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Comité de Tesis
Profesor Guía: José Tomás Ibarra (PhD)
Profesores Informantes:
Tomás Altamirano (PhD)
Cristián Bonacic (PhD)
Junio 2019
Santiago-Chile
Agradecimientos
Por la conservación de la
vida silvestre de Chile ...
ÍNDICE
ABSTRACT ............................................................................................................. 4
INTRODUCCIÓN ..................................................................................................... 5
HIPÓTESIS ............................................................................................................ 10
OBJETIVOS........................................................................................................... 10
BIBLIOGRAFÍA ..................................................................................................... 42
ANEXO .................................................................................................................. 57
1
ÍNDICE DE TABLAS
Tabla 2. Especies de aves y gremios utilizados para evaluar sus respuestas a los
incendios forestales en el bosque templado andino del sur de Chile ...................... 18
Tabla 3. Medidas de los atributos del hábitat para zonas quemadas del bosque
templado andino del sur de Chile ........................................................................... 22
2
ÍNDICE DE FIGURAS
Figura 1: Área de estudio en tres áreas protegidas afectadas por incendios forestales
en la Reserva de Biosfera Araucarias, zona andina de la Región de La Araucanía
(38º-39°), Chile ....................................................................................................... 12
Figura 2: Sitios de estudio en tres áreas protegidas afectadas por los incendios
forestales ............................................................................................................... 13
Figura 3: Valores predichos por GLMM para la riqueza de especies en los cuatro
sitios de muestro .................................................................................................... 25
Figura 4: Valores predichos por GLMM para la densidad de especies en los cuatro
sitios de muestreo .................................................................................................. 26
Figura 5: Valores predichos por GLMM para la densidad de especies del gremio de
uso de hábitat en los cuatro sitios de muestreo ...................................................... 27
Figura 6: Valores predichos por GLMM para la densidad de especies del gremio de
nidificación en los cuatro sitios de muestreo........................................................... 28
Figura 7: Valores predichos por GLMM para la densidad de especies del gremio
alimenticio en los cuatro sitios de muestreo ........................................................... 29
Figura 8: Valores predichos por GLMM para la densidad de especies del gremio de
uso de sustrato alimenticio en los cuatro sitios de muestreo .................................. 30
Figura 9: Valores predichos por GLMM para la densidad de especies del estatus
migratorio en los cuatro sitios de muestreo ............................................................ 31
3
Wildfires effects on the avian guilds of the Andean Temperate Forest of
Southern Chile
1 Fauna
Australis Wildlife Laboratory, Department of Ecosystems and the Environment,
School of Agriculture & Forestry Engineering, Pontifical Catholic University of Chile.
ABSTRACT
Disturbance events, such as wildfires, modify the composition and structure of forest
ecosystems. We studied the diversity of avian guilds that inhabit forest of Nothofagus
y Araucaria araucana in the Andean temperate forests of southern Chile, in three sites
affected by wildfires with different fire histories (time interval and frequency of a fire
event) during 2016-2018. We established 40 points counts and 40 vegetation plots to
determine the richness and density of birds, along with the vegetational attributes at
each site. In total 35 species of birds were recorded when sampling control, burned
sites sixteen and two years after the disturbance of a wildfire, we observed that over
time the bird community became more like the control (unburned) site. The guilds of
habitat use, feeding and nesting differ strongly in their responses to the increase in
the frequency and time elapsed since fire; most bird guilds decreased because of fire
but granivores, shrub generalists, non-cavity nesting birds and migrant birds showed
positive responses. These responses were strongly related to the associated changes
in habitat structure after a fire, supporting the tested hypotheses of intermediate
disturbance and vertical vegetational structure. The results indicate that the dynamics
of disturbance by fire will become a decisive agent for future management of
temperate forest biodiversity. The possibility that wildfires benefit some specific bird
species and guilds should also be considered among the objectives when designing
post-fire management.
