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El Hombre y la Máquina

ISSN: 0121-0777
maquina@uao.edu.co
Universidad Autónoma de Occidente
Colombia

GIRALDO CHAVARRIAGA, JOHN ALEXANDER


La verdad cuestionada por Pilatos. Una cuestión procesal entre el relativismo moral y el absolutismo
jurídico
El Hombre y la Máquina, núm. 36, enero-junio, 2011, pp. 40-58
Universidad Autónoma de Occidente
Cali, Colombia

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=47821598004

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La verdad cuestionada
por Pilatos.
Una cuestión procesal entre el relativismo
moral y el absolutismo jurídico

JOHN ALEXANDER GIRALDO CHAVARRIAGA›

Resumen
Este artículo está dedicado
DXQWHPDIXQGDPHQWDOGHODÀ-
losofía moral: la verdad moral y
su relación con el juicio político.
No se trata de una generalización
teórica sino de un ejercicio crítico
interpretativo de uno de los pasa-
jes que a propósito de la verdad
ha sido más frecuentemente
FLWDGRHQODOLWHUDWXUDÀORVyÀFD
política, jurídica y religiosa en
Occidente: el juicio de Jesús en
la escritura neotestamentaria.
Esta exposición asume una labor
interpretativa frente al enigma de
la verdad planteado paradigmáti-
camente por el evangelista Juan
en boca del gobernador Poncio
Pilatos. En su desarrollo son
cuestionadas las interpretaciones
que ofrecen Gadamer (1994) y
Kelsen (1977) de la postura de
Pilatos en el juicio la cual han
*
jagchavarriaga@gmail.com Magíster en Filosofía del Lenguaje – Licenciado en Filosofía (Universidad del Valle) Profesor Asociado del Departamento de Filosofía
de la Universidad del Valle Investigador del Grupo Hermes (Universidad del Valle) y miembro del Centro de Estudios de Bioética (Universidad del Cauca). Es autor
GHORVOLEURV(YLGHQFLDLQWXLFLyQ\PtVWLFD  /DLQYHQFLyQWpFQLFD  8QGHEDWHHQWRUQRDODFRQFLHQFLDGXDOLVPR\HSLIHQRPHQDOLVPR  /HMRV
GHODQRFKH  \FRDXWRUGH(OFDEDOOHURGHODWULVWHÀJXUD HQSUHQVD &XDGHUQRVGHHSLVWHPRORJtD,  &XDGHUQRVGHHSLVWHPRORJtD,,\,,,  3HUV-
SHFWLYDVGHLQYHVWLJDFLyQSDUDHO&DXFD8QDFRQVWUXFFLyQLQWHUGLVFLSOLQDULDVREUHODWHFQRORJtD\VXLPSDFWRHQHOHQWRUQR  6REUHFLHQFLDWpFQLFD\VRFLHGDG
 )LORVRItDHQWLHPSRUHDO  (QWUHVXVDUWtFXORVVHGHVWDFDQ´8QDpWLFDSDUDODWHFQRORJtDµHQ%ROHWtQ95,  ´0LVWHULRYLWDO\VHQWLPLHQWRWUiJLFR
en Unamuno” en Intersticios (2007), “Verdad y fortuna en la enunciación” en Revista de la Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad
GHO&DXFD  ´4XpVLJQLÀFDVHJXLUHVWXGLRVGHÀORVRItDµHQ+XPDQLGDGHV  ´/DHYROXFLyQGHODWHRUtDFDXVDOGHOVLJQLÀFDGRµHQ3UD[LV  \´8QD
WLSRORJtDGHODUDFLRQDOLGDGµHQ+XPDQLWDV  
)HFKDGHUHFHSFLyQ0D\R‡)HFKDGHDFHSWDFLyQ0D\R

40 (O+RPEUH\OD0iTXLQD1R‡(QHUR-XQLRGH
La verdad cuestionada por Pilatos.
John Alexander Giraldo Chavarriaga Una cuestión procesal entre el relativismo moral y el absolutismo jurídico

représentatif d´un Etat «impérial


FDOLÀFDGRGHOLEHUDO\WROHUDQWH tolérant avec des idées libérales
en un caso, y de democrática, en et démocratiques», s´opposent de
el otro. A estas lecturas, que ex- façon argumentative une inter-
hiben el carácter de un personaje prétation morale de la vérité: ce-
político representativo de un “Es- lle qui représente la posture d´un
tado imperial tolerante con políti- Pilates qui se situe entre le rela-
cas liberales y democráticas”, se tivisme moral et l´absolutisme
contrapone argumentativamente juridique.
una interpretación moral de la
verdad: aquella que representa Mots clés: Vérité, jugement,
la conveniente postura de un justice, témoignage, opinion,
Pilatos que se desplaza entre el public, politique, conscience,
relativismo moral y el absolutis- autorité, innocence, démocratie,
mo jurídico. tolérance.

Palabras clave: Verdad, jui-


cio, justicia, testimonio, opinión,
política, moral, relativismo, au-
toridad, inocencia, democracia,
tolerancia. “El amor por la verdad,
que nos conducirá hacia mu-
Résumé: chas peligrosas aventuras,
esa famosísima veracidad de
Cet article est consacré à
ODTXHWRGRVORVÀOyVRIRVKDQ
une question fondamentale de
hablado siempre respetuosa-
la philosophie morale : la vérité
mente, ¡cuántos problemas
morale et son rapport avec le
nos ha planteado ya! ¡Y pro-
jugement politique. Il ne s´agit
blemas singulares, malignos,
pas d´une généralisation théori-
ambiguos!”
que mais d´un exposé critique
d´un des extraits le plus évoqué FRIEDRICH NIETZSCHE.
par la littérature philosophique, 0iVDOOiGHOELHQ\HOPDO.
politique, juridique et religieuse
en Occident à propos de la véri-
té : le procès contre Jésus dans “En esto consiste toda la vir-
les saintes écritures du nouveau tud del juez, como la del orador:
testament. Cet exposé assume en decir la verdad”
donc un caractère interprétatif SÓCRATES. $SRORJtD
par_rapport_à l’énigme de la
vérité proposé de manière pa-
radigmatique par Jean à travers “No se debe privar de la
les mots de Ponce Pilates. Tout vida al hombre que predica
au long de notre explication, on una moral pura; el acusado,
essayera de mettre en question según la declaración de sus
les considérations de Gadamer mismos enemigos, predica
(1994) et Kelsen (1977) à propos siempre una moral excelente;
de la position adoptée par Ponce luego no se le debe castigar
Pilates au moment du procès. con la última pena”
Celle-ci a été jugée comme
VOLTAIRE.
libérale et tolérante ainsi que
démocratique. A Ces lectures, “Verdad” en el 'LFFLRQDULRÀOR
qui présentent le caractère d´un VyÀFR: Supuesto silogismo propuesto
personnage de la vie politique por Pilatos luego de estudiar seis
meses de lógica.
(O+RPEUH\OD0iTXLQD1R‡(QHUR-XQLRGH 41
La verdad cuestionada por Pilatos.
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ÀORVyÀFRV TXH RWRUJDQ UHOHYDQFLD


