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El caso T:
1-Constelación Familiar.
2-Exposición del caso.
3-Historia evolutiva.
4-Planteamiento de la evaluación
1- Constelación familiar
-T. tiene 12 años de edad. Es el segundo hijo de una familia compuesto por padre
de 43 años, madre de 40, hermana de 14 años y un hermano de 7 años. T. está
cursando con mucha dificultad 2º de primaria. Su hermana ha tenido problemas
con las matemáticas pero está avanzando satisfactoriamente. El hermano
pequeño tuvo problemas con la adquisición de la lectura y escritura.
-El padre tiene negocio propio y la madre es funcionaria. El nivel socio-económico
de la familia es medio-alto.
-En casa, se comporta con cierto menosprecio de las reglas (le tienen que insistir
para cosas tan cotidianas como la simple ducha o recoger la mesa al acabar de
comer). Los padres adoptan una actitud de dominancia y lo castigan por no
cumplir las reglas domesticas, sin embargo T. parece haberse adaptado a tanto
castigo y lo acepta con más o menos protestas. Los padres parecen resignados a
aceptar que su hijo no tiene remedio a pesar de que lo han intentado por todos
los medios. En casa no ha presentado episodios agresivos.
-T, se agobia fácilmente en lugares donde hay mucha gente y procura evitarlos.
Cuando está nervioso, suele morderse las uñas o manos. Sus padres lo describen
como tozudo y cabezota. Otra conducta que suele aparecer es la de comer
compulsivamente. Pese a tener los alimentos bajo control, T. se las ingenia para
coger cualquier cosa comestible (“no importa la hora”) para devorarlo
inmediatamente a escondidas o fuera de la vigilancia de sus padres. Este tipo de
conducta resulta especialmente problemática dado que el niño presenta
sobrepeso. No se han presentado episodios de "pica" (ingestión de de materiales
no comestibles).
-Últimamente han aparecido conductas de retraimiento "como si estuviera
deprimido", con desinterés hacia actividades que antes le atraían (juegos
ordenador).
3- Historia evolutiva
-Nació de parto natural y tras un embarazo sin problemas de mención.
El niño se alimentó con pecho durante los primeros meses. Patrón normal comer-
dormir cada tres horas. Los padres informan que, hasta pasados los ocho o nueve
meses, al niño no parecía interesarle nada del mundo exterior, simplemente
comía y dormía. Fue ganando peso y talla siempre por encima de lo normal.
-Empieza a mantenerse de pie a partir del año y medio, dando sus primeros
pasos a los 15 meses y andar sin ayuda a los 18. Según afirman los padres,
siempre ha habido una cierta torpeza motora.
-En la adquisición del lenguaje hubo retraso significativo: sus primeras palabras
se empiezan a producir hacia los dos años (se trata de pseudopalabras) y no es
hasta los dos años y medio que empieza a pronunciar algunas palabras claras y
acompañadas, en ocasiones, de tics gestuales . Las primeras combinaciones de
palabras con sentido aparecen a partir de los tres años y siempre con algunas
dificultades. A este "retraso", no se le dio, en principio, mucha importancia y no
se valoró con el pediatra.
-Durante esta primera etapa es de destacar hacia los 2 años, unas crisis
nocturnas, durante el sueño, con temblores generalizados y conciencia alterada,
no consiguiendo “despertar” al niño que persistía con los síntomas durante
algunos minutos. Todo ello propició algún ingreso en urgencias y un primer
diagnóstico pediátrico de epilepsia. Posteriormente, las crisis fueron remitiendo
hasta desaparecer.
4- Planteamiento de la Evaluación
-La evaluación se plantea como una recogida de datos que van desde información
más general (historia evolutiva, entrevista padres, tutor...) a información más
detallada en función de las peculiaridades del caso.
-Se empezó con la aplicación del WISC-R y la Bateria Badyg. Estas dos pruebas
permiten obtener un C.I. (Cociente Intelectual) que nos da una idea de donde se
encuentra el sujeto dentro de su grupo normativo (de igual edad). Pero, lo que
realmente nos interesa, es el análisis detallado de las diferentes subpruebas, las
cuales nos aportan información muy valiosa acerca de los puntos fuertes y
débiles del sujeto. Con ello podremos trazar un plan de intervención más
personalizado.
-En el área manipulativa, las pruebas de Historietas (p.t =11, Percentil 63),
Cubos y Claves (p.t =10, Percentil 50) se mantuvieron dentro de la media
normativa. Puntuaron significativamente bajo las pruebas de Figuras incompletas
(p.t =7, Percentil 25) y sobretodo la prueba de Rompecabezas (p.t. =4, Percentil
2).
2- Área Cognitiva
3- Área
social y escolar
-Los resultados con el Tamai, confirman que la inadaptación de T. en los ámbitos
social y escolar es muy alta (Percentiles 98 y 93 respectivamente). Sin embargo
en el seno familiar se sitúa en una franja aceptable. Pese a los problemas
evidentes con su entorno, T. no parece afectado emocionalmente y su adaptación
personal, medida con este instrumento, puede considerarse como buena. La
actitud educadora de los padres, aunque mejorable, presenta unos niveles
aceptables y no hay discrepancias significativos entre padre y madre en su estilo
educativo.
T. es consciente de sus dificultades en el ámbito de relación social y les gustaría
poder cambiar la situación. Su especial forma de “razonar” ante las demandas
que impone la sociedad y un humor muy particular hacen que T. se sienta más
cómodo jugando sólo como forma de evitar conflictos.
4-Área Emocional: No hay signos de depresión ni de ansiedad relevantes. Parece aceptar sus
limitaciones. Su autoconcepto es muy bajo en el terreno físico (de su propia imagen).
(Los puntos fuertes son las habilidades o circunstancias positivas que presenta el
niño y que luego pueden ser utilizadas para potenciar las deficitarias en la
intervención psicológica)
3-No hay síntomas significativos de trastornos emocionales asociados (sólo ansiedad en situaciones de
multitud).
6- Diagnóstico
Vistos los resultados, podemos especular con la presencia de un T.D.A.H.
(Trastorno Déficit Atencional con Hiperactividad). Sin embargo, vemos que
el factor de Hiperactividad en su vertiente hipercinética no constituye uno de los
elementos centrales del problema, probablemente, debido a que el niño ya tiene
12 años (nunca antes había sido evaluado a nivel psicológico).
Sí está presente el factor de "impulsividad". La diagnosis de T.D.A.H. con
predominio del déficit de atención sería más ajustada (314.00 DS.M -IV; F90.8
CIE-10).
4º-Tratamiento farmacológico
-En el tratamiento del T.D.A.H. se utilizan con cierta regularidad los fármacos
estimulantes. En los casos más severos puede suponer un alivio de los síntomas
hipercinéticos o de atención pero no mejoran aspectos importantes como el de
las relaciones sociales. El efecto combinado del fármaco con el tratamiento
psicológico produce, normalmente, los mejores resultados que cualquiera de los
dos por separado. La inclusión de la medicación, pero, debe ser valorada por el
médico o psiquiatra.