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Inventar la India:
representaciones disciplinarias
a partir de la historia,
las humanidades y las artes
México, 2019
Contenido
Presentación
áscar Figueroa, Laura Carballido,
Wendy Phillips 11
PRIMERA PARTE
India clásica
SEGUNDA PARTE
India moderna y contemporánea
IX
Reinvención de los infiernos budistas:
continuidad y creatividad en el Mahavastu
Roberto García
Introducción
23
24 Inventar la India: representaciones disciplinarias
Aunque casi todos los estudiosos del budismo trabajan con estos
presupuestos de forma implícita, desde hace poco tiempo ha habido
un impulso consciente y explícito por generar un marco teórico que
proporcione herramientas conceptuales para abordar el estudio de las
obras budistas desde la óptica de la integración, la adaptación y la reu-
tilización. Cabe destacar los trabajos de varios estudiosos (Cantwell
et al., 2016) cuyo objeto de estudio son las tradiciones textuales budistas
del sur de Asia, China y Tíbet. 3
Estos trabajos utilizan el concepto de ''reutilización adaptativa"
(adaptive reuse) para englobar un conjunto de estrategias y procesos de
reutilización de elementos textuales en la producción de escritos bu-
distas con un alto grado de intertextualidad.4 Parte importante de esta
aproximación consiste en reconocer que las prácticas textuales de los
antiguos budistas incluían un compromiso y un diálogo con la tradi-
ción, a la vez que una tendencia a la originalidad y a la creación de
nuevos paradigmas de conocimiento.
Según lo expresan Freschi y Maas, la idea de ((reutilización adap-
tativa" ((apunta hacia la relación entre la innovación y la perpetuación
de formas, contenidos del conocimiento y expresiones estéticas previas
dentro del proceso de crear nuevas obras" (2017, p. 11). Señalan así la
necesidad de reconocer la intertextualidad en las obras budistas para
problematizar y reformular cuestiones como la autoría, la originali-
dad, la creatividad y la autoridad textual.
Reconocer el carácter intertextual y compuesto de las obras budis-
tas es un paso necesario para entender que en su producción intervie-
nen múltiples voces, épocas y motivaciones, y que, lejos de desvalorizar
una obra al concebirla como resultado de la reutilización adaptativa,
3
El estudio de la reutilización también se ha aplicado a otras tradiciones del sur de Asia (Freschi
yMaas,2017).
4
Con base en Wallace (2016, p. 228), se pueden enumerar, sin que se agoten las posibilidades,
las siguientes estrategias de reutilización adaptativa: citas explícitas y silenciosas, préstamos
silenciosos, paráfrasis, ecos, alusiones, repeticiones, variantes de frases, pasajes, temas y
estructuras idénticas o similares, etcétera.
Reinvención de los infiernos budistas 25
Varios estudiosos han notado y analizado la naturaleza compuesta del Mahávastu. Según Yuyama
(2001, p. xiv), es una obra enciclopédica que contiene muchos materiales textuales, canónicos
y no canónicos de distintos géneros. Uno de los primeros en estudiar su estructura y compo-
sición fue Windisch (1909, pp. 476-505), quien realizó un trabajo meticuloso de comparación
entre algunos pasajes del Mahávastu y el Mahavagga.
6
Gómez sugiere, de manera acertada, "ultratumba': en el sentido de "lugar hacia donde se parte más
allá de la muerte" (2017, p. 128). Dos obras poscanónicas glosan la palabra como "sin felicidad
o placer': En el Visuddhimagga (427 .17), Buddhaghosa nos dice que "Se llama niraya, pues allí
no hay ninguna causa (aya) que pueda reconocerse como agradable" (Dutiyo bhiigo, 13. Abhi-
ññéiniddeso, Cutüpapiitañii1Jakathii, Cha1tha Sangiiyana, http://www.tipitaka.org/chattha. Con-
sultado el 13 de abril de 2018). Por su parte, el comentario al Petavatthu (52.13) indica que '~fü
no hay ninguna causa (aya) que produzca lo que se conoce como placer" (Khuddaka Nikiiya,
Petavatthu-atthakatha, l. Uragavaggo, 10. Khalliifiyapetivatthuva,:z,:zanii, Chattha Sangiiyana,
http://www.tipitaka.org/chattha. Consultado el 13 de abril de 2018).
7
Mayrhofer (1963, p. 138) ofrece varias propuestas que se han dado respecto a este tema.