al contexto de este debate político-
religioso.
(Q SULPHU OXJDU MXVWLÀFDUp OD
valoración de la verdad en el ámbito
de las necesidades prácticas de la
especie como la expresión más
significativa de su racionalidad.
Señalaré cómo la indagación por
la verdad se orienta pragmática-
PHQWH KDFLD OD GHÀQLFLyQ GH VXV
FULWHULRV \QR KDFLD VX VLJQLÀFDGR
propio (aunque parezca interro-
garlo) especialmente en el ámbito
de la acción humana que a partir
de la religiosidad promueve una
orientación moral. En segundo
lugar, presentaré la atención que
ha merecido el asunto de la verdad
PRUDOHQODÀORVRItDFRQFUHWDPHQWH
Introducción en el reconocimiento que Voltaire,
Nietzsche y Gadamer hacen a la
(QODUHÁH[LyQPRUDOGHOPXQGR pregunta por la verdad consignada
occidental es un asunto de capital en el citado pasaje del evangelio
importancia aclarar el sentido de de Juan, en el cual se evidencia lo
ODYHUGDGHQWDQWRTXHFRQÀJXUDOD fundamental de la pregunta y así
orientación de la acción moral que mismo el vacío conceptual ante de
ha de juzgarse correcta. La pose- su falta de respuesta. En el apartado
sión de la verdad como principio /DYHUGDGLQWHUURJDGDSRU3LODWRV
regulador de la actividad humana RODSROtWLFDGHOUHODWLYLVPRPRUDO
se hace patente tanto en el discur- pongo en cuestión la interpretación
so político como en el religioso y que ofrece Hans Georg Gadamer
de un modo menos patente, en el (1994:51) de la postura de Pilatos
GLVFXUVRFLHQWtÀFRFRQVXDSDUHQWH HQ HO MXLFLR OD FXDO KD  FDOLÀFDGR
neutralidad moral. Una situación de liberal y tolerante, reforzando
paradigmática en la tradición cul- con ello la representación histórica
tural de Occidente que revela la de un Estado imperial tolerante
tensión entre los órdenes político con las políticas liberales, especial-
y religioso de la moral es el juicio mente frente a la libre expresión
a Jesús. El correspondiente pasaje y el culto religioso. Extiendo el
de la escritura neotestamentaria es cuestionamiento a Hans Kelsen
quizá el más frecuentemente citado (1977) quien resalta el valor de la
HQ OD OLWHUDWXUD ÀORVyÀFD SROtWLFD democracia en este pasaje bíblico.
jurídica y religiosa a propósito de El punto de articulación de mi crí-
la verdad en su sentido moral. En tica es la desviación del asunto de
este artículo me propongo realizar la verdad moral a instancias de una
una exposición crítica de la versión concepción política de la democra-
neotestamentaria del juicio llevado cia, lo cual ya ha sido señalado por
a cabo por el gobernador romano Ignacio Sánchez Cámara (2007).
Poncio Pilatos. Asumiré, por tanto, Siguiendo la acertada apreciación
una labor interpretativa frente al GH+HJHO  \VXRSRVLFLyQDO
enigma de la verdad a partir de “triunfo” de la indiferencia moral
algunos referentes históricos y religiosa encarnada en Pilatos, pre-
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sento mi idea central: que el juicio cual cualquiera puede ser un testigo
asistido por Pilatos es la expresión sin privilegios. La verdad adquiere
de un escepticismo decadente que DTXt VLJQLÀFDFLRQHV ÀORVyÀFDV \
FRQÀJXUD XQ VXEMHWLYLVPR PRUDO teológicas. Finalizo el artículo con
en la forma de un relativismo moral la citación de algunas recreaciones
degradado. Relativismo que en la OLWHUDULDVHQODVTXHODÀFFLyQSUH-
administración pública conlleva al tende suplir a posteriori el forzado
absolutismo jurídico, desfavorable silencio de Jesús frente a preguntas
a la democracia y a sus principios de Pilatos. Quedará abierta al lector
rectores de libertad, tolerancia e la posibilidad de recrearse en estos
igualdad. VLJQLÀFDWLYRV LQWHQWRV SRU UHGLPLU
En tercer lugar, bajo el acápite aquel espaldarazo político a la elo-
/DYHUGDGDFDOODGDGH-HV~VUHOL cuencia del discurso moral. Creo
JLRVLGDGGHFDUDDOMXLFLRSROtWLFR, que el camino hasta aquí trazado
controvierto el fallo sedimen- SHUPLWLUiODPHMRULGHQWLÀFDFLyQGH
tado históricamente, de un Pilatos las tesis defendidas y la elaboración
moralmente neutral en su senten- de los juicios conclusivos a los que
cia. Reconstruyo el marco legal haya lugar.
y religioso de la administración
de la pena capital por rebelión o
conspiración y por blasfemia (como La pregunta por la verdad
OD DÀUPDFLyQ GH PHVLDQLVPR VLQ
aporte de pruebas contundentes) /D SUHJXQWD SRU HO VLJQLÀFDGR
respectivamente, para mostrar el de la palabra “verdad” ha ocupado
inadecuado tratamiento procesal a OD PHQWH GH ORV ÀOyVRIRV GHVGH HO
Jesús. Planteo así la hipótesis de PLVPRPRPHQWRHQTXHODÀORVRItD
un juicio político “conveniente” buscó la forma de validación del co-
que buscó satisfacer la ira de algu- nocimiento del mundo y del hombre
nos judíos y enfocó las acciones mismo. Sin embargo, las referencias
imperiales contra un solo hombre, a lo verdadero son aún más antiguas
como dispositivo de control social TXH OD ÀORVRItD /D FDOLÀFDFLyQ GH
so pretexto de sedición. En cuarto algo como verdadero o falso tiene
lugar, bajo el título /DYHUGDGSUR lugar en el lenguaje cuando se des-
FHVDO HQ FXHVWLyQ \ ODV IDQWDVtDV cubre la posibilidad de la mente de
DEVROXWRULDVGHODSRVWHULGDGexa- representarse el mundo inadecuada-
minaré las respuestas de Jesús en el mente o la capacidad del habla para
juicio como intentos dialécticos de enunciar lo que no ha tenido lugar;
defensa y desenmascaramiento de es decir, cuando el ser humano se en-
la falta de autonomía y de los inte- cuentra ante la posibilidad de engaño
reses que alientan el interrogatorio a través del lenguaje o del pensa-
de Pilatos. Su actuación abierta en miento. Sabemos que el pensamiento
el espacio público, la calumnia de no pueda darse sin un lenguaje que
los testimonios de sus acusadores lo articule y que el lenguaje expresa
y la disociación de las nociones la posibilidad de lo que es pensable.
mundano-extramundano, sustentan Esta doble y recíproca relación entre
esta defensa, asegurándolo de no una instancia mental y otra lingüís-
haber hecho nada a espaldas del tica es en esencia la expresión tanto
Estado. Reprueba que cualquiera interna como externa de una misma
pueda ser testigo en el juicio y limita realidad de la racionalidad humana.
las implicaciones de sus acciones al La verdad aparece como el marcador
ámbito estrictamente religioso. En de una relación compleja y no del
este diálogo Jesús subraya el ca- todo clara, entre lo que se dice y lo
rácter abierto de la verdad frente al que se cree o entre lo que se cree y
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La verdad cuestionada por Pilatos.
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unida a la inquietud por comprender


los fenómenos del mundo y al deseo
de explotar las potencialidades del
pensamiento da origen a la ciencia.
La irrupción de la ciencia,
incluso en las manifestaciones
´SUHFLHQWtÀFDVµ GH OD DQWLJHGDG
planteó el problema de la verdad
en términos del conocimiento ver-
dadero. También aquí se trataba de
distinguir el conocimiento cierto
de la mera opinión o de separar
lo real de lo aparente; los criterios
para hacerlo invocaban la razón
misma. La pregunta por la verdad
se orientó entonces, a la búsqueda
GHIXQGDPHQWRVSDUDDÀUPDUORYHU-
GDGHUR SDUD MXVWLÀFDU VX HOHFFLyQ
lo que ocurre o entre esto último y lo o para argumentar en su favor. En
que se dice. La descripción de algo general, la pregunta por la verdad
conforme con su ocurrencia se tiene parecía menos difícil y menos arbi-
por verdadera al igual que la creencia traria si era formulada en un plano
en algo que se da por sentado o la práctico y no en uno esencial como
anunciación de algo en conformidad el de la especulación ontológica. La
con lo que realmente se piensa. GHÀQLFLyQGHORVFULWHULRVGHYHUGDG
ha sido una tarea que en apariencia
La necesidad de calificar lo goza de mayor concreción que la
dicho o lo pensado en términos de definición o el significado de la
la verdad ha sido siempre una ne- verdad. Los criterios son útiles para
cesidad práctica para la existencia distinguir lo que es verdadero de
humana. Diferenciar con certeza si ORTXHQRORHVSHURODGHÀQLFLyQ
un fruto es o no comestible, si el revela la naturaleza misma de la
tránsito por un lugar representa o verdad. Huelga decir que todo cri-
no una amenaza, si una acción ha terio acerca de algo expresa ya un
causado el enojo de alguien o su sobreentendido de ese algo, esto
satisfacción, o si una determinada es, una forma de concebirlo, una
época del año es el momento opor- GHÀQLFLyQSUHYLDDXQTXHYDJD/D
tuno para migrar, son ejemplos de FRQFHSFLyQFLHQWtÀFDGHODYHUGDG
situaciones que han puesto al ser involucra la posibilidad que tienen
humano en un horizonte de sentido los juicios de ser verdaderos y por
que determina su relación con el lo tanto los enunciados que los ex-
mundo para hacerla afortunada. SUHVDQ'HÀQLUFULWHULRVGHYHUGDG
La representación de lo verdadero VLJQLÀFDFRQWDUFRQUHJODVJHQHUDOHV
hace parte de la esfera de la acción que permitan racionalmente dife-
humana toda vez que el obrar del renciar lo verdadero de lo que no
hombre se caracteriza por una con- lo es. Estas reglas toman la forma
ducta consciente o racional que en de enunciados condicionales: si esto
su forma básica consiste en la elec- cumple con aquello entonces es
ción de los medios adecuados para verdadero. Con base en estas reglas
HO ORJUR GH ORV ÀQHV SHUVHJXLGRV la ciencia establece sus métodos de
(VDQHFHVLGDGUDFLRQDOGHLGHQWLÀ- validación de teorías lo que le ha
cación de los medios correctos para permitido sostener (no sin ciertas
la realización de objetivos prácticos, y fundamentales objeciones) que
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dichas teorías expresan un conoci-


