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Escritos
políticos
Primera edición Contenido
El Áncora Editores
Panamericana Editorial
Bogotá, 2002
ISBN 9B8-36-0081-4

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Prólogo
Camilo Torres y la revolución postergada
Diseño interior y de carátula
Camila Cesarino Costa
I LA CONCIENCIA

1 La Violencia y los cambios socioculturales 27


Ilustración carátula
Archivo de Walter J. Broderick 2 La desintegración social en Colombia 70
3 Los grupos de presión en Colombia 75
Derechos reservados
4 Crítica y autocrítica 93
2002. Walter J. Broderick
El Áncora Editores II LA DECISION
Avenida 25C n° 3-99
Panamericana Editorial 5 Discurso ante los estudiantes 99
Calle 12 n“ 34-20
6 Declaración del 24 de junio de 1965 107
Bogotá Colombia
I I I LA ACCIÓN
Preprensa Digital
Servigraphic Ltda. 7 Consignas del Frente Unido 111
8 Mensaje a los cristianos 114
Separación de color
Elograf 9 Mensaje a los comunistas 117
10 Mensaje a los no alineados 121
Impreso en los talleres de
11 Mensaje a los sindicalistas 125
Formas e Impresos Panamericana
Calle 65 n” 94-72 12 Mensaje a los campesinos 129
13 Cartas personales 133
Impreso en Colombia
Printed in Colombia
14 Proclama a los colombianos 135

i
Prólogo
Camilo Torres
y la revolución
postergada

E ue una década de ilusiones. Se inauguró para América


Latina con la irrupción en escena de aquellos hirsutos gue­
rrilleros que bajaron de la Sierra Maestra para entrar triun­
fantes a La Habana encaramados encima de unos desvencijados
tanques de guerra y con palomas blancas posando en sus
hombros. Así serían fotografiados para la historia. U n o de los
rebeldes, coronado de un sombrero de ala ancha, andaba son­
riente detrás de los tanques, montado en lom o de muía y
rodeado de una abigarrada multitud de guajiros que vocife­
raban su repudio al derrotado dictador. Para muchos, esa
imagen de Camilo Cienfuegos evocaba la de Jesús entrando a
Jerusalén. Camilo era el más atractivo de todos esos jóvenes y
románticos cubanos de cabellos sueltos y despelucadas bar­
bas que se tomaron el poder aquel día, el primero de enero
de 1959, con ganas de construir un m undo nuevo. ,
La vida de nuestro Camilo — Camilo Torres Restrepo— iba
a ser marcada por ellos. Fue en 1959, poco después de esa
victoriosa cabalgata con ribetes bíblicos, cuando el joven sa­
cerdote bogotano, hijo de un distinguido médico, presentó
su tesis de grado en ciencias sociales ante los profesores de la
muy católica universidad de Lovaina, en Bélgica, y se aprestó
r
10 Walter J. Broderick Prólogo 11

para regresar a su país y asumir como capellán de estudiantes Finalmente Camilo, más obstinado aún que su madre,
en la Universidad Nacional'. Estaba destinado a m orir pron­ entró al seminario diocesano en Bogotá, donde siguió cursos
to, y en combate, a los treinta y siete años de edad. Y su breve de filosofía y teología escolástica en preparación para su or­
periplo vital sólo se entiende — y se explica— en el contexto denación sacerdotal, evento que tuvo lugar en 1954. Curio­
del desbordado entusiasmo por la causa de Fidel Castro y los samente, durante esos años de seminario no se distinguió
revolucionarios cubanos que reinaba en la Universidad N a ­ por su espíritu de rebeldía. Lo caracterizaba, más bien, un
cional — y que recorrió prácticamente todas las universida­ cierto misticismo y un deseo de despojarse de los bienes te­
des latinoamericanas— en aquellos tiempos de locura y de rrenales y acercarse al m undo de los pobres y desposeídos; se
sueños. ausentaba con frecuencia del encierro monástico para aten­
Camilo Torres no era menos romántico que los cubanos. der las necesidades de familias de trabajadores que labraban
Todavía muy joven, en 1947, cuando estudiaba leyes en la la piedra en las canteras sobre los cerros que se erigían detrás
lacultad de derecho de esa misma universidad, la Nacional,^ del seminario, al norte de la ciudad. Al observar su interés
decidió renunciar al mundo y sus pompas y entregarse a un por los problemas sociales, sus superiores lo enviaron, recién
a.scetismo bastante radical. Fue aceptado en la comunidad de ordenado, a estudiar en Bélgica, y su contacto con las co­
los monjes dominicos del convento de Chiquinquirá, pero rrientes más progresistas de la Iglesia Católica en la época de
sabía que su familia no aprobaría el plan; su padre se declara­ la posguerra europea sirvió para radicalizarlo. Viajó también
ba anticlerical, y su madre, Isabel Restrepo, desafiaba, con por algunos de los países del Este, y se impresionó sobre
escandalosa irreverencia, la actitud moralizante de los curas todo con el socialismo sui generis del mariscalTito en Yugosla­
y de la sociedad mojigata de su época. Entonces Camilo, en via. Pero la experiencia que tal vez mayor impacto le causó
vez de confesar su vocación religiosa, dejó una nota para sus fue su encuentro, en París, con grupos de cristianos que co­
¡ladres y salió subrepticiamente de la casa sin despedirse. La laboraban clandestinamente en la lucha por la independen­
ira.scible Isabel encontró la carta a tiempo y, dirigiéndose ve­ cia de Argelia contra el poderío francés. Fue allí donde
loz a la Estación de La Sabana, alcanzó a llegar antes de que el experim en tó p o r p rim era vez la em oción de sentirse
iren [lartiera para Boyacá. Sacó a su hijo del vagón y, enfure- involucrado en una guerra revolucionaria, y donde descu­
t ida, lo obligó a acompañarla a casa, donde lo encerró por brió que era posible forjar un matrimonio entre el cristianis­
varios días en su habitación. m o y las convicciones de la gente que tomaba las armas por
la causa de la liberación.
De m odo que, al regresar a Colom bia y asumir su cargo
' Su ic'sis (o memoire) se titu ló Approche Statistique de la Realité Socio-Économique
en la Universidad Nacional en 1959, Camilo estaba ya pre­
(le 1(1vilic (le BojjüKÍ y fue publicada m uchos años después c o m o La proletarización
dispuesto. Rápidamente se encontró inmerso en un am bien­
(le H()¡|(il(i |)or el F ondo Editorial CEREC, B ogotá, 1987.
' U n o (le sus con discípu los era G abriel García M árqu ez, con qu ien guar­ te de efervescencia juvenil, donde estudiantes de las más
darla una buena am istad p o r el resto de su vida. C o m o sacerdote, C am i­ diversas disciplinas — desde los alumnos de la escuela de
lo l)auti/ó el |)rimer h ijo de su a m ig o “ G ab o” .Y en la época estudiantil,
medicina hasta los de la facultad de sociología, que el propio
C am ilo y Luis Villar Borda publicaban poem as del futuro P re m io N o b e l
en la página universitaria que editaban sem analm ente en el p e rió d ic o La Camilo ayudó a fundar— profesaban su adhesión a la revolu­
Rd/ón, (le Juan Lozano y Lozano. ción socialista que se fraguaba en la pequeña isla república

i
12 Walter J. Broderick Pr6logn 13

del Caribe, conocida en la época como “el primer territorio colombianos se dejaron ilusionar ante su propuesta, fue tal
libre de América” . U n grupo de universitarios colombianos vez porque el Frente Nacional se inició con una cantidad de
viajó en esos días a La Habana, ostensiblemente para seguir reformas concretas, algunas de ellas concebidas a su vez como
cursos de ingeniería. Pero ellos no demoraron en renunciar a respuestas al reto que significaba la revolución cubana. Así
las aulas académicas a favor de una preparación política y que, bajo el impulso de la administración Kennedy y su Alianza
militar; regresaron luego a Colombia a formar un movimiento para el Progreso, el gobierno colom biano decretó una refor­
insurgente modelado en el ejército rebelde encabezado por ma agraria que parecía relativamente progresista y creó el
Fidel, que había logrado la toma de poder en Cuba. Mientras Instituto C olom biano de Reforma Agraria (Incora) para lle­
tanto, debido a su temperamento extrovertido, su natural in­ varla a cabo; estableció también la llamada Acción C om u­
quietud y sus francas críticas contra las injusticias de un sis­ nal, que pretendía descentralizar la toma de decisiones,
tema que mantenía a la mayoría de sus conciudadanos en la dando una oportunidad para ejercer el poder local a los
miseria, Camilo aglutinó a su alrededor a los elementos más líderes naturales en barrios urbanos y pueblos rurales; el
beligerantes. Algunos de ellos ya eran militantes del llamado gobierno m ontó igualmente la Escuela Superior de A d m i­
Ejército de Liberación Nacional (E L N ), d.e inspiración castrista nistración Pública (E SAP), de acuerdo con una política de
y guevarista, que los egresados de Cuba habían montado y preparar funcionarios estatales tecnificados y honestos; y
que estaba cuajando en los montes de Santander. Camilo se así por el estilo.
hallaba en el m eollo mismo de la revolución sin proponérse­ Ahora bien, Camilo Torres no era tan ingenuo como para
lo, y casi sin darse cuenta. creer que Alberto Lleras Camargo y el Estado colombiano
Sin embargo, y a pesar de su identificación con estos jó­ fueran a realizar una profunda transformación del país. N o
venes, y de sus propios y severos juicios contra las élites de obstante, sí se sentía obligado a aprovechar, hasta donde se le
su país, no optó de buenas a primeras por una abierta con­ permitía, todos los aspectos positivos de estas nuevas inicia­
frontación con la oligarquía. Antes bien, intentó lograr un tivas y de los canales institucionales que se habían abierto.
cambio radical en las estructuras de poder por todos los m e­ Pocos tenían la oportunidad para hacerlo que tenía Camilo.
dios democráticos que encontraba a su alcance. Y no eran Com o sacerdote en un país católico, com o joven profesional
pocos. Porque, durante los primeros años de aquella década, educado en Europa y que se desenvolvía en varios idiomas, y
una ilusión se había apoderado también de Colom bia; el por añadidura como hijo de una familia de abolengo (pues
llamado Frente Nacional estaba recién inaugurado bajo el sus parientes por el lado paterno — los Torres Umaña— , aun­
liderazgo de Alberto Lleras Camargo, y éste — sin duda el más que no adinerados, ocupaban un prestante lugar en la socie­
brillante político de su época— había jugado un papel clave d ad ), C am ilo tenía abiertas todas las puertas. Pero más
en el derrocamiento de la dictadura militar del general Rojas importante aún — en realidad, el factor decisivo— fue su
Pinilla y convenció a muchos de que el nuevo sistema — la calidad humana. Era un hombre convencido de su vocación,
repartición del poder por turnos entre los dos partidos tradi­ y como tal decidió dedicar sus mejores esfuerzos a la tarea de
cionales, el liberal y el conservador— iba a superar de una sacudir hasta los cimientos todas las formas de poder y de
vez por todas las rivalidades y los conflictos que tanta violen­ desigualdad que él reconocía com o responsables del galo­
cia y tantos estragos habían causado en el pasado. Si muchos pante empobrecimiento de su pueblo.
14 Walter J. Bioderick Prólogo 15

Se hizo nom brar suplente para la Iglesia Católica en el en el departamento deTobma — genocidio que Camilo y otros
Instituto de Reforma Agraria, y durante más de dos años asistió en su momento trataron de impedir mediante una comisión
a todas las reuniones de la junta directiva, oponiéndose a las de diálogo, intento frustrado por mandos del ejército— , Ca­
maniobras de políticos astutos que buscaban torcer la ley a milo quiso tomar contacto con los guerrilleros del llamado
favor de los grandes terratenientes. Ejerció com o decano del Bloque Sur, los mismos que más tarde, en 1966, formarían las
Instituto para el Desarrollo Social dentro de la ESAP, donde Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (PAR C). Pero
hizo lo posible por formar varias promociones de funciona­ no había logrado comunicarse con ellos cuando apareció por
rios con una conciencia social y un criterio de servicio a la primera vez en público el hasta entonces desconocido Ejército
comunidad. Com o profesor de sociología en la Universidad de Liberación Nacional (ELN); los nuevos guerrilleros se hi­
Nacional, animaba a sus alumnos a tomar contacto con los cieron sentir, el 7 de enero de 1965, con un golpe dramático:
moradores de los barrios marginados de Bogotá y a empren­ atacaron sorpresivamente el pueblo de Simacota, en Santander,
der tareas comunitarias con ellos. Y como capellán de estu­ mataron a tres policías y divulgaron su propuesta revoluciona­
diantes, enseñaba que el cristianismo no se entendía sin un ria. Camilo inmediatamente se sintió atraído por la audacia del
compromiso con los habrientos y necesitados. nuevo grupo y por su radical proclama política. “Con gente
En las múltiples áreas en las que trabajaba, en largas e como ésta,” dijo, “se podría trabajar.”^Y el joven sacerdote no
intensas jornadas, Camilo iba agotando las posibilidades de tuvo mayor dificultad en relacionarse con ellos, pues algunos
influir para el bien de las mayorías. Los que detentaban el de sus más cercanos amigos eran “elenos” : militaban en las
poder se ponían en guardia tan pronto se hacía evidente que filas del ELN como colaboradores urbanos.
el cura rebelde abogaba por cambios genuinos. Entonces, entre De m odo que, en su último año de vida — es decir, desde
1961 y 1964, sufrió una serie de reveses; el cardenal arzo­ febrero de 1965 hasta febrero de 1966— , Camilo participó en
bispo de Bogotá lo destituyó de la capellanía y de su cátedra un doble juego: por un lado, dedicó su considerable energía a
en la universidad; el director de la ESAP saboteó la escuela la construcción de un amplio movimiento político (conocido
que Camilo había establecido enYopal para la formación de como el Frente U n id o ), viajando a todos los rincones del país
jóvenes llaneros; uno de los jefes del partido conservador, para dirigirse a los cientos de miles de colombianos que col­
Alvaro Gómez Hurtado, lo denunció com o peligroso com u­ maban las plazas públicas, ávidos de escuchar sus planteamien­
nista ante los miembros de la junta del Incora. A cada paso se tos revolucionarios y sus alegatos contra la ofigarquía; y al
le cerraba (o se le estrechaba) el camino. Su posición social, mismo tiempo, se comprometió en secreto a apoyar la lucha
sus buenos apellidos, sus conocimientos profesionales le ha­ armada, manifestándose fisto para combatir él mismo en el Lla­
bían servido, pero sólo hasta cierto punto. N o le permitían mado “ejército de bberación” tan pronto llegara el momento.
cuestionar el sistema a fondo, ni mucho menos aprovechar En octubre de 1965, el entonces comandante del ELN,
los instrumentos del Estado para tocar (o amenazar) los inte­ FabioVásquez Castaño, decidió que efectivamente el momento
reses del establishment. N o sorprende, entonces, cpie Camilo había llegado; ordenó a Camilo a unirse a la guerrilla en las
haya terminado por simpatizar con los alzados en armas.
En 1964, después de que el gobierno de Guillerm o León
^Véase W alter L B roderick, Camilo Torres Restrepo, Ed. Planeta, B ogotá, 1996,
Valencia hubiera bombardeado las comunas de Marquetalia p. 267.
16 Walter J. Broderick Prólogo 17

montañas. La decisión podría haberle parecido precipitada, producto de la violencia. El solo hecho de tratar el tema de
pero Camilo no vaciló en acatarla. Sus muchos seguidores “la Violencia” (así, con mayúsculas) era un atrevimiento en
sufrieron un gran desconcierto, como era natural, ante la aquella época, cuando aún estaban frescas las huellas del pe­
súbita desaparición de su caudillo, y el Frente Unido, que ríodo llamado justamente por ese nombre. N o obstante, Ca­
había movilizado a multitudes, se desintegró en cuestión de m ilo trató esa violencia com o “un factor importante de
días. Dos meses más tarde, a comienzos de 1966, Camilo cambio social” ,^ e insistió en que los grupos armados que
publicó una proclama que anunciaba su presencia en las filas surgieron en el campo a raíz de lo que había pasado en los
guerrilleras y convocaba a los colombianos a empuñar las años cuarenta y cincuenta (cuando líderes políticos de los
armas en una guerra total contra el poder establecido. Luego, dos partidos tradicionales fomentaron una guerra fratricida
el 15 de febrero, el joven sacerdote cayó muerto en su pri­ entre vecinos para apropriarse de sus tierras), estaban de­
mera acción militar, una fallida emboscada contra una patru­ rrum bando todo un engranaje de estructuras sociales hasta
lla del ejército nacional. Sucedió en Patio Cemento, un lugar entonces inmutables. Camilo afirma aquí que, con la form a­
selvático en el departamento de Santander. ción de cuadrillas de campesinos armados, se había estable­
cido una nueva jerarquía que desafiaba a las élites tradicionales
del poder. En los campamentos guerrilleros se elegían jefes
de entre los campesinos más humildes; hombres analfabetos
Los textos reunidos aquí"^ ilustran, en sus propias pala­ llegaban, con base en su mérito personal, a ser generales;
bras, el proceso de radicalización de Camilo Torres y los ar­ redactaban con sus compañeros códigos de derecho civil y
gumentos que lo llevaron finalmente a una posición tan los hacían cumplir; agricultores, antes escépticos e indivi­
extrema. Se han dividido en tres secciones, bajo los siguien­ dualistas, se movilizaban para constituir comunas de apoyo a
tes rótulos: la conciencia, la decisión y la acción. las fuerzas armadas del pueblo; campesinos, hasta ayer resig­
nados, atacaban a las columnas de soldados del ejército regu­
1 La conciencia lar, y los vencían. Todo esto no solamente había ocurrido,
repitió Camilo, sino que continuaba ocurriendo.^
Esta sección abre con un escrito titulado La Violencia y los Es curioso que este documento, cuando Camilo lo leyó
cambios socioculturales en las áreos rurales colombianas, del cual hemos ante sus colegas académicos, no haya producido mayor im -
incluido un largo extracto. El ensayo -que fue presentado como
ponencia ante el Primer Congreso de Sociología realizado en ^ Id em , p. 229. La frase ocurre en una llamada “ In trod u cción para los
p ro fa n o s” qu e C am ilo le y ó antes de elaborar su tesis sobre “ La V io le n ­
Bogotá del 8 al 10 de marzo de 1963- ocupa un lugar funda­
cia” , evid en tem en te en un esfu erzo por atajar posibles críticas, “ N o es
mental en el pensamiento de CamiloTorres. Y también en el
de extrañar,” dice, “ qu e se describa un lé n ó m e n o c o m o el de la v io le n ­
desarrollo de las ciencias sociales en Colombia, ya que valo­ cia —que, en térm in os generales, n o puede justificarse desde el p u n to de
riza, por primera vez, algunos efectos positivos {|ue han sido vista m oral— c o m o un factor de cam b io social im portante, sin p ro n u n ­
ciarse sobre la b on dad o la m aldad de ese ca m b io y sobre la m oralid ad
de sus consecuencias.”
Tom ados de C am iloT orres, Cristianismo y revolución, lid icioiies Era, M é x i­ Este resum en es to m ad o de la b io g ra fía del autor sobre C am ilo Torres.
co D.E, 1970. Véase W alter J. B roderick, op. cit, p. 209.
18 Walter J. Broderick Frólogo 19

pacto. Porque representaba un rompimiento; Camilo, con su sentan los diversos puntos de vista que circulaban (y siguen
ponencia, inauguraba una forma novedosa de enfocar los circulando) en Colombia; algunos bastante reaccionarios,
problemas sociopolíticos. Había comenzado a examinar tan­ otros más liberales. Es de notar, por ejemplo, cómo las opi­
to las causas como los resultados del conflicto que azotaba al niones del historiador e intelectual Indalecio Liévano Aguirre
país, y había descubierto que el problema consistía esencial­ coinciden con las de Camilo. Otros, en cambio, muestran su
mente en la exclusión. La sociedad se había dividido de tal antagonismo frente a la obstinación del cura. Tanto, que el
manera que los colombianos hablaban dos lenguajes; esta­ diálogo se corta cuando uno de los asistentes exclama con
ban enfrascados en un diálogo de sordos. evidente impaciencia; “ ¡Aquí nos paseremos toda la vida!” .
De ahí el siguiente escrito en esta recopilación; La desintegra­ Por último — y para cerrar esta sección que muestra a
ción social en Colombia; se están gestando dos subculturas. Se trata de un Camilo tomando conciencia de su propia incompatibilidad
comentario periodístico publicado en el diario El Espectador con el sistema operante— , hemos reproducido el artículo
el S de junio de 1964, y fue provocado por un incidente pasa­ Crítica y autocrítica, que redactó a raíz de un motín en la U n i­
jero (y ya olvidado) que llevó a Camilo a adoptar un tono versidad Nacional en Bogotá; Carlos Lleras Restrepo, futuro
irónico. Habla, por ejemplo, de “los fuegos fatuos de la elo­ presidente de Colombia, se había presentado, en campaña
cuencia tropicalista” de ciertos políticos, y le aconseja a un electoral, en los predios de la universidad, donde fue recibi­
interlocutor a que “se asesore de un técnico o de un libro, o do con una violenta manifestación por parte de los estudian­
por lo menos de un diccionario” . Semejante sarcasmo en el tes. Frente a las críticas que habían expresado los universitarios,
trato a un adversario es poco usual en Camilo. Pero a pesar de alborotados com o estaban ante la presencia del candidato
ese lapsus, la descripción de los términos que, en boca de unos oficial, Cam ilo invita a “la clase dirigente” a hacer una
y otros, adquieren “(Aferentes significados” según el estrato “autocrítica valerosa y sincera” , con miras a establecer un
social de quien habla, es un fenómeno que sigue vigente. En puente sobre el abismo que, a su m odo de ver, separa un
realidad, el léxico se podría ampfiar hoy con terminología más grupo social del otro; los colombianos, en opinión de Cami­
reciente para ser sometido, con provecho, a un examen lo, están divididos en dos campos diametralmente opuestos.
semántico parecido al que hizo Camilo en su momento. “De que este contacto (entre los dos grupos) se restablezca o
El tercer texto que hemos querido destacar en esta anto­ desaparezca definitivamente,” concluye el artículo, “depen­
logía nos permite escuchar a Camilo com o si fuera de viva derá la violencia o el acuerdo en que culminarán los próxi­
voz. Porque no se trata de un documento propiamente di­ mos conflictos sociales en Colombia.” El tenor de su escrito
cho, sino de una transcripción (tomada de cintas magneto­ sugiere que Camilo ya no espera una reconciliación, sino que,
fónicas) de sus intervenciones — ^ylas de otro.s— en una mesa al contrario, está a punto de unirse al conflicto que se está
redonda sobre los grupos de presión en Colombia. El colo­ armando con el propósito de derrocar a las élites en el poder.
quio se realizó en Bogotá (en la sede de la Asociación de
Antiguos Alumnos de la Universidad de los Andes) en junio 2 La decisión
de 1964. Lo hemos incluido para mostrar ccuno se portaba
Camilo en el debate, y también para que el lector oiga, al Esta sección consta de dos documentos, siendo el primero
mismo tiempo, las voces de sus interloculores. Ellos repre­ un Discurso ante los estudiantes pronunciado en Bogotá en mayo de
20 Walter J. Broderick Prólogo 21

