Proyecto Arqueológico

Huacas del Sol y de la Luna

Investigaciones en la
Huaca de la Luna 2001
S. Uceda, E. Mujica y R. Morales / editores

Facultad de Ciencias Sociales

Universidad Nacional de Trujillo
 Proyecto Arqueológico
Huacas del Sol y de la Luna

Investigaciones en la
Huaca de la Luna 2001
S. Uceda, E. Mujica, R. Morales
editores

Facultad de Ciencias Sociales

Universidad Nacional de Trujillo
 AUTORIDADES UNIVERSIDAD NACIONAL DE TRUJILLO

Mg. Carlos Sabana Gamarra

Rector

Dr. Santiago Uceda Castillo

Decano Ciencias Sociales

PROYECTO ARQUEOLÓGICO HUACAS DEL SOL Y DE LA LUNA

Dr. Santiago Uceda Castillo

Co-director

Lic. Ricardo Morales Gamarra

Co-director

© Facultad de Ciencias Sociales

Universidad Nacional de Trujillo

© Patronato Huacas del Valle de Moche

www.huacadelaluna.org.pe

Primera Edición: Trujillo, 2007

ISBN Nº ______________
Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú Nº _______________

Diagramación: Yolanda Sánchez Pagador

Foto de carátula
Cántaro escultórico con la representación de un venado guerrero, Plataforma Uhle - Huaca de la Luna.

2
 ESQUELETOS HUMANOS DE LA PLAZA 3C DE
HUACA DE LA LUNA
John W. Verano, Moisés Tufinio y Mellisa Lund Valle
Huaca de la Luna se ha identificado como el principal
templo ceremonial de la denominada capital política
mochica, y es la que hasta el momento más aportes está
brindado al conocimiento de los aspectos ceremoniales
y rituales de la sociedad Moche. Esta arquitectura
monumental se caracteriza por estar constituida por tres
plataformas (Plataformas I, II y III) y tres plazas (Plazas
1, 2, 3a, 3b y 3c), delimitadas por grandes muros de
adobe que sirven de áreas de interconexión (Fig. 2).
Las excavaciones en la Plaza 3c (Fig. 267) durante
tres temporadas de campo (1999, 2000 y 2001), han
permitido definir un área de sacrificios humanos en el
lado este de la plaza, en niveles estratigráficos diferentes,
habiéndose publicado sólo los resultados de la primera
temporada (Tufinio 2004, Verano 2004).
El presente documento es el resultado de las dos
últimas temporadas. Durante la segunda temporada
se definió hasta el piso de la plaza e hicimos una trinchera
de 6 x 2 m rompiendo el piso. En la tercera temporada
terminamos de excavar dicha trinchera, además
ampliamos la excavación en toda el área denominada
como sacrificial, la cual nos reveló la existencia de más
restos humanos. Los restos procedentes del subsuelo
claramente preceden a la construcción del piso de la plaza,
por consiguiente son importantes para entender la
secuencia temporal y duración de las prácticas sacrificiales
en la Huaca de la Luna. Cuatro muestras fueron recogidas
para fechados de radiocarbono, las cuales han
proporcionando fechas cronométricas adicionales para
complementar los datos de la cerámica y de la relación
con la secuencia de edificios de la Plataforma I.
Los objetivos planteados para excavar esta área fueron:
1) Definir los esqueletos de individuos sacrificados en una
secuencia estratigráfica dentro del relleno de arena eólica,
con un enfoque especial en la confirmación de la hipótesis
de Steve Bourget acerca de sacrificios humanos en la Huaca
de la Luna, los cuales fueron asociados a eventos pluviales
(eventos de El Niño); 2) Definir huellas de descarnamiento
y manipulación postmortem, a través de los cortes en los
esqueletos y en lo posible establecer un patrón de cortes; 3)
Definir una secuencia de actividades rituales en el área de
sacrificios de la Plaza 3c; y 4) Definir si los sacrificios en esta
plaza muestran una continuidad, es decir que se dan antes
y/o después de la conformación del piso de la Plaza 3c.
Las excavaciones progresivas por niveles de la arena
eólica sobre el piso y del relleno debajo de éste, han
permitido cumplir con el primer objetivo. No obstante
que varias capas de sedimentos pluviales fueron
identificadas en los perfiles y superficies excavadas en
la Plaza 3c, todas son estratos que documentan
episodios de lluvias ligeras. Ninguno de los restos óseos
estuvo asociado directamente con las capas de lluvia,
sino que fueron encontrados exclusivamente en el
relleno de arena eólica. Nuestros resultados no apoyan
una relación directa entre eventos de El Niño y
sacrificios humanos en la Plaza 3c.
El segundo objetivo también se cumplió, puesto que
las huellas de descarnamiento se observan a simple vista
en los huesos, y fue además confirmado por observaciones
detalladas en el laboratorio, que se presentarán más adelante.
El tercer objetivo se puede dar por concluido, pues tenemos
el registro de diferentes niveles de esqueletos como para
inferir una secuencia de actividades rituales en el área de
sacrificios. El cuarto objetivo se ha cumplido, pues
ampliamos la excavación de la trinchera dentro de la
cual se obtuvo más datos de individuos sacrificados
que confirman actividades de sacrificios humanos antes
y después de la construcción del piso de la Plaza 3c.
DESCRIPCIÓN DE LOS RESTOS
La presentación de los datos se realizará tomado como
referencia el dibujo del perfil registrado en el lado este del
área de sacrificios, ubicado entre las cuadrículas 4 EO/-10
EO (Fig. 268). Sólo describiremos los niveles de sacrificios
sobre y debajo del piso, puesto que los elementos
arquitectónicos ya fueron publicados (Tufinio 2006).
 Las evidencias corresponden a restos óseos en un
número aproximado de 25 esqueletos completos o casi
completos, y 46 conjuntos de restos incompletos y
huesos aislados. El sistema de numeración establecido
para los esqueletos completos o casi completos se les
denominó “E” (E1, E2, E3... etc.), y a los restos parciales
(grupos de huesos desarticulados y algunos articulados
como manos y pies), les fueron asignados la letra “H”
(H1, H2, H3... etc.). Los huesos aislados fueron
recolectados por unidades y niveles de excavación.

Además de los depósitos de restos sacrificados

tenemos las tumbas 1, 2, una posible tumba 3, y la
tumba 4. La tumba 3 contenía parte del esqueleto de
un hombre, pero al identificársele huellas de corte en
muchos de sus huesos, fue reclasificada como una
Fig. 267. Plaza 3c. Ubicación del área de sacrificios.

Fig. 268.
Dibujo del
perfil este, área
de sacrificios,
Plaza 3c.

Fig. 269.
Dibujo de
ubicación de
sacrificios en el
nivel 2.

226

Fig. 270. Vista de individuo articulado, E2.
víctima de sacrificio. Estos hallazgos son enumerados
y descritos por separado más adelante.
Esqueletos completos o casi completos
E1
Se encuentra entre las cuadrículas -1EJ. Se trata de
una caja torácica parcial y columna vertebral (C4-L5)
articulada. Pertenecen a un adulto de entre 20 y 30
años de edad, probablemente masculino por el
tamaño del esternón. La clavícula derecha tiene una
fractura perimortem, y falta la mitad lateral del hueso.
Una fractura muy similar fue encontrada en un
esqueleto parcial excavado por Steve Bourget durante
la temporada 1996 en la Plaza 3a. Las fracturas de las
clavículas ocurrieron posiblemente durante la
dislocación forzada del hombro. Curiosamente, no
fueron observados huellas de corte en el individuo
E1 (Fig. 269).
E2
Se ubica entre las cuadrículas -1EO, -2EO. Se trata
de un individuo que se puede considerar completo, puesto
que sólo falta el brazo izquierdo y el maxilar inferior. Se
ha registrado debajo de adobes fragmentados pero
siempre dentro de la arena eólica (Fig. 269). La posición
fue decúbito dorsal orientado con la cabeza al oeste y las
extremidades inferiores flexionadas (Fig. 270). La altura
con relación al datum es de 96,34 m.
Se trata de un individuo de entre 19 y 23 años de
edad, de sexo masculino. Su estatura, basada en la
longitud de los huesos largos, fue aproximadamente
163 cm. Restos de pelo se encontraron debajo del
cráneo, y fueron recolectados para el estudio en el
laboratorio. Los huesos de la cara estuvieron
Fig. 271.
Cortes en las
vértebras
cervicales, E2.
Fig. 272.
Vista de
individuo
parcialmente
articulado, E3.
fragmentados y la falta del maxilar inferior sugiere que
el esqueleto sufrió daños y manipulación postmortem
antes de ser colocado en la plaza y cubierto con
fragmentos de adobes. El hueso parietal izquierdo tiene
una fractura hundida curada. Entre evidencias de
trauma perimortem se incluyen huellas de corte en las
vértebras cervicales (Fig. 271) (degollamiento) y
numerosos cortes sobre las diáfisis de todos los huesos
largos y también en los omóplatos y costillas.
E3
Se localiza entre las cuadrículas –2EP, -2EQ a una
altura de 96,47 m con relación al datum. Corresponde
a un individuo parcialmente completo, que le falta el
brazo y pierna derecha y el brazo izquierdo. La posición
que se ha registrado es de un individuo tirado sobre la
arena de costado, apoyado sobre el lado izquierdo con
227
 Fig. 273.
Dibujo de ubicación de
individuos sacrificados de nivel 3.

Fig. 274. Vista de individuo articulado completo, E4. Fig. 276. Fractura del quinto metacarpiano de la mano izquierda,
E5.

Fig. 277.
Fractura del cuerpo
Fig. 275. Vista de individuo articulado completo, atadas las manos del omóplato
en la espalda, E5. derecho, E5.