miento verdadero.
Más allá de este horizonte de
IDFWLFLGDG TXH FRQÀJXUD HO VDEHU
“desenvolverse” en el mundo y el
saber más elaborado que llamamos
FRQRFLPLHQWRFLHQWtÀFRVHFRQÀJX-
ra el universo simbólico de la acción
humana. En este universo se ha es-
tablecido un conjunto de creencias
TXHSRUGHÀQLFLyQQRDGPLWHQFXHV-
tionamiento o duda. Las creencias
religiosas surgidas por la necesidad
de darle una orientación moral y un
sentido trascendental a la existencia,
tienen una base dogmática y como
tal, incontrovertible. Esta expresión
de lo verdadero como revelación de en su papel protagónico al actor
una autoridad divina y de un orden Jim Caviezel. Durante su presencia
moral y natural establecido por una en Denver para recibir el premio
voluntad suprema, signa lo verdade- “,PDJR'HL” que la Arquidiócesis
ro en los límites de la comprensión de Denver otorgó al equipo de
KXPDQD\ORÀMDHQODHVIHUDGHOR producción, Caviezel concedió una
sagrado. La pregunta por la verdad entrevista a ACI Prensa en la que le
en el ámbito de lo religioso es la preguntaron por su escena favorita.
pregunta por la religión verdadera, El actor se remitió a la escena en la
por la palabra revelada, por la es- que Poncio Pilatos interroga a Jesús
critura sacra o por el cumplimiento y este le dice: “Aquellos que me
de la promesa divina. No es pues conocen, conocen la verdad”, luego
una pregunta formulada desde el de lo cual Pilatos pregunta: “¿Qué
ejercicio crítico para establecer lo HVODYHUGDG"µ(QODSHOtFXODSXHGH
verdadero como resultado de un verse que Jesús permanece callado,
proceso sino una pregunta formu- mientras Pilatos se dirige ahora a su
lada para diferenciar lo que ya se esposa Claudia Prócula y le dice:
prejuzga verdadero sobre lo que se ´¢4XpYHUGDGHVHVWD"µ$ORFXDO
le opone o le resulta incompatible ella responde: “Si tú no lo sabes, yo
o comprometedor. En este campo no puedo decírtelo”.
3XHGHDÀUPDUVHTXHHQHOPXQ-
discursivo se expresa la doctrina
religiosa cuando se ha consolidado do occidental de tradición cristiana
mediante fórmulas dogmáticas. una de las citas más recurrentes a
propósito de la verdad proviene
La verdad interrogada por
del evangelio de Juan, aquel pasaje
Pilatos o la política relativista de
ODLQGLIHUHQFLDPRUDO
bíblico en que se basó la referida
escena de la Pasión. Históricamen-
Hace algunos años se presentó te, el acontecimiento se remonta al
al público una nueva recreación gobierno del segundo emperador
fílmica de uno de los momentos más romano, Tiberio, Claudio, Nerón,
importantes de la historia sagrada siendo procurador de Judea Poncio
del cristianismo: la pasión de Cristo. Pilatos (cuya permanencia en el car-
(OÀOPHHQPHQFLyQTXHOOHYDSRU JRVHGDHQWUH\G& 6HJ~Q
nombre /D SDVLyQ, fue producido Juan, Pilatos le dijo a Jesús: “Luego,
y dirigido por Mel Gibson y tuvo ¢W~ HUHV UH\"µ \ -HV~V UHVSRQGLy
(O+RPEUH\OD0iTXLQD1R‡(QHUR-XQLRGH 45
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“Tú lo dices. Yo para eso he nacido ción del poder entre el “rey” judío y
y para eso he venido al mundo: para el gobernador romano sería la clave
dar testimonio de la verdad. Todo de tal equilibrio. Si consideramos
el que es de la verdad escucha mi estas apreciaciones desde un punto
voz”. Pilatos le dijo: “¿Y qué es la de vista crítico, encontramos que no
YHUGDG"µ'LFKRHVWRVDOLyIXHUDRWUD hubo tan paradigmático equilibrio
vez y dijo a los judíos: “Yo no en- en la difícil situación política y re-
cuentro en él culpa alguna” (Jn 18, ligiosa de Judea bajo el segundo go-
 1RVRQSRFRVORVÀOyVRIRV bierno imperial. Pese a ser ley que
que han prestado atención a este el imperio respetaría las creencias
interrogatorio. Mencionaré solo al- religiosas y las prácticas culturales
gunos: Voltaire, luego de citarlo en de las provincias ocupadas, eran
VX'LFFLRQDULRÀORVyÀFRFRPHQWD frecuentes los levantamientos de la
con un poco de ironía que es “una comunidad judía contra el Estado,
lástima para el género humano que ya por su política tributaria, ya por
Pilatos se fuera sin esperar la con- la ofensa que las acciones romanas
testación de Jesús porque si hubiera representaban para las tradiciones
tenido paciencia, sabríamos lo que hebreas, especialmente por la for-
es la verdad”1. Nietzsche conside- ma peculiar judía de administrar la
raba que este era el único pasaje justicia en relación con las obliga-
del Nuevo Testamento que valía ciones morales de orden religioso.
la pena, justamente por el “razo-
Aunque la situación excep-
nable” escepticismo de un Pilatos
cional de tolerancia y libertad que
que encara al fanatismo. Más cerca
evoca Gadamer no haya existido
de nuestro tiempo, Gadamer anotó
realmente en aquel contexto, la
que la pregunta por la verdad, “en el
conclusión general que extrae de
sentido en que la formuló Pilatos si-
la situación política es correcta:
gue presidiendo hoy nuestra vida”2.
debido a las repercusiones políti-
La interpretación que ofrece cas de la búsqueda de la verdad,
Gadamer en un artículo de 1957, el “investigador” –quien busca la
titulado ¢4XpHVODYHUGDG" centra verdad– se ve tentado a aceptar y
la atención en la postura de Pila- enunciar como verdadero lo que le
tos calificándola como liberal y dicta la opinión pública o los inte-
tolerante. Para este hermeneuta la reses estatales. Este serio problema
SUHJXQWD GHO SURFXUDGRU VLJQLÀFD para la búsqueda objetiva de la
TXH´ORDÀUPDGRFRPRYHUGDGSRU verdad y para su reconocimiento de
un hombre como Jesús no afecta la misma en el discurso de quienes
al Estado para nada”. Sobre este la anuncian, es constante en la vida
significado el filósofo construye pública. Afecta no sólo el ámbito
la idea de un Estado imperial to- de la opinión sino también el de la
lerante, VXLJHQHULV, que ha podido ciencia, pero es en el terreno políti-
alcanzar un equilibrio político en co donde se debate. Gadamer, con
el ejercicio de la libertad, sobre sus conceptos de libertad y toleran-
todo de la libertad de expresión. cia, cae en una ilusión semejante a
Esta condición especial se debería la que cegara al gran exponente del
a la existencia de dos poderes en la positivismo jurídico: Hans Kelsen,
situación política y jurídica de las a propósito de su concepción de la
FRORQLDVURPDQDVGRQGHODÁXFWXD- democracia. En su obra Esencia

 92/7$,5('LFFLRQDULRÀORVyÀFR7RPR,,,(GLWRULDO$UDXMR%XHQRV$LUHVS
 *$'$0(5+DQV*HRUJ´¢4XpHVODYHUGDG"µHQ9HUGDG\0pWRGR,,(GLFLRQHV6tJXHPH6DODPDQFDS
 ,EtG

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\ YDORU GH OD GHPRFUDFLD (1977),


alude al mismo pasaje bíblico para
resaltar el valor de la democracia,
aunque el plebiscito popular fuera
contrario a Jesús.
En realidad, no ocurrió simple-
mente que el plebiscito popular le
fuera adverso sino que dicho plebis-
cito no tuvo lugar: el pueblo no fue
consultado representativamente, no
hubo una legítima mediación de la
voluntad general, para expresarlo
en términos de Rousseau. Contra
el reproche de los creyentes que
DÀUPDUtDQ TXH HVWH HMHPSOR KDEOD
contra la democracia, dice Kelsen
que “hay que admitir ese reproche;
pero sólo bajo una condición: que
los creyentes estén tan seguros de
su verdad política –que llegado el
caso también debe imponerse con la hoy considerado como el triunfo del
fuerza de la sangre– como lo estaba talento. Antes, la impotencia de la
de la suya el Hijo de Dios”. Ignacio razón iba acompañada de dolor y de
Sánchez Cámara en el artículo3LOD tristeza. Pero pronto se ha visto a la
WRV\ODGHPRFUDFLD, advierte acer- indiferencia moral religiosa seguida
tadamente que el pasaje no habla de de cerca de un modo de conocer
VXSHUÀFLDO \ YXOJDU TXH VH DUURJD
la democracia sino de la verdad4 y
en este caso hay que diferenciar la
el nombre de conocimiento expli-
verdad moral o la verdad religiosa
cativo, reconocer, francamente y
defendida por Jesús, y la verdad
sin emoción, esa impotencia y cifrar
política, la cual parece interesarle
su orgullo en el olvido completo de
especialmente al propio procurador
los intereses más elevados del espí-
y al conjunto de los acusadores.
Como se verá más adelante, la ape- ritu”5. Esta actitud hacia la verdad
lación al pueblo no es democrática que Hegel y Nietzsche ligaron (cada
en tanto solo fue escuchada la voz uno a su manera) al escepticismo,
de los acusadores que se aglutinaron adquiere el aspecto de un escepti-
en las afueras del palacio donde el FLVPRQRÀORVyÀFR&RQHOORTXLHUR
juicio fue llevado a cabo. referirme no al reconocimiento
de los límites de la comprensión
Errores de apreciación como los humana para aseverar como cierto
señalados son de vieja data. Hegel un conocimiento, sino al descrédito
se había percatado con cierta indig- de todo intento por establecer algo
nación de la valoración positiva que verdadero. En otras palabras, a un
en su época se concedía a la actitud escepticismo decadente.
de Pilatos. En su &LHQFLDGHOD/y
JLFD escribe: “Este abandono de la En el juicio asistido por el
indagación de la verdad que en todo procurador Pilatos, la expresión de
tiempo ha sido mirado como señal este escepticismo decadente, sin
de un espíritu vulgar y estrecho, es duda integrado a la cultura romana,