1965. La ocasión fue el entierro simbólico de un alumno de la los militantes y sus Mensajes a diversos grupos de la población
universidad muerto a manos de la policía militar durante una — a los cristianos, a los comunistas, a los no alineados, a los
de las tantas revueltas estudiantiles de la época. El discurso — sindicalistas y a los campesinos— . En estos breves textos Ca­
que se reproduce aquí sólo en parte, pues el texto completo ya milo cristaliza sus ideas al fragor de una agenda agitadísima,
no existe— revela a Camilo como un revolucionario decidido pues entre junio y octubre de 1965 aparecía como activista
y comprometido, convocando a sus jóvenes discípulos a la lu­ político, día tras día, en plataformas públicas a todo lo largo
cha por el poder “hasta las últimas consecuencias”. y ancho de Colombia. El contenido esencial de su discurso
Para Camilo, una de esas “consecuencias” fue su inevita­ está resumido en estos mensajes.
ble confrontación con los jerarcas de la Iglesia Católica. Su Terminamos la selección con dos Cartas personales: una a su
superior eclesiástico, monseñor Concha Córdoba, cardenal madre, Isabel Restrepo, a la hora de su partida hacia la guerrilla,
arzobispo de Bogotá, no iba a permitir de ninguna manera y otra a su amiga Guitemie Ohviéri, escrita por Camilo desde
que este sacerdote contestatario aprovechara su investidura algún lugar de la selva pocos días antes de su muerte en Patio
religiosa para predicar la revolución. Entonces, después de Cemento. Publicamos asimismo su Proclama a los colombianos,
varios agrios enfrentamientos con el cardenal, Camilo se en­ que se debe leer como una especie de testamento político;
contró obligado, muy a pesar suyo, a solicitar lo que se lla­ fue el último mensaje que dirigió a su pueblo antes de morir.
maba la “reducción al estado de laical” . Y efectivamente la
solicitó. Sus más cercanos amigos sabían m uy bien cuánto le^
costó dar este paso; para él, el sacerdocio y el ritual de la
santa misa eran de una inmensa importancia. Pero Camilo En su momento Camilo Torres Restrepo se convirtió en el
no quiso librar una batalla contra la Iglesia Católica; al con­ Che Guevara de los católicos.Y no sólo de Colombia, sino del
trario, amaba la Iglesia. Sólo lamentaba que muchos m iem ­ m undo entero. Pero han pasado los años y Camilo, a diferen­
bros del clero estuvieran al servicio de los poderosos, en vez cia del Che, ha caído en el olvido.Tanto que, hace unos años,
de estar identificados más bien con los intereses de lo que él cuando los excavadores levantaban la pista de todo un aero­
llamaba “la clase popular” . Tomó su decisión, entonces, y puerto boliviano en busca de los huesos del Che, a nadie en
publicó la Declaración del 24 de junio de 1965. Colom bia se le ocurrió preguntar: ¿y dónde están los restos
de Camilo? Los jóvenes colombianos de hoy (o sea, la mayo­
3 La acción ría de la población) tienen poca idea de lo que representaba
el episodio de Camilo en los años sesenta. Por lo general, el
A partir de este momento Camilo se dedica totalmente a único Camilo Torres de quien tienen noticia, debido a sus
la actividad política. Así que los documentos que se han clases de historia, es el mártir de la Patria Boba.
seleccionado para esta última sección com prenden los pro- Sin embargo, y aunque parezca una paradoja, Camilo
lumciamientos que publicó en el sem anario Frente Unido, merece un puesto entre los colombianos más sobresalientes
periódico c|ue circuló durante unos meses en la .segunda mitad del siglo que acaba de terminar. Es más, Camilo fue el primer
del ano 196 5 como órgano de su movimiento proselitista: personaje de Colom bia reconocido a nivel mundial. (Des­
en sus páginas Camilo divulgó sus Consigna.sdel Frente Unido para pués de él, en efecto, sólo existen otros dos que han alcanzado
r Prbloqo 23
22 Walter J. Broderick

comparable resonancia universal: uno es el escritor, el otro Santander un año y m edio antes de la quijotesca aventura, y
fue un gángster.) La imagen de Camilo recorrió el mundo, luego la muerte, del Che en Bolivia.
no p or sus escritos com o so ció lo g o , ni por su breve Su decisión de tomar las armas y colocarse al lado de los
protagonismo en el escenario político de su país — un chis­ oprimidos partió en dos la historia de la Iglesia Católica en
pazo que duró apenas unos meses del año 1965— , sino por América Latina. Fue una acción espontánea; Camilo no se
las circunstancias de su muerte. Al ofrendar su vida por la puso a calcular el grado de novedad o de radicalismo que
revolución socialista, al ser baleado por la tropa de lo que él suponía su postura. Se podría decir, incluso, que cargar un
llamaría “el ejército de la oligarquía” mientras luchaba en fusil iba en contra de su carácter; por temperamento — y por
defensa de los humildes, Camilo se convirtió en héroe. formación— , era un hombre pacífico y conciliador. Pero se
Y fue debido no únicamente a la forma en que murió, sino mostró implacablemente fiel a su más profunda convicción: la
también al momento. Porque, como ya se ha dicho, fue una de que el cristianismo bien entendido suponía la creación de
década de ilusiones. Una década que tuvo su expresión p o ­ una sociedad justa e igualitaria. Sin eso — es decir, sin un cam-
pular — al menos en inglés— en las baladas de Bob Dylan. _bio radical en las estructuras del poder— , la eucaristía carecía
En los Estados Unidos, los militantes de la oposición a la guerra de sentido. Antes bien, representaba un contrasentido. La misa
enVietnam forzaron las puertas del Pentágono, en compañía pretende celebrar la fraternidad.Y Camilo sintió que era preci­
del poeta-jesuita Daniel Berrigan, para quemar las tarjetas de so crear una situación de fraternidad para que la misa no fuera
los reclutas obligados a prestar servicio militar. En Camilo mentira, para que no se redujera a un rito vacío. Sintió la obli­
com o mártir encontraron un aliciente de características gación de hacer la revolución — o al menos morir en el inten­
netamente cristianas. Y las iglesias cristianas en todas partes to— antes de poder consagrar el pan y el vino y compartirlos
estaban experimentando una toma de conciencia en lo so­ con sus correligionarios alrededor de una mesa.^
cial. Es evidente que Camilo no inventó la nueva iglesia; en U n comentarista ha dicho que la suya fue una “ejem ­
realidad, el papa Juan XXIII tomó sorpresivo liderazgo de esa plar vida frustrada” .® Puede que esa definición sea acerta­
iglesia durante los breves años de su pontificado. Pero Cami­ da. En todo caso es probable, por decir lo menos, que su
lo form ó parte de ella, y terminó convertido en una de sus tenue recuerdo se habría borrado aún más de la memoria
figuras estelares, por no decir en uno de sus santos. colectiva en Colom bia si su muerte no hubiera sacudido a
Surgió una guerrilla urbana en Argentina que invocaba tantas personas en lugares remotos. Tal fue su fama a nivel
a Camilo y a la ética cristiana. Chile vio el nacimiento de internacional que una prestigiosa casa editorial neoyorquina
Sacerdotes para el Socialismo, un movimiento que ayudó a abrir comisionó una biografía del “cura guerrillero” .'' Y los co­
camino para el gobierno de Salvador Allende. Más tarde, en N i­ lombianos — que no se habían fijado sino en el lamentable
caragua, los hermanos Cardenal y otros distinguidos clérigos fracaso de una vida bien intencionada— se sorprendieron al*
iban a comprometerse con la revolución sandiiiista contra
U Véase el d oc u m e n to Declaración del 24 de junio de 196S en esta antología.
Somoza y con la construcción de un Estado nuevo. Todos, de
* A n to n io Caballero en el e p ílo g o a Camilo el cura ¡juerrillero, de W alter J.
algún modo, encontraron su inspiración en Camilo. Camilo
B roderick, E ditorial El Labrador, B ogotá, 1987.
fue el |)recur.sor. Para comprobarlo, es suficiente recordar la Camilo Torres, A Biography of the Priest-Guerrillero de W alter J. B roderick,
fecha de su sacrificio; Camilo m urió en las montañas de Doubleday, N e w York, 1975
r

24 Walter J. Brodeiick

encontrar que su país había engendrado una figura de talla La


mundial. El Camilo que Colombia saluda como uno de sus conciencia
hijos más célebres es, hasta cierto punto, un artículo im por­
tado del exterior. Y por lo tanto, de buen recilx).
Aquí su voz profética no fue escucliada. Camilo cayó
muerto del primer tiro de un soldado en su única acción
militar, y sus restos mortales fueron sepultados por decreto
del gobierno en algún lugar clandestino. Si su nombre figura
entre los colombianos más importantes del siglo XX, tal vez
los colombianos deberían exigir una tumba honrosa para sus
huesos. N o para iniciar un culto caracterizado por novenas y
milagros. Pero sí para darle una presencia física en algún sitio
apropiado, con el fin de recordar su grito contra las mil in­
justicias cometidas a diario en su patria.
Con los años, esas injusticias se han multiplicado. Y la
brecha entre los que disfrutan de la riqueza y los que viven
en la miseria — entre esas “dos subculturas” de que hablaba
Camilo— se vuelve cada vez más notoria, más abismal. Es
obvio que Colombia reclama cambios fundamentales; sin ellos
nunca habrá paz. La revolución, la necesaria e inevitable re­
volución que predicó Camilo — y por la que dio su vida— ,
fue frustrada en aquella década de ilusiones. Y desde enton­
ces ha sido postergada con tanta obduración por la clase
dirigente que ahora, en el inicio de un nuevo milenio, el
país está sometido a las peores atrocidades y se cometen
abusos que Camilo, en su época, difícilmente hubiera p o ­
dido imaginar.

WALTER J. BRODERICK

Bogotá, abril de 2002

i
r
1 La Violencia y los cambios
socioculturales en las
áreas rurales colombianas*
(Segunda parte)

L ,Ta movilidad social ha sido siempre considerada como


un elemento de cambio social. Sin embargo, nos parece ne­
cesario distinguir entre una movilidad social simplemente
material y una movilidad sociocultural.
La movilidad social material consiste en el simple paso
de individuos de un grupo social a otro, de un área geográfi­
ca a otra, de un status o de una clase social a otros.
La movibdad social cultural implica necesariamente el cam­
bio de las estructuras de los valores, de la conducta, y por ende
de las instituciones sociales, como consecuencia de la movili­
dad material. La relación entre la movilidad social material y la
movilidad sociocultural es evidente, tanto desde el punto de
vista cuantitativo, cuanto desde el punto de vista cualitativo.
Cuantitativamente: si el paso de individuos de un grupo a
otro o de un área a otra se realiza en forma masiva, es muy
difícil evitar que en el proceso de asimilación se produzcan
cambios socioculturales, tanto en los individuos que llegan

‘ T om ad o d el trabajo presentado al P rim er C on greso N acion a l de S o c io ­


lo g ía qu e se rea lizó en B ogotá del 8 al 10 de m arzo de 1963. C am ilo
Torres o c u p ó la presidencia d el evento.

l
r
28 Camilo Torres I La Violencia y los cambios socioculturales 29

i iiaiiU) (.'11 los individuos que reciben. El conformismo de los los factores de expulsión del cam po y de atracción a la
(|iie [lasan no puede ser debidamente controlado. ciudad tienen una mayor im portancia en los países no
Por el contrario, si el paso lo realiza un grupo pequeño industrializados.
y en forma lenta, es m uy probable que los patrones socio- En cuanto a la movilidad vertical descendente, dada la
culturales de la sociedad que recibe permanezcan práctica­ existencia de círculos viciosos descendentes dentro de la
mente inmutables y los elementos nuevos sean los únicos estructura socioeconómica de los países en desarrollo, es
transformados por la movilidad social, ya que en este caso se mucho más fuerte en éstos que en los desarrollados, espe­
impondría el conformismo como requisito para la acepta­ cialmente en lo que a áreas rurales se refiere. El aumento de
ción de los nuevos elementos. población rural no puede ser seguido por el aumento de la
Cualitativamente, es necesario distinguir el tipo de indivi­ productividad. La subdivisión de la tierra recrudece el pro­
duos que se movilizan. N o es lo mismo el ascenso de un blema del minifundio, y aumenta con cada nueva genera­
líder que el ascenso de una persona sin influencia en su gru­ ción. La m ano de obra se abarata con el aumento de la
po social. También es necesario distinguir los requisitos de la pieblación, que no va acompañado de un aumento propor­
movilidad social. Es posible que para una movilidad hori­ cional de oportunidades de trabajo y de productividad.
zontal no existan exigencias de parte de la comunidad recep­ En lo que hace a la movilidad vertical ascendente, tratare­
tora, mientras que para una movilidad vertical ascendente mos de analizar la situación en los países subdesarrollados,
sea necesario ajustarse a los patrones de ascenso social de las basándonos en un análisis de los canales de ascensión social
instituciones que controlan ese ascenso, es decir, sea necesa­ en estos países.
rio el conformismo. Consideramos que este análisis nos permite ver tanto el
En el [iresente análisis consideramos la movilidad social aspecto cuantitativo com o el aspecto cualitativo, para así
lio solamente de.sde el punto de vista material, sino desde el tratar de determinar los requisitos impuestos por las insti­
pimto de vista sociocultural, por cuanto en nuestro parecer tuciones que controlan el ascenso, requisitos que están estre­
este aspecto es el que más directamente interesa al estudio chamente ligados al aspecto cuantitativo, debido al volumen
del cambio social. de población que pasa de una clase a otra.
N o obstante que la movilidad social en el campo con re­ Dentro de estos canales queremos considerar los siguien­
lación a la ciudad es una característica general, en los países tes como los principios: el canal económico, el cultural, el
subdesarrollados representa caracteres más agudos. político, el burocrático, el militar y el eclesiástico.
Es difícil hacer esta constatación respecto a la movilidad
liorizoiital, si por ella entendemos la corriente migratoria CANAL ECONÓMICO
hacia los centros urbanos. La posesión de bienes de producción y de bienes de
El rápido crecimiento de las grandes ciudades de los paí­ consum o constituye, en general, un medio rápido de as­
ses subdesarrollados, debido fundamentalmente a la m igra- censo en la escala social. En un régimen de empresa priva­
( K>n del ( ampo, es un indicio de que la movilidad horizontal da, la habilidad para enriquecerse es absolutamente relativa
I mal eii eslos paí.ses es mayor que en los países desarrolla­ a la calificación como empresarios que tenga el promedio de
dos. Adeiu.ís, a pesar de las deficiencias de los transportes, la población. En otras palabras, la com[)ctencia para ascender

L
30 Camilo Torres I La Violencia y los cambios socioculturales 31

en lo económico no requiere necesariamente una califica­ del canal económ ico de ascenso es casi total. Esta oclusión
ción a largo plazo, como es el caso en el terreno de lo cultu­ es mayor en las áreas rurales; la baja productividad de la
ral, lo militar y lo eclesiástico. La competencia en la posesión empresa agropecuaria y la economía de subsistencia en las
y utilización de bienes y servicios no requiere más califica­ áreas rurales de los países subdesarrollados, hacen que la
ción que la relativa, sin ninguna exigencia por parte de la demanda efectiva de productos aumente más lentamente
naturaleza misma de este canal de ascenso. con el aumento del ingreso per cápita que lo que aumenta en
Poseer y utilizar es algo que todo el mundo sabe hacer. Es las áreas industriales. Además, el tradicionalismo rural im ­
m ucho más fácil aún que administrar o mandar. Por eso el pide el cam bio rápido de los hábitos de consum o en la
canal económico es, en sí mismo, aún más rápido que el población campesina. Esto hace que, aunque exista la m en­
burocrático y el político. talidad entre los poseedores de abrir canales de ascenso eco­
Por otra parte, del ascenso económico depende las nece­ n óm ico para aum entar el consum o y la dem anda, los
sidades vitales del hom bre en un régim en de empresa priva­ habitantes del cam po sean los últimos en ser considerados
da y aun en un régimen colectivista en lo que a los bienes de com o futuros clientes.
consumo se refiere. Respecto del m iedo a la presión social, los campesinos
Por estas dos razones, entre otras, la oclusión del canal también están en condiciones de inferioridad. El aislamiento
económico para el ascenso social constituye una de las más social, el individualismo, el tradicionalismo, hacen difícil que
serias frustraciones sociales, especialmente en los países sub­ el campesino se constituya en un grupo de presión. Sin con­
desarrollados, en donde la calificación humana es baja y el tactos sociales que desencadenen cambios de esas y otras va­
ingreso nacional es reducido. Cuando esta frustración se hace riables, el campesinado no constituirá un peligro para la
consciente y se abren posibilidades de solución, aparece el estructura económica vigente.
verdadero «problem a social». Ahora bien, una de las caracte­ Com o lo anotamos atrás, la violencia hace que el campe­
rísticas de los países subdesarrollados es la de la concentra­ sinado comience a constituirse en un grupo de presión. La
ción de los bienes y de los servicios en pocas manos. Los violencia que dio a éste conciencia de sus necesidades, con­
pocos poseedores, en general, obstruyen los canales de as­ ciencia de sus propios recursos humanos para superarlos, lo
censo económico mientras el abrirlos no les aporte una ven­ saca de la pasividad tradicional y lo organiza con solidaridad
taja. Los que comienzan a salir de su mentalidad feudal de de grupo para fines bien e.specíficos. Desarrolla el conflicto
poseer en lugar de producir, los que comienzan a tener una respecto del extragrupo y lo institucionaliza.
mentalidad capitalista, de mayor productividad, abrirán los En lo que se refiere directamente al ascenso social por el
canales económicos a aquellos que puedan llegar a ser mejo­ canal económico, la violencia tuvo dos efectos primordiales:
res consumidores. Los abrirán también en la medida en que en prim er lugar, creó los contactos necesarios para despertar
una presión social de abajo hacia arriba baga peligrosa la es- la conciencia campesina respecto de su miseria, agudizando
iriictura económica de la que estos [loseedores usufructúan. ésta en todas las áreas en donde el fenómeno se produjo; en
Sin embargo, estas dos circunstancias mentalidad de pro- segundo lugar, y simultáneamente, introdujo instrumentos
(liK lividad y presión social de ba.se— son dos índices de co- para lograr fines económicos en todas las escalas de la jerar­
mieii/o de (U'sarrollo. En donde iio existen, la obstrucción quía social. Desde el efecto político-económico de asegurar

L
32 Camilo Torres I La Violencia y los cambios socioculturales 33'
I
un botín burocrático para la clase gobernante, pasando por llegado a un determinado status o clase por un canal distinto al
la adquisición de grandes fincas devaluadas por la violencia, cultural y se adquieren esas formas por integración y asimila­
la confiscación de las cosechas, la abstención de pago de deu­ ción a la nueva clase o status. Directamente, por la integración
das a personas públicas y privadas, hasta el negocio del tráfi­ y asimilación formal de los nuevos valores e instituciones que
co de armas, la confiscación de anim ales y pequeñas se realiza mediante la educación institucionalizada.
propiedades, etc. El campesino, junto con la conciencia de su Aquí queremos referirnos a esta última forma de adqui­
miseria, adquirió por el fenómeno de la violencia instru­ sición directa.
mentos considerados como anómicos por la sociedad colom ­
biana, pero que resultaban eficaces ¡lara el ascenso social.Tanto ENSEÑANZA PRIMARIA
en este canal como en los que anali/,aremos a continuación, Dada la escasez de planteles educativos y de maestros para
veremos cómo la oclusión de las vías normales de ascenso, la enseñanza primaria en los países subdesarrollados — alto
siempre y cuando exista una presión en la escala social para grado de analfabetismo— ; dada la concentración urbana de
subir, produce la creación de canales anormales o patológi­ la enseñanza; dado el ausentismo escolar, debido principal­
cos, si estos canales se presentan com o eficaces. (Empleamos mente a razones económicas, las posibilidades de adquirir
las palabras normal y anormal con relación a los patrones nuevas formas culturales están limitadas a una parte de la
culturales aceptados formalmente por la mayoría de la socie­ sociedad y en una proporción desfavorable para el campesi­
dad colom biana). no. En Colombia, el sistema rural de escuela alternada agrava
Después de la violencia, el campesino ha tomado el hábi­ aún más esta situación. La escasez de planteles y de horas de
to de buscar su ascenso económico o al menos su subsisten­ clase y la concentración urbana hacen que, en general, haya
cia por cualquier canal. una correlación positiva entre status económico y nivel de
Aceptando la existencia de una criminalidad definida en­ escolaridad primaria.
tre los grupos guerrilleros, las nuevas generaciones de cam­ Esta correlación se hace mayor si consideramos que el
pesinos no podrán combatir eficazmente la violencia si no se ausentismo escolar, debido en gran parte a la necesidad de
abren canales normales de ascenso económico que resulten hacer trabajar a los niños, tiene una gran influencia en la
eficaces para la mayoría de la población rural. escolaridad.

CANAL C U L T U R A L ENSEÑANZA SECUNDARIA


Por «cultura» entendemos el conjunto de valores, patro­ La incidencia del factor económico sobre el canal cultural
nes de conducta e instituciones que se transmiten de una se hace predominante en el nivel .secundario de enseñanza
generación a otra dentro de una .sociedad. N o incluye nin­ en aquellos países en los cuales, com o en Colombia, la ense­
gún juicio de valor favorable. ñanza secundaria privada y eclesiástica representa una mayo­
Cuando hablamos de ascenso .sociociillural queremos re­ ría de la enseñanza secundaria — 82'/o de los alumnos— . Es
ferirnos a la adquisición de aquellas fcirmas culturales que per­ lógico que ésta, sin subsidios y sin controles eficaces, es
tenecen a una clase o status social superiores. Estas formas se costosa y se hace patrim onio casi exclusivo de la clase
pueden adquirir directa o imiirectamenlc. Indirectamente, si se ha económicamente alta. Los escasos colegios oficiales o de ba­

L
34 Camilo Torres I La Violencia y los cambios socioculturales 35

jas pensiones constituyen una minoría. Sin embargo, aun den­ necesidad de dirigentes que tienen los países subdesarrolla­
tro de estos mismos planteles, las influencias provenientes dos es bastante notoria. Esto hace que el factor econórnico
de los detentadores del poder económico impiden la capila- determine en buena parte la oclusión del canal cultural en
ridad total de dichos establecimientos. Respecto del resto, la esta fase. Con todo, es necesario llevar el análisis más adelan­
influencia de lo económico es claramente predominante. te. El perfeccionismo en la selección y la especialización, en
Podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que el as­ que insisten los programas universitarios, representa en parte
censo cultural, en esta etapa secundaria de la escolaridad, está instrumentos de la élite intelectual para obstruir el canal
determinado por las posibilidades de ascenso económico. Si cultural de ascenso y descartar lo más posible la competen­
éste está obstruido, lo estará también aquél. cia que pondría en peligro sus privilegios. Sabemos que
toda e sp ec ia liza ció n , al d iv e rsific ar la com p eten cia,
ENSEÑANZA UNIVERSITARIA la debilita. Esto explica por qué, no obstante que ni la es­
La enseñanza universitaria en los países subdesarrolla­ tructura de los países en desarrollo ni las tendencias uni­
dos no es especialmente costosa en cuanto al pago de pen­ versitarias actuales lo aconsejan, se insiste tanto en
siones se refiere. Las instituciones privadas no tienen tanta especializaciones propias de países industrializados y en
importancia como, para que el prom edio por matrícula y seleccionar un mínimun de futuros profesionales basándose
derechos de estudio que deben pagar los estudiantes sea en criterios perfeccionistas.

demasiado alto — en Colom bia, 50% aproximadamente de Com o conclusión, podemos afirmar que el canal cultural
los alumnos— , Esto no excluye la existencia de pensiones de ascenso en esta fase superior se encuentra obstruido por
altas para esa minoría de universitarios que asiste a las un i­ factores económicos y culturales.
versidades privadas. Es necesario hacer notar que en el nivel profesional es
La oclusión de esta etapa del canal cultural se produce muy difícil poder ascender sin un criterio conformista res­
más por las limitaciones cuantitativas y por las limitaciones a pecto de las élites culturales en los países en desarrollo. Estas
la capilaridad de la etapa anterior — de la enseñanza secun­ élites, por tener el control del ascenso, es raro que lo toleren
daria. El cupo es generalmente muy reducido con relación a para individuos que quieran mermar ese control. Claramente
la demanda. En Colombia, donde tenemos un freno tan acen­ vemos en la universidad cóm o el nivel de conformismo as­
tuado en la enseñanza secundaria, de 16.000 estudiantes que ciende a medida que se acerca el fin de la carrera y se necesi­
se presentaron como aspirantes a ingresar a la universidad en ta ser aceptado por la élite profesional que se mantiene como
1958, solamente lograron hacerlo 9.800. Además, se calcula tal gracias a las estructuras vigentes.
que de los ingresados solamente el 40% llega al final de la Estos requisitos de ascenso hacen que la movilidad social
carrera (Cfr. «Estadística de la Educación Superior, 1958», por este canal sea más de carácter material que de carácter
Asociación C olom biana de Universidades, Bogotá, D.E., sociocultural, lo que implica una ausencia de cambio en las
1961). Esta restricción cuantitativa hecha a base de selección estructuras sociales del país.
[perfeccionista tiene múltiples causas — dentro de las cuales Respecto de las áreas rurales, sería interesante hacer un
está el burocratismo— . Sin embargo, es necesario reconocer estudio más a fondo del porcentaje de estudiantes de origen
cjue la pobreza de las universidades oficiales con relación a la campesino que están en la universidad (RobertW illiam son,
36 Camilo Torres I La Violencia y los cambios socioculturales 37

El estudiante colombiano y sus actitudes, Facultad de Sociología, m o ­ gobierno coercitivo sobre las personas. Ese gobierno coerci­
nografía n° 13, Bogotá, 1962, trae un porcentaje de 6.2 de tivo puede hacerse dentro del Estado, o por m edio de la [tre-
hijos campesinos) y en la enseñanza secundaria. Dada la siones individuales y colectivas. Nosotros tomaremos el
estructura antes descrita, podríamos afirmar que es una m i­ concepto restringido de poder político, considerándolo como
noría. En esta forma, la obstrucción del canal cultural es aún «acción política en cuanto tal», es decir, dentro de la estruc­
más profunda respecto del campesinado. tura del Estado, como acción política formal (Cfr. M xW eber,
N o obstante algunas exigencias esporádicas de instruc­ op. dt.). Ahora bien, esta acción política formal se ejerce por
ción formal que los grupos guerrilleros hacían a sus m iem ­ m edio de funciones del Estado. Por eso nos limitaremos a
bros, no podemos decir que la violencia hubiera constituido examinar la posibilidad de ascenso en las posiciones políti­
un nuevo canal en el ascenso social por la vía cultural formal. cas del gobierno, excluyendo de este canal la administración
Por el contrario, la ya precaria instrucción de nuestras zonas — que será considerada en el canal burocrático— . Dentro de
rurales fue afectada por la destrucción de las escuelas, la fuga estas posiciones encontramos las del nivel nacional, de nivel
de los maestros y la imposibilidad de los niños para asistir a departamental y las de nivel municipal.
los planteles educacionales. Sin embargo, es importante ano­ Las del nivel departamental y nacional están prácticamente
tar que, después de haber sufrido el proceso, los campesinos vedadas para la masa campesina, en los países subdesarrolla­
tienen una conciencia mayor de la necesidad de educarse y dos. Fuera de algunas pocas excepciones en aquellos de éstos
si, por los otros factores antes anotados, el campesinado se en donde existen verdaderos partidos agrarios de raigambre
ha constituido en un grupo de presión, esa necesidad sentida popular y de fuerza electoral, el campesinado está excluido
de instrucción y de progreso será uno de los objetos prim or­ de cargos a estos niveles.
diales de su acción. Respecto de los cargos al nivel municipal, debemos ana­
Durante las encuestas hechas para llevar a cabo proyectos lizar los procesos de ascenso y sus requisitos para constatar la
de reforma agraria, se ha podido constatar cómo quizá la capilaridad del canal político, aunque sea en esta primera
primera necesidad sentida por el campesinado colombiano etapa.
de las zonas de violencia, es la necesidad de una escuela para En general podemos decir que los criterios de selección
poder mandar a sus hijos. de los funcionarios oficiales en los países subdesarrollados
La violencia no ha constituido un progreso en la instruc­ y en Am érica Latina, en especial, no se hacen con base en
ción formal del campesino sino por la reacción que ha pro­ criterios objetivos de eficiencia profesional y administrati­
ducido y por el deseo de progreso que ha sembrado entre los va, sino con base en criterios económicos, sociales y elec­
campesinos azotados por el fenómeno. torales.
La institución del «gam onalism o», aunque es más una
CANAL P O L Í T I C O institución informal de acción políticamente orientada (Cfr.
Com o el canal de ascenso cultural, el canal de ascenso M axW eber, op.cit.,loc.dt.) que una institución política formal,
político lo encontramos también dividido en niveles dife- tiene una gran influencia en los criterios para proveer los
r(‘iilt‘s y en sus aspectos de formal e informal. Por ascenso cargos oficiales. El «g a m o n a l» (así se llama en Colom bia al
|)olí(K() emendemos, en general, el ascenso en el poder de líder tradicional a escala local) es un candidato en sí mismo
i

l
38 Camilo Torres I La Violencia y los cambios socionitliii.ili'.s 39

O es un elemento decisivo en la elección del candidato a con­ LA A C T I T U D CO N S E R V AD OR A R E S P E C T O

sejero, alcalde, juez o cualquier otro cargo a escala munici­ DE LAS E S T R U C T U R A S V I GE N T E S


pal. Su influencia está basada en la superioridad económica y Al hablar de las estructuras vigentes, nos referimos acjuí
social que tenga trascendencia en los fenómenos electorales. principalmente a los canales de ascenso social que ya anali­
Aun en países en donde — como en Colom bia— la elección zamos: los canales económico y cultural. Creemos que la
de la mayoría de los funcionarios municipales es más admi­ minoría política está interesada en los mecanismos de obs­
nistrativa que electoral, la influencia sobre los votos es un trucción de estos canales porque en su modificación va su
criterio decisivo en la selección de éstos. Sin embargo, den­ propia cabeza, si no como individuos, ciertamente como clase
tro de este canal no consideraremos los funcionarios que no privilegiada. Por esto, únicamente a los conformistas les es
tengan un poder de decisión de carácter coercitivo sobre los otorgado el ascenso social.
ciudadanos, para diferenciar el canal burocrático del canal Si esta élite política no es en sí misma poseedora de los
político. Dentro de los funcionarios formalmente políticos bienes de producción, depende estrechamente de la élite
tenemos a los consejeros municipales, al alcalde y al juez — económica de la cual es subsidiaria en su vida pública y,
para el caso colombiano— . A los militares no los considera­ por lo tanto, en su vida general, ya que la política económ i­
remos como funcionarios y por eso dedicaremos un análisis ca, tan básica en la política general de los países subdesa­
especial a ese grupo social. Los otros funcionarios municipa­ rrollados, no podrá llevarse a cabo sin la colaboración de
les pueden tener una influencia política, pero no son políti­ esa élite.
cos en el sentido explicado arriba. Además, si pertenece a la élite cultural — lo que general­
En algunos países subdesarrollados, com o en Colombia, mente debe ser el precio que paga el jefe político a la clase
ciertos funcionarios políticos municipales son nombrados por dirigente por no pertenecer a la élite económica— , la in­
las autoridades regionales y centrales. En este caso, el n om ­ fluencia del poder económico también se ejerce directa e
bramiento se hace principalmente con base en la adhesión indirectamente, como lo explicamos al hablar del canal cul­
que los candidatos presten a la política gubernamental, siem­ tural de ascenso social.
pre y cuando esta adhesión esté unida al prestigio social en
su comunidad. Son, pues, definitivos en este caso, como fac­ LA I N S E G U R I D A D S OCI AL

tores de ascenso político, aquellos que determinan los crite­ La inseguridad social en la posición directiva es un resul­
rios de los mandatarios centrales y aquellos que constituyen tado de la subjetividad en los criterios de ascenso. El indivi­
el prestigio social a escala municipal. duo que asciende depende de otra persona y no de requisitos
Naturalmente que, para hacer afirmaciones fundamenta­ objetivos e impersonales que le aseguren su estabilidad ocu-
les sobre dichos factores, sería necesario hacer investigacio­ pacional.
nes detalladas y científicas. Con todo, a manera de hipótesis
de trabajo podemos afirmar que los que detentan el poder, LA A GR E S I V I DA D RE S P E CT O DE

por ser una minoría, que en general no ha a.scendido gracias LOS M I E M B R O S DEL E X T RA G R U P O

a t alineaciones y criterios objetivos de selección, tendrá como La agresividad es un resultado natural de la situación como
características: minoría y com o minoría insegura.

