Está en la página 1de 3

Las estrellas de masa baja con intensidad intermedia (masas menores que 1/8 - 1/10 masas solares), al acabar

la fusión del hidrógeno durante


su vida en la secuencia principal, se expanden como gigantes rojas, y proceden a fusionar helio en carbono y oxígeno en su núcleo. Si la gigante
roja no posee suficiente temperatura como para luego fusionar a su vez el carbono y el oxígeno, su núcleo se comprime por la gravedad y su
envoltura es expulsada en una serie de pulsos térmicos durante la fase de gigante en la rama asintótica, produciendo así una nebulosa planetaria
que envuelve un remanente estelar: la enana blanca.4 ​

El 99% de las enanas blancas está constituido básicamente por carbono y oxígeno, que son los residuos de la fusión del helio. Sin embargo, sobre
la superficie hay una capa de hidrógeno y helio prensados y parcialmente degenerados, que forman la atmósfera de la enana blanca. Solo unas
pocas están formadas íntegramente por helio5 6​ ​ al no haber llegado a quemarlo, o por oxígeno, neón y magnesio,7 ​ productos del quemado
nuclear (fusión) del carbono.

Recién formadas, las enanas blancas poseen temperaturas muy altas, pero al no producir energía, se van enfriando gradualmente. En teoría, las
enanas blancas se enfriarán con el tiempo hasta que ya no emitan radiación detectable, para entonces convertirse en enanas negras.4 ​ Sin
embargo, el proceso de enfriamiento es tan lento que la edad del universo desde el Big Bang es demasiado corta para albergar, en este momento,
a una de estas enanas negras. De hecho, las enanas blancas más frías que se conocen poseen temperaturas de varios miles de K.8 3​ ​ El término
enana blanca fue acuñado por Willem Luyten en 1922,9 ​ aunque el nombre más apropiado para objetos de esta naturaleza es el de estrellas
degeneradas.

Historia de su descubrimiento
La primera enana blanca se descubrió en el sistema estelar triple 40 Eridani, que está comprendido por la estrella de secuencia principal 40
Eridani A orbitando alrededor del sistema binario formado por la enana blanca 40 Eridani B, y 40 Eridani C, una enana roja de secuencia
40 Eridani es un sistema estelar triple
principal. Dicho sistema binario fue descubierto por William Herschel el 31 de enero de 1783.10 ,​ p. 7 3 La misma estrella binaria fue observada
a menos de 16,5 años luz de distancia de
posteriormente por Friedrich Georg Wilhelm von Struve y Otto Wilhelm von Struve en 1825 y 1851 respectivamente.11 12 ​ ​ En 1910, Henry
la Tierra. Está en la Constelación de
Norris Russell, Edward Charles Pickering, y Williamina Fleming, descubrieron que, a pesar de ser una estrella tenue, 40 Eridani B era de tipo
Eridanus. La estrella principal del
espectral A, o blanca.9 ​El tipo espectral de 40 Eridani B se confirmó
sistema, 40 oficialmente
Eridani A, enes 1914 por Walter Adams.13 ​
fácilmente
visible a simple vista.El par 40 Eridani B
Durante el siglo XIX, las técnicas de medir la posición de las estrellas se volvieron lo suficientemente precisas como para poder detectar cambios
/ C fue descubierto el 31 de enero de
muy pequeños en la posición de algunas de ellas. Friedrich Bessel, en 1844, utilizando estas técnicas percibió que las estrellas Sirio (α  Canis
Majoris) y Procyon (α  Canis Minoris) estaban variando sus posiciones, por lo que dedujo que estos cambios de posición eran debidos a una
estrella invisible hasta entonces.14 ​ Bessel estimó que el período de dicha estrella sería de, aproximadamente, medio siglo.14 ​ C.H.F.Peters
calculó una órbita para dicha estrella en 1851.15 ​

