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Recursos Naturales
Recursos Naturales
RESUMEN:
El autor aborda desde una perspectiva teórica la gestión de los recursos naturales
como factor de desarrollo, fijándose en las repercusiones que estos espacios naturales
protegidos tienen en la industria turística, por haber tomado vital importancia
socieconómica, en las últimas décadas en ellos.
ABSTRACT:
The author approaches from a theoretical perspective the administration of the
natural resources as development factor, noticing the repercussions that these protected
natural spaces have in the tourist industry, to have taken vital importance in the last
decades in them.
Las múltiples razones que explican este auge actual pueden agruparse
básicamente en dos grandes conjuntos:
a) Por un lado, lo que algunos autores han denominado el desarrollo del paradigma
eco (Vera Rebollo et al., 1997) y la creciente preocupación ambiental, aspecto que
Decir que este reciente auge de productos de naturaleza no puede ser ajena a la
evolución de la propia industria turística, que al igual que otras muchas ha asumido y
mercantilizado los paradigmas ecológicos en boga.
Así, cualquier actividad turística que requiera la transformación dura del espacio o
la creación de instalaciones y de determinados elementos mecánicos no sólo como apoyo
a la estancia (alojamientos, sistema de transporte, etc.), sino como factor indispensable
para la práctica, puede realizarse en la naturaleza, pero en ningún caso es motivada por
ésta de forma directa, por lo que no podrá considerarse de naturaleza (Barrado, 1999).
Sin embargo, en los últimos tiempos se están consolidando otras prácticas que
bajo denominaciones como ecoturismo, turismo verde, ecológico, de aventura, etc.,
plantean formas de relación alternativas con los recursos naturales, por lo que sí podrían
considerarse verdaderas actividades de naturaleza. Se trata de nuevos modelos turísticos
en los que el medio forma parte intensa de la experiencia recreativa como fin en sí
mismo, y que establecen, al menos en teoría, relaciones sostenibles tanto con lo recursos
como con las sociedades de acogida. Básicamente, este tipo de prácticas se puede dividir
a su vez en dos grandes subconjuntos: el ecoturismo y el turismo deportivo y de
aventuras.
2) Además, no sólo es que el uso deba realizarse de manera controlada con el fin de
no degradar los recursos, sino que la propia actividad turística debe convertirse en
garante de su mantenimiento, generando beneficios que en parte puedan
reinvertirse en conservación, y que permitan la supervivencia de las sociedades
locales que tradicionalmente han sido los gestores de esos espacios.
A) Actividades terrestres:
Senderismo y trekking. Puenting/salto benjuí.
Rutas a caballo, mula y burro. Cicloturismo.
Escalada y rappel. Mushing.
Espeleología. Recorridos en raqueta de nieve.
Rutas en bicicleta de montaña. Puente malayo, tirolinas.
Educación e interpretación Recorridos en carro.
ambiental. Observación de la naturaleza.
Snowboard.
Esquí (de fondo, montaña, travesía, alpino, telemark, acrobático).
Rutas en todo terreno/4x4/motos de campo-quads-trikes.
B) Actividades acuáticas:
Vela. Motos acuáticas.
Surf/tablismo. Hidrodeslizadores.
Windsurf. Piragüismo (kayak, canoeing,
Buceo/espeleobuceo. canotaje).
Deportes de aguas bravas/aguas blancas: rafting,hidrospeed, bus-bob.
C) Actividades aéreas:
Parapente/paramotor. Ala delta/Ícaros.
Paracaidismo. Vuelo sin motor/motoveleros/alas
Ultraligeros/autogiros. rígidas.
Globos aerostáticos.
La diferencia última entre ambos grupos es que para los ecoturistas lo importante
no es la actividad en sí misma sino el contacto con la naturaleza, mientras que otros
turistas se ven atraídos específicamente por la propia actividad y las emociones que ésta
produce, valorando mucho menos el entorno, sus características y estado. Por tanto, hay
determinadas actividades que según quién las practique y cómo las practique, podrían
considerarse o no ecoturísticas.
De este modo, hoy día se sigue manteniendo, en gran medida, una visión y una
idea de la naturaleza atractiva que procede del romanticismo y que privilegia los hitos
paisajísticos y los escenarios grandiosos, la alta montaña, los cortados rocosos, las
cumbres nevadas, espacios forestales siempre verdes, cursos fluviales, cascadas y lagos,
etc., o bien elementos de gran efectismo como volcanes, desiertos o la fauna de gran
tamaño. Por el contrario, otros espacios naturales como los humedales o el bosque
mediterráneo, por citar tan sólo dos ejemplos de ecosistemas importantes en Aragón y
toda España, están siendo reconocidos muy recientemente por el turista de naturaleza
menos especializada, a pesar de su innegable valor ecológico, ambiental y paisajístico.
De todas maneras, esta separación de espacios según los intereses del turista no
es estricta, pues como advierten muchos autores el concepto de ciclo de vida de los
destinos se puede aplicar también al turismo de naturaleza. Según esta argumentación,
los viajeros más interesados en el medio ambiente actuarían como pioneros,
descubriendo espacios valiosos e intactos cuyo conocimiento poco a poco se va
trasladando al gran público, hasta que finalmente se convierten en destinos masivos o de
gran reconocimiento, como ha sucedido por ejemplo con Doñana a nivel europeo, o con
algunos ecodestinos muy lejanos y remotos desde los principales núcleos emisores, caso
de las selvas tropicales.
Pero quizá una de las variables más importantes para explicar la diferencia de uso
turístico entre espacios que incluso pueden ser muy similares, no estriba tanto en los
Pero el espacio natural no atrae turistas sólo por los elementos y recursos
objetivos que posea (clima, agua, vegetación, pendientes, etc.) y que permiten una serie
de actividades, sino también por la imagen que de él se transmite por múltiples cauces.
De hecho, en los últimos tiempos, y en un contexto de continua revalorización de lo
ecológico, se está produciendo, a través de la actividad y la publicidad turística, un
proceso de idealización de la naturaleza.
Complejas ambas preguntas, las respuestas pasan por apostar decididamente por
el trabajo de los diferentes agentes involucrados en la sinergia turismo-medio ambiente.
Es más, existen amplios ejemplos, que demuestran que la industria turística del futuro
pasa por la calidad en el servicio, adoptando criterios de sostenibilidad ambiental. Resulta
necesario demostrar y aplicar una actitud positiva hacia las exigencias ambientales de esa
demanda externa, que nos ayude entre otras cuestiones, a desestacionalizar nuestra
concentrada actividad turística.
Paralelamente, señalar que las formas de turismo más implicadas con los recursos
naturales (ecoturismo, turismo rural, turismo de aventura, etc.) no constituyen una oferta
lo suficientemente organizada y unificada con unos criterios mínimos de calidad operativa
y de servicio. Este es el gran problema que mantiene a estos productos distantes de las
grandes redes de distribución.
5. BIBLIOGRAFÍA.
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BARRADO, D. y CALABUIG, J: Geografía mundial del turismo. Síntesis, Madrid, pp. 123-
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