L
40 Camilo Torres I La Violencia y los cambios socioculturales 41

Las características de la élite política que consideramos través de presiones económicas, sociales y religiosas que tien­
atrás, producen una oclusión del canal político del ascenso den a procurar el respaldo a las estructuras vigentes, a conso­
social para los funcionarios políticos que dependen en su lidar la oclusión de los canales de ascenso social. Es decir,
designación de la minoría política, más aún, de las personas presiones que hagan seleccionar únicamente a los elementos
mismas de esa minoría que ejerce el poder central. Dentro de conformistas.
los factores de oclusión, el factor económico con y por el En esta form a vemos cóm o el canal político de ascenso
cultural, parece predominante. El criterio fundamental para social está obstruido, en los países subdesarrollados, para
el ascenso político tiene que ser, por lo tanto, el conformis­ una mayoría de la población que no tiene recursos econó­
m o respecto de las personas de la clase dirigente; claro está micos, ni amistad personal con los detentadores del poder
que, ante una igualdad en el grado de conformismo, se esco­ económico, ni cultura formal suficiente unida al poder eco­
gerá el más capacitado. Sin embargo, esta estructura del as­ nóm ico y/o a la amistad en referencia; amistad que está
censo político hace que la movilidad vertical sea puramente ligada estrechamente al conform ism o respecto de las es­
material y que las estructuras socioculturales se preserven de tructuras vigentes.
todo cambio social. La violencia estableció un nuevo sistema de gobierno in­
En cuanto al prestigio social a escala municipal, vemos formal en las áreas campesinas en donde surgió. Aunque se­
que el factor económico es igualmente predominante. En la ría difícil determ inar el porcentaje de antiguos líderes
influencia política del gamonal debemos considerar este fac­ tradicionales o gamonales dentro del nuevo liderazgo gue­
tor como básico. La simpatía personal, la habilidad, deben rrillero, es evidente que muchos de estos nuevos jefes no
estar subordinadas a un respaldo económico propio o ajeno. hubieran nunca logrado el poder que adquirieron por medio
Sin embargo, a escala municipal las dos primeras cualidades de la violencia (La Violencia en Colombia, cap. VI, “Semblanza de
tienen una relativa importancia, ya que las relaciones prima­ jefes guerrilleros”) dentro de las estructuras normales de as­
rias también la tienen; más aún en el área rural. censo social.
El prestigio social no es solamente la base de la selec­ Los campesinos a quienes había sido vedada toda posibi­
ción de los funcionarios nom brados en form a jerárquica, lidad de influjo en el gobierno de su propio destino y de los
sino también de aquellos elegidos en form a democrática. destinos del país, encontraron en las diversas escalas del
Por eso, estos criterios de prestigio social rigen también el nuevo poder establecido por la violencia la oportunidad de
ascenso político de los funcionarios elegidos. ascender.
Con todo, la influencia del factor económico no actúa Se ha hablado de la existencia de repúblicas en el interior
únicamente a través de prestigio, sino aun directamente res­ del país; se sabe que hay zonas controladas por jefes guerri­
pecto de los funcionarios elegidos. El jiroceso electoral se lleros. El hecho es que a escala regional ha surgido un gobier­
hace bajo una serie de presiones económicas, tales com o la no informal y anómico que tiene, en ocasiones, más poder
amenaza de despido o la promesa de alguna prebenda. Las que el gobierno legal.
elecciones en los países subdesarrollados, aun sin mencionar Com o lo dijimos atrás, no es de extrañar que los directo­
el fraude electoral, son dirigidas por las minorías a través de rios políticos traten de pactar con los nuevos líderes. El
los directorios políticos centralizados y de los gamonales, a gamonalismo tradicional comienza a perder influencia en
r 42 Camilo Torres I La Violencia y los cambios socioculturales 43

favor de un liderazgo guerrillero, m ucho menos conformis­ II..II le lo explicamos atrás. Es decir, con cargos que tengan fun-
ta. Esta transformación de poder ha influido sobre la estruc­ ( KII les ejecutivas dentro de normas preestablecidas y en el cam-
tura social de nuestras comunidades rurales. La clase media IHI <le la organización tanto pública como privada. Por lo tanto,
que habita en los núcleos centrales de los municipios — «p u e ­ es necesario considerar el ascenso burocrático dentro de la
b lo s»— y que usufructuaba los beneficios del poder, de la .idininistración pública y dentro de la administración privada.
administración y del control económico y social en general,
ha perdido su fuerza por la importancia adquirida de esos l ll llurCRACIA PÚBLICA
grupos periféricos capitaneados por nuevos jefes en las vere­ Los criterios de ascenso social dentro de la burocracia
das de los municipios. ( lile ial siguen — com o los definim os en el caso del canal p o-
Podemos decir que, en cierta manera, el poder político lliico— criterios más subjetivos que objetivos, como sucede
informal se ha democratizado en nuestras áreas rurales y ha en los países subdesarrollados en general, y en los latinoa­
adquirido una actitud francamente anticonformista. Actual­ mericanos m uy especialmente (Cfr. Handlin, Clases sociales en
mente en forma patológica y anómica. Sin embargo, consti­ América Latina, Ciencias Sociales U nión Panamericana, Washing­
tuye una base para la promoción del campesinado veredal ton, D.C.). Dentro de estos criterios subjetivos está el de la
que hasta entonces había sido un grupo marginal, tanto res­ influencia política, social y económica que puede tener el
pecto del país como respecto de la misma comunidad rural. candidato o empleado a los ojos del funcionario empleador.
l'f Si la acción comunal, la reforma agraria y los demás m o ­ N o quiere decir que estas influencias no puedan ser contro­
vimientos populares encauzados por el gobierno dentro de ladas objetivamente, por ejemplo, por m edio del número de
las comunidades agrícolas no logran abrir canales normales votos puestos en la zona de influencia, por el prestigio fami­
— claro está indirectamente— para el ascenso político de los liar, por el ingreso per cápita, etc. En lo que tratamos de insistir
líderes campesinos de base, la violencia seguirá siendo el único aquí es en que estos criterios se reflejan a través del sujeto
canal político de ascenso efectivo para el campesinado co­ que hace la elección.
lombiano no conformista. También entran dentro de estos criterios subjetivos la sim­
De todas manera, aunque surjan nuevos canales de ascen­ patía personal del candidato, la afinidad ideológica y los com ­
so normal, la estructura de éstos será necesariamente dife­ promisos familiares y de amistad.
rente de la de los canales actualmente existentes. El requisito Del concepto de criterio subjetivo se excluye el de la califi­
para el ascenso futuro no podrá ser más el conformismo p o ­ cación profesional relativa a la función por llenar. N o quere­
lítico; los nuevos pactos con los líderes campesinos tendrán mos en ninguna forma excluir totalmente los criterios objetivos
que ser hechos con base en la influencia popular que éstos de los criterios de movilidad a.scendente. Lo único que quere­
lengan. Influencia que, a la vez, estará cimentada más en la mos establecer es la prioridad de los criterios subjetivos.
eficacia que en criterios subjetivos. Dentro de éstos creemos que los (|ue están condiciona­
dos por la influencia política y por la ecoiuimica son los más
CANAl. l U J R O C R Á T I C O importantes para el ascenso social.
El canal burocrático de ascenso social es el que se realiza a La burocracia es, en los países subdesarrollados, el medio
través de los cargos exclusivamente administrativos, como en más común para trabajar. En ella encontramos el porcentaje.

tW
J
44 Camilo Torres I La Violencia y los cambios socioculturales 45

proporcionalmente más fuerte, de inversiones del presupuesto bia por el establecimiento de la paridad administrativa. La

nacional (en 1961 el presupuesto para burocracia era aproxi­ lucha burocrática se desplazó al seno de cada uno de los dos

madamente el 30% del Presupuesto Nacional; en Bogotá era partidos tradicionales, produciendo ^cisiones profundas en

aproximadamente el 60% para el mismo año) y la menor éstos, con claras consecuencias burocráticas para las fraccio­

exigencia de calificación profesional. Por esta razón el nú­ nes internas.

mero de candidatos a la burocracia oficial excede el número En esta forma, el ascenso social por el canal burocrático

de oportunidades. Este excedente en la oferta de trabajo es está condicionado por las oclusiones existentes en los cana­

aprovechado por el empleador mediante la exigencia de aque­ les económico y político. Es decir, que el ascenso burocrático

llas cualidades en el candidato que le den una seguridad res­ oficial depende, en gran parte y en última instancia, del con­

pecto a la estabilidad de su propio emitleo. formismo con la minoría que detenta los poderes económ i­

Com o lo indicamos atrás, las posiciones ocupadas gracias co, político y cultural.

a criterios subjetivos son posiciones inseguras, por depender


más de las personas que de los requisitos universales B U R O C R A C I A PRIVADA

preestablecidos — como sucede en los países desarrollados, Para establecer los criterios de ascenso dentro de la buro­

en donde hay una carrera administrativa relativamente es­ cracia privada, es necesario distinguir el género de empresa

tricta y eficaz— . Las calidades que más dan seguridad son las privada en que ésta se emplee. Si se trata de una empresa de

provenientes de la influencia política y de la posición econó­ carácter más feudal que capitalista, los criterios serán más

mica del candidato al empleo. subjetivos que objetivos. Si se trata de una empresa de ca­

La influencia política del empleado garantiza al empleador rácter más capitalista que feudal, los criterios serán más o b ­

el respeto de los políticos que participan en el gobierno di­ jetivos que subjetivos. En este sentido los criterios subjetivos

rectamente como funcionarios, e indirectamente por los ór­ tendrán una orientación más negativa que positiva. Es de­

ganos de los partidos de los cuales depende su propia posición. cir, se usarán más com o criterios de exclusión que de pro­

La influencia económica, además de obrar directamente m oción. D entro de éstos, uno de los principales es el

sobre los políticos — según lo vimos cuando tratamos el canal conform ism o del candi dato. ISería bastante difícil que un

político— , garantiza una posibilidad de ascenso dentro de la individuo calificado pero inconfórmista lograra ascender

empresa privada, en el caso de retiro de la burocracia pública. en la escala burocrática privada. Esto nos hace concluir que,

Podemos concluir que, especialmente en los países sub­ aun a esta escala, la m inoría privilegiada mantendrá el con­

desarrollados, el criterio económico de los (pie otorgan los trol de la situación sosteniendo la estabilidad de las estruc­

puestos influye predominantemente por y con el criterio turas actuales e im pidiendo el ascenso que no estabilice su

político. Esto produce el hecho de que en estos países gran propia posición.

parte de la lucha política está motivada |)or la perspectiva del De los efectos principales que tuvo la violencia sobre la

botín burocrático y de que la ideología política de los em ­ administración pública, queremos anolar los tres siguientes:

pleados oficiales siga los vaivenes de los resultados electora­ ■ Establecimiento de un sistema militar administrativo

les y políticos en general. Es interesante, desde el punto de informal.

vista de la .sociología política, el efecto producido en C olom ­ ■ Descentralización de la administración.


r
46 Camilo Torres
I La Violencia y los cambios socioculturales 47

■ Aparición de nuevas presiones para controlar los car­


Esta nueva administración inform al ha constituido un
gos administrativos.
canal de ascenso burocrático con criterio selectivo diferente,
basado en la calidad bélica, en el sectarismo político y en una
E S T A B L E C I M I E N T O DE UN S I S T E MA
habilidad elemental para la adm inistración com o líder
M I L I TA R A D M I N I S T R A T I V O I N F O R M A L
carismático.
Las guerrillas tuvieron un sistema militar administrativo
informal. Com o nos lo narra el libro La Violencia en Colombia,
D E S C E N T RA L I Z A C I Ó N
había diversos niveles en la organización guerrillera, desde la
DE LA A D M I N I S T R A C I Ó N
guerrilla propiamente dicha hasta la escuadra, la sección, la
La administración informal anteriormente descrita co­
compañía, la agrupación guerrillera y la división guerrillera.
mienza a gozar de una gran autonomía regional. Los coman­
Toda la administración militar tuvo que desarrollarse dentro
dos revolucionarios se establecen con criterios eminentemente
de la jerarquía y se crearon cargos no militares de adminis­
prácticos en relación con las condiciones locales y con la ac­
tración, como el de comisario político, jefe de la comunidad,
tividad guerrillera.
parcelador, responsable de cada vereda y secretario general
La Violencia en Colombia nos describe los comandos existen­
(LaViolencia en Colombia, op. cit., cap. V ).
tes durantq la primera etapa:
Las normas impuestas a los guerrilleros contenían, ade­
. Com ando de las Fuerzas Revolucionarias de los Llanos
más de prescripciones bélicas, una serie de principios admi­
Orientales.
nistrativos elementales. En los establecidos por el Frente
■ Com ando Revolucionario de Santander.
Democrático de Liberación Nacional de Colombia, se exigía
■ Com ando de las Fuerzas Revolucionarias de La Palma y
para ascender al grado de oficial, además de los conocimien­
Yacopí.
tos militares, conocimientos políticos de tipo marxista, saber
■ Com ando de las Fuerzas Revolucionarias del Sur del
leer y escribir, tener nociones mínimas de ortografía, saber
Tolima.
las cuatro operaciones de aritmética y disponer de buena con­
■ Com ando del Oriente del Tolima.
ducta en su vida pública y privada.
■ Com ando de Sumapaz.
La administración de justicia comienza a practicarse den­
■ Com ando de Pavón.
tro de los guerrilleros, y aun dentro de aquellos grupos cam­
■ Com ando de las Fuerzas de Aiiiodefen.sa de Gaitania.
pesinos que eran víctimas de la impunidad. Los códigos
■ Comando de las Fuerzas de Autodefen.sa delTequendama.
infórmales sobre sanciones y estímulos eran formas milita­
■ Com ando del Río Chiquito y Símbolo-Páez.
res y administrativas de controlar a la población campesina
. Com ando de Nare.
eii general y en especial los grupos combatientes.
■ Com ando de Anorí.
Posteriormente se han multiplicado en Colom bia las lla­
■ Com ando guerrillero de La Rivera.
madas «Repúblicas Independientes», en donde la autori­
Com o dice monseñor Gu/.rnáii: «lisios comandos, con
dad olic ial no tiene acceso; dentro de ellas se ha organizado
excepción de algunos de los Llanos Orieiiiales, no lograron
nn.i administración paralela a la administración oficial, con
nunca coordinarse ni ejecutar accioiuvs com binadas» (LaVio­
mn'vos ( argos y nuevas funciones.
lencia en Colombia, op. cit., 2* ed., p. 163).

^ 1
48 Camilo Torres I La Violencia y los cambios socioculturales 49

La descentralización es, pues, autónoma y descoordinada. nistrativa, se han acostumbrado a ejercer presiones. La masa
Las comunidades periféricas y locales adquieren una mayor campesina afectada por el fenómeno, también se ha acos­
importancia que los grupos centrales administrativos de la tumbrado a ejercer presiones sobre la administración. Ha
administración oficial. La oportunidad de esta descentraliza­ encontrado un canal de ascenso burocrático a su alcance, que
ción y la movilidad descendente se incrementa respecto de no tenía dentro de la estructura administrativa oficial.
los estratos más bajos de la sociedad rural colombiana. En el caso de que la administración pública no fije crite­
rios suficientemente objetivos y no cree los instrumentos para
A P A R I CI ÓN DE NUEVAS P R E S I ON E S PARA que la mayoría de nuestra población pueda ajustarse a dichos
C O N T R O L A R LOS C A R G O S A D M I N I S T R A T I V O S criterios, la administración informal seguirá siendo un canal
La administración oficial, com o lo vimos atrás, además más eficaz para el ascenso burocrático en la escala social.
de un cierto grado de competencia exige un conformismo
riguroso para el ascenso burocrático. Este conformismo ga­ CANAL M I L I TA R
rantizaba el control jerárquico de las clases dirigentes hasta El canal militar de movilidad social ascendente está cons­
los últimos grados de la administración pública. En la nueva tituido por todo el escalafón formal del ejército, la marina, la
administración informal los cargos y los ascensos comenza­ aviación y la policía.
ron a otorgarse con criterios distintos, muchos de ellos con­ La función de las instituciones militares es la de la con­
siderados antisociales, pero en todo caso basados en valores servación del orden establecido. En los países subdesarrolla­
más fácilmente asequibles para la mayoría de la población. dos es la élite minoritaria la más interesada en conservar ese
La selección se hacía más por presiones de base que por de­ orden, del cual dependen sus privilegios. Por otra parte, la
cisiones de grupos descentralizados y lejanos. El mism o jefe vida económica del ejército depende del presupuesto oficial
guerrillero estaba sujeto a las presiones de aquellos con quie­ aprobado por el parlamento y en ocasiones, com o en C o­
nes convivía y de quienes dependía en su prestigio, en su lombia, los grados más altos son conferidos o aprobados tam­
seguridad y en su misma vida. Para el ascenso dentro de esta bién por éste. En esta forma las fuerzas armadas también
administración informal, el conformismo con las estructuras dependen, en un aspecto capital, del grupo dominante, y éste
vigentes era un obstáculo y se exigía otra clase de conformis­ a su vez dependerá del ejército para el mantenimiento del
mo: el acuerdo irrestricto en la actitud revolucionaria. orden. En general, por estar en condiciones inferiores en lo
N o solamente sobre esta administración informal se ejer­ político, lo cultural, lo económico y lo burocrático, las insti­
cieron las presiones de los nuevos grupos campesinos orga­ tuciones militares han sido el instrumento de los grupos
nizados. Sabemos cómo en la administración de justicia, en dominantes. Com o habitualmente esos gru|)os no son verda­
el cambio de funcionarios judiciales, influye decisivamente deramente populares y no cambian las estrucluras que
la presión de los grupos guerrilleros. Igualmente sabemos desfavorecen a la mayoría, los disturbios del orden público
c|ue muchos otros cargos tienen que respetar las opiniones en los países en desarrollo son bastante frecuentes. Es necesa­
(le los grandes jefes regionales de los grupos bélicos. rio entonces cambiar popularidad [lor bayonetas. Cuando la
t’om o resultado de la violencia, podem os afirmar que primera no existe, se recurre a la segunda. Naturalmente que
t miK líos campesinos en diversas escalas de la jerarquía admi­ los jefes militares pueden escoger el subgrupo político que

l
r
I La violencia y los cambios sociocuUutdles 51
50 Camilo Torres

económico. Estas facilidades producen un ascenso social de


quieran apoyar dentro de esta élite. Cuando ejercen directa­
las clases bajas, inclusive hasta de la clase media, con crite­
mente el poder gubernamental lo hacen siempre apoyados
rios que escapan relativamente a la estructura general econó­
por un sector de los poseedores, y el gobierno militar caerá
mica y cultural. A esta última, por lo menos, a partir de la
cuando ese apoyo cese y no sea reemplazado por otro. En
esta forma, el control de la minoría dirigente se realiza m e­ educación secundaria.
Sin embargo, aunque por este canal en forma excepcio­
diante algunos compromisos con el poder militar. La élite
nal hay más posibilidad de ascenso, el control de las minorías
política, económica y cultural estará dispuesta inclusive a dar
dominantes no se descarta. Por el contrario, a todas las esca­
el gobierno del país a las fuerzas armadas, a condición de que
se conserven las estructuras vigentes. Los militares harán res­ las hay una exigencia de conform ism o que culmina en el
«conform ism o contractual» de que tratamos arriba en lo más
petar la clase dominante hasta el punto en que sus privilegios
sean otorgados en forma proporcional a la urgencia que tenga alto de la jerarquía militar.
La violencia tuvo varios efectos respecto de la estructura
su intervención. En caso de guerra internacional o civil, en
del ejército colombiano. Sin embargo, aquí consideramos los
caso de recrudecimiento de la violencia en el país, estos privi­
efectos que tuvo sobre la sociedad campesina com o ganado­
legios tendrán que ser mayores que los otorgados en casos
normales. Si no aumentan proporcionalmente, habrá un con­ ra de un canal militar informal de ascenso social.

flicto que podrá culminar en un golpe militar. Con todo, aun En este aspecto tenemos que los efectos más importantes

en este caso, el único canal que se rompería, por lo menos a para el cambio social fueron:

corto plazo, sería el canal político. Si ese poder político se


LA C R E A C I ÓN DE UN E J É R C I T O I N F O R M A L
emplea en contra de la minoría económica, ésta urdirá todas
Com o lo referimos al hablar del canal administrativo, el
las maquinaciones necesarias para que caiga. Ya hemos resal­
ejército guerrillero tuvo una estructura bien establecida, co­
tado la importancia de la fuerza económica sobre la política.
piada de la estructura del ejército regular, mezclada con una
De esta suerte vemos cómo el canal militar está controla­
do por la minoría económica, política y cultural, que tam­ estructura administrativa informal y adaptada a las necesida­

bién controla el poder burocrático. des de la «guerra de guerrillas». Además de los grados tradi­
cionales existieron otras funciones que perm itieron el
Sin embargo, es necesario anotar algunos rasgos de inde­
pendencia del canal militar respecto de los canales económ i­ enrolamiento de mujeres y de niños (Cfr. LaViolencia en Colom­

co y cultural. Aunque existe una valla cuasi-infranqueable entre bia, ed., op.cit., pp.163-164).

los grados de suboficiales y de oficiales por motivos econó­


LOS C R I T E R I O S N U E V O S QUE RI GE N LOS
micos y sociales, más que por criterios de calificación fun­
A S C E NS O S D E N T R O DE ESTE N U E V O E J É R C I T O
cional, la educación militar superior — para los oficiales—
A pesar de que en toda institución militar el conformis­
|)resenta algunas grietas para el ascenso social a través de las
ocinsioiies económicas y culturales. m o a los superiores es un criterio básico para el ascenso, es

La educación militar es bastante barata en relación con la necesario analizar si la institución militar misma es una ins­
titución conformista respecto de las estructuras vigentes.
ediuat iÓM privada en general. Además, hay una remunera­
Com o lo analizamos atrás, el ejército en un país subdesa-
ción simnllánea que ayuda eficazmente a descartar el freno
52 Camilo Torres

rrollado tiene como primordial función el mantener el or­


7 I La Violencia y los cambios socioculturales 53

crea por vías anómicas o patológicas cuando es imposible


den interno, lo que traducido al campo político significa realizarla por vías normales.
mantener las estructuras vigentes. El ejército guerrillero tie­ N o podem os afirmar que la creación de un auténtico as­
ne un objeto, precisamente, contrario: transformar esas es­ censo masivo y popular por el canal militar sea la solución
tructuras. Por esto, los criterios de ascenso deben ajustarse a para evitar la creación de estos ejércitos informales. Com o lo
la eficacia revolucionaria del ascendido. repetiremos en la conclusión, lo importante es ver la necesi­
Además de estos criterios básicos tenemos algunos otros dad general de ascenso que, cuando se ve obstruida por las
como el de lealtad, el grado de crueldad, la valentía, el espí­ vías normales, busca vías anormales, sin que la clase de canal
ritu de servicio, etc. (LaViolencia en Colombia, 2a. ed., op.cit., pp. sea m uy importante para realizar ese ascenso.
158-159, «M andam ientos del buen guerrillero» y «C o n d i­ Respecto del cambio social, es necesario anotar que las
ciones para ascender al grado de o fic ia l»). Con, todo, es nece­ estructuras mismas de este ejército informal cambiaron los
sario anotar algunos criterios intelectuales y políticos que se valores, las actitudes y la conducta, no solamente de los cam­
han tenido en cuenta en las guerrillas para efectuar los ascen­ pesinos que en el ejército han participado, sino de los cam­
sos; y además la estructura más democrática, por el contacto pesinos que han tenido contacto con ese ejército.
constante entre los su p e rio re s e in fe rio re s y p o r la Las guerrillas han impuesto disciplinas exigidas por los
institucionalización de la crítica y de la emisión de opinio­ mismos campesinos; han democratizado la autoridad, han
nes por parte de los inferiores. dado confianza y seguridad a nuestras comunidades rurales,
Los campesino encontraron un canal de ascenso social como lo mencionamos al tratar del espíritu de inferioridad,
dentro del ejército informal que no hubieran nunca hallado desaparecido en las áreas campesinas en donde el fenómeno
dentro del ejército regular de nuestro país. de la violencia se ha manifestado.
Jefes guerrilleros, a cuya extracción social nos referi­ Todas estas transformaciones socioculturales en el campe­
mos atrás, difícilmente hubieran p odido llegar a tener los sinado, lo disponen a ser un grupo de presión para un cambio
títulos que hoy ostentan, tales com o el de general, coronel, general de estructuras, como lo analizaremos más adelante.
capitán, etc.
En la primera edición del libro La Violencia en Colombia, en­ CANAL E CL E S I Á S T I C O
contramos retratos como el de «M a ria c h i» vestido de uni­ El canal eclesiástico de ascenso social está constituido en
forme de general, pasando revista a sus tropas. Es muy poco los países subdesarrollados de Latinoamérica por los diferen­
[irobable que «M ariac h i» hubiera llegado al grado de oficial tes grados y dignidades establecidos por la Iglesia Católica.
dentro del ejército regular y, si lo hubiera hecho, habría sido Dada la poca importancia social institucional de los otros ca­
adaptándose a los criterios de conformismo con las estructu­ nales dependientes de una institución religiosa, no los toma­
i ras vigentes y con el necesario apoyo económico y político remos por ahora en cuenta. Por otra parte, es necesario
de las clases dirigentes para llegar a los últimos grados. distinguir entre los grados oficiales y aquellos que atañen a
I..I violencia abrió en esta forma otro canal de ascenso la escala social propiamente dicha.
s(H i.d. En ésie, como en el caso de los canales anteriormente D en tro de ésta p o d e m o s establecer los grados de
anah/ados, podemos afirmar qne la necesidad de ascenso se seminarista, coadjutor o capellán, párroco rural, párroco ur-

V.,
r I La Violencia y los cambios sociocultuiales 65
54 Camilo Torres

baño de barrio obrero, de barrio residencial, monseñor o ca­ mar que es el canal que tiene una mayor independencia de

nónigo, obispo auxiliar, obispo principal, arzobispo y carde­ las minorías económicas, por las siguientes razones:
nal. ■ las bajas pensiones de los seminarios, tanto menores

Dentro de cada una de las anteriores categorías puede como mayores;

haber una oscilación de status bastante considerable. Sin em­ . el número de becarios, generalmente superior al de los

bargo, como clasificación tentativa proponem os la siguiente, pensionados.


como promedio para cada estrato. En este último factor influye en alguna medida el nivel
económico, por cuanto los candidatos preferidos para las becas
SEMINARISTA clase media baja. son los que tienen un nivel social de origen superior. Este

COADJUTOR o CAP EE LÁN clase media media. nivel social está estrechamente ligado al nivel económico y
P Á R R O C O RURAi . cla.se media media. cultural, com o lo describimos más atrás.
PÁRROCO URB ANO (oBRERo) clase media media. El canal de ascenso, en su primera etapa — el semina­

PÁRROCO URB ANO ( b a r r i o RESI DENCI AL) ckse media alta. rio— , tiene un carácter predominantemente cultural y for­

MONSEÑOR O CANÓNIGO clase alta baja. mal. Este ascenso se efectúa generalmente desde la escuela

OB ISPO AUXILIAR clase alta media. primaria — escuela apostólica— hasta la escala universitaria

O B I S P O P RINCIPAL clase alta media. — Seminario Mayor.


