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podcast

EL PROBLEMA DE MIS LIBROS


PROBLEM MOJIH KNJIGA
 
 
Hola, chicos, ¿qué tal?
Zdravo momci, kako ste?
Aquí estamos, una semana más, en un nuevo episodio de
nuestro podcast para aprender español. 
Evo nas, još nedelju dana, u novoj epizodi našeg
podcasta da naučimo španski.
Bueno, la semana pasada no hubo ningún episodio nuevo
ni tampoco ningún vídeo nuevo en YouTube. 
Pa, prošle sedmice nije bilo novih epizoda niti novih videa
na YouTubeu.
No tuve tiempo porque he estado muy liado terminando
un nuevo curso (Repaso 4) que, por cierto, ya está casi
casi listo. Dentro de unos días mandaré más información
en nuestra NEWSLETTER, ¿de acuerdo? 
Nisam imao vremena jer sam bio veoma zauzet
završavajući novi kurs (Recenzija 4) koji je, inače, skoro
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spreman. Za nekoliko dana poslat ću više informacija u


naš BILTEN, u redu?
Por el momento, lo único que os puedo decir es que estoy
supercontento de Repaso 4. Yo creo que es el mejor
curso de Repaso que he hecho hasta ahora. Ya os
mandaré información, como digo, en nuestra
NEWSLETTER. 
U ovom trenutku, sve što mogu da vam kažem je da sam
super zadovoljan Recenzijom 4. Mislim da je to najbolji
kurs Recenzije koji sam do sada radio. Informaciju ću vam
slati, kao što sam rekao, u našem biltenu.
Si estáis interesados en hacer este curso, y sé que
muchos estáis esperando que ( subjuntivo) lo termine,
pues ya falta muy poco. Un poco más de paciencia. Abrid
las próximas NEWSLETTERS porque ahí os mandaré
información sobre cuándo estará abierto. ¿Vale?
Ako ste zainteresovani da uradite ovaj kurs, a znam da
mnogi od vas čekaju (subjunktiv) da ga završe, jer je
ostalo jako malo. Još malo strpljenja. Otvorite sljedeće
NEWSLETTERE jer ću vam tamo poslati informaciju kada
će biti otvoren. ok?
Bueno, pero hoy yo de lo que quería hablar era de libros.
De libros para aprender español. Más concretamente, de
mis libros para aprender español. 
Pa, ono o čemu sam danas htela da pričam su knjige. O
knjigama za učenje španskog. Tačnije, iz mojih knjiga da
naučim španski.
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Ya, ya me imagino lo que muchos estarán pensando.


“¡Ajá! ¡Juan quiere hacer publicidad de sus libros!”
Sada, mogu zamisliti šta mnogi misle. „AHA! Huan želi da
reklamira svoje knjige!"
Bueno, sí, es verdad, un poco… 
Pa da, istina je, malo...
Pero tengo derecho, ¿no? Tengo derecho a hablar de mis
libros y hacer publicidad de ellos, ¿no? Para eso los he
escrito y para eso los vendo. 
Ali ja imam pravo, zar ne? Imam pravo da pričam o svojim
knjigama i da ih reklamiram, zar ne? Zato sam ih napisao i
zbog toga ih prodajem.
Hay mucha gente que todavía no sabe que he escrito
varios libros para aprender español. ¿Cómo es posible?
¿Cómo es posible que (subjuntivo) haya todavía gente
que no (subjuntivo) conozca mis libros para estudiantes
de español?
Son unos libros fantásticos, con historias interesantes, a
veces divertidas, a veces tristes, y con un lenguaje, un
vocabulario y una gramática adaptada a estudiantes de
español. Son unos libros con los que, no solo vas a pasar
un buen rato entretenido, sino que, además, vas a repasar
vocabulario y gramática clave, fundamental, del español. 
Y lo vas a hacer de una forma que, bueno, que casi ni te
vas a dar cuenta porque, como estás entretenido con la
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historia, como estás metido en la historia intentando saber


