario con los sectores que producen bienes no
odos de frenazos en los flujos de capital, los mismos transables e importan la mayor parte de sus insu-

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


shocks tienen efectos muy diferentes. Una dismi- mos. Si los mercados de bienes finales y los merca-

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


nución de 12% en los términos de intercambio dos de factores de producción no tienen fricciones
reduce el crecimiento del empleo en casi 1,4 pun- y se caracterizan por la competencia perfecta, las
tos porcentuales, mientras que un shock positivo fluctuaciones del tipo de cambio real sólo conduci-
de tamaño parecido casi no tiene impacto sobre el rán a la reasignación del empleo: algunos sectores
empleo. En este sentido, los flujos de capital ayu- aumentarán tanto la producción como el empleo,
dan a los países a mitigar los shocks negativos, mientras que otros reducirán ambos, con un efecto
mientras que si no se dispone de capital, las neto de cero sobre el empleo total. Sin embargo, la
empresas no pueden ampliarse para aprovechar las presencia de competencia imperfecta, de fricciones
condiciones favorables de la demanda. en el mercado laboral, y la incertidumbre acerca de
En el gráfico 4.15 se ilustran los casos de Chile la duración del shock pueden llevar a que el proce-
y Colombia. Allí se muestra la respuesta del empleo so de reasignación se torne lento y conduzca a cam-
a shocks de términos de intercambio positivos y bios en el empleo agregado.
negativos en el entorno del frenazo de los flujos de ¿Qué evidencia internacional hay respecto de
capital que ocurrió luego de la crisis rusa de 1998. los efectos del tipo de cambio real sobre el empleo?
La falta de acceso al financiamiento aumenta los Burgess y Knetter (1998) encuentran que en Cana-
efectos de un shock negativo y neutraliza los de dá, Italia, Japón, Reino Unido y Estados Unidos hay
uno positivo, lo que confirma una vez más la rele- una correlación positiva y significativa entre una
vancia del canal de crédito en la determinación de depreciación del tipo de cambio real y el empleo.
las respuestas a los shocks, las que por ende son Esta correlación es más débil en Francia y Alema-
asimétricas bajo condiciones de crédito limitado. nia. Márquez y Pagés (1998b) estudian la correla-
Estos resultados son particularmente perti- ción entre depreciaciones reales y empleo en una
nentes para entender la situación de muchos países muestra de 18 países latinoamericanos y encuen-
latinoamericanos durante los últimos años de la tran que las depreciaciones están correlacionadas
década del noventa. No sólo estuvieron expuestos a positivamente con el crecimiento del empleo.
una situación de inactividad en los flujos de capital, Klein, Schuh y Treist (2000) por una parte, y Campa
lo que generó una contracción del producto y el y Goldberg (2001) por la otra, muestran que el
empleo, sino que también experimentaron un mar- impacto de las fluctuaciones del tipo de cambio real
cado deterioro en sus términos de intercambio, sobre el empleo sectorial depende tanto de las
gran parte de lo cual tal vez fue inesperado. características de la empresa como de las caracte-
rísticas del país. Las empresas que exportan o com-
Volatilidad del tipo de cambio real piten con productos importados tienden a
beneficiarse de una depreciación real, mientras
Los frenazos suelen estar acompañados por gran- que las empresas que tienen un componente ele-
des contracciones en las reservas internacionales y
el descenso en el precio relativo de los bienes no
transables con respecto a los transables (es decir,
una depreciación del tipo de cambio real).22 Las
fluctuaciones del tipo de cambio real pueden tener 22Calvo, Izquierdo y Talvi (2002) muestran que las economías con
descalce en las divisas, así como las relativamente cerradas y suma-
impacto sobre la actividad real y el empleo a través mente endeudadas, son más vulnerables a cambios drásticos en los
de diferentes canales. Los sectores transables, precios relativos luego de un frenazo.
146

Capítulo 4

vado de insumos importados se ven perjudicadas Gráfico 4.16 Crecimiento del empleo, depreciación del tipo de
por una depreciación.23 cambio real y dolarización de pasivos en cinco
países latinoamericanos
La mayoría de los estudios existentes se con-
(En porcentaje)
centran en los países desarrollados y no consideran Crecimiento del empleo
algunas de las características peculiares de los mer- 20
cados emergentes. Un canal de transmisión que

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


10
podría no ser pertinente en los países desarrolla-

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


dos, pero que resulta importante en los países en 0

desarrollo es el impacto de la depreciación sobre


-10
los balances de las empresas. La idea principal es
que, en presencia de deuda en moneda extranjera, -20

una devaluación real aumenta el valor de la deuda -30


100
en moneda nacional y, al debilitar los balances de 50
75
n
-40
25 ció s
las empresas, les impide acceder al financiamiento, 0,1 0,2 0,3 0 r iza sivo
0,4 la a
0,5 Do de p
reduciendo así la inversión, la contratación de Depreciación del tipo de cambio real

empleados y la producción.24
Nota: Para estos resultados se controla por el valor rezago del crecimiento del valor
La evidencia empírica acerca de los efectos agregado, el nivel de dolarización de pasivos, y los efectos fijos de país, industria y año.
Los países que se incluyen son: Argentina, Brasil, Chile, Colombia y Perú.
sobre los balances de las empresas no es tajante. Fuente: Cuadro del apéndice.
Aunque Bleakley y Cowan (2002) no encuentran
un efecto significativo derivado de la dolarización
de las obligaciones, otros estudios determinan que de salario más grandes durante las recesiones), la
el impacto de las fluctuaciones del tipo de cambio volatilidad del empleo y el desempleo tienen efec-
real sobre el empleo varía considerablemente tos desiguales. No afectan en absoluto a quienes
dependiendo del grado de dolarización de pasivos. mantienen sus empleos, pero ocasionan grandes
En particular, el gráfico 4.16 muestra que el efecto pérdidas para los que quedan desempleados.26
neto de la devaluación sobre el crecimiento del
empleo puede pasar de positivo a negativo para
23 Klein, Schuh y Treist (2000) analizan los flujos de empleo en
una dolarización de la deuda mayor que 25%.25
industrias manufactureras de Estados Unidos y encuentran que el
Este resultado puede ser muy pertinente, dado que grado de apertura al comercio internacional explica las diferencias
el promedio de dolarización de la deuda en la en la respuesta entre empresas. Además, encuentran evidencia de
asimetrías en la respuesta a shocks positivos y negativos. Las apre-
muestra es de alrededor de 40%. ciaciones desempeñan una función significativa en la destrucción de
empleos, pero los flujos de empleo no responden a las depreciacio-
nes del tipo de cambio real. Campa y Goldberg (2001) encuentran
que en Estados Unidos las respuestas del empleo a los cambios en
el tipo de cambio real son pequeñas pero significativas y varían
CONCLUSIÓN dependiendo de la estructura competitiva de las industrias y de su
exposición neta al comercio exterior. Las empresas pertenecientes a
industrias con márgenes de utilidad más bajos son más sensibles a
América Latina sufre de un entorno macroeconó- las fluctuaciones del tipo de cambio. Gourinchas (1999) encuentra
mico sumamente volátil. Aunque la volatilidad del que en Francia el empleo en el sector de bienes transables es suma-
mante sensible a las fluctuaciones del tipo de cambio real. Reif (2001)
producto explica una parte de la varianza en el des- aborda el canal a través del cual las devaluaciones podrían tener
empleo en la región, gracias a los altos niveles de efectos contractivos a través del costo de los insumos importados.
24 Véanse Aguiar (2002), Bleakley y Cowan (2002), Forbes (2002),
flexibilidad de los salarios reales, las respuestas del
y Nucci y Pozzolo (2001).
empleo a los shocks de producto son menores que 25 Véanse en el apéndice detalles acerca del cálculo del efecto de
en los países desarrollados. Es probable que esto las fluctuaciones del tipo de cambio real sobre el empleo. Estos
sea algo bueno porque, mientras que la volatilidad resultados contrastan con los de Bleakley y Cowan (2002), quienes
no encuentran un efecto significativo de la dolarización de la deuda.
del salario real distribuye el costo de una recesión 26 Aunque los programas de protección podrían hacer que los dos
a un sector considerable de la población (el efecto efectos fueran equivalentes, si se compensa a los que pierden sus
empleos durante las recesiones, es poco probable que los presu-
no es totalmente uniforme porque es probable que puestos fiscales altamente procíclicos en América Latina permitan la
los trabajadores menos calificados sufran recortes creación de programas generalizados de protección social.
147

El empleo en un mundo volátil: shocks macroeconómicos

Sin embargo, hay indicios de que las cosas tal de los casos, no podrán aislarse totalmente de los
vez estén cambiando. El capítulo sugiere que el alto shocks. Debido a que la volatilidad macroeconómi-
nivel de flexibilidad de los salarios que caracterizó ca tiende a tener un fuerte impacto sobre la pobre-
a América Latina durante 1980-2000 se debió a altos za y afecta desmesuradamente a las personas de
niveles de inflación y a la falta de aplicación de las menores recursos y calificaciones (véase Braun,
regulaciones laborales. Es probable que el proceso 2003), es importante formular políticas que protejan

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


de deflación que ha caracterizado a la región duran- a los segmentos de la población más vulnerables.

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


te los años noventa, unido a un proceso de refor- Los programas sociales y el seguro de desempleo
mas destinadas a aumentar la calidad institucional son sin duda importantes, pero es poco probable
y a mejorar el respeto por el imperio de la ley, eli- que aíslen por completo a los pobres de las conse-
minen los márgenes de flexibilidad que se han des- cuencias negativas de las crisis económicas, dada la
crito anteriormente. Por ende, podrían aumentar débil situación fiscal de la mayoría de los países de
los efectos de las recesiones sobre el desempleo. la región.27 En este sentido, para distribuir la carga
Esto pone de relieve la necesidad que tienen del ajuste, se necesitan reformas laborales que
los países latinoamericanos de seguir dos cursos de mantengan el alto grado de flexibilidad salarial que
acción para reducir la vulnerabilidad de los trabaja- ha caracterizado a la región en el pasado.
dores a las condiciones macroeconómicas adversas.
En primer lugar, deberían reducir la volatilidad
macroeconómica (véase el recuadro 4.1). En segun- 27 El seguro de desempleo podría ser viable si fuese financiado por

do lugar, deberían reconocer que aun en el mejor el sector privado mediante un fondo acumulado.
148

Capítulo 4

APÉNDICE. litar los balances de las empresas, les impide tener


EL EMPLEO Y LAS FLUCTUACIONES acceso al financiamiento; por lo tanto, se reduce la
EN EL TIPO DE CAMBIO REAL inversión, la contratación de mano de obra y la pro-
ducción.
Las fluctuaciones en el tipo de cambio real pueden Los resultados empíricos sugieren que el
tener repercusiones en la actividad y el empleo impacto de las fluctuaciones del tipo de cambio real

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


reales a través de diferentes canales. Por una parte, sobre el empleo varía considerablemente depen-

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


los sectores exportadores pueden verse favorecidos diendo del grado de dolarización de los pasivos.
por el ajuste relativo de los precios, con lo cual Mediante la aplicación de varias técnicas economé-
aumentan su producción y emplean más mano de tricas y de medidas de la dolarización de los pasi-
obra. En la jerga económica esto se conoce como vos, el cuadro incluido en este apéndice presenta
un efecto de competitividad y se deriva de los el efecto neto de la devaluación sobre el creci-
modelos estándar de tipo Mundell-Fleming. Sin miento del empleo para una muestra de cinco paí-
embargo, hay un cúmulo de literatura que no cesa ses latinoamericanos de los cuales se tienen datos
de aumentar acerca de la forma en que los descal- (Argentina, Brasil, Chile, Colombia y Perú).2
ces entre la moneda y la madurez influyen en los
balances de las empresas y en el nivel general de la 1 Véanse, por ejemplo, Aguiar (2002), Bleakley y Cowan (2002),
actividad económica.1 El punto principal mencio- Forbes (2002), y Nucci y Pozzolo (2001).
2 Entre otras especificaciones se incluyó la interacción entre una medi-
nado en la literatura especializada es que una deva-
da de apertura y la fluctuación del tipo de cambio como regresor. Esta
luación real aumenta el valor de la deuda en interacción no es significativa y los resultados con respecto a la inter-
dólares expresada en la moneda del país, y al debi- acción entre dólar y deuda se mantienen cuando se ha incluido.

Efectos de las fluctuaciones del tipo de cambio real sobre el crecimiento del empleo
en cinco países latinoamericanos

Estimadores Estimadores
Efectos fijos GMM-diferencia GMM-sistema
Variable (1) (2) (3) (4) (5) (6)

Cambio en el empleo rezagado 0,317 0,319 0,327 0,350


(0,135)** (0,132)** (0,112)*** (0,111)***
Cambio en el tipo de cambio real (RERjt) 0,400 0,447 0,467 0,413 0,428 0,444
(0,227)* (0,251)* (0,288)* (0,278) (0,243)* (0,276)*
Cambio en la RERjt*DEBT-USijt –1,680 –1,888 –1,334 –1,303 –1,041 –1,137
(0,584)*** (0,687)*** (0,637)** (0,714)* (0,486)** (0,627)*
DEBT-USijt 0,104 0,065 0,077 0,089 0,003 –0,020
(0,039)*** (0,049) (0,061) (0,063) (0,036) (0,035)
VAijt-1 (logaritmo) –0,035 –0,029 –0,094 –0,089 –0,016 –0,013
(0,049) (0,049) (0,057)* (0,075) (0,004)*** (0,005)**
Número de observaciones 571 571 447 447 447 447
R2 0,44 0,45 ND ND ND ND
Test de Sargan (P-valor) 0,996 0,990 0,591 0,516
Autocorrelación de primer orden (P-valor) 0,052 0,044 0,042 0,036
Autocorrelación de segundo orden (P-valor) 0,235 0,217 0,245 0,369
Efecto del año Sí Sí Sí Sí Sí Sí
Efectos de país-industria Sí Sí Sí Sí Sí Sí

* Significativo al 10%.
** Significativo al 5%.
*** Significativo al 1%.
Nota: En la primera, tercera y quinta columnas se usa el valor promedio de la deuda dolarizada de la industria para una muestra de firmas. En la segunda, cuarta
y sexta columnas se usa el valor medio de la industria. La variable dependiente es el cambio en el logaritmo del empleo de la industria i en el país j. RER es la tasa
de cambio real bilateral de cada uno de los países con Estados Unidos. DEBT-US es el promedio de la razón entre deuda externa y deuda total de la industria i en
el país j. VA es el valor agregado de la industria i en el país j. Errores estándar robustos entre paréntesis.
Capítulo
5

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.
El impacto de las reformas
estructurales en el empleo
y los salarios

La década del noventa fue un período de grandes los efectos laborales de las principales áreas de
cambios en las políticas económicas. En el área de reforma, analizando en cada caso el grado en que
macroeconomía, con el principal objetivo de dismi- se consiguieron los resultados favorables que espe-
nuir la inflación se concedió mayor autonomía a las raban los reformadores o, por el contrario, los efec-
autoridades monetarias y se tomaron medidas para tos desfavorables que los críticos les atribuyen.
contener los déficit fiscales. Las políticas económi- En efecto, el análisis está motivado en buena
cas estructurales, por su parte, se orientaron parti- medida por el contraste entre lo que esperaban los
cularmente a facilitar el funcionamiento de los partidarios de las reformas, sobre la base de las pre-
mercados para mejorar la eficiencia y el creci- dicciones de la teoría económica, y las críticas que
miento económico. Con tal propósito se redujeron desde diversos ángulos se han hecho a las reformas
las restricciones al comercio internacional, se libe- estructurales por sus efectos laborales nocivos. En
raron los sistemas financieros, se simplificaron los esencia, los reformadores esperaban que en el
sistemas tributarios y se privatizaron numerosas mediano plazo las medidas produjeran un aumento
empresas, principalmente en los sectores de servi- de la productividad y la inversión, que se traduciría
cios públicos de infraestructura, que tradicional- en mejores oportunidades de trabajo y salarios más
mente habían sido manejadas por el Estado. En altos. Tal expectativa se sustentaba en dos razones.
algunos países las privatizaciones alcanzaron tam-
bién a los sistemas de pensiones y en unos pocos se
1 En 1990, un grupo de ministros de economía y finanzas de Amé-
introdujeron reformas encaminadas a flexibilizar
rica Latina se reunieron en Washington con expertos en desarrollo
los mercados laborales. y académicos en una conferencia organizada por el Instituto de Eco-
nomía Internacional. En un influyente artículo publicado tras la con-
A este conjunto de medidas se lo asocia ferencia, John Williamson (1990) señaló que los participantes
usualmente con el denominado Consenso de Was- habían coincidido sustancialmente en la necesidad de cierto paque-
te de reformas económicas. Este paquete, que Williamson denomi-
hington, que sintetizó desde comienzos de los años nó Consenso de Washington, incluía mayor disciplina fiscal, más
noventa la orientación dominante de políticas eco- gasto público destinado a educación y salud, tasas de interés deter-
minadas por el mercado, tipos de cambio competitivos, políticas de
nómicas en América Latina.1 En el presente capí- libre comercio, apertura a la inversión extranjera directa, privatiza-
tulo se analizan los efectos laborales de las ciones, desregulación y respeto a los derechos de propiedad. Las
autoridades económicas latinoamericanas adoptaron con entusias-
reformas pro-mercado que se adoptaron como mo el Consenso de Washington y la región fue escenario de una
parte del Consenso de Washington.2 Se describen oleada de reformas estructurales sin precedentes.
2 Aun cuando las políticas de estabilización macroeconómica tam-
las reformas estructurales, su alcance y su impacto
bién fueron parte del Consenso, no son objeto de estudio de este
en la productividad y el crecimiento, y se abordan capítulo (véase el capítulo 4).
150

Capítulo 5

Por un lado, las reformas removerían distorsiones dial en 23 países en desarrollo recogió las opiniones
e intervenciones que oscurecían las señales de de los pobres, quienes manifestaron claramente su
precios, reducían la eficiencia y dificultaban el uso preocupación por los efectos laborales de las refor-
de los recursos productivos, incluyendo el trabajo. mas. En palabras de Narayan y Petesch (2002):
Por otro, las reformas en general, y en particular “Dependiendo del país, los pobres menciona-
la liberalización del comercio internacional, pro- ron que la privatización, el cierre de fábricas, la

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


moverían la demanda de mano de obra como fac- apertura de los mercados internos [...] y otros cam-

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


tor productivo abundante en los países de la bios conexos han agotado sus activos e incrementa-
región, y como consecuencia elevarían su remu- do su inseguridad” (pp. 471-2).
neración. Los reformadores eran conscientes, sin “En los cuatro países de América Latina y el
embargo, de que en el corto plazo estas medidas Caribe, los participantes describieron la devastación
podrían incrementar el desempleo y reducir las económica y social ocurrida en sus comunidades
remuneraciones en los sectores más directamente como consecuencia de las crisis macroeconómicas
afectados. y las reformas de política. Se sintieron directamen-
Las perspectivas optimistas sobre los efectos te perjudicados por los numerosos cierres de fábri-
de mediano plazo de las reformas contrastan con cas, el desplazamiento a una economía de servicios
los juicios adversos que han recibido, especial- y la expansión de la economía informal” (p. 474).
mente en relación con su impacto en el mercado “Un tema común subyace en las opiniones
de trabajo. Uno de los esfuerzos más valiosos de expresadas por hombres y mujeres [...] en Argenti-
recolección de opiniones sobre los efectos laborales na: la calidad de sus vidas se ha deteriorado. En las
y sociales de las reformas fue llevado a cabo recien- zonas urbanas atribuyen mayormente el deterioro
temente por la Red Internacional de Revisión Par- al desempleo y la criminalidad. De sus palabras
ticipatoria del Ajuste Estructural (SAPRIN, por surge una dramática imagen de las consecuencias
Structural Adjustment Participatory Review Inter- personales y sociales de las reformas de mercado y
national Network), la cual mediante métodos parti- el cierre de fábricas” (p. 335).
cipativos analizó las experiencias de nueve países, Estos autores agregan que en Ecuador,
tres de ellos latinoamericanos.3 Según este estudio “muchos participantes de los estudios urbanos
los efectos laborales de las reformas estructurales dicen que en los años noventa se redujo profunda-
han sido predominantemente negativos: mente su bienestar, y expresan escaso apoyo a las
“Los sectores manufactureros nacionales y el reformas llevadas a cabo por el gobierno” (p. 400).
empleo se han visto notablemente afectados por la Más en general, la opinión del público latinoa-
liberalización indiscriminada de las importaciones mericano sobre las reformas no ha sido favorable y
[mientras que] el incremento de las exportaciones en los últimos años se ha vuelto aún más crítica. En
no ha generado un significativo nivel de empleo ni 2001, 63% de los encuestados por Latinobarómetro
de actividad económica interna” (pp. 174-6). en 17 países consideró que las privatizaciones no
“Junto con las medidas de liberalización del habían sido beneficiosas para sus países; tres años
comercio, las reformas del sector financiero han antes la oposición a las privatizaciones era apenas
ejercido un efecto particularmente devastador sobre 43%. En forma semejante, en 2001 el 45% de los
las pequeñas y medianas empresas y el gran volu- latinoamericanos se declaró en desacuerdo con el
men de empleo que estas proporcionan” (p. 175). principio básico de las reformas, como es que “el
“El aumento en las privatizaciones y la intro- Estado debe dejar la actividad productiva al sector
ducción de medidas de flexibilización han incre- privado”, cuando un año antes ese porcentaje era
mentado el desempleo y la inseguridad laboral, y
en muchos casos se han deteriorado las condicio-
nes de trabajo” (p. 180).
3Véase SAPRIN (2002). Los países incluidos son Bangladesh, Ecua-
Asimismo, un ambicioso proyecto participati-
dor, El Salvador, Filipinas, Ghana, Hungría, México, Uganda y Zim-
vo llevado a cabo recientemente por el Banco Mun- bawe.
151

El impacto de las reformas estructurales en el empleo y los salarios

Gráfico 5.1 Problemas más importantes reformas contribuyeron a aumentar las brechas
para los latinoamericanos salariales, aunque también en menor medida de lo
(En porcentaje de respuestas)
que suele creerse. Finalmente, las reformas han
Desempleo tenido repercusiones mixtas en la calidad del tra-
Corrupción
Pobreza bajo. En contra de los temores populares, los nue-
Delincuencia/Inseguridad
vos empleos que han surgido en los sectores de

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Inestabilidad en el empleo
Bajos salarios
exportación ofrecen mejores condiciones que otras

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Terrorismo/violencia política/guerrilla
Baja calidad de la educación
Inflación ocupaciones alternativas. Tras las reformas los sec-
Falta de oportunidades para jóvenes tores financieros, lejos de discriminar a las peque-
Consumo de drogas
Violación de los DD.HH. ñas empresas, antes bien las están ayudando al
Problemas de salud
Narcotráfico impulsar un pujante mercado de créditos que las
Problemas de vivienda
Transporte beneficia y mejora así las condiciones de estos
Problemas en el medio ambiente
Discriminación racial empleos. Los puestos anteriormente existentes en
0 5 10 15 20 25
los sectores transables no se han vuelto más ines-
Nota: Promedio de respuestas en 17 países de América Latina tables ni tampoco han empeorado. No ocurre lo
Fuente: Latinobarómetro (2001). mismo en cambio con las condiciones de trabajo en
los sectores privatizados, donde en general hay
mayores exigencias y menos beneficios que en el
apenas 28%. Aunque este sistema de encuestas no pasado, e indicios de que los países que abrieron
permite identificar directamente si la oposición a sus economías a la competencia internacional con
las reformas se debe a sus posibles efectos labora- mercados laborales muy rígidos están registrando
les, resulta revelador que, según las mismas un aumento en el empleo en unidades productivas
encuestas, el desempleo es la principal preocupa- muy pequeñas, presumiblemente con condiciones
ción de los latinoamericanos (gráfico 5.1). laborales inferiores. En síntesis, el panorama sobre
Como podrá verse, en general tanto las pers- los efectos laborales de las reformas está lleno de
pectivas de los reformadores como las críticas a las matices y de enseñanzas, tanto para los reformado-
reformas resultan exageradas, aunque unas y otras res como para los críticos.
conllevan importantes elementos de verdad. Las
reformas efectivamente aumentaron la productivi-
dad y el crecimiento económico, pero de forma EN QUÉ CONSISTIERON
modesta y posiblemente temporal, quizás a raíz de LAS REFORMAS ESTRUCTURALES
que no produjeron las grandes reasignaciones de
recursos productivos, incluyendo el trabajo, que Las reformas estructurales de las dos últimas déca-
podían preverse sobre la base de la teoría. Por la das reorientaron las políticas en materia de comer-
misma razón, excepto en algunos de los sectores cio internacional, financiamiento, tributación y
privatizados, como ferrocarriles y puertos, las refor- participación del sector privado en sectores ante-
mas no acarrearon pérdidas masivas de puestos de riormente reservados al Estado. Aunque las refor-
trabajo ni grandes traslados de trabajadores de unos mas en los distintos países compartieron en buena
sectores a otros. Los cambios en la composición medida el objetivo de facilitar el funcionamiento de
sectorial del empleo, que en algunos países fueron los mercados, en esta sección se verá que de país a
muy importantes, no parecen haberse debido a las país variaron sustancialmente en su composición,
reformas estructurales. profundidad y aplicación.4
Si bien las reformas aumentaron la producti- Como se ha dicho, las reformas estructurales
vidad, no produjeron el efecto esperado sobre los de carácter sectorial o microeconómico comple-
salarios, que cayeron en los sectores más afectados
por la competencia, especialmente los de los traba-
jadores de menor calificación. De esta manera, las 4 Para una descripción más detallada véase Lora (2001).
152

Capítulo 5

mentaron medidas de política macroeconómica Gráfico 5.2 Importaciones y exportaciones, 1983-85 y 1998-2000
orientadas a corregir los desequilibrios fiscales y a (En porcentaje del PIB)

dar estabilidad a la economía. En muchos países, a. Importaciones


también fueron materia de profundas reformas las PROMEDIO
Panamá
políticas y las instituciones sociales y de otras áreas Nicaragua
Honduras
de la administración pública, pero estos temas no

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Rep. Dominicana
Costa Rica
son objeto del presente capítulo.5

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Paraguay
El Salvador
México
Ecuador
La apertura comercial Chile
Bolivia
Guatemala
Uruguay
El elemento central de la apertura externa fue la Colombia
Venezuela
reducción de las barreras a las importaciones, que Perú
Argentina
buscaban mantener protegidas las producciones Brasil
nacionales, especialmente en los sectores indus- 0 10 20 30 40 50 60 70 80 90

1983-85 1998-2000
triales. Entre mediados de los años ochenta y
comienzos de la década siguiente todos los países
iniciaron programas de liberalización comercial,
b. Exportaciones
con reducciones de por lo menos 15 puntos en la
tasa arancelaria promedio, que cayó desde niveles PROMEDIO
Panamá
promedio de 48,9% en los años previos a la reforma Costa Rica
Ecuador
a 10,7% en 1999. También se redujo notablemente Honduras
Nicaragua
la dispersión, aunque en la mayoría de los países El Salvador
México
persistieron aranceles más elevados para los bienes Chile
Rep. Dominicana
de consumo que para los intermedios y los de capi- Perú
Venezuela
tal, y mayores para los productos agrícolas que para Uruguay
Guatemala
los industriales. A fines de los noventa, sólo dos Bolivia
Colombia
países (de los 24 con información disponible) tení- Paraguay
Argentina
an un arancel promedio superior a 15%. Las res- Brasil
0 10 20 30 40 50 60 70 80 90
tricciones no arancelarias, que se aplicaban al
1983-85 1998-2000
37,6% de las importaciones en el período anterior a
Fuente: FMI (varios años).
la reforma, pasaron a afectar apenas al 6,3% hacia
mediados de los años noventa (BID, 1996). Las
menores restricciones arancelarias y no arancela-
rias permitieron que las importaciones se elevaran nismos de regulación prudencial y supervisión. La
como proporción del PIB en la mayoría de los paí- liberalización consistió en reducir coeficientes de
ses (gráfico 5.2a). Para la región en su conjunto, la encaje, eliminar controles a las tasas de interés, y
penetración importadora pasó de 22,6% en 1983-85 desmontar mecanismos de inversiones forzosas y
a 36,2% en 1998-2000. Cabe señalar que en el créditos dirigidos. Entre 1990 y 2000, los requeri-
mismo período los coeficientes de exportación tam- mientos de reserva efectivos fueron reducidos en 15
bién se elevaron, aunque mucho menos, pasando países (de un total de 22 con información), y en
de 23,3% a 29,6% del PIB (gráfico 5.2b).6 cinco de ellos las reducciones fueron de 20 puntos o

La liberalización financiera
5 En el capítulo 8 se analizan las políticas sociales directamente rela-
Las reformas financieras tuvieron como principales cionadas con el funcionamiento de los mercados laborales.
objetivos otorgar mayor libertad de funcionamiento 6 Para una descripción más detallada del desempeño exportador en
a los intermediarios financieros y reforzar los meca- las dos últimas décadas véase BID (2001), capítulo 4.
153

El impacto de las reformas estructurales en el empleo y los salarios

más. Como resultado, a fines de los años noventa un y administrativa y el aumento de la recaudación.
total de 13 países tenían requerimientos de reservas Los impuestos al comercio exterior, que represen-
que como proporción de los depósitos a la vista no taban en promedio el 18% de los ingresos tributa-
superaban el 20%. Los controles generalizados a las rios en los países de la región en 1980, fueron
tasas de interés fueron desmontados en todos los parcialmente remplazados por mayores recauda-
países antes de 1995. Con contadas excepciones, se ciones internas y a mediados de los noventa gene-

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


mantuvieron sin embargo diversas interferencias raban tan solo 13,7% del total recaudado.8 Con el

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


estatales en varios aspectos de los contratos crediti- fin de moderar los efectos distorsionantes de la tri-
cios.7 También fueron eliminados o reducidos sus- butación sobre las decisiones de producción y aho-
tancialmente en todos los países los sistemas de rro, 23 países han adoptado sistemas de impuesto al
inversiones obligatorias y de créditos dirigidos que valor agregado para gravar el consumo. Las tasas
buscaban favorecer a ciertos sectores productivos, básicas de este IVA van desde niveles inferiores al
en particular la agricultura y la construcción. Sin 10% en Panamá y República Dominicana, hasta
embargo, aún existen inversiones obligatorias (dis- más del 20% en Argentina y Uruguay. Sin embar-
tintas a los requerimientos de encaje) en siete paí- go, los coeficientes de recaudación efectiva del IVA
ses y exigencias de crédito a sectores específicos en son muy inferiores a sus tasas estatutarias, debido
cinco países (de los 21 con información). a la exclusión de numerosos bienes y servicios fina-
La incorporación de sistemas modernos de les de las bases de tributación y a dificultades de
regulación prudencial fue un componente central administración y control, todo lo cual limita aún la
de la oleada de reformas financieras en la región. neutralidad de este impuesto.
Todos los países adoptaron los requisitos mínimos Las tasas marginales de impuesto a los ingre-
de capital ponderados por riesgo establecidos en el sos de las personas, que en muchos países supera-
Acuerdo de Basilea de regulación prudencial. No ban el 50%, fueron reducidas drásticamente. Solo
obstante, la aplicación de otras regulaciones pru- Chile, Belice y Barbados tienen tasas máximas de
denciales que garantizan una adecuada cobertura 40% o más. Las tasas más frecuentes son 30% y
de capital fue mucho más heterogénea, como tam- 25%, que rigen en siete y cinco países, respectiva-
bién lo fue en otros aspectos que determinan la efi- mente. Por razones de equidad, estas tasas máxi-
cacia de la regulación y la supervisión, en gran mas solo aplican a partir de niveles de ingreso que
medida como reflejo de las diferencias de calidad en algunos países son extremadamente altos para
de la administración pública y del respeto de las los niveles medios de ingreso. Las tasas de impues-
normas legales. tos a las ganancias de las empresas también fueron
Otros componentes destacados del proceso de reducidas y con solo dos excepciones (Honduras y
reforma financiera fueron la privatización de ban- Barbados) son actualmente inferiores al 40%. Las
cos públicos (véase más adelante), la apertura del más comunes son igualmente las tasas de 30% y
sector a la inversión extranjera y el tránsito hacia 25%, que rigen en siete y cuatro países, respectiva-
sistemas de banca universal, con menores restric- mente. Aun cuando las reformas posiblemente
ciones a los servicios y actividades permitidos a los mejoraron la neutralidad impositiva, la mayoría de
bancos y otros intermediarios financieros. En todos los países todavía mantiene sistemas de incentivos
estos aspectos el proceso es aún bastante desigual tributarios por actividades, sectores o regiones. Los
entre países (BID, 2001).

Las reformas tributarias


7 Las formas más usuales de interferencia se relacionan con los sis-
En el área impositiva las reformas también fueron temas de cálculo y pago de los intereses, con los niveles máximos
que pueden tener los intereses de ciertas modalidades de préstamo
profundas, aunque mucho más desiguales entre y con los períodos de algunos tipos de préstamo.
países. Sus rasgos más comunes consistieron en la 8Cálculos basados en Indicadores del desarrollo mundial, Banco
búsqueda de la neutralidad, la simplificación legal Mundial (2001).
154

Capítulo 5

incentivos más comunes son los dirigidos a los sec- Gráfico 5.3 Índice de reformas estructurales, 1995 y 1999
tores primarios y al turismo. (Índice 0 -1)

Bolivia
Las privatizaciones Jamaica
Perú

El alcance de las privatizaciones fue notable para la Trinidad y Tobago

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


región en su conjunto, pero muy irregular entre Argentina

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Promedio regional
países. Las 396 ventas y transferencias al sector pri-
Costa Rica
vado realizadas en América Latina entre 1986 y
Ecuador
1999 representaron más de la mitad del valor de las Venezuela
operaciones de privatización en los países en de- México
sarrollo.9 Brasil y Argentina realizaron los mayores Uruguay
montos de privatización: US$61.000 millones y 0 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8

US$25.000 millones, respectivamente. Tres países 1999 1995


realizaron privatizaciones acumuladas que repre- Fuente: Lora y Panizza (2002).
sentan más del 10% del PIB de sus economías en
1999 y un total de 17 países privatizaron en algún
año por más del 1% del PIB.
Un 57% del valor de las privatizaciones en la duciendo así cierta movilidad en el margen al
región durante la década del noventa tuvo lugar en empleo formal.
los sectores de infraestructura, tradicionalmente
cerrados a la participación privada y donde el Un índice de reformas
potencial de obtener ganancias de productividad y
eficiencia era mayor. Otro 11% provino de la venta Con el fin de describir en forma sintética la magni-
de entidades bancarias y afines, reforzando así las tud de las reformas puede utilizarse el sistema de
tendencias de la reforma financiera. Sin embargo, indicadores presentado originalmente en la edición
la composición de las privatizaciones por sectores de 1997 de este informe. Se trata de un conjunto de
ha diferido notablemente entre países. índices que captan los principales rasgos de las
reformas descritas. Los índices permiten comparar
Las reformas laborales el estado de las distintas áreas de política dentro de
un país o de cada política entre países. El índice
Como observó Rodrik (1996), varios países en Amé- total es un promedio de todas las áreas de reforma
rica Latina adoptaron más políticas de liberaliza- que permite medir, en una escala de 0 a 1, la mag-
ción comercial y financiera y más privatizaciones nitud de las reformas. Este índice total, calculado
en un breve período que los países de Asia del Este para 17 países latinoamericanos se elevó de 0,34 en
a lo largo de tres décadas. Aun en el área tributaria, 1985 a 0,58 a fines de la década del noventa. Este
donde los cambios de política fueron muy dispare- cambio implica un grado importante de reforma,
jos, la profundidad de las reformas fue notable. En aunque también sugiere un muy amplio y todavía
contraste con las cuatro áreas anteriores de refor- inexplotado margen de reformas adicionales en
ma, en materia laboral los cambios fueron pocos y muchos países (para alcanzar el valor máximo de
de menor alcance. Solamente seis países imple- 1). El período de mayor dinamismo de las reformas
mentaron reformas laborales de importancia entre fue el comprendido entre 1989 y 1994, cuando se
mediados de los años ochenta y 1999: Argentina
(1991), Colombia (1991), Guatemala (1990), Pana-
má (1995), Perú (1991) y Venezuela (1998). Estas
reformas se concentraron en reducir costos de des- 9Excluyendo las privatizaciones realizadas mediante distribución
pido y facilitar las contrataciones temporales, intro- masiva de cupones en los países de Europa del Este.
155

El impacto de las reformas estructurales en el empleo y los salarios

ganaron 0,12 puntos del total de 0,24 de mejoría en Gráfico 5.4 Avance de las reformas en América Latina
(margen de reforma utilizado)
todo el período. Sin embargo, en todos los años y
(En porcentaje)
países hubo reforma, aunque a ritmos diferentes.
80
El gráfico 5.3 compara el estado de las reformas en
70
1985 y 1999 para los países con índices más altos y
60
más bajos en 1999. Los cinco países con mayores

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


índices son Bolivia, Jamaica, Perú, Trinidad y 50

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Tobago y Argentina, todos ellos con valores finales 40

del índice por encima de 0,6 y con aumentos de por 30

los menos 0,2 puntos con respecto a su situación 20

inicial. Los cinco países con menos reformas son 10


(empezando por el más bajo) Uruguay, México, 0
Venezuela, Ecuador y Costa Rica, con índices que -10
Total Comercial Financiero Tributario Privatizaciones Laboral
se sitúan entre 0,48 y 0,55. Sin embargo, también
en este grupo de países hubo cambios notables con Hasta 1989 Hasta 1994 Hasta 1999

respecto a la situación inicial y todos ellos llegaron Fuente: Lora y Panizza (2002).
a fines de los noventa a niveles superiores al pro-
medio de la región al comienzo del período.
El alcance de las reformas fue más desigual
por áreas de reforma que entre países. El gráfico En qué medida las reformas lograron
5.4 muestra la magnitud de las reformas para el sus objetivos
total y por áreas (medido con respecto al nivel pro-
medio de cada índice en 1985). El potencial de libe- Aun cuando mejoró frente a la década anterior, el
ralización que existía en 1985 fue aprovechado de crecimiento económico de América Latina desde
manera bastante profunda en las áreas comercial y los años noventa ha sido decepcionante e inferior a
financiera, sustancialmente menos en las áreas de los promedios de los años sesenta y setenta (cuadro
política tributaria y privatizaciones, y prácticamen- 5.1). En efecto, mientras que en la denominada
te nada en reforma laboral. década perdida en promedio anual el crecimiento
Las reformas en las áreas comercial y de la región fue apenas de 1,2% y el ingreso per
financiera se dieron en la primera mitad de los cápita cayó 0,7%, en los años noventa dichas tasas
noventa, fueron profundas y abarcaron a todos los ascendieron a 3,8% y 2,1%, respectivamente. Sin
países. No sorprende entonces que el ritmo haya embargo, en los años sesenta y setenta en promedio
sido mucho más moderado posteriormente. En anual el crecimiento superó el 5% y el ingreso per
materia de impuestos y privatizaciones, en cambio, cápita aumentó alrededor de 3%. Algo semejante
los resultados fueron mucho más desiguales, ya puede observarse respecto de las tendencias de la
que aunque hubo reformas en toda la región, varia- productividad total de los factores, que son la mejor
ron significativamente en el tiempo y entre países. medida disponible de la eficiencia en el uso del con-
En el área tributaria hubo cambios en una y otra junto de recursos productivos de cada economía. En
dirección en algunos países en los últimos años (no la década del noventa, la productividad total de los
por falta de reformas, sino por la necesidad de factores prácticamente no aportó nada al creci-
mayores recaudaciones incluso a costa de la neu- miento promedio de los países de la región, después
tralidad tributaria). Las privatizaciones, por su lado, de haber caído en forma brutal en los años ochenta
fueron más dinámicas desde mediados de los (pues sustrajo cerca de dos puntos porcentuales al
noventa. Únicamente en el área de reformas labo- crecimiento). Las mejoras de productividad típicas
rales puede decirse que el cambio fue muy limita- de los noventa no fueron sustancialmente diferen-
do y concentrado en cuestiones muy puntuales en tes de las típicas (también muy bajas) de las décadas
unos pocos países. del sesenta y setenta.
156

Capítulo 5

Cuadro 5.1 Crecimiento y productividad en América Latina y el Caribe, 1961-2002


(En porcentaje)

Tasa de crecimiento
Productividad
Período PIB PIB per cápita total de los factores

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.
1961–70 5,3 2,7 1,01
1971–80 5,5 3,4 –0,34
1981–90 1,2 –0,7 –1,95
1991–99 3,8 2,1 0,13
2000–02 0,6 –1,1 n.d.

Fuente: Loayza, et al. (2002) y Banco Mundial (2001).

Estos resultados podrían tomarse como indi- junto, que habían sido muy alentadoras en los años
cio de fracaso de las reformas, cuyo objetivo central cincuenta y sesenta, disminuyeron en las décadas
era acelerar el crecimiento económico mediante sucesivas. En los años noventa, el crecimiento del
un uso más eficiente de los recursos productivos. ingreso per cápita en los países desarrollados fue
En dichas condiciones, tampoco debería sorpren- igual al de los países latinoamericanos (1,5% anual;
der el deficiente desempeño del empleo y los 1,7% en todo el mundo), mientras que en la déca-
salarios. Sin embargo, saltar directamente a tal con- da del sesenta había sido 4,3% (4,1% para todos los
clusión no sería correcto. En primer lugar, no hay países). El escenario internacional ha limitado ade-
que perder de vista que estos promedios esconden más el crecimiento de los países latinoamericanos
diferencias muy apreciables entre unos países y a través de la inestabilidad en los precios interna-
otros dentro de la región. En el caso del crecimien- cionales de los productos típicos de exportación de
to del ingreso per cápita, por ejemplo, 10 de los 26 la región y en razón de los grandes cambios en los
países considerados en estos cálculos tuvieron un montos y el costo de los recursos de capital para la
desempeño mejor en los años noventa que en los región. Además, el crecimiento fue muy afectado
años sesenta y setenta, algunos de ellos con por la calidad de las políticas macroeconómicas y
aumentos muy importantes en el ritmo de creci- por circunstancias propias de cada país.
miento, como Argentina, Chile, Guyana y El Salva- Dada la multiplicidad de factores que pueden
dor. Un número igual de países registró también influir en el crecimiento y en la productividad, no
mejoras en la productividad total de los factores sorprende que entre los expertos haya diversas opi-
más rápidas que en las décadas del sesenta y niones sobre el efecto de las reformas. Los estudios
setenta. En segundo lugar, como ya se ha señalado empíricos tratan de aislar el efecto de las reformas
en esta sección, las reformas estructurales tuvie- del que pueden tener circunstancias externas tales
ron diferencias importantes de profundidad, velo- como el crecimiento económico mundial, la dispo-
cidad y modo de implementación entre unos nibilidad de financiamiento o los precios interna-
países y otros. cionales; o factores internos tales como las políticas
Finalmente, debe tenerse en cuenta que las de estabilización macroeconómica o el ambiente
reformas estructurales no fueron el único factor institucional o político. Sin embargo, algunos de
que influyó sobre la productividad y el crecimiento estos factores son difíciles de medir y aislar, y en
en las últimas décadas. En este sentido, cabe desta- ciertos casos interactúan con las mismas reformas,
car que las tendencias de crecimiento de los países modificando así el efecto de estas sobre el creci-
industriales y de la economía mundial en su con- miento. En cualquier caso, hasta hace unos pocos
157

El impacto de las reformas estructurales en el empleo y los salarios

Gráfico 5.5 Efecto promedio de las reformas sobre el


crecimiento en América Latina, 1988-99
Cuadro 5.2 Efectos de las reformas sobre
(En puntos porcentuales)
el crecimiento en países seleccionados
1,6
(En puntos porcentuales)
1,4

Promedio Promedio 1,2

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


simple ponderado

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


1,0
Easterly, Loayza y Montiel (1997)
1991–93 vs. 1986–90 2,2 1,7 0,8

0,6
Lora y Barrera (1997)
1993–95 vs. 1987–89 2,2 2,2 0,4

Fernández-Arias y Montiel (1997) 0,2

1991–95 vs. 1986–90 1,6 1,7


0,0
1988-90 1991-93 1994-96 1997-99
Lora y Panizza (2002)
promedio1988–99 1,0 n.d. Fuente: Lora y Panizza (2002).

Loayza et al. (2002)


Años ‘90 y ‘80 1,3 n.d.

los precedentes. Mediante el uso de los mismos


índices para el período 1985-99, Lora y Panizza
(2002) efectuaron nuevas estimaciones del efecto
años la opinión prevaleciente sobre la eficacia de de las reformas sobre el crecimiento, encontrando
las reformas era bastante optimista. El cuadro 5.2 efectos más modestos y de carácter transitorio,
reproduce los resultados de estudios que han eva- puesto que parecen diluirse un tiempo después de
luado el efecto de las reformas. Los tres primeros haberse introducido las reformas. Por ejemplo, en
que las analizaron hasta mediados de los noventa su período de auge (1991 a 1993), las reformas ace-
arrojaron resultados bastante coherentes entre sí leraron el crecimiento anual en 1,3 puntos porcen-
(Easterly et al., 1997; Fernández-Arias y Montiel, tuales. Cuando el proceso de reforma empezó a
1997; Lora y Barrera, 1997). Según estos estudios, perder velocidad, el efecto de crecimiento decayó
los efectos fueron positivos y sustanciales. Por considerablemente y en 1997-99 significó apenas
ejemplo, utilizando los índices de reforma antes 0,6 puntos porcentuales de crecimiento adicional
descritos, Lora y Barrera encontraron que las refor- (frente a una situación hipotética sin ninguna
mas tuvieron un impacto importante y permanen- reforma adicional; gráfico 5.5). Este estudio encon-
te sobre el crecimiento, la productividad y la tró además que la eficacia de las reformas ha
inversión. Según sus estimaciones, las reformas dependido crucialmente del ambiente institucional
económicas puestas en práctica hasta mediados de en el que han tenido lugar. En particular, las refor-
la década del noventa aceleraron la tasa de creci- mas parecen haber tenido un mayor efecto en los
miento de América Latina en 1,9 puntos porcen- países con un buen imperio de la ley, posiblemen-
tuales (o hasta 2,2 puntos porcentuales una vez te porque ello ha reducido la incertidumbre sobre
incluido el impacto de la estabilización macroeco- las nuevas normas y limitado la interferencia inde-
nómica). bida de los grupos de interés en el diseño e imple-
Estudios más recientes han indicado efectos mentación de las regulaciones. Loayza et al. (2002)
menos alentadores. Escaith y Morley (2001), quie- también encontraron efectos más modestos de las
nes utilizaron una versión modificada de los mis- reformas al actualizar las estimaciones anteriores
mos índices para el período 1970-95, también de Easterly et al. (1997).
encontraron un efecto positivo, aunque de menor Una de las áreas de reforma estructural cuyos
magnitud y robustez que los reportados en artícu- efectos sobre el crecimiento han sido más debati-
158

Capítulo 5

dos fue la apertura al comercio internacional. ambiente internacional inestable –especialmente


Según la mayoría de las investigaciones que han en materia de financiamiento– que a su vez pudo
recurrido a estudios comparativos entre países, haber comprometido las políticas macroeconómi-
hay una correlación clara y positiva entre apertura cas nacionales. Este debate, que no ha sido resuel-
al comercio internacional y crecimiento económi- to aún y ni es objeto central del presente capítulo,
co (Dollar, 1992; Sachs y Warner, 1995; Frankel y sugiere no obstante que las reformas alteraron el

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Romer, 1999; Ben-David, 1993; Edwards, 1998; funcionamiento de la economía menos de lo que

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Dollar y Kraay, 2001). A la misma conclusión lle- en general se presume y por lo tanto debieron
gan los estudios de experiencias nacionales (véase tener también efectos laborales modestos.
un resumen en Srinivasan y Bhagwati, 1999). Aun- En lo que resta de este capítulo el propósito es
que hay opiniones críticas sobre la validez de algu- justamente discutir los efectos que tuvieron las
nos de esos trabajos10, ningún estudio ha sugerido reformas sobre el empleo, las remuneraciones labo-
que la apertura al comercio tenga efectos adversos rales y la calidad del trabajo, partiendo del supues-
sobre el crecimiento. Los estudios más específicos to de que su efecto sobre el crecimiento fue
para América Latina también encuentran una rela- positivo, aunque modesto. La discusión se concen-
ción positiva entre apertura y crecimiento (Lora y tra en especial, pero no exclusivamente, en la aper-
Barrera, 1997; Stallings y Peres, 2000: 140; Loayza tura comercial y la privatización, las dos áreas de
et al., 2002). reforma más criticadas y las que mayor atención
Asimismo, los efectos de las reformas sobre el han recibido de los analistas.
crecimiento en los sectores financieros y de infra-
estructura han sido positivos cuando las reformas
han generado un ambiente favorable a la compe- LOS EFECTOS LABORALES DE LA
tencia y un sistema regulatorio adecuado. Según un APERTURA COMERCIAL
estudio reciente basado en la experiencia de 37 paí-
ses en desarrollo en la década del noventa, cuando Según numerosas opiniones, las políticas de libera-
se cumplieron esas condiciones el efecto sobre el lización de importaciones adoptadas desde fines de
crecimiento de la reforma financiera y la privatiza- los años ochenta tuvieron varios efectos laborales
ción de las telecomunicaciones combinadas fue de adversos, de los cuales el más preocupante parece
más de dos puntos porcentuales (Mattoo et al., haber sido la pérdida de empleos. Según un estu-
2001). Aun cuando esta estimación posiblemente dio de la SAPRIN (2002), “la decadencia de la
exagera el efecto permanente de las medidas, reve- industria nacional ha seguido a la inundación de
la la importancia de tener reformas integrales en
estas dos áreas.
En síntesis, a pesar de las diferencias entre los
10 Harrison y Hanson (1999) y Rodríguez y Rodrik (2001), por
distintos estudios, la conclusión que puede extraer-
ejemplo, encuentran que la literatura en que se establece una rela-
se es que las reformas tuvieron un efecto positivo ción positiva entre la apertura y el crecimiento está plagada de pro-
pero modesto sobre el crecimiento. Incluso si se blemas metodológicos y errores de datos, y que sus resultados no
son particularmente sólidos al compararlos con especificaciones y
consideran los cálculos más optimistas, según los series de datos alternativos. Rodrik (2000) asegura también que,
contrario a lo que sugieren Srinivasan y Bhagwati (1999), las prue-
cuales el efecto fue cercano a los dos puntos de cre- bas a favor de la apertura derivadas de estudios de país distan de
cimiento adicional, las reformas por sí solas no ser contundentes. Sin embargo Jones (2001), en sus comentarios
acerca del artículo de Rodríguez y Rodrik, demostró que los resulta-
habrían podido elevar el crecimiento per cápita de dos estándar de una relación positiva entre la apertura del merca-
–0,7% en los años ochenta a tasas del orden del 3%, do y el crecimiento son bastante sólidos, y que muy pocos de los
resultados comúnmente aceptados en la literatura económica pasa-
como las observadas en los años sesenta y setenta. rían la estricta prueba de solidez de Rodríguez y Rodrik. Wacziarg
El modesto impacto de las reformas puede haberse y Welch (2002) retomaron también la discusión iniciada por Rodrí-
guez y Rodrik y encontraron que sus críticas son válidas para los
debido, entre otras razones, a que fueron incom- análisis de corte transversal, de los cuales no puede deducirse que
pletas, a que no contaron con suficiente soporte la apertura ayude al crecimiento. Sin embargo, los análisis de panel
en el tiempo sí muestran efectos elevados y muy robustos de la aper-
institucional interno y a que tuvieron lugar en un tura sobre el crecimiento.
159

El impacto de las reformas estructurales en el empleo y los salarios

los mercados locales por importaciones baratas se han producido principalmente en el sector
que han desplazado a los bienes y la producción orientado al mercado interno” (pp. 55-6).
local”. Como resultado, “muchas empresas manu- Para Stalling y Peres (2000), “las reformas no
factureras locales, particularmente pequeñas y han producido el crecimiento previsto del empleo
medianas empresas que generan un elevado volu- en el sector de bienes transables [...]. Sólo las
men de empleos, se han visto obligadas a cerrar maquiladoras, que operan en condiciones que

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


sus puertas” (p. 55). difieren de las del resto de la economía, produje-

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


A su vez, Narayan y Petesch (2002) refieren ron el vigoroso crecimiento de actividades de gran
que en Argentina “muchos pobres también achacan uso intensivo de mano de obra que se esperaba
la crisis de desempleo a la mecanización y la com- que la reforma habría de producir” (pp. 200-1).
petencia de los productores extranjeros” (p. 338). El segundo tema de preocupación es el efecto
Explican asimismo que en Jamaica “muchas perso- que la apertura comercial tuvo sobre las remunera-
nas consideran que el desempleo es la principal ciones laborales. Los reformadores esperaban que,
causa de la pobreza [...] Los participantes señalan al menos en el mediano plazo, la apertura elevara
[...] problemas de mayor competencia extranjera. los salarios por su efecto esperado sobre la inver-
En las zonas urbanas se habla repetidamente de sión y la productividad y por inducir la reasigna-
cierres de fábricas y despidos, y en las zonas rura- ción del empleo hacia los sectores más eficientes.
les se indica que las grandes plantaciones y las Pero esto no parece haber ocurrido. Al contrario,
plantas de procesamiento solían proporcionar una opinión difundida es que la apertura redujo los
muchos más empleos” (p. 433). salarios, particularmente de los trabajadores menos
La apertura pretendía reasignar recursos de calificados, contribuyendo a aumentar la desigual-
los sectores anteriormente protegidos hacia secto- dad salarial. En efecto, la SAPRIN considera que
res más eficientes, especialmente de exportación. después de la liberalización del comercio, “las tasas
En casi todos los países de la región las exporta- de los salarios reales han tendido a decrecer, la des-
ciones tuvieron, efectivamente, un desempeño igualdad en los ingresos se ha incrementado, y se
mucho mejor en los noventa que en la década han difundido la inseguridad laboral y la ‘informa-
anterior (véase el gráfico 5.2b). Sin embargo, la lización’” (SAPRIN, 2002, pp. 55-6).
opinión predominante es que los sectores expor- De la misma manera, Goldín (1997) puntua-
tadores no lograron compensar la destrucción del liza: “En muchos países de América Latina, la des-
empleo en los sectores previamente protegidos y igualdad en el mercado se ha incrementado en
que los empleos creados han sido inferiores en términos de género, edad y clases sociales como
términos de remuneración, estabilidad y otras consecuencia de las políticas de liberalización. Sin
condiciones laborales. embargo, la desigualdad de condiciones es más
Según el estudio de la SAPRIN (2002), “el cre- profunda en las zonas rurales, agudizando la des-
cimiento de las exportaciones se ha concentrado igualdad ya existente en las relaciones de produc-
en unas pocas actividades que no generan víncu- ción” (p. 112). La opinión de Díaz (1997) es
los en la economía local, y típicamente se ha basa- similar, al afirmar que “la crisis económica y el
do en forma exclusiva en un reducido número de ajuste económico neoliberal han incrementado la
recursos y de rubros producidos con mano de obra desigualdad social en toda América Latina, princi-
poco calificada [...]. El crecimiento del empleo que palmente reduciendo los ingresos medianos y
se produce después de la liberalización del comer- mínimos” (p. 45).
cio no ha logrado compensar el volumen de los Una tercera crítica, muy ligada a la anterior,
nuevos trabajadores que se incorporan al mercado es la de Narayan y Petesch (2002), relacionada con
laboral. El limitado empleo que se ha generado se la baja remuneración y calidad de los nuevos
concentra en gran medida en ciertos enclaves de empleos que fueron creados a raíz de los procesos
exportación o en servicios similares de baja remu- de apertura. Los autores sostienen que según las
neración [mientras] que las pérdidas de empleos opiniones de los pobres en São Paulo, Brasil, “en el
160

Capítulo 5

pasado, todos trabajaban en las fábricas y los sala- La siguiente opinión refleja bien las preo-
rios eran buenos [...] pero hoy los hombres traba- cupaciones sobre la calidad del empleo en dichas
jan con frecuencia en empleos con menos zonas: “Millones de trabajadores del textil, vestua-
seguridad, como lavadores de automóviles, conser- rio y cuero en todo el mundo están empleados en
jes, guardias nocturnos, trabajadores de la cons- ZFE, áreas económicas especiales creadas para
trucción o empleados de tienda. En su mayor atraer inversión extranjera y promover la indus-

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


parte, las mujeres limpian casas u oficinas o lavan trialización orientada a la exportación. La FITTVC

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


ropa además de sus responsabilidades como amas deplora la explotación de los trabajadores en
de casa” (p. 363). muchas de estas zonas, donde los derechos sindi-
Narayan y Petesch agregan que aunque los cales están prohibidos o son ignorados”.12
pobres en Brasil reconocen que también han apa- Muchas de las opiniones sobre los efectos
recido nuevos empleos formales, “muchos de los laborales de las reformas se basan en comparacio-
nuevos empleos creados en el sector formal son no nes entre la situación antes y después de las refor-
calificados y de baja remuneración. Si bien los tra- mas, y en muchas ocasiones se refieren a sectores,
bajadores que han sido despedidos en los sectores regiones o grupos específicos de trabajadores o
manufacturero y financiero encuentran que estos empresas. Estas comparaciones son un buen punto
trabajos son preferibles a los del sector informal, de partida para identificar los problemas, pero no
dichos nuevos empleos no proporcionan un nivel constituyen prueba suficientemente general de los
de ingresos que les permita mantener adecuada- efectos de las reformas, porque no permiten aislar
mente a sus familias” (p. 368). Asimismo, los auto- la influencia de otros factores que pueden incidir
res describen de este modo la situación de empleo sobre los resultados laborales ni permiten saber si
informal en Jamaica: “Cuando las industrias y las se trata de observaciones representativas de lo que
explotaciones agrícolas de Jamaica enfrentaron puede haber ocurrido a un número más amplio de
una creciente competencia en los mercados mun- trabajadores o empresas. Para ello se requiere de
diales durante los años noventa, desaparecieron métodos econométricos que están únicamente al
muchas oportunidades de empleo formal para alcance de especialistas y de bases de datos de
mujeres y hombres pobres. Por falta de empleos, amplia cobertura que solo existen en algunos paí-
los jamaiquinos pobres se dedican al comercio, ses. De ahí que el debate sea necesariamente
administran pequeñas tiendas, venden productos inconcluso pues en muchos casos no es posible
en las calles, trabajan como empleadas domésti- verificar (o rechazar) si los problemas identifica-
cas, conducen taxis, trabajan como jornaleros en dos por los observadores son resultado de la aper-
fábricas y granjas, se dedican a la pesca y emigran tura (u otras reformas) y si son un fenómeno
en grandes números a otras zonas de la isla y al común o no. Incluso cuando existen los datos, los
exterior en busca de mayores oportunidades” resultados de los estudios econométricos pueden
(Narayan y Petesch, 2002, p. 455). ser inconclusos por razones técnicas o de interpre-
También se afirma que la creación de empleo tación. No obstante estas limitaciones, la evidencia
no solamente ha estado muy concentrada en unas disponible permite adelantar algunas conclusiones
pocas actividades, como la maquila, sino que ade- sobre los efectos laborales de la apertura.
más esos nuevos empleos han sido de muy poca
calidad. De acuerdo con la Organización Interna-
cional del Trabajo (OIT), que analizó las opiniones
de numerosas personas e instituciones relaciona-
das con las zonas francas de exportación (ZFE):
“Los salarios, las condiciones de trabajo (incluso la
11 Véase OIT, www.transnationale.org/pays/epz.htm
seguridad y la salud) y las relaciones laborales son
12 FITTVC: Federación Internacional de Trabajadores del Textil, Ves-
los tres aspectos en los que ha habido más críticas
tuario y Cuero, 2003, www.itglwf.org/focus.asp?Issue=EPZ&Lan-
sobre la situación de los trabajadores en las ZFE.”11 guage=ES
161

El impacto de las reformas estructurales en el empleo y los salarios

La apertura y el desempleo Gráfico 5.6 Desempleo y apertura


Apertura/PBI (porcentaje)
Es posible que los efectos de la apertura sobre el 250

desempleo hayan sido inicialmente –y continúen


siendo– el principal motivo de oposición política y 200

pública a esta reforma. Las razones de tal rechazo

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


pueden ser muchas. Tal vez se cree que las impor- 150

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


taciones desplazan a la producción nacional, indu-
100
ciendo a las empresas a despedir trabajadores, o en
relación con lo anterior, que aunque la apertura
50
promueva más exportaciones, los empleos que se
generen pueden ser insuficientes para compensar
0
las pérdidas en los sectores que compiten con
0 2 4 6 8 10 12 14 16 18 20
importaciones (debido, por ejemplo, a que en algu- Tasa de desempleo
nos países las exportaciones son intensivas en
recursos naturales, no en empleo). Otra posible Nota: La apertura es la suma de exportaciones e importaciones sobre el PIB. Cada
punto es una observación para un país de América Latina y un año.
razón para esperar un mayor desempleo con la Fuente: FMI (varios años) y encuestas de hogares del BID.
apertura es que durante el proceso de reasignación
de los recursos desde sectores que dejan de ser via-
bles hacia sectores que pueden serlo habrá más tra-
bajadores en búsqueda de empleo. que la apertura no tiene ningún efecto sobre el
Llama la atención el poco interés que los eco- desempleo.
nomistas han puesto en analizar si, en efecto, las Estos análisis de largo plazo pueden estar
políticas recientes de apertura son una de las cau- limitados por la calidad de la información, ya que
sas de las altas tasas de desempleo de la última en muchos países las definiciones de desempleo y
década. El gráfico 5.6 sugiere que no hay ninguna los métodos de medición han cambiado a lo largo
relación entre el grado de apertura y las tasas de de los años. De allí que, a fin de calcular con méto-
desempleo reciente de los países. En este tipo de dos uniformes las tasas de desempleo, para este tra-
comparaciones de corte transversal tampoco se bajo se ha acudido a una batería de 85 encuestas de
encuentran correlaciones estadísticamente signifi- hogares en 10 países de la región. Aunque la cober-
cativas con otras medidas de apertura, como los tura por países es irregular y discontinua en el
(cambios de los) coeficientes de profundidad tiempo, los resultados son ilustrativos. La conclu-
comercial (exportaciones más importaciones como sión central es, nuevamente, que no hay una rela-
proporción del PIB), o el balance comercial (expor- ción estadísticamente sólida entre el desempleo y
taciones menos importaciones como proporción ninguno de los indicadores de apertura utilizados
del PIB) (cuadro 5.3).13 Esto no debe sorprender, (tasa de arancel promedio, o coeficientes respecto
dado que las tasas de desempleo están afectadas del PIB de profundidad comercial, balance comer-
por factores propios de cada país, tales como el cial, exportaciones o importaciones). Sólo se
ingreso per cápita y las instituciones que regulan encuentra correlación significativa entre desem-
el mercado laboral. Por consiguiente, es más ade- pleo y balance comercial, lo cual sugiere que ambas
cuado preguntarse si las variaciones en las tasas de variables tienden a moverse en la misma dirección
desempleo han tenido relación en el tiempo con la (más desempleo cuando hay mayor superávit
apertura, aislando la influencia de estos factores comercial), posiblemente porque ambas dependen
propios de cada país. Tal es el enfoque de Márquez
y Pagés (1998b), quienes analizan la relación entre
desempleo y apertura para 18 países de América
Latina desde la década del setenta y concluyen 13 A conclusiones semejantes llegan de Ferranti et al. (2001).
162

Capítulo 5

Cuadro 5.3 Efectos de la apertura sobre el desempleo


Número de Regresiones Regresiones
Variable dependiente: tasa de desempleo observaciones tipo 1 tipo 2

Aranceles (tasa promedio) 83 0,038 0,050

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


(1,05) (1,17)

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Profundización comercial (exportaciones más importaciones/PIB) 85 –0,002 0,035
(–0,07) (1,32)
Balance comercial (exportaciones menos importaciones/PIB) 85 0,146 0,087
(2,09)** (1,16)
Exportaciones (exportaciones/PIB) 85 0,045 0,072
(1,05) (1,48)
Importaciones (importaciones/PIB) 85 –0,081 0,039
(–1,14)* (0,68)

Nota: Cada coeficiente proviene de una regresión separada, donde se incluyen efectos fijos de países que no se reportan. Las estimaciones se basan en un panel
desbalanceado entre la mitad de los años ochenta hasta 2001 para algunos países. Las regresiones tipo 1 incluyen además la tendencia del país. Las regresiones
tipo 2 incluyen también el ciclo del PIB y el índice del tipo de cambio real.
t-estadístico entre paréntesis.
* Significativo al 10%.
** Significativo al 5%.
*** Significativo al 1%.
Fuente: Variable dependiente según encuestas de hogares del BID. Variables independientes a partir de datos de las Estadísticas financieras internacionales (FMI),
excepto aranceles cuya fuente es Lora (2001).

de causas comunes, como es el ciclo económico. En inferiores a los iniciales (Rama, 2001). Este patrón,
efecto, cuando se aísla la influencia del ciclo, esta sin embargo, no parece haberse cumplido en la
correlación deja de ser significativa (cuadro 5.3). oleada de reformas de la última década en América
Dado que los resultados son semejantes cuando se Latina, dado que en general las tasas de desempleo
consideran trabajadores con distintos niveles de no han sido mayores después del momento de
educación, no se encuentran bases para afirmar que apertura (gráfico 5.7)14. Este patrón tampoco pare-
la apertura sea uno de los factores que ayuda a ce haber sido corriente en el pasado, según se des-
explicar la evolución de las tasas de desempleo. prende de un conjunto de estudios sobre episodios
Tal hallazgo no significa que en casos especí- de liberalización comercial en la posguerra hasta
ficos los cambios de política comercial puedan mediados de la década del ochenta. Sobre la base
haber generado desempleo, pero hasta el momento de las experiencias de 19 países, incluyendo seis
no hay ninguna evidencia econométrica que dé latinoamericanos (Argentina, Brasil, Chile, Colom-
crédito a esta posibilidad. También es posible que la bia, Perú y Uruguay), los autores observan que “los
apertura haya tenido efectos transitorios sobre los datos y los análisis de estudios de los países permi-
niveles de empleo y sobre las tasas de desempleo ten concluir que, en general, los intentos de libera-
ya que, como se verá más adelante, los procesos de lización no han tenido costos de transición
apertura han generado algunas reasignaciones de significativos en términos de desempleo” (Michaely
empleo entre sectores. En unos pocos países en et al., 1991, p. 80).
diferentes regiones del mundo se ha observado que
las tasas de desempleo han aumentado alrededor
de diez puntos a partir del momento de apertura y 14 El gráfico 5.7 muestra la evolución de las tasas de desempleo
por un período que se ha extendido más de una antes y después del año de mayor reducción de los aranceles, sin
aislar la influencia de ninguna otra variable que pueda haber afec-
década, descendiendo luego a niveles similares o tado el desempleo.
163

El impacto de las reformas estructurales en el empleo y los salarios

Gráfico 5.7 Desempleo antes y después de la apertura que la profundidad comercial aumentó 20 puntos
16 en el país promedio de América Latina entre
mediados de los años ochenta y fines de los noven-
14
ta, el empleo habría caído 1,2% en total en ese perí-
12
odo debido a la apertura, lo cual sería un efecto
10 modesto. Sin embargo, cuando no se controla el

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


nivel de producción, este efecto se reduce todavía

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


8

6
más y deja de ser significativo, sugiriendo que los
efectos de aumento de la productividad y de los
4
niveles de producción tienen implicaciones opues-
2
tas sobre el empleo que, grosso modo, tienden a
0
t-5 t-4 t-3 t-2 t-1 t t+1 t+2 t+3 t+4 t+5
neutralizarse entre sí.
Años La batería de encuestas para 10 países usada
Promedio Mediana aquí muestra que hay una relación negativa entre
Fuente: A partir de tasas de desempleo según CEPAL (2001). El momento t es el año
aranceles y tasas de empleo (controlando por los
de mayor reducción en los aranceles entre 1985 y 1999, según Lora (2001). factores fijos propios de cada país). Esta relación,
que se mantiene incluso cuando se controla por el
nivel del producto, sugiere que la reducción de
aranceles tuvo efectos favorables sobre el empleo.
La apertura y el empleo agregado Las demás medidas de apertura utilizadas tienen
una relación que no es estadísticamente significati-
Se ha visto que no hay bases empíricas para atri- va con las tasas de empleo, bien sea que se contro-
buir el desempleo a la apertura. Sin embargo, le o no por los niveles de producto y por el ciclo
podría haber efectos adversos sobre el empleo agre- económico (cuadro 5.4). Por consiguiente, no se
gado, que no se reflejarían en desempleo si los tra- encuentran bases para afirmar que la reducción de
bajadores afectados optaron por abandonar el aranceles o la mayor integración comercial hayan
mercado de trabajo. reducido el empleo total (aunque, como se verá, sí
Unos pocos estudios han comprobado que hay evidencia de que produjo caídas de empleo en
controlando por el nivel de producto (y otras varia- el sector manufacturero de algunos países).
bles macro), la reducción de aranceles contrajo los El escaso impacto de las reformas comerciales
niveles agregados de empleo (Stallings y Peres, sobre los niveles de empleo resulta sorprendente
2000, pp. 124-5; BID, 1997, p. 98). No obstante, cuando se parte del supuesto de que las importa-
sobre la base de estos resultados no puede afirmar- ciones (totales o netas de exportaciones) desplazan
se estrictamente que la apertura haya reducido el a la producción nacional. Aunque ese supuesto
empleo. Lo único que permiten concluir es que la puede tener algún sentido a nivel micro (véase la
apertura aumentó la productividad laboral, pues discusión más adelante), tiende a perder relevancia
redujo el empleo por cada unidad de producto. El en forma agregada (véase el recuadro 5.1).
estudio ya citado de Márquez y Pagés (1998b) es el Esta conclusión sobre los escasos efectos de la
único que ha analizado este asunto, con resultados apertura en el empleo está de acuerdo con las con-
que son muy ilustrativos. Cuando se controla el clusiones del conjunto de estudios ya citado sobre
nivel del producto, se constata, como en los otros episodios de liberalización comercial de la posgue-
estudios, que la apertura tuvo efectos negativos rra: “la abrumadora impresión [...] es que los coefi-
sobre el empleo total. Se estima que un aumento de cientes de importación y el empleo muestran una
1% del PIB en los flujos de comercio con el resto correlación muy débil o ninguna correlación”
del mundo lleva a una reducción de 0,06% en el (Michaely, Papageorgiou y Choski, 1991, p. 76).
empleo agregado, lo cual es un efecto muy modes- En síntesis, la evidencia estadística no da base
to, aunque estadísticamente significativo. Puesto para afirmar que los procesos de apertura hayan
164

Capítulo 5

Cuadro 5.4 Efectos de la apertura sobre el empleo


Número de Regresiones Regresiones
Variable dependiente: empleo observaciones tipo 1 tipo 2

Aranceles (tasa promedio) 83 –0,074 –0,067

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


(–2,28)** (–1,69)*
Profundización comercial (exportaciones más importaciones/PIB) 85 0,010 0,002

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


(0,43) (0,07)
Balance comercial (exportaciones menos importaciones/PIB) 85 –0,067 –0,024
(–1,20) (–0,32)
Exportaciones (exportaciones/PIB) 85 –0,009 –0,004
(–0,24) (–0,10)
Importaciones (importaciones/PIB) 85 0,056 0,014
(1,24) (0,28)

Nota: Cada coeficiente proviene de una regresión separada, donde se incluyen efectos fijos de países que no se reportan. Las estimaciones se basan en un panel
desbalanceado entre la mitad de los años ochenta hasta 2001 para algunos países. Las regresiones tipo 1 incluyen además la tendencia del país. Las regresiones
tipo 2 incluyen también el ciclo del PIB y el índice del tipo de cambio real.
t-estadístico entre paréntesis.
* Significativo al 10%.
** Significativo al 5%.
*** Significativo al 1%.
Fuente: Variable dependiente según encuestas de hogares del BID. Variables independientes a partir de datos de las Estadísticas financieras internacionales (FMI),
excepto aranceles cuya fuente es Lora (2001).

Recuadro 5.1. Las importaciones y la destrucción de empleos

La oposición a las medidas de apertura comercial se funda- llas que compiten no lo hacen en forma perfecta, ni en-
menta usualmente en el temor de que las importaciones frentan una demanda interna rígida. Las mayores importa-
(totales o netas de exportaciones) desplacen la producción ciones generan en parte cambios en la calidad y otros
nacional y por esta vía destruyan empleos. En su forma atributos de los productos nacionales, y en parte reduc-
extrema, este enfoque implica que hay una relación de uno ciones de precios, que contribuyen a compensar parcial o
a uno entre importaciones y producción nacional. Un totalmente el efecto directo de desplazamiento que habría
aumento del 1% en el coeficiente de importaciones (respecto si los bienes nacionales e importados fueran idénticos y la
del PIB) debe llevar a una reducción porcentual semejante demanda rígida. Una razón adicional y quizás más impor-
del empleo total (o incluso mayor si se cree que las industrias tante es que, como se ha visto, las importaciones pueden
que compiten con importaciones producen con un uso más elevar la productividad, algo que puede ocurrir tanto en
intensivo de trabajo que otros sectores). Puesto que las los sectores con los que compiten como en otros que se
importaciones afectan más intensamente a los sectores benefician de la mayor variedad, calidad o tecnología
manufactureros, las pérdidas de empleo en estos sectores asociada a las importaciones. Los aumentos de productivi-
serían presumiblemente muy grandes. Sin embargo, los sec- dad equivalen a una reducción de las necesidades de
tores que no compiten directamente con importaciones tam- empleo por unidad de producto y por lo tanto podrían
bién podrían verse afectados, en la medida en que verse como un canal adicional de pérdida de empleo. No
produzcan insumos para los sectores que sí compiten con obstante, los aumentos de productividad permiten llegar a
importaciones. mercados más amplios, tanto nacionales como externos,
El error fundamental de estos enfoques es suponer compensando parcial o totalmente las posibles reduccio-
que todo incremento de importaciones (totales o netas de nes de empleo y haciendo posible el aumento de las remu-
exportaciones) desplaza, al menos parcialmente, produc- neraciones laborales. Finalmente, un aumento de las
ción nacional. En la práctica esto no ocurre así por varias importaciones puede ampliar las posibilidades de produc-
razones. Muchas de las importaciones no compiten sino ción y consumo de bienes previamente inexistentes,
que complementan la producción nacional (maquinaria o abriendo oportunidades de empleo que no existirían de
insumos no producidos en el ámbito local), y por lo tanto otra forma.
contribuyen a aumentar la producción. Pero incluso aque-
165

El impacto de las reformas estructurales en el empleo y los salarios

reducido los niveles totales de empleo o aumenta- bienes transables respecto de los servicios, indu-
do las tasas de desempleo. La explicación de las ciendo un aumento en el empleo en estos últimos.
altas tasas de desempleo reciente de Argentina, Análogamente, el cambio tecnológico pudo haber
Colombia, Uruguay y Venezuela debe buscarse en inducido cambios en la composición del empleo.
factores macroeconómicos y de legislación laboral La apertura sí parece haber tenido efectos
que se analizan en otros capítulos de este informe. sobre el empleo industrial, aunque sorprendente-

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Sin embargo, esta conclusión no descarta que la mente moderados en vista de la magnitud de los

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


apertura haya tenido otros efectos laborales. Antes recortes de los aranceles y otros mecanismos de pro-
bien, si la apertura no generó cambios en el empleo tección de la industria. Considérese el caso de Méxi-
o el desempleo puede haber sido porque el ajuste a co, donde, como en la mayoría de los países de la
los cambios en el nivel y la composición de la región, se redujeron drásticamente los aranceles y
demanda laboral se haya dado a través de la com- los controles a las importaciones. El arancel prome-
posición sectorial del empleo, el nivel de salarios o dio cayó de 23,5% en 1985 a 12,5% en 1990 y el aran-
la calidad de los empleos. A ver entonces qué dice cel máximo se redujo de 100% a 20% en el mismo
la evidencia sobre estas variables. período, mientras que las licencias de importación,
que afectaban 92% de todas las importaciones, pasa-
La apertura y la composición ron a cubrir el 20% de las importaciones en 1990 y
sectorial del empleo aun menos posteriormente. Estos grandes cambios
en la protección produjeron efectos muy limitados
Durante la década del noventa, el grueso del en el empleo sectorial: utilizando datos de estableci-
empleo adicional (neto) fue creado por los sectores mientos industriales se ha calculado que por cada
de servicios sociales, personales y de comercio. Los punto porcentual de reducción en los aranceles, el
sectores de servicios modernos (electricidad, agua, empleo en toda la industria manufacturera disminu-
transporte, telecomunicaciones y servicios finan- yó entre 0,02% y 0,03%, lo cual implica caídas míni-
cieros) generaron empleo neto a un ritmo mayor mas de empleo (Revenga, 1997). Otros estudios han
que los sectores de servicios tradicionales, pero encontrado efectos igualmente modestos, y concen-
debido a su reducido tamaño, su contribución al trados en los trabajadores en fábricas, ya que el
empleo total fue modesta. La industria y la cons- empleo en actividades administrativas prácticamen-
trucción generaron muy poco empleo adicional y te no cambió (Feliciano, 1994; Hanson y Harrison,
en la agricultura se redujeron los niveles de empleo 1999). Esto se explica en parte porque el ajuste se
(cuadro 5.5). Dentro de este patrón general, son dio a través de salarios, como se verá más adelante,
importantes las diferencias no sólo entre países, y en parte porque las reducciones de aranceles se
sino además dentro de algunos sectores. En Argen- reflejaron muy poco en la producción de los sectores
tina, hubo una destrucción masiva de empleos en afectados.
las industrias asociadas a la producción de auto- En Colombia, la apertura de los años noventa
móviles, en Brasil el empleo en el sector de cerea- también parece haber tenido un efecto menor sobre
les se redujo en una cuarta parte y en México hubo el empleo industrial. La reducción en el empleo
una contracción importante del empleo en las pro- industrial obrero fue muy marcada durante los años
ducciones pecuaria y de cereales. En los demás ochenta, a pesar de la protección arancelaria y no
sectores, o bien las reducciones fueron menos arancelaria, y se profundizó marginalmente con pos-
apreciables, o hubo aumentos de empleo (químicos terioridad a la reducción arancelaria de comienzos
y cereales en Argentina, o industrias intermedias de los noventa. Este fenómeno fue en parte resulta-
en México).15 La pregunta que debe responderse es do de la apertura comercial, que contribuyó a abara-
si estos cambios en la composición del empleo fue-
ron resultado de la apertura o de otros factores. Por
ejemplo, la abundancia de capitales externos duran- 15 Para una descripción más detallada de estos cambios véase de

te parte de la década debió reducir los precios de los Ferranti et al. (2001).
166

Capítulo 5

Cuadro 5.5 Evolución del empleo por rama de actividad en los años noventa
(Tasa de crecimiento promedio anual)

Rama Argentina Brasil Chile Colombia Costa Rica Honduras México Panamá Uruguay Venezuela

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Agricultura, caza, silvicultura y pesca n.d. 0,2 –0,8 0,7 0,5 2,9 n.d. –2,3 n.d. 1,3
Explotación de minas y canteras –5,4 –6,3 –1,9 –6,1 4,1 –6,3 0,0 1,6 4,7 –0,6

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Industrias manufactureras 4,8 –0,7 –0,4 –0,1 0,4 6,1 5,3 2,7 –4,3 1,7
Electricidad, gas y agua 1,2 –2,2 3,5 –0,5 –0,3 –0,1 5,2 –3,6 –2,2 0,0
Construcción 12,6 2,1 3,9 2,0 3,7 7,2 n.d. 12,1 1,4 4,1
Comercio, restaurantes y hoteles 9,5 3,3 3,7 3,3 5,3 7,6 7,2 4,9 1,1 6,0
Transporte, almacenamiento y 8,3 1,5 4,4 3,8 7,7 1,1 7,3 4,3 –1,5 4,5
comunicaciones
Establecimientos financieros, seguros,
bienes inmuebles y servicios
prestados a las empresas 13,2 –3,5 1,4 6,0 6,1 7,4 1,1 9,0 4,3 2,6
Servicios comunales, sociales y
personales 11,1 2,7 4,6 4,1 3,4 1,9 6,4 3,4 –4,4 3,6
Total 9,2 1,5 2,4 2,4 2,9 4,3 6,8 3,2 –1,7 3,6

Nota: Para Argentina, México y Uruguay solo están consideradas las zonas urbanas.
Fuente: Encuestas de hogares del BID.

tar el precio del capital en relación con el trabajo. Alternativamente, por cada punto de aumento en los
Otros factores que operaron en la misma dirección flujos de comercio el empleo en la industria se con-
fueron la apreciación del tipo de cambio y el aumen- trajo entre 0,1% y 0,14%. Estos cálculos no tienen en
to en los impuestos a la nómina salarial (Cárdenas y cuenta el efecto indirecto del comercio o los arance-
Gutiérrez, 1997). les en el nivel de producción industrial. Si este efec-
En contraste, en el caso de Uruguay las reduc- to fuera también adverso, el resultado podría ser una
ciones de aranceles parecen haber tenido un efecto caída mayor del empleo. Sin embargo, cuando se
fuerte sobre el empleo industrial, lo que resulta razo- incorpora este efecto se encuentran reducciones
nable considerando el tamaño reducido de la econo- menores de empleo industrial, que sugieren nueva-
mía. Se ha estimado que en Uruguay por cada punto mente que la apertura no tuvo los efectos destructi-
porcentual de reducción de la protección, el empleo vos sobre la producción industrial (y por esta vía
industrial cayó entre 0,4% y 0,5% en el mismo año sobre el empleo) que a menudo se le atribuyen.16
(Rama, 1994). Con una disminución de unos 20 pun- La apertura puede haber tenido efectos más
tos en los aranceles desde mediados de los años importantes sobre el empleo agrícola. Sin embargo,
ochenta hasta fines de los noventa, la apertura como se afirma en un estudio de la Comisión Eco-
puede haber causado una reducción de 10% en el nómica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
empleo industrial.
Aunque cada caso puede ser diferente, los efec-
tos de la apertura sobre el empleo industrial parecen
16 Véase también Tybout (1996) para el caso de Chile entre 1979 y
en todo caso haber sido pequeños para el promedio 1986. Este caso, al igual que el de otros países en desarrollo inclui-
de los 18 países analizados en el trabajo de Márquez dos en ese mismo volumen, muestra que la composición sectorial de
la producción industrial es bastante insensible a los cambios en las
y Pagés (1998b). Según sus cálculos, por cada punto políticas de protección de importaciones. De igual forma, Michaely,
porcentual de reducción en el arancel promedio el Papageorgiou y Choski (1991), con base en 19 episodios de libe-
ralización en países en desarrollo, muestra que la liberalización
empleo industrial cayó entre 0,2% y 0,3%. Con 30 comercial tiene muy poco efecto de reasignación o de pérdidas de
puntos de reducción, como fue lo típico en América empleo. Antes bien, el empleo aumentó en prácticamente todos los
casos analizados, incluyendo Brasil entre 1965 y 1973 y Perú des-
Latina, el empleo industrial cayó entre 6% y 9%. pués de la apertura de 1978-9.
167

El impacto de las reformas estructurales en el empleo y los salarios

sobre la base de la experiencia de nueve países, “las detrás de los cuales se esconden grandes flujos de
transformaciones más importantes en el sector creación y destrucción de empleo. Aunque no haya
agrícola se debieron no sólo a las reformas, sino tenido mayor efecto sobre los niveles de empleo
también a los procesos que comenzaron por lo agregado o sectorial, la apertura pudo haber afecta-
menos una década antes. Las más significativas do a los flujos mencionados y por consiguiente a la
fueron la incorporación de nuevas tecnologías, la estabilidad del empleo. Este punto es importante

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


reducción de las tierras cultivadas, las mayores tie- frente a la percepción de inseguridad laboral que

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


rras dedicadas a la ganadería y las plantaciones tienen muchos latinoamericanos: según las encues-
forestales, y la disminución del empleo” (Stallings y tas de Latinobarómetro para 17 países en 2001, 63
Peres, 2000, p. 179). En consecuencia, aunque posi- de cada 100 consideran que tienen una alta proba-
blemente la apertura produjo efectos importantes bilidad de perder su empleo.
de desplazamiento laboral en algunas producciones
agrícolas que fueron expuestas a la competencia, La apertura y la estabilidad del empleo
sería incorrecto considerar que esa fue la principal
causa de la caída del empleo en la agricultura. La apertura parece haber tenido efectos muy
Infortunadamente son muy escasos los estudios modestos sobre la magnitud de las reasignaciones
econométricos que han intentado calcular los efec- de empleo entre sectores productivos. Al analizar la
tos de la apertura sobre el empleo agrícola, ya que experiencia de 25 países de diferentes niveles de
para este sector, a diferencia de las manufacturas, desarrollo (13 latinoamericanos), Seddon y Wac-
no se cuenta con la información sobre producción ziarg (2001) encontraron que la magnitud de los
y empleo necesaria para ese tipo de mediciones. cambios en la composición del empleo entre los
Lo que se sabe con certeza, sin embargo, es grandes sectores18 disminuyó después de las medi-
que no se han cumplido las predicciones catastrófi- das de liberalización comercial. Al enfocar el análi-
cas de desplazamiento del empleo que se basaban sis solamente en los subsectores de la industria
en calcular los requerimientos de trabajo de pro- manufacturera,19 se encontró que la recomposición
ductos agrícolas sin posibilidad de competir inter- del empleo aumentó después de la liberalización,
nacionalmente. A raíz del Tratado de Libre pero los efectos estimados fueron pequeños y esta-
Comercio de América del Norte (TLCAN), que obli- dísticamente débiles.
gó a México a reducir fuertemente la protección al Se encuentran resultados semejantes cuando
maíz y otros productos agrícolas, se temía que el análisis se concentra exclusivamente en los sec-
hasta 15 millones de trabajadores quedarían des- tores industriales de 11 países latinoamericanos
plazados (de Janvry et al., 1997). En la práctica, lo con datos provenientes de encuestas de estableci-
que ocurrió fue inesperado: las áreas de producción mientos manufactureros en diferentes momentos
de maíz, el producto más afectado, se expandieron entre 1985 y 1998. No hay ninguna relación entre
y aunque la productividad se redujo, el desplaza- la reforma comercial y la magnitud de las reasigna-
miento de trabajo fue muy moderado, aunque a ciones de empleo entre subsectores industriales20
costa de una caída en los ingresos por producción y
un posible deterioro en la sostenibilidad ambiental
17 Otros factores, sin embargo, contrarrestaron esa caída. En parti-
de ciertas zonas (Nadal, 2000).17
cular, el apoyo a través del programa Procampo y el aumento en el
En síntesis, aunque algunos sectores específi- tipo de cambio real (de Janvry et al., 1997).
cos sufrieron pérdidas de empleo como resultado 18 Clasificación a un dígito del sistema ISIC de La Organización de
las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI). Los
de la reducción de aranceles y otras formas de pro- cambios en la composición del empleo (o tasa de reasignación del
tección a las importaciones, los cambios en los empleo) son la suma de los aumentos más las disminuciones en el
empleo de cada sector divididos por el empleo total de todos los sec-
niveles de ocupación fueron reducidos, tanto en tores.
forma agregada, como en los sectores donde se 19 Tres dígitos de la clasificación ISIC de ONUDI.
redujo la protección. Sin embargo, estas conclusio- 20 A tres dígitos de la clasificación ISIC para los sectores de la indus-
nes se refieren a los cambios netos en el empleo, tria manufacturera, según datos de ONUDI.
168

Capítulo 5

Cuadro 5.6 Reformas estructurales y reubicación del empleo entre sectores de la manufactura
Variable dependiente: cambios en el empleo sectoriala (1) (2) (3)

Índice de reformas estructurales –0,018


(–0,039)

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Índice de liberalización comercial –0,011
(0,018)

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Índice de privatizaciones 0,006
(0,034)

a Medidos como la suma de los cambios (en valores absolutos) del empleo en los sectores de la industria manufacturera a tres dígitos de la clasificación ISIC, como

proporción del empleo total en la industria manufacturera. Se incluyen 11 países de América Latina. Las estimaciones se basan en un panel desbalanceado entre la
mitad de los años ochenta hasta 2001 para algunos países.
Nota: Error estándar entre paréntesis.
* Significativo al 10%.
** Significativo al 5%.
*** Significativo al 1%.
Fuentes: ONUDI para la variable dependiente, Lora (2001) para las variables independientes.

(tampoco hay relación con las otras áreas de refor- empresas pueden ahora remplazar con menor difi-
ma que se estudian en este capítulo, utilizándose cultad el uso de insumos nacionales por importa-
como indicadores de reforma en todos los casos los dos, y como pueden incluso contratar por fuera de
índices descritos en la sección anterior; véase el la firma una mayor parte del proceso de produc-
cuadro 5.6). Sin embargo, es posible que este resul- ción, la producción tiende a hacerse más inestable
tado se deba a comportamientos diferentes entre y esa mayor inestabilidad tiende a recaer sobre los
unos países y otros. Así lo sugiere el hecho de que, trabajadores, especialmente los menos calificados,
por ejemplo, en el caso de Colombia sí se encuen- que son más fácilmente sustituibles.
tra un aumento en la tasa de reasignación del La evidencia empírica disponible hasta ahora
empleo entre los sectores industriales a partir del no da soporte a este efecto desestabilizador perma-
año en que se introdujeron las mayores reformas nente de la apertura para América Latina.22 En Bra-
para abrir la economía. En efecto, antes de la aper- sil no se ha encontrado evidencia de que el empleo
tura cada año se reasignaba 19,7% del empleo o los salarios se hayan vuelto más sensibles a las
industrial, tasa que se elevó a 23,5% después de la variaciones en el comercio de exportaciones e
apertura,21 principalmente debido a una mayor importaciones (Paes de Barros, Corseuil y Gonzaga,
sensibilidad de las empresas a circunstancias pro- 1999). En Chile, Colombia y México, donde la hipó-
pias, a diferencia de cambios comunes con otras tesis de Rodrik ha sido estudiada de forma más
empresas del mismo subsector. explícita, no se encuentra evidencia coherente de
El temor de que la apertura –y la globaliza- que las políticas de liberalización comercial o diver-
ción en general– estén aumentando permanente- sas medidas de profundidad comercial tengan efec-
mente la inestabilidad del empleo se sustenta en to sobre las elasticidades de demanda del empleo
las opiniones de destacados académicos, como
Dani Rodrik, quien ha argumentado que, debido a
la globalización, la demanda laboral se ha vuelto
21 Estos valores son las tasas promedio de reasignación del empleo
más inestable por el aumento en la competencia
en 1978-91 y 1992-2000, respectivamente, a partir de estadísticas
entre los mercados internos y externos y la mayor reportadas por Medina et al. (2003). La diferencia entre ambas
tasas es estadísticamente significativa al 1%.
posibilidad que tienen ahora las empresas de acu-
22 Sin embargo, sí puede tener validez para Estados Unidos, donde
dir a insumos importados como recurso para redu-
la elasticidad de la demanda laboral para labores fabriles se dobló
cir costos de producción (Rodrik, 1997). Como las entre 1979 y 1991. (Para una breve reseña, véase Brown, 2000.)
169

El impacto de las reformas estructurales en el empleo y los salarios

(las cuales, sin embargo, han cambiado fuertemen- Gráfico 5.8 Crecimiento del salario por tipos de países, años
te, en una y otra dirección). En palabras de los auto- ochenta y noventa
(En porcentaje)
res del estudio, “si la globalización está tornando
35
más insegura la vida de los trabajadores, probable-
mente sea a través de otros mecanismos” (Fajnzyl- 30

ber y Maloney, 2001).