ARZOBISPO clase media. Los criterios de ascenso en esta etapa son predominante­

CARDENAL clase alta media o alta, según la extracción familiar. mente los de capacidad intelectual y conformismo en la con­
ducta. (Aunque formalmente se habla se «v irtu d » en el sentido

Aunque la clasificación anterior — com o toda clasifica­ de «autod o m in io», en la práctica, com o prom edio se trata

ción, más aún en sociología y con el agravante de no estar de «c o n fo rm ism o »).

fundamentada sino en la observación participante— puede En las etapas siguientes, el criterio primordial de ascenso

resultar un poco arbitraria, lo que tratamos de afirmar fun ­ en la estructura actual de la Iglesia latinoamericana es el con­

damentalmente es que el canal eclesiástico es un canal muy formismo. Por ejemplo, en algunos países los obispos no son

efectivo de m ovilidad social ascendente. Esto se hace aún elegidos sin la aceptación del candidato por todo el episco­

más notorio si consideramos que la mayoría — en térm i­ pado nacional. Esto implica una nivelación del candidato con

nos absolutos— de los eclesiásticos son de extracción ru ­ base en el conformismo, principalmente.


ral. Sin em bargo, la clase social rural de origen es más Creemos que el canal eclesiástico no es más utilizado como

bien clase m edia m edia — comerciantes, pequeños hacen­ canal de ascenso social en los países latinoamericanos por

dados, maestros, etc.— (Cfr. Gustavo Pérez: El problema sa- dos razones fundamentales:
cerdolal en Colombia, Editorial Rivadeneira, M adrid, 1962), lo ■ la lentitud de ascenso en la primera etapa — 6 a 7 años

que no significa un paso de ascenso al com ienzo del canal de Seminario Mayor.
cclrsiástico. ■ la alta mortalidad educacional (en Colombia, más o

Una di' las particularidades de éste es su relativa indepen- menos el cincuenta por ciento de los ingresados al primer

(Inu ia del canal económico. Creemos que no erramos al afir­ año de Seminario M ay or).

l
r 56 Camilo Torres I La Violencia y los cambios socioculturales 57
I

Estos frenos hacen que se necesite un grado alto de con­ ■ Obviamente, el análisis anterior es bastante simplista. Los
formismo y de madurez intelectual y emocional en la familia factores económicos, familiares, políticos, culturales y buro­
de origen o en el individuo — si se trata de un candidato cráticos inciden en diversos grados y en diferentes com posi­
adulto— . ciones, con el canal eclesiástico de ascenso. Sin embargo,
El ingresar a un seminario supone una serie de patrones quisimos únicamente poner de relieve los rasgos que apare­
culturales — deseo de cambio, de progreso, de liderazgo— cen principales.
que se deben realizar a largo plazo. Estos patrones, como pro­ Actualmente la presión popular influye poco en el ascen­
medio, no se encuentran en la clase baja. Se nece.sita partir de so social por el canal eclesiástico. Es cierto que la aceptación
la clase media baja o clase media en general. del sacerdote en una determinada comunidad o el rechazo
De todas maneras, podemos concluir que el canal ecle­ por parte de ésta tiene alguna influencia para el ascenso. Sin
siástico de ascenso social es un canal eficaz, con oclusiones embargo, es necesario anotar que antes del fenómeno de la
más culturales que económicas, políticas o burocráticas. violencia la aceptación o rechazo que eran tenidos en cuenta
Sin em bargo, es necesario m edir el alcance de las para el ascenso o descenso social no era la de la mayoría de la
oclusiones culturales; las exigencias de competencia intelec­ comunidad, sino fundamentalmente la de los líderes tradi­
tual son exigencias objetivas, aunque siempre limitadas por cionales o burocráticos de ésta. Es fácil que un sacerdote p o ­
el género de exigencia que se haga. Si la prueba se hace con pular entre la mayoría de sus fieles sea trasladado por la presión
base en un sistema desadaptado para las necesidades actua­ de una minoría influyente.
les, triunfar en ella no es tan significativo de eficiencia, como Este fenómeno se produjo especialmente porque la m a­
si se trata de un sistema adaptado. yoría del campesinado no constituía un grupo de presión y
Las exigencias de conformismo pueden crear, en un país porque su actitud, especialmente en las áreas rurales, respec­
su b d e sa rro lla d o , una m o v ilid a d social m aterial y no to del sacerdote, era una actitud pasiva y sin crítica.
sociocultural. En otras palabras, puede ser que un individuo Naturalmente que la unión de intereses entre la alta jerar­
de clase media baja, o aun de clase baja, llegue a ser arzobis­ quía y la clase dirigente produce que los ascensos eclesiásti­
po o cardenal. Sin embargo, es fácil que solamente se le tole­ cos tengan com o uno de los criterios básicos el conformismo
re en ese cargo a costa de un conformismo absoluto con los con las estructuras, que se manifiesta en la escala local en el
valores de la minoría dominante. Entonces tendríamos que conformismo con los grupos minoritarios dirigentes de las
el canal eclesiástico de ascenso social resultaría ser más mate­ comunidades de base.
rial que sociocultural. Esto se agrava en aquellos países en Dmante la violencia asistimos a la muerte de varios sacer­
(|iie tiene una injerencia formal o informal el poder político dotes (Cfr. La Violencia en Colombia, 1} ed., p. 17 1, op. cit.,), a
sobre el nombramiento de los obispos y sobre la pastoral profanaciones y actos iconoclastas, lo cual revela un cambio en
general de la Iglesia. la actitud del campesinado respecto de la insiiuicic)ii eclesiástica.
N o es que en los países desarrollados el cambio de clase Es muy posible que la desafección del taiiqiesino a esta
no impli(|ue un cambio de valores; sin embargo, no es la institución no sea producida solamente por aquellos elemen­
( o i k Ik lÓM siiie qua non del cambio, com o parece serlo en el tos del clero que estimularon en alguna forma las matanzas
( .m.ll et lesiásiico. de campesinos. Sería interesante hacer un estudio sistemáti-

J,
r 58 Camilo Torres I La Violencia y los cambios socioculturales 59

co sobre las actitudes religiosas del campesinado colom bia­ social ascendente están estructuralmente obstruidos para la
no en las áreas de violencia. mayoría de la población.
Sin embargo, como hipótesis de trabajo, podemos decir Q ue el factor que condiciona en form a más determi­
que el campesino colombiano tuvo una actitud de rechazo al nante la oclusión y control de los demás canales es el eco­
sacerdote en estas áreas, en donde no encontró una sohdaridad nómico.
franca por parte de éstos, respecto de los intereses campesinos. Que la minoría de la población que controla la movilidad
Es muy posible que los criterios de popularidad del sacer­ social ascendente está interesada en mantener la obstrucción
dote en las comunidades rurales hayan variado. Y no basta que de los canales de ascenso, y por eso el conformismo es una
éste sea un buen administrador o que no haga nada malo. Es condición indispensable para que ésta se efectúe.
necesario que el campesino lo sienta sohdario con sus intereses. Que la movilidad social ascendente es más de tipo m ino­
En el caso de que la mayoría del campesinado se consti­ rista que masivo, más material que sociocultural y, por tanto,
tuye en grupo de presión, es muy posible que a largo plazo sin efectos a corto plazo sobre el cambio social.
los criterios de ascenso por el canal eclesiástico hayan cam­ Que esta inmovilidad se presenta en forma más aguda en
biado. Sin embargo, para un cambio fundamental en los cri­ las áreas rurales de dichos países.
terios de ascenso es necesario que los criterios de la alta Que la violencia simultáneamente produjo una concien­
jerarquía no estén necesariamente ligados a los criterios e cia de clase y dio instrumentos anormales de ascenso social.
intereses de las clases dirigentes y, por lo tanto, al manteni­ Que las estructuras del ascenso anormal establecidas por
miento de las estructuras actuales. la violencia cambiaron las actitudes del campesino colom ­
Si el grupo de presión campesino, además de llegar a ser biano, transformando al campesinado en un grupo mayori-
el más efectivo por la expresión de su aprobación o rechazo tario de presión.
del sacerdote, llegara a producir un divorcio entre los intere­
ses de la clase dirigente y los intereses de la Iglesia, cambiaría AGRE S I V I DA D LATENTE
fundamentalmente la estructura del ascenso social por el ca­ La agresividad puede ser individual o social. La agresivi­
nal eclesiástico, im poniendo para el ascenso social criterios dad individual es el resultado de un deseo de destrucción
basados en los intereses campesinos en lugar de los criterios originado en una frustración. La destrucción se busca como
basados en los intereses de la clase dirigente. una compensación y como un m edio de reconstrucción de
A nadie escapa la trascendencia que para el cambio social lo que no se ha logrado.
tiene, en nn país como Colombia en el cual la institución La agresividad social tiene las mismas características pero
religiosa tiene aún mucha influencia, el que los dirigentes extendidas al grupo social.
eclesiásticos tengan una actitud de cambio basada en los in- La agresividad puede ser manifiesta o latente, según que
ti-reses de la mayoría. el deseo de destrucción se pueda realizar o no.
La agresividad social en general se encuentra en aquellos
COMO CON CLUSIÓN GENERAL, PODEMOS AFIRMAR: países en los cuales hay frustración de aspiraciones. Si esa
(,)iic en los países subdesarrollados, en los latinoamerica­ frustración de aspiraciones hace parte de la conciencia social
nos y en Colom bia en particular, los canales de movilidad y dentro de las instituciones sociales encontramos instrumen-

L
r 60 Camilo Torres I La Violencia y los cambios sociocultuiales 51

tos violentos y eficaces de realización,' la agresividad se hará solido llamar política — com o la del año 3 0— , hasta el fenó­
manifiesta. meno de violencia actual que hemos definido tentativamente
Según lo expuesto anteriormente, en las áreas rurales de al principio de este estudio.
los países en desarrollo encontramos una gran inmovilidad Ya se ha visto, al considerar las variables anteriores, cómo
social ascendente que produciría una frustración de aspira­ la violencia introdujo simultáneamente:
ciones en el caso de que haya conciencia de ella. Esta con­ ■ la conciencia de la frustración;
ciencia se adquiere, generalmente, por un cambio social • la agudización de esa frustración;
inducido. Cuando las comunicaciones humanas se extienden ■ los instrumentos eficaces, pero anormales, para resol­
y aumentan, la conciencia social aumenta, y si se conocen ver la frustración;
puntos de comparación, las frustraciones aparecen. La acción armada de las fuerzas oficiales fue el elemento
Ahora bien, si existe la conciencia pero no se conocen los de cambio social inducido por el cual se produjeron los tres
instrumentos institucionales de realización, la agresividad efectos anteriores.
seguirá en su estado latente. Podemos, por lo tanto, afirmar que el fenómeno común
Si los instrumentos institucionales eficaces se conocen y a las áreas rurales subdesarrolladas descrito como agresivi­
esos instrumentos están dentro de las estructuras vigentes, la dad latente se ha expresado en nuestras comunidades cam­
agresividad latente se resolverá en una acción institucional que pesinas haciéndose agresividad manifiesta en el fenómeno
no violente las estructuras. Si, por el contrario, los instrumen­ de la violencia.
tos eficaces que se conocen están contra las estructuras vigen­
tes, la agresividad latente se convierte en agresividad manifiesta. Variables características de la sociedad rural colombiana
Esta agresividad manifiesta se hará tanto más intensa cuanto
más conciencia haya de las frustraciones y cuanto, por un lado, S EC T A R I S M O P O L Í T I C O

sean más eficaces los instrumentos contra las estructuras y, por Lo que se ha solido llamar «sectarismo político» es una
otro, menos eficaces los instrumentos de acuerdo con éstas. forma de agresividad de grupo y, en concreto, de un grupo
En las áreas rurales de los países latinoamericanos encon­ que hace parte de una organización que ejerce o pretende el
tramos los diferentes grados de frustración y de conciencia y poder estatal. Además del elemento de agresividad, debemos
las diferentes combinaciones de instrumentos normales y incluir en la expresión «sectarismo político» las nociones
anormales — de acuerdo o no con las estructuras— . En todo correlativas de seguridad intragrupo e inseguridad extragrupo.
caso, la falta de movilidad social en estas áreas es un elemen­ Toda pertenencia a un grupo es un efecto y una causa a la
to de agresividad latente. vez de la necesidad de seguridad social que tiene todo indi­
En Colom bia la agresividad social latente se ha vuelto viduo. Esa función de seguridad que da el grupo será tanto
manifiesta en forma intermitente a todo lo largo de su histo­ más intensa cuanto mayor sea la inseguridad de permanen­
ria. Desde las guerras precolombinas entre los indígenas, pa­ cia fuera del grupo. En los países desarrollados, además, exis­
sando por las luchas de la Conquista, las revueltas de la época ten instituciones que garantizan la seguridad social en forma
Iolonial, la guerra de Independencia, las guerras civiles pos­ independiente de la pertenencia a un grupo. Por esto, la ne­
teriores .1 ésta y las manifestaciones de la violencia que se ha cesidad de pertenencia a grupos es nuicho menor en estos

L
r
62 Camilo Torres I La Violencia y los cambios süci()nilliii.ili'.s 63

países que en los nuestros. Como, por otra parte, la agresivi­ ción de este botín. En otras palabras, muchos de luieslros
dad social es mayor en el país subdesarrollado porque las ciudadanos viven de un empleo público, pero muchos más
frustraciones son, en general, mayores, podemos afirmar que dependen de los empleos públicos, aunque no los ejerzan,
el sectarismo político es un subproducto de la falta de desa­ por la expectativa que tienen de ejercerlos. Por lo tanto, son
rrollo socioeconómico. muchos los colombianos que dependen directa o indirecta­
En los países no industrializados la pequeña minoría que mente del partido político.
detenta el poder constituye un grupo en sí bastante cerrado Sin embargo, para que esa dependencia implique a la vez
como lo vimos atrás— y que tiene la mayor cuota de se­ una garantía para el m antenim iento de las estructuras
guridad dentro de la sociedad. La única forma de perder esta socioeconómicas, es necesario que exija una dependencia a
seguridad sería el cambio de estructuras que acarreara la pér­ la clase dirigente. Por esta razón, para que el partido sea un
dida del control social. instrumento apto de conservación para esta clase, debe ser
Evidentemente, dicho campo no podrá provenir sino del policlasista, es decir, debe estar estructurado con base en la
extragrupo, es decir, de la mayoría de la población que no pertenencia de todas las necesidades sociales a esa clase diri­
puede ascender. Con todo, el hecho mism o de ser una m ino­ gente. Com o es lógico, si la pertenencia no trae ventajas téc­
ría constituye un elemento de inseguridad en el caso de que nicas ni racionales, es necesario buscar m otivaciones
la mayoría se muestre descontenta. Por consiguiente, es ne­ sentimentales que la justifiquen. De allí la base tradicional o
cesario algún mecanismo que satisfaga a la mayoría, manten­ sentimental que tienen los sistemas de partido, ya que el b o ­
ga las estructuras y, si es posible, haga peligroso cualquier tín burocrático, que de hecho es repartido por la clase diri­
cambio de éstas. gente, podría ser administrado por la mayoría de la población,
El partido político puede cumplir con las funciones ante­ en forma más técnica y racional.
riores, siempre y cuando llene determinados requisitos: en Para que ese mantenimiento de las estructuras sea sóli­
primer lugar, debe dar algunas satisfacciones a la mayoría de la do y duradero, es necesario que su rom pim iento entrañe
sociedad, satisfacciones suficientes para evitar el descontento. un peligro para la clase que no se beneficia con el sistema
En segundo lugar, debe relacionar las satisfacciones de necesi­ vigente. El sectarismo político es el instrumento por el cual
dades al mantenimiento de las estructuras, y en tercer lugar, la clase dirigente logra que esa mayoría encuentre una se­
debe crear sistemas para hacer peligroso el cambio de éstas. guridad intragrupo, proporcional a una inseguridad extra­
El partido político en Colombia es un instrumento para grupo.
la satisfacción de algunas necesidades de la mayoría de los En resumen, el partido político tiene funciones respecto
colombianos. Dada la importancia del botín burocrático en tanto de la clase dirigente como de la mayoría de los dirigi­
un país subdesarrollado — con mano de obra poco califica­ dos; para la clase dirigente, constituye un elemento de con­
da, alio porcentaje del ingreso nacional dedicado a la admi- servación de las estructuras, por el sentimentalismo partidista
iiisi ración y pocas exigencias técnicas por parte de ésta— , el y por el sectarismo político, y no permitiendo la reestructu­
p.iriido político es una importante fuente no solamente de ración de los partidos en bases racionales que transformen
MibsiMciicia, sino de expectativas sociales para la subsisten- las estructuras implantando el gobierno de las mayorías. Para
na (I(• 11uK 11os colom bianos, ya que de él depende la repartí- la clase dirigida, en el ambiente social de inseguridad que

L
64 Camilo Torres I La Violencia y los cambios .socioi lilim.ili” . O 'i

produce el sectarismo político, el partido constituye un gru ­ A pesar de todo, la violencia ha desencadenado un pi< x cm i

po de refugio y el único capaz de relacionarlo con la clase social imprevisto por las clases dirigentes. Ha despertado l.i
dirigente, es decir, con la fuente de su propia seguridad. Esta conciencia del campesino, le ha dado solidaridad de grupo,
relación debe establecerse con la condición indispensable del sentimiento de superioridad y seguridad en la acción; ha abierto
conformismo respecto del propio partido. Conformismo que posibilidades de ascenso social, y ha institucionalizado la agre
se demuestra y se afianza más con manifestaciones de secta­ sividad, haciendo que los campesinos colombianos comiencen
rismo hacia el partido contrario. El sectarismo político es, a preferir los intereses del campesinado a los intereses del par­
pues, el instrumento de doble filo que refuerza el confor­ tido. Esto tendrá como efecto la constitución de un grupo de
mismo de la clase dirigida y le garantiza la estabilidad de las presión social, económica y aun política capaz de cambiar las
estructuras a la clase dirigente. estructuras en la forma menos prevista y menos deseada por la
La violencia fue desatada como un instrumento del sec­ clase dirigente. Es muy posible que, debido a la violencia, el
tarismo, para que cumpliera las funciones qne hemos atri­ sectarismo político se cambie en sectarismo de clase, como se
buido a éste. De ahí que la violencia no se produjo entre las ha visto ya en muchas áreas rurales colombianas.
clases dirigentes, sino entre la masa de los campesinos senti­
mentalmente divididos en los partidos tradicionales, pade­ FALTA DE C O N C I E N C I A DE CLASE

ciendo una mayor inseguridad social, que los aferraba aún


más a esos partidos. Por eso también, una vez hecha la unión Escapa a los fines del presente análisis el entrar en
política entre las clases dirigentes, la violencia ha continuado disquisiciones sobre la definición de clase social. Para nues­
para garantizar el sectarismo necesario que impide la rees­ tros objetivos basta tener una definición generalmente acep­
tructuración de los partidos con bases racionales capaces de tada. Cuando hablamos de la clase campesina nos referimos a
transformar las estructuras. Dentro de esta política es lógico un cierto grupo social del status económico más bajo dentro
que cualquier individuo que se arriesgue a disentir de las de la sociedad colombiana. Consagrado a una ocupación den­
directivas de los partidos tradicionales, sea considerado como tro del sector primario de la producción, localizado predo­
marginal y casi como fuera de la ley. Es sintomática la apari­ minantemente en las áreas rurales del país. Conciencia de
ción de sociedades macartistas, compuestas por elementos clase es la que existe respecto de una serie de relaciones so­
de la clase dirigente de ambos partidos. La función formal de ciales existentes dentro del grupo antes definido, relaciones
estas sociedades es la de perseguir al comunismo y la fun­ de tipo exclusivo respecto del extragrupo. Cuando esta con­
ción informal es la de marginar a todo individuo o m ovi­ ciencia de clase se une a la iniciativa en, y a la organización
miento anticonformista que aparezca en el e.scenario político, para la acción, el grupo que la posee es capaz de influir en las
social o económico. La violencia, |X)r lo tanto, no favorece a decisiones gubernamentales y, por lo tanto, es capaz de vol­
uno y otro partido político en particular; en ocasiones, pue­ verse un grupo de presión.
de favorecer más a un partido minoritario, nivelando con el En muchos países subdesarrollados, el campesinado se
terror las fuerzas políticas desniveladas por diferencias elec­ ha organizado en diversas formas. Los movimientos agrarios
torales. Sin embargo, la violencia favorece fundamentalmen­ en Latinoamérica han tenido una importancia que contrasta
te a toda la clase dirigente de cualquier [lartido que ésta sea. con la que han tenido en nuestro país.
r

66 Camilo Torres I La Violencia y los MM ioMill ft/


f
El carácter más pronunciado de las variables arriba seña­ riores variables, comienza a crear una conciencia de dase,
ladas, especialmente la del individualismo y la del aislamien­ generaliza las relaciones sociales entre los campesinos de casi
to, han hecho que el campesinado colombiano no haya tenido todo el país, da conciencia de que esas relaciones son excin
una conciencia de clase. Por otra parte, el aislamiento cultu­ sivas del grupo campesino, y además, da solidaridad para la
ral de nuestro país, junto con el atraso en el equipo técnico acción, comenzando a influir informalmente en las decisio­
de comunicaciones, han im pedido las interacciones cultura­ nes gubernamentales y por m edio de pactos políticos, en las
les necesarias para un cambio social capaz de crear una ver­ estructuras vigentes. De la falta de esa conciencia de clase, el
dadera conciencia de clase. La ausencia de contactos ha campesino está pasando paulatinamente a ser un grupo de
producido una falta de conciencia sobre las propias necesi­ presión que será definitivo en el cambio social de las estruc­
dades por falta de conocimiento de otros grupos de referen­ turas colombianas.
cia. La falta de movilidad social ascendente ha tenido por
efecto la institucionalización de un fatalismo respecto de la RESPETO A LA P R O P I E D A D P R I V A D A
solución de algunas pocas necesidades sobre las cuales hay
conciencia. Aun en el caso de que, por alguna circunstancia, De los diversos informes de los Cronistas de Indias, de
haya conciencia de las necesidades y el fatalismo haya sido los historiadores de la Colonia y de los historiadores latinoa­
reemplazado por una actitud de iniciativa en la acción, gene­ mericanos, podem os concluir que la forma más generalizada
ralmente esto ha sucedido a escala individual. Los conflictos de propiedad dentro de las comunidades indígenas era la for­
con los extragrupos campesinos han im pedido la creación ma de posesión colectiva de la tierra.
de una solidaridad rural y el sectarismo político ha agudizado La obra colonizadora española no afectó fundamental­
la desunión. mente la mentalidad indígena respecto de la propiedad. Las
Aun después de la aparición de la violencia, podemos organizaciones rurales colectivas continuaron bajo nuevos
observar las comunidades rurales que no han sufrido el in­ patrones eclesiásticos, militares o civiles. (C om o estudio so­
flujo de ésta ni directa ni indirectamente y encontramos las bre la evolución del concepto de la propiedad en Colombia,
características de conciencia respecto de las necesidades, consúltese a Alfonso López Michelsen: Introducción al estudio de la
fatalismo ante el progreso y falta de seguridad colectiva entre Constitución de Colombia).
los campesinos. Con el movimiento emancipador se introdujeron las ideas
Al considerar los efectos de la violencia sobre la creación liberales, dentro de las cuales aparece la idea de la propiedad
de la conciencia de clase en el campesinado colombiano, privada com o base de la estructura política y social colom ­
podemos recapitular el análisis sobre los cambios acaecidos biana. El respeto a la propiedad privada pasó a ser patrimo­
de las otras variables: nio de los valores culturales colombianos. Antes de la violencia
La demasiada importancia del vecindario local, el aisla- nuestro campesinado tenía un respeto formal a la propiedad
mieiito, el individualismo, los conflictos intra y extragrupo, privada, respeto que informalmente era desconocido en al­
el seniimiento de inferioridad, la ausencia de movilidad so- gunas ocasiones por la conducta de éste. Duranie la violencia
ual vcriical ascendente, la agresividad latente implican una se introdujo la institución del ju-s primi p(«.vi(lcntis. (La Violencia en
(alia (le conciencia de clase. La violencia, al alterar las ante­ Colombia, op. cit.).
r I
68 Camilo Torres I La Violencia y los cambios socioculturales 69

Las expropiaciones efectuadas a menos precio, las inva­ estructuración de una subcultura rural, de una clase cani|)e-
siones, el control sobre cosechas y mercados ejercido por sina y de un grupo de presión, constitnido por esta misma
los grupos guerrilleros, hicieron perder a nuestros campe­ clase, de carácter revolucionario. Sin embargo, la violencia
sinos ese valor cultural que habían adquirido en el último ha operado todos estos cambios por canales patológicos y
siglo. sin ninguna armonía respecto del proceso de desarrollo eco­
En las comunidades en donde surgió este fenóm eno se nómico del país.
han organizado invasiones de tierras con una facilidad que Aunque es muy difícil predecir, es muy poco probable
no solamente puede ser explicada por la presión económica, que haya cambios estructurales lo suficientemente profun­
sino que tiene como base la práctica, durante la violencia, de dos, realizados por la sola iniciativa de la clase dirigente ac­
hacer uso de la propiedad ajena para los fines inmediatos de tual, para encauzar todas esas fuerzas anómicas dentro de un
subsistencia. Aunque este efecto de la violencia es accesorio y proceso de desarrollo planificado técnicamente. Sin embar­
aparentemente intrascendente, es importante respecto del go, la orientación hacia los problemas agrarios que han teni­
cam bio social; si, com o vim os atrás, el cam pesinado se do los últimos gobiernos, podría producir el efecto de la
está constituyendo paulatinamente en un grup o de pre­ creación de un liderazgo de base capaz de dirigir las presio­
sión, es importante conocer los patrones culturales de ese nes del campesinado hacia objetivos de desarrollo social y
grupo. Si el respeto por la propiedad privada ha dejado de económico. Si estas presiones se ejercen en forma suficiente­
ser un elemento dentro de esos patrones, es m uy posible mente técnica y enérgica, podrían cambiar la estructura de
que en el cambio de estructuras que pueda llevar a cabo la nuestra clase dirigente, siempre y cuando ésta sea capaz de
presión de este grupo se ataque directamente la estructura valorar a tiempo el peligro de una transformación que la des­
de la propiedad. truya completamente, por no haber podido adaptarse a un
cambio social que se presenta como inevitable.
Conclusión

Basados en el análisis anterior, podem os decir que la vio­


lencia ha constituido para Colom bia el cambio sociocultural
más importante en las áreas campesinas desde la conquista
efectuada por los españoles. Por conducto de ella las com u­
nidades rurales se han integrado dentro de un proceso de
urbanización en el sentido sociológico, con todos los ele­
mentos que éste implica: la división del trabajo, especializa-
ción, contacto sociocultural, socialización, mentalidad de
caml)io, despertar de expectativas sociales y utilización de
métodos de acción para realizar una movilidad social por
l atíales no previstos por las estructuras vigentes. La violen-
i ia, además, ha establecido los sistemas necesarios para la

_
2 La desintegración social iMi lloliiiniM.i M

2 La desintegración social decadencia: la violencia, los grupos de presión y el t ambio


de estructuras.
en Colombia: Se están
N o es posible exigir hoy a un político que sea un especia
gestando dos subculturas* lista, pero tampoco se le puede permitir que trate los temas
con total irresponsabilidad intelectual. Por lo menos, debe
exigírsele que se asesore de un técnico, de un libro o siquiera
de un diccionario.