qué va a pasar después, pues, estás leyendo y leyendo y
leyendo, absorbiendo el vocabulario y la gramática casi
sin darte cuenta, ¿no? 
De eso se trata con estas historias que yo escribo. Yo lo
que quiero es que el lector, que normalmente es un
estudiante de español, pues que se sienta inmerso dentro
de la historia, que se olvide un poco de que en realidad se
trata de un libro para aprender español. 
Porque, hombre, en clase y en los cursos que hacéis con
profesores de español, pues ya hacéis bastantes
ejercicios de gramática, ¿no? ¡No hace falta hacer más
ejercicios!
Por eso, cuando me puse a escribir estos libros, estas
historias, pues yo no quería hacer de nuevo más
ejercicios de gramática, más ejercicios de los pasados, de
preposiciones, de pronombres, del subjuntivo… No, por
dios, qué aburrimiento, ¿no? 
Yo pienso que ya hacemos bastantes (demasiados, diría
yo) ejercicios de ese tipo en las clases y en los cursos de
español, ¿no?
Lo que yo quería con estos libros, lo que quiero hacer con
estos libros, es poner junto ese vocabulario y esa
gramática fundamental del español, ese vocabulario y
gramática clave para tener un buen nivel de español, y
escribir historias divertidas, interesantes para aprender en
contexto. 
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O sea, poner junto todo eso que se aprende en clase (los


adjetivos, los adverbios, los tiempos verbales, los
pronombres relativos…) para construir historias amenas,
interesantes, que hagan que el lector se meta en la
historia y se olvide de que en realidad está leyendo un
libro para aprender español. 
Y, bueno, por eso, mi preocupación cuando escribo estas
historias, no es sólo la gramática y el vocabulario que uso,
sino también la historia, el argumento, lo que sucede, las
aventuras que viven los personajes del libro, las cosas
que les pasan, los problemas que tienen que resolver… 
Y tengo que decir que ese objetivo lo he cumplido porque
la gente que lee mis libros, cuando los comenta o cuando
escribe una crítica de ellos, habla, no tanto de la
gramática ni del vocabulario del libro, sino de la historia,
de lo que les pasa a los personajes, de las cosas que
ocurren en el libro; de si les parece interesante, si se han
reído al leerla; de si los personajes están bien definidos, si
lo que pasa es realista o no; si ellos se sienten
identificados con alguno de los personajes o con lo que
pasa en la historia… 
En fin, que se ve, se ve muy claramente por lo que dicen,
por los comentarios que escriben, que los lectores de mis
libros se meten tanto en la historia que se olvidan de que
se trata de un libro para aprender español, que es, en el
fondo, lo que yo quería. Yo lo que quiero es que el lector
se olvide de que está leyendo un libro escrito para
aprender español y que se sumerja en la historia. 
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Y eso es algo que me da mucha satisfacción, la verdad.


Porque, veréis, cuando yo estudiaba italiano, por ejemplo,
buscaba libros para leer, buscaba este tipo de lecturas
graduadas, adaptadas para estudiantes y, sinceramente,
era muy difícil encontrar historias que fueran
mínimamente interesantes. La inmensa mayoría contaban
historias terriblemente aburridas. Recuerdo que a veces
era verdaderamente una tortura leer esos libros. Al final lo
que pasaba es que muy a menudo me aburría tanto que
terminaba por dejar de leer el libro. 
Y por eso yo, luego, como profesor, lo que quería era
escribir libros diferentes; historias que fuesen divertidas o
que tuvieran algo de misterio y un poco de intriga; o que
hablaran de temas interesantes, aunque fuesen temas
duros y difíciles de tratar como la inmigración, los
estereotipos y los prejuicios hacia otras personas, el
maltrato psicológico dentro de la familia... 
En resumidas cuentas, lo que yo quería era que el lector
tuviera ganas de continuar leyendo. Y por eso intento
siempre contar historias que en un modo o en otro
atrapen al lector.
Y eso, en fin, me parece que lo he conseguido porque,
como digo, la gente que comenta mis libros habla sobre
todo de la historia, de lo que pasa en la historia, de cómo
son los personajes, de las cosas que suceden en el libro,
y no tanto de la gramática o del vocabulario. Lo que, como
digo, me encanta porque ese era mi objetivo cuando
empecé a escribir estos libros.  
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Desde ese punto de vista puedo decir, por tanto:  MISIÓN


