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Julio César Centeno

Mérida – Venezuela
Jc-centeno@outlook.com

Julio César Centeno

Desde el inicio de la época industrial las economías de todos los


países han sido impulsadas por el consumo de combustibles fósiles.
Las economías industriales más desarrolladas lo lograron
consumiendo más energía, emitiendo más CO2 y otros gases a la
atmósfera que las economías menos desarrolladas.

Una de las consecuencias de estos procesos de desarrollo es el


calentamiento global, una amenaza en expansión que ha alterado el
equilibrio energético planetario hasta convertirse en una amenaza
cierta a nuestra propia existencia a corto plazo (1).

“Nuestra civilización nunca antes ha enfrentado riesgos


existenciales similares a los asociados al calentamiento global, la
erosión de la biodiversidad y el agotamiento de recursos. Es una
obligación moral, en nuestro propio interés, des-carbonizar la
economía mundial…”.
Earth Statement, suscrito por 17 instituciones científicas, entre las que se
destacan: Max Planck Institute, Stockholm Resilience Center, Mercator
Research Institute, Grantham Institute, IIASA, World Resources Institute,
Scripps Institution, Earth Institute, Potsdam Institute, The South Center,
Teri University, Chinese Academy of Sciences (2015)

El Acuerdo de París tiene por objeto superar esta amenaza a través


del esfuerzo colectivo de toda la humanidad. Pretende evitar que el
aumento en la temperatura superficial promedio supere los 2°C para
finales de siglo con respecto al promedio de la época pre-industrial,
haciendo lo posible por limitarlo a 1,5°C (1).

Varios informes del Panel Intergubernamental de Expertos en Cambio


Climático (IPCC), incluyendo su contribución más reciente (AR6 2021)
así como una amplia literatura científica, han destacado la estrecha
relación entre el aumento de temperatura y la concentración de CO2

1
en la atmósfera. La concentración de CO2 es proporción directa de las
emisiones acumuladas durante un período determinado. De la misma
manera en que las emisiones acumuladas globales determinan el
aumento en temperatura (IPCC AR6 2021), las emisiones acumuladas por
cada país determinan su contribución al calentamiento global.

Partiendo de tales relaciones, y tomando


como referencia los promedios de
temperatura y concentración de CO2 en la
atmósfera a finales del siglo 19, el IPCC
destaca que un aumento de temperatura de
1,9°C corresponde a emisiones acumuladas
globales de CO2 de 3.550 giga-toneladas
(IPCC AR6 2021).

La actividad humana ya ha provocado la


emisión de 2.450 giga-toneladas, de las que
1.700 G-ton corresponden al consumo de combustibles fósiles. La
diferencia proviene de principalmente de la deforestación. Estas
emisiones son la causa principal del incremento de 1,2°C en la
temperatura superficial que se registró como promedio anual en el
2020 (1).

Las tendencias actuales implican que el


límite de 1,5°C se alcanzará en apenas una
década, y el de 2°C en 30 años: para el
2050.

“El mundo se dirige a un aumento


promedio de temperatura de 4°C para
finales de siglo, provocando una cascada
de cambios cataclísmicos” - Instituto
Potsdam para la Investigación sobre el Clima, Alemania

La atmósfera es un bien común. Ningún


país debe reclamar privilegios en su ocupación o uso. Ningún país
puede auto-asignarse el privilegio de arrebatar una mayor proporción
del cupo de emisiones disponible para toda la humanidad, despojando
a otros del mismo derecho, imponiéndoles por esta vía severas
limitaciones a sus procesos de desarrollo y gigantescas cargas
económicas que conducen a su endeudamiento.

2
Las emisiones acumuladas durante el período 1900-2020 han
ocupado el 70% de la capacidad de la atmósfera de albergar
moléculas de CO2 sin exceder el límite de los 2°C, y el 86% de dicha
capacidad sin exceder el límite de 1,5°C. Esta ocupación gratuita de la
mayor parte de un bien común fue aprovechada principalmente por
países hoy catalogados como industrializados, identificados en el
anexo 1 del Protocolo de Kioto, donde se encuentra el 17% de la
población mundial.

Es así como una élite minoritaria y opulenta de la población mundial,


los habitantes de los países industrializados, ocuparon de manera
arbitraria y gratuita el 58% de la capacidad de la atmósfera de albergar
moléculas de CO2 sin exceder el límite de 1,5°C en aumento de
temperatura. El 28% restante fue ocupado por emisiones provenientes
de países en desarrollo, con 83% de la población mundial.