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


25

Tasa de crecimiento

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


20
La apertura y los niveles salariales
15

No hay base empírica para afirmar que la mayor


10
integración a las corrientes del comercio mundial
deteriora de forma permanente los salarios del con- 5

junto de los trabajadores del país en cuestión. Sin 0


No globalizados Ricos Globalizados
embargo, la evidencia internacional sí sugiere que
los salarios pueden caer inicialmente con la aper- Nota: La muestra incluye 70 países del mundo.
Fuente: Rama (2001).
tura y que algunos grupos específicos sufren pérdi-
das importantes de ingreso.
Puesto que la integración al comercio mun- Gráfico 5.9 Aumento en el comercio y salarios en el tiempo
dial tiende a elevar los niveles de productividad e (Cambio porcentual en el nivel de salarios)

ingreso de los países, es de esperar que los salarios 0,2

crezcan más rápido en países más integrados inter-


0,1
nacionalmente. El patrón de crecimiento de los
salarios en una muestra de 70 países de todas las 0
regiones del mundo respalda esta presunción: en
-0,1
los países en desarrollo más integrados al comercio
mundial los salarios reales promedio en los noven- -0,2
ta fueron 30% más altos que en los años ochenta,
en tanto que en los menos integrados el aumento -0,3

fue de sólo 13% (y en los países ricos cerca del


-0,4
20%) (gráfico 5.8).23 Empero, si bien la integración Después de 1 año Después de 2 años Después de 3 años Después de 4 años Después de 5 años

al comercio puede contribuir a elevar los salarios, Número de años luego de un aumento en el comercio

este efecto no es instantáneo. Según los cálculos Nota: La muestra incluye 70 países del mundo. Los valores muestran cómo un 1% de
aumento del PIB en el comercio afecta los salarios.
que se presentan en el gráfico 5.9, un aumento del Fuente: Rama (2001).
comercio en 1% del PIB tiende a ir asociado con una
reducción inicial de salarios de 0,3%. Es sólo a par-
tir del tercer año que, en promedio para los 70 paí- cautela pues pueden estar sesgados por la presen-
ses considerados, se observa un aumento en los cia de causalidad en sentido inverso, ya que una
salarios.24 De acuerdo con estas estimaciones, un reducción inicial de salarios puede facilitar una
aumento en la penetración comercial de 20 puntos mayor penetración comercial.
del PIB, como fue el promedio en América Latina,
podría explicar una caída inicial de 6% en los sala-
rios reales, si ocurriera de un solo golpe. Es impor- 23 No obstante, estas estadísticas no demuestran que la integración
tante observar que estos cálculos se refieren a al comercio sea la causa del aumento de los salarios, ya que ambas
cosas pueden ser el resultado de otros factores.
cambios en el grado de penetración de las importa- 24 Aunque estas estimaciones aparentan ser del tipo “antes y des-
ciones y exportaciones y por lo tanto no reflejan pués”, no padecen los problemas metodológicos mencionados al
necesariamente los efectos de la reducción de aran- comienzo de esta sección, porque se basan en numerosas observa-
ciones, lo cual permite aislar los efectos fijos asociados a cada país,
celes. Además, estos resultados deben tomarse con ocupación y año. Véase Rama (2001).
170

Capítulo 5

Cuadro 5.7 Salarios reales y penetración comercial


Variable dependiente: salarios reales (logs) (1) (2) (3)

Penetración comerciala: efecto sobre transables –0,204 –0,321 –0,299


(–2,09)** (–3,05)*** (–2,78)***

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Penetración comerciala: efecto sobre no transables –0,001 –0,002 –0,002
(–1,42) (–2,08)** (–1,97)**

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Tendencia del PIBb 0,062 0,068
(0,95) (0,40)
Ciclo del PIBb 0,606 0,424
(2,55)** (1,67)*
Índice de tipo de cambio real –0,142
(–2,03)**

a La penetración comercial se mide como las importaciones más las exportaciones sobre el PIB.
b La tendencia y el ciclo provienen de descomposiciones (según el método de Hodrick y Prescott) de series del PIB.
Nota: La metodología utilizada es efectos fijos para 85 encuestas en diez países y nueve industrias controlando por país y por rama de actividad. Las estimaciones
se basan en un panel desbalanceado entre la mitad de los años ochenta hasta 2001 para algunos países.
t-estadístico entre paréntesis.
* Significativo al 10%.
** Significativo al 5%.
*** Significativo al 1%.
Fuente: Variable dependiente según encuesta de hogares del BID; variables independientes según Estadísticas financieras internacionales (FMI).

Utilizando una batería de 78 encuestas de de los años ochenta produjeron una caída de salarios
hogares para 10 países, se ha tratado de verificar la de 3-4%. La eliminación de los controles cuantitati-
influencia negativa de la penetración comercial en vos a las importaciones puede haber producido un
los salarios reales. Este efecto se observa también en efecto aun mayor, pero difícil de cuantificar con pre-
América Latina, pero únicamente en los sectores cisión (Revenga, 1997). En Colombia, donde el aran-
transables (agricultura e industria), no en los servi- cel promedio pasó de 50% en 1984 a 13% en 1998, el
cios. Cuando se aísla el efecto del crecimiento y el efecto sobre el salario promedio de la industria
ciclo económico sobre los salarios, la elasticidad que manufacturera resulta también del 3-4%,25 mientras
se obtiene es muy semejante a la estimada para todo que para los sectores industriales inicialmente más
el mundo (-0,3). También se mantiene cuando ade- protegidos puede llegar a 7%. Adicionalmente, los
más se tiene en cuenta la influencia (negativa y sig- aumentos en la penetración de importaciones pue-
nificativa) que tienen los tipos de cambio reales más den haber tenido algún efecto adicional sobre los
devaluados sobre los salarios (cuadro 5.7). La infor- salarios industriales (Goldberg y Pavcnik, 2001).
mación disponible no permite precisar si estos efec- Debido a su breve horizonte de tiempo, los estudios
tos sobre los salarios tienden a corregirse con el no dan base para afirmar si estas caídas de salarios
tiempo. son permanentes, o si tenderán a diluirse con el
Algunos estudios de países individuales se han paso del tiempo y con los cambios de productividad
concentrado en analizar los efectos de la reducción inducidos por la apertura.
de aranceles sobre los salarios en los sectores indus- Quizá sorprenda que los efectos de la apertura
triales (no en el total de la economía). En el caso de sobre los salarios hayan sido relativamente pronun-
México, se ha estimado que en las empresas que se ciados en comparación con los modestos cambios en
vieron afectadas por una reducción de aranceles de
40 puntos los salarios reales se redujeron entre 8 y
10%. Para el sector manufacturero en su conjunto, 25 El cálculo reportado por Goldberg y Pavcnik (2001) es 4%, pero
se calcula que las reducciones de aranceles de fines se basa en suponer la total eliminación del arancel.
171

El impacto de las reformas estructurales en el empleo y los salarios

Recuadro 5.2. La liberalización del comercio y los salarios relativos

La teoría del comercio internacional se basa en el principio el mundo no se divide nítidamente en dos grupos de paí-
clásico de las ventajas comparativas enunciado por David ses. Si se consideran los recursos naturales como un factor

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Ricardo, según el cual cualquier país tiende a exportar adicional, la abundancia relativa de factores de una eco-
aquellos bienes que utilizan en forma más intensiva los nomía en desarrollo puede no estar en el trabajo no cali-

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


recursos más abundantes (y por consiguiente relativamente ficado, sino en esos recursos. La apertura elevará las
más baratos) que en los países con los cuales comercia, y a rentas de esos recursos, pero no necesariamente los sala-
importar los bienes que utilizan más intensivamente los rios relativos de los trabajadores no calificados. Es más, si
recursos más escasos (y por lo tanto más caros). En ese inter- para su producción los recursos naturales requieren mano
cambio ambos países saldrán ganando, pues ambos recibi- de obra calificada, pero no trabajo sin calificación, la
rán por los bienes exportados un precio relativo (en términos apertura aumentará las brechas salariales.
del otro bien) mayor de lo que sería la relación de inter- Otros supuestos también pueden alterar los resulta-
cambio de esos bienes comerciados internamente en el país. dos. Es relevante para América Latina lo que puede ocu-
Es de esperarse que si los dos únicos factores de rrir si la dotación de capital de un país no es fija, sino que
producción son el trabajo no calificado y el calificado, los puede aumentar gracias a la apertura (por ejemplo, por-
países en desarrollo exporten bienes intensivos en mano que la apertura atrae inversión extranjera o aumenta las
de obra no calificada e importen bienes intensivos en tra- tasas de inversión nacional). Si el capital complementa el
bajo calificado. Gracias al comercio, los salarios de los trabajo calificado, pero sustituye trabajo no calificado
trabajadores no calificados en los países en desarrollo (como lo sugiere la evidencia empírica), las mayores inver-
serán mayores y más próximos a los de sus pares en los siones aumentarán las brechas salariales.
países desarrollados que sin comercio, y los salarios de los Los resultados también serán diferentes si los aran-
trabajadores calificados serán menores (y también más celes antes de la apertura han buscado proteger más las
parecidos a los de sus pares en los países desarrollados). industrias de bienes intensivos en mano de obra no califi-
En este marco conceptual, cuando un país en desa- cada, como era el caso en varios países de América Lati-
rrollo restringe el comercio internacional (con aranceles u na. En estas condiciones, la reducción de los aranceles
otros mecanismos), reduce necesariamente el salario rela- tenderá a bajar la remuneración relativa de estos trabaja-
tivo de los trabajadores no calificados (y eleva el de los dores en vez de aumentarla.
calificados). Por consiguiente, es de esperarse que la aper- Por consiguiente, partiendo de la teoría clásica del
tura reduzca las brechas salariales en dicho país. comercio internacional, la conclusión de que la apertura
Sin embargo, esta conclusión no se sostiene nece- reduce las brechas salariales sólo está garantizada bajo
sariamente si hay más de dos factores de producción, o si supuestos bastante restrictivos.

el empleo o su composición. No existe una explica- estudiados de las reformas estructurales de la últi-
ción definitiva para este fenómeno, pero una hipó- ma década. El interés en el tema se debe a que el
tesis posible es que los trabajadores participaban de aumento en las brechas salariales entre trabajadores
las rentas (e ineficiencias) que la protección les calificados y no calificados ha sido un fenómeno
otorgaba a las empresas. La reducción de aranceles notorio en algunos países e inesperado para muchos
pudo ser acomodada sin mayores cambios de economistas, que habían pronosticado que la reduc-
empleo mediante mejoras de productividad y eli- ción de aranceles aumentaría la demanda de traba-
minación de dichas rentas. jo no calificado y, por consiguiente, ayudaría a
Por supuesto, los procesos de apertura pue- cerrar las brechas salariales (véase el recuadro 5.2).
den afectar en forma diferente a grupos distintos de El aumento de las brechas salariales por nive-
trabajadores, como se verá enseguida. les educativos ha sido un fenómeno importante,
aunque menos pronunciado de lo que a menudo se
Las brechas salariales afirma. Si se comparan los ingresos salariales de los
trabajadores con educación terciaria completa con
El impacto de las medidas de apertura sobre las los de educación secundaria completa, se observa
brechas de salario ha sido uno de los aspectos más un aumento del 10% en las brechas a lo largo de la
172

Capítulo 5

década del noventa (promedio de 12 países de la Gráfico 5.10 Relación del salario medio entre trabajadores
región), lo cual es un aumento moderado. Si más con estudios terciarios y secundarios completos
(En porcentaje)
bien se comparan trabajadores con educación ter-
ciaria completa y trabajadores con educación pri- Chile
maria completa, hay un aumento del 7%. Y si el Colombia
cálculo se hace entre trabajadores con secundaria Argentina

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Nicaragua
completa y con primaria completa se observa, en

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Venezuela
cambio, una ligera reducción de las brechas a lo Costa Rica
largo de la década. Las tendencias no son comunes Brasil
para todos los países. Por ejemplo, si se consideran Panamá
México
las brechas entre terciaria y secundaria, Argentina
Honduras
y Nicaragua presentan aumentos de importancia Bolivia
(53% y 24%, respectivamente), mientras que Bra- Uruguay
sil, Honduras y Panamá muestran reducciones 1,0 1,5 2,0 2,5 3,0 3,5

modestas (gráfico 5.10). En varios países las ten- Finales de los '90 Inicio de los '90
dencias de aumento de las brechas, que se obser- Fuente: Encuestas de hogares del BID.
varon al iniciarse los procesos de apertura, se han
detenido o revertido en los últimos años. En Méxi-
co, la tendencia se detuvo a partir de 1994, cuando que tuvo la brecha de salarios a favor de los traba-
entró en vigencia el TLCAN, y en Colombia el fuer- jadores con estudios universitarios entre 1992 y
te aumento de los primeros años de la década se 1999; véanse Galiani y Sanguinetti, 2000; Sangui-
revirtió completamente en los años siguientes. netti, Arim y Pantano, 2001)26. Aunque estos estu-
Numerosos estudios han analizado la relación dios han comprobado que en los sectores donde fue
entre las brechas salariales y los procesos de aper- mayor la penetración de importaciones aumentaron
tura al comercio internacional de las dos últimas más las brechas salariales, no dejan claro las razo-
décadas. Si bien en varios estudios se verifica una nes. La explicación más corriente es que la mayor
relación significativa entre ambas variables, hay competencia de importaciones indujo a las empre-
consenso en que esta influencia de la apertura sas a adoptar tecnologías más sofisticadas, que
sobre las brechas salariales ha sido modesta e indi- demandan relativamente más trabajo calificado.27
recta, reflejando posiblemente la influencia de En los casos de Colombia y Costa Rica también
cambios tecnológicos. (No obstante, como se discu- hay evidencia de que la apertura contribuyó a elevar
te en mayor detalle en el capítulo 6, esta explica- las brechas salariales en la industria porque aumen-
ción dista de ser contundente.) tó la demanda relativa de trabajadores con mayor
El caso de Argentina es de gran interés, pues calificación, aparentemente debido al aumento de la
fue el país donde más aumentaron durante los inversión y a la adopción de tecnologías sesgadas
noventa las brechas de salario entre los trabajado- hacia este tipo de trabajadores (Cárdenas y Gutié-
res con estudios terciarios y aquellos con estudios rrez, 1997; Robbins y Gindling, 1999; Robbins,
de secundaria completa o menos. Puesto que la 1996). Sin embargo, detrás de estos procesos podría
oferta relativa de trabajadores con estudios tercia- haber otros mecanismos, como se verá en el análi-
rios ha venido aumentando, el incremento de las sis de otros países.
brechas implica una considerable presión de En el caso de Uruguay no se ha encontrado
demanda relativa de este tipo de trabajo. Los estu- que la penetración de importaciones haya tenido
dios econométricos coinciden en que la mayor
penetración de importaciones influyó en esta ten-
26 Véase también Robbins, González y Menéndez (1997).
dencia, aunque en forma bastante limitada (la
27 Esta explicación es coherente con el hecho de que las brechas
mayor penetración de importaciones de bienes
salariales han aumentado más en los sectores que han importado
industriales puede explicar solo 10% del aumento más maquinaria (Acosta y Montes Rojas, 2001).
173

El impacto de las reformas estructurales en el empleo y los salarios

efecto directamente sobre las brechas salariales de que parte del aumento inicial en las brechas sala-
los sectores industriales (Sanguinetti et al., 2001). riales se haya debido a la reducción de los arance-
En cambio, hay evidencia de que debilitó la capaci- les, puesto que los sectores más protegidos tendían
dad negociadora de los sindicatos y erosionó las a ser intensivos en empleo de operarios de baja
ventajas salariales que beneficiaban a los trabaja- calificación y fuertemente sindicalizados29 (Reven-
dores de los sectores más sindicalizados (Cassoni, ga, 1997; Hanson y Harrison, 1999). Sin embargo,

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Allen y Labadie, de próxima publicación). Puesto hay pocos indicios de que este haya sido el efecto

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


que las brechas salariales suelen ser menores cuan- predominante, ya que existe muy poca relación
do hay mayor poder sindical, el mayor comercio entre la magnitud de los cambios de aranceles y los
internacional puede aumentar las brechas salaria- cambios en los precios de los productos o en las
les no por razones tecnológicas, sino porque altera brechas salariales entre trabajadores con alta y baja
el poder de negociación de los trabajadores con calificación en las empresas de los sectores afecta-
menor escolaridad. dos. En cambio, sí hay relación entre lo que ocurrió
Los casos de Brasil y México ofrecen eviden- con las brechas salariales en las distintas empresas
cia de que una mayor apertura al comercio inter- y el peso de las exportaciones dentro de sus ventas
nacional no conduce necesariamente a mayores o algunos indicadores de adopción de nuevas tec-
brechas salariales. Brasil es un caso de interés por- nologías (Hanson y Harrison, 1999).30
que, con la liberalización comercial que tuvo lugar En la segunda fase aumentó el precio relativo
entre fines de los años ochenta y mediados de los de los bienes intensivos en mano de obra de baja
noventa, cayeron las brechas de salario entre traba- calificación, lo cual es coherente con la reducción
jadores con educación secundaria completa o más de la desigualdad salarial y podría explicarse por el
respecto de los trabajadores con menor educación hecho de que en esta fase bajaron más los arance-
y se redujo la concentración de todos los salarios. les de este tipo de bienes y porque México exporta
Las reducciones de aranceles parecen haber sido la a Estados Unidos y Canadá bienes que requieren
causa principal de este comportamiento, puesto más mano de obra de baja calificación que los
que produjeron caídas en los precios relativos de importados de esos países (Robertson, 2002). La
los productos más intensivos en trabajo calificado e integración con Estados Unidos afectó la estructura
indujeron a que el empleo se reorientara hacia los de los salarios, no tanto a través de los cambios en
sectores más intensivos en el uso de trabajo de baja los aranceles, sino mediante las mayores inversio-
calificación (Gonzaga, Filho y Terra, 2002).28 Hay nes directas en México, especialmente en los sec-
evidencia de que los subsectores donde aumentó tores de la maquila, y a través del proceso de
más la competencia con productos importados se relocalización geográfica del empleo industrial
volvieron más intensivos en el uso de trabajo califi- (véase el recuadro 5.3).
cado, pero ello no produjo un aumento apreciable
de la desigualdad salarial (Pavcnik et al., 2002; 28 Aunque Blom y Vélez (2001) encuentran una fuerte tendencia de

Green, Dickerson y Arbache, 2001; Carneiro y aumento de la brecha salarial entre los trabajadores con educación
terciaria y aquellos con escolaridad secundaria de ciclo superior,
Arbache, 2002). atribuyen un 60% de este aumento a la expansión asimétrica del sis-
Finalmente, el caso de México es ilustrativo tema educacional y solo un 40% a un desplazamiento de la deman-
da hacia el trabajo más calificado. Pero, como señalan de Ferranti
porque combina dos fases bien definidas de libera- et al. (2001), “incluso este 40% parece no estar relacionado con la
lización comercial desde 1985: la primera es la fase liberalización del comercio per se”.
29 También en Brasil y en Colombia las mayores reducciones de
de fuerte reducción y homogeneización de arance-
aranceles se presentaron en sectores intensivos en mano de obra de
les por decisión unilateral y la segunda es la fase de baja calificación, que eran los más protegidos (Pavcnik et al.,
integración concertada con Estados Unidos y Cana- 2002).
30 En Brasil el desempeño exportador y el comportamiento de los
dá a partir de la firma del TLC en enero de 1994.
salarios por sectores también están relacionados positivamente
Durante la primera fase las brechas salariales (Pavcnik et al., 2002). Véase el capítulo 6 para una discusión más
aumentaron, pero en la segunda han tendido a dis- detallada sobre la solidez e interpretación de estos resultados, ya
que pueden no ser prueba suficiente de la influencia de la tecnolo-
minuir ligeramente (Robertson, 2002). Es posible gía en las brechas salariales.
174

Capítulo 5

Recuadro 5.3 México: efectos de la integración con Estados Unidos sobre el empleo

La integración entre México y Estados Unidos no empezó 1998, cuatro años después de la firma del TLCAN, la ciu-
con el TLCAN firmado en 1994. Ha sido un proceso perma- dad de México absorbía tan solo 23% del empleo manu-

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


nente, que ha influido mucho sobre los mercados laborales facturero y los estados fronterizos 34%. Además, en la

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


de ambos países, y cuyos canales más importantes de trans- última década el empleo manufacturero se ha aglutinado
misión –al menos para México– incluyen las maquilas y la en todo el país alrededor de las rutas de transporte hacia
migración tanto a Estados Unidos como entre las distintas Estados Unidos (incluyendo carreteras, ferrocarriles y puer-
regiones de México. tos) y ha decaído en las zonas más desconectadas.
La expansión de las maquilas fue responsable de La relocalización del empleo industrial ha reflejado
más del 50% del aumento de la brecha salarial entre tra- las tendencias de los salarios relativos entre unas regiones
bajadores calificados y no calificados a fines de los años y otras: los salarios en las zonas de frontera han aumen-
ochenta, y posteriormente ha continuado ejerciendo una tado respecto del interior, y los de las regiones mejor
presión importante sobre esta variable, porque las maqui- conectadas respecto de las regiones más apartadas. Con
las de propiedad extranjera –al igual que otras empresas la mayor integración con Estados Unidos a partir del
con inversión de la misma proveniencia– demandan tra- TLCAN, la importancia de estos factores ha crecido y con
bajo más calificado y lo remuneran mejor que las empre- ello, la desigualdad en los salarios entre unas regiones y
sas nacionales de los mismos sectores. En efecto, las otras.
empresas de propiedad extranjera pagan 21,5% más a Finalmente, la migración laboral hacia Estados
sus trabajadores calificados y 3,3% más a sus trabajado- Unidos ha tenido efectos importantes sobre el mercado
res sin calificación que las empresas de propiedad nacio- laboral mexicano (y, por supuesto, también sobre el esta-
nal. Esto puede deberse a que utilizan mejores tecnologías dounidense). Al menos desde 1990 las tasas históricas de
que elevan la productividad de los trabajadores, a que emigración de los estados mexicanos han estado fuerte-
atraen trabajadores más productivos o a que se benefician mente correlacionadas con las tasas de crecimiento de los
de rentas que comparten con los trabajadores. salarios, lo cual sugiere que la emigración pone presión al
La integración con Estados Unidos ha influido en la alza en los salarios de los estados que pierden fuerza
distribución geográfica de las oportunidades laborales laboral por ese conducto. Asimismo, los ingresos de quie-
dentro de México. En 1980, cinco años antes de la pri- nes permanecen en esos estados aumentan gracias a las
mera fase de liberalización comercial, 46% del empleo en remesas de los familiares en Estados Unidos, ya que se
la manufactura se localizaba en la ciudad de México y estima que cada inmigrante mexicano transfiere aproxi-
21% en los estados de la frontera con Estados Unidos. En madamente US$2.500 en remesas por año a su país.
1993 la participación de la ciudad de México había
caído a 29% y los estados de la frontera habían alcanza- Fuente: BID, 2002 (capítulo 12); Hanson, 2003; Meardon,
do 30% de participación en el empleo manufacturero. En 2003.

Sin embargo, otra explicación posible de la cinco en 1988, para descender a partir de entonces
leve reducción reciente de la desigualdad salarial hasta alcanzar niveles próximos a los iniciales (de
en México es que la liberalización tenga efectos Ferranti et al., 2001, p. 143). Esto sugiere que los
diferentes a corto y largo plazo. El aumento de la cambios en las remuneraciones laborales son una
desigualdad que puede ocurrir en las fases iniciales señal económica a la cual responden, por una
no necesariamente es un efecto permanente, como parte, los productores, introduciendo tecnologías
lo sugiere la experiencia un poco más larga de que permiten usar más eficientemente los recursos
Chile. La apertura chilena empezó en 1973 y se humanos más costosos y, por otra parte, los indivi-
profundizó durante los años ochenta. La desigual- duos, invirtiendo en los tipos de educación mejor
dad salarial, medida por la relación de salarios remunerados por el mercado.
entre el decil de mayores salarios y el decil de sala- Al margen de que los efectos de la apertura en
rios más bajos, aumentó desde un nivel cercano a las brechas salariales sean permanentes o no, (sobre
tres a comienzos de los años setenta hasta casi lo cual hay aún muy poca evidencia), la conclusión
175

El impacto de las reformas estructurales en el empleo y los salarios

más importante de todos estos estudios es que aper- empeorará la distribución del ingreso, haciendo que
tura y desigualdad no van necesariamente juntos. A los pobres sean más pobres” (Michaely et al., 1991,
esta conclusión llegan también los pocos análisis de p. 103).
los patrones comunes de influencia de la apertura
en varios países. En un estudio econométrico basa- La apertura y la calidad del empleo
do en un panel de encuestas de hogares para 18 paí-

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


ses en las dos últimas décadas, no se encontró Si bien los efectos de la apertura sobre el empleo

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


ninguna evidencia de que los procesos de apertura total o sobre las remuneraciones relativas de los
hubieran tenido un efecto discernible sobre las bre- grandes grupos de trabajadores parecen haber sido
chas de salarios entre niveles educativos (Behrman, modestos, es posible que la apertura haya afectado
Birdsall y Székely, 2000). Los autores observaron la calidad del empleo. Se dice que la apertura ha
tanto los efectos de los aranceles como de la pene- sustituido el empleo con buenas condiciones de
tración comercial sobre las brechas salariales, sin protección social en los sectores industriales tradi-
distinguir entre industrias. En contraste, un estudio cionales por empleos con condiciones precarias de
que incluyó a Argentina (1986-99), Brasil (1982-99), seguridad social y escaso cumplimiento de las nor-
Chile (1966-99), Colombia (1982-99) y México (1987- mas laborales. También se afirma que los nuevos
99) encontró que las brechas salariales por subsec- empleos que se están creando en los sectores
tores de la industria manufacturera han tenido exportadores son de mala calidad.
varios patrones de comportamiento común, asocia- Es cierto que las formas tradicionales de con-
dos más bien a cambios en la demanda de trabajo, tratación laboral han sido en parte desplazadas por
posiblemente por razones tecnológicas. En primer nuevos arreglos, tales como la subcontratación de
lugar, los aumentos en las brechas salariales ocu- servicios y el empleo temporal.34 Sin embargo,
rrieron dentro de los sectores y en los mismos sec- como se verá enseguida, el comercio ha jugado a lo
tores en todos los países. En segundo lugar, la sumo un papel marginal en este proceso, el cual ha
intensidad de este fenómeno estuvo relacionada tenido sus verdaderos motores en cambios tecnoló-
con la penetración de importaciones de insumos y gicos y organizacionales, por el lado de la demanda
bienes de capital de esas industrias. Y, en tercer tér- de trabajo, y en la búsqueda de mayor flexibilidad,
mino, el aumento en las brechas salariales de- especialmente para el trabajo femenino, por el lado
mostró ser mucho más sensible al contenido de la oferta.35 Existe la presunción de que las for-
tecnológico de dichas importaciones que a su pene-
tración (Sánchez-Páramo y Schady, 2003).31 No obs-
31 Por falta de información, los dos últimos puntos solo pudieron
tante esta evidencia, la magnitud de estos efectos es
verificarse para Chile, Colombia y México. El contenido tecnológico
modesta y podría incluso ser coherente con otros de las importaciones fue medido a través del gasto en investigación
fenómenos diferentes del cambio tecnológico.32 y desarrollo en los países de origen de esas importaciones.
32 Por ejemplo, como se discute en el capítulo 6, el cambio en la
Estas conclusiones sobre América Latina no
estructura del empleo dentro de los sectores puede deberse a una
resultan sorprendentes a la luz de la experiencia recomposición de las firmas y no necesariamente a la adopción de
mundial, reciente o pasada. En efecto, si bien la des- tecnologías sesgadas hacia más trabajo calificado en las firmas
existentes.
igualdad salarial ha aumentado en muchos países 33 Freeman y Oostendorp (2000), quienes analizaron la desigual-
en las últimas dos décadas, no se ha encontrado que dad de los salarios por ocupaciones sobre la base de información
tal fenómeno pueda explicarse por los cambios en para 150 países entre 1983 y 1998, no encontraron ninguna rela-
ción con políticas comerciales o magnitud de los flujos de comercio.
las políticas de liberalización comercial ni por la Para una reseña de la evidencia sobre los efectos del comercio inter-
nacional en las brechas salariales en los países desarrollados, véase
magnitud de los flujos de comercio.33 Aunque la Brown (2000).
evidencia disponible para períodos anteriores es 34 Para el caso de México, véase Maloney (1998).
muy limitada, un análisis de las experiencias de 35 Las tendencias de aumento del empleo temporal y estacional en
liberalización de importaciones hasta mediados de la agricultura han sido comunes a toda América Latina y datan
cuanto menos de los años ochenta, estando asociadas a la expan-
los ochenta concluyó: “No surgen patrones claros. sión de la agroindustria y los productos estacionales de exportación,
No se confirma el supuesto de que la liberalización tales como frutas y vegetales (Kay, 1995).
176

Capítulo 5

mas no tradicionales de contratación deterioran el Cierta evidencia parcial para un grupo más
bienestar de los trabajadores y a menudo se las aso- amplio de países da sustento a esta conclusión.
cia con empleos “precarios”. Esta presunción no es Sobre la base de 69 encuestas de hogares para 11
necesariamente correcta, no solo porque estas nue- países de la región, el cuadro 5.8 muestra cómo los
vas formas de contratación pueden adecuarse cambios en las tasas arancelarias afectaron la tasa
mejor a las condiciones de ciertos trabajadores, de empleo en empresas de más de cinco trabajado-

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


sino además porque no excluyen necesariamente res. Cuando no se tienen en cuenta las diferencias

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


la prestación de servicios de seguridad social y en la legislación laboral, hay una relación negativa,
otros beneficios. aunque no significativa, entre las tasas arancelarias
Hay razones para esperar que una mayor y de empleo (controlando por otros factores que
exposición al comercio internacional induzca a las pueden afectar la composición del empleo), que
firmas a un mayor uso de métodos más flexibles de sugiere que para el promedio de los países consi-
contratación laboral. Si el comercio internacional derados, las reducciones de aranceles parecen
implica que las firmas estén expuestas a una haber elevado la participación del empleo en
demanda más inestable e impredecible, es razona- empresas de más de cinco trabajadores. Al conside-
ble que quieran depender menos del empleo esta- rar la interacción entre los aranceles y la legisla-
ble, cuyos costos de enganche y despido son más ción laboral (medida por el índice de reforma
elevados que el de tener trabajadores temporales laboral descrito en la sección sobre las reformas de
(o vinculados indirectamente a través de provee- este capítulo), se confirma que la relación entre
dores que operan de manera informal). Basados en apertura y composición del empleo parece depen-
un modelo teórico que justifica esta decisión, der fuertemente de dicha legislación. Para los paí-
Goldberg y Pavcnik (2003) han analizado su vali- ses con mercados laborales más rígidos en la
dez para Brasil y Colombia entre mediados de los región, como Venezuela o Colombia antes de la
años ochenta y fines de los noventa. Estos dos paí- reforma, la participación del empleo en empresas
ses interesan porque sus procesos de apertura de más de cinco trabajadores tiende a aumentar
coincidieron en el tiempo con pérdidas de impor- con los aranceles (en el caso hipotético de un país
tancia del empleo protegido legalmente en la con las mayores rigideces observadas en los distin-
industria manufacturera (definido por la propor- tos aspectos de la legislación laboral, esta elastici-
ción de trabajadores con contrato en el caso de Bra- dad podría elevarse a 0,7). Por consiguiente, en
sil y con seguridad social en el caso de Colombia). estos casos parece haber fundamento para los
Adicionalmente, en ambos países el aumento del temores de que la apertura reduce el peso de las
empleo no protegido en la industria se debió casi empresas de más de cinco trabajadores en el
totalmente a cambios dentro de los subsectores empleo total, aunque no así para los países con
industriales (y no a cambios en la composición del mercados laborales más flexibles. Los resultados
empleo entre sectores), lo cual sugiere que pudo del cuadro muestran, además, que estos efectos no
deberse a patrones comunes de comportamiento se limitan a los sectores manufactureros, pues pare-
de las empresas de ciertos sectores, posiblemente cen ocurrir también en los sectores de servicios.
en respuesta a la apertura. Sin embargo, en Brasil Este hecho puede ser coherente con el marco con-
el empleo no protegido no aumentó más en los ceptual de Goldberg y Pavcnik (2003), puesto que la
sectores más expuestos a la competencia. En apertura puede inducir a las empresas manufactu-
Colombia sí lo hizo, pero solo hasta el momento en reras a subcontratar con pequeñas empresas servi-
que se introdujo una reforma laboral que flexibili- cios que antes producían internamente. Sin
zó considerablemente la contratación y el despido embargo, puede haber otros canales que expliquen
de nuevos trabajadores. Por consiguiente, el temor esta relación. Por ejemplo, la mayor facilidad para
de que la apertura perjudica la calidad del empleo adquirir equipos importados puede ayudar a las
solo podría ser válido en países con regímenes empresas de servicios a organizarse en pequeñas
laborales más rígidos. unidades en aquellos países donde la legislación
177

El impacto de las reformas estructurales en el empleo y los salarios

Cuadro 5.8 Aranceles y empleo


Variable dependiente: tasa de empleo
en empresas de más de 5 trabajadores (1) (2) (3) (4)

Aranceles –0,107 0,733

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


(–1,38) (2,54)**
Aranceles * índice de flexibilización laboral –1,412

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


(–3,14)***
Aranceles: efecto en sectores transables –0,219 1,093
(–1,06) (2,29)**
Aranceles: efecto en sectores no transables –0,220 0,489
(–2,17)** (1,24)
Aranceles * flexibilidad laboral: efecto en sectores –2,251
transables (–3,00)***
Aranceles * flexibilidad laboral: efecto en sectores 1,171
no transables (–1,80)*

Nota: La metodología utilizada es efectos fijos para 69 encuestas en 11 países y nueve industrias controlando por país y por rama de actividad. Las estimaciones
se basan en un panel desbalanceado entre la mitad de los años ochenta hasta 2001 para algunos países.
t-estadístico entre paréntesis.
* Significativo al 10%.
** Significativo al 5%.
*** Significativo al 1%.
Fuente: La variable dependiente proviene de las encuestas de hogares del BID, los aranceles y el índice de flexibilidad laboral de Lora (2001).

laboral es más rígida. No obstante, aunque sugesti- Los procesos de apertura han propiciado la
va, esta evidencia debe tomarse con cautela, pues expansión de productos agrícolas no tradicionales
proviene de bases de datos muy desbalanceadas en de exportación. En Costa Rica la agricultura no tra-
el tiempo y entre países y con un nivel de detalle dicional pasó de representar el 8,7% del producto
insuficiente para precisar la magnitud, la solidez y agrícola en 1984 al 16,3% en 1998, contribuyendo
los canales de estos efectos. al rápido crecimiento del sector agrícola en ese
período (6,2% anual). Los nuevos productos son
La calidad del empleo en los más intensivos en el uso de capital y en trabajo cali-
sectores exportadores ficado que los productos agrícolas tradicionales
(aunque no más que los sectores industriales), lo
Como se ha visto, existe el temor de que los nuevos cual ha tenido un efecto dual sobre la calidad del
empleos que se están creando en los sectores empleo. El empleo asalariado ha crecido más rápi-
exportadores sean de mala calidad. De acuerdo con do que otras formas de empleo (4,2% vs. 2,7%) y
la CEPAL, los nuevos patrones exportadores de la los empleos de tiempo completo en estas activida-
región responden esencialmente a dos modelos: el des han ofrecido condiciones de remuneración y
basado en exportaciones agrícolas y recursos natu- seguridad relativamente favorables frente a otras
rales, característico de varios países de América del opciones. Sin embargo, el trabajo no calificado se
Sur y algunos centroamericanos, y el de exporta- ha concentrado en actividades temporales, donde
ciones de manufacturas intensivas en mano de los trabajadores reciben remuneraciones más bajas
obra de baja calificación, caracterizado especial- y tienen menos estabilidad que en las labores per-
mente por la maquila de México y algunos de los manentes (Sánchez Cantillo, 2001).36
países centroamericanos y del Caribe (Stallings y
Peres, 2000, capítulo 6). Por consiguiente, es ilus-
trativo concentrarse en la evidencia sobre la cali- 36 Como ya se ha mencionado, estas tendencias datan al menos de
dad del empleo en estos dos sectores. la década del ochenta y se deben a razones tecnológicas.
178

Capítulo 5

El uso relativamente intensivo de trabajado- Colombia ofrece otro ejemplo de mejoramiento de


res capacitados en las labores permanentes de la las condiciones laborales inducida en parte por
agricultura no tradicional no parece un rasgo exclu- acusaciones (fundadas o no), comunes en la déca-
sivo de Costa Rica, donde podría deberse a los bue- da del ochenta, de violación de los derechos de los
nos niveles educativos promedio. El mismo patrón trabajadores, uso de trabajo infantil y problemas de
se observa, por ejemplo, en Ecuador, donde hay salud por el manejo inadecuado de insumos agro-

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


cerca de 70.000 trabajadores permanentes emplea- químicos. Para prevenir este tipo de críticas, noci-

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


dos en las producciones de flores, brócoli y diversas vas para el prestigio de las flores colombianas en el
frutas tropicales, que aportan más del 20% de las mercado internacional, la agremiación de produc-
exportaciones totales del país; en Guatemala, tores estableció en los noventa programas ambien-
donde las exportaciones de frutas, vegetales, plan- tales y sociales que se han convertido en modelo
tas ornamentales y cultivos orgánicos representan para otros sectores. Las empresas que participan en
aproximadamente 9% de las exportaciones totales; estos programas afirman tener tasas de rotación
o en la región Petrolina-Juazeiro, en el Nordeste del laboral de solo 1 ó 2%. Una encuesta informal mos-
Brasil, donde el 30% de la fuerza de trabajo se tró que los trabajadores del sector, la mayoría
encuentra empleada en cultivos de frutos tropica- mujeres, se sienten satisfechos con sus condiciones
les y otros productos de agricultura no tradicional. de trabajo.37
En algunas de estas zonas, estas nuevas produccio- La opinión de los productores de pequeños
nes han desplazado a la ganadería extensiva, que cultivos no tradicionales en Guatemala ha sido son-
generaba muy poco empleo, y han creado una deada en forma rigurosa en la zona de Sacatepé-
demanda antes inexistente de trabajo femenino. quez, donde se produce una variedad de vegetales
Los bajos niveles de escolaridad de la fuerza que son exportados a través de cooperativas que
de trabajo en estas zonas han obligado a los pro- ofrecen asistencia técnica y capacitación a los pro-
ductores a capacitar a los trabajadores y a pagarles ductores. Para la comunidad como un todo, la pro-
salarios más altos que los que recibirían en ocupa- ducción de cultivos no tradicionales para la
ciones alternativas, como mecanismo para evitar exportación ha estado asociada con un mejora-
mayores gastos de capacitación en nuevos trabaja- miento considerable de las condiciones de vida y la
dores. Por ejemplo, en los cultivos de flores de situación económica. Los cultivos no tradicionales
Ecuador las mujeres ganan salarios 40% más altos han generado numerosos empleos para la comuni-
que otras mujeres rurales, y los hombres ganan un dad y la mayoría de los trabajadores entrevistados
tercio más que en empleos alternativos en el consideran que si tuvieran más recursos financie-
campo (Newman, Larreamendy y Maldonado, ros o más tierras, los dedicarían a producir más
2000). (Hamilton, Sullivan y Asturias, 2001).
En Chile los salarios en las industrias exporta- Sin embargo, los buenos efectos laborales y de
doras de fruta son 50% más altos que en otros reducción de la pobreza que han tenido las expor-
empleos (Jarvis y Vera-Toscano, 2001). Aunque en taciones de vegetales de Guatemala no se han dado
varios países han surgido problemas de salud entre en otros casos de desarrollo exportador agrícola. En
quienes trabajan en algunos tipos de cultivos no Paraguay las exportaciones de algodón y soja de
tradicionales, se ha observado sin embargo una grandes explotaciones han contribuido al desplaza-
clara tendencia hacia el mejoramiento de las con- miento de las producciones campesinas, con poca
diciones laborales, motivada especialmente por el generación de empleo para los trabajadores pobres.
temor de las empresas de crear una mala imagen En Chile las exportaciones de fruta han dado lugar
entre sus clientes de los países importadores. Por a un patrón híbrido, en el que la generación de
eso, las compañías suelen mostrarse más dispues-
tas a negociar mejores condiciones laborales que
mayores salarios (Damiani, 2000). 37 Véase Los Angeles Times, 14 de febrero de 2003, “Everything’s

La industria de exportación de flores en Coming Up Roses for Colombia’s Flower Industry”.


179

El impacto de las reformas estructurales en el empleo y los salarios

Recuadro 5.4 Enseñanzas sobre la relación entre las exportaciones agrícolas y los pobres rurales

Las evidencias recogidas del último auge observado en el La experiencia chilena se sitúa en un lugar interme-
crecimiento de las exportaciones agrícolas de América Lati- dio entre ambos casos. El auge de las exportaciones de

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


na revelan variaciones en el impacto sobre los pobres de las frutas ha soslayado el sector tradicional de minifundios y

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


zonas rurales. Los datos de pequeños productores obtenidos el sector de pequeñas explotaciones agrícolas que surgió
en regiones de Chile, Guatemala y Paraguay demuestran de los restos de la reforma agraria. Con el tiempo, la pro-
que en los tres casos el volumen de mano de obra absorbi- piedad de la tierra se ha desplazado de los pequeños pro-
da por unidad de tierra en los cultivos más importantes pietarios a explotaciones más grandes. Al mismo tiempo,
decrece en la medida en que aumenta el tamaño de la ope- en estas últimas los cultivos de exportación parecen absor-
ración de la unidad agrícola. En consecuencia, el impacto ber más mano de obra que los cultivos (y explotaciones)
de los auges de exportación sobre el bienestar depende, a más tradicionales a los que desplazan. Probablemente los
corto plazo, de las clases sociales involucradas en los culti- efectos de este proceso parcialmente excluyente en mate-
vos y, a más largo plazo, de patrones de cambio estructural ria de bienestar social se han visto agravados por la rees-
que pueden desplazar la propiedad de la tierra entre clases tructuración de la fuerza laboral hacia una mano de obra
(y, en forma secundaria, alterar los niveles de empleo). Si la más estacional […].
adopción de los cultivos de exportación favorece a los Sin embargo, en general, los sesgos competitivos
pequeños propietarios, como ha ocurrido en el altiplano parecen actuar más en contra de los pequeños producto-
guatemalteco, el impacto positivo sobre los pobres de las res que a su favor. Los medianos y grandes productores se
zonas rurales tenderá a magnificarse, y dicho efecto se ven favorecidos por la intensidad en materia de capital
incrementará con el tiempo si el auge hace que los peque- humano y de trabajo de muchos cultivos de exportación,
ños propietarios sean más competitivos en el mercado de tie- la preocupación por la medición de precios y calidad, el
rras. carácter perecedero de los productos y la consiguiente
En la región fronteriza de Paraguay, el auge de la necesidad de integración vertical, el prolongado período
producción de trigo y soja ha dado lugar a una interac- de gestación de las inversiones y la ausencia de mercados
ción precisamente opuesta. El auge, que favorece a los de seguros. Los pequeños productores parecen verse favo-
productores agrícolas en gran escala que absorben un recidos solamente por la interactividad de la mano de
volumen relativamente reducido de mano de obra por hec- obra, la tenencia muy fragmentada de la tierra que eleva
tárea, ha ocasionado a lo largo del tiempo un patrón de el costo de la consolidación de tierras y (cuando existen)
cambio estructural en virtud del cual el desplazamiento las relaciones contractuales y las instituciones cooperativas
hacia las grandes explotaciones agrícolas ha acentuado el que reducen algunos de los demás sesgos.
impacto negativo del auge sobre los pobres rurales, gene-
rando una trayectoria de crecimiento altamente excluyente
que desplaza a los campesinos como productores y traba- Fuente: Reproducido con permiso de Carter, Barham y Mesbah
jadores. (1996).

empleo ha favorecido a los trabajadores pobres, en 2001). En 1998 el empleo en la maquila repre-
pero los cambios en la estructura de tenencia de la sentaba 14,6% del empleo en los sectores de manu-
tierra los han perjudicado (Carter y otros, 1996). Esta factura y 2,6% del empleo total de la economía. En
variedad de experiencias ofrece importantes leccio- las cuatro ciudades fronterizas donde se concentra
nes sobre las implicaciones laborales y sociales del esta actividad (Ciudad Juárez, Matamoros, Nuevo
desarrollo agroexportador (véase el recuadro 5.4). Laredo y Tijuana), las maquilas generan 43% del
Las maquilas (también conocidas como zonas empleo total y 53% del empleo femenino. En Repú-
de procesamiento de exportación o zonas francas) blica Dominicana las zonas francas empleaban
han sido una fuente muy dinámica de creación de alrededor de 500 trabajadores en 1970; en 1988 ese
empleo en muchos países. En México el empleo en número se había elevado a más de 85.000 personas,
la maquila pasó de 118.000 personas en 1980 a lo que equivale al 4% del empleo total del país, y en
446.000 diez años más tarde y superó el millón de 1996 superaba las 164.000 personas. Asimismo, en
personas a partir de 1998 (1,2 millones de personas varios países del Caribe inglés las maquilas tam-
180

Capítulo 5

Cuadro 5.9 Generación de empleo en la maquila


Porcentaje
de la población
Empleo económicamente
Año (Número de trabajadores) activa

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Costa Rica 1992 15.000 1,24

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


1996 47.972 3,59

El Salvador 1991 6.500 0,33


1996 50.000 2,10

Honduras 1991 19.000 1,00


2000 106.000 5,01

Jamaica 1996 16.804 1,11

México 1990 446.000 1,69


2001 1.187.525 3,00

Nicaragua 2000 40.760 3,00

República Dominicana 1992 142.000 4,71


1996 164.639 4,92

Fuente: Madani (1999), CEPAL (2001) e INTAL.

bién son una fuente importante de empleo, princi- de materias primas importadas y procedimientos
palmente femenino (cuadro 5.9). simplificados de importación y exportación), sino
Las maquilas no son un fenómeno deriva- también en materia de incentivos tributarios y en
do de las reformas estructurales de que trata este una diversidad de otras políticas, desde financia-
capítulo, como tampoco de los acuerdos de libera- miento hasta legislación laboral, según el país.38
lización comercial, que en lo esencial no han En algunos países centroamericanos y del Caribe,
cambiado su dinámica competitiva (Sargent y Mat- el crecimiento de las maquilas en los últimos años
thews, 2001). En México se iniciaron en 1965 para puede haber sido impulsado por los acuerdos de
reemplazar las oportunidades perdidas al terminar- liberalización comercial como la ley de asociación
se el programa de braceros con Estados Unidos. En comercial entre Estados Unidos y la Cuenca del
la mayoría de los países, las maquilas pueden Caribe (US-Caribbean Basin Trade Partnership
entenderse como una herencia de los antiguos Act), que han favorecido a los productores que uti-
mecanismos de control a las importaciones y otras lizan insumos provenientes de Estados Unidos.39
políticas que, al aislar a la industria nacional del El futuro de las maquilas está actualmente en
comercio internacional, dificultaban el desarrollo entredicho por el compromiso que tienen los paí-
de los sectores exportadores. El dinamismo de las
maquilas después de los procesos de apertura
puede por consiguiente resultar paradójico. Sin
embargo, las maquilas aún continúan siendo favo- 38 Madani (1999) presenta una síntesis de los incentivos en nueve

países de América Central y el Caribe.


recidas por tratamientos especiales, no solo en
39 Según Sargent y Matthews (2001), este no ha sido el caso para
materia de comercio internacional (en especial,
la maquila de México, que continúa utilizando esencialmente las
reducción o eliminación total de gravámenes al uso mismas fuentes de insumos.
181

El impacto de las reformas estructurales en el empleo y los salarios

ses miembros de la Organización Mundial de ducción y calidad. La evidencia anecdótica sugiere,


Comercio (OMC) (excepto aquellos considerados además, que las condiciones de remuneración tien-
pobres) de desmontar los regímenes diferenciales den a mejorar rápidamente con la experiencia de
que las favorecen. los trabajadores y gradualmente con la sofisticación
Pero aunque las maquilas no son una conse- de las plantas. Los análisis para las maquilas de
cuencia de los procesos de apertura recientes, para prendas de vestir en República Dominicana mues-

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


muchos observadores simbolizan los peligros de la tran que la curva de aprendizaje y aumento de la

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


globalización hacia la cual están avanzando los paí- remuneración se acelera en los tres primeros años,
ses que han decidido adoptar políticas de liberali- pero luego tiende a aplanarse, sugiriendo que los
zación comercial. En efecto, se las acusa de pagar procesos de capacitación y aprendizaje en el pues-
bajos salarios, de explotar a los trabajadores, de dis- to son eficaces para mejorar los niveles básicos de
criminar a la mujer, de ofrecer condiciones inade- calificación, aunque no para alcanzar niveles de
cuadas de seguridad y de entorpecer los derechos tecnificación sofisticada (Madani, 1999).
de organización laboral. Con respecto a la discriminación de la mujer,
Muchas de estas críticas pueden tener validez los estudios señalan que, en promedio, el pago de
en diversos casos, y es deber de la Organización las trabajadoras es significativamente inferior al de
Internacional del Trabajo (OIT) y de otros organis- los hombres. Sin embargo, “las investigaciones y las
mos mantener la vigilancia para detectar y corregir encuestas de la OIT no proporcionan evidencia de
irregularidades. Sin embargo, dichas acusaciones que estas disparidades se deban a la fijación delibe-
no se han comprobado en forma generalizada. En rada de diferentes emolumentos y tasas salariales
relación con los salarios y las condiciones de traba- basadas en el género [...]. En cambio, parecen ser
jo, las revisiones periódicas de la OIT muestran más bien el resultado de sesgos basados en el géne-
que, “en general, los salarios y las condiciones de ro con respecto al reclutamiento y a la promoción
trabajo en las zonas francas de exportación (ZFE) del personal, lo que se traduce en una severa subre-
se comparan favorablemente con los que se obser- presentación de las mujeres en los empleos mejor
van fuera de dichas zonas” (Romero, 1995, p. 252). remunerados, calificados, técnicos y de nivel
Por diversas razones, los salarios en la maquila gerencial” (Romero, 1995, p. 255). Es posible que
tienden a ser mayores que los que recibe en pro- las características de los empleos y su concentra-
medio el mismo tipo de trabajadores en otros luga- ción en actividades que requieren poca formación
res: las empresas son grandes y están mejor contribuyan a explicar la sobrerepresentación de
vigiladas en relación con el cumplimiento de las las mujeres en las maquilas. De hecho, en la medi-
normas de salario mínimo y jornadas extras. En da en que los salarios promedio de esta actividad
algunos países, como Guatemala, Honduras y El han ido aumentando, acercándose al promedio
Salvador, los salarios mínimos en esta actividad han nacional, la sobrerepresentación se ha ido redu-
sido en algunas épocas mayores que en otras acti- ciendo (Fleck, 2001).
vidades. Sin embargo, en otros casos también ha En relación con los derechos de organización
ocurrido que las zonas de maquila han sido exclui- laboral de los trabajadores, es cierto que en las
das del cumplimiento de las normas de salario maquilas se observan bajas tasas de sindicalización.
mínimo (como República Dominicana hasta 1993) Aunque en todos los países de la región existen los
o han tenido salarios mínimos reducidos (como derechos legales de organización sindical, la baja
Panamá a mediados de los noventa).40 Las empre- afiliación podría deberse a la alta rotación, a la pro-
sas de propiedad extranjera, que se rigen por las tección ineficaz de los derechos de asociación y al
prácticas de sus casas matrices y las exigencias de temor de los trabajadores de perder sus empleos,
sus clientes, se caracterizan especialmente por
ofrecer bonos de productividad y otros incentivos
dirigidos a atraer y mantener trabajadores capacita- 40 Según Madani (1999), basado en otras fuentes, estas compara-

dos que permitan cumplir con las prácticas de pro- ciones de salarios mínimos se refieren a 1995.
182

Capítulo 5

Recuadro 5.5. El “atractivo” del empleo en las maquiladoras

Con frecuencia se acusa a las maquiladoras de explotar a pudieran recibir menos dinero en remuneraciones directas.
los trabajadores. Pero, ¿tiene fundamento dicha crítica? Sar- La mayoría de los trabajadores de las maquiladoras se pro-

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


gent y Matthews (1999) consideraron que los propios traba- ponía continuar trabajando en esta actividad. Una minoría

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


jadores podían constituir una valiosa fuente de información consideraba que tenía la oportunidad, si quería, de encon-
sobre este debate. Así, entrevistaron a 49 trabajadores del trar empleo fuera de esta industria. Este grupo señaló con
nivel de producción en maquiladoras de las ciudades frecuencia que trabajaba en la maquila porque el trabajo
mexicanas de Ciudad Juárez y Chihuahua. Los autores era más fácil, prefería no trabajar a la intemperie, y porque
concluyeron: “La mayor parte de los trabajadores de las en esta actividad había más oportunidades sociales y de
maquiladoras entrevistados en este estudio indicaron que desarrollo que en otros empleos y disponía de más tiempo
trabajaban allí por la disponibilidad de empleo existente. libre [...]. Las declaraciones de los trabajadores de las
Asimismo, la mayoría de las personas que habían trabaja- maquiladoras sugieren que las difundidas acusaciones de
do fuera de la industria maquiladora consideraron que los explotación parecen en cierto modo exageradas”.
empleos de maquila resultaban más atractivos, aun cuando

entre otros factores (Romero, 1995; Maskus, 1997). posición del empleo. Es una sorpresa para los ana-
No existen, sin embargo, estudios empíricos que listas económicos que, basados en la teoría de las
sustenten (o rechacen) estas hipótesis. ventajas comparativas, esperaban que los recursos
El debate sobre las condiciones de trabajo en se movieran en forma masiva hacia actividades
la maquila difícilmente podrá ser resuelto por los potencialmente más eficientes y más intensivas en
escasos estudios hasta ahora disponibles para los el uso de los recursos más abundantes. También es
países de la región. Sin embargo, la discusión no una sorpresa para los legos que imaginaban que el
debería ignorar las opiniones de quienes trabajan aumento en las importaciones desplazaría el em-
en las plantas maquiladoras, que son los únicos que pleo de los sectores productores de bienes comer-
pueden decir si para ellos ese tipo de tarea es una cializables.
opción atractiva o no (véase el recuadro 5.5). Puesto que los cambios de composición del
empleo fueron modestos, resulta explicable que la
Síntesis: las sorpresas laborales apertura tampoco haya tenido efectos muy pro-
de la apertura nunciados sobre el desempleo. Esto también es una
sorpresa, incluso para numerosos economistas que
La apertura fue una de las grandes reformas de los esperaban que, al menos durante un período ini-
años noventa en América Latina. Sus beneficios cial, aumentara el desempleo asociado a la transi-
para la eficiencia y el crecimiento económico fue- ción de los trabajadores de unos sectores hacia
ron positivos, aunque muy inferiores a las expecta- otros.
tivas que tenían sus promotores. Lo mismo puede La poca reasignación del empleo entre secto-
decirse de los temores con respecto a sus efectos res no significa que las empresas o los trabajadores
laborales. Algunos de esos efectos fueron negativos, no hayan sufrido traumas por la apertura ni, menos
al menos en el corto plazo, pero no se cumplieron aún, que el mercado laboral haya carecido de vita-
las profecías apocalípticas de destrucción de lidad para responder a un cambio de política tan
empleos y deterioro de las condiciones de trabajo importante. Al contrario, la continua creación y
que algunos temían. destrucción bruta de empleos en cada empresa y la
La mayor sorpresa que surge al revisar la aparición y desaparición de empresas en cada sec-
investigación empírica sobre los efectos laborales tor seguramente fueron mecanismos que ayudaron
de la apertura es que esta afectó muy poco la com- a ajustar los métodos de producción y organización,
183

El impacto de las reformas estructurales en el empleo y los salarios

cambiar la composición de la producción y reo- ambas relacionadas con la calidad del trabajo. Por
rientar la producción de unos mercados a otros, en un lado, es llamativo que los nuevos empleos que
respuesta a la apertura. se están generando en los sectores de exportación
Una tercera sorpresa es que la apertura pare- son comparables en calidad y remuneración a los
ce haber reducido, al menos en el corto plazo, los empleos alternativos, e incluso mejores. El aumen-
salarios reales, especialmente en los sectores to de las exportaciones intensivas en trabajo que se

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


industriales. Es una sorpresa para los economistas están desarrollando en muchos países (incluso

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


entrenados en el análisis neoclásico, que usual- desde antes de la apertura) está contribuyendo a
mente supone que los trabajadores reciben el sala- elevar los salarios y las condiciones de vida de los
rio que corresponde a su productividad marginal y trabajadores, en contra de lo que a menudo se afir-
que la apertura debe conducir a un uso más pro- ma. Por otro lado, sin embargo, hay alguna eviden-
ductivo de todos los recursos, incluido el trabajo, y cia (que dista de ser definitiva) que sugiere que las
debe llevar a eliminar las rentas que favorecen a reducciones de aranceles o la mayor penetración
los capitalistas y encarecen los productos agrícolas de las importaciones han aumentado la informa-
e industriales que consumen los trabajadores. Lo lidad en algunos países (entendiendo como infor-
que parece haber ocurrido (aun cuando no hay evi- malidad el empleo sin seguridad social y otros
dencia directa que lo soporte) es que los trabaja- beneficios, o el empleo en empresas de hasta cinco
dores participaban de esas rentas y se vieron trabajadores). Sin embargo, este fenómeno no pare-
obligados a cederlas para mantener sus empleos. ce ocurrir en todos los países sino solo donde la
También contribuye a explicar esta paradoja el legislación laboral es más restrictiva.
hecho de que en muchos países los aranceles (y los Esta serie de sorpresas dejan una lección de
controles a las importaciones) eran mayores para modestia para los economistas y una de modera-
los sectores más intensivos en empleo, especial- ción para los críticos. La distancia entre unos y
mente no calificado. Además, la apertura puede otros sería menos pronunciada si se atendiera más
haber reducido los salarios en los sectores indus- a lo que dice la evidencia y menos a lo que dictan
triales por haber dado entrada en los mercados los dogmas teóricos y los prejuicios interesados.
internos a productos originados en países con Pero la evidencia tampoco ofrece la última palabra,
bajos costos de producción que compiten con las ya que está limitada por la falta de información, por
producciones nacionales, aunque no hay eviden- el escaso tiempo para observar algunos efectos de
cia directa que haya probado tal cosa. la apertura y por barreras conceptuales y técnicas
Una cuarta sorpresa, posiblemente la más para interpretar los resultados. Además, la eviden-
debatida en medios públicos y académicos, es que cia está muy restringida por las preferencias de la
la apertura contribuyó a ampliar, en vez de reducir, investigación académica, que no coinciden necesa-
las brechas de salarios entre trabajadores califica- riamente con las preocupaciones y los temores del
dos y no calificados. Los economistas han prestado público. Por último, ninguna de las sorpresas ante-
tanta atención a este fenómeno que posiblemente riores constituye una regla, pues abundan las dife-
ahora muchos encuentren sorprendente que, en rencias entre las experiencias de los distintos
realidad, este efecto fue menos pronunciado de lo países.
que actualmente se cree y que posiblemente se
debió más a razones tecnológicas y a otros meca-
nismos no bien entendidos que a la mecánica de EL IMPACTO LABORAL DE
los precios relativos asociada directamente al LAS PRIVATIZACIONES
comercio internacional. Cualquiera que haya sido
el mecanismo, sin embargo, la apertura comercial Las privatizaciones pueden acarrear pérdida de
explica apenas muy parcialmente las mayores bre- empleo, deterioro en las condiciones laborales y
chas salariales observadas en algunos países. otros cambios en la organización del trabajo para
La apertura produjo otras dos sorpresas más, quienes permanecen en sus puestos en las empre-
184

Capítulo 5

Cuadro 5.10 Posibles efectos de las privatizaciones sobre el empleo


Relaciones
Efectos sobre el empleo Condiciones del empleo trabajadores-gerencia

• Reclasificación de los puestos • Mayor movilidad laboral • Mayor énfasis en profesionalismo

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


• Nuevos patrones de trabajo • Menores garantías de estabilidad y • Mayor poder discrecional para tomar
• Reducción y pérdida directa de seguridad decisiones gerenciales y formular políticas

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


empleo • Necesidad de re-capacitación y de la empresa
• Sesgo de género en las políticas de actualización • Mayor énfasis en la implementación
empleo • Más horas de trabajo y/o mayor estricta de estas decisiones y políticas
• Discriminación contra los representan- carga de trabajo • Marginalización de la influencia de los
tes de los empleados • Pago por esquemas de resultados y sindicatos y de su poder de negociación
• Ganancias en empleo a mediano y congelación de pagos • Negociaciones de salarios más difíciles
largo plazo debido a los aumentos en • Pérdida de antigüedad y de con preferencia por decisiones individuales
inversión, al crecimiento de las firmas reclasificación de los grados sobre colectivas
privatizadas y a la diversificación de los • Mayores diferencias salariales con • Posición más fuerte por parte de las
servicios más énfasis en incentivos directivas sobre el desempeño de los
• Pérdida de derechos de pensiones trabajadores y la disciplina en el trabajo
• Pérdida de beneficios de seguridad • Mayor importancia de los argumentos de
social (vgr. vivienda, transporte, seguros eficiencia y de márgenes de ganancia sobre
de salud y beneficios para los hijos) los objetivos sociales
• Abolición de la prohibición de hacer
huelgas

Fuente: Banco Mundial (2003), basado en UNCTAD.

sas privatizadas. El cuadro 5.10 resume las preocu- capacidades especializadas. La capacitación en el
paciones más corrientes de los trabajadores, algu- trabajo y otros programas similares, donde han
nas de las cuales aparecen reflejadas también en existido, han resultado ineficaces o insuficientes
las siguientes opiniones sobre los efectos de las pri- para enfrentar los problemas de los nuevos desem-
vatizaciones: pleados. Si bien los nuevos empleos generados en
“En general, el desempleo y la estabilidad las empresas privatizadas han tendido a estar mejor
laboral se han incrementado. La privatización estu- remunerados, también han requerido mayores
vo acompañada de despidos indiscriminados, y los niveles de capacidad” (SAPRIN, 2002, p.108).
nuevos empleos generados no siempre compen- Los gobiernos reformadores eran conscientes
saron la pérdida de puestos de trabajo. La privati- del riesgo social y político de la pérdida de empleos
zación ha promovido el descontento entre los y del aumento del desempleo que podrían acarrear
trabajadores que no perdieron sus empleos, ya que las privatizaciones (Williamson, 1990). Sin embargo,
se ha incrementado la carga laboral, los empleos se existía la convicción de que las privatizaciones eran
han tornado menos seguros, y se ha debilitado la necesarias para resolver los problemas de ineficien-
capacidad de organizarse y negociar con los emple- cia y costo fiscal de algunas empresas públicas, espe-
adores” (SAPRIN, 2002, p. 108). cialmente en los sectores de servicios públicos.
“La privatización ha contribuido a incremen-
tar la desigualdad. La distribución de los ingresos Efectos sobre el empleo
ha empeorado, y un gran número de trabajadores
poco calificados y de baja remuneración han sido La pérdida de empleos ha sido una de las principa-
los primeros en perder su trabajo. Ello ha resultado les razones del rechazo popular a las privatizacio-
particularmente perjudicial para los grupos mino- nes. Puesto que las empresas públicas a menudo
ritarios y las mujeres, que tienden a carecer de han sido utilizadas para crear empleo por razones
185

El impacto de las reformas estructurales en el empleo y los salarios

políticas, no sorprende que la reducción del observan en los sectores de ferrocarriles y puertos,
empleo sea necesaria para la viabilidad de estas mientras que en agua y electricidad son más
empresas en el sector privado. La siguiente eviden- modestos y en telecomunicaciones, en cambio, han
cia anecdótica muestra la magnitud del problema: sido frecuentes los aumentos de empleo (Banco
Mundial, 2003).
• Antes de la privatización, la nómina sala- La experiencia de los países latinoamericanos

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


rial en los ferrocarriles de Argentina superaba en puede ilustrar la magnitud de los cambios en el

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


60% a los ingresos totales de la empresa. En 1990, empleo de las empresas privatizadas. En siete
aunque los ferrocarriles movían menos del 10% del empresas privatizadas a comienzos de los noventa
tráfico, incurrían pérdidas equivalentes al 2% del en Argentina se perdieron aproximadamente
PIB (Birdsall y Nellis, 2002; Kikeri, 1998). 113.000 empleos, equivalentes al 50% del personal
• Hacia fines de los años ochenta, el empleo de esas empresas antes de ser vendidas. Las reduc-
en la empresa de telecomunicaciones de México ciones fueron desde 3% en la empresa de teleco-
había llegado a 50.000 personas y la productividad municaciones hasta 81% en ferrocarriles (Kikeri,
laboral era la mitad del estándar internacional (10,5 1998). Para el conjunto de todas las empresas pri-
trabajadores por cada 1.000 líneas) (Kikeri, 1998). vatizadas el empleo cayó de 223.000 personas en
• En 1990 Aero Perú tenía 2.300 empleados 1987-90 a 73.000 personas en 1997. Esta reducción
para solamente seis aeronaves, casi cuatro veces el de empleos equivale a 2% de la fuerza de trabajo
estándar máximo para esa actividad (Banco Mun- urbana (o 3,5% de la fuerza de trabajo de Buenos
dial, 2003). Aires, donde se concentraron la mayoría de los
despidos). Si la totalidad de los trabajadores despe-
Las reducciones de personal en las empresas didos hubieran permanecido desempleados (que
privatizadas son un fenómeno común, aunque no no fue el caso, según se verá más adelante), las pri-
universal, en la experiencia internacional. En un vatizaciones darían cuenta de 13% del aumento
conjunto de 27 casos de privatización estudiados por observado en la tasa de desempleo en ese mismo
varios autores, 14 presentaron reducciones de período (cuadro 5.11). Manteniendo también el
empleo luego de la privatización (27% del personal mismo supuesto, las privatizaciones habrían signi-
en promedio); dos mostraron reducciones sustancia- ficado un aumento de 8% en el número de pobres
les (en cuantía no especificada) y los demás tuvieron y habrían elevado en 3% el coeficiente Gini de con-
aumentos o cambios de poca importancia. En un centración del ingreso (McKenzie y Mookherjee,
segundo conjunto de 17 casos, hubo pérdidas de 2002).
empleo en siete (equivalentes al 45% del personal), Aunque Bolivia realizó más privatizaciones
aumento de empleo en cuatro (en 23% en prome- (como proporción del PIB) que Argentina, los des-
dio) y poco cambio en los demás (Birdsall y Nellis, pidos de personal parecen haber sido sustancial-
2002, sobre la base de diversos estudios de la OIT). mente menores. No existen estadísticas que
En un tercer conjunto de 69 empresas recién priva- abarquen todas las privatizaciones, pero aquellas
tizadas en 21 países en desarrollo (incluyendo los en los sectores de electricidad y telecomunicacio-
mayores privatizadores), se observó que en el 60% nes, que fueron las más importantes en los años
de los casos había aumentado el empleo después de noventa, solo acarrearon reducciones de empleo
la privatización (con aumentos del 10% en prome- para 1.700 personas, alrededor del 0,1% de la fuer-
dio), y que las firmas recién expuestas a la compe- za de trabajo urbana. Nuevamente, bajo el supues-
tencia fueron las más propensas a perder empleo to de que esas personas no hubieran encontrado
(Boubakri y Cosset, 1996, citado por Kikeri, 1998). empleo, estos despidos explicarían apenas un 3%
La intensidad de las reducciones de personal del aumento que experimentó la tasa de desempleo
difiere de un sector a otro, como lo muestra el aná- entre 1995 y 2000.
lisis de las experiencias de los países en desarrollo El caso de México parece haber sido interme-
en todo el mundo. Los recortes más draconianos se dio entre los de Argentina y Bolivia. Cuando empe-
186

Capítulo 5

Cuadro 5.11 Contracción en el empleo de los sectores/empresas privatizados

Argentina Bolivia México

Porcentaje de la fuerza laboral urbana en los sectores privatizados antes de la privatización 7 Menos de 0,5 4

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Reducción en el empleo como porcentaje de la fuerza laboral urbana 2 0,13 1

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Reducción en el empleo como porcentaje de la fuerza laboral de los sectores privatizados
antes de la privatización 75 30 50

Reducción en el empleo como porcentaje del desempleo en la economía (período)a 13 3 (1995-2000) –100

Tasa de nuevo empleo dentro del mismo sectorb 80-90 n.d. 45-50

a Los valores son para 1987/90-1997 para Argentina; 1995-2000 para Bolivia y 1983-94 para México.
b En los siguientes cuatro años en Argentina y dentro del mismo año para México.
Fuente: McKenzie y Mookherjee (2002).

zaron las privatizaciones en 1983, las empresas jante: el empleo había caído de 110.000 personas en
estatales ocupaban el 4% de la fuerza de trabajo 1975 a 42.000 en mayo de 1995, antes de iniciarse
urbana. Una década después esa proporción había la reestructuración de la empresa previa a la priva-
caído ligeramente por debajo del 2% (McKenzie y tización. Desde ese momento hubo una reducción
Mookherjee, 2002). En un patrón que no es exclu- adicional de cerca de 18.000 personas hasta trans-
sivo de México, gran parte de las pérdidas de ferir la empresa a los concesionarios, quienes dis-
empleo ocurrieron antes de la privatización. Un minuyeron la nómina en otras 14.000 personas
estudio de 218 firmas privatizadas en una diversi- (Estache, Schmitt de Azevedo y Sydenstricker,
dad de sectores mostró que las reducciones en la 2000; Andalón y López-Calva, 2001).
planta de personal durante los cuatro años anterio- Los sindicatos, los gobiernos y los potenciales
res a las privatizaciones fueron de aproximada- compradores suelen preferir que los recortes de
mente el 50%. En cuatro plantas de producción de personal ocurran antes de la privatización. En efec-
acero el empleo bajó de 35.578 personas en 1985 a to, antes de que esta se produzca, los sindicatos,
17.485, con las mayores reducciones justo antes de aunque se oponen a los recortes, tienen más poder
la privatización en 1991. En el caso de la aerolínea para obtener mejores compensaciones; los gobier-
Mexicana, el empleo fue recortado 40% antes de la nos cuentan con el aliciente de mejorar el precio de
privatización, por petición de los potenciales com- venta si reducen los costos laborales, y los poten-
pradores (los intentos anteriores de privatización ciales compradores prefieren evitarse los conflictos
habían resultado infructuosos porque las condicio- y la incertidumbre económica que puede implicar
nes de venta prohibían despedir trabajadores). En el proceso de despidos. Puesto que hay numerosos
los Ferrocarriles Nacionales de México el empleo incentivos para los recortes previos de personal, la
se redujo de un máximo de 83.000 empleados en frecuencia del fenómeno no sorprende. Basándose
1990 a aproximadamente 44.000 cuando empezó el en una muestra de 308 empresas privatizadas en
proceso de privatización en enero de 1997, y entre países en desarrollo entre 1982 y 2000 (101 de ellas
ese momento y junio de 1999 se recortó hasta lle- latinoamericanas), Chong y López-de-Silanes (2003)
gar a 3.000 personas (La Porta y López de Silanes, calcularon que en 78% de los casos hubo reduccio-
1999). nes de personal antes de la privatización (82% en
El caso de los ferrocarriles de Brasil fue seme- América Latina). Los despidos no afectaron por
187

El impacto de las reformas estructurales en el empleo y los salarios

igual a los distintos grupos de trabajadores dentro En la reforma portuaria de México el empleo públi-
de las empresas, ya que muchas utilizaron como co se redujo, pero gracias a la mayor actividad por-
criterios de selección para hacerlos la antigüedad tuaria, el trabajo en las empresas privadas que
laboral, la edad de los trabajadores o la falta de recibieron concesiones para prestar ciertos servi-
capacitación, y solo 32% de las empresas (tanto en cios aumentó rápidamente. Así, en el Puerto de
el plano mundial como en América Latina) usaron Manzanillo, que tenía 2.100 trabajadores en 1993,

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


programas de retiro voluntario.41 pasó a tener el doble cuatro años más tarde y en

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Aunque esta sección se concentra en privati- Veracruz el empleo pasó de 6.647 trabajadores a
zaciones, es importante mencionar que en varios 8.260 (Estache et al., 2001). En el sector de ferroca-
países de la región también hubo reducciones de rriles de México donde, como se ha visto, la reduc-
empleo importantes en la administración pública ción de personal fue notable, 54% (23.300
en los años noventa. El empleo en la administra- personas) de los despedidos durante el proceso de
ción federal en Argentina se redujo en aproxima- privatización fueron recontratados por las nuevas
damente 406.000 personas entre 1990 y 1992; en el empresas del sector (Andalón y López-Calva, 2001).
servicio civil de Perú se despidieron 263.654 perso- Por consiguiente, buena parte de las pérdi-
nas entre 1991 y 1993, aunque 112.000 fueron das iniciales de empleos en las empresas privati-
recontratadas; en Ecuador se despidieron 40.000 zadas pueden quedar compensadas por nuevas
personas del servicio civil entre 1992 y 1994, y en contrataciones en las mismas compañías o en
Colombia 12.000 del Ministerio de Transporte y otras vinculadas como proveedores o contratistas
Turismo entre 1990 y 1992 (Haltiwanger y Singh, de las empresas originales. Para Argentina, se ha
1999). La reducción del empleo en los sectores calculado que entre 80% y 90% de las reduccio-
públicos ha sido un fenómeno destacado en la nes de personal de las empresas privatizadas
mayoría de los países de la región (recuadro 5.6). quedó compensado por estos mecanismos de
reempleo dentro de los mismos sectores privatiza-
Los nuevos empleos dos en los cuatro años siguientes a las privatizacio-
nes (lo cual no implica que se haya recontratado a
Comparar el empleo antes y después de las privati- las mismas personas que fueron despedidas). Para
zaciones puede ser engañoso, porque las reestruc- México, la tasa de reempleo en los mismos sectores
turaciones exitosas, que elevan la productividad y ha sido calculada entre 45% y 50% en el primer
permiten la expansión de los servicios, pueden año después de las privatizaciones (McKenzie y
compensar total o parcialmente las pérdidas de Mookherjee, 2002). En su muestra de 308 empresas
empleos en la empresa privatizada. Por ejemplo, en privatizadas en todo el mundo, Chong y López-de-
Argentina, la petrolera YPF adoptó la modalidad de Silanes (2003, 2003a) encontraron que 44% amplia-
contratos con 210 empresas formadas por 5.300 ron sus plantas de personal después de la
antiguos trabajadores de la firma. De igual forma, privatización (54% en América Latina), y que 11%
la compañía de ferrocarriles subcontrató el servicio recontrataron personal que habían despedido (21%
de reparaciones con empresas cooperativas muy entre las empresas privatizadas en América Lati-
intensivas en mano de obra, mientras que las nue-
vas empresas del sector de telecomunicaciones,
aunque redujeron el personal en aproximadamente
41 Sin embargo, es conflictiva la evidencia acerca de los efectos que
10%, revincularon a la mayoría por contratos de tienen los despidos anteriores a la privatización sobre el precio de
servicios (Kikeri, 1998; Petrazzini, 1996). En Perú venta. Chong y López-de-Silanes (2003) observaron que las rees-
tructuraciones laborales en general no ayudan a elevar los precios
cerca del 20% del personal despedido por las priva- (y cuando los programas de retiro son voluntarios, claramente redu-
tizaciones se convirtió en subcontratista de las mis- cen el precio de venta). Pero, para el caso de México, López-de-
Silanes (1996) había encontrado que los despidos previos tuvieron
mas empresas, las cuales crearon numerosas como efecto un aumento del 6% en los precios. También halló que
pequeñas compañías en los sectores de transporte, transferir contingencias laborales a los compradores disminuía en
3% el precio, y que la ocurrencia previa de huelgas lo hacía hasta
agua, minería, puertos y electricidad (Kikeri, 1998). 18%.
188

Capítulo 5

Recuadro 5.6 El empleo público en América Latina

Desde hace mucho tiempo el sector público de América Lati- sector civil, caracterizado por su limitación presupuestaria
na se considera privilegiado por al menos tres razones. Pri- flexible.

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


mero, aunque los sueldos son, ceteris paribus, más bajos En consecuencia, en la mayoría de los países de

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


que los del sector privado, ello se ve contrarrestado con cre- América Latina se redujo el empleo en el sector público en
ces por prestaciones y ventajas afines más generosas. su conjunto, no solo como resultado de la privatización
Segundo, la seguridad en el empleo que ofrece la adminis- sino también debido al redimensionamiento de la admi-
tración pública no tiene precedentes, incluso en una región nistración pública. Como se indica en el gráfico, la pro-
que se ha caracterizado históricamente por sus arraigadas porción del empleo urbano total atribuible al sector
rigideces laborales. Tercero, el acceso que otorga al poder y público disminuyó en todos los países de América Latina
al ámbito político redunda en ventajas intangibles que difí- salvo Brasil y Chile. Sin embargo, aunque la proporción
cilmente pueden encontrarse en el sector privado. En conse- media del sector público en el conjunto del empleo urba-
cuencia, en las últimas décadas en el sector público se ha no se redujo únicamente en los años noventa, esa dismi-
generalizado el sobreempleo. Las reformas estructurales y nución oculta grandes discrepancias en la evolución del
las medidas favorables a la economía de mercado que apli- empleo del sector público en los distintos países. Estas
caron varios países de la región en los años noventa, suma- modificaciones del perfil del empleo y las perturbaciones
das a una crisis fiscal que exigió recortes drásticos del gasto que han sufrido segmentos específicos de la población
público, tuvieron por objeto poner fin a ese fenómeno. A laboral explican en parte la falta de apoyo a las reformas
medida que las economías liberalizaron el comercio exterior en los países de América Latina. Al reducirse el empleo en
y se desregularon los mercados, también se vio afectado el el sector público disminuyó el número de puestos de tra-
bajo que tradicionalmente estaban protegidos de las fluc-
tuaciones económicas. El número de empleos creados en
los sectores de alta productividad no fue suficiente para
remplazar los puestos de trabajo de sectores de baja pro-
Participación del empleo público en el empleo total ductividad que en el pasado habían generado rentas
(En porcentaje)
altas. Este hecho, conjugado con la trayectoria moderada
Panamá de la productividad global y la necesidad de reducir los
Ecuador costos, no fue compatible con el elevado costo de cumplir
Uruguay las normas legales para ingresar en el sector formal, lo
Costa Rica
cual ha dado lugar a una rápida expansión relativa del
Venezuela
México
sector informal en los últimos años. Por consiguiente, han
Brasil pasado a ser más frecuentes las relaciones contractuales
Promedio
América Latina informales. En estas circunstancias desfavorables, muchos
Argentina de los trabajadores desplazados del sector público no han
Chile conseguido puestos de trabajo que ofrezcan los mismos
Honduras
niveles de protección, remuneración y prestaciones socia-
Perú
Colombia
les, o simplemente no han encontrado trabajo de ningún
0 5 10 15 20 25 30 35 tipo.
1990 2000

Fuente: Organización Internacional del Trabajo, Panorama laboral para América


Latina y el Caribe (2001).
Fuente: Chong y Saavedra (2003); Saavedra (2003).

na). La probabilidad de que las empresas revincu- Las remuneraciones y otras


laran personal que había sido despedido antes de condiciones laborales
las privatizaciones aumentó sustancialmente cuan-
do el criterio de despido fue la edad del personal y, Las mejoras de productividad que resultan de los
en cambio, disminuyó cuando el criterio fueron las procesos de privatización a menudo permiten ele-
capacidades de los trabajadores. var los salarios y otras formas de remuneración de
los trabajadores que conservan sus empleos. En
189

El impacto de las reformas estructurales en el empleo y los salarios

Chile los nuevos propietarios de las empresas de personal dentro de la empresa y que se extendieran
electricidad privatizadas en los años ochenta (Chil- contratos de servicios a empresas no sindicalizadas
gener y Enersis) subieron los salarios e introduje- (Kikeri, 1998).
ron sistemas de participación en las ganancias. En Estos cambios de organización dentro de las
Argentina los salarios reales de los empleados de empresas han ido acompañados usualmente de
Entel y de la concesión de aguas de Buenos Aires modificaciones importantes en las prácticas labora-

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


aumentaron 45% en los tres años siguientes a la les, que pueden implicar un deterioro en el bienes-

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


privatización. En México, de acuerdo con una tar de los trabajadores debido a jornadas más largas
muestra amplia de empresas privatizadas, crecie- y accidentes y problemas de salud más frecuentes
ron en promedio 76% hasta 1993, muy por encima (atribuibles en algunos casos al mayor uso de con-
del resto de la economía (Kikeri, 1998). Más sor- tratos temporales; Banco Mundial, 2003; McKenzie
prendente aún, los aumentos de salarios fueron y Mookherjee, 2002). También hay evidencia
sustancialmente mayores para los operarios que casuista que sugiere que las privatizaciones han
para el personal de oficina (122% comparado con debilitado la capacidad de influencia de los sindica-
77% en el período 1983-94, según cálculos de La tos. Sin embargo, en algunas ocasiones se han desa-
Porta y López-de-Silanes, 1999). rrollado nuevos mecanismos de representación de
En muchas empresas privatizadas, los trabaja- los trabajadores, que han fortalecido su influencia
dores se beneficiaron además de los programas de sobre las condiciones laborales. Por ejemplo, la
participación en la propiedad que se introdujeron Federación Internacional de Sindicatos de la Quí-
para aumentar su interés en la privatización. En mica, Energía, Minas e Industrias Diversas (ICEM)
una compañía de electricidad en Chile, 85% de los ha establecido un acuerdo global con Endesa de
trabajadores adquirieron acciones, cuyo precio se España para mejorar las condiciones de trabajo en
quintuplicó en los tres años siguientes. En México todas sus empresas, mientras que el sindicato mun-
el sindicato de Telmex compró acciones a un precio dial de trabajadores de las telecomunicaciones ha
cercano a la mitad del precio básico de oferta para hecho algo semejante con Telefónica (ambas firmas
la privatización. Los trabajadores se beneficiaron tienen participación en la propiedad de numerosas
luego de un considerable aumento en la cotización empresas privatizadas en América Latina; véase
de mercado. En la privatización de Entel en Argen- Banco Mundial, 2003).
tina los trabajadores adquirieron acciones a un
sexto del precio de adquisición de los nuevos pro- Qué pasa con los despedidos
pietarios y en 1994 la ganancia promedio de valori-
zación de las acciones de cada trabajador había sido Se sabe muy poco sobre el destino que sufren los
US$25.000. Estos mecanismos de participación en trabajadores despedidos de las empresas privatiza-
la propiedad representaron no solamente un bene- das (que no son reenganchados directa o indirec-
ficio patrimonial, sino un incentivo para que los tamente por el mismo sector). En compensación
trabajadores cooperaran en el mejoramiento de la por los posibles daños que sufren, suelen recibir
empresa (Kikeri, 1998). pagos de cesantía y otros beneficios pecuniarios.
Sin embargo, durante el proceso de privatiza- Según algunas estimaciones, estas compensacio-
ción o después de él, hubo condiciones laborales nes superan ampliamente el costo promedio de
que se deterioraron. En el caso de Entel en Argen- búsqueda de un nuevo empleo (Galal et al.,
tina, con miras a la privatización, el gobierno exten- 1994).42 La información fragmentaria sobre algu-
dió la jornada de trabajo, eliminó las garantías de nas empresas también da crédito a la afirmación
estabilidad y limitó severamente las posibilidades de que los paquetes de retiro en general han sido
de organización de los trabajadores (Petrazzini,
1996). En el caso de Telmex en México, a cambio de
aumentos de salario, los trabajadores aceptaron 42Este estudio considera seis casos de privatización en Chile y
que se unificaran los contratos, que se reubicara al México, entre otros países.
190

Capítulo 5

generosos y aceptados mayoritariamente por los empresa privatizada, o si su capacitación o discipli-


trabajadores en forma voluntaria en las empresas na de trabajo ha sido menoscabada por las condi-
que los han ofrecido. En las compañías de ferro- ciones laborales. Estas dificultades pueden en parte
carriles, telecomunicaciones y acero de Argenti- ser remediadas por programas de capacitación y de
na, la indemnización promedio fue equivalente a apoyo para su reinserción. En América Latina hay
dos años de salarios y en los ferrocarriles de Bra- ejemplos de estos programas en Argentina, Brasil,

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


sil, a tres. Aunque los paquetes de despido en México y Perú, entre otros países. Las evaluaciones

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


general han representado erogaciones muy gran- de estas experiencias muestran que su efectividad
des, la evidencia sugiere que han sido la única ha sido muy variada. Los programas focalizados en
alternativa políticamente aceptable para corregir general han sido más efectivos que los de cobertu-
los excesos de empleo y que, a la postre, han sido ra amplia, y los programas de asesoría para la bús-
benéficos desde el punto de vista fiscal, teniendo queda de empleo han dado mejores resultados que
en cuenta los ahorros resultantes en costos labo- los de recapacitación, que a menudo se enfrentan
rales, transferencias y subsidios (Kikeri, 1998). con problemas de competencia administrativa,
Un estudio de caso basado en encuestas a los relevancia de los programas y baja capacidad de
antiguos trabajadores de los ferrocarriles federales aprendizaje de los participantes.
en Brasil permite formarse una idea sobre su rein-
serción laboral. Cerca de la mitad de los despedidos Síntesis: los modestos efectos
entre enero de 1995 y octubre de 1997 que respon- de la privatización
dieron la encuesta se encontraban trabajando por
su cuenta en los primeros meses de 1998, solo 18% Aunque muy sustanciales en relación con la planti-
estaban empleados formalmente, 4% eran funcio- lla de personal permanente de las empresas antes
narios públicos, y un 13% tenían trabajo sin con- de ser privatizadas, los efectos laborales de las pri-
trato legal. En septiembre de 1998, solo 10% vatizaciones fueron en realidad modestos sobre la
estaban desempleados (especialmente los de fuerza de trabajo o el desempleo y tendieron a ser
mayor edad y/o menor educación), pero 53% gana- rápidamente compensados, y en una alta propor-
ba menos que cuando trabajaba para los ferrocarri- ción, a través de los reenganches de personal de las
les (Estache, Schmitt de Azevedo y Sydenstricker, mismas empresas o de sus proveedores. En algunos
2000). casos, a lo largo del proceso, las condiciones labo-
La experiencia de los funcionarios del Banco rales de los trabajadores que mantuvieron sus
Central de Ecuador despedidos en la reforma de empleos se deterioraron (aunque no los ingresos).
1994 también es ilustrativa, aunque no se trata de También hay cierta evidencia de que en algunas
una privatización y quizá no sea representativa de empresas empeoraron las condiciones de salud,
los patrones de empleo de las empresas privatiza- seguridad y capacidad de organización e influencia
das. A los 15 meses del despido, 30% de los 363 fun- de las organizaciones de trabajadores. Las privati-
cionarios afectados estaban empleados, 51% zaciones pueden haber tenido otros efectos labora-
estaban autoempleados y 6%, desempleados. Del les indirectos, que no han sido considerados en este
total de despedidos, a los tres meses 43% estaban análisis, a través de su incidencia en la productivi-
recibiendo menos ingresos que antes y a los 15 dad de las firmas o en las condiciones de vida de las
meses dicha cifra ascendió a 46%. Esta evidencia familias. Por supuesto, la conveniencia de las pri-
sugiere que una proporción importante de despedi- vatizaciones no puede juzgarse solamente sobre la
dos vieron disminuidas sus posibilidades laborales base de sus efectos laborales, y posiblemente la opi-
y de remuneración (Rama y MacIsaac, 1999). nión adversa que tienen los latinoamericanos a
Es muy posible que los trabajadores despe- esta área de reforma se deba solo en parte a dichos
didos tengan dificultades para encontrar nuevos efectos.
empleos, especialmente si sus habilidades son muy
específicas para las funciones que cumplían en la
191

El impacto de las reformas estructurales en el empleo y los salarios

LOS EFECTOS LABORALES DE OTRAS reducir el crédito para las pequeñas y medianas
REFORMAS ESTRUCTURALES empresas (PyME). Sin embargo, la evidencia para
Argentina, Chile y Colombia muestra que la banca
Hasta ahora se ha discutido la evidencia sobre los estatal dedica una proporción sustancialmente
efectos laborales de la apertura y la privatización, menor de sus recursos a las PyME que la banca pri-
sin duda las dos áreas de reforma más visibles y vada. Esta tendencia parece estar combinándose en

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


polémicas. Aunque menos importantes desde el Chile y Colombia con un menor dinamismo de la

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


punto de vista laboral, otras reformas pueden tam- banca pública en comparación con la privada en este
bién haber contribuido a los problemas de empleo mercado. Entre 1997 y 2000 el crecimiento real de
y bajos ingresos de algunos grupos de trabajadores. los créditos de la banca pública a las PyME en Chile
Así lo sugieren las siguientes opiniones: fue 19 puntos porcentuales menor que el de la banca
“Las reformas han permitido la concentración de privada, y en Colombia fue 15 puntos menor (Clar-
los activos financieros [...]. En vez de ayudar a los ke et al., 2002). Por consiguiente, en la medida en
productores que necesitan capital a mantener o que las reformas financieras han permitido un
expandir sus operaciones, los intermediarios finan- mayor crecimiento del crédito otorgado por la banca
cieros han canalizado el financiamiento hacia las privada, las PyME han estado mejor atendidas.
grandes empresas (por lo general urbanas) y han Otra causa de la reducción del crédito a los
otorgado la mayor proporción de préstamos a unos pequeños negocios podría ser la mayor importan-
pocos agentes económicos poderosos. Ello ha obsta- cia que ha adquirido la banca extranjera en Améri-
culizado el desarrollo de pequeñas y medianas empre- ca Latina. Esto podría ocurrir si los bancos
sas, que constituyen una importante fuente de extranjeros desplazan del mercado a bancos nacio-
generación de empleos” (SAPRIN, 2002, p. 67; énfasis nales que tienen un conocimiento acumulado en
en el original). numerosos clientes pequeños y tienden a concen-
“Importantes sectores de la economía y grupos trarse más bien en los negocios más grandes, que
de la población no han podido acceder a créditos con pueden ser atendidos con costos menores de infor-
condiciones razonables. Las pequeñas y medianas mación y seguimiento. La evidencia proporciona
empresas, los productores rurales e indígenas y las sustento suficiente para este temor. En Argentina,
mujeres tienen un acceso muy limitado al sistema Colombia y Perú, los bancos extranjeros dedican en
financiero formal, ya que las elevadas tasas de interés promedio 21% de su cartera a pequeños negocios,
resultantes de la liberalización y los obstáculos para en tanto que ese coeficiente asciende a 26% en los
poder obtener financiamiento les han impedido dispo- bancos privados. En Argentina y Chile, además, los
ner de crédito” (SAPRIN, 2002, p. 68; énfasis en el bancos extranjeros crecieron mucho menos rápida-
original). mente en este segmento del mercado que los ban-
cos nacionales. Curiosamente, estas diferencias
Los efectos laborales de las entre banca nacional y extranjera se deben al com-
reformas financieras portamiento de los bancos extranjeros de menor
tamaño, ya que los bancos grandes, nacionales o
La evidencia sobre los efectos laborales de las refor- extranjeros, tienden a prestar en proporciones
mas financieras es muy escasa y se concentra en semejantes a las PyME (Clarke et al., 2002). Sin
pocos países. Aunque la conclusión central deriva- embargo, en la medida en que la banca extranjera
da de los pocos estudios existentes es que las no haya desplazado a la nacional, sino que haya
pequeñas empresas y los microempresarios no contribuido al crecimiento de todo el sistema finan-
están padeciendo ahora mayores limitaciones cre- ciero, sus efectos sobre las PyME serán favorables.
diticias por cuenta de las reformas, hay pocas bases Sobre la base de encuestas de opinión realizadas
para saber si esta es una conclusión generalizable. entre más de 4.000 empresas en 38 países en desa-
El cierre de numerosos bancos estatales es rrollo, se ha observado que la mayor penetración
uno de los factores que podría haber contribuido a de la banca extranjera mejora tanto la cantidad de
192

Capítulo 5

crédito como las condiciones de los créditos para te regulatorio y la mayor flexibilidad concedida a
empresas de todos los tamaños. Los beneficios los intermediarios financieros para desarrollar nue-
parecen ser mayores para las firmas más grandes, vos productos y operar en diversos mercados. Así lo
pero las de menor tamaño también se benefician sugieren los resultados de un estudio realizado
(Clarke, Cull y Martínez Pería 2001). entre 78 países en desarrollo, que mostró que para
La evidencia mencionada hasta ahora se refie- el 44% de los bancos que prestan servicios a las

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


re al crédito dirigido a las PyME, que posiblemente PyME, la principal razón es la mayor competencia