CUMPLIDA.
El problema… Hay un problema. 
Veréis, a veces, lo que veo es que muchas personas…
Bueno, en realidad no muchas personas. Algunas,
algunas personas no interpretan bien las historias que yo
escribo o, al menos, no las interpretan en el sentido con el
que yo las he escrito. Y eso, sinceramente, me irrita, me
causa mucha irritación, me molesta, me enfada, me pone
un poco de los nervios.
Y...
Bueno, a veces me pregunto si quizás el problema es que
yo no he escrito bien la historia; tal vez el problema es
que cuento las historias de forma poco clara y confusa.
No lo sé. 
Por ejemplo, uno de los primeros libros que escribí se
llama LA PROFE DE ESPAÑOL.  Es un libro para un nivel
preintermedio y me gusta mucho porque es una historia
corta, sencilla, con un montón de diálogos y los diálogos
están muy bien para que los estudiantes vean cuáles son
las expresiones que usan los españoles en la vida
cotidiana, en la vida real, cuando hablan entre ellos. 
Las descripciones y las narraciones de los hechos están
bien, pero si tú quieres aprender cómo habla la gente, qué
expresiones usan, como interactúan unos con otros,
entonces lo mejor son los diálogos. Y este libro, la profe
de español, pues está lleno de diálogos. 
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Es la historia de una profesora de español que se llama


María. Y es, bueno, un libro que tiene un elemento de
misterio, de intriga. Resulta que esta profesora un día
desaparece, deja de ir a la escuela donde enseña
español. Obviamente, sus estudiantes, sus compañeros
de trabajo y el director de la escuela se preguntan dónde
está y qué le ha pasado. Ese es el misterio que hay que
resolver ¿Dónde está María, la profe de español? ¿Qué le
ha pasado?
Lo que sucede es que yo, para hacerlo más interesante,
en lugar de decir claramente, de forma expresa, qué le ha
pasado a la profe de español, escribí la historia y los
diálogos del libro de forma que sea el lector el que tenga
que resolver el misterio deduciendo lo que pasa en la
historia y lo que dicen los personajes. 
No sé si me explico. Es decir, en lugar de decir al final del
libro: Esto es lo que ha pasado. María está aquí. A María
le ha pasado esto y esto y esto por esto, por esto y por
esto. En lugar de dar la solución al misterio de dónde está
María de forma expresa, mi intención era que fuese el
lector mismo el que descubriera dónde está y que llegara
él solo a la conclusión de qué le ha pasado a esta chica y
por qué.
Desde este punto de vista, el libro es un desastre. ¡ja, ja,
ja!
Como veis, soy totalmente sincero y honesto. 
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¿Por qué digo esto? ¿Por qué digo que es un desastre el


libro?  ¡Ja, ja, ja! 
Bueno es que algunas personas, bastantes personas la
verdad, muchas más de las que yo me esperaba, han
escrito comentarios diciendo que la historia termina de
forma abrupta, repentina; que no hay ningún final, dicen;
que el final no se entiende, que no se sabe dónde está
María; que, según ellos, no se aclara el misterio al final
del libro. 
Y se sienten frustrados. Dicen, “Pero bueno, llevo un
montón de tiempo leyendo este libro, queriendo saber qué
demonios le ha pasado a esta profesora, y al final resulta
que no se sabe dónde está! ¡Qué tomadura de pelo! Esto
es una tomadura de pelo!”
O sea, piensan, estas personas piensan que les estoy
tomando el pelo a los lectores porque al final del libro no
se resuelve el misterio de qué le ha pasado a María. 
Recuerdo el caso de alguien que escribió un comentario
diciendo que quizás había recibido una copia mala del
libro, que seguramente había algún error de impresión y
que probablemente le habían enviado una copia
equivocada del libro porque la historia parecía terminar de
repente, de forma abrupta, y que aquello no tenía ningún
sentido… Que el final del libro era absurdo. 
Algunos lectores incluso me han escrito por correo
electrónico para preguntarme dónde estaba María, la
profe de español, que no habían entendido el final… 
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En fin, esto, chicos, tengo que decir que me decepciona