228
la cabeza orientada hacia el este (Fig. 272). Se trata de un
individuo de sexo masculino, de entre 14 y 17 años de
edad. Se presentan tres cortes en el centrum y proceso
transversal de la segunda vértebra cervical, indicando
degollamiento. El cráneo muestra evidencia de anemia
(hiperostosis porótica) sufrida durante los años de niñez.
Debajo del cráneo se encontraron restos de pelo, y
fueron recolectados para su estudio posterior.
E4
Individuo ubicado entre las cuadrículas –1EL -1EM,
a una altura de 96,21 m con relación al datum. Es un
esqueleto articulado al que le falta el brazo, omóplato y
clavícula derecha. La posición es de costado con la cabeza
orientada al este y mirando al sur (Figs. 273 y 274). Se
encontraron restos de soga cerca el antebrazo izquierdo.
Se trata de un varón, de 30-35 años de edad, con una
estatura estimada de 167 cm. Huellas de corte se
encuentran en todos los huesos de las piernas y en
muchas de las vértebras y costillas. Cortes en las vértebras
cervicales indican que fue degollado, y fracturas de los
margines de la apertura nasal indican que sufrió golpes
en la cara. La sutura lambdoide superior a Lambda
presenta una fractura depresiva curada.
E5
Se localiza en las cuadrículas –1EM -2EM. En este
caso sí corresponde a la evidencia contundente de un
prisionero. Se trata de un individuo articulado
completo en posición decúbito ventral con las manos
hacia atrás, atadas con soga. La orientación es con la
cabeza al noreste y no presenta huellas de corte en las
extremidades. Se dice que es una evidencia de
prisionero sacrificado, puesto que se ha registrado
evidencias de soga en el cuello y en las manos, atando
a éstas hacia la espalda; tal como se registran en las
vasijas y en la iconografía Moche (Figs. 273 y 275).
El esqueleto está completo, con excepción al cúbito
izquierdo y algunos de los huesos de la mano. Se trata
de un adolescente de 17-19 años, de sexo masculino,
con una estatura estimada de 157 cm. La única
evidencia de trauma perimortem es un solo corte en el
proceso transversal de la séptima vértebra cervical
(degollamiento), pero hay indicaciones de traumatismos
múltiples que ocurrieron poco antes de la muerte: una
fractura del quinto metacarpiano de la mano izquierda,
una fractura del cuerpo del omóplato derecho (Figs.
276 y 277), y depósitos de hueso periosteal sobre
porciones de los diáfisis del fémur, tibia y peroné
izquierdos (probablemente marcando hematomas
producidos por golpes). El grado de reacción ósea
indica que todos los traumatismos ocurrieron por lo
menos unas semanas antes de la muerte, o durante el
combate o durante el intervalo post-captura. Hay que
notar que el individuo E5 no presenta indicaciones de
descarnamiento, y parece que el cadáver fue tirado
intacto boca abajo sobre la arena.
E6
Esqueleto parcialmente articulado (sólo piernas,
brazos y los omóplatos), localizado en las cuadrículas
–1EP. El detalle de este esqueleto es que se trata de
extremidades articuladas pero sin el tronco, y da la
impresión que el individuo hubiese estado sentado (Fig.
278). Por estas características peculiares llegamos a la
conclusión que se trataba de un prisionero que había
sido descarnado y que las extremidades se sostenían
por los tendones y ligamentos, lo cual permitió
manipularlos y acomodarlos.
Los huesos pertenecen a un adulto joven, con una
estatura estimada de 159 cm. Huellas de corte
indicando descarnamiento se encuentran en todos los
huesos, hasta los metacarpianos y metatarsianos (falta
la gran parte de las falanges de los pies y manos). El
cúbito izquierdo tiene una fractura de Monteggia, una
herida defensiva típicamente asociada con el bloqueo
de un golpe. La fractura estaba en los primeros pasos
de curación al momento de la muerte, indicando que
dicha fractura fue hecha unas semanas antes de la
muerte (Fig. 279). Tres casos similares, siempre del
cúbito izquierdo, se registraron en las víctimas de la
Plaza 3a excavadas por Steve Bourget (Bourget 1997a,
1998; Verano 1998a y b). El individuo E6 también
tiene una fractura soldada del tobillo derecho.
E7
Individuo localizado en las cuadrículas –2EI/-3EI.
Se trata de un esqueleto parcialmente articulado dentro
de la arena sobre el piso de la plaza (Fig. 280). Pertenece
a un adolescente (17-20 años) de sexo masculino. Faltan
los omóplatos, hueso coxal de lado izquierdo, los
rótulos, el húmero, fémur izquierdo, el pie y la mano
derecha. Junto a ellos se encontraron además huesos
de dos manos (izquierda y derecha) y un hueso coxal
incompleto que pertenecen a otro individuo.
Ambas clavículas tienen fracturas perimortem de sus
diáfisis y también varias huellas de corte (Fig. 281).
Las tibias, los peronés y el pie izquierdo fueron
encontrados colocados dentro de la caja torácica, y
restos de soga fueron encontrados rodeando las
vértebras cervicales (Fig. 282).
229
 Fig. 278.
Vista de
individuo
parcial
articulado, sin
tronco, E6.
E8
Individuo que se ubica en las cuadrículas 00EN/-
1EN, a una altura promedio de 96,00 m con respecto al
datum. Se trata de un individuo articulado, faltando el
antebrazo y mano derecha. La posición es decúbito ventral
con el cráneo orientado hace el sureste. El esqueleto se
encontró cubierto con adobes enteros y fragmentados,
sobre una delgada capa de arena sobre el piso de la plaza.
Los huesos que no estaban cubiertos están blanquecinos,
indicando que el esqueleto estaba expuesto por largo
tiempo antes de cubrirse con arena eólica.
230
Fig. 279.
Fractura de cúbito en proceso de curación,
E6.
Fig. 280.
Dibujo de ubicación de
individuos sacrificados
del nivel 4.
Corresponde a un varón adolescente, de entre 17
y 19 años de edad, con una estatura estimada de 159
cm. Las costillas nueve y diez del lado izquierdo, la
costilla 10 del lado derecho y la tibia derecha tienen
huellas de corte.
E9
Individuo parcialmente articulado, compuesto de
7 vértebras toráxicos, 5 lumbares, la mayoría de las
costillas, la mitad medial de la clavícula derecha y el
pie derecho. La clavícula tiene una fractura perimortem
 desde el H17. El patrón para depositar los esqueletos
de los individuos sacrificados es diferente con relación
a los registrados sobre el piso. Debajo del piso se han
registrado dentro de cascote y arena asociados con el
relleno de adobes tramados. Esto quiere decir que los
cuerpos fueron depositados conforme se hacía el
relleno para construir el piso de la Plaza 3c.

Fig. 281.
E10
Fracturas peri
mortem en
clavículas y sus Es un esqueleto axial incompleto que tiene 15
diáfisis, E7. vértebras, fragmentos de varias costillas, el hueso coxal
del lado derecho, el brazo y el fémur derecho, todos
ubicados en la cuadrícula –9EO. Se trata de un adulto
joven de sexo masculino con una estatura de
aproximadamente 165 cm. Todos los huesos largos,
la cresta iliaca y los procesos transversales de las
vértebras tienen huellas de corte (Fig. 283). Las costillas
tienen fracturas cerca a las articulaciones vertebrales, y
Fig. 282. también tienen cortes en los cuellos (Fig. 284).
Vista de
individuo parcial
articulado, E7. E11
Huesos articulados de un individuo, compuestos por
las piernas, pelvis y vértebras lumbares correspondientes
a un adolescente de 17-20 años, asociados a cerámica
(olla pequeña) y a un fragmento de vasija grande. Se
Fig. 283.
Huellas de corte encuentra a 50 cm por debajo del piso en el lado norte
en los procesos de la trinchera, entre las cuadrículas 00EN/-01EN (Figs.
transversales de 285 y 286). El hueso coxal, los fémures, y la tibia y
una vértebra peroné derecho tienen huellas de corte.
torácica, E10.

Fig. 284.
Huellas de cortes
y fracturas en la
costillas, E10.
y cortes sobre la superficie inferior. El pie tiene cortes
en el astrágalo. Los restos se ubican en la cuadrícula –
9EO, a una altura promedio de 95,71 m con relación
al datum.
Las evidencias de sacrificios debajo del piso de la
Plaza 3c, corresponden desde el E9 y los huesos sueltos
E12
Esqueleto articulado registrado a la misma altura
que el anterior. En este caso al hacer la trinchera fue
registrada la parte superior de las extremidades, por lo
que fue necesario hacer la ampliación hacia el oeste para
obtener un registro completo. El individuo también
presenta cortes en las diferentes extremidades y le faltan
muchos huesos de la mano derecha. Donde debería
estar la mano derecha se encontró tres huesos tarsianos,
todos con cortes. El esqueleto pertenece a un varón de
entre 20 y 24 años, con una estatura estimada de 158
cm. Los diáfisis de ambos fémures y el hueso frontal
del cráneo tienen cortes (Figs. 285, 287 y 288). El peroné
izquierdo tiene una fractura bien soldada.
E13
Esqueleto parcial de un adolescente de 17-20 años,
con una estatura estimada de 158 cm, ubicado en el
lado sur de la trinchera entre las cuadrículas –4EM, en
el cuadrante SE, a una altura promedio de 95,05 m

231
 Fig. 287. Vista de individuo parcial articulado, E12.

Fig. 288.
Hueso frontal del
cráneo con
huellas de corte,
E12.

Fig. 285. Dibujo de ubicación de individuos sacrificados,

articulados y desarticulados del nivel 6.
Fig. 289. Esqueleto parcial E16.

Fig. 290.
Costillas
fracturadas, E16.

Fig. 286. Vista de individuo parcial articulado, E11.

con respecto al datum (Fig. 285). Se trata de un

esqueleto flexionado ubicado decúbito dorsal.
Fig. 291.
También presenta huellas de cortes en las costillas, la Clavícula derecha
clavícula y en todos los huesos de las piernas. con cortes, E16.

232

Fig. 292.
Esqueleto
parcialmente
articulado E17.
E14
Se ubica en el cuadrante SE, entre las cuadrículas –
2N, a una altura de 95,04 m según el datum de Huaca
de La Luna. Se trata de un esqueleto parcialmente
articulado por la columna y la pelvis, que corresponde
a un adolescente de 17-20 años, de sexo masculino. El
isquión y el hueso púbico del lado izquierdo tienen cortes.
E15
Esqueleto parcialmente articulado incluyendo la pelvis,
columna vertebral y cráneo de un adulto joven de sexo
masculino, ubicado entre las cuadrículas –3EN/–4EN
del cuadrante SE, a una altura promedio de 95,06 m con
respecto al datum (Fig. 285). Presenta huellas de corte en
el hueso coxal, astrágalo izquierdo y en el hueso frontal.
Faltan casi todas las costillas, con excepción de cuatro
fragmentos todavía articulados a las vértebras torácicas.
E16
Es parte del esqueleto de un adulto mayor de 30-
35 años que fue hallado en el nivel 5, en una matriz
compuesta de arena y fragmentos de adobe (Fig.
289). El blanqueamiento por el sol y el agrietamiento
por el clima en muchos de los huesos indican que los
restos han sido expuestos en la superficie durante un
considerable período de tiempo antes de ser
enterrados. Restos de una cuerda (soga) fueron
hallados alrededor del cuello y cerca de la cara, así
como a lo largo de las vértebras lumbares y cerca de
los huesos del antebrazo derecho. Una muestra de la
cuerda fue recuperada para hacer fechados de
radiocarbono (ver más abajo). Restos de cabellos
fueron hallados debajo del cráneo, cerca de
numerosas pupas de mosca. El cabello fue
recolectado para análisis de paleodieta.
Heridas cicatrizadas: en el lado derecho del
hueso frontal se encuentra presente una fractura
depresiva, bien cicatrizada, de forma circular,
indicando que este individuo sufrió un golpe en la
cabeza.
Heridas perimortem: más de la mitad de las
costillas están ausentes; aquellas presentes se encuentran
todas fracturadas en sus cuellos anatómicos (Fig. 290).
Fracturas similares han sido halladas en otros esqueletos
de la Plaza 3c en temporadas de excavación anteriores
(Verano 2004), como también en algunos otros
esqueletos excavados durante el 2001. Las fracturas
parecen reflejar ya sea una abertura forzada de la
cavidad torácica o fracturas intencionales y remoción
de las costillas.
Marcas de cortes: se encuentran presentes en casi
todos los huesos, incluyendo las vértebras, pelvis,
omóplato derecho, clavículas, húmero, radio y cubito
(Fig. 291). Las marcas de corte se encuentran
generalmente localizadas en áreas de inserción
muscular, sugiriendo que el cuerpo fue
intencionalmente descarnado. La cuerda hallada con
el esqueleto podría haber sido usada para suspenderlo
con la finalidad de exhibirlo, o con otro propósito.
E17
Consiste en un esqueleto casi completo, excepto
por los huesos de las piernas y de los pies, de un adulto
joven de entre 24 a 29 años (Fig. 292). Los restos fueron
hallados descansando con la cara hacia abajo, con el
brazo derecho extendido alrededor del cuerpo y el
brazo izquierdo flexionado por el codo con la mano
cerca a la cara.
Anomalías de desarrollo: algunas anomalías de
desarrollo se encuentran presentes, incluyendo trece
vértebras torácicas, ausencia congénita de múltiples
dientes del maxilar (los dos incisivos laterales, el primer
premolar derecho y el tercer molar izquierdo) (Fig.
293), y un hueso “Inca” tripartito (Fig. 294).
Traumas perimortem: las únicas marcas de corte
en este esqueleto están en la superficie anterior de la
rama púbica del hueso pélvico derecho (Fig. 295).
Los cortes en esta zona han sido observados en
algunos otros esqueletos de la Plaza 3c. La zona de
los cortes parece marcar la mutilación o remoción
de los genitales, una práctica representada en la
iconografía Moche (Bourget 2001: 98), pero para la
cual no había ninguna evidencia osteológica hasta el
momento.
233
 Fig. 293.
Anomalías dentarias,
E17.