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


sea irrelevante para los pobres, quienes solo pue- en el mercado de crédito a las empresas medianas
den recibir crédito en cantidades muy pequeñas. y grandes (Jenkins, 2000). No obstante, el desarro-
¿Qué ha ocurrido entonces con el microcrédito? llo del microcrédito ha sido muy desigual entre paí-
¿Hay alguna evidencia de que las políticas de refor- ses, por razones no bien entendidas. El número de
ma financiera hayan perjudicado su desarrollo? La operaciones vigentes de microcrédito en Bolivia
respuesta es un contundente no. El microcrédito corresponde a 80% de la población estimada de
no solamente se ha desarrollado con rapidez en la microempresas, sugiriendo incluso que hay satura-
última década en América Latina, sino que buena ción del mercado de microcrédito. También son
parte de ese desarrollo ha ocurrido en el sector altos los indicadores de cobertura en Nicaragua
financiero tradicional. Según estadísticas basadas (36%) y El Salvador (35%), y un poco menores pero
en un inventario del microcrédito en 17 países para también notables en Paraguay, Perú y Chile (entre
1999, los bancos comerciales otorgan el 29% del 18% y 13%). En cambio, el desarrollo del micro-
crédito total que reciben las microempresas. Las crédito es virtualmente nulo en Argentina, Brasil,
organizaciones no gubernamentales (ONG) que se México, Uruguay y Venezuela. Con la notable
han transformado en entidades financieras regula- excepción del Banco de Nordeste en Brasil, el
das proveen otro 45%, junto con otros intermedia- microcrédito no ha captado la atención de las enti-
rios financieros especializados. Por consiguiente, dades financieras grandes de estos países (Chris-
las instituciones financieras reguladas, que no tení- ten, 2000).
an casi ninguna participación en el microcrédito
cinco años atrás, están ahora canalizando 74% de Los efectos laborales de las
los créditos a la microempresa y atendiendo 53% reformas tributarias y otras reformas
de sus clientes. Aunque el microcrédito de las enti-
dades reguladas se hace en montos dos veces y Las implicaciones laborales de las reformas tributa-
media más grandes que en las entidades no regula- rias han sido objeto de mucha menos atención que
das, el valor promedio de cada operación es apenas las demás reformas discutidas en este capítulo (en
unos US$800, que representan aproximadamente relación con los efectos de las reformas de la legis-
seis meses del ingreso per cápita de los países lación laboral, véase el capítulo 7). La orientación
donde operan. Por consiguiente, la institucionaliza- general de las reformas tributarias implicó simplifi-
ción del microcrédito no parece estar llevando a car los sistemas impositivos, reducir las tasas de
una desviación del producto hacia sectores pudien- impuesto del capital y de los ingresos laborales más
tes. Para algunos observadores, estas tendencias altos, y generalizar el uso del impuesto al valor
señalan que la provisión de crédito a los pobres agregado (IVA). Sin embargo, como se ha visto, el
está siendo, finalmente, un componente importan- alcance y la continuidad de estas reformas varía
te del menú de servicios del sistema financiero según el país, lo cual puede en parte explicar la
(Christen, 2000). escasa atención que ha recibido esta área en la
No es posible atribuir completamente estos investigación económica.
avances a las reformas financieras de la última Hay cuatro preguntas fundamentales que
década. Sin embargo, puede decirse que sin duda deberían hacerse sobre los efectos laborales de
han sido favorecidos por el crecimiento del sistema estas medidas. La primera es si las reformas han
crediticio, la mayor competencia, el mejor ambien- afectado la demanda laboral, lo cual podría haber
193

El impacto de las reformas estructurales en el empleo y los salarios

ocurrido principalmente por el abaratamiento del cialmente los de bajos ingresos, que en la de otros
costo de uso del capital. Algunos estudios para individuos (BID, 1998, capítulo 8).
Colombia sugieren que en los sectores industriales • Si una reforma tributaria no es neutra en
las reformas tributarias, junto con otras medidas, materia de recaudos totales, los análisis de inciden-
abarataron el capital y redujeron la demanda de tra- cia deben tener en cuenta el uso de los recaudos
bajo no calificado, en tanto que elevaron la deman- adicionales, que suelen beneficiar más a quienes

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


da de trabajo calificado, el cual es complementario reciben los servicios sociales. En el caso de los tra-

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


del capital (Cárdenas y Gutiérrez, 1997). bajadores, los recaudos adicionales pueden benefi-
La segunda pregunta es si las reformas afecta- ciarlos a través de los programas de seguridad
ron la oferta laboral, al haber cambiado los incenti- social en salud, pensiones u otros.
vos para trabajar. Esta discusión, que fue muy • Los análisis convencionales de incidencia
intensa en Europa y Estados Unidos en las últimas fiscal suelen suponer que el costo del IVA se tras-
décadas, es menos relevante en América Latina, pasa completamente al precio de los bienes finales,
donde los impuestos solo gravan a trabajadores de pero no sucede así en la práctica (Shah y Whalley,
ingresos relativamente altos (BID, 1998, capítulo 8) 1991). Esto implica que parte del impuesto puede
y donde pocas personas tienen los niveles de ingre- recaer sobre los productores o, lo que también es
so suficientemente elevados para que la decisión relevante, sobre los trabajadores de los sectores que
de trabajar o no hacerlo pueda alterarse por el nivel producen los bienes gravados por el IVA.
de impuestos. Sin embargo, hay que considerar dos
aspectos importantes. Primero, los impuestos a los La cuarta pregunta, relacionada con el tema
ingresos pueden influir en la composición y la cali- de la incidencia, se refiere a la interacción entre la
dad del empleo, pues afectan la decisión de las per- reforma tributaria y otras reformas. La cuestión
sonas de trabajar como empleados o como surge porque la incidencia de cualquier impuesto
trabajadores independientes y la decisión de las depende de la forma en que operen los mercados
empresas de organizarse en forma transparente y de factores y de bienes. Puesto que las otras refor-
consolidada, o más bien en forma opaca y a través mas alteraron el funcionamiento de estos merca-
de pequeñas unidades productivas. Segundo, el dos, debe esperarse a priori que hayan modificado
nivel de impuestos sobre cierto tipo de trabajadores la incidencia de los impuestos previamente exis-
de ingresos altos puede influir en sus decisiones de tentes. Considérese la existencia de cuotas de
migración, y afectar por este canal los salarios rela- importación. En esta situación los cambios en los
tivos entre trabajadores calificados y no calificados. aranceles afectan solamente a los beneficiarios de
La tercera pregunta se refiere a los efectos de las cuotas, sin ninguna incidencia sobre los pro-
las reformas tributarias sobre la incidencia de los ductores o los consumidores. Pero cuando las cuo-
impuestos, es decir sobre aquellos en quienes tas desaparecen, los cambios en el arancel tienden
recaen en último término los gravámenes. Debido a trasladarse a unos y otros, y por lo tanto pueden
a la mayor importancia del IVA podría pensarse afectar a los trabajadores. O considérese el efecto
que los trabajadores han resultado perjudicados que puede tener el racionamiento de crédito sobre
con las reformas tributarias. De hecho, a menudo la incidencia de los impuestos a las empresas. En
se afirma que el IVA es un impuesto regresivo, a este caso, la carga impositiva de un impuesto a la
diferencia del impuesto a la renta, que se conside- renta recae sobre los receptores del crédito racio-
ra progresivo. Esta conclusión, sin embargo, no es nado. Pero si una reforma financiera elimina el
necesariamente correcta, por varias razones: racionamiento, el impuesto tenderá a recaer en
parte en los consumidores. Excepto por algunos
• En la mayoría de los países de América Lati- ejercicios de simulación efectuados con modelos de
na están excluidos del IVA muchos productos de equilibrio general, prácticamente no se sabe nada
consumo básico, como los alimentos, que pesan sobre la relevancia y tamaño de estos efectos labo-
mucho más en la canasta de los trabajadores, espe- rales (Shah y Whalley, 1991; Lora, 1995).
194

Capítulo 5

En síntesis, las reformas tributarias (y la privatización debilitaron el poder de negociación


interacción de otras reformas con el sistema tribu- de los trabajadores, contribuyendo a la reducción
tario) posiblemente hayan tenido efectos sobre el de salarios y beneficios laborales.
empleo y los salarios reales de los trabajadores, Estas conclusiones resultan relevantes para
pero estos temas prácticamente no han recibido futuros gobiernos reformadores. Una implicación
atención en el acalorado debate sobre los efectos de importante es que tal vez sea imposible determinar

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


las reformas. con anticipación los efectos laborales de una refor-

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


ma estructural. Esto vale especialmente para la
liberación de importaciones y otras reformas al
CONCLUSIONES E IMPLICACIONES régimen de comercio internacional (como los
DE POLÍTICA acuerdos de integración internacional).
Todo lo anterior se debe no solamente a una
Desempleo, bajos salarios e inestabilidad laboral falta de conocimiento de los posibles impactos de
son problemas que preocupan a la mayoría de los estas reformas en los distintos sectores, sino tam-
latinoamericanos. La apertura, la privatización y bién a la naturaleza misma del funcionamiento del
otras reformas estructurales orientadas a facilitar el mercado laboral. El principal temor que tenían los
funcionamiento de los mercados no han bastado gobiernos cuando se iniciaron los procesos de aper-
para solucionarlos y, según opiniones muy difundi- tura era que aumentara el desempleo, porque los
das, pueden incluso haberlos agravado. trabajadores que perdieran sus empleos en los sec-
Este capítulo ha mostrado que no hay funda- tores anteriormente protegidos tendrían dificultad
mento para algunas de esas críticas. Los efectos de en encontrar nuevos puestos por falta de informa-
la apertura y la privatización sobre el desempleo (o ción o capacitación. Este temor ignoraba que los
sobre el empleo total) fueron muy limitados en mercados laborales son muy fluidos debido a las
magnitud y duración, al punto que no se encuen- altas tasas de creación y destrucción de empleos en
tra ninguna evidencia (en este u otros estudios) de todos los sectores y que su fluidez ayudaría a aco-
que estas reformas contribuyan a explicar las dife- modar las reformas sin producir grandes cambios
rencias en las tasas de desempleo (o de empleo) en el desempleo. Los gobiernos o los analistas tam-
entre unos países u otros ni los cambios en dichas poco previeron que gran parte del ajuste del mer-
tasas a través del tiempo. Tampoco puede soste- cado laboral a las reformas se produciría mediante
nerse la afirmación de que la apertura aumentó la caídas en los salarios, especialmente de los trabaja-
inestabilidad del empleo o deterioró las condicio- dores no calificados en los sectores que percibían
nes de trabajo en los sectores expuestos a la com- rentas por carecer de competencia.
petencia de las importaciones o en los nuevos Por este desconocimiento, los intentos para
sectores exportadores. No hay tampoco bases para compensar a los perdedores o para aliviar los cos-
asegurar que la liberalización financiera haya tos sociales de la apertura habrían resultado inade-
reducido el crédito para las empresas pequeñas o cuados. Posiblemente se habrían concentrado en
las microempresas y que por este canal haya con- establecer o reforzar servicios de capacitación de
tribuido a agravar los problemas laborales. trabajadores o programas de empleo mínimo tem-
No obstante, hay críticas que son válidas. La poral, como de hecho ocurrió en algunos países. Si
apertura produjo caídas de salarios en los sectores los gobiernos hubieran anticipado los verdaderos
afectados por las reducciones de aranceles y el mecanismos de ajuste de los mercados laborales,
aumento de las importaciones. Posiblemente tam- habrían advertido que es difícil identificar con pre-
bién contribuyó a aumentar la informalidad en los cisión quiénes pierden con las reformas y que por
países con legislaciones laborales más rígidas. La consiguiente la eficacia de estas políticas activas de
privatización causó fuertes pérdidas de ingresos y intervención en el mercado laboral estaría en
de estabilidad a los empleados despedidos de las entredicho. Por lo tanto, habría sido más adecuado
empresas privatizadas. Tanto la apertura como la reforzar las políticas laborales de carácter pasivo
195

El impacto de las reformas estructurales en el empleo y los salarios

(como los seguros de desempleo y otros mecanis- sesgadas hacia el uso de trabajo de más alta califi-
mos generales de protección) y facilitar la creación cación. No obstante, como se discute en el capítulo
de nuevos empleos mediante reformas de la legis- siguiente, el soporte estadístico y analítico para
lación laboral y un ambiente de políticas favorable esta hipótesis dista de ser contundente.
al crecimiento económico.43 La investigación económica ha prestado muy
Sin embargo, en algunas reformas es factible poca atención a los efectos laborales de las refor-

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


identificar con precisión los grupos de trabajadores mas financiera y tributaria. La evidencia fragmen-

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


que pueden resultar perdedores y tomar acciones taria sobre la reforma financiera indica que sus
para ayudarlos. Es el caso de las privatizaciones o efectos laborales han sido positivos, pues aparente-
de los programas de reestructuración de la ad- mente ha contribuido a ampliar el acceso al crédi-
ministración pública, donde los afectados por la to para la pequeña empresa y la microempresa. Sin
pérdida de empleo pueden recibir el apoyo de pro- embargo, el tema ha sido muy poco estudiado para
gramas que pueden incluir una diversidad de polí- ofrecer una conclusión definitiva. No existen prue-
ticas activas, desde consejería y ayuda para buscar bas de la vinculación directa entre estos dos fenó-
trabajo hasta planes comunitarios de creación de menos y se desconoce por qué los sistemas de
empleos. La eficacia de la mayoría de estas políti- microcrédito se han desarrollado sólo en algunos
cas depende de que puedan dirigirse a grupos espe- países. Tampoco se sabe si es correcto el supuesto
cíficos de trabajadores, aunque esta no es la única implícito en estos análisis de que si el crédito se
condición de éxito.44 orienta más hacia las empresas más intensivas en
Las conclusiones de este capítulo también son mano de obra su efecto sobre el empleo agregado
relevantes para los analistas e investigadores. es mayor. En el área de la reforma tributaria los
Muchos de los efectos de las reformas estructurales vacíos de la investigación económica son aun más
fueron inesperados para los economistas. Posible- notables. Se ignoran sus efectos sobre la demanda y
mente la apertura produjo efectos favorables (aun- la oferta laboral, se sabe muy poco acerca de su
que modestos) sobre la productividad y el influencia sobre la remuneración efectiva recibida
crecimiento, pero no los cambios que se esperaban por los trabajadores y se desconoce si la interacción
en la composición de la producción o el empleo ni entre la reforma tributaria y otras reformas ha alte-
en las remuneraciones laborales. Por razones que rado la incidencia de los impuestos.
no están suficientemente estudiadas, la composi- En suma, el proceso de reformas estructurales
ción sectorial de la producción y el empleo cambió ha traído abundantes sorpresas laborales para los
mucho menos de lo que implicaban las modifica- gobiernos reformadores, para sus críticos y para los
ciones en los precios relativos de los productos o la economistas, dejando una lección de cautela y
penetración de las importaciones netas. El ajuste modestia para unos y otros.
parece haber ocurrido en parte a través de caídas
de salarios, especialmente de los trabajadores no
calificados, que posiblemente participaban de las
rentas derivadas de la protección a las importacio-
nes. Sin embargo, esta hipótesis no ha sido probada
suficientemente y no está claro si su validez
depende de la presencia de sindicatos, de los meca-
nismos de negociación de salarios o de otros facto-
res. La asociación entre apertura y aumento de las
brechas salariales ha recibido mucha atención de
los investigadores. La hipótesis más usual para
explicarla considera que la competencia de las 43 Véanse los capítulos 7 y 8 para una discusión de los pros y con-

importaciones (o el aumento de las exportaciones) tras de las distintas políticas e instituciones laborales.
44 Véase el capítulo 8, en particular el recuadro 8.2.
ha facilitado e inducido la adopción de tecnologías
This page intentionally left blank

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub
Capítulo
6

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.
El empleo y el papel
de la tecnología

En los capítulos anteriores se describen y analizan logías del mercado laboral, como el desempleo cre-
los resultados insatisfactorios registrados en los ciente. Además, el análisis de los distintos países
mercados laborales de América Latina durante los muestra claramente que una elevada o rápidamen-
años noventa. En general, los países latinoamerica- te creciente productividad no está correlacionada
nos experimentaron un estancamiento de los sala- con tasas elevadas o rápidamente crecientes de
rios, un creciente desempleo y una desigualdad desempleo.
salarial cada vez mayor, asociada con el creciente Asimismo resulta sorprendentemente débil la
rendimiento de la educación. Como se señala en el conclusión adicional según la cual el creciente ren-
capítulo 1, existen varias hipótesis (que no son dimiento de la educación se debe al cambio tecno-
mutuamente excluyentes) para estos fenómenos. lógico sesgado en favor de los trabajadores
Este capítulo se concentra en las explicaciones rela- calificados, quizá ocasionado por la liberalización
cionadas con el cambio tecnológico. del comercio y otras reformas estructurales. Ello no
La principal conclusión que surge de este aná- niega la validez de la noción general de que en el
lisis es que la tecnología explica en forma adecua- largo plazo el cambio tecnológico debe mostrar un
da el estancamiento de los salarios, pero no el sesgo en favor de los trabajadores calificados para
desempleo creciente. El crecimiento de los salarios conciliar el crecimiento a largo plazo en la oferta
ha sido bajo porque la productividad apenas se ha relativa de tales trabajadores con la falta de una dis-
incrementado en la región. Como en períodos pro- minución secular en el rendimiento de la educa-
longados el crecimiento de la productividad se rela- ción. El punto es que resulta difícil encontrar
ciona principalmente con el cambio tecnológico, evidencia convincente de que el cambio tecnológi-
puede deducirse que los salarios no se han incre- co sea la causa del reciente incremento en el ren-
mentado en la forma prevista por el lento adelanto dimiento de la educación. El capítulo no llega a una
tecnológico registrado en la región. En otras pala- conclusión clara sobre este aspecto, pero en cambio
bras, el problema no reside en que los mercados advierte al lector que es preciso realizar más inves-
laborales han asignado rentas en forma perjudicial tigaciones para comprender las causas del mayor
para los trabajadores, sino en que el sistema eco- rendimiento de la educación que se observa en la
nómico no ha generado rentas que puedan asignár- región. Además, si en efecto este fenómeno se
seles. debiera a un cambio tecnológico sesgado en favor
Esta conclusión pone en duda las explicacio- de los trabajadores calificados, habría mucho que
nes que achacan al cambio tecnológico otras pato- aprender acerca de las tecnologías específicas
198

Capítulo 6

(como la tecnología de la información y los equipos sistemáticamente con el nivel de ingresos en los
automatizados) que subyacen a ese cambio tecnoló- distintos países. Reuniendo todos los datos disponi-
gico y las aptitudes específicas para las cuales está bles sobre los distintos países y períodos, este autor
creciendo la demanda. encuentra que la participación de la mano de obra
se concentra en un nivel comprendido entre 0,6 y
0,85, sin que se observe una tendencia a lo largo del

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


LA TECNOLOGÍA Y EL ESTANCAMIENTO tiempo o entre países.

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


DE LOS SALARIOS Lamentablemente la evidencia no es tan con-
cluyente como lo sugieren estos trabajos. Por ejem-
Un aspecto en el que los economistas generalmen- plo, Blanchard (1997) muestra que la participación
te coinciden es que a largo plazo la productividad de la mano de obra en el ingreso nacional decreció
laboral es el principal determinante del nivel sala- en los años ochenta y noventa en varios países de
rial. Ese es claramente el caso si la participación de Europa. En términos más generales, Harrison
la mano de obra en el producto interno bruto (PIB) (2002) indica que, mientras la participación de la
(es decir, los salarios totales pagados como porcen- mano de obra no parece mostrar una tendencia
taje del ingreso total) es constante a lo largo del cuando se consideran todos los países, esto oculta
tiempo; en tal caso, la tasa de crecimiento de los diferencias en la experiencia entre países a distin-
salarios es igual a la tasa de crecimiento de la pro- tos niveles de ingreso. El análisis detallado indica
ductividad.1 Además, si la participación de la mano que en los países pobres y de ingresos medianos la
de obra no varía con los niveles de ingreso entre participación de la mano de obra muestra una ten-
países, ello implicaría que los países más ricos dencia negativa en el período 1960-97.
pagarían mayores salarios porque tienen mayores El progreso tecnológico que supone un ahorro
niveles de productividad laboral. de mano de obra podría ser una razón por la cual la
La constancia de la participación de la mano participación de la mano de obra disminuye con el
de obra ha sido uno de los "hechos estilizados” del tiempo. Se dice que el progreso tecnológico ahorra
crecimiento aceptados por los economistas durante mano de obra cuando aumenta la demanda de capi-
muchas décadas (Kaldor, 1961). Esto se debe en tal más que la demanda de mano de obra.2 Con
parte a la notable estabilidad de la participación de salarios flexibles y un volumen constante de capi-
la mano de obra en Estados Unidos, donde los sala- tal, esto implicaría que los salarios no se elevan tan
rios pagados como fracción del ingreso total se rápidamente como el producto, disminuyendo en
mantuvieron en 60% entre 1950 y 2002. Si se con- consecuencia la proporción del ingreso que corres-
sidera una medición más inclusiva de la remunera- ponde a mano de obra. Por supuesto, esto también
ción de la mano de obra, que incluye la implica que el rendimiento del capital se incre-
contribución de los empleadores a la seguridad menta y, por lo tanto, la oferta de capital responde-
social y otros ingresos laborales además de los
sueldos y salarios, se llega a la conclusión de que la
participación de la mano de obra se ha incremen-
tado ligeramente durante este período, lo que 1 Para verificar esto, nótese que si el salario (w) es una fracción

implica que, en la práctica, en Estados Unidos los constante de la productividad laboral (Y/L, donde Y es el producto
total y L es el total de trabajadores), es decir, w = α (Y/L), entonces
salarios han crecido más rápidamente que la pro- los salarios totales pagados serán una fracción constante del pro-
ductividad laboral. ducto total o PIB: α = (wL)/Y.
2 Barro y Sala-i-Martín muestran que para que exista un estado
La constancia de la participación de la mano
estacionario en un modelo de crecimiento neoclásico, el cambio tec-
de obra se ha observado también en los países de nológico debe ser del tipo que ahorra mano de obra. Dado que los
Asia del Este, que han experimentado rápidas tasas países desarrollados (como Estados Unidos y Reino Unido) han mos-
trado tasas de crecimiento aproximadamente constantes durante
de crecimiento (Young, 1995). En forma congruen- más de un siglo, el crecimiento de estado estable constituye un rasgo
atractivo de los modelos de crecimiento. Este constituye un argu-
te con esta comprobación, Gollin (2002) muestra mento decisivo en favor de que en última instancia el progreso tec-
que la participación de la mano de obra no varía nológico debe ahorrar mano de obra.
199

El empleo y el papel de la tecnología

ría en forma positiva a largo plazo, lo que reduciría Gráfico 6.1 Salarios y productividad laboral en América Latina
el rendimiento del capital y aumentaría los sala- 1
rios, permitiendo que la participación de la mano
de obra se mantuviera constante. Esta es una des- 0,5

cripción adecuada de lo que ocurre a largo plazo en


0
los países desarrollados, y quizá incluso en países

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Salarios (log)
menos desarrollados, aunque puede no captar la -0,5

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


dinámica a mediano plazo, cuando el volumen de
-1
capital no se ajusta plenamente. Por ejemplo, Blan-
chard (1997) sostiene que la menor participación -1,5
de mano de obra observada en Europa en los años
-2
ochenta y noventa se debió a un cambio tecnológi- -0,4 -0,3 -0,2 -0,1 0 0,1 0,2 0,3 0,4

co que ahorró mano de obra (que a su vez fue el Productividad laboral (log)

resultado de las rigideces del mercado laboral y de Nota: Cada punto en el gráfico corresponde a un país latinoamericano y un año.
Fuente: Cálculos del BID basados en la base de datos de la OIT.
los elevados impuestos sobre el trabajo) que no
estuvo acompañado de una mayor oferta de capital.
¿Podría estar ocurriendo lo mismo en América Lati-
na? ¿Es el estancamiento de los salarios el resulta-
do de la menor participación de la mano de obra en que el verdadero coeficiente es igual a 1. En el grá-
la región? fico 6.1 puede verse la correlación parcial corres-
Antes de analizar detalladamente los datos pondiente de la mano de obra y los salarios (en
correspondientes a América Latina, resulta útil vol- logaritmos) del conjunto de datos de la OIT. En
ver a observar las conclusiones de Harrison. La ten- general, el análisis estadístico sugiere que los sala-
dencia negativa en la participación de la mano de rios se mueven en la misma proporción que la pro-
obra observada en los países que ocupan el seg- ductividad laboral.
mento medio e inferior de la distribución de los Este análisis indica que el hecho de que los
ingresos resulta pequeña: la participación de la salarios no aumenten rápidamente se debe al lento
mano de obra disminuye un punto porcentual cada crecimiento de la productividad laboral. Como
década, lo que no contribuiría demasiado a explicar puede verse en el gráfico 6.2, en 1985-2000 la tasa
el estancamiento de los salarios en América Latina. de crecimiento anual promedio de la productividad
Para analizar más directamente este aspecto, laboral ha sido baja en la región.4 De los 18 países
en este capítulo se investiga la relación estadística de la muestra, nueve mostraron tasas negativas de
entre los salarios y la productividad en los distintos crecimiento. El promedio simple de la tasa de cre-
países de América Latina utilizando datos del cimiento en los 18 países fue de –0,03%, muy infe-
Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la rior a la tasa del 1,95% registrada en Estados
Comisión Económica para América Latina y el
Caribe (CEPAL) y la Organización Internacional del
Trabajo (OIT).3 En el caso de los conjuntos de datos
3 Formalmente, se efectuó la regresión del logaritmo del nivel sala-
del BID y la CEPAL, el análisis estadístico sugiere
rial sobre el logaritmo de la productividad laboral utilizando varia-
que los salarios se mueven más que proporcional- bles ficticias (dummies) de años y países. La regresión utilizó cifras
mente con la productividad de la mano de obra. En de PPP de la productividad de la mano de obra tomadas de la base
de datos de Heston, Summers y Bettina (2002). Se utilizaron tres
el caso del conjunto de datos de la OIT, el coefi- fuentes de salarios para realizar tres ejercicios. En el primero se usa-
ciente estimado es de 0,86, lo que implica que ron los salarios promedio de las encuestas de hogares (base de
datos del BID). En el segundo, datos de la CEPAL (base de datos
cuando la productividad de la mano de obra se PADI) sobre el salario real promedio en el sector manufacturero de
incrementa 1%, los salarios aumentan 0,86%. Pero los países de la región. El tercero se basó en datos de la OIT sobre
el salario real en las manufacturas.
incluso en este caso, el error estándar de la regre- 4 Los datos fueron tomados de la base de datos de Heston, Summers
sión es tal que no podemos rechazar la hipótesis de y Bettina (2002).
200

Capítulo 6

Gráfico 6.2 Crecimiento de la productividad laboral: la región fue del –0,1%. La tecnología contribuyó
contribuciones de la tecnología y de la más del 1% al crecimiento de la productividad labo-
profundización del capital, 1985-2000
ral en sólo seis de los 18 países de la muestra del
(En porcentaje)
estudio: Argentina, Brasil, Chile, El Salvador, Repú-
Chile
Rep. Dominicana blica Dominicana y Uruguay.9
Uruguay
Cabe investigar si el estancamiento observado

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


El Salvador
Brasil durante el período comprendido entre 1985 y 2000

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Costa Rica
México se debió a los resultados negativos registrados en la
Argentina
Guatemala segunda mitad de los años ochenta. Para explorar
Panamá
Venezuela esta posibilidad, el análisis estadístico subdivide la
Colombia
Honduras totalidad del período en tres subperíodos de cinco
Ecuador
Bolivia años: 1985-90, 1990-95 y 1995-2000. Los detalles de
Paraguay
Perú este análisis se describen en el apéndice 6.2. El
Nicaragua
-5 -4 -3 -2 -1 0 1 2 3 4 5
principal resultado es que no existe una diferencia
estadísticamente significativa en la tasa de creci-
Tecnología Profundización
del capital miento de la productividad laboral entre los tres
Fuente: Cálculos del BID.
subperíodos: el análisis de la contribución de la
tecnología al crecimiento de la productividad labo-
ral arroja el mismo resultado en los tres casos. La
única diferencia estadísticamente significativa
Unidos en ese mismo período. Por lo tanto, la pro- surge de la contribución de la profundización del
ductividad laboral ha tendido a estancarse en la capital al crecimiento de la productividad laboral,
región en el período posterior a la crisis, excepto en que muestra una mejora del –1% en 1990-95 al
solamente cuatro países: Chile, El Salvador, Repú- 1,2% en 1995-2000.
blica Dominicana y Uruguay, en los que creció más
del 1% anual.
5 Los lectores interesados pueden hallar un análisis completo en
La posibilidad de un examen completo de las
Loayza, Fajnzylber y Calderón (2002).
causas del bajo crecimiento de la productividad 6 Este es un enfoque adecuado en el largo plazo; por ejemplo, no
laboral en la región escapa al alcance de este capí- se disputa que el cambio tecnológico ha sido la fuente del creci-
tulo.5 El presente análisis se limita a explorar el miento de los países desarrollados a largo plazo. En períodos más
breves, sin embargo, el crecimiento de la PTF puede estar inducido
papel del cambio tecnológico en este fenómeno. por factores distintos del cambio tecnológico, como una mejor asig-
nación de recursos entre sectores, o una reasignación de recursos a
Como el cambio tecnológico no puede medirse actividades productivas en vez de a la búsqueda de rentas. Ade-
directamente, el enfoque convencional consiste en más, el crecimiento de la PTF se ve afectado por el ciclo económico:
en una desaceleración disminuye la utilización de capital, y las
examinar el crecimiento del producto que no puede mediciones de los insumos de capital generalmente no captan este
explicarse por el crecimiento de los insumos (que hecho, lo que podría conducir a una subestimación del crecimiento
de la PTF.
comúnmente se denomina productividad total de
7 El apéndice 6.1 presenta una explicación de la descomposición
los factores, PTF) para medir el cambio tecnológico del crecimiento del gráfico 6.2.
en forma indirecta.6 De esta manera, el crecimiento 8 Esta descomposición del crecimiento no se ajusta en función de la

de la productividad laboral puede desglosarse en utilización de la capacidad o el capital humano, pero si se efectua-
ran estos ajustes se fortalecerían los resultados (véase Loayza,
dos componentes: una contribución del cambio tec- Fajnzylber y Calderón 2002).
nológico y una contribución de la profundización 9 Es interesante señalar que de los cuatro países en los que la pro-

del capital (véase el gráfico 6.2).7 ductividad laboral creció más del 1% al año, sólo uno experimentó
una contribución positiva de la profundización del capital (Chile), e
En el período 1985-2000, el progreso tecnoló- incluso en este caso la contribución fue apenas superior al 10% del
gico no contribuyó al crecimiento de la productivi- crecimiento total de la productividad laboral. Este resultado no debe
sorprender: en la literatura especializada es bien sabido que por lo
dad laboral en la región.8 Mientras que en Estados general el elevado crecimiento de la productividad laboral se debe
Unidos la tecnología contribuyó un 1,57% al creci- al alto crecimiento de la PTF antes que a la profundización del capi-
tal (Klenow y Rodríguez-Clare, 1997; Easterly y Levine, 2001; Loay-
miento de la productividad laboral, el promedio de za et al., 2002).
201

El empleo y el papel de la tecnología

El resultado de que el crecimiento de la pro- obra para producir el mismo volumen de producto,
ductividad laboral no es estadísticamente mayor en lo hará. En términos simples, lo que ocurre es que
la primera mitad de los años noventa con respecto el cambio tecnológico produce un aumento del pro-
a la segunda mitad de los años ochenta resulta sor- ducto en vez de un aumento del desempleo.
prendente si se considera que el crecimiento del Aun así, resulta instructivo observar los datos
ingreso per cápita se incrementó marcadamente a recientes. El crecimiento de la PTF constituye el

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


lo largo de estos dos quinquenios. En efecto, un mejor indicador disponible del cambio tecnológico.

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


análisis estadístico similar revela que la tasa de cre- Utilizando las tasas de crecimiento de la PTF cal-
cimiento del ingreso per cápita pasó de –1,1% culadas por Klenow y Rodríguez-Clare (2003), es
anual en 1985-90 a 1% en 1990-95. Esta mejoría no posible verificar la relación entre las variaciones en
se debió a una mayor tasa de crecimiento de la pro- las tasas de empleo y las tasas de crecimiento de la
ductividad laboral, sino más bien a una mayor tasa PTF para un conjunto de países en 1990-95 y 1995-
de crecimiento de la participación de la fuerza labo- 2000. No existe una relación estadísticamente sig-
ral: la contribución de este componente pasó de nificativa entre las variables: no se observa que los
–0,7% en la segunda mitad de los años ochenta a países con tasas más elevadas de crecimiento de la
0,9% en la primera mitad de los noventa. En pala- PTF se vean afectados por decrecientes tasas de
bras de Krugman, el repunte del crecimiento en empleo.11 Un análisis similar, pero con el incre-
1990-95 fue más "transpiración” que "inspiración” mento en el número de computadoras personales
(Krugman, 1994). por persona en vez del crecimiento de la PTF como
medida del progreso tecnológico, produce resulta-
dos semejantes.12
EL PROGRESO TECNOLÓGICO Una hipótesis ligeramente distinta sostiene
Y EL EMPLEO que los períodos de elevado cambio tecnológico
están acompañados de bajas tasas de empleo (o
En los años noventa el crecimiento del empleo fue elevadas tasas de desempleo), aunque no necesa-
inferior al crecimiento en el número de personas riamente tasas decrecientes de empleo. Esta alter-
que buscaban trabajo. Como se señala en el capítu- nativa fue explorada examinando la relación
lo 1, esto produjo crecientes tasas de desempleo en estadística que existe entre la tasa de empleo al final
varios países, particularmente de América del Sur. del subperíodo y la variación en la PTF durante el
En las discusiones populares este fenómeno suele subperíodo en los dos subperíodos antes mencio-
explicarse por medio de la hipótesis implícitamen- nados. Nuevamente, los resultados no muestran
te formulada de que el rápido progreso tecnológico una relación estadísticamente significativa entre
redujo la necesidad de trabajadores. estas variables. Los mismos resultados se obtienen
La idea de que el progreso tecnológico tiene cuando se utiliza la variación en el número de com-
un efecto perjudicial sobre el crecimiento del putadoras por persona en vez del crecimiento de la
empleo no es nueva. Pero una observación casual PTF como indicador del progreso tecnológico.
de la historia económica la rechaza decididamente. Una versión más sofisticada de la hipótesis de
Por ejemplo, luego de la Revolución Industrial, en
el Reino Unido se observaron un rápido adelanto
tecnológico y una elevada tasa de crecimiento del 10 Europa fue una excepción durante los años setenta, ochenta y
empleo. Lo mismo ocurrió en Estados Unidos noventa: el empleo creció lentamente, aunque no está claro que esto
durante todo el siglo XX, con una importante inten- se debiera al rápido cambio tecnológico.
11 La regresión es de la variación en el logaritmo de la tasa de
sificación tanto del cambio tecnológico como del
empleo (empleo sobre fuerza laboral) sobre la variación en el loga-
crecimiento del empleo durante los años noventa.10 ritmo de la PTF en 1990-95 (48 países) y 1995-2000 (32 países).
El coeficiente estimado es positivo, pero estadísticamente insignifi-
Por supuesto, la razón de ello es que el producto no cante.
es fijo, y en consecuencia no se trata de que cuan- 12 Los datos sobre las computadoras personales fueron tomados de
do una economía puede utilizar menos mano de los Indicadores del Desarrollo Mundial del Banco Mundial.
202

Capítulo 6

que “el cambio tecnológico es perjudicial para el empleo al nivel de industrias en un conjunto de
empleo” se basa en un entorno de distintas indus- siete países latinoamericanos para los que se cuen-
trias. La idea es que las industrias que han estado ta con los datos necesarios.14 Por lo tanto, al igual
creciendo más rápidamente en la región son las que en Estados Unidos, las industrias con un creci-
que han experimentado un rápido adelanto tecno- miento más rápido de la PTF muestran un creci-
lógico, y en consecuencia han generado bajas tasas miento más rápido del empleo, rechazando la

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


de crecimiento del empleo. Más formalmente, la versión industrial de la hipótesis de que “el cambio

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


hipótesis es que el rápido cambio tecnológico está tecnológico es perjudicial para el empleo”.
acompañado de un lento crecimiento del empleo al En resumen, la evidencia presentada en esta
nivel de la industria. En teoría, ello ocurriría si la sección indica que es difícil mantener el argumen-
industria enfrentara una curva de demanda con to de que el progreso tecnológico conduce a un
pendiente pronunciada (inelástica): en ese caso, incremento en el desempleo. La sección siguiente
una mejora en la tecnología (o sea un desplaza- examina una posibilidad más interesante: la idea de
miento hacia la derecha de la curva de la oferta) que el cambio tecnológico puede tener diferentes
conduciría a una gran disminución en los precios y efectos sobre distintos tipos de trabajadores y, en
a un pequeño incremento del producto en el nuevo particular, que puede conducir a un aumento en los
equilibrio. En vista de la mayor productividad rela- salarios de los trabajadores calificados en relación
cionada con la mejora en la tecnología, el pequeño con los de los no calificados.
incremento del producto podría lograrse con un
nivel más bajo de empleo. Esto podría tener impli-
caciones agregadas –por lo menos a corto plazo– si
las industrias que experimentan un rápido adelan-
to tecnológico, despiden trabajadores que no son
absorbidos rápidamente por el resto de la econo-
mía, lo cual conduciría a un mayor desempleo 13 Formalmente, este resultado proviene de una regresión de la
durante un período de transición. variación en el logaritmo del empleo en la industria y el logaritmo de
la PTF en la industria. Los datos provienen de la base de datos de la
Para verificar esta “versión industrial” de la industria manufacturera de NBER-CES mantenida por Bartelsman,
hipótesis, es útil recurrir a datos de las distintas Becker y Gray (http://www.nber.org/nberces/nbprod96.htm). Esta
base de datos proporciona información para cada una de las 459
industrias. Si bien el foco aquí es América Latina, industrias de cuatro dígitos de la CIIU correspondientes a 1987. Las
resulta necesario comenzar el análisis con Estados variaciones de las principales variables se calculan para el período
1960-96. La PTF se calcula utilizando el índice de cinco factores de
Unidos, donde existen datos de alta calidad sobre el la PTF formulado por la Oficina Nacional de Investigaciones Econó-
sector manufacturero a un nivel bastante desagre- micas (NBER). El coeficiente estimado es 0,36, con un error están-
dar de 0,07. Puede mostrarse que si existe una movilidad laboral
gado. En contraste con la premisa anterior, al nivel irrestricta entre industrias, este coeficiente estimado más 1 constitu-
de cada industria existe una relación positiva y ye una estimación no sesgada de la elasticidad de sustitución en la
demanda entre los productos de la industria (Klenow, 1998). Si exis-
estadísticamente significativa entre el crecimiento ten restricciones a los flujos laborales entre industrias, se establece-
ría un límite más bajo para la elasticidad de sustitución. En
de la PTF y el crecimiento del empleo.13 En otras consecuencia, esta comprobación es congruente con una elasticidad
palabras, el gran adelanto tecnológico está acompa- de sustitución entre bienes superior a 1.
14 Los siete países son Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, México,
ñado de altas tasas de crecimiento del empleo al
Panamá y Venezuela. Los datos provienen de la base de datos de la
nivel de las industrias individuales. Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial
¿Es esto lo que ha ocurrido recientemente en (ONUDI) para industrias de tres dígitos de acuerdo con la ISIC. En
consecuencia, en vez de 459 sectores, los datos corresponden a 32
América Latina? Lamentablemente, los datos sobre sectores por país. Para cada país se computa la ecuación ln PTF =
la región son incompletos y sólo se dispone de ellos ln (Yi /Li) - αi ln (Ki/Li), donde i es un índice del sector, y αi es la par-
ticipación del capital en el sector i. El volumen de capital de la indus-
a un mayor nivel de agregación, de manera que el tria se construyó utilizando datos sobre la inversión de la industria
ejercicio es menos confiable que en el caso de Esta- deflactados por el deflactor de inversión del país, tomados de Penn
World Tables. Para αi se utiliza la participación del capital para
dos Unidos. Sin embargo, el análisis muestra una cada industria en los Estados Unidos. El período de análisis es
1983-91. La regresión utiliza variables ficticias de país y da un coe-
relación positiva y estadísticamente significativa ficiente de cambio en el logaritmo de la PTF igual a 0,1 con un error
entre el crecimiento de la PTF y el crecimiento del estándar de 0,039 (t-estadístico de 2,6).
203

El empleo y el papel de la tecnología

LA TECNOLOGÍA Y EL CRECIENTE dad agregada en el uso de trabajadores calificados,


RENDIMIENTO DE LA EDUCACIÓN EN lo que implica un aumento en la demanda relativa
AMÉRICA LATINA de estos últimos a nivel de toda la economía. Este
es un fenómeno “entre sectores”, ya que surge en la
En los capítulos 1 y 3 se presentó evidencia del cre- medida en que los recursos se reasignan entre dife-
ciente rendimiento de la educación que se observa rentes sectores. Alternativamente, el incremento

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


en América Latina. Por supuesto, esta es solamen- en la demanda de trabajadores calificados a nivel

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


te una tendencia general, ya que existen países en agregado podría provenir de una tendencia de cada
los que el rendimiento de la educación no aumen- sector a hacer un uso más intensivo de mano de
tó, aunque son la excepción. obra calificada, en cuyo caso sería un fenómeno
El fenómeno del creciente rendimiento de la “dentro de sectores”.
educación ha sido objeto de mucha atención en la La distinción entre los efectos “dentro de” y
región por sus efectos sobre la desigualdad en los “entre” sectores es importante porque pone de
ingresos, que ya es la más alta del mundo. Además, relieve distintas fuentes del incremento de la
se esperaba que la liberalización del comercio con- demanda relativa de mano de obra calificada. Por
duciría a una reducción de la desigualdad en los ejemplo, el efecto de la liberalización del comercio
ingresos, de manera que el hecho de que se haya sobre el rendimiento de la educación se traduciría
incrementado requiere una explicación. en un aumento en la demanda relativa de trabaja-
Una explicación simple del rendimiento de la dores calificados asociado a un efecto “entre secto-
educación es que se debe al gran aumento en la res”. En cambio, se esperaría que el impacto del
oferta de trabajadores con estudios secundarios en cambio tecnológico sobre la demanda relativa de
la mayor parte de los países. En otras palabras, trabajadores calificados surgiera a través de un
según esta explicación, los trabajadores con forma- efecto “dentro de sectores”.
ción terciaria son más escasos en relación con quie- En las últimas décadas el efecto “entre secto-
nes sólo tienen estudios secundarios, lo que les res” más importante ha estado asociado a la reasig-
permite obtener mayores salarios relativos. Como nación de trabajadores de la agricultura y las
se señaló en el capítulo 3, esta explicación “del lado manufacturas hacia los sectores de servicios. Esta
de la oferta” no es suficiente porque la oferta de tra- reasignación ha contribuido a la mayor demanda
bajadores con escolaridad terciaria ha disminuido de trabajadores calificados, porque el sector de ser-
sólo ligeramente en relación con la de trabajadores vicios hace un uso más intensivo de tales trabaja-
con estudios secundarios. En consecuencia, es pre- dores que los otros dos sectores. De hecho, si la
ciso intentar una explicación adicional “del lado de intensidad en el uso de trabajadores calificados de
la demanda”. De hecho, en el capítulo 3 se muestra un sector se define por la participación de trabaja-
la existencia de una tendencia positiva regional del dores con estudios universitarios, la intensidad del
1,9% al 2,4% anual en la demanda relativa de tra- sector de servicios en Brasil en 1999 fue del 14,8%,
bajadores con formación terciaria. ¿Qué factores mientras que en agricultura y manufacturas fue de
explican esta creciente demanda relativa de traba- sólo 7,4% y 8,1%, respectivamente. De igual forma,
jadores calificados? en Chile en 1998 la intensidad en trabajadores cali-
En un plano general, esta creciente demanda ficados del sector de servicios fue del 28,5%, y en
podría provenir de un fenómeno “entre sectores” o agricultura y manufacturas, del 5,1% y el 17,6%,
de un fenómeno “dentro de sectores”, o de una respectivamente. Esta relación se observa en todos
combinación de ambos. Algunos sectores necesitan los países y años para los que se cuenta con infor-
más trabajadores calificados que otros. Por ejem- mación disponible.
plo, el sector de servicios financieros es de uso Según este análisis, el efecto “dentro de secto-
intensivo de trabajadores calificados en relación res” explica la mayor parte del incremento en la
con el sector agrícola. Si el primero se expande y el demanda de trabajadores calificados en América
sector agrícola se contrae, se incrementa la intensi- Latina. Por ejemplo, en Argentina la intensidad en
204

Capítulo 6

el uso de este tipo de trabajadores aumentó 9,2% Gráfico 6.3 Descomposición de los cambios en la demanda
porque la participación de trabajadores con forma- relativa de trabajadores calificados de los efectos
entre y dentro de sectores durante los noventa
ción terciaria subió del 22,9% al 32,1% en el período
1992-2000. Del incremento total, el efecto “dentro Argentina

de sectores” representó el 7%, mientras que el efec- Uruguay

to “entre sectores” representó el 2,3%.15 El gráfico Panamá

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


México
6.3 muestra la descomposición del aumento total

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Colombia
de la intensidad en mano de obra calificada a nivel
Costa Rica
agregado (todos los sectores combinados) en los
Chile
diez países para los que se dispone de datos.16 En
Venezuela
tres de los países el efecto “entre sectores” toma la
Brasil
dirección equivocada y en consecuencia el impacto
Honduras
“dentro de sectores” sobreexplica la mayor intensi-
-0,04 -0,02 0 0,02 0,04 0,06 0,08 0,1 0,12
dad en mano de obra calificada. En los otros países
el efecto “dentro de sectores” representa la mayor Dentro de sectores Entre sectores

parte del incremento total de la intensidad en dicha Fuente: Cálculos del BID.

mano de obra.
Este análisis sectorial conduce a la conclusión
adicional de que la mayor intensidad en el uso de
trabajadores calificados es un fenómeno que no se tema ha sido explorado en varios trabajos recientes
concentra en las manufacturas, como a veces se ha sobre el sector de las manufacturas, que es el único
supuesto. Por el contrario, se manifiesta en muchos para el que se dispone de los datos necesarios. La
sectores. Para verificar este hecho, resulta útil cal- conclusión de estos estudios es que el efecto “entre
cular el incremento promedio en la intensidad en sectores” es pequeño (Berman y Machin, 2000;
mano de obra calificada en cada sector en los diez Sánchez-Páramo y Schady, 2003). Por lo tanto, la
países latinoamericanos de la muestra. Según esta mayor parte del incremento en la intensidad en
medida, el sector que experimentó el mayor mano de obra calificada a nivel sectorial es también
aumento fue el de finanzas, seguros, bienes raíces
y servicios empresariales. Le siguió el sector de ser-
vicios comunitarios, sociales y personales. En gene-
ral, todos los sectores experimentaron un aumento 15 Para el ejercicio se utilizan datos de encuestas de hogares, que

en la intensidad en el uso de trabajadores califica- indican el nivel de escolaridad y el sector de ocupación de los tra-
bajadores. Los trabajadores se clasifican en nueve sectores: (1) agri-
dos, excepto la agricultura. Además, como puede cultura, caza, silvicultura y pesca; (2) minería y canteras; (3)
verse en el gráfico 6.4, las manufacturas manifesta- manufacturas; (4) electricidad, gas y suministro de agua potable; (5)
construcción; (6) comercio mayorista y minorista y hoteles y restau-
ron sólo un incremento moderado. rantes; (7) transporte y almacenamiento; (8) finanzas, seguros,
bienes raíces y servicios empresariales, y (9) servicios comunitarios,
Una objeción que podría realizarse a este aná- sociales y personales. La intensidad en mano de obra calificada en
lisis es que está hecho a un alto nivel de agrega- toda la economía es el promedio ponderado de la intensidad en el
uso de trabajadores calificados entre sectores, y las ponderaciones
ción, en el que la economía se agrupa en nueve están dadas por la proporción de empleo de cada sector. Para la
grandes sectores como las manufacturas y la agri- descomposición, nótese que la variación en este promedio ponde-
rado es igual a la suma de dos componentes: el efecto dentro de
cultura. Quizás el aumento de la intensidad en sectores, que es el promedio ponderado de la variación de la inten-
mano de obra calificada en algunos de estos sidad en mano de obra calificada entre sectores, en que las ponde-
raciones están dadas por la proporción del empleo en el año inicial,
amplios sectores se deba a un fenómeno entre sub- y el efecto entre sectores, que es la suma entre todos los sectores de
sectores. Por ejemplo, un incremento de esta índo- la intensidad en mano de obra calificada en el año final multiplica-
da por la variación en la proporción del empleo de cada sector.
le en las manufacturas podría deberse a una 16 Cada período de análisis varía entre países por la disponibilidad
reasignación de recursos entre el subsector de de datos: Argentina, 1992-2000; Brasil, 1988-99; Chile, 1990-98;
Colombia, 1991-99; Costa Rica, 1989-2000; Honduras, 1992-99;
prendas de vestir y el de maquinarias, que es de México, 1989-2000; Panamá, 1991-2000; Uruguay, 1989-2000,
uso más intensivo de mano de obra calificada. Este y Venezuela, 1989-99.
205

El empleo y el papel de la tecnología

Gráfico 6.4 Aumento de intensidad en calificación en distintos el rendimiento de la educación ha sido causado por
sectores de América Latina un incremento en la demanda relativa de mano de
(En porcentaje)
obra calificada y no por una disminución en la ofer-
Servicios financieros ta relativa de tal recurso. En segundo lugar, el incre-
Otros servicios mento en la demanda relativa de trabajadores
calificados a nivel agregado se produjo por el efec-

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Explotación de minas
to “dentro de sectores” y no por un fenómeno

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Logística
Industrias manufactureras
“entre sectores”. Por último, la explicación de la pro-
Servicios públicos
fundización del capital para el efecto “dentro de
Comercio
sectores” no es congruente con los datos.
Construcción
Para comprender las causas del creciente ren-
dimiento de la educación hay que entender las
Agricultura
razones de la creciente demanda relativa de mano
-2 0 2 4 6 8 10
de obra calificada dentro de los sectores. Una expli-
Nota: Servicios financieros incluye “establecimientos financieros, seguros, bienes cación ampliamente aceptada de este fenómeno es
inmuebles y servicios a las empresas”. Explotación de minas incluye también “canteras”.
Logística incluye “transporte, almacenamiento y comunicaciones”. Otros servicios incluye el cambio tecnológico sesgado en favor de los tra-
“servicios comunales, sociales y personales”. Comercio incluye “comercio mayorista y
minorista, restaurantes y hoteles”. Servicios públicos incluye “electricidad, gas y agua”.
bajadores calificados. El resto de esta sección se
Por último, agricultura incluye “agricultura, caza, silvicultura y pesca”. dedica a explorar esta explicación.
En el caso de América Latina, la exploración
de la validez de la hipótesis del cambio tecnológico
sesgado en favor de los trabajadores calificados
causado por un efecto dentro de los respectivos (skill-biased technological change, SBTC) resulta
subsectores. importante, ya que una mejor comprensión de las
Una explicación de este fenómeno a nivel causas y las características de la creciente deman-
subsectorial que ha sido analizada en la literatura da de mano de obra calificada puede ser valiosa
comienza con la proposición generalmente acepta- para diseñar mejores políticas tecnológicas y edu-
da de que el capital es complementario de la mano cacionales. Por ejemplo, el ambicioso estudio
de obra calificada y un sustituto de la mano de obra realizado por de Ferranti et al. (2003) plantea un
no calificada. En consecuencia, si una mayor tasa interesante argumento, que comienza con las
de inversión conduce a una profundización del investigaciones recientes según las cuales la libera-
capital (reflejada en una mayor razón capital-pro- lización del comercio, los flujos de inversión
ducto), se esperaría un incremento de la demanda extranjera directa y otras reformas han llevado a
relativa de mano de obra calificada. Sin embargo, adoptar más tecnología en América Latina y el
esta hipótesis presenta el problema de que, con Caribe. Este argumento sostiene que al provenir de
parámetros verosímiles de elasticidad, la profundi- países ricos con abundante mano de obra califica-
zación del capital explica sólo una pequeña parte da, estas tecnologías están sesgadas en favor de los
del incremento en la demanda relativa de trabaja- trabajadores calificados y por lo tanto han conduci-
dores calificados (véase Berman y Machin, 2000). Y do a una creciente demanda de este tipo de traba-
lo que es aun más importante: los datos de Heston,
Summers y Bettina para el período 1985-2000
(2002) muestran que en los países latinoamerica- 17 Esta aseveración se basa en una regresión de la razón capital-
nos se observa una tendencia negativa en la razón producto sobre una tendencia cronológica, utilizando variables fic-
ticias de países. El coeficiente de la tendencia cronológica en esta
capital-producto, de manera que no ha existido pro- regresión es –0,0103, con un error estándar de 0,002 (t-estadístico
fundización alguna del capital en los últimos –4,31). La disminución en la razón capital-producto se debe a las
menores tasas de inversión en los años ochenta y noventa, en com-
años.17 paración con las que prevalecieron en los años sesenta y setenta. Lo
Hasta ahora, el análisis puede resumirse en positivo es que en los años noventa se observó una tendencia a la
recuperación de esas elevadas tasas de inversión. Lo negativo es
tres aseveraciones. En primer lugar, el aumento en que la tendencia se interrumpió a fines de los años noventa.
206

Capítulo 6

jadores en la región. Sin embargo, en contraste con originó una vasta literatura sobre las causas de este
lo ocurrido en otras regiones, los rígidos sistemas fenómeno. Como el creciente rendimiento de la
educativos de América Latina no han podido res- educación coincidió con una mayor oferta relativa
ponder oportunamente a esta creciente demanda. de trabajadores calificados, la conclusión necesaria
Según este estudio, el resultado ha sido un incre- fue que la demanda de estos últimos estaba incre-
mento en el rendimiento de la educación y una mentándose.

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


mayor desigualdad. El mensaje esperanzador de Inicialmente se consideró que el mayor

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


esta hipótesis es que el rendimiento de la educa- comercio internacional con países menos desarro-
ción ofrece una excelente oportunidad para aumen- llados constituía una explicación verosímil de la
tar la oferta de mano de obra calificada con el demanda creciente, ya que eso es lo que predecía
objeto de satisfacer la mayor demanda, producien- la teoría estándar del comercio para un país desa-
do un crecimiento más rápido con desigualdad rrollado como Estados Unidos. Según este punto de
decreciente. vista, abrir los canales comerciales con países
En este capítulo se explora la hipótesis del menos desarrollados haría que un país con abun-
SBTC en lo que se refiere a la región de América dante mano de obra calificada se especializara en la
Latina y el Caribe con el fin de comprender si estas producción de bienes de uso intensivo de esta
conclusiones se justifican. En particular, ¿qué tec- mano de obra, lo que incrementaría el tamaño rela-
nologías específicas ha adoptado recientemente la tivo de los sectores que producen esos bienes y por
región? ¿Se relacionan con las manufacturas o tie- lo tanto, la demanda agregada de trabajadores cali-
nen un alcance mayor, como la tecnología de la ficados. Sin embargo, enseguida se hizo evidente
información (TI)? ¿Qué papel ha desempeñado el que la reasignación de recursos hacia los sectores
comercio internacional como factor que ha induci- de uso intensivo de mano de obra calificada expli-
do y permitido la adopción de tecnologías en la caba sólo una pequeña fracción de la creciente
región? ¿Cuál es el tipo de trabajadores calificados demanda agregada de este tipo de mano de obra. Se
cuya demanda se ha incrementado más (ingenie- llegó así a un nuevo acuerdo: que la fuente de la
ros, profesionales de la tecnología de la informa- mayor demanda de trabajadores calificados se pro-
ción, especialistas en administración comercial, ducía al nivel de industrias o sectores, es decir, que
contadores u otros)? Por supuesto, estas son pre- se trataba de un fenómeno dentro de sectores,
guntas difíciles de contestar, pero proporcionan la como el observado en América Latina.
motivación adecuada para orientar la investiga- La hipótesis del SBTC ha pasado a ser la expli-
ción. cación más ampliamente aceptada del mayor ren-
Si bien en los últimos tiempos se han realiza- dimiento de la educación en Estados Unidos, ya
do algunas investigaciones que abordan estos que proporciona una explicación verosímil de la
aspectos en el contexto de América Latina, la mayor intensidad en mano de obra calificada en un
mayor parte de los estudios se ha concentrado en amplio conjunto de industrias o sectores. Como un
Estados Unidos. En la sección siguiente se examina ejemplo de la forma en que avanza la ciencia eco-
esta literatura, que proporciona varias pistas útiles nómica, la hipótesis pronto comenzó a contrastarse
para el análisis de América Latina y el Caribe. con los datos. En esta sección se examina breve-
mente esta literatura, en un intento por compren-
der mejor la hipótesis y su verosimilitud en el caso
de América Latina. La siguiente sección se enfoca
EL SBTC EN ESTADOS UNIDOS en la literatura que analiza específicamente la hipó-
tesis en América Latina.
Durante las dos últimas décadas, y especialmente a El SBTC generalmente pone de relieve dos
principios de los años ochenta, se observó un mar- cosas: las computadoras y los equipos que despla-
cado incremento en el rendimiento de la educación zan el trabajo manual en las fábricas. Doms, Dunne
en Estados Unidos (Card y DiNardo, 2002), lo que y Troske (1997) utilizan datos a nivel de planta para
207

El empleo y el papel de la tecnología

examinar la relación que existe entre la adopción hipótesis del SBTC (que la adopción de estas tecno-
de maquinarias avanzadas de producción y la logías incrementa la demanda relativa de mano de
intensidad en mano de obra calificada. Los datos obra calificada), sino más bien que la intensidad en
provienen de las respuestas que, a nivel de planta, mano de obra calificada conduce a la adopción de
se dieron a una encuesta de tecnología de las tecnologías: las empresas con trabajadores más
manufacturas llevada a cabo por la Oficina del calificados muestran una mayor probabilidad de

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Censo de los Estados Unidos. En la encuesta se adoptar tecnologías avanzadas.19

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


preguntó a las empresas si empleaban alguna de 17 Doms, Dunne y Troske consideran que la TI
tecnologías específicas que incluían diseño con es otro factor que podría estar impulsando el SBTC.
ayuda de computadoras y técnicas de fabricación, Los autores efectúan un análisis similar y encuen-
redes y robots con ayuda de computadoras. Según tran que las empresas que invierten más en com-
los autores del estudio, estas tecnologías incremen- putadoras y equipos auxiliares de computación en
tan el nivel de automatización en una fábrica: relación con la inversión total pasan a hacer un uso
más intensivo de mano de obra calificada, medido
La principal forma en que los trabajadores por la proporción de trabajadores que no se dedi-
controlan estas tecnologías es a través de tecla- can a la producción.
dos, dispositivos de identificación y terminales Este último resultado se corresponde con la
de video. Como mínimo, los trabajadores que noción de que las empresas que hacen mayor uso
emplean estas tecnologías deben estar en con- de computadoras pasan a ser más intensivas en
diciones de utilizar estos dispositivos y por lo mano de obra calificada. También coincide con la
tanto contar con razonables conocimientos de noción generalizada de que la demanda de perso-
la lengua, habilidad para la lectura y en algu- nas con conocimientos sobre computadoras y pro-
nos casos, conocimientos básicos de matemá- gramas de computación se ha incrementado. Sin
ticas. En consecuencia, se espera que las embargo, los salarios de los ingenieros electrónicos
plantas que están más automatizadas emplea- y de los graduados en informática, en comparación
rán trabajadores relativamente más escolariza- con los de quienes poseen títulos en humanidades
dos y calificados que aquellas que utilizan y ciencias sociales, se han estancado o han dismi-
tecnologías más tradicionales con interfases nuido durante los años ochenta y principios de los
mecánicas (como palancas e interruptores). noventa (Card y DiNardo, 2002). ¿Será que un efec-
(Doms, Dunne y Troske, 1997, p. 260.)

El estudio encuentra que, en efecto, las


empresas que utilizan más tecnologías de este tipo 18 Podría ser que las empresas primero contratan más trabajadores
también tienen una mayor proporción de trabaja- calificados y luego adoptan las nuevas tecnologías. En este caso, un
estudio empírico que examine el incremento en la intensidad con
dores calificados, medidos por el porcentaje de tra- que se emplean los trabajadores calificados después de la adopción
de tecnología, no hallaría tal aumento. Sin embargo, es difícil sos-
bajadores que tienen por lo menos un grado tener que el estudio de Doms, Dunne y Troske (1997) adolece de
universitario. Esto se aplica tanto a los trabajadores este problema, ya que abarca el período 1977-92, y la mayor parte
de las tecnologías consideradas empezaron a popularizarse des-
de producción como a los que no trabajan en la pro- pués de 1977. Parece improbable que para 1977 las empresas ya
ducción. Pero, sorprendentemente, cuando el estu- hubieran ajustado su fuerza de trabajo en respuesta a esas tecnolo-
gías sesgadas en favor de los trabajadores calificados.
dio pasa de un análisis de corte transversal a series
19 Doms, Dunne y Troske (1997) advierten al lector que esta com-
cronológicas, las empresas no hacen un uso más probación debe interpretarse con cautela porque se relaciona sola-
intensivo de mano de obra calificada al adoptar mente con la dinámica de las distintas empresas. La adopción de
tecnología podría todavía tener implicaciones agregadas si las
más tecnologías.18 En vista de estos resultados apa- empresas que las adoptan crecen más rápidamente o tienen una
rentemente contradictorios, el estudio concluye mayor probabilidad de sobrevivir: en ese caso, se esperaría que se
observase un aumento en la participación relativa de las empresas
que la relación entre las tecnologías de automatiza- que usan trabajo calificado en forma intensiva. Si este fuera el caso,
habría un proceso de mayor demanda relativa de mano de obra
ción en las plantas y el grado de calificación de los calificada causado por la adopción de tecnología, que el ejercicio
trabajadores no coincide con lo postulado por la de Doms, Dunne y Troske no captaría.
208

Capítulo 6

to de la oferta ha impedido que los precios reflejen nología de la información haya conducido a cam-
un cambio en la demanda? Es decir, ¿será que se bios de organización que a su vez han producido
produjo un gran incremento en la oferta de perso- una mayor demanda relativa de mano de obra cali-
nas con títulos en ingeniería e informática? Según ficada.
los datos presentados en Romer (2000), la propor- Esta podría ser la versión más interesante y
ción de ingenieros en la fuerza laboral total esta- verosímil de la hipótesis del SBTC. Sin embargo, la

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


dounidense se ha mantenido constante desde mayor parte del incremento en el rendimiento de

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


principios de los años setenta. la educación se produjo en Estados Unidos en los
Quizás esta interpretación de la hipótesis del años ochenta, mientras que el efecto del cambio
SBTC sea demasiado estrecha. Como sostienen tecnológico encabezado por la tecnología de la
Bresnahan, Brynjolfsson y Hitt (2002), las inversio- información debió haberse sentido durante los
nes en computadoras y tecnología de la informa- años noventa. Una posible explicación podría ser
ción están acompañadas de cambios en la forma de que el rendimiento de la educación se incrementó
organización y la canasta de productos de las rápidamente en los años ochenta no porque
empresas que hacen que estas incrementen la aumentara con más rapidez la demanda relativa de
demanda de una amplia gama de aptitudes, no sólo mano de obra calificada, sino porque se incremen-
de aptitudes relacionadas con la computación. En tó más lentamente su oferta relativa (Katz y
palabras de los autores: Murphy, 1992). Pero esta explicación requiere que
la tasa de aumento de la oferta relativa de mano de
Las empresas no solo conectan más computa- obra calificada hubiera crecido durante los años
doras o equipos de telecomunicaciones y noventa, ya que ello resultaría necesario para
logran una mayor calidad o eficiencia en el explicar la considerable desaceleración en la tasa
servicio, sino que llevan a cabo un proceso de de incremento del rendimiento de la educación.
rediseño de su organización y efectúan cam- Sin embargo, como lo muestran Beaudry y Green
bios sustanciales en su canasta de productos y (2002), esto no ocurrió.
servicios. Esto plantea la posibilidad de que Beaudry y Green proponen un marco concep-
las computadoras afecten la demanda de tual diferente. La idea es que durante los años
mano de obra no sólo en forma directa, como ochenta y noventa la economía estadounidense se
se ha estudiado anteriormente, sino también encontraba (y quizá todavía esté) en un período de
en forma indirecta a través de otros cambios al transición hacia una nueva tecnología de uso inten-
nivel de la empresa. Es decir, la TI está incor- sivo de trabajadores calificados asociada a la tecno-
porada en un conjunto de innovaciones cone- logía de la información.20 En este proceso de
xas, principalmente cambios de organización transición, la antigua tecnología coexiste con la
e innovaciones en los productos. Estas tres nueva, y el precio de los factores se ve afectado
innovaciones complementarias –(a) mayor tanto por la evolución de la dotación de los factores
uso de TI, (b) cambios en las prácticas de de producción (mano de obra calificada, mano de
organización, y (c) cambios en los productos y obra no calificada y capital) como por la tasa a la
servicios– tomadas en su conjunto constituyen cual la economía adopta las nuevas tecnologías.
el SBTC que requiere una combinación de Dados ciertos supuestos verosímiles acerca de la
mano de obra más calificada. (Bresnahan, intensidad con que las antiguas y las nuevas tecno-
Brynjolfsson y Hitt, 2002, p. 341). logías utilizan los factores de producción, Beaudry
y Green muestran que –contrariamente a lo que ha
El estudio confirma que los tres elementos de
esta particular versión de la hipótesis del SBTC varí-
an en forma conjunta al nivel de la empresa, de 20 Caselli (1999) explica esta idea en profundidad. Beaudry y
manera que los datos no rechazan el supuesto de Green (2002) introducen el capital y proponen una explicación
coherente de la experiencia estadounidense desde mediados de los
que la disminución del precio de los equipos de tec- años setenta.
209

El empleo y el papel de la tecnología

sido destacado en la literatura– un aumento en la desequilibrios en la acumulación de mano de obra


oferta relativa de mano de obra calificada incre- calificada y capital. Durante los años ochenta el
menta el rendimiento de la educación. Además, un rendimiento de la educación se incrementó porque
aumento en el volumen de capital disminuye el la oferta de capital no se equiparó con el aumento
rendimiento de la educación, a pesar del hecho de en la oferta relativa de trabajadores calificados;
que la mano de obra calificada es complementaria hacia fines de los años ochenta y en los años

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


del capital en la nueva tecnología. noventa dejó de aumentar gracias a la más rápida

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


La explicación de estos resultados sorpren- acumulación de capital en relación con la tasa de
dentes reside en la noción de que los cambios en incremento de la oferta relativa de trabajadores
los suministros de los factores están acompañados calificados.
de cambios en la adopción de la nueva tecnología. ¿Cuáles son las implicaciones para América
En consecuencia, un crecimiento de la oferta rela- Latina? En términos generales, resulta obvio que
tiva de mano de obra calificada aumenta la rapidez en Estados Unidos el progreso tecnológico debe
con que se adopta la nueva tecnología sesgada en haber estado sesgado en favor del trabajo calificado
favor de los trabajadores calificados; a su vez, ello durante el siglo XX. No existe otra forma de expli-
incrementa la demanda relativa de estos últimos y car la estabilidad del rendimiento de la educación a
por consiguiente impide que disminuya el rendi- pesar del significativo aumento relativo de mano
miento de la educación. Si no fuera por la intro- de obra calificada durante este período.23 Cuando
ducción del capital en el modelo, ello implicaría se trata de explicar el incremento registrado recien-
que los cambios en la oferta relativa de mano de temente en el rendimiento de la educación en Esta-
obra calificada no afectan el rendimiento de la edu- dos Unidos, la hipótesis simple del SBTC no es
cación.21 suficientemente informativa e incluso no es con-
Beaudry y Green introducen el capital en el gruente con la experiencia reciente, ya que no
modelo y plantean dos supuestos razonables. El pri- logra explicar la desaceleración del creciente rendi-
mero es que la nueva tecnología muestra una com- miento de la educación durante los años noventa.
plementariedad entre capital y trabajo calificado, En consecuencia, quizá resulte más atractiva la
en el sentido de que la razón capital/trabajo en la explicación de Beaudry y Green de que la evolu-
nueva tecnología (de uso intensivo de mano de ción del rendimiento de la educación está determi-
obra calificada) es mayor que en la antigua tecno- nada por desequilibrios en la acumulación de
logía. En segundo lugar, la nueva tecnología es efi- trabajo calificado y capital durante la transición
ciente en capital en relación con la anterior, en el entre la antigua y la nueva tecnología, general-
sentido de que con la nueva tecnología se requiere mente de uso intensivo de mano de obra calificada,
un menor número de unidades de capital que con como la tecnología de la información.
la anterior para producir una unidad de producto.22
Dado el primer supuesto, la adopción de nueva tec-
nología conduce a una mayor demanda de capital;
a su vez, con un volumen constante de capital, ello
conduce a una mayor rentabilidad del capital y
–dado el segundo supuesto– incrementa el rendi-
miento de la educación.
Beaudry y Green muestran que este marco
21 La intuición que subyace a este resultado es la misma que la de
conceptual es congruente con los datos estadouni-
la igualación del precio de los factores en los modelos sobre comer-
denses y permite explicar la evolución del rendi- cio.
miento de la educación en Estados Unidos durante 22 Estos dos supuestos sólo son coherentes cuando la participación

de la mano de obra calificada es muy superior en la nueva tecnolo-


los años ochenta y noventa. Según esta explicación, gía que en la anterior, que es lo que implícitamente suponen
en vez del SBTC, el comportamiento del rendi- Beaudry y Green (2002).
miento de la educación ha sido determinado por 23 Véanse Goldin y Margo (1992) y Acemoglu (2002).
210

Capítulo 6

EL SBTC EN AMÉRICA LATINA Los datos agregados

El análisis de los determinantes del rendimiento de A nivel empírico, la hipótesis del SBTC exógeno
la educación en Estados Unidos pone de relieve dos sugiere que el rendimiento de la educación está
marcos conceptuales relacionados. En ambos, las determinado por la oferta relativa de mano de obra
nuevas tecnologías están asociadas a la tecnología calificada y una tendencia temporal que capta la

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


de la información y afectan a todos los sectores de creciente demanda relativa de aptitudes causada

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


la economía. La diferencia es que en el primer (presumiblemente) por el SBTC. Resulta instructivo
marco (la hipótesis del SBTC exógeno) la demanda seguir a Katz y Murphy (1992) efectuando una
relativa de trabajo calificado está determinada úni- regresión del salario relativo de los trabajadores
camente por el SBTC exógeno, mientras que en el calificados sobre la oferta relativa de trabajadores
segundo marco (la hipótesis de la revolución tec- calificados y una tendencia temporal para la región
nológica), la demanda relativa de trabajo calificado durante los años noventa.25 El coeficiente estimado
está determinada por un proceso más complejo, en de la tendencia temporal es positivo y estadística-
el que interactúan la adopción de la nueva tecnolo- mente significativo, pero –a diferencia de los resul-
gía y la oferta de mano de obra calificada y capi- tados de Katz y Murphy– el coeficiente estimado
tal.24 sobre la oferta relativa de trabajadores calificados
Según la hipótesis del SBTC exógeno, el rendi- no es estadísticamente diferente de cero.26 Esto no
miento de la educación se incrementa cuando la debería resultar sorprendente a la luz de las con-
oferta relativa de trabajadores calificados no se clusiones de Beaudry y Green (2002), que mues-
empareja con el aumento en la demanda relativa tran que los resultados de Katz y Murphy ya no se
de tales trabajadores causada por el SBTC exógeno. aplican a Estados Unidos cuando se implementan
A su vez, el SBTC en los países menos desarrollados en un período que incluye los años noventa.
puede verse como el resultado de la difusión de tec-
nologías sesgadas en favor de la mano de obra cali-
ficada desarrolladas para los países ricos que
24 Este análisis no aborda explícitamente un tercer marco concep-
cuentan con abundante mano de obra calificada
tual, propuesto por Acemoglu et al. (véase Acemoglu, 2002), en el
(Acemoglu y Zilibotti, 2001). En contraste, la hipó- cual el SBTC es causado por la mayor oferta relativa de mano de
tesis de la revolución tecnológica sostiene que el obra calificada en los países desarrollados. Esta hipótesis, que
podría llamarse del SBTC endógeno, es interesante, y resulta perti-
rendimiento de la educación se incrementa cuando nente para el análisis en los países desarrollados, pero no es muy
la oferta relativa de trabajadores calificados aumen- útil más allá de la hipótesis del SBTC exógeno desde el punto de
vista de la comprensión de la reciente experiencia en América Lati-
ta más rápidamente que la oferta de capital na.
(Beaudry y Green, 2002). 25 Este ejercicio sigue a la literatura reciente, considerando que los
Esta sección comienza con una exploración trabajadores calificados son aquellos con formación terciaria com-
pleta y los no calificados, aquellos con estudios secundarios com-
de estas ideas utilizando los datos disponibles de pletos. Este supuesto es apropiado porque, como se menciona en los
capítulos 1 y 3, lo que ha estado incrementándose en la región es
una encuesta de hogares en América Latina. el salario de los trabajadores con formación terciaria en relación
Luego se analizan varios interrogantes específi- con los que sólo tienen estudios secundarios. Todos los datos pro-
vienen de la colección del BID de encuestas de hogares en países
cos. En primer lugar, ¿qué tecnologías hay detrás latinoamericanos. Las cifras sobre oferta provienen de encuestas
de la creciente demanda relativa de trabajadores restringidas a trabajadores de 25 a 49 años y que trabajan por lo
menos cinco horas por día. Los salarios relativos se refieren solo a
calificados? En segundo lugar, ¿ha la liberalización varones, para evitar efectos de composición. La regresión se efectúa
del comercio provocado la adopción de tecnologí- para un panel desbalanceado para América Latina con variables
ficticias de países.
as sesgadas en favor del trabajo calificado?, y por 26 El coeficiente del logaritmo de la oferta relativa es –0,106 con un
último, ¿cuáles son las calificaciones o carreras t-estadístico de 1,19. Este coeficiente no sólo no es estadísticamente
cuya demanda ha estado creciendo más rápida- diferente de cero, sino que también implica una elasticidad de sus-
titución entre trabajadores calificados y no calificados de alrededor
mente? de 10, que es inverosímilmente grande. El coeficiente de la tenden-
cia cronológica es 0,013 con un t-estadístico de 3,62. Estos resulta-
dos son similares a los obtenidos por Sánchez-Páramo y Schady
(2003).
211

El empleo y el papel de la tecnología

Cuadro 6.1 Evolución de la demanda relativa de trabajadores calificados en América Latina

Variable (1) (2) (3)

Tendencia 0,017 0,018 0,102


(2,05)** (2,22)** (2,65)**
PIB por trabajador (log) 0,359

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


(0,74)

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Productividad total de los factores (log) 0,227
(0,37)
Computadoras per capita (log) –0,359
(2,08)**

Número de observaciones 70 70 52
R2 0,87 0,87 0,90

** Significativo al 5%.
Nota: La variable dependiente es la demanda relativa de trabajadores calificados, con una elasticidad de –2. Todas las regresiones incluyen variables ficticias que
no se reportan.
El valor absoluto del t-estadístico está entre paréntesis.
Fuente: Cálculos del BID.

Para enfrentar algunos de los problemas eco- rapidez hayan experimentado un mayor incremen-
nométricos de este ejercicio, un enfoque alternati- to en la demanda relativa de trabajadores califica-
vo –también propuesto por Katz y Murphy– dos.27
consiste en utilizar estimaciones estándar de las El análisis estadístico revela que esto no es
elasticidades pertinentes para derivar la demanda cierto: una regresión de la demanda relativa de tra-
relativa implícita de trabajadores calificados a par- bajadores calificados sobre las variables de pro-
tir de datos sobre la oferta relativa y los salarios ductividad (productividad laboral o PTF) y una
relativos, como se explica en el apéndice 6.3. La tendencia temporal arroja un coeficiente estimado
intuición es que la evolución del rendimiento de la de la variable de productividad que no es estadísti-
educación y la oferta relativa de mano de obra cali- camente diferente de cero (cuadro 6.1). En cambio,
ficada deben implicar un aumento en la demanda si se utiliza el número de computadoras per cápita
relativa de dicha mano de obra. ¿Pero en qué medi- para captar la difusión de la tecnología de la infor-
da crece la demanda? Esto está determinado por las mación, el coeficiente pasa a ser estadísticamente
elasticidades pertinentes, que se obtienen de esti- significativo, pero con el signo equivocado: la
maciones estándar en la literatura empírica. regresión implica que en los países donde la difu-
Este enfoque produce la demanda relativa sión de las computadoras personales ha sido más
implícita de trabajadores calificados para todos los rápida, la tasa de incremento de la demanda relati-
países y años sobre los que se cuenta con datos de va de trabajadores calificados ha sido menor (cua-
las encuestas de hogares. Un análisis estadístico dro 6.1).
simple de la demanda relativa derivada de mano de El paso siguiente debería ser explorar la perti-
obra calificada muestra que en la región se observa nencia empírica de la hipótesis de la revolución
una tendencia positiva entre mediados de los años
ochenta y fines de los años noventa. Esto sugiere
un SBTC, aunque requiere un mayor análisis. En 27 Esto supone que la medida en que el cambio tecnológico está ses-
particular, si la creciente demanda relativa de tra- gado en favor de la mano de obra calificada es exógena a los paí-
ses menos desarrollados, como en Acemoglu y Zilibotti (2001). En
bajadores calificados es causada por el SBTC, resul- consecuencia, si un país adopta tecnologías a un ritmo más rápido
ta natural esperar que los países donde la que otro, es natural esperar un crecimiento más rápido de la PTF y
una mayor tasa de incremento en la demanda relativa de trabaja-
productividad laboral o PTF ha crecido con mayor dores calificados.
212

Capítulo 6

tecnológica, en la que, en vez de un SBTC exógeno, res calificados. ¿Existe evidencia de esto en Améri-
se observa una transición de anteriores a nuevas ca Latina?
tecnologías sesgadas en favor de los trabajadores Pavcnik (2000) aplica una estrategia similar a
calificados. Lamentablemente, la falta de datos la implementada por Doms, Dunne y Troske
impide la exploración profunda de un marco alter- empleando datos chilenos a nivel de planta.28
nativo de este tipo. Como máximo, los datos per- Como variables indicativas de la adopción de tec-

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


miten explorar una aproximación del marco nología, Pavcnik utiliza información sobre si una

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


conceptual de Beaudry y Green, efectuando una planta recibe asistencia técnica externa, paga por el
regresión del rendimiento de la educación sobre la uso de patentes o importa una parte de sus mate-
relación entre la oferta de trabajadores calificados y riales. La autora encuentra básicamente el mismo
el volumen de capital (el coeficiente de Beaudry y resultado que Doms, Dunne y Troske derivan para
Green) más una tendencia cronológica. De acuerdo Estados Unidos. Lamentablemente, Pavcnik no
con este marco, el coeficiente de la tendencia cro- contaba con datos sobre inversiones en tecnología
nológica debería ser cercano a cero, mientras que de la información para verificar si este tipo de
el coeficiente de Beaudry y Green debería ser posi- inversiones produce aumentos en la intensidad de
tivo. Los resultados generados por una regresión la mano de obra calificada.
simple no coinciden con estas predicciones: el coe- Ciertamente, el resultado de este estudio no
ficiente estimado sobre la tendencia cronológica es es definitivo, pero sí pone en duda la conclusión de
positivo y estadísticamente significativo, mientras que las tecnologías adoptadas recientemente por el
que el coeficiente estimado sobre la razón de sector manufacturero han conducido a un aumento
Beaudry y Green es negativo, aunque estadística- en la demanda relativa de mano de obra calificada.
mente no distinto de cero. Y lo que es más importante: dado el reducido
Estos resultados indican que no existe un tamaño del sector manufacturero, resulta improba-
modelo simple que se ajuste a los datos disponibles ble que este hecho en sí mismo pueda haber tenido
sobre América Latina. Quizás esto no debería sor- un gran efecto agregado. Quizás una interpretación
prender: sería bastante notable que un marco como más apropiada sea que la inversión en tecnología
cualquiera de los mencionados aquí pudiera expli- de la información –como señalan Bresnahan,
car coherentemente la experiencia latinoamerica- Brynjolfsson y Hitt (2002)– haya conducido a una
na de las dos últimas décadas. El resto de esta mayor demanda relativa de trabajadores calificados
sección adopta un enfoque más ecléctico, en el que (graduados universitarios) de lo más variada, no
las dos principales explicaciones tecnológicas del solamente ingenieros y especialistas en tecnología
creciente rendimiento de la educación (el SBTC y la de la información, y que esto haya ocurrido no solo
revolución tecnológica) guardan cierta relación con en las manufacturas, sino también en servicios y
la experiencia latinoamericana reciente. otros sectores.

La evidencia sobre el SBTC en La liberalización comercial y el SBTC


el sector manufacturero
En ciertos estudios, entre ellos de Ferranti et al.
Doms, Dunne y Troske (1997) analizan datos a (2003), la hipótesis del SBTC se acompaña de una
nivel de planta para explorar la relación que existe segunda hipótesis, que sostiene que la adopción de
entre la adopción de tecnologías de automatización tecnologías intensivas en mano de obra calificada
de la producción y el incremento en la intensidad
con que se usa la mano de obra calificada. Los auto-
res concluyen que si bien un mayor grado de cali- 28 Este es el único estudio que utiliza datos apropiados con técnicas
ficación de su mano de obra lleva a una empresa a econométricas apropiadas. Lo fundamental es que la identificación
adoptar más tecnología, no es cierto que esto últi- econométrica proviene de la dimensión de series cronológicas de un
panel, en vez de un corte transversal, en el que los problemas de
mo conduzca a una mayor demanda de trabajado- endogeneidad pueden ser severos.
213

El empleo y el papel de la tecnología

se ha visto estimulada en parte por la liberalización Gráfico 6.5 Aranceles de importación sobre los bienes de capital
del comercio. ¿Qué evidencia sustenta esta aseve- (En porcentaje)

ración? Trinidad y
Tobago
Existe una vasta literatura que analiza el
Argentina
papel del comercio como elemento que permite e
México
induce la difusión de tecnologías. En última instan-

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Perú
cia, el comercio es esencial porque las nuevas tec-

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Ecuador
nologías casi siempre requieren equipos y otros
Venezuela
insumos importados. Por lo tanto, el cierre comple-
Bolivia
to del comercio sin duda reduciría significativa-
mente la difusión de tecnologías. Pero cabe Chile

preguntarse si la liberalización del comercio, en la Uruguay


0 2 4 6 8 10 12 14 16 18 20
magnitud experimentada en América Latina, ha con-
ducido a una difusión más rápida de la tecnología. 1999 Inicios de los '90
Para investigar este aspecto, es instructivo
Fuente: Base de datos de la UNCTAD.
comenzar examinando la evolución de los aranceles
sobre los bienes de capital en América Latina duran-
te los años noventa. Como puede verse en el gráfi-
co 6.5, no se observa una tendencia significativa es más rápido que el producto general, también
hacia la reducción de estos aranceles. De hecho, los beneficiaría a América Latina, ya que la tecnología
aranceles sobre los bienes de capital se han incre- se difunde de los países desarrollados a los menos
mentado en muchos países durante este período. desarrollados. Por lo tanto, se esperaría que el pre-
En vista de los conocidos problemas relacio- cio relativo del capital disminuya en la región,
nados con los datos sobre aranceles, resulta ins- incluso sin la liberalización del comercio. En una
tructivo examinar directamente los datos sobre regresión del precio relativo del capital en los paí-
precios de los bienes de capital y el producto para ses latinoamericanos con el mismo precio en Esta-
averiguar si el precio relativo de los bienes de capi- dos Unidos, no puede rechazarse la hipótesis de
tal ha disminuido en la región. Para la mayoría de que el coeficiente es 1.30 En consecuencia, la tota-
los países latinoamericanos los datos sobre el pre- lidad de la disminución registrada en el precio rela-
cio relativo de los bienes de capital en relación con tivo del capital en la región podría deberse a la
el producto están tomados de Heston, Summers y tendencia general que se ha observado en las últi-
Bettina (2002). En una regresión de este precio mas décadas en los países desarrollados.
relativo sobre una tendencia cronológica, utilizan- Como es sabido que los bienes de inversión
do variables ficticias de países, el coeficiente esti- son más comerciables que los bienes de consumo,
mado resultó negativo y significativamente es importante examinar la forma en que el tipo de
diferente de cero.29 En consecuencia, no puede cambio real (TCR) ha afectado el precio relativo de
rechazarse la hipótesis de que en América Latina los bienes de inversión. Como el TCR es un buen
existe una tendencia cronológica negativa en el indicador del precio relativo de los bienes tran-
precio relativo de los bienes de capital. sables en términos de los bienes no transables, se
¿Es el menor precio relativo del capital una esperaría que un menor TCR (apreciado) conduje-
consecuencia de la liberalización del comercio?
Para contestar esta pregunta, nótese que en Estados
Unidos el precio relativo de la inversión muestra 29 El coeficiente es –0,059 y el error estándar de 0,017, con t-esta-
una tendencia decreciente a largo plazo (Greenwo- dístico –3,4.
od, Hercowitz y Krusell, 1997). Es natural esperar 30 La regresión utilizó variables ficticias de países y se realizó para
que esta tendencia, que sin duda se debe a que el el período 1985-2000 (o hasta el último año para el que se dispo-
nía de datos). El coeficiente resultante es 0,82, con un error están-
cambio tecnológico al nivel de bienes de inversión dar de 0,38 (t-estadístico 2,15).
214

Capítulo 6

ra a un menor precio de la inversión. En una regre- proporciona evidencia positiva para la hipótesis de
sión del precio de la inversión relativo al producto que la reforma comercial haya conducido a impor-
sobre el precio correspondiente en Estados Unidos taciones de bienes de capital, que a su vez hayan
y el TCR en cada país, junto con variables ficticias incrementado la demanda relativa de mano de obra
de países, los coeficientes de ambas variables inde- calificada. Pero quizá la reforma comercial haya lle-
pendientes resultan significativamente diferentes vado a un cambio tecnológico sesgado en favor de

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


de cero y con el signo esperado: el coeficiente del los trabajadores calificados que no esté asociado a

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


precio relativo de la inversión en Estados Unidos es mayores importaciones de bienes de capital. Esta
positivo y estadísticamente no distinto de 1, y el idea depende de la noción de que la liberalización
coeficiente del TCR es positivo.31 La regresión tam- del comercio conduce al cambio tecnológico. Este
bién se realizó incluyendo el índice de reforma aspecto suscita grandes discrepancias entre los eco-
comercial formulado por Lora y Barrera (1997) y nomistas, y no cabe en este trabajo examinar esa
actualizado por Lora y Panizza (2002). Este índice literatura (véase Rodrik, 1995). Baste decir que no
va de 0 a 1, siendo 1 el régimen comercial más libe- hay consenso acerca de que la liberalización del
ral en la región en el período considerado (de comercio haya conducido a un adelanto tecnológi-
mediados de los años ochenta a 2000). Si la apertu- co más acelerado en la región. Puede decirse sin
ra comercial condujo a un menor precio de los temor a equivocarse que la liberalización del
bienes de inversión, daría un coeficiente negativo. comercio, junto con una serie de “condiciones ade-
De hecho, el coeficiente es positivo, aunque no sig- cuadas”, conduciría en efecto a un mayor adelanto
nificativamente diferente de cero a un nivel de tecnológico, pero que lamentablemente esas condi-
confianza del 10%. ciones no se han dado en muchos países latinoa-
Hasta ahora, el análisis pone en duda la idea mericanos en los años noventa.34
de que la liberalización del comercio haya conduci- Cabe aquí mencionar dos trabajos recientes
do a una disminución del precio relativo de la que estudian la vinculación directa entre la libera-
inversión y en consecuencia, a un incremento de lización del comercio y el cambio tecnológico ses-
las importaciones de bienes de capital, lo que a su gado en favor de la mano de obra calificada.
vez ha llevado a un aumento en la demanda relati-
va de mano de obra calificada. Como verificación
final de esta idea, el análisis evalúa si ha habido
31 El coeficiente del precio relativo de la inversión en Estados Uni-
una mayor participación de bienes de capital
dos es 1,39 y el error estándar es 0,54 (t-estadístico 2,59); el coe-
importados en el acervo total de capital. Se cons- ficiente del TCR es 0,0025 y el error estándar es 0,00066
(t-estadístico 3,79).
truyó una serie sobre el acervo total de capital y la
32 Para ello, ambas series se computaron utilizando el método de
parte de ese acervo que está constituida por bienes
inventario permanente con una tasa de depreciación del 6%. En el
de capital importados.32 La regresión del compo- año inicial en ambas series se utilizó cero como valor del volumen
de capital. En el caso del volumen total de capital, el año inicial fue
nente de capital importado sobre una tendencia 1950, y los datos sobre inversión fueron tomados de Heston, Sum-
temporal arroja un coeficiente positivo y estadísti- mers y Bettina (2002). En el caso de los bienes de capital importa-
dos, los datos provienen del anuario de la CEPAL (cuadro 295) y el
camente significativo.33 Una nueva regresión del año inicial fue 1960. Como el análisis se realiza sobre el período a
componente de capital importado sobre el índice partir de mediados de los años ochenta, el valor del volumen de
capital en el año inicial es irrelevante. La razón volumen de capital
de reformas comerciales de Lora y Panizza (2002) importado/capital total se obtiene dividiendo estas dos series.
(con variables ficticias de países y años) examina si 33Esta regresión incluyó variables ficticias de países. El coeficiente
esta tendencia positiva es el resultado de la libera- de la tendencia cronológica es 0,001, con un error estándar de
0,00009 y un t-estadístico 10,3.
lización del comercio. El coeficiente de la reforma 34 Más allá de las condiciones macroeconómicas adecuadas y los
comercial es básicamente cero. El mismo ejercicio, niveles apropiados de escolaridad no hay acuerdo acerca del sig-
pero utilizando los aranceles sobre los bienes de nificado de “condiciones adecuadas”. Para algunos, se trata de un
sistema nacional efectivo de innovación (de Ferranti et al., 2003).
capital en vez del índice de reforma comercial, da Para otros, se trata de instituciones adecuadas (Rodrik, Subrama-
un resultado similar. nian y Trebbi, 2002), mientras que otros sostienen que lo que se
requiere es una política basada en conglomerados orientada a cier-
En consecuencia, hasta ahora el análisis no tos sectores.
215

El empleo y el papel de la tecnología

Sánchez-Páramo y Schady (2003) obtuvieron datos Gráfico 6.6 Evolución de los salarios relativos en México
sobre las importaciones y la demanda relativa de (En porcentaje)

trabajadores calificados en un grupo de industrias 120

manufactureras de Chile, Colombia y México. Los


autores realizaron una regresión de la demanda 115

relativa de este tipo de trabajadores sobre la pene-

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


tración de las importaciones, utilizando variables 110

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


ficticias específicas de sectores por país, y encon-
105
traron un coeficiente positivo y estadísticamente
significativo, que es congruente con los resultados
100
de Pavcnik et al. (2002) para Brasil. Estos autores
muestran que los sectores en los que la penetración
95
de las importaciones se incrementó más rápida- 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001

mente fueron también aquellos en los que más Científicos/otros


aumentó la proporción de trabajadores calificados. Ingenieros/otros
Estos resultados, sin embargo, deben interpretarse
Fuente: Cálculos del BID basados en encuestas de hogares.
con cautela, porque utilizan datos industriales para
llegar a lo que en esencia es un fenómeno a nivel
de planta. En consecuencia, los resultados admiten
diferentes interpretaciones. Podría ocurrir, por mente que el cambio tecnológico ha incrementado la
ejemplo, que la creciente penetración de las impor- demanda de ingenieros y científicos. ¿Es cierto?
taciones estuviera acompañada de una contracción La disponibilidad de datos limita el estudio de
del sector interno. Si la contracción ocurre a través este aspecto, pero puede obtenerse alguna infor-
de la salida de empresas de baja productividad o a mación de las encuestas de hogares. En particular,
través de un menor tamaño de las plantas, esos en el caso de México, las encuestas contienen
hechos podrían producir el incremento observado información sobre la oferta y los salarios de los tra-
en la demanda relativa de trabajadores calificados. bajadores con formación universitaria por nivel de
Para evitar estos problemas, en vez de la pene- instrucción para dos grandes categorías: científicos
tración de las importaciones es preferible utilizar e ingenieros, y otros profesionales.36 En el gráfico
medidas más exógenas de la liberalización del 6.6 se observa la evolución de los salarios de cien-
comercio, como los aranceles. Pavcnik et al. (2002) tíficos e ingenieros en relación con los de otros pro-
lo hacen y no encuentran una relación estadís-
ticamente significativa entre la reducción de los
aranceles y la creciente demanda relativa de traba-
jadores calificados. Un examen de los datos sobre 35 Utilizando los datos descritos en López-Córdoba (2003), para el
México arroja resultados similares.35 período 1994-2000 se realizó una regresión de la intensidad en
mano de obra calificada a nivel de planta (medida como la relación
entre la producción y el total de trabajadores en cada planta) sobre
la penetración de las importaciones al nivel de industria y variables
El SBTC y la demanda de distintas ficticias de países. El coeficiente estimado de la penetración de las
especialidades importaciones resultó negativo (la mayor penetración de las impor-
taciones implica una menor intensidad en mano de obra calificada),
pero estadísticamente indistinguible de cero.
La respuesta apropiada de política ante el incre- 36 Los científicos e ingenieros incluyen cuatro subcategorías: 1) físi-

mento de la demanda de trabajadores calificados cos, químicos y profesionales relacionados con ellos; 2) matemáti-
cos, estadísticos y profesionales relacionados con ellos; 3)
causada por el cambio tecnológico es, por supues- especialistas en computación, y 4) arquitectos, ingenieros y profe-
to, facilitar una oferta apropiada. Pero para ello es sionales relacionados con ellos. Otros profesionales incluyen cinco
subcategorías: 1) profesionales de administración de negocios; 2)
importante conocer mejor el tipo de mano de obra profesionales del campo jurídico; 3) archivistas, bibliotecarios y pro-
calificada cuya demanda ha estado creciendo. Algu- fesionales relacionados con ellos; 4) profesionales de las ciencias
sociales y otros relacionados con ellos, y 5) escritores y artistas cre-
nos comentaristas han supuesto implícita o explícita- ativos y de espectáculos.
216

Capítulo 6

Gráfico 6.7 Evolución de la oferta relativa en México • En Argentina, Brasil y Uruguay, los salarios
(En porcentaje)
relativos cayeron y la oferta relativa aumentó. En
45 consecuencia, no existe una conclusión clara acer-
ca de la demanda relativa de trabajadores técnicos.
• En Panamá, el salario relativo se incremen-
tó y la oferta relativa disminuyó. En consecuencia,

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


40

no existe una conclusión clara acerca de la deman-

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


da relativa de trabajadores técnicos.
35
• En Colombia se observó una ligera baja del
salario relativo, mientras que la oferta relativa tam-
bién disminuyó, lo que sugiere una reducción de la
demanda relativa de trabajadores técnicos.
30
1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 • En México, el salario relativo se incrementó
Científicos/otros Ingenieros/otros y la oferta relativa se mantuvo constante, lo que
sugiere un aumento de la demanda relativa de tra-
Fuente: Cálculos del BID basados en la Encuesta Nacional de Empleo Urbano
de México. bajadores técnicos.