un poco. Pienso que quizás no fui lo bastante claro al
escribir la historia. Yo pensaba que sí, pero parece obvio
que no. 
Vamos a ver, no quiero ahora aquí “destripar”  el libro, es
decir, contar toda la historia, todo lo que sucede….
Seguramente hay muchos de vosotros que todavía no la
habéis leído y no hay nada peor que que alguien te
cuente una película antes de verla o que te cuenten el
final de un libro antes de leerlo. 
Pero sí que quería aclarar algo. 
Vamos a ver… 
La profe de español es una crítica al modo en el que a
veces se enseñan los idiomas en las escuelas, o, al
menos, en algunas escuelas. Lo que cuento en este libro
está basado en mi propia experiencia personal y en
algunas cosas que he visto o que me han pasado a mí
mismo. Obviamente, se trata de una historia inventada,
con unos personajes de ficción, pero en el fondo hay una
crítica, hecha de forma irónica, con sentido del humor,
hacia un tipo de enseñanza tradicional de los idiomas.
Yo no sé si esto lo ven las personas que leen el libro. Por
algunos comentarios que he leído, me parece que no. 
Pero está todo ahí, en los diálogos entre los profesores
del libro, en las cosas tan absurdas que pasan en esa
escuela. 
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No quiero entrar en muchos detalles para no desvelar la


historia del libro, para no “destriparlo”, para no resolver el
misterio, pero… 
En los diálogos entre los profesores de la escuela vemos
que hablan muy mal de María, la profe de español. Ellos
piensan que enseña de una forma estúpida porque usa
muchos juegos y actividades lúdicas, porque cuenta
historias en sus clases… Algunos de estos profesores
incluso la critican por la ropa que lleva: dicen que lleva las
faldas demasiado cortas, por ejemplo. Y la acusan de ser
demasiado “amistosa” con sus estudiantes. 
También vemos que en esta escuela los profesores
cobran muy poco, ganan muy poco dinero, y que el
director mismo de la escuela, el propietario, piensa que
cualquiera, por el simple hecho de ser nativo, puede
enseñar español. De hecho, para sustituir a María
mientras ella está ausente pone a dar clase de español al
recepcionista, al señor que trabaja en la recepción. Según
el director de la escuela, para enseñar español vale
cualquiera. 
En fin… No sé si está claro a partir de esto que se trata de
una crítica a cómo se enseñan a veces los idiomas en
algunas escuelas y a cómo se percibe la profesión de
enseñante de español. 
Este tipo de mentalidad yo la he visto a menudo en mucha
gente, tanto dentro como fuera de la profesión. Hay gente
que me ha dicho “Ah, ¿tú enseñas español? Eso es muy
fácil, ¿no?” porque para estas personas enseñar español
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es algo que lo puede hacer prácticamente cualquiera,


incluso una persona sin formación, sin haberse preparado
para hacerlo. Cualquiera lo puede hacer. 
Y esta mentalidad, sorprendentemente, no solo la he
encontrado en gente ajena a la enseñanza, sino, incluso,
también entre los profesores y la gente relacionada con el
mundo de los idiomas. Es sorprendente, pero es así. 
Por supuesto, hay escuelas y profesores de español
fantásticos, muy profesionales y que hacen un trabajo
genial. No estoy diciendo que todos los profesores ni que
todas las escuelas sean así, pero con este libro yo quería
hacer una crítica a un cierto tipo de escuelas y de
profesores. 
Sin embargo, en lugar de expresar esta crítica de una
forma directa, de forma expresa, pues en este libro, en La
profe de español, hago esta crítica de forma indirecta, a
través de los diálogos entre los personajes, a través de lo
que pasa en la historia. 
Pero me he dado cuenta de que mucha gente no lo
entiende. No sé si he sido demasiado indirecto… Quizás
me he pasado, como suele decirse, quizás me he pasado
tres pueblos; quizás debería haber sido un poco más
claro; tal vez he sido demasiado críptico y la crítica que he
hecho está tan oculta, tan escondida, que nadie la ve. 
Puede ser, puede ser…
Lo mismo pasa con el final del libro. Mucha gente, como
he dicho antes, me dice que no entiende qué pasa al final,
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que el libro termina y no se sabe qué demonios le ha