U n síntom a complejo
La violencia es un síntoma muy complejo. Sociólogos,
psicólogos, criminólogos, lo han tratado desde hace varios
lustros y han realizado al respecto investigaciones de valor

L
científico diverso. La violencia es el síntoma complejo de una
situación social, que no se puede explicar sino en función de
falta de dirigentes en un país se hace más evidente una pluralidad de factores. Nuestros dirigentes lo manejan
cuanto más abultados y complejos son los problemas con en la teoría y en la práctica con excesivo simplismo. Se
que se enfrenta la sociedad. Éstos, por ser protuberantes, no dogmatiza sin fundamentación. Cuando aparece un estudio
se pueden eludir, y por ser complejos desenmascaran la inep­ o un ensayo que, aunque sin ser perfecto, tiende por lo m e­
titud de los dirigentes, no sólo para resolverlos sino hasta nos a ser científico, se lo juzga a base de una politiquería
para tratar de ellos. sentimentaloide y anacrónica. Cuando se habla de “ grupos
En los últimos días el despliegue verbal de nuestros diri­ de presión” ni siquiera se consulta un diccionario de socio­
gentes y de nuestros periódicos ha constituido un verdadero logía. N i se sabe el sentido de la expresión. Se toma como
espectáculo de incontinencia, de falta de realismo, de igno­ término marxista o como “slogan” de combate y se habla de
rancia y, por tanto, de irresponsabilidad. Los fuegos fatuos de los grupos de presión para defender o para atacar; nunca para
la elocuencia tropicalista hacen recordar, dentro de un cua­ analizar ni para remediar.
dro cultural distinto, aquellas cortes decadentes del Renaci­ Las “reformas de estructura” no se precisan ni se definen.
miento donde los dirigentes realizaban juegos florales, Comienzan a entrar dentro de una jerga demagógica, como
( haradas y pantomimas, mientras el pueblo se debatía en la entró la palabra “oligarquía” o la expresión “restauración m o ­
miseria. Cuando despertaron de este marasmo irresponsable, ral de la república” . Com o no se precisan los fines ni tampo­
se encontraron ante el cadalso. co los medios, nuestra política sigue girando en torno a un
1.a liatalla verbal se ha centrado en torno de tres temas, verbalismo anticientífico, carente de seriedad y de realismo.
II ,mulos con la superficialidad que caracteriza a una clase en
Las dos subculturas

‘ A n i( iiln inih licad o en el d ia rio El Espectador, de B ogotá, el 5 de ju n io de ¿Cómo explicar la actitud irresponsable de quienes tie­
l'U,.| nen la obligación de solucionar los [iroblemas inaplazables?
r
72 Camilo Torres 2 La desintegración social en (iolomln.i

Es posible que en C olom bia se estén gestando dos EXPRESIONES P A R A LA C L A S E A L T A P A R A LA C' l . AS E » A | A

Burocracia Administración l’arásilos ilr bsladn


subculturas cada vez más disímiles, independientes y anta­
Parlamento Democracia Parásitos titi piichln
gónicas. La de una clase alfabeta, con un ingreso superior a Pacificación Represión de los delincuentes Muerte de guerrillenis

los US $3.000.oo anuales per cápita, con hábitos de consu­ Cuerpos de Paz Voluntarios altruistas Turistas o es¡)ias

m o industrial. Ella representa aproximadamente un 15% de


nuestra población. La otra, más o menos analfabeta, de cos­ La lista no deja de ser arbitraria y podría hacerse inter­
tumbres rurales, posee una subcultura arcaica y está consti­ minable. Sin embargo, indica cóm o pueden polarizarse los
tuida por el 85% restante. valores de las dos clases. Por otra parte, los sistemas de co­
Cada una tiene sistemas de valores, de conducta y de ac­ municación entre ellas se hacen cada vez más precarios, puesto
titudes diferentes, que comienzan a ser antagónicos y entre que la ausencia de un lenguaje común imposibilita el diálo­
los cuales se está cerrando toda comunicación posible. go. La falta de diálogo engendra la incomprensión. Cuando
surge una barrera cultural de esta índole no basta el simple
Diferentes significados sentido común para franquearla. Es necesario establecer con­
Las mismas expresiones tienen significación diferente para tactos reales para restablecer el diálogo. Dichos contactos
cada clase. El siguiente cuadro es una hipótesis que podría pueden ser de diversa índole; dentro de los principales m e­
demostrarse por una investigación directa. dios para efectuarlos están la observación pertinente y la in­
vestigación científica. Desgraciadamente ni una, ni otra clase,
E X P R E S IO N E S P A R A LA C L A S E A L T A P A R A LA C L A S E B A JA
Oligartjiiía Insulto
están en capacidad de emplear estos medios. La clase baja,
Privilegio
Violcnda Bandcderisino Inconfonnismo por falta de acceso a las clases altas y por falta de instrncción.
(iriqxrs de presión Casta selecta Explotadores La clase alta por aislamiento y por superficialidad en su aná­
Revolución Subversión iinnoral Cambio constructivo
lisis. Aislamiento consciente o inconsciente. Aun los que re­
Canibio de estructuras Revolución Cambios fimdamentales
Refonna agraria Expropiación indebida Adquisidón de tierra por los pobres
corren el país por motivos políticos, técnicos u otros, son
fórtidos políticos Agrupaciones políticas democráticas Oligarquías acogidos por el círculo local de incondicionales, aislándose
Sensibilidad social Actitud popular Patemalismo del contacto eventual con los voceros de la clase baja. Sin
í^ensa 4° poder “Gran prensa”
embargo, paulatinamente, la clase popular colombiana ha ido
Mano Negra Centro de Estudios y Acción Social Sociedad secreta macartista
Sindicalismo Ludia de clases Reivindicadón renunciando al lenguaje y ya no entiende sino el de los he­
Acción comunal Soludón “pacífica” Organizadón local chos. Algunos jefes políticos lo han comprendido así y en sns
Izquierda Subversión Inconformismo
campañas presentan hechos pasados. Sin embargo, la absten­
<'oiminismo Delito Revoludón
<'.ipiiali.smo
ción electoral de las recientes elecciones demuestra el escep­
Sistema económico Explotadón
liiiprnalismo Slogan marxista Influencia “gringa” ticismo de muchos colombianos. Es muy probable que entre
l'i.lrl ( astro Líder comunista Jefe revolucionario los inconformistas no haya orientación po.sitiva.
1><'Valii.i( KÚi Medida económica Miseria
1leiiir N.k IImal PoKtica de convivenda Unión de las oligarquías
Alian/.i pala r| Piogn-v) Ayuda norteamericana Imperialismo
Frente unido
Iglc-aa Institudón para el orden Fuerza reacdonaria Mientras los líderes populares no acuerden un frente unido
l’|< MIhi Fuerza temida y utilizable Violencia que descarte los personalismos cpie los hacen tan sosf

L
r 74

SOS
Camilo Torres

ante el pueblo, la clase popular no marchará si no se aca­


ba la palabrería izquierdista, que es casi tan fatua como la de
3 Los grupos de presión
en Colombia*
f
nuestra clase dirigente. Solamente los hechos serán capaces
de anular esa clase baja para constituirla en un grupo de pre­
sión mayoritario. U n grupo que presione con los hechos y
haga entender a los dirigentes actuales lo que no han podido
captar por falta de realismo, de técnica, de responsabilidad y,
sobre todo, por falta de diálogo. Grupo que presione para
que la clase dirigente tome contacto real con la clase popular.
Para que se sirvan de la asesoría de los que tratan de estudiar
científicamente las actitudes, los valores, las significaciones,
las instituciones de la clase baja. Este contacto y esta asesoría
son prerrequisitos indispensables para que se tenga concien­
cia de la diferencia de lenguaje y de cultura y para que se
supere esa diferencia, estableciendo así un lenguaje común, El moderador Padre Camilo, tiene usted la palabra para
base insustituible para poder solucionar los problemas de las terminar la primera vuelta de esta mesa.
mayorías, por esas minorías que hoy tienen la responsabili­
dad del poder. Padre Camilo Torres Afortunadamente, com o en las co­
rridas de toros, los espontáneos tenemos más derecho a de­
cir cosas menos bien estructuradas y menos informadas, es
decir, a improvisar. Entonces, yo voy, en primer lugar, a to­
mar una definición un poco menos científica pero más des­
criptiva, tal vez más funcional, de grupo de presión.
Yo entiendo por grupo de presión aquel conjunto de in­
dividuos que tienen influencias en las decisiones del poder;
es decir, que son quienes determinan las decisiones del p o ­
der. En una sociedad moderna en la que hay división del tra­
bajo, de actividades, necesariamente esos grupos divididos
no tienen el poder formal, es decir, no lo ejercen en una
forma institucional ni tienen el título del poder. Al hablar de
grupos de presión se trata, entonces, de quienes tienen el

‘ Transcripción de parte de una mesa redonda realizada en la sede de la


A sociación de Ex A lu m n os de la U niversidad de los Andes (AE X AN D ES)
en B ogotá el 3 de ju n io de 1964.

L
r 76 Camilo Torres
3 Los grupos de presión i'ii tolomln.i 77

poder real; de quienes tienen los verdaderos factores de p o ­ mica engendra la capacidad de instruirse, porque tenemos

der y determinan las decisiones políticas. en las clases pobres, no sólo la ausencia de medios para pagar

Así, si la democracia significa, al fin y al cabo, la partici­ matrículas, pensiones, etc., sino también el lucro cesante cpie

pación en el poder de las mayorías, lo que es importante no se ocasiona en las familias cuando una persona va a estudiar

es si hay elecciones o no las hay; si tenemos parlamento o no en lugar de trabajar. Y eso en escala cada vez mayor a medida

lo tenemos; si hay monarquía, oligarquía o democracia for­ que sube el nivel de la enseñanza. Esto porque vemos que

mal propiamente dicha, sino si esos grupos de presión que tanto la enseñanza gratuita com o la pagada es para minorías.

determinan las decisiones son mayoritarios o son minoritarios. Así, el poder político, el poder coercitivo (según la defi­

N o podemos hablar de democracia en los casos en que los nición de W eber) depende mucho del económico y del cul­

I
grupos sean minoritarios ; haya o no haya elecciones, cualquie­ tural. Pero aquí entra en juego otro elemento muy importante:

ra que sea el régimen formal. el conformismo.

En el caso colombiano nos importa analizar si los que Encontramos que para ascender en la escala política se

participan en el poder son los miembros de las mayorías o de necesita, además de cierto poder económico, o del apoyo de

las minorías. Esto es muy importante, porque yo creo que — - los grupos de presión culturales o económicos, cierto con­

y en esto intervengo más como sociólogo que como sacer­ formismo, que es la forma como los líderes carismáticos (es

dote— lo importante no es hacer un juicio de valores para decir, las personas que tienen aptitudes aunque no tengan

saher si el grupo de presión es bueno o malo, pecador o cultura o medios económicos) pueden ascender.

santo, sino que lo importante es saber si es mayoritario o Pero también en la burocracia, vemos cómo el confor­

minoritario. Porque, salvo excepciones de apóstoles, de per­ mismo es factor más importante que el cultural y el econó­

sonas que asumen actitudes marginales, los grupos buscan mico, pues se sabe que en estos países el ascenso burocrático

siempre defender sus intereses. Si el grupo de presión es no se hace gracias a la idoneidad objetiva de la persona sino

mayoritario las decisiones se harán en función de las mayo­ al conformismo que tenga respecto a los superiores.

rías, y si es minoritario en función de las minorías. Y si a eso Veamos el poder militar. Se sabe que hay una gran dife­

queremos darles nosotros un juicio de valor, se lo podemos rencia social y económica entre oficiales y suboficiales y que

dar. Pero lo importante es que el grupo de presión minorita­ hay, también, una gran concentración de poder en unos p o ­

rio va a producir decisiones a favor de los intereses de una cos. Sobre todo en nuestros países, en donde la institución

minoría. militar no tiene una función de defensa exterior, sino la con­

Creo que ese es el fenómeno en Colombia, en donde en­ servación del orden público. Esto significa defender el orden

contramos gran concentración del poder económico. Las es­ constituido, defender las estructuras. En una palabra, se trata

tadísticas son bien conocidas de ustedes, tanto sobre la del mutuo intercambio de servicios con la pequeña minoría

repartición del ingreso nacional com o sobre el per cápita; que posee el poder y le otorga presupuestos y privilegios, a

s()l)re la distribución de la tierra, etc. cambio de que la defiendan.

Pero hay más. La concentración del poder económico lle­ En lo eclesiástico, sobre todo en aquellos países como los

va también a la concentración del poder cultural.Tomando la nuestros en los que la Iglesia tiene tanta unión con el poder

palal)t.i en nn sentido estricto, formal, la capacidad econó­ temporal desde el punto de vista político y económico, en-

L !|
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r 78 Camilo Torres 3 Los grupos de presiOii en Colnmliiii V)

contramos que el conformismo está muy acentuado en fun­ Mario Latorre Eso sí es una auténtica pre.sión, |)()r(|ne ns
ción de esos mismos grupos. ted me ha identificado con padre Camilo y yo no esioy de
Creo que lo anterior nos indica dos de los grandes facto­ acuerdo con él... ¡Ni más faltaba! Yo creo que uno de los pro
res por los cuales el grupo de presión minoritario dirige y blemas que afrontamos es el desamparo en que se encuen
ejerce esa presión; son el factor económico-cultural, que lo vemos tran las minorías políticas para defender sus derechos; defensa
alrededor de todas estas diversas clases de poder, y el factor que es uno de los pilares de la auténtica democracia. Además,
conformismo, que es la condición para llegar a obtener el apoyo quisiera saber cómo va a explicar el padre Camilo la posición
del grupo de presión. ¿Qué es lo que sucede ? Que, como de los políticos anticonformistas dentro del panorama que
dice el doctor Latorre, las mayorías no están constituidas en nos ha dibujado... y otras cosas.
grupos de presión porque les falta conciencia de grupo, con­ El moderador M uy bien, entonces sugiero lo siguiente:
ciencia de clase; porque les falta una actividad, una cierta como se ha presentado una controversia entre los participan­
seguridad colectiva; porque les falta una organización de tipo tes de la mesa redonda, vamos a dar diez minutos para acla­
nacional, y porque les faltan también fines políticos que rarla. Le cedo, pues, la palabra al padre Camilo.
aglutinen a esas mayorías, que deberían ser organizadas y Fernando Cepeda ¿Me permite hacer una objeción al pa­
tener conciencia de su actividad. dre Camilo para que la responda conjuntamente? Bien.
Creo yo que cuando se habla de grupos de presión hay N o comparto, padre Camilo, la tesis de que “los g ru ­
f. que considerar cada estructura social y cada estructura eco­ pos de presión determinan las decisiones políticas” , o sea
nómica. En Colombia, si hablamos de grupos de presión, nos que los grupos de presión tienen el poder real. Yo creo
tenemos que referir a la minoría que tiene el poder aunque que esos grupos son un factor dentro del proceso deciso­
no lo ejerza personalmente; porque no vamos a decir que rio. Pesarán más unas veces, pesarán menos otras, pero
porque hay un presidente pohre o unos ministros pobres los com o tales, no diría yo que son ellos quienes toman las
grupos de presión son pobres o no existen. Lo que ocurre es decisiones en la práctica...
que ellos son funcionarios de esos grupos y entre más espe­ Eduardo Zuleta Ángel Yo estoy enteramente de acuerdo
cializados sean, buscarán funcionarios que sirvan fielmente con ese concepto, que por lo demás es elemental...
sus intereses. Esto es el resumen de lo que yo tendría que Fernando Cepeda Por otra parte, se puede afirmar que la
opinar. dictadura de la mayoría que propone el padre Camilo es tan
El moderador En síntesis, yo creo qne todos los que han oprobiosa como la dictadura de la minoría que él critica.
participado en la mesa redonda concluyen que en Colombia Padre Camilo Torres Eso que dice el doctor Latorre (y cons­
han existido y existen los grupos de presión. El doctor Cepeda te que es una cuestión de diferencia de criterios, por lo tanto
considera que no solamente actúan sino que deben aumen­ difícil de discutir), que lo importante de la democracia es
tar- en número. El doctor Zuleta Ángel considera que es un que proteja a las minorías, me parece erróneo; yo creo que el
liei ho su existencia y que los grupos mayoritarios pueden bien com ún está sobre el individual, el bien de los más p o ­
ejefcei-, bien dirigidos, una mayor influencia en las decisio­ bres sobre el bien de los menos. Y que no necesariamente
nes del gobierno. El doctor Latorre y el padre Camilo, creo, están en conflicto; que entre más se protege el bien común,
esl.in de ,u iierdo... tenemos más democracia.
r 80 Camilo Torres 3 Los grupos de presión en Colomhi.i 81

En lo que respecta a los políticos inconformistas, creo poner a todos de acuerdo; “N o debe, ni puede contundirse
que aceptan el inconformismo hasta un cierto nivel; es decir, un grupo de presión con la presión indebida de un g ru p o” .
mientras el inconformismo puede ser útil para adquirir aque­ Fernando Cepeda En realidad, la discusión entre el padre
llos factores de prestigio que le son necesarios, por ejemplo, Camilo y yo no existe. Hablamos de cosas radicalmente dis­
para ganar las elecciones dirigidas por los grupos de presión tintas. Yo hablo de los grupos de presión que existen en In­
minoritarios. En estos casos se ayudan en una cierta medida glaterra, en Estados Unidos, en Colom bia, y él habla de los
con elementos inconformistas, mientras el juego no llegue a grupos de presión que no existen...
ser tan peligroso que termine con el poder de los grupos de Padre Camilo Torres Eso es lo que hay que probar.
presión. Porque nadie va a hacerse el harakiri, nadie va a pro­ Fernando Cepeda N o sé si usted, padre, ha realizado un
teger a una persona que va contra su mismo grupo, y se estudio de cóm o operan los grupos de presión en Inglaterra,
acepta el inconformismo sólo en la medida en que sirve para en Estados Unidos o en Francia, en forma que demuestre
hacer demagogia, pero no en la suficiente para cambiar las que los grupos de presión son los que toman las determina­
estructuras... ciones. Los estudios que yo conozco — no tengo un contacto
Ahora, respecto a lo dicho por el doctor Cepeda, creo que personal con el problema, pero considero que quienes han
se trata de una cuestión de definición. Yo defino el grupo de escrito los libros que conozco son autores absolutamente se­
presión como aquel que determina las decisiones. Otra cosa es rios— , describen grupos de presión que participan en el pro­
plantear si las condiciones son determinadas por un grupo o si ceso decisorio, mientras que usted nos habla de grupos de
nacen por generación espontánea. Por eso yo creo que lo im ­ decisión, son cosas completamente distintas. Eso es todo.
portante es saber quién las determina, y si quien las determina Eduardo Zuleta Ángel Lo que usted acaba de decir viene a
es un grupo es e.so lo que yo llamo grupo de presión. confirmar lo que ha dicho en la forma más exacta uno de los
En cuanto al último punto, al de la dictadura de la mayo­ más grandes jurisconsultos franceses; Rippert... ¡N o se rían,
ría, claro está que el poder formal tendrá que ser ejercido eso es bobería! ¡Eso es tontería! Quiere decir que no lo cono­
siempre por una minoría, porque la asamblea democrática, cen. Confirma Rippert estas aseveraciones con la mejor y más
el foro ateniense, o los plebiscitos estilo suizo, son casos muy completa documentación que se puede conseguir; los gru­
marginales. Lo importante es saber si esa minoría no corres­ pos de presión contribuyen frecuentemente de manera posi­
ponde exactamente al tipo dictatorial, si esa minoría va a tiva a que se dicte una norma jurídica. Esa norma jurídica
producir decisiones que favorezcan a la mayoría o a la m ino­ nunca es el resultado de un grupo; es, por el contrario, el
ría. Por eso digo que lo importante en la democracia es que resultado de la balanza de los grupos de presión.
la minoría que ejerce el poder formal está presionada por Padre Camilo Torres Voy a referirme a lo dicho por el doc­
iiiict mayoría que ejerza el poder real. tor Cepeda. Creo que en Colombia no se ha hecho en reali­

J
El moderador Doctor Zuleta, ¿tiene algo que agregar a dad una investigación extensa sobre los grupos de presión.
csio? Yo he hecho, espontáneamente, algunos estudios sobre deci­
Eduardo Zuleta Ángel M e quisiera limitar a repetir una siones — que creo sería bastante largo de enumerar aquí— , y
frase aparecida en el periódico El Catolicismo, que no coincide en ellos se ve claramente cómo grupos de presión producen
loii las o|)iiiioMcs del padre Camilo, pero que nos puede una decisión. Ahora bien, creo yo c|ue hacer una investiga-
r 82 Camilo Torres 7 3 Los grupos de presión en Colombia 83

ción más completa es un poco difícil, principalmente por­ está concertado para defender una serie de intereses m inori­
que los grupos de presión, únicos que podrían financiarla, tarios de la sociedad colombiana y cada día va quedando más
no están dispuestos a hacerlo... desguarnecida, más falta de representación la mayoría del
Eduardo Zuleta Ángel ¡Gratuito! ¡Gratuito! pueblo colombiano.
Indalecio Liévano Aguirre Lo malo no es su existencia sino Hasta aquí lo que había creído entender del doctor Latorre,
su desequilibrio. pero parece que al final dice que no es así, ante lo cual me
El moderador Pasamos a dar lectura a las preguntas escri­ declaro perfectamente interpretado por el padre Camilo To­
tas que la concurrencia ha hecho llegar a esta mesa para que rres, quien ha empezado a decir una serie de cosas suma­
sean absueltas. Dice así la primera: mente importantes que representan algunos de los hechos
Le ruego consultar al doctor Indalecio Liévano Aguirre, más graves que está padeciendo el país. Es el desnivel político
aquí presente, su opinión sobre los grupos de presión en tremendo que se está produciendo en cuanto a la vocería y a
Colombia desde el punto de vista político. Un discípulo. la personería que tienen los distintos sectores nacionales frente
Indalecio Liévano Aguirre Yo lo único que tengo que de­ al gobierno, el cual, al tomar las decisiones, lo hace en forma
cir es que me siento totalmente interpretado en mis opinio­ que refleja ese desnivel de presiones.
nes por lo que ha dicho el padre Camilo Torres. En un principio Eso es todo lo que tengo que anotar después de que en
me creía interpretado por las palabras del doctor M ario forma tan brillante han tratado el tema los miembros de la
Latorre, pero resulta que hacia el final de su exposición pare­ mesa redonda.
ce liaber cambiado de punto de vista. Mario Latorre Doctor Indalecio: Usted me entendió muy
El doctor Latorre decía que el problema grave que tiene bien. La prueba es que lo acaba de exponer muy claramente.
Colombia es, no la existencia de grupos de presión, sino el ¿Qué fue, entonces, lo que entendió mal?
desnivel tremendo que existe en el poder de las distintas cla­ Indalecio Liévano Hom bre, que Usted salió a decirle al
ses [tara ejercer presión. Desnivel que, naturalmente, se tra­ padre Camilo Torres que no estaba de acuerdo con él.
duce en la falta de recursos económicos que tienen algunos Mario Latorre N o en ese aspecto de la cuestión, sino en si
grupos para ejercer presión, con respecto a los que tienen los grupos son uno o varios...
otros; en el dom inio que tienen ciertas clases con respecto a El moderador Parece que ustedes están de acuerdo en sín­
la prensa, con respecto a las que tienen otras. La diferencia tesis, ¿sí? Pues bien, aquí hay una pregunta para el padre
que existe, por ejemplo, con respecto a la composición polí­ Camilo Torres:
tica del llamado Erente Nacional que gobierna en Colombia, Usted, com o perteneciente a un grupo de presión como
ijiie hasta cierto punto representa exclusivamente a ciertos es el clero, ¿cree de acuerdo con su teoría conformista que el
sectores de la sociedad y en el cual no se sienten interpreta­ grupo es un grupo mayoritario o no?
dos grandes sectores de la nación. Entonces, lo grave en C o­ Padre Camilo Torres Yo creo realmente que en Colom bia
lombia no es que existan grupos de presión; lo grave es que el clero es un grupo minoritario. Pero a lo que yo me refería,
en el juego del conflicto entre los distintos grupos todo se va sobre todo, es a que ese grupo minoritario, en sus actuacio­
yendo de un lado. El poder económico, la prensa, los parti­ nes oficiales, está muy unido al resto del grupo minoritario
dos, los directorios políticos, las grandes asociaciones, todo del país y, sobre todo, al grupo minoritario económico, que

l
r 84 Camilo Torres 3 Los grupos de presiOii en Coloinln.i BS

es más o menos el que controla al político, al burocrático y a Fernando Cepeda ¿Nadie más intervino en el coiuonl.i
los demás. De manera que hay una identificación de intere­ to? ¿Es el concordato que exactamente quería la Iglesia?
ses en general, no digo que total, porque en todos estos gru­ Padre Camilo Torres Yo digo que la presión la ejerció todo
pos hay diversas escalas y hay algunos individuos que podrían el grupo minoritario. N o digo que fue el producto de e.se
calificarse de marginales. De todas maneras, lo importante no grupo de presión, que está más o menos identificado. La d i­
es la cantidad de gente sino que las decisiones — creo yo— ferencia es esa.Yo no estoy planteando que haya muchos gru­
están orientadas por los mismos intereses minoritarios. pos de presión.
El moderador Aquí hay una pregunta para el doctor Zuleta: Fernando Cepeda Es decir, que hay un grupo de presión
¿Cree usted que los partidos socialdemócratas, cristianos permanente.
y el comunista son grupos de presión? Padre Camilo Torres N o ; lo que quiero decir es que hay
Eduardo Zuleta Ángel Todos los partidos son grupos de un solo grupo de presión, que es minoritario, y que ese gru ­
presión... ¡para eso se organizan! po de presión es el que produce, en última instancia, las de­
Padre Camilo Torres Claro que todos los partidos son gru­ cisiones verdaderamente importantes.
pos, pero de acuerdo con mi definición, los únicos que son Fernando Cepeda Entonces, desde su punto de vista, la
capaces de producir verdaderas decisiones son los de pre­ Iglesia no es grupo de presión, pero form a parte del grupo
sión; los que no son capaces de producir decisiones políticas de presión.
\ de ámbito nacional, no son grupos de presión. Creo, pues, Padre Camilo Torres Exactamente. Hace parte del grupo
que los dos partidos tradicionales no son en Colombia, al de presión...
menos en este momento, grupos de presión propiamente El moderador Aquí hay una pregunta que dice:
diclios. La inquietud que a los colombianos les ha creado la p ro­
Eduardo Zuleta Ángel U na cosa es producir decisiones y liferación de los grupos de presión se debe; ¿al desconoci­
normas jurídicas y otra es tratar de producirlas. Todos los miento de su realidad operativa, a las ventajas indebidas que
partidos, todos los grupos se organizan para tratar de produ­ obtienen y que ahondan las diferencias entre los grupos exis­
cir las decisiones. A veces lo logran, a veces no lo logran. tentes, o a que la malicia indígena del colom biano revela que
I.lámese una cosa partido liberal, llámese otra partido con­ los grupos de presión constituyen una amenaza para su an­
servador, llámese el otro grupo clero, todos tratan de produ­ helo de mejoramiento y progreso?
cir decisiones de acuerdo con sus ideas y sus intereses. Si no Fernando Cepeda N o hay duda de que el problem a es el
las [iroducen no es porque no hayan tratado de producirlas, por qué la inquietud de los colombianos por los grupos de
sino porque otras presiones fueron más fuertes. presión. Y hay varias causas. U na es el desconocimiento de su
Fernando Cepeda Yo voy a preguntar otra vez al padre realidad operativa, que ha creado inquietud y desconcierto;
C.imilo: ¿la Iglesia es, pues, grupo de presión? De acuerdo otra, la forma como la prensa ha tratado el tema, que ha cau­
con sn definición, entonces, ¿la Iglesia toma todas las deci- sado aún más desconcierto. Ahora: ¿se deberá eso a las venta­
SK IIH-S:’
jas indebidas que obtienen y que ahondan las diferencias?
Padre Camilo Torres Sí determina decisiones... Digamos, N o hay duda tampoco. ¿A que la malicia indígena del colom ­
el ionconlato. biano le revela que constituye una amenaza? Pues constitu-