Fig. 297.
Fémur izquierdo
con cortes, E18.

E18

Fig. 294. El número E18 fue asignado a un grupo de

Hueso «Inca» elementos del esqueleto hallado en el relleno encima
tripartito, E17. de la Tumba 2, la cual fue disturbada antiguamente.
Estos huesos fueron hallados durante la temporada
de excavación 2000, mas no fueron clasificados y
estudiados en el laboratorio hasta el 2001, por lo que
son descritos por primera vez en este artículo. Estos
incluyen el cráneo parcial y el esqueleto incompleto de
un hombre, de aproximadamente 20-25 años de edad.

Traumas perimortem: numerosas marcas de corte

están presentes en el cráneo (Figs. 296 y 298), al igual
Fig. 295. que en el ilion izquierdo, húmero, cubito, fémur y tibia,
Hueso púbico con y en el peroné y astrágalo derecho (Fig. 297). Las
cortes, E17. marcas de corte son consistentes con las de
descarnamiento y desarticulación de la cabeza y cuerpo.

E19
Se trata de un esqueleto masculino casi completo de
35 a 40 años de edad, al que le falta el esternón y la
mayor parte de las costillas (Fig. 299). Los ocho
fragmentos de costillas que quedaron se encuentran
fracturadas en el cuello o tubérculo, patrón similar al
visto en E16. La posición de los huesos, particularmente
de los miembros superiores, así como la desarticulación
de la columna al nivel de las torácicas superiores,
Fig. 296. indicarían que el esqueleto fue parcialmente o
Ubicación de cortes
completamente descarnado en el tiempo en el que fue
en el cráneo de E18,
vista anterior. depositado en un hoyo pequeño, en el relleno de la

234
 Fig. 298.
Ubicación de
cortes en el
cráneo de E18, Fig. 301.
vista lateral. Ubicación de
cortes en el
cráneo de E19.

E19

Fig. 299. Fig. 302.

-3
Esqueleto Ubicación de
El
articulado dentro cortes en los
de un hoyo, E19. húmeros de E19.

laboratorio revelan numerosas marcas de corte en el

cráneo (Fig. 301) y en casi todos los huesos postcraneales
(Fig. 302). Inclusive los huesos pequeños de las manos y
pies tienen múltiples marcas de corte, indicando que
fueron cuidadosamente descarnados.

Patologías del esqueleto: ligeros cambios

artríticos se encuentran presentes en la columna
vertebral (osteofitosis en vértebras torácicas y
lumbares), así como en las dos articulaciones de las
rodillas y en el codo derecho. El primer metatarso
izquierdo (dedo grande) tiene evidencia de una
inflamación (periostitis) en su diáfisis, sugiriendo un
trauma en el pie que se hallaba en proceso de
Fig. 300. Esqueleto E19. cicatrización al tiempo de la muerte.

E20
Fosa 1 (Fig. 300). Luego fueron dejados expuestos por
un período de tiempo, como lo indica el blanqueamiento E20 es un esqueleto completo masculino,
presente en la superficie de los huesos. Exámenes en el aproximadamente de 30 a 35 años de edad, hallado en la

235
 00
El

E20

Fig. 303. Esqueleto totalmente articulado E20.

Fig. 307.
Cortes en el cráneo de
E21.

Fig. 304.
Lesión, hueso
frontal, E20.
Patologías del esqueleto y dentales: Las cabezas
de los dos radios muestran leves cambios artríticos.
Múltiples patologías /anomalías dentales se encuentran
presentes, incluyendo incisivos supernumerarios del
maxilar produciendo mala erupción y
amontonamiento de los dientes (Fig. 305). Caries
dentales se encuentran presentes en cuatro de los
dientes superiores, tres de los dientes superiores
presentan abscesos periodontales, y un total de cinco
entre los dientes superiores e inferiores fueron perdidos
Fig. 305. antes de la muerte.
Anomalías
dentales, E20.
E21
E21 es el esqueleto de un adolescente (18-22 años)
masculino, hallado flexionado y boca abajo en la
esquina sudeste de la Fosa 1. El esqueleto se encuentra
completo excepto por los huesos del brazo y mano
izquierda (Fig. 306). No se halló ninguna patología del
esqueleto, o dental, y las únicas marcas de corte halladas
fueron algunos cortes paralelos en el hueso frontal y
parietal derecho (Fig. 307).

Fig. 306. E22

Esqueleto
articulado E21.
Fosa 1 extendido decúbito dorsal con las manos sobre la
región pélvica (Fig. 303). E20 no es un caso común, ya
que es uno de los pocos esqueletos de la Plaza 3c sin
marcas de corte visibles. La única evidencia de trauma es
una puñalada o herida de proyectil en el cráneo, localizada
en el hueso frontal por encima del borde medial de la
órbita izquierda (Fig. 304). La lesión parece haber estado
en proceso de cicatrización cuando ocurrió la muerte.
Es un esqueleto parcial de sexo masculino, de entre
23 a 28 años, que fue hallado flexionado y boca abajo
en el centro de la Fosa 1 (Fig. 308). Faltaban los huesos
de los miembros superiores y hombros, las costillas y
la pierna izquierda.
Patologías del esqueleto: la tibia y peroné
derechos muestran depósitos activos y cicatrizados de
hueso subperiostal, en sus lados proximales y distales
(Fig. 309). La amplia distribución de las lesiones sugiere
alguna forma de infección sistemática.

236
 Fig. 311. Cortes, costilla duodécima derecha, E23.

Fig. 308.
Esqueleto articulado
E22.

Fig. 312.
Vértebras lumbares con
cortes en los cuerpos,
E23.

Desafortunadamente, los huesos correspondientes al

lado derecho no se encuentran presentes, por lo que
Fig. 309.
no podría determinarse si la reacción periostal fue
Periostitis, tibia unilateral o bilateral. El lado izquierdo del hueso frontal
derecha, E22. muestra una pequeña fractura bien cicatrizada.

Traumas perimortem: marcas de corte se

encuentran presentes en los dos huesos coxales
(tuberosidad isquial, lado medial del ilion derecho), la
diáfisis del fémur y peroné derechos, y en el proceso
transverso de muchas de las vértebras torácicas.

E23
Esqueleto parcial de un individuo masculino de
aproximadamente 25 a 35 años de edad (Fig. 310).
Faltan los miembros superiores, las vértebras cervicales,
el cráneo y todas las costillas, excepto las porciones
proximales fracturadas en el cuello o tubérculo. Marcas
de corte se encuentran presentes en casi todos los
huesos, incluyendo los fragmentos de costillas (Fig.
311), los procesos transversos de vértebras torácicas y
lumbares, los aspectos ventrales y laterales de los
Fig. 310.
Esqueleto articulado
cuerpos de L2-L5 (Fig. 312), el hueso coxal, el fémur
E23. y la tibia izquierda.

237
 E24a es un esqueleto parcial, que presenta ausencia
de cráneo, todas con excepción de una vértebra
cervical (C7), todos los miembros superiores excepto
el radio y cubito izquierdos. Los dos pies y la mano
derecha se encuentran presentes, pero incompletos. Las
únicas marcas de corte fueron halladas en uno de los
dedos. Presenta osteofitosis vertebral en muchos de
los cuerpos de las vértebras torácicas y lumbares, un
hallazgo inusual para un individuo de edad tan joven,
y que sugiere que pudo sufrir una caída u otro trauma
en la espina vertebral en algún momento antes de su
E24
muerte.

E24b consiste en un cráneo, húmero y radio

izquierdo. Marcas de corte se encuentran presentes en
el húmero, radio y en los huesos parietales del cráneo.
Fig. 313.
-2
Esqueleto E25
Ek
parcialmente
articulado de E24. Los análisis de laboratorio también revelaron que
E25 contenía los restos parciales mezclados de dos
individuos (Fig. 314). La mayor parte de los huesos
pertenecen a un individuo adolescente (E25a), que
incluye el omóplato izquierdo, húmero, radio, cubito
y huesos de la mano, vértebras T10-L5 y fragmentos
00
En de muchas costillas. La fusión epifisial de los huesos
largos sugiere una edad de menos de 18 años.
Numerosas marcas de corte se encuentran presentes
Fig. 314. a lo largo del borde axial del omóplato y en la
E25 Esqueleto diáfisis del húmero y en muchos fragmentos de
parcialmente costillas.
articulado E25.

El individuo E25b consiste en un cráneo (sin

mandíbula) y una vértebra cervical de un adulto, con
una estimación de edad entre 25 a 35 años. El cráneo
muestra múltiples marcas de corte en la cara y en el
hueso occipital. La más notable característica del cráneo,
sin embargo, es la presencia de pronunciadas líneas en
el esmalte. Estas líneas podría representar hipoplasias
del esmalte (defectos de desarrollo) o modificación
Fig. 315.
Hipoplasias del intencional de los dientes por raspado (Fig. 315).
esmalte, E25. Esperamos los resultados del análisis por microscopio
electrónico para clarificar su origen.

Huesos aislados y agrupados

E24
El análisis de laboratorio reveló que E24 no
pertenecía a un solo individuo, sino que era consistente
con restos parciales mezclados de dos individuos (Fig.
313). Diferentes grados de fusión epifisial permitieron
separar los dos conjuntos de huesos en un individuo
masculino de 25-30 años (E24a) y otro masculino de
16-18 años (E24b).
H1
Se trata de huesos articulados correspondientes al
pie izquierdo de un individuo, ubicado en la cuadrícula
–2EJ y a una altura de 96,40 con relación a la cota de
referencia. El pie está incompleto, faltando algunos
huesos tarsianos, metatarsianos y falanges. No presenta
huellas de corte.

238
 H3
Se ha registrado en la cuadrícula –2EM. Se trata
de una porción de columna vertebral, costillas
Fig. 316. articuladas y dispersas dentro de la arena eólica a una
Vista de huesos altura de 96,43 m con relación al datum. El inventario
articulados de pie de gabinete registra siete vértebras torácicas y tres
izquierdo lumbares completas, así como tres costillas. La fusión
asociado a
material orgánico, epifisaria incompleta indica una edad de 15-19 años
H2. aproximadamente. No se presentan huellas de corte
o patología ósea.

