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Universidad de san Carlos de Guatemala

Cristian Saul Osorio Cortez 201701003


Vías terrestres 1
El manejo defensivo:
La conducción de un vehículo consta de tres elementos que se relacionan de
manera sincronizada: ser humano, vehículo y entorno o medio ambiente.
Evitar accidentes de automóvil depende de la armonía de estos componentes.
Conducir es la interacción entre la máquina y el humano rodeados de otros
obstáculos, la mayoría previsibles como otros automóviles y un camino trazado. Es
una sociedad en la que no sólo hay factores humanos, sino también físicos,
geográficos y climatológicos. Es necesario comprender y establecer estrategias para
que estas relaciones funcionen en base al respeto de las reglas. El manejo
defensivo es evitar accidentes a pesar de factores adversos o acciones incorrectas
de terceros. Es enfocarse para mantener la seguridad en tus propias manos
tomando en cuenta los riesgos personales y los externos.

¿Y en qué consiste el manejo defensivo?

Alerta permanente: El operador o conductor de un vehículo debe estar


concentrado al cien por ciento. Ni el uso del teléfono celular, ni ninguna otra
distracción es permitida pues en cualquier momento se puede presentar una
situación imprevista. La gran mayoría de los accidentes ocurre por pasar por alto
este factor.

Conocimiento: Se trata de estar informados de los reglamentos y señalamientos de


vialidad y tránsito que rigen tanto a nivel global como local. La única manera de
protegerse del peligro es conocerlo y prevenirlo. También es importante conocer
tácticas para actuar en caso de emergencia como primeros auxilios y los teléfonos
de los servicios de auxilio.

Previsión: Esto es acerca de estar preparados ante cualquier emergencia. Consiste


en llevar herramienta y equipo necesario para las más comunes como una
ponchadura de llanta, pero también en saber qué hacer si algo sucede. Este factor
se ejerce a corto o largo plazo, desde frenar con tiempo, hasta tener el
mantenimiento del auto al día.

Sentido común: Es la toma de decisiones de manera certera, positiva y atingente


para generar las condiciones más adecuadas para la seguridad del conductor, de
los pasajeros y de quienes están en el camino. Un ejemplo de buen sentido común
es no circular sobre las banquetas pues es lugar exclusivo para los peatones. Saber
operar un vehículo va más allá de dominar la técnica como meter las velocidades,
dar las vueltas, el estacionarse de reversa o el subir por una cuesta. Es primordial
actuar con responsabilidad tanto al interior como al exterior de tu transporte y un
seguro de automóvil es parte de este paquete. 

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