 6iQFKH]&iPDUD,JQDFLR´3LODWRV\ODGHPRFUDFLDµHQKWWSZZZFRQR]HFRPGRFSKS"GRF DFWXDOL]DGRDO
 +HJHO*HRUJ:LOKHOP)ULHGULFK/DFLHQFLDGHODOyJLFD(GLFLRQHV6RODU%XHQRV$LUHVHGLFLyQ

(O+RPEUH\OD0iTXLQD1R‡(QHUR-XQLRGH 47
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IDYRUDEOH D OD GHPRFUDFLD \ VXV


SULQFLSLRVUHFWRUHVGHOLEHUWDGWR
OHUDQFLDHLJXDOGDG El juez Pilatos
se arroga el derecho de la verdad
al imponer la voluntad estatal por
encima de toda creencia. Su sen-
tencia es ley absoluta: tiene el valor
GHOD´YHUGDGµÀMDOR´YHUGDGHURµ
aunque lo haga de una forma tan
sutil que puede, incluso, negar la
existencia objetiva de la verdad.
Recientemente Diego Medina en
el Dialogui del terzo millennio
VRVWHQLGRFRQ6EDLOzÀMDEDXQDLGHD
semejante con la sugestiva frase:
“El Estado se ha apoderado de la
verdad y lo ha hecho de la forma
más sutil posible”.
Aunque sea cierto (siguiendo a
FRQÀJXUDXQVXEMHWLYLVPRPRUDO(O Voltaire) que el pasaje del interro-
sentido de la verdad defendido por gatorio de Jesús por Pilatos deja en
Cristo, sea cual fuere este, parece vilo la concepción cristiana de la
hacer tenido sinceras pretensiones verdad, no es cosa para desestimar
de objetividad en el campo moral. que ofrece, aunque solo sea tácita
En contraste el sentido de Pilatos y veladamente, la concepción que
era claramente subjetivista, aunque el procurador romano tenía de la
en el manejo político de la situación verdad. Aunque aquel juicio quizá
no dudara en recrear un sentido no haya tenido para Pilatos mucha
´REMHWLYRµGHYHUGDGTXHMXVWLÀFDUD trascendencia, es un hecho que se
sus acciones ante la opinión. Esta constituyó en el más importante
tensión está presente como crítica de la historia religiosa del mundo
a las concepciones relativistas occidental. El supremo juez, cuya
y subjetivistas de la verdad que investidura le había sido otorgada
frecuentemente se proclaman para por el gran César, debía suponer
desvirtuar otros discursos, pero que el humilde judío llevado al
que se acallan cuando se quiere pretorio no podría enseñarle algo
imponer el propio. De modo que los que no hubiera aprendido antes de
“privilegiados jueces de la verdad” los preceptores imperiales. Puede
intentarán convencer a otros del especularse que Pilatos no esperaba
YDORUUHODWLYRGHVXVDÀUPDFLRQHV una respuesta de su acusado porque
pero recomendarán el acatamiento ya contaba con una concepción de
de aquellas “verdades” en las que la verdad que a la sazón debía con-
conviene creer, cuidándose de no siderar sólidamente establecida. Su
revelar los engaños y las apariencias pregunta sin respuesta, seguida del
que las sustentan. La verdad, vista ÀQGHOLQWHUURJDWRULR\GHODUHVR-
en relación con el intento de hacer lución del juicio, es claramente una
valer socialmente un discurso por pregunta retórica. Una pregunta que
sus implicaciones favorables al no interroga sinceramente al inter-
poder, es propia de este modo de locutor, ya que busca imponerle el
pensar. Aunque suene paradójico, punto de vista que al orador le resul-
HVWDIRUPDGHUHODWLYLVPRPRUDOGH ta obvio. No es difícil imaginar en
ODDGPLQLVWUDFLyQS~EOLFDFRQGXFH la recreación escénica de este pasaje
DODEVROXWLVPRMXUtGLFRSDUDQDGD bíblico que el cuestionamiento de
48 (O+RPEUH\OD0iTXLQD1R‡(QHUR-XQLRGH
La verdad cuestionada por Pilatos.
John Alexander Giraldo Chavarriaga Una cuestión procesal entre el relativismo moral y el absolutismo jurídico

Pilatos pudo estar acompañado de


un gesto irónico, caracterizando así
el cinismo de su autoridad política.

La verdad acallada de Jesús:


religiosidad de cara al juicio
político
La falta de oportunidad para
dar una respuesta a la pregunta
formulada retóricamente por el
procurador romano sigue, en efec-
to, despertando la inquietud de los
contemporáneos que encuentran en
el evangelio de Juan un marco más su atención en el pasaje que narra
TXHDGHFXDGRSDUDÀMDUXQVHQWLGR el lavatorio de las manos por parte
absoluto de la verdad. El novelista del procurador romano, suceso que
francés Maxence van der Meersch, solo relata el evangelista Mateo
EXVFyFRPSHQVDUHQODÀFFLyQOLWH- (Mt 27,24). La doble declaración
raria la ausencia de una respuesta: de inocencia del procurador, la
/D YHUGDG 3LODWRV HV pVWD SR literal, al expresar: “soy inocente
QHUVHDOODGRGHORVKXPLOGHV\GH de esta sangre” (Mt 27, 24) y la
los que sufren. Este sentido de la simbólica: al quitarse la sangre de
verdad, de carácter eminentemente sus manos, responde ejemplarmente
paulino, con seguridad no habría a una concepción de la verdad, la del
sido compartido con Pilatos, quien procurador, claramente al servicio
mostró poca piedad ante un hombre GHÀQHVSROtWLFRV
humilde mancillado por la ortodo-
xia judía. Pilatos no se puso al lado Mateo y Juan, cada uno a su
del humilde hijo del carpintero que manera, intentaron que el juicio de
sufría en manos de las autoridades la historia favoreciera al juez Pilatos
judías, no buscó favorecer a este ante un cuestionamiento por la in-
provinciano de Galilea, región de justicia de su fallo. Mateo introduce
la cual jamás había salido profeta dramáticamente la autodeclaración
alguno (Jn 7,52). Se puso al lado de inocencia de Pilatos; Juan pre-
de los sacerdotes y del pueblo albo- senta sus benignas intenciones de
rotado que esperaba en las afueras dejar al reo en libertad (Jn 18, 29)
del palacio. Desde la perspectiva de \OHKDFHDÀUPDUWUHVYHFHVODLQR-
una verdad presente en los actos pia- FHQFLD GH -HV~V -Q    
dosos y caritativos, de una verdad  7 y, en consecuencia, su propia
teológica cuyo conocimiento lleva a inocencia ante una posible acusa-
obrar conforme al plan divino, Pila- ción de injusticia. Bajo el imperio
tos no obró en atención a la verdad. romano no era desconocido que la
No obstante, la tradición popular posibilidad de administrar la justicia
cristiana ha desatendido este hecho era una con la posibilidad de gober-
y ha validado eufemísticamente nar injustamente. Cicerón lo había
otra concepción de la verdad que expresado casi un siglo antes de los
resulta favorable a la actuación del acontecimientos de la Pasión: 6XP
procurador. Dicha tradición centra mum ius summa iniuria. De modo

 $VLPRYSUHVXPHTXHHOODYDWRULRGHODVPDQRVUHVSRQGHDXQULWXDOGHODOLWXUJLDMXGtDTXH3LODWRVVHKDEUtDROYLGDGRUHDOL]DU\SRUHVRQRVHLQFOX\HHQORVUHVWDQWHV
evangelios, pero que Mateo incluye por su familiaridad con las costumbres judías, ya que no con las romanas. ASIMOV, Isaac. *XtDGHOD%LEOLD. 1XHYR7HVWDPHQWR
3OD]D -DQpV(GLWRUHV6$%DUFHORQDS
 (VWRFRQFXHUGDFRQ/XFDV

(O+RPEUH\OD0iTXLQD1R‡(QHUR-XQLRGH 49
La verdad cuestionada por Pilatos.
John Alexander Giraldo Chavarriaga Una cuestión procesal entre el relativismo moral y el absolutismo jurídico