I
r 86 Camilo Torres 3 Los grupos de presión en Coloinbi.i 87

yen una amenaza o una esperanza, porque todos los grupos o con intereses contrarios entre sí. Por ejemplo, el grupo de los
buscan la defensa de sus propios intereses y para ello con­ obreros, que usted exhibe, que por m edio de la huelga presio­
funden la defensa de ellos con la del bien común. Ahora bien, na a los capitalistas, llamémoslos así, para lograr sus fines.
muchas veces coinciden. Mario Latorre Cierto, y esa es la teoría de los countervailin})
Mario Latorre Estoy perfectamente de acuerdo en que se powers. Es decir — y com o un ejemplo— , que si los industria­
desconoce cómo actúan los grupos de presión, y lo que us­ les forman su grupo de presión, ese grupo se opone al que
ted está diciendo, precisamente, lo confirma. Lo de las venta­ formen los comerciantes, porque entre ambas categorías los
jas indebidas es m uy claro. Y en cuanto a la malicia indígena intereses son, a grandes rasgos, contradictorios y se equili­
que le revela al colombiano el peligro para sus anhelos de bran en su poder y en su acción. Es típico, se ve en todas
progreso y mejoramiento, vamos por partes. Primero: la partes, y Colombia no es una excepción. M uy legítimo y muy
malicia indígena.Yo no creo en la malicia indígena. Si tuvié­ claro en la teoría... Pero esos grupos — vuelvo a mi idea— ,
ramos algo de malicia, aunque no fuera indígena, no nos esos grupos de presión poderosos tienen, a pesar de enfren­
luibiera ido tan mal... Segundo: ¿que esa malicia es la que le tarse, intereses comunes, y por eso se unen y utilizan en su
muestra la amenaza para sus deseos de mejoramiento? N o favor al Estado gracias a su poder, y más en un país en desa­
precisamente. Es la ignorancia de lo que son los grupos de rrollo, en contra de los consumidores, llamémoslos así, que
presión — tal vez por lo tan llevado y traído de la palabra no han creado grupos de protección o cuyos grupos no son
“pre.sión” , que suena tan mal— lo que ha hecho que la gen­ fuertes, y en contra de las inmensas masas que no están orga­
te desconozca sus diversas categorías y las funciones que des­ nizadas.
empeñan. Padre Camilo Torres Yo creo que en esto es importante
Tan grupo de presión es el sindicato que lucha en favor anotar una cosa que dijo el doctor Latorre. Que los grupos de
de las reivindicaciones obreras, como la federación que agrupa presión existen cuando son capaces de unirse en defensa de
a los estudiantes para defender sus intereses. Por lo tanto, el sus intereses comunes, y que los otros no alcanzan esa cate­
mejoramiento de las condiciones de las distintas categorías goría porque no han sido capaces de unirse en defensa de sus
se puede lograr, entre otras maneras, por m edio de esas agru­ intereses comunes. Veamos algunos fenómenos muy concre­
paciones. Lo que sucede entre nosotros, repito, es que las tos. El Centro de Estudios de Acción Social a que pertenece el
agrupaciones o asociaciones de los estamentos económica­ doctor Zuleta — según dijo en reportaje aparecido hace p o ­
mente débiles apenas comienzan a desarrollarse. Si existiera cos días— , agrupa gentes de diferentes corrientes, industria­
un sindicalismo fuerte, moderno, podría obtener mayores les que difieren en su ideología, en sus concepciones, pero
ventajas económicas y sociales para los obreros. Se debe fo ­ que han sido capaces de unirse. En cambio, vemos el lasti­
mentar, por lo tanto, el fortalecimiento de los grupos de pre­ moso espectáculo que presentan las izquierdas — línea dura,
sión de las clases menos favorecidas para que puedan luchar línea blanda, línea fuerte, etc.— , que no han sido capaces de
en Igualdad de condiciones con los grupos de presión de las hacer un frente unido porque no han sabido insistir en los
oii .is ( lases o categorías económicas. elementos que tienen en común.
Eduardo Zuleta Ángel Elay, sin embargo, grupos de pre­ Fernando Cepeda Pero las izquierdas que usted m encio­
sión (|iie ludia n con armas que se pueden considerar iguales. na, ¿no forman parte de ese mismo grupo poderoso...? ¿Y el

.J ü
f 88 Camilo Torres 3 Los grupos de presión en Colombia 89

doctor López Michelsen, el doctor Alvaro U ribe Rueda? La controles. ¿Y qué les contestan los partidos políticos? N o ac­
prueba en contra de su concepto unitario es que no están ceden a la totalidad de la petición y no se ponen al servicio
unidos. Sí hay diferencia entre ellos. de esos intereses, porque si lo hacen se les vienen encima los
Padre Camilo Torres Es decir, se trata de saber si por tener industriales, que no son partidarios de la abolición de los
un origen familiar o un nivel económico pertenecen al gru­ controles. Cuando van los carniceros — ese es otro ejemplo—
po de presión o no. En eso creo yo que se puede encontrar , y se entrevistan con los directorios de los partidos políticos
gente marginal que pertenezca a otros estratos; otra cosa se­ — y allá fueron— , no logran el apoyo que buscaban porque
ría entrar a discutir si ellos pertenecen o no al grupo de pre­ en su contra tienen a los consumidores de la carne, que lo
sión. Pero el hecho de que haya personas que por su nivel son todos. El partido político m oderno trata, por eso, de atraer
económico o por su familia deberían pertenecer a un grupo, todos esos grupos sin herir intereses. Claro, pueden consti­
no significa que pertenezcan. Si no defienden los intereses tuirse grupos de presión y llamarse partidos políticos, eso es
de ese grupo, no pertenecen a ese grupo. otra cosa. Pero si le vamos a dar el nom bre de grupo de presión
Mario Latorre Una última observación. Hay una diferen­ a lo que aquí en Colom bia conocemos como la oligarquía,
cia de conceptos entre el padre Camilo y nosotros. El padre desechemos todos los libros y sus conceptos y que se escri­
Camilo considera como grupos de presión lo que popular­ ban otros libros y se fabriquen otros conceptos.
mente se llama la oligarquía, y de ahí no sale el padre Cami­ Raimundo Emiliani Román M e parece muy claro que hay
lo. Ese es para él el grupo de presión, así, en singular: la que hacer una distinción entre partidos políticos y grupos de
oligarquía. Pero los grupos de presión son algo distinto, se­ presión. El partido político busca llegar al gobierno, el grupo
gún todos los libros que puede citar el doctor Cepeda. Sim­ de presión trata de valerse del partido político. Pero nos lleva
plemente es un concepto elaborado por los expositores de a observar que la inmensa cantidad de grupos de presión
cuestiones políticas, por los sociólogos. El grupo de presión, que ustedes llaman débiles son en realidad muy fuertes, por­
en síntesis, es una reunión de intereses. El ejemplo de las que resulta que los partidos políticos, com o son numerosos,
izquierdas no es válido. La diferencia entre un grupo de pre­ los toman en cuenta. De ahí toda la teoría de los controles,
sión y un partido político es que el grupo de presión trata de toda la teoría de la congelación, toda la teoría del dirigismo
usar el poder sin hacerse al poder, mientras que el partido económico, toda la teoría del dirigismo político, que no son
político trata de conquistar el poder. La diferencia entre ellos otra cosa que atenciones de los partidos políticos con los
es que el grupo de presión representa intereses particulares. grupos de presión pequeños, que son los más numerosos y
Los carniceros, los limpiabotas, los vendedores de periódi­ que, aunque débiles individualmente, resultan en la dem o­
cos, los obreros de determinadas empresas, los periodistas, cracia m ucho más fuertes que los grupos de presión poten­
pueden formar grupos de presión; com o son grupos de pre- cialmente fuertes...
.si(')ii la Andi, Fenalco. Los partidos políticos son otra cosa: los Mario Latorre Y el inconform ism o político, padre Cam i­
p.irlidos tratan de que todos esos grupos los apoyen y no lo, no es sino uno de los aspectos del proceso de una dem o­
pueden defender exclusivamente los intereses de un solo gru­ cracia formal para llegar a las decisiones: el proceso electoral.
po... Y volviendo a los comerciantes: ¿qué les piden los co- Pero fuera del proceso electoral hay infinidad de aspectos en
inemanies a los directorios políticos? La abolición de los que los grupos de presión ejercen su poder sobre los parti-
r
90 Camilo Torres 3 Los grupos de presión en Colombia

dos políticos. U n o de esos puntos es el de las finanzas. Aquí grupo de presión de los obreros que está haciendo la huelga
hay un político activo, el doctor Indalecio Liévano Aguirre; durante tres meses, si eso es fundamental o no!
pregúntele cuánto y cuánto cuestan las elecciones. ¡Pregún­ Padre Camilo Torres Sí, pero lo que pasa es que ellos no
tele! Los balances de los partidos políticos no se han publica­ han podido constituir un grupo de presión...
do, ni aquí ni en ninguna parte, pero algo se sabe de eso, de Mario Latorre ¡Son grupos de presión minoritarios!
las cotizaciones de los grupos de intereses poderosos para las Padre Camilo Torres No. N o pueden producir decisiones...
finanzas de los partidos políticos. Finanzas que les permiten Fernando Cepeda N o pueden cambiar la estructura. Están
utilizar la radio, la prensa, los afiches... ¿Cuánto costaron los trabajando dentro de la estructura, por eso se considera que
afiches que empapelaron a Colombia en las últimas eleccio­ los grupos de presión contribuyen a la estabilidad, porque
nes? Para movilizar a la opinión el partido político necesita parten de la estructura misma, son conscientes de esa estruc­
dinero, y ese dinero, y mucho más en ciertas democracias de tura y trabajan dentro de ella. Su preocupación, en cambio,
partidos indisciplinados, se lo suministran los grupos de pre­ es la de cambiar esa estructura, lo que sería ya el golpe de
sión. Estado o...
Otra cosa es cuando los sindicatos, esos grupos de pre­ Padre Camilo Torres Entonces, ¿la preocupación es con­
sión populares, crean sus propios partidos políticos, com o es servarlas?
el Partido Laborista británico. De manera que no es solamen­ Fernando Cepeda N o , no es conservarlas. Es trabajar den­
te “vam o’ a votá” ; para llegar a votar, fuera de muchas otras tro de ellas.
cosas, se necesita una gran cantidad de dinero y es allí donde Padre Camilo Torres Por eso, ¿para conservarlas... ?
está parte de la influencia de los grupos de presión. Fernando Cepeda Para obtener de ellas decisiones favo­
Padre Camilo Torres Creo que así com o el doctor Latorre rables.
me decía que la teoría del inconformismo que he expuesto Mario Latorre U n momento, padre Camilo. Si la discu­
aquí está sacada de los sociólogos norteamericanos, yo p o ­ sión la plantea usted dentro del sistema, estamos de acuerdo.
dría decir que su noción de grupos de presión es la más o El análisis cabe dentro de una democracia formal. Para hacer
menos establecida por especialistas en ciencia política de países la revolución o dentro de un Estado distinto, dentro de otro
desarrollados, en donde las decisiones importantes no ata­ sistema, los grupos de [iresión necesitarían otro análisis. Es el
ñen directamente a la estructura. En cambio, si yo tomo esta caso de la Rusia soviética, en donde el [lapel de los grupos de
definición de grupos de presión — y naturalmente, en cues­ presión es distinto del asumido en una democracia capitalis­
tión de definiciones, no se puede discutir— , la tomo porque ta, y en donde si existen, existen con características distintas
me parece más funcional en un país subdesarrollado, en donde a los que se encuentran en lo que se llama la democracia
lo que está muchas veces en discusión es el problema de es­ occidental. Hay que mirar dentro del sistema, padre Camilo.
tructuras y donde las decisiones que son importantes son las Padre Camilo Torres Pero dentro del sistema yo creo que
que favorecen o van contra esas estructuras y no las que ata­ puede haber grupos que producen las decisiones para refor­
ñen al tinto, o a la carne, o a los periódicos... zar ese sistema, y podría haber el gru|)o mayorilario que tra­
Mario Latorre Claro que no son fundamentales las del taría de m o d ific ar el sistema. Entonces, si los g ru p o s
tinto, la carne y los periódicos: ¡pero vaya y pregúntele al mayoritarios son capaces de modificar el sistema en favor de

i M
r 92 Camilo Torres

las mayorías, podríamos decir que se han constituido ya en


grupos de presión. Mientras no sean capaces de producir de­
4 Crítica y
cisiones son grupos, pero no de presión. autocrítica*
Fernando Cepeda No. N o, padre.
Mario Latorre ¡Aquí nos pasaremos toda la vida...!

T .enemos que convencernos de que la humanidad no bus­


ca el conflicto. Es más, trata de evitarlo hasta donde sea posi­
ble. El conflicto es el resultado de una serie muy compleja de
factores dentro de los cuales la voluntad de producirlo es
quizás el menos influyente. Todos los interesados en buscar
las causas del comportamiento humano deben mirar el con­
flicto como un objeto de estudio más que como una mani­
festación de moralidad o de inmoralidad. El doctor Carlos
Lleras es una persona inteligente, instruida y, por decir lo
menos, civilizada. Por eso busca el diálogo aun en .sus mayo­
res adversarios. El sabe que el diálogo es constructivo y por
eso vino a la universidad. A los estudiantes les gusta escuchar,
les gusta también preguntar, en uiia palabra, les gusta el diá­
logo. El diálogo es una de las actividades princi|iales del estu­
diante. Debem os dar por seguro que al universitario no le

‘ A rtícu lo pub licad o en el d iario El E.speclíidor el T I de iiovien ih re de I 964.


C am ilo Torres hace alusión aquí a la polém ica levantada en to rn o al lib ro
La violencia en Colombia de O rlan d o Fals Borda, Eduardo Um aña Luna y
G erm án G uzm án Campos. Tam bién se refiere a la ¡¡articipación de los
estudiantes universitarios en los eventos tpie condujeron al derrocam iento

L
d el g o b ie rn o d el gen eral Gustavo Rojas l’ inilla en 1954.

|j
r 94 Camilo Torres 4 Crítica y autocrítica 95
I

gusta oler formol, ni le gusta echar huevos a sus semejantes, oportunidades de trabajo y del apoyo financiero producen no
ni gastar su tiempo libre en exponer su seguridad personal a sólo la limitación sino la desaparición de toda manifestación
la furia de las bayonetas. Y sin embargo, se produce el con­ de oposición. Cuando los canales institucionales de expresión
flicto. El conflicto que, en sí mismo, ninguna de las dos par­ están obstruidos y el inconformismo no puede expresarse a
tes quería ni buscaba. Para explicarnos este hecho debemos pesar de que aumente en su intensidad, esta necesidad de ex­
ver qué corrientes se encontraron y qué representaban estas presión tomará cauces no previstos dentro de las estructuras
corrientes entre sí. Independientemente de lo que ellas sean vigentes. Estos canales son los que suelen llamarse antisociales
en realidad, el concepto que una tiene de la otra es para el o patológicos. En el momento en que la posibilidad de usar los
grupo social respectivo un estereotipo, es decir, una figura canales antisociales de expresión del anticonformismo coinci­
simplificada de aquellos rasgos exteriores que más impresio­ de con la presencia del objeto de éste, se produce un conflicto
nan. Carlos Lleras puede tener las cualidades subjetivas y o b ­ que necesariamente es calificado como antisocial por el grupo
jetivas. N o obstante, como todo hombre político, representa que controla los canales institucionales. La actitud de este gru­
un sistema y, como el más característico de los políticos del po dirigente es exphcable. Desgraciadamente ha impficado una
sistema, personifica una clase que, en este caso, es la m inori­ falta absoluta de autocrítica. Los errores de la clase dirigente,
taria, privilegiada y gobernante. por sí solos, no bastarían para producir un conflicto. La falta de
En teoría, los universitarios deben estudiar, investigar, con­ autocrítica estabiliza en el error al que cae en él. Por desgracia,
currir a clase y nada más. En un país subdesarrollado, los estu­ ésta ha sido una de las características de la clase dominante en
diantes reúnen en sí mismos dos calidades que difícilmente se los últimos tiempos; se presenta el fenómeno de la violencia y,
encuentran juntas en otros grupos de la sociedad: un nivel antes de estudiarlo, se busca la represión como método exclu­
cultural relativamente alto y una cierta libertad en relación con sivo para tratar el mal. Cuando, después de trece años de sufrir
las estructuras imperantes y con la minoría dirigente. De ahí el este flagelo, alguien se atreve a hacer un estudio sobre él y a
papel político que ha jugado la universidad en los países sub­ publicarlo, dicho estudio no produce ninguna clase de re­
desarrollados y, especialmente, en América Latina. N o se trata flexión, se utiliza como instrumento de un grupo partidista, o
de anatematizar o alabar la intervención política de los univer­ se considera un insulto a otro grupo. Cuando las mayorías se
sitarios. Debemos comprobarla como un hecho y explicar las abstienen de votar en unas elecciones, el fenómeno se atribuye
causas. Las dos características anteriormente anotadas produ­ a todo menos a errores de la clase dirigente. Cuando se revelan
cen un estado de rebeldía y de inconformismo en una socie­ hechos sociales que se interpretan en detrimento de ella, su
dad cuyas estructuras requieren un cambio fundamental En reacción es de defensa y de ataque. Este mismo artículo no
las democracias más evolucionadas la rebeldía y el inconfor­ producirá ninguna reflexión, ni ninguna autocrítica. Será o b ­
mismo tienen canales de expresión. La información no es un jeto de condenación por parte de la clase dirigente, que conti­
monopolio, como en los países subdesarrollados, aun cuando nuará encerrada en su torre de marfil, cuyos miembros seguirán
en éstos haya una apariencia de libertad de opinión, de expre- elogiándose mutuamente y ante quienes ningún censor se con­
si(')ii y (le prensa. Los grupos de presión minoritarios han en­ siderará suficientemente autorizado. El abismo entre esta clase
comiado sistemas menos obvios y más efícaces que la censura y las mayorías populares se ahonda cada vez más, y los sistemas

I y l.i persec tu ión directa. El bloqueo de la propaganda, de las de comunicación entre las dos se hacen cada día más precarios.

L í
96 Camilo Torres

II La
Las reformas que [lodrían evitar una revolución violenta
no partirán de la iniciativa de la clase dominante si ésta no
decisión
prevé males mayores en el futuro. Ahora bien, la capacidad de
previsión está en relación directa con la capacidad de análisis y
con la eficacia de la información que se haga sobre la probabi­
lidad de advenimiento de estos males mayores. Nuestra clase
dirigente parece carecer de una capacidad de análisis objetivo.
El sentimiento y la tradición orientan en general sus reaccio­
nes. Los medios de información funcionan de arriba hacia abajo,
de la clase dirigente a la clase popular, pero no a la inversa, por
carencia de medios de expresión y por diferencia de lengua­
je. Estas circunstancias conducen a situaciones paradójicas. El
grupo dirigente no entiende por qué los universitarios, lo
más granado entre los estudiantes colombianos, no aceptan
un diálogo racional. Los universitarios no entienden por qué
se les aprueba cuando gritan y arrojan piedras contra Rojas
Pinilla y por qué se les censura cuando lanzan huevos contra
Carlos Lleras. El grupo dirigente no entiende por qué los uni­
versitarios se mezclan en política. Estos no comprenden por
qué los directivos apolíticos de la universidad aceptan una
conferencia política en los predios de ésta. Los estudiantes
no comprenden por qué se defendía la extraterritorialidad
universitaria cuando los servidores de la dictadura mataban
estudiantes dentro de la Ciudad Blanca y ahora se apoya la
entrada del ejército para que reprima a los que fueron consi­
derados “defensores tradicionales de la democracia” . La d o­
ble moral que la clase dirigente quiere im poner al país se
fundamenta en un desconocimiento de la capacidad de críti­
ca que han adquirido la clase popular y los universitarios, en
cuanto son capaces de representarla. Solamente una autocrítica
valerosa y sincera de la clase dirigente permitirá establecer el
contacto entre las dos clases. De que este contacto se restablez­
ca o desaparezca definitivamente dependerá la violencia o el
acuerdo en que culminarán los próximos conflictos sociales
en Colombia.
r 7

5 Discurso ante los


estudiantes de la
Universidad Nacional*

c lompaneros;
Agradezco profundamente el homenaje que me ofrece
A. hoy la Federación Universitaria Nacional, y deseo que la pro­
funda emoción que me produce esta manifestación inmere­
cida a m i persona — digo inmerecida no por falsa humildad,
sino por un sincero reconocimiento de mis limitaciones—
no impida dar un alcance teórico y científico a este homena­
je que se hace hoy extensivo, lamentablemente, a Jorge Enri­
que Useche, nuestro compañero desaparecido.
Sería lastimoso que este homenaje se limitara a las perso­
nas. La muerte de Jorge Enrique Useche y mi leve destierro

* Apartes del discurso p ronu n ciad o en los p red ios de la U n iversidad


N acional en B ogotá el 22 de m ayo de 1965 durante un h o m en aje que
los universitarios le rin d ie ro n a C am ilo Torres en vísperas de su p ro ye c ­
tada partida, pues en este m o m en to , bajo presiones de sus superiores
eclesiásticos, C am ilo había d ecid id o ausentarse d el país p o r un tie m p o y
preparar una tesis de d octo rad o en la U n iversidad de Lovaina (en B élg i­
ca). Sin em bargo, C am ilo suspendió el viaje a Europa para dedicarse de
llen o a la actividad política. El estudiante m en cion ado aquí, Jorge Enrique
Useche, fue herid o de m uerte el 19 de mayo. Es de notar que el discurso
reproducido aquí n o fue grabado, sino reconsiru ido por el p ro p io Cam ilo
a partir de sus apuntes y p or lo tanto ha (|uedado incom pleto.