En resumen, no existe evidencia clara de un


fesionales en el período 1994-2001.37
El gráfico incremento en la demanda relativa de trabajadores
revela oscilaciones significativas entre un año y el técnicos en los países latinoamericanos para los
siguiente, por lo que es difícil inferir una tendencia que se dispone de datos.
clara. El gráfico 6.7 muestra principalmente que la
oferta relativa de trabajadores con títulos técnicos
ha ido disminuyendo, lo que es contrario a lo que CONCLUSIÓN
se esperaría ante el aumento de la demanda relati-
va de tales trabajadores. De estas cifras resulta difí- En este capítulo se ha analizado el papel de la tec-
cil inferir una creciente demanda relativa de nología en los mercados laborales de América Lati-
trabajadores con títulos técnicos. na. Se ha considerado en particular la validez de las
Para el resto de los países, no se dispone de aseveraciones de que la tecnología es responsable
datos sobre salarios y oferta laboral por nivel de del estancamiento de los salarios, el creciente des-
escolaridad, pero existen datos clasificados por ocu- empleo y la creciente desigualdad salarial ocasio-
paciones.38 Los gráficos 6.8 y 6.9 muestran la evo- nada por el creciente rendimiento de la educación
lución de los salarios y la proporción de que se observan en la región. Los datos examinados
trabajadores en empleos técnicos en relación con respaldan la primera aserción en el sentido de que
los trabajadores en otros empleos, en aquellos paí- el estancamiento de los salarios parece ser el resul-
ses para los que se dispone de datos sobre encues- tado del estancamiento de la productividad, que
tas laborales y domiciliarias. Del gráfico 6.8 es podría muy bien ser el resultado de un lento ritmo
difícil extraer la conclusión de que los salarios rela- de cambio tecnológico.
tivos de los trabajadores en ocupaciones técnicas La segunda afirmación, que el creciente des-
han aumentado: México y Panamá son los únicos empleo es consecuencia del progreso tecnológico,
países en los que esto parece haber ocurrido. ¿Se
debe esto a un incremento en la oferta relativa de
trabajadores en los campos técnicos, que ha com-
pensado la mayor demanda relativa de tales traba- 37 Lamentablemente, no existen datos coherentes para un período

mayor (en 1994 se modificó la codificación).


jadores? La experiencia ha variado en los distintos
38 El análisis se concentra en datos sobre salarios por hora de hom-
países en lo que se refiere a los trabajadores en ocu- bres, aunque las implicaciones son similares para otras variables
paciones técnicas. (ingreso mensual y mujeres).
217

El empleo y el papel de la tecnología

Figure 6.8 Evolución de los salarios relativos


(En porcentaje)

a- Argentina d- México

150 120

130 110

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.
110 100

90 90

70 80

50 70

30 60
1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001

b- Brasil e- Panamá
210 200

200
180
190
160
180

170 140

160 120

150
100
140
80
130

120 60
1992 1993 1995 1996 1997 1998 1999 1991 1995 1997 1998 1999 2000

c- Colombia f- Uruguay
140 160

130 150

120 140

110 130

100 120

90 110

80 100
1990 1991 1995 1996 1997 1998 1999 1992 1995 1997 1998 2000

Nota: La muestra incluye solo trabajadores asalariados.


Fuente: Cálculos del BID basados en encuestas de hogares.
218

Capítulo 6

Gráfico 6.9 Evolución de la oferta relativa


(En porcentaje)

a- Argentina d- México

55 90

85

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


50

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


80
45

75

40
70

35
65

30 60
1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001

b- Brasil e- Panamá
40 160

38 150

36 140

34 130

32 120

30 110

28 100

26 90

24 80

22 70

20 60
1992 1993 1995 1996 1997 1998 1999 1991 1995 1997 1998 1999 2000

c- Colombia f- Uruguay
100 58

95 56

90
54
85
52
80
50
75
48
70

65 46

60 44
1990 1991 1995 1996 1997 1998 1999 1992 1995 1997 1998 2000

Nota: La muestra incluye solo trabajadores asalariados.


Fuente: Cálculos del BID basados en encuestas de hogares.
219

El empleo y el papel de la tecnología

es claramente rechazada por los datos: los países mente el manufacturero, han experimentado un
con elevados niveles de PTF no muestran tasas de incremento en la demanda relativa de mano de
empleo menores, ni tampoco es cierto que los paí- obra calificada. Una hipótesis más razonable es que
ses que experimentan un crecimiento más rápido la mayor penetración de la tecnología de la infor-
de la PTF muestren tasas de empleo menores o mación ha ocasionado la creciente intensidad en
decrecientes. Se llega a la misma conclusión si se mano de obra calificada en todos los sectores de la

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


utiliza el número de computadoras personales per economía, aunque esta hipótesis no está claramen-

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


cápita (en vez de la PTF) como indicador del nivel te confirmada en la región.
tecnológico. En tercer lugar, la evidencia no respalda la
La evidencia y la literatura examinadas con aseveración de que la demanda relativa de trabaja-
respecto a la tercera aseveración, de que el SBTC es dores calificados se concentra en trabajadores con
responsable del creciente rendimiento de la educa- aptitudes técnicas en vez de otras aptitudes de
ción en la región, son diversas y no son concluyen- carácter más general. Los datos de diversos países
tes. Sin embargo, la clara conclusión que surge es muestran que los salarios relativos de los trabaja-
que la noción simplista de que la liberalización del dores con títulos técnicos o en ocupaciones técni-
comercio ha permitido a las empresas importar cas no se han incrementado, y que ello no se debe
equipos automáticos de producción que han reem- a que la creciente oferta relativa haya mantenido
plazado mano de obra no calificada, y de que ello estancados los salarios relativos. La implicación de
ha conducido a la creciente demanda relativa de esta conclusión es importante, ya que sugiere que
trabajadores calificados (especialmente en los cam- en este momento sería erróneo que los países de la
pos técnicos) es claramente errónea. región asignaran un mayor énfasis a la ingeniería y
En primer lugar, no está claro que la liberali- los campos científicos en sus programas educati-
zación del comercio haya causado una intensifica- vos.
ción en la adopción de tecnologías sesgadas en Sin una clara comprensión de las causas espe-
favor de los trabajadores calificados. Las barreras cíficas del creciente rendimiento de la educación,
comerciales a la importación de equipos no se han resulta difícil efectuar recomendaciones específi-
eliminado en forma significativa, porque ya eran cas de política para abordar este fenómeno. Pero
bajas. Además, no es cierto que en los países que ello no debería constituir el principal aspecto rela-
han liberalizado más vigorosamente el comercio se cionado con la tecnología y los mercados laborales
haya incrementado más rápidamente el capital en la región. Mucho más importante que el cre-
importado como porcentaje del capital total. Y la ciente salario relativo de los trabajadores con estu-
evidencia empírica tampoco indica claramente que dios terciarios es el hecho de que los salarios de los
la liberalización del comercio haya conducido a trabajadores con menores niveles de escolaridad se
una adopción más rápida de tecnología a través de han estancado. Mucha más atención debería pres-
otros mecanismos (como una mayor competencia). tarse a la conclusión de que esto se debe al lento
En segundo lugar, la evidencia rechaza la ritmo del progreso tecnológico en la región.
noción de que la adopción de tecnologías de auto- Este no es el lugar apropiado para analizar
matización de la producción en las industrias detalladamente las políticas que los gobiernos
manufactureras haya llevado a un aumento en la podrían aplicar para mejorar esta dimensión (véase
intensidad de mano de obra calificada en esas plan- de Ferranti et al., 2003). Lo que puede señalarse
tas. Más importante aún es el hecho de que, dado el aquí es que los países deberían dedicar más energía
reducido y decreciente tamaño del sector manufac- a la formulación de sistemas de educación superior
turero en la región, resulta difícil sostener que la que respondan en forma más rápida y eficaz a la
creciente demanda relativa de trabajadores califica- demanda de mano de obra del sector productivo.
dos en toda la economía se deba a algo específico a Así como las políticas educacionales en sí mismas
este sector. Esta conclusión está respaldada por no constituyen una solución para los problemas del
datos que muestran que todos los sectores, no sola- mercado laboral que afectan a la región (como se
220

Capítulo 6

analiza en el capítulo 3) también es cierto que sin sector privado en términos de diseño de progra-
universidades fuertes de las que se gradúen profe- mas, capacitación de docentes, inversión en equi-
sionales de alta calidad que satisfagan las necesida- pos e investigación. Esto promovería una mayor
des del sector privado, es dudoso que la región colaboración entre las universidades y las asocia-
logre mejorar su situación en términos de innova- ciones del sector privado al nivel de sectores, con el
ción y adopción de tecnologías. Además, un siste- fin de asegurar que la capacitación provista por las

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


ma de educación superior que responda mejor a las universidades se ajuste a las necesidades de las

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


necesidades podría impedir que los salarios relati- empresas. Esta colaboración debería extenderse a
vos se desviaran demasiado en el mediano plazo. las instituciones nacionales de capacitación y los
Como el sector educativo está plagado de colegios técnicos.
imperfecciones de mercado, el papel del gobierno Más allá de las universidades públicas, los
es fundamental. Pero la intervención estatal en gobiernos deberían prestar atención al mejor fun-
este campo no ha sido necesariamente positiva: es cionamiento del mercado de la educación superior.
común encontrar que los gobiernos transfieren Es fundamental establecer un sistema destinado a
grandes sumas de dinero a universidades públicas mejorar el flujo de información y la toma de deci-
que terminan asignando estos recursos sin tener siones sobre opciones en materia de educación. Los
adecuadamente en cuenta la demanda del sector futuros estudiantes deberían contar con mejor
privado. Mientras los gobiernos continúen transfi- información acerca de las condiciones del mercado
riendo recursos a las universidades públicas –y laboral (salarios y probabilidades de empleo) en
supuestamente existen buenas razones para seguir diversas carreras y universidades. Deberían dispo-
haciéndolo– es importante asegurar que tales re- ner de mejor información sobre la calidad de las
cursos tengan una elevada tasa de rendimiento universidades públicas y privadas, a través de un
social. sistema de certificación de universidades y progra-
En este campo, pequeños cambios pueden mas educacionales, y deberían tener acceso a prés-
hacer mucho. Por ejemplo, los gobiernos podrían tamos para adoptar decisiones basadas en esta
disminuir la tasa de crecimiento de esas transfe- información. Todos estos son aspectos en los que la
rencias y asignar los recursos liberados a proyectos intervención del gobierno podría estimular un
en los cuales las universidades colaboran con el mejor rendimiento.
221

El empleo y el papel de la tecnología

APÉNDICE 6.1 (1/3)A2/3(K/L)-2/3, que es el producto marginal de K


DESCOMPOSICIÓN DEL CRECIMIENTO en la función de producción anterior. A medida que
EN LA PRODUCTIVIDAD LABORAL aumenta A, se incrementa la tasa de rendimiento
del capital, y la consecuencia natural es una mayor
En este apéndice se explica el análisis que sustenta acumulación de capital. Es natural suponer que en
las columnas (2) y (3) del cuadro que aquí se pre- una situación de equilibrio, la tasa de rendimiento

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


senta. Como es habitual en la literatura especiali- del capital es constante; para que sea así, el incre-

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


zada, el análisis supone una función de producción mento de A requiere un incremento proporcional
de tipo Cobb-Douglas en la cual la participación de de la razón capital-trabajo. De esta manera, la des-
la mano de obra es de dos tercios: Y = K1/3 (AL)2/3, composición anterior atribuye a la profundización
Y es el producto, K es el volumen de capital, L es la del capital lo que en realidad es causado por el
cantidad de trabajadores, y A es la variable que cambio tecnológico.
capta el nivel de tecnología. Esta función de pro- Existe otra forma de entender este mismo
ducción puede reordenarse para que Y/L = PTF punto. Considérese un modelo en el que A y L
(K/L)1/3, donde PTF = A2/3. Aplicando logaritmos a crecen a tasas constantes y exógenas gA y gL,
ambos lados y diferenciando con respecto al tiem- respectivamente. Dada la ecuación habitual para la
• •
po se obtiene la ecuación habitual de descomposi- acumulación de capital (K = I - δ K, donde K es la
ción del crecimiento: derivada temporal de K y δ es la tasa de deprecia-
ción del capital) puede demostrarse que la razón
g = g(PTF) + (1/3)g(K/L) capital-producto está dada por:

donde g es la tasa de crecimiento de la pro- K s


=
ductividad laboral, g(PTF) es la tasa de crecimiento Y gA + gL + δ
de la PTF y g(K/L) es la tasa de crecimiento de la
razón capital-trabajo.
El problema de este enfoque es que parte del donde s es la tasa de inversión que aquí se
crecimiento de la razón capital-trabajo puede supone constante. Si la tasa de ahorro no se incre-
deberse al cambio tecnológico. Para ver esto, nóte- menta, la razón capital-producto no se incrementa.
se que la tasa de rendimiento del capital es Pero la razón capital-trabajo depende de A y de la

Efectos de los subperíodos sobre el crecimiento de la productividad laboral, 1985–2000


Subperíodo Productividad laboral Tecnología Profundización del capital

1985–90 –0,005 –0,004 –0,001


(0,004) (0,006) (0,005)
1990–95 0,001 0,007 –0,010
(0,004) (0,006) (0,005)**
1995–2000 0,003 –0,002 0,012
(0,004) (0,006) (0,005)**
Test F de las diferencias entre subperíodos
1985–90 vs. 1990–95 0,67 1,04 1,28
1985–90 vs. 1995–2000 1,19 0,03 2,54
1990–95 vs. 1995–2000 0,07 0,71 7,43**

** Significativo al 5%.
Nota: El valor absoluto del t-estadístico está entre paréntesis.
Fuente: Cálculos del BID.
222

Capítulo 6

razón capital-producto: K/L = A(K/Y)3/2. En conse- capital-producto no depende de A. Por ejemplo, si


cuencia, incluso con una tasa de inversión cons- todo lo que ocurre es que A se incrementa un 10%,
tante, un aumento de A conduciría a un aumento se esperaría que la razón capital-trabajo también se
en la razón capital-trabajo. incremente un 10%. En la descomposición tradi-
Este argumento sugiere una descomposición cional, el aumento de la productividad laboral se
diferente, que proviene de que Y/L = A(K/Y)1/2. explica por el crecimiento de la PTF y el creci-

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Ello conduce a la siguiente descomposición del cre- miento de la razón capital-trabajo. En esta descom-

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


cimiento de la productividad laboral: posición alternativa, todo el crecimiento se
explicaría por el crecimiento de A.
g = g(A) + (1/2)g(K/Y) La descomposición se muestra en las colum-
nas (2) y (3) del cuadro de este apéndice, donde
El beneficio de este segundo enfoque es que, g(A) se denomina tecnología y g(K/Y) se denomina
a diferencia de la razón capital-trabajo, la razón profundización del capital.
223

El empleo y el papel de la tecnología

APÉNDICE 6.2 tanto la suma de los coeficientes de la variable fic-


CRECIMIENTO DE LA PRODUCTIVIDAD ticia del país como la suma de los coeficientes de la
LABORAL EN DISTINTOS PAÍSES Y variable ficticia del subperíodo son iguales a cero.
TIEMPOS De esta manera, los coeficientes de las variables fic-
ticias del país y del subperíodo pueden interpretar-
Este apéndice explica el análisis estadístico utili- se como desviaciones de la mediana de la muestra.

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


zado para descubrir diferencias entre países y El resultado de este ejercicio revela que sólo

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


subperíodos en las tasas de crecimiento de la pro- Chile y la República Dominicana muestran tasas de
ductividad laboral y sus dos componentes (tecnolo- crecimiento de la productividad laboral que son
gía y profundización del capital). El análisis supone estadísticamente superiores a la media de la mues-
que la tasa de crecimiento de la productividad labo- tra, mientras que Nicaragua tiene una tasa de cre-
ral en cada país en cada subperíodo es el resultado cimiento de la productividad laboral que es
de tres elementos: un elemento específico del país estadísticamente inferior a la media de la muestra.
que es común en los tres subperíodos, un elemen- En el caso de Chile y la República Dominicana, las
to específico del subperíodo que es común en todos tasas de crecimiento superiores al promedio se
los países, y un elemento específico del país y el deben a contribuciones estadísticamente superio-
subperíodo. res a la contribución promedio de la tecnología, y
En otras palabras, el análisis supone que: no a la profundización del capital. En el caso de
Nicaragua se observa lo contrario.
g =α+γ +γ +ε Los resultados de las variables ficticias de los
ct c t ct
subperíodos son interesantes. El cuadro del apén-
donde gct es la tasa de crecimiento de la varia- dice 6.1 muestra que no existen diferencias estadís-
ble de interés (la productividad laboral, el nivel de ticamente significativas entre subperíodos en la
tecnología o la razón capital-producto dividida por tasa de crecimiento de la productividad laboral o la
dos), el subíndice c denota el país y el subíndice t contribución de la tecnología. La profundización
denota el tiempo (subperíodo), y γc y γt son varia- del capital hizo una contribución estadísticamente
bles ficticias de país y subperíodo. La regresión aso- negativa en 1990-95 y una contribución estadística-
ciada se realizó imponiendo las limitaciones de que mente positiva en 1995-2000.
224

Capítulo 6

APÉNDICE 6.3. Dividiendo el salario de la mano de obra de


LA DEMANDA RELATIVA IMPLÍCITA DE tipo i por el salario de la mano de obra de tipo 1, y
MANO DE OBRA CALIFICADA usando logaritmos, se obtiene lo siguiente:

¿Existe una tendencia generalizada en la demanda


de diferentes grupos de trabajadores calificados?

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


w ijt Aijt L ijt
Considérense N grupos de trabajadores calificados = σ ln − (1 − σ ) ln

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


ln
y M países. El producto se obtiene de acuerdo con w 1jt A1 jt L1 jt
la siguiente función de producción CES:

1 /σ
N
σ
Y = ∑ (A L ) Suponiendo un valor particular de σ, por
jt ijt ijt
i = 1 ejemplo de 0,5 (de manera que ε = -2) o de 1/3 (de
manera que ε = —1,5), y utilizando datos corres-
donde Lijt es la cantidad utilizada de mano de pondientes al término izquierdo de la ecuación y el
obra i = 1, 2, … N en el país j = 1, 2, … …M en el segundo término a la derecha de la ecuación,
período t, y donde la elasticidad de sustitución puede calcularse 1n(Aijt/A1jt) implícito para cada
entre tipos de mano de obra es ε = –1/(1 – σ) con terno grupo/país/año.
σ < 1. La igualdad de la oferta y la demanda de
mano de obra de tipo i en el período t implica lo
siguiente:

σ σ −1
wijt = Y jt1−σ A ijt L ijt
Capítulo
7

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.
El papel de las regulaciones
e instituciones en el desempeño
de los mercados laborales

Las leyes laborales regulan las condiciones del las condiciones de trabajo, la estabilidad laboral y la
empleo asalariado al establecer los tipos de contra- protección social serían aun peores.
tos que pueden darse a los trabajadores, la duración En este capítulo se analizan las regulaciones e
de la semana laboral, las condiciones para el despi- instituciones de los mercados laborales de América
do, las condiciones en que los contratos pueden Latina y el Caribe en comparación con otras regio-
negociarse colectivamente, los salarios mínimos y nes y se discuten sus efectos en el comportamien-
otros aspectos de la relación entre empleados y to de los mercados laborales de la región. ¿Hasta
empleadores. En algunos casos, el propósito expre- qué punto la normativa y las instituciones alteran
so de este amplio conjunto de normas es aumentar el funcionamiento de los mercados laborales? ¿Pue-
el poder de negociación de los trabajadores; en den los mercados laborales prescindir de ellas? Las
otros, equilibrar objetivos sociales, económicos y altas tasas de desempleo que se observan en algu-
políticos. Sin embargo, a juzgar por el grado de dis- nos países, ¿son una consecuencia de normas e ins-
cusión y desacuerdo que esas leyes generan en la tituciones deficientes? ¿Se ven los trabajadores y
región, aparentemente no se ha alcanzado ese equi- las firmas obligados a evadir las leyes laborales
librio. Muchos empleadores, economistas y políti- como consecuencia de la normativa? ¿Hay un quid
cos afirman que la reglamentación laboral pro quo entre la flexibilidad y el bienestar de los
obstaculiza la capacidad de los mercados laborales trabajadores? De ser así, ¿en qué campos y qué se
para funcionar bien. Sostienen que, al establecer puede hacer al respecto?
condiciones que no dependen del mercado, la nor- Este capítulo refleja ideas de estudios cada
mativa puede dejar desempleados a algunos traba- vez más abundantes donde se examinan los efectos
jadores, causar una asignación ineficiente del de la reglamentación y las instituciones en varias
empleo entre sectores, firmas y plantas, y llevar a dimensiones del mercado laboral. Las conclusiones
trabajadores y firmas a evadir las leyes laborales. principales son las siguientes. En primer lugar, se
Asimismo, al impedir el funcionamiento normal de necesita una normativa en los mercados laborales.
los mercados laborales, las regulaciones pueden El tema no es cómo o cuándo desreglamentar, sino
reducir el crecimiento de la productividad. Con qué conjunto de normas y regulaciones mejorarán
este telón de fondo negativo, otros señalan niveles el funcionamiento de los mercados laborales y si la
elevados y preocupantes de desigualdad, inestabili- normativa vigente sirve para alcanzar esas metas.
dad en el empleo y condiciones de trabajo deplora- En segundo lugar, en comparación con el resto del
bles. Afirman que, si no hubiera reglamentación, mundo, los países latinoamericanos tienen normas
226

Capítulo 7

muy protectoras en los códigos laborales; sin muchos trabajadores competirían por empleos
embargo, las altas tasas de evasión e incumpli- comparables y muchas firmas competirían por tra-
miento diluyen su efecto. En tercer lugar, aunque bajadores comparables. Bien informados, los traba-
la normativa y las instituciones pueden producir jadores examinarían sus opciones y aceptarían
avances en materia de bienestar y mejoras en el ofertas de empleo con las mejores condiciones
funcionamiento del mercado laboral, con frecuen- laborales y los salarios más altos para un mismo

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


cia no lo hacen, y en cambio crean ganadores y per- grado de esfuerzo previsto. Las firmas que ofrecie-

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


dedores. Las prestaciones obligatorias y el salario ran condiciones de trabajo deficientes no podrían
mínimo, por ejemplo, pueden generar avances en contratar trabajadores o podrían perder trabajado-
materia de bienestar si su nivel es compatible con res que se irían a otras empresas. Por lo tanto, todas
la situación económica general, pero pueden llevar las firmas terminarían ofreciendo salarios similares
a la pérdida de empleos si su nivel es más alto. Las para un trabajo similar. Ese proceso garantizaría
indemnizaciones por despido podrían ayudar a los que los salarios equivalieran al valor del producto
trabajadores desempleados, pero al mismo tiempo, marginal de los trabajadores (o sea, el valor de los
reducir las tasas de empleo de los jóvenes y los tra- bienes y servicios que producen). Sin embargo,
bajadores no calificados. Los sindicatos pueden este mercado laboral no regulado no garantizaría
beneficiar a sus afiliados, pero también llevar a necesariamente condiciones y salarios adecuados
reducir la inversión y el crecimiento. El corolario para todos los trabajadores; los que tuvieran un
es que la normativa y las instituciones no siempre nivel de escolaridad más bajo o menos aptitudes
favorecen a aquellos a quienes se proponen prote- podrían producir menos y, por consiguiente, reci-
ger; por lo tanto los legisladores deberían evaluar birían una remuneración pequeña en el mercado.
cuidadosamente los costos y beneficios de los cam- Aunque esta descripción simplificada del
bios regulatorios. mercado laboral es útil para comprender algunos
El debate sobre la reglamentación parte de dos aspectos de su comportamiento, muchos factores,
preguntas fundamentales. La primera, una de las especialmente en países en desarrollo, no se
favoritas de los economistas, es si el mercado labo- encuadran bien en esta hipótesis de libro de texto.
ral necesita regulaciones. La segunda pregunta es Por ejemplo, la mayoría de los trabajadores no tie-
qué determina la reglamentación del mercado labo- nen recursos para buscar trabajo durante períodos
ral. Es decir, ¿responden las normas que rigen los prolongados, lo cual menoscaba su capacidad de
mercados laborales a las fallas del mercado o a pre- encontrar los mejores empleos disponibles. Los tra-
siones políticas, culturales o jurídicas? Tales presio- bajadores tal vez no tengan recursos suficientes
nes pueden tener poca relación con mejorar el para mudarse a lugares donde hay trabajo, lo cual
funcionamiento de los mercados laborales, pero aun reduce la competencia por empleos y trabajadores
así pueden ser importantes para alcanzar resultados en el mercado laboral. Asimismo, los obstáculos al
sociales deseables. Por ejemplo, la redistribución de ingreso de firmas en el mercado, por limitaciones
ingresos de empleadores a trabajadores o de un de crédito o por barreras burocráticas a la creación
grupo de trabajadores a otro podría ser un resultado de nuevas empresas, reducen las vacantes disponi-
social deseable, pero los mercados laborales que lo bles. Debido a fallas generalizadas del mercado, los
hicieran podrían causar un desempleo elevado o mercados laborales por sí solos no ofrecerían a los
discriminar a cierto tipo de trabajadores. En el peor trabajadores (ni a las firmas) las condiciones pro-
de los casos, estos resultados podrían anular los pias de un mercado perfecto. Por lo tanto, las
beneficios previstos por la legislación. preguntas fundamentales no son cómo o cuándo
La regulación, ¿ayuda a los mercados labora- desreglamentar sino qué conjunto de normas mejora-
les o los obstaculiza? Para determinar si cabe espe- rá el funcionamiento de los mercados laborales y si la
rar que estos funcionen sin regulación, es útil reglamentación vigente alcanzará esas metas. En el
describir la forma en que debería funcionar recuadro 7.1 se presentan algunos principios recto-
un buen mercado laboral. En un mercado ideal res para la reglamentación del mercado laboral.
227

El papel de las regulaciones e instituciones en el desempeño de los mercados laborales

Recuadro 7.1 Principios para la formulación de normas laborales

Tener claros los objetivos Sin embargo, quién paga en realidad a largo plazo
depende de la situación del mercado.

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Las normas deben buscar un equilibrio, de manera tal que

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


se protejan los derechos fundamentales de los trabajado- Aumentar el porcentaje de trabajadores con prestaciones
res y aun así el mercado laboral pueda funcionar correc-
tamente. Asimismo, se debe hacer una distinción entre los Las normas deberían regirse por el principio de universali-
objetivos y los instrumentos para alcanzarlos. Según la dad. Será más fácil cumplirlas cuanto mayor sea la corres-
situación económica, social e institucional del país, algu- pondencia entre las prestaciones concedidas por la ley y
nos instrumentos son más apropiados para alcanzar los la posibilidad de otorgárselas a los trabajadores.
objetivos deseados.
Considerar el impacto en las inversiones y el crecimiento
Identificar la imperfección del mercado por resolver
Los cálculos de los costos y beneficios de la legislación
Los encargados de formular políticas deberían examinar la deberían incluir la cantidad neta de empleos ganados o
forma y los motivos de las fallas del mercado y cómo la perdidos, el cambio en la productividad, y el efecto de las
normativa puede mejorar la situación. normas en el crecimiento de la economía y en el bienestar
de los trabajadores.
Determinar quiénes ganan y quiénes pierden
Promover un aumento de la productividad
La legislación laboral debería tener en cuenta tanto los
posibles beneficiarios como los posibles perdedores y la El aumento de la productividad es el principal mecanismo
magnitud de esta pérdida. Las normas podrían redundar para subir los salarios. Por lo tanto, en la legislación debe-
en beneficios para algunos grupos de trabajadores en tér- rían establecerse incentivos para que tanto las compañías
minos de empleo o salarios, pero también podrían oca- como los trabajadores inviertan en tecnología y capacita-
sionar daños a otros. Los encargados de formular políticas ción a fin de incrementar la productividad.
se enfrentan con la difícil tarea de buscar una fórmula con-
ciliatoria entre costos y beneficios. Tener flexibilidad

Cerciorarse de que las normas puedan cumplirse La legislación debería ser suficientemente flexible para que
pueda corregirse si se detectan efectos imprevistos e inde-
El objetivo de la protección no puede ser otorgar presta- seados. La legislación laboral será más flexible cuanto
ciones insostenibles en vista de la productividad, la situa- mayor sea la separación entre objetivos e instrumentos.
ción económica general y las preferencias de los Idealmente los primeros deberían formularse sobre la base
trabajadores. Si hay grandes disparidades entre estas últi- del consenso social con un horizonte a mediano o largo
mas y los salarios, y las prestaciones que la ley supuesta- plazo, mientras que debería existir la posibilidad de modi-
mente otorga, los trabajadores y las compañías pueden ficar los instrumentos a corto o mediano plazo si obstacu-
terminar evadiendo esos pagos, con lo cual promoverían lizan la consecución de los objetivos o imponen grandes
el empleo informal. costos a grupos determinados.

Comprender que el mercado fija los costos laborales

La legislación establece quién paga nominalmente las


prestaciones sociales, sea el empleador o el trabajador. Fuente: Pagés y Saavedra (2002).

Este capítulo se basa en nueva evidencia laborales y porcentaje de trabajadores indepen-


sobre los distintos tipos de normativa que afectan a dientes. En el capítulo se examinan la normativa y
variables decisivas del mercado laboral como crea- las instituciones en cuatro campos: 1) condiciones
ción y destrucción de empleos, crecimiento neto de trabajo, 2) protección de la estabilidad del
del empleo, desempleo, tasas de empleo, salarios, empleo, 3) salario mínimo y 4) sindicatos.
porcentaje de trabajadores amparados por las leyes
228

Capítulo 7

LAS NORMAS SOBRE CONDICIONES mas menos protectoras. Tanto en las distintas regio-
DE TRABAJO Y SEGURIDAD SOCIAL nes del mundo como en América Latina la regla-
mentación de las condiciones de empleo tiende a
Gran parte de la normativa del mercado laboral ser más protectora en los países más pobres y en
procura establecer exigencias mínimas para las aquellos cuyo sistema jurídico se basa en el Código
condiciones del trabajo asalariado. Otro conjunto napoleónico (Djankov et al., 2003).

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


importante de normas determina las condiciones Las prestaciones de seguridad social (y las

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


para recibir prestaciones de seguridad social y las contribuciones) son más bajas en América Latina y
contribuciones que deben hacerse a tales progra- en los países en desarrollo de otras regiones que en
mas. Aunque de índole diferente, ambos grupos los países desarrollados. El índice de seguridad
normativos exigen algún tipo de transferencia del social del gráfico 7.2 es la suma de tres índices que
empleador al trabajador, que podría concretarse en resumen las prestaciones en los rubros de pensión
forma de vacaciones pagas, prima por horas extras a la vejez, seguro de salud, y maternidad y seguro
o aportes a un programa de seguridad social. Los de desempleo.2 El índice es mayor para los progra-
empleadores suelen argumentar que con estas mas con más prestaciones y para aquellos con
prestaciones no les conviene tanto contratar traba- mayores prestaciones en relación con las contribu-
jadores. Para muchos otros, la reglamentación es ciones. Según este índice, las normas de seguridad
indispensable para mantener el carácter humano social protegen menos a los trabajadores en Améri-
del lugar de trabajo. ca Latina que en otros países desarrollados y en los
países de Europa del Este y Asia Central. Sin
¿Cómo se compara América Latina embargo, el índice para América Latina es más alto
con otras regiones? que para otras regiones en desarrollo, incluida Asia
del Este. En América Latina, Jamaica, Bolivia y
Las leyes laborales de América Latina son más pro- Perú tienen las prestaciones de seguridad social
tectoras que las del resto del mundo. El gráfico 7.1 más bajas, en tanto que Colombia, Panamá y
presenta una comparación de un índice de condi- Argentina tienen el mayor grado de protección,
ciones de empleo en distintas regiones del mundo con niveles que superan el promedio de los países
y en países latinoamericanos. Los índices más altos desarrollados angloparlantes.
indican una mayor cantidad de normas y una regla- Estos indicadores parecen mostrar que, por lo
mentación que protege más a los trabajadores. El menos sobre el papel, América Latina cuenta con
índice capta lo que dicen las leyes y normas de un caudal de leyes y normas para mejorar el
cada país sobre el número máximo de horas de la bienestar de los trabajadores. Los indicadores pare-
semana laborable, horas extras, turnos nocturnos, cen señalar también que, en muchos sentidos, en
feriados, horas de trabajo, licencia por maternidad, América Latina los legisladores han excedido los
otros tipos de licencia y días de vacaciones.1 Cabe niveles de protección vigentes en otros países.
destacar que es un indicador de jure, o sea que no ¿Están los mercados laborales de América Latina
refleja si se aplican las normas sino que mide las sobrecargados con esta normativa?
condiciones únicamente según la letra de la ley.
Lo sorprendente es que los países menos
desarrollados tienen más condiciones de trabajo 1 Véase en Djankov et al. (2003) una explicación más amplia sobre
reglamentarias que los países desarrollados. Sólo la la forma en que se calcula este indicador.
región de Europa del Este y Asia Central supera a 2 La fuente de este índice es Djankov et al. (2003). El índice es la suma

normalizada de los siguientes componentes: la diferencia entre la


América Latina en el grado de protección de jure edad de la jubilación y la esperanza de vida; los meses de contribu-
de los trabajadores. En América Latina los códigos ciones necesarios para una jubilación normal; las contribuciones a
planes de pensiones y seguro de invalidez, seguro médico y seguro
laborales de Bolivia, Venezuela, Brasil y Panamá de desempleo; la tasa de reemplazo de las pensiones; la tasa de
proporcionan las condiciones de trabajo más pro- reemplazo de las prestaciones de seguro médico; los meses de contri-
buciones necesarios para tener derecho a prestaciones y seguro médi-
tectoras. Jamaica, Uruguay y Chile tienen las nor- co; y el plazo de espera para las prestaciones de seguro médico.
229

El papel de las regulaciones e instituciones en el desempeño de los mercados laborales

Gráfico 7.1 Índice de condiciones de empleo Gráfico 7.2 Índice de seguridad social
(Índice 0-1) (Índice 0-3)

Europa del Este y Asia Central Europa Continental


América Latina y el Caribe Países desarrollados angloparlantes
África Subsahariana Europa del Este y Asia Central
Asia del Sur América Latina y el Caribe
Medio Oriente y Norte de África Asia del Este y Pacífico
Europa Continental Medio Oriente y Norte de África
Asia del Sur

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Asia del Este y Pacífico
Países desarrollados angloparlantes África Subsahariana
Bolivia Colombia

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Venezuela Panamá
Brasil Argentina
Panamá Venezuela
Colombia Uruguay
México Chile
Rep. Dominicana Ecuador
Perú Brasil
Argentina México
Ecuador Rep. Dominicana
Chile Perú
Uruguay Bolivia
Jamaica Jamaica
0 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8 0,9 1 0 0,5 1 1,5 2 2,5

Fuente: Djankov et al. (2003). Fuente: Djankov et al. (2003).

El costo de la regulación Si los trabajadores estuvieran dispuestos a aceptar


una reducción salarial que equivaliese exactamen-
Si las normas que procuran mejorar las condiciones te a dos semanas de sueldo, el total de la produc-
de trabajo y las prestaciones lograran su cometido ción disminuiría y el tiempo libre aumentaría, pero
sin costo alguno, la tarea de los legisladores sería los empleadores no absorberían ningún costo adi-
bastante sencilla. Simplemente tendrían que poner- cional. En cambio, si los trabajadores estuvieran
se de acuerdo sobre las prestaciones que deberían dispuestos a aceptar una reducción salarial equiva-
abordarse en la legislación y en las normas, y asig- lente a menos de dos semanas de sueldo, tanto el
nar recursos para velar por su cumplimiento. empleo como los salarios disminuirían y el costo de
Lamentablemente, la realidad no es tan simple. La la nueva norma sería sufragado en parte por los tra-
normativa prescribe transferencias obligatorias de bajadores (en forma de salarios más bajos) y en
empleadores a trabajadores y su efecto en el merca- parte por las firmas (en forma de costos más altos).
do laboral depende de quién sufraga en la práctica Por consiguiente, la incidencia de una transferen-
el costo de dichas transferencias. Una transferencia cia obligatoria no depende de la norma en sí sino
obligatoria no implica necesariamente un costo adi- del funcionamiento del mercado laboral.
cional para los empleadores o un desincentivo para Uno de los corolarios de este análisis es que
contratar mano de obra. Eso depende de si los las normas que establecen prestaciones que los tra-
empleadores pueden transferir el costo a los traba- bajadores están muy dispuestos a pagar aumentan
jadores en forma de una remuneración más baja. su bienestar sin afectar al mercado laboral, mien-
Considérese, por ejemplo, una nueva norma tras que las normas o prestaciones poco deseadas
que aumente las vacaciones obligatorias de dos por los trabajadores llevan a la pérdida de empleos,
semanas a cuatro. ¿Sería esta disposición una dádi- lo cual reviste particular importancia en el caso de
va para los trabajadores y una carga adicional para las contribuciones a los programas de seguridad
los empleadores? Los empleadores probablemente social. En muchos países de América Latina, debi-
respondan ofreciendo salarios más bajos a los do a las tendencias demográficas y los desequili-
empleados nuevos a fin de compensar el aumento brios actuariales, los trabajadores obtendrán menos
del costo. Algunos trabajadores considerarían beneficios de estos programas que en el pasado, en
inaceptable la reducción de los salarios y se retira- tanto que las contribuciones aumentarán (Lora y
rían del mercado laboral, mientras que otros estarí- Pagés, 1997). Estos efectos podrían menoscabar la
an dispuestos a trabajar con salarios más bajos voluntad de los trabajadores de pagar programas de
porque valoran el tiempo adicional de vacaciones. seguridad social.
230

Capítulo 7

Otro corolario es que si el salario mínimo u regulaciones sobre las condiciones de empleo que
otra forma de salario base impidiera el reajuste ofrecen mayor protección llevan a un aumento del
salarial, una norma que en principio sería neutral trabajo independiente. Por consiguiente, hay indi-
podría reducir el empleo y aumentar el desempleo. cios de que, cuanto mayores sean las transferencias
Esto parece indicar que normas similares podrían exigidas de las firmas a los trabajadores, menor
tener efectos diferentes en distintos países debido a será la creación de empleos en el sector del trabajo

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


su interacción con otras normas. asalariado. Sin embargo, no hay ningún indicio de

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


que las contribuciones de seguridad social más
Evidencia empírica altas lleven a una tasa más elevada de trabajo inde-
pendiente.3 Por último, hay cierta correlación entre
¿Qué pruebas empíricas hay de estos efectos? países en lo que respecta a las mayores prestacio-
¿Están los trabajadores dispuestos a pagar las pres- nes de seguridad social y un crecimiento menor de
taciones? ¿Disminuye sustancialmente el empleo a la productividad total de los factores (PTF).
raíz de las normas que aumentan las prestaciones? Aunque estas correlaciones dan que pensar,
Sobre la base de evidencia empírica, es importante se basan en una cantidad limitada de países y
determinar la existencia y la magnitud de posibles observaciones. Los resultados de otros estudios se
quid pro quo entre las prestaciones obligatorias y el basan en datos más desagregados o abarcan perío-
empleo. dos más largos. Por ejemplo, Heckman y Pagés (de
Un ejercicio empírico sencillo y revelador próxima publicación), tras un examen de la litera-
consiste en correlacionar indicadores de la norma- tura sobre los efectos de las prestaciones obligato-
tiva e indicadores de desempeño del mercado labo- rias y las contribuciones de seguridad social en los
ral en una muestra de países de América Latina y salarios y el empleo, concluyen que “en general, las
países desarrollados. Los resultados muestran si el pruebas disponibles en relación con América Lati-
desempeño de los países con una normativa más na parecen indicar que por lo menos una parte del
estricta es mejor o peor. Como el nivel de empleo costo de los beneficios no salariales se traslada a los
en un país está relacionado con su desempeño trabajadores en forma de salarios más bajos”. En
macroeconómico, en el análisis se ha aislado el algunos estudios se han encontrado indicios de que
efecto del producto interno bruto (PIB) per cápita. los trabajadores pagan la totalidad de las prestacio-
Los resultados que se presentan en el cuadro apén- nes, pero en la mayoría se observa que los emplea-
dice 7.1 parecen mostrar una correlación entre dores sufragan una parte del costo.4 Según
condiciones de trabajo que ofrecen más protección Heckman y Pagés, sobre la base de un panel con
y contribuciones (y prestaciones) de seguridad series de tiempo de países de América Latina y paí-
social más altas, por una parte, y tasas de empleo ses desarrollados, en América Latina los trabajado-
más bajas y un menor crecimiento del empleo en res absorben entre 52% y 90% del costo y los
los distintos países, por otra. La correlación con el empleadores pagan el resto. También se observan
desempleo es positiva pero no estadísticamente sig- efectos en el empleo. Heckman y Pagés estiman
nificativa, lo cual parece indicar que las pérdidas que un aumento de 10 puntos porcentuales en las
de empleo agregado llevan a la gente a retirarse de contribuciones de seguridad social lleva a una dis-
la fuerza laboral en vez de permanecer desemplea-
da. Sin embargo, las prestaciones de seguridad
social más elevadas presentan una correlación con
3 Habría sido útil establecer una correlación entre indicadores de
el porcentaje de desempleados de largo plazo (un prestaciones obligatorias y el porcentaje de trabajadores compren-
año o más). Esto coincide con una situación en la didos en el sistema de seguridad social, pero estos datos están dis-
ponibles solo para unos pocos países.
cual las contribuciones y prestaciones más altas lle-
4 Gruber (1994), en lo que atañe a Estados Unidos, y Gruber
van a una menor creación de empleos y a mayores (1997), con respecto a Chile, observan que los trabajadores absor-
dificultades para conseguir trabajo. ben todos los costos. Mondino y Montoya (de próxima publicación),
y MacIsaac y Rama (1997) observan que el costo se reparte entre
La evidencia parece indicar también que más empleadores y empleados.
231

El papel de las regulaciones e instituciones en el desempeño de los mercados laborales

minución de 1,7 puntos porcentuales en la tasa Gráfico 7.3 Porcentaje de asalariados sin seguridad social,
general de empleo en relación con la población. fines de los años noventa
Estos efectos resultan significativos, a pesar de que Nicaragua
son mucho menores que los que se obtendrían si Perú
los empleadores absorbieran la totalidad del costo. Bolivia

Estas estimaciones coinciden con las obtenidas en Rep. Dominicana

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


El Salvador
estudios de países y con las regresiones que se pre-

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Venezuela
sentan en el cuadro apéndice 7.1. Por lo tanto, hay Argentina
pruebas bastante contundentes de que, aunque los Brasil
empleados probablemente paguen gran parte de México
las prestaciones, las normas que establecen presta- Colombia
Chile
ciones obligatorias tienen un costo en términos de
Costa Rica
menos empleos. 0 10 20 30 40 50 60 70 80
En vista de que los trabajadores pagan gran
Fuente: BID basado en encuestas de hogares.
parte de las prestaciones, podría afirmarse que la
reglamentación del mercado laboral en realidad no
mejora su situación. Sin embargo, este argumento Una protección excesiva puede explicar en
no tiene en cuenta que las regulaciones pueden parte el escaso cumplimiento de las normas sobre
ayudar a los trabajadores a conseguir beneficios seguridad social. Como se señala en el capítulo 1,
que no podrían alcanzar individualmente y sin en promedio tres de cada cinco trabajadores no
coordinación. Por ejemplo, un trabajador podría están afiliados a programas de seguridad social obli-
estar dispuesto a negociar una reducción salarial a gatorios. Esto no se debe solamente a que muchos
cambio de licencia con goce de sueldo, pero tal vez trabajan por cuenta propia y, por lo tanto, no están
no se atreva a hacerlo por temor de que el emplea- obligados a efectuar aportes5: la mitad o más de las
dor piense que es haragán o que no está compro- personas asalariadas no están amparadas por pro-
metido con su trabajo. Si todos los trabajadores gramas de ese tipo en Nicaragua, Perú, Bolivia,
quisieran más días de vacaciones pero no pudieran República Dominicana y El Salvador (véase el grá-
alcanzar ese objetivo individualmente, una norma fico 7.3). La protección excesiva puede explicar
del mercado laboral que especificara la duración también por qué en América Latina es menos pro-
mínima de las vacaciones probablemente aumenta- bable que los programas de seguro social cubran a
ría el bienestar de los trabajadores aunque tuvieran trabajadores más pobres que de ingreso mediano o
que pagar el costo total de ese beneficio. elevado. Por supuesto, una explicación alternativa
No obstante, una reglamentación excesiva es que los trabajadores de ingresos bajos tienden
perjudicaría la economía si los legisladores fueran más a estar empleados en firmas que evaden las
más allá de lo que los trabajadores estuvieran dis- leyes, pero entonces sería necesario explicar por
puestos a pagar o a contribuir para conseguir esas qué los trabajadores más pobres se concentran
prestaciones. Este asunto es especialmente perti- en esas firmas. Una protección excesiva también
nente en el contexto de los países de ingreso bajo y puede explicar por qué los trabajadores más jóve-
mediano. Si las personas de menos recursos valora- nes (que suelen estar amparados por las contribu-
ran los bienes que pueden adquirirse con ingresos ciones de otros integrantes de la familia) tienden
en efectivo (como alimentos, ropa y vivienda) más menos a estar afiliados a esos programas que los
que las personas de más recursos, una reglamenta- trabajadores de mayor edad.
ción excesiva podría sumir los salarios en un nivel
inferior al que los trabajadores pobres podrían o
querrían aceptar. En ese caso, los trabajadores tal
vez estarían dispuestos a ceder parte de la protec- 5 En algunos países, las contribuciones son obligatorias también
ción a cambio de salarios más altos. para los trabajadores por cuenta propia.
232

Capítulo 7

Cuadro 7.1 Cobertura de seguridad social en siete países de América Latina


(En porcentaje del empleo asalariado)

Argentina Brasil Bolivia Costa Rica Chile México Perú


Características del trabajador 2001 1999 1999 2000 2000 2001 2000

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Género
Hombre 66,34 64,71 34,86 73,84 79,03 66,66 36,15

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Mujer 60,69 63,57 40,80 68,18 72,82 68,22 33,17
Escolaridad
Ninguna 35,36 49,28 56,00 43,12
Primaria incompleta 37,36 46,13 15,11 55,49 59,21 45,94 14,38
Primaria completa 50,31 59,21 5,46 64,63 67,07 56,71 17,71
Secundaria incompleta 50,59 60,88 22,48 71,86 70,06 64,13 17,47
Secundaria completa 71,69 81,80 40,48 84,99 82,29 79,71 30,53
Por lo menos alguna terciaria 79,61 88,64 61,51 90,07 88,84 79,83 55,80
Actividad
Agricultura, caza, silvicultura y pesca 31,91 5,98 62,69 61,36 40,81 6,27
Explotación de minas y canteras 86,04 67,99 96,54 93,50 69,48
Industrias manufactureras 66,86 78,79 29,43 79,05 83,24 80,72 38,83
Electricidad, gas y agua 86,03 94,25 94,62 89,34 91,04
Construcción 31,96 41,93 11,68 53,04 72,82 42,83 16,38
Comercio por mayor y menor,
restaurantes y hoteles 52,76 67,50 24,41 71,35 79,23 63,12 21,18
Transporte y almacenamiento 57,17 78,18 17,08 74,53 73,39 53,67 20,63
Establecimientos financieros, seguros,
bienes inmuebles 79,79 86,94 83,44 85,55 84,91 49,20
y servicios a las empresas
Servicios comunales, sociales
y personales 80,83 65,26 64,12 73,89 76,70 64,93 53,27
Edad
15–24 44,06 49,56 12,20 55,85 62,18 55,81 10,25
25–49 68,95 70,62 45,27 78,48 79,18 71,85 43,02
50–64 67,25 65,36 49,73 76,86 79,10 66,82 46,34
Zona
Urbana 63,93 67,50 38,54 76,17 78,54 67,25 39,86
Rural 44,00 26,22 67,11 61,68 17,16
Familia
Cabeza de familia 71,44 70,09 43,46 81,58 81,96 71,56 43,27
Esposo-esposa 64,24 66,77 57,92 63,87 73,80 69,15 39,16
Hijo-hija 54,67 56,51 19,00 63,60 70,69 61,49 26,01
Tamaño de la firmaa (N° de trabajadores)
Muy pequeña 25,78 37,77 12,26 42,30 52,32 16,45 8,17
Pequeña 57,80 62,07 14,22 61,60 70,34 46,03 27,46
Mediana 81,57 85,43 42,24 76,09 79,55 74,90 49,81
Grande 87,60 61,51 90,52 86,58 85,94 65,17
Muy grande 92,38 72,08 91,59 90,02 73,80
Salario (múltiplos del salario mínimo)
Menos de 90% 50,41 11,65 10,58 62,46 53,53 18,68 11,63
90–120% 25,96 41,18 13,39 81,96 75,49 28,67 28,82
121–200% 45,39 60,03 16,68 87,55 84,64 42,50 43,68
201–300% 65,45 73,61 28,79 86,08 88,46 62,33 68,75
301% y más 77,26 83,66 55,67 77,85 82,39 76,66 67,54

a Para Argentina y México, las firmas muy pequeñas tienen de 1 a 5 trabajadores; las pequeñas, de 6 a 15; las medianas, de 16 a 50; las grandes, de 51 a

100; y las muy grandes, más de 100. Para Brasil, las firmas muy pequeñas tienen de 1 a 5 trabajadores; las pequeñas, de 6 a 10; y las medianas y otras, 11 y
más. Para Bolivia, las firmas muy pequeñas tienen de 1 a 4 trabajadores; las pequeñas, de 5 a 19; las medianas, de 20 a 49; las grandes, de 50 a 99; y las muy
grandes, más de 100. Para Costa Rica, las firmas muy pequeñas tienen de 1 a 5 trabajadores; las pequeñas, de 6 a 9; las medianas, de 10 a 19; y las grandes y
muy grandes, 20 y más. Para Chile, las firmas muy pequeñas tienen de 1 a 5 trabajadores; las pequeñas, de 6 a 9; las medianas, de 10 a 49; las grandes, de 50
a 199; y las muy grandes, 200 y más. Para Perú, las firmas muy pequeñas tienen de 1 a 5 trabajadores; las pequeñas, de 6 a 10; las medianas, de 11 a 50; las
grandes, de 51 a 100; y las muy grandes, más de 100.
Fuente: Encuestas de hogares de la región procesados por los autores.
233

El papel de las regulaciones e instituciones en el desempeño de los mercados laborales

Gráfico 7.4 Empleados asalariados con seguridad social por categoría (mediana para América Latina)
(En porcentaje)

a. b.
Género Zona*
Rural
Hombre Urbana
Mujer

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Actividad
Agricultura, caza, silvicultura y pesca
Escolaridad

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Explotación de minas y canteras
Ninguna
Industrias manufactureras
Primaria incompleta Electricidad, gas y agua
Primaria completa Construcción

Secundaria incompleta Comercio, restaurantes y hoteles


Transporte, almacenamiento
Secundaria completa y comunicaciones
Establ. financieros, seguros, bienes
Alguna terciaria inmuebles y serv. a las empresas
Serv. comunales, sociales y personales
0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100

* Solo incluye países con datos nacionales.

c. d.

Familia Múltiplos del salario mínimo


Jefe de familia Más de 3,00

Esposo-esposa 2,01-3,00
1,21-2,00
Hijo-hija
0,90-1,20
Edad Menos de 0,90
50-64 años Tamaño de la firma

25-49 años Más de 100 trab.


6-100 trabajadores
15-24 años
1-5 trabajadores

0 10 20 30 40 50 60 70 80 0 10 20 30 40 50 60 70 80 90

Nota: El gráfico incluye los mismos países y años del cuadro 7.1.
Fuente: Encuestas de hogares del BID.

En el cuadro 7.1 y el gráfico 7.4 se observa servicios públicos, servicios comunitarios y socia-
una regularidad en la cobertura de los programas les, y servicios financieros tienen una cobertura
de seguridad social en América Latina. Es alenta- más alta (alrededor de 70% en promedio). Además,
dor ver que tanto los hombres como las mujeres 67% de los trabajadores urbanos están protegidos,
que trabajan en empleos asalariados tienen, en en comparación con 52% de los trabajadores rura-
promedio, una tasa de cobertura similar. Sin embar- les (gráfico 7.4, panel b).
go, la cobertura aumenta con el nivel de escolari- El jefe de familia está más protegido que el
dad. En promedio, mientras que sólo 45% de los cónyuge y los hijos. Los programas de seguridad
trabajadores que no han terminado la escuela pri- social protegen más al trabajador adulto que a los
maria están protegidos, la cobertura se eleva a 85% jóvenes: la cobertura aumenta de 52% para quienes
para los trabajadores que tienen por lo menos algu- tienen de 15 a 24 años a 71% para quienes tienen
nos estudios terciarios (panel a). de 24 a 49 años (gráfico 7.4, panel c).
Si se comparan sectores de la economía, se Por último, sólo 20% de los trabajadores de fir-
observa que los trabajadores del agro y la construc- mas muy pequeñas (de menos de cinco emplea-
ción están menos protegidos (con una cobertura de dos) están protegidos, en comparación con 82% de
alrededor de 40%), mientras que los sectores de los trabajadores de compañías con más de 100
234

Capítulo 7

empleados. La cobertura también presenta un taciones. En consecuencia, los trabajadores deberí-


sesgo a favor de los trabajadores con una remune- an estar más dispuestos a aceptar salarios más
ración elevada: mientras que sólo 25% de quienes bajos a fin de participar en estos programas. Sin
ganan el salario mínimo tienen cobertura, 80% de embargo, en muchos países fue necesario al mismo
los trabajadores con un salario superior al triple del tiempo aumentar las contribuciones a fin de reducir
mínimo están protegidos (gráfico 7.4, panel d). los desequilibrios actuariales. Por lo tanto, el efecto

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


de las reformas sobre el empleo es ambiguo: mien-

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


El desempeño deficiente tras que una mayor relación entre contribuciones y
de los años noventa prestaciones puede reducir el costo en términos de
empleo, un aumento de las contribuciones puede
¿Puede atribuirse a una reglamentación excesiva el incrementarlo.
desempeño deficiente de los mercados laborales No hay indicios de que con las reformas de los
durante los años noventa? La magnanimidad de las planes de pensiones los trabajadores o las firmas
prestaciones tiene un costo en términos de tasas de estén ahora más dispuestos a pagar las prestaciones.
empleo, y también puede tener un costo en térmi- En cambio, de acuerdo con Heckman y Pagés (de
nos de cobertura del sistema porque muchos traba- próxima publicación), el efecto negativo de las con-
jadores y firmas podrían retirarse de sistemas que tribuciones de seguridad social en el empleo
no pueden o no quieren pagar. Pero, ¿qué pasó con aumentó después de las reformas. La explicación
los cambios de los años noventa? ¿Bastan las pres- puede radicar en el hecho de que cuando los traba-
taciones obligatorias para explicar el aumento del jadores pasan del sistema de reparto al de capitali-
desempleo y la disminución del empleo cubierto zación, sus contribuciones financian no sólo
por los programas de protección social? cuentas individuales sino también las pensiones de
Las contribuciones de seguridad social au- aquellos que quedan en el sistema antiguo, razón
mentaron en algunos países (más visiblemente en por la cual los trabajadores tal vez no estén muy dis-
Colombia, El Salvador, México, Uruguay y Brasil) puestos a pagar contribuciones que evidentemente
durante los años noventa, con el probable efecto de financian a otros sin ofrecerles nada a cambio.
un alza en las tasas de desempleo. Sin embargo,
una regresión de los cambios en el desempleo en Mejora de las normas sobre
comparación con los cambios en las contribuciones prestaciones obligatorias
de seguridad social y el crecimiento del PIB confir-
man que las contribuciones de la seguridad social Las normas que establecen prestaciones obligato-
se asocian positivamente con las tasas de desem- rias aumentan el bienestar de los trabajadores
pleo, pero que la varianza del desempleo atribuida que las reciben (véase en el recuadro 7.2 un resu-
a las contribuciones de la seguridad social es muy men de los costos y beneficios de estas prestacio-
baja. Esto parece indicar que, aunque las normas nes). Sin embargo, más allá de los efectos que
en materia de seguridad social son pertinentes, esta normativa tiene sobre el empleo, el sistema
otros factores, como el crecimiento económico bajo actual de protección termina excluyendo a la mayo-
y volátil, han influido más en el aumento de las ría de la fuerza laboral. Esto es obviamente preo-
tasas de desempleo (véase en el capítulo 4 un aná- cupante e injusto, más aún porque hay pocas
lisis de la relación entre el desempeño de la econo- alternativas para obtener protección contra el
mía y el desempleo). riesgo de desempleo, enfermedad o vejez fuera
Durante los años noventa muchos países de la del sistema nacional de seguridad social. ¿Cómo
región llevaron a cabo reformas de los sistemas de pueden los países establecer un nivel apropiado
pensiones, convirtiendo los regímenes de reparto de protección para la mayor cantidad posible de
en sistemas de capitalización plena o parcial. Una trabajadores?
de las ventajas de estos últimos es que tienden a Los países deberían determinar si el nivel (y el
reforzar el nexo entre las contribuciones y las pres- agrupamiento) de prestaciones establecido en el
235

El papel de las regulaciones e instituciones en el desempeño de los mercados laborales

Recuadro 7.2 Efectos de las normas que establecen prestaciones obligatorias

Indicaciones • En los países donde se aplican las leyes: menos


trabajo, especialmente para los jóvenes, las mujeres y los

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Las normas que establecen prestaciones obligatorias ofre- trabajadores no calificados.

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


cen beneficios valiosos para los trabajadores, como vaca- • En los países donde las leyes no se cumplen:
ciones pagas, licencia por maternidad, atención médica, migración de trabajadores, especialmente los jóvenes, las
pensiones, seguro por accidentes de trabajo y seguro de mujeres y los trabajadores no calificados, a sectores que
desempleo. Estos beneficios son especialmente convenien- no cuentan con ninguna protección. Esto ocurre en muchos
tes cuando las negociaciones privadas entre trabajadores países latinoamericanos, donde las normas de gran alcan-
y empleadores no pueden alcanzar el mismo objetivo que ce en materia de prestaciones obligatorias conducen a un
una norma obligatoria. buen conjunto de beneficios laborales para unos pocos y
a una falta total de protección para la mayoría.
Efectos secundarios
Advertencia
Las prestaciones deben legislarse con cuidado porque
pueden tener efectos secundarios indeseados. Deben ser Tras un aumento de los beneficios laborales, hay que
valoradas por los trabajadores, es decir, estos deben estar vigilar los siguientes indicadores: tasas de empleo y des-
dispuestos a pagarlas en forma de salarios más bajos. Si empleo (especialmente de las mujeres, los jóvenes y los tra-
las prestaciones obligatorias son inasequibles, es probable bajadores no calificados), salarios y cobertura de las
que los trabajadores y las firmas traten de evadir la ley. prestaciones. Este último indicador es especialmente impor-
Las prestaciones obligatorias incompatibles con la disposi- tante porque una disminución del porcentaje de trabajado-
ción a pagar por parte de los trabajadores o de las firmas res que tienen acceso a estas prestaciones podría ser una
podrían tener los siguientes efectos secundarios: señal de que son excesivas.

código laboral nacional es el óptimo, con el entendi- Otra forma de extender la cobertura sería des-
do de que más no es necesariamente mejor, ya que tinar más recursos a la aplicación de las normas. En
prestaciones excesivas en relación con el nivel de la mayoría de los países latinoamericanos las leyes
productividad y los salarios pueden llevar a muchos y normas no se aplican cabalmente. La regla debe-
trabajadores y firmas a optar por permanecer sin ría ser que a toda ley se le asignaran los recursos
cobertura. Por lo tanto, es importante precisar la necesarios para aplicarla. Sin embargo, también
relación de las prestaciones (y contribuciones) con debería ser regla que toda ley o norma se aprobara
los salarios y la magnitud e índole del riesgo cubier- únicamente luego de un extenso análisis de sus
to, y determinar si los trabajadores pueden comprar costos y beneficios. La evidencia empírica exami-
distintos paquetes o adherirse a ellos según las nada parece indicar que una aplicación más estric-
características de los trabajadores o del sector. Por ta podría llevar a un mayor cumplimiento pero a
ejemplo, quizá los autónomos tenderían a afiliarse expensas de tasas de empleo más bajas.
más al sistema de seguridad social si pudieran obte- Por último, es importante señalar que, contra-
ner un seguro de invalidez sin contribuir al progra- riamente a lo que suele argumentarse, no es nece-
ma de pensiones. Separar las contribuciones a esos sariamente cierto que trasladar el financiamiento
programas podría ser una forma de conferir protec- de los sistemas de seguridad social de las contribu-
ción a los trabajadores que no la tienen. Asimismo, ciones sobre la nómina a impuestos sobre la renta
separar el seguro médico de las contribuciones a los o el consumo reduzca el costo de dichos programas
fondos de pensiones podría reducir el número de en términos de empleo. En primer lugar, los traba-
trabajadores que carecen de protección, ya que la jadores podrían estar más dispuestos a contribuir a
demanda de seguro médico tiende a ser mayor que programas cuyas prestaciones conocen y valoran
la de pensiones para la vejez. que a impuestos generales cuyos usos son menos
236

Capítulo 7

conocidos. En segundo lugar, si no se valoran las de seguros como el de desempleo. Sin embargo,
contribuciones (y por lo tanto se las considera aunque algunos aspectos de la protección de la
como impuestos), los impuestos sobre el trabajo estabilidad del empleo (como el preaviso y la
operan por medio de la discrepancia entre el costo indemnización por despido) pueden considerarse
de la mano de obra para los empleadores y el suel- como un mecanismo de seguro, tratar de estabilizar
do neto que recibe el trabajador. En general, pasar el empleo puede acarrear otros costos. A menudo

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


de las contribuciones sobre la nómina a los impues- se afirma que la rigidez excesiva aumenta el costo

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


tos sobre la renta o el consumo (en un monto equi- de la contratación de mano de obra y que las res-
valente) no altera esta diferencia. Para comprender tricciones a la contratación y los despidos son
esta idea, imagínese un país donde los trabajadores incompatibles con un entorno económico muy
y las firmas pagan una contribución de 10 y el sala- volátil. En esta sección se estudia si los países lati-
rio bruto es 95. En esta economía el costo de la noamericanos tienen más o menos disposiciones
mano de obra para las firmas asciende a 105, mien- en materia de estabilidad laboral que otros países
tras que el salario neto es 85. Supóngase ahora que del mundo. También se examina en qué medida la
una reforma elimina las contribuciones de seguri- evidencia empírica sustenta la presunción de una
dad social y el impuesto sobre la renta pasa a ser excesiva rigidez.
20. Como los trabajadores están dispuestos a traba- En el análisis se usa información recopilada
jar sólo por 85 o más y las firmas están dispuestas por Djankov et al. (2003) para comparar las dispo-
a contratar a 105 o menos, estas pagarán sueldos de siciones en materia de estabilidad del empleo en
105 y el salario neto será 85. Eso implica que la distintas regiones del mundo. El índice de estabili-
reforma no alteraría los efectos de desempleo de la dad del empleo creado por estos autores es la suma
política original, ya que sólo trasladaría la carga normalizada de las cuatro dimensiones siguientes
nominal del impuesto.6 de protección: 1) si existen restricciones a la con-
tratación y el despido, y si el cese por razones eco-
nómicas es considerado como una causa justa de
LAS NORMAS SOBRE despido, 2) los procedimientos que un empleador
ESTABILIDAD LABORAL debe seguir y las autorizaciones que debe obtener
antes de efectuar despidos individuales o colecti-
Uno de los objetivos de las leyes laborales de Amé- vos, 3) el preaviso y la indemnización por despido,
rica Latina, así como de otras regiones del mundo, y 4) si la protección del empleo está consagrada en
es fomentar la estabilidad laboral. Los códigos labo- la constitución del país. Según el gráfico 7.5 la
rales exigen un preaviso mínimo antes del cese, región de América Latina y el Caribe es la que más
especifican las causas que justifican el despido y protege la estabilidad del empleo en el mundo. Los
establecen la indemnización que debe pagarse a los países desarrollados anglosajones presentan el
trabajadores (y que debe pagar la firma) según la nivel más bajo de regulación para proteger el
causa del cese. Los códigos laborales también limi- empleo. Según este indicador, en América Latina la
tan o prohíben el uso de contratos que puedan res- protección de la estabilidad del empleo es elevada
cindirse sin costo alguno (como los contratos en México, Perú y Brasil, y baja en Uruguay, Jamai-
temporales). En algunos casos los códigos laborales ca y Chile.
exigen que las firmas realicen consultas prolonga-
das con las autoridades antes de realizar despidos
colectivos; en otros, los trabajadores pueden ser
reincorporados si un tribunal laboral dictamina que 6 Trasladar los impuestos del trabajo a la totalidad de los ingresos
la causa del despido fue injusta. aumenta el precio del capital en relación con la mano de obra. Sin
embargo, si tanto la elasticidad de la sustitución entre capital y
Los reguladores tratan de limitar los despidos mano de obra como la parte de las ganancias correspondiente al
convirtiéndolos en una opción costosa para los capital son bajas, un cambio en el precio relativo del capital no
influirá en el costo de los programas de seguridad social en térmi-
empleadores, especialmente cuando no se dispone nos de empleo.
237

El papel de las regulaciones e instituciones en el desempeño de los mercados laborales

Gráfico 7.5 Índice de protección de la estabilidad Gráfico 7.6 Costo de la estabilidad laboral, fines de los años
(Índice 0-1) ochenta y fines de los años noventa
(Múltiplos del salario mensual)
América Latina y el Caribe
Europa del Este y Asia Central Venezuela
Medio Oriente y Norte de Africa Colombia
Europa Continental
Africa Subsahariana Ecuador
Asia del Este y Pacífico Perú

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Sur de Asia Brasil
Países desarrollados angloparlantes Panamá
México Promedio países desarrollados, 1999

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Perú Bolivia
Brasil Costa Rica
Panamá Honduras
Ecuador Chile
Venezuela México
Colombia
Bolivia El Salvador Promedio América Latina, 1999
Argentina Argentina
Rep. Dominicana Rep. Dominicana
Chile Nicaragua
Jamaica
Uruguay Uruguay Promedio países del Caribe, 1999
Paraguay
0 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8
0 5 10 15 20 25

Fuente: Djankov et al. (2003). 1988 1999

Fuente: Heckman y Pagés (de próxima publicación).


Heckman y Pagés (de próxima publicación)
proponen un índice diferente que tiene en cuenta
la transferencia monetaria que una firma debe confiere una gran protección, parece ser relativa-
efectuar por ley a un trabajador al despedirlo. El mente flexible según el índice de Heckman y Pagés.
índice abarca el preaviso, la indemnización por Esto se debe a que en este país la protección del
despido y las contribuciones a cuentas de ahorro empleo consiste en gran medida en costosos proce-
individuales obligatorias,7 pero no se tienen en dimientos en vez de transferencias obligatorias
cuenta otros costos, como los asociados a las con- importantes.
sultas con las autoridades antes de los despidos Contrariamente a lo que se cree, en los años
colectivos. Aunque se trata de un índice menos noventa la protección del empleo de los trabajado-
completo de la protección de la estabilidad del res permanentes no se debilitó en la mayoría de los
empleo, tiene la ventaja de captar las variaciones países. A fines de los ochenta las reformas labora-
que se producen con el tiempo como consecuencia les en Colombia y Perú redujeron el monto de la
de reformas laborales recientes. Además, da una transferencia que debía pagarse a los trabajadores.
idea del nivel de las prestaciones que reciben los Sin embargo, en Brasil, Venezuela, Chile, República
trabajadores en caso de despido. Dominicana, Nicaragua y Panamá las reformas
El gráfico 7.6, que resume la clasificación de laborales lo aumentaron. En muchos casos las
los países y los cambios en la reglamentación según reformas laborales incrementaron un componente
el índice de Heckman y Pagés para los países lati- de la transferencia y redujeron otro. Por ejemplo,
noamericanos, muestra que el despido de un traba- en Venezuela y Panamá se redujo considerable-
jador en América Latina implica una transferencia mente el monto de la indemnización por despido,
obligatoria mayor que en los países desarrollados. pero aumentaron las contribuciones a cuentas de
No obstante, la clasificación de los países es un ahorro individuales obligatorias. En Colombia las
tanto diferente cuando se compara la protección de reformas laborales disminuyeron el monto con que
la estabilidad del empleo según este indicador. A
fines de los años noventa a las firmas de Venezuela,
Colombia y Ecuador se les exigían las transferencias
más cuantiosas para poder despedir trabajadores, 7 En varios países de América Latina los códigos laborales exigen
mientras que los despedidos en Nicaragua, Para- que las firmas paguen contribuciones periódicas a cuentas indivi-
guay y Uruguay recibían las prestaciones más redu- duales de los trabajadores. Los fondos depositados en estas cuentas,
más los intereses, pueden retirarse únicamente cuando un trabaja-
cidas. México, que según Djankov et al. (2003) dor cesa en un puesto de forma voluntaria o involuntaria.
238

Capítulo 7

las firmas contribuyen a estas cuentas de ahorro e más prolongados. En las subsecciones siguientes
incrementaron la indemnización por despido de tra- se resume la literatura sobre los efectos de la pro-
bajadores con más de diez años de antigüedad.8 tección de la estabilidad laboral.
Cuando se comparan países, se observa que la
protección de la estabilidad del empleo está inver- La rotación de la mano de obra
samente correlacionada con el nivel de ingresos en el mercado laboral

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


(Heckman y Pagés, de próxima publicación; Djan-

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


kov et al., 2003). Esta correlación parece indicar ¿Cómo se compara el alto grado de protección de la
que los países pobres compensan la falta de merca- estabilidad del empleo en América Latina con las
dos de seguros o sistemas estatales de seguro de tasas reales de rotación de la mano de obra?
desempleo con disposiciones obligatorias en mate- ¿Aumenta esta mayor protección la estabilidad labo-
ria de protección de la estabilidad del empleo. Para ral de los trabajadores latinoamericanos? Como el
los países con un Estado e instituciones débiles, es principal objetivo de las leyes de estabilidad laboral
más fácil obligar a las firmas a pagar prestaciones a es que los despidos resulten costosos, cabría supo-
los trabajadores o imponer restricciones a las ner que los países con mayor grado de protección
cesantías que establecer un sistema en el cual tanto del empleo tuvieran tasas más bajas de rotación de
las unas como los otros contribuyan a un fondo la mano de obra. Lo sorprendente es que al compa-
común de seguro que los trabajadores que queden rar estas tasas entre países no se observa este efec-
cesantes puedan utilizar. La tradición jurídica de un to. En el gráfico 7.7 se presentan las tasas medias de
país también es importante como factor determi- rotación de la mano de obra y el índice de estabili-
nante de su grado de reglamentación de la estabili- dad laboral elaborado por Djankov et al. (2003) para
dad del empleo. En los países que han adoptado el una muestra de países de la Organización para la
Código napoleónico, como la mayoría de los latino- Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y
americanos, la reglamentación tiende a ser mayor dos países latinoamericanos.
que en otros. En los países angloparlantes del Cari- La rotación de la mano de obra es la suma de
be, que se encuadran en el sistema jurídico inglés las cifras correspondientes a la creación y la des-
(common law), la reglamentación tiende a ser trucción de empleos en un año determinado. La
menor. creación de empleos es el aumento porcentual del
En vista del alto grado de protección de la empleo a nivel de planta o establecimiento para
estabilidad del empleo dominante en América Lati- todas las plantas cuyo empleo haya aumentado de
na (a juzgar por los códigos laborales), es impor- un año para otro, ponderado por la tasa de empleo
tante determinar sus efectos en el mercado laboral. de cada planta o establecimiento. La destrucción de
Si esta normativa acarrea costos, es de esperarse empleos se calcula de forma similar. Una tasa
que sus resultados sean más generalizados en Amé- de rotación de la mano de obra de 25% indica que
rica Latina que en otras regiones del mundo. cada año se crea o se destruye uno de cada cuatro
En general, las regresiones que evalúan el empleos.9
impacto de ambos índices de estabilidad del Uno de los hechos de ocurrencia frecuente
empleo sobre un conjunto de indicadores del más notables de los mercados laborales de todo el
desempeño, manteniendo constante el efecto de mundo es que las tasas de creación y destrucción
los ingresos per cápita, no presentan muchos indi- de empleos son elevadas independientemente del
cios de que las normas en materia de protección
de la estabilidad laboral tengan efectos nocivos
sobre el funcionamiento de los mercados laborales.
Sin embargo, dado el número limitado de países y 8Las reformas también eliminaron el derecho de estos trabajadores
períodos en los que se realizan estos análisis, es de entablar juicio por reincorporación y salarios caídos, pero eso
no se refleja en el índice.
importante recurrir también a otros estudios que 9 En el capítulo 2 se presenta un análisis más extenso de la creación
usan datos más desagregados y abarcan períodos y destrucción de empleos en América Latina.
239

El papel de las regulaciones e instituciones en el desempeño de los mercados laborales

Gráfico 7.7 Protección de la estabilidad laboral y flujos anuales shocks negativos persistentes. Por ejemplo, Albaek,
brutos de empleo Audenrode y Browning (1999) comparan la natura-
3,5 leza de los despidos en Bélgica (donde hay una gran
Italia
México
3,0 Brasil protección del empleo) con la de Dinamarca
(donde hay poca protección) y observan que la
Índice de protección laboral

2,5
mayoría de los despidos de este último país se

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


deben a reajustes del personal de las firmas, mien-

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


2,0
Suecia
Dinamarca
Finlandia tras que en Bélgica se deben en gran parte a cierres
1,5
Alemania Francia
de empresas. Blanchard y Portugal (2001) encuen-
1,0 tran indicios de que en los países de la OCDE la
Canadá

0,5
protección del empleo reduce los flujos de empleo
Estados Unidos Nueva Zelanda a corto plazo (o sea, de un trimestre a otro), aunque
0,0
15 20 25 30 35 40 quizá no afecte a los flujos anuales (de un año a
Flujos anuales brutos de empleo (porcentaje) otro). Esto parece indicar que el efecto principal de
la protección del empleo en la rotación de la mano
Fuente: Djankov et al. (2003) para el índice de estabilidad laboral, y gráfico 2.1 de obra puede ser reducir las fluctuaciones estacio-
(capítulo 2) para flujos de empleo.
nales a corto plazo y no la reasignación necesaria
inducida por shocks permanentes.
grado de protección de la estabilidad laboral. Por Tercero, cuando se comparan simplemente
ejemplo, países con poca protección, como Estados flujos de empleo, no se controla el efecto de la mag-
Unidos y Canadá, tienen tasas de rotación de la nitud de los shocks macroeconómicos u otras dife-
mano de obra similares a las de Italia y Francia, rencias pertinentes entre las economías que
donde la protección de la estabilidad laboral es pueden ser importantes para calcular la rotación de
superior. Asimismo, México y Brasil, donde la pro- la mano de obra. Algunos estudios recientes pare-
tección del empleo es mayor que en Estados Uni- cen indicar que si se controla por el efecto de estas
dos, tienen tasas más elevadas de rotación de la diferencias, la protección del empleo influye en la
mano de obra. Esto resulta especialmente sorpren- rotación de la mano de obra de la forma esperada.
dente en vista de que las tasas de rotación de la Por ejemplo, Kugler (de próxima publicación) exa-
mano de obra de México y Brasil se calculan a par- mina el efecto de la protección de la estabilidad del
tir de datos de los registros de seguridad social que empleo en su duración en Colombia. Al comparar
captan la rotación de la mano de obra en el sector la duración media de un empleo antes y después de
formal. ¿Significa esto que una mayor protección 1990, año en que una reforma laboral redujo ciertos
de la estabilidad del empleo no reduce la rotación componentes de la protección de la estabilidad del
de la mano de obra en el mercado laboral? La lite- empleo, la autora observa que la inestabilidad labo-
ratura económica ofrece por lo menos tres explica- ral aumentó después de las reformas y que este
ciones para este hecho desconcertante pero cambio se produjo en todos los sectores y no sólo
generalizado. en los de bienes transables (como cabría prever si
Primero, Bertola y Rogerson (1997) explican esos cambios se debieran principalmente a la aper-
la similitud de las tasas de creación y destrucción tura comercial que tuvo lugar casi simultáneamen-
de empleos de Europa Continental (rígida) y Esta- te). Gonzaga (2003) explora el efecto de una reforma
dos Unidos y Canadá (flexible). Afirman que los constitucional en Brasil, que llevó a un aumento
países con gran protección de la estabilidad del sustancial de la protección de la estabilidad del
empleo también tienden a tener instituciones que empleo en 1988, sobre la capacidad de las firmas
fomentan la rigidez salarial. para adaptar el empleo a los shocks económicos. Un
Segundo, las disposiciones en materia de pro- mayor reajuste implica menos estabilidad laboral
tección del empleo tal vez no impidan que las fir- cuando las firmas modifican rápidamente su perso-
mas cierren o redimensionen su personal frente a nal para responder a los shocks económicos.
240

Capítulo 7

Gonzaga observa que el empleo reacciona menos a mente alterar las decisiones de las firmas con res-
los cambios en la actividad económica después de pecto a la contratación y el despido de trabajadores.
1988. Sin embargo, la magnitud del reajuste parece El resultado es menos despidos en períodos de rece-
ser bastante pequeña. sión, pero también menos contrataciones en perío-
El cuadro del apéndice 7.2 presenta una esti- dos de expansión. Frente a shocks positivos, las
mación de cómo el costo del ajuste, obtenido con el firmas toman decisiones más conservadoras con

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


método de Caballero y Engel (1993), cambia con la respecto a las contrataciones a fin de evitar reajus-

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


protección del empleo. Los costos de ajuste captan tes costosos en caso de que la situación económica
la celeridad con que el empleo en un sector deter- no tome el curso previsto. Este efecto implica que,
minado se adapta a cambios en la actividad econó- aunque el costo de la indemnización por despido y
mica. Se trata de un promedio de distintos sectores otras disposiciones sobre protección del empleo no
de cada país. Las estimaciones parecen indicar que puedan trasladarse por completo a los trabajadores,
un costo más alto de despedir lleva a un ajuste más quizá las tasas de empleo no bajen porque el impac-
lento. Por consiguiente, aunque las comparaciones to de la disminución de los despidos podría contra-
internacionales de los flujos brutos de empleo rrestar el efecto negativo de la reducción de las
sugieren que todos los países tienden a tener tasas contrataciones. De hecho, la evidencia empírica del
altas de rotación de la mano de obra, hay indicios efecto de la protección del empleo sobre las tasas de
de que las normas en materia de estabilidad del empleo y desempleo distan de ser concluyentes.
empleo reducen esa rotación. Addison y Teixeira (2001), quienes examinaron la
literatura referente a los países desarrollados, repor-
Costos de la estabilidad del empleo tan que de acuerdo con un gran grupo de estudios,
las medidas de protección del empleo tienen un
¿Qué pasa con los costos? ¿Están los mercados labo- efecto negativo en el empleo, pero según otras
rales sufriendo grandes pérdidas de eficiencia investigaciones, no. Los indicios con respecto a los
como consecuencia de las políticas en materia de efectos de la protección del empleo en el desempleo
protección del empleo? En esta sección se examina son igualmente ambiguos.
la evidencia empírica disponible en tres frentes: En un examen de la literatura sobre América
empleo y desempleo, duración y composición del Latina, Heckman y Pagés (de próxima publicación)
empleo, y crecimiento de la productividad. observan que si bien algunos estudios a nivel de un
país parecen indicar que las normas que promue-
Empleo y desempleo ven la estabilidad del empleo reducen el empleo,
las estimaciones de series cronológicas que inclu-
En algunos sentidos, las normas sobre estabilidad yen países de América Latina y de la OCDE no lle-
del empleo pueden considerarse como prestacio- van a esa conclusión. Los resultados más firmes
nes obligatorias, y por lo tanto analizarse de la son los de Saavedra y Torero (de próxima publica-
misma manera. Por ende, el impacto de dichas nor- ción) para Perú y los de Mondino y Montoya (de
mas en el empleo depende de si el costo asociado a próxima publicación) para Argentina. En ambos
las disposiciones puede transferirse a los trabajado- casos los autores observan que a una mayor pro-
res en forma de una remuneración menor. Si estos tección del empleo corresponden tasas de empleo
estuvieran dispuestos a aceptar salarios más bajos más bajas en la manufactura. Sin embargo, en aná-
en promedio a cambio de una mayor estabilidad lisis de las reformas laborales de Chile y Brasil no
del empleo más una indemnización por despido, se encontraron indicios de efectos estadísticamente
esta política podría beneficiarlos sin afectar al com- significativos.10
portamiento del mercado laboral.
Sin embargo, las normas en materia de pro-
tección del empleo difieren de las prestaciones 10 Véanse Pagés y Montenegro (1999) para Chile y Paes de Barros

obligatorias corrientes en tanto procuran específica- y Corseuil (de próxima publicación) para Brasil.
241

El papel de las regulaciones e instituciones en el desempeño de los mercados laborales

Por lo tanto, aunque algunos estudios parecen Gráfico 7.8 Efecto del incremento en la protección laboral
indicar que una reducción de la protección del sobre la probabilidad de empleo de los hombres,
Chile, 1960-1998
empleo en América Latina conlleva la promesa de
tasas de empleo más altas y tasas de desempleo Calificados,
más bajas, otros no sugieren lo mismo. Estos resul- 51-65 años
No calificados,
tados pueden significar que los efectos de la desre-

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


51-65 años
gulación del mercado laboral difieren de un país a

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Calificados,
otro, según el entorno económico en que se reali- 26-50 años

cen las reformas. No calificados,


26-50 años

Calificados,
Duración del desempleo y composición 15-25 años
del empleo No calificados,
15-25 años

Dos campos en los cuales se observa que las nor- -0,06 -0,05 -0,04 -0,03 -0,02 -0,01 0 0,01 0,02 0,03

mas en materia de protección del empleo tienen Puntos porcentuales


efectos importantes e indeseables son la duración
Fuente: Montenegro y Pagés (de próxima publicación).
del desempleo y la composición del empleo por
edad, sexo y nivel de calificación. Hay indicios de
que las disposiciones más estrictas sobre estabili- las disposiciones en materia de protección del
dad del empleo tienden a prolongar la duración del empleo no son neutrales para grupos de distintas
desempleo. Esto podría atribuirse a una disminu- edades y diferentes niveles de calificación. Se obser-
ción de las tasas de contratación. A medida que las va que con normas más estrictas de protección del
firmas se vuelven más reacias a contratar trabaja- empleo, este toma un sesgo que favorece a los tra-
dores (por temor al gran costo de despedirlos más bajadores en la edad más productiva y a los de
adelante), los desempleados tienen mayores difi- mayor edad, al mismo tiempo que reduce el empleo
cultades para conseguir otro trabajo.11 Kugler (de de los trabajadores más jóvenes. Asimismo, una
próxima publicación) observa que en Colombia, mayor protección del empleo está asociada a una
tras la reforma de 1990 que redujo la protección del disminución relativa de la demanda de trabajadores
empleo, la duración media del desempleo disminu- no calificados en comparación con los trabajadores
yó en comparación con el período anterior a la calificados (Pagés y Montenegro, 1999 y Montene-
reforma. Su análisis parece indicar que las disposi- gro y Pagés, de próxima publicación).
ciones en materia de protección del empleo Los efectos son considerables. Por ejemplo,
aumentan al mismo tiempo la duración del empleo un aumento de 10% en la protección del empleo
y la duración del desempleo. Por lo tanto, es posi- reduce la tasa de empleo de los jóvenes no califica-
ble que las disposiciones sobre protección del dos casi 0,5 puntos porcentuales (véase el gráfico
empleo exacerben la sensación de inseguridad de 7.8). Para los jóvenes calificados, el efecto es menor
los trabajadores a medida que su bienestar decae pero aun así importante. Para los trabajadores de
como consecuencia del aumento en la duración del mayor edad, estos efectos se revierten y las tasas de
desempleo. empleo aumentan con la protección laboral. Para
También hay indicios de que las disposiciones tener una idea de la magnitud, la reforma realizada
en materia de protección del empleo crean ganado- en Chile en 1990 incrementó la protección del
res y perdedores. En un estudio de países de la empleo en aproximadamente un tercio. Las esti-
OCDE Nickell (1997) concluye que aunque la pro- maciones parecen indicar que esta reforma podría
tección del empleo no parece influir en las tasas de
empleo de los hombres adultos, está asociada a tasas
de empleo más bajas para las mujeres y los jóvenes.
En dos estudios realizados en Chile se observa que 11 Véanse Nickell y Layard (1999) y las referencias en dicha obra.
242

Capítulo 7

haber reducido la tasa de empleo de los jóvenes no comprendido en su estudio (1976-1992) países tales
calificados en 1,5 puntos porcentuales. como Estados Unidos, Canadá y Nueva Zelanda,
que se caracterizan por la baja protección del
Crecimiento de la productividad empleo, presentaron un crecimiento de la produc-
tividad más bajo en promedio que países como
¿Influyen las normas en materia de protección del España, Italia y Bélgica, donde hay un alto grado de

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


empleo en el crecimiento de la productividad? Se protección.

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


suele argumentar que la protección del empleo Scarpetta y Tressell (2002) analizan una serie
reduce el crecimiento de la productividad porque de países y sectores (manufacturas y servicios), y
disminuye la reasignación de trabajadores de acti- observan que aunque en promedio los países con
vidades menos productivas a actividades más pro- mayor protección del empleo tienden a presentar
ductivas (Hopenhayn y Rogerson, 1993 y Blanchard un crecimiento menor de la productividad, este
y Portugal, 2001). Hay indicios de que la protección efecto es estadísticamente significativo solamente
del empleo frena la reasignación, pero la relación en países con un grado medio de coordinación o
entre las instituciones de los mercados laborales y descentralización de las negociaciones colectivas.
el crecimiento dista de ser concluyente. Aunque las De estas observaciones infieren que las disposicio-
disposiciones en materia de protección del empleo nes en materia de protección del empleo no tienen
reducen la reasignación, pueden también aumen- efectos negativos en los países donde las firmas
tar el crecimiento de la productividad dentro de las tienen grandes incentivos para capacitar a los tra-
firmas, especialmente en industrias que dependen bajadores (como ocurre en los países donde las
de conocimientos y técnicas muy específicos de negociaciones colectivas se realizan de forma coor-
cada empresa. En estos sectores la pérdida de tra- dinada o centralizada) ni en los países con pocas
bajadores puede menoscabar los conocimientos restricciones para la contratación de la combina-
técnicos de las firmas, además los trabajadores nue- ción requerida de especialidades en el mercado
vos posiblemente se demoran en adquirir esos (negociaciones descentralizadas). Estos resultados
conocimientos y ser productivos. En estos tipos de podrían suscitar optimismo en América Latina,
industrias la protección del empleo puede ofrecer donde, con pocas excepciones, las negociaciones
mayores incentivos a los trabajadores para invertir colectivas se realizan de forma descentralizada.
en determinadas especialidades porque prevén que
permanecerán más tiempo en una empresa dada. Otros efectos
También puede motivar a las firmas para ofrecer
capacitación. En otros tipos de industrias, en las El alto nivel de protección al empleo también inter-
cuales las especialidades y las aptitudes que las actúa con otras variables que conducen a efectos
empresas necesitan cambian con frecuencia, las indeseados en el mercado laboral. En otros capítu-
normas sobre protección del empleo pueden res- los se discuten dos efectos que vale la pena men-
tringir el crecimiento de la productividad. cionar aquí: la posible interacción entre un alto
Hay poca evidencia empírica de que la pro- grado de protección del empleo y la liberalización
tección del empleo lleve a una disminución (o a un del comercio (capítulo 5), y entre la protección del
aumento) del crecimiento de la productividad. Nic- empleo y la baja inflación (capítulo 4).
kell y Layard (1999) examinan el efecto de las dis- Un alto nivel de protección del empleo y regu-
posiciones en materia de protección del empleo en laciones estrictas del mercado laboral pueden con-
el crecimiento de la productividad en una serie de ducir a efectos adversos de reformas del comercio
países de la OCDE y concluyen que no hay pruebas sobre la cobertura de las leyes laborales y de pro-
de que los países con mayor protección del empleo tección social. Las conclusiones de Goldberg y
presenten un crecimiento menor de la productivi- Pavcnik (2001), así como los resultados adicionales
dad de la mano de obra (o de la productividad presentados en el capítulo 5, sugieren que en los
total). Este resultado se debe a que en el período mercados de trabajo altamente regulados las refor-
243

El papel de las regulaciones e instituciones en el desempeño de los mercados laborales

mas del comercio llevan a la reasignación de


empleo desde trabajos cubiertos por las leyes labo- Recuadro 7.3 Cuándo son adecuadas las normas
de protección del empleo
rales (formales) hacia trabajos que no ofrecen
cobertura (informales).
Indicaciones
Unas regulaciones muy rigurosas de protec-
ción de la estabilidad del empleo también parecen Las normas en materia de protección del empleo pro-

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


reducir la capacidad de los salarios de ajustarse a porcionan un tipo de seguro de desempleo cuando no

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


es posible ofrecer otras formas de seguro mejores.
las condiciones económicas desfavorables. Esto a
su vez magnifica la respuesta del desempleo a los Efectos secundarios
shocks adversos. Tal efecto no fue un problema en
el pasado cuando los índices de inflación eran altos La normativa reduce la capacidad de las firmas para
reaccionar a cambios en la situación de la economía,
y los rígidos salarios reales se vieron rápidamente posiblemente frenando un poderoso motor del creci-
erosionados por la inflación. No obstante, a medida miento: la reasignación de trabajadores de fines
que esta cae, los efectos adversos de los shocks menos productivos a fines más productivos. Las nor-
mas en materia de protección del empleo también tie-
negativos sobre el desempleo están aumentando.
nen importantes consecuencias de redistribución
Esto puede explicar por qué el desempleo ha reac- porque tienden a favorecer el empleo de hombres
cionado tan violentamente a la crisis económica de adultos y trabajadores calificados, en vez de mujeres,
fines de los años noventa. jóvenes y trabajadores no calificados. Por último, se
ha observado que esta reglamentación aumenta la
duración del desempleo, reduciendo las oportunida-
Opciones frente a las reformas des de que los trabajadores desplazados encuentren
del mercado laboral un nuevo empleo.