4
INTRODUCCIÓN
5
Veblen et al., 1999; González y Veblen, 2006). Además, durante varios años la
temporada de incendios ha experimentado una mayor duración en toda la
macroregión (regiones de Valparaíso a Los Lagos) debido a algunos factores como
el alargamiento del déficit hídrico estival o la disminución de las precipitaciones en
invierno (González et al., 2011). La historia del fuego en los bosques templados
andinos de Araucaria araucana refleja tanto la influencia climática como de la
actividad humana (González et al., 2011). El fuego es un modelador importante de la
composición de especies vegetales en bosques de Araucaria-Nothofagus en los
Andes del sur de Chile. Estos incendios forestales pueden tener importantes
consecuencias sobre la biodiversidad, ya que los impactos no sólo se traducen en la
perdida inmediata de flora y fauna, sino que también se producen otros fenómenos
importantes post-fuego, entre los que destaca el ramoneo de rebrotes de la
vegetación (Echeverría et al., 2007), el daño causado por el pisoteo de ganado
(Zamorano-Elgueta et al., 2012), el incremento en la llegada de propágulos de
especies exóticas invasoras (Pauchard y Alaback, 2004) y el potencial cambio de la
composición vegetal (Fuentes-Ramírez et al., 2011; Urrutia-Estrada et al., 2018).
6
de fauna y la generalidad de las respuestas para distintos grupos de especies
(Watson et al., 2012; Mckelvey 2015). Entre otros factores, las respuestas a la historia
de fuego dependen de la medida en que los cambios en terrenos abiertos, arbustos
y cubiertas arbóreas a lo largo de la sucesión cumplen con los requisitos de hábitat
de las especies de aves (Pons and Clavero, 2010).
Las respuestas al fuego en organismos móviles son menos conocidas que las de
organismos sésiles (Sousa, 1984; Brawn et al., 2001). En los ecosistemas donde los
incendios no son un agente de perturbación natural frecuente, los incendios podrían
favorecer a gremios funcionales de especies que son más resistentes o que tienen
adaptaciones al fuego (De Bano et al., 1998; Jaksic y Fariña, 2015). Un gremio
funcional se define como “un grupo de especies que utilizan de manera similar la
misma clase de recursos ambientales” (Simberloff, 1991) y por lo tanto se espera que
respondan de manera similar a una perturbación dada. En algunos casos, los
incendios forestales aumentan la heterogeneidad en el hábitat, lo que se relacionan
positivamente con la riqueza de especies, resultando en ensambles únicos de
comunidades, presencia de gremios con diferentes características ecológicas y una
gran diversidad de especies (Bell et al.,1991; Smucker et al., 2005; Saab et al., 2007;
Hidasi-Neto et al., 2012). Los incendios forestales con historias de fuego al producir
cambios en la heterogeneidad del hábitat, se asocia a la hipótesis de perturbación
intermedia, la cual establece que niveles intermedios de perturbación generarán
mayores valores de diversidad de especies (Connell, 1978). Esto es porque, en un
ecosistema en el que las perturbaciones son raras, las especies mejor adaptadas a
la competencia terminarán por imponerse y dominar en la comunidad. Mientras que,
en un ecosistema altamente perturbado, persistirán principalmente las especies
capaces de resistir a las perturbaciones. En ecosistemas situados entre estos dos
extremos, ambos tipos de especies estarán presentes y luego la diversidad será más
alta (Connell, 1978). Aun cuando esta hipótesis ha sido rechazada en varios estudios
teóricos y empíricos (Fox, 2013), todavía se utiliza ampliamente para explicar
mecanismos que subyacen a la diversidad existente en gradientes de perturbación
de hábitat. En algunos ambientes se ha documentado el aumento de la diversidad de
aves luego de un incendio, aunque en otros casos las características del incendio
llevaron a una simplificación estructural del hábitat, determinando la disminución del
número de gremios de aves que son capaces de utilizarlo y la dominancia de gremios
favorecidos por ambientes abiertos (Grigera y Pavic, 2007).
7
Los gremios de aves podrían cambiar drásticamente en respuesta a los incendios
forestales, y los patrones específicos de las especies en la distribución se han
relacionado con la sucesión y composición del hábitat posterior al incendio (Raphael
et al., 1987; Brawn et al., 2001; Huff et al., 2005; Stephens et al., 2015). Varias
especies que están distribuidas ampliamente en distintos tipos de bosque no
quemado son detectadas con relativa frecuencia en bosques quemados (Hutto,
1995). La diversidad de gremios de aves también podría estar relacionada con la
estructura del hábitat remanente post-fuego. Por ejemplo, distintos estudios han
revelado la importancia del tamaño de los árboles, la distribución vertical del follaje,
la cobertura del dosel y la densidad y abundancia de árboles muertos (caídos o en
pie) en distintas especies de aves (Noss, 1990; Spies, 1998; Smith et al., 2008;
Hidasi-Neto et al., 2012). Un ejemplo de esto es Campephilus magellanicus que
requiere de grandes árboles en descomposición tanto para alimentación como para
anidación (Ibarra et al., 2017). Además, los usuarios de sotobosque como
Scelorchilus rubecula y Scytalopus magellanicus dependen casi exclusivamente de
cavidades disponibles en árboles caídos o detritos leñosos gruesos, para anidar
(Altamirano et al., 2017).