pasado a esta mujer, a María, la profe de español. 
Bueno, de nuevo, quizás he sido demasiado críptico al
contar la historia, no lo sé, pero la solución al misterio de
dónde está María se encuentra en el libro, por supuesto
que se encuentra en el libro. Más concretamente, hacia la
mitad. Vamos, quiero decir,  es que ni siquiera es
necesario llegar hasta el final para descubrir qué le ha
pasado a la profe de español y por qué ha
desaparecido… 
En fin, yo no quiero descubrir ahora el misterio aquí…
Supongo, ya digo, que muchos de vosotros todavía no
habéis leído este libro, pero… 
Vamos a ver, vamos a ver… 
O sea, en la historia tenemos a esta profesora que usa un
montón de actividades lúdicas en clase, que hace juegos,
cuenta historias, es divertida, está siempre buscando la
forma de innovar su forma de enseñar... Además,
sabemos que se lleva muy bien con sus estudiantes, que
los chicos la adoran, que la echan de menos...
Por otro lado, tenemos una escuela muy mal organizada,
con un director que paga muy poco a los profesores y que
piensa que cualquiera, por el simple hecho de ser nativo,
puede dar clase de español… Y luego están sus
compañeros, los otros profesores de español, que la
desprecian y se burlan de ella porque usa actividades
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lúdicas en clase y que la critican por llevar la falda muy


corta… 
En fin… ¿Alguien puede pensar que María está muy
contenta trabajando en esta escuela? Yo creo que no…
Hacia la mitad del libro nos enteramos de que María ha
recibido una oferta de trabajo de una universidad inglesa
para dar clase de español en Inglaterra…
Sinceramente, ¿no está claro dónde está María? ¿No
está claro qué le ha pasado a esta mujer? ¿No está claro
lo que ha hecho? 
Yo pensaba que estaba bastante claro… 
No sé, a mí me gustan este tipo de historias donde se
muestran las cosas sin llegar realmente a decirlas
directamente. ¿Es necesario que sea más claro? ¿Tengo
que decir de forma explícita qué le ha pasado a esta
profesora de español?
En fin, no sé… Si alguien lee el libro y todavía tiene dudas
de qué le ha pasado a esta chica y por qué ha dejado de
ir a esa escuela, pues que se ponga en contacto conmigo;
que me escriba un email y yo le daré la respuesta
personalmente. 
Quizás el problema puede ser que al leer en otro idioma
es mucho más difícil entender la historia. Puede ser. En
ese caso, quizás debería escribir historias mucho más
obvias, diciéndolo todo de forma explícita y evidente. Que
no haya lugar a la duda. 
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Pero es que, como digo, a mí me gusta la técnica de decir


las cosas sin llegar realmente a decirlas. Me gusta
enseñar, mostrar, sin llegar a decirlo todo de forma
explícita, para que sea el lector el que llegue por sí mismo
a la conclusión. Que el lector interprete los hechos de la
historia y deduzca lo que ha pasado. 
A mí me parece que leer un libro es una experiencia
mucho más interesante cuando las historias nos
transmiten emociones, sentimientos; cuando nos hacen
pensar, reflexionar… 
Leer un libro en el que la información se presenta de
forma expresa, clara, directa, obvia, sin lugar a dudas, sin
espacio para la interpretación, es como leer el manual de
una lavadora o las instrucciones para construir una mesa
de IKEA o los ingredientes de la pizza. 
No hay emoción, no hay dudas, no hay sentimientos. En
ese tipo de textos se hace una presentación clínica de la
información.
Pero yo no quiero escribir ese tipo de libros. Yo quiero
que el lector de mis historias piense, dude, tenga
emociones, se divierta o se ponga triste… 
Me interesa provocar todo tipo de emociones en el lector.
Excepto el aburrimiento, claro. El aburrimiento es la única
emoción que no tengo ningún deseo de provocar en el
lector. 
Pero este tipo de problemas los he tenido con otros libros
también. 
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De ¿Me voy o me quedo?, por ejemplo, que es un libro