Aunque el alto grado de protección del empleo en


América Latina proporciona una forma de seguro
para algunos trabajadores, hay indicios de que las Los contratos temporales y otros
disposiciones en materia de protección del empleo mecanismos flexibilizadores
no están libres de costos (véase en el recuadro 7.3
un resumen de los costos y beneficios de estas dis- En muchos países se han efectuado reformas par-
posiciones). En muchos países no han podido reali- ciales o se está considerando la posibilidad de
zarse reformas. Aunque los trabajadores jóvenes o hacerlas, creando contratos especiales de duración
no calificados probablemente se beneficien con limitada sin obligación de indemnizar por despido.
ellas, los trabajadores calificados y en la edad más Para evitar que las firmas contraten trabajadores
productiva temen la pérdida de protección y pres- exclusivamente con esta modalidad, el uso de estos
taciones que las reformas laborales traen aparejada. contratos está restringido. En algunos casos no se
Como estos trabajadores tienden a estar mejor pueden renovar. En otros, después de un número
organizados y a tener más voz que los otros, es difí- determinado de renovaciones, los trabajadores
cil llevar a cabo las reformas. En muchos casos, los deben ser incorporados a la empresa con contratos
reformistas no han tratado de ofrecer formas alter- ordinarios permanentes.
nativas de seguro. En otros, grupos de interés se Estas nuevas modalidades se introdujeron en
han resistido a perder la protección de la estabili- Argentina en 1991 y se extendieron en 1995. Podí-
dad del empleo incluso en los casos en que se con- an ofrecerse contratos de promoción del empleo a
sideraron otros mecanismos de seguro. En estas trabajadores desempleados, permitiendo una
circunstancias algunos países han emprendido reducción del 50% de la indemnización por despi-
reformas alternativas, como la liberalización del do (Saavedra, 2003). Para algunos tipos de contra-
uso de contratos temporales y la introducción de tos, la indemnización por despido se eliminó por
otros mecanismos de seguro. completo. Sin embargo, estas modalidades se supri-
mieron en 1998, tras un aumento sustancial del
244

Capítulo 7

porcentaje de trabajadores contratados de esta to de la productividad son menores para los traba-
forma. En Perú y Colombia se dejaron sin efecto las jadores que tienen salarios más bajos. Estos efectos
restricciones al uso de este tipo de contratos a prin- son mayores cuanto mayor es la diferencia en el
cipios de los años noventa. En ambos países el costo del despido de trabajadores permanentes y
número de empleados con esta modalidad aumen- temporales. Eso significa que cuanto mayor sea la
tó enormemente: en Perú pasó de 20% de los asa- protección del empleo conferida en la legislación,

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


lariados en 1990 a 55% en 2000, y en Colombia se mayores serán las distorsiones y las consecuencias

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


produjo un alza similar. En Brasil se desreglamentó negativas de las reformas parciales. Por lo tanto, a
el uso de estos contratos en 1988. pesar de las dificultades para realizar reformas de
¿Mejora la situación del mercado laboral con gran alcance, las reformas parciales no son un buen
la introducción de contratos temporales? ¿Es una sustituto.
reforma parcial mejor que nada? Los contratos tem-
porales pueden tener efectos perversos al ofrecer Otras formas de seguro
mayores incentivos a las firmas para emplear más
trabajadores principiantes por un período corto y Aunque la protección del empleo puede tener cos-
después despedirlos sin darles una posición per- tos imprevistos, tiene una ventaja como medio para
manente. Esto aumenta la rotación, especialmente proporcionar un seguro de desempleo en los países
de los jóvenes, pero no aumenta necesariamente de ingreso bajo y mediano: el pago a los desemple-
las tasas de empleo ni reduce el desempleo porque ados proviene directamente del empleador. Esto no
el efecto del incremento de los despidos contra- es un hecho menor. En los países más pobres una
rresta el efecto de la contratación de más trabaja- de las mayores dificultades consiste en determinar
dores. Asimismo, el uso de contratos a plazo fijo quiénes necesitan el subsidio. Debido a la falta de
para algunos puede reforzar la capacidad de nego- registros, la administración de un sistema de segu-
ciación de los trabajadores permanentes porque ro por terceros puede ser costosa y difícil.
saben que hay una capa intermedia de trabajadores Sin embargo, para mejorar el sistema actual
temporeros que serán despedidos primero en épo- es necesario comprender los efectos secundarios
cas de condiciones económicas adversas. Esta de la protección de la estabilidad del empleo. Dos
mayor capacidad de negociación puede llevar a aspectos especialmente pertinentes son la relación
salarios más altos para los trabajadores permanen- entre la protección del empleo y la antigüedad
tes que una situación sin contratos temporales y a laboral, y la función de seguro de desempleo que
tasas de empleo permanentes más bajas en general. desempeña la primera.
Tanto en países desarrollados como en desarrollo La protección de la estabilidad del empleo
hay indicios de que estas diferentes modalidades de tiende a aumentar con la antigüedad. Esto implica
contratación tienden a representar una parte consi- que cuesta menos despedir trabajadores que han
derable de la creación de empleos y se concentran estado en la empresa menos tiempo. Por consi-
en los jóvenes. También hay indicios de que la rota- guiente, cuando las firmas necesitan reajustes,
ción de la mano de obra aumenta, pero no los hay tienden a despedir principalmente a mujeres, jóve-
de que el desempleo disminuya como consecuen- nes y trabajadores no calificados, que suelen tener
cia de esta medida.12 menos años de antigüedad en el empleo. La reduc-
Los contratos temporales también parecen ción del nexo entre indemnización por despido y
tener efectos negativos en la acumulación de capi- permanencia en el empleo (por ejemplo, con un
tal humano. Cuanto menor sea la probabilidad de tope para el monto que los trabajadores puedan
contratar trabajadores en forma permanente,
menor será también el incentivo de acumular capi-
tal humano o proporcionar capacitación. Como los
12 Véanse Saint-Paul (2000) para España, Blanchard y Landier
contratos temporales se concentran en los jóvenes
(2001) para Francia y Hopenhayn (de próxima publicación) para
y en las mujeres, los incentivos para el crecimien- Argentina.
245

El papel de las regulaciones e instituciones en el desempeño de los mercados laborales

percibir) disminuiría el sesgo que la protección de de los países desarrollados. Estos sistemas son muy
la estabilidad del empleo impone contra los traba- similares a los ya descritos de la cuenta de ahorro
jadores con menos permanencia en el empleo. colectiva, con la diferencia de que a los desemple-
La protección del empleo también puede ados no se les paga una suma global. En cambio,
tener efectos negativos en el desempeño de la eco- hay una escala preestablecida de pagos que abarca
nomía al reducir la adaptabilidad de las firmas a los una cantidad determinada de períodos mientras el

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


cambios en el entorno económico. Hay tres tipos de trabajador está desempleado. Este sistema propor-

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


reformas que preservan la función de seguro de des- ciona dos niveles de seguro: los pagos dependen
empleo que desempeñan las normas de estabilidad menos de las contribuciones y quienes permane-
del empleo sin crear un impuesto a los despidos. cen desempleados durante más tiempo reciben
El primero consiste en convertir la indemni- pagos durante un período más prolongado (hasta
zación por despido en una cuenta de ahorro indivi- un máximo). En la mayoría de los países desarro-
dual, estrategia que se sigue en Perú, Colombia, llados se proporciona un tercer nivel de seguro
Ecuador y, hasta cierto punto, Brasil. En estos paí- contra el riesgo sistémico: el Estado aporta recursos
ses los empleadores depositan regularmente una a la cuenta colectiva en casos de desequilibrio
fracción determinada del salario de cada trabajador financiero.
en una cuenta individual. Si por alguna razón la El camino hacia el seguro está empedrado de
relación entre el trabajador y la firma se corta, el dificultades. Cuanto mayor sea el subsidio cruzado
primero puede retirar los fondos más los intereses entre los trabajadores, mayores serán los costos del
devengados. Una limitación importante de este sis- empleo porque los trabajadores con bajo riesgo
tema (y de cualquier sistema basado en la indem- estarán menos dispuestos a contribuir al sistema.
nización por despido) es que los trabajadores con Además, para los países en desarrollo, el costo de la
poca permanencia en el empleo antes del cese pue- administración de programas colectivos puede lle-
den no tener suficientes fondos en la cuenta para gar a ser muy alto porque es necesario determinar
sobrellevar un período de desempleo. En ese senti- quién queda desempleado y quién permanece des-
do, las cuentas de ahorro individuales son meca- empleado. La presencia de un gran sector informal
nismos de autoseguro porque no se agrupa el riesgo en el cual los trabajadores pueden emplearse sin
de un grupo de trabajadores. estar inscritos significa que muchos podrían estar
La segunda opción es convertir la indemniza- recibiendo un subsidio de desempleo mientras tie-
ción por despido en una cuenta de ahorro colectiva. nen un empleo informal.
En esta modalidad, se efectuarían contribuciones Todas estas dificultades implican que cada
regulares a una cuenta colectiva de la cual los tra- país debe elegir modalidades que sean compatibles
bajadores despedidos pueden obtener una suma con su capacidad institucional y su nivel de ingre-
preestablecida. Existe un mecanismo de seguro si sos. En algunos casos, lo más apropiado tal vez sea
los trabajadores que han contribuido durante una combinación de sistemas. Por ejemplo, el
mucho tiempo subsidian a los trabajadores con nuevo sistema de seguro de desempleo de Chile
menor permanencia en el empleo. Las posibilida- consiste en una combinación de cuentas de ahorro
des de un seguro aumentan cuanto mayor y más individuales complementadas con un fondo solida-
diversificado sea el conjunto de trabajadores que rio que proporciona un seguro parcial a los trabaja-
contribuyen a la cuenta colectiva. Un riesgo que no dores que quedan cesantes y tienen una cantidad
se puede compensar con la diversificación es el inferior a un mínimo determinado en su cuenta.
riesgo agregado o sistémico. Si se despide a un gran Este sistema puede ser apropiado para un país
porcentaje de trabajadores a la vez, la cuenta colec- como Chile, que tiene un sector informal relativa-
tiva podría agotarse rápidamente. mente pequeño, pero tal vez no funcione en países
La tercera opción para reducir el costo en tér- más pobres, como Perú o Bolivia, donde su admi-
minos de bienestar del desempleo consiste en los nistración sería demasiado costosa debido al tama-
mecanismos tradicionales de seguro de desempleo ño del sector informal.
246

Capítulo 7

Recuadro 7.4 Las razones del salario mínimo

Si el mercado laboral fuera como el mercado de las papas, Estas particularidades del mercado laboral pueden
el salario mínimo no tendría justificación. Una multitud de justificar la existencia del salario mínimo, el cual puede

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


oferentes y compradores operando en forma competitiva ayudar a contrarrestar el poder monopsónico de las firmas

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


encontrarían espontáneamente el precio que igualaría la (es decir, poder de mercado para contratar trabajadores a
oferta y la demanda en cada momento, y dicho precio un salario inferior al que habría con perfecta competencia
cambiaría continuamente para ajustarse a las fluctuaciones en el mercado laboral), sea porque hay muy pocas empre-
de la oferta y la demanda. Pero el mercado laboral es dife- sas o como consecuencia de problemas de información. El
rente. Para empezar, algunas empresas pueden tener sufi- salario mínimo puede ayudar a reducir la rotación laboral
ciente poder de mercado para deprimir el salario por y facilitar las contrataciones de trabajadores de bajo nivel
debajo del nivel que tendría si hubiera perfecta competen- de calificación, permitiendo bajar los costos de los proce-
cia con otros demandantes. Incluso cuando hay muchas sos de búsqueda, selección y capacitación continua de
empresas, puede haber poder de mercado porque la infor- nuevos trabajadores. Cuando los salarios mínimos son
mación sobre las oportunidades y condiciones de trabajo moderados, pueden incluso elevar los niveles de empleo.
es imperfecta y difícil de adquirir para los postulantes. Pero El salario mínimo puede inducir a los trabajadores a poner
además, en el mercado laboral el salario representa el pre- mayor esfuerzo en sus tareas por temor de perder el
cio de una transacción que no ocurre en forma instantánea empleo y verse relegados a puestos de menor remunera-
sino a través del tiempo de duración del contrato de traba- ción. Sin embargo, ninguno de estos buenos resultados
jo o hasta cuando alguna de las dos partes decida inte- potenciales del salario mínimo está garantizado, ya que
rrumpirlo. El producto que se transa en el mercado laboral dependen de numerosos factores. Pero tampoco puede
no es homogéneo, porque los trabajadores difieren en sus aceptarse sin reservas la afirmación de que los salarios
capacidades y habilidades. Tampoco es un producto cono- mínimos son distorsionantes o ineficientes.
cido completamente de antemano, porque depende no sólo
de las características de los individuos sino del esfuerzo
que le dediquen al trabajo. Fuente: Card y Krueger (1995).

EL SALARIO MÍNIMO también genera intensas polémicas entre los eco-


nomistas. La opinión dominante en la profesión es
La discusión pública sobre el salario mínimo es con que el salario mínimo es una distorsión de merca-
frecuencia acalorada, y con muy buenas razones. do que si surte efecto, causa desempleo o informa-
El salario mínimo es una variable distributiva lidad y genera pérdidas de eficiencia y bienestar
clave, puesto que, al menos a nivel microeconómi- social. Pero esta posición dista de tener consenso,
co, tiene efectos opuestos sobre los ingresos de los ya que los salarios mínimos pueden justificarse por
trabajadores, especialmente los no calificados, y razones de eficiencia o como una intervención
sobre las ganancias de las empresas. El salario orientada a corregir fallas de mercado (véase el
mínimo también es objeto de polémica dentro de recuadro 7.4).
los gobiernos, puesto que puede verse como instru- Antes de tomar posiciones en este acalorado
mento de política para fines muy distintos. Desde debate, puede ser útil revisar primero los datos y
la perspectiva de las autoridades económicas, el los resultados de los estudios disponibles.
salario mínimo tiende a ser considerado como un
instrumento de política antiinflacionaria debido a Qué ha pasado con el salario mínimo
su influencia sobre los costos de producción, sobre
las expectativas de aumentos de precios y sobre el En la mayoría de los países latinoamericanos los
gasto público. Sin embargo, desde la perspectiva de niveles promedio de los salarios mínimos (en pre-
la política social, es visto como un instrumento de cios constantes) entre 1991 y 2000 fueron inferiores
reducción de la pobreza y la desigualdad. El tema a los de la década anterior (gráfico 7.9). Las mayo-
247

El papel de las regulaciones e instituciones en el desempeño de los mercados laborales

Gráfico 7.9 Evolución del salario mínimo Gráfico 7.10 Volatilidad del salario mínimo real
(entre 1981-90 y 1991-2000) (En porcentaje)
(En porcentaje)
Argentina
Chile Venezuela
Costa Rica Perú
Nicaragua
Panamá Brasil

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Paraguay Honduras
Colombia Uruguay

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Honduras MEDIANA
Bolivia
Brasil
Costa Rica
Venezuela México
Argentina Paraguay
El Salvador Panamá
El Salvador
Uruguay
Colombia
México Chile
Perú 0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50
-80 -60 -40 -20 0 20 40 60
1981-90 1991-2000
Fuente: BID basado en datos oficiales.
Fuente: BID basado en datos oficiales.

Gráfico 7.11 Salario mínimo como proporción del ingreso Gráfico 7.12 Salario mínimo como proporción del salario
per cápita del trabajador medio, 1996-2001
(En porcentaje) (En porcentaje)

Nicaragua Nicaragua
Paraguay Colombia
Honduras Venezuela
Bolivia Costa Rica
El Salvador Perú
Colombia Panamá
Panamá Chile
Costa Rica El Salvador
Venezuela Brasil
Perú Argentina
Chile México
México Honduras
Argentina Bolivia
Brasil Paraguay
Uruguay Uruguay
0 50 100 150 200 250 0 10 20 30 40 50 60 70 80 90

1981-90 1991-2000 Nota: El salario utilizado en esta comparación es la mediana de los salarios de los
trabajadores entre 26 y 40 años que trabajan más de 30 horas semanales en el
Fuente: BID basado en datos oficiales.
período de referencia de las encuestas.
Fuente: BID basado en datos oficiales.

res reducciones, de 40% o más, tuvieron lugar en dad en los años noventa que en la década anterior.
Perú, México, Uruguay, El Salvador y Argentina, y En estos tres países la variación típica del salario real
también hubo caídas de consideración en Venezue- de un año a otro es superior a 25% y en Nicaragua,
la y Brasil. Solamente en Chile y Costa Rica el cercana a 20%. En los demás países los salarios
poder de compra de los salarios mínimos aumentó mínimos reales son menos volátiles, con variaciones
apreciablemente entre una década y otra. típicas anuales del orden de 5% (gráfico 7.10).
Los salarios mínimos reales mostraron en pro- La inflación es, por supuesto, uno de los fac-
medio la misma inestabilidad en ambos períodos. tores que influyen en la estabilidad del poder de
Argentina tuvo en ambas décadas los salarios míni- compra del salario mínimo. En economías de muy
mos más inestables en términos reales, mientras baja inflación es más factible que el salario mínimo
que Venezuela y Perú registraron mayor inestabili- tienda a ser más estable en términos reales. Sin
248

Capítulo 7

embargo, lo opuesto no es necesariamente cierto. Gráfico 7.13 Nivel e incumplimiento del salario mínimo
(En porcentaje)
Por ejemplo, Brasil ha pasado en las dos últimas
45
décadas por períodos de alta inflación, pero ha
40 Nicaragua
logrado mantener relativamente estable el salario

Incumplimiento (trabajadores que ganan


mínimo. Colombia mantuvo durante buena parte 35

de los noventa una tasa de inflación más elevada 30

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


menos del mínimo)
que la mayoría de los demás países de la región, 25

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Colombia

pero los ajustes del salario mínimo siguieron bas- 20


Venezuela
tante de cerca los aumentos de precios. 15 Costa Rica

Panamá
Aunque el salario mínimo como proporción 10 Perú

del ingreso per cápita ha caído en prácticamente 5 Honduras Brasil


Chile
Bolivia El Salvador
todos los países, en algunos casos todavía es alto Uruguay Argentina
México
0
(gráfico 7.11). Por ejemplo, en Honduras, Nicaragua 0 10 20 30 40 50 60 70 80 90

y Paraguay el salario mínimo en los años noventa Nivel (relativo al salario del trabajador medio)

era mayor que el ingreso per cápita según las esta-


Nota: El salario utilizado en esta comparación es la mediana de los salarios de los
dísticas oficiales. Sin embargo, es posible que en trabajadores entre 26 y 40 años que trabajan más de 30 horas en el período de
estos tres países las estadísticas oficiales subesti- referencia de las encuestas.
Fuente: BID basado en datos oficiales.
men el ingreso per cápita. Menos susceptible a
estos problemas es la comparación entre el salario
mínimo y la mediana de los salarios (es decir, la ciona en parte con su nivel relativo respecto del
remuneración del trabajador medio). Según esta salario del trabajador típico. En efecto, los mayores
medida, las diferencias entre países son menos sus- porcentajes de trabajadores que ganan menos que
tanciales. Los mayores salarios mínimos desde el mínimo se observan en Nicaragua y Colombia,
mediados de los años noventa se encuentran en países donde el salario mínimo es alto en términos
Nicaragua, Colombia y Venezuela, donde represen- relativos (gráfico 7.13). Esta relación sugiere clara-
tan alrededor de 80% de la remuneración del tra- mente que los intentos de elevar el salario mínimo
bajador medio. En la mayoría de los países para los en buena parte se diluyen por la evasión de las
que se dispone de información esta relación se normas y que, como era de esperarse, la evasión
sitúa entre 30% y 60%. El salario mínimo más bajo crece a medida que el salario mínimo aumenta. Sin
en relación con la remuneración del trabajador típi- embargo, esta relación dista de ser mecánica. Por
co se encuentra en Uruguay, donde es menos del ejemplo, Chile tiene un nivel de incumplimiento
20% (gráfico 7.12 ). relativamente bajo para el nivel del salario mínimo.
El respeto por las leyes y, en general, el ambiente
Cobertura y efectividad institucional podrían influir en el cumplimiento.
También podría hacerlo la estabilidad del salario
El cumplimiento del salario mínimo difiere nota- mínimo real, pero estos son temas que sorpren-
blemente entre países. En los años noventa las dentemente no han sido estudiados en América
tasas de incumplimiento del salario mínimo fueron Latina.
en promedio superiores a 20% en Colombia y Nica- Como es de esperarse, las tasas de incumpli-
ragua, e inferiores a 5% en Argentina, Bolivia, miento son mayores en el caso de los trabajadores
México, El Salvador y Uruguay. Estas tasas son el de menor escolaridad. En los países típicos de la
porcentaje de empleados de 26 a 40 años que tra-
bajan más de 30 horas semanales y declaran haber
13 Para efectuar estos cálculos se utilizaron las encuestas de hoga-
recibido ingresos netos por debajo de los estipula-
res del BID a partir de 1990. Para calcular el salario mínimo neto
dos por el salario mínimo y las normas de contri- se tuvieron en cuenta los descuentos a cargo de los trabajadores
bución a la seguridad social.13 para los programas de pensiones, salud, desempleo y contribucio-
nes familiares, según la recopilación del Departamento de Salud y
El cumplimiento del salario mínimo se rela- Servicios Sociales de Estados Unidos (1998).
249

El papel de las regulaciones e instituciones en el desempeño de los mercados laborales

Cuadro 7.2 Tasas de incumplimiento del salario mínimo por nivel de escolaridad, zona y tipo de empresa
(En porcentaje)

Por tipo de empresa


Por nivel de escolaridad Por zona (Número de empleados)

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


País Año Primario Secundario Terciario Rural Urbana Hasta 5 Más de 5 Total

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Argentina 2001 8,90 2,64 0,52 3,07 8,51 1,67 3,07
Bolivia 1999 5,01 0,43 0,00 0,36 1,21 4,53 0,06 1,10
Brasila 1999 16,16 2,21 0,08 20,38 3,84 21,69 0,37 5,83
Chile 1998 26,72 7,36 0,77 22,96 5,41 17,54 4,38 7,25
Colombia 1999 59,37 23,62 4,06 54,37 17,38 26,90
Costa Rica 2000 29,02 9,72 2,48 23,25 9,21 42,45 7,98 15,66
El Salvador 1999 7,98 2,00 0,23 8,34 2,00 7,87 2,72 3,58
Honduras 1999 10,31 1,42 0,69 11,07 3,19 16,01 2,70 5,88
México 2001 1,48 0,35 0,16 0,52 2,18 0,19 0,52
Nicaragua 2001 59,83 22,88 6,23 56,82 27,58 61,49 26,95 35,58
Panamá 2000 32,79 17,60 2,08 19,22 13,19 53,09 6,95 14,78
Perú 2000 66,21 27,26 9,20 52,31 16,38 46,11 14,69 23,46
Uruguay 2000 1,23 0,34 0,13 0,46 2,18 0,15 0,46
Venezuela 1999 35,83 14,31 6,09 41,37 12,20 17,91
Mediana 1999 21,44 5,00 0,73 21,67 3,84 17,54 2,72 6,57

a La distinción por tipo de empresa se refiere a trabajadores con contrato firmado y sin él, no al número de empleados.

Nota: Las tasas se calculan sobre la base del número de empleados entre 25 y 40 años de edad que trabajan más de 30 horas semanales.
Fuente: Encuestas de hogares del BID.

región cerca de 21% de los trabajadores que han de cinco empleados recibe salarios inferiores al
terminado la escuela primaria ganan por debajo del mínimo, pero sólo uno de cada 37 se encuentra en
mínimo (cuadro 7.2). En Colombia, Nicaragua y esta situación en empresas más grandes. Sin
Perú aproximadamente dos de cada tres trabajado- embargo, como se verá enseguida, esto no quiere
res con un bajo nivel de escolaridad reciben decir que el salario mínimo no tenga influencia
salarios inferiores al mínimo. La tasa de incumpli- sobre aquellos segmentos del mercado laboral que
miento para trabajadores con nivel secundario se usualmente se denominan informales.
reduce al 5% en los países típicos, pero en Colom-
bia, Nicaragua y Perú supera el 20%. Para trabaja- Los efectos del salario mínimo
dores con formación universitaria lo típico es
menos del 1%, aunque en Perú aproximadamente Las diferencias entre países y a través del tiempo
uno de cada 10 trabajadores con este nivel percibe en el nivel y cobertura de los salarios mínimos son
salarios por debajo del mínimo. tan grandes que sería aventurado hacer afirmacio-
La falta de cumplimiento de las normas de nes de tipo general sobre sus efectos. Cuando en un
salario mínimo es un problema mucho más grave país el salario mínimo ha sido inestable y su cober-
en las zonas rurales que en las urbanas. Por lo tura muy baja, posiblemente su influencia sobre los
general, mientras que en estas últimas sólo uno de demás salarios y sobre el nivel y la estructura del
cada 22 trabajadores gana por debajo del mínimo, empleo sea menor que en otro país donde el sala-
en las zonas rurales esta relación es de uno por rio mínimo se caracteriza por su estabilidad y acep-
cada cuatro. Las diferencias también son notables tación social. Los estudios que se reseñan a
según el tipo de empresa. Normalmente, uno de continuación muestran que, en general, cuando el
cada seis trabajadores en empresas con un máximo salario mínimo es muy efectivo, ayuda a elevar los
250

Capítulo 7

Gráfico 7.14 Distribución de trabajadores por nivel salarial Como ya se ha señalado, en Colombia el sala-
en Colombia rio mínimo es efectivo porque una proporción alta
a- Para trabajadores calificados de trabajadores gana alrededor del mínimo. El grá-
fico 7.14 ilustra el alto porcentaje de trabajadores
0,78
cuyos salarios se sitúan en torno del mínimo.
El salario mínimo parece influir no solo en los

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


salarios de los trabajadores de baja calificación

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Densidades de Kernel

empleados en empresas formales, sino también en


los de trabajadores con niveles de escolaridad rela-
tivamente altos, y en las remuneraciones de quie-
nes trabajan para pequeñas empresas de hasta
cinco empleados.
El aumento del desempleo en Colombia desde
0
-4 -3 -2 -1 0 1 2 3 4
mediados de los noventa encuentra su principal
Salario por hora (log) explicación en el lento crecimiento económico y el
desplome de la inversión privada, situación agrava-
b- Para trabajadores no calificados
da por los problemas del sector financiero y la inse-
1,18 guridad económica. Sin embargo, cabe preguntarse
si los ajustes del salario mínimo contribuyeron a
agudizar el problema, ya que en el período más crí-
Densidades de Kernel

tico de bajo crecimiento (1997-99) dichos ajustes


superaron la tasa de inflación, que se redujo rápi-
damente, en parte también por efecto de la rece-
sión. Maloney y Núñez (de próxima publicación) se
han concentrado precisamente en ese período y
han encontrado que por cada punto porcentual de
0 aumento del salario mínimo, el empleo cae 0,15%.
-4 -3 -2 -1 0 1 2 3 4
Esto implica que el incremento de 9% en el salario
Salario por hora (log)
mínimo real en 1999 redujo el empleo en 1,4%.14
Cuenta propia La probabilidad de perder el empleo debido al
Asalariados en firmas de más de cinco trabajadores aumento del salario mínimo no afecta por igual a
Asalariados en firmas de menos de cinco trabajadores todos los trabajadores. Es mayor para quienes per-
ciben remuneraciones bajas y puede llegar al doble
Nota: El valor de cero corresponde al salario mínimo.
Fuente: BID basado en datos oficiales. del promedio para quienes ganan menos del salario
mínimo. Esto sucede porque los aumentos del sala-
rio mínimo se reflejan en forma desproporcionada
salarios de quienes ganan alrededor del mínimo (e en el corto plazo en las remuneraciones de los tra-
incluso ligeramente por debajo del mínimo), pero bajadores con salarios ligeramente por debajo del
al costo de reducir las posibilidades de empleo de mínimo (en cambio, el efecto es menos que pro-
este tipo de trabajadores. Esto se aplica también a porcional para trabajadores de salarios más altos;
los trabajadores informales, es decir que trabajan véase el gráfico 7.15). El fuerte impacto contempo-
en pequeñas empresas o sin contrato de trabajo. El
balance entre los beneficios del mayor salario y el
costo de las menores posibilidades de empleo tien-
de a ser positivo y, al menos en el corto plazo, los 14Esta elasticidad es algo más baja que la obtenida por estudios
aumentos del salario mínimo mejoran la distribu- anteriores para Colombia. Bell (1997) estimó que el aumento de
10% del salario mínimo real entre 1981 y 1987 fue responsable de
ción del ingreso laboral. una reducción en el empleo del 2% al 12%.
251

El papel de las regulaciones e instituciones en el desempeño de los mercados laborales

Gráfico 7.15 Impacto del salario mínimo sobre los salarios La efectividad del salario mínimo en Brasil
y el empleo en Colombia también es bastante elevada y no se limita a los tra-
1,4 -0,05 bajadores empleados de acuerdo con las normas
1,2
laborales. Antes bien, el porcentaje que recibe exac-
-0,10 tamente el salario mínimo es mayor entre quienes
1,0
no tienen contrato laboral (trabajadores informales)

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Elasticidad del salario

Elasticidad del empleo


-0,15 que entre quienes sí tienen, y por lo tanto gozan de

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


0,8

alguna protección laboral. Sin embargo entre estos


0,6
-0,20
los salarios suelen fijarse en múltiplos del salario
0,4 mínimo, que opera así como una unidad de cuenta
-0,25
0,2
para definir las remuneraciones laborales (Neri,
Gonzaga y Camargo, 2001). La influencia del salario
0,0 -0,30
0,0 - 0,5 0,5 - 0,7 0,7 - 0,9 0,9 - 1,1 1,1 - 1,3 1,3 - 1,5 1,5 - 2,0 2,0 - 3,0 3,0 - 4,0 > 4,0 mínimo en las remuneraciones y el empleo en Bra-
Nivel del salario (múltiplos del salario mínimo) sil ha sido estudiada por Fajnzylber (2001) sobre la
base de un conjunto de 22 paneles trimestrales
Fuente: Maloney y Nuñez (de próxima publicación). entre 1982 y 1997 que permiten seguir la vida labo-
ral de más de medio millón de individuos.
ráneo del salario mínimo sobre los salarios más Al igual que en Colombia, cuando el salario
bajos —que también se ha observado en Estados mínimo aumenta en Brasil, los más beneficiados en
Unidos— (véase Neumark, Schweitzer y Wascher, el corto plazo (en este caso un año) son los trabaja-
2000) desafía la creencia de que los segmentos for- dores con salarios ligeramente por debajo del míni-
mal e informal del mercado laboral están nítida- mo: la elasticidad es 1,4 para los trabajadores con
mente separados y que quienes caen en este contrato que perciben por debajo de 0,9 salarios
segundo segmento están al margen de la influencia mínimos; 1,08 para quienes ganan alrededor del
directa de las normas laborales. Este resultado mínimo y 0,4 para quienes tienen salarios altos
sugiere precisamente que el salario mínimo puede (por encima de 40 salarios mínimos). La otra cara
operar como una señal muy fuerte de fijación de de la moneda es que los trabajadores de menores
salarios cuando su valor es ampliamente conocido ingresos son más afectados por las pérdidas de
y respetado socialmente, como ocurre en Colom- empleo cuando se sube el salario mínimo: 1,6% de
bia. Esto implica también que el salario mínimo quienes tienen contrato y ganan por debajo de 0,9
ejerce una influencia favorable sobre la distribu- salarios mínimos pierden su empleo cuando se
ción del ingreso y posiblemente sobre los niveles aumenta en 10% el salario mínimo (0,9% de quie-
de pobreza a corto plazo, lo cual coincide con los nes ganan alrededor del mínimo sufren igual suer-
resultados de estudios de corte transversal. Debe te). Estos efectos de corto plazo se diluyen con el
tenerse en cuenta que estos efectos se refieren al tiempo: al término de un año desaparecen cerca de
muy corto plazo (un trimestre) y pueden diluirse la mitad de las ganancias salariales de aquellos que
con el paso del tiempo. perciben menos del doble del salario mínimo, y
Como muestra la experiencia de Colombia, la también se corrigen cerca de la mitad de las pérdi-
efectividad del salario mínimo en el corto plazo es das de empleo.
un arma de doble filo, ya que aunque ayuda a pro- Estos resultados son semejantes para los tra-
teger los ingresos más bajos, lo hace a costa de la bajadores sin contrato, sugiriendo, como en el caso
generación de empleo. En un contexto de recesión de Colombia, que las fronteras entre formalidad e
sería preciso permitir que el salario mínimo cayera informalidad son bastante difusas. Los efectos
para evitar el aumento del desempleo, pero esta es sobre los salarios de los trabajadores sin contrato
una opción de política difícil de aplicar, especial- son ligeramente menores y tienden a diluirse más
mente cuando la recesión se combina con un fuerte rápidamente que para aquellos con contrato, pero
descenso de la inflación, como ocurrió en Colombia. las implicaciones sobre pérdidas de empleo son
252

Capítulo 7

mayores. Cuando se aumenta en 10% el salario mínimo, definida como el porcentaje de asalariados
mínimo en el primer año, pierden el empleo 3,5% que ganan por lo menos el mínimo, es más alta que
de los asalariados sin contrato que ganan menos de en Brasil o Colombia (gráfico 7.13) Hasta 1998 el
0,9 salarios mínimos (y 2,5% de quienes ganan salario mínimo era comparativamente más bajo en
alrededor del mínimo). Las pérdidas de empleo Chile que en Brasil o Colombia, pues equivalía a
informal, aunque se corrigen parcialmente al año aproximadamente 45% del salario medio de los tra-

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


siguiente, siguen siendo mayores que en el sector bajadores no calificados. Sin embargo, desde 1998

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


formal. Una parte de los trabajadores informales tuvo aumentos reales del orden del 10% anual, y en
desempleados opta por buscar empleos con contra- 2002 equivalía al 60% del salario medio de los no
to, atraída por los mayores salarios, mientras que calificados. El impacto de estos aumentos se con-
otra se retira de la fuerza laboral, desalentada por el centró especialmente en los trabajadores cuyos
mayor desempleo. salarios se ubican en el rango en el que el salario
Los estudios sobre Colombia y Brasil demues- mínimo cambió, a diferencia de lo que ocurrió en
tran que el sector informal no opera como el seg- Brasil o Colombia, donde los efectos más fuertes se
mento residual de salarios flexibles a donde van a presentaron entre los trabajadores con salarios
parar quienes no tienen otras opciones. De ser así, al inferiores al mínimo y donde también hubo reper-
elevarse el salario mínimo debería aumentar el cusiones importantes (aunque gradualmente
empleo informal y bajar su remuneración, pero ocu- menores) en los niveles de remuneración más
rre justamente lo contrario. Puesto que en estos dos altos.
países el salario mínimo opera efectivamente como Los cálculos efectuados por Cowan et al.
una señal de fijación de salarios en ambos segmen- (2003) sugieren que en Chile 6% de los asalariados
tos, tiene efectos favorables sobre los ingresos de los de tiempo completo pasaron al desempleo o el
trabajadores que perciben remuneraciones más subempleo debido a los aumentos del salario míni-
bajas, pero también reduce las posibilidades de mo. Los más afectados fueron los trabajadores no
generación de empleo, aunque menos que propor- calificados (con un máximo de 11 años de escolari-
cionalmente. Esto implica costos y beneficios que dad) con poca experiencia (8 años como máximo).
deben considerarse teniendo en cuenta el contexto De este grupo, 13% perdieron sus empleos como
macroeconómico. asalariados de tiempo completo. Sorprendente-
También es importante recalcar que el balance mente, los salarios reales de quienes mantuvieron
de los efectos puede ser diferente en países con con- sus empleos parecen haber cambiado muy poco,
diciones distintas. Un análisis para Estados Unidos incluso en los niveles próximos al mínimo. Por lo
realizado con el mismo método muestra que los tanto, en el caso de Chile, el efecto dominante del
aumentos del salario mínimo tienen un efecto neto aumento del salario mínimo parece haber sido la
adverso sobre los ingresos de los trabajadores que pérdida de empleos asalariados de tiempo comple-
perciben sueldos bajos, pues los efectos del desem- to, especialmente entre los trabajadores no califica-
pleo y de la disminución de las horas de trabajo son dos. Estos resultados coinciden con los de un
más fuertes que los efectos del aumento del salario estudio previo sobre Chile realizado por Montene-
(Neumark, Schweitzer y Wascher, 2000). Infortuna- gro y Pagés (de próxima publicación), que muestra
damente, no existen estudios estrictamente compa- además que los aumentos del salario mínimo redu-
rables para establecer si este es también el caso en cen las posibilidades de empleo de los jóvenes con
los países de mayor nivel de desarrollo relativo de la respecto a los demás grupos de edad, y que mejo-
región, como Argentina, Uruguay o algunos de los ran la probabilidad de empleo de las mujeres en
países del Caribe inglés. Únicamente se cuenta con relación con los hombres. Según los autores, esto
alguna evidencia para el caso de Chile, que sugiere último quizá se deba a que el salario mínimo forta-
efectos más semejantes a los de Estados Unidos que lece la capacidad negociadora de las mujeres
a los de Brasil o Colombia. o induce a una mayor participación laboral feme-
En Chile la tasa de cumplimiento del salario nina.
253

El papel de las regulaciones e instituciones en el desempeño de los mercados laborales

En contraste con los tres casos anteriores, en pocos países donde se elevó el salario mínimo pro-
México el salario mínimo se encuentra fijado a medio en los años noventa, tanto en términos rea-
niveles bastante bajos como proporción del salario les como en proporción al salario del trabajador
medio y hay muy poca concentración de los sala- medio. Puesto que Costa Rica es también uno de los
rios alrededor del mínimo, lo cual sugiere que no pocos países donde la desigualdad de los ingresos
es muy efectivo. Como es de esperarse, en estas laborales no ha tendido a aumentar desde media-

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


condiciones los cambios en el salario mínimo difí- dos de la década del ochenta, es importante pre-

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


cilmente puedan tener grandes consecuencias. El guntarse si estos resultados están relacionados. La
análisis de México realizado por Bell (1997) para el respuesta es positiva según los estudios economé-
período 1981-87, cuando el salario mínimo real tricos de El-Hamidi y Terrell (2001), quienes esti-
cayó 45%, concluye que no hubo ningún efecto man que por cada punto porcentual de aumento en
sobre el empleo de las empresas del sector manu- el salario mínimo sectorial relativo al salario medio
facturero. Esto no descarta, sin embargo, que la dis- del sector correspondiente, la desigualdad se redu-
minución del salario mínimo haya podido tener el ce generalmente entre 0,9% y 1,7%. Los efectos
efecto de crear empleo en otros sectores ni implica son mayores en los sectores en que el salario míni-
que sea deseable tener salarios mínimos extrema- mo relativo es más bajo y menores (o incluso nega-
damente bajos o poco efectivos. tivos) en los sectores donde el salario mínimo
El salario mínimo tampoco parece influir relativo es más alto.
mayormente en las remuneraciones en Ecuador, El impacto del salario mínimo sobre la
debido a su bajo nivel y a la complejidad de las nor- pobreza ha sido estudiado para un conjunto de
mas de remuneración laboral existentes hasta 2000. países en desarrollo (en contraste con los estudios
En Ecuador los salarios mínimos son establecidos caso por caso de otros efectos del salario mínimo
por ocupación dentro de cada sector por las reseñados en esta sección). Lustig y McLeod
respectivas comisiones de salarios, donde están (1997) utilizaron series de tiempo de 22 países (13
representados el gobierno, las empresas y los tra- de ellos latinoamericanos) para determinar si los
bajadores. Como resultado hay actualmente 118 cambios en el salario mínimo real tienen alguna
salarios mínimos (número que prácticamente no influencia sobre los niveles de pobreza, y conclu-
ha variado en la última década). Hasta 2000 las yeron que los aumentos (o disminuciones) en el
remuneraciones obligatorias estaban afectadas ade- salario mínimo real están asociados con reduccio-
más por una diversidad de pagos suplementarios nes (o incrementos, respectivamente) en los nive-
que debían efectuarse en diferentes proporciones y les de pobreza en el corto plazo. Esa relación se
momentos del año. Con esta complejidad normati- sostiene para distintas mediciones de pobreza,
va y muy pocos instrumentos coercitivos para tanto si las economías están creciendo como con-
hacer efectiva la regulación, el salario mínimo no trayéndose, si la población es rural o urbana, o si
parece tener ningún impacto. Según MacIsaac y se trata de América Latina u otras regiones. Esta
Rama (1997), una proporción muy importante de conclusión coincide con los estudios de caso de
los pagos suplementarios se acomodaban mediante Colombia, Brasil, Chile y Costa Rica. También es
una reducción del salario base pagado a los trabaja- consistente con otros análisis que muestran que
dores, lo cual era posible gracias al bajo nivel del los aumentos del salario mínimo tienen una
salario mínimo y su escasa efectividad. influencia favorable, aunque de alcance modera-
Costa Rica también ha tenido tradicionalmen- do, sobre la distribución del ingreso (BID, 1998,
te un sistema complejo de salarios mínimos dife- capítulo 6).15 Pero como advierten los autores:
renciados por sector y ocupación. En los años
setenta y ochenta había aproximadamente 350
niveles diferentes y a comienzos de los noventa ese
15 En cambio, no es consistente con estudios para Estados Unidos
número fue reducido a cerca de 80. El caso de Costa que muestran que el salario mínimo no contribuye a reducir la
Rica es además interesante porque fue uno de los pobreza (Neumark y Wascher, 2002).
254

Capítulo 7

Estos resultados, sin embargo, no implican


una aprobación rotunda de los aumentos del Recuadro 7.5 El salario mínimo
salario mínimo como medida eficaz para redu-
cir la pobreza en relación con su costo. Un
salario mínimo más alto parece aumentar el Indicaciones
desempleo. Los aumentos del salario mínimo

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


El salario mínimo proporciona un apoyo a los trabaja-
también pueden reducir la eficiencia y la

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


dores que perciben remuneraciones bajas en sus nego-
competitividad. Si las leyes en materia de ciaciones individuales con los empleadores y facilita la
salario mínimo tienen un efecto negativo en contratación de personal por parte de pequeñas y
medianas empresas. Los aumentos del salario mínimo
el crecimiento, podrían perjudicar a los
benefician a los trabajadores que perciben salarios
pobres en el largo plazo. Incluso si se pudiera bajos y tienen efectos positivos, aunque leves, en la
demostrar que el salario mínimo reduce la desigualdad, al menos a corto plazo.
pobreza a corto plazo, podría reducir las opor-
Efectos secundarios
tunidades de empleo en el largo plazo.
El salario mínimo aumenta las tasas de desempleo de
Por qué se necesita el salario mínimo los trabajadores jóvenes y los que perciben salarios
bajos.

El salario mínimo puede tener algunos efectos favo- Advertencia


rables sobre la pobreza y la distribución del ingreso,
pero no es el instrumento adecuado para estos obje- Si el aumento del salario mínimo es demasiado gran-
de, su eficacia se ve muy reducida o incluso se pierde.
tivos. La principal razón de su existencia es la nece-
No se conocen bien los efectos a mediano y a largo
sidad de controlar el poder de mercado que pueden plazo de los aumentos del salario mínimo.
tener las empresas frente a los trabajadores indivi-
duales que carecen de información, de influencia o
de medios para encontrar empleos mejor remune-
rados (Blanchard, 2002). El caso extremo lo consti- trabajadores es deseable que cumpla con los
tuyen los enclaves agrícolas o mineros, donde una siguientes requisitos:
sola empresa es en la práctica el único demandante
de mano de obra del lugar. Pero no es preciso que • Que sea simple. En casi todos los países de la
exista este caso extremo para que se justifique el región se ha abandonado la práctica, muy común
salario mínimo. (Véase en el recuadro 7.5 un resu- en el pasado, de fijar salarios mínimos diferentes
men de los costos y beneficios de las leyes sobre por sectores, regiones o tipo de empresas, ya que
esta materia.) Para cumplir con su función el sala- tales diferencias son difíciles de hacer efectivas y
rio mínimo debe reunir varios requisitos. El más tienen la enorme desventaja de oscurecer el ins-
importante es que sea ampliamente conocido y que trumento y, por consiguiente, no ayudan a fortale-
las empresas y el conjunto de los trabajadores con- cer a los trabajadores en su relación de negociación
sideren inaceptable que a un trabajador se le pague individual con las empresas.
por debajo de este nivel. Esto significa que el nivel • Que sea razonable. Un salario mínimo dema-
al que se fije constituye una convención social, que siado alto en relación con el nivel medio de salarios
debe estar dictada por las realidades económica y de los trabajadores no constituye un piso y por lo
social del país. Ningún gobierno está en condiciones tanto tiende a ser ignorado. Un salario mínimo
de imponer un salario mínimo que las empresas y demasiado bajo no le otorga ningún poder a los
los trabajadores acepten de común acuerdo evadir individuos que están buscando trabajo y por lo
por considerarlo excesivo o arbitrario, o porque tanto no impide que tomen empleos de productivi-
genera niveles de desempleo demasiado altos. Dado dad y calidad excesivamente bajas.
que el salario mínimo debe facilitar la contratación • Que sea estable, pero no rígido. Un salario
laboral en condiciones aceptables para empresas y mínimo real muy fluctuante genera redistribucio-
255

El papel de las regulaciones e instituciones en el desempeño de los mercados laborales

nes de ingreso abruptas que tenderán a ser percibi- el cual se desarrollan los procesos de organización
das como injustas, restando credibilidad al instru- sindical y negociación colectiva. Por consiguiente,
mento. Lo mismo ocurriría con un salario mínimo más que tratar de identificar un impacto que varia-
real totalmente rígido, que no contemple el estado rá de un país a otro y aun entre sectores dentro de
de la economía, el nivel de desempleo o los cam- cada país, esta sección presenta un panorama de
bios en la productividad de los trabajadores. las tendencias de la sindicalización y las normas

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


• Que sea ampliamente discutido y concertado. legales que la regulan y de los resultados de las

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Puesto que al fin de cuentas el salario mínimo es investigaciones que han analizado el impacto de los
una convención social, debe basarse en un amplio sindicatos en el bienestar de los trabajadores y la
debate del que participen no solamente los trabaja- sociedad en su conjunto.
dores organizados y las grandes empresas, como Como se verá, los niveles de sindicalización
sucede en algunos países, sino también el conjunto en América Latina son modestos y han bajado en la
de la sociedad y las principales autoridades del mayoría de los países en la última década. El marco
gobierno que representan las políticas económicas y legal en el que operan los sindicatos en la región es
sociales. Cualquier nivel de salario mínimo que se relativamente favorable para la organización sindi-
escoja tendrá costos y beneficios, de los cuales la cal y protege a los trabajadores, aunque en algunos
sociedad en su conjunto debe ser consciente. aspectos hay diferencias importantes entre países.
A diferencia del resto del mundo, los trabajadores
de menor escolaridad tienen menos probabilidades
LOS SINDICATOS Y LAS RELACIONES de pertenecer a sindicatos en América Latina que
LABORALES los trabajadores de mayor escolaridad, lo que expli-
ca en parte la visión de los sindicatos como defen-
Los sindicatos son una conquista fundamental de sores de una elite (y como amplificadores de la
los trabajadores que, a su vez, ha posibilitado enor- desigualdad salarial). Como en el resto del mundo,
mes progresos en las condiciones laborales y en las los sindicatos en América Latina logran su princi-
remuneraciones de importantes grupos de trabaja- pal objetivo: elevar los ingresos de sus afiliados. Sin
dores. Los sindicatos facilitan las relaciones entre embargo, esa capacidad ha sido debilitada por los
empresas y empleados, reduciendo la incertidum- procesos de liberalización de la economía, privati-
bre y mejorando los flujos de información entre zación, reducción del empleo en el sector público y
ambas partes. La negociación colectiva ayuda a otros factores que han erosionado el poder de mer-
conciliar los intereses de trabajadores y empresas cado de las firmas y por consiguiente de los sindi-
en conjunto y evita las consecuencias adversas que catos.
pueden tener las acciones no coordinadas de nego- Los sindicatos pueden producir otros efectos
ciación y los conflictos resultantes. macroeconómicos importantes, según el grado de
Al mismo tiempo, los sindicatos han impuesto coordinación entre ellos y entre las empresas en
reglas de trabajo que interfieren con las mejoras de los procesos de negociación colectiva. La experien-
productividad y son un artificio para extraer rentas cia en los países desarrollados indica que los ries-
de las empresas. La acción sindical puede tener gos de mayor desempleo o inflación que pueden
como efecto una reducción de la inversión y la com- acarrear las acciones no coordinadas de los sindi-
petitividad de los negocios. Los sindicatos también catos pueden moderarse cuando hay instancias de
pueden ser perjudiciales a nivel macroeconómico si coordinación de alto nivel y las empresas están
se convierten en obstáculo para la adopción de polí- más expuestas a la competencia internacional.
ticas de ajuste o de flexibilización económica.
El impacto efectivo de la acción sindical La sindicalización en América Latina
depende del balance entre esos costos y beneficios,
que a su vez están fuertemente influidos por el Para los patrones internacionales, en América Lati-
ambiente económico, político y organizacional en na las tasas de sindicalización son moderadas. La
256

Capítulo 7

Gráfico 7.16 Sindicalización en el mundo, 1970-99 mente la consecuencia de factores políticos (como
(Porcentaje de la fuerza laboral)
la represión a la organización sindical), sino que
resultan de diferencias en la composición de las
Todas las regiones
fuerzas de trabajo. La juventud de la fuerza laboral
Europa del Este
en la región sí obstaculiza la sindicalización. Al
Países desarrollados mismo tiempo, las diferencias entre los niveles de

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


sindicalización entre países similares en términos

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


América Latina

Medio Oriente y Norte de África


de su nivel de ingreso y composición de su fuerza
de trabajo sugieren la importancia del marco regu-
Asia del Este y Pacífico
latorio como determinante de los niveles de densi-
África Subsahariana dad sindical.
Resto de Asia Las tasas de sindicalización cayeron en la
0 10 20 30 40 50 60 70 80 década del noventa en la mayoría de países de la
región. En Brasil y México, donde habían aumenta-
Fuente: Forteza y Rama (2002).
do a más de 35% entre fines de los años setenta y
fines de los ochenta, bajaron a 24,8% y 22,4%, res-
pectivamente, en la primera mitad de los años
noventa. Solamente en Chile, Costa Rica y El Sal-
afiliación sindical promedio de las tres últimas vador la cobertura de los sindicatos aumentó en los
décadas fue 18,3% de la fuerza de trabajo, cifra noventa, aunque sin superar un modesto 15% de la
inferior al promedio mundial (23,8%) y sustancial- fuerza de trabajo (cuadro 7.3).
mente menor que en los países desarrollados y La pérdida de importancia de los sindicatos
Europa del Este (gráfico 7.16). Sin embargo, en está relacionada con la transformación de las eco-
América Latina los sindicatos representan una pro- nomías en las dos últimas décadas. La reducción
porción mayor de la fuerza laboral que en las del empleo en el sector público, la expansión del
demás regiones del mundo en desarrollo. empleo temporal y la competencia creciente en los
Usando datos de encuestas de hogares, Jon- sectores industriales han contribuido a la merma
son (2002) analiza los factores que explican las dife- de la sindicalización. También han influido mucho
rencias entre las tasas de sindicalización en la los cambios en la legislación que rige el funciona-
región y las de Canadá y Estados Unidos. La mayor miento de los sindicatos.
parte de las características personales y del empleo Según Saavedra y Torero (de próxima publica-
que explican la sindicalización en países desarro- ción), la contracción del empleo en el sector públi-
llados tienen el mismo efecto en América Latina. co y la expansión del empleo temporal son los dos
Los trabajadores de los sectores de manufactura, principales factores que explican la caída de la tasa
servicios públicos y transporte, de firmas grandes y de sindicalización en Perú de 40% en 1986 a 30 %
del sector público tienden a estar más sindicaliza- en 1991. Pero a partir de 1992 la razón fundamen-
dos (véase el recuadro 7.6). La excepción a esta uni- tal de un descenso aun mayor (a 10% en 1998) fue
formidad es el nivel de escolaridad: en la región los la menor protección otorgada a los sindicatos en
trabajadores que no han completado el secundario este país. En Uruguay, donde los sindicatos estu-
tienden a estar menos sindicalizados que sus pares vieron prohibidos hasta 1985, la sindicalización
con secundario completo o más. Este patrón de afi- entre los trabajadores fabriles llegó al 60% tres años
liación sugiere que al defender los intereses de una más tarde. Pero a partir de 1991 bajó abruptamente
elite de trabajadores relativamente más escolariza- debido también en parte a cambios en las normas
dos, los sindicatos pueden tener un efecto amplifi- de funcionamiento de los sindicatos, y a la compe-
cador de la desigualdad salarial. tencia introducida por la apertura en los sectores
En este sentido, las relativamente bajas tasas industriales (Cassoni, Allen y Labadie, de próxima
de sindicalización en la región no son necesaria- publicación).
257

El papel de las regulaciones e instituciones en el desempeño de los mercados laborales

Recuadro 7.6 Los sindicatos públicos: el caso del sector educativo

El sector público en la región está muy sindicalizado en Murillo et al. (2002) analizan el sistema de ense-
ñanza pública en Argentina, que ha estado descentraliza-

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


comparación con la economía en general. Se suele argu-
mentar que este alto grado de sindicalización tiene efectos do desde principios de los años noventa. La característica

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


perjudiciales en el desempeño porque las normas labora- peculiar de este sistema es que el papel de las autoridades
les excesivamente complejas y los aumentos de sueldo no provinciales es mayor que el habitual y las escuelas tienen
vinculados a mejoras en la productividad obstaculizan el una autonomía limitada. Los autores señalan que en las
desarrollo de mejores métodos de producción. El ámbito provincias donde las huelgas son más frecuentes, hay más
en el cual este debate es más crucial es el de la educación, competencia entre sindicatos, los cuales tienen una rela-
donde el sector público domina la producción y los docen- ción más contenciosa con el gobierno. Esto parece indicar
tes están muy sindicalizados. que ni la competencia entre sindicatos ni las relaciones
Dos estudios recientes han aclarado un poco la administrativas contenciosas (que supuestamente actúan
cuestión del impacto de los sindicatos en la educación, como fuerzas disciplinarias de los sindicatos del sector
que está mayormente concentrada en el sector público. La público) funcionan bien en este caso. Contrariamente al
primera dificultad que tuvo que superarse en ambos casos estudio de Zegarra y Ravina sobre Perú, Murillo et al.
fue la selección de un método para medir el producto y la muestran que los sindicatos en Argentina influyen (débil-
productividad. Finalmente se optó por variantes del enfo- mente) en el número de alumnos por clase y en la satis-
que de la función de producción de la educación (Hoxby, facción de los maestros, lo cual redunda en puntajes más
1996) para analizar la influencia de los sindicatos en el altos en las pruebas de los estudiantes. Señalan también
rendimiento de los alumnos (medida con algún tipo de que el presupuesto de la enseñanza depende de la situa-
prueba estandarizada). El enfoque de la función de pro- ción fiscal general. La única influencia que tienen los sin-
ducción permite controlar el efecto de otros factores, como dicatos es en la asignación de una parte mayor del
los insumos físicos y las características sociodemográficas presupuesto al personal.
de la población, a fin de detectar mejor el efecto de los Ambos estudios parecen indicar que los sindicatos
sindicatos, que se mide como la diferencia en el puntaje tienen un efecto débil en el desempeño del sistema de
de las pruebas estandarizadas de los alumnos. enseñanza, efecto que empalidece frente al impacto de la
En un estudio de escuelas peruanas Zegarra y Ravi- disponibilidad de insumos complementarios y las caracte-
na (2003) observan que la disminución de la densidad sin- rísticas sociodemográficas de los alumnos.
dical está asociada en su mayor parte a cambios en las Cabe destacar que ambas investigaciones muestran
reglas laborales que permitieron la contratación de maes- que el marco en que los sindicatos operan para mejorar la
tros temporales, que tendían menos a estar afiliados a un situación de sus afiliados incide mucho en los resultados.
sindicato en vista de la índole de sus contratos. Esta dismi- En Perú la falta de influencia de los sindicatos en la deter-
nución de la densidad sindical redujo la capacidad de los minación de los presupuestos escolares o distritales expli-
sindicatos para influir en los presupuestos escolares o dis- ca en gran medida por qué los autores no observaron
tritales. Sin embargo, aun así los sindicatos podrían influir ningún impacto de los sindicatos en el rendimiento de los
en el esfuerzo que los maestros aportan al proceso y en los alumnos. El análisis de Argentina indica que el enfoque de
insumos físicos. Este análisis apoya débilmente la hipótesis ”disciplinar a los sindicatos“ no da resultado, lo cual con-
de que los trabajadores sindicalizados tienen acceso a más firma las conclusiones de numerosos estudios del sector pri-
insumos complementarios, al menos en las escuelas inter- vado: las relaciones hostiles entre la patronal y los
medias multigrado. Lo más interesante es que los autores sindicatos son malas para la productividad. Para que las
observan que los sindicatos no tienen una influencia esta- reformas del sector público den resultado, hay que esta-
dísticamente significativa en el esfuerzo de los maestros ni blecer un marco operativo basado en la cooperación de
en el puntaje de las pruebas de los alumnos. los sindicatos y la administración en el sector de la ense-
ñanza.

Las normas que rigen las namiento de los sindicatos. Las normas gobiernan
relaciones industriales el balance de poder entre sindicatos y organizacio-
nes laborales, por un lado, y empresas individuales
La legislación de las relaciones industriales (o o conjuntos de empresas, por otro. Siguiendo la
colectivas) provee el marco jurídico para el funcio- tipología desarrollada recientemente por Djankov
258

Capítulo 7

Cuadro 7.3 Tasas de sindicalización en América Latina, 1976–95


(En porcentaje)

País 1976–80 1981–85 1986–90 1991–95

Argentina 28,2 26,5 21,5

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Bahamas 25 25 25
Bolivia 32 28,8 25,2 16,4

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Brasil 19,6 34,8 38,1 24,8
Chile 9,1 9,5 13,1
Colombia 17,7 12,1
Costa Rica 14,3 14,9 15,0
Ecuador 15,0 14,3 13,5
El Salvador 8,0 14,1 15,0
Guatemala 8,1 4,4
Honduras 20,0 20,0
Jamaica 28,3 22,2 20,3 16,3
México 19,1 27,3 35,3 22,4
Nicaragua 3,7 32,0 32,0 23,4
Panamá 12,5 15,0 17,0 14,2
Paraguay 5,0 2,8
Perú 25,0 40,0 13,0 12,9
República Dominicana 12,2 15,3 13,4
Trinidad y Tobago 27,2 31,0 25,4 22,0
Uruguay 19,3 16,3
Venezuela 18,0

Mediana 25,0 20,1 18,15 16,3

Fuente: Forteza y Rama (2002).

et al. (2003), los tópicos que regula esta legislación los países de mayor desarrollo relativo (0,39). En
pueden organizarse bajo tres apartados: (i) negocia- Argentina, México, Perú y Venezuela la protección
ción colectiva, (ii) participación de los trabajadores es sustancialmente mayor (0,89), mientras que
en el manejo de las empresas, y (iii) conflictos Bolivia, Jamaica y Panamá, que brindan la menor
colectivos. Estos investigadores han propuesto un protección en la región, no difieren del patrón
sistema de indicadores de estos tres aspectos que mundial (gráfico 7.17).
intenta medir el grado de protección que se otorga En cuanto a la participación de los trabajado-
a los trabajadores y las organizaciones laborales. res en el manejo de las empresas, se considera que
En el área de negociación colectiva se consi- hay mayor protección colectiva cuando ellos o los
dera que la protección a los sindicatos es mayor si sindicatos tienen derecho a nombrar representan-
los empleadores tienen la obligación legal de nego- tes en el directorio de la compañía, cuando es obli-
ciar con ellos, si los acuerdos colectivos se extien- gatorio que haya consejos de trabajadores u
den a terceros, si la ley permite que las órganos equivalentes en las firmas, y cuando la
contrataciones estén supeditadas a la afiliación sin- participación de los trabajadores en el manejo de
dical, y si los derechos de organización sindical y las empresas está consagrada en la Constitución.
negociación colectiva están consagrados en la En general, estos mecanismos de participación no
Constitución. En América Latina la protección que están protegidos legalmente en América Latina;
se otorga a los sindicatos en los procesos de nego- tampoco son comunes en el resto del mundo. No
ciación colectiva es alta, a juzgar por los patrones obstante, hay grandes diferencias entre países; por
internacionales. En una escala de cero a uno, un ejemplo, entre los países desarrollados, Noruega
país típico de América Latina ofrece una protección reúne todos estos criterios, en tanto que en los paí-
de 0,67, superior al patrón mundial (0,44) y al de ses angloparlantes o en Japón no existe ninguno de
259

El papel de las regulaciones e instituciones en el desempeño de los mercados laborales

Gráfico 7.17 Índice de protección de las negociaciones colectivas Latina tiende a otorgarse mayor protección colecti-
(Índice 0-3)
va a los trabajadores que en el resto del mundo o en
Asia del Este y Pacífico los países de mayor desarrollo. El índice que sinte-
Europa Continental
América Latina y el Caribe tiza todos los aspectos considerados muestra a
Europa del Este y Asia Central
Medio Oriente y Norte de África América Latina con niveles de protección relativa-
África Subsahariana
Asia del Sur mente elevados, especialmente en Perú, Argentina,

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Países desarrollados angloparlantes
Perú Brasil, Colombia y México.

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Argentina
Brasil
Colombia
México
Venezuela ¿A quiénes benefician los sindicatos?
Panamá
Chile
Bolivia
Uruguay Quién gana y quién pierde por la acción de los sin-
Rep. Dominicana
Jamaica dicatos y las disputas colectivas es materia de agu-
0,0 0,5 1,0 1,5 2,0 2,5 dos enfrentamientos, no solo entre las partes
Negociaciones colectivas involucradas directamente, sino también entre los
Participación de los trabajadores en la gerencia analistas. Las polémicas son más intensas, precisa-
Disputas colectivas mente, cuando se supone implícitamente que la
Fuente: Djankov et al. (2003). relación laboral es un juego de suma cero donde
solo pueden ganar unos a costa de otros. La discu-
ellos. En América Latina solo Brasil, Perú, Argenti- sión sobre los efectos de los sindicatos también se
na y Colombia conceden importancia (en ese complica cuando se cree, equivocadamente, que las
orden) a algunos de estos mecanismos. consecuencias de la acción sindical son semejantes
El campo de los conflictos colectivos es el en contextos distintos y que, por consiguiente, las
área de la legislación más difícil de tipificar y experiencias positivas o negativas pueden trasplan-
donde, por lo tanto, las mediciones pueden ser más tarse a contextos diferentes. En este sentido es pre-
arbitrarias. El sistema utilizado por los investigado- ciso empezar reconociendo que ni la teoría ni la
res de Harvard y Yale contempla un conjunto de 11 evidencia empírica ofrecen una conclusión defini-
criterios que miden el nivel de protección del dere- tiva sobre el impacto de la acción sindical. En el
cho de huelga, la ausencia de restricciones proce- recuadro 7.7 se explican las razones teóricas de esta
dimentales a ese derecho, el grado de restricción a ambivalencia. A continuación se sintetizan los
las acciones de defensa que los empleadores pue- resultados de las investigaciones empíricas.
den tomar si se exige por ley el arbitraje por parte El principal objetivo de cualquier sindicato es
del gobierno o de terceros, y si la Constitución pro- mejorar el bienestar de sus afiliados. Con este pará-
tege los derechos de acción industrial. En general metro, suelen ser exitosos. Los trabajadores afilia-
en América Latina se protege más a los trabajado- dos generalmente perciben mayores salarios que
res en los conflictos colectivos que en el resto del los que no lo están. En Estados Unidos la diferencia
mundo o en los países de mayor desarrollo relativo. ha sido estimada en 15% y en la mayoría de los
El índice para este grupo de indicadores es 0,62 demás países desarrollados, entre 5% y 10%. La
para un país típico de la región, en comparación variabilidad entre los países en desarrollo es mucho
con 0,53 a nivel mundial o 0,48 entre los países de mayor, posiblemente por la diversidad de condicio-
mayor desarrollo. Perú, Panamá, Argentina, Méxi- nes de mercado en que operan las firmas, ya que
co y Brasil (en ese orden) son los países que ofre- en general los salarios de los trabajadores sindicali-
cen la mayor protección, mientras que Jamaica, zados son mayores en empresas que operan en
República Dominicana, Chile y Uruguay brindan la condiciones menos competitivas en el mercado de
menor protección. productos (Aidt y Tzannatos, 2002). Por eso, los
Por consiguiente, en dos de las tres áreas de la salarios mencionados son mejores en compañías
legislación de las relaciones industriales –negocia- protegidas por aranceles u otras restricciones a las
ción colectiva y conflictos laborales–, en América importaciones, debido a que los sindicatos pueden
260

Capítulo 7

Recuadro 7.7 La conveniencia de la acción sindical

Los sindicatos pueden generar costos y beneficios para la las empresas con el objeto de poder compartirlas con ellas.
sociedad. En teoría, pueden generar costos monopólicos Por consiguiente, pueden apoyar políticas distorsionantes,

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


en la medida en que interfieran con el libre funcionamien- que pueden ser costosas para la sociedad, pero que bene-

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


to del mercado laboral y costos de búsqueda de rentas en fician a las empresas y sindicatos. Los controles a las impor-
cuanto traten de crear otras distorsiones y dirigir esfuerzos taciones son un buen ejemplo. Tienen costos sociales
a extraer rentas de la sociedad. Pero también pueden traer porque los recursos se dirigen hacia los sectores artificial-
beneficios, ya que operan como canales de información y mente más rentables en desmedro de otros que pueden ser
coordinación entre empresas y trabajadores y como meca- más productivos y porque se dedican recursos a disputar la
nismos de cooperación en el trabajo. Por lo tanto, el propiedad de las rentas, en lugar de dirigirse a actividades
impacto de la acción sindical depende del balance entre productivas. La búsqueda de rentas por parte de los sindi-
los costos y los beneficios que sus actividades generan. catos puede además ser muy dañina para la innovación,
porque las empresas pueden temer que aquellos se apro-
Costos monopólicos pien de las ganancias de sus invenciones y optar por redu-
cir su inversión en investigación y desarrollo. Por
El principal objetivo de los sindicatos es mejorar las con- consiguiente, los sindicatos pueden generar costos de bús-
diciones laborales de sus afiliados. En un marco teórico queda de rentas a través de diversos canales.
elemental pueden alcanzarlo si logran reducir la oferta de
trabajo a la que tienen acceso las empresas y obtener así Beneficios de la participación y resolución de disputas
mayores salarios para apropiarse de parte de las ganan-
cias extraordinarias que aquellas pueden lograr por ope- Un enfoque complementario para apreciar los beneficios
rar en mercados que no son completamente competitivos. de los sindicatos consiste en entender el papel que juegan
Es necesario que los sindicatos controlen la oferta laboral dentro de la organización de las empresas como canales
porque de otra forma las compañías contratarían trabaja- de información entre la gerencia y los trabajadores y
dores no sindicalizados a salarios más bajos. También es como mecanismos para facilitar la cooperación en el tra-
preciso que los mercados de los productos de las empre- bajo. Los sindicatos son la voz colectiva de los trabajado-
sas no sean totalmente competitivos porque de lo contrario res. Permiten intercambiar información sobre
no habría rentas que compartir. En este marco teórico los preocupaciones que estos últimos no podrían o no desea-
sindicatos generan costos monopólicos a la sociedad debi- rían expresar en forma individual, y pueden ayudar a las
do a que desalientan la inversión en los sectores donde compañías a mejorar el ambiente laboral, ofrecer capaci-
operan, inducen la expansión del empleo en sectores de tación más adecuada a las necesidades de los trabajado-
menor productividad y generan desempleo entre los tra- res y facilitar su aprendizaje. Los sindicatos también
bajadores atraídos a los sectores sindicalizados por la pueden ayudar a mantener procedimientos de diálogo que
diferencia de salarios con respecto a los sectores no sindi- reduzcan el riesgo de huelgas y disputas costosas. Tam-
calizados. bién pueden colaborar para que se cumplan los acuerdos
La discusión sobre estos costos supone implícita- entre empresas y trabajadores, reduciendo por consi-
mente que el mercado laboral sería perfectamente compe- guiente la incertidumbre, que puede ser muy dañina para
titivo en ausencia de los sindicatos. Pero si ese no es el la inversión y para que los empleados adopten habilida-
caso, por ejemplo porque las firmas cuentan con poder des específicas para la compañía. Finalmente, cuando se
monopsónico, entonces los sindicatos pueden ayudar a desarrolla un ambiente cooperativo entre la empresa y los
resolver las ineficiencias que resultan de esta distorsión ori- sindicatos, estos pueden contribuir a la adopción de mejo-
ginal. Además, no está claro que una multitud de nego- res técnicas y métodos de trabajo, que eleven la producti-
ciaciones entre cada empresa y sus trabajadores vidad en beneficio de ambas partes. Todos estos son
individuales sea un método más eficiente de determinar beneficios de la participación y resolución de disputas que
salarios y otras condiciones laborales que un arreglo nego- los sindicatos pueden brindar a las empresas o sectores
ciado con un sindicato que fije pautas generales para los donde operan.
contratos individuales, reduciendo los costos de negocia- En suma, la teoría acerca del carácter beneficioso
ción y la incertidumbre. de los sindicatos para la sociedad es ambigua. Todo
depende del balance entre costos y beneficios.
Costos de la búsqueda de rentas

Los sindicatos pueden generar otros costos a la sociedad


porque está en su interés aumentar las rentas que reciben Fuente: Basado en Aidt y Tzannatos (2002, capítulo 3).
261

El papel de las regulaciones e instituciones en el desempeño de los mercados laborales

compartir las rentas que derivan las empresas de cen un efecto semejante a favor de los indígenas
dichas restricciones (Harrison y Hanson, 1999). De (Aidt y Tzannatos, 2002).
ahí que la diferencia de salarios a favor de los tra- Los sindicatos logran otros beneficios para sus
bajadores sindicalizados pueda verse recortada con trabajadores. En las firmas sindicalizadas la rota-
la liberación del comercio internacional, como ocu- ción voluntaria es menor y la permanencia en el
rrió en México, Uruguay y otros países (véase el empleo, mayor (aunque al costo, al menos en

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


capítulo 5). parte, de mayores despidos involuntarios).18 Los

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Los sindicatos contribuyen a reducir las bre- trabajadores afiliados trabajan menos horas que los
chas salariales, especialmente entre trabajadores que no lo están, y tienen mayores beneficios en
calificados y no calificados (Aidt y Tzannatos, materia de pagos por despido, vacaciones, pensio-
2002). Sin embargo, en América Latina, su influen- nes, etc. Asimismo, reciben más capacitación que
cia sobre la distribución del ingreso parece ser favo- sus pares no sindicalizados, especialmente capaci-
rable en algunos países y desfavorable en otros, por tación directamente relacionada con las actividades
razones no bien entendidas. Análisis de corte trans- de la empresa. Sin embargo, esta evidencia provie-
versal que comparan en forma estática varios países ne en su mayoría de países desarrollados (Aidt y
muestran que a mayor afiliación sindical mejor dis- Tzannatos, 2002). Se desconoce si puede extender-
tribución del ingreso, aun si se aísla la influencia de se a América Latina.
otros factores que pueden influir sobre la distribu-
ción del ingreso (como los impuestos, el gasto Efectos de los sindicatos sobre
público o los pagos de seguridad social a las fami- las empresas
lias). Según Pagés y Shinkai (2002), un aumento de
10 puntos porcentuales en la afiliación sindical está Puesto que es bastante claro que los sindicatos
asociado con una reducción de 6% a 10% en la des- logran beneficiar a sus afiliados, la pregunta que
igualdad de los salarios. El descenso de la afiliación debe responderse es si tal cosa ocurre a costa de las
sindical entre los años ochenta y noventa podría empresas o de otros sectores de la sociedad.
explicar un aumento de 6,6% en la desigualdad sala- En relación con los efectos sobre las primeras, la
rial, mayor incluso del que efectivamente tuvo evidencia es ambigua. Se ha observado con bastan-
lugar (3,1%). Sin embargo, un análisis más detalla- te regularidad que las compañías sindicalizadas son
do por país indica que esta conclusión debe tomar- menos rentables, especialmente cuando se trata de
se con cautela, pues no puede aplicarse por igual empresas que gozan de poder de mercado. Sin
a todos los casos. Por ejemplo, en México y Vene- embargo, los sindicatos parecen ser suficientemen-
zuela la afiliación sindical contribuye a reducir la te mesurados para no llevar a las firmas a la quie-
desigualdad salarial entre los trabajadores sindicali- bra. En efecto, no hay evidencia de que las
zados, a pesar de que los sindicatos benefician más empresas sindicalizadas quiebren con mayor fre-
a los trabajadores calificados que a los no califica- cuencia que las no sindicalizadas (Aidt y Tzanna-
dos. Este efecto es lo suficientemente fuerte para tos, 2002; Kuhn, 1998). Según se ha comprobado en
que los sindicatos reduzcan la desigualdad salarial Estados Unidos y Reino Unido, la presencia de sin-
total. Según los autores, si no estuvieran los sindi-
catos, la varianza de los salarios de todos los traba-
jadores sería 20% mayor en Venezuela y 13% en
México.16 En cambio, en Brasil los sindicatos contri- 16 Según el mismo estudio en Estados Unidos los sindicatos reducen
buyen a aumentar la desigualdad tanto entre quie- la desigualdad en 8%.
17 Estas conclusiones de Pagés y Shinkai (2002) para Brasil coinci-
nes están afiliados como entre estos y los demás
den con los resultados de Arbache (1999).
trabajadores.17 18 Sin embargo, este no es el caso de Uruguay, uno de los pocos
Los sindicatos también parecen contribuir a países de la región donde se ha estudiado este fenómeno. En Uru-
reducir las brechas salariales entre hombres y guay los trabajadores que trabajan en sectores más sindicalizados
tienen menos probabilidad de ser despedidos (Cassoni, Allen y
mujeres sindicalizados. En México también produ- Labadie, de próxima publicación).
262

Capítulo 7

dicatos en las compañías parece tener efectos nega- de elementos contextuales, y en especial de la coor-
tivos sobre la inversión. En cambio, no se ha dinación entre sindicatos y/o empresas.
encontrado un patrón uniforme sobre el efecto que En su reseña de estudios comparativos entre
produce la sindicalización en la productividad. Las países (en su mayoría de la OCDE), Aidt y Tzanna-
diferencias son grandes entre unos sectores y otros, tos (2002) observan lo siguiente:
pero tienden a ser positivas cuando se trata de

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


empresas que operan en mercados competitivos y • La densidad sindical [proporción de los tra-

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


en un ambiente de relaciones industriales poco bajadores afiliados a un sindicato] en sí presenta
conflictivas. una relación muy débil o quizá nula con indicado-
Aunque el grueso de los estudios sobre los res del desempeño de la economía como tasa de
efectos de los sindicatos en el desempeño de las desempleo, inflación, tasa de empleo, crecimiento
empresas se refiere a países desarrollados, las con- real de las remuneraciones, oferta de mano de
clusiones principales parecen sostenerse también obra, celeridad del ajuste a shocks salariales, flexi-
para los países latinoamericanos. Utilizando un bilidad del salario real, y productividad de la mano
panel de empresas en el sector manufacturero de de obra y de la totalidad de los factores. Sin embar-
Perú, Saavedra y Torero (de próxima publicación) go, hay una excepción importante: la densidad sin-
observan que la presencia de sindicatos reduce la dical presenta una correlación negativa con la
rentabilidad de las compañías, efecto que aumenta desigualdad de los ingresos laborales y la disper-
con la densidad sindical. Un estudio centrado sión salarial. No obstante, hasta esta conclusión
exclusivamente en fincas cafeteras en Guatemala debe tomarse con cautela en relación con los países
también ha encontrado efectos negativos de la sin- latinoamericanos.
dicalización sobre la productividad (Urizar y Lee, • La cobertura de las negociaciones colectivas
2003). Menezes Filho et al. (2002) comprueban que [proporción de la fuerza laboral amparada por un
en Brasil la presencia de sindicatos también reduce contrato colectivo] tiende a estar asociada a un
la rentabilidad de las empresas manufactureras.19 mayor crecimiento del salario real (sin influir en el
No obstante, Brasil es uno de los pocos países crecimiento de la productividad), tasas de empleo
donde la participación de los trabajadores en cier- más bajas, tasas de desempleo más altas y mayor
tos aspectos del manejo de las empresas es obliga- inflación. Al igual que la densidad sindical, la
toria. El estudio citado presenta evidencia de que la cobertura de las negociaciones colectivas presenta
introducción de estos mecanismos (en particular, la una correlación negativa con una mayor desigual-
participación en las ganancias) contribuyó al des- dad de los ingresos y la dispersión salarial. (Aidt y
empeño de las empresas en términos de producti- Tzannatos 2002: 11).
vidad y rentabilidad, y de que este impacto fue
mayor en las empresas más sindicalizadas, posible- Las conclusiones anteriores implican que la
mente porque los sindicatos facilitan la comunica- acción sindical puede tener efectos importantes
ción entre la dirección de las empresas y los para la sociedad en su conjunto. Sin embargo, tales
trabajadores. efectos dependen de circunstancias que difieren
entre países, en particular, especialmente el grado
Efectos de los sindicatos sobre de coordinación entre los sindicatos y/o entre las
la economía en su conjunto empresas en las negociaciones salariales. Por ejem-
plo, entre 1985 y 1991 en Uruguay los sindicatos
El tema que requiere más cautela antes de saltar a operaban bajo un arreglo de negociaciones secto-
cualquier conclusión es el referente a los efectos de
los sindicatos sobre la economía en su conjunto.
Esto se debe no solo a las limitaciones de la inves-
19 Según este estudio, la densidad sindical tiene un efecto no lineal
tigación empírica, sino también a que la influencia
sobre la productividad (positivo y creciente hasta niveles intermedios,
de la acción sindical depende fundamentalmente y luego gradualmente descendente hasta llegar a ser negativo).
263

El papel de las regulaciones e instituciones en el desempeño de los mercados laborales

La evidencia para los países desarrollados


Recuadro 7.8 Efectos de los sindicatos sugiere que los países donde los procesos de nego-
ciación colectiva se coordinan en el ámbito nacio-
nal tienden a experimentar tasas de desempleo
Indicaciones menores y menos persistentes, menor desigualdad
salarial y menos interrupciones por huelgas que

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Los sindicatos dan voz a los trabajadores y facilitan el
aquellos países donde la coordinación ocurre a

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


diálogo entre estos y empresas. Asimismo, previenen
los conflictos entre unos y otras, buscando soluciones nivel sectorial o donde no hay coordinación. Tam-
con las cuales todos salgan ganando y ayudando a bién se ha encontrado sustento para la tesis de que
aumentar la productividad. Consiguen aumentos de
la coordinación a nivel intermedio o sectorial
salarios, mejores condiciones de trabajo y mayores
niveles de empleo para los trabajadores comprendidos produce los peores resultados en términos de pro-
en las negociaciones. ductividad y rigidez salarial. Aunque estas conclu-
siones se aplican más para los años setenta y
Efectos secundarios
ochenta, la siguiente afirmación resulta válida en
Los sindicatos a menudo reducen las ganancias y las general para los países desarrollados: “Un nivel ele-
inversiones y pueden promover políticas ineficientes y vado de densidad sindical y cobertura de las nego-
comportamientos rentistas que benefician a sus afilia-
ciaciones colectivas no contribuye a un desempeño
dos pero no a la sociedad en general. Los efectos
secundarios son mucho menos preocupantes en las fir- deficiente en lo que se refiere a desempleo siempre
mas y sectores sujetos a competencia interna y exter- que se complemente con un alto nivel de coordi-
na. nación de las negociaciones (especialmente entre
empleadores).” (Aidt y Tzannatos, 2002: 13).
Advertencia
Por consiguiente, la coordinación de los pro-
Es difícil prever los beneficios y los efectos secundarios cesos de negociación colectiva puede evitar algu-
porque son sensibles al marco jurídico que rige las nos de los efectos negativos que la acción sindical
relaciones industriales, al grado de coordinación entre
los sindicatos, y a la coordinación entre estos, el Esta- podría tener sobre la economía cuando los sindica-
do y las organizaciones empresariales. tos o las empresas actúan en forma no coordinada.
Pero la coordinación también acarrea sus propios
riesgos, especialmente cuando se basa en procesos
centralizados de negociación. Puede reducir la pre-
riales tripartitas con la intervención del gobierno, sión competitiva sobre las empresas, las que
lo cual implicaba un alto grado de coordinación. En actuando mancomunadamente podrían subir los
cambio, a partir de 1992 tienen libertad de nego- salarios sin una mejora correspondiente de la
ciación sin intervención del gobierno y dentro de productividad, lo cual se traduciría en bajo creci-
cada firma. En este nuevo régimen son mínimas miento, inflación o desempleo. Este riesgo es signi-
las posibilidades de coordinación. ficativo en economías poco integradas al resto del
Es importante distinguir coordinación de mundo. La coordinación centralizada también
centralización, ya que esta última se refiere estric- puede reducir los incentivos de colaboración entre
tamente al nivel en el cual se realizan las negocia- las empresas y sus sindicatos para compartir infor-
ciones (en la planta, la empresa, el sector o la mación y mejorar la productividad, y elevar los
economía en su conjunto). Esto significa que puede riesgos de huelgas nacionales que pueden tener
haber coordinación entre los sindicatos o entre las altos costos para la sociedad en su conjunto.
empresas aun cuando haya un sistema totalmente Los sindicatos pueden influir en la capacidad
descentralizado en la negociación. La existencia de de ajuste de las economías y en su disposición a
organizaciones sindicales y de gremios empresaria- adoptar reformas, asunto de gran importancia para
les facilita la coordinación entre sindicatos y com- América Latina. De todas las instituciones laborales
pañías, aunque las decisiones salariales estén examinadas en este capítulo, únicamente los sindi-
descentralizadas. catos parecen influir en la profundidad y eficacia
264

Capítulo 7

de las reformas macroeconómicas y estructurales, de las negociaciones colectivas y otros factores ins-
según un análisis de la experiencia de más de 100 titucionales que pueden influir en la interacción
países entre 1980 y 1996 (Forteza y Rama, 2002). entre los gobiernos, los sectores empresariales y los
Los países con mayores tasas de sindicalización trabajadores en la toma de decisiones macroeconó-
tienden a experimentar mayores recesiones antes micas.
de llegar a adoptar medidas de ajuste, y posterior- En resumen, los sindicatos pueden aportar

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


mente se recuperan con más lentitud. Estos resul- importantes beneficios a la sociedad, pero también

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


tados sugieren que en la mayoría de los países los acarrear costos sustanciales, según diversos facto-
sindicatos contribuyen a dilatar y diluir las refor- res institucionales, económicos y culturales (véase
mas. Sin embargo, no está claro si ello se aplica por en el recuadro 7.8 un resumen de los costos y bene-
igual a países con distintos niveles de coordinación ficios de la sindicalización).
265

El papel de las regulaciones e instituciones en el desempeño de los mercados laborales

Cuadro apéndice 7.1 Efectos económicos de leyes y regulaciones laborales: países latinoamericanos
y desarrollados, 1995–2001

Crecimiento
Porcentaje de de la Crecimiento Porcentaje de
trabajadores productividad del PIB real desempleados

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Tasa de Tasa de Crecimiento por cuenta total de los por por más de
Variable dependiente empleo desempleo del empleoa propia factoresb trabajadorb un año

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Condiciones de trabajo –7,24 3,12 –2,53 12,67 0,38 1,35 31,83
t-estadístico (1,27) (0,67) (1,21) (2,40)** (0,27) (0,89) (1,64)
Número de observaciones 54 39 40 33 64 83 38
R2 0,11 0,13 0,13 0,75 0,05 0,03 0,11

Seguridad social –3,61 1,02 –1,77 –0,87 –0,71 –0,30


t-estadístico (1,62) (0,71) (2,31)** (0,29) (1,66) (0,71)
Número de observaciones 54 39 40 33 64 83
R2 0,12 0,13 0,21 0,7 0,09 0,02

Contribuciones a la seguridad social –12,48 3,86 –3,16 –0,08 0,61 1,64 73,04
(porcentaje del salario)
t-estadístico (1,97) (0,93) (2,14)** (0,01) (0,33) (0,79) (4,51)***
Número de observaciones 42 36 32 38 40 42 40
R2 0,18 0,12 0,29 0,7 0,23 0,17 0,39

Protección del empleo 0,60 –0,64 1,67 0,77 –0,30 0,49 –3,45
(medida Djankov)
t-estadístico (0,10) (0,18) (0,80) (0,16) (0,23) (0,35) (0,20)
Número de observaciones 54 39 40 33 64 83 38
R2 0,08 0,12 0,11 0,7 0,05 0,02 0,05

Protección del empleo –1,38 –0,97 0,32 –0,36 0,05 0,17 –0,15
(medida Heckman y Pagés)
t-estadístico (1,37) (1,52) (1,08) (0,36) (0,16) (0,67) (0,47)
Número de observaciones 42 37 32 38 40 41 42
R2 0,21 0,17 0,24 0,71 0,19 0,34 0,12

** Significativo al 5%.
*** Significativo al 1%.
a Número de empleados, 1990–2001.

b 1995–99.

Nota: El PIB per cápita en dólares estadounidenses se usa como control en todas las regresiones. La constante es también estimada, aunque no se reporta.
Fuente: Los datos sobre trabajo por cuenta propia están basados en Blanchard (2002) y encuestas de hogares del BID. Los datos sobre la seguridad social están
basados en Djankov et al. (2003). Los datos sobre las contribuciones a la seguridad social como porcentaje del salario se basan en Heckman y Pagés (de próxima
publicación). Las medidas de protección del empleo se basan en Djankov et al. (2003) y Heckman y Pagés (de próxima publicación).
266

Capítulo 7

APÉNDICE 7.2. y haciendo uso del hecho de que en una


LA VELOCIDAD DEL AJUSTE regresión no reportada el coeficiente obtenido para
Y LAS INSTITUCIONES este parámetro es igual a 0,3.
DEL MERCADO LABORAL Para computar los datos del producto nominal
y el empleo de la ecuación [1] se utilizan datos de
En este apéndice se resume el trabajo reciente de la base de datos sobre estadísticas industriales de la

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Caballero y Engel (2003) en el que se analiza la ONUDI. Dicha base de datos contiene información

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


relación entre la velocidad a la cual las empresas correspondiente al período 1963-2000 para los 28
ajustan el empleo ante las variaciones en el entor- sectores manufactureros del código de tres dígitos
no económico y las instituciones del mercado de la ISIC (revisión 2). El análisis se centra en 51
laboral. países (OCDE y América Latina) durante el perío-
El primer paso es computar una medida de la do 1980-2000 para los cuales se cuenta con infor-
velocidad del ajuste (λ). Para ello se utiliza la mación sobre seguridad del empleo en Djankov et
siguiente expresión: al. (2003) y Heckman y Pagés (de próxima publica-
ción).
[1] Δl jit = λ ( l *jit − l jit −1 ) = λ ( l *jit − l jit − Δl jit ) El cuadro de este apéndice presenta los resul-
tados de estimar la ecuación [1]. En la columna 1
donde l y l* representan el nivel observado y figuran los resultados sin incluir el término de inter-
deseado de empleo (en logaritmos) para el sector i acción (Brecha * Protección del empleo). Como era
en el país j y el período t. Para estimar la brecha de esperarse, el coeficiente estimado de brecha es
entre el nivel corriente y deseado de empleo: bre- positivo y significativamente diferente de cero a
cha = (l*jit - ljit-1), se supone que los salarios serían niveles convencionales de confianza: las variaciones
iguales a la productividad marginal nominal de la en el empleo son proporcionales a la brecha entre
mano de obra en ausencia de costos de ajuste. Des- salarios y el producto marginal del trabajo. Las esti-
pués de algunos cálculos algebraicos se obtiene la maciones puntuales del coeficiente λ sugieren que,
siguiente expresión: en promedio, las empresas cierran el 75% de la bre-
cha entre los niveles corriente y deseado de mano
nmpl jit − w j.t − φ jit
[2] l *jit − l jit = Ω de obra.
1 − αγ i La columna 2 incluye una interacción entre la
brecha computada y el índice de protección
donde nmpl es la productividad marginal del empleo de Djankov et al. (un valor más alto
nominal de la mano de obra (en logaritmos), w implica mayor protección en el empleo). El coefi-
representa los salarios (también en logaritmos). ciente estimado de interacción (Brecha * Protección
Para evitar el uso de salarios, estos se sustituyen del empleo) es positivo y (marginalmente) significa-
por el promedio simple de nmpl por país y año. El tivo, contrariamente al efecto esperado de la protec-
denominador es uno menos la participación de la ción del empleo sobre los costos del ajuste. Una
mano de obra y φ es una variable que explica las posible explicación para este hallazgo es la variación
diferentes composiciones de trabajadores entre entre países en el grado de aplicación de las regula-
industrias en diferentes países.1 Este parámetro se ciones del mercado laboral.
estima como el promedio simple en t-2 y t-1 de la Para verificar esta hipótesis, la columna 3
diferencia entre nmpl y w. Por último, Ω es un incluye un término de interacción adicional en la
parámetro relacionado con la sustitución entre especificación (Brecha * Protección del empleo *
horas y empleo. Dicho parámetro se estima refor- Imperio de la ley). Como es de esperarse, el coefi-
mulando la expresión [2] como: ciente estimado de esta triple interacción es nega-
tivo y estadísticamente significativo. En los países
Δnmpl jit − Δw j.t
[3] Δl jit = −Ω + Δl * jit en que la protección del empleo y el imperio de la
1 − αγ i ley son mayores, la velocidad del ajuste es menor.
267

El papel de las regulaciones e instituciones en el desempeño de los mercados laborales

Velocidad de ajuste y regulaciones en el mercado de trabajo

(1) (2) (3) (4) (5) (6) (7) (8) (9)


dl dl dl dl dl dl dl dl dl

Brecha 0,754 0,752 0,771 0,841 0,697

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


(0,011)*** (0,019)*** (0,018)*** (0,048)*** (0,019)***
Brecha * Protec. empleo D 0,007 –0,086 –0,090 –0,142 –0,152 0,197

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


(Djankov et al.) (0,045) (0,050)* (0,050)* (0,051)***(0,051)*** (0,055)***
Brecha * Imp. ley 0,040 0,041 0,052 –0,001
(0,016)** (0,015)*** (0,017)*** (0,021)
Brecha * Protec. empleo D * Imp. ley –0,129 –0,130 –0,112
(0,041)*** (0,040)*** (0,041)***
Brecha * Protec. empleo H –0,032 –0,032
(Heckman) (0,009)*** (0,009)***
Brecha * Protec. empleo H * Imp. ley 0,001
(0,008)
Brecha * Ingresos medianos/altos 0,085 0,080 0,095 0,096 0,096
(0,016)*** (0,017)*** (0,025)*** (0,025)*** (0,033)***
Brecha * Ingresos medianos –0,001 0,007 0,007 0,013 0,013
(0,001) (0,004)* (0,004)* (0,005)*** (0,005)***
Brecha * Ingresos bajos 0,179 0,179 0,203 0,152 0,155
(0,024)*** (0,024)*** (0,032)*** (0,041)*** (0,060)***

No de observaciones 20.332 20.332 20.332 20.332 20.332 20.332 20.332 10.676 10.676
R2 0,71 0,71 0,72 0,72 0,72 0,72 0,72 0,73 0,73
Brecha * ISIC dummies No No No Sí No Sí Sí Sí Sí

* Significativo al 10%.
** Significativo al 5%.
*** Significativo al 1%.
Nota: La variable dependiente es el cambio en el empleo. Los valores más altos de la brecha reflejan menor velocidad. Cada regresión tiene un efecto fijo por país
y por año. Los errores estándar robustos están entre paréntesis. Omega = 0,3. La medida de protección del empleo proviene de Djankov et al. (2003). La medida
de Heckman, de Heckman y Pagés (de próxima publicación).