que este partidismo de los evange- Para ser efectiva o legal ésta debía
listas a favor del poder imperial, (el ser impuesta por la justicia romana
mismo que perseguiría al cristianis- que se reservaba el derecho de ad-
mo primitivo) o es revelador de una ministrar la pena capital (LXVJODGLL)
excesiva ingenuidad política o bien en las provincias sometidas al impe-
oculta alguna intencionalidad. Hay rio, entre ellas, Judea. Para esto, el
quienes han explicado este apoyo juicio religioso por blasfemia debía
D OD ÀJXUD GHO JREHUQDGRU FRPR convertirse en un juicio político por
un intento de recargar la culpa en rebelión o conspiración. En cuanto
el pueblo judío, cuya ortodoxia no al juicio religioso, que fue llevado
aceptaba el espíritu reformista del a cabo por el Sanedrín, se sabe que
cristianismo; recordemos al evan- en la época, según las leyes judías,
gelista: “todo el pueblo respondió: OD DÀUPDFLyQ GH PHVLDQLVPR VLQ
que su sangre caiga sobre nosotros aporte de pruebas contundentes era
y sobre nuestros hijos” (Mt 27, 25). considerada un delito grave cuyo
Esta declaración, construida por el castigo era la muerte. En el Levítico
evangelista, logró su estatus de ver-  VHHVWDEOHFHTXHODPXHUWH
dad y se convirtió en una verdadera por lapidación debía ejecutarla toda
condena para muchas generaciones la asamblea a quien blasfemare en
de judíos. Si el Evangelio de Mateo, nombre de Yavhé. Pero las leyes
como asegura Asimov adquiere este cambiaron bajo la administración
talante por la tendencia del evange- romana que prohibió la ejecución
lista a “interpretar y describir todas de la pena capital por las propias
las cosas de acuerdo con las profe- manos judías. Aunque las escrituras
cías, liturgia y lenguaje del Antiguo son enfáticas en querer mostrar que
Testamento”8, podríamos decir que la condena de Jesús es parte de una
en contraste, el cuarto evangelio conspiración del Sanedrín, motiva-
fue escrito como una apologética da por la envidia y por el sentimien-
romana, al menos en el pasaje es- to de desautorización de los sumos
tudiado. En esos tiempos ganarse el sacerdotes ante la nueva prédica, el
favor imperial era fundamental para carácter mesiánico de Jesús se va
la supervivencia del cristianismo, SHUÀODQGRHQODVYLYHQFLDVFRQORV
especialmente porque los gentiles9, apóstoles según la narración de los
más que los judíos de quienes los evangelios sinópticos y es un signo
cristianos se habían separado irre- constante en el cuarto evangelio.
vocablemente, eran los llamados a Las pruebas a favor del mesianismo
la hermandad de Cristo. eran básicamente los milagros, y se
En torno a la pasión hay un sabe que los testimonios al respecto
enfrentamiento velado, quizá in- fueron tomados por las autoridades
advertido por los mismos evange- judías como pruebas de actos con
listas, entre dos concepciones de la mediación demoníaca y no divina.
verdad: la de Cristo, a la que se le Es probable que Herodes Antipas,
ha negado su aclaración discursiva, tetrarca de Galilea, a quien Pilatos
y la de Pilatos, que se hace patente remitió el reo por haber nacido en
en la conducción del juicio. Con su jurisdicción, esperara que Jesús
referencia al juicio, correspondía al obrara ante su presencia algún
procurador decidir o no la condena a milagro para poder absolverlo en
muerte de Jesús, ya que la sentencia consideración de la ley judaica (Lc
del tribunal judío era la pena mayor.  GHPRGRTXHQRREWHQLHQGR

8 Cfr. Asimov, Isaac. Op.cit. S


 /RVHYDQJHOLRVGH/XFDV\-XDQIXHURQHVFULWRVSDUDORVJHQWLOHV\QRSDUDORVMXGtRVORFXDOVHLQÀHUHGHDOJXQDVUHIHUHQFLDVH[SOLFDWLYDVFRPRSRUHMHPSORHQ-Q
\/FGRQGHORVHYDQJHOLVWDVH[SOLFLWDQTXHOD3DVFXDHVXQDÀHVWDGHORVMXGtRV

50 (O+RPEUH\OD0iTXLQD1R‡(QHUR-XQLRGH
La verdad cuestionada por Pilatos.
John Alexander Giraldo Chavarriaga Una cuestión procesal entre el relativismo moral y el absolutismo jurídico

de él lo que esperaba, se limitó a JLRVD\SROtWLFDODÀJXUDQHRWHVWD-


burlarse de su condición y a devol- mentaria de Pilatos es políticamente
verlo como reo a Pilatos. ambigua. Este aparece como un
gobernador capaz de ejercer un po-
En cuanto al juicio político,
der absoluto: “¿No sabes que puedo
si atendemos la tradición bíblica,
GDUWH OD OLEHUWDG R FUXFLILFDUWH"µ
no hay hechos que demostraran
(Jn 19, 10), pero también como un
que Jesús estuviese organizando o
juez que carece de la determinación
liderando una manifestación polí-
para administrar justicia, ya porque
tica contra el imperio, aunque solo
delega o evade su responsabilidad,
fuera a escala local. Mucho menos
dejando la suerte de Jesús en manos
GH+HURGHV /F RGHORVMXGtRV
plausible es que planeara derrocar
-Q0W0U \D
a las autoridades romanas locales.
Incluso en un punto tan corriente porque siente miedo a la vocinglería
de la crítica al Imperio cual era la de la muchedumbre (Jn 19, 8) o
obligación tributaria, que de hecho ya porque su mujer le manda qué
era uno de los motivos principales hacer: “no resuelvas nada contra
de enfado y desobediencia civil, ese justo, porque he sufrido mucho
Jesús se muestra conforme con las hoy en sueños por causa de él” (Mt
disposiciones imperiales. Lucas 27,19). Esa ambigüedad política
muestra el triunfo de la astucia del personaje bíblico es, sin duda,
sobre la malicia, cuando al ser in- un efecto de los diversos intereses
terrogado Jesús sobre si era lícito y perspectivas que acompañaron
pagar impuestos, éste pregunta de la redacción de los evangelios, así
TXLpQHVODHVÀQJHDFXxDGDHQXQD como de los rasgos polimorfos de
moneda y al escuchar que es del la tradición de la iglesia cristiana
César, contesta: “pues dad al César primitiva que aportó los materiales
lo que es del César y a Dios lo que para la historia sagrada. Con todo,
HV GH 'LRVµ /F    1R UHVXOWDVLJQLÀFDWLYRTXHSHVHDOSR-
obstante, Jesús pudo inquietar a las der efectivo que tenía el procurador
autoridades al desarrollar su prédica romano, los intereses doctrinales de
en lugares públicos y causar cierta los evangelistas exhiban a un Pon-
conmoción social por sus milagros cio Pilatos en apariencia temeroso,
o por sus instrucciones morales en el carente de determinación y con una
templo de Jerusalén (Mt, 21,12-17; “conciencia moral” ejemplar.
Lc 19, 45-48). Tal vez esto podría
configurar el delito denominado La creencia popular ha asimi-
sedición que sí tenía importancia lado esta imagen neutral e inocente
para el derecho romano, de hecho, del funcionario imperial, incluso la
Iglesia abisinia lo canonizó como
para decirlo en un lenguaje más
santo. Pero el orden de los aconte-
coloquial, Jesús fue acusado por
cimientos que urden esta trama na-
alborotar al pueblo. Para reforzar las
rrativa revela una personalidad dis-
acusaciones debía ligarse este hecho
tinta: la de un hábil político que veía
con las supuestas pretensiones de
la conveniencia de que un hombre
poder de Jesús. Los sacerdotes en
muriera por el pueblo, concepción
su fe se rasgaban las vestiduras
compartida con el sumo sacerdote
porque el hijo de José el carpintero
Caifás (Jn 18, 14). Del lado roma-
y de su esposa María se declaraba
no, se trataba de satisfacer la ira de
hijo de Dios, pero en el trasfondo
los judíos y no provocarlos más.
político acusan “al alborotador de
Del lado de los judíos, se trataba
hombres” por llamarse a sí mismo
de enfocar las acciones imperiales
“rey de Israel”.
contra un solo hombre y no contra
En esta compleja trama reli- toda la comunidad, mantenida bajo
(O+RPEUH\OD0iTXLQD1R‡(QHUR-XQLRGH 51
La verdad cuestionada por Pilatos.
John Alexander Giraldo Chavarriaga Una cuestión procesal entre el relativismo moral y el absolutismo jurídico

control y vigilancia con el destaca- de la verdad privada. En torno a la


mento de tropas que Pilatos tenía ÀJXUD GH3LODWRV VH FRQVWUX\H XQD
en la capital. La habilidad política inocencia verosímil: parece clara
del personaje consiste precisamente su conciencia moral, pero no actúa
en el enmascaramiento. Por él, los en conformidad con su objeción
acontecimientos decisivos del juicio de conciencia, sólo quiere una
se resuelven en el marco religioso conciencia libre de culpa ante la
de las acusaciones: la blasfemia de opinión pública y ante el juicio de
quien ha predicado ser el Mesías, ODKLVWRULD/RTXH3LODWRVFRQÀJXUD
el hijo de Dios, y no en el marco como verdad es la ilusión de un jui-
de la justicia romana atendiendo cio absolutorio para Jesús, cuando
el espíritu de las leyes. El supremo en verdad condena al reo a muerte
juez crea la impresión de no haber y lo único absuelto es su conciencia
juzgado a Jesús o de haberlo juzga- de culpa ante el tribunal de los hom-
do, declarándolo inocente, cuando bres por la vía de la manipulación
en realidad bajo su poder el reo es política para satisfacción del vulgo.
entregado a los judíos para su cru- /DYHUGDGVHJ~Q3LODWRVHUDORFRQ
FLÀ[LyQ3DUHFHEXVFDUDOWHUQDWLYDV YHQLHQWHSDUDODHVWDELOLGDGSROtWLFD
para liberar al reo de una peor suer- GH-XGHDSDUDODSUHVHUYDFLyQGH
WHHQWUHHOODVODÁDJHODFLyQODEXUOD VXFDUJR. Estas “razones de Estado”,
pública y la opción de liberarlo en cuyas sentencias se dirigen a la
conformidad con la tradición de la muchedumbre, afuera del palacio,
ÀHVWDGH3DVFXDSHURFRQWRGRHOOR y las otras razones de la conciencia
no hace más que agitar las masas en- que pusilánimes emergen en el
conadas contra el reo, delegarles el tribunal del palacio11, hacen pensar
poder de decidir y saciar la envidia en aquella distinción kantiana, con
de los sumos sacerdotes (Mr 15,10). el perdón de sus seguidores, tan
Si en verdad Pilatos deseaba estimada por la filosofía moral,
liberar al reo, puesto que tenía el entre XVRS~EOLFR y XVRSULYDGRGH
poder de hacerlo, ¿por qué no lo ODUD]yQ. Pilatos, en la serie de in-
KL]R" +DEUtD SRGLGR UD]RQDU GHO tervenciones que le llevan a entregar
modo como lo propone Voltaire: al reo en manos judías para su ajus-
“Es deber mío evitar los atropellos ticiamiento, hace un XVRSULYDGRGH
de un pueblo sedicioso para pedir OD UD]yQ: en tanto funcionario se
la muerte de un hombre sin motivo rige por cierto “automatismo”, por
y sin forma jurídica, así han obrado cierta “pasividad” que no expresa
los judíos en esta ocasión; luego yo algo distinto que el seguimiento de
debo disolverlos y enviarlos a las la política imperial para evitar las
prisiones o a sus casas”10. Mas no lo perturbaciones del orden público12.
hizo así, entre otras razones porque Pero en sus manifestaciones acerca
su poder no era absoluto, porque las de la inocencia de Jesús y de la suya
IRUPDVMXUtGLFDVQRVLHPSUHHVWiQ propia, hace un XVR S~EOLFR GH OD
GHO ODGR GH OD YHUGDG S~EOLFD y UD]yQ. Esta escisión de la razón que
SRUTXHHVWD~OWLPDWDPELpQGLÀHUH permite la distinción de sus usos