La mayor parte de la humanidad,


habitante de los países en desarrollo,
ha perdido su derecho de acceso a la
mayor parte de la capacidad de la
atmósfera de albergar moléculas de
CO2 sin exceder el límite de 1,5°C,
porque una minoría (17%) ocupó
arbitrariamente esa capacidad en
beneficio propio. Tal ocupación es la
causa fundamental de las
limitaciones que ahora enfrentan los
países más desposeídos para
impulsar su desarrollo, debido a las
gigantescas inversiones que ahora
son necesarias para sustituir las matrices energéticas actuales,
fundamentadas en el consumo de combustibles fósiles, por otras
basadas en el aprovechamiento de fuentes renovables de energía,
libres de emisiones de carbono.

Los países industrializados se resisten a reconocer su


desproporcionada responsabilidad histórica en la gestación de la crisis
climática que amenaza a toda la humanidad y que coarta las
perspectivas de desarrollo de los pueblos más desposeídos del
planeta. Pretenden evadir su responsabilidad por haber emitido 850
giga-toneladas de CO2 en exceso en proporción con su población por
3
consumo de combustibles fósiles durante el período 1900-2020,
generando una deuda con los países en desarrollo de US$ 42 billones
a precios actuales (US$ 50/ton CO2).

Pretenden además que los países en desarrollo renuncien a su


derecho a reclamar que se cumpla con el principio universalmente
aceptado de ´el que contamina paga´.

4
Alemania, con sólo 83,5 millones de habitantes, 1,08% de la población
mundial, ha emitido 92 giga-toneladas de CO2 por consumo de
combustibles fósiles, 5,7% del total acumulado desde 1900 hasta el
2020. La contribución de Alemania al calentamiento global acumulado
durante este período es equivalente a la de África y Sur América
juntos, con 1.745 millones de habitantes. Se presiona a los países en
desarrollo para que se abstengan de reclamar que Alemania asuma
una responsabilidad proporcional con su contribución a la gestación de
la crisis climática actual.
De la misma manera, se le exige a los países en desarrollo que se
abstengan de reclamar por el hecho de que Estados Unidos haya
contribuido al calentamiento global acumulado hasta la fecha más que
China, India, África y América Latina juntos, o que la Unión Europea
haya incurrido en un abuso similar.

Los países industrializados no son sólo responsables por la mayor


parte de las emisiones acumuladas hasta la fecha por consumo de
combustibles fósiles, y en consecuencia por la mayor parte del
calentamiento global acumulado hasta la fecha, sino que también
pretenden acaparar gratuitamente la mayor proporción del limitado
presupuesto de emisiones disponible durante el período 2021-2100
para evitar que el aumento de temperatura supere los límites
establecidos en el Acuerdo de París.

5
El IPCC AR6 destaca la necesidad de reducir las emisiones de CO2 a
cero para el 2050 (SSP1-1.9) para que, junto a medidas
complementarias como la reducción de las emisiones de metano y la
captura de carbono (emisiones negativas), se disponga de al menos
un 50% de probabilidad de alcanzar el objetivo de 1,5°C para finales
de siglo. Tal recomendación no implica que todos los países deban
asumir esa reducción como propia, pues no todos registran la misma
responsabilidad histórica acumulada. Algunos lo hacen en beneficio
propio.
En su primer discurso ante la Asamblea General de la ONU el 21 09
2021, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, enfatizó su
compromiso con limitar el aumento de temperatura a 1,5°C y su
determinación en liderar con el ejemplo: reducir sus emisiones en 50%
para el 2030 y alcanzar emisiones netas cero para el 2050. La
contradicción y la injustica de tales afirmaciones ponen una vez más
en entredicho la sinceridad del compromiso norteamericano para
contribuir a superar la amenaza del calentamiento global.

El Panel Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático, IPCC,


demuestra en su más reciente informe, Assessment Report 6 (AR6,
2021) que, para contar con al menos una probabilidad del 66% de
limitar el aumento en la temperatura superficial global a 1,5°C, las
emisiones mundiales de CO2 durante el período 2021-2100 no pueden
superar las 400 giga-toneladas.