L
r

100 Camilo Torres 5 Discurso ante los estudiantes 101

son únicamente episodios en una lucha mayor del pueblo alma es mortal o inmortal sin resolver un punto en que sí
colombiano. En estos momentos no podem os detenernos en estamos todos de acuerdo: el de que la miseria sí es mortal.
episodios. Eso nos ha pasado en nuestra orientación revolucionaria. Hay
Cuando la clase dirigente, a pesar de seguir detentando el puntos elementales indicados por la técnica social y econó­
poder con todos sus factores, se ha demostrado incapaz para mica que no tienen implicaciones filosóficas y sobre los cua­
manejar el país; cuando estamos abocados a una grave crisis les, los que buscamos una auténtica renovación del país,
económica; cuando, ante su propia incapacidad, esta misma podemos ponernos de acuerdo, prescindiendo de las diferen­
clase tiene que recurrir a la represión contra todo el que pro­ tes ideologías, no en nuestra vida personal, pero sí en nuestra
picie un cambio; cuando se lia tenido que llegar en esa vía lucha revolucionaria inmediata. Los problemas ideológicos los
hasta declarar el estado de sitio; cuando ha caido, víctima de resolveremos después de que triunfe la revolución.
la violencia, uno de nuestros compañeros, no podem os dete­ Necesitamos la unión por encima de los grupos. Es lasti­
nernos en las personas sino que debemos pensar en la nece­ moso el espectáculo que da la izquierda colombiana. M ien­
sidad, para Colom bia, de la realización de una auténtica tras la clase dirigente se unifica, mientras la minoría que tiene
revolución. todos los poderes en su mano logra superar las diferencias
La palabra “revolución” ha sido desgraciadamente pros­ filosóficas y políticas para defender sus intereses, la clase p o­
tituida por nosotros, los que pretendemos ser revoluciona­ pular, que no cuenta sino con la superioridad numérica, es
rios. Se ha utilizado con ligereza, com o una afición, sin un pulverizada por los dirigentes de los diferentes grupos pro­
verdadero respeto y sin verdadera profundidad. Si este h o­ gresistas que, muchas veces, ponen más énfasis en las peleas
menaje sirviera más que para hacer resaltar a hechos y a per­ que tienen entre sí que en su lucha contra la clase dirigente. La
sonas, para lograr que hoy plasmáramos la unidad alrededor línea soviética del partido comunista ataca más a la línea china,
del ideal revolucionario, yo personalmente creo que todos la línea blanda del MRL a la línea dura, el MOEC al FUAR, de lo
nosotros nos consideraríamos profundamente satisfechos. que cada uno de esos grupos ataca a la oligarquía.
Tenemos que lograr la unión revolucionaria por encima Es necesario que asumamos una actitud rotundamente
de las ideologías que nos separan. Los colombianos hemos positiva ante todos los grupos revolucionarios. Es absurdo
sido muy dados a las discusiones filosóficas y a las divergen­ ser anticomunista, porque en el comunismo nosotros en­
cias especulativas. N os perdemos en discusiones que, aun­ contramos elementos auténticamente revolucionarios, como
que desde el punto de vista teórico sean muy valiosas, en las es absurdo estar contra el MRL, contra lo que tenga de revo­
condiciones actuales del país resultan com pletam ente lucionario la democracia cristiana, o contra la Vanguardia del
bizantinas. Com o recordarán algunos de los amigos aquí pre­ MRL, o contra el MOEC, o contra la Vanguardia Nacionalista
sentes, con quienes trabajamos en la acción comunal univer­ Popular, Juventudes del MRL, o cualquier otro grupo que
sitaria de Tun juelito, cu an d o se nos tachaba de que lll tenga algo de revolucionario. De la misma manera como el
Libertador Simón Bolívar prom ulgó su decreto de guerra a
colaborábamos con comunistas yo les contestaba a nuestros
acusadores que era absurdo pensar (|iie comunistas y cristia­ muerte en la lucha emancipadora, nosotros debemos pro­
nos no podían trabajar juntos por el bien de la humanidad, y mulgar hoy también un decreto de guerra a muerte, acep­
que nosotros no podíamos ponernos a discutir sobre si el tando todo lo que sea revolucionario, venga de donde viniere.

i
(

I
102 Camilo Torres 5 Discurso ante los estudiantes 103

y combatiendo todo lo que sea antirrcvolucionario, venga cosas en Colom bia, no habrá en nuestro país un verdadero
también de donde viniere. liderazgo revolucionario.
La unión debe hacerse por encima de las ambiciones per­ Necesitamos algunas condiciones indispensables para
sonales. Es necesario que los jefes sepan que no podrán llegar realizar la unión. La revolución es un ideal que debe fijarse
a servir lealmente a la revolución si no es mediante un sacri­ de una manera muy determinada y precisa. N o podemos
ficio personal, por ese ideal, hasta las últimas consecuencias. unirnos con base en ilusiones vagas. Ante todo necesitamos
Dentro de los universitarios y los profesionales se encuen­ objetivos nacionales que encaucen nuestras energías y las
tran casos de idealismo auténtico; sin embargo, muchas veces, energías de todo el pueblo colombiano. Con grupos de jóve­
se utiliza la revolución como un escalón para ascender social­ nes universitarios de todo el país, pertenecientes a movimien­
mente y no como un fin de servicio al pais y a la humanidad. tos revolucionarios o independientemente de éstos, hemos
En un país subdesarrollado en donde menos del 2% de la venido elaborando y planteando una plataforma que resume
población, como es el caso de Colombia, son profesionales y los objetivos a largo plazo de una acción revolucionaria.
estudiantes universitarios, nosotros constituimos un grupo N o basta la decisión íntima de entregarse hasta las últi­
privilegiado. Estos últimos tienen asegurado su ascenso so­ mas consecuencias.
cial durante los años de estudio sin tener que pagar la cuota La revolución es una tarea demasiado ardua para que las
de conformismo que se impone al resto de los miembros de simples intenciones basten para realizarla. De lo contrario,
nuestra sociedad para ascender. Esto, por lo menos, en las sería inconcebible que no se hubiere llevado a efecto, dado el
universidades en donde no se ha establecido el delito de opi­ descontento general que existe en el país.
nión y en donde los inconformes no son expulsados por lo El inconformismo de los universitarios es algo evidente.
que piensan o por lo que defienden. Com o grupo privilegia­ Sin embargo, después de los primeros años de estudio, pasa
do, nosotros debemos restituir al pueblo colombiano los es­ la euforia revolucionaria. Al terminar la carrera se comienzan
fuerzos que ha hecho para que podamos ser una élite cultural. a buscar los vínculos con las estructuras vigentes. Sería mal
Los universitarios de los países subdesarrollados tienen un visto por los futuros socios, empleados, patronos y palancas
papel político irremplazable y se encuentran diariamente ante que el nuevo profesional tuviera el mote de “comunista” ,
el drama de lograr una formación técnica indispensable para adjetivo que emplea la clase dirigente para descalificar a los
consolidar la revolución y la necesidad de intervenir en el inconformes.
proceso de cambio, descuidando muchas veces sus tareas dia­ Al terminar la carrera el inconformismo decae totalmen­
rias de formación y aprendizaje. Somos un grupo insustitui­ te, salvo algunas pocas excepciones. Después, los que fueron
ble del cual esperan mucho las mayorías de nuestro país. los más aguerridos revolucionarios durante los estudios, en
Desgraciadamente, hemos traicionado rnuclias veces los in­ muchas ocasiones comienzan a hacerse perdonar de las oli­
tereses de la revolución colombiana al servicio de nuestros garquías, sus devaneos juveniles. Por eso, f recuentemente los
mezquinos intereses personales. Mientras no haya un grupo estudiantes más revoltosos se convierten en los proíésionales
de estudiantes y profesionales resueltos a sufrir todas las con­ que defienden con más ahínco los privilegios, los símbolos
secuencias de la represión que les impondrá un sistema que de prestigio y aun las formas exteriores de vida de las clases
está organizado contra los que quieren cambiar el estado de dirigentes.

i
104 Camilo Torres 5 Discurso ante los estudiantes 105

En el apego a esos símbolos de prestigio creo yo que en Tenemos que convencernos de que, como dice el Evan­
gran parte está la trampa para caer en el aburguesamiento. La gelio, “hay más alegría en dar que en recibir . Al sacrificar
sociedad nuestra es una sociedad burguesa. Los estudiantes todos esos impedimentos burgueses seremos m ucho más fe­
participan subconscientemente de los valores de esta socie­ lices, más libres, más auténticos con nosotros mismos. Esta­
dad, aunque conscientemente los repudien. Una forma de remos dispuestos a afrontarlo todo. Hasta ahora no parece
repudio exterior de esos valores se manifiesta en los vestidos que el pueblo haya reconocido en los jefes esa entrega. El
pobres y raros, en la barba y en las costumbres antitradicio­ pueblo tiene suficiente olfato com o para descubrir quién lo
nales de muchos universitarios. Sin embargo, la imagen de lo busca para servirlo o para utilizarlo...
que debe ser un profesional sigue siendo una imagen bur­ Sin embargo, para eso es necesario que comencemos ya.
guesa. El profesional, el doctor, debe estar bien vestido, vivir Que nos mezclemos con las masas, que vivamos no sola­
en una casa o un departamento más o menos bien amuebla­ mente para los pobres, sino con los pobres y com o los p o ­
do, tener automóvil y vivir en un barrio residencial; tener bres. La integración con las masas es un elemento esencial a
oficina con máquinas, sala de espera y secretaria. Y como la revolución y a la unión. Éstas no son patrimonio nuestro
todo esto cuesta dinero, es necesaria una remuneración “ade­ sino de los obreros y campesinos de Colombia. Ellos serán los
cuada” al nivel profesional. Desgraciadamente, las remune­ que nos traigan la pauta, los que nos exijan, los que impongan
J ,
✓ raciones adecuadas” las controla la oligarquía, y entonces la unión por encima de grupos y de personalismos caudillistas.
\ hay que venderse y renunciar al inconformismo. Para los que conocen íntimamente a nuestra gente, la frase de
i Mientras no seamos capaces de abandonar nuestro siste­ Gaitán de que “en Colombia el pueblo es superior a sus diri­
ma de vida burgués no podremos ser revolucionarios. El in­ gentes” no es una frase demagógica sino absolutamente real.
conformismo cuesta, y cuesta caro. Cuesta descenso en el nivel Yo creo que solamente la dinámica de los hechos impondrá la
de vida, cuesta destituciones de los empleos, cambiar y des­ unión, y estos hechos los tendrá que realizar la masa.
cender de ocupación, cambiar de barrio y de vestido. Puede Nadie puede ser verdaderamente revolucionario si no
ser que implique el paso a una actividad puramente manual. confía en los valores del pueblo. Es lo único que nos puede
El paso de la ciudad al campo o al monte. El arquitecto in­ librar del paternalismo práctico de que adolecen aun nues­
conformista debe estar dispuesto a trabajar com o albañil, si tros dirigentes de izquierda.
ese es el precio que le exige la estructura vigente para subsis­ Debemos saber que cuando vamos a la base de nuestro
tir sin traicionarse. pueblo, es m ucho más para aprender que para enseñar. Pue­
Desgraciadamente, a esto no estamos decididos y busca­ de ser que esa base tenga más dificultad para comunicar sus
mos en el subconsciente una especie de componenda en la valores. En esa comunicación nosotros debemos esforzarnos
cual podam os decir que lucham os contra el sistema y para poder aprovechar lo que nos enseñe el pueblo. En él
usufructuamos al mismo tiempo de él. En el mejor de los ca­ existen necesidades comunes, sufrimientos comunes, aspi­
sos, nos convertimos en revolucionarios de cafés, sitios en donde raciones comunes. Por eso será, en ultima instancia, el pue­
podemos hablar sin comprometernos. Creo yo que ésta es la blo el que nos enseñará cómo debemos realizar la unión.
íntima explicación de que los universitarios, y aun los profesio­ Los universitarios e intelectuales tenemos, sin embargo,
nales, nunca logren una colaboración eficaz con la revolución. algo que aportar a esas masas. N o como jefes sino como cola-

ÉÉ
r 106 Camilo Torres

boradores, debemos dar una conciencia nacional que unifi­ 6 Declaración del
que el inconformismo de nuestras clases populares. Además 24 de junio de 1965'
de conciencia común, nosotros podemos estimular los valo­
res que existen en nuestro pueblo siempre y cuando, como
lo dije antes, confiemos en él. Nuestras gentes han vivido en
condiciones de inferioridad, han sido frustradas muchas ve­
ces por las circunstancias, por los líderes y por el sistema.
Son fatalistas y desconfían del resultado de su acción indivi­
dual o colectiva. Nosotros debemos reconstruir la confianza

c,
que el pueblo debe tener en sí mismo. Debemos ayudarlo a
que encuentre seguridad en la acción, por pequeños triunfos
de acción colectiva al principio que, poco a poco, se conver­
tirán en acciones cada vez de mayor trascendencia. Así, nues­
tro pueblo adquirirá una actitud activa ante sus propios
Puando existen circunstancias que impiden a los hombres
problemas, condición indispensable para poderlos resolver
por sí mismo. entregarse a Cristo, el sacerdote tiene com o función propia
combatir esas circunstancias, aun a costa de su posibilidad de
Con todo, la conciencia y la actividad no bastan para rea­
celebrar el rito eucarístico, que no se entiende sin la entrega
lizar una revolución. La actividad anárquica puede resultar
estéril y, por lo tanto, fuente de nuevas frustraciones. Se ne­ de los cristianos.
En la estructura actual de la Iglesia se me ha hecho im p o­
cesita la organización, organización que supone planifica­
sible continuar el ejercicio de mi sacerdocio en los aspectos
ción, liderazgo, coordinación, control. La conciencia, actividad
del culto externo. Sin embargo, el sacerdocio cristiano no
y organización que nosotros debemos promover en la clase
consiste únicamente en la celebración de los ritos externos.
popular nos exigen tener unidad de conciencia, unidad de
La misa, que es el objetivo final de la acción sacerdotal, es
actividad y unidad de organización entre nosotros mismos.
una acción fundamentalmente comunitaria. Pero la com uni­
Las rencillas de grupos y los personalismos desconciertan a
dad cristiana no puede ofrecer en forma auténtica el sacrifi­
esa masa. Este desconcierto que esteriliza la lucha debe ser
cio si antes no ha realizado, en forma efectiva, el precepto del
para nosotros el más poderoso acicate para buscar la unión y
no traicionar a nuestro pueblo y a nuestra misión histórica. amor al prójimo.
Yo opté por el cristianismo por considerar que en él se
encontraba la forma más pura de servir a mi prójimo. Fui

* Apenas solicitada p o r escrito y aceptaba verbalm ente su p e tic ió n de


red u cción al estado laical, C am ilo Torres c o n vo c ó una rueda de prensa
en la que en tregó a los rep orteros la presente declaración, que lu e g o fue
d ifu n d id a p or prensa y p or radio.

i i
108 Camilo Torres

elegido por Cristo para ser sacerdote eternamente, motivado


por el deseo de entregarme de lieni|io completo al amor de III La
mis semejantes. Com o sociólogo, lie cpierido que ese amor acción
se vuelva efica/, mediante la técnica y la ciencia; al analizar la
sociedad colombiana me he dado cuenta de la necesidad de
una revolución para poder dar de comer al hambriento, de
beber al .sediento, vestir al desnudo y realizar el bienestar de las
mayorías de nuestro pueblo. Estimo que la lucha revoluciona­
ria es una lucha cristiana y sacerdotal. Solamente por ella, en
las circunstancias concretas de nuestra patria, podemos reali­
zar el amor que los hombres deben tener a sus prójimos.
Desde que estoy ejerciendo mi ministerio sacerdotal, he
procurado por todas las formas que los laicos, católicos o no
católicos, se entreguen a la lucha revolucionaria. Ante la au­
sencia de una respuesta masiva del pueblo a la acción de los
laicos he resuelto entregarme yo, realizando así parte de mi
labor de llevar a los hombres por el amor mutuo al amor de
Dios. Esta actividad la considero esencial para m i vida cristiana
y sacerdotal, como colombiano. Con todo, es una labor que
actualmente riñe con la disciplina de la Iglesia actual. N o quie­
ro faltar a esta disciplina, ni quiero traicionar m i conciencia.
Por eso, he pedido a su eminencia, el cardenal, que me
libere de mis obligaciones clericales para poder servir al pue­
blo en el terreno temporal. Sacrifico uno de los derechos que
amo más profundamente: — poder celebrar el culto externo
de la Iglesia como sacerdote— para crear las condiciones que
hacen más auténtico ese culto.
Creo que mi conqiromiso con mis semejantes de realizar
eficazmente el precepto de amor al [irójimo me impone este
sacrificio. La suprema medida de las decisiones humanas debe
ser la caridad, debe ser el amor .sobrenatural. Correré con
todos los riesgos que esta medida me exija.
7 Consignas del Frente Unido*

Frente Unido n® 2, septiem bre 2 de 1965

C lonsideramos como principal objetivo de la lucha revolu­


cionaria la unión y la organización de la clase popular co­
lombiana para la toma del poder.
Apoyamos la unión en torno al espíritu y a las líneas ge­
nerales de la plataforma del Frente U n ido del Pueblo.
Propugnamos por una organización popular de abajo hacia
arriba; de la vereda hacia el pueblo, del barrio hacia el cen­
tro, del campo a la ciudad. Para esto es necesario organizar a
toda la clase popular colombiana en grupos de cinco o diez,
sin distinción entre alineados en partidos o movimientos de
oposición y no alineados en estos grupos y movimientos,
con la única condición de que acepten las líneas generales de
la plataforma del Frente U nido del Pueblo.
La primera consigna para estos comandos del Frente U n i­
do será la de discutir y divulgar la platalórma. La plataforma
no ha sido entregada a los colombianos como un dogm a o

* Este d oc u m e n to fue pub licad o en el sem anario Frente Unido n ° 2, d el 2


de septiem bre de 1965.
112 Camilo Torres 7 Consignas del Frente Unido 113

como un programa definitivo. Es una propuesta para ser dis­ la revolución en sus conciencias y el fuego de la lucha por
cutida por la clase popular colombiana, para que ésta la trans­ sus hermanos en sus corazones y en sus brazos.
forme, la amplíe, ya que va a ser ella la que la aplicará cuando Por ahora los comandos municipales, regionales y depar­
esté en el poder. tamentales que se elijan serán comandos provisionales. En
La segunda consigna es divulgar la plataforma por todos ellos participarán sin discriminación todos los colombianos
los medios; mandándola imprimir, por mimeógrafo, a m á­ a título eminentemente personal. Pueden ser representantes
quina, a mano, gritándola por los campos y calles de Colom ­ de gremios obreros, campesinos y estudiantes, o pueden ser
bia, leyéndola al oído del compatriota analfabeta. del grupo de los no alineados. En los comandos provisiona­
La tercera consigna es organizar la distribución y finan­ les del Fr4ente U n ido nadie será tenido en cuenta por lo que
ciación del periódico Frente Unido. La oligarquía no financiará representa sino por lo que trabaje en bien de la revolución.
ni distribuirá una publicación que está destinada a acabar Por ahora, la eficacia en la organización será aprobada con
con ella. En un periódico revolucionario son más importan­ consignas emanadas del comité provisional que funciona a
tes las numerosas y pequeñas contribuciones de los pobres nivel nacional.
que los aportes impuros y sospechosos de los ricos. Cuando esté constituido el comando nacional del Frente
f El periódico cuesta un peso: el peso semanal de la revolu­ Unido, como resultado de la convención popular en Bogotá,
ción, algo menos que el valor de una cerveza, que se consa­ éste dará las consignas revolucionarias y determinará los pa­
gra no solamente a la financiación de la edición sino del sos tácticos hacia la toma del poder por parte de la clase p o ­
aparato político m ínim o y necesario para la toma del poder pular.
por parte de la clase popular. La toma del poder podrá ser repentina o progresiva.Todo
El Frente Unido será como el hilo que unifique los coman­ depende de la unidad y la organización de la clase popular,
dos populares y cree una gran red que sustente toda la orga­ por un lado, y de la actitud beligerante o no de la oligarquía,
nización de la clase obrera y campesina. por el otro. La clase popular no decide sobre la vía para la
La cuarta consigna será la de elegir los jefes de los co­ toma del poder; ella ha decidido que lo ha de tomar tarde o
mandos, la de formar comandos de haciendas, comandos de temprano; la oligarquía es la que debe decidir cóm o la va a
veredas, comandos de fábricas, comandos de barrios, de entregar.
municipios y de departamentos para que, al finalizar el año, - Si lo entrega pacíficamente, la clase popular lo tomará
podamos reunir una gran convención popular en Bogotá que pacíficamente. Si no lo quiere entregar sino por las malas, la
elija un comando nacional de la revolución y determinar las clase popular lo tomará por las malas. ► - - ' "
tácticas a seguir para el asalto definitivo al poder.
• A esta convención no deberán asistir los más poderosos,
ni los más ricos, ni los más instruidos, ni los de mejor fami­
lia, ni los caciques y gamonales tradicionales. A esta conven­
ción asistirán los débiles, los ignorantes, los imprudentes
— según la oligarquía— , los que no son bien nacidos, los
hambrientos, los mal vestidos, pero los que tienen el ideal de
r 8 Mensaje a los cristianos 115

Esos medios no los van a buscar las minorías privilegia­


8 Mensaje a los cristianos*
das que tienen el poder, porque generalmente esos medios
eficaces obligan a las minorías a sacrificar sus privilegios. Por
ejemplo, para lograr que haya más trabajo en Colombia, se­
ría mejor que no se sacaran los capitales en forma de dólares
y que más bien se invirtiera en el país, en fuentes de trabajo.
Pero como el peso colombiano se desvaloriza todos los días,
los que tienen dinero y tienen el poder nunca van a prohibir
la exportación del dinero, porque exportándolo se libran de
la devaluación.
Es necesario, entonces, quitarles el poder a las minorías
privilegiadas para dárselo a las mayorías pobres. Eso, si se
hace rápidamente, es lo esencial de una revolución. La revo­
lución puede ser pacífica si las minorías no hacen resistencia
Frente Unido n “ 1, agosto 26 de 1965
violenta. La revolución, por lo tanto, es la forma de lograr un
gobierno que dé de comer al hambriento, que vista al desnu­

Vi ■l^s
is convulsiones producidas por los acontecimientos p o ­
do, que enseñe al que no sabe, que cumpla con las obras de
caridad, de amor al prójim o no solamente en forma ocasio­
líticos, religiosos y sociales de los últimos tiempos posible­
nal y transitoria, no solamente para unos pocos, sino para la
mente han llevado a los cristianos de Colom bia a mucha
mayoría de nuestros prójimos. Por eso la revolución no sola­
confusión. Es necesario que en este momento decisivo para
mente es permitida sino obligatoria para los cristianos que
nuestra historia, los cristianos estemos firmes alrededor de
vean en ella la única manera eficaz y amplia de realizar el
las bases esenciales de nuestra religión.
amor para todos. Es cierto que “no hay autoridad sino de
Lo principal en el catolicismo es el amor al prójimo. “El
parte de D ios” (San Pablo, Rom. XIII, 1). Pero Santo Tomás
que ama a su prójim o cumple con la ley” (San Pablo, Rom.
dice que la atribución concreta de la autoridad la hace el
XIII, 8). Este amor, para que sea verdadero, tiene que buscar
pueblo.
la eficacia. Si la beneficencia, la limosna, las pocas escuelas
Cuando hay una autoridad en contra del pueblo, esa au­
gratuitas, los pocos planes de vivienda, lo que se ha llamado
toridad no es legítima y se llama tiranía. Los cristianos pode­
“la caridad” , no alcanza a dar de comer a la mayoría de los
mos y debemos luchar contra la tiranía. El gobierno actual es
hambrientos, ni a vestir a la mayoría de los desnudos, ni a
tiránico, porque no lo respalda sino el veinte por ciento de
enseñar a la mayoría de los que no saben, tenemos que bus­
los electores y porque sus decisiones salen de las minorías
car medios eficaces para el bienestar de las mayorías.
privilegiadas.
Los defectos temporales de la Iglesia no nos deben escan­
' Este m ensaje se p u b lic ó en el p rim e r n ú m ero de Frente Unido, el 26 de
agosto de I 965. Los mensajes qu e siguen fueron ptiblicados tam bién en
dalizar. La Iglesia es humana. Lo importante es creer que tam­
Frente Unido entre septiem b re y octu bre del m ism o año. bién es divina y que si nosotros los cristianos cumplimos
r 116 Camilo Torres

con nuestra obligación de amar al prójimo, estamos fortale­ 9 Mensaje a los comunistas
ciendo a la Iglesia.
Yo he dejado los deberes y privilegios del clero, pero no
he dejado de ser sacerdote. Creo que me he entregado a la
revolución por amor al prójimo. He dejado de decir misa
para realizar ese amor al prójimo en el terreno temporal, eco­
nómico y social. Cuando mi prójim o no tenga nada contra
mí, cuando haya realizado la revolución, volveré a ofrecer la
misa si Dios me lo permite. Creo cpie así sigo el mandato de
Cristo: “Si traes tu ofrenda al altar y allí te acuerdas de que tu
hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del
altar y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y enton­
ces ven y presenta tu ofrenda” (San Mateo, V, 23-24).
Después de la revolución, los cristianos tendremos la con­
ciencia de que establecimos un sistema que está orientado Frente Unido n® 2, septiem bre 2 de 1965
V
.sobre el amor al prójimo.
La lucha es larga, comencemos ya...
is relaciones tradicionales entre los cristianos y los mar-
xistas, entre la Iglesia y el partido comunista, pueden hacer
surgir sospechas y suposiciones erradas respecto a las rela­
ciones que en el Frente U n ido se establezcan entre cristianos
y marxistas y entre un sacerdote y el partido comunista.
Por eso creo necesario que mis relaciones con el partido
comunista y su posición dentro del Frente U n ido queden
muy claras ante el pueblo colombiano.
Yo he dicho que soy revolucionario como colombiano,
com o sociólogo, como cristiano, com o sacerdote. Considero
que el Partido Comunista tiene elementos auténticamente
revolucionarios y, por lo tanto, no puedo ser anticomunista
ni como colombiano, ni como sociólogo, ni como cristiano,
ni como sacerdote.
N o soy anticomunista com o colom biano, porque el
anticom unism o se orienta a perseguir a com patriotas
inconformes, comunistas o no, de los cuales la mayoría es
gente pobre.
\

118 Camilo Torres 9 Mensaje a los coimiiilniKt IIU

N o soy anticomunista com o sociólogo, porque en los en compañía no solamente de éstos, sino de todos los rcvo
planteamientos comunistas para combatir la pobreza, el ham­ lucionarios independientes y de otras corrientes.
bre, el analfabetismo, la falta de vivienda, la falta de servicios N o importa que la gran prensa se obstine en presentariiic
para el pueblo, se encuentran soluciones eficaces y científicas. com o comunista. Prefiero seguir mi conciencia a plegarme a
N o soy anticomunista como cristiano, porque creo que la presión de la oligarquía. Prefiero seguir las normas de los
el anticomunismo acarrea una condenación en bloque de todo pontífices de la Iglesia antes que las de los pontífices de nuestra
lo que defienden los comunistas y, entre lo que ellos defien­ clase dirigente. Juan XXIII me autoriza para marchar en uni
den, hay cosas justas e injustas. Al condenarlas en conjunto, dad de acción con los comunistas cuando dice en su encícli
nos exponen a condenar igualmente lo justo y lo injusto, y ca Pacem in terris:
esto es anticristiano. “Se ha de distinguir también cuidadosamente entre las
N o soy anticomunista com o sacerdote, porque aunque teorías filosóficas sobre la naturaleza, el origen, el fin del
los mismos comunistas no lo sepan, entre ellos puede haber m undo y del hombre, y las iniciativas de orden económico,
muchos que son auténticos cristianos. Si están de buena fe, social, cultural o político, por más que tales iniciativas hayan
pueden tener la gracia santificante, y si tienen la gracia sido originadas e inspiradas en tales teorías filosóficas; por­
santificante y aman al prójim o se salvarán. M i papel como que las doctrinas, una vez elaboradas y definidas, ya no cam ­
sacerdote, aunque no esté en ejercicio del culto externo, es bian, mientras que tales iniciativas, encontrándose en
\ lograr que los hombres se encuentren con Dios, y, para eso, situaciones históricas continuamente variables, están forzo­
el m edio más eficaz es hacer que los hombres sirvan al pró­ samente sujetas a los mismos cambios. Además, ¿quién p u e­
jimo de acuerdo con su conciencia. de negar que, en dictados de la recta razón e intérpretes de
Yo no pienso hacer proselitismo respecto de mis herma­ las justas aspiraciones del hombre, puedan tener elementos
nos los comunistas, tratando de llevarlos a que acepten el buenos y merecedores de aprobación?
dogm a y a que practiquen el culto de la Iglesia. Pretendo, eso “Teniendo presente esto, puede a veces suceder que cier­
sí, que todos los hombres obren de acuerdo con su concien­ tos contactos de orden práctico, que hasta aquí se considera­
cia, busquen sinceramente la verdad y amen a su prójim o en ban com o inútiles en absoluto, hoy por el contrario sean
forma eficaz. provechosos, o puedan llegar a serlo. Determinar si tal m o ­
Los comunistas deben saber muy bien que yo tampoco mento ha llegado o no, como también establecer las formas
ingresaré a sus filas, que no soy ni seré comunista, ni como y el grado en que hayan de realizarse contactos en orden a
colombiano, ni como sociólogo, ni como cristiano, ni como conseguir metas positivas, ya sea en el campo económico o
sacerdote. social, ya también en el campo cultural o político, son pun­
Sin embargo, estoy dispuesto a luchar con ellos por obje­ tos que sólo puede enseñar la virtud de la prudencia, como
tivos comunes: contra la oligarquía y el dom inio de los Esta­ reguladora que es de todas las virtudes que rigen la vida moral
dos Unidos, para la toma del poder por parte de la clase tanto individual como social” .
popular. Cuando la clase popular se tome el poder, gracias a la
N o quiero que la opinión pública me identifique con los colaboración de todos los revolucionarios, nuestro pueblo
comunistas y por eso siempre he querido aparecer ante ella discutirá sobre su orientación religiosa.
r 120 Camilo Torres

El ejemplo de Polonia nos muestra que se puede cons­


10 Mensaje a los no alineados
truir el socialismo sin destruir lo esencial que hay en el cris­
tianismo. Com o decía un sacerdote polaco: “Los cristianos
tenemos la obligación de contribuir a la construcción del
Estado socialista siempre y cuando se nos permita adorar a
Dios como querem os” .

