T. P. 8: LA ORGANIZACION DEL TRABAJO EN LAS SOCIEDADES CAPITALISTAS: SIGLO XIX.
El Capitalismo como forma de organización económica
El Capitalismo es un sistema de organización económica y social en el que la propiedad de los medios de producción corresponde a los capitalistas, quienes tienen el capital, y está separada de los trabajadores, quienes sólo disponen de la fuerza de trabajo. Se caracteriza por la libertad económica y el usufructo de la propiedad privada. No tiene un fundador como tal, sino que se basa en esas relaciones entre las empresas y la propia sociedad. Los teóricos más destacados son Adam Smith y John Locke. Una de las necesidades básicas del capitalismo es la existencia de un libre mercado. Este sirve tanto para aumentar los beneficios de las empresas y de los inversores, como para regular el sistema. El principio básico que rige en el capitalismo es el de la oferta y la demanda entre los productores y los consumidores. Las empresas disponen de libertad de producción y de venta, a la que sólo se le aplica una mínima restricción por parte de los poderes públicos. A esta política de no-intervención se le une la no-participación del estado en las tareas económicas, que se dejan en manos del sector privado. En el Capitalismo, la sociedad está basada en la organización racional del trabajo (división del trabajo), el dinero y la utilidad de los recursos de producción. Para garantizar un funcionamiento expansionista, hay una división social en distintas clases. Esta se produce en función de la distribución de la renta: aquellos que ostentan una mayor responsabilidad, obtienen un mayor salario. La historia de este sistema económico es relativamente reciente, ya que aunque la revolución urbana y cultural del siglo XIV fue bastante relevante, en Europa occidental no comienza a verse el origen de un cierto capitalismo hasta el Renacimiento. Fue a partir del siglo XVII, cuando aparecieron ciertos moldes jurídicos propios del capitalismo (grandes compañías) y finalmente una aceleración del progreso tecnológico (entre 1760 y 1800, en Gran Bretaña). Todo ello acabaría conduciendo de modo decisivo a la implantación del capitalismo en Europa occidental. Al igual que sucede con otros sistemas de organización social y económica (como el Comunismo), dispone de varias doctrinas y evoluciones que se han producido a lo largo de la historia. Una de las más destacadas es el enfoque del liberalismo económico. También existe un capitalismo tamizado, que estaría controlado por el estado, muy similar al socialismo marxista. A lo largo de los años han surgido nuevos términos, como por ejemplo el de "Neocapitalismo". Este concepto da nombre a las formas contemporáneas de capitalismo, es decir, a la atomicidad de la producción de los pioneros, que está caracterizada por un gran número de empresas que dan lugar a una multitud de centros de decisión. Esto ha creado un "capitalismo de grandes unidades" que pone la dirección de las empresas más poderosas en manos de gestores cuyo poder no emana ya únicamente de la propiedad del capital, sino de otros factores (preparación, carisma, trato, etc.). Por otra parte, se han desarrollado empresas multinacionales desde hace algunos años y el estado ha intervenido cada vez más en la economía por medio de participaciones financieras y de la planificación indicativa. La intervención del estado, también se produce y muy especialmente, en la regulación del trabajo, lo que ha hecho surgir la legislación del trabajo o el derecho del trabajo. En este sentido se han impuesto limitaciones, cuyo fin ultimo, es la protección del trabajador. A quien se estima como la parte "más débil", en la relación laboral que se establece entre el empleador y el trabajador, desde que este ultimo sólo posee la fuerza de su trabajo, y depende del salario que percibe por su trabajo, para hacer frente a sus necesidades y las de su familia. Una de esas limitaciones, es por ejemplo, la jornada laboral de 8 hs diarias y 48 hs semanales, o el salario mínimo, vital y móvil, que -en última instancia- limitan la libertad de contratación que proclama el liberalismo económico, que es la doctrina que anida en la organización capitalista. El trabajo decente es un elemento fundamental que promueve la dignidad humana del trabajador, y se opone al concepto de "bien o mercancía" del trabajo. Para el liberalismo económico, el trabajo es un "bien o mercancía" más, que como tal, está sujeto a la ley de la oferta y la demanda, a mayor oferta de trabajadores, menor salario. Cuanto mayor sea el desempleo, habrá una baja de salarios, pues hay una mayor cantidad de mano de obra que se ofrece. Desde el punto de vista de la libertad que debe reinar en el mercado, idea-fuerza del capitalismo, el salario es un precio más y un "costo" que pesa sobre el empresario, al cual debe "reducir", para aumentar su margen de ganancia, último y principal fin del empresario en el capitalismo. 1