El cupo disponible de emisiones


debe repartirse entre todos los
habitantes del planeta en partes
iguales, sin privilegios de ninguna
naturaleza. Tal procedimiento no
implica desconocer las
responsabilidades históricas
acumuladas hasta el presente, ni
las desigualdades en capacidades
económicas y tecnológicas para
contribuir al alcance del objetivo
central del Acuerdo de Paris. El
objetivo de Estados Unidos de
alcanzar un escenario de
emisiones netas cero para el 2050 implica la auto-adjudicación
6
arbitraria de 75 G-ton del presupuesto disponible, el 19% del total,
aunque su población apenas supera el 4% de la población mundial. Su
cupo de emisiones no debería superar las 17 G-ton, lo que implica
emisiones netas cero para el 2027 a más tardar.

EUA pretende apoderarse arbitrariamente de 58 G-ton en exceso,


despojando a 1.116 millones de personas de otras regiones del mundo
de sus correspondientes cupos de emisiones. El valor actual de este
despojo es de US$ 3.000.000 millones (US$ 3 billones), a partir del
precio referencial medio de los permisos de emisiones en el mercado
de la Unión Europea ($ 50 /ton CO2).

Para ser consistente con su retórica, Estados Unidos debe al menos


alcanzar un escenario de emisiones netas cero para el 2027, limitando
sus emisiones futuras a un máximo de 17 giga-toneladas para
efectivamente contribuir a limitar el aumento global de temperatura a
1,5°C y permitir que otros países puedan realizar contribuciones
similares.
En el caso de Estados Unidos, el objetivo de 1,5°C es contradictorio
con el de emisiones netas cero para el 2050. Si se insiste en el
segundo, se socava la posibilidad de alcanzar el primero. Se incurre
además en una pronunciada injusticia con los 1.116 millones de
personas a las que se les despoja de sus correspondientes cupos de
emisiones.
Estados Unidos debe también reconocer su responsabilidad histórica
en la gestación de la amenaza climática actual. Una de las
contribuciones más significativas del más reciente informe del IPCC es
la ratificación, con mayor precisión y sustento, de lo señalado en el
informe anterior, AR5 2014: el aumento de la temperatura superficial
promedio es consecuencia fundamentalmente de la acumulación de
emisiones de CO2 en la atmósfera, complementada con la de otros
gases de efecto invernadero. En la actualidad, el 76% del potencial de
calentamiento global que se introduce anualmente en la atmósfera
proviene del CO2, pero tal contribución tiende a aumentar con el
tiempo, superando el 85% para finales de siglo si se mantienen las
tendencias actuales.

7
Es precisamente a partir de esta relación que el IPCC determina el
presupuesto de emisiones disponible para el resto del siglo,
relacionándolo con aumentos seleccionados en la temperatura
promedio global. Más detalles sobre este aspecto en este enlace (1).

Se establece así un techo en las emisiones de CO2 acumuladas


durante el período 2021-2100 de 400 giga-toneladas para limitar el
aumento de temperatura a 1,5°C, o de 1.100 giga-toneladas para
limitar el aumento en la temperatura superficial promedio a 2°C (2).

De la misma manera se pueden establecer no sólo relaciones entre las


emisiones acumuladas desde inicios del siglo 20 hasta el presente y el
aumento actual de 1,2°C en la temperatura promedio global (1). Esta
metodología permite también determinar la contribución de cada país
al calentamiento global registrado hasta la fecha, a partir de sus
correspondientes emisiones acumuladas de CO2 a la atmósfera.

Partiendo de sus emisiones de CO2 acumuladas durante el período


1900-2020 por consumo de combustibles fósiles, Estados Unidos ha
contribuido más al calentamiento global acumulado durante este
período que China, India, América Latina y África juntos.
Es a estas diferencias a las que se refiere el principio de la
responsabilidad común pero diferenciada del Acuerdo Marco de
Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, en el que se enmarca el
Acuerdo de París del 2015.

8
Estados Unidos, con una población de 320 millones, ha contribuido
más al calentamiento global actual que los 4.600 millones de personas
que habitan los países en comparación: China, India, América Latina y
África. En consecuencia, Estados Unidos no puede limitarse al alcance
de emisiones netas cero para el 2050, como lo ha anunciado, sin
reconocer su responsabilidad histórica al aumento en la de
temperatura media global que se registra en la actualidad. Los demás
países, en particular los países en desarrollo, no deben permitir que se
continúen evadiendo las responsabilidades históricas en la gestación
de la crisis climática a la que se enfrenta toda la humanidad.

Las emisiones acumuladas de Estados Unidos 1900-2020, 434 G-ton,


25,5% del total mundial por consumo de combustibles fósiles, es seis
veces superior a la proporción de su población: 4,3% del total mundial.