26 Inventar la India: representaciones disciplinarias
14
Todas las traducciones del Mahiivastu son del autor.
15
El yojana o "yugada'' es una medida india que puede variar, según las fuentes, desde los 7 y
medio hasta los 17 kilómetros.
Reinvención de los infiernos budistas 29
1882, p. 9), por lo que es probable que sus redactores concibieran una
estructura vertical. Otros textos mencionan esta disposición vertical. 16
Cada infierno tiene cuatro subsecciones o apéndices en cada uno de
sus lados, por lo que se da un total de dieciséis subsecciones por cada
uno, ciento veintiocho al sumar los de los ocho infiernos. Se afirma
que, cuando los seres logran salir de uno de los infiernos, pasan de
manera directa a estas cuatro secciones anexas. 17
Así, además de la construcción central donde se encuentran los
suplicios específicos de cada infierno, cada lado cuenta con una es-
pecie de horno en el que son calcinados, el Kukkula o "Lumbre': De ahí
los seres pasan al Ku,:zapa, "Cadáver': un foso donde los devoran seres
oscuros con dientes de hierro. Al salir de éste, los seres pasan por una
región que incluye varios bosques terribles, entre los cuales se en -
cuentra el Asipatravana o «Bosque de espadas afiladas': Por último,
entran en un río cáustico llamado Vaitara,:zf, de manera literal "Cruce"
o "Dificil de cruzar': un caudal donde sus cuerpos son perforados por
el agua (Senart, 1882, pp. 6-7, 11-12).
Esta descripción de los infiernos, tal como aparece en el Mahávastu,
presupone una concepción acabada, según la cual estas regiones tie-
nen una estructura fija, medidas y límites precisos, y una disposición
relativamente clara y consistente en términos espaciales. Sin e1nbargo,
como se verá más adelante, tal como son presentados en esta obra los
infiernos representan una etapa específica de esta idea en la historia
del budismo, una etapa que no puede situarse en los inicios de la es-
peculación cosmológica budista, pero que tampoco es tan tardía como
lo serán otras concepciones. En este sentido, se entiende la imagen
16
Por ejemplo, el Abhidharmakosabha,c;ya (Vasubandhu, 1975, p. 163) y el Abhidharmamahiivi-
bhii.~asiistra (Sadakata, 1997, pp. 47-48).
17
Aunque se afirma que cada infierno tiene sus secciones anexas, estas sólo se describen en rela-
ción con el Sarrzffva (Senart, 1882, p. 11) y el Pratápana (Senart, 1882, pp. 6-7), y en ambos casos
se detallan de forma idéntica. En estas dos secciones se dice que, al salir de los infiernos "prin-
cipales': los seres se abisman en los anexos, pasando de uno a otro de forma continua. Se su-
giere así de forma implícita que este mismo proceso aplica para todos los infiernos.
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Al comparar las fuentes budistas que tratan sobre las regiones infer-
nales con la versión que presenta el Mahiivastu, podemos ver que esta
última obra representa una etapa en la cual se ha elaborado una estruc-
tura más o menos consistente, en la cual las regiones infernales están
claramente delimitadas y en la que se hace un intento por construir una
geografía infernal ordenada y equilibrada en términos espaciales.
Para comprender cómo llegó a presentarse la concepción específica de
las regiones infernales que presenta el Mahavastu, será de gran utilidad
entenderla como una composición a partir de materiales disponi-
bles en distintas tradiciones textuales budistas, y no como una concep-
ción cerrada y original que puede reconocerse como «la idea budista
de los infiernos". Será necesario comenzar contrastando la forma
aparentemente acabada que los infiernos tienen en el Mahiivastu.
Según se ha mencionado, en el Narakaparivartasütra se afirma de
manera categórica que existen ocho grandes infiernos, el Sa,rijiva, el
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En esta sección se abordarán en especial las interrelaciones entre textos budistas. Por cuestiones
de espacio y metodología, será necesario dejar de lado el análisis de la intertextualidad entre
las obras budistas y algunas obras relevantes de la tradición bralunánica y jainista que tratan el
tema de las regiones infernales, entre las cuales destacan el Mahabhárata, el SkandapuréiJJa,
el Marka,:u;ieyapura}Ja, el Uttarajjhayanasutta, el Süyagadasutta y el Sütrakrtiinga. Se parte
del convencimiento de que un estudio profundo de la relación entre estas tradiciones es nece-
sario para comprender el surgimiento y la evolución de la concepción de los infiernos budis-
tas, y que este texto puede proporcionar elementos para realizar más adelante ese trabajo.