contra los estereotipos, una historia que escribí con el
objetivo de luchar contra los estereotipos que todos
(todos) tenemos, pues algunas personas me han dicho
que es un libro ofensivo. Que ofende a los ingleses y a los
españoles. O sea, todo lo contrario de lo que yo buscaba
con el libro. 
Obviamente, se trata, otra vez, de una historia en la que
uso mucho la ironía, el sentido del humor, y cuento las
cosas de forma indirecta, pero bastante obvia, creo, para
atacar los prejuicios y los estereotipos que todos tenemos:
los españoles sobre los ingleses, los ingleses sobre los
españoles, los españoles del norte sobre los españoles
del sur, los españoles del sur sobre los españoles del
norte… En fin, no se escapa nadie. 
Pero en lugar de decir esto de forma directa y explícita, lo
muestro a través de los diálogos entre los personajes para
que el lector vea, como en un espejo, cómo somos, cómo
nos comportamos todos a la hora de juzgar a personas de
otros países o de otras culturas… 
Pues, bueno, yo pensaba que estaba claro, pero no…
Algunas personas, bastantes personas tengo que decir,
más de las que yo esperaba, me han dicho que es un libro
ofensivo, que es un libro lleno de estereotipos y que yo
tengo una mentalidad muy estrecha. 
Yo, sinceramente, no sé si soy yo el que debería ser más
claro a la hora de escribir mis historias… 
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Quizás sea ese el problema; tal vez yo digo las cosas de


forma tan oculta y tan críptica que nadie entiende, que
nadie se entera de lo que realmente quiero decir.
O quizás el problema sea que al leer en otro idioma no se
entiende bien todo lo que digo y hay muchas cosas que
no se interpretan correctamente…
En fin, todo esto hace que en el futuro, los próximos
libros, las próximas historias que escriba probablemente
sean un poco diferentes. 
Ahora, por ejemplo, presto más atención a lo que digo, a
cómo se puede interpretar la frase que dice un personaje
o una escena en particular… 
De hecho, para mi próximo libro hay algunas escenas que
quiero cambiar antes de publicarlo porque tengo miedo de
que se puedan interpretar mal y ofender a algunas
personas…
Total que, bueno, sí, yo voy a seguir publicando historias
para estudiantes de español, lecturas graduadas, porque
creo que leer este tipo de libros ayuda enormemente a
aprender un idioma. 
Lo creo totalmente. 
Es solo que a veces me sorprende la interpretación que
hacen algunos lectores de mis historias y me crea un
poco de ansiedad, de estrés, porque yo no quiero ofender
a nadie ni causar malestar a ningún lector de mis libros.
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Nada más lejos de mi intención que hacer sentir mal a


nadie. 
Es solo que, bueno, para crear historias que sean
interesantes y provocar algún tipo de emoción en el lector,
bueno, hay que hablar de temas que pueden resultar a
veces controvertidos o incluso duros, pero… 
En fin, a mí me parece que son temas interesantes, pero
trataré en el futuro de tener más cuidado con el tipo de
historias que cuento e intentaré ser un poco más claro
para no causar este tipo de problemas.
Nada más lejos de mi intención, como digo, ofender o
molestar a nadie con mis historias. Todo lo contrario. Lo
único que busco es hacer pasar un rato agradable a la
gente que lee mis libros y me sabe mal que algunos
lectores se puedan sentir molestos por lo que escribo. 
Decidme en los comentarios, por favor, si habéis leído mis
libros, cuál es vuestro libro favorito, de los míos, y por
qué. Así tengo una idea más clara del tipo de historias
que gustan a mis lectores y qué tipo de libros escribir en
el futuro. 
Un abrazo y nos vemos... No, no nos vemos, nos
escuchamos, la próxima semana, aquí, en Español con
Juan.
 
¡Hasta pronto!
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