8
Debido a que la respuesta de la vegetación después de un incendio en áreas
boscosas ha sido en gran medida a través del rebrote de troncos y ramas de árboles
que persistieron a la quema, la cubierta vegetal resulta ser un factor clave que
contribuye a la rapidez de la respuesta de las aves después del incendio
(Lindenmayer et al., 2008). Los atributos del hábitat, que forman la complejidad
estructural vegetacional remanente en zonas quemadas, son esenciales para la
persistencia de las aves en las áreas alteradas y mantener la conectividad entre las
áreas no perturbadas (McDonnell y Stiles, 1983; Wunderle, 1997). Cuanta más
estructura vegetal anterior a la perturbación persista, las poblaciones de animales
más rápido deberían volver a los niveles del pre-incendio (Franklin et al., 2000;
Whelan et al., 2002). La presencia de legados biológicos (e.g. árboles muertos en
pie, tocones y detrito leñoso grueso) facilita la adaptación de determinados gremios
en un sitio después de un incendio (Whelan et al., 2002) o promueve el retorno de
algunas a los niveles previos a la perturbación (Turner et al., 2003; Lindenmayer et
al., 2005). Estos legados proporcionan un hábitat crítico post-incendio para mantener
procesos importantes en la fauna, tales como la reproducción, alimentación y refugio
(Kotliar et al., 2002; Morissette et al., 2002). Un ejemplo del efecto de la presencia de
legados de hábitat (e.g. árboles muertos en pie) que permanecen después de una
perturbación en bosques templados andinos, es el aumento de la abundancia de aves
usuarias de árboles grandes en bosques secundarios como Enicognathus
ferrugineus y Veniliornis lignarius (Ibarra et al., 2017).
El fuego y el manejo de los incendios se reconoce cada vez más como un factor
importante en la conservación de la biodiversidad y los recursos naturales. Las
prácticas de manejo de incendios que consideran la conservación de la biodiversidad
a menudo se basan en información limitada (Driscoll et al., 2010). El patrón temporal
y la disposición espacial de un incendio ayudaría a priorizar dónde y cuándo es
importante mantener la biodiversidad en un escenario de paisaje dinámico para el
manejo y la conservación (Gill y McCarthy, 1998; Bradstock et al., 2005; Driscoll et
al., 2010).
9
HIPÓTESIS
OBJETIVOS
Objetivo General
Estudiar el efecto del historial de fuego sobre la comunidad de aves que habita el
bosque templado andino del sur de Chile.
Objetivos Específicos:
10
MATERIALES Y MÉTODOS
Área de estudio
El estudio fue realizado en la Reserva de Biosfera Araucarias (RBA), zona andina de
la Región de La Araucanía (38º-39°´S 71ºW), sur de Chile (UNESCO, 2010). El área
presenta un clima templado con una corta temporada seca (enero-marzo) y una
precipitación media anual de 1945 mm (Luebert y Pliscoff, 2006). El rango de
elevación en la RBA va desde los 200 a los 3747 m sobre el nivel del mar (msnm;
Volcán Lanín), con bosques que se distribuyen hasta los ~1500 m de elevación. En
esta zona fueron seleccionadas tres áreas protegidas con distintas historias de
incendios forestales, las que incluyeron zonas adyacentes de la “Reserva Nacional
(RN) China Muerta” (11170 ha), “RN Malleco” (16625 ha) y el “Parque Nacional (PN)
Tolhuaca” (6408 ha). En estas áreas protegidas los bosques son dominados por
especies del género Nothofagus y A. araucana sobre los 1000 msnm (Ibarra et al.,
2017; Ibarra y Martin, 2015b, Fuentes-Ramírez et al., 2018; Urrutia-Estrada et al.,
2018). La vegetación de sotobosque en todas estas asociaciones está dominada por
especies del género Chusquea (Fig. 1; González et al., 2009; Altamirano et al., 2015).