Al respecto, se sugiere revisar las secciones correspondientes en Law (1998, pp. 115-126) y
Sadakata (1997, pp. 44-46).
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19
Aunque no sea posible afirmar con Peer que "Todos los budistas están de acuerdo en recono-
cer la existencia de los ocho infiernos ardientes" (1892, p. 230), su presencia se hace cada vez
más predominante en las antiguas escuelas budistas (Theravada, Sarvastivada, Mülasarvasti-
vada y Mahasanghika-Lokottaravada) durante los primeros siglos de la era común (Peer, 1892,
pp. 191-198).
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Otras tradiciones paralelas que no se explorarán aquí, pero cuya relación con elMahavastu sería
enriquecedor investigar, son las siguientes: las secciones en verso del Kokalikasutta del Khu-
ddaka Nikiiya (Smrzyutta Nikiiya, Feer, 1884, pp. 128-131), donde no aparecen los nombres de
los ocho infiernos sino una lista de nueve tormentos, algunos de los cuales también aparecen en
el Mahavastu; el Nimijataka (Jiitaka, 541, Fausb0ll, 1896), una fuente probablemente tardía
donde no se menciona la lista de ocho infiernos y que se enfoca más en describir los tormentos
que en desarrollar una idea organizada de los infiernos; el Sarpkiccajataka (Jiitaka 530, Faus-
b01l, 1891, p. 266) da la lista de ocho nombres, pero después menciona otro infierno llamado
Khuradhára (269) sin indicar dónde se encuentra; el Sik~asamuccaya, tomando como fuente
el Saddharmasmrtyupasthii.na, menciona varios nombres de regiones y subsecciones inferna-
les, de los cuales sólo el Avici aparece en el Mahiivastu: el Avid, el Pak$ibhairavapaksa, el
$vabhraprapiita, el Cakriiñka, la montaña Makkotaka, el Vitathadarsana, el Agnikwgla,
el Paduma, el Mahapaduma y el río /(Jiira (Santideva, 1897, pp. 70-75). No hay en esta obra
un intento de organización y homogenización similar al del Mahiivastu.
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esos textos. Esto lleva a pensar que, o bien ambas tradiciones proceden
de una misma fuente y se desarrollaron de forma distinta, o bien la
redacción del Mahavastu se nutrió al incorporar y reutilizar materia-
les presentes en la otra tradición. Sobre la base de un análisis compa-
rativo, aquí se argumenta lo segundo, intentando discernir cuáles
elementos de la tradición previa fueron reutilizados por los redacto-
res del Mahavastu y de qué forma los adaptaron para producir una
versión propia con un plan más consistente y organizado.
En las fuentes que aquí se consideran previas al Mahavastu (Bala-
pa'}Jr/itasutta, Devadütasutta y Pa,rzsupradánávadana), la región infer-
nal no se describe en términos de secciones principales, sino en función
de los castigos padecidos, que son cinco o seis, dependiendo de la fuente.
Presentan una lista de estos tonnentos, que se repite en los primeros
textos casi de manera idéntica y que presenta variantes importantes en
elPa,rzsupradanavadana. Así, en elBalapm:u;litasutta (Chalmers, 1899,
pp. 166-167) y en los Devadütasutta (Chalmers, 1899, pp. 182-183;
Morris, 1885, pp. 182-183), los tormentos consisten en: 1) ser empa-
lado con cinco estacas de hierro que atraviesan manos, pies y pecho; 23
2) ser arrojado al piso y tajado con hachas; 3) ser colgado de cabeza y
tajado con hachas;24 4) ser uncido a una carroza y conducido por un
campo ardiente e incandescente; 5) ser obligado a subir y bajar de una
montaña de carbones ardientes,25 y 6) ser hundido de cabeza en un
caldero con hierro fundido. 26
23
Equivalente aproximado en el Mahiivastu (Senart, 1882, p. 25): "[El infierno Pratapana] está
rodeado por todas partes de picas incandescentes de hierro. Allí algunos seres infernales son
empalados en una pica y asados, algunos en dos, y así hasta que otros son empalados en diez
picas y asados''. Corresponde también al quinto tormento de la lista del Péif(lSupradiiniivadiina
que se da a continuación.
