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1) Notoriamente nos adentramos en esta clase a la perspectiva humanista del conocimiento.

En
conceptos desarrollados por Follari, el centro de atención ya no está puesto en un pretendido
objetivismo, que soslaya la dimensión normativa de todo discurso, en particular, en las ciencias
sociales. Continúa esta visión Sánchez Ruiz, en la puesta en atención sobre la existencia de campos
sociales que dan sentido a la elección de objeto de conocimiento. Invita a reconocer la importancia
de la reflexión teórica (desatendida por el empirismo puro), sin perder de vista, en sus términos, el
pragmatismo utópico. Se agrega la observación de Follari de que el objeto se modifica con la
subjetividad de los que lo estudian.
Agrega a mi gusto, Martín Barbero, una homología, al señalar la consideración de que la idea de
sociedad tiene en la elección de políticas. Así también la idea de objeto de estudio es orientadora de
las acciones de investigación. Siguiendo el artículo de Martínez Miguelez, otro aspecto a colacionar
es la observación que el objeto de estudio no existe como tal, si no que se construye en un contexto
específico que hay que interpretar.
Retomando a Follari, hay en las ciencias sociales, en particular en Latinoamérica, una cuestión
valorativa (ideológica) en extremo presente que además de condimentar la construcción – elección
de objeto de estudio, conlleva consecuencias cognitivas en investigación (constitución de la
conciencia del cientista, y de sus correlativos patterns de análisis en conjunto con la probable
anarquía epsitemológica consecuente). Despejan estos pensamientos la idea del ascetismo del
científico positivista, sin perder de vista, como el autor señala, que la opción por el cualitativismo
acrítico (¿de ghetto?) da simiente a la demagogia del sentido común.
En paralelo, las ideas de Champagne al insistir en que lo que se comunica se selecciona. Entonces,
lo que se estudia se selecciona, se recorta en un modo que da cuenta de pertenencia a un grupo
social. El riesgo de estigmatización no sería privativo de los fenómenos de clase, si no también de la
acción de los científicos.
Otro aspecto de la visión humanista la presenta Martínez Miguelez al señalar que, desde la
etnometodología y el IS, importan los significados, más que las leyes. Prima la consideración hacia
las preguntas qué y cómo (agrego el para qué) más que los por qué.
2) Retomando mi definición de comunicación, encuentro mi postura en las consideraciones
humanistas: la observación de la responsabilidad existencial de la comunicación conlleva a pensar a
las personas en comunicación en su contexto específico, en cómo lo que comunican los define a la
vez que lo que comunican está definido por lo que cada uno puede interpretar como ser social.
3) Mi práctica profesional y la idea de llevar conmigo un “tacho de basura” intelectual, donde tirar
todo lo que sé para relacionarme con lo que está siendo. Ejercer como psicólogo clínico, y enseñar a
futuros colegas, conlleva una experiencia de formación como terapeuta, de constante revisión
epistemológica y ética. De espíritu crítico constante.

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