La estrella mencionada no es otra que Sirio B, también conocida como el Cachorro, la segunda enana blanca descubierta. Tiene una temperatura
superficial de unos 25 000 K, lo que la incluye dentro de las estrellas calientes. El 31 de enero de 1862, Alvan Graham Clark observó una especie
de estrella oscura cerca de Sirio que no había sido avistada anteriormente,15 ​ y que más tarde se identificó como la estrella predicha por Bessel.
A pesar de todo, Sirio B resultó ser 10.000 veces menos luminosa que la estrella principal Sirio A. Dado que tenía que tener un alto brillo por
unidad de superficie, Sirio B tenía que ser, por fuerza, mucho más pequeña que Sirio A. Los cálculos determinaron un radio aproximadamente
igual al de la Tierra. El análisis de la órbita del sistema estelar Sirio mostró que la masa de aquella extraña estrella era aproximadamente la
misma que la del Sol. Esto implicaba que Sirio B debía de ser cientos de veces más densa que el plomo,
algo que no se podía explicar hidrostáticamente. El misterio quedó sin resolver durante bastante tiempo,
considerándose a Sirio  B como una rareza imposible de explicar. Walter Adams anunció en 1915 que
había descubierto que el espectro de Sirio B era similar al de su compañera.16 ​

En 1917 Adriaan Van Maanen descubrió la estrella de


Van Maanen, una enana blanca aislada, que se
convirtió en la tercera en ser descubierta.17 ​ Estas
primeras tres enanas blancas descubiertas son las
llamadas enanas blancas clásicas.18 ,​ p. 2 A partir de
entonces, se encontraron muchas estrellas blancas
que poseían un alto movimiento propio, baja
luminosidad y un radio similar al terrestre, por lo que
también fueron clasificadas como enanas blancas.

El peculiar nombre de enana blanca se debe a que Comparación entre Sirio A y Sirio B. La
sus descubridores observaron que tenían un espectro enana blanca Sirio B es el punto diminuto
blanco, esto es, sus temperaturas superficiales eran situado en la parte inferior izquierda de la
cercanas a los 10.000  K. Cuando realmente se imagen. La estrella mucho más brillante
Recreación artística del sistema binario Sirio
conocieron las características de esos objetos, se es Sirio A, una estrella de secuencia
comprobó que las hay de varias temperaturas (es principal. Imagen tomada por el telescopio
decir, no son todas blancas) pero que las más comunes eran, en efecto, blancas. En realidad, pueden ir espacial Hubble.
desde colores muy azules (temperaturas superiores a los 20 000 K con máximo de intensidad situado
en longitudes de onda mucho más cortas que el visible) hasta muy rojos (temperaturas inferiores a .000
K y máximo de intensidad a longitudes de onda largas). Sin embargo, el primero en utilizar dicho término fue Willem Luyten, cuando examinaba
en 1922 esta clase de estrellas.9 19 ​ 20​ 21​ 22
​ ​El término fue popularizado más tarde por Arthur Eddington.23 9​ ​

Las primeras enanas blancas descubiertas después de las tres clásicas lo fueron en la década de 1930. En 1939 se descubrieron 18 enanas
blancas.18 ,​ p. 3 Varios científicos, entre ellos Luyten, siguieron buscando enanas blancas en los años 1940. En 1950, ya se conocían alrededor de
cien enanas blancas,24 ​ y en 1999, la cifra ya rondaba las 2000.25 ​ Desde entonces, el Sloan Digital Sky Survey ha encontrado 9000 nuevas
enanas blancas.26 ​

Formación y destino
El origen de estos cuerpos es progresivo y suave. En las estrellas maduras las capas más exteriores están muy expandidas en sus
transformaciones a estrellas de la rama asintótica gigante y poco a poco se desprenden de su agotado núcleo. Cuando finalizan las reacciones de
fusión, el núcleo se contrae y se calienta aunque sin llegar a la temperatura de ignición de la siguiente fase. Antes de llegar a dicha temperatura
los electrones degeneran y detienen el proceso. Se forma así una enana blanca con una temperatura de partida en su núcleo de entre 100 y 200
millones de grados que se irá enfriando paulatinamente. El material desprendido formará, a su vez, una nebulosa planetaria en cuyo centro
estará la enana blanca.

La enana blanca, una vez formada, va enfriándose y apagándose paulatinamente, de un color azul
intenso pasará a un color rojizo, y después pasará al infrarrojo, con el tiempo la temperatura se
igualará con la radiación de fondo del universo hasta, hipotéticamente, terminar siendo una
enana negra, y vagar por el espacio indefinidamente. Para tomar conciencia de la lentitud del
enfriamiento de las enanas blancas, cabe tener presente que el universo continúa expandiéndose,
y se estima que en cuestión de 1019 a 1020 años, las galaxias se desvanecerán, ya que las
estrellas de las que están formadas se dispersarán por el espacio intergaláctico.27 ​ Pues bien, se
piensa que las enanas blancas sobrevivirán a este hecho, aunque bien es cierto que una colisión
fortuita entre enanas blancas podría dar lugar a una estrella capaz de producir reacciones de
fusión nuclear (fusionando helio o carbono en vez de hidrógeno), o a una enana blanca muy
masiva que diera lugar a una supernova de tipo Ia.27 ​ Se cree que el tiempo de vida de una
enana blanca es similar al tiempo de vida media del protón, que se estima desde los 1032 a los
1049 años según algunas teorías de la gran unificación. Si estas teorías fueran erróneas, el protón
debería decaer mediante complejos procesos nucleares, o formando agujeros negros virtuales
mediante procesos de gravedad cuántica, y en este caso la vida media del protón se situaría sobre Enana blanca en formación y nebulosa planetaria
los 10200 años. Si tomamos como cierto que los protones se desintegran, la masa de la enana en expansión. Este gas está impulsado por un
blanca disminuiría muy lentamente a causa de la desintegración de sus núcleos atómicos, hasta superviento del que absorbe su radiación
llegar a tal punto en el que se convertiría en un pedazo de materia no degenerada, y finalmente ultravioleta más intensa en la región interior y la
desaparecería por completo.27 ​ reemite en la zona exterior en forma de radiaciones
de menor frecuencia, ya en el visible, provocando
hermosas combinaciones de colores y formas.
Características
Para que los electrones degenerados puedan sostener a la estrella, esta no debe superar el límite de Chandrasekhar, que es de 1,44 masas
solares.28 ​ Se conocen enanas blancas desde 0,1729 ​ hasta 1,3330 ​ masas solares, aunque la gran mayoría de ellas se encuentra entre 0,5 y 0,7
masas solares.30 ​ El radio estimado de las enanas blancas observadas se sitúa entre 0,008 y 0,02 veces el radio del Sol,31 ​ una cifra muy
cercana al radio terrestre (aproximadamente 0,009 radios solares). Así pues, en las enanas blancas se comprime una masa similar a la del Sol en
un volumen un millón de veces más reducido, por lo que la densidad es aproximadamente un millón de veces mayor que la del Sol (entre 106 y
107 g/cm³). Forman parte de las estrellas compactas, pues son una de las formas de materia más densas conocidas, solamente por detrás de las
estrellas de neutrones, los agujeros negros, e, hipotéticamente, las estrellas de quarks.32 ​

Desde su descubrimiento, ya se conocía la enorme densidad de estas estrellas. Las enanas blancas que se encuentran en un sistema binario,
como es el caso de Sirio B o 40 Eridani B, es posible calcular la masa partiendo de las observaciones de sus órbitas. Así se hizo en 1910 con Sirio
B,33 ​estimándose una masa aproximada de 0,94 masas solares (cálculos más recientes indican que su masa es de 1,00 masas solares).34 ​

La enorme densidad de estas estrellas confundió a los astrónomos que comenzaron a estudiarlas. Cuando Ernst Öpik calculó en 1916 la densidad
de varias estrellas binarias, estimó que la densidad de 40 Eridani B era de 25  000 veces la densidad del Sol, lo cual calificó literalmente de
"imposible". Como Arthur Eddington escribió en 1927:

También podría gustarte