Estados Unidos ha emitido 360 giga-toneladas de CO2 en exceso en


relación con su población, generando una deuda con el resto de la
humanidad superior a los 18 billones de dólares a precios actuales.
Es cuestión de elemental justicia que la contribución de cada país
a la superación de la crisis climática actual sea proporcional a la
contribución de cada país a su gestación.

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La Unión Europea enfatiza su compromiso con limitar el aumento de
temperatura a 1,5°C. Su contribución para alcanzar este objetivo:
reducir sus emisiones en 50% para el 2030 y alcanzar emisiones netas
cero para el 2050.

El presupuesto disponible de emisiones 2021-2100 para limitar el


aumento de temperatura a 1,5°C es 400 giga-toneladas de CO2 (IPCC
AR6, 2021).

El objetivo de la Unión Europea


de emisiones netas cero 2050
implica la auto-adjudicación
arbitraria de 50 G-ton del
presupuesto disponible,
el 12,5% del total, aunque su
población es apenas el 6,7% de
la población mundial. Su cupo
de emisiones no debería
superar las 27 G-ton.

La UE se apodera
arbitrariamente de 23 G-ton en
exceso, despojando a 447
millones de personas de otras
regiones del mundo de sus correspondientes cupos de emisiones.
El valor actual de este despojo es de US$ 1.150.000 millones (US$
1,15 billones), a partir del precio referencial medio de los permisos de
emisiones en el mercado de la Unión Europea ($ 50/ton CO2).

Para ser consistente con su retórica, la Unión Europea debe reducir


sus emisiones 2021-2050 a un máximo de 27 G-ton CO2, alcanzando
emisiones netas cero para el 2036 a más tardar.

Los países de la Unión Europea se encuentran entre los más


beneficiados por el abuso de la atmósfera como basurero de los gases
contaminantes que se produjeron durante su vertiginoso desarrollo
económico e industrial. Al igual que otras economías industrializadas,
utilizó la atmósfera para tercerizar parte de los costos ambientales de
su desarrollo económico e imponérselos a toda la humanidad.
Partiendo de los postulados del IPCC AR6 2021 podemos determinar
la gigantesca contribución de la Unión Europea a la gestación de la

10
crisis climática actual. Sus emisiones de CO2 acumuladas durante el
período 1900-2020 son equivalentes de las de China, India, África y
América Latina juntos. Con una población de 448 millones, ha
contribuido tanto al calentamiento global actual que los 4.600 millones
de personas que habitan China, India, América Latina y África.

La Unión Europea no puede limitarse al alcance de emisiones netas


cero para el 2050, como lo ha anunciado, sin reconocer su
responsabilidad histórica al aumento en la temperatura media global
que se registra en la actualidad. No debe continuar evadiendo sus
gigantescas responsabilidades históricas en la gestación de la crisis
climática a la que se enfrenta ahora toda la humanidad.

Sus emisiones acumuladas 1900-2020, 376 G-ton, 22,1% del total


mundial por consumo de combustibles fósiles, es significativamente
superior a la proporción de su población: 6,7% del total mundial. Ha
emitido 262 giga-toneladas en exceso en relación con su población,
generando una deuda con el resto de la humanidad superior a los 13
billones de dólares a precios actuales.
China reafirma su compromiso con limitar el aumento de temperatura
a 1,5°C. Promete alcanzar un máximo de emisiones de CO2 para el
2030 y reducirlas luego hasta alcanzar emisiones netas cero para el
2060.
El presupuesto disponible de emisiones 2021-2100 para limitar el
aumento de temperatura a 1,5°C es 400 giga-toneladas de CO2 (IPCC
AR6, 2021).

11
El objetivo de China implica la auto-adjudicación arbitraria de 250 G-
ton del presupuesto disponible, el 62,5% del total, aunque su
población es apenas el 18,2% de la población mundial. Su cupo de
emisiones no debería superar las 73 G-ton.

China se apodera
arbitrariamente de 177 G-ton en
exceso, despojando a 3.407
millones de personas de otras
regiones del mundo de sus
correspondientes cupos de
emisiones.

El valor actual de este despojo


es de US$ 8.850.000 millones
(US$ 8,85 billones), a partir del
precio referencial medio de los
permisos de emisiones en el
mercado de la Unión Europea ($
50/ton CO2).

Las emisiones acumuladas de China 1900-2020 por consumo de


combustibles fósiles (230 Gton, 13,7% del total) son inferiores a la
proporción de su población con respecto al total mundial (18,2%).
Japón reafirma su compromiso con limitar el aumento de temperatura
a 1,5°C. Para contribuir con el logro de este objetivo, se compromete a
alcanzar emisiones netas cero de CO2 para el 2050.
Considerando que el presupuesto
disponible de emisiones 2021-2100 para
limitar el aumento de temperatura a
1,5°C es 400 giga-toneladas de CO2
(IPCC AR6, 2021), el objetivo de Japón
implica la auto-adjudicación arbitraria de
16 G-ton del presupuesto disponible,
el 4% del total, aunque su población es
apenas el 1,65% de la población
mundial. Su cupo de emisiones no
debería superar las 6,6 G-ton, lo que
implica emisiones netas cero para el
2032 a más tardar.

12
Japón se apodera arbitrariamente de 9,4 G-ton en exceso, despojando
a 127 millones de personas de otras regiones del mundo de sus
correspondientes cupos de emisiones.

El valor actual de este despojo es de US$ 470.000 millones (US$ 0.47


billones), a partir del precio referencial medio de los permisos de
emisiones en el mercado de la Unión Europea ($ 50/ton CO2).

Boris Johnson, primer ministro del Reino Unido, refiriéndose al


calentamiento global en su discurso ante la Asamblea General de la
ONU el 22 09 2021 señaló:
“Maduren! Es tiempo de asumir nuestras responsabilidades por
lo que le hacemos no sólo al planeta, sino a nosotros mismos”

La responsabilidad del Reino Unido es gigantesca. Con sólo 67


millones de habitantes, su contribución al calentamiento global
acumulado 1900-2020 supera en 70% la de toda África, donde viven
1.300 millones de personas, y casi duplica la de Toda Sur América,
con 435 millones de habitantes.

Queda por verse si Boris Johnson


cumple su palabra y aprovecha la
COP 26, que tendrá lugar en su
propio país en noviembre 2021, para
reconocer la enorme contribución del
Reino Unido al calentamiento global
acumulado hasta la fecha.
El Reino Unido también reafirma su
compromiso con limitar el aumento de
temperatura a 1,5°C. Para contribuir
con el logro de este objetivo, se
compromete a alcanzar emisiones
netas cero de CO2 para el 2050.
Considerando que el presupuesto disponible de emisiones 2021-2100
para limitar el aumento de temperatura a 1,5°C es 400 giga-toneladas
de CO2 (IPCC AR6, 2021), el objetivo del Reino Unido implica la auto-
adjudicación arbitraria de 5,5 G-ton del presupuesto disponible, el
1,4% del total, aunque su población es apenas el 0.87% de la
población mundial. Su cupo de emisiones no debería superar las 3,5
G-ton, lo que implica emisiones nets cero para el 2039 a más tardar.

13
El Reino Unido se apodera arbitrariamente de 2 G-ton de emisiones en
exceso, despojando a 38 millones de personas de otras regiones del
mundo de sus correspondientes cupos de emisiones.

El valor actual de este despojo es de


US$ 100.000 millones, a partir del
precio referencial medio de los
permisos de emisiones en el mercado
de la Unión Europea ($ 50/ton CO2).

Estados Unidos, la Unión Europea 28,


China y Japón pretenden acaparar
arbitrariamente el 98% del
presupuesto disponible de emisiones
durante el período 2021-2100 (400 G-
ton) para limitar el aumento de
temperatura a 1,5°C. Es evidente que
el resto del mundo no aceptará tales

imposiciones. Estos países están deliberadamente impidiendo que se


puedan efectivamente limitar las emisiones futuras para alcanzar el
objetivo de 1,5°C.

Es evidente que no están comprometidos con limitar el aumento de


temperatura a 1,5°C. La tendencia es hacia el acaparamiento arbitrario
y gratuito de la mayor proporción posible del cupo de emisiones
disponible 2021-2100 para evitar que el aumento de temperatura
supere los 2°C para finales de siglo, como se analiza en este enlace
(2).

Partiendo de los siguientes principios:

 la atmósfera es un bien común


 igualdad de derechos de todos los humanos

se puede argumentar la necesidad de distribuir equitativamente, entre


todos los habitantes del planeta, el presupuesto de emisiones
disponible para el período 2021-2100.

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Si el objetivo es limitar el aumento de temperatura a 1,5°C para finales
de siglo, el presupuesto de emisiones de CO2 es de 400 giga-
toneladas (IPCC AR6 2021).
Si el objetivo es limitar el aumento de temperatura a un máximo de
2°C para finales de siglo, y queremos contar con al menos un66% de
probabilidad de alcanzarlo, el presupuesto de emisiones de CO2 es de
1.100 giga-toneladas (2, IPCC AR6 2021).
Es vital reconocer las responsabilidades históricas acumuladas hasta
el presente. El articulo 2 (2) del Acuerdo de Paris establece: “El
presente Acuerdo se aplicará de modo que refleje la equidad y el
principio de las responsabilidades comunes pero diferenciadas y las
capacidades respectivas, a la luz de las diferentes circunstancias
nacionales”.

Artículo 4 (19): “Todas las Partes deberían esforzarse por formular y


comunicar estrategias a largo plazo para un desarrollo con bajas
emisiones de gases de efecto invernadero, teniendo presente el
artículo 2 y tomando en consideración sus responsabilidades comunes
pero diferenciadas y sus capacidades respectivas, a la luz de las
diferentes circunstancias nacionales”.

Estados Unidos y la Unión Europea han liderado por años esfuerzos


por evadir el reconocimiento de la deuda climática acumulada por los
países industrializados hasta el presente. Se protegen así, y protegen
a sus empresas, de posibles juicios por daños relacionados al
calentamiento global, como la desaparición de glaciares, la subida del
nivel del mar, la destrucción de fuentes de agua y alimentos, o los
daños provocados por cada vez más frecuentes e intensos huracanes,
tormentas y sequías.

Insistieron en una demanda vergonzosa en las negociaciones del


Acuerdo de Paris: que los países en desarrollo, menos responsables
pero más vulnerables al cambio climático, renuncien a su derecho
legal a demandar a otros países por daños o pérdidas provocados por
el calentamiento global.

El pronunciamiento de la COP21 (FCCC/CP/2015/L.9) señala


explícitamente: “Se conviene en que el artículo 8 del acuerdo no
implica ni da lugar a ninguna forma de responsabilidad jurídica o
indemnización”.

15
El artículo 8 se refiere a pérdidas y daños relacionados con las
repercusiones del cambio climático: “Las Partes reconocen la
importancia de evitar, reducir al mínimo y afrontar las pérdidas y
los daños relacionados con los efectos adversos del cambio
climático”.

Si se continúan evadiendo las responsabilidades históricas de los


países industrializados, a los países en desarrollo no les quedará otra
opción que endeudarse más allá de sus capacidades de pago para
reconstruir sus infraestructuras energéticas, o resignarse a la pobreza.

El costo de la reconstrucción
energética se estima en la
actualidad en 2,5 billones de
dólares anuales durante al menos
10 años consecutivos, una
cantidad similar a la invertida
anualmente en armas alrededor
del mundo.

Solo una acción coordinada por


parte de los países en desarrollo
podrá superar las injusticias que
han caracterizado las
negociaciones internacionales
sobre el calentamiento global y definir una estrategia viable para evitar
que el aumento en la temperatura superficial promedio exceda los 2°C
para finales de siglo con respecto al promedio registrado a inicios del
siglo 20.

El informe completo se encuentra disponible en este enlace.

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jc-centeno@outlook.com
Septiembre 2021

Julio César Centeno – ingeniero venezolano licenciado en la universidad de Nueva York; estudios de
maestría y doctorado en la Universidad de California. Profesor de la Universidad de los Andes. Asesor
de la Conferencia de Naciones Unidas para Medio Ambiente y Desarrollo [UNCED]. Director
Ejecutivo del Instituto Forestal Latino Americano. Representante de Venezuela en negociaciones
internacionales sobre bosques y cambios climáticos. Investido por la casa real de Holanda con la
Orden del Arca Dorada. Galardonado por el Proyecto de Naciones Unidas para el Medio Ambiente
con la condecoración GLOBAL 500. Vicepresidente de la Fundación TROPENBOS, Holanda. Miembro
del Consejo Directivo del Forest Stewardship Council, FSC. Miembro del Consejo Directivo de SGS-
Forestry, Oxford. Profesor visitante de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO).
Profesor visitante del Departamento de Política y Economía Forestal de la Universidad de Viena,
Austria. Miembro del Consejo Asesor para Ambiente y Desarrollo de PDVSA-Bitor. Asesor
internacional.

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