11
Figura 1. Área de estudio en tres áreas protegidas afectadas por incendios
forestales en la Reserva de Biosfera Araucarias, zona andina de la Región de
La Araucanía (38º-39°), Chile. Los círculos de colores muestran las zonas
“quemadas 2015” (rojo) y control (verde) adyacentes a la RN China Muerta.
12
Muerta hacia el este de esta última (Fig. 2A). Cada sitio estuvo separado a una
distancia mínima de 3 km del más cercano. Todos los sitios estuvieron localizados
entre los 1014 y 1469 msnm, dentro del tipo forestal araucaria (Donoso, 1993).
Figura 2. Sitios de estudio en tres áreas protegidas afectadas por los incendios
forestales. (A) Sitio control, (B) tratamiento “quemado 2002”, (C) tratamiento
"quemado 2015’” y (D) tratamiento “quemado 2002-2015”’.
Muestreo de aves
En cada sitio se estableció un transecto de ~3 km de largo con 40 puntos de conteo
separados a una distancia mínima de 125 m (n=160 puntos de conteos; cuatro sitios
x 40 puntos de conteo; Bibby et al., 2000; Buckland et al., 2001). Cada tratamiento
se muestreó durante la época reproductiva entre diciembre y febrero, ya que en este
periodo las aves están más activas, emiten vocalizaciones y la tasa de detección es
más alta (Ralph et al., 1996). En la temporada 2016-2017 se muestreó el sitio control
y el tratamiento “quemado 2015”; ambos dentro de la RN China Muerta y su zona
adyacente. En la temporada 2017-2018, se muestreó el tratamiento “quemado 2002”
en la RN Malleco, y el tratamiento “quemado 2002 y 2015”, en el PN Tolhuaca.
Cada punto de conteo tuvo una duración de seis minutos donde se registraron todas
las aves vistas y/o escuchadas en un radio variable de 0-25 y 26-50 m (Ralph et al.,
1995; Bibby et al., 2000; Ibarra et al., 2017). Además, se utilizaron playbacks de aves
13
que generalmente se encuentran en bajas densidades y/o presentan baja detección
(i.e. 20 puntos con playback por sitio). El playback se realizó en los puntos de conteo
impares para evitar un reconteo de las especies entre los puntos más cercanos,
donde se incluyeron aves excavadoras (C. magellanicus, Colaptes pitius, V. lignarius
y Pygarrhichas albogularis) y especialistas de sotobosque (Pteroptochos tarnii, S.
rubecula, Sylviorthorhynchus desmursii, S. magellanicus y Eugralla paradoxa; Tabla
2). Cada llamado de playback fue seguido de 30 segundos de tiempo de escucha en
silencio, totalizando 15 minutos de tiempo de conteo en los puntos con playback
(Drever et al., 2009; Ibarra et al., 2017). Las aves fueron registradas, mediante “ojo
desnudo” y/o binoculares (10x42 y 10x50), dentro de las primeras cuatro horas
después del amanecer. En cada punto de conteo se registró la temperatura (°C),
humedad (%) y velocidad del viento (m/s) usando una unidad meteorológica portátil
(Kestrel 4200, Kestrel-meters, Birmingham, MI).
Muestreo de hábitat
En cada sitio se establecieron 40 parcelas de vegetación con centro en cada punto
de conteo (11,2 m de radio; 0,04 ha; n=160; Ibarra y Martin, 2015b; Altamirano et al.,
2017). Para cada parcela se estimaron los porcentajes de cobertura de sotobosque,
bambú (Chusquea spp.), detrito leñoso grueso, dosel intermedio y dosel superior.
También se midió el diámetro a la altura de pecho (DAP) de cada árbol vivo y muerto
en pie (Tabla 1; Ibarra et al., 2014).
14
Tabla 1. Covariables candidatas para estimar detectabilidad y densidad de aves
en tratamientos quemados y sitio control del bosque templado andino de Chile
entre 2016 y 2018.
15
2.4 Cobertura dosel intermedio Proporción de cielo cubierto por el dosel
(Int_dosel) intermedio (entre 3 a 5 m de altura), estimada
desde el centro de la parcela
2.5 Cobertura dosel superior Proporción de cielo cubierto por el dosel superior
(Sup_dosel) (> 5 m de altura) estimado desde el centro de la
parcela
2.6 Promedio diámetro altura del Árboles medidos con un DAP ≥ 12,5 cm
a
pecho (DAP)
2.7 Densidad de árboles vivos Densidad por ha de todos los árboles vivos con
(arbvivos_Ha) a
DAP ≥ 12,5 cm
2.8 Densidad de árboles muertos Densidad por ha de árboles muertos en pie con
en pie (arbmuertos_Ha)a DAP ≥ 12,5 cm
2.9 Volumen detrito leñoso grueso Cálculo basado en la longitud y diámetro de cada
(dlg_vol)a segmento con un diámetro ≥ 7,5 cm cruzando el
transecto de 11,2 m de longitud y/o árboles
muertos en pie ≤ 1,3 m de altura (orientado N-S)
Análisis de datos
Detectabilidad y densidad de aves
16
2004; Royle et al., 2004; Ibarra et al., 2014; Ibarra y Martin, 2015b). Para modelar la
función de detectabilidad se usó el método de muestreo de distancia de múltiples
covariables (MCDS; multiple covariate distance sampling) donde la distancia del
observador (y), junto con una o más covariables representadas por el vector z
determinan la probabilidad de detección en p (y, z; Marques et al., 2007).
Usando MCDS, se analizaron los puntos de conteo de aves utilizando modelos mixtos
multinomiales de Poisson (Royle et al., 2004). Para estimar la detección (p) y la
densidad (D) para cada especie en cada punto, se utilizaron métodos de máxima
verosimilitud (i.e. maximum likelihood) en el programa R-Unmarked (Fiske y
Chandler, 2011; Chandler, 2014) en (R Studio Team, 2015). Utilizando el Criterio de
Información de Akaike (AIC) (Burnham y Anderson, 2002; Marques et al., 2007), se
identificó que la función de detección más adecuada para cada especie era half-
normal (Royle et al., 2004; Marques et al., 2007).
17
Gremios de aves
Cada especie de ave fue clasificada en gremios de uso de hábitat, nidificación,
alimentación, sustrato alimenticio y estatus migratorio (Tabla 2). Los gremios
seleccionados se relacionaron con el uso de los recursos relevantes para la función
del ecosistema (i.e. cantidad, tipo y temporalidad del recurso utilizado, y las
estrategias para obtener recursos por cada especie; Tabla 2 y 3). Algunos de estos,
tales como el gremio de uso de hábitat, alimenticio y estatus migratorio se han
asociado con la vulnerabilidad de las especies de aves a la alteración del hábitat en
los bosques templados (Díaz et al., 2005; Cofré et al., 2007).
(Pygochelidon
cyanoleuca)
(Enicognathus
ferrugineus)
(Sephanoides
sephaniodes)
Chirihue SU NNC G T M
(Sicalis luteola)
(Colaptes pitius)
(Campephilus
magellanicus)
(Aphrastura
spinicauda)
Colilarga UU NNC I F R
(Sylviorthorhynchus
18
desmursii)
(Pygarrhichas
albogularis)
(Pteroptochos tarnii)
(Scelorchilus
rubecola)
(Scytalopus
magellanicus)
(Elaenia albiceps)
Chincol UA NNC G T M
(Zonotrichia
capensis)
(Xolmis pyrope)
(Tachycineta
meyeni)
Chercán UA NCS I F M
(Troglodytes aedon)
(Turdus falcklandii)
(Phrygilus
patagonicus)
(Carduelis barbata)
a Basado en el uso primario de la estructura del bosque para nidificar y/o alimentarse. UA = uso de
arbusto, GPV =generalista del perfil vertical, AGD = usuario de árboles grandes del dosel, UU = usuario
de sotobosque (Díaz et al., 2005).
b Especies consideradas como nidificadoras de cavidades son las que dependen de cavidades en
árboles en más del 10% de sus nidos (Altamirano et al., 2017). NNC = no nidificador de cavidades, NCP
= nidificador de cavidad primario (i.e. aves que crean sus propias cavidades), NCS= nidificador de
cavidad secundario (i.e. aves que no realizan cavidades y utilizan una ya existente).
19
cI = insectívoro, G = granívoro, N = nectarívoro, F = frugívoro, H = herbívoro (Jaksic y Feinsinger, 1991).
Gremio de alimentación secundario entre paréntesis. Sólo se consideró el gremio de alimentación
primario para el análisis.
dT = suelo, A = aire, F = follaje, M = madera (Jaksic y Feisinger, 1991). Sustrato alimenticio secundario
entre paréntesis. Sólo el sustrato alimenticio primario se usó para el análisis.
e M = migratorio (i.e. toda la población abandona el área en invierno), P = migrante parcial (i.e. una
fracción de la población abandona el área en invierno), R = residente (i.e. toda la población permanece
en el área durante todo el año) (Jaksic y Feisinger, 1991).
20
RESULTADOS
Composición de la comunidad
En total se registraron 35 especies de aves. Estas aves estuvieron distribuidas en
nueve órdenes y 19 familias. Los Passeriformes representaron la mayoría de las aves
registradas (71.4%; n=25). Furnariidae y Tyrannidae fueron las familias más
representadas; la primera con siete especies y la segunda con cinco. Emberizidae
siguió a estas familias con cuatro especies, y Rhinocryptidae y Picidae con tres
especies.
Tabla 3. Medidas de los atributos del hábitat para zonas quemadas del bosque
templado andino del sur de Chile. Se muestra el promedio de los valores obtenidos
y los valores de desviación estándar (n=40 parcelas para cada tratamiento).
21
Densidad Densidad DAP (cm) Volumen Cobertura
árboles árboles detrito sotobosque
vivos muertos leñoso (%)
Tratamiento (N°/Ha) (N°/Ha) grueso (m3)
Control 417,6 ± 10,2 ± 20,6 37,3 ± 13,7 1,2 ± 1,8 39,0 ± 28,4
218,6
214,5 ±
Quemado 144,2 148,5 ± 43,5 ± 24,6 0,3 ± 0,4 64,1 ± 23,6
2002 105,3
Quemado 43,2 ± 90
2002 - 2015 43,2 ± 90 10,4 ± 14,4 0,1 ± 0,4 46,3 ± 27,9
22
Tabla 4. Especies y covariables(a) utilizadas para estimar la detectabilidad (p) y la densidad (D) de aves en el bosque templado andino
de Chile, de acuerdo con la selección de modelos basados en el Criterio de información de Akaike (AIC). Se muestra la estimación de
los parámetros y los valores entre paréntesis () indican el error estándar. Los signos positivo (+) y negativo (-) indican la dirección de la
relación.
Temporada Hora Fecha Ruido Temp Hum Viento Nub Play DAP Arbvivos_Ha Arbmuertos_Ha Dlg_vol Sotobosq_gral
Sephanoides 0.013
sephaniodes (0.006)
Campephilus 0.043
magellanicus (0.015)
Pygarrhichas 0.018
albogularis (0.008)
0.028
Pteroptochos tarnii
(0.009)
23
Scelorchilus 0.023
rubecula (0.007)
Scytalopus 0.017
magellanicus (0.005)
Xolmis pyrope
0.609 0.017
Tachycineta meyeni
(0.218) (0.007)
Phrygilus 0.002
patagonicus (0.0006)
24
Respuesta de la riqueza de gremios a los tratamientos quemados
Figura 3. Valores predichos por GLMM para la riqueza de especies en los cuatro
sitios de muestreo: control (Verde), tratamiento “quemado 2002” (Amarillo),
tratamiento “quemado 2015” (Café) y tratamiento “quemado 2002-2015” (Rojo).
Letras diferentes indican diferencias significativas (p < 0,05).
25
Figura 4. Valores predichos por GLMM para la densidad de especies en los
cuatro sitios de muestreo: control (Verde), tratamiento “quemado 2002” (Amarillo),
tratamiento “quemado 2015” (Café) y tratamiento “quemado 2002-2015” (Rojo).
Letras diferentes indican diferencias significativas (p < 0,05).
La mayor densidad de aves que usan arbustos (UA; Fig. 5A) se registró en el
tratamiento “quemado 2002-2015” (11,2 veces mayor densidad que el sitio control).
La mayor densidad de aves generalistas del perfil vertical (GPV; Fig. 5B) se observó
en el tratamