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El objetivo de este trabajo no va más allá de realizar una reflexión normativa a partir de los
conocimientos adquiridos acerca del comportamiento político, en particular en sus enfoques
psicológico y económico, de los últimos cinco procesos electorales a los que se ha enfrentado
la población cartagenera, siendo estos: elecciones legislativas 2018, elecciones presidenciales
de primera y segunda vuelta 2018, elecciones atípicas para alcalde 2018 y consulta popular
anticorrupción, también llevada a cabo en 2018.
No obstante, en otra de las discusiones del enfoque económico, se puede abordar otro tipo de
conclusión en cuanto al entendimiento de la teoría del voto económico, donde el sufragante
sanciona al incumbent (encargado del gobierno), en casos de un empeoramiento de su
situación económica o la percepción de la misma (Lewis-Beck y Stegmaier, 2007). ¿Habrán
castigado los sufragantes, a partir de un análisis de la situación económica del país durante el
gobierno de Juan Manuel Santos, en todo su derecho en un sistema presidencialista,
precisamente al presidente, como incumbent, en las elecciones?. Todo indica que así fue, y se
puede ver evidenciado en el distanciamiento que tomaron muchos candidatos del gobierno
Santos en su estrategia discursiva. Sin embargo, es discutible el proceso deontológico
racional según el cual se realizó esta sanción, puesto que realmente la situación económica
del país, podría argumentarse, no cambió en gran medida negativamente, ni hubo grandes
crisis, pero la popularidad del presidente fue muy baja durante la mayoría del mandato, a
causa de la estrategia discursiva de una fuerte oposición política, y las emociones de muchos
individuos (enfoque psicológico) se orientaron hacia el rechazo por el ex presidente Santos,
más allá de un análisis objetivo de la situación económica (que en casi ninguna explicación
de la teoría del voto económico es objetivo, sino más bien basado en percepciones)
Con todo esto tenemos una votación muy desfavorable para los candidatos más asociados al
ex presidente Santos como fueron Humberto de la Calle y Germán Vargas Lleras, el segundo,
quien intentó alejarse de la figura del entonces presidente, para luego a finales de la campaña
terminar adoptando la condición de relevo de un programa político del mismo. Para la
segunda vuelta, continuando con un análisis más dirigido a un enfoque psicológico, en
Cartagena las brechas entre Petro y Duque se cerraron un poco, y se le puede atribuir al
manejo de la campaña en el aspecto de la psicología de las personas, la condición de causa de
este fenómeno. Según Greenstein (1992), es posible estudiar la relación entre la política y las
emociones en el enfoque psicológico, y ello nos puede llevar a plantear que las decisiones
tomadas desde la campaña tanto de Duque como de Petro, discursivamente estuvieron
orientadas a fomentar la angustia de los sufragantes en cuanto a un candidato o el otro, y, con
esto, la predicción de los votantes de cómo podría llegar a ser un gobierno del uno o del otro
(Castrochavismo vs el regreso de la guerra)
Cartagena lleva años asediada por una constante crisis institucional, que, si la vemos desde el
lente de comportamiento político, podríamos decir en líneas generales, que los habitantes de
la ciudad están cansados de la política, ya que sus gobernantes no le cumplen al pueblo. Lo
anterior no son palabras menores si recordamos el estado actual de la ciudad, la cual está
funcionando a medias con 8 concejales, de los 19 que deberían ser, pero que gracias a un
proceso judicial no ocupan el cargo la mayoría de ellos. Si miramos hacia la alcaldía, el
panorama se torna aún más oscuro, y es que en los últimos 8 años Cartagena ha tenido 11
alcaldes, entre elegidos popularmente y encargados.
Un reflejo del estancamiento que está viviendo la política en la ciudad de Cartagena, es el
comportamiento político de los habitantes de la ciudad en torno a su derecho al voto. El
porcentaje de participación en las elecciones a Congreso fue tan solo del 44,67% cifra que se
queda muy corta ante la participación de otras ciudades de la costa por ejemplo Barranquilla,
donde el porcentaje de participación superó el 50%. No cabe duda que la costa siempre ha
sido una región del país de constante coacción por parte de las casas políticas hacia la masa
de votantes, lo cual evidentemente influye en los resultados finales de los sufragios. En
épocas electorales esta coacción la podemos ver especialmente en las elecciones a congreso,
tiempo en el cual las maquinarias políticas se mueven mucho más en la compra de votos, un
ejemplo claro de ello, el reciente caso de Aida Merlano, capturada por compra de votos y
fraude electoral.
En Cartagena la cultura política de las personas cada vez más se va configurando a una de
súbdito, donde las orientaciones cognitivas poco sobresalen al momento de decidir a la hora
de votar, en contraparte, podemos decir que la cultura política de Cartagena se está
transformando en una súbdito-parroquial (Almond y Verba, 1963). La crisis institucional en
Cartagena ha codificado la cultura política de los habitantes, los cuales reconocen la
existencia de un gobierno, y comparten un sistema de valores y tradiciones, pero que, ante los
constantes vaivenes de la política en la ciudad, pierden interés en ser participantes de ese
gobierno, y pasan a asumir un rol de súbdito, rol que implica el desprecio a la actividad del
sufragio y como consecuencia, la precaria participación en las elecciones de diferente índole,
como en este caso las de congreso.
--Almond, G. y Verba, S. (1963), The Civic Culture, cap. 1, «An Approach to Political
Culture», Princeton University Press.
-Greenstein, F. (1992, 03). Can Personality and Politics Be Studied Systematically?. Political
Psychology , 13, 105-128.
-Lewis-Beck y Stegmaier, (2007, 08). Economic Models of Voting. The Oxford Handbook of
Political Behavior,
-Mutz, C. (2007) Political Psychology and Choice, the Oxford Handbook of Political
Behavior.