El efecto de los coeficientes estimados de la veloci- dad del ajuste de diferentes sectores (columna 4);
dad del ajuste es grande. Pasar del 20% inferior de de las interacciones de las variables ficticias del
protección del empleo al 20% superior reduce la nivel del ingreso con las interacciones de la brecha
velocidad del ajuste de alrededor de 0,6 a menos de (columnas 5 a 7), y de medidas alternativas de
0,1 con un alto imperio de la ley. La misma varia- seguridad del empleo (columna 8).
ción tiene un efecto menor en los países en que el
imperio de la ley es débil: de 0,6 a 0,4.
Los resultados anteriores son robustos a la 1 La participación de la mano de obra es igual a la elasticidad tra-

bajo-producto dividida por el margen de ganancias. Se supone que


adición de interacciones entre brecha y sector para este coeficiente es igual entre países pero varía en los distintos sec-
neutralizar el efecto de las diferencias en la veloci- tores.
This page intentionally left blank

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub
Capítulo
8

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.
Una nueva agenda
de política laboral

En los intercambios diarios el mercado laboral laborales aplicadas. En los capítulos precedentes se
desempeña dos funciones paralelas: asignación de ha examinado en profundidad cómo el desempeño
recursos y asignación de ingresos. Este mercado se del mercado laboral se ha visto afectado por las ten-
ve afectado por todo tipo de políticas, y el desem- dencias demográficas (capítulo 3), las políticas
peño del mismo afecta a su vez los resultados en macroeconómicas (capítulo 4), las reformas estruc-
otros ámbitos de política. El crecimiento es una turales de los años noventa (capítulo 5) y el cambio
fuerza fundamental que incide sobre el funciona- tecnológico (o su falta) (capítulo 6). En el capítulo 7
miento del mercado laboral; después de todo, la se estudia el impacto de la regulación y las institu-
demanda de mano de obra deriva de la demanda de ciones laborales sobre ese desempeño. El presente
bienes y servicios que esa mano de obra produce. capítulo retoma el análisis efectuado en el capítulo
La combinación y orientación de los instru- 2 sobre la reubicación de empleos y trabajadores,
mentos de política utilizados en América Latina concentrándose en el conjunto de políticas que
para afectar los resultados del mercado laboral no deben aplicarse para facilitar la tarea de asignar
han sido estáticas. En los años setenta y principios recursos e ingresos entre trabajadores y empresas.
de los ochenta, la política fiscal –en particular, la Dichas políticas se aplicarán en un entorno
inversión en grandes proyectos públicos– fue el macroeconómico volátil. Si bien las políticas mone-
principal instrumento para luchar contra el desem- tarias y fiscales ya no constituyen en la misma
pleo. En los años ochenta, de elevada inflación, se medida una fuente de inestabilidad –en los años
recurrió a políticas de indexación salarial y modes- noventa han mostrado una volatilidad sustancial-
tos programas focalizados de empleo para atenuar mente menor que en las décadas anteriores–, sub-
el impacto del bajo crecimiento sobre el mercado sisten otras fuentes de volatilidad. En la primera
laboral. Durante los años noventa, cuando las limi- sección de este capítulo se analizan brevemente
taciones financieras impidieron la utilización de la algunas de las políticas que pueden aplicarse para
política fiscal, pasó a prestarse atención a la refor- reducir la volatilidad disminuyendo la exposición a
ma de las regulaciones laborales que incrementa- los shocks externos y mejorando el conjunto de
ban el costo de la mano de obra de las empresas. políticas internas con las que los países pueden
A pesar de esta diversidad de políticas, los hacer frente a esos shocks. El punto principal es
resultados en materia de mercados laborales no han que muchas de esas políticas macroeconómicas
sido satisfactorios en la región. Estos resultados no involucran cambios estructurales que, como tales,
son solamente una consecuencia de las políticas es improbable que tengan efectos inmediatos sobre
270

Capítulo 8

la inestabilidad. Además, las menores tasas de ese incumplimiento de las regulaciones y debe ser
inflación observadas en muchas economías de la tomado con más seriedad. Una condición necesaria
región pueden estar conduciendo a una mayor rigi- para lograr una política laboral efectiva es revertir
dez de los salarios reales (como se señala en el la degradación de la última década en la función de
capítulo 4) y en consecuencia profundizando el regulación y aplicación de las leyes. Como se seña-
efecto que en materia de desempleo tiene el ajuste la en el capítulo 7, las regulaciones pueden y deben

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


frente a los shocks externos. Por lo tanto, en esta cambiarse.

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


sección también se exploran algunas innovaciones El desplazamiento de las políticas laborales
en materia de política laboral, que pueden contri- hacia un papel facilitador implica transformaciones
buir a minimizar los efectos negativos de este institucionales de gran alcance. Los países de la
entorno macroeconómico inestable sobre los resul- región gastan un 0,5% del producto interno bruto
tados del mercado laboral. (PIB) en políticas de apoyo a los ingresos que ope-
Como se explica en el capítulo 2 al estudiar la ran a través del mercado laboral; los países de la
dinámica de los empleos y los trabajadores, en el OCDE invierten por lo menos el doble (Verdera,
mercado laboral la mayor parte de la acción se pro- 1998; OCDE, 1998). En vista del reducido volumen
duce en relación con los flujos de creación y des- de recursos disponible en América Latina, resulta
trucción de empleos, y es en este nivel donde crucial el desarrollo de nuevas asociaciones entre
deben actuar las políticas laborales. Tales flujos los sectores público y privado para el diseño y la
involucran un número muchísimo mayor de traba- implementación de las políticas laborales.
jadores que aquellos que están desempleados; en ¿Qué incluiría este nuevo enfoque? La visión
general, la reubicación comprende una cuarta que surge del análisis contenido en este volumen
parte del número total de empleos en cada período, es una compleja red de instituciones públicas y pri-
cifra muy superior a la tasa promedio de desem- vadas que cumplen cuatro funciones específicas: 1)
pleo del 10% que suele observarse en la región. Y aumentar la eficiencia del emparejamiento entre
lo que es más notable aún, el proceso normal de puestos de trabajo y trabajadores; 2) asegurar ade-
reasignación supera notablemente el efecto que las cuadamente a los trabajadores frente al riesgo de
crisis macroeconómicas y financieras tienen sobre desempleo; 3) expandir las oportunidades de los
la reubicación de empleos y trabajadores (véase el trabajadores incrementando sus aptitudes, y 4)
capítulo 2). garantizar el cumplimiento de las regulaciones. A
El principal mensaje normativo de este capí- excepción de la segunda, se trata de funciones
tulo es que las políticas laborales deben apartarse estructurales. Es decir, involucran gastos y ofrecen
de la filosofía de “proteger al trabajador del poder servicios permanentes e independientes de los
de los empleadores” que con frecuencia ha inspira- ciclos económicos. Por su propio diseño, la función
do el diseño institucional de estas políticas en la de asegurar a los trabajadores es altamente contra-
región. Las políticas deben ampliar las oportunida- cíclica, y en consecuencia debe ajustarse en fun-
des de los trabajadores y facilitar la tarea del mer- ción del ciclo. Sin embargo, como los servicios
cado laboral de asignar recursos e ingresos entre incluyen referencias cruzadas entre los subsiste-
trabajadores y empresas. mas de respaldo a los ingresos, capacitación e inter-
Ello no implica que no se asigne importancia mediación, el sistema debe mostrar en su totalidad
a los derechos de los trabajadores (individuales y un comportamiento contracíclico.
colectivos, consagrados en las convenciones sobre Sin embargo, el comportamiento de las políti-
normas laborales básicas y en los códigos naciona- cas fiscales y sociales obstaculiza la función de
les de trabajo). De hecho, en la práctica el statu quo seguro que, por definición, implica la transferencia
de la implementación y la aplicación ignora las nor- de ingresos entre períodos buenos y malos. La últi-
mas laborales básicas, recurriendo a la justificación ma sección de este capítulo está dedicada a abordar
de que "es mejor no aplicar malas regulaciones". El los posibles mecanismos para superar las limitacio-
imperio de la ley es un activo social depreciado por nes macroeconómicas y políticas que generan este
271

Una nueva agenda de política laboral

comportamiento procíclico. En el largo plazo, los Gráfico 8.1 Volatilidad de los precios de los principales
países latinoamericanos probablemente sacarían productos de exportación
provecho de un Estado de bienestar más desarro-
llado a través de una mayor estabilidad macroeco- África Subsahariana

nómica y de menores riesgos para la población Medio Oriente y Norte de África


frente a shocks inesperados. Sin embargo, es indis-

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


América Latina y el Caribe
pensable incorporar las lecciones aprendidas y no

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


incurrir en los errores de aquellos países que se ini- Asia del Este y Pacífico

ciaron en este camino primero. Europa y Asia Central

América del Norte

LA VOLATILIDAD MACROECONÓMICA Asia del Sur

0 10 20 30 40 50 60

Una de las principales comprobaciones del capítu- Desviación estándar

lo 4 es que, comparados con los países desarrolla- Años noventa Años ochenta

dos, cuando los países latinoamericanos enfrentan Nota: La volatilidad se calcula como la desviación estándar del índice anual de precios
de las exportaciones por década. Los principales productos exportados son los de 5
un shock que afecta negativamente la demanda (3 dígitos, rev2) SITC que conforman las participaciones más altas en las
agregada, tienden a ajustarse más a través de los exportaciones de cada región.
Fuente: Cálculos del BID basados en World Integrated Trade Solution, base de datos
salarios reales y menos a través del empleo. Al del Banco Mundial.
mismo tiempo, la menor inflación puede haber dis-
minuido la flexibilidad de los salarios reales, incre-
mentando el costo de las recesiones en términos de
desempleo. La primera línea de defensa frente a privado. En el recuadro 8.1 se analizan los efectos
esta vulnerabilidad es reducir la exposición a los de estas políticas en Chile.
shocks externos y su impacto sobre la economía
nacional. Como estas políticas son estructurales y Reducción de la exposición
en consecuencia es improbable que tengan un a los shocks externos
efecto a corto plazo, es preciso adoptar otro con-
junto de políticas para enfrentar otras fuentes de Si bien la volatilidad de los términos de intercam-
rigideces que derivan del costo de las renegociacio- bio ha disminuido en las últimas dos décadas
nes laborales y de la consideración de los contratos en América Latina, continúa siendo considerable-
laborales como instrumento de seguro. mente mayor que la de Asia del Este y los países
Además de las rigideces nominales que pro- desarrollados (véase el capítulo 4).1 Por lo menos
vienen de la estructura de los contratos laborales, en parte, esta elevada volatilidad de los términos de
los salarios fijados por los gobiernos –salarios míni- intercambio es el resultado de la baja diversifica-
mos o del sector público– también pueden influir ción de las exportaciones y de una elevada partici-
sobre la rigidez salarial. Ambos tienen un efecto pación de bienes con una volatilidad de precios
directo sobre aquellos trabajadores que perciben superior al promedio en las exportaciones totales
salarios fijos, y también pueden tener un impacto (véase el gráfico 8.1). Si bien la diversificación de
indirecto sobre el resto de la economía, al afectar el exportaciones en la región ha aumentado en la últi-
costo de oportunidad de los trabajadores del sector ma década (véase el gráfico 8.2), un mayor progre-
privado. El efecto del salario mínimo sobre la rigi-
dez salarial dependerá del nivel de cumplimiento y
de que constituya una restricción obligatoria. El
efecto de los salarios del sector público dependerá 1 Según los datos del Banco Mundial sobre los términos de inter-
del tamaño relativo de este y del grado de movili- cambio (diversos años), en los años noventa la varianza de estos
términos fue significativamente inferior a la de los años setenta, a
dad de los trabajadores entre los sectores público y niveles convencionales de confianza.
272

Capítulo 8

Recuadro 8.1 Salarios determinados en forma administrativa y rigidez salarial en Chile

Un estudio reciente de Cowan et al. (2003) evalúa el jo el ritmo de crecimiento y repuntó el desempleo. Los sala-
impacto del salario mínimo y los salarios del sector públi- rios del sector público también crecieron significativamen-

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


co sobre los salarios del sector privado durante las dos últi- te en este período, en la práctica más que los salarios del

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


mas décadas en Chile. El gráfico que sigue traza el sector privado. En los trimestres iniciales de la desacelera-
comportamiento de un índice de los salarios nominales en ción (a partir del tercer trimestre de 1998) los salarios rea-
el sector privado, un índice de los salarios en el sector les superaron la productividad promedio, y ni el salario
social y de servicios comunitarios (sustitutivo de los sala- mínimo ni los salarios del sector público disminuyeron des-
rios del sector público) y el producto promedio por traba- pués de la desaceleración económica.
jador en la economía. El primer hecho que se destaca es ¿Influyó la elevada tasa de crecimiento de los sala-
la elevada tasa de crecimiento de los salarios mínimos, en rios mínimo y del sector público sobre la rigidez a la baja
particular durante el período 1997-2000, cuando se redu- de los salarios del sector privado en Chile? Para respon-
der a esta pregunta, los autores realizaron dos ejercicios.
En primer lugar, utilizaron datos de encuestas de hogares
para evaluar el impacto del salario mínimo sobre la distri-
Salarios nominales en Chile, 1996-2002 bución de los salarios y observaron que un número sus-
(Indice, 1996=1) tancial de trabajadores (6%) se vio directamente afectado
por el aumento del salario mínimo durante 1997-2002. En
1,8
segundo lugar, estimaron el impacto de los salarios míni-
1,7 mo y del sector público sobre los salarios del sector priva-
1,6 do utilizando datos mensuales correspondientes al período
1,5 1986-2002, y encontraron una correlación positiva y sig-
1,4
nificativa entre el primero y los últimos. Sin embargo, las
estimaciones de los parámetros y la oportunidad de los
1,3
efectos sugieren que en Chile el salario mínimo sólo tiene
1,2
un impacto directo y no un efecto más significativo que el
1,1 salario mínimo sobre los ingresos de los trabajadores.
1,0 Además, si se permite que el efecto de los salarios míni-
0,9 mos varíe en los distintos períodos (1986-97 y 1998-
2000) sólo el coeficiente estimado para el segundo
1996 I

1997 I

1998 I

1999 I

2000 I

2001 I

2002 I

período es significativo, lo que sugiere que el salario míni-


Salarios del sector público Salario mínimo mo sólo se convierte en una restricción obligatoria en el
Salarios del sector privado Producto por trabajador período de bajo crecimiento. Los autores también obtienen
una correlación positiva entre los salarios de los sectores
Nota: Basado en Cowan et al. (2003, gráfico 5.3). privado y público, aunque este coeficiente no es significa-
Fuente: Instituto Chileno Nacional de Estadística y Banco Central de Chile. tivamente superior a cero a niveles convencionales de con-
fianza.

so en este aspecto constituye una condición nece- reversiones repentinas de la afluencia de capitales
saria para reducir la exposición a grandes fluctua- –o frenazos– tienen un importante costo en térmi-
ciones de la demanda externa. nos de producto y empleo. Existe un difundido con-
Además de la exposición a grandes fluctuacio- senso sobre una serie de políticas “estructurales” a
nes de la demanda externa, la debilidad de los mediano plazo destinadas a mejorar los vínculos
vínculos internacionales limita la capacidad de los financieros externos. Tales políticas incluyen nor-
países de la región para acomodar estos shocks mas de transparencia y rendición de cuentas, una
temporarios de demanda. Dicha debilidad se refle-
ja en la elevada volatilidad de los flujos de capitales
a la región.2 En efecto, con frecuencia los flujos de 2El cuadro 4.1 documenta la volatilidad de los flujos de capital en
capital constituyen en sí mismos un shock. Las diferentes regiones durante las últimas tres décadas.
273

Una nueva agenda de política laboral

Gráfico 8.2 Concentración de las exportaciones creció del 15% al 20% durante los años noventa.3
(Índice de Hirsch-Herfindal 0-1)
En consecuencia, se requieren esfuerzos adiciona-
Venezuela les para incrementar la apertura comercial con el
Ecuador
Honduras fin de reducir el efecto de la volatilidad de los flu-
Paraguay
Panamá jos de capital sobre el producto y el empleo.
Chile Los mercados financieros internos desempe-

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


El Salvador
Costa Rica ñan un papel clave en la intermediación de fondos

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Nicaragua
Colombia para la inversión, y en consecuencia cumplen una
Perú
Bolivia importante función estimulando el crecimiento y
Guatemala
Uruguay la productividad a largo plazo. También desempe-
México
Argentina
ñan un rol fundamental intermediando la liquidez,
Brasil que reviste particular importancia cuando el acce-
0,00 0,05 0,10 0,15 0,20 0,25 0,30 0,35 0,40 0,45
so de un país a los mercados internacionales de
Años noventa Años ochenta capital se ve temporalmente limitado. Por lo tanto,
Nota: El índice Hirsch-Herfindal se calcula sobre las exportaciones de 3 dígitos el desarrollo del mercado financiero interno puede
(rev2) SITC. La muestra se determina por disponibilidad de datos.
Fuente: Cálculos del BID basados en World Integrated Trade Solution, base de datos ayudar a reducir el impacto que tienen sobre el
del Banco Mundial. producto los shocks temporarios que afectan la
demanda externa.4 Además, al fijar correctamente
el precio del acceso a los mercados internacionales
de capital, el desarrollo financiero interno también
adecuada supervisión del sector bancario y otros puede reducir la exposición a la volatilidad de los
intermediarios financieros, medidas todas ellas flujos de capital (Caballero y Krishnamurty, 2001).
destinadas a mejorar el entorno contractual y la Por último, también es probable que las condicio-
calidad de la gestión empresarial. Además de las nes clave identificadas para el desarrollo de los
mencionadas políticas internas, se ha planteado un mercados financieros internos (incluso la adecuada
creciente debate sobre la importancia de los “meca- regulación y supervisión y la protección de los
nismos internacionales de seguro” para reducir la inversionistas) tengan un efecto directo sobre los
volatilidad de los flujos de capital. Estas propuestas vínculos internacionales.
abarcan desde la deuda contingente del Estado El papel del tipo de cambio nominal en el
(véase Borensztein y Mauro, 2002) y las líneas de ajuste de los precios relativos (el tipo de cambio
crédito contingente (Caballero y Panageas, 2003) real) ante los shocks externos se relaciona directa-
hasta la privatización de empresas de propiedad mente con la flexibilidad salarial y en consecuencia
estatal (BID, 1995). con las políticas del mercado laboral. En un régi-
men de tipo de cambio fijo, los ajustes del tipo de
Reducción del impacto de los shocks cambio real deben producirse a través de variacio-
nes en los precios internos y el nivel de los salarios.
Como sostienen Calvo, Izquierdo y Talvi (2002), la Los shocks que requieren una depreciación real
mayor apertura comercial reducirá el costo de una –como los experimentados por Argentina después
reversión de la afluencia de capitales al limitar la de la devaluación brasileña– demandan una dismi-
magnitud del ajuste del tipo de cambio real reque- nución del nivel de precios internos en relación
rido para enfrentar un determinado shock. La aper-
tura comercial se ha incrementado en la región (de
cerca del 22% del PIB a mediados de los años seten- 3 Los datos sobre flujos comerciales y de capital están tomados de
ta a más del 30% a fines de los años noventa). No BID (2002).
obstante, esta expansión ha sido inferior al creci- 4 Beck, Lundberg y Majnoni (2001) proporcionan alguna evidencia
miento de la afluencia de capitales. En efecto, la de que el desarrollo de los intermediarios financieros reduce el
impacto macroeconómico de la volatilidad de los términos de inter-
razón déficit en cuenta corriente/exportaciones cambio.
274

Capítulo 8

con los socios comerciales para restablecer el tipo Gray (1978) proporciona un marco útil para
de cambio real de equilibrio. Si los salarios y los examinar los determinantes de la duración de los
precios son rígidos, el ajuste será lento y costoso en contratos laborales en el contexto de shocks reales
términos de producto y empleo. En un régimen flo- y monetarios. La autora sostiene que las empresas
tante, por el contrario, el desajuste del tipo de cam- eligen la duración óptima de los contratos teniendo
bio real puede corregirse rápidamente a través de en cuenta el costo de renegociar cada contrato y el

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


una variación en el tipo de cambio nominal.5 costo previsto de contar con un salario que puede

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Una serie de estudios recientes –inspirados ya no ser el deseado si las condiciones de la deman-
en las crisis de los mercados emergentes de fines da o el costo varían durante la vigencia del contra-
de los años noventa– ponen en tela de juicio el to. Por lo tanto, si aumenta la incertidumbre acerca
supuesto central de que la depreciación del tipo de de las condiciones de la demanda futura, se nego-
cambio tiene un efecto expansionista sobre la ciarán contratos de menor duración. El mayor
macroeconomía.6 Estos estudios indican que la costo de renegociación tendrá el efecto opuesto:
depreciación no solamente tiene el habitual efecto incrementar la duración de los contratos e introdu-
positivo sobre la demanda agregada, sino que tam- cir una mayor rigidez nominal. Una primera impli-
bién deteriora el patrimonio neto al inflar el valor cación es que países con mayores costos de
de la deuda en moneda nacional. Una mayor deuda negociación tenderán a tener contractos más lar-
conduce a un incremento en el costo del financia- gos. El mismo efecto tendrá la reducción de la vola-
miento externo y, ceteris paribus, a una reducción tilidad de la demanda o la productividad.7 Siendo
en la inversión. así, debería esperarse que en América Latina los
El análisis de la política cambiaria óptima contratos fueran cada vez de mayor duración a
para los mercados emergentes debe considerar medida que se reduce la volatilidad.
tanto el grado de rigidez de los salarios y los precios La indexación (contratos con salarios depen-
como los efectos de balance producidos por la dola- dientes de la inflación) aumenta el costo previsto
rización de los pasivos. Por una parte, la flexibilidad de un contrato salarial de larga duración si los
cambiaria reduce la rigidez de los salarios reales
ante la presencia de contratos rígidos en precios y
salarios nominales. Por otra parte, si los contratos
5 Perry y Servén (2003) encuentran que el impacto de un shock que
financieros están indexados en función del tipo de
afecta los términos de intercambio sobre el producto es significati-
cambio nominal, el efecto estabilizador de la flexi- vamente menor en aquellos países con regímenes cambiarios flo-
bilidad de los salarios reales debe ponderarse en tantes, lo cual sugiere que existe una difundida rigidez de los
precios nominales, y que en consecuencia la flexibilidad del tipo de
función del impacto (potencialmente) desestabili- cambio nominal puede reducir el costo de los shocks externos en
materia de producto incrementando la flexibilidad del tipo de cam-
zador que el tipo de cambio puede tener sobre los bio real. Este resultado amplía las investigaciones realizadas ante-
balances. riormente por Broda (2001).
6 Una primera parte de la literatura explora las implicaciones de los

descalces cambiarios. Krugman (1999a, 1999b) y Aghion, Bac-


Contratos y renegociaciones chetta y Banerjee (2001) suponen que el efecto de balance es lo
suficientemente grande como para dominar el impacto expansionis-
ta. Esta relación fuertemente negativa entre la inversión y la depre-
Como se señala en el capítulo 4, la respuesta del ciación puede dar lugar a múltiples equilibrios, y por ende a la
mercado laboral frente a los shocks agregados posibilidad de una crisis cambiaria impulsada por las expectativas.
El efecto potencialmente desestabilizador de una devaluación en
depende en gran medida del grado de flexibilidad presencia de una deuda en dólares también se analiza en Céspe-
del salario real. A su vez, esta flexibilidad depende- des, Chang y Velasco (2000), aunque estos autores enfatizan que
dicha deuda no conduce necesariamente a una “ruina macroeco-
rá de la duración de los contratos y de los mecanis- nómica”. Véase una revisión reciente de esta literatura en Cowan y
mos de indexación incluidos en ellos. Teniendo Do (2003).
7 Gray y Kandil (1991) y Kandil (2000) encuentran evidencia de este
esto en cuenta, el análisis se desplaza hacia algunos
hecho utilizando datos sobre el salario agregado en un grupo de
posibles determinantes de la estructura de los con- economías desarrolladas. Los autores observan especialmente que la
respuesta de los salarios nominales a los shocks agregados es menor
tratos y las implicaciones de las políticas del mer- en economías con menor incertidumbre, lo que según ellos es con-
cado laboral sobre esta estructura. gruente con contratos más prolongados en salarios nominales.
275

Una nueva agenda de política laboral

shocks son reales, pero disminuye el costo si los flictos laborales. En términos más generales, la
shocks son monetarios (Fischer, 1977; Gray, 1978). legislación que aumente la cantidad y la confiabili-
Esto tiene sentido desde el punto de visto intuitivo: dad de la información contable de las empresas
si se expande la oferta monetaria, elevando inespe- tendría una serie de beneficios, además de reducir
radamente los precios, los salarios indexados se los conflictos mencionados. Sin embargo, esta polí-
ajustarán en consecuencia, sin modificar el pro- tica no siempre es posible, ya que muchas empre-

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


ducto ni el empleo. Por otra parte, en el caso de un sas no están obligadas a mantener información

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


shock real, la indexación limitará la velocidad del contable, y menos aún a publicarla. En estos casos,
ajuste del salario real, aumentando el efecto de probablemente las normas de negociación sean
shocks reales sobre el desempleo. Si no existen res- más importantes que las disposiciones que afectan
tricciones legales, el grado de indexación de los la divulgación de información.10
contratos dependerá en consecuencia de la volatili- La disponibilidad de información también
dad percibida de los shocks monetarios y reales. La constituye un componente clave de las propuestas
indexación aumentará si la volatilidad de los shocks que procuran incrementar la flexibilidad salarial
monetarios se incrementa en relación con la vola- incorporando en la estructura salarial algún meca-
tilidad de los shocks reales.8 nismo que permita compartir las utilidades. Los
Puede sostenerse que la indexación salarial salarios con participación pueden asumir la forma
incrementa el costo de la desinflación al aumentar de participación en las utilidades, de una fracción
la persistencia de la inflación. No obstante, esto no de las acciones o de bonos de producción, en la
implica que la indexación deba restringirse o elimi- práctica cualquier mecanismo que vincule a los
narse. En términos de inercia inflacionaria, los salarios con los resultados de la empresa de acuer-
beneficios de restringirla deben ponderarse en fun- do con una norma previamente definida. Este tipo
ción del costo de apartar a los contratos del óptimo de contrato tiene potencialmente la ventaja agrega-
privado: limitar la indexación equivale a (1) acortar da de incrementar la productividad de los trabaja-
la duración de los contratos laborales, lo que con- dores. (Véase en Bravo, Larrañaga y Ramos [2001]
ducirá a un mayor costo de negociación, y (2)
incrementar el efecto de los shocks monetarios
sobre el producto y el empleo.
8 Estrictamente, con frecuencia la indexación es imperfecta porque
Los contratos salariales también serán más
se basa en valores desfasados del crecimiento del índice de precios
cortos, y la rigidez nominal menor, si las regulacio- al consumidor. Jadresic (1997, 1998) analiza las implicaciones de
nes del mercado laboral reducen la probabilidad o esta indexación desfasada sobre la volatilidad del producto en el
contexto de una pequeña economía abierta.
la duración de las huelgas, uno de los principales 9 Otras explicaciones alternativas de las huelgas son las negocia-
componentes del costo de negociación. Si bien se ciones defectuosas (Hicks, 1932) o los incentivos de los dirigentes
han propuesto varias explicaciones para la activi- sindicales (Ashenfelder y Johnson 1969).
10 Por falta de datos, en los mercados emergentes existe escasa evi-
dad huelguística, todas ellas recurren a alguna
dencia empírica acerca del impacto que la legislación sobre nego-
forma de información imperfecta.9 De hecho, en ciaciones laborales ejerce sobre los resultados en materia de
general se aduce que dado que los miembros de los huelgas. Crampton, Gunderson y Tracy (1999) presentan datos
empíricos recientes correspondientes a una economía desarrollada.
sindicatos no conocen la rentabilidad de las empre- Utilizando información sobre huelgas que aprovechan variaciones
en los códigos laborales vigentes en las distintas provincias cana-
sas, la huelga se considera entonces un instrumen- dienses, los autores encuentran que las políticas de negociación han
to exploratorio que permite a los trabajadores tenido un efecto sustancial sobre la incidencia de las huelgas, su
duración y sus resultados en materia de salarios. Las políticas de
obtener mayores salarios de empleadores más ren- conciliación han resultado en gran medida ineficaces para reducir
tables. Una compañía con mayores ganancias pre- el costo de las huelgas, pero en general las disposiciones sobre
renegociación de contratos han resultado beneficiosas tanto para
ferirá negociar un salario más alto sin una huelga, los sindicatos como para los empleadores al reducir los costos de
mientras que una firma con rendimientos bajos negociación sin afectar sistemáticamente los convenios colectivos. La
legislación que prohíbe la contratación de trabajadores de reem-
estaría dispuesta a soportar una huelga. Por lo plazo conduce a un mayor costo de negociación, al incrementar
tanto, las políticas que afectan la divulgación de tanto la frecuencia como la duración de las huelgas. Además, la
prohibición del reemplazo también se traduce en acuerdos salaria-
información influirían en la probabilidad de con- les significativamente más altos.
276

Capítulo 8

un análisis de este tipo de salarios y su impacto EMPAREJAMIENTO DE EMPLEOS


sobre la volatilidad y la productividad). Y TRABAJADORES
¿Por qué estos contratos no se utilizan más
extensamente en América Latina, considerando El mercado laboral muestra persistentes brechas y
especialmente la elevada volatilidad macroeconó- desfases entre la demanda de trabajadores por
mica en que funcionan los mercados laborales de la parte de los empleadores y la oferta de quienes bus-

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


región? Como ya se señaló, los requisitos de infor- can trabajo.11 En un mundo en el que cada año se

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


mación constituyen una explicación posible. La destruye o crea uno de cada cuatro empleos, tales
vinculación de los salarios a las utilidades o las ven- brechas y desfases tienen un costo económico sig-
tas requiere que las empresas produzcan informa- nificativo. Muchos factores las explican, entre ellos:
ción contable oportuna y creíble. Una segunda la limitada divulgación de información de oportu-
explicación se relaciona con la aversión al riesgo y nidades de empleo, los desajustes entre las aptitu-
el papel de los contratos del mercado laboral a largo des que tienen los trabajadores y las que necesitan
plazo en la provisión de seguro a los trabajadores. los empleadores, la deficiente capacidad de quie-
nes buscan trabajo para encontrar un empleo apro-
Los contratos laborales como seguro piado, y la discriminación.
Las políticas laborales pueden contribuir a
Ya sea porque las empresas disponen de un mayor mejorar la eficacia del proceso de emparejamiento
acceso a los mercados de capital o porque sus pro- entre empleos y trabajadores. Las políticas que
pietarios cuentan con una cartera de activos aumentan la eficiencia de las búsquedas de empleo
ampliamente diversificada, parece razonable pen- y reducen el costo de llenar vacantes contribuyen a
sar que aquellas muestran una menor aversión al incrementar el empleo, mientras que su impacto
riesgo que los trabajadores. Si este es el caso, directo sobre los salarios es ambiguo. Sin embargo,
empleadores y empleados se beneficiarán de un su efecto más importante es promover la producti-
contrato a largo plazo que aísle a estos últimos de vidad del emparejamiento de empleos y trabajado-
las fluctuaciones en las utilidades de la empresa, a res en el mercado laboral. Los servicios de
cambio de menores salarios promedio (Baily, 1974, intermediación laboral apuntan a mejorar la veloci-
y Azariadis, 1975). De hecho, Baily (1974) muestra dad y la calidad del emparejamiento entre los
que el contrato óptimo en este caso les garantizará empleos disponibles y quienes buscan trabajo. Así,
un salario constante dando lugar a contratos con tales servicios intermedian entre la oferta y la
remuneraciones fijas a largo plazo. demanda de mano de obra. Sus principales clientes
Por último, debe señalarse que todos los argu- son los trabajadores desempleados o subempleados
mentos y políticas analizados en esta sección se y las empresas que buscan nuevos trabajadores.
basan en la existencia de contratos de trabajo a La mayor velocidad, la mejor calidad y el
largo plazo, y en consecuencia están estrechamen- menor costo de dicho emparejamiento presentan
te relacionados con la existencia de contratos de muchas ventajas. Una mejor calidad significa que
empleo regulados y registrados. Cualquier prome- los trabajadores se adaptarían mejor a los empleos,
sa a largo plazo no tendrá sentido si los trabajado- serían más productivos y probablemente permane-
res (o los empleadores) no pueden ponerla en cerían empleados durante más tiempo. La mayor
práctica en períodos posteriores cuando varían las velocidad y el menor costo reducirían las pérdidas
condiciones. A medida que los países se desplazan de producto de las empresas, incrementarían la
hacia un mayor cumplimiento de las leyes, deben productividad y disminuirían el tiempo dedicado a
por lo tanto estar conscientes de los posibles efec- funciones relacionadas con el personal. También
tos de una mayor formalidad sobre la flexibilidad
salarial.

11 Esta sección se basa en Mazza (1999).


277

Una nueva agenda de política laboral

aumentarían los ingresos de los trabajadores y cia a programas de microempresas). Por otra parte,
bajarían el costo social y familiar del desempleo y en vista del limitado tamaño y alcance de los servi-
el subempleo. Asimismo, el menor costo incre- cios de intermediación laboral que existen en la
mentaría el beneficio para la comunidad en gene- región, las reformas deberían comenzar por promo-
ral, en términos de una menor necesidad de ver un adecuado entorno regulatorio para los pro-
servicios sociales y un menor seguro de desempleo veedores privados y sin fines de lucro que facilitan

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


o pagos por concepto de servicios sociales, si el desarrollo de nuevas asociaciones entre los secto-

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


correspondiere. Al aumentar la transparencia de res público y privado.
los mecanismos de intercambio del mercado labo-
ral, los servicios de intermediación también contri- Los servicios de intermediación
buyen a reducir la discriminación. laboral
Estos servicios pueden desempeñar varias
funciones útiles, pero no pueden generar empleos. En todo el globo se observan nuevos esfuerzos de
Si un país enfrenta una verdadera crisis de desem- innovación y reforma para emparejar mejor los
pleo en condiciones de elevado desempleo estruc- empleos disponibles con quienes los buscan. En los
tural, en general resulta más productivo buscar –y países desarrollados los servicios públicos naciona-
en lo posible resolver– las rigideces salariales que les de empleo se crearon a fines del siglo XIX. En
obstaculizan la generación de empleos. El principal la actualidad muchos de ellos están reformulándo-
objetivo económico de la intermediación laboral no se y reformándose, mientras se expanden los servi-
es crear empleos, sino proveer información útil cios privados y se crean nuevas asociaciones entre
para vincular la oferta y la demanda, e incrementar ambos. En estas nuevas reformulaciones de los ser-
así la productividad y el bienestar social. Sin vicios de empleo, resulta más exacto denominar a
embargo, los servicios de intermediación pueden los nuevos sistemas “servicios de intermediación
también coordinarse con programas de apoyo de laboral”, ya que la gama de servicios que prestan se
ingresos u otras redes de protección social, con lo ha ampliado, incrementando la intermediación
cual cumplirían una función dentro de la red de entre trabajadores y empleos, y entre estos y los
protección. programas de educación y capacitación, el empleo
Estos servicios constituyen un importante ins- por cuenta propia y otros servicios sociales.
trumento de las políticas laborales. Varias evalua-
ciones realizadas en países de la OCDE señalan que Una gama más amplia de servicios
la asistencia en la búsqueda de empleos resulta
sumamente costo-efectiva para ayudar a los trabaja- Los servicios básicos de intermediación en el mer-
dores a encontrar nuevos empleos.12 Las nuevas cado laboral son la colocación o intermediación y la
evaluaciones de programas en México también búsqueda de empleos. Esta última comprende
muestran que algunas intervenciones de bajo costo medidas destinadas a ayudar a encontrar trabajo a
(como el subsidio del costo del transporte para quienes lo buscan, mediante la preparación de
entrevistas de trabajo) ayudan a acortar la duración antecedentes personales, la formulación de una
del desempleo. Sin embargo, los desafíos que los estrategia de búsqueda, información ocupacional y
servicios de intermediación laboral enfrentan en la contactos con los empleadores. La intermediación
región son bastante distintos de los que enfrentan laboral, a su vez, se basa en el mantenimiento de
sus contrapartes de los países más desarrollados de un registro y de información sobre oportunidades
la OCDE. Por una parte, la prevalencia de formas no
reguladas de contratos de empleo (incluso el
empleo por cuenta propia) determina que los servi-
cios de intermediación laboral deberán incluir ser- 12 Véanse OCDE (1996) para los países de la OCDE; Fretwell,

vicios adaptados a la diversidad de la inserción de Benus y O’Leary (1999) para las economías en transición de Euro-
pa del Este; Samaniego (2002) para los países latinoamericanos, y
sus clientes en el mercado laboral (como la referen- Dar y Tzannatos (1999) para un panorama general.
278

Capítulo 8

corrientes de empleo, y procura equiparar oportu- Diversidad de clientes y conjuntos


nidades específicas con solicitantes específicos. de servicios
Esta tarea no es tan simple como parece, ya que las
necesidades de los empleadores varían rápidamen- La gran diversidad de servicios de intermediación
te. Para ser efectivo, el servicio debe mantener un laboral indica que ningún conjunto de servicios
amplio número de listas, actualizarlas y estar en satisface las necesidades de todos los trabajadores

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


condiciones de colocar a las personas adecuadas en que buscan empleo a través de este sistema. Algu-

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


los empleos adecuados para asegurar que los nos trabajadores necesitan poca asistencia y otros
empleadores continúen utilizando el servicio. mucha. En el caso de quienes ya poseen las aptitu-
Las investigaciones realizadas han seguido des y el historial reciente como para encontrar
indicando que la asistencia en la búsqueda de empleo en forma relativamente fácil, una orienta-
empleo es altamente costo-efectiva y resulta pro- ción de bajo costo en la preparación de anteceden-
ductiva como método para ayudar a los trabajado- tes personales y búsqueda puede resultar suficiente
res a encontrar nuevos empleos. También se ha para colocar a un candidato en un puesto.15 En cam-
observado un impacto positivo en el asesoramien- bio, hay casos que deben considerarse individual-
to en materia de empleo, especialmente con dos o mente, como los de los trabajadores de más edad,
más sesiones.13 Asimismo se ha demostrado que que están desactualizados; aquellos con característi-
en los países desarrollados los clubes de empleo cas sociales que dificultan la obtención de empleo
ayudan a quienes llevan largo tiempo desemplea- (como alcoholismo, un historial deficiente de traba-
dos.14 jo o aptitudes insuficientes); padres solteros que
Los servicios de intermediación laboral inclu- requieren servicios integrados (incluida la atención
yen una gama de servicios secundarios destinados infantil) o los trabajadores indígenas o afectados por
a mejorar la calidad y la eficiencia de la interme- barreras culturales o lingüísticas. Los asesores
diación. Tales servicios son secundarios en el senti- podrían examinar la complejidad de su situación
do de que no todos los sistemas de intermediación laboral y ayudarlos a adecuar la combinación apro-
los ofrecen. En muchos casos, pueden resultar cru- piada de servicios y seguimiento con los numerosos
ciales para el funcionamiento eficiente del empa- elementos de una estrategia de empleo y servicios
rejamiento entre empleos y trabajadores. Incluyen sociales. En el caso intermedio más probable, un
perfiles de empleo y evaluaciones de aptitudes trabajador podría ser nuevo en un determinado
(que miden las capacidades requeridas para los campo, pero poseer aptitudes que son transferibles
empleos y las ofrecidas por los postulantes para o que podrían desarrollarse mediante capacitación
desarrollar una mejor estrategia de búsqueda), en el trabajo. En este caso, los servicios deberían
referencias a servicios de capacitación, desarrollo incluir la intervención de un asesor, la referencia a
de sistemas de información del mercado laboral, y programas de capacitación a corto plazo, la formu-
funciones de “portales” de servicios sociales y lación de un plan de búsqueda de empleo que inclu-
comerciales (intermediando entre quienes buscan
empleo y otros proveedores de servicios, así como
programas de crédito o trabajo independiente).
Otros servicios adicionales de intermediación labo- 13 Un estudio canadiense encontró que dos o más sesiones aumen-
ral regulan los servicios privados de intermedia- taban el nivel de satisfacción en el empleo (Gobierno de Canadá,
1989).
ción y proporcionan servicios especializados (que 14 Un informe de la Comisión Europea señala que la gama de pos-
en su mayoría reemplazan las funciones del área tulantes que obtiene trabajo después de participar en un club de
de recursos humanos en las empresas). En el cua- empleo se extiende del 8% en Irlanda al 73% en un pequeño pro-
yecto piloto en los Países Bajos (Comisión de las Comunidades Euro-
dro 8.1 se resumen los tipos de servicios que ofre- peas, 1991).
cen los servicios de intermediación laboral. 15 En varios países tales clientes serían candidatos para servicios de

autoservicio, es decir, podría dejárselos navegar la base de datos


de empleo del sistema y la biblioteca de recursos, y brindarles asis-
tencia sólo cuando la necesitan.
279

Una nueva agenda de política laboral

Cuadro 8.1 Servicios de intermediación en el mercado laboral

Categoría del servicio Clientes objetivo Tipo de servicios

Búsqueda de empleo/Perfil de los postulantes • Personas que buscan empleo • Exámenes de aptitudes/Referencia
a evaluadores

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


• Desarrollo de tipología de los clientes
para determinar qué tipo de servicios

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


necesitan
• Preparación del currículum vitae
• Asesoría laboral
• Banco de datos telefónicos para
buscar empleo
• Asistencia en la búsqueda de empleo
• Clubes de empleo
• Manejo de casos

Colocación/Intermediación • Empleadores • Base de datos nacional sobre vacantes


• Personas que buscan empleo • Colocación en empleos
• Colocación en vacantes (empresas)
• Preselección de candidatos (para
empresas)
• Reubicación de empleados despedidos
en otras empresas
• Selección para posiciones (empresas)

Capacitación • Personas que buscan empleo • Evaluación de necesidades de capa-


• Proveedores de capacitación citación/Requisitos
• Empleadores • Recomendación de proveedores
de capacitación públicos y privados
• Capacitación directa por parte de los
servicios de intermediación laboral
(limitada)

Servicios especializados a los empleadores • Empleadores • Evaluación de recursos humanos


• Asesoría legal en asuntos laborales
• Preselección y evaluación de
postulantes
• Promotores de sectores/contactos
• Guías para la capacitación de
empleados

Información del mercado laboral • Gobierno (local y nacional) • Suministro de datos y análisis de las
• Empresas tendencias del mercado laboral
• Personas que buscan empleo

Seguro de desempleo y servicios sociales • Personas que buscan empleo • Administración o recomendación de
Entrada a provisión de servicios sociales seguros de desempleo
• Recomendación o coordinación de
servicios sociales
• Recomendación de programas
de empleados por cuenta propia
280

Capítulo 8

ya la identificación de una gama de posiciones en la Esta evolución regulatoria es el resultado de la


base de datos de vacantes, la solicitación directa a experimentación realizada en los países de la
empresas, y un plan de seguimiento del caso. OCDE para probar nuevos métodos destinados a
Las categorías de empleadores no han sido mejorar la eficacia de los servicios de intermedia-
clasificadas tan fácilmente. Típicamente, un servi- ción laboral, buscando llegar a un mayor número
cio de intermediación laboral distinguiría entre un de trabajadores y empresas de una forma más

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


conjunto de servicios básicos provistos a todos los impulsada por los clientes. Los nuevos convenios

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


empleadores, incluido el servicio crítico de regis- aprovechan las modernas tecnologías y exigen
trar los empleos vacantes, y un conjunto de servi- resultados más explícitos y definibles. Estos esfuer-
cios adicionales que se proveerían a solicitud de las zos no se orientan solamente a reformar los viejos
empresas mediante el pago de un honorario. servicios públicos de empleo, sino a modernizar y
Al evaluar la forma de estructurar los servicios diseñar el sistema más amplio de servicios públicos
por ofrecer a cada cliente, los servicios nacionales y privados. En primer lugar, las reformas hacen que
de intermediación reflejan diferentes filosofías loca- los servicios públicos de empleo sean más eficien-
les acerca de la naturaleza del servicio público. En tes, efectivos e impulsados por los clientes, intro-
varios países europeos (como Austria y Francia) la duciendo distintas prácticas del sector privado.19
política es brindar la gama completa de servicios a En segundo lugar, los servicios expanden el uso de
todos los clientes, es decir, los servicios se ofrecen los servicios privados de intermediación laboral, ya
en forma universal. En otros países (como el Reino sea como contratistas de los servicios públicos,
Unido o Estados Unidos) la oferta no es universal competidores o socios en un sistema nacional de
sino selectiva, basada en una determinación perso- intermediación laboral.
nal o una fórmula acerca de cuáles son los benefi-
ciarios que necesitan más los servicios.16

Estructura institucional y servicio


público nacional

Históricamente, los servicios de intermediación 16 En Estados Unidos se utiliza una evaluación más avanzada, auto-
laboral han sido considerados un monopolio públi- matizada y basada en una fórmula acerca de cuáles clientes corren
co. Durante la primera parte del período posterior mayor riesgo de desempleo a largo plazo, y en consecuencia están
habilitados para recibir más pronto una mayor gama de servicios.
a la Segunda Guerra Mundial, en muchos países de Aquellos clasificados como en situación de mayor riesgo pueden
la OCDE dichos servicios constituían un único ser- recibir más servicios, como servicios sociales y capacitación. Para
evaluar el potencial de desempleo a largo plazo, el sistema de per-
vicio público nacional administrado por el ministe- files considera distintas características del cliente –como la edad, la
permanencia en el empleo anterior y la ocupación–, pero deja de
rio de trabajo. La filosofía operativa básica se lado rasgos como la raza y el origen étnico. Este sistema de perfi-
reflejaba en los convenios pertinentes de la Orga- les informatizados es relativamente reciente y existe un difundido
acuerdo en que “todavía está superando los problemas iniciales”
nización Internacional del Trabajo (OIT), que crea- (OCDE 1999, pág. 195).
ron un monopolio público de servicios de 17 El convenio básico sobre servicios de empleo de la OIT (1948)
intermediación.17 Se consideraba que las agencias establece que los servicios de colocación deben estar garantizados
en forma gratuita a los trabajadores. El convenio sobre agencias de
privadas de empleo presentaban el potencial de empleo gratuitas de 1949 prohíbe las agencias de empleo que
explotar a los trabajadores cobrándoles por la colo- cobran honorarios para colocar a los trabajadores, creando en la
práctica un monopolio público.
cación, proveyendo un servicio de deficiente cali- 18En particular, el convenio sobre agencias de empleo privadas
dad y “seleccionando” a los mejores candidatos, C181 de 1997 y la recomendación sobre agencias de empleo pri-
relegando los casos más difíciles a los servicios vadas R188 de 1997.
19 Las reformas clave que se persiguen dentro de los países de la
públicos. Sin embargo, recientemente la OIT ha
OCDE incluyen (1) integración de las funciones básicas, (2) expan-
adoptado nuevos convenios que eliminan la prohi- sión de las intervenciones de política para los desempleados a largo
bición de las agencias privadas de empleo y que plazo, (3) introducción y fortalecimiento de indicadores de resulta-
dos, y (4) introducción de señales de mercado en la operación de
requieren una mayor supervisión y regulación.18 los servicios públicos de empleo.
281

Una nueva agenda de política laboral

La intermediación laboral en la región en esos contratos. Por definición, este fenómeno


moldea un enfoque diferente frente a la interme-
La reciente reforma y modernización de los siste- diación laboral destinada a atender el sector regu-
mas de intermediación laboral en América Latina y lado del mercado laboral.
el Caribe han tenido un punto de partida caracte- • Los países latinoamericanos no enfrentan
rísticamente distinto de las reformas encaradas en tanto un problema crónico de desempleo de largo

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


los países de la OCDE. En particular, los sistemas plazo en la fuerza laboral, sino más bien un proble-

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


de América Latina y el Caribe se diferencian de los ma de bajas aptitudes educacionales y de trabajo.
de la OCDE por las siguientes características: • En varios países se observa una sustancial
migración interna y externa, particularmente den-
• En general, los servicios nacionales de tro de Centroamérica y México.
empleo de América Latina son menos extensos y
tienen un menor nivel de inversión que sus con- En la actualidad en América Latina existen
trapartes de la OCDE. varios servicios públicos nacionales de empleo y
• Los servicios privados de colocación y un limitado pero creciente mercado privado de
empleo son menos comunes en América Latina, y intermediación laboral y colocación. Sin embargo,
las pocas empresas que existen son más nuevas. en la mayoría de los países de la región hay un
Algunos servicios nacionales de empleo tienen la pequeño servicio del sector público que, con limi-
reputación de estar politizados por las autoridades tados recursos, atiende a los estratos más bajos de
locales y regionales, lo cual desalienta al sector pri- la fuerza laboral.20 En general, los servicios nacio-
vado para trabajar en forma más directa con estas nales de empleo de la región están administrados
oficinas. por el ministerio de trabajo o el instituto de capaci-
• La mayor parte de los países latinoamerica- tación estatal (como el Servicio Nacional de Apren-
nos no cuentan con seguro de desempleo, de mane- dizaje [SENA] en Colombia). Los sistemas de
ra que la reforma de los servicios de intermediación América Latina y el Caribe se concentran en las
laboral no contempla la integración de tales siste- funciones básicas de búsqueda e intermediación de
mas. Como consecuencia, el posible ahorro de cos- empleos.
tos en seguro de desempleo no constituye una Los servicios de intermediación laboral de la
motivación para la reforma de los servicios nacio- región han tenido tradicionalmente como meta los
nales de intermediación laboral. En general, los empleos del sector formal, cuyos empleadores
países de la región que tienen seguro de desempleo publicitan y solicitan empleados más abiertamente.
no utilizan un servicio nacional de empleo para En los países que cuentan con un amplio sector no
administrar el seguro de desempleo (por ejemplo, regulado y una elevada proporción de trabajadores
Argentina y Brasil). independientes, el mejoramiento del empareja-
• Los mercados discriminatorios –la falta de miento entre empleos y trabajadores presenta
transparencia e información y la discriminación en beneficios obvios; sin embargo, es preciso prestar
el mercado laboral– constituyen particulares moti- particular consideración a la colocación de ciertos
vaciones para fortalecer los sistemas de servicios de tipos de trabajadores en el mercado laboral. Los
intermediación laboral en América Latina y el Cari- servicios de intermediación deben incluir el empa-
be. La región depende en gran medida de las redes rejamiento y las referencias a programas de micro-
informales y los contactos familiares/personales, y empresas, al trabajo por cuenta propia y al
habitualmente se considera que ello refuerza y per-
petúa la discriminación basada en la raza, el origen
étnico, el género y la clase económica. 20 Los directores de los servicios públicos de empleo de Centroamé-
• El empleo precario y no regulado puede rica, por ejemplo, señalaron que históricamente los servicios de
exceder del 50% de la economía nacional, y los tra- intermediación de la región se han ocupado de los estratos “con
bajas calificaciones técnicas en los niveles inferiores de la pirámide
bajadores pobres y desaventajados se concentran ocupacional” (OIT, 1998).
282

Capítulo 8

desarrollo de pequeñas empresas, que constituyen proporcionar mayores oportunidades de referir


las fuentes de empleo más frecuentes (y a veces las dichos grupos a empleos de mayor calidad.
únicas) de ciertas porciones de la fuerza laboral, en Durante varias décadas muchos de los países
particular los trabajadores de más edad.21 En la más pobres de la región han experimentado una
mayoría de los países de la región, una amplia emigración de mano de obra –legal e ilegal– hacia
gama de proveedores ofrece programas de trabajo los países de mayor ingreso. Las tendencias migra-

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


independiente, entre ellos los gobiernos y las orga- torias están incrementándose, incluso dentro de la

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


nizaciones no gubernamentales (ONG), aunque región: los nicaragüenses trabajan en Costa Rica y
raramente lo hacen por solicitud directa de los los peruanos lo hacen en Chile y Argentina. Esta
interesados. Son pocos los centros de intercambio migración puede ser estacional, temporaria o per-
de información que proporcionan datos sobre una manente. En países como República Dominicana y
gama de programas alternativos y ayudan a los can- El Salvador, las remesas de quienes trabajan en el
didatos a evaluar los que más se adaptan a sus exterior constituyen una importante fuente de
necesidades. Los sistemas de intermediación labo- ingresos nacionales y afectan el funcionamiento
ral de la región deberán asimismo considerar si los del mercado laboral local. En los países de mayores
centros de intermediación pueden proveer asesora- ingresos del Caribe se observa una reducción de las
miento, información y servicios de referencia sobre oportunidades de empleo durante la temporada
la formalización de empresas. baja. Un problema y una controversia clave es si los
Cabe aquí una advertencia. Como en los paí- servicios nacionales de intermediación laboral
ses desarrollados, los países de la región deberán deben intervenir regularizando las migraciones
evitar asignar a los servicios de intermediación temporarias o estacionales o supervisando a los tra-
laboral ningún tipo de función reguladora que des- bajadores que emigran dentro de la región. Algunos
aliente la participación. En algunos casos resulta países de la región siguen los convenios y las direc-
útil proveer información en forma voluntaria, par- trices de la OIT que prohíben a las agencias priva-
ticularmente si el gobierno ofrece procedimientos das de empleo facilitar y cobrar las colocaciones en
rápidos para registrar empresas. el exterior. Otros países permiten la actuación de las
Los mercados laborales de muchos países de agencias privadas, con la justificación de que pro-
América Latina y el Caribe enfrentan importantes porcionan a los trabajadores una forma legal y segu-
desafíos en materia de concentración de trabajado- ra de emigrar y retornar a sus países de origen.22
res de baja calificación, educación insuficiente,
pobreza y discriminación del mercado laboral (dis-
21 Ivan Gonçalves Ribeiro Guimarães, que dirige el servicio nacio-
criminación en el empleo y los salarios) entre deter-
nal de empleo en Brasilia, Brasil, por ejemplo, dice que los trabaja-
minados grupos de la población, en particular dores de más de 33 años que han perdido su empleo en el sector
mujeres, minorías étnicas/raciales, jóvenes y disca- formal resultan particularmente difíciles de colocar. Sus estadísticas
muestran que en este grupo de edad, sólo alrededor del 2% al 3%
pacitados. Una de las principales preocupaciones en de los desempleados encuentran trabajo en el sector formal. (Entre-
la evolución de los sistemas de intermediación en el vista con Ivan Gonçalves Ribeiro Guimarães, Brasilia, 14 de mayo
de 1998.) Las cifras se refieren a beneficiarios del seguro de des-
mercado laboral es la forma de llegar más eficaz- empleo en Brasilia en 1998.
mente a estas poblaciones objetivo. Para lograr la 22 En México, por ejemplo, el servicio público de empleo ha cele-
inclusión social de estos grupos en el mercado, los brado un acuerdo específico con el gobierno canadiense, en virtud
del cual el servicio preselecciona un conjunto de trabajadores agrí-
servicios deben asegurarse de que el mercado públi- colas a los que se les proveen visas legales y se les pagan los cos-
tos de viaje para trabajar estacionalmente en Canadá. La Oficina
co/privado no se segmente tanto que lleve a que los Nacional de Empleo de Barbados publica listas de oportunidades
servicios públicos nacionales sólo reciban a los de empleo estacional en el exterior en el marco de un programa
especial que se lleva a cabo principalmente en Canadá y en buques
clientes más desaventajados, lo que impediría que de crucero de Estados Unidos. Los directores de los servicios de
fueran más utilizados por los empleadores privados. empleo centroamericanos, por ejemplo, destacan la importancia de
continuar reuniéndose en forma regular para compartir las expe-
El desafío es incrementar la cobertura de los grupos riencias nacionales, proponer políticas nacionales adecuadas y bus-
desaventajados expandiendo simultáneamente la car formas de garantizar condiciones de trabajo a los que migran,
medidas que tienen implicaciones en cuanto a los servicios de
base general de clientes y empleadores con el fin de empleo (OIT, 1999).
283

Una nueva agenda de política laboral

Reforma de los servicios empleo y recibe todos los meses información sobre
de intermediación laboral más de 300 vacantes.23 México también ha experi-
mentado un importante adelanto y ha realizado
La reforma de los servicios existentes de interme- inversiones en sistemas de información para su red
diación requiere promover un entorno regulatorio de servicios de empleo, y ha desarrollado Chamba-
apropiado para los proveedores privados sin fines Net y ChambaTel, dos innovadores programas de

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


de lucro, lo que constituye una condición para intercambio de información laboral que conectan

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


crear nuevas asociaciones de los sectores público y directamente a quienes buscan empleo con las
privado. Es preciso capacitar al personal de dichos vacantes existentes. Con financiamiento y apoyo
servicios e introducir sistemas basados en informa- del Instituto Nacional de Aprendizaje (INA), Costa
ción y resultados con el objeto de medir la eficien- Rica está desarrollando un sistema de información
cia y la eficacia de los servicios. Una vez que se en dos etapas para revitalizar su servicio público de
hayan afirmado estas medidas iniciales, debe enca- empleo, ampliándolo a una red de proveedores pri-
rarse una modernización más ambiciosa del marco vados y sin fines de lucro, y proveyendo un regis-
institucional y del papel que desempeñan los tro nacional de empleos cuyo servidor central es el
sectores público y privado. Sin embargo, en esta propio INA.
etapa la inversión en sistemas de información y el Otro importante avance en la región es la uti-
desarrollo de sistemas de registro y referencia de lización de bolsas de trabajo electrónicas, no sólo
capacitación resultan cruciales para incrementar el basadas en un solo país sino como parte de una red
atractivo que los servicios presentan para los regional. En el marco de su programa de moderni-
empleadores y los trabajadores que buscan empleo. zación de los ministerios de trabajo de Centroamé-
Los experimentos realizados recientemente rica, Belice, Panamá y República Dominicana,
en la región han demostrado que hay tres aspectos la OIT está examinando los intercambios electróni-
promisorios para incrementar la eficiencia y la cos de empleos en una base regional.24 Dentro de
eficacia en función del costo de los servicios de un proyecto regional del Fondo Multilateral de
intermediación laboral: 1) la introducción y la Inversiones del BID (Fomin), ocho países de Cen-
expansión de los sistemas de información; 2) la pro- troamérica, República Dominicana y Panamá han
moción de asociaciones con los sectores privado y desarrollado un sistema de información sobre el
sin fines de lucro, y 3) el mejoramiento de los resul- mercado laboral, en el que los datos pueden com-
tados y la ampliación de la base de clientes. partirse y analizarse regionalmente. El sistema con-
tiene datos sobre empleo y tendencias económicas
Sistemas de información e Internet y ocupacionales.

En toda la región se observa una clara tendencia a Servicios privados y sin fines de lucro
aplicar nuevas tecnologías para mejorar el desem-
peño de los servicios de intermediación laboral. En Otra tendencia que se ha observado en la región es
América Latina y el Caribe las grandes inversiones la expansión del papel de las agencias privadas de
en nuevas tecnologías informáticas para los siste- empleo y de iniciativas tendientes a crear asocia-
mas de intermediación han sido más limitadas que ciones entre proveedores públicos, privados y sin
en los países de la OCDE, pero los países y las fines de lucro. Argentina está procurando vincular
municipalidades locales están comenzando a inver- más adecuadamente sus oficinas públicas de
tir en nuevos sistemas computarizados. empleo con las agencias privadas y sin fines de
El Servicio Nacional de Capacitación y
Empleo de Chile ha desarrollado el primer centro
electrónico de intercambio laboral del país. Info-
23 http://www.sence.cl/
Empleo contiene actualmente más de 29.000 ante-
cedentes personales de trabajadores que buscan 24 http://ns.oit.or.cr/matac.
284

Capítulo 8

lucro que funcionan en el país. Perú creó una red para que los servicios nacionales y locales de
de proveedores públicos, privados y sin fines de empleo interactúen con organizaciones de emple-
lucro, incrementando significativamente el alcance adores del sector privado.
del sistema (Ministerio de Trabajo y Protección En segundo lugar, en la región se observa una
Social, 2001). Guatemala está formulando planes tendencia más limitada hacia la descentralización
para establecer una red de servicios de empleo, en de los servicios de intermediación laboral a las

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


la que la oficina pública local del servicio nacional municipalidades y oficinas locales. En cualquier

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


de empleo en cada región o provincia actuaría país la función y la factibilidad de la descentraliza-
como centro de una red local que incluiría provee- ción dependen de una tendencia y una estrategia
dores privados y sin fines de lucro. El proyecto pilo- nacionales más amplias en favor de ella, y de la
to de la red se iniciaría en la zona metropolitana de capacidad de las instituciones locales, en particular
la ciudad de Guatemala. Como una primera etapa en relación con la diversidad en la calidad del ser-
de la apertura y regularización de un mercado del vicio que puede prestarse sin una suficiente capa-
sector privado, varios países de la región están pro- cidad local. Por ejemplo, Chile ha descentralizado
curando formular marcos jurídicos apropiados y las oficinas locales de empleo en una red de más de
regulaciones institucionales para la supervisión de 150 agencias municipales que ofrecen a los trabaja-
proveedores privados. Por ejemplo, en agosto de dores servicios gratuitos de mediación. El Servicio
1995, Panamá promulgó una ley que permite la cre- Nacional de Capacitación y Empleo de Chile pro-
ación de agencias de empleo sin fines de lucro con vee apoyo técnico a la red, planifica y supervisa los
la supervisión del ministerio de trabajo. programas y las instituciones de capacitación, y
supervisa el funcionamiento del plan de descuen-
Desempeño, producto y base de clientes tos tributarios por la capacitación basada en las
empresas (Martínez Espinoza, 1998).
Los países de América Latina y el Caribe están Por último, los sistemas de la región están
adoptando una serie de medidas destinadas a procurando mejorar los servicios que proveen los
mejorar los resultados, el producto y la base de centros de intermediación, como las evaluaciones
clientes de sus sistemas. En primer lugar, están y las metodologías de búsqueda de trabajo. Tales
utilizando ferias de empleo como centros únicos mejoras suponen compartir información e instru-
temporarios. Estas ferias, como las que se realizan mentos entre los distintos países de la región, así
en Panamá, no solamente reúnen frente a frente como proporcionar información en foros interna-
durante un día a empleadores y trabajadores sino cionales.
que están expandiéndose para ofrecer una gama
de servicios más acorde con los que prestan las
ventanillas únicas de un día que se organizan en EL RIESGO DE DESPIDO
los países de la OCDE. Los servicios que brindan
las ferias de empleo panameñas incluyen asisten- El elevado nivel de volatilidad macroeconómica de
cia técnica para microempresas, información sobre América Latina que se documenta en el capítulo 4
carreras, talleres para la preparación de antece- ha generado una fuerte demanda social de meca-
dentes personales, información sobre programas y nismos destinados a proteger a la población traba-
necesidades de capacitación, y evaluación de las jadora del consiguiente riesgo de pérdida de
aptitudes de quienes buscan trabajo, además de ingresos. Tradicionalmente, dicha demanda ha sido
entrevistas con los empleadores. En el caso pana- satisfecha a través de regulaciones sobre estabili-
meño, estas ferias se autofinancian, es decir, su dad laboral que penalizan los despidos ya sea
costo se cubre con los cargos que se cobran a los mediante elevadas indemnizaciones cuando estos
empleadores que instalan quioscos en ellas. Méxi- se permiten, o directamente prohibiéndolos. Hasta
co también ha adoptado un enfoque integral con mediados de los años noventa, los niveles de pro-
respecto a las ferias, que funcionan como centros tección del empleo en la región eran altos, incluso
285

Una nueva agenda de política laboral

comparados con los que disfrutaban los trabajado- truye un 25% de los empleos existentes, asegurar a
res de los países más desarrollados de la OCDE la población contra la pérdida del empleo no es un
(Márquez, 1997; BID, 1997 y capítulo 7). En el caso problema menor.
de los trabajadores con contratos regulados, las Cabe aquí hacer una advertencia. Podría sos-
indemnizaciones por despido son bastante eleva- tenerse que muchos trabajadores con contratos
das, y las regulaciones sobre protección del empleo laborales regulados se encuentran sobreprotegidos

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


se aplican estrictamente en la práctica y en los tri- a través de las indemnizaciones por despido. Si un

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


bunales. trabajador recibe seis meses de salario corriente al
En cierto sentido, la regulación sobre estabili- ser despedido y la duración promedio del desem-
dad laboral funciona como un seguro de desempleo pleo es de tres meses, dicho trabajador está en efec-
aplicado privadamente con cobertura limitada en el to sobreprotegido. Esta sobreprotección eleva el
caso de aquellos trabajadores con contratos regula- costo de la mano de obra y en consecuencia redu-
dos.25 Tales trabajadores están protegidos, tanto ce el empleo (véase el capítulo 7). La corrección de
porque el costo asociado con los despidos es positi- política consiste en sustituir los mecanismos de
vo para las empresas (asegurando que los despidos seguro, y no acumular seguro adicional. Para esta
y el cese del servicio serán poco utilizados como tarea se necesitan dos herramientas esenciales:
mecanismo de ajuste) como porque los trabajado- cambiar las regulaciones y mejorar la red de pro-
res reciben una transferencia de ingresos a través tección social.
de la indemnización. El cambio regulatorio debería procurar apar-
Sin embargo, en la mayoría de los países de la tarse de las idemnizaciones por despido y orientar-
región más del 50% de la fuerza laboral mantiene se hacia el seguro de desempleo para los
relaciones laborales precarias y no reguladas o tra- trabajadores con contratos regulados. Por supuesto,
baja por cuenta propia. En cierto sentido, la falta de esto es más fácil de decir que de hacer porque un
estabilidad laboral de estos segmentos de la pobla- cambio de esta naturaleza debería superar la oposi-
ción ha proporcionado la flexibilidad salarial que ha ción política del movimiento sindical, y su eficacia
caracterizado a la región hasta hace poco. No obs- dependería de significativos cambios instituciona-
tante, como se señala en el capítulo 4, las cosas les y de organización (incluida la creación de cuen-
están cambiando, y la menor inflación y la mayor tas individuales de ahorro en el sistema de
necesidad de mejorar la calidad institucional pensiones). (Este aspecto se analiza más detenida-
(incluido el imperio de la ley en el mercado labo- mente en la sección sobre seguro de desempleo.)
ral) están erosionando los márgenes de la flexibili- Deberían invertirse recursos financieros y
dad salarial e incrementando el costo de las humanos en el mantenimiento (y en algunos casos
desaceleraciones del crecimiento en términos de la creación) de una red efectiva de instituciones y
desempleo. políticas destinadas a aquellos trabajadores inde-
En el caso de los trabajadores que no están pendientes o que tienen contratos laborales preca-
protegidos por las regulaciones del mercado laboral rios. En vista de las preocupaciones acerca de la
y que no se benefician de las indemnizaciones por inseguridad económica reflejadas en encuestas
despido, el mayor riesgo de desempleo constituye como Latinobarómetro, un sostenido apoyo políti-
una seria amenaza. Si los países pretenden prote- co al proceso de modernización requerirá la formu-
ger a la mayoría de la población en el contexto de lación de un contrato social más amplio diseñado
un pacto social amplio y orientado productivamen- explícitamente para funcionar en un contexto de
te, deben contar con más formas de seguro social. economías más competitivas, abiertas, y en conse-
Las políticas laborales pueden ayudar a los trabaja-
dores a enfrentar el riesgo de pérdida de empleo y
reducir la concomitante pérdida de ingresos antes
25 Blanchard (2002) se refiere a las indemnizaciones por despido en
de que arrastre a familias enteras a la pobreza. En un mundo con información perfecta y diferentes preferencias de
un mundo en el que todos los años se crea y des- riesgo entre los trabajadores y empresas como “protoseguro”.
286

Capítulo 8

cuencia más vulnerables (Birdsall, 2002; Graham, les y las relaciones laborales industriales. Deberán
2002). Las políticas de seguro social constituyen desarrollarse mecanismos asociativos para proveer
una parte crucial de este nuevo contrato social, y seguro social adaptado a las características de tra-
su fracaso durante la última década explica muchas bajo del sector informal (Chen, Jhabvala y Lund,
de las dificultades políticas que han enfrentado los 2002).
gobiernos que están dispuestos a profundizar el

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


proceso de modernización. Al mismo tiempo, la Los instrumentos

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


experiencia muestra que cuando las políticas de
apoyo a los ingresos se implementan en forma Los instrumentos para constituir un sistema de
transparente y con una eficiente coordinación seguro social se originaron en los esfuerzos encara-
entre las autoridades locales y nacionales, logran dos por los gobiernos de la región para enfrentar las
contrarrestar el efecto negativo de los shocks exter- crisis de los años noventa y la renovada volatilidad
nos adversos (Ademar, Tergeist y Torres, 2000). de los mercados internacionales de capital. Estos
No existe una receta única para el diseño del esfuerzos han creado la oportunidad de probar
seguro social. El desafortunado equilibrio que se algunas nuevas ideas y difundir enfoques innova-
observa actualmente en muchos países de la región dores destinados a resolver antiguos problemas.
constituye la respuesta acumulada a shocks secto- Los programas de obras públicas intensivas en
riales e idiosincrásicos agregados. Cada país ha mano de obra, los programas de capacitación de
enfrentado determinados shocks, e incluso en su jóvenes y los sistemas semiuniversales de seguro
reacción ante shocks regionales agregados como el de desempleo han pasado a ser ideas aceptables
tequila o la crisis de Asia del Este, cada uno se ha para contribuir a mantener los ingresos de los tra-
ajustado en forma diferente, y los distintos grupos bajadores afectados. Históricamente, estos progra-
de trabajadores han sufrido diversas consecuencias. mas surgieron como respuesta a la urgencia por
Incluso si los países enfrentaran una serie de pro- enfrentar los efectos de las crisis. Como tales, las
blemas comunes en los mercados laborales, las consideraciones de diseño óptimo estuvieron domi-
políticas aplicadas por cada uno deben tener en nadas por la búsqueda de mecanismos que pudie-
cuenta la naturaleza del ajuste de cada economía. ran ponerse rápidamente en práctica para
No existe una política única que se adapte a todos transferir ingresos a los pobres en la forma más
los casos; los países necesitan utilizar diferentes focalizada posible. Por diseño, en tales programas
conjuntos de instrumentos de política para ayudar el gasto debió haber sido contracíclico: en la prácti-
a los trabajadores a afrontar la pérdida de ingresos ca no lo fue, dada la magnitud de los ajustes fisca-
relacionada con la reubicación laboral.26 les que debieron encararse (Braun y di Gresia,
Una característica común que requiere aten- 2003).
ción es el número de trabajadores que carecen de La experiencia de los programas de apoyo al
contratos legales de empleo con beneficios, y que ingreso aplicados en la región muestra que pueden
trabajan por cuenta propia o en forma ocasional y contribuir por lo menos en cierta medida a com-
no regulada. Esta situación crea problemas particu- pensar los efectos que tienen sobre los trabajadores
lares relacionados con el diseño de políticas, por los shocks que afectan a toda la economía. Se ha uti-
encima y más allá del obvio problema del incum- lizado una variada gama de programas para ayudar
plimiento de las regulaciones sobre beneficios y a los trabajadores a superar algunos de los efectos
condiciones laborales. Se necesitan nuevos e inno- perjudiciales de esos shocks. Este conjunto de pro-
vadores métodos de colaboración entre los sectores gramas constituirá la base de cualquier sistema de
público y privado para proporcionar seguro social a
los trabajadores que realizan estas actividades. La
experiencia indica que será preciso incorporar al 26 El otro aspecto de esta afirmación es que los países deberán rea-
lizar inversiones en el desarrollo de instituciones de política laboral
sector informal en las instituciones que rigen las para recopilar, analizar y procesar información, implementar políti-
transacciones de mercado, los contratos comercia- cas y aplicar las regulaciones.
287

Una nueva agenda de política laboral

seguro social, dadas las restricciones políticas, de la naturaleza de su inserción en el mercado laboral
organización y de recursos que limitan la capacidad y en consecuencia, los mecanismos que es preciso
de los gobiernos para crear nuevos programas. diseñar para asegurarlos contra el riesgo de pérdida
Sin embargo, el contenido y la clientela de los de ingresos. Los trabajadores pobres de baja produc-
mecanismos de seguro social son diferentes de los tividad deben depender de mecanismos alternativos
de las redes de protección de los años noventa. Si de protección, porque no pueden absorber el costo

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


bien tales redes se justifican por la necesidad de del seguro de desempleo o porque su situación de

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


proteger el capital humano de los pobres durante empleo (como trabajadores por cuenta propia u oca-
las desaceleraciones, el objetivo de los mecanismos sionales con contratos no regulados) no permite que
de seguro social es ayudar a todos los trabajadores sean objeto de los mecanismos de seguros. En el
(no solamente a los pobres) a superar las conse- caso de estos trabajadores, es preciso proporcionar-
cuencias de la creación y destrucción de empleos les un menú de alternativas basadas en los mecanis-
que caracteriza a las economías modernas. Por eso, mos existentes de respaldo de ingresos.
las políticas sociales y laborales requieren una El cuadro 8.2 presenta un panorama general
mayor dosis de seguro social que los programas de del sistema de seguro social. En el centro del esque-
alivio de la pobreza que los gobiernos adoptaron y ma, un sistema bien diseñado de seguro de desem-
las instituciones financieras internacionales reco- pleo abarca al grupo de trabajadores que, por sus
mendaron durante los años noventa. Desafortuna- contratos de empleo y productividad, pueden
damente, los mecanismos de seguro social, como adquirir el seguro. Quienes no son clientes del sis-
las prestaciones por desempleo y otros programas tema de seguro de desempleo pueden ser referidos
que proporcionan respaldo mediante ingresos, a un programa de capacitación a corto plazo o a un
están menos desarrollados en América Latina que esquema de generación de empleos. En el caso de
en los países de la OCDE (Bourguignon, 2000). aquellos trabajadores que agotan sus beneficios en
Los mecanismos de seguro social deberán el sistema, pueden diseñarse programas de transfe-
tener por finalidad garantizar un ingreso mínimo al rencias e efectivo para proporcionar un apoyo limi-
mayor número posible de trabajadores. Para ser fac- tado de ingresos.
tibles desde el punto de vista financiero y económi-
co, deben satisfacer por lo menos tres requisitos: Seguro de desempleo

• Su diseño debe minimizar distorsiones en el En el cuadro 8.3 puede verse una descripción resu-
mercado laboral y, en particular, no debe crear mida de los sistemas de seguro de desempleo que
incentivos que se traduzcan en un menor empleo o existen en la región. Son pocos los países que cuen-
producto. tan con sistemas establecidos jurídica o administra-
• Su cobertura debe ser lo más amplia posible, tivamente, y menos aún los que cuentan con planes
ya que el riesgo de desempleo afecta a todos los tra- de seguro de desempleo en funcionamiento. Esto se
bajadores, incluso a aquellos con contratos preca- debe a los escasos incentivos para el desarrollo del
rios y no regulados. seguro de desempleo y otras formas más socializa-
• Su asignación presupuestaria deberá ajus- das de protección de los ingresos, dado que las
tarse en forma contracíclica, ampliándose en los indemnizaciones por despido funcionan como segu-
períodos de desaceleración económica cuando el ro de ingresos provisto privadamente para los traba-
desempleo se incrementa, y contrayéndose en las jadores con contratos de empleo con beneficios.
expansiones, cuando aquel disminuye. En aquellos países con sistemas de seguro de
desempleo, la cobertura se limita a los trabajadores
La cobertura del seguro de desempleo no será que han contribuido al financiamiento del sistema
lo suficientemente amplia para proteger a todos los mientras estaban empleados. En otras palabras,
trabajadores, especialmente a los más pobres. Lo sólo los trabajadores cuyos contratos contemplan
que diferencia a estos últimos del resto es en parte beneficios integrales y cuyas empresas pagan
288

Capítulo 8

Cuadro 8.2 Diseño de un sistema de seguro social

Requisitos
Programa Población objetivo Financiamiento institucionales

Seguro de desempleo Ninguna en particular; Contribuciones de trabajadores Institución financiera

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


cubre a todos los trabajadores y empleadores independiente. Sistema
con contrato (en vez de pagos conectado al de pensiones

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


por indemnización)

Becas para cursos cortos Jóvenes desempleados Pago de impuestos a la Desarrollo del mercado
de capacitación, becas para nómina para capacitación para servicios de
aprendices y asistencia en la y entrenamiento capacitación. Red de
búsqueda de empleo proveedores no
gubernamentales

Programas de generación de empleo


Obras públicas intensivas Específica dependiendo Ingresos generales, Red sólida de instituciones
en mano de obra del programa fuertemente contracíclico locales capaces de aplicar
criterios de selección y
realizar obras públicas

Subsidios salariales Personal administrativo Exenciones en los impuestos Sistema sofisticado de


a la nómina, financiado con cumplimiento y verificación
ingresos generales por parte de las
autoridades laborales

Transferencias monetarias Muy específica, basado en Financiado con ingresos Sistema de focalización
familias con ingresos por generales sofisticado
debajo de la línea de pobreza

impuestos sobre la nómina gozan de los beneficios observa una definida tendencia a que sean trabaja-
del seguro de desempleo. El nivel y la duración de dores desplazados más jóvenes y de clase media, lo
las prestaciones son bajos en comparación con los que sugiere que en el caso de Argentina, el seguro
de los países más desarrollados. Las tasas de susti- de desempleo no está cumpliendo la función de red
tución de ingresos son normalmente del orden del de protección de los pobres.
50% al 60% del salario más reciente, y el máximo Hasta que fue sobrepasado por Chile, Brasil
está vinculado al salario mínimo para los salarios contaba con el mayor sistema de seguro de desem-
más elevados. En general, las prestaciones se otor- pleo de la región, con alrededor de 300.000 a
gan por períodos no superiores a los cuatro meses. 400.000 beneficiarios. Mazza (1999) indica que en
En Argentina, por ejemplo, el sistema de Brasil el seguro de desempleo también beneficia a
seguro de desempleo tiene un número limitado de los trabajadores más jóvenes (más del 50% tiene
beneficiarios a pesar del fuerte incremento en la menos de 30 años) y de mayor escolaridad (el 45%
cantidad de desempleados. Mazza (1999) señala ha completado por lo menos el octavo grado).
que el número de beneficiarios se ha mantenido En 2001 Chile promulgó una nueva ley que
estable en un nivel de alrededor de 100.000 a establece un sistema de seguro de desempleo y que
125.000 trabajadores, de los cuales más del 70% son entró en vigencia en octubre de 2002. El sistema se
hombres en edad productiva y más del 50% no son basa en un régimen definido de contribuciones/
jefes de hogar. La autora también informa que el prestaciones variables. Los trabajadores y los
análisis de las características personales y del empleados realizan aportes a cuentas individuales
empleo anterior de los beneficiarios indica que se nominativas. Los contribuyentes tienen derecho a
289

Una nueva agenda de política laboral

Cuadro 8.3 Seguro de desempleo en la región


Beneficios
Financia- Tasa de Duración mínimos y
País Ley miento reemplazo a del beneficio máximos Cobertura Requisitosb

Argentina 1991 Trabajador: 60% 4–12 meses Mínimo: 1 sala- Empleados 1 (12), 2, 3

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


(Reformada 1% del salario rio mínimo
en 1995) Empleador: Máximo: 4

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


1,5% de la salarios mínimos
nómina
Barbados 1982 Trabajador: 60%, 26 semanas en Empleados 1 (6)
1,5% del sala- 10 semanas un período de de 16 a 64
rio 40%, 52 semanas años
Empleador: 16 semanas
1,5% de la
nómina
Brasil 1986 FATc (0,65% del 1–3 salarios 4 meses Mínimo: 1 Empleados 4 (36, 4), 5, 6
1990 impuesto total mínimos salario mínimo
a las ventas)
Chile 2001 Trabajador: En función de 1 pago por Mínimo del Empleados que 2, 9
0,6% Emplea- acumulación en año de contri- fondo de empiezan con-
dor: 1,6%, cuenta indivi- bución al fondo solidaridad tratos nuevos,
(0,8% de la dual; máximo de seguro de 30% del afiliación volun-
nómina) y con- de 5 pagos del desempleo (UI) último salario o taria para los
tribución fija al fondo de $41-$89/máxi- contratos exis-
mo 50% o
fondo de solidaridad $103-$171 tentes
solidaridad
Ecuador 1958, 1988 Trabajador: 2% Subsidio único Empleados 1 (24), 7
del salario monto fijado
Empleador: 1% anualmente
de la nómina

México Seguridad 95% de la 5 años Empleados de Entre 60 y 65


social pensión máximo 60 a 65 años años

Uruguay 1981 Contribuciones Hasta 50% 6 meses Mínimo: 0,5 Empleados en 1 (6), 5, 3, 8
a la seguridad salario mínimo el comercio y
social Máximo: 4 sala- la industria
rios mínimos
Venezuela 1989 Trabajador: Hasta 60% 13–26 Máximo: $44 Empleados 1 (12), 2
(Reformada 0,7% del sala- semanas
en 1999) rio
Empleador:
1,5% de la
nómina

a Porcentaje del último salario. 4 (s, j ) – No haber recibido beneficios por más de s meses en los últimos j años.
b Beneficiariosreciben también apoyo a la familia y beneficios médicos 5 – Desempleado por razones ajenas al comportamiento en el trabajo y la pro-
y de maternidad. pia voluntad.
c Fundo de Amparo ao Trabalhador. 6 – Sujeto a necesidades económicas.
Requisitos: 7 – Período de espera.
1 (s) – Ser empleado durante s meses antes de recibir el subsidio. 8 – Un mínimo de 12 meses entre períodos de haber recibido el subsidio.
2 – Disponible para trabajar. 9 – Sujeto a disponibilidad de fondos en la cuenta individual.
3 – No recibe otros beneficios de seguridad social. Fuente: Lora y Pagés (1997); U.S. Department of Health and Human Services;
Acevedo (2003).
290

Capítulo 8

un pago mensual por cada doce meses de contribu- ficio adicional a la indemnización por despido. El
ciones al fondo de seguro de desempleo, y el monto trabajador tiene derecho a tal seguro como fuente
del pago es una función de los fondos acumulados. suplementaria de ingresos mientras busca un
Un fondo de solidaridad, financiado por los emple- nuevo empleo. En consecuencia, la protección del
adores y el Estado, paga las prestaciones de los tra- ingreso que proporciona el seguro de desempleo se
bajadores que no tiene fondos suficientes en sus centra en los trabajadores que tienen contratos de

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


cuentas individuales. La afiliación es obligatoria empleo con beneficios. Ello excluye de la protec-

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


para los trabajadores con nuevos contratos labora- ción a una fracción considerable de la fuerza labo-
les, y voluntaria para aquellos que ya tienen emple- ral en el segmento no regulado del mercado,
os. Para marzo de 2003, la afiliación voluntaria era fracción que presumiblemente abarca a quienes
muy superior a la prevista, y el sistema ya está más necesitan proteger su ingreso.
abarcando a más de 900.000 trabajadores, o sea En segundo lugar, en general los sistemas de
alrededor del 30% de los afiliados potenciales. seguro de desempleo no están conectados con otros
Siguiendo el patrón general observado en la región, servicios de intermediación y colocación del mer-
el porcentaje de trabajadores afiliados al sistema de cado laboral. Incluso cuando el sistema funciona a
seguro de desempleo crece a medida que aumenta través del ministerio de trabajo (como en Brasil),
el nivel de escolaridad.27 no se exige que los trabajadores se registren en el
En Venezuela el sistema de seguro de desem- servicio de intermediación, y el pago de las presta-
pleo fue promulgado en 1989, pero nunca se imple- ciones no depende de la verificación del esfuerzo
mentó. En 1999 fue reformado, pero aun así de búsqueda. Por una parte, esta falta de conexión
tampoco se puso en práctica. El nuevo sistema pro- genera oportunidades de fraude. Si bien es ilegal
tegería a los beneficiarios a través de una combina- tener un empleo y recibir simultáneamente pagos
ción de seguros individuales y colectivos operada del seguro de desempleo, la mayoría de los opera-
por proveedores competitivos. Pero como sólo los dores se queja de su falta de capacidad para con-
trabajadores con contratos regulados que pagan trolar lo que se percibe como un difundido fraude
impuestos tienen derecho a los beneficios, es pro- y colusión entre empresas y trabajadores.29 Por otra
bable que el patrón de distribución de beneficiarios parte, esta falta de conexión con los servicios de
sea similar al de Argentina y Brasil. intermediación del mercado laboral convierte al
México y Uruguay tienen programas de segu- sistema en una simple transferencia de ingresos
ro de desempleo operados por el sistema de seguri- que no facilita la transición de los desempleados a
dad social. En ambos casos la cobertura es limitada. un nuevo trabajo.
En México las prestaciones son solamente un pago En tercer lugar, los sistemas de seguro de des-
adelantado de la jubilación por vejez, con un perío- empleo se financian en su mayor parte a través del
do máximo de cinco años. En el caso de Barbados, impuesto sobre la nómina, que ya es elevado en la
el sistema de seguro de desempleo es comparativa- región. Esto explica en parte la limitada cobertura,
mente generoso, aunque bastante bien adaptado a las bajas tasas de reemplazo y los cortos períodos
las necesidades de una economía insular con epi-
sodios frecuentes pero breves de desempleo con-
centrados en los trabajadores de la industria del 27 Notas del Seguro de Cesantía, año 1, No.1, marzo de 2003.
turismo (Mazza, 1999).28 28 Mazza (1999) señala que Barbados constituye el único ejemplo
Las diferencias de diseño, cobertura y presta- en que las indemnizaciones por despido tenían un tope y la elegi-
bilidad estaba limitada cuando se instauró el seguro de desempleo
ciones hacen difícil realizar una evaluación global en 1967.
de la importancia de los sistemas de seguro de des- 29 Mazza (1999) informa que para procurar detectar si los trabaja-
empleo como parte de un mecanismo integral de dores que percibían seguro de desempleo estaban trabajando, en
Argentina se utilizó un número común de identificación de contribu-
seguro social; sin embargo, pueden observarse yentes. Así, se encontró que un considerable número de trabajado-
algunos rasgos comunes. En primer lugar, normal- res no sólo estaba trabajando, sino que también aportaba a la
seguridad social en el nuevo empleo mientras continuaba recibien-
mente el seguro de desempleo constituye un bene- do los pagos del seguro de desempleo.
291

Una nueva agenda de política laboral

de cobertura. Cualquier expansión del sistema que tracíclica, el seguro de desempleo debe estar
procurara abarcar segmentos de la población hasta protegido por regulaciones transparentes y
ahora no protegidos debería enfrentar una sustan- adecuadamente aplicadas. En condiciones cons-
cial oposición por parte de los beneficiarios actua- tantes de elegibilidad y beneficios, los desembolsos
les y de las empresas que operan en el sector crecen cuando el desempleo aumenta y se con-
regulado de la economía. Sin embargo, en Brasil se traen cuando este disminuye. Sin embargo, la ele-

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


ha logrado en cierta medida ampliar el sistema a gibilidad y los beneficios raramente son

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


nuevos grupos (como pescadores tradicionales y constantes, y tales cambios son previsibles. En
trabajadores afectados por la sequía en el Noreste), Estados Unidos, por ejemplo, la duración de las
aunque la expansión ha sido temporaria y se ha prestaciones habitualmente se incrementa durante
financiado mediante el uso de fondos excedentes. las desaceleraciones. Por lo tanto, la capacidad
Para que el seguro de desempleo funcione como política e institucional para administrar en forma
parte de una red de protección durante una crisis, transparente y justa este tipo de decisiones consti-
la expansión de la cobertura debería producirse tuye una condición necesaria para que esta varia-
cuando el flujo de prestaciones a los trabajadores bilidad pueda funcionar.
ya protegidos fuera mayor, creando tensiones El seguro de desempleo presenta dos aspectos
financieras en el sistema y generando la necesidad problemáticos. El primero se relaciona con su efecto
de financiamiento adicional. El problema es deter- sobre el empleo. Si el sistema de seguro de desem-
minar si este esfuerzo debería canalizarse a través pleo estuviera bien implementado, incrementaría la
del sistema de seguro de desempleo o mediante duración y el nivel del desempleo mediante el
la creación de un mecanismo alternativo de trans- incentivo de extender la búsqueda de trabajo. Este
ferencia de ingresos que se adaptara mejor a las impacto sobre el empleo se vería ampliado median-
necesidades de los trabajadores con distintas inser- te el efecto indirecto del seguro sobre el costo de la
ciones en el mercado laboral. mano de obra; cuanto mayor sea el costo, menos
El diseño y la población objetivo del seguro de inclinados se verán los trabajadores a aceptar sala-
desempleo hacen que resulte adecuado para prote- rios menores a cambio del seguro adicional. En con-
ger a los trabajadores que tienen contratos de secuencia, debe procurarse por todos los medios que
empleo con beneficios y que adquieren derechos a el costo de la mano de obra no se vea afectado
sus prestaciones a través de las contribuciones que mediante la promulgación simultánea de reduccio-
efectúan mientras están empleados. En términos nes compensatorias en otros componentes de dicho
de distorsiones del mercado laboral, el bajo nivel de costo (como las indemnizaciones por despido).
beneficios y su corta duración aparentemente no El segundo aspecto problemático se relaciona
crean incentivos contra la búsqueda de trabajo. De con la cobertura. En el caso de los trabajadores de
hecho, los informes sobre fraude obtenidos en alta productividad, los salarios son lo suficiente-
Argentina y Brasil sugieren que los trabajadores uti- mente elevados como para que el pago del seguro
lizan el seguro de desempleo como un medio de de desempleo (el valor previsto de la prestación
obtener ingresos adicionales mientras se desempe- cuando estén desempleados) sea superior al ingre-
ñan en un nuevo trabajo. Como señalan Hopen- so que se sacrifica al pagar la contribución. Sin
hayn y Nicolini (2001), se pueden diseñar planes embargo, en el caso de los trabajadores de baja pro-
óptimos de seguro de desempleo que no induzcan ductividad, la utilidad resultante de un aumento en
a reducir los esfuerzos de búsqueda. Además, los el ingreso corriente sería lo suficientemente gran-
esquemas de seguro de desempleo basados en con- de como para generar incentivos para negociar con
tribuciones nominativas a cuentas individuales que los empleadores un contrato sin beneficios a cam-
pueden convertirse en fondos jubilatorios pueden bio de un mayor ingreso corriente.
minimizar el impacto negativo del esfuerzo de bús-
queda.30 30En Cortázar et al. (1995) puede verse una propuesta de seguro
Para expandirse y contraerse en forma con- de desempleo en estos términos.
292

Capítulo 8

Cuadro 8.4 Programas de generación de empleo en la región

Beneficiarios Gastos

Miles de Porcentaje de la Millones de Porcentaje


País trabajadores fuerza laboral total US$ del PIB

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Argentina 892,2 9,31 249,2 0,09

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Brasil 221,8 0,49 1.188,8 0,21
Chile 4,3 0,10 1,4 0,00
Costa Rica 8,1 0,71 3,3 0,04
Jamaica 6,0 0,61 21,2 0,50
México 1.024,0 4,42 1.802,0 0,51
Perú 27,8 0,93 100,0 0,19

Fuente: Basado en Verdera (1998).