Fig. 317.
Huellas de corte
en el astrágalo,
H2.
Fig. 318.
Depósito de
hueso
subperiosteal en
el cubito
izquierdo, H4.
H2
Huesos articulados del pie izquierdo asociados a
restos de soga (Figs. 269 y 316). La altura es de 96,43
m con relación al datum. El estado de conservación
es tan bueno que se ha conservado la soga atada al
pie, además que presenta huellas de corte en el astrágalo
(Fig. 317). El análisis de la soga en el laboratorio,
realizado por Víctor Vásquez de la Universidad
Nacional de Trujillo (Com. Per. 24/10/2000), le
permitió identificarla como Cyperus sp. (junco). Una
muestra de la soga fue fechada por carbono 14, y los
resultados se presentarán más adelante.
La presencia de soga alrededor de un pie aislado
hace recordar representaciones en el arte Moche de
pies, manos, piernas y brazos atados con soga en
escenas asociadas con el sacrificio de prisioneros
(Donnan 1978, Hocquenghem 1987). Posiblemente,
el pie fue suspendido de un objeto o llevado como
trofeo antes de descartarse en la Plaza 3c.
H4
Ubicado en la cuadrícula –2EM, son huesos
articulados de antebrazo y manos (izquierdo y
derecho), ubicado a 96,40 m con relación al datum.
Fragmentos de soga fueron encontrados en la arena
entre los dos antebrazos. No presentan huellas de corte,
pero el cúbito izquierdo tiene un depósito de hueso
subperiosteal que puede marcar un golpe al antebrazo
(Fig. 318).
H5
Se trata de una mandíbula aislada de un adulto
joven. No presenta cortes.
H6
Huesos sueltos desarticulados correspondientes
a la tibia, peroné, fémur, omóplato, mandíbula,
húmero, radio, y algunos huesos de la mano y del
pie de un individuo masculino de entre 18 y 22
años de edad. La estatura estimada a partir del
largo máximo del fémur es de 158 cm. Huellas de
corte se presentan en los diáfisis del fémur, tibia,
peroné y radio. La tibia y el peroné también tienen
depósitos de hueso subperiosteal en sus diáfisis,
posiblemente indicando hemorragia que puede
haber sido producida por un golpe u otro
traumatismo.
Todos los huesos presentan evidencias de haber
estado expuestos mucho tiempo, y todo indica que
las extremidades luego de haber sido descarnadas
fueron arrojadas sobre la arena y expuestas al sol antes
de cubrirse con la arena.
H7
Se trata de tibia, rótula y dedo gordo, todos del
lado izquierdo, desarticulados sin asociación, ubicados
en las cuadrículas 00EM. La tibia tiene huellas de corte
en la parte medial y distal de la diáfisis.

239

Fig. 319.
Dientes con coronas
fracturadas y ausentes,
H8.
H8
El número H8 se asignó a varios huesos desarticulados
encontrados cerca de la pared norte de la Plaza 3c. Están
presentes partes de por lo menos tres individuos, e
incluyen un cráneo, dos mandíbulas, dos huesos coxales,
dos sacros, dos fémures, un omóplato y varias vértebras
y costillas (Fig. 273). Aparentemente la lluvia que se
produjo antes de este nivel acarreó hasta este lugar los
restos óseos, puesto que se encuentran sobre y dentro de
sedimento, pero están blanquecinos, lo cual indica que
estuvieron mucho tiempo expuestos al sol.
El cráneo tiene una fractura del hueso temporal
izquierdo, que probablemente fue perimortem, y una de
las mandíbulas tiene dientes con coronas fracturadas y
ausentes (Fig. 319). Cortes fueron registrados en la
diáfisis distal de uno de los fémures.
H9
Huesos articulados y desarticulados de un mínimo
de tres individuos. También presentan evidencias de
haber estado expuestos al sol. Se ubican a 96,34 m
según el datum. Los huesos articulados incluyen las
dos clavículas, esternón, vértebras C4-T6, y nueve
costillas de un adolescente de 15-18 años. Algunas
costillas tienen fracturas perimortem. Los otros huesos
del grupo H9 incluyen dos cúbitos izquierdos, un radio
izquierdo y algunos huesos de la mano.
H10
Se localiza en las cuadrículas 00EM, y se trata de
huesos articulados parcialmente correspondientes a un
pie derecho. Se encuentra aislado, sin ninguna
asociación, y a una altura de 96,34 m.
H11
Corresponde a huesos sueltos sobre el nivel 4, es
decir sobre una capa de sedimentación. Incluye una
240
pierna y pie del lado derecho y un brazo y mano del
lado izquierdo, así como varios huesos desarticulados
que representan un mínimo de cuatro individuos, tantos
adolescentes como adultos. Dos de los fémures, una
tibia y un astrágalo tienen cortes. Una fractura bien
soldada se encuentra en una de las costillas.
H12
Se localiza en las cuadrículas 01EM, a una altura de
96,08 m con relación al datum. Se trata de una tibia,
peroné y pie articulado, y huesos desarticulados: una
clavícula, costilla y una vértebra lumbar. La tibia y el
peroné tienen cortes.
H13
Huesos articulados de la mano izquierda que no
presentan asociación alguna; suponemos que fue
arrancado y luego arrojado sobre la arena, a una altura
de 96,11 m. Un solo corte se presenta en la superficie
palmar del trapecio. Lo más interesante de estos huesos
es que se han registrado sobre una capa de
sedimentación, es decir, no fueron colocados luego
de una lluvia, sino posteriormente cuando el lodo ya
se había secado. Los huesos estuvieron expuestos al
sol por mucho tiempo, puesto que están blanquecinos,
y finalmente se cubrieron con arena eólica.
H14
Huesos desarticulados en un radio de 1 m2 sobre
arena eólica. Corresponden a vértebras, dedos de la
mano, húmero, clavícula, radio y cubito pertenecientes
a por lo menos cuatro individuos.
H15
Huesos articulados del pie derecho, ubicados en
las cuadrículas 02EL, sobre una capa de arena eólica.
También presentan huellas de cortes.
H16
Corresponde a dos cráneos separados del tronco
que presentan evidencias de haber estado expuestos al
sol. Suponemos que luego de ser decapitados o
separados postmortem se expusieron al sol antes de
taparse por la arena eólica. Altura promedio con
respecto al datum 95,95 m. La morfología de los
cráneos indican que son de sexo masculino; el estado
de erupción y desgaste de los dientes permiten
estimaciones de edad de 17-19 años para uno y 25-35
años para el otro.
 H17
Se trata de huesos dispersos en la esquina 3E de
la plaza, que corresponden a por lo menos tres
individuos. Algunos se encuentran articulados, como
una pierna derecha y pie parcial; otros no conservan
ninguna articulación. Muchos de los huesos tienen Fig. 320.
Huesos de la cara,
cortes, incluyendo un cráneo con cortes múltiples en
y con huellas de
los huesos de la cara, y también una mandíbula (Fig. corte, H17.
320). Un peroné aislado tiene mordeduras paralelas,
producidas evidentemente por un roedor.

H18
Huesos articulados de la mano derecha, faltando
todas las falanges. Un total de 11 cortes distintos son
visibles en los metacarpianos (Figs. 321 y 322).

H19
Huesos articulados del pie izquierdo, e igual que
el caso anterior a este también le faltan falanges. El
astrágalo, calcáneo y primer metatarsiano tienen huellas
de corte, indicando que el pie fue descarnado.

H20
Huesos correspondientes al sacro y hueso coxal
izquierdo articulado, además de cuatro vértebras
lumbares. Pertenecen a un adolescente masculino de
17-20 años. Se presentan huellas de corte en el hueso
iliaco y púbico (Fig. 323). Los huesos muestran
evidencia de haber estado expuestos a la intemperie
por un periodo largo. Un depósito delgado de barro
se encontró sobre la superficie superior del hueso
coxal, indicando un episodio de lluvia antes del
enterramiento del material óseo (Fig. 324).

H21
Maxilar inferior de un adulto joven de sexo
masculino (Fig. 325). El lado izquierdo tiene una
fractura perimortem, con la fractura de las coronas de
los molares permanentes M2 y M3. Todos estos
huesos sueltos H18, 19, 20, 21, se encuentran en las Fig. 321. Dibujo en planta de ubicación de individuos sacrificados
cuadrículas 00EN/00EO, debajo del piso de la plaza, desarticulados, nivel 5.
a una altura promedio de 95,46 m con relación al
datum.
a una altura con referencia al datum de 95,52 m, a 20
H22 cm por debajo del piso, en la cuadrícula –3EM.

Huesos desarticulados correspondientes a las H23

extremidades inferiores de un individuo,
correspondientes al fémur, tibia, peroné y pie. El fémur Se trata de huesos articulados correspondientes a
y peroné tienen huellas de descarnamiento. Se localizan un pie del lado derecho, encontrados en el lado sur de

241
 E12. Posiblemente es parte de uno de los esqueletos
registrados como (E) anteriormente. Falta la falange
terminal del dedo gordo, y la falange proximal tiene
Fig. 322. una fractura perimortem de su diáfisis.
Huellas de corte en
los metacarpianos, H24
H18.
Dos piernas y pies de un solo individuo, mas el
omóplato, porción lateral de la clavícula, radio y cúbito
del lado izquierdo de un otro individuo. Se puede
determinar que los huesos de las piernas y el miembro
superior pertenecen a dos individuos diferentes por
una diferencia en el grado de fusión de las epífisis.
Todos los huesos presentan huellas de corte, y la
clavícula tiene una fractura perimortem. Los huesos se
encuentran en el lado sur-oeste de la trinchera, en las
cuadrículas –2EL/3EL.
Fig. 323.
Huellas de corte en el H25
hueso iliaco, H20.
En un área de 2 m2 se registraron huesos de por lo
menos dos individuos, sellados parcialmente por
adobes: diez vértebras articuladas, dos mandíbulas, un
omóplato, un cúbito, dos radios, dos fémures, tibias,
peronés y costillas. En varios de los huesos se
encuentran huellas de corte.

H26
Corresponde a un cráneo completo articulado a
las vértebras cervicales de un individuo de sexo
masculino. Se registraron debajo de un adobe, en la
cuadrícula –3EM, a una altura de 95,10 m con respecto
al datum. Curiosamente, no presentan huellas de corte.
Fig. 324.
Depósito de barro
H27
sobre la superficie del
hueso coxal, H20.
Se trata de varios huesos dispersos: un cráneo,
fémur, omóplato, pelvis, peroné, tibia y vértebras.
Todos estaban desarticulados y pertenecen a algún
individuo que luego de ser sacrificado fue seccionado
y sus extremidades arrojadas sobre la arena eólica,
formando parte del relleno para hacer la base de la
Plaza 3c. Huellas de corte se encuentran en los huesos
coxales, el fémur, omóplato y en ambas tibias.

H28
Huesos desarticulados correspondientes a dos
cúbitos, uno de humano (un adolescente) y el otro de
camélido, ubicados dentro de la cuadrícula -2EM.
Fig. 325.
Maxilar inferior de un
adulto joven de sexo H29
masculino con
fracturas perimortem, Extremidades inferiores conformadas por dos
H21. tibias y vértebras desarticulados, ubicadas en la

242
 cuadrícula –3EM. Las tibias pertenecen a dos
individuos distintos, juzgando por diferencias en la
fusión epifisaria.

