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La demanda es incondicional.

Se demanda cualquier cosa, no hay una condición puntual de


algo que se demande. Se demanda amor, en el nombre de la demanda de amor se manda todo
el tiempo cualquier cosa.
El deseo es condición absoluta: no se desea cualquier cosa, se desea determinadas cosas,
determinados objetos, situaciones. El deseo es condicional, a diferencia de la demanda que es
incondicional.
En relación a la demanda está la demanda al otro (pulsión anal) demande de otro (pulsión
oral).
Uno de los caminos en cuanto a la función del analista: es separar la demanda del deseo,
desujetar, dejuntar, en el sentido de poder formularle al paciente esta diferencia, plantearle
que es demanda (del otro) y que es deseo (que también es del otro pero es diferente).
El deseo debería estar más allá de la demanda.

La neurosis transita entre la demanda y el deseo. Hay todo un interjuego entre demanda y
deseo que es por donde transita la demanda y el deseo.

El “che vuoi?” está entre líneas en el grafo del deseo: parte del otro y termina en el matema
del fantasma. El fantasma tapona, con el fantasma se responde la pregunta por la falta del
Otro. El fantasma como respuesta al soporte del deseo.

Lacan toma de Winnicott el objeto transicional. Trabaja como un objeto material de manera
parcial. Es el primer objeto material de separación del otro: objeto vinculado al deseo que
determina una separación de la demanda del Otro.

Preguntas que van a surgir del otro: ¿Qué deseo? ¿Qué quieres?/¿Qué me quieres? El analista
le devuelve esta última pregunta.

Si se pregunta ¿Qué deseo? es demanda, en cambio, si se “arropa” es deseo.

El deseo es el deseo del otro, porque viene de forma invertida en una pregunta.

La primera vía para ver qué deseo es ver que desea el otro. No hay un deseo individual. ¿Qué
es lo que el otro desea en mí? Vuelve en forma invertida el mensaje del Otro, es por esto que
no hay deseo individual. Cuando se pregunta por el deseo propio, se pregunta por el deseo del
Otro: no hay analista si no hay alguien que quiere analizarse.

Cuando aparece la pregunta “Che vuoi?” es una pregunta muy angustiante. No hay forma de
saber que soy para el deseo del otro. Frente al deseo del Otro, el sujeto se encuentra en un
absoluto desamparo. El fantasma obtura/tapona y permite armar un relato frente a este
desamparo. Es por eso que mantiene/sostiene al deseo. (es por eso que está entre dos cadena)

Para ver que se desea, hay que hacer una pregunta por el Otro. Hay que hacer una “vuelta”
por el Otro para ver qué le pasa a uno. Porque le concierne a uno.
Es ayudar al paciente que se acerque a la posición deseante, no al deseo.
Hay un orden simbólico que funciona como A mayúscula.

No es “YO deseo” = Si no que es “SE desea”.

¿Desde dónde se desea aquello que se desea? Uno supone lo que desea, pero el sujeto nunca
va a encontrar el lugar de lo que se desea, porque está vinculado con el Otro. Por eso el deseo
es opaco. Como sujeto no se sabe desde dónde se desea.

Esa pregunta que recibe el sujeto cómo respuesta, encamina a la posición deseante. Va a ir
orientando hacia lo que el sujeto quiere y no quiere. ¿Qué quieres tú, Otro de mí? = Otro de
mí. Como el deseo del sujeto es deseo del Otro, es en tanto que Otro como yo deseo, es ahí
cuando el sujeto se ubica como objeto del deseo del Otro (que el Otro me desee a mí). Todo
esto siempre articulandose a la demanda. Es por esto que una de las funciones del analista es
correr el deseo del sujeto de la demanda y del fantasma.

Se desea desde la otredad, por lo tanto uno no reconoce su propio deseo.

¿Qué quiere el otro de mí? Uno pasa siempre por el Otro.

Mi deseo pasa por el deseo del Otro y a la vez ¿Qué soy para el Otro? ¿Qué lugar ocupo para
el otro como objeto?
El analizante lo ubique al analista como analizante, porque lo que se espera que el objeto de
deseo del analista es el analizante: como sujeto deseante y como objeto de deseo (polos de la
verdadera posición del analista).

El concepto de YO opaca el deseo. La subversión del sujeto opaca la dialéctica del sujeto.

Lo único que uno traiciona es traicionar el deseo.

Clase 18/11/2020

Posición del inconsciente (Lacan - Escritos 1): El inconsciente es lo que decimos.


Bidimensional de la profundidad del inconsciente.

“Tendrían con ello la prima de poder utilizar el término freudiano de sobredeterminación de


otro modo que para su uso de pirueta (de chiste). El rasgo que gobierna la relación de función
es la articulación circular pero no recíproca en la relación entre el sujeto y el Otro”: Entre el
sujeto y el Otro hay una relación circular pero no recíproca. No hay una cosa que determina
sola, si no que hay múltiples determinaciones de las que Freud da cuenta. A la
sobredeterminación de Freud le da el sentido de que hay una relación circular entre el sujeto y
el Otro. uno determina al otro. No recíproca quiere decir que si el sujeto le da algo al Otro, el
Otro no le va a devolver lo mismo.

Cierre y entrada: inconsciente. El incc se abre y se cierra. Cuando uno quiere entrar, el
inconsciente se cierra.

Alienación entre S1 y S2. El Otro es la dimensión exigida por el hecho de la dimensión de la


verdad. El otro desprovisto de cuerpo, no hay un Otro corporal. La palabra que se afirma en
la verdad.
El inconsciente se encuentra entre el sujeto y el Otro.

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