Programas de generación de empleos zaron para construir obras públicas en pequeña


escala intensivas en mano de obra (en muchos
Los programas de generación de empleos son una casos obras de infraestructura social, pero también
reacción natural del gobierno frente al desempleo caminos y pequeñas obras de saneamiento) ejecu-
creciente. Políticamente, muestran la preocupación tadas por una amplia gama de organismos, entre
de las autoridades por la situación de los trabajado- ellos los gobiernos locales y estatales y diferentes
res y, al proveer empleos, atacan directamente al ONG.
problema. Con fines analíticos, conviene separar Por su parte, en Brasil el programa PROGER
las obras públicas intensivas en mano de obra de funciona a través de líneas de crédito ofrecidas por
los subsidios salariales al sector privado. medio del sistema nacional de bancos de desarrollo
El cuadro 8.4 contiene una descripción resu- a pequeñas empresas, cooperativas, ONG y otras
mida de los programas de generación de empleos asociaciones de la sociedad civil. Este mecanismo
en siete países de la región a fines de 1995: Argen- permite eludir los gobiernos subnacionales en la
tina, Brasil, Chile, Costa Rica, Jamaica, México y ejecución de obras, con el fin de evitar la creación
Perú. Estos países representan un amplio espectro de subsidios presupuestarios. Sin embargo, las eva-
de las variaciones observadas en términos de luaciones del programa PROGER no han sido opti-
desarrollo de políticas, capacidad operativa y expo- mistas en cuanto a los resultados logrados en
sición a la volatilidad de los mercados inter- términos de generación de empleos (Gobierno de
nacionales de capital. Verdera (1998) resume las Brasil, 1998).
descripciones y características de los programas y Hacia mediados de la década del noventa
proporciona un análisis más detallado. Chile no contaba con un programa de generación
Argentina cuenta con el conjunto más variado de empleos como tal, aunque tenía varios peque-
de programas de generación de empleos, los que ños programas muy focalizados destinados a abor-
comprenden una combinación de obras públicas y dar las condiciones de vida que pudieran
subsidios al empleo privado. El gobierno federal obstaculizar la inserción de determinados grupos
también financia obras públicas intensivas en en el mercado laboral. A fines de los años noventa,
mano de obra como medio de generación de sin embargo, se introdujeron una serie de progra-
empleos. El gobierno federal financió y supervisó mas e iniciativas para paliar los costos de la cre-
programas como Trabajar y otros similares a través ciente tasa de desempleo.
del Fondo Nacional de Empleo (costeado mediante Costa Rica utiliza las obras públicas, los subsi-
el impuesto sobre la nómina). Los recursos se utili- dios salariales y el crédito a pequeñas empresas
293

Una nueva agenda de política laboral

como mecanismos para promover la generación de El éxito de las obras públicas intensivas en
empleos. El crédito destinado a este fin en peque- mano de obra como instrumento de apoyo de
ñas empresas también es ampliamente utilizado en ingresos depende de tres características principa-
Jamaica mediante una serie de programas, algunos les. En primer lugar, estos programas son financia-
de los cuales incluyen asimismo una forma de dos por el gobierno central y ejecutados por
capacitación a corto plazo. Jamaica cuenta con un organizaciones locales (gobiernos locales u ONG),

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


programa de capacitación y empleo temporal para que normalmente tienen a su cargo la selección de

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


jóvenes desempleados, que tiene por objeto facili- las obras por ejecutarse y los beneficiarios. Por lo
tar su inserción en el mercado laboral. tanto, las obras públicas intensivas en mano de
México utiliza las obras públicas (caminos obra requieren una amplia y sólida red de institu-
rurales y otras obras de infraestructura social) ciones a nivel local, con la capacidad técnica y ope-
como mecanismos de generación de empleos. Los rativa para seleccionar las obras por realizarse,
programas se financian mediante asignaciones de organizar el proceso de producción y canalizar los
ingresos generales (no a través de impuestos sobre recursos a los necesitados. Gran parte del éxito de
la nómina) en el presupuesto del gobierno federal, estos programas depende de la existencia de una
y las obras son ejecutadas por los estados y los relación bien estructurada entre el gobierno central
gobiernos locales. y los organismos ejecutores. No hay una forma
Por último, Perú utiliza incentivos legales, un única de llevar a cabo esta relación. Para mencio-
fondo de inversión social y un programa de crédito nar sólo dos ejemplos, Argentina financia obras
a pequeñas empresas y microempresas como ins- que están aprobadas por un organismo del gobier-
trumentos para promover el empleo. La reforma de no central y son ejecutadas en su mayor parte por
la ley de trabajo de 1991 introdujo varias de las for- los gobiernos locales; Brasil asigna recursos casi
mas más precarias de contratos laborales, permi- automáticamente sobre la base de las necesidades
tiendo que las compañías empleen trabajadores sin regionales, y los gobiernos subnacionales seleccio-
generar derecho a indemnizaciones por despido en nan las obras. En cualquier caso, lo importante es
los contratos a plazo fijo. Foncodes, un fondo de que el diseño de la relación entre el financiamien-
inversión social, también se utiliza como un meca- to y la ejecución de las obras se adecue a la estruc-
nismo de generación de empleos que puede ajus- tura institucional y política del país. Los países más
tarse rápidamente a la situación de los mercados federalistas deben respetar la autonomía local para
laborales locales. Sin embargo, no están claros la la selección de las obras y asignar presupuestos
capacidad o el interés de la administración del Fon- mediante criterios objetivos; los más centralizados
codes para generar empleos en vez de la ejecución podrán escoger mejor las obras y distribuir recur-
física de obras públicas (Verdera, 1998). sos a nivel central, manteniendo la responsabilidad
de la ejecución en los ámbitos locales.
Obras públicas intensivas en mano de obra. Las obras En segundo lugar, el nivel salarial y los crite-
públicas intensivas en mano de obra han sido el ins- rios para elegir a los beneficiarios se fijan a nivel
trumento preferido para enfrentar los shocks que central, mientras que las organizaciones locales tie-
afectan a toda la economía. El número y la diversi- nen a su cargo la selección de los beneficiarios. De
dad de programas que existen en la región mues- esta manera, existe un cierto grado de tensión
tran que los gobiernos prefieren gastar más recursos entre los criterios fijados a nivel central y la reali-
en generar empleos que en otros mecanismos para dad política y social local dentro de la que se reali-
proveer apoyo de ingresos a los desempleados. Una za la selección. Existen múltiples formas de
de las principales ventajas de tales programas es resolver o por lo menos mitigar las consecuencias
que son autofocalizados, y en consecuencia pueden de esta tensión. La participación comunitaria resul-
implementarse sin las demoras que se requieren ta útil para supervisar que los recursos no se desví-
para poner en práctica un mecanismo de focaliza- en a través del favoritismo político u otras formas
ción (Grosh, 1994; Ravallion, 1998). de corrupción, aunque nada garantiza que existirá
294

Capítulo 8

el nivel necesario de participación comunitaria. Un blema de que las obras públicas intensivas en mano
complemento válido para esta última es un sistema de obra son contracíclicas. Como el volumen de
de muestreo aleatorio de proyectos y beneficiarios recursos destinados al programa es una decisión
por parte del organismo del gobierno central encar- política, no existen formas de garantizar que acom-
gado de supervisar el programa para verificar si pañen al ciclo económico, expandiéndose en las
están desviándose recursos. Esto implica una con- desaceleraciones y contrayéndose en las recupera-

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


siderable inversión de recursos en muestreos y ciones. De hecho, la experiencia en la región indi-

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


supervisión, la que se verá compensada por una ca que una vez que los programas se inician, es
mayor transparencia y una mejor focalización de muy difícil reducir su magnitud.
los beneficiarios.
Por último, la virtud de la autofocalización Subsidios salariales. Los subsidios a los empleos del
está acompañada por el inconveniente de los bajos sector privado son mucho menos comunes que los
salarios. Para dirigir los recursos a los grupos nece- programas de obras públicas intensivas en mano de
sitados y evitar inducir distorsiones en los merca- obra. Argentina es el único caso en que se usaron
dos laborales locales, en las obras públicas ampliamente los subsidios salariales, e incluso allí
intensivas en mano de obra los salarios se fijan por el alcance de estos programas se ha reducido
debajo del salario de mercado del correspondiente recientemente como consecuencia de las críticas
mercado laboral. La literatura sobre programas de del movimiento sindical.
ayuda laboral en los países desarrollados sugiere Estos subsidios funcionan mediante la reduc-
que este mecanismo de focalización tiene un costo, ción del impuesto sobre la nómina y/o las indem-
en términos de estigmatizar a quienes participan nizaciones por despido en los contratos laborales
en el programa (Lightman, 1995), y en términos de de determinados grupos de trabajadores (como los
discriminación política y social de los trabajadores jóvenes, las mujeres o los excombatientes). Esta
por parte de los administradores de los programas característica permite introducir contratos de
(Rose, 1994). Los trabajadores de bajos ingresos, en empleo más flexibles (o precarios) en un proceso
particular, pueden sufrir el estigma de participar en de reforma de la regulación del mercado laboral.
programas en los que no se imparten conocimien- De hecho, este fue el papel que desempeñaron
tos a los participantes. Graham (2002) y Grosh dichos programas en Argentina en 1995. Pero al
(1994) refieren efectos estigmatizantes similares en mismo tiempo, esto los coloca en el centro de un
el programa chileno de empleo temporal durante debate político sobre flexibilidad del mercado labo-
los años ochenta. Este problema no tiene fácil solu- ral, lo que en gran medida explica por qué fueron
ción, a menos que se eleven los salarios a los nive- eliminados gradualmente en 1998.
les del mercado, lo que en la mayoría de los casos Sin embargo, como están focalizados en
sería imposible, en vista de las limitaciones de determinados grupos, los subsidios salariales modi-
recursos. fican los precios relativos de diferentes tipos de tra-
En resumen, las obras públicas intensivas en bajadores en favor del grupo objetivo e inducen
mano de obra no generan importantes distorsiones grandes distorsiones en el mercado laboral, una de
en el mercado laboral en la medida en que ofrecen las cuales, y no la menos importante, es la sustitu-
salarios inferiores a los vigentes y pueden propor- ción de trabajadores no subsidiados por trabajado-
cionar una fuente de ingresos a los trabajadores res subsidiados.31 Para mitigar este problema,
temporalmente desempleados. La cobertura depen-
de del volumen de recursos asignados al programa,
aunque no existen razones intrínsecas por las que 31 Más formalmente, se produce un efecto de costo hundido cuando

la cobertura de trabajadores de baja calificación los empleos subsidiados habrían sido creados de todos modos sin el
subsidio, y se produce un efecto de sustitución cuando los trabaja-
pudiera ser tan amplia como fuera necesario para dores subsidiados reemplazan a los no subsidiados (Calmfors,
reducir el desempleo al nivel fijado como meta. 1994). El requisito de adicionalidad aborda el efecto de costo hun-
dido, mientras que los efectos de sustitución sólo se previenen en el
Esta misma propiedad, sin embargo, plantea el pro- margen.
295

Una nueva agenda de política laboral

Cuadro 8.5 Programas de capacitación en la región

Beneficiarios Gastos

Miles de Porcentaje de la Millones de Porcentaje


País trabajadores fuerza laboral total US$ del PIB

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Argentina 133,0 1,4 95,6 0,04

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Brasil 740,5 1,6 310,2 0,06
Chile 36,6 0,8 18,3 0,03
Costa Rica 13,1 1,2 60,6 0,73
Jamaica 43,5 4,4 18,6 0,44
México 410,3 1,8 135,0 0,04
Perú 1,5 0,1 5,0 0,01

Fuente: Basado en Verdera (1998).

normalmente existe un requisito de adicionalidad, cia requieren decisiones administrativas. En la


en virtud del cual sólo se otorgan subsidios a unos medida en que con frecuencia son percibidos como
pocos nuevos empleados que amplían la nómina de un mecanismo destinado a introducir contratos de
pagos. A su vez, ello requiere la determinación de empleo más flexibles (o más precarios), pueden ser
una línea de base de empleados y el control de las objeto de debates políticos, lo que hace que las
nuevas contrataciones. En teoría, esta es la función decisiones sobre su implementación resulten cos-
que desempeña normalmente el ministerio de tosas desde el punto de vista político. Esta ha sido
trabajo. En la práctica, los ministerios tienen esca- la experiencia en Argentina, donde estos progra-
sa capacidad para aplicar las disposiciones. Esta mas se eliminaron gradualmente en el contexto de
debilidad impide determinar las bases de referen- un rechazo de regulaciones laborales de mayor
cia y controlar la contratación de trabajadores sub- alcance en 1998.
sidiados, lo que convierte a la sustitución de
trabajadores en un problema extendido. Como con- La capacitación como programa
secuencia, no queda claro si estos programas crean de transferencia de ingresos
en realidad un mayor número de empleos que los
que se hubieran generado sin el subsidio. El cuadro 8.5 presenta algunas estadísticas resumi-
En resumen, los programas de subsidio sala- das sobre los programas de capacitación utilizados
rial tienden a producir grandes distorsiones en el como instrumentos para transferir ingresos en
mercado laboral en su intento por modificar los siete países de la región a fines de 1995 (Verdera,
salarios relativos de diferentes tipos de trabajado- 1998). Estos programas fueron ampliamente utili-
res. Como por diseño los programas deben estar zados en particular para jóvenes desempleados, a
explícitamente focalizados, requieren un aparato través de becas otorgadas durante el período de
integral de aplicación que con frecuencia no existe, capacitación en aula (normalmente de tres a seis
lo que vuelve insoluble el problema de la focaliza- meses) y en ciertos casos mediante asistencia para
ción. Sin embargo, incluso en los países de la la búsqueda de trabajo y/o períodos de aprendizaje
OCDE, que cuentan con sistemas sofisticados de en empresas privadas. En la mayor parte de los
registro y aplicación, estos subsidios están minimi- casos, los programas fueron financiados por el
zándose en vista de los resultados negativos de las gobierno, y los servicios fueron prestados por pro-
evaluaciones (Martin y Grubb, 2001). veedores privados de servicios de capacitación y
Los programas tienden a ser contracíclicos, ONG con escasa o ninguna intervención de las ins-
expandiéndose y contrayéndose, y en consecuen- tituciones nacionales de capacitación tradicionales.
296

Capítulo 8

Debe advertirse que una característica común empleadores privados que toman aprendices ofre-
de este grupo de programas es que con frecuencia ciéndoles contratos promocionales de empleo.
utilizan las actividades de capacitación como resul- Brasil utiliza licitaciones públicas para la pro-
tado de referencias de un servicio de intermedia- visión de servicios de capacitación, pero el progra-
ción. Los programas son una parte periférica del ma funciona en forma altamente descentralizada.
sistema de capacitación, que deberá poder adaptar- El Programa Nacional de Qualificação do Trabalha-

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


se en forma contracíclica manteniendo al mismo dor (Planfor) se financia a través del Fundo de

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


tiempo sus funciones básicas de capacitación de Amparo ao Trabalhador (FAT), que a su vez se cos-
aptitudes básicas, intermediación y educación, que tea mediante el impuesto sobre la nómina. Los
contribuyen al logro de mayores niveles de aptitu- recursos se asignan a los estados y los gobiernos
des e ingresos en el país. En vista del elevado per- locales, que a su vez contratan a los proveedores
fil público de estos programas, probablemente (privados y públicos) mediante licitación pública.
representen la mayor oportunidad de reforma de Los estados deben presentar planes anuales de
los sistemas de capacitación. capacitación a la administración del Planfor, y los
La tecnología operativa básica de estos pro- fondos se asignan en proporción al porcentaje del
gramas se basó en Chile Joven, un programa pio- estado en la fuerza laboral total. Actualmente, este
nero de capacitación de jóvenes que combina becas método de asignación está modificándose con el
de capacitación en aula con un aprendizaje de tres objeto de reflejar el nivel de pobreza y educación
meses en una empresa privada. En vez de adquirir del estado y la experiencia pasada en la ejecución
directamente los servicios de capacitación, los de programas anuales de capacitación. Es intere-
recursos se utilizan para crear un fondo adminis- sante señalar que las instituciones nacionales de
trado por un organismo del gobierno central. El capacitación (en el caso de Brasil, el sistema
organismo solicita propuestas de proyectos de capa- SENAI-SENAC) participan en el proceso de licita-
citación, y los fondos se otorgan mediante licitacio- ciones como otros proveedores de servicios de
nes abiertas. Las propuestas deben describir el capacitación, generando así una interesante diná-
contenido de los cursos por dictarse y las empresas mica financiera institucional en el sistema global
privadas deben comprometerse a aceptar a los par- de capacitación.
ticipantes como aprendices por un determinado Costa Rica utiliza una institución nacional de
período, normalmente de tres meses. La provisión capacitación para canalizar la provisión de servicios
de becas funciona como una transferencia de ingre- a trabajadores semiespecializados y especializados
sos a los beneficiarios, a quienes remueve de las lis- que se encuentran desempleados. Dicha institución
tas de desempleados y les proporciona algún tipo usa sus propias instalaciones e instructores para
de experiencia en el mercado laboral durante el establecer y proporcionar programas de capacita-
aprendizaje. Estos tres efectos beneficiosos del pro- ción a trabajadores de bajos ingresos provenientes
grama Chile Joven se adaptan adecuadamente a de zonas urbanas marginales, trabajadores desplaza-
situaciones caracterizadas por elevadas tasas de dos del sector público y trabajadores discapacitados.
desempleo juvenil.32 No obstante, otros países de la La institución puede subcontratar a otras institucio-
región han emulado su metodología, ajustándola a
las necesidades de otros grupos de población.
Entre los países que figuran en el estudio al
que aquí se hace referencia, Argentina, Chile y 32 De hecho, el mecanismo de contratación de Chile Joven fue una
Perú cuentan con programas inspirados en el dise- forma de crear incentivos para que los proveedores de servicios de
capacitación modificaran el contenido de sus cursos aumentando su
ño de Chile Joven, cuyos beneficiarios son jóvenes calidad y pertinencia para el mercado laboral. Esto generó presio-
desempleados de bajos ingresos. Argentina tam- nes en favor de la renovación del contenido y de la estructura insti-
tucional del sistema de capacitación, ya que las empresas que
bién ha utilizado los mecanismos de contratación aceptaban a los aprendices controlaban la pertinencia y la suficien-
de Chile Joven para formular programas de capaci- cia de la capacitación provista. En consecuencia, el programa fue
visto debidamente como un instrumento para modernizar al sistema
tación para otros grupos, y ha otorgado subsidios a de capacitación y vincularlo a las actividades productivas reales.
297

Una nueva agenda de política laboral

nes de capacitación, aunque no se han utilizado mercado laboral que para actualizar o mejorar las
mecanismos especiales de focalización. aptitudes de los trabajadores desplazados de secto-
Jamaica utiliza varios programas para proveer res que atraviesan períodos de decadencia.
servicios de adiestramiento a trabajadores jóvenes El principal desafío que debe enfrentar el
no calificados desempleados, pero el mecanismo diseño de estos programas proviene de la existencia
de transferencia de ingresos consiste en otorgar de instituciones nacionales de capacitación, que

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


empleos temporarios en vez de becas durante la normalmente son proveedores públicos monopóli-

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


capacitación. cos financiados a través del impuesto sobre la
México cuenta con el programa de capacita- nómina, sin incentivos para adaptar la naturaleza
ción y transferencia de ingresos más grande de la de sus actividades y clientela a los retos que supo-
región, y lo utiliza eficazmente como mecanismo ne un elevado desempleo. Con el fin de superar
de protección de trabajadores desempleados y des- este obstáculo, los programas son organizados por
plazados. El Programa de becas de capacitación un fondo común de recursos administrado por un
para trabajadores (Probecat) se expande y se con- agente especializado en el ámbito del gobierno cen-
trae de acuerdo con el ciclo económico. Provee tral. Este agente a su vez licita los recursos entre
becas a los beneficiarios, y las oficinas estatales del proveedores privados que ejecutan los programas
ministerio de trabajo organizan diversos programas de capacitación en forma descentralizada. Estos pro-
de capacitación que se brindan localmente. Las veedores deben celebrar acuerdos con empresas del
evaluaciones del programa señalan que ha sido sector privado para asegurar que los participantes
relativamente exitoso como medio de capacitación, cuenten con los períodos de aprendizaje conveni-
incrementando los ingresos y las posibilidades de dos, haciendo que las empresas privadas controlen
empleo de los beneficiarios, aunque sus efectos efectivamente la calidad y la pertinencia de los pro-
positivos tienden a ser mayores a medida que gramas de capacitación. Otro subproducto intere-
aumenta el nivel de escolaridad de los participan- sante de este proceso es el desarrollo de vínculos
tes (STPS, 1995). Después de 1999 el nuevo gobier- más estrechos entre las empresas y los proveedores
no mexicano introdujo varias reformas al Probecat de la capacitación, lo que hace que estos últimos
con la finalidad básica de racionalizar los servicios actúen efectivamente como proveedores de servi-
de intermediación para trabajadores desempleados cios de asistencia para la búsqueda de empleos.
y, en algunos casos, reducir el componente de En comparación con las obras públicas inten-
capacitación. Las evaluaciones disponibles indican sivas en mano de obra, los programas de capacita-
que la mayor vinculación con los servicios de inter- ción tienden a ser más costosos por beneficiario, ya
mediación ha producido resultados positivos y ha que una mayor parte de los recursos se destina a
reducido el costo de las intervenciones (GEA y Aso- pagar a los proveedores de capacitación. Sin embar-
ciados, 2003). go, el cálculo de los beneficios debe incluir el cam-
Los programas de capacitación a corto plazo bio a largo plazo en la estructura del sistema de
funcionan como mecanismos de apoyo de ingresos capacitación y el desarrollo de servicios de asisten-
mediante la provisión de becas a los participantes cia para la búsqueda de empleos, que son externa-
durante la capacitación en aula y los períodos de lidades positivas de estos programas.33
aprendizaje, normalmente por espacio de cuatro a
seis meses. El valor de las becas está por debajo del
salario pertinente de mercado y los períodos de
aprendizaje se realizan en empresas privadas
33 Estos programas de capacitación de emergencia han creado la
mediante acuerdos suscritos con los proveedores oportunidad de introducir innovaciones institucionales en un sistema
de la capacitación. La corta duración de las activi- de capacitación caracterizado por el poder monopólico de institu-
ciones financiadas a través del impuesto sobre la nómina. La difu-
dades en aula hace que estos programas resulten sión de estas innovaciones en el sistema general de capacitación
más adecuados para capacitar en la búsqueda de vocacional hará que este satisfaga más exitosamente las necesida-
des de actualización de los trabajadores afectados por el proceso
trabajo a los jóvenes que recién se incorporan al normal de pérdida de empleo.
298

Capítulo 8

La disposición de los programas facilita a los el impacto del mismo programa sobre los salarios y
organizadores la focalización administrativa de gru- la probabilidad de empleo, e informan que las
pos de población, y los programas han tenido bas- mujeres mayores de 25 años constituyen el único
tante éxito en atraer a jóvenes desempleados. Sin grupo que se beneficia.
embargo, debe señalarse que los programas podrí- Bravo y Contreras (2000) usan un cambio en
an resultar demasiado eficaces para atraer los gru- las normas entre dos diferentes grupos de partici-

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


pos objetivo. Por ejemplo, en 1996 las tasas de pantes en el programa Chile Joven para inferir la

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


participación de jóvenes en México se incrementa- forma en que la modificación en la estructura de
ron tanto que incluso cuando se elevó la tasa de incentivos de los proveedores de capacitación
empleo del grupo, también lo hizo su tasa de des- puede alterar la colocación de los participantes.
empleo. Si bien no existen pruebas formales de que Hasta 1994 los proveedores recibían un pago por
este fuera el resultado de la expansión de los pro- proporcionar capacitación en aula y colocar a los
gramas de capacitación (en particular Probecat) en participantes en pasantías en empresas, sin com-
ese año, se observa una sugestiva asociación entre pensación adicional si estos últimos obtenían un
la propagación de los programas, la disminución de contrato laboral en vez de una pasantía. En 1995 se
las tasas de matriculación escolar y el aumento de introdujo una nueva regla en el programa, en vir-
la participación de los grupos objetivo en la fuerza tud de la cual el proveedor recibiría una compen-
laboral y el empleo. sación monetaria del gobierno si al finalizar el
Elías, Cossa y Ruiz-Núñez (2001) analizan el período de capacitación, el participante obtenía un
impacto de una de las rondas del programa Joven contrato de trabajo en vez de una pasantía en una
en Argentina sobre los salarios y la posibilidad de empresa. Este detalle permitió a los autores com-
empleo. El programa ofreció una beca a segmentos parar las tasas de colocación antes y después del
particularmente desaventajados de la fuerza laboral cambio.
para participar en un programa de capacitación (de Bravo y Contreras concluyen que la modifica-
tres a seis meses en aula y dos meses de práctica en ción en la estructura de incentivos financieros
una empresa). La población objetivo estaba consti- redujo la tasa de deserción del programa y tuvo un
tuida por desempleados de 16 a 30 años que no impacto positivo sobre las tasas de colocación. Los
habían completado la escuela secundaria y poseían autores calculan que dichas tasas crecieron un 13%
escasa experiencia en el mercado laboral. Una ter- después de neutralizar el efecto de posibles dife-
cera parte de los beneficiarios eran mujeres y dos rencias en la composición del grupo beneficiario
terceras partes tenían menos de 24 años. Utilizan- entre los dos grupos, utilizando tecnologías de
do diversos métodos para estimar el empareja- emparejamiento.
miento, los autores concluyen que el programa En resumen, estos programas tienden a gene-
ejerció un mayor impacto sobre los salarios, con un rar externalidades positivas en el mercado laboral,
débil efecto no significativo sobre la probabilidad más allá del propio proceso de capacitación, facili-
de encontrar empleo. El impacto sobre los salarios tando la inserción de trabajadores jóvenes y crean-
equivalió a un aumento de cerca del 10% sobre el do experiencia en la operación de mecanismos de
salario anterior, y fue mayor en el caso de las muje- intermediación en el mercado laboral (asistencia
res, lo que implica que estas tienden a beneficiarse en la búsqueda de empleo). En términos de cober-
más de la capacitación recibida a través del progra- tura, la naturaleza de la capacitación provista hace
ma. En términos del análisis de costo-beneficio, los que los programas resulten adecuados para los
autores concluyen que dependiendo de los supues- jóvenes desempleados. Como ocurre en el caso de
tos sobre costo y estimando que el efecto del pro- cualquier programa de capacitación, no debe espe-
grama se extienda a cinco años, las tasas internas rarse que generen nuevos empleos, sino antes bien
de rendimiento varían entre 2,4% y 7%. que proporcionen alguna experiencia a quienes se
Aedo y Núñez (2000) utilizan grupos de con- incorporan al mercado laboral. Como los jóvenes
trol y estrictas técnicas de estimación para evaluar desempleados constituyen un problema perma-
299

Una nueva agenda de política laboral

nente en este mercado, tales programas no deben les a través de grupos consultivos integrados por las
considerarse instrumentos contracíclicos, sino autoridades locales y organizaciones de la sociedad
herramientas permanentes de un sistema de inter- civil parecen haber dado resultados diversos. Es
mediación laboral que funciona adecuadamente, interesante señalar que las autoridades locales
herramientas que pueden ampliarse y contraerse organizan los trabajos por realizarse, pero las trans-
en forma contracíclica en función de la demanda. ferencias se efectúan a través del sistema bancario.

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Como el acceso al programa es básicamente uni-

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Transferencias en efectivo versal, es preciso racionar las prestaciones, lo que
hace que los criterios de admisión no sean sufi-
La forma más directa e inmediata de proteger el cientemente transparentes.
ingreso de los trabajadores desempleados es a tra- Las transferencias en efectivo inducen distor-
vés de transferencias en efectivo a las familias que siones en el mercado laboral, incrementando los
caen por debajo de un nivel predeterminado de salarios de reserva y creando incentivos contra el
ingresos. Si bien el criterio para recibir prestacio- trabajo. Como en la mayoría de los casos no se
nes del programa se formula en términos de ingre- requieren trabajos de contrapartida (lo que hace
so familiar per cápita, los bajos niveles de ingreso que la participación sea prácticamente gratuita),
familiar están asociados con el desempleo o los estos programas también demandan un complicado
bajos salarios (Hausmann y Székely, 1999). mecanismo de focalización, y un complejo sistema
En general, los programas de transferencias de verificación y fiscalización para evitar fraudes
en efectivo están dirigidos a los segmentos más mediante la inclusión de familias que no precisan
pobres de la población, que no pueden obtener en ayuda y para impedir la exclusión de las verdade-
el mercado laboral un nivel mínimo de ingresos ramente necesitadas. Las transferencias en efectivo
para sobrevivir. En muchos casos, dichas transfe- también tienden a crear derecho a las prestaciones
rencias forman parte de un programa más amplio entre los beneficiarios, haciendo difícil ajustar el
destinado a proteger e incrementar la capacidad de número de estos últimos o el monto de las presta-
las familias de bajos ingresos para mantener y acu- ciones en forma contracíclica.
mular capital humano, y en consecuencia “gra- Las evaluaciones de las transferencias condi-
duarse” del programa.34 Como tales familias ya son cionales en efectivo muestran que estos programas
pobres, los shocks idiosincrásicos o aquellos que resultan eficaces para proteger el capital humano
afectan a toda la economía pueden menoscabar su de los pobres. Sin embargo, poco se sabe por expe-
capacidad para mantener niveles mínimos de con- riencia de los efectos de las transferencias incondi-
sumo. Por lo tanto, las transferencias en efectivo cionales, como las del programa Jefes y jefas de
pueden ayudarles a equilibrar dichos niveles. hogar en Argentina, el cual podría llegar a evaluar-
La crisis argentina de 2001 dio lugar a un se gracias a un nuevo conjunto de datos que se ha
nuevo tipo de programa de transferencia en efecti- dado a conocer recientemente en ese país.
vo denominado Jefes y jefas de hogar. Se trata de
un plan básicamente universal dirigido a jefes de
hogar desempleados, que proporciona transferen-
cias en efectivo a los beneficiarios registrados y no
está condicionado por su nivel de recursos. Para
registrarse, los postulantes deben estar desemplea-
dos y poder aportar algunas horas de trabajo, nor-
34 La justificación de programas como la Bolsa Escola en Brasil, el
malmente a una institución de servicios sociales de
Programa de Asignaciones Familiares (PRAF) en Honduras, las
la zona. No queda claro si esta norma se aplica ade- becas de retención escolar en Argentina, y la Beca Alimentaria en
Venezuela es evitar que se perpetúe un círculo vicioso de pobreza.
cuadamente, ya que el control está a cargo de los En consecuencia, estos programas requieren que los niños se man-
gobiernos locales. Aun cuando todavía no han sido tengan en la escuela o que se asista a servicios de atención prima-
ria de la salud durante el embarazo como mecanismos destinados
evaluados, los intentos por instituir controles socia- a evitar la transmisión de la pobreza a la siguiente generación.
300

Capítulo 8

La creación de un sistema emparejamiento de empleos y trabajadores que


buscaron trabajo durante más tiempo compensa el
El escepticismo acerca del seguro de desempleo en costo del desempleo y el producto sacrificado para
la región se basa tanto en la posibilidad de abusos niveles moderados de seguro de desempleo.
como en el efecto negativo sobre el empleo y el Sin embargo, debe destacarse que el seguro de
producto que podría resultar del menor esfuerzo de desempleo puede incrementar el costo de la mano

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


búsqueda por parte de los desempleados asegura- de obra, y en consecuencia tener un efecto negati-

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


dos. La preocupación por el abuso y la corrupción vo sobre la demanda de trabajo.35 Para minimizar el
es bastante comprensible, particularmente en paí- posible efecto negativo sobre el empleo, el seguro
ses en los que una elevada proporción de la fuerza de desempleo debe considerarse como un contra-
laboral trabaja en empleos no regulados o por cuen- peso de la reducción de las indemnizaciones por
ta propia. También contribuyen a ese escepticismo despido establecidas legalmente. Además, este
los antecedentes de una aplicación deficiente de seguro sólo es sostenible como mecanismo de pro-
las regulaciones laborales, ya que la falta de regis- tección y sólo para trabajadores con contratos de
tros adecuados de los contratos de trabajo ante las trabajo registrados y regulados. Los gobiernos aco-
autoridades laborales hacen difícil imaginar la sados por crisis macroeconómicas podrían verse
forma en que podría evaluarse la elegibilidad para tentados a extender las prestaciones a no contribu-
el seguro de desempleo. Los países que carecen de yentes si las condiciones de elegibilidad y benefi-
sistemas viables de aplicación y registro en el mer- cios no son estables y no están bien definidas desde
cado laboral deberían asignar prioridad al desarro- un principio (aun cuando varíen a lo largo del
llo de esa capacidad antes de analizar la posibilidad ciclo). Por el contrario, las condiciones bien defini-
de instituir un seguro de desempleo. das de elegibilidad y un costo razonable pueden
La creación de cuentas individuales incre- inducir a trabajadores y empleadores a registrar
menta el control social sobre el fondo de seguro. contratos laborales que de otra manera no se regis-
Esto constituye una ventaja en aquellos países que trarían.36
han reformado su sistema de pensiones adoptando En el caso de quienes no tienen acceso al
un régimen basado en cuentas individuales (como seguro de desempleo, es preciso establecer diversos
Chile, Argentina y Uruguay). El establecimiento de mecanismos, de acuerdo con las razones de esa
normas claras y bien fiscalizadas sobre contribucio- falta de acceso. Tales programas son una forma de
nes a la cuenta de solidaridad por parte de los seguro de ingresos. Uno de los primeros ejemplos
empleadores y la tesorería crearía suficientes con- es el de los programas de apoyo a la reinserción
troles formales para asegurar un funcionamiento que se utilizaban en los años noventa para atender
transparente y eficiente del sistema. a los trabajadores afectados por la privatización de
La implementación de un seguro de desem- las empresas públicas (véase el recuadro 8.2). Estos
pleo plantea inquietudes acerca del costo que un programas utilizan herramientas del sistema de
menor esfuerzo de búsqueda representaría en capacitación e intermediación para proporcionar
materia de producto y de empleo. Dicho costo debe apoyo de ingresos a trabajadores excluidos del segu-
ponderarse en función de los beneficios que se ro de desempleo. Las limitaciones de financia-
obtienen cuando una búsqueda más prolongada miento hacen que estos programas deban estar
por parte de los trabajadores desempleados se tra- focalizados.
duce en una mejor equiparación de empleos y tra-
bajadores y, por consiguiente, en una combinación
más adecuada de empleos que incrementa la pro- 35 Enel capítulo 7 puede verse un análisis de los impuestos sobre el
ductividad y el producto. Acemoglu y Shimer trabajo y su impacto sobre la demanda de mano de obra.
(1999a) analizan un modelo del mercado laboral de 36 Esta es una de las explicaciones que se han sugerido para justi-
graduados de escuelas secundarias en los Estados ficar el aumento de las inscripciones en el nuevo sistema chileno, en
el que las proyecciones sobre afiliación se cuadruplicaron después
Unidos, cuyos resultados indican que un mejor de nueve meses de funcionamiento del sistema.
301

Una nueva agenda de política laboral

Recuadro 8.2 Apoyo a la reinserción de trabajadores desplazados1

El apoyo a la reinserción de trabajadores desplazados o para el empleo independiente. Los resultados de

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


procura ayudar a los trabajadores desplazados a reingre- estos programas han sido muy variados. La recapaci-
sar en el mercado de trabajo o a convertirse en trabajado- tación tiene que focalizarse y depender de la deman-

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


res independientes. Estos programas son valiosos tanto da para que sea costo-efectiva.
política como socialmente, ya que brindan una demostra-
ción tangible del compromiso del gobierno de asistir a los Empresa de los empleados. Según esta moda-
trabajadores. Los programas focalizados pueden ayudarlos lidad, el gobierno o la empresa privatizada provee
a encontrar empleos alternativos. las instalaciones para que los empleados establez-
can su propio negocio. Algunas opciones son:
Los principales tipos de apoyo son: • Tercerización de servicios a empleados reciente-
mente separados de la empresa.
Asesoramiento, que –además de informar sobre • Instalaciones sencillas de trabajo (depósito, gara-
los servicios de apoyo al alcance del trabajador des- jes, oficinas pequeñas).
plazado– podría incluir elementos de trauma, y • Incubadoras de negocios donde las instalaciones
orientación financiera y para la vida en general. El de trabajo reciben el apoyo de consejos sobre nego-
asesoramiento es el primer (y el mínimo) nivel de cios, equipos compartidos (fax, fotocopiadora), y
apoyo que el organismo ejecutor puede establecer cierto grado de orientación.
para ayudar a los trabajadores desplazados. Lo hay Algunos gobiernos han ayudado a los emple-
de diversos tipos. Y a pesar de que resulta costo-efec- ados a crear sus propias empresas para contratar
tivo suele descuidarse, debido en parte a una falta servicios que antes prestaba la empresa estatal, o a
de orientación clara. establecer un espacio de trabajo e incubadoras de
pequeños negocios. Las empresas de los empleados
Asistencia en la búsqueda de empleo, lo que tal vez solo ayuden a un grupo pequeño de trabaja-
podría incluir: dores, pero ofrecen la perspectiva de generar
• Ayuda para la colocación (intermediarios del empleo secundario.
empleo), para lograr el emparejamiento de los trabaja-
dores con las oportunidades del mercado de trabajo. Enfoques comunitarios, que recurren al gobier-
• Tiempo libre para buscar empleo antes de dejar el no local, las ONG y grupos comunitarios de autoa-
puesto actual. yuda, solos o en coalición, para crear oportunidades
• Apoyo para desarrollar aptitudes y confianza para de empleo en el ámbito local. Estas oportunidades
encontrar un nuevo empleo (aptitudes para las entre- pueden incluir programas de obras públicas que
vistas, evaluación de las destrezas personales, llenar ofrecen empleo temporal por medio de proyectos en
solicitudes de empleo, clubes de empleo). gran escala e intensivos en mano de obra.
La ayuda para buscar empleo puede ser valio- Incluir a la comunidad en estos planes puede
sa porque permite identificar las aptitudes del traba- resultar valioso en muchas circunstancias de reinser-
jador y emparejarlas con las oportunidades de ción de trabajadores desplazados, pero especial-
empleo. Los esfuerzos de búsqueda han dado resul- mente en regiones o ciudades monoindustriales con
tados positivos y cuando son focalizados, pueden grandes niveles de desempleo local.
resultar costo-efectivos. Tanto el enfoque comunitario como el de
obras públicas pueden brindar elementos de apoyo
Capacitación, que puede centrarse en distintas a los mercados laborales activos y pasivos allí donde
áreas de interés: el desempleo es crónico.
• Recapacitación y desarrollo de nuevas aptitudes
en los trabajadores para que puedan encontrar un Hay algunos límites en cuanto a lo que puede lograr-
nuevo empleo remunerado en cualquier parte. se solamente con el apoyo a la reinserción de trabajadores
• Capacitación en pequeñas empresas, microem- desplazados. Las políticas económicas que generan creci-
presas u otros medios de subsistencia, para ayudar miento económico sostenible ofrecerán a mediano plazo las
a los trabajadores desplazados a que encuentren mejores perspectivas para dichos trabajadores.
empleo como independientes y obtengan ingresos.
La recapacitación suele ser el elemento más
grande del programa de reinserción de trabajadores 1 Adaptado del Banco Mundial (2003).
desplazados. Puede brindarse para el empleo formal
302

Capítulo 8

En primer lugar, los cursos de capacitación a costo de proveer insumos complementarios no es


corto plazo podrían proporcionar a los trabajadores trivial en situaciones de contracción fiscal, y en
de baja calificación que se incorporan a la fuerza consecuencia existe la tentación de reducir o sim-
laboral la capacitación, la experiencia en el merca- plemente eliminar el requisito de esfuerzo de tra-
do laboral y la asistencia para la búsqueda de bajo con el fin de reducir los costos unitarios y
empleo que necesitan para acceder a un trabajo ampliar el número de beneficiarios con los mismos

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


regular. El valor de las becas podría diseñarse a un recursos. La paradoja es, sin embargo, que de esta

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


nivel lo suficientemente bajo como para no des- manera estos programas se convierten en simples
alentar la búsqueda en el mercado laboral local37, y e incondicionales transferencias de efectivo, per-
la focalización debería concentrar los recursos en diendo gran parte del atractivo de su diseño origi-
los jóvenes desempleados que no asisten a la escue- nal.38
la. Debe ponerse particular atención en atraer El diseño de los programas de obras públicas
exclusivamente a personas que se encuentran intensivas en mano de obra requiere que se tenga
fuera del sistema escolar, con el objeto de desalen- en cuenta el nivel de desarrollo del gobierno local
tar la deserción causada por el programa. Su finan- y la naturaleza de su relación financiera y política
ciamiento debe provenir del impuesto sobre la con el gobierno central. Muchas iniciativas destina-
nómina ya asignado a actividades de capacitación, das a establecer programas de generación de
manteniendo el sistema de provisión descentraliza- empleos han fracasado por no haber considerado
da de pasantías, que ha demostrado ser exitoso. las dimensiones política y organizativa de la sepa-
Debe asimismo proveerse financiamiento comple- ración que debe existir entre financiamiento y eje-
mentario (proveniente de recursos fiscales genera- cución. Nuevamente, los niveles salariales de los
les o de reservas específicas) de acuerdo con la programas deben ser lo suficientemente bajos
demanda de estos servicios, y este debería ser como para no desplazar oportunidades alternativas
mayor durante las desaceleraciones económicas y de empleo. Los programas deben financiarse con
menor durante las expansiones. recursos generales y no, como normalmente ocu-
Este tipo de programa tiene numerosas virtu- rre, con ingresos provenientes del impuesto sobre
des, una de las más importantes es que remueve a la nómina.39 El financiamiento debe proveerse de
las personas de las listas de desempleados. Sin acuerdo con la demanda, y los gastos ajustarse en
embargo, hay que considerar el valor de la capaci- función de la evolución de las tasas generales o
tación provista. En ciertos casos, la asistencia a los locales de desempleo, si se dispone de ellas.
cursos debe ser un requisito para la elegibilidad; en Las evaluaciones del programa Trabajar que
otros resulta más valioso el rol intermediario de se aplica en Argentina desde 1997 ofrecen varias
exponer a los beneficiarios a una pasantía en una enseñanzas importantes sobre el diseño y el impac-
empresa. En cualquier caso, y en vista de esta fle- to de los programas de ayuda laboral. Por ejemplo,
xibilidad de diseño, los programas de esta naturale- a fines de los años noventa la remuneración pro-
za deberán estar sujetos a una estricta evaluación medio de los participantes de Trabajar era alrede-
de sus efectos sobre los salarios y la probabilidad de dor de la mitad del salario bruto, y la distribución
empleo (véase el recuadro 8.3).
En el caso de los trabajadores desplazados de
baja calificación, las obras públicas intensivas en 37 El principal criterio es que las becas deberían estar por debajo
mano de obra constituyen el mecanismo preferido del salario de mercado que los trabajadores equivalentes obtienen
en el mercado laboral, y no en función del salario promedio global.
para proporcionarles trabajo en el ámbito local. La
38Podría sostenerse, por ejemplo, que el programa Jefes y jefas de
innovación de estos programas es que logran en
hogar de Argentina es simplemente una refocalización del progra-
pequeña escala lo que las grandes obras públicas ma Trabajar.
lograron en los años setenta y parte de los ochenta: 39 El uso de recursos provenientes del impuesto sobre la nómina
(que incrementan el costo de la mano de obra y por consiguiente
estimular la demanda de mano de obra canalizan- reducen la generación de empleos) para generar empleos es en
do recursos públicos a obras de construcción. El cierto sentido contradictorio.
303

Una nueva agenda de política laboral

Recuadro 8.3 La evaluación como instrumento

La evaluación de programas tiene una justificación direc- cador de interés, como el ingreso, el consumo, la asisten-

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


ta. Sin ella, no existe una forma confiable de determinar si cia a la escuela o la participación en la fuerza laboral. La
un programa está cumpliendo sus objetivos, si la situación distribución al azar también puede servir como modelo

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


de los presuntos beneficiarios ha cambiado, o cuál habría para la expansión del programa y posteriores fases de
sido la realidad de no haber existido el programa. Las evi- verificación.
dencias anecdóticas y las impresiones casuales no son sufi- Un segundo enfoque es el diseño cuasi experimen-
cientes para administrar programas que operan en gran tal. Utilizando una diversidad de métodos estadísticos y
escala y en algunos casos en todo un país. Las evaluacio- econométricos, los analistas toman información de encues-
nes de los programas y de su impacto constituyen un tas que ya están disponibles para efectuar aproximaciones
importante instrumento para verificar el diseño y la efica- de los grupos de estudio y control. Como en el caso del
cia de aquellos, y determinar si el tiempo y el dinero dedi- diseño experimental, los grupos se comparan de acuerdo
cados han valido la pena. a indicadores de interés. Este enfoque presenta inconve-
Además, la evaluación en una etapa temprana de nientes y ventajas con respecto al diseño experimental. La
un proyecto puede mejorar el diseño y la focalización del desventaja más notable es que no iguala por adelantado
programa. En una etapa intermedia, puede servir para las diversas fuentes de sesgos de selección entre los gru-
modificar su diseño e incrementar la eficacia de la provi- pos. En consecuencia, las evaluaciones realizadas
sión de los servicios. En cualquier caso, el costo de la eva- mediante el diseño cuasi experimental pueden producir
luación representa sólo una pequeña fracción del costo del resultados menos confiables.
programa, con frecuencia menos del 1%. Su rendimiento No obstante, este enfoque presenta varias ventajas
es elevado en términos de la mayor eficacia del gasto prácticas. En primer lugar, su implementación es por lo
social y de la rendición de cuentas. general menos costosa, ya que en general utiliza encues-
En general se utilizan dos métodos principales de tas preexistentes y no de referencia (o anteriores al pro-
evaluación. En ambos se compara un grupo de estudio de grama). En segundo lugar, puede impedir las demoras en
beneficiarios con un grupo testigo de no beneficiarios. la prestación de los servicios que podrían producir la pla-
Cuando la verificación se realiza en pequeña escala, los nificación, la realización y el análisis de un diseño experi-
examinadores suponen que el programa no tiene un mental. Por último, el enfoque cuasi experimental puede
impacto sobre toda la economía. La evaluación de los pro- adaptarse mejor a las restricciones políticas: con frecuen-
gramas en gran escala, por su parte, debe tener en cuen- cia los políticos están (comprensiblemente) más interesa-
ta los efectos macroeconómicos. dos en distribuir beneficios que en esperar las
El primer método –el ideal desde el punto de vista comprobaciones más exactas. De la misma manera, al
estadístico– es el diseño experimental. Mediante este enfo- público también le importa más recibir los beneficios.
que, los integrantes de los grupos de estudio y testigos Independientemente del método que se utilice, es
(control) se seleccionan en forma aleatoria entre un con- preferible realizar algún tipo de evaluación que ninguna.
junto de beneficiarios elegibles. La selección aleatoria Resulta inconcebible planificar, administrar y expandir los
tiene propósitos prácticos y éticos. Muchos programas, programas sociales sin el instrumento de la evaluación.
particularmente en sus etapas iniciales, simplemente no Cuando se llevan a cabo evaluaciones rigurosas y con-
cuentan con recursos suficientes para atender a todos los cienzudas, los responsables de políticas y los administra-
posibles beneficiarios. La selección de los participantes del dores pueden hacer un mejor uso de los limitados recursos
grupo de estudio mediante lo que en la práctica es una financieros y humanos de que dispone el gobierno, y en
lotería proporciona a todos los integrantes de la población consecuencia orientar dichos recursos hacia aquellos pro-
objetivo la misma posibilidad de recibir beneficios. Los gramas que tengan el mayor impacto positivo sobre el
dos grupos pueden compararse mediante cualquier indi- bienestar social.

de los beneficios era decididamente favorable a los prende que cuando el programa se suspendió en
pobres (Ravallion, 1999a y 1999b). Las filtraciones medio de un profundo ajuste fiscal, la suspensión
del programa hacia los no pobres constituyen un tuvo lugar en las zonas más pobres y no en las que
elemento esencial para mantener el respaldo polí- no lo eran (Ravallion, 2000), incrementando así el
tico necesario para su implementación. No sor- sesgo antipobre del ajuste fiscal.
304

Capítulo 8

Si se utiliza el otro miembro de la familia de res ingresos derivadas de un mayor nivel de cono-
los programas de generación de empleos, los subsi- cimientos. Para que ello ocurra, es preciso mejorar
dios salariales, debe hacérselo en forma moderada, el funcionamiento de los sistemas de educación y
a pesar del atractivo conceptual de la idea de gene- capacitación.
rar empleos en el sector privado real (en contrapo- Los principios de las políticas de capacitación
sición con los empleos generados a través de los son bien conocidos y esencialmente se refieren a

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


programas de obras públicas intensivas en mano de la efectiva vinculación de la demanda y la oferta

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


obra). Las distorsiones causadas por las interferen- de aptitudes. En la región se percibe claramente
cias en los salarios relativos de distintos tipos de que la globalización y la integración económica
trabajadores son lo suficientemente importantes están poniendo de relieve la importancia que
como para aconsejar cautela en este campo. No reviste la capacitación. Una fuerza laboral bien
obstante, en su mayoría, los países no cuentan con capacitada es un elemento clave para aumentar la
los sistemas desarrollados de supervisión y aplica- competitividad de las empresas nacionales, y los
ción necesarios para mitigar los efectos de costo trabajadores requieren un mayor nivel de aptitu-
hundido y sustitución de estos subsidios. des para adaptarse a los cambios cada vez más
Por último, las transferencias en efectivo a las rápidos que se producen en la tecnología y el mer-
familias pobres constituyen un instrumento de últi- cado. Al mismo tiempo, sin embargo, la mayor
ma instancia para respaldar a aquellas familias proliferación de contratos de trabajo precarios y
excluidas de otros mecanismos de respaldo. Este es ocasionales reduce los incentivos que las empresas
el punto en el que se produce una decidida inter- y los trabajadores tienen para desarrollar y adqui-
acción entre la política laboral y la lucha contra la rir nuevas aptitudes.
pobreza. Las complicaciones de su diseño e imple- Gran parte del debate de política se concentra
mentación son bien conocidas, y se recomienda en la reforma de las instituciones públicas de capa-
gran precaución, ya que el programa puede crear citación antes que en el conjunto más amplio de
trampas de dependencia para los beneficiarios. Si instituciones y prácticas públicas y privadas que
bien todavía es demasiado temprano para realizar determinan la forma en que los trabajadores
una evaluación completa de programas como Jefes adquieren y aplican esas nuevas aptitudes. La capa-
y jefas de hogar en Argentina, sin duda este plan ha citación es un problema de política pública, pero
cumplido un papel positivo al contener por lo que afecta a los actores tanto públicos como priva-
menos en forma temporaria las consecuencias dos. Para solucionarlo, es fundamental la interac-
sociales del incremento del desempleo de fines de ción entre el gobierno y los otros actores sociales
2001. El hecho de que en términos prácticos el pro- (el sector privado y los sindicatos). Mejorar el fun-
grama no esté focalizado en la pobreza sino en el cionamiento del sistema de capacitación no depen-
desempleo otorga más importancia aún a la eva- de solamente de la reforma de las instituciones
luación de su impacto. públicas dedicadas a esta: resulta fundamental
modificar las políticas tributarias, educacionales y
laborales.
ACTUALIZACIÓN Y MEJORA DE LAS Las empresas privadas capacitan a sus traba-
APTITUDES DE LOS TRABAJADORES jadores, y la forma y la intensidad de este esfuerzo
son similares a las que se llevan a cabo en empre-
Por inoportuno que resulte desde el punto de vista sas privadas comparables en Estados Unidos y
distributivo, el hecho de que en la región estén Canadá (BID, 2001). Las políticas de capacitación
incrementándose los diferenciales salariales por las deben funcionar dentro de una estructura institu-
distintas capacidades de los trabajadores crea una cional que involucra la participación de trabajado-
oportunidad para aumentar el nivel de aptitudes de res y sindicatos, empresas y organizaciones
la fuerza laboral. Los incentivos salariales constitu- empresariales, y el gobierno. La capacidad institu-
yen una clara señal de las oportunidades de mayo- cional y de organización de cada uno de estos acto-
305

Una nueva agenda de política laboral

res contribuye a moldear las características parti- verse modificando la estructura institucional de los
culares del sistema de capacitación de los distintos organismos nacionales de capacitación de un país,
países. aunque es mucho lo que debe hacerse en este sen-
Los sistemas de capacitación de la región han tido. Resulta obvio que la provisión o regulación de
evolucionado en forma distinta a partir de un las actividades de capacitación no necesitan estar a
modelo original común, principalmente como con- cargo del sector público, e incluso que si lo estu-

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


secuencia de las diferentes circunstancias y capaci- vieran, el sistema funcionaría mejor. Sin embargo,

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


dades institucionales que los gobiernos, el sector para que cualquier política resulte, se requiere una
privado y los sindicatos han tenido en cada país. Su decidida regulación y una efectiva fiscalización de
estructura institucional y organizativa se hallan en la calidad y la pertinencia de las normas que rigen
plena evolución. En la mayor parte de los países, el los programas de capacitación. Los entes regulado-
sistema de capacitación funciona en forma defi- res deben estar separados y ser independientes de
ciente, mostrando escasa o ninguna capacidad para cualquier otra entidad que opera los programas de
innovar. En algunos otros, sin embargo, el sistema capacitación para evitar conflictos de intereses que
que ha evolucionado permite experimentar e inno- podrían resultar de la intrusión burocrática. Como
var en la provisión de servicios de capacitación. en cualquier mercado, la regulación funciona
A pesar de la diversidad de contextos de orga- mejor cuando está separada de la provisión.
nización, existe la percepción generalizada de que Universalizar la educación pública y facilitar
los sistemas de capacitación no operan adecuada- la transición entre la escuela y el mercado laboral
mente, y de que sus resultados no son pertinentes son factores cruciales para proporcionar a los tra-
ni incluso oportunos en términos de las aptitudes bajadores la oportunidad de adquirir las aptitudes
que se necesitan. Las evaluaciones recientes sugie- básicas que constituyen un requisito previo de las
ren que esta apreciación pesimista no es totalmente aptitudes especializadas que las empresas pueden
equivocada. Por ejemplo, Medina, Meléndez y Seim requerir. Las políticas tributarias también pueden
(2003) estudian el impacto del sistema de capacita- desempeñar un importante papel, subsidiando el
ción en Colombia, que comprende varias institucio- costo de la capacitación de quienes deciden inver-
nes públicas y privadas que ofrecen programas de tir en la adquisición de nuevas aptitudes, y subsi-
capacitación y el SENA, importante institución diando la inversión que las empresas realizan en la
pública que regula el sistema y es propietaria y capacitación de sus trabajadores. Como mínimo, la
opera instituciones de capacitación. Según el estu- inversión en capital humano debe recibir el mismo
dio, la capacitación de jóvenes no tiene un impacto tratamiento tributario que la inversión de capital.
estadísticamente significativo sobre los ingresos, Asimismo, es preciso que las regulaciones del mer-
excepto en el caso del efecto a largo plazo sobre los cado laboral se adapten a este proceso, porque la
salarios futuros de mujeres jóvenes capacitadas en productividad es una función de las relaciones con-
instituciones privadas. En el caso de adultos que tractuales y las condiciones de trabajo dentro de las
estudian en el SENA u otras instituciones públicas, empresas. Las innovaciones contractuales (inclui-
la capacitación no tiene un impacto a corto o largo dos los contratos de aprendizaje) permitirían que
plazo sobre los ingresos. Los hombres adultos que se las firmas y los trabajadores compartieran el costo
capacitan en el SENA muestran un efecto negativo de la capacitación.
a corto plazo, pero ninguno a largo plazo. En el caso El logro de un crecimiento sostenible requie-
de las mujeres que estudian en el SENA, el impacto re, entre otras cosas, que el ritmo del aumento de
es positivo, tanto a corto como a largo plazo. Los la productividad laboral sea sostenido, lo que sólo
adultos que se capacitan en instituciones privadas puede lograrse como resultado de un mayor nivel
disfrutan de un significativo incremento a largo de instrucción de la población en general y de una
plazo en los ingresos, aunque no se observa un efec- mayor oferta y demanda de aptitudes. Las políticas
to en el corto plazo. de capacitación no pueden analizarse aisladamen-
Estos resultados deficientes no pueden resol- te: su eficacia y su éxito dependen de una serie de
306

Capítulo 8

políticas que estructuran los incentivos que afectan drían el beneficio –no trivial– de mantener a los
la demanda y la oferta de aptitudes de las empresas trabajadores fuera de las líneas de desempleados.
y los trabajadores. Sin embargo, los responsables de formular políticas
La principal es la política educativa. La uni- deberían resistir la tentación de utilizar la educa-
versalización de la educación básica hasta el nove- ción de adultos como programa de apoyo de ingre-
no grado constituye una condición necesaria, sos. Si la calidad de la enseñanza es deficiente, los

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


aunque no suficiente, para respaldar un proceso de participantes se verían estigmatizados y el progra-

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


desarrollo de aptitudes. El sistema escolar debe ma perdería su efecto sobre sus ingresos futuros.
mostrar la flexibilidad y el atractivo necesarios para En Chile, un programa de franquicias tributa-
que los estudiantes se vean incentivados a perma- rias subsidia una amplia diversidad de planes de
necer en el sistema escolar más allá de la forma- capacitación, que incluyen programas para grupos
ción básica. Este no es necesariamente un desaventajados. Este tipo de intervención produce
argumento en favor de la enseñanza vocacional escasa o ninguna interferencia en las decisiones de
como característica especializada y cerrada del sis- las empresas y los trabajadores en materia de capa-
tema educativo. En cambio, facilitar la transición citación. Sin embargo, ante la falta de una decidida
entre la escuela y el mercado laboral y viceversa regulación basada en criterios objetivos acerca de
resulta esencial para proporcionar a los trabajado- la calidad y la pertinencia de los programas, esta
res de menor escolaridad la oportunidad de adqui- política podría constituir un despilfarro de recursos
rir las aptitudes básicas que constituyen un si las firmas y los trabajadores actúan en forma
requisito previo de las aptitudes más especializadas oportunista.
que pueden requerir las empresas. En este sentido, Las regulaciones del mercado laboral también
la iniciativa mexicana denominada Educación para deben adaptarse a este proceso, ya que la producti-
la vida y el trabajo es promisoria desde el punto de vidad es una función de las relaciones contractua-
vista conceptual, ya que abre nuevos canales de les y las condiciones de trabajo dentro de las
comunicación entre la escuela, la capacitación y el empresas. Las innovaciones contractuales (inclui-
mercado laboral. dos los contratos de aprendizaje) que permiten que
En vista del bajo nivel de instrucción de la firmas y trabajadores compartan el costo de la capa-
población en general y de los trabajadores activos citación mediante una reducción en los salarios, y
en particular, es preciso expandir los programas de que eliminan el supuesto legal de la existencia de
educación de adultos. Los modelos alternativos de un contrato laboral indefinido para los participan-
provisión adaptados a los trabajadores que tienen tes en los programas, facilitan el aumento de la
empleo o que están buscándolo se convertirán en demanda y la oferta de aptitudes. Sin embargo,
una necesidad, y probablemente implicarán un uso debe tenerse en cuenta que el comportamiento
más intensivo de las instalaciones educativas exis- oportunista podría llevar a que se utilice a los par-
tentes, así como el diseño de programas de acredi- ticipantes como mano de obra barata si no existe
tación acelerados y basados en exámenes. La una decidida y eficaz fiscalización de las normas de
concesión de subsidios para cubrir el costo finan- calidad y pertinencia de los programas de capacita-
ciero y los ingresos que se sacrifican para adquirir ción. Si estas innovaciones redujeran el costo de
un mayor nivel de escolaridad constituyen una despido por debajo de los niveles normales, las
forma legítima de incrementar la demanda de edu- empresas y los trabajadores tendrían menos incen-
cación de adultos. Tales esfuerzos deberán ampliar- tivos para adquirir nuevas aptitudes, en vista de la
se particularmente en períodos de elevado mayor probabilidad de cesantías.
desempleo, cuando disminuye sustancialmente el Los trabajadores y las firmas se beneficiarían
costo de los ingresos sacrificados. Si los subsidios de una mayor disponibilidad de información acerca
incluyen la provisión de apoyo de ingresos supedi- de las oportunidades educacionales y de empleo.
tado a que los adultos vuelvan a ingresar al sistema Los servicios de intermediación del mercado labo-
educativo, los programas de este tipo también ten- ral, que respaldan los esfuerzos de búsqueda de los
307

Una nueva agenda de política laboral

desempleados, podrían contribuir a facilitar el flujo experimentación en este campo debería estimular-
de información y ayudar a los trabajadores a encon- se y podría aprovecharse para respaldar la expan-
trar oportunidades de capacitación mientras buscan sión de la educación de adultos.
trabajo. Después de 1995 la experiencia recogida del Queda claro que no existe un modelo “ópti-
funcionamiento de los programas de respaldo de mo” para el diseño institucional de los sistemas de
ingresos indica que su eficacia podría incrementar- capacitación, aunque hay algunas medidas que

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


se inmensamente ofreciendo un menú de opciones deben y no deben adoptarse para orientar las polí-

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


(que incluyera oportunidades educacionales y de ticas en este campo. En la mayoría de los países de
capacitación) en vez de transferencias en efectivo la región el deficiente historial de las instituciones
solamente (Márquez, 2000). nacionales tradicionales de capacitación indica que
Los programas de capacitación también deben el modelo corporativo aisló al sistema de los traba-
incluirse en las negociaciones colectivas, propor- jadores y las empresas, y que es preciso rediseñar
cionando de esta manera a empresas y sindicatos la las instituciones. Asimismo es indispensable contar
oportunidad y los mecanismos para negociar el con un organismo público regulador del sistema de
nivel de inversión apropiado para el desarrollo de capacitación, que tenga las atribuciones necesarias,
aptitudes. En varios países de la región los sindica- encargado de formular y asegurar la aplicación de
tos y los empleadores mantienen instituciones de normas de calidad y pertinencia para los programas.
capacitación, algunas de ellas de bastante buena Por la índole fundamental que una institución de
calidad. La regulación y la intervención directa de este tipo tendría para las políticas del mercado labo-
los gobiernos para promover la creación y el uso ral, es natural pensar que debería depender del
ordenado de consejos locales o regionales de traba- ministerio de trabajo, y no de la autoridad encarga-
jadores y empresas destinados a desarrollar y ope- da de la educación. El organismo regulador debería
rar este tipo de programas facilitarían el problema estar separado y ser independiente de cualquier otra
de coordinación y probablemente incrementarían entidad pública que administre programas de capa-
la calidad y la pertinencia de la capacitación ofreci- citación, con el fin de evitar los conflictos de intere-
da. Estos programas funcionan en los ámbitos local ses que podrían surgir por la intrusión burocrática.
o regional, donde los sindicatos y las organizacio- Ya se ha dicho que, como en cualquier merca-
nes de empleadores tienen más control sobre sus do, la regulación funciona mejor cuando está sepa-
resultados. rada de la provisión. Esto no implica que sea
Los mecanismos para proteger el ingreso de recomendable la existencia de una burocracia
los trabajadores (incluidos las indemnizaciones por pública esclarecida pero aislada: el organismo regu-
despido y el seguro de desempleo) deben com- lador debe ganarse la confianza del sector privado,
prender subsidios para capacitación, preferible- y para eso necesita interactuar con la representa-
mente en la forma de instrumentos similares a ción institucional de firmas y trabajadores (y no
comprobantes que los trabajadores podrían nego- solamente con los proveedores de servicios de
ciar como parte de su estrategia de búsqueda de capacitación), y regirse por su demanda. El modelo
empleo. La experiencia posterior a 1995 en la corporativo sólo funciona si dicha representación
región muestra que los programas de capacitación institucional es fuerte y se concentra en la compe-
a corto plazo para trabajadores desempleados no titividad (como parece ser el caso en Brasil) en vez
son los que mejores resultados han mostrado en el de hacerlo en el mantenimiento del statu quo.
sentido de incrementar los ingresos futuros de los Cuando los sindicatos y las cámaras de industria y
beneficiarios, aunque parecen aumentar la posibili- comercio son débiles, la solución corporativa dege-
dad de conseguir empleo, por lo menos en el caso nera en un atolladero burocrático que consume un
de las mujeres adultas. No se cuenta con evidencia volumen desusado de recursos con escaso o ningún
experimental sobre el impacto de los programas rendimiento social.
que envían a los desempleados nuevamente a la Será preciso estimular formas más flexibles de
escuela para adquirir aptitudes básicas, aunque la coordinación con el sector privado y los sindicatos,
308

Capítulo 8

incluida la creación de consejos locales/regionales nuevos programas se han creado en su mayor parte
y especializados por sectores que puedan informar como instrumentos transitorios destinados a con-
y dirigir las políticas públicas sobre capacitación en trarrestar las consecuencias adversas del desem-
un entorno y escala más acordes con la capacidad pleo y los bajos ingresos. Las autoridades no deben
institucional de los sindicatos y el sector privado. olvidar que en última instancia el sistema de capa-
Un importante instrumento de este proceso es la citación tiene por finalidad proveer a la población

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


certificación de aptitudes, en el sentido de que en general el nivel y la combinación de aptitudes

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


resuelve un problema de información permitiendo necesarios para que trabajadores y empresas gene-
que los posibles empleadores conozcan la calidad y ren los empleos más productivos que requiere una
la cantidad de las aptitudes de los trabajadores. Sin economía más competitiva. Esto implica que cada
embargo, la certificación requiere que las empresas, medida que se adopte con respecto al sistema de
los trabajadores y los sindicatos participen decidida- capacitación –desde la capacitación correctiva bási-
mente en el diseño de las normas sobre el conteni- ca hasta el proceso más complicado de certificación
do y los mecanismos de la acreditación. de aptitudes– debe evaluarse en términos de su efi-
Se ha sostenido que los sistemas de capacita- ciencia y su eficacia en función del costo para
ción existentes proveen servicios de educación y lograr ese objetivo, en vez de evaluarse en térmi-
capacitación correctiva, y probablemente continú- nos de su eficacia para contener las consecuencias
en actuando en este campo, en vista del déficit de sociales negativas del desempleo.
aptitudes básicas de la fuerza laboral. El problema
es que estos programas tienden a tener un reduci-
do impacto sobre los beneficiarios, y en conse- APLICACIÓN DEL CONTRATO SOCIAL
cuencia muestran un bajo rendimiento social. Los
programas no deben financiarse sin una estricta y Las políticas y regulaciones laborales deben apli-
constante evaluación que permita un rediseño fle- carse en la práctica. Para ejecutar en forma efecti-
xible de su contenido, método de provisión y clien- va el contrato social, los países deberán invertir en
tela. Desde un punto de vista positivo han el desarrollo de las instituciones de las políticas
permitido abrir el espectro de proveedores de ser- laborales, tanto las destinadas a recopilar, analizar y
vicios de capacitación y han sido una importante procesar información, como las que ponen en prác-
fuerza en favor del cambio en el sistema. En parti- tica las políticas y las regulaciones. Las institucio-
cular, deben integrarse con mecanismos de coloca- nes encargadas de implementar las políticas
ción e intermediación, considerando que en última laborales (principalmente los ministerios de traba-
instancia el objetivo de la capacitación correctiva es jo) se caracterizan por dos rasgos: la escasez de
colocar a los participantes en empleos productivos recursos y el deterioro institucional. La deficiente
en los que puedan continuar desarrollando sus aplicación resultante de las regulaciones laborales
aptitudes. Esto implica que las medidas destinadas afecta negativamente la eficacia de tales políticas y
a facilitar la búsqueda de empleo, incluso los subsi- el establecimiento de la capacidad institucional
dios y el asesoramiento, deben formar parte inte- necesaria para implementarlas requiere importan-
gral de los programas de capacitación correctiva. tes inversiones. Por otra parte –y esto es más
Los ministerios de trabajo podrían aprovechar esta importante aún– también se precisan significativas
oportunidad de estimular la estructura y el rendi- inversiones para reconstruir la capacidad de la
miento de los servicios de colocación e intermedia- autoridad administrativa encargada de poner en
ción del mercado laboral que proveen. práctica las regulaciones y analizar y diseñar las
En la última década los gobiernos de la región políticas y los instrumentos laborales (normalmen-
han implementado nuevos programas e introduci- te el ministerio de trabajo).
do nuevas estructuras institucionales en el sistema Es difícil obtener datos fidedignos sobre los
de capacitación. Este es un proceso bienvenido, recursos para la aplicación de las disposiciones. El
cuyo impulso debe mantenerse. Sin embargo, estos cuadro 8.6 contiene la limitada información que los
309

Una nueva agenda de política laboral

Cuadro 8.6 Capacidad de cumplimiento de los ministerios de trabajo en la región

Inspectores por 100.000 trabajadores Número de multas por 100.000 trabajadores

Año Argentina Brasil Perú Argentina Brasil México Perú

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


1990 5,61 1,41 0,26
1991 4,99 1,46 0,24

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


1992 4,27 1,44 0,22
1993 3,95 1,89 0,21
1994 3,54 0,24 1,67 0,21
1995 3,20 0,55 1,54 0,44
1996 4,40 4,64 1,13 7,95 1,54 0,51
1997 4,10 4,37 1,12 7,30 1,82 0,50
1998 4,03 4,00 1,11 6,24 1,58 0,45 0,62
1999 4,07 1,11 1,46 0,33 1,81
2000 3,82 1,09 1,31 0,29 2,88
2001 3,70 2,23 1,25 0,75
2002 3,63 2,21 1,17 1,76
2003 2,19

Fuentes: Los datos sobre el número de inspecciones y multas se toman de los ministerios de trabajo; los datos sobre el número de empleados se toman del Fondo
Monetario Internacional (varios años).

ministerios de trabajo pudieron proporcionar sobre con frecuencia hayan dejado de cumplir esta
los recursos humanos (número de inspectores por misión. Los ministerios de trabajo necesitan respal-
cada 100.000 trabajadores) y un indicador imper- do en materia de servicios de inspección, adminis-
fecto de los resultados de la aplicación de las regu- tración laboral y registro.
laciones (número de multas suministradas por Es preciso renovar los esfuerzos por estimular
incumplimiento de algún aspecto de las regulacio- la capacidad regulatoria y de fiscalización de la
nes laborales por 100.000 trabajadores). autoridad laboral, y crear nuevas formas de cum-
Cabe señalar que muchos trabajadores no tie- plir antiguas (y nuevas) funciones. La evolución de
nen contratos de empleo con beneficios, trabajan los sistemas de capacitación constituye un intere-
por su cuenta o en empleos ocasionales y no regu- sante ejemplo de la forma en que están creándose
lados. El masivo incumplimiento de las regulacio- las nuevas instituciones de política laboral. De los
nes sobre beneficios y condiciones de trabajo numerosos avances en este campo, dos aspectos
incrementa la complejidad de la tarea de aplicar las merecen especial consideración. Uno de ellos se
regulaciones; en este sentido, es preciso buscar relaciona con los programas de certificación de
nuevos enfoques para ampliar la cobertura de las competencias, en que el gobierno y el sector priva-
inspecciones y otros mecanismos destinados a do están colaborando para establecer un sistema
mejorar el cumplimiento. autosostenido de fijación de normas y certificación
Los ministerios de trabajo enfrentan una con el fin de estimular la movilidad de los trabaja-
enorme tarea de regulación, que abarca la seguri- dores entre los distintos empleos (véase el recuadro
dad ocupacional y las normas sobre salud u otros 8.4). Otro aspecto es el de la seguridad ocupacional
aspectos relacionados con los derechos laborales y la salud (véase el recuadro 8.5). Una característi-
básicos, como la libertad de asociación y negocia- ca común de los esfuerzos realizados en estas áreas
ción. Se espera que organicen una amplia gama de es que involucran a proveedores privados de servi-
servicios, desde la intermediación a la capacita- cios de intermediación, colocación y capacitación.
ción. En vista de sus amplias funciones y su escasa Estos innovadores modelos de colaboración entre
disponibilidad de recursos, no es sorprendente que los sectores público y privado deberían ampliarse.
310

Capítulo 8

FINANCIAMIENTO DE LAS POLÍTICAS elemento clave para enfrentar las crisis. Muchas de
LABORALES las propuestas recientes para reducir la volatilidad
macroeconómica agregada en América Latina men-
Comparados con una amplia muestra de países cionan el alcance del papel potencialmente estabili-
más desarrollados de la OCDE, los países de la zador de la política fiscal (de Ferranti et al., 2000).
región invierten una menor fracción del PIB en Un aspecto más importante es que el seguro social,

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


seguros de desempleo, generación de empleos y por construcción, requiere una política fiscal con-

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


programas de capacitación con transferencia de tracíclica, ya que implica transferir ingresos de los
ingresos.40 El cuadro 8.7 presenta evidencia de los períodos de auge a las recesiones. Un esquema ade-
siete países de la región sobre los que se dispone de cuado de seguro de desempleo incrementaría auto-
datos. En promedio, los países de la muestra gastan máticamente el gasto público a medida que el
menos de 0,5% del PIB en estos programas, mien- desempleo aumenta durante las recesiones, redu-
tras que en los países de la OCDE, el promedio es ciéndolo cuando el empleo se recupera.
de 2,4%. Sólo Estados Unidos y Japón, países en los La política fiscal contracíclica constituye asi-
que el mercado laboral tiene una estructura parti- mismo un elemento clave para integrar el seguro
cular, gastan una fracción menor del PIB en estos social en una red de protección adecuadamente
programas. financiada.42 Lamentablemente, la evidencia indica
Dentro de la región, México gasta el mayor que la política fiscal tiende a ser procíclica en Amé-
volumen de recursos en generar empleos (0,5% del rica Latina, lo que conduce a una mayor volatilidad
PIB) para beneficiar a alrededor del 4% de la fuer- económica y frena la posibilidad de establecer una
za laboral total. Argentina declara un gasto inferior red adecuada de protección. La reciente literatura
al 0,1% del PIB en beneficio de alrededor del 9% de sobre crisis y pobreza analiza opciones para reducir
la fuerza laboral total. Los recursos invertidos en la volatilidad de las economías latinoamericanas y
programas de capacitación son del mismo orden de el diseño de estas redes.43 Sin embargo, no se ha
magnitud que los destinados a programas de gene- puesto demasiado énfasis en el estudio de formas
ración de empleos, aunque el número de benefi- específicas de reducir el comportamiento procícli-
ciarios parece ser algo mayor.41 Además, los países co de la política fiscal.
de la región que cuentan con sistemas de seguro de El gasto social es decididamente procíclico en
desempleo (Brasil y Argentina) gastan menos en América Latina: los gobiernos tienden a incremen-
compensación por desempleo que los países de la tarlo en favor de los pobres durante las expansiones
OCDE en los que el gasto por desempleo es menor. y a reducirlo durante las recesiones.44 La volatili-
Estas cifras sugieren que el gasto en progra- dad es un elemento determinante de una política
mas de apoyo de ingresos puede incrementarse. fiscal procíclica: cuanto más volátil es el creci-
Incluso si se duplicara (un aumento muy superior miento, más volátil es la política fiscal.45 Braun y di
a cualquier expectativa razonable a corto plazo), la
inversión de los países de la región no sería dema-
siado grande en términos internacionales. Sin
embargo, el volumen no es el único problema que
40 Esta sección se basa en Braun y di Gresia (2003).
afecta al gasto en programas de apoyo de ingresos;
41 Estascifras no incluyen el gasto de las instituciones nacionales tra-
la falta de oportunidad también obstaculiza la efec- dicionales de capacitación.
tividad. Como los programas del mercado laboral 42 Es decir, la relación entre la elasticidad del gasto social y el PIB

son procíclicos, al igual que el gasto fiscal global, per cápita debe ser negativa (y lo más grande posible).
tienden a expandirse en los períodos favorables y a 43
Ferreira, Prennushi y Ravallion (1999); Lustig (1999); Lustig y
Walton (1999), de Ferranti et al. (2000).
contraerse en los desfavorables. Los programas de
44Wodon et al. (2002) encuentran que el gasto social por persona
apoyo de ingresos y la política social también tien- pobre se reduce un 2% por cada reducción del 1% en el PIB per
den a seguir este patrón cíclico. cápita.
Una política fiscal contracíclica constituye un 45 Gavin et al. (1996); Talvi y Végh (2000); Gavin y Perotti (1997).
311

Una nueva agenda de política laboral

Recuadro 8.4 Sistemas de normas sobre aptitudes y certificación1

Una mejor información sobre la capacidad y las aptitudes por el sector público. Entre 1996 y 2000 se formularon
de los trabajadores debería incrementar tanto la producti- más de 530 normas y el Consejo de Normalización y Cer-

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


vidad de la búsqueda como la del emparejamiento entre tificación de Competencias Laborales (Conocer) certificó

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


empleos y trabajadores. Esta es la premisa básica que sub- más de 42.000 trabajadores. La cadena hotelera Grupo
yace en los nuevos sistemas de normas sobre aptitudes y Posadas y la empresa de venta minorista de productos ali-
certificación que están aplicándose en varios países de la menticios Bimbo –importantes compañías del sector priva-
región con financiamiento y asistencia técnica del Banco do– están adaptando estas normas para su propio uso. La
Interamericano de Desarrollo (y en algunos casos sin ellos). Comisión Federal de Electricidad, organismo público de
Las normas sobre aptitudes son las destrezas, apti- distribución de electricidad, se propone certificar sus
tudes, conocimientos y experiencia que una persona debe 80.000 trabajadores. Asimismo, actualmente se están rea-
poseer para una determinada ocupación. Los sistemas de lizando esfuerzos para fortalecer los vínculos con el siste-
certificación son los mecanismos institucionales que pro- ma de capacitación a través de la capacitación basada en
porcionan evidencia verificable de la competencia de un la competencia.
trabajador para desempeñar las funciones específicas des- El Instituto de Hospitalidade en Brasil fue el centro
critas en la norma de aptitudes aplicable. Los sistemas de de un consejo nacional de certificación en el que partici-
acreditación son complementos necesarios para asegurar paron representantes de las empresas, los sindicatos, el
la calidad de la capacitación provista por una diversidad gobierno y las instituciones educativas. Se formularon y
de proveedores públicos y privados. Una vez que se pone validaron 52 normas en consulta con los empleadores, los
en funcionamiento, el sistema de normas sobre aptitudes y trabajadores y los proveedores de capacitación. Como
certificación proporciona más información sobre las apti- resultado, se certificaron cerca de 12.500 trabajadores y
tudes y calificaciones de los trabajadores, lo que beneficia se capacitó a más de 400 instructores. Super Club, una
a las empresas, a los trabajadores y a la sociedad en cadena hotelera internacional que opera en Brasil, está uti-
general. En el caso de las compañías, el sistema propor- lizando las normas para capacitar a todo el personal del
ciona información objetiva sobre las aptitudes de los tra- balneario que posee cerca de Salvador.
bajadores, reduciendo así el costo de contratación e La Fundación Chile, una organización independien-
incrementando la capacidad interna para administrar el te sin fines de lucro en el país homónimo, trabajó en estre-
desarrollo de los recursos humanos. Para los trabajadores, cha colaboración con el Servicio Nacional de
representa un medio válido de probar sus aptitudes y su Capacitación y Empleo (SENCE) para formular 271 nor-
capacidad, incrementando de esta manera sus posibilida- mas y capacitar a más de 4.000 trabajadores en un perí-
des de colocación y su movilidad laboral. Y en cuanto a odo de tres años.
la sociedad en general, el sistema genera vínculos más flui- La experimentación con sistemas de normas sobre
dos y efectivos entre los empleos y las aptitudes, y pro- aptitudes y certificación es un proceso a largo plazo que
porciona una medida objetiva para evaluar el impacto de recién está iniciándose en América Latina. En la región
la capacitación. existe una creciente red de instituciones que están reco-
La formulación de normas integrales sobre aptitudes giendo una valiosa experiencia. Entre los especialistas se
es un proceso complejo. La experiencia muestra que los observa un comprensible entusiasmo, ya que el sistema
proyectos deben estar impulsados por la demanda, invo- supone una mayor participación del sector privado, aun-
lucrando al sector productivo en el diseño y la utilización que dicho entusiasmo podrá verse atenuado cuando se
de las normas en la práctica diaria. El financiamiento del obtengan datos fidedignos acerca del impacto del sistema
sistema de certificación de normas deberá estar a cargo sobre la productividad de las empresas y los sectores invo-
del sector privado, aunque podría requerirse cierto apoyo lucrados.
inicial del gobierno. El sistema en sí mismo deberá estar Es preciso continuar evaluando la penetración del
dirigido por el sector privado y administrado a través de sistema en el mercado. La evaluación de su impacto
un ente que cuente con una amplia representación de los requiere determinar quién se certifica, qué empresas
trabajadores y el sector público. Si bien en un principio las adquieren las certificaciones, y qué competencias están
normas probablemente sean simples, su calidad y nivel de verificándose. Las evaluaciones deberán basarse en la
detalle deberán evolucionar sustancialmente a medida que adopción de normas y el uso de certificaciones por parte
se extienda su uso. Sin embargo, la verdadera prueba de del mercado en vez de hacerlo en los productos (como el
un sistema de normas sobre aptitudes es su utilización por número de normas y la cantidad de trabajadores certifi-
parte del sector privado como instrumento para adminis- cados).
trar los recursos humanos.
En México la formulación de normas sobre aptitudes
1
formó parte de una iniciativa en gran escala encabezada Basado en Kappaz y Siegel (2002).
312

Capítulo 8

Recuadro 8.5 Seguridad ocupacional y políticas de salud en la región

La preocupación acerca de la seguridad ocupacional y la bajo riesgo y ambientes de trabajo saludables mediante el

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


salud van más allá de las obvias consecuencias que tienen empleo de incentivos fiscales destinados a fomentar el uso
sobre esta última las enfermedades, las muertes y los acci- de equipos de seguridad y/o estimular el desarrollo de

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


dentes relacionados con el trabajo1. Los aspectos vincula- industrias de bajo riesgo. Además, pueden utilizarse tasas
dos con la seguridad ocupacional y la salud están de interés preferenciales y mecanismos de financiamiento
directamente asociados a la productividad laboral, el para respaldar a las empresas, en particular las pequeñas
ingreso de los hogares y la pobreza, el sistema de seguri- y medianas, para que adquieran herramientas y equipos
dad social, el comercio internacional e incluso el medio más seguros.
ambiente. No obstante, han recibido escasa atención en Las condiciones de salud y seguridad no mejorarán
América Latina y el Caribe debido a la falta de conciencia en la región si no se aplican normas más adecuadas y
acerca de la importancia de un ambiente laboral seguro y mejores regulaciones y estructuras de incentivos. Las nor-
saludable, y a la debilidad de las instituciones encargadas mas sobre seguridad y salud ocupacional deben ser obli-
de promover y asegurar mejores condiciones de trabajo. gatorias, universales y aplicables. Sin embargo, los
Para el análisis de la incidencia y el impacto de las sistemas regulatorios no deben limitarse al tradicional
enfermedades y los accidentes relacionados con el traba- enfoque de aplicación: estos sistemas y aquellos basados
jo en América Latina y el Caribe deben considerarse las en incentivos no son mutuamente excluyentes sino que for-
limitaciones que impone la difundida falta de declaración man parte de un continuo que refleja el énfasis que se
de accidentes y enfermedades, y la exclusión de sectores asigna a un esquema u otro. De hecho, ambos enfoques
enteros de los sistemas de información. Si bien resulta difí- se refuerzan mutuamente.
cil obtener datos confiables y comparables sobre acciden- Los esfuerzos por mejorar las regulaciones y los
tes, lesiones y muertes ocurridas en el ámbito laboral, las incentivos dependen de la capacidad institucional de cada
estimaciones indican que el impacto social y económico país. Los sistemas que ponen énfasis en las regulaciones
del ambiente insalubre de trabajo que se observa en la requieren una estructura gubernamental bien organizada
región es significativo: según cifras conservadoras, estas y financiada, capaz de definir, implementar y aplicar las
condiciones producen anualmente por lo menos 27.000 normas y los principios apropiados. El énfasis en los incen-
muertes, 20 millones de lesiones y su costo asciende al 4% tivos, por su parte, precisa una industria de seguros lo sufi-
del PIB. Además, las condiciones observadas en la región cientemente desarrollada como para permitir la
son más peligrosas que las que pueden hallarse en las competencia y abordar las especificidades de los distintos
economías desarrolladas e incluso en otras regiones en mercados y empresas, y un sector público que cuente con
desarrollo. Como consecuencia, una proporción sustancial una adecuada capacidad institucional y regulatoria.
del esfuerzo regional por promover y desarrollar los recur- Sin embargo, cabe señalar que la implementación
sos humanos se pierde innecesariamente en un ambiente de una estructura de incentivos es compleja, e impone una
de trabajo en general inseguro e insalubre. importante serie de demandas al sistema general de segu-
La solución de los problemas de seguridad ocupa- ridad ocupacional y salud. En primer lugar, las funciones
cional y salud requiere abordar la superposición de res- de evaluación de riesgos y seguros deben estar separadas
ponsabilidades entre los ministerios de trabajo y de salud, para evitar conflictos de intereses. En segundo lugar, el
y entre los aseguradores privados y las instituciones de número de aseguradores y empresas de evaluación de
seguridad social. Requiere la cooperación de asociacio- riesgos debe ser lo suficientemente grande como para
nes empresariales y sindicatos de trabajadores, negocia- garantizar que ninguno de estos mercados sea un oligo-
dores comerciales internacionales y ambientalistas, y polio o un oligopsonio. Por último, resulta crítica la defini-
supone la adopción de decisiones que tienen consecuen- ción de quién contrata el evaluador del riesgo, si la
cias significativas en materia de distribución y salud. Los empresa o el asegurador. En el primer caso, el evaluador
elementos determinantes de las condiciones de salud y puede tener incentivos para subestimar el nivel de riesgo
seguridad en el trabajo en la región requieren interven- de la empresa con el fin de obtener una menor prima para
ciones de política que exceden los límites de la seguridad su cliente; el incentivo opuesto se aplicaría si el asegura-
ocupacional y la salud, y entran en el dominio de la refor- dor fuera cliente de la empresa de evaluación del riesgo.
ma del sector laboral y el progreso social y macroeconó- Los países más pequeños y/o aquellos con una
mico. capacidad institucional más débil deberán maximizar la
Las políticas económicas más obvias son las rela- capacidad del sistema para inducir cambios en el com-
cionadas con el propio sector laboral. Las políticas fiscales portamiento de los agentes económicos a través de un
también pueden utilizarse para promover actividades de método que ponga relativamente más énfasis en una
313

Una nueva agenda de política laboral

Recuadro 8.5 Seguridad ocupacional y políticas de salud en la región (cont.)

estructura regulatoria basada en normas claras y bien defi- Resulta particularmente deseable la adopción de

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


nidas sobre las que pueda implementarse una estrategia una estrategia para coordinar los esfuerzos y las acciones
adecuada de aplicación. de los organismos multilaterales técnicos y financieros

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Los trabajadores deben estar mejor informados e dedicados a los aspectos de seguridad y salud ocupacio-
instruidos sobre el empleo de procedimientos y equipos de nal en la región. La experiencia relativa de cada institu-
seguridad ocupacional, en particular en aquellas indus- ción podría aprovecharse para abordar la complejidad de
trias que muestran riesgos relativamente elevados, ya que los aspectos que determinan las condiciones de seguridad
en ellas el impacto positivo de estas medidas puede ser y salud ocupacional en la región.
significativo. La adopción de pautas simples, como una Los países de América Latina y el Caribe tienen
adecuada ventilación, el uso apropiado de equipos de muchas oportunidades de mejorar la salud y la seguridad
seguridad y la utilización de zonas de trabajo sin obstruc- ocupacional de manera costo-efectiva. La adopción de
ciones podría reducir considerablemente los riesgos labo- medidas simples puede resultar útil para reducir los riesgos
rales en la región. Los profesionales de la salud deberán ocupacionales en la región. De hecho, podría no existir
estar capacitados para reconocer las lesiones ocupacio- una compensación entre el costo y la existencia de mejo-
nales, y en particular las enfermedades laborales. Asimis- res condiciones de seguridad y salud, ya que el menor
mo es preciso capacitar a los inspectores de seguridad y riesgo ocupacional podría mejorar la productividad de la
salud ocupacional. La existencia de trabajadores, admi- mano de obra.
nistradores, profesionales de salud y reguladores mejor
capacitados tiende a generar mejores sistemas de infor-
mación y declaración, los que a su vez proporcionarían
los insumos para mejorar la calidad de la capacitación y 1Gran parte de la información aquí presentada se basa en
la educación. Giuffrida, Iunes y Savedoff (2003).