H30
Huesos desarticulados, todos con huellas de corte,
ubicados en las cuadrículas –2EN/-3EN. Son dos
fémures, dos huesos coxales, un sacro y dos vértebras.
Todos los huesos se encuentran dentro del nivel 8.
Fig. 326.
Rótula con Este nivel no se ha excavado en su totalidad, por tanto
cortes, H31. es posible que continúen apareciendo esqueletos
durante la próxima temporada de excavaciones.

H31
Consiste de un hueso coxal izquierdo asociado a
las rótulas derecha e izquierda, y a una epífisis proximal
de una tibia de camélido. El hueso coxal presenta una
epífisis de la cresta ilíaca incompleta, indicando que
pertenece a un adolescente mayor/adulto joven. Su
morfología indica que es de sexo masculino. La rótula
derecha es inusual en mostrar marcas de corte en la
superficie no-articular del lado dorsal (Fig. 326). No
Fig. 327. han sido halladas marcas de corte en esta ubicación,
Huesos ya sea en otros esqueletos de la Plaza 3c o Plaza 3a.
blanqueados y
muestran
desgaste, H32. H32
Grupo de huesos asociados incluyendo dos cráneos
con mandíbulas y al menos una vértebra cervical que
seguía articulada, una pelvis articulada, el hueso sacro
y una quinta vértebra lumbar, una pierna izquierda
articulada y el astrágalo y una mano izquierda (Fig.
327). Todos los huesos se encuentran blanqueados y
muestran desgaste, indicando su prolongada exposición
Fig. 328.
a la superficie antes de ser enterrados.
Marcas de corte
en el lado inferior La pelvis y todos los huesos de las piernas muestran
del arco posterior fusiones epifisiales incompletas, indicando que
del Atlas, H32.
pertenecen a un adolescente (mayor) masculino, en base
a la morfología pélvica. Marcas de corte se encuentran
presentes en la pelvis, huesos de las piernas y el
astrágalo. La mano presenta marcas de corte en el lado
palmar de dos de los huesos carpos, el lunar y el
triangular, sugiriendo que fue cercenada
intencionalmente.

El cráneo 1 se ubicó al oeste del cráneo 2, y tenía la

mandíbula articulada, así como la primera vértebra
cervical y el hueso hioides asociado. Numerosas marcas
de corte se encuentran presentes en los huesos de la
Fig. 329.
Cráneo y dos pies
cara y la bóveda craneal. El cráneo 2, por su lado,
dentro de un presentaba tres vértebras cervicales (C1-3) aún
hoyo, H33. articuladas. Múltiples marcas de corte se encuentran

243

Fig. 330.
Tercera vértebra
cervical con
marcas de corte,
H33.
Fig. 331.
Vértebra C3,
fracturas y cortes,
H33.
Fig. 332.
Fractura consolidada, cúbito
izquierdo, H35.
presentes en el lado inferior del arco posterior del Atlas
(Fig. 328). Curiosamente, no fueron hallados cortes
en C2 o C3, si bien el proceso espinoso de C3 se
encuentra roto e incompleto. No fueron halladas
marcas de corte en el cráneo.
H33
Es un cráneo asociado a las tres primeras vértebras
cervicales y a los pies, tanto izquierdo como derecho,
de un adulto joven de sexo masculino, que fue enterrado
en un hoyo poco profundo cortado en un bloque de
adobes (Fig. 329). El pelo se encontraba presente
alrededor del cráneo y fue recolectado para análisis de
paleodieta. Restos de insectos (escarabajos y pupas de
mosca) fueron también recobrados alrededor del cráneo
y utilizados para los análisis de datación radiocarbónica
(ver fechados radiocarbónicos).
La tercera vértebra cervical muestra marcas de corte
de dos formas distintas (Fig. 330). Tres cortes finos,
extendidos horizontalmente a través del cuerpo
244
vertebral, similares en ubicación y forma a muchos de
los ejemplos que hemos podido notar en las víctimas
de sacrificios de la Plaza 3a y 3c, aparentemente están
marcando donde fue cortado el cuello. Otro grupo
de incisiones más profundas cruza el cuerpo vertebral
en un ángulo distinto. Estos últimos cortes parecen
haber sido producidos durante la decapitación de la
víctima, así como aquellos substancialmente profundos
y que se encuentran asociados con esquilamiento y la
rotura del proceso espinoso de la vértebra (Fig. 331).
Este es el primer caso en donde hemos podido
identificar marcas de ambos tipos de cortes del cuello
y decapitación en un individuo. La mandíbula tiene
sólo una marca de corte en la superficie inferior de la
rama horizontal derecha.
Los pies también muestran cortes: el astrágalo y
calcáneo izquierdo muestran cortes y también el
astrágalo derecho presenta múltiples cortes en la cara
posterior.
H34
Un fémur derecho, talus (astrágalo) izquierdo y
trapecio derecho fueron encontrados aislados al oeste
de H33. El fémur presenta múltiples marcas de corte
en el cuello, en el trocánter mayor y en la parte anterior
de la diáfisis.
H35
Varios elementos del esqueleto estuvieron dispersos
sobre una gran área en la mitad sur del octavo nivel, al
sur de la Fosa 1. La mayor parte de estos elementos se
encuentran aislados, aunque algunos de los huesos se
hallaron articulados o en relación directa con otros y
pudieron ser asociados.
Elementos asociados incluyen un radio y cúbito
izquierdo y dos vértebras cervicales. El cúbito
izquierdo muestra una fractura cicatrizada en la diáfisis
(“parry fracture”) (Fig. 332), un tipo común de fractura
producido por el bloqueo defensivo de un golpe con
el brazo. Su presencia sugiere una experiencia previa
de combate armado.
De los huesos sin asociación, cuatro de ellos
presentan marcas de corte (húmero izquierdo, radio
izquierdo, cubito derecho y fémur derecho).
H36
H36 fue asignado a los restos parciales de un adulto
joven masculino, estimándosele la edad entre 19 a 23
 Marcas de corte se encuentran presentes en la tibia
derecha, el peroné izquierdo (diáfisis) y en el proceso
transverso tanto izquierdo como derecho de las
vértebras cervicales C4 y C5. Múltiples cortes
profundos están presentes en la superficie posterior y
lateral izquierda de la apófisis odontoides de C2 (Fig.
334), una inusual ubicación donde no se ha observado
Fig. 333. anteriormente marcas de corte. La apófisis odontoides
Restos parciales
de un adulto es una protuberancia ósea ubicada en la parte anterior
joven masculino, de la segunda vértebra cervical, denominada también
H36. “axis”.

También se encuentran cortes en los dos huesos

púbicos y en la rama ilio-púbica, así como también en
los dos ilíacos, en el isquión izquierdo y en la diáfisis
proximal y distal del fémur izquierdo. Además, también
Fig. 334. hay cortes en los huesos nasales, en el proceso nasal
Vértebra C3, con del maxilar, en los malares y en la superficie inferior
cortes, H36. de la rama horizontal de la mandíbula derecha e
izquierda. La única costilla recuperada muestra una
fractura perimortem del cuello.

H37
Consiste en un grupo de huesos desarticulados,
incluyendo una vértebra cervical (C3), rótula izquierda,
clavícula derecha, omóplato derecho e izquierdo
fragmentados, pelvis derecha y numerosos fragmentos
Fig. 335. de costillas. La vértebra cervical presenta múltiples
Vértebra C2, con
cortes, H37. marcas de corte alrededor de la superficie anterior del
cuerpo (Fig. 335), consistente con cortes en la garganta.
La clavícula también presenta marcas de corte cerca
del borde esternal.

H38
H38 fue asignado a dos cráneos y una mandíbula
H39
aislada, hallados en el límite norte de la Fosa 1 en el
nivel 8 de la excavación. El cráneo 1, localizado al
oeste, tiene dos vértebras cervicales asociadas a él.
Pertenece a un adolescente o adulto joven masculino,
estimación de la edad basada en las raíces de los terceros
molares, las cuales no se encuentran completamente
Fig. 336. cerradas. No fue observado ninguna marca de corte
Óseos
parcialmente
-4 u otro trauma ni en el cráneo, ni en las vértebras.
Ek
articulados de
H39. El cráneo 2, localizado al este, pertenece a un adulto
joven, con los terceros molares erupcionados y las
raíces cerradas; por lo tanto es mayor que el cráneo 1.
La mandíbula aislada concuerda con el cráneo 2 en
años (Fig. 333). Los siguientes huesos se hallaron términos del desarrollo y tamaño dental.
presentes: el cráneo y la mandíbula, las piernas, pie
izquierdo, pie derecho parcial, pelvis, el sacro y cuatro No fueron observadas marcas de corte ni traumas.
vértebras lumbares. Los cráneos y la mandíbula muestran abundante

245
blanqueamiento, indicando que estos estuvieron
expuestos por un extenso período de tiempo antes
de ser enterrados.

H39
Es una agrupación de huesos parcialmente
articulados hallados en la esquina suroeste de la Fosa
Fig. 337.
1, también en el nivel 8 de la excavación (Fig. 336). Fémur con
Los siguientes elementos fueron identificados en el cortes, H40.
laboratorio: el pie izquierdo y derecho de un adulto,
con cortes en los calcáneos; un pie derecho aislado de
un adulto, con cortes en el hueso navicular; un fémur
derecho asociado con una tibia, rótula y peroné, con
marcas de corte en el fémur y peroné; pelvis derecha
e izquierda asociados al hueso sacro y a L4-L5.

Las marcas de corte se encuentran presentes en los

dos ilíacos y en el pubis derecho. La mano izquierda
presenta cortes en el hueso lunar, y la mano derecha
Fig. 338.
presenta cortes longitudinalmente orientados a lo largo Cráneo con
del lado dorsal de la diáfisis de una falange medial. fracturas por
golpe, H41.
H40
Consiste en una tibia, rótula y peroné izquierdos
asociados, pertenecientes a un adolescente mayor (las
epífisis distal y proximal de la tibia y el peroné no se
encuentran completamente fusionadas); un fémur, tibia
y rótula izquierdas asociadas de otro individuo, un
adulo joven, claramente masculino de acuerdo al
tamaño de sus huesos.

No se hallaron marcas de corte o patologías en los

huesos del individuo adolescente, pero el fémur, tibia
y peroné del adulto presentaban cortes en las diáfisis y
Fig. 339.
en el cuello del fémur (Fig. 337). Hueso parietal
izquierdo de H41,
H41 vista endocranial.

Se trata de un cráneo y dos vértebras cervicales

(C2-C3) halladas con algunos otros huesos (un
metacarpo y una falange proximal de la mano), a
lo largo de la pared sur de la Plaza 3c en el nivel 5
de la excavación. El cráneo es de interés en tanto
que muestra múltiples fracturas producidas por un
golpe contundente en el área de la frente.
Efectivamente, una fractura en el hueso frontal (Figs.
338 y 339), con los bordes redondeados y biselado
interno, aparece marcando el punto de impacto de
una porra, palo o de otra arma contundente (sin
filo). Existen además fracturas radiales que cruzan
los huesos del parietal izquierdo y derecho. No hay Fig. 340. Tibia con fractura Fig. 341. Húmero con fractura
señal de cicatrización. espiral perimortem, H42. espiral perimortem, H42.