24
Equivalente en el Mahiivastu (Senart, 1882, p. 10): "En el infierno SaiµjTva de cabeza son
colgados, y usando hachas y azuelas son los vivientes tajados".
25
Equivalente aproximado en el Mahavastu (Sena1t, 1882, p. 6): "En el gran infierno Pratapa [los
seres estaban en] montañas llameantes, incandescentes y ardientes que eran cercadas por seres
infernales armados con lanzas''.
26
Este tormento sólo aparece en los Devadütasutta.
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Estos d os tormentos tienen sus equivalentes en el Mahiivastu en conexión con el río Vaitara,:zi
(Senart, 1882, p. 6): "Entonces, los guardianes de los infiernos les atenazaban las bocas con barras
de hierro llameantes, incandescentes y ardientes, masticaban una masa de hierro, abrían sus
labios y les escupían en las bocas bolas de hierro llameante, incandescente y ardiente, dicién-
doles que las comieran. Luego les daban de beber cobre fundido y les decían que lo bebieran.
Conforme fluía, calcinaba sus labios; tras abrasarlos tostaba su lengua; después hacía arder su
paladar; habiéndolo asado incineraba sus entrañas y luego sus intestinos, pasando a través de
la parte inferior de su cuerpo".
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Estos dos tormentos tienen sus equivalentes en el Mahiivastu (Senart, 1882, p. 5): "En el gran
infierno Kalasütra veía a los seres ser azotados con un alambre negro con el que eran atados
fuertemente y rasgados, para después ser hendidos con hachas y desgarrados con sierras':
29
Este último tormento es el único del Pii'!7supradéinavadiina que aparece en la lista previa.
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30
La versión en pali: "catukkm:r,Jo catudváro, vibhatto bhiigaso mito. ayopakarapariyanto, ayasa
pafikujjito. tassa ay omay ii bhümi, jalitii tejas a y utá. samanta yojanasataf(l, pharitvá ti!th'ati
sabbadiiti" (Chalmers, 1899, pp. 167, 183; Morris, 1885, pp. 141-142). La versión en sánscrito:
"catu}:,kalii caturdviirii vibhaktii bhagaso mita I udgatii yojanasataf(l samanta! satayojanaf(l.
ayabprakaraparilcyiptii ayasa pratikubjitáb I te$i'im ayomayí bhümib prajvalita tejasiiyutá"
(Senart, 1882, p. 9).
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Por ejemp1o, allí los seres son machacados en morteros de hierro (Senart, 1882, p. 6) y devo-
rados hasta quedar en los huesos y tendones, tras lo cual un viento gélido los reanima (Senart,
1882, p. 24).
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vastu. En este sentido, Van Put afirma que «Los nombres de los tribunales
de tormentos extramuros -Kuküla, KUI).apa, etcétera-y los implemen-
tos de tortura -bolas de hierro (ayogu<;la), caldero de cobre (lohakum-
bhi), etcétera- son reciclados como utsadas por cosmologías poste-
riores" (2007, p. 209). Entre estas cosmologías podemos ubicar el
Mahavastu, el Abhidharmakosa, la Lokaprajñapti y el Mahapraj -
ñiipiiramitopadesa (Van Put, 2007, pp. 222-223).
Mientras que en el Devadütasutta y otros textos hay apenas un plan-
teamiento vago del ordenamiento de estas secciones externas, en el
Mahavastu se presenta ya una estructura ordenada y equilibrada, en
la cual las secciones anexas no forman parte de una geografía infernal
desordenada, imprecisa y confusa, sino que han sido integradas en un
plan muy bien delimitado y se han convertido, de manera literal, en apén-
dices de cada uno de los ocho infiernos principales. Cada uno de ellos
está situado en un lugar preciso, dispuesto de forma ordenada alrede-
dor de un infierno principal, y en estricta armonía espacial con los
otros apéndices de éste y de los otros infiernos.
En relación con estos apéndices, y con los otros elementos anali-
zados, la sección de los infiernos en el Mahiivastu revela la clara in-
tención de reutilizar el material que se encuentra disperso y desarticu-
lado en otras fuentes, y de reorganizarlo con miras a construir una
versión consistente que refleje la idea de un ámbito infernal perfecta-
mente proporcionado y simétrico en cada una de sus regiones.
Conclusiones
Referencias
Purnima Bose
Roberto García