Gresia (2003) analizan la correlación que existe ajuste fiscal necesario. En términos más prácticos,
entre una política fiscal procíclica y la volatilidad en muchos casos la protección de determinados
del PIB en una muestra de 88 países que incluye rubros de gasto social durante las crisis constituye
países de la OCDE y latinoamericanos. Sus resulta- la única política factible, y puede representar una
dos confirman que las bendiciones se producen en importante segunda opción de política. Sin embar-
pares: los países de la OCDE tienden a mostrar una go, el alcance del impacto de una política de este
baja volatilidad y una baja política fiscal procíclica, tipo se ve limitado, en vista de la magnitud del ajus-
mientras que los países latinoamericanos muestran te fiscal que se realiza al mismo tiempo.
alta volatilidad y una política fiscal muy procíclica. En América Latina la política fiscal es parti-
Los gobiernos latinoamericanos son tan favorables cularmente procíclica porque tanto la respuesta
a los pobres como los de la OCDE, pero los ajustes automática como discrecional del presupuesto
de la política fiscal resultan relativamente demasia- frente al ciclo es más procíclica que en los países
do grandes para ser absorbidos por los gobiernos desarrollados (BID, 1997). Es difícil separar la
más pequeños. Las diferencias entre los países lati- causalidad y la importancia relativa de los distintos
noamericanos y los de la OCDE en materia de gasto factores explicativos de las políticas fiscales procí-
social procíclico pueden explicarse en función de clicas. Sin embargo, existen varias diferencias entre
las diferencias en el comportamiento de la política los gobiernos latinoamericanos y los de la OCDE.
fiscal global. Probablemente la política fiscal sea más procíclica
Los países de América Latina han logrado pro- en América Latina como consecuencia de las res-
teger en cierta medida el gasto social, pero sus puestas automáticas y discrecionales. La respuesta
esfuerzos se ven limitados por la profundidad del automática de la política fiscal es menos contrací-
314

Capítulo 8

Cuadro 8.7 Gastos en programas del mercado laboral, países de la OCDE y de América Latina
(En porcentaje del PIB)

Capacitación Generación Compensaciones


País (año) para desempleados de empleo por desempleo Total

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Países de la OCDE

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Alemania (1995) 0,44 0,44 2,08 2,96
Australia (1994-95) 0,23 0,21 1,62 2,06
Austria (1995) 0,13 0,05 1,30 1,48
Bélgica (1995) 0,24 0,68 2,11 3,03
Canadá (1994-95) 0,29 0,07 1,50 1,86
Dinamarca (1995) 0,86 0,36 3,06 4,28
España (1995) 0,33 0,31 2,46 3,10
Estados Unidos (1994-95) 0,07 0,01 0,35 0,43
Finlandia (1995) 0,60 0,68 3,57 4,85
Francia (1995) 0,67 0,40 1,43 2,50
Grecia (1995) 0,04 0,09 0,44 0,57
Italia (1995) 0,39 0,69 0,68 1,76
Japón (1994-95) 0,03 0,06 0,39 0,48
Nueva Zelanda (1994-95) 0,44 0,15 1,26 1,85
Suecia (1994-95) 0,98 0,90 2,51 4,39

Países de América Latina y


el Caribe
Argentina (1995) 0,04 0,09 0,14 0,27
Brasil (1995) 0,06 0,21 0,19 0,46
Chile (1995) 0,03 0,00 0,00 0,03
Costa Rica (1995) 0,73 0,04 0,00 0,77
Jamaica (1995) 0,44 0,50 0,00 0,94
México (1995) 0,04 0,51 0,55
Perú (1995) 0,01 0,19 0,00 0,20

Nota: Capacitación para los desempleados incluye capacitación para desempleados adultos y aquellos que corren el riesgo de perder el empleo, más medidas
para jóvenes desempleados y desaventajados, y el apoyo de programas para aprendices. La generación de empleo incluye todas las formas de empleo subsidia-
do, más la creación directa de empleos por parte de los sectores público y sin fines de lucro. Las compensaciones por desempleo incluyen todos los gastos en bene-
ficios independientemente de su fuente de financiamiento.
Fuente: Para países de la OCDE, OCDE (1998); para los países de América Latina y el Caribe, Verdera (1998).

clica que en la OCDE46 porque América Latina • Fondos de estabilización fiscal que recauda-
tiene gobiernos más pequeños y una menor pro- rían superávit durante los períodos favorables y
porción de estabilizadores automáticos del gasto que podrían gastarse durante las recesiones.
público (por ejemplo, un limitado seguro de des- • Normas fiscales numéricas para frenar el
empleo). La respuesta discrecional de la política fis- crecimiento del gasto y de la deuda durante las
cal (especialmente el gasto) es más procíclica que expansiones.
en la OCDE porque América Latina se caracteriza • Reforma de la estructura de las transferen-
por la volatilidad, las políticas discrecionales, las cias fiscales federales para disminuir los efectos
restricciones políticas, la debilidad de las institu- procíclicos del gasto subnacional.47
ciones fiscales que dificultan el ahorro en los perí-
odos favorables, y una solvencia limitada.
¿Qué pueden hacer los gobiernos para res- 46 Martner (1999) estima que la elasticidad promedio de la relación
tringir este problema? La experiencia de los países entre el superávit cíclico y el crecimiento es de 0,2% en América Lati-
sugiere un menú de opciones de política para redu- na, comparada con estimaciones más cercanas al 0,5% del PIB en
la Unión Europea.
cir los efectos procíclicos de la política fiscal, que 47Esto puede lograrse, por ejemplo, haciendo las transferencias
incluye: constantes en vez de vincularlas a ingresos tributarios procíclicos.
315

Una nueva agenda de política laboral

Cuadro 8.8. Resumen de opciones de política para reducir la prociclicalidad

Instituciones
Objetivo Políticas internas financieras internacionales

Aumentar estabilizadores Seguro de desempleo y otras Insistencia en la transparencia y

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


automáticos políticas la responsabilidad
Aumento del tamaño del Estado

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Mejorar el ahorro durante Reglas fiscales para reducir la Préstamos contracíclicos
los tiempos de crecimiento discrecionalidad y limitar los
gastos y la deuda durante los
tiempos de crecimiento
Fondos de estabilización fiscal
Reforma de instituciones fiscales

Mejorar la solvencia durante Bonos indexados al PIB Préstamos contracíclicos


los tiempos de bajo crecimiento Líneas de crédito contingentes

• Incrementos en la proporción de estabiliza- pueda hacerse en una trayectoria fiscal sostenible.


dores automáticos en el gasto total. Esto no es fácil; Bourguignon (2000) muestra que el
• Bonos indexados en función del PIB, que “Estado de bienestar” de América Latina es similar
limitarían la necesidad de ajuste fiscal durante las en magnitud y alcance al de Europa a fines de los
recesiones reduciendo automáticamente el pago de años veinte/treinta. Si se excluye el gasto en edu-
intereses. cación, los países latinoamericanos gastan en pro-
medio un 10% del PIB en protección social, en
Lamentablemente, la evidencia muestra que comparación con el 15% al 33% de los países desa-
en muchos casos las medidas aisladas no funcio- rrollados.50 Europa necesitó varias décadas de
nan. Por ejemplo, en muchos países las normas fis- crecimiento económico en la posguerra para desa-
cales y los fondos de estabilización han fracasado rrollar las actuales instituciones del Estado de bien-
como consecuencia de shocks imprevistos y del estar. La literatura reciente sugiere que es preciso
incumplimiento motivado políticamente.48 Como incrementar los esfuerzos por mejorar la eficiencia
muchas de las propuestas anteriores no alteran los del sector público, aumentar la transparencia en el
incentivos políticos subyacentes para incrementar presupuesto y luchar contra la evasión impositiva
el gasto durante los períodos favorables, no debe (Alesina, 1999). El objetivo deberá ser ayudar a los
sorprender la variedad de los resultados obtenidos. países latinoamericanos a “desplazarse” hacia un
Sin embargo, las nuevas disposiciones dictadas en mejor equilibrio con una mayor protección social y
algunos países, como la Ley de responsabilidad fis-
cal en Brasil y la regla de superávit estructural en
Chile permiten cierto optimismo.49 La clave del
48 Véase en Braun y Tommasi (2002) un análisis de algunos fraca-
éxito es un enfoque integrado para cada país (en
sos de normas fiscales en América Latina.
vez de un enfoque global para todos los países) que 49 Spiller
y Tommasi (2000), por ejemplo, formulan un análisis minu-
considere seriamente las restricciones políticas. cioso del sistema político argentino, y utilizan el marco para pre-
La experiencia reciente sugiere que se trabaje sentar propuestas de política compatibles con los incentivos. Von
Hagen, Perotti y Strauch (1997) proponen un proceso en varias eta-
por lo menos en tres direcciones, como se resume pas para lograr la sostenibilidad fiscal en la Unión Europea.
en el cuadro 8.8. En la primera, deben adoptarse 50 La conclusión no varía si se excluyen las pensiones. En América

políticas que aumenten el papel de los estabiliza- Latina el gasto social promedio excluida la educación y las pensio-
nes es 4,8% del PIB comparado con un nivel del 9,4% (Estados Uni-
dores automáticos en el presupuesto, siempre que dos) al 24% (Suecia) en los países de la OCDE.
316

Capítulo 8

menor evasión impositiva, aunque probablemente que el desembolso de fondos sea más contracíclico,
los resultados no se logren de inmediato. aunque esta propuesta adolece de problemas de
Una segunda dirección deberá procurar esta- riesgo moral.
blecer instituciones fiscales que limiten el gasto
discrecional y las presiones por incrementar los Financiamiento de políticas fiscales
gastos durante los períodos favorables. La falta de contracíclicas

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


ahorros fiscales durante las expansiones económi-

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


cas se explica en gran medida por una combinación En América Latina las crisis son comunes y las
de volatilidad macroeconómica y restricciones polí- recesiones son profundas, y afectan negativamente
ticas e institucionales. Poderosos grupos luchan por a los pobres y los segmentos de ingresos medianos
participar en el fondo común de recursos fiscales, de la población. El comportamiento procíclico de la
generando presiones en favor de un mayor gasto política fiscal –aparte de la creciente volatilidad
durante los períodos favorables, presiones que macroeconómica– limita la capacidad de los gobier-
aumentan cuanto mayor es el superávit fiscal. Por nos latinoamericanos para proteger a la población
lo tanto, la volatilidad –que genera grandes superá- del riesgo de despido. Debe procurarse incremen-
vit en los auges y grandes déficit en las recesiones– tar el ahorro durante las expansiones, promover un
hace aún más difícil acumular ahorros durante los mayor acceso al crédito durante las recesiones y
períodos favorables. Los enfoques propuestos en aumentar los estabilizadores automáticos en el pre-
este sentido incluyen normas fiscales (Kopits y supuesto.
Symansky, 1998), fondos de estabilización (Braun y Las aplicaciones simplistas de principios
Tommasi, 2002), y modernización de las institucio- generales, como “lograr que los procedimientos
nes políticas y fiscales (Hausmann y Stein, 1996; presupuestarios sean más jerárquicos” o “imple-
Perry, 2002; Stein, Talvi y Grisanti, 1998). mentar normas fiscales para limitar el gasto y los
El tercer enfoque comprende la utilización de déficit”, no se traducen necesariamente en mejores
instrumentos financieros destinados a optimizar el resultados fiscales. Es preciso llevar a cabo un aná-
acceso al crédito durante las recesiones, o en otras lisis más detallado de cada país para que las pro-
palabras, proporcionar un mejor seguro contra los puestas específicas se ajusten a los distintos
shocks. Borensztein y Mauro (2002) proponen con- contextos políticos. Este tipo de análisis se halla
vertir una significativa proporción de la deuda emi- recién en sus primeras etapas, y las instituciones
tida por los países latinoamericanos en bonos financieras internacionales deben consolidar sus
indexados en función del PIB. La idea es que los esfuerzos por aumentar el conocimiento acerca de
bonos pagarían intereses más altos cuando el creci- los particulares mecanismos de operación en este
miento del PIB es elevado, y menos durante las campo.
recesiones. Además, los aumentos en el gasto pri- Los enfoques voluntarios relacionados con las
mario (inflexible) se verían limitados durante las normas fiscales y los fondos de estabilización
recesiones, ya que parte del superávit adicional se deben evitarse: la evidencia indica que no dan
destinaría automáticamente al pago del servicio de resultados satisfactorios. Se necesita más investiga-
la deuda. Ello limitaría el problema de la falta de ción acerca de los mecanismos que funcionan en
solvencia y reduciría el carácter procíclico del diversos entornos políticos y económicos. Lo
gasto. Las instituciones financieras internacionales mismo puede decirse de la reforma de las institu-
desempeñan un papel clave en este tipo de pro- ciones presupuestarias. Probablemente resultaría
puestas, ya que los mercados para esta clase de beneficiosa la existencia de procedimientos jerár-
títulos todavía no están lo suficientemente desarro- quicos y transparentes, aunque es preciso realizar
llados (Caballero, 2003). Otra forma de que dichas un análisis más específico de cada país sobre la
instituciones contribuyan a mejorar la solvencia forma de implementar estas ideas generales. Es
durante las recesiones y a limitar el mayor gasto obvia la importancia de los problemas de incenti-
durante los períodos de expansión es asegurarse de vos en el gasto subnacional. Sin embargo, los casos
317

Una nueva agenda de política laboral

Recuadro 8.6 La regla chilena de balance estructural

En 2000, cuando por primera vez en veinte años el propio“. Específicamente, se sustrae el ingreso provenien-
gobierno chileno mostraba un déficit presupuestario, Chile te de las privatizaciones y se agrega el ingreso corres-

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


introdujo la Regla de Balance Estructural (RBE), norma pondiente a los fondos de estabilización del petróleo y el

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


cuyo principal objetivo era asegurar a mediano plazo un cobre. En segundo lugar, en el sistema chileno el compo-
superávit fiscal del 1% del PIB.1 nente cíclico sólo se elimina del ingreso y se asigna espe-
La regla tenía por finalidad introducir estabilizado- cial consideración al precio del cobre.
res automáticos en la política fiscal chilena, reduciendo el El ingreso estructural (es decir, sin el componente
grado de política fiscal procíclica y en consecuencia el cíclico) es la suma de los dos componentes estructurales: el
impacto de los shocks externos sobre el producto y el ingreso tributario ajustado en función de las variaciones
empleo. Un segundo objetivo declarado era incrementar cíclicas en el producto alrededor del PIB potencial y el
la credibilidad de la política fiscal, lo que a su vez redu- ingreso proveniente del cobre ajustado en función de las
ciría el costo del financiamiento y aseguraría un acceso variaciones cíclicas del precio del cobre alrededor de una
estable a los mercados financieros internacionales. tendencia a largo plazo. En consecuencia, las dos varia-
La RBE se basa en las metodologías del FMI y la bles clave de este cálculo son las estimaciones del PIB
OCDE para calcular el balance estructural en las econo- potencial y el precio de referencia a largo plazo del
mías en desarrollo y fue publicada por el FMI (diversos cobre. El funcionamiento de la RBE dependerá fundamen-
años). Existen dos diferencias principales. La primera es talmente de la exactitud y la credibilidad de estas estima-
que el principio contable se modifica de “necesidades ciones. La sobrestimación sistemática de cualquiera de
financieras del sector público” a “variaciones en el capital estas variables generará un sesgo en favor del déficit y
erosionará la credibilidad. Para asegurar la independen-
cia, las autoridades chilenas han delegado la estimación
del PIB potencial y el precio de referencia del cobre a un
Regla de Balance Estructural (RBE) panel de economistas de diversas instituciones públicas y
privadas.
El gasto se fija en forma tal que genere un superávit
del 1% con respecto al ingreso estructural (véase el gráfi-
} +1% co). En períodos de bajo crecimiento (inferior a la tasa de
crecimiento potencial) o de bajos precios del cobre (meno-
res que el precio de referencia) el superávit realizado será
inferior al 1%. El resultado es una política fiscal contrací-
clica que debería generar un superávit del 1% en el media-
no plazo.

1Véase “Balance central del gobierno estructural: metodología y


Ingresos estructurales Gastos Ingresos corrientes
estimaciones para Chile: 1987-2000” en http://www.dipres.cl/
publicaciones/Balance%20MH_1.html

estudiados por Dillinger, Perry y Webb (2001) pare- En el largo plazo, los países latinoamericanos
cen indicar que las soluciones fáciles, como las probablemente se beneficien de un mayor desarro-
transferencias estabilizadoras, no necesariamente llo del Estado de bienestar, a través de una mayor
funcionan. Desde un punto de vista positivo, en la estabilidad macroeconómica y un menor riesgo de
región se observan algunas experiencias alentado- la población frente a los shocks agregados. Un paso
ras, como la Ley de responsabilidad fiscal en Brasil en la dirección correcta sería que las oficinas de los
y la norma de superávit estructural en Chile (véase bancos centrales y las oficinas técnicas comenza-
el recuadro 8.6). ran a calcular el componente cíclico de la política
318

Capítulo 8

fiscal. Sin embargo, aún falta un largo camino por riesgosos en un contexto de baja transparencia y
recorrer en este sentido. Se requerirá una “gestión capacidad estatal, y podría hacerse imposible cortar
fiscal brillante” (Birdsall, 2002), más confianza de el gasto durante los auges cuando el gobierno no
los ciudadanos en el gobierno y más transparencia puede controlar si los beneficiarios del seguro de
y responsabilización. Los estabilizadores automáti- desempleo están trabajando en el sector informal.
cos, como el seguro de desempleo, pueden resultar

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.
Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub
© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.
Referencias

Acemoglu, D. 2002. Technical Change, Inequality, Aedo, C. y S. Núñez. 2000. The Impact of Training
and the Labor Market. Journal of Journal of Eco- Programs in Latin America and the Caribbean:
nomic Literature Literature XL (Marzo): 7–72. The Case of Programa Joven. Departamento de
Acemoglu, D. y F. Zilibotti. 2001. Productivity Diffe- Investigación, Banco Interamericano de Desa-
rences. Quarterly Journal of Economics 116(2): rrollo, Washington, D.C. Documento mimeogra-
563–606. fiado.
Acemoglu, D. y R. Shimer. 1999a. Efficient Unem- Aghion, P., P. Bacchetta y A. Banerjee. 2001.
ployment Insurance. The Journal of Political Eco- Currency Crises and Monetary Policy in an Eco-
nomy 107: 893–928. nomy with Credit Constraints. European Econo-
. 1999b. Productivity Gains from Unemployment mic Review 45(7).
Insurance. Documento de trabajo No. 7352. Aguiar, M. 2002. Devaluation, Foreign Currency
National Bureau of Economic Research, Cam- Exposure and Investment: The Case of Mexico.
bridge, MA. University of Chicago. Documento mimeogra-
Acevedo, G. 2003. Notas del seguro de cesantía, Año fiado.
1, No. 3, Julio, Santiago. Aidt, Toke y Zafiris Tzannatos. 2002. Unions and
Acosta, Pablo y Gabriel V. Montes Rojas. 2002. Trade Collective Bargaining: Economic Effects in a Glo-
Reform, Technological Change and Inequality: bal Environment. Washington, D.C.: Banco Mun-
The Case of Mexico and Argentina in the 1990s. dial.
Banco Mundial, Washington, D.C., y University Akerlof, G., W. Dickens y G. Perry. 2000. Near Ratio-
of Illinois, Urbana-Champaign, IL. nal Wage and Price Setting and the Long Run
Adams, Jr., Richard. 2003. International Migration, Phillips Curve. Brookings Papers on Economic
Remittances and the Brain Drain: A Study of 24 Activity 1: 1–60.
Labor-Exporting Countries. Documento mimeo- Albaek, K., M. V. Audenrode y M. Browning. 1999.
grafiado. Employment Protection and the Consequences
Addison, J. y P. Teixeira. 2001. The Economics of for Displaced Workers: A Comparison of Bel-
Employment Protection. IZA Discussion Paper gium and Denmark. Trabajo preparado para el
No. 381. Instituto para el Estudio del Trabajo, proyecto CILN/Upjohn, “Losing Work, Moving
Bonn. on: International Comparisons on Worker Dis-
Ademar, W., P. Tergeist y R. Torres. 2000. Pushing placement”.
Ahead with Reform in Korea: Labour Market Alesina, A. 1999. Too Large and Too Small Govern-
and Social Safety-net Policies. OCDE, París. ments. En V. Tanzi, K. Y. Chu y S. Gupta, eds.,
320

Referencias

Economic Policy and Equity. Washington, D.C.: . 2002. Más allá de las fronteras: el nuevo
FMI. regionalismo en América Latina. En Progreso
Andalón, Mabel A. y Luis F. López-Calva. 2001. What económico y social en América Latina. Washing-
Happens to Workers When Governments ton, D.C.: BID.
Divest?: Labor and the Privatization of Mexican . 2003. Ideas para el desarrollo en las Américas.
Railroads. Universidad de las Américas-Puebla Volumen 1. Segundo trimestre. Departamento

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


y Centro de Estudios Económicos, El Colegio de de Investigación, Banco Interamericano de

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


México. Desarrollo, Washington, D.C.
Arbache, J. S. 1999. Do Unions Always Decrease Banco Mundial. World Development Indicators. Varios
Wage Dispersion? The Case of Brazilian Manu- años.
facturing. Journal of Labor Research 20(5). Banco Mundial. 2000. World Development Report
Ashenfelter, O. y G. E. Johnson. 1969. Bargaining 2000/2001: Attacking Poverty. Oxford: Oxford
Theory, Trade Unions and Industrial Strike University Press.
Activity. American Economic Review 59. . 2001. World Development Indicators. CD-ROM.
Azariadis, C. 1975. Implicit Contracts and Underem- . 2003. Public-Private Infrastructure Advisory
ployment Equilibria. Journal of Political Eco- Facility (PPIAF) Toolkit.
nomy 83(6). Barnes, M. y J. Haskel. 2002. Job Creation, Job Des-
Baily, M. N. 1974. Wages and Unemployment under truction and the Contribution of Small Businesses:
Uncertain Demand. Review of Economics and Evidence for UK Manufacturing. Documento de
Statistics 41(1). trabajo No. 461. Department of Economics,
Baldwin, John R. 1995. The Dynamics of Industrial University of London.
Competition. Cambridge, Reino Unido: Cambrid- Barnes, M., J. Haskel y M. Maliranta. 2001. The Sour-
ge University Press. ce of Productivity Growth: Micro-level Eviden-
Banco Interamericano de Desarrollo. 1995. Hacia ce for the OECD. Organización para la
una economía menos volátil. En Progreso econó- Cooperación y Desarrollo Económicos, París.
mico y social en América Latina. Washington, Documento mimeografiado.
D.C.: BID. Barro, R. J. y J. Lee. 2000. International Data on Edu-
. 1996. Cómo organizar con éxito los servicios cational Attainment: Updates and Implications.
sociales. En Progreso económico y social en Amé- Documento de trabajo No. 7911. National Bure-
rica Latina. Washington, D.C.: BID. au of Economic Research, Cambridge, MA.
. 1997. América Latina tras una década de Beaudry, P. y D. A. Green. 2002. Changes in U.S.
reformas. En Progreso económico y social en Amé- Wages 1976–2000: Ongoing Skill Bias or Major
rica Latina. Washington, D.C.: BID. Technological Change? Documento de trabajo
. 1998. América Latina: políticas económicas. No. 8787. National Bureau of Economic Rese-
Volumen 5. Cuarto trimestre. Oficina del Eco- arch, Cambridge, MA.
nomista Jefe, Banco Interamericano de Desa- Beck, Thorsten, Mattias Lundberg y Giovanni Maj-
rrollo, Washington, D.C. noni. 2001. Financial Development and Economic
. 1998–99. América Latina frente a la desigual- Volatility: Does Finance Dampen or Magnify
dad. En Progreso económico y social en América Shocks? Documento de trabajo de Políticas de
Latina. Washington, D.C.: BID. Estudio No. 2707. Banco Mundial, Washington,
. 2000. América Latina: políticas económicas. D.C.
Cuarto trimestre. Departamento de Investiga- Behrman, Jere R., Nancy Birdsall y Miguel Székely.
ción, Banco Interamericano de Desarrollo, Was- 2000. Economic Reform and Wage Differentials in
hington, D.C. Latin America. Documento de trabajo No. 435.
. 2001. Competitividad: El motor del creci- Banco Interamericano de Desarrollo, Washing-
miento. En Progreso económico y social en Amé- ton, D.C.
rica Latina. Washington, D.C.: BID.
321

Se buscan buenos empleos: los mercados laborales en América Latina

Bell, L. A. 1997. The Impact of Minimum Wages in Blanchard, O. y A. Landier. 2001. The Perverse Effects
Mexico and Colombia. Journal of Labor Econo- of Partial Labor Market Reform: Fixed Duration
mics 15(3). Contracts in France. Documento de trabajo No.
Belussi, F. 1998. A Framework of Analysis for Self- 8219. National Bureau of Economic Research,
Employment in Italy. Trabajo presentado en la Cambridge, MA.
International Conference on Self-Employment, Blanchard, O. y P. Portugal. 2001. What Hides behind

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


del 24 al 26 de septiembre, Burlington, Ontario. an Unemployment Rate: Comparing Portugue-

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Ben-David, D. 1993. Equalizing Exchange: Trade se and U.S. Labor Markets. American Economic
Liberalization and Income Convergence. Quar- Review 91(1): 187–207.
terly Journal of Economics 108: 653–679. Blanchard, Olivier y Justin Wolfers. 2000. The Role
Bergoeing, Raphael, Andrés Hernando y Andrea of Shocks and Institutions in the Rise of Euro-
Repetto. 2003. The Effect of Policy Distortions pean Unemployment: The Aggregate Evidence.
on Aggregate Productivity Dynamics. Universi- Economic Journal 110: 1–33.
dad de Chile y Harvard University. Documento Blanchflower, D. 2000. Self-Employment in OECD
mimeografiado. Countries. Documento de trabajo No. 7486.
Berman, E. y S. Machin. 2000. Evidence of Factor- National Bureau of Economic Research, Cam-
biased Technological Change in Developing bridge, MA.
Countries. Boston University, Boston, MA. Bleakley, H. y K. Cowan. 2002. Corporate Dollar
Documento mimeografiado. Debt and Devaluations: Much Ado about
Bernanke, B. S. y R. S. Gurkaynak. 2001. Is Growth Nothing? Massachusetts Institute of Techno-
Exogenous? Taking Mankiw, Romer and Weil logy, Cambridge, MA. Documento mimeogra-
Seriously. Documento de trabajo No. 8365. fiado.
National Bureau of Economic Research, Cam- Blom, Andreas y Carlos Eduardo Vélez. 2001. Brazi-
bridge, MA. l’s Increasing Skill Premium: Growing Demand
Bertola, G. y R. Rogerson. 1997. Institutions and and Insufficient Supply? Banco Mundial, Was-
Labor Reallocation. European Economic Review hington, D.C.
41(6): 1147–1171. Boeri, Tito y Katherine Terrell. 2001. Institutional
Bertola, Giuseppe, Tito Boeri y Sandrine Cazes. Determinants of Labor Reallocation in Transition.
1999. Employment Protection and Labour Mar- Documento de trabajo del William Davidson
ket Adjustment in Some OECD Countries: Evol- Institute No. 384. University of Michigan, Ann
ving Institutions and Variable Enforcement. Arbor, MI.
Departamento de Empleo y Formación, Oficina Borensztein, E. y P. Mauro. 2002. Reviving the Case
Internacional del Trabajo, Ginebra. for GDP-indexed Bonds. Policy Discussion Paper
Birdsall, Nancy. 2002. From Social Policy to an Open- No. 02/10. Fondo Monetario Internacional,
economy Social Contract in Latin America. Docu- Washington, D.C.
mento de trabajo No. 21. Center for Global Borjas, George. 1987. Self-Selection and the Earnings
Development, Washington, D.C. of Immigrants. American Economic Review
Birdsall, Nancy y John Nellis. 2002. Winners and 77(4): 531–553.
Losers: Assessing the Distributional Impact of Pri- . 1991. Immigration and Self-Selection. En J.
vatization. Documento de trabajo No. 6. Center Abowd and R. Freeman, eds., Immigration,
for Global Development, Washington, D.C. Trade, and the Labor Market. Chicago, IL: Uni-
Blanchard, O. J. 1997. The Medium Run. Brookings versity of Chicago Press.
Papers on Economic Activity 1997(2): 89–158. Borjas, George y Richard Freeman. 1992. Immigra-
. 2002. Designing Labor Market Institutions. tion and the Work Force: Economic Consequences
Trabajo presentado en la conferencia Beyond for the United States and Source Areas. Chicago,
Transition: Development Perspectives and IL: University of Chicago Press.
Dilemmas, 12 y 13 de abril, Varsovia.
322

Referencias

Boubakri, Narjess y Jean-Claude Cosset. 1996. The sian Unemployment. Journal of Labor Econo-
Financial and Operating Performance of Newly mics 4(3) Julio: 376–414.
Privatized Firms: Evidence from Developing Burgess, Simon y Michael M. Knetter. 1998. An
Countries. Centre de recherche en économie et International Comparison of Employment
finance appliquées (CRÉFA), Faculté des scien- Adjustment to Exchange Rate Fluctuations.
ces de l’administration. Université Laval, Qué- Review of International Economics 6(1): 151–163.

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


bec. Butler, Inés y Gabriel Sánchez. 2003. Market Institu-

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Bourguignon, F. 2000. Social Protection in Industrial tions, Labor Market Dynamics, Growth and
Countries: Which Lessons for LAC Countries? Productivity: Argentina. IERAL y Fundación
Banco Mundial, Washington, D.C. Documento Mediterránea. Documento mimeografiado.
mimeografiado. Caballero, R. 2003. The Future of the IMF. Massa-
Braun, Miguel y Luciano di Gresia. 2003. Towards chusetts Institute of Technology, Cambridge,
Effective Social Insurance in Latin America: MA. Documento mimeografiado.
The Importance of Countercyclical Fiscal Caballero, R. y E. Engel. 1993. Microeconomic
Policy. Trabajo presentado en la Cuadragésima Adjustment Hazards and Aggregate Dynamics.
Cuarta Reunión Anual del Banco Interamerica- Quarterly Journal of Economics 108(2): 359–83.
no de Desarrollo, del 24 al 26 de marzo, Milano. Caballero, R. y M. Hammour. 2003. The Cost of
Braun, Miguel y Mariano Tommasi. 2002. Fiscal Recessions Revisited: A Reverse-Liquidationist
Rules for Subnational Governments: Some View. Massachusetts Institute of Technology,
Organizing Principles and Latin American Cambridge, MA. Documento mimeografiado.
Experiences. Trabajo presentado en la Confe- Caballero, R. y A. Krishnamurthy. 2001. Dollarization
rencia del FMI y el Banco Mundial sobre reglas of Liabilities: Underinsurance and Domestic
macrofiscales en economías de mercados emer- Financial Underdevelopment. Documento de tra-
gentes, del 14 al 16 de febrero, Oaxaca. bajo No. 7792. National Bureau of Economic
Bravo, D. y D. Contreras. 2000. The Impact of Finan- Research, Cambridge, MA.
cial Incentives to Training Providers: The Case Caballero, R. y S. Panageas. 2003. Hedging Sudden
of Chile Joven. Departamento de Investigación, Stops and Precautionary Recessions: A Quanti-
Banco Interamericano de Desarrollo, Washing- tative Framework. Massachusetts Institute of
ton, D.C. Documento mimeografiado. Technology, Cambridge, MA. Documento
Bravo, D., O. Larrañaga y J. Ramos. 2001. Una nueva mimeografiado.
agenda de políticas de empleo. Revista Econo- Caballero, Ricardo, Eduardo Engel y Alejandro
mía y Administración 142. Micco. 2003. Microeconomic Flexibility in Latin
Bresnahan, T. F., E. Brynjolfsson y L. M. Hitt. 2002. America. Banco Interamericano de Desarrollo,
Information Technology, Workplace Organiza- Washington, D.C. Documento mimeografiado.
tion, and the Demand for Skilled Labor: Firm- Calmfors, Lars. 1994. Active Labour Market Policy and
Level Evidence. Quarterly Journal of Economics Unemployment – A Framework for the Analysis of
117(1) Febrero: 339–376. Crucial Designs Features. Estudios Económicos
Broda, C. 2001. Coping with Terms-of-Trade Shocks: de la OCDE No. 22. Organización para la Coo-
Pegs versus Floats. American Economic Review peración y Desarrollo Económicos, París.
91(2). Calvo, Guillermo. 1999. Contagion in Emerging Mar-
Brown, Drusilla K. 2000. International Trade and Core kets: When Wall Street Is a Carrier. University of
Labor Standards: A Survey of the Recent Literatu- Maryland, College Park, MD. Documento
re. Discussion Paper No. 2000–05. Department mimeografiado.
of Economics, Tufts University, Medford, MA. . 2000. The Case for Hard Pegs. University of
Bulow, Jeremy I. y Lawrence H. Summers. 1986. A Maryland. College Park, MD. Documento
Theory of Dual Labor Markets with Application mimeografiado.
to Industrial Policy, Discrimination and Keyne-
323

Se buscan buenos empleos: los mercados laborales en América Latina

Calvo, Guillermo, Alejandro Izquierdo y Ernesto Carter, Michael, Bradford Barham y Dina Mesbah.
Talvi. 2002. Sudden Stops, the Real Exchange Rate 1996. Agricultural Export Booms and the Rural
and Fiscal Sustainability: Argentina’s Lessons. Poor in Chile, Guatemala and Paraguay. Latin
Documento de trabajo No. 469. Banco Inter- American Research Review 31(1): 33–64.
americano de Desarrollo, Washington, D.C. Casacuberta, Carlos, Gabriela Fachola y Néstor Gan-
Calvo, Guillermo y Frederic S. Mishkin. 2003. The delman. 2003. Employment, Capital and Pro-

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Mirage of Exchange Rate Regimes for Emerging ductivity Dynamics: Trade Liberalization and

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Market Countries. Documento de trabajo No. Unionization in the Uruguayan Manufacturing
9808. National Bureau of Economic Research, Sector. Universidad de la República y Universi-
Cambridge, MA. dad ORT, Uruguay. Documento mimeografiado.
Calvo, Guillermo y Carmen Reinhart. 2000. When Caselli, F. 1999. Technological Revolutions. American
Capital Flows Come to a Sudden Stop: Conse- Economic Review (Marzo): 78–102.
quences and Policy Options. University of Cassoni, Adriana, Steven G. Allen y Gaston J. Laba-
Maryland, College Park, MD. Documento die. Unions and Employment in Uruguay. En J.
mimeografiado. Heckman y C. Pagés, eds., Law and Employ-
. 2002. Fear of Floating. Quarterly Journal of ment: Lessons from Latin America and the Carib-
Economics 117: 379–408. bean. Cambridge, MA: NBER; y Chicago, IL:
Campa, José Manuel y Linda Goldberg. 2001. University of Chicago. De próxima publicación.
Employment versus Wage Adjustment and the Céspedes, L. F., R. Chang y A. Velasco. 2000. Balan-
U.S. Dollar. The Review of Economics and Statis- ce Sheets and Exchange Rate Policy. Documento
tics 83(3): 477–489. de trabajo No. 7840. National Bureau of Econo-
Card, D. 1990. Strikes and Wages: A Test of an mic Research, Cambridge, MA.
Asymmetric Information Model. Quarterly Jour- Chen, M. A., R. Jhabvala y F. Lund. 2002. Supporting
nal of Economics 105(3): 625–659. Workers in the Informal Economy: A Policy Fra-
Card, D. y J. E. DiNardo. 2002. Skill Biased Technolo- mework. Employment Sector Paper No. 2002/2.
gical Change and Rising Wage Inequality: Some Oficina Internacional del Trabajo, Ginebra.
Problems and Puzzles. Documento de trabajo No. Chiquiar, D. y G. H. Hanson. 2002. International
8769. National Bureau of Economic Research, Migration, Self-Selection, and the Distribution of
Cambridge, MA. Wages: Evidence from Mexico and the United Sta-
Card, D. y D. Hyslop. 1996. Does Inflation “Grease the tes. Documento de trabajo No. 9242. National
Wheels of the Labor Market”? Documento de tra- Bureau of Economic Research, Cambridge, MA.
bajo No. 5538. National Bureau of Economic Chong, Alberto y Florencio López-de-Silanes. 2003a.
Research, Cambridge, MA. Privatization and Labor Restructuring around
Card, D. y A. B. Krueger. 1995. Myth and Measure- the World. Yale University, New Haven, CT.
ment: The New Economics of the Minimum Wage. Documento mimeografiado.
Princeton, N.J.: Princeton University Press. . 2003b. Privatization in Latin America: Myths
Cárdenas S., Mauricio y Catalina Gutiérrez. 1997. and Stylized Facts. Trabajo presentado en la
Impacto de las reformas estructurales sobre la Séptima Reunión de Economia, Revista de la
eficiencia y la equidad. En Mauricio Cárdenas Asociación de Economía de América Latina y el
S., ed., Empleo y distribución del ingreso en Amé- Caribe (LACEA), 24 y 25 de abril, Santiago.
rica Latina: ¿hemos avanzado? Bogotá: Fedesa- Chong, Alberto y Jaime Saavedra. 2003. Explaining
rrollo-TM Editores. Increases in Legal Informality during the Nine-
Carneiro, F. G. y J. S. Arbache. 2002. The Impacts of ties in Latin America. Banco Interamericano de
Trade on the Brazilian Labor Market: A CGE Desarrollo, Washington, D.C. Documento
Model Approach. Universidade de Brasília. mimeografiado.
Documento mimeografiado. Christen, Robert Peck. 2000. Commercialization and
Mission Drift. The Transformation of Microfi-
324

Referencias

nance in Latin America. Grupo Consultivo de Damiani, Octavio. 2000. The State and Nontraditional
Ayuda a la Población Más Pobre, Banco Mun- Agricultural Exports in Latin America: Results
dial, Washington, D.C. Documento mimeogra- and Lessons of Three Case Studies. Documento
fiado. de trabajo No. RUR-103. Banco Interamericano
Clark, Ximena, Timothy J. Hatton y Jeffrey G. de Desarrollo, Washington, D.C.
Williamson. 2002. Where Do U.S. Immigrants Dar, A. y Z. Tzannatos. 1999. Active Labor Market

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Come From and Why? Documento de trabajo No. Programs: A Review of the Evidence from Eva-

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


8998. National Bureau of Economic Research, luations. Banco Mundial, Washington, D.C.
Cambridge, MA. Documento mimeografiado.
. 2003. What Explains Cross-Border Migration Davis, S. y J. Haltiwanger. 1999. Gross Job Flows. En
in Latin America? Documento mimeografiado. O. Ashenfelter y D. Card, eds., Handbook of
Clarke, George R. G., et al. 2002. Bank Lending to Labor Economics, Volume 3. Amsterdam: North-
Small Business in Latin America. Does Bank Ori- Holland.
gin Matter? Documento de trabajo de Políticas Davis, S., J. Haltiwanger y S. Schuh. 1996. Job Crea-
de Estudio No. 2760. Banco Mundial, Washing- tion and Destruction. Cambridge, MA: MIT
ton, D.C. Press.
Clarke, George R. G., Robert Cull y María Soledad de Ferranti, D., G. Perry, I. Gill, J. L. Guasch, C. Sán-
Martínez Pería. 2001. Does Foreign Bank Pene- chez-Páramo, N. Schady y W. Maloney. 2003.
tration Reduce Access to Credit in Developing Closing the Gap in Education and Technology.
Countries? Evidence from Asking Borrowers. Washington, D.C.: Banco Mundial.
Documento de trabajo de Políticas de Estudio de Ferranti, D., G. Perry, I. Gill y L. Servén. 2000.
No. 2716. Banco Mundial, Washington, D.C. Asegurando el futuro en una economía globaliza-
Comisión de la Comunidad Europea: Empleo, Rela- da. Washington, D.C.: Banco Mundial.
ciones Industriales y Dirección de Asuntos de Ferranti, D., G. Perry, D. Lederman y W. Malo-
Sociales, Empleo en Europa, Oficina de las ney. 2001. From Natural Resources to the Kno-
Publicaciones Oficiales de la Comisión Euro- wledge Economy: Trade and Job Quality.
pea, Luxemburgo. 1991. Washington, D.C.: Banco Mundial.
Comisión Económica para América Latina y el Cari- de Janvry, Alain, Elisabeth Sadoulet y Benjamin
be (CEPAL). 1999. América Latina: Población Davis. 1997. NAFTA and Agriculture: An Early
económicamente activa, 1980–2025. Boletín Assessment. Documento de trabajo No. 807.
demográfico No. 64. Santiago: CEPAL. Department of Agriculture and Resource Eco-
Cortázar, R., C. Echeverría y P. González. 1995. nomics, University of California, Berkeley, CA.
Hacia un nuevo diseño de sistemas de protec- Díaz, Alvaro. 1997. New Developments in Economic
ción a cesantes. Colección Estudios CIEPLAN 40 and Social Restructuring in Latin America. En
(Marzo). William C. Smith y Roberto Patricio Korzenie-
Cowan, K. y T. Do. 2003. Financial Dollarization and wicz, eds., Politics, Social Change, and Economic
Central Bank Credibility. Documento de trabajo Restructuring in Latin America. Coral Gables, FL:
de Políticas de Estudio No. 3082. Banco Mun- North-South Center Press.
dial, Washington, D.C. Dillinger, W., G. Perry y S. Webb. 2001. Is Fiscal Sta-
Cowan, K., A. Micco, A. Mizala, C. Pagés y P. Roma- bility Compatible with Decentralization?: The
guera. 2003. Un diagnóstico del desempleo en Case of Latin America. Banco Mundial, Was-
Chile. Banco Interamericano de Desarrollo, hington, D.C. Documento mimeografiado.
Washington, D.C. Documento mimeografiado. Djankov, S., R. La Porta, F. López-de-Silanes y A.
Crampton, P., M. Gunderson y J. Tracy. 1999. The Shleifer. 2000. The Regulation of Entry. Docu-
Effect of Collective Legislation on Strikes and mento de trabajo No. 7892. National Bureau of
Wages. The Review of Economics and Statistics Economic Research, Cambridge, MA.
81(3).
325

Se buscan buenos empleos: los mercados laborales en América Latina

Djankov, S., R. La Porta, F. López-de-Silanes, A. Shlei- Gables, FL: North-South Center Press; y Boul-
fer y J. Botero. 2003. The Regulation of Labor. der, CO: Lynne Rienner Publishers. De próxima
Documento de trabajo No. 9756. National Bure- publicación.
au of Economic Research, Cambridge, MA. Duryea, Suzanne y Miguel Székely. 2000. Labor
Dollar, D. 1992. Outward Oriented Developing Markets in Latin America: A Look at the
Economies Really Do Grow More Rapidly: Evi- Supply-Side. Emerging Markets Review 1(3):

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


dence from 95 LDCs 1976–85. Economic Devel- 199–228.

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


opment and Cultural Change 40: 523–544. Easterly, W. y R. Levine. 2001. It’s Not Factor Accu-
Dollar, D. y A. Kraay. 2001. Trade, Growth, and mulation: Stylized Facts and Growth Models.
Poverty. Development Research Group, Banco The World Bank Economic Review 15(2):
Mundial, Washington, D.C. 177–219.
Doms, M., T. Dunne y K. R. Troske. 1997. Workers, Easterly, W., N. Loayza y P. Montiel. 1997. Has Latin
Wages, and Technology. Quarterly Journal of America’s Post Reform Growth Been Disap-
Economics 112(1): 253–290. pointing? Journal of International Economics 43:
Duryea, Suzanne y Mary Arends-Kuenning. 2003. 287–311.
School Attendance, Child Labor and Local Edwards, S. 1998. Openness, Productivity and
Labor Market Fluctuations in Urban Brazil. Growth: What Do We Really Know? Economic
World Development. De próxima publicación. Journal 108: 383–398.
Duryea, Suzanne, Alejandra Cox Edwards y Manue- Ehrenberg, R. y R. Oaxaca. 1976. Unemployment
lita Ureta. 2001. Women in the LAC Labor Mar- Insurance, Duration of Unemployment, and
ket: The Remarkable 1990’s. Documento de Subsequent Wage Gain. American Economic
trabajo del William Davidson Institute No. 500. Review 66(5): 754–766.
University of Michigan, Ann Arbor, MI. Eichengreen, Barry. 2001. Capital Account Liberali-
Duryea, Suzanne, Jasper Hoek, David Lam y Debo- zation. What Do the Cross Country Studies Tell
rah Levison. 2003. Dynamics of Child Labor: Us? University of California, Berkeley, CA.
Labor Force Entry and Exit in Urban Brazil. En Documento mimeografiado.
Guilherme Sedlacek y Peter Orazem, eds., Era- Eichengreen, Barry, Ricardo Hausmann y Ugo
dicating Child Labor in Latin America in the 90s: Panizza. 2002. Original Sin: The Pain, the
The Promise of Demand Side Interventions. Was- Mystery and the Road to Redemption. Banco
hington, D.C.: Banco Mundial y BID. De próxi- Interamericano de Desarrollo, Harvard Univer-
ma publicación. sity y University of California, Berkeley. Docu-
Duryea, Suzanne, Olga Jaramillo y Carmen Pagés. mento mimeografiado.
2003. Latin American Labor Markets in the 1990s: El-Hamidi, F. y K. Terrell. 2001. The Impact of Mini-
Deciphering the Decade. Documento de trabajo mum Wages on Wage Inequality and Employ-
del Departamento de Investigación No. 486. ment in the Formal and Informal Sector in
Banco Interamericano de Desarrollo, Washing- Costa Rica. University of Pittsburgh y Univer-
ton, D.C. sity of Michigan Business School. Documento
Duryea, Suzanne y Andrew Morrison. 2003. An Ex- mimeografiado.
Post Impact Evaluation of the Superémonos Elías, V., R. Cossa y F. Ruiz-Núñez. 2001. An Econo-
Program on Children’s School and Work Outco- metric Cost-Benefit Analysis of the Young Trai-
mes in Urban Costa Rica. Documento mimeo- ning Program in Argentina. Departamento de
grafiado. Investigación, Banco Interamericano de Desa-
Duryea, Suzanne y Carmen Pagés. Human Capital rrollo, Washington, D.C. Documento mimeogra-
Policies: What They Can and Cannot Do for Pro- fiado.
ductivity and Poverty Reduction in Latin Ame-
rica. En Ana Margheritis, ed., Latin American
Democracies in the New Global Economy. Coral
326

Referencias

Escaith, H. y S. Morley. 2001. El efecto de las refor- Fernández-Arias, E. y P. Montiel. 1997. Reform and
mas estructurales en el crecimiento económico Growth in Latin America: All Pain, No Gain?
de América Latina y el Caribe: una estimación Documento de trabajo del Departamento de
empírica. El Trimestre Económico 68: 469–513. Investigación No. 351. Banco Interamericano de
Estache, Antonio, Marianela González y Lourdes Desarrollo, Washington, D.C.
Trujillo. 2001. Technical Efficiency Gains from Ferreira, F., G. Prennushi y M. Ravallion. 1999. Pro-

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Port Reform: The Potential for Yardstick Competi- tecting the Poor from Macroeconomic Shocks:

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


tion in Mexico. Documento de trabajo de Políti- An Agenda for Action in a Crisis and Beyond.
cas de Estudio No. 2637. Banco Mundial, Banco Mundial, Washington, D.C. Documento
Washington, D.C. mimeografiado.
Estache, Antonio, José Antonio Schmitt de Azevedo Fischer, S. 1977. Wage Indexation and Macroecono-
y Evelyn Sydenstricker. 2000. Labor Redun- mic Stability. En K. Brunner y A. Meltzer, eds.,
dancy, Retraining, and Outplacement during Pri- Stabilization of the Domestic and International
vatization: The Experience of Brazil’s Federal Economy. Amsterdam: North-Holland.
Railway. Documento de trabajo de Políticas de Fleck, Susan. 2001. A Gender Perspective of Maquila
Estudio No. 2460. Banco Mundial, Washington, Employment and Wages in Mexico. En Eliza-
D.C. beth G. Katz y María G. Correia, eds., The Eco-
Eurobarómetro. 1996 y 1997. Encuesta sobre la opi- nomics of Gender in Mexico: Work, Family, State,
nión pública europea. Dirección General de and Market. Washington, D.C.: Banco Mundial.
Prensa y Comunicación, Comisión Europea, Forbes, Kristin. 2002. How Do Large Depreciations
Bruselas. Affect Firm Performance? Documento de trabajo
Fajnzylber, P. 2001. Minimum Wage Effects throughout No. 9095. National Bureau of Economic Rese-
the Wage Distribution: Evidence from Brazil´s For- arch, Cambridge, MA.
mal and Informal Sectors. Texto para Discussão Forteza, A. y M. Rama. 2002. Labor Market “Rigidity”
No. 151. Universidade Federal de Minas Gerais, and the Success of Economic Reforms across
Facultade de Ciências Econômicas y Centro de More Than One Hundred Countries. Universi-
Desenvolvimento e Planejamento Regional, dad de la República, Uruguay y Banco Mundial,
Belo Horizonte. Washington, D.C. Documento mimeografiado.
Fajnzylber, Pablo y William F. Maloney. 2001. Labor Frankel, J. y D. Romer. 1999. Does Trade Cause
Demand and Trade Reform in Latin America. Growth? American Economic Review 89:
Banco Mundial, Washington, D.C. Documento 379–399.
mimeografiado. Freeman, Richard B. y Remco H. Oostendorp. 2000.
Fay, Robert G. 1996. Enhancing the Effectiveness of Wages around the World: Pay Across Occupations
Active Labour Market Policies: Evidence from Pro- and Countries. Documento de trabajo No. 8058.
gramme Evaluations in OECD Countries. Labour National Bureau of Economic Research, Cam-
Market and Social Policy Occasional Paper No. bridge, MA.
18. Organización para la Cooperación y Desa- Fretwell, D., J. Benus y C. O’Leary. 1999. Evaluating
rrollo Económicos, París. the Impact of Active Labor Programs: Results of
Feliciano, Zadia. 1994. Workers and Trade Liberaliza- Cross Country Studies in Europe and Central Asia.
tion: The Impact of Trade Reforms in Mexico on SP Discussion Paper No. 9915. Banco Mundial,
Wages and Unemployment. Harvard Univer- Washington, D.C.
sity, Cambridge, MA. Documento mimeografia- Friedman, M. 1977. Nobel Lecture: Inflation and
do. Unemployment. Journal of Political Economy
85(3): 451–472.
Galal, Ahmed, Leroy Jones, Pankaj Tandonand y
Ingo Vogelsang. 1994. Welfare Consequences of
Selling Public Enterprises: An Empirical Analysis.
327

Se buscan buenos empleos: los mercados laborales en América Latina

Washington, D.C.: Banco Mundial; y Nueva D.C.: Administración del Seguro Social de Esta-
York: Oxford University Press. dos Unidos.
Galiani, Sebastián y Pablo Sanguinetti. 2000. Wage Gobierno de Estados Unidos. Varios años. Statistical
Inequality and Trade Liberalization: Evidence Abstract of the United States. Washington, D.C.:
from Argentina. Universidad Torcuato Di Tella, Oficina del Censo de Estados Unidos.
Buenos Aires. Documento mimeografiado. Goldberg, Pinelopi Koujianou y Nina Pavcnik. 2001.

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Galindo, Arturo y Alejandro Izquierdo. 2003. Terms of Trade Protection and Wages: Evidence from the

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Trade Shocks, Sudden Stops and Asymmetric Colombian Trade Reforms. Documento de traba-
Employment Responses: Evidence for Emerging jo No. 8575. National Bureau of Economic Rese-
Markets. Banco Interamericano de Desarrollo, arch, Cambridge, MA.
Washington, D.C. Documento mimeografiado. . 2003. The Response of the Informal Sector to
Gallie, D. 1997. Employment, Unemployment and Trade Liberalization. Documento de trabajo No.
the Quality of Life: The Employment in Europe 9443. National Bureau of Economic Research,
Survey 1996. Eurobarometer 44.3. Informe pre- Cambridge, MA.
parado para la Comisión Europea. Goldin, C. y R. A. Margo. 1992. The Great Compres-
Gavin, M. 1997. A Decade of Reform in Latin America: sion: The Wage Structure in the United States at
Has It Delivered Lower Volatility? Documento de Mid-Century. Quarterly Journal of Economics
trabajo No. 349. Banco Interamericano de Desa- 107(1) Febrero: 1–34.
rrollo, Washington, D.C. Goldín, Liliana R. 1997. Economic Restructuring and
Gavin, M., R. Hausmann, R. Perotti y E. Talvi. 1996. New Forms of Market Participation in Rural
Managing Fiscal Policy in Latin America and the Latin America. En William C. Smith y Roberto
Caribbean: Volatility, Procyclicality and Limited Patricio Korzeniewicz, eds., Politics, Social Chan-
Creditworthiness. Documento de trabajo No. ge, and Economic Restructuring in Latin America.
326. Banco Interamericano de Desarrollo, Was- Coral Gables, FL: North-South Center Press; y
hington, D.C. Boulder, CO: Lynne Rienner Publishers.
Gavin, Michael y Roberto Perotti. 1997. Fiscal Policy Gollin, Douglas. 2002. Getting Income Shares Right.
in Latin America. En Ben Bernanke y Julio Journal of Political Economy 110(2) Abril: 458–74.
Rotemberg, eds., NBER Macroeconomic Annual. Gonzaga, G. 2003. Labor Adjustment Dynamics in
Cambridge, MA: MIT Press. Brazilian Manufacturing. Documento mimeo-
GEA and Associates. 2003. Evaluación del programa grafiado.
de becas de capacitación para desempleados. Gonzaga, Gustavo, Naércio Aquino Menezes Filho y
México, D.F. Cristina Terra. 2002. Trade Liberalization and the
Giuffrida, A., R. F. Iunes y W. D. Savedoff. 2003. Evolution of Skill Earnings Differentials in Brazil.
Occupational Safety and Health in Latin Ame- Texto para Discussão No. 463. PUC-Rio, USP,
rica and the Caribbean: Overview, Issues and EPGE-FGV.
Policy Recommendations. Trabajo de política. González, J. A. 2002. Labor Market Flexibility in Thir-
Banco Interamericano de Desarrollo, Washing- teen Latin American Countries and the United Sta-
ton, D.C. tes: Revisiting and Expanding Okun Coefficients.
Gobierno de Brasil. 1998. Relatório da Força-Tarefa Documento de trabajo No. 136. Center for Rese-
sobre Políticas de Emprego: Diagnóstico e arch on Economic Development and Policy
Recomendações. Ministério de Trabalho, Brasí- Reform, Stanford University, Palo Alto, CA.
lia. Gourinchas, Pierre-Olivier. 1999. Exchange Rates Do
Gobierno de Canadá. 1989. Employment and Evalua- Matter: French Job Reallocation and the
tion of the National Employment Service. Ottawa: Exchange Rate Turbulence, 1984–1992. Europe-
Employment and Immigration Service. an Economic Review 43: 1279–1316.
Gobierno de Estados Unidos. 1998. Social Security Graham, Carol. 2002. Crafting Sustainable Social Con-
Programs throughout the World. Washington, tracts in Latin America: Political Economy, Public
328

Referencias

Attitudes, and Social Policy. Documento de traba- ment. The World Bank Economic Review 13(1):
jo No. 29. The Brookings Institution, Washing- 23–66.
ton, D.C. Hamermesh, D. S. 1993. Labor Demand. Princeton,
Gray, J. A. 1978. On Indexation and Contract N.J.: Princeton University Press.
Length. Journal of Political Economy 86(1). Hamilton, S., G. Sullivan y L. Asturias. 2001. Econo-
Gray, J. A. y M. Kandil. 1991. Is Price Flexibility Sta- mic and Social Impacts of Non-traditional Export

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


bilizing? A Broader Perspective. Journal of Crop Production in Highland Guatemala: Impact

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Money, Credit and Banking 23(1). Perception Survey. Documento de trabajo del
Green, F., A. Dickerson y J. S. Arbache. 2001. A Pic- IPM CRSP No. 01–3. Office of International
ture of Wage Inequality and the Allocation of Research and Development, Virginia Tech, VA.
Labor through the Period of Trade Liberaliza- Hanson, Gordon. 2003. What Has Happened to Wages
tion: The Case of Brazil. World Development 29: in Mexico since NAFTA? Implications for Hemis-
1923–1939. pheric Free Trade. Documento de trabajo No.
Greenwood, J., Z. Hercowitz y P. Krusell. 1997. 9563. National Bureau of Economic Research,
Long-run Implications of Investment-specific Cambridge, MA.
Technological Change. American Economic Hanson, Gordon y Ann Harrison. 1999. Trade and
Review 87(3) Junio: 342–362. Wage Inequality in Mexico. Industrial and Labor
Gronau, Reuben y Haim Regev. 1997. The Demand Relations Review 52(2): 271–288.
for Labor and Job Turnover: Israeli Manufacturing Harrison, A. 2002. Has Globalization Eroded Labor’s
1970–1994. Documento de trabajo No. 378. Share? Some Cross-Country Evidence. Univer-
Industrial Relations Section, Princeton Univer- sity of California, Berkeley, CA. Documento
sity, Princeton, N.J. mimeografiado.
Grosh, Margaret E. 1994. Administering Targeted Harrison, Ann y Gordon Hanson. 1999. Who Gains
Social Programs in Latin America: From Platitu- from Trade Reform? Some Remaining Puzzles.
des to Practice. Washington, D.C.: Banco Mun- Journal of Development Economics 59: 125–154.
dial. Hatton, T. J. y J. G. Williamson. 2002. What Funda-
Groshen, E. y M. Schweitzer. 1996. The Effects of mentals Drive World Migration? Documento de
Inflation on Wage Adjustments in Firm-Level trabajo No. 9159. National Bureau of Economic
Data: Grease or Sand? Staff Reports No. 9. Fede- Research, Cambridge, MA.
ral Reserve Bank of New York, Nueva York, N.Y. Hausmann, Ricardo, Ugo Panizza y Ernesto Stein.
Gruber, Jonathan. 1994. The Incidence of Mandated 2001. Why Do Countries Float the Way They
Maternity Benefits. American Economic Review Float? Journal of Development Economics 66:
84(3): 622–641. 387–414.
. 1997a. The Consumption Smoothing Benefits Hausmann, Ricardo y Dani Rodrik. 2002. Economic
of Unemployment Insurance. American Econo- Development as Self-Discovery. Documento de
mic Review 87: 192–205. trabajo del KSG Faculty Research No.
. 1997b. The Incidence of Payroll Taxation: RWP02–023. Harvard University, Cambridge,
Evidence from Chile. Journal of Labor Econo- MA.
mics 15(3): S72–S101. Hausmann, Ricardo y Ernesto Stein. 1996. Searching
Hall, Robert. 1995. Lost Jobs. Brookings Papers on for the Right Budgetary Institutions for a Volati-
Economic Activity 1: 221–256. le Region. En R. Hausmann y H. Reisen, eds.,
Hall, Robert y David Lilien. 1986. Cyclical Fluctua- Securing Stability and Growth in Latin America.
tions in the Labor Market. En O. Ashenfelter y París: OCDE.
R. Layard, eds., Handbook of Labor Economics. Hausmann, Ricardo y Miguel Székely. 1999. Inequa-
Volume 2. Amsterdam: North-Holland. lity and the Family in Latin America. Documen-
Haltiwanger, John y Manisha Singh. 1999. Cross- to de trabajo No. 393. Banco Interamericano de
Country Evidence on Public Sector Retrench- Desarrollo, Washington, D.C.
329

Se buscan buenos empleos: los mercados laborales en América Latina

Heckman, James y Carmen Pagés. 2000. The Cost of Jadresic, Esteban. 1997. What Type of Contracts
Job Security Regulation: Evidence from Latin Ame- Underlie Aggregate Wage Dynamics? Documento
rican Labor Markets. Documento de trabajo del de trabajo No. 97/67. Fondo Monetario Interna-
Departamento de Investigación No. 430. Banco cional, Washington, D.C.
Interamericano de Desarrollo, Washington, . 1998. Wage Indexation and the Cost of Disin-
D.C. flation. IMF Staff Papers 43(4).

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


. Law and Employment: Lessons from Latin Jarvis, Lovell S. y Esperanza Vera-Toscano. 2001.

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


America and the Caribbean. An Introduction. Seasonal Adjustment in a Market for Temporary
En J. Heckman y C. Pagés, eds., Law and Agricultural Workers: Fruit Workers in Chile.
Employment: Lessons from Latin America and the Banco Mundial, Washington, D.C. Documento
Caribbean. Cambridge, MA: NBER; y Chicago, mimeografiado.
IL: University of Chicago. De próxima publica- Jenkins, Hatice. 2000. Commercial Bank Behaviour in
ción. Micro and Small Enterprise Finance. Develop-
Herrera, J. y D. Rosas Shady. 2003. Labor Market ment Discussion Paper No. 741. Harvard Insti-
Transitions in Peru. Documento mimeografia- tute for International Development, Harvard
do. University, Cambridge, MA.
Heston, A., R. Summers y A. Bettina. 2002. Penn Jones, Charles I. 2001. Comment on “Trade Policy
World Table Version 6.1. Center for Internatio- and Economic Growth: A Skeptic’s Guide to the
nal Comparisons at the University of Pennsyl- Cross-National Evidence”. En B. S. Bernanke y
vania (CICUP). K. Rogoff, eds., NBER Macroeconomics Annual
Hicks, J. 1932. The Theory of Wages. Londres: Mac- 2000. Cambridge, MA: MIT Press.
millan Press. Juhn, Chinhui y Kevin Murphy. 1997. Wage Inequa-
Hopenhayn, Hugo. Labor Market Policies and lity and Family Labor Supply. Journal of Labor
Employment Duration: The Effects of Labor Economics 15(1) Enero: 72–97.
Market Reform in Argentina. En J. Heckman y Kaldor, Nicholas. 1961. Capital Accumulation and
C. Pagés, eds., Law and Employment: Lessons Economic Growth. En Friedrich A. Lutz y Dou-
from Latin America and the Caribbean. Cambrid- glas C. Hague, eds., The Theory of Capital.
ge, MA: NBER; y Chicago, IL: University of Chi- Nueva York: St. Martin’s Press.
cago. De próxima publicación. Kandil, M. 2000. Wage Flexibility and Economic Per-
Hopenhayn, Hugo y Juan Pablo Nicolini. 1997. Opti- formance: Evidence across Industrial Countries.
mal Unemployment Insurance. Journal of Politi- Documento de trabajo No. WP/00/137. Fondo
cal Economy 105: 412–438. Monetario Internacional, Washington, D.C.
. 2001. Heterogeneity and Optimal Unemploy- Kaplan, D., G. Martínez González y R. Robertson.
ment Insurance. En Nora Lustig, ed., Shielding 2003. Worker- and Job-flows in Mexico. Institu-
the Poor. Washington, D.C.: Brookings Institu- to Tecnológico Autónomo de México (ITAM),
tion Press y BID. Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y
Hopenhayn, Hugo y Richard Rogerson. 1993. Job Macalester College. Documento mimeografia-
Turnover and Policy Evaluation: A General do.
Equilibrium Analysis. Journal of Political Eco- Kappaz, C. y W. Siegel. 2002. The Role of the Multi-
nomy 101(5): 915–938. lateral Investment Fund in Skills Standards and
Hoxby, C. M. 1996. How Teachers’ Unions Affect Certification. Millennia Consulting l.l.c., Was-
Education Production. Quarterly Journal of Eco- hington, D.C.
nomics 111(3): 671–718. Katz, L. y K. Murphy. 1992. Changes in Relative
Jacobson, Louis S., Robert J. LaLonde y Daniel G. Wages, 1963–1987: Supply and Demand Factors.
Sullivan. 1993. Earnings Losses of Displaced Quarterly Journal of Economics 107(1): 35–78.
Workers. American Economic Review 83(4): Kaufmann, D., A. Kraay y P. Zoido-Lobatón. 1999.
685–709. Aggregating Governance Indicators. Documento
330

Referencias

de trabajo de Políticas de Estudio No. 2195. man y C. Pagés, eds., Law and Employment: Les-
Banco Mundial, Washington, D.C. sons from Latin America and the Caribbean.
Kay, Cristóbal. 1995. Rural Development and Agra- Cambridge, MA: NBER; y Chicago, IL: Univer-
rian Issues in Contemporary Latin America. En sity of Chicago. De próxima publicación.
John Weeks, ed., Structural Adjustment and the Kuhn, P. 1998. Unions and the Economy: What We
Agricultural Sector in Latin America and the Know; What We Should Know. Canadian Journal

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Caribbean. Nueva York: St. Martin’s Press. of Economics 31(5): 1033–1056.

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Kikeri, Sunita. 1998. Privatization and Labor: What La Porta, Rafael y Florencio López-de-Silanes. 1999.
Happens to Workers When Governments Divest. The Benefits of Privatization: Evidence from
Technical Paper No. 396. Banco Mundial, Was- Mexico. Quarterly Journal of Economics 114(4):
hington, D.C. 1193–1242.
Klein, Michael, Scott Schuh y Robert Treist. 2000. Job Latinobarómetro. Varios años. Encuesta sobre la opi-
Creation, Job Destruction, and the Real Exchange nión pública latinoamericana. Corporación
Rate. Documento de trabajo No. 7466. National Latinobarómetro, Santiago.
Bureau of Economic Research, Cambridge, MA. Lightman, E. S. 1995. You Can Lead a Horse to Water,
Klenow, P. 1998. Ideas vs. Rival Human Capital: but…: The Case against Workfare in Canada. En
Industry Evidence on Growth Models. Journal J. Richards y W. G. Watson, eds., Helping the
of Monetary Economics 42(1) Agosto: 3–24. Poor: A Qualified Case for Workfare. Toronto: C.
Klenow, P. y A. Rodríguez-Clare. 1997. The Neoclas- D. Howe Institute.
sical Revival in Growth Economics: Has It Gone Loayza, Norman, Pablo Fajnzylber y César Calderón.
Too Far? En B. S. Bernanke y J. Rotemberg, eds., 2002. Economic Growth in Latin America and
NBER Macroeconomics Annual 1997. Cambridge, the Caribbean: Stylized Facts, Explanations, and
MA: MIT Press. Forecasts. Banco Mundial, Washington, D.C.
. 2003. Externalities and Growth. Trabajo en Documento mimeografiado.
progreso para el Handbook of Economic Growth. Loboguerrero, Ana María y Ugo Panizza. 2003. Infla-
Kopits, G. y S. Symansky. 1998. Fiscal Policy Rules. tion and Labor Market Flexibility: The Squeaky
Occasional Paper No. 162. Fondo Monetario Wheel Gets the Grease. Documento de trabajo del
Internacional, Washington, D.C. Departamento de Investigación No. 495. Banco
Krueger, Alan y Mikael Lindahl. 2001. Education for Interamericano de Desarrollo, Washington,
Growth: Why and for Whom? Journal of Journal D.C.
of Economic Literature Literature 39(4): 1101–1136. López-Córdova, José Ernesto. 2003. NAFTA and
Krugman, Paul. 1994. The Myth of Asia’s Miracle. Mexico’s Manufacturing Productivity: An Empi-
Foreign Affairs 73(6) Noviembre-diciembre: rical Investigation Using Micro-level Data. Tra-
62–78. bajo presentado en la Séptima Reunión de
. 1999a. Analytical Afterthoughts on the Asian Economia, Revista de la Asociación de Econo-
Crisis. En http://web.mit.edu/krugman/www. mía de América Latina y el Caribe (LACEA), 24
. 1999b. Balance Sheets, the Transfer Problem, y 25 de abril, Santiago.
and Financial Crises. International Tax and López-de-Silanes, Florencio. 1996. Determinants of
Public Finance 6(4). Privatization Prices. Documento de trabajo No.
Kugler, Adriana. 2002. From Severance Pay to Self- 5494. National Bureau of Economic Research,
Insurance: Effects of Severance Payments Savings Cambridge, MA.
Accounts in Colombia. CEPR Discussion Paper Lora, Eduardo. 1995. Los modelos de equilibrio
No. 3197. Centre for Economic Policy Research, general computable en análisis de incidencia
Londres. fiscal. El Trimestre Económico LXII(1): 21–78.
. The Effect of Job Security Regulations on . 2001. Las reformas estructurales en América
Labor Market Flexibility: Evidence from the Latina: qué se ha reformado y cómo medirlo.
Colombian Labor Market Reform. En J. Heck- Documento de trabajo del Departamento de
331

Se buscan buenos empleos: los mercados laborales en América Latina

Investigación No. 462. Banco Interamericano jo de Políticas de Estudio No. 1940. Banco Mun-
de Desarrollo, Washington, D.C. dial, Washington, D.C.
Lora, Eduardo y Felipe Barrera. 1997. Una década de . 1999. Does Informality Imply Segmentation
reformas estructurales en América Latina: el creci- in Urban Labor Markets?: Evidence from Secto-
miento, la productividad y la inversión, ya no son ral Transitions in Mexico. The World Bank Eco-
como antes. Documento de trabajo No. 350. nomic Review 13(2): 275–302.

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Banco Interamericano de Desarrollo, Washing- Maloney, William F. y Jairo Núñez. Measuring the

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


ton, D.C. Impact of Minimum Wages: Evidence from
Lora, Eduardo y Carmen Pagés. 1997. La legislación Latin America. En J. Heckman y C. Pagés, eds.,
laboral y el proceso de reformas estructurales Law and Employment: Lessons from Latin Ameri-
de América Latina y el Caribe. En Mauricio Cár- ca and the Caribbean. Cambridge, MA: NBER; y
denas S., ed., Empleo y distribución del ingreso en Chicago, IL: University of Chicago. De próxima
América Latina: ¿hemos avanzado? Bogotá: Fede- publicación.
sarrollo-TM Editores. Márquez, Gustavo. 1997. Protección al empleo y fun-
Lora, Eduardo y Ugo Panizza. 2002. Un escrutinio a cionamiento del mercado de trabajo: una apro-
las reformas estructurales en América Latina. ximación comparativa. En Empleo, flexibilidad
Documento de trabajo del Departamento de laboral y protección social, Anales de la Segun-
Investigación No. 471. Banco Interamericano de da Reunión Técnica, Círculo de Montevideo,
Desarrollo, Washington, D.C. Montevideo, Uruguay, PNUD.
Lustig, N. 1999. Crises and the Poor: Socially Res- . 2000. Labor Markets and Income Support:
ponsible Macroeconomics. Trabajo presentado What Did We Learn from the Crises? Documento
en la Cuarta Reunión Anual de la Asociación de de trabajo del Departamento de Investigación
Economía de América Latina y el Caribe No. 425. Banco Interamericano de Desarrollo,
(LACEA), 22 de octubre, Santiago. Washington, D.C.
Lustig, N. C. y D. McLeod. 1997. Minimum Wages Márquez, Gustavo y Carmen Pagés. 1998a. Ties That
and Poverty in Developing Countries: Some Bind: Employment Protection and Labor Market
Empirical Evidence. En S. Edwards y N. C. Lus- Outcomes in Latin America. Documento de tra-
tig, eds., Labor Markets in Latin America: Com- bajo del Departamento de Investigación No.
bining Social Protection with Market Flexibility. 373. Banco Interamericano de Desarrollo, Was-
Washington, D.C.: Brookings Institution Press. hington, D.C.
Lustig, N. y M. Walton. 1999. Crises and the Poor: A . 1998b. Trade and Employment: Evidence from
Template for Action. Trabajo presentado en la Latin America and the Caribbean. Documento
conferencia, Protección Social y Pobreza, 4 y 5 de trabajo del Departamento de Investigación
de febrero, Washington, D.C. No. 366. Banco Interamericano de Desarrollo,
MacIsaac, D. y M. Rama. 1997. Determinants of Washington, D.C.
Hourly Earnings in Ecuador: The Role of Labor Martin, J. y D. Grubb. 2001. What Works and for
Market Regulations. Journal of Labor Economics Whom: A Review of OECD Countries’ Experiences
15(3): S136–S165. with Active Labour Market Policies. Documento
Madani, Dorsati. 1999. A Review of the Role and de trabajo del IFAU No. 2001:14. Institute for
Impact of Export Processing Zones. Banco Mun- Labour Market Policy Evaluation, Uppsala.
dial, Washington, D.C. Documento mimeogra- Martínez Espinoza, Eduardo. 1998. Chile: Experien-
fiado. ces in a Market-oriented Training System. Orga-
Maddison, A. 1995. Monitoring the World Economy, nización Internacional del Trabajo, Ginebra.
1820–1992. París: OCDE. Martner, Ricardo. 1999. El papel de los estabilizado-
Maloney, William F. 1998. The Structure of Labor res automáticos en la política fiscal en América
Markets in Developing Countries: Time Series Evi- Latina. Dirección de Programación del Sector
dence on Competing Views. Documento de traba- Público, CEPAL, Santiago.
332

Referencias

Maskus, Keith E. 1997. Should Core Labor Standards Michaely, Michael, Demetris Papageorgiou y Arme-
Be Imposed through International Trade Policy? ane M. Choksi, eds. 1991. Liberalizing Foreign
Documento de trabajo de Políticas de Estudio Trade: Lessons of Experience in the Developing
No. 1817. Banco Mundial, Washington, D.C. World. Volume 7. Cambridge, MA: Basil Black-
Mattoo, Aaditya, Randeep Rathindran y Arvind well, Inc.
Subramanian. 2001. Measuring Services Trade Mincer, Jacob y Boyan Jovanovic. 1981. Labor Mobi-

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Liberalization and Its Impact on Economic lity and Wages. En Sherwin Rosen, ed., Studies

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Growth: An Illustration. Documento de trabajo in Labor Markets. Chicago, IL: University of Chi-
de Políticas de Estudio No. 2655. Banco Mun- cago Press.
dial, Washington, D.C. Ministerio de Trabajo y Promoción Social del Perú
Mazza, Jacqueline. 1999. Unemployment Insurance: (MTPS), Dirección Nacional de Empleo y For-
Case Studies and Lessons for Latin America and mación Profesional (DNEFP) y Sistema de
the Caribbean. Documento de trabajo No. 411. Información Laboral. 2001. La modernización
Banco Interamericano de Desarrollo, Washing- del servicio nacional de empleo en el Perú: una
ton, D.C. propuesta aplicable a países en desarrollo. Tra-
. 2001. Servicios de intermediación laboral: un bajo presentado en el Quinto Congreso Mundial
análisis para los países de América Latina y el de la Asociación Mundial de los Servicios Públi-
Caribe. Trabajo preparado para el Primer Semi- cos de Empleo, del 29 de mayo al 2 de junio,
nario Técnico de Consulta Regional sobre Bergen, Noruega.
Temas Laborales, 26 y 27 de noviembre, Ciudad Moguillansky, Graciela. 2002. Inversión y volatilidad
de Panamá, Panamá. financiera en América Latina. Revista de la
McKenzie, David y Dilip Mookherjee. 2002. Distri- CEPAL 77: 47–66.
butive Impact of Privatization in Latin America: Mondino, Guillermo y Silvia Montoya. The Effects of
An Overview of Evidence from Four Countries. Labor Market Regulations on Employment
Trabajo de investigación presentado al BID. Decisions by Firms: Empirical Evidence for
Stanford University y Boston University. Argentina. En J. Heckman y C. Pagés, eds., Law
Meardon, Stephen. 2003. Geography, Trade, and and Employment: Lessons from Latin America
Regional Disparities: The Case of the Missing and the Caribbean. Cambridge, MA: NBER; y
Middle of Mexico. Banco Interamericano de Chicago, IL: University of Chicago. De próxima
Desarrollo, Washington, D.C. Documento publicación.
mimeografiado. Montenegro, Claudio E. y Carmen Pagés. Who Bene-
Medina, Pablo, Marcela Meléndez y Katja Seim. fits from Labor Market Regulations? Chile
2003. Productivity Dynamics of the Colombian 1960–1998. En J. Heckman y C. Pagés, eds.,
Manufacturing Sector. Banco Interamericano de Law and Employment: Lessons from Latin Ameri-
Desarrollo, Washington, D.C. Documento ca and the Caribbean. Cambridge, MA: NBER; y
mimeografiado. Chicago, IL: University of Chicago. De próxima
Menezes Filho, Naércio Aquino (coordinador). 2003. publicación.
Labor Market Dynamics in Brazil. Informe Morandé, Felipe y Klaus Schmidt-Hebbel. 2000. Chi-
final. Fundação Instituto de Pesquisas Econô- le’s Peso: Better Than (Just) Living with the Dollar?
micas, Universidade de São Paulo y Fipe-USP. Documento de trabajo No. 68. Banco Central de
Menezes Filho, N., H. Zylberstajn, J. P. Chahad y E. Chile.
Pazello. 2002. Unions and the Economic Perfor- Mundell, R. 1961. A Theory of Optimal Currency
mance of Brazilian Establishments. Documento Areas. American Economic Review 51(3): 657–665.
de trabajo de la Red de Centros de Investigación Murillo, M. V. et al. 2002. The Economic Effects of
No. R-464. Banco Interamericano de Desarrollo, Unions in Latin America: Teachers’ Unions and
Washington, D.C. Education in Argentina. Documento de trabajo
de la Red de Centros de Investigación No. R-
333

Se buscan buenos empleos: los mercados laborales en América Latina

463. Banco Interamericano de Desarrollo, Was- Oi, W. 1999. Firm Size and Wages. En O. Ashenfelter
hington, D.C. y D. Card, eds., Handbook of Labor Economics.
Murphy, K. y R. Topel. 1997. Unemployment and Volume 3. Amsterdam: North-Holland.
Nonemployment. American Economic Review Organización para la Cooperación y Desarrollo Eco-
87(2) Mayo: 295–300. nómicos. 1987. OECD Employment Outlook.
Naciones Unidas, división de población. 2002. World París: OCDE.

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Population Prospects: The 2002 Revision y World . 1996. OECD Employment Outlook. París:

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Urbanization Prospects: The 2001 Revision. Nueva OCDE.
York: Naciones Unidas. . 1997. Labour Market Policies: New Challen-
Nadal, Alejandro. 2000. The Environmental and ges. Enhancing the Effectiveness of Active
Social Impacts of Economic Liberalization on Labour Market Policies: A Streamlined Public
Corn Production in Mexico. Oxfam y WWF Employment Service. Trabajo presentado en la
International, Londres. Documento mimeogra- conferencia, Meeting of the Employment,
fiado. Labour and Social Affairs Committee at the
Narayan, Deepa y Patti Petesch, eds. 2002. Voices of Ministerial Level, 14 y 15 de octubre, París.
the Poor: From Many Lands. Washington, D.C.: . 1998. OECD Employment Outlook. París:
Banco Mundial; y Nueva York: Oxford Univer- OCDE.
sity Press. . 1999. The Public Employment Service in the
Neri, M., G. Gonzaga y J. M. Camargo. 2001. Salário United States. París: OCDE.
Mínimo, Efeito-Farol e Pobreza. Revista de Eco- . 2000. OECD Employment Outlook. París:
nomia Política 21(2): 78–90. OCDE.
Neumark, D., M. Schweitzer y W. Wascher. 2000. The . 2001. Labour Market Policies and the Public
Effects of Minimum Wages throughout the Wage Employment Service: Proceedings of the Prague
Distribution. Documento de trabajo No. 7519. Conference, July 2000. París: OCDE.
National Bureau of Economic Research, Cam- Organización Internacional del Trabajo (OIT). 1996.
bridge, MA. Panorama laboral ‘96: América Latina y el Caribe.
Neumark, D. y W. Wascher. 2002. Do Minimum Lima: OIT.
Wages Fight Poverty? Economic Enquiry 40(3): . 1997. El trabajo en el mundo 1997–1998: rela-
315–333. ciones laborales, democracia y cohesión social.
Newman, Constance, Pilar Larreamendy y Ana Ginebra: OIT.
María Maldonado. 2000. Women and Floricultu- . 1998. Seminario-taller sobre la estructura y el
re: Changes and Consequences in the Home. funcionamiento de los departamentos de
Banco Mundial, Washington, D.C. Documento empleo y de los sistemas de intermediación en
mimeografiado. el mercado de trabajo. OIT, 8 y 9 de septiembre,
Nickell, S. 1997. Unemployment and Labor Market documento de conclusiones.
Rigidities: Europe versus North America. Jour- . 1999. Segundo seminario-taller sobre la
nal of Economic Perspectives 11(3) Verano: 55–74. estructura y el funcionamiento de los departa-
Nickell, S. y R. Layard. 1999. Labor Market Institu- mentos de empleo y de los sistemas de inter-
tions and Economic Performance. En O. Ashen- mediación en el mercado de trabajo. OIT, 12 y
felter y D. Card, eds., Handbook of Labor 13 de mayo, documento de conclusiones.
Economics. Volume 3. Amsterdam: North- . Varios años. LABORSTA Base de datos de
Holland. estadísticas laborales, Marca Registrada Organi-
Nucci, Francesco y Alberto F. Pozzolo. 2001. Inves- zación Internacional del Trabajo 1998–2003.
tment and the Exchange Rate: An Analysis with Ginebra.
Firm-Level Panel Data. European Economic . 2001. Panorama laboral 2001: América Latina
Review 45(2): 259–283. y el Caribe. Ginebra: OIT.
334

Referencias

. 2002a. Panorama laboral 2002: América Latina Market Adjustment in Brazil. Dartmouth Colle-
y el Caribe. Ginebra: OIT. ge, Hanover, N.H. Documento mimeografiado.
. 2002b. IPEC Action against Child Labour: Perry, G. 2002. Can Fiscal Rules Help Reduce Macro-
Highlights 2002. Ginebra: OIT. economic Volatility in LAC? Trabajo presentado
Ouaked, Said. 2002. Transatlantic Roundtable on en la Conferencia del FMI y el Banco Mundial
High-skilled Migration and Sending Countries sobre reglas macrofiscales en economías de

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Issues. International Migration 40(4): 153–166. mercados emergentes, del 14 al 16 de febrero,

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Paes de Barros, Ricardo y Carlos Henrique Corseuil. Oaxaca.
The Impact of Regulations on Brazilian Labor Perry, G. y L. Servén. 2003. The Anatomy of a Multi-
Market Performance. En J. Heckman y C. ple Crisis: Why Was Argentina Special and What
Pagés, eds., Law and Employment: Lessons from Can We Learn from It? Documento de trabajo de
Latin America and the Caribbean. Cambridge, Políticas de Estudio No. 3081. Banco Mundial,
MA: NBER; y Chicago, IL: University of Chica- Washington, D.C.
go. De próxima publicación. Petrazzini, Ben. 1996. Telephone Privatization in a
Paes de Barros, Ricardo, Carlos Henrique Corseuil y Hurry: Argentina. En Ravi Ramamurti, ed., Pri-
Gustavo Gonzaga. 1999. Labor Market Regula- vatizing Monopolies. Lessons from the Telecommu-
tions and the Demand for Labor in Brazil. Texto nications and Transport Sectors in Latin America.
para Discussão No. 398. Departamento de Eco- Baltimore y Londres: Johns Hopkins University
nomia, Pontifícia Universidade Católica, Rio de Press.
Janeiro. Psacharopoulos, George y Zafiris Tzannatos. 1992.
Pagés, C. y C. Montenegro. 1999. Job Security and the Women’s Employment and Pay in Latin Ameri-
Age-Composition of Employment: Evidence from ca: Overview and Methodology. Estudios regio-
Chile. Documento de trabajo No. 398. Banco nales y sectorales. Banco Mundial, Washington,
Interamericano de Desarrollo, Washington, D.C.
D.C. Rama, Martín. 1994. En Michael Connolly y Jaime
Pagés, C. y N. Shinkai. 2002. Union Membership and de Melo, eds., The Effects of Protectionism on a
Wage Distribution. Departamento de Investiga- Small Country: The Case of Uruguay. Washing-
ción, Banco Interamericano de Desarrollo, Was- ton, D.C.: Banco Mundial.
hington, D.C. Documento mimeografiado. . 2001. Globalization and Workers in Develo-
Pagés, Carmen y Jaime Saavedra. 2002. Legislación ping Countries. Banco Mundial, Washington,
laboral: algunos principios fundamentales, evi- D.C. Documento mimeografiado.
dencia empírica y políticas en América Latina. Rama, Martín y Donna MacIsaac. 1999. Earnings
Trabajo presentado en el seminario Desarro- and Welfare after Downsizing: Central Bank
llando Consensos en Torno al Mercado de Tra- Employees in Ecuador. The World Bank Econo-
bajo y las Políticas de Empleo en el Área mic Review 13(1): 89–116.
Andina, 18 y 19 de julio, Lima. Ramey, Valery y Garey Ramey. 1995. Cross-Country
Partnership for Educational Revitalization in the Evidence on the Link between Volatility and
Americas (PREAL). 2001. Lagging Behind: A Growth. American Economic Review 85(5):
Report Card on Education in Latin America. 1138–1151.
Informe del Task Force on Education, Equity, Ravallion, M. 1998. Appraising Workfare Programs.
and Economic Competitiveness in the Ameri- Documento de trabajo del Departamento de
cas. Santiago. Desarrollo Sostenible No. POV-102. Banco Inter-
Pavcnik, Nina. 2002. What Explains Skill Upgrading americano de Desarrollo, Washington, D.C.
in Less Developed Countries? Dartmouth Colle- . 1999a. Is More Targeting Consistent with
ge, Hanover, N.H. Documento mimeografiado. Less Spending? International Tax and Public
Pavcnik, Nina, Andreas Blom, P. Goldberg y Norbert Finance 6(3): 411–419.
Schady. 2002. Trade Liberalization and Labor
335

Se buscan buenos empleos: los mercados laborales en América Latina

. 1999b. Monitoring Targeting Performance eds., Handbook of Development Economics. Volu-


When Decentralized Allocations to the Poor Are me 3. Amsterdam: North-Holland.
Observed. Banco Mundial, Washington, D.C. . 1996. Understanding Economic Policy
. 2000. Are the Poor Protected from Budget Cuts?: Reform. Journal of Journal of Economic Literature
Theory and Evidence for Argentina. Documento Literature 34(1): 9–41.
de trabajo de Políticas de Estudio No. 2391. . 1997. Has Globalization Gone Too Far? Was-

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


Banco Mundial, Washington, D.C. hington, D.C.: Institute for International Econo-

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


Ravallion, M. y J. Jalan. 1999. Income Gains from mics.
Workfare and Their Distribution. Banco Mun- . 2000. Comments on “Outward-Orientation
dial, Washington, D.C. and Development: Are Revisionists Right?” por
Reif, Tania. 2001. The Real Side of Currency Crises. T. N. Srinivasan y J. Bhagwati (versión de sep-
Columbia University, Nueva York, N.Y. Docu- tiembre 1999). http://ksghome.harvard.edu/
mento mimeografiado. ~.drodrik.academic.ksg/Bhagwati-Srinivasanper-
Revenga, Ana. 1997. Employment and Wage Effects cent20piecepercent_response_.pdf.
of Trade Liberalization: The Case of Mexican . 2001. ¿Por qué hay tanta inseguridad econó-
Manufacturing. Journal of Labor Economics mica en América Latina? Revista de la CEPAL
107(1): 255–284. 73: 7–32.
Robbins, Donald J. 1996. Stolper-Samuelson (Lost) in Rodrik, Dani, Arvind Subramanian y Francesco
the Tropics? Trade Liberalization and Wages in Trebbi. 2002. Institutions Rule: The Primacy of
Colombia: 1976–1994. Development Discussion Institutions over Geography and Integration in
Paper No. 563. Harvard University, Cambridge, Economic Development. Documento de trabajo
MA. No. 9305. National Bureau of Economic Rese-
Robbins, Donald J. y T. H. Gindling. 1999. Trade arch, Cambridge, MA.
Liberalization and the Relative Wages for More- Romer, P. 2000. Should Governments Subsidize Supply
Skilled Workers in Costa Rica. Review of Deve- or Demand in the Market for Scientists and Engi-
lopment Economics 3(2) Junio: 140–154. neers? Documento de trabajo No. 7723. National
Robbins, Donald J., Martín González Rozada y Alicia Bureau of Economic Research, Cambridge, MA.
Menéndez. 1997. Dispersión salarial y comercio Romero, Ana Teresa. 1995. Labour Standards and
en Argentina. En Mauricio Cárdenas S., ed., Export Processing Zones: Situation and Pressu-
Empleo y distribución del ingreso en América Lati- res for Change. Development Policy Review 13(3):
na: ¿hemos avanzado? Bogotá: Fedesarrollo-TM 247–276.
Editores. Rose, Nancy E. 1994. Put to Work: Relief Programs in
Roberts, M. y J. Tybout. 1996. Industrial Evolution in the Great Depression. Nueva York: Monthly
Developing Countries: Micro Patterns of Turnover, Review Press.
Productivity, and Market Structure. Oxford Uni- Roy, A. D. 1951. Some Thoughts on the Distribution
versity Press. of Earnings. Oxford Economic Papers 3 (Junio):
Robertson, Raymond. 2002. Relative Prices and Wage 135–46.
Inequality: Evidence from Mexico. Department Saavedra, Jaime. 2003. Labor Markets during the
of Economics, Macalester College, St. Paul, MN. 1990s. En Pedro-Pablo Kuczynski y John
Documento mimeografiado. Williamson, eds., After the Washington Consen-
Rodríguez, F. y D. Rodrik. 2001. Trade Policy and sus: Restarting Growth and Reform in Latin Ame-
Economic Growth: A Skeptic’s Guide to the rica. Washington, D.C.: Institute for
Cross-National Evidence. En B. S. Bernanke y K. International Economics.
Rogoff, eds., NBER Macroeconomics Annual Saavedra, Jaime y Máximo Torero. Labor Market
2000. Cambridge, MA: MIT Press. Reforms and Their Impact on Formal Labor
Rodrik, Dani. 1995. Trade and Industrial Policy Demand and Job Market Turnover: The Case of
Reform. En J. R. Behrman y T. N. Srinivasan, Peru. En J. Heckman y C. Pagés, eds., Law and
336

Referencias

Employment: Lessons from Latin America and the . 2001. Combining Export Processing Zones
Caribbean. Cambridge, MA: NBER; y Chicago, and Regional Free Trade Agreements: Lessons
IL: University of Chicago. De próxima publica- from the Mexican Experience. World Develop-
ción. ment 29(10): 1739–1752.
. 2002. Union Density Changes and Union Scarpetta, Stefano, Philip Hemmings, Thierry Tres-
Effects on Firm Performance in Peru. Documento sel y Jaejoon Woo. 2002. The Role of Policy and

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


de trabajo de la Red de Centros de Investigación Institutions for Productivity and Firm Dynamics:

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


No. R-465. Banco Interamericano de Desarrollo, Evidence from Micro and Industry Data. Docu-
Washington, D.C. mento de trabajo del Departamento de Econo-
Sachs, Jeffrey y Felipe Larraín. 1999. Why Dollariza- mía No. 329. Organización para la Cooperación
tion Is More Straightjacket Than Salvation. y Desarrollo Económicos, París.
Foreign Policy 116 (Otoño): 80–92. Scarpetta, Stefano y Thierry Tressel. 2002. Producti-
Sachs, Jeffrey y Andrew Warner. 1995. Economic vity and Convergence in a Panel of OECD Indus-
Reforms and the Process of Global Integration. tries: Do Regulations and Institutions Matter?
Brookings Papers on Economic Activity 1: 1–118. Documento de trabajo del Departamento de
Saint-Paul, G. 2000. Flexibility vs. Rigidity: Does Spain Economía No. 342. Organización para la Coope-
Have the Worst of Both Worlds? Discussion Paper ración y Desarrollo Económicos, París.
No. 144. Universitat de Pompeu Fabra, Barcelo- Secretaría de Trabajo y Previsión Social (STPS). 1995.
na. Capacitación y empleo: evaluación del progra-
Samaniego, N. 2002. Las políticas de mercado de tra- ma de becas de capacitación para desemplea-
bajo y su evaluación en América Latina. Serie dos. México, D.F.
Macroeconomía del Desarrollo No. 19. CEPAL, Seddon, Jessica y Romain Wacziarg. 2001. Trade
Santiago. Liberalization and Intersectoral Labor Move-
Samuel, Wendell y Federico Torres. 2001. Remesas y ments. Stanford University, Palo Alto, CA.
redes migratorias. Trabajo preparado para la Documento mimeografiado.
conferencia, Simposio sobre migración interna- Shah, Anwar y John Whalley. 1991. The Redistribu-
cional en las Américas, diciembre, Santiago. tive Impact of Taxation in Developed Countries.
Sánchez Cantillo, Marco V. 2001. Trade Reform and En Javad Khalilzadeh-Shirazi y Anwar Shah,
Comparative Advantage: Expectations for Costa eds., Tax Policy in Developing Countries. Was-
Rica’s Agricultural Development. Documento de hington, D.C.: Banco Mundial.
trabajo No. 346. ORPAS, Institute of Social Stu- Shavell, S. y L. Weiss. 1979. The Optimal Payment of
dies, La Haya. Unemployment Insurance Benefits over Time.
Sánchez-Páramo, Carolina y Norbert Schady. 2003. Journal of Political Economy 87(6): 1347–1362.
Off and Running? Technology, Trade and the Skoufias, Emmanuel. 2001. PROGRESA and Its
Rising Demand for Skilled Workers in Latin Impacts on the Human Capital and Welfare of
America. Banco Mundial, Washington, D.C. Households in Rural Mexico: A Synthesis of the
Documento mimeografiado. Results of an Evaluation by IFPRI. International
Sanguinetti, Pablo, Rodrigo Arim y Juan Pantano. Food Policy Research Institute, Washington,
2001. Changes in Production and Employment D.C.
Structure and Relative Wages in Argentina and Spiller, P. y M. Tommasi. 2000. Los determinantes ins-
Uruguay. Universidad Torcuato Di Tella, Bue- titucionales del desarrollo argentino: una aproxi-
nos Aires. Documento mimeografiado. mación desde la nueva economía institucional.
Sargent, John y Linda Matthews. 1999. Exploitation Documento No. 33. Centro de Estudios para el
or Choice? Exploring the Relative Attractive- Desarrollo Institucional, Buenos Aires.
ness of Employment in the Maquiladoras. Jour-
nal of Business Ethics 18(2): 213–227.
337

Se buscan buenos empleos: los mercados laborales en América Latina

Srinivasan, T. N. y J. Bhagwati. 1999. Outward- Paper No. 1781. Centre for Economic Policy
Orientation and Development: Are Revisionists Research, Londres.
Right? Yale University, New Haven, CT. Docu- Wacziarg, Romain y Karen Horn Welch. 2002. Inte-
mento mimeografiado. gration and Growth: An Update. Stanford Uni-
Stallings, Barbara y Wilson Peres. 2000. Growth, versity y National Bureau of Economic
Employment, and Equity: The Impact of the Eco- Research. Documento mimeografiado.

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


nomic Reforms in Latin America and the Caribbe- Williamson, Jeffrey G. 2001. Demographic Shocks

© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.


an. Washington, D.C.: Brookings Institution and Global Factor Flows. En J. N. Little y R. K.
Press. Triest, eds., Seismic Shifts: The Economic Impact
Stein, Ernesto, Ernesto Talvi y Alejandro Grisanti. of Demographic Change. Boston, MA: Federal
1998. Institutional Arrangements and Fiscal Reserve Bank of Boston.
Performance: The Latin American Experience. Williamson, John. 1990. What Does Washington
Documento de trabajo No. 367. Banco Interame- Mean by Policy Reform? En J. Williamson, ed.,
ricano de Desarrollo, Washington, D.C. Latin American Adjustment: How Much Has Hap-
Structural Adjustment Participatory Review Interna- pened. Washington, D.C.: Institute for Interna-
tional Network (SAPRIN). 2002. The Policy Roots tional Economics.
of Economic Crisis and Poverty. Washington, Wodon, Q., N. Hicks, B. Ryan y G. González. 2002.
D.C.: SAPRIN. Are Governments Pro-Poor but Short-Sighted?
Talvi, E. y C. Végh. 2000. Tax Base Variability and Targeted and Social Spending for the Poor
Procyclical Fiscal Policy. Documento de trabajo during Booms and Busts. Banco Mundial, Was-
No. 7499. National Bureau of Economic Rese- hington, D.C. Documento mimeografiado.
arch, Cambridge, MA. World Economic Forum. 2003. The Global Competiti-
Tobin, J. 1972. Inflation and Unemployment. Ameri- veness Report 2002–2003. Nueva York y Oxford:
can Economic Review 62(1): 1–18. Oxford University Press.
Tybout, James R. 1996. Chile, 1979–86: Trade Libe- World Economic Forum, con el Center for Interna-
ralization and Its Aftermath. En Mark Roberts y tional Development y el Institute for Strategy
James Tybout, eds., Industrial Evolution in Deve- and Competitiveness. 2001. The Global Competi-
loping Countries. Nueva York: Oxford University tiveness Report 2001–2002. Nueva York y Oxford:
Press. Oxford University Press.
UNESCO/OREALC. 1998. Laboratorio Latinoa- Yap, Y., G. Sedlacek y P. Orazem. 2002. Limiting
mericano de Evaluación de la Calidad de la Child Labor through Behavior-Based Income
Educación. Primer Estudio Internacional Com- Transfers: An Experimental Evaluation of the
parativo. PETI Program in Rural Brazil. Documento
Urizar, H. y S. Lee. 2003. The Effects of Unions on Pro- mimeografiado.
ductivity: Evidence from Large Coffee Producers in Young, Alwyn. 1995. The Tyranny of Numbers: Con-
Guatemala. Documento de trabajo del Departa- fronting the Statistical Realities of the East
mento de Investigación No. 473. Banco Inter- Asian Growth Experience. Quarterly Journal of
americano de Desarrollo, Washington, D.C. Economics 110(3) Agosto: 641–680.
Verdera, Francisco. 1998. Análisis comparativo de Zegarra, Eduardo y Renato Ravina. 2003. Teacher
los programas de empleo e ingresos en Améri- Unionization and the Quality of Education in
ca Latina y el Caribe. En Banco Interamericano Peru: An Empirical Evaluation Using Survey
de Desarrollo y Organización Internacional del Data. Documento de trabajo de la Red de Cen-
Trabajo, eds., Programas de empleo e ingresos en tros de Investigación No. R-474. Banco Inter-
América Latina y el Caribe. Washington, D.C.: americano de Desarrollo, Washington, D.C.
BID; y Lima: OIT.
von Hagen, J., R. Perotti y R. Strauch. 1997. Sustai-
nability of Public Finances. CEPR Discussion
338

Apéndice

Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub


© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.
Apéndice
Indicadores de los mercados laborales
(CD-ROM)
Este apéndice contiene indicadores comparables de los mercados laborales en relación con 18 paí-
ses de América Latina. Estos datos se remontan a 1990. Los indicadores se basan en el análisis de
más de 100 encuestas domiciliarias realizadas por organismos nacionales de estadísticas.

Hay información sobre la participación de la fuerza laboral, las tasas de empleo, el trabajo por
cuenta propia, los trabajadores que se ven obligados a trabajar a tiempo parcial, el trabajo infantil,
el trabajo juvenil, las tasas de desempleo, la duración del desempleo, la composición del empleo,
la permanencia en el empleo, el promedio de horas de trabajo y el nivel de educación de la fuer-
za laboral. La mayoría de los indicadores se calculan por separado según el sexo, la ubicación geo-
gráfica, el nivel de escolaridad y la edad. El apéndice contiene también estimaciones del
rendimiento de la educación, coeficientes de Gini y otros indicadores de la desigualdad salarial.
Las series de datos de algunos países son más largas que las de otros, pero se dispone de por lo
menos una observación realizada a fines de los años noventa o posteriormente en relación con los
18 países.

Estos datos no se presentan como cifras oficiales de ningún país en particular, sino como conjun-
to comparable de indicadores de los mercados laborales de la región. Se publicará información
actualizada en http://www.iadb.org/res/ipes.
© Banco Interamericano de Desarrollo. Todos los derechos reservados.
Visite nuestro sitio Web para obtener más información: www.iadb.org/pub

También podría gustarte