246
 H42
Una dispersión de elementos desarticulados y
parcialmente articulados de al menos tres individuos,
fueron hallados debajo de una pila de adobes rotos
en la Fosa 1, nivel 8. Los huesos incluyen tres huesos
coxales, así como huesos de un brazo y una pierna
articulados y aislados y de dos pies.
Algunos de los huesos largos muestran fracturas
perimortem en espiral (Fig. 340 y 341), y muchos de los
huesos presentan marcas de corte.
H43
Se trata de un grupo de huesos, incluyendo
vértebras cervicales y lumbares, fragmentos de costillas,
una rótula izquierda y otra derecha y un peroné
derecho, hallados en la esquina noroeste de la Fosa 1.
Todos parecen pertenecer a un mismo individuo
adulto. El peroné presenta marcas de corte en los
tercios proximal y distal de su diáfisis.
H44
Es la extremidad superior derecha articulada
(omóplato, húmero, radio y cubito) de un adolescente
(epífisis proximal/distal de radio y cubito no se
encuentran fusionadas). Son observables marcas de
corte en la diáfisis proximal del radio. Todos los huesos
se encuentran fuertemente desgastados.
Tumba 3
Los restos óseos designados como Tumba 3
consisten en el esqueleto parcial de un adulto
masculino, de aproximadamente 25-30 años de edad.
Sólo la parte media baja del esqueleto se encuentra
presente, representada por las costillas inferiores, las
vértebras torácicas inferiores, lumbares y la pelvis.
La mitad superior del esqueleto podría haber sido
removido y perdido por el corte de la cámara de la
Tumba 2.
Exámenes de laboratorio revelan tres marcas de
corte cerca de la parte distal de la diáfisis del fémur
izquierdo y otra en la diáfisis del mismo. Las marcas
de corte nos hicieron pensar inicialmente que se trataba
de un entierro intencional envuelto, debido a la
presencia de textiles debajo de los huesos. Los textiles
se encontraban en muy mal estado de conservación
para ser identificados, pero se pensó inicialmente que
envolvían al entierro. Las marcas de corte, sin embargo,
sugieren que estos son los restos de una víctima de
sacrificio y no de un entierro.

H45
Se trata del brazo izquierdo completo de un adulto.
No presenta cortes, fracturas ni patologías observables.

H46
Consiste en un fragmento proximal de tibia
izquierda, un fragmento distal de fémur izquierdo,
un fragmento derecho de isquion y algunos de pie
de un camélido. Los huesos humanos no parecen
pertenecer a un mismo individuo. La tibia presenta
la epífisis proximal sin fusionar; en cambio el fémur
y el isquion presentan las epífisis completamente
fusionadas. La tibia y el fémur muestran fracturas
perimortem en sus diáfisis, no observándose ninguna
marca de corte.

MATERIAL ÓSEO POR TUMBAS

Las dos primeras tumbas (1 y 2) han sido registradas
y publicadas (Tufinio 2006) (Fig. 342). Fig. 342. Ubicación de sacrificios y tumbas 1 y 2, Plaza 3c.

247
 Tumba 4
La Tumba 4 contiene parte de los restos de un
adulto de sexo indeterminado. Elementos óseos
hallados en la tumba incluyen un cuerpo esternal
parcial, rótula derecha, C4, C5, C6, T12, una costilla
izquierda completa y varios fragmentos, un peroné
derecho completo, partes de manos derecha e
izquierda, y de pies izquierdo y derecho. Varios
fragmentos de huesos no humanos (camélidos), así
como fragmentos de mates, cerámica y una cuenta
verde de piedra, también fueron hallados en la
tumba.
HUESOS HUMANOS AISLADOS
Además de esqueletos completos y/o parciales y
grupos de huesos asociados, numerosos huesos
humanos aislados y dispersos fueron hallados por toda
el área de sacrificios de la Plaza 3c. Estos huesos fueron
recolectados por nivel de excavación, y en el
laboratorio fueron clasificados y registrados por
elemento, si se encuentran completos o no, y estimación
de la edad. Todos los huesos fueron examinados
buscando huellas de corte o fracturas.
De esta forma más de 230 huesos aislados fueron
catalogados y descritos. Muchos de estos elementos
aislados pertenecen probablemente a los esqueletos
incompletos hallados en la Plaza 3c, pero dada la
composición homogénea de nuestra muestra
(adolescentes y adultos jóvenes masculinos), el intento
de vincular elementos aislados con esqueletos
incompletos no fue factible debido a nuestro límite
de tiempo y al espacio del laboratorio que utilizamos
durante la temporada de trabajo en el 2001. Trabajos
futuros con la colección podrían permitirnos culminar
dicho análisis.
HUESOS NO HUMANOS EN LA
PLAZA 3C
Numerosos huesos y fragmentos de huesos no
humanos fueron hallados durante las excavaciones de
la Plaza 3c. Se trata de hallazgos aislados en los rellenos
de la Plaza 3c, y no es claro que representen deshechos
de la ocupación, restos de festines o de otras
actividades directamente asociadas con el sacrificio de
prisioneros en la Huaca de la Luna.
Los huesos no humanos más comunes parecen
pertenecer a camélidos, aunque aún no han podido
ser estudiados por un especialista en fauna. Además
fueron hallados esqueletos completos de posibles
248
roedores “digeridos”, es decir, que previamente habían
formado parte del bolo alimenticio de algún animal.
En su mayoría estos fueron registrados durante la
temporada de excavación del 2000, en depósitos
arquitectónicos o rellenos de arena depositada por el
viento sobre el piso de la plaza. Parecen reflejar muertes
naturales de roedores que habitaban en el área
alrededor de la Huaca de la Luna.
Los huesos de camélidos, a diferencia de los otros,
muestran marcas de corte y fracturas típicamente de
deshechos de comida y claramente indican que fueron
producto de algunas actividades culturales.
Otra categoría de huesos no humanos es aquella
que pertenece a los artefactos hechos de huesos
intencionalmente modificados, de los cuales dos
ejemplos fueron hallados durante la temporada de
excavaciones en el 2001. Ambos fueron hallazgos
aislados en los rellenos de la Plaza 3c: uno en el nivel 7
y el otro en el nivel 9.
Son fragmentos de diáfisis de huesos largos con
fracturas, con uno de sus extremos que termina en un
punto agudo. El ejemplar hallado en el nivel 7 tiene 7
cm de longitud y la punta final muestra evidente pulido
(Fig. 343). El fragmento del nivel 9, de alrededor de 3
cm de longitud, también termina en una punta, sin
embargo no muestra pulido en su extremo final (Fig.
344). Estos fragmentos son de interés porque son muy
similares a las puntas rotas halladas en un entierro
masivo de individuos sacrificados en el sitio de
Pacatnamú en el valle del río Jequetepeque (Verano
1986), así como a una muestra completa hallada en
excavaciones en otras partes del sitio. Las puntas de
Fig. 343.
Hueso
modificado, Nivel
7. Escala = 5 cm.
Fig. 344.
Hueso
modificado, Nivel
9. Escala = 5 cm.
 Pacatnamú, fue hallado en las excavaciones de Steve
Bourget en la Plaza 3a, el que ha sido recientemente
identificado por Laurel Hamilton en el análisis de los
materiales osteológicos de esta Plaza (Anderson 2005)
(Figs. 347 y 348). Si los fragmentos de hueso
modificados hallados en la Plaza 3c son
Fig. 345.
verdaderamente puntas de proyectil, podrían sugerir
Huesos
modificados, que algunas de las víctimas allí enterradas podrían haber
Pacatnamu. sido muertas por dardos o lanzas, en lugar de por
Escala = 10 cm. cortes en el cuello, aunque aún tenemos que encontrar
evidencia clara de heridas por puñal en los esqueletos
de la Plaza 3c.

ANÁLISIS DE LABORATORIO DE
LOS RESTOS ÓSEOS HUMANOS
Métodos
La metodología utilizada estuvo de acuerdo a
normas publicadas para la estandarización de los
Fig. 346. estudios en material óseo humano procedente de
Esternón, vista contextos arqueológicos (Buikstra y Ubelaker 1994) y
anterior y forenses (Moore Jansen, Ousley y Jantz 1994). Estas
posterior.
Pacatnamu
recomendaciones fueron producto de diversos
(T1C3B2). coloquios en Antropología Física, los cuales estuvieron
orientados a revisar los diagnósticos antropológicos
en general. El sistema planteado es muy completo e
incluye algunos avances para mejorar la fidelidad al
hacer las estimaciones en cuanto a edad, sexo, así como
al plantear los diagnósticos de numerosas patologías.
Adicionalmente, su calidad estándar permite optimizar
la comunicación de resultados y opiniones entre las
diversas especialidades involucradas.

La información que se registró para cada esqueleto

Fig. 347. Esternón, vista Fig. 348. Esternón, vista
anterior. HLL Plaza 3a, posterior. HLL Plaza 3a,
Indiv. II. Indiv. II.
Pacatnamú, ilustradas en la Fig. 345, se corresponden
con las heridas penetrantes en los esqueletos de las
víctimas (Fig. 346), proporcionando evidencia
importante de que éstas fueron las puntas de dardos
o de lanzas usadas para apuñalar a las víctimas.
En la Plaza 3c de Huaca de la Luna no hemos
encontrado evidencia osteológica de proyectiles ni de
heridas por puñaladas. Sin embargo, un esternón con
una herida impresionante y similar a aquellas vistas en
(parcial o completo) incluyó: inventario óseo y dental,
edad y sexo, estimados según criterios osteo-
odontológicos; medidas postcraneales, para
determinar la estatura y robustez; medidas craneales,
para estimar la afiliación poblacional; patología dental,
la cual incluyó caries, abscesos, depósitos de cálculo
dentario, atrición, etc.; patologías óseas; fotografías
digitales y diapositivas, para documentar los principales
hallazgos; y radiografías, para el diagnóstico de
enfermedades, en algunos casos que así lo requirieron.
Resultados
El análisis de laboratorio del material óseo de la
Plaza 3c indica que todos los individuos que tienen
características diagnósticas para la determinación de
sexo son masculinos. En términos de edad, fluctúan
entre adolescentes y adultos jóvenes. Este resultado
apoya nuestra hipótesis que se tratan de prisioneros