10 Voltaire, Op.citS
 3DUDHOHVSHFLDOLVWD)HOLSH)HUQiQGH]5DPRVHVFODURTXHHOMXLFLRDQWH3LODWRVWLHQHXQDFRQÀJXUDFLyQGUDPiWLFDWHDWUDOHQODTXHVHGHÀQHQGRVHVFHQDULRVHOLQWHULRU
GHOSUHWRULR\VXH[WHULRU(QHOLQWHULRUWLHQHOXJDUHOGLiORJRHQWUH-HV~V\3LODWRV\HQHOH[WHULRUHOGH3LODWRV\ORVMXGtRV &IU1RWDD-QHQLa Biblia
SDUDHOSXHEORGH'LRV(GLFLyQWRWDOPHQWHUHQRYDGD(GLFLyQ(GLWRULDO6DQ3DEOR%RJRWiS 3DUD)HUQiQGH]-HV~V\HOFULVWLDQLVPRHQWUDQHQ
FRQIURQWDFLyQFRQ5RPDHQODSHUVRQDGHOSURFXUDGRUSHURHVDFRQIURQWDFLyQQRVHPDQLÀHVWDHQQLQJXQRGHORVGLiORJRVQHRWHVWDPHQWDULRVTXHUHJLVWUDQHOMXLFLR
0iVDGHFXDGRVHUtDGHFLUTXHODMXVWLFLDURPDQDHQODSHUVRQDGHOSURFXUDGRULQWHQWDPHGLDUXQFRQÁLFWRUHOLJLRVRSDUDWHUPLQDUFRQYLUWLpQGRVHHQLQVWUXPHQWRGH
ORVÀQHVGHODSDUWHDFXVDGRUD(VWDSRVLFLyQPHGLiWLFDGH3LODWRVHVLJXDOPHQWHWHDWUDOYDGHXQHVFHQDULRDRWURGHODFXVDGRDORVDFXVDGRUHV\HQQLQJ~QFDVR
SDUHFHREWHQHUGHHOORVORTXHHVWDUtDPiVFRQIRUPHFRQVXYROXQWDG6LQHPEDUJR3LODWRVQRVHPDQWHQGUtDSRUPXFKRWLHPSRHQHOSRGHU\DTXHKDFLDHODxR
fue depuesto de su cargo por las continuas trifulcas que se presentaban entre samaritanos y judíos.
&IU.DQW,PPDQXHO´¢4XpHVOD,OXVWUDFLyQ"µHQ)LORVRItDGHODKLVWRULD)&(%RJRWi'&SS

52 (O+RPEUH\OD0iTXLQD1R‡(QHUR-XQLRGH
La verdad cuestionada por Pilatos.
John Alexander Giraldo Chavarriaga Una cuestión procesal entre el relativismo moral y el absolutismo jurídico

público y privado, puede ser vista Jesús. Esto último debía tener un
como una aberración en casos como mayor interés para un romano cuya
este: una declaración pública de la función principal era mantener la
inocencia del reo, acompañada de estabilidad del poder imperial en
una sentencia privada de muerte. ODFRORQLDMXGtDDOÀQGHFXHQWDV
Pilatos preludia el desenlace fatídi- como lo manifestaron los sumos
co, por eso pregunta retóricamente: sacerdotes: “todo el que se hace rey
´¢\ TXp HV OD YHUGDG"µ GDQGR OD va contra el César” (Juan 18, 12).
espalda a su único interlocutor y
Pilatos parece abstraerse mo-
aprestándose a cumplir su papel
mentáneamente de la naturaleza
como facilitador de la voluntad
real del problema que le ha llegado
de los acusadores. Para Pilatos,
desde la casa de Caifás. No impugna
para los judíos14 y para los mismos
cristianos que esperaban el cumpli- a Jesús burlándose de su respuesta.
miento de las escrituras, ODYHUGDG Tampoco trata de explorar el senti-
FRPRLOXVLyQKDWULXQIDGR. do metafórico de su reinado. Y en
cuanto a la verdad, no esgrime un
Volvamos a la pregunta. Una argumento DGKRPLQHQ diciéndole,
parte de la respuesta que da Jesús por ejemplo: ¿y quien eres tú para
al ser interrogado por Pilatos sobre GDUWHVWLPRQLRGHODYHUGDG"7DP-
ODDWULEXFLyQGHOKRQRUtÀFRHVWDWXV poco plantea una generalización de
de rey de los judíos, involucra la este argumento diciendo, por ejem-
verdad como algo de lo que puede plo, ¿Quién puede decir lo que es la
darse testimonio, pero también YHUGDG" 1R QDGD GH HVWR 3LODWRV
como algo que es objeto de adhe- centra su atención en la Verdad (con
sión: “(...) he venido al mundo: para mayúscula inicial) como si quisiera
dar testimonio de la verdad. Todo evidenciar que no es posible una
el que es de la verdad escucha mi GHÀQLFLyQVDWLVIDFWRULDGHODPLVPD
voz”. Hablar con verdad (ser ve- o que es imposible concebirla de
raz)15 y adherir a la verdad son, de manera absoluta. En este diálogo,
hecho, las principales acciones que la verdad aparece desde la pers-
median las relaciones de interlocu- pectiva de los evangelistas como
ción en torno a la verdad. Y dichas la categoría más representativa, al
acciones las fomentaba Jesús en DGTXLULU VLJQLÀFDFLRQHV ÀORVyÀFDV
el espacio público, al subrayar el y teológicas. Este aspecto ha sido
carácter abierto de la verdad, frente subrayado en la importante novela
al cual cada quien se convierte en de Jesús Capo sobre Jesús de Naza-
un testigo sin privilegios. Pero
reth, en la que tras la respuesta de
Pilatos se desplaza de este ámbito
Jesús a la pregunta por su identidad
DXQRPiVDEVWUDFWRHOTXHFRQÀ-
real, se expone que Pilatos preguntó
gura la esencia de la verdad. Así, ha
qué es la verdad, “tratando de cap-
puesto el énfasis en la verdad, más
tar la clave de la frase, aunque a él
SUHFLVDPHQWHHQODGHÀQLFLyQGHOD
OD ÀORVRItD GH DTXHO JDOLOHR OH HUD
verdad, cuando bien podría haber
indiferente”.17
preguntado sobre los pretendidos
derechos regios declarados por Ninguno de los evangelios

6LQHPEDUJR3LODWRVQRVHPDQWHQGUtDSRUPXFKRWLHPSRHQHOSRGHU\DTXHKDFLDHODxRIXHGHSXHVWRGHVXFDUJRSRUODVFRQWLQXDVWULIXOFDVTXHVHSUHVHQWDEDQ
entre samaritanos y judíos.
14 La referencia general a los judíos y, por lo tanto, la responsabilidad del pueblo judío por la condena de Jesús, se desprende del tratamiento sin distinciones que les
da el evangelista Juan como relator tardío en una época en que cristianos y judíos están bien diferenciados. En consecuencia, Juan no distingue entre la comunidad
judía a los reales opositores de Jesús: fariseos, saduceos y escribas.
15 Por la dimensión ontológica que cobra el sentido de la verdad cristiana, Dios es mencionado en el evangelio de Juan como “el que es veraz” (Jn 7, 28).
&IU-Q
17 Capo, Jesús. (OKLMRGHOFDUSLQWHUR(GLWRULDO*ULMDOER6$6DQWLDJRGH&KLOHS