Frente Unido n “ 4, septiem bre 16 de 1965

L. fos síntomas de putrefacción y relajamiento del Frente


Nacional son comunes a todos los que presentan todos los
regímenes caducos en los últimos estertores de su existencia.
Los dirigentes ahogan en fiestas y bacanales las inquietudes
que el fermento popular les produce y consagran su actividad
política a componendas de camarilla, a luchas intestinas entre
los directorios anacrónicos e impopulares; al pueblo ya no le
interesan las discusiones entre los Lleras, los Gómez, los Ospinas,
los Santos y los otros nombres de nuestra aristocracia feudal.
El pueblo tiene hambre. Está descontento. Está decidido a
unificarse y a organizarse. El pueblo, sobre todo, tiene la de­
cisión inquebrantable de tomar el poder.
En las pasadas elecciones la oligarquía aún no tenía nece­
sidad de inventar votos — si nosotros permitimos que las
próximas elecciones se efectúen, entonces sí tendrá que in­
ventar la existencia de muchos votos.
Los abstencionistas revelaron ser la mayoría de los electo­
res. El setenta por ciento de los coLnnbianos no acudió a las
r 122 Camilo Torres 10 Mensaje a los no alineados 123

urnas. Cualquiera que tenga un conocimiento elemental de lugar de replegarse hacia los campos, en donde el enemigo
la gente colombiana, cualquiera c|iie haya asistido conm igo a es más débil y los revolucionarios tienen más recursos.
las concentraciones populares tiene t|ue haber llegado al con­ Estamos apostando una carrera con la oligarquía. Es posi­
vencimiento de que los abstencionistas son opositores al Fren­ ble que ésta me asesine antes de haber logrado una sólida
te Nacional y a la oligarquía. organización entre los no alineados. Creo que sería demasia­
Los abstencionistas en general son aquellos revoluciona­ do torpe que me encarcelaran o me inventaran un proceso
rios que no están organizados en grupos políticos. Si bien el de guerra verbal. Por eso creo más en el asesinato. Lo im por­
espíritu revolucionario y antisectario que han revelado los tante es que el pueblo colom biano tenga consignas precisas
grupos políticos que han ingresado al Frente U nido les ha si esto llega a ocurrir.
permitido conseguir un mayor número de adherentes, la La primera es la de replegarse al campo y no librar la
mayoría de los colombianos se ha incorporado al Frente Unido batalla en la ciudad.
sin inscribirse en los grupos políticos ya existentes. Estos La segunda es la de no ejercer ninguna acción ofensiva
mismos grupos tienen que comprender que la actividad prin­ mientras no haya una organización rural capaz de mantenerla.
cipal del Frente U n id o debe ser la organización de los no Con todo es necesario que los no alineados se den cuenta
alineados. ^ de la gravedad del momento y de su responsabilidad históri­
La organización de los no alineados deberá hacerse de ca. Cada minuto que perdamos en organizaciones es un m i­
abajo hacia arriba, con jefes propios y con una autoridad nuto que le estamos dando de ventaja a la oligarquía.
férrea pero despojada de todo carácter caudillista. Actualmente Las manifestaciones multitudinarias, el entusiasmo y la
el vínculo principal de unión entre ellos es la plataforma del agitación revolucionarios son útiles en cuanto se reflejan in­
Frente U nido del Pueblo que yo he presentado como pro­ mediatamente en una organización por la base.
puesta a la clase popular colombiana. Es posible que m i nom ­ Es necesario que cada campesino raso, que cada obrero
bre tenga importancia dentro de este grupo y en una etapa raso, que cada revolucionario se sienta responsable de for­
inicial, mientras mi nom bre sirva para estimular la agitación mar un comando del Frente U n ido con algunos compañeros
y la organización revolucionaria, puede ser de bastante utili­ o amigos, sin esperar directivas y sin esperar órdenes.
dad. Sin embargo, sería infantil repetir los mismos errores Se deben reunir para:
que han producido el fracaso de anteriores movimientos re­ 1. Discutir y divulgar la plataforma del Frente Unido.
volucionarios. Ya vimos cómo la oligarquía asesinó a Jorge 2. Divulgar y financiar el periódico Frente Unido.
Eliécer Gaitán. Ya vimos cómo la reacción del pueblo en este 3. Cumplir las consignas inmediatas de acción.
momento no fue la de reagruparse en torno a jefes revolu­ 4. Coordinarse con los otros comandos de base para for­
cionarios sino la de recurrir a los jefes de la oligarquía que, mar comandos veredales, de barrio, de fábrica, de colegio o
sobre los hombros del pueblo, llegaron al [ulacio presiden­ universidad, de municipio, de región y de departamento.
cial a vender el movimiento revolucionario. Ya vimos cómo 5. Preparar los delegados a la gran convención nacional
el pueblo desorganizado quiso dar la batalla en las ciudades, del pueblo para el 11 ó 12 de diciembre de I 965.
en donde el enemigo es más fuerte.Ya vimos cóm o el pueblo La manifestación popular del I 0 de ocuibre en la Plaza de
se dejó desconcertar y se dedicó al incendio y al robo en Bolívar, a las cinco de la tarde, será la ocasión de que los no
r 124 Camilo Torres
1

alineados se presenten en forma organizada por comandos y 11 Mensaje a los sindicalistas


por agremiaciones. En esa manifestación el pueblo colom ­
biano y especialmente el de la capital protestará por el estado
de sitio y todas sus consecuencias represivas contra el pueblo
colombiano: los consejos de guerra verbales, la persecución
sindical, la persecución a los jefes de la oposición, los nuevos
impuestos, la última devaluación, etc., etc.
La abstención electoral, por sí .sola, no es un arma de com ­
bate revolucionaria; ella tiene que estar acompañada de una
organización y de una disciplina beligerante y activa. Los no
alineados, los revolucionarios sin partido, tendrán que trans­
formarse de una masa amorfa y débil en un ariete que no
dejará de golpear contra el sistema hasta verlo totalmente
derrumbado.
Frente Unido n® 5, septiem bre 23 de 1965

R ocos grupos en Colom bia tienen una tradición de lucha


y de organización com o los obreros, com o los trabajadores
urbanos.
A pesar de que la industrialización de Colom bia no co­
mienza a tener una importancia nacional sino a partir de 1939,
el sindicalismo colombiano, tanto rural com o urbano, posee
una tradición de lucha anterior a esta fecha.
Los motines de los bananeros son testigos de esa lucha. El
gobierno de Alfonso López Pumarejo señala una etapa fun­
damental en la organización obrera y en la lucha sindical
colombiana. El sindicalismo surge com o una fuerza belige­
rante e independiente, pero pronto, bajo regímenes retró­
grados, comienza a desvirtuarse en elementos paternalistas,
imperialistas y esquiroles vendidos al gobierno. Nuestra cla­
se dirigente logró dividir también a la clase obrera y después
de debilitarla con pretextos religiosos y [políticos, com o ya
había debilitado con los mismos pretextos a la clase popular,
resuelve purgarla de elementos “comunistas” en el Congreso

l
f

126 Camilo Torres 11 Mensaje a los sindicalistas 127

de Cartagena, es decir, descartar a todo elemento no someti­ Cuando el equipo político fracasa, la oligarquía lo turna
do al patronalismo nacional y norteamericano. por el equipo militar. El gobierno militar que tome ahora el
Sin embargo, la presión del sistema era común a todos poder posiblemente despertará esperanzas mediante m edi­
los obreros. El movimiento desde Gaitán consolida una con­ das demagógicas. Nuestro pueblo últimamente ha dado en
ciencia de clase que la violencia oficial no ha logrado borrar forma unánime el grito de la revolución. Sin embargo, toda­
en diecinueve años que lleva de existencia. Los dirigentes vía carece de una conciencia suficiente y de una organiza­
mercenarios, vendidos a la oligarquía, se descaran cada vez ción adecuada para resistir al engaño que predominará con
más y tienen que usar procedimientos siempre más arbitra­ las medidas demagógicas después de la caída del odiado g o ­
rios, siempre más violentos para mantenerse en el poder. bierno del Frente Nacional.
El Frente Nacional acelera la lucha social en Colom bia al Una serie interminable de huelgas legales e ilegales se ha
instituirse como el primer partido de clase en Colombia, par­ iniciado en nuestro país. Todas esas luchas por reivindicacio­
tido de la clase privilegiada, que consolida la unión de los nes inmediatas fortalecen la lucha revolucionaria porque
opresores contra los oprimidos, lanzando un reto a la clase unifican, organizan y consolidan la conciencia del obrerismo
popular colombiana para que constituya, siguiendo los con­ colombiano. La base obrera de todas las centrales sindicales
sejos de José Antonio Galán, “la unión de los oprim idos con­ está unificada, así como muchos de sus dirigentes, alrededor
tra los opresores” . de la plataforma del Frente U n ido del Pueblo. Los obreros,
El gobierno del Frente Nacional realiza tres devaluaciones, con los estudiantes, constituyen el bastión que puede hacer­
aumenta en doscientos por ciento los gastos públicos y béli­ les frente a las nuevas formas de engaño que adoptará la oli­
cos y trata de subsanar la bancarrota fiscal gravando al pue­ garquía. Con todo es necesario que los obreros se decidan a
blo colombiano con impuestos a las ventas, impuestos a la utilizar su relativa capacidad financiera y su indiscutible ca­
gasolina y “ponqués tributarios” . El paro nacional del 25 de pacidad organizadora en la lucha revolucionaria y en la orga­
enero es la culminación de una levadura social que fue ven­ nización del resto de la clase popular colombiana.
dida a las oligarquías para que éstas hicieran un ponqué que Se ha dicho que los sindicalistas son los oligarcas de la
habían de comerse ellas mismas. clase popular. Yo no lo creo así. Por la actitud explotadora de
Sin embargo, el sistema está tan desintegrado y corrom ­ la oligarquía, aun aquellos sindicalistas que trabajan en em ­
pido que la maquinaria política parlamentaria no funcionó presas monopolistas y que, por lo tanto, gozan de una cuota
ni para el ponqué, ni para las facultades extraordinarias. de privilegio que tienen estas empresas, han asumido, por lo
Entonces se recurre a instaurar la dictadura. Se aprovecha m e n o s m u c h o s de e llo s, un a actitud fran c am e n te
una huelga estudiantil para decretar un estado de sitio que reivindicadora y revolucionaria.
continúa contrariando la Constitución, para legislar sobre Es necesario que la clase obrera colombiana, en este m o ­
asuntos económicos y hacer demagogia laboral. Lo más gra­ mento crucial de nuestra historia, dedique todos sus es­
ve del actual sistema es que no solamente los obreros, sino la fuerzos a la unidad y a la organización de la clase popular
oligarquía están descontentos, y digo más grave porque cuan­ colombiana para la toma del poder.
do la oligarquía está descontenta, la posibilidad de un golpe Que cada lucha parcial por ventajas inmediatas no pierda
de Estado se hace más inmediata. de vista el hecho de que la reivindicación total y definitiva

i
r
128 Camilo Torres

no podrá venir sino como consecuencia de la tcyna del poder 12 Mensaje a los campesinos
por parte de las mayorías, por parte de la clase popular co­
lombiana.
De la unidad, de la organización y de la capacidad de
lucha por las reivindicaciones actuales dependen la unidad,
la organización y la lucha por esa reivindicación definitiva.
Los mismos dirigentes sindicales que le tienen miedo a la
divulgación de la plataforma del Frente U n ido son aquellos
que le tienen m iedo a la unidad, porque saben que la clase
obrera unida y organizada les cobraría duramente su entrega
a las clases dirigentes nacionales y extranjeras.
La clase obrera, como el pueblo colombiano, ha sido su­
perior a muchos de sus dirigentes. Cuando la clase obrera se
unifique por la base hará la presión necesaria para que los
dirigentes que no quieren la unión y no quieren la revolu­ Frente Unido n® 7, octubre 7 de 1965
ción sean arrojados a la orilla por el pueblo colombiano, que
como un torrente se ha desencadenado en busca de la toma
del poder. R e acuerdo con los censos, la población campesina ha dis­
minuido. Sin embargo, en ellos se considera que la pobla­
ción que vive en los centros de más de m il quinientos
habitantes es población urbana. En la realidad, eso no es así.
Podemos decir que la mayoría de la población colombiana es
población rural.
Además de la cantidad, lo más importante es que el m a­
yor aporte al ingreso nacional lo hacen los campesinos. El
90% de las exportaciones son agrícolas (café, banano, taba­
co, azúcar). Sin agricultura no tendríamos forma de im por­
tar máquinas ni la comida que nos falta. Desgraciadamente,
el aporte de los campesinos, com o todo en este sisterna, no
sirve sino para unos pocos. Los que manejan las federaciones
(de cafetaleros, de algodoneros, de bananeros, de tabacale­
ros, etc.) y los que manejan los bancos (especialmente el
Banco de la República) concentran todas las ganancias. Las
ganancias cpie aprovecha el gobierno se emplean en lo que
éste llama “funcionamiento” , es decir, en pagar empleados

J
f 130 Camilo Torres 12 Mensaje a los campesinos 131

(que se han duplicado para conservar la paridad) y en com ­ El gobierno dice que los campesinos iniciaron la violen­
prar armas viejas, para matar a los campesinos que han dado cia. Los campesinos dicen que fue el gobierno. En Francia,
el dinero para comprarlas. intelectuales de todas las corrientes, después de haber inves­
El contraste entre la importancia económica y social de tigado, dicen que los campesinos tienen la razón.
los campesinos y el trato qtie reciben del presente sistema es Yo quiero retar al gobierno para que pida, si se atreve,
manifiestamente escandaloso. La violencia ha sido principal­ una comisión investigadora a las Naciones Unidas, constitui­
mente campesina. El gobierno fue el iniciador de la violen­ da por países neutrales (por ejemplo, Egipto, India y Chile),
cia, desde 1947 es el que la produjo con la policía primero y para que juzguen los casos de Marquetalia, El Pato, Guayabero
con el ejército después, desde 1948. y Río Chiquito.
Las oligarquías liberales pagaban a los campesinos libera­ Sabemos que la similitud del desembarco de los marines
les y los oligarcas conservadores pagaban a los campesinos en Santo D om ingo son los desembarcos del ejército colom ­
conservadores para que los campesinos se mataran entre sí. A biano, dirigidos por la misión militar norteamericana en las
los oligarcas no les hicieron ni un rasguño. Cuando la oligar­ “repúblicas independientes” .
quía no necesitó más de ellos, los declaró bandoleros, los Estos desembarcos continuarán. Ayer en Río Chiquito,
“cazó como a fieras” y luego, cuando los asesinó, publicó las mañana en Sumapaz, pasado mañana en el Arlar i y los Lla­
fotos de sus cadáveres en la primera página en la gran prensa nos. El ejército empieza con la acción cívico-militar y acaba
haciendo alarde del triunfo obtenido en nom bre de la paz, la con los bombardeos, empieza sacando muelas y acaba m e­
justicia y la legalidad. tiendo bala. Los campesinos ya saben que los militares llevan
Esa violencia gubernam ental y financiada por las o li­ una mano adelante con el pan y otra atrás con el puñal. La
garquías enseñó muchas cosas a los campesinos: les ense­ “república dependiente” de Colom bia seguirá obedeciendo
ñó a reconocer en la oligarquía a su verdadero enemigo. a los norteamericanos para que destruya a sangre y fuego las
Les enseñó a huir prim ero y defenderse después, y les en­ otras repúblicas de colombianos independientes. Así lo ha
señó a atacar para obtener lo que las oligarquías obtenían decretado la Cámara norteamericana. Nuestros campesinos
con la violencia: fincas, cosechas, ganado, poder. Estas co­ ya saben a qué atenerse. Ya saben para qué se tienen que pre­
sas no se las daba el sistema. Todo lo contrario. Los salarios parar. Ellos no se lanzan a una aventura, pero tampoco rehu­
más bajos, el m enor núm ero de escuelas, las peores vivien­ yen la lucha.Ya la oligarquía, con el estado de sitio, ha sacado
das, las menores posibilidades de progresar, las tienen los al pueblo de las plazas públicas. Ya lo persigue con ametralla­
campesinos. dora en recintos cerrados, com o en Medellín. Cuando nos
Cuando acabaron con los cabecillas notorios quedaban haga la vida imposible en la ciudad, tenemos que ir al cam­
zonas campesinas controladas por los mismos agricultores. po. Y del campo no podrem os botarnos al mar. Allí tendre­
La política represiva de los Estados Unidos impuesta a sus m os que resistir. Para eso debe prepararse el campesino.
gobernantes, los gobernantes colombianos, no podían per­ Organizando ahora los comandos del Frente U nido con gru­
mitir zonas “sospechosas” , aunque fueran pacíficas. El ejér­ pos de cinco o de diez. Purificando las zonas de traidores a la
cito necesitaba acrecentar su importancia, para mostrar que causa del pueblo. Haciendo depósitos de comida y de ropa.
era necesario y aumentar su presupuesto. Preparándonos para esa lucha prolongada. N o dejándose pro-
r 132 Camilo Torres

vocar, ni presentar resistencia cuando las condiciones sean 13 Cartas personales*


desfavorables para el pueblo.
La oligarquía seguirá reafirmando a los campesinos en su
convencimiento de que tienen que apoyar a las fuerzas revo­
lucionarias. ¿Por qué no han acabado con la guerrilla de
Simacota? Unicamente por el apoyo de los campesinos.
Cuando la oligarquía no deje otro camino, los campesi­
nos tendrán que darnos refugio a los revolucionarios, a los
obreros y estudiantes.
Por el momento deben unificarse y organizarse para reci­
birnos con el fin de emprender la larga lucha final.

A su madre, Isabel Restrepo

D arling:

Por algunos informes de última hora decidí ocultarme


durante algún tiempo mientras la situación se clarifica, de
acuerdo con lo que habíamos hablado. Creo que así estarás
más tranquila tú, y yo lo estaré también. Tu situación econó-

* C am ilo n o se d esp id ió de su m adre. Sin em b argo, antes de abandonar


la ciudad de B ogotá en la n o ch e del 18 de octu bre de 1965 para d irig ir ­
se al departam ento de Santander e iternarse en la selva, d o n d e se reu n i­
ría con la guerrilla, d e jó esta breve nota que sería entregada a Isabel
R estrepo únicam ente después de qu e los am igo s de C am ilo se hubieran
asegurado de qu e el sacerdote había lle g a d o a su destino.
G u item ie O liv ié r i, ciudadana francesa nacida en la isla m editerránea
de Córsega, pertencía al g ru p o de los más cercanos am igos y colab ora­
dores de C am ilo y se había encargado, ju n to con otros, de los asuntos
del Frente U n id o (y de la publicación del p e rió d ic o Frente Unido) cuando
C am ilo salió de B ogotá para incorporarse a la guerrilla. La presente nota
(q u e représenla apartes de una carta más extensa cuyo texto c o m p leto
ya n o se encuentra) fue tal vez lo ú ltim o qu e C am ilo escrib ió antes de su
m uerte.
134 Camilo Torres

mica está asegurada para este tiempo y para cualquier impre­


14 Proclama al
visto. Estoy en lugar y compañía seguros. Apenas pueda, te
escribo. Cuídate mucho. Acuérdate que tu valor siempre me
pueblo colombiano*
ha alentado, y que si hago algo por Colom bia es en gran
parte debido a ti. Tienes que estar a la altura de las circuns­
tancias. Te dejo la bendición y mándame la tuya.

Te adora.

CAMILO

E
A Guitem ie O liviéri (extracto)

.ace tiempo que no te escribía, ya que el peligro que


tienen las cartas obliga a no emplearlas sino cuando es inevi­
table. Me imagino lo intranquila que habrás estado por falta
c olombianos:

Durante muchos años los pobres de nuestra patria han


esperado la voz de combate para lanzarse a la lucha final con­

de noticias directas. Sin embargo, la confianza que tengo en tra la oligarquía.

tu moral ha im pedido que me inquiete demasiado. En aquellos momentos en los que la desesperación del

El trabajo por aquí va bastante bien, salvo por fallos hu­ pueblo ha llegado al extremo, la clase dirigente siempre ha

manos que son naturales. Es cuestión de m étodo y paciencia. encontrado una forma de engañar al pueblo, de distraerlo,

Lo importante es conservar una inquebrantable fe en la vic­ apaciguándolo con nuevas fórmulas que siempre paran en lo

toria final. Aunque no me siento un trabajador calificado, ya mismo; el sufrimiento para el pueblo y el bienestar para la

estoy adaptado al grupo y al ambiente. casta privilegiada.

Necesito que me escribas largo sobre tí, sobre las reac­ Cuando el pueblo pedía un jefe y lo encontró en Jorge

ciones de la gente, sobre proyectos futuros. Eliécer Gaitán, la oligarquía lo mató. Cuando el pueblo pedía
paz, la oligarquía sembró el país de violencia. Cuando el pue­

Tuyo, blo ya no resistía más violencia y organizó las guerrillas para


tomarse el poder, la oligarquía inventó el golpe militar para
CAMILO
* El 7 de en ero de 1966 los p e rió d ic o s d el país rec ib ie ro n copias de este
texto, aconi[>añadas de una fo to gra fía en la que C am ilo Torres aparecía
en coinj)añía de FabioV ásqu ez Castaño y V íc to r M edin a M o ró n , com a n ­
dante y segu n d o-al-m an d o, respectivam ente, d el Ejército de Lib eración
N acional.

_
136 Camilo Torres 14 Proclama a los colombianos 137

que las guerrillas, engañadas, se entregaran. Cuando el pue­ campesina, sin diferenciáis religiosas ni de partidos tradicio­
blo pedía democracia, se le volvió a engañar con un plebisci­ nales. Sin ningún ánimo de combatir a los elementos revolu­
to y un Frente Nacional que le imponía la dictadura de la cionarios de cualquier sector, movim iento o partido. Sin
oligarquía. caudillos. Que busca liberar al pueblo de la explotación de
Ahora el pueblo ya no creerá nunca. El pneblo no cree en las oligarquías y del imperialismo. Que no depondrá las armas
las elecciones. El pueblo sabe que las vías legales están agota­ mientras el poder no esté totalmente en manos del pueblo.
das. El pneblo sabe que no queda sino la vía armada. El pue­ Que en sus objetivos acepta la plataforma del Erente Unido.
blo está desesperado y resuelto a jugarse la vida para que la Todos los colombianos patriotas debemos ponernos en
próxima generación de colombianos no sea de esclavos. Para pie de guerra. Poco a poco irán surgiendo jefes guerrilleros
que los hijos de los que ahora quieren dar su vida, tengan experimentados en todos los rincones del país. Mientras tan­
educación, techo, comida, vestido y sobre todo ¡dignidad! to debemos estar alertas. Debemos recoger armas, m unicio­
Para que los futuros colombianos puedan tener una patria nes. Buscar entrenamiento guerrillero. Conversar con los más
propia, independiente del poderío norteamericano. íntimos. Reunir ropas, drogas y provisiones, y prepararnos
Todo revolucionario sincero tiene que reconocer la vía para una lucha prolongada.
armada como la única que queda. Sin embargo, el pueblo Hagamos pequeños trabajos contra el enemigo en los que
espera que los jefes, con su ejemplo y con su presencia, den la victoria sea segura. Probemos a los que se dicen revolucio­
la voz de combate. narios. Descartemos a los traidores. N o dejemos de actuar,
Yo quiero decirle al pueblo colom biano que éste es el pero no nos impacientemos. En una guerra prolongada to­
momento. Que no lo he traicionado. Que he recorrido las dos deberán actuar en algún momento. Lo qne importa es
plazas de los pueblos y ciudades caminando por la unidad y que en ese preciso momento la revolución nos encuentre
la organización de la clase popular para la toma del poder. listos y prevenidos. N o se necesita que todos hagamos todo.
Que he pedido que nos entreguemos por estos objetivos hasta Debem os repartir el trabajo. Los militantes del Erente U n i­
la muerte. do deben estar a la vanguardia de la iniciativa y de la ac­
Ya todo está preparado. La oligarquía quiere organizar ción. Tengamos paciencia en la espera y confianza en la
otra comedia en las elecciones; con candidatos que renun­ victoria final.
cian y vuelven a aceptar, con comités bipartidistas; con m o ­ La Incha del pueblo se debe volver una lucha nacional. Ya
vimientos de renovación a base de ideas y de personas que hemos comenzado porqne la jornada es larga.
no sólo son viejas sino que han traicionado al pueblo. ¿Qué Colombianos: no dejemos de responder al llamado del
más esperamos, colombianos? pueblo y de la revolución.
Yo me he incorporado a la lucha armada. Desde las m on ­ Militantes del Frente Unido: Hagamos una realidad nues­
tañas colombianas pienso seguir en la lucha con las armas en tras consignas.
la mano, hasta conquistar el poder para el pueblo. M e he ¡Por la unidad de la clase popular hasta la muerte!
iiKorporado al Ejército de Liberación Nacional porque en él ¡Por la organización de la clase popular hasta la muerte!
ciHontré los mismos ideales del Frente Unido. Encontré el ¡Por la toma del poder para la clase popular hasta la muerte!
(leseo y la realización de una unidad por la base, de base Hasta la muerte porque estamos decididos a ir hasta el final.
138 Camilo Torres

Hasta la victoria porque un pueblo que se entrega hasta la


muerte siempre logra su victoria.
Hasta la victoria final con las consignas del Ejército de
Liberación Nacional:
¡Ni un paso atrás!
¡Liberación o muerte!

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