249
traídos a la Huaca de la Luna para ritos de sacrificios
humanos. En adición a la evidencia de traumatismos
perimortem en la forma de cortes en las vértebras
cervicales, algunos individuos tienen fracturas del
antebrazo, omóplato, costillas y huesos de la mano
que estaban en los primeros pasos de curación al
momento de la muerte. Estas fracturas son similares a
los encontrados en las victimas sacrificiales de la Plaza
3a excavadas por Steve Bourget (Verano 1996).
Interpretamos estas fracturas como heridas sufridas
en combate o poco después de la captura de los
prisioneros. Las fracturas presentan evidencia de
algunas semanas de curación, algo que nos sugiere dos
posibilidades: (1) que los prisioneros fueron traídos
de enfrentamientos lejos de la Huaca de la Luna; o (2)
que los prisioneros pueden haber sido detenidos por
algunas semanas —posiblemente para su exhibición o
para algún ritual— antes de terminar en ofrendas a la
Huaca de la Luna.
Una de las observaciones más interesantes en los
esqueletos de la Plaza 3c es que después de la muerte,
la mayoría de los individuos fueron descarnados con
un instrumento afilado, como está indicado por la
presencia de huellas de corte en casi todos los huesos.
La mayoría de los cortes se encuentran en áreas de
inserción muscular, por ejemplo en las diáfisis de los
huesos largos y en los procesos transversales de las
vértebras. Pocos cortes se encuentran cerca de las
articulaciones, donde se esperaba encontrarlos si el
objetivo hubiese sido desmembrar a las víctimas. El
motivo por el cual fueron descarnados no se conoce.
El canibalismo es una explicación posible, pero el
patrón de tratamiento postmortem no corresponde bien
con las evidencias de canibalismo posible de otros
contextos arqueológicos, como el caso de los Anasazi
de Norteamérica (Turner 1983, White 1992). En esos
casos, se encuentran evidencias de la fractura de huesos
largos para extraer la médula; también evidencia de
cocción que no presentan los huesos de la Plaza 3c.
También un patrón diferente en la Plaza 3c es que
muchos de los esqueletos con huellas de
descarnamiento estuvieron todavía mayormente
articulados. Una hipótesis alternativa —que por el
momento parece más consistente con la evidencia
tafonómica— es que los Moche tuvieron más interés
en los esqueletos mismos que en la carne que sacaron.
Es posible que esqueletos, brazos y piernas descarnados
fueran usados como trofeos o adornos, posiblemente
suspendidos del techo o las paredes de un templo. El
descubrimiento de varios pies aislados y una caja
torácica rodeados con soga sugiere que fueron
suspendidos de algún objeto. La iconografía Moche,
con escenas de pies, piernas y brazos atados con soga,
250
apoya esta hipótesis. Los descubrimientos en la Plaza
3c parecen ser las primeras evidencias físicas de estas
prácticas.
El motivo para la captura y matanza de prisioneros,
y la colocación de sus restos óseos en la Plaza 3c, es
también desconocido. Un objetivo de nuestras
excavaciones fue confirmar la hipótesis de Steve
Bourget que sacrificios de prisioneros fueron realizados
en momentos de crisis asociado con el fenómeno de
El Niño. Aunque es evidente que algunas de las victimas
en la Plaza 3a fueron depositados durante un episodio
de lluvias fuertes, no hay evidencia similar en la Plaza
3c. Nosotros encontramos evidencias de lluvias que
depositaron capas delgadas de barro sobre la superficie
de la plaza, y que también dejaron huellas en las
superficies de las paredes, pero ninguno de los
esqueletos estuvo asociado directamente con las lluvias.
Como ahora es claro, los sacrificios de la Plaza 3c son
más antiguos que los de la Plaza 3a, y es posible que el
motivo para el sacrificio fue diferente. Ahora es
evidente que los Moche sacrificaron prisioneros en la
Huaca de la Luna por un espacio de tiempo
prolongado, y no solamente en las últimas fases de
construcción de la Huaca.
Fechados Radiocarbónicos
Cuatro son las muestras recolectada para este fin.
Dos fueron obtenidas de fragmentos de soga
encontrados en asociación directa con el material óseo
sobre el piso de la Plaza 3c. Debido a la cantidad
limitada de material orgánico, utilizamos el método
AMS (espectrometría de masa por aceleradora). Una
muestra de soga rodeando un pie aislado en el Nivel
2 (H2) produjo una fecha radiocarbónica convencional
de 1490 + 40 AP (Beta-146465), y rangos calibrados
a 2 Sigmas (95% probabilidad) de 460-480 d.C. y 520-
650 d.C. Un fragmento de soga rodeando el cuello
de E5 en el Nivel 3 produjo una fecha convencional
de 1560 + 40 AP (Beta-146464), y un rango calibrado
a 2 Sigmas de 410-600 d.C. Las dos fechas caen muy
cerca una de otra, y son consistentes en términos
estratigráficos. Se puede concluir de las primeras dos
fechas que el material óseo encontrado sobre el piso
de la Plaza 3c se depositó durante el siglo VI d.C.
Las siguientes dos muestras corresponden a
material orgánico recolectado debajo del piso de la
Plaza 3c, e igualmente se aplicó el método AMS: un
fragmento de cuerda asociado al esqueleto E16 y una
muestra de insectos (pupas de mosca y escarabajo)
dentro el cráneo de H33. Ambas muestras tienen un
buen contexto, porque estuvieron directamente
asociadas a restos humanos. Los insectos recolectados
de H33 fueron claramente contemporáneos con el
cráneo, porque estos son los restos de animales
conocidos por alimentarse de carne descompuesta
(moscas) y de piel seca (escarabajos). El fragmento de
cuerda es similar a los fragmentos recolectados
alrededor de los tobillos, cuello y muñecas de las
víctimas encima del piso de la plaza. Dada la relación
estratigráfica de las víctimas de sacrificio y la secuencia
arquitectónica definida para la Plaza 3c (Tufinio 2004,
2006), era de esperarse que el material debajo del suelo
debiera producir fechados más tempranos, aunque los
resultados fueron más interesantes de lo esperado.
El fragmento de cuerda recolectado de E16
produjo una edad radiocarbónica convencional de
1880 + 40 AP (Beta-158974) y una fecha calibrada (2
sigmas, 95% de probabilidad) de Cal 50-230 d.C. La
muestra de insecto recolectada de H33 produjo una
edad radiocarbónica convencional de 1810 + 40 BP
(Beta –1 58975), y una fecha calibrada (2 sigmas) de
Cal 110-330 d.C.
Las cuatro determinaciones radiocarbónicas de la
Plaza 3c son consistentes con su estratigrafía y secuencia
constructiva, pero los fechados de los restos del
subsuelo son más tempranos de lo que esperábamos.
Los resultados indican que los restos de víctimas de
sacrificios fueron depositados en la Plaza 3c a través
de varios siglos. Dado que los depósitos de sacrificios
de la Plaza 3a excavados por Bourget parecen fecharse
en aproximadamente 650 d.C., los sacrificios humanos
en la Huaca de la Luna tiene por tanto una larga
tradición.
CERÁMICA Y OTROS RESTOS
CULTURALES EN LA PLAZA 3C
Todo el material excavado fue estudiado, descrito
y dibujado por José Armas. Más de 650 fragmentos
de cerámica se recuperaron del área de sacrificios de
la Plaza 3c, sobre el piso. La muestra incluye varios
fragmentos de vasijas en la forma de prisioneros.
Fue posible reconstruir algunos, y apreciar unos rasgos
comunes: consisten de figuras masculinas sentadas
con las manos atados por atrás, y con una soga
rodeando el cuello. Hay variaciones en la decoración
facial que hacen distinta cada vasija. Estos ceramios
son similares en forma a un ejemplo completo
encontrado en la Plaza 3c durante la temporada 1999,
y muy parecidos a otras vasijas encontradas en tumbas
en la Huaca de la Luna. Son distintos de las vasijas
crudas encontradas por Steve Bourget en la Plaza
3a. El resto del material de cerámica de la Plaza 3c
consiste en fragmentos tanto de cerámica utilitaria
como cerámica fina, incluyendo algunos fragmentos
con decoración en línea fina.
De la misma manera, también fueron recolectados
fragmentos de vasijas de cerámica de debajo del piso
de la Plaza 3c (ver Armas, en este volumen). La
mayor parte corresponden a cerámica utilitaria que
podría representar desechos ocupacionales usados
como relleno debajo del suelo de la plaza; pero
también fueron hallados numerosos fragmentos de
vasijas de cerámica en la forma de prisioneros
sentados. Estas figuras de prisioneros parecen haber
sido utilizadas en los rituales de sacrificio y luego
intencionalmente quebradas y depositadas en la plaza
junto con las víctimas. La distribución de los
fragmentos de vasijas de prisioneros indica que fueron
quebradas antes de ser lanzadas en el relleno, ya que
hallamos diferentes fragmentos de una vasija dispersas
ampliamente a lo largo de la plaza. Esto indica que
piezas de varias vasijas de prisioneros fueron
deliberadamente dispersas alrededor del suelo de la
plaza entre los restos de las víctimas de sacrificios. El
rompimiento y dispersión de vasijas de prisioneros,
parece haber sido un componente importante del
ritual de entierro de las víctimas de sacrificios en la
Plaza 3c, como lo fue en el caso de la Plaza 3a, con
figuras de prisioneros no cocidos (Bourget 1998,
Bourget y Millaire 2000).
En adición a los restos óseos y la cerámica, una
variedad de material cultural y orgánico se encontró
en las excavaciones del área de sacrificios de la Plaza
3c. Estos materiales fueron fragmentos de textil
(quemado y no quemado), fragmentos de metal que
representan placas perforadas originalmente fijadas
a textiles, fragmentos de carbón y restos de comida
tales como huesos de camélido y pescado,
gastrópodos marinos y terrestres, cáscara de huevo
(probablemente de pato), y mazorcas de maíz
carbonizadas. La mayoría de este material es
fragmentario, y probablemente representa material
depositado sin querer por agentes humanos o por el
viento. Sin embargo, las vasijas de cerámicas, rotas
pero más completas, están claramente asociadas a
los sacrificios de prisioneros, y por eso probablemente
son inclusiones intencionales en la Plaza 3c.
RESUMEN Y DISCUSIÓN
Durante las temporadas de excavaciones del 2000
y 2001, en la Plaza 3c fueron recuperados más de 25
esqueletos completos y casi completos, 46 esqueletos
parciales y agrupaciones de huesos, y cientos de
251
elementos óseos aislados. Aunque se han hallado
similitudes entre los restos de esqueletos tanto de
encima como debajo del piso en términos de perfiles
demográficos y patrones traumáticos, algunas
distinciones fueron notadas. Las víctimas halladas por
encima del piso de la plaza fueron generalmente
depositadas en la superficie de la plaza y gradualmente
enterradas por arena depositada por el viento
conformando gradualmente niveles de esqueletos,
aunque en algunos casos éstos esqueletos fueron
cubiertos con fragmentos de adobes. En contraste,
las víctimas de sacrificios ubicadas debajo del suelo
fueron colocadas generalmente en hoyos pequeños,
en depresiones de rellenos de construcción, o en un
hoyo individual grande. El más grande de estos (Fosa
1) fue hallado al centro de la Plaza 3c, y contenía los
restos de más de 10 individuos. Algunos de los hoyos
pequeños contenían sólo partes de cuerpo
seleccionadas, como cráneos, piernas articuladas,
manos o pies. Otros contenían esqueletos completos
o casi completos. Uno de estos, E19, fue depositado
en un hoyo que era claramente muy pequeño para
acomodarlo; su columna vertebral estaba doblada
para reducir el largo, sus piernas y sus miembros
superiores fueron separados y colocados sobre ellas
(Fig. 300). La deposición de los restos de las víctimas
parece haber sido un proceso gradual que ocurrió
durante un extenso período de tiempo, mas que un
evento de corto término (Tufinio, en este volumen), y
los restos depositados en los hoyos, aparentemente
