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EL IMPERIO INCA

Reporte de lectura sobre el texto de Enrique Dussel


Luis Antonio Arvayo Araiza
II Teología

Los orígenes de los incas los podemos situar en la zona de las costas y las sierras
peruanas ecuatorianas y bolivianas. Existe una colina llamada el Tiahuanaco, donde aún se
encuentran algunas obras como la conocida "puerta del Sol", que debió haber sido un
centro religioso, donde florecieron algunas culturas como la Chimú, la cultura del Cuzco y
la civilización Colla. Toda esta región era una fermentación de alta cultura que permitió la
aparición del Gran Imperio Inca.
Son pocos los datos que se tienen acerca de los orígenes de este imperio. Se sabe
que los primeros incas debieron venir del Sur de estirpe Colla de lengua Aymara. El
imperio Inca fue gobernado por distintos reyes, los primeros cinco se dedicaron solo al
desarrollo de la misma ciudad, posteriormente comenzaron a expandirse a las aldeas
vecinas. El reino constituido por Viracocha Inca se transformó en un imperio, que, en
opinión de Enrique Dussel, el más ejemplar de cuánto se organizaron en Amerindia.
El autor nos presenta su opinión respecto al choque de mundos entre el hombre
prehistórico, altamente culto y arcaico que era el inca y el hombre europeo hispánico,
aventurero, dominador del hierro. Afirmando que este enfrentamiento sería aniquilador para
una de las partes.
En lo que corresponde a la religiosidad de la civilización andina podemos encontrar
una figura central que representa a la divinidad principal. Se trata del "Esplendor
originario", "el Maestro del mundo", Illa-Ticsi Huiracocha Pachayachachic o
Pachacámac. Este Dios de los incas es fruto de una evolución bajo la forma de sincretismo,
se trata pues de una civilización de alto sincretismo.
Existe una distinción entre la religiosidad de los incas de la élite y la del pueblo. Se
habla de una caída progresiva de lo sagrado. Es en este proceso cuando aparece el culto al
sol. El sol sagrado se conoce como "Inti". El jefe solar monárquico y mágico es, en una
sociedad jerarquizada, la encarnación del ideal del cazador primitivo, una civilización
masculina. Los incas tenían también un culto a la luna y a la Tierra Madre, "Quilla" y
"Pachamama". Esta devoción es más propia de los pueblos sedentarios que tenían una
estructura y una teología femenina matriarcal. Se trata de una combinación (sincretismo)
entre las religiones uránicas y las religiones knóticas.
Finalmente es importante comentar que estas culturas no pudieron dialogar con los
españoles en cuanto a la vivencia de su religiosidad, debido a que éstos no habían aún
racionalizado su mundo mítico, en cambio, los invasores poseían una estructura mental
distinta, lo que se conoce como el discurso teológico.
Enrique Dussel lo que ha intentado exponer en esta parte de su obra es dar a conocer
el contexto en el cual se dio la evangelización del “nuevo mundo”, de modo que la iglesia
en América pueda comprender sus raíces prehistóricas.

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