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ASIGNATURA: DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA

TRABAJO

Estimado (a) estudiante, por favor realice las siguientes tareas que a continuación se presentan,
trate de ser ORIGINAL en sus ideas, BREVE y CONCISO.

1. LEA EL TEXTO Y RESPONDA LA SIGUIENTE PREGUNTA:


¿Cómo podemos desde la educación peruana, formar ciudadanos para una “caridad
política”?

La urgencia de una CARIDAD ADECUADA a nuestro tiempo: LA CARIDAD


POLÍTICA. Testigos de la Caridad en la Verdad.

En esto voy a valerme de la autoridad del Papa Benedicto XVI. Creo que nadie ha formulado más
claro esta exigencia actual de la Caridad. Nadie lo ha dicho con tanta contundencia. En el número
7 de Caritas in Veritate nos dice:

“Desear el Bien Común y esforzarse por él es exigencia de justicia y caridad” (7). CARIDAD
POLÍTICA: “Se ama al prójimo tanto más eficazmente, cuanto más se trabaja por un bien común
que responda también a sus necesidades reales”. Todo cristiano está llamado a esta caridad, según
su vocación y sus posibilidades de incidir en la polis. Esta es la vía institucional- también política,
podríamos decir- de la caridad, no menos cualificada e incisiva de lo que pueda ser la caridad que
encuentra directamente al prójimo fuera de las mediaciones institucionales de la polis. El
COMPROMISO POR EL BIEN COMÚN, CUANDO ESTÁ INSPIRADO POR LA CARIDAD,
TIENE UNA VALENCIA SUPERIOR AL COMPROMISO MERAMENTE SECULAR Y
POLÍTICO”.

El laico no puede prescindir, ni por razón histórica ni por razón de su fe, de la dimensión
institucional de su vida y del mundo. Esta dimensión no es externa a él sino que forma parte de si
mismo. Y, por lo tanto, su Caridad debe abarcar necesariamente esta dimensión no como algo
añadido, o superpuesto o alienante, sino como algo consustancial a la Caridad. En descubrir esta
dimensión nos jugamos demasiado, es decir, se juegan demasiado los más pobres.

Resulta del todo acientífico y del todo irracional que ante la realidad de hambre, de dolor, de
sinsentido, de explotación y esclavitud,… que ante esta Cultura de la Muerte, no nos preguntemos
el porqué, las causas de esta continua sucesión de hechos. Está claro que Benedicto XVI y todos
los Papas no nos están diciendo que nuestra razón quede anulada, que renunciemos a buscar la
verdad con la razón. Está claro que detrás de los hechos se ponen de manifiesto la existencia no
de “intenciones subjetivas” o “voluntades personales” sino de auténticos “mecanismos” y
“estructuras de pecado”. En estos términos se expresaba Juan Pablo II en la Sollicitudo Res
Socialis.

Escuchamos con frecuencia a muchos laicos muy comprometidos con su fe maldecir el paro de
sus hijos, familiares o vecinos y proponerles como remedio “orar con mucha confianza para que
Dios haga el milagro de que encuentren un trabajo”. Pero esta actitud manifiesta una mentalidad
individualista impropia de un proceso histórico en dónde viene madurando una conciencia social
desde hace más de siglo y medio. Desde luego que el Señor ha puesto generosamente en la Tierra
los bienes necesarios para que no le falte a nadie el pan. Desde luego que necesitamos los bienes
sobrenaturales de la Oración y los Sacramentos. Pero los necesitamos para no desfallecer en
nuestra misión de consagrar el mundo a Dios, para vivir, EN MEDIO DEL MUNDO, sin ser del
mundo.

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