no siempre fueron enterrados inmediatamente, como
lo indicaría el blanqueamiento y el desgaste por el
tiempo de muchos de los huesos.
Los exámenes de laboratorio de los restos
esqueletizados registrados por debajo de la Plaza,
demuestran un patrón similar de marcas de corte con
aquellos que fueron hallados en los esqueletos por
encima del piso de la Plaza 3c. Marcas de corte fueron
halladas en casi todos los elementos del esqueleto,
concentradas en áreas de adhesión muscular, indicando
que las víctimas fueron sistemáticamente descarnadas.
El motivo específico para dicho descarnamiento no
es conocido, pero no parece haber sido canibalismo,
ya que muchos de los restos se encuentran todavía
completamente o en gran parte articulados. Los
cuerpos no fueron sistemáticamente desmembrados
como es típico en la carnicería de animales de grandes
tamaños como venados y camélidos, y no fue hallada
ninguna evidencia de quemado o cocción. Aunque
algunos huesos mostraban fracturas en espiral (Figs.
340 y 341), no hubo un sistemático fracturamiento de
huesos para extraer la médula. Nuestra hipótesis de
trabajo es que los Moche no estuvieron necesariamente
252
canibalizando los cuerpos de sus víctimas (aunque el
canibalismo ritual no puede ser excluido), pero parecen
haber estado más interesados en los esqueletos en sí,
usando estos o partes de estos, para exhibirlos o para
otro propósito ritual. La hipótesis es sustentada por el
descubrimiento de los fragmentos de cuerda
alrededor de las muñecas, tobillos, pies aislados,
troncos, así como también alrededor del cuello de los
esqueletos, sugiriendo que fueron originalmente
suspendidos de algún objeto. Varias representaciones
de miembros superiores amputados con cuerdas
atadas alrededor de ellos son conocidas en el arte
Moche, apoyando esta hipótesis (Donnan 1978, Hill
2000, Hocquenghem 1987).
Los análisis osteológicos indican que las víctimas
de sacrificios humanos de la Plaza 3c son todos
masculinos, en un rango de edad que va de adolescente
mayor a adulto joven; no han sido identificados restos
de mujeres, niños o de adultos mayores. Esto es
consistente con nuestra hipótesis de que los esqueletos
pertenecen a prisioneros a consecuencia de un
combate. En adición a la evidencia de abundantes
traumas perimortem (golpes ocurridos alrededor del
tiempo de la muerte), también hallamos ejemplos de
fracturas de brazos, hombros y costillas que estaban
en proceso inicial de cicatrización (de algunas semanas
a quizá un mes), cuando la víctima fue muerta. Heridas
similares fueron vistas en el material excavado en la
Plaza 3a por Bourget. Nosotros interpretamos esto
como golpes sufridos durante el combate o
inmediatamente después de su captura (Verano 1998,
2001a, 2001b). Estas fracturas cicatrizadas sugieren uno
de dos posibles escenarios: ya sea que los prisioneros
fueron llevados a la Huaca de la Luna de alguna región
distante; o que los prisioneros fueron retenidos por
un período de tiempo, luego de su captura, para
exhibirlos o para otros propósitos, antes de ser
sacrificados.
Motivación de prácticas sacrificiales
Aún desconocemos la motivación específica detrás
del sacrificio de prisioneros cautivos por los Moche.
En base a su descubrimiento en la Plaza 3a, Steve
Bourget concluye que el sacrificio de prisioneros fue
realizado en tiempos de crisis, asociado con las
torrenciales lluvias ocasionadas por el fenómeno El
Niño, puesto que algunas de las víctimas de sacrificios
de la Plaza 3a parecen haber sido muertas durante
períodos de fuertes lluvias (Bourget 1997a, 1998a;
Bourget y Millaire 2000). En la Plaza 3c, también
hallamos evidencia de lluvias periódicas que han
depositado delgadas capas de sedimento alrededor
de la plaza, pero ninguno de los esqueletos se
encontraba directamente asociado a estas capas. Por
tanto, no tenemos evidencias que apoye una relación
directa entre las lluvias de eventos El Niño y los
sacrificios humanos en la Plaza 3c. Dado que ahora
tenemos tres depósitos temporalmente distintos de
víctimas de sacrificios en la Huaca de la Luna (subsuelo
de la Plaza 3c, encima del piso de la Plaza 3c, y Plaza
3a), es evidente que el sacrificio de prisioneros cautivos
ocurre alrededor de un período de tiempo de varios
siglos en la Huaca de la Luna, y por lo tanto más parece
que representa una tradición cultural de mucho tiempo
mas que una respuesta a un evento meteorológico
ocasional como El Niño. Es posible que los sacrificios
de la Plaza 3a fueron hechos por diferentes razones
que aquellos de la Plaza 3c, aunque los tipos de víctimas
y la forma en la que fueron sacrificados muestran
similitudes cercanas.
Nuestra hipótesis de trabajo es que el sacrificio de
prisioneros tomados en conflictos con otros grupos
(Moche u otros) funcionaba, en parte, para afirmar el
poder político y religioso de los centros mayores como
las Huacas Moche (del Sol y de la Luna), el complejo
El Brujo, San José de Moro, Sipán y otros (Verano
2001b; Sutter y Cortez 2005; Sutter y Verano 2007).
Hipótesis alternativas han sido propuestas por
investigadores como Walter Alva y Christopher
Donnan (Alva y Donnan 1993; Donnan 1997), por
John y Teresa Topic (Topic y Topic 1997) y por Luis
Jaime Castillo (2000). Si bien difieren en detalles y
énfasis, todos sostienen que la iconografía Moche indica
que el combate fue una extensa actividad ritual que
comprometía a las elites de un solo estado y por
consiguiente no reflejaría una guerra secular entre
grupos diferentes. Nuestra posición es que la
iconografía Moche por sí sola no nos puede definir si
es que el combate fue ritual o secular, ya que el arte
Moche es altamente formalizado y debe de ser
interpretado con cautela (Verano 2001b). La naturaleza
del combate Moche seguirá siendo debatido, pero es
claro ahora que éste (cualquiera sea su naturaleza) y la
toma y sacrificio de prisioneros fue un componente
significativo de las actividades rituales de la Huaca de
la Luna. Esto se encuentra ahora bien documentado a
través de la evidencia tanto arqueológica como
bioantropológica.
CONCLUSIÓNES
La base de la nueva Plaza 3c fue construida con
relleno de adobes tramados y material suelto, el detalle
más importante registrado dentro de este material
suelto es la presencia de restos óseos y fragmentos de
cerámica del estilo Moche III. Dentro de los restos
óseos se ha definido que corresponden a individuos
que fueron sacrificados y luego arrojados sobre el
material suelto que se estaba usando para la base de
esta plaza. La presencia de material cultural dentro del
relleno nos hace suponer que el proceso de sellar este
espacio tan amplio duró mucho tiempo, de ahí que se
encuentren restos de individuos sacrificados asociados
a fragmentos de cerámica en estratos diferentes por
debajo del piso.
Una vez concluida la base de la plaza se colocó
una capa de barro para nivelar las irregularidades del
relleno, y finalmente construyen los elementos
arquitectónicos asociados a un piso que funciona al
mismo nivel del Edificio C registrado en la
Plataforma I.
El tratamiento sobre el piso de la plaza es diferente,
pues los individuos sacrificados son arrojados sobre
el piso y progresivamente sobre la arena eólica que se
estaba acumulando con el transcurrir del tiempo. Los
sacrificios tenían una relación directa con el recinto y
el altar, pues la hipótesis es que los elementos
arquitectónicos funcionaron como área donde se
realizaban los sacrificios, luego los cuerpos fueron
tirados sobre la arena eólica, algunos de éstos fueron
manipulados postmortem (descarnados y seccionados las
extremidades), otros fueron dejados tal cual como
habían sido tomados prisioneros, con soga en el cuello
y las manos a la espalda amarradas.
El uso prolongado de esta plaza se evidencia en
las remodelaciones de pisos y enlucidos de muros,
además de los sacrificios en estratos diferentes. Por
estas características suponemos que el aumento del
volumen en la Plataforma I no afectó los espacios de
las plazas, éstas sólo se remodelaban y eran selladas
progresivamente dejando que se acumule la arena eólica
como en la Plaza 3c.
En las excavaciones de las temporadas 2000 y 2001
en el área de sacrificios de la Plaza 3c se recuperaron
los restos óseos de múltiples individuos que fueron
matados y depositados en una plaza al este de la
Plataforma I. El material óseo se encontró en la arena
eólica acumulaba sobre el piso de la plaza, así como
también debajo del piso de la plaza dentro de un relleno
de adobes y arena. Estos individuos fueron
acompañados por numerosos fragmentos de
cerámica, una buena parte en la forma de vasijas
representando prisioneros sentados. Observaciones
tanto de campo como de laboratorio confirmaron la
presencia de huellas de corte en los huesos que indica
253
no solamente la causa de muerte (degollamiento), pero
también el tratamiento complejo de los cuerpos
postmortem (descarnamiento y desmembramiento).
Restos de soga se preservaron asociados con algunos
esqueletos y miembros aislados, que permitió su
fechado con radiocarbono.
Del análisis osteológico ha sido posible determinar
que todos los esqueletos son de sexo masculino, y todos
adolescentes y adultos jóvenes a la edad de la muerte,
consistente con nuestra hipótesis que se trata de
prisioneros traídos a la Huaca de la Luna para ritos de
sacrificio humano. Fracturas y otras heridas que
muestran reacción ósea indicando un período de
supervivencia fueron observados en algunos casos,
probablemente marcando traumatismos sufridos en
el campo de batalla o poco después de la captura.
Los descubrimientos en la Plaza 3c son importantes
por registrar nuevas evidencias arqueológicas y
osteológicas de sacrificio de prisioneros por los
Moche, que adicionan nuevos datos a los
descubrimientos previos de Steve Bourget en la Plaza
3a. El descubrimiento de víctimas adicionales debajo
del piso de la Plaza 3c ahora indica que hay evidencias
todavía más antiguas para documentar.
AGRADECIMIENTOS
Agradecimientos especiales a los directores del
proyecto Huaca de la Luna, Santiago Uceda y Ricardo
Morales, y a todos los que hicieron posible este
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proyecto de investigación. Gracias a un dedicado grupo
de estudiantes de pregrado y de postgrado de la
Universidad de Tulane, quienes participaron en las
excavaciones y análisis del material durante las
temporadas de trabajo 2000 y 2001: Laurel Hamilton,
Cathy Gaither, Lori Jahnke, Anne Titelbaum, Ginesse
Listi, Stan Serafin, Mary Sawyer y Teresa Gotay.
Estamos también muy agradecidos con Florencia
Bracamonte y Moises Rivero de la Universidad
Nacional de Trujillo, y Melissa Murphy de la
Universidad de Pennsylvania, por su participación en
las excavaciones y en los análisis de laboratorio. Gracias
también a los estudiantes de antropología de la
Universidad de Tulane como Heather Backo, Julia
Drapkin, Helen Rich y Kris Krowicki, quienes asistieron
en las excavaciones y el análisis de los esqueletos durante
las excavaciones en el año 1999. Un agradecimiento
especial a Steve Bourget, quien invitó a John Verano a
estudiar el material osteológico de la Plaza 3a en 1995.
El mayor financiamiento para las temporadas de
excavaciones 2000-2001 fueron proporcionadas por
las becas 6784-0 y 7024-01 del Comité para
Investigación de la National Geographic Society, y del
Proyecto Huaca de la Luna. El Roger Thayer Stone
Center para estudios latinoamericanos de la
Universidad de Tulane bondadosamente proporcionó
becas de investigación de verano para los estudiantes
de postgrado. Julia Drapkin y Teresa Gotay recibieron
financiamiento de la Kenneth J. Opat Fund, del
departamento de Antropología de la Universidad de
Tulane.