(O+RPEUH\OD0iTXLQD1R‡(QHUR-XQLRGH 53
La verdad cuestionada por Pilatos.
John Alexander Giraldo Chavarriaga Una cuestión procesal entre el relativismo moral y el absolutismo jurídico

sinópticos hace referencia a la quién le interroga desea tener tes-


verdad en los pasajes dedicados timonio de su verdad, escucharlo,
al comparecimiento de Jesús ante adherir al testimonio y, en conse-
Pilatos. Tanto Mateo como Marcos cuencia, reconocer en él al hijo del
y Lucas ponen en el gobernador Hombre. Pero Pilatos está lejos de
la pregunta “¿Eres tú el rey de tomarse en serio la identidad divina
ORVMXGtRV"µ\HQERFDGH-HV~VOD de Jesús y su destino religioso; por
simple respuesta: “Tú lo dices”18, WDQWR DFODUD ´¢6R\ DFDVR MXGtR"
luego de lo cual Pilatos se retira di- Tu pueblo y los sumos sacerdotes
ciendo que no ha encontrado culpa WHKDQHQWUHJDGRDPtµ -Q 
en Jesús. Sólo el evangelio de Juan También hay aquí una declaración
estructura un diálogo aparentemente del rol que cumpliría el procurador
más argumentativo en el que el que forzado por la jerarquía judía que
Jesús no se limita a guardar silen- estaba dispuesta a acusarlo a él mis-
cio o a proferir un mínimo número mo de traición al César si pasaba por
de palabras ante sus inquisidores, alto la proclamación de Jesús como
sino que llega incluso a retar sus rey de Israel (Jn 19, 12).
inteligencias y aleccionarlas. Hace
pensar en la apología de Sócrates La verdad procesal en cuestión
frente a los atenienses, otra víctima \ODVIDQWDVtDVDEVROXWRULDVGHOD
de la verdad en un sistema de justi- posteridad
cia poco justo, “hay que defenderse En cuanto a la razón procesal,
y tratar de arrancaros del ánimo, en puede interpretarse el cuestiona-
tan corto espacio de tiempo, una ca- miento de Jesús como un intento
lumnia que habéis estado escuchan- de desenmascarar los intereses
do tantos años de mis acusadores. que alientan el interrogatorio de
Y bien quisiera conseguirlo, mas Pilatos, al poner en entredicho la
la cosa me parece difícil y no me autonomía del procurador romano,
hago ilusiones. Intrigantes, activos, pero también pretendiendo sentar la
numerosos, hablando de mí con un prueba de un juicio fundado en una
plan concertado de antemano y de calumnia. Aunque es extraño pensar
manera persuasiva, os han llenado que Jesús asumiera su defensa, pues
los oídos de falsedades desde hace con esto pondría un serio obstáculo
ya mucho tiempo, y prosiguen al cumplimiento de las antiguas
violentamente su campaña de ca- HVFULWXUDVHQORUHIHUHQWHDVXVDFULÀ-
lumnias”.19 cio, el evangelista se desprende por
En el cuarto evangelio la prime- un momento de la imagen crística
ra respuesta de Jesús al interrogato- del cordero de Dios y da vida a un
rio es un cuestionamiento a la fuente personaje que está dispuesto a em-
de las acusaciones que contra él se plear sus habilidades oratorias para
formulan. Al preguntarle Pilatos: mostrar que es libre de toda culpa.
¢(UHV W~ HO UH\ GH ORV MXGtRV" pO Al diferenciar entre lo que se conoce
responde: “¿Dices esto por ti mismo por sí mismo y lo que se conoce
RWHORKDQGLFKRRWURVGHPt"µ(Q por intermedio de otro, el diálogo
esta respuesta puede advertirse una recreado por el evangelista adquiere
razón procesal pero también una XQ DFHQWR ÀORVyÀFR TXH UHFXHUGD
razón teológica. En cuanto a esta las condiciones de posibilidad del
última, Jesús habla en su calidad de diálogo socrático; en especial, la
Mesías, como si quisiera indagar si actitud crítica frente a las opiniones

&IU0W0U\/F
19 Platón, Apología de Sócrates. en Diálogos. T. I. Editorial Gredos. Madrid, 1985.

54 (O+RPEUH\OD0iTXLQD1R‡(QHUR-XQLRGH
La verdad cuestionada por Pilatos.
John Alexander Giraldo Chavarriaga Una cuestión procesal entre el relativismo moral y el absolutismo jurídico

DMHQDV\ODFRQÀDQ]DHQHQFRQWUDU
la verdad en el interlocutor por su
propia cuenta, siempre que éste
logre despojarse de los prejuicios.
El punto aquí es la distinción entre
lo falso y lo cierto; entre lo verda-
dero y lo aparente. La calumnia
está del lado de lo falso y se vale
de un relato verosímil para hacer
pasar una apariencia por algo ver-
dadero. Jesús emplea como táctica
argumentativa la disociación de las
nociones mundano-extramundano
para mostrar cómo las falsas acu-
saciones se fundan en la apariencia
de sus testimonios públicos, pero no
en la verdad de su mensaje.
Según las Escrituras, los que
prendieron a Jesús en el huerto de
Getsemaní, los maestros de la ley,
los sumos sacerdotes, los ancianos ésta del dominio de aquel. Por otra
y el Tribunal supremo en pleno, SDUWHDOYLQGLFDUHOVLJQLÀFDGRQR
reunidos en presencia del sumo literal o metafórico busca atribuir a
sacerdote Caifás, piden la muerte la expresión “rey de los judíos” un
de Jesús por haber blasfemado al sentido espiritual, no como admi-
declarar que era el hijo de Dios, nistrador de los bienes terrenales del
el Mesías (y con ello el rey de Is- pueblo de Judea, sino como pastor y
rael)20. En efecto, en un contexto liberador de almas, como autoridad
religioso durante la conformación sobre los bienes espirituales del
de su discipulado, Jesús aceptó ser pueblo. De este modo, al desvalorar
reconocido como rey de Israel (Jn, lo aparente como falso y mostrarlo
1, 49-50), y ahora, en el contexto como base de las acusaciones, Jesús
jurídico, en calidad de acusado ante intentaría mostrar la improcedencia
el procurador romano, se ve en la de un juicio político en su contra.
necesidad de reconocer el uso me- En contraposición, al manifestar la
tafórico del lenguaje que caracteriza naturaleza trascendental de su reino,
su prédica. Al decir enfáticamente Jesús buscaría limitar las implica-
que su reino no es de este mundo ciones de sus acciones al ámbito
y argumentar que si fuera de este
estrictamente religioso. Invirtamos
mundo sus V~EGLWRVOXFKDUtDQSDUD
la frase: “A Dios lo que es de Dios”
TXHQRIXHUDHQWUHJDGRDORVMXGtRV
y “Al César lo que es del César”.
-Q -HV~VLQWHQWDUtDSRUXQD
SDUWHDWULEXLUDOVLJQLÀFDGROLWHUDO Como ya anoté, también Jesús
de la expresión “rey de los judíos” ofrece una línea argumental de de-
un sentido aparente, del cual se deri- fensa al invocar su actuación en el
varía la lectura política de su predica espacio público: la verdad que ha
en términos de disputar al imperio pregonado la ha pregonado abier-
romano el poder sobre la provincia tamente21. Esto tiene al menos dos
de Judea o de ambicionar liberar a implicaciones: la primera, que no

0W0U/F
&IU-Q

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La verdad cuestionada por Pilatos.
John Alexander Giraldo Chavarriaga Una cuestión procesal entre el relativismo moral y el absolutismo jurídico

ha hecho nada a espaldas del Estado, tal modo el absolutismo jurídico


como en efecto es el caso en quienes enmascara la verdad, luciendo su
cometen delitos políticos de cons- traje relativista, logrando confun-
piración, rebelión o sedición, y la dir y desorientar la razón que no
segunda, que cualquiera podría ser enfrenta la enigmática pregunta de
un testigo en el juicio. En este último 3LODWRV¢4XpHVODYHUGDG"5HFRU-
punto, un juez sensato, en un sistema demos de nuevo a Voltaire, su pesa-
justo, solicitaría otros testigos distin- dumbre por el hecho de que Pilatos,
tos a los que aporta la parte acusato- el impaciente, se fuera sin esperar
ria. Pero esto no ocurre porque no la contestación, es la pesadumbre
hay entre el interrogatorio de Pilatos GHOELEOLyÀOR´£2K9ROWDLUH£2K
y las respuestas de Jesús un sentido humanidad, Oh estupidez! –cla-
que permita la adhesión común a maba Nietzsche– “La verdad”, la
lo dicho. Parafraseando a Poulain, búsqueda de la verdad, son cosas
quien describe la situación general delicadas. Desde el momento en
de incomunicación: no se patenta que el hombre se conduce en este
un esfuerzo por hacerse comprender aspecto de una manera demasiado
en lo que cada uno comprende y por humana, cuando “no busca verdad
comprender lo que el otro compren- más que para hacer el bien”, puede
de, no hay pues una comprensión decirse y yo lo sostengo, que no
mutua que construya una realidad encuentra nada” Y sin embargo,
en la comunicación en la que se pro- se ha buscado. Los sacerdotes ca-
duzcan a sí mismos los interlocutores tólicos, los pastores protestantes y
en condiciones de libertad expresiva, otros heraldos de la palabra sagrada
en la que encaren una única verdad recuerdan en sus homilías que la
común que les lleve a experimentar verdad es Cristo y él os hará libres;
el goce del acuerdo. Ante estas ca- recuerdan que él es la verdad, pero
rencias, la comunicación que parece también el camino y la vida. Pero
realizarse, el diálogo que parece HVWDDÀUPDFLyQFRQFOX\HQWH\ÀHO
darse, no se produce realmente. “El al Testamento no impide que el
acto de comunicación aparece como JpQHURKXPDQRUHFXUUDDODÀFFLyQ
desprovisto de pertinencia, fútil, ri- y a la suplantación para hacer que
tual, como un acto que sólo trasmite Pilatos volviera su rostro a Jesús,
el sentido semántico de las palabras le aclarara su idea acerca de la
y en el que los interlocutores no se verdad o le diera la oportunidad
reconocen” y “los estímulos de uno de responderle qué era para él la
producen en el otro como reacción YHUGDG&LWDUpSDUDÀQDOL]DUDOJX-
y acción consumatoria su propia QRVVLJQLÀFDWLYRVLQWHQWRVGHODUWH
recepción” 22. literario por redimir aquel “peca-
do” histórico, aquel espaldarazo
Y esta incomunicación fatídica
político a la elocuencia moral.
está precedida por una concepción
de verdad subsidiaria del Estado, Voltaire podría encabezar ar-
que es defendida por uno de sus bitrariamente la lista de intentos.
funcionarios y que se materializa Basándose en la obligación que
en una sentencia de muerte. Desde tenía Pilatos en su calidad de juez
esa concepción, el juez y el Estado supremo, Voltaire imaginó que el
aparecen moralmente neutrales procurador romano debía haber
y políticamente inocentes. De preguntado a Jesús:

3RXODLQ-DTXHV/DDSXHVWDSRUODYHUGDG&UtWLFDGHODUD]yQSUDJPiWLFD(GLWRULDO([WUHPR2FFLGHQWH6DQWLDJRGH&DOL
1LHW]VFKH)ULHGULFK´0iVDOOiGHOELHQ\HOPDOµHQ2EUDV,QPRUWDOHV7RPR(GLFLRQHV7HRUHPD6$$UJHQWLQD†S

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La verdad cuestionada por Pilatos.
John Alexander Giraldo Chavarriaga Una cuestión procesal entre el relativismo moral y el absolutismo jurídico

“Explicadme qué es lo que


entendéis por ser rey, y por qué
habéis nacido para serlo y para dar
testimonio de la verdad. Dícese que
esta llega difícilmente hasta los oí-
dos de los monarcas, y hasta mí, que
soy juez me costó mucho trabajo
descubrirla. Enteradme mientras
vuestros enemigos se desatan contra
vos fuera de este recinto, y me pres-
taréis el mayor servicio que pueda
SUHVWDUVH DO MXH] SUHÀHUR FRQRFHU
la verdad que conocer la petición
tumultuosa de los judíos que desean
que os quite la vida.”24
Voltaire, con un poco de recelo
herético, sigue especulando sobre
la posible respuesta de Jesús, de un
hombre que habla a la propia medida
de su formación en leyes: “La verdad
es una palabra abstracta que la mayo-
OHUHYHODORDÁLJHHLQTXLHWD´¢$Vt
ría de los hombres usan con diferen-
era entonces el mundo, así eran los
cia en sus libros y en sus fallos, por
VHxRUHVGHOPXQGR"µ²SLHQVD-HV~V²
equivocación o por mentir”25. Dando 
. Dando marcha atrás en la historia,
un salto al arte contemporáneo, en
un medieval que ha quedado en el
el polémico musical Jesucristo su-
anonimato compuso un anagrama
perstar de Andrew Lloyd Webber,
para responder a Pilatos su pregunta,
el autor del libreto, Tim Rice, lleva a
reformulada en latín: “Quid est veri-
su personaje Pilatos a añadir a la pre-
WDV"µODUHVSXHVWDHODERUDGDFRQODV
JXQWD´¢TXpHVODYHUGDG"µRWUDVGRV
mismas palabras de la pregunta, reza:
que subrayan el aspecto convencio-
–“Est vir qui adest”: “es el varón que
nal y subjetivo de su concepción de
tienes delante”. Este ingenio es digno
ODYHUGDG´¢$FDVRHVXQDOH\"¢(V
de celebrarse con un proverbio, tam-
PLYHUGDG"¢2WXYHUGDGORHV"µ(VWH
bién de Machado: “La verdad es lo
desacuerdo subjetivo nos recuerda
que es y sigue siendo verdad aunque
otros memorables y bienintencio-
se piense al revés”.
nados versos del español Antonio
Machado: “No tu verdad: la verdad./ Por último, me queda subrayar
Y ven conmigo a buscarla./ La tuya, uno de los primeros intentos de
guárdatela”. Pasando de la lírica a la suplir la falta de respuesta de Jesús,
novela, el Jesús de la Última tenta- cuya vigencia sabrá valorarse de
ción, obra del griego Nikos Kazant- manera conclusiva. La respuesta
zakis, siente oprimido su corazón al surgió en el seno de la comunidad
ver a Pilatos preguntar con ironía: cristiana en tiempos de la patrísti-
´¢4Xp YHUGDG" ¢4Xp TXLHUH GHFLU ca y se debe a Nicodemo27, cuyo
¶YHUGDG·"µ /D YHUGDG TXH 3LODWRV evangelio conocido en el medioevo

9ROWDLUH2SFLWS
,ELGSS
.D]DQW]DNLV1LNRV/D~OWLPDWHQWDFLyQ. Editorial Debate S.A. Madrid, 1997. p. 488.
(OHYDQJHOLRGH-XDQHVHO~QLFRTXHPHQFLRQDDHVWHIDULVHRPDHVWURGH,VUDHO\ORKDFHHQWUHVRFDVLRQHV -Q TXHFRQVWLWX\HQORVWUHVPRPHQWRV
claves del relato: la conformación del discipulado, la conspiración de los fariseos y la muerte de Cristo. En la segunda de ellas, Nicodemo les invoca la ley a los
fariseos para reprocharles sus intenciones de prender a Jesús y condenarlo sin haberlo escuchado y conocer qué ha hecho.

(O+RPEUH\OD0iTXLQD1R‡(QHUR-XQLRGH 57
La verdad cuestionada por Pilatos.
John Alexander Giraldo Chavarriaga Una cuestión procesal entre el relativismo moral y el absolutismo jurídico

como +HFKRVGH3LODWRV, encabeza >@ +HJHO*HRUJ:LOKHOP)ULHGULFKLa


la lista de los apócrifos. Nicodemo FLHQFLDGHODOyJLFD. Ediciones Solar.
%XHQRV$LUHVHGLFLyQ
permite que Jesús responda a Pi-
latos: “la verdad viene del cielo”, >@ .DQW ,PPDQXHO ´¢4Xp HV OD ,OXV-
luego preguntó Pilatos: “¿No hay tración” en )LORVRItDGHODKLVWRULD.
)&(%RJRWi'&SS
SXHVYHUGDGVREUHODWLHUUD"µ<-HV~V
dijo: “Ya ves cómo los que dicen la >@ .D]DQW]DNLV 1LNRV  /D ~OWLPD
WHQWDFLyQ. Editorial Debate S.A.
verdad sobre la tierra son juzgados
Madrid, 1997
por los que tienen poder sobre la
tierra.”28 >@ .HOVHQ+DQV(VHQFLD\YDORUGHOD
GHPRFUDFLD. Editorial Labor. Barce-
lona, 1977.
>@1LHW]VFKH)ULHGULFK´0iVDOOiGHO
%LEOLRJUDItD bien y el mal” en Obras Inmortales.
>@ $$99/D%LEOLDSDUDHOSXHEORGH 7RPR  (GLFLRQHV 7HRUHPD 6$
Dios. Edición totalmente renovada. $UJHQWLQD†
 (GLFLyQ (GLWRULDO 6DQ 3DEOR >@3RXODLQ -DTXHV La apuesta por la
Bogotá, 2004. YHUGDG&UtWLFDGHODUD]yQSUDJPi
>@ $VLPRY ,VDDF *XtD GH OD %LEOLD. tica. Editorial Extremo Occidente.
1XHYR 7HVWDPHQWR Plaza & Janés 6DQWLDJRGH&DOL
(GLWRUHV6$%DUFHORQD >@3ODWyQ ´$SRORJtD GH 6yFUDWHVµ HQ
>@ &DSR-HV~V(OKLMRGHOFDUSLQWHUR. 'LiORJRV. T. I. Editorial Gredos.
Editorial Grijalbo, S.A., Santiago de Madrid, 1985.
&KLOH >@6iQFKH] &iPDUD ,JQDFLR ´3LODWRV
>@ &UpSRQ3LHUUH/RV(YDQJHOLRV$Sy y la democracia” en http://www.
crifos. Intermedio Editores. Bogotá FRQR]HFRPGRFSKS"GRF 
D.C. 2001 actualizado al 2007-09-12.

>@ *DGDPHU +DQV*HRUJ ´¢4Xp HV OD >@9ROWDLUH 'LFFLRQDULR ILORVyILFR.


YHUGDG"µHQ9HUGDG\0pWRGR,,. Edi- Tomo III. Editorial Araujo. Buenos
ciones Sigueme. Salamanca, 1994. $LUHV

28 Crépon, Pierre. /RV(YDQJHOLRV$SyFULIRV. Intermedio Editores. Bogotá D.C. 2001. p. 127.

58 (O+RPEUH\OD0iTXLQD1R‡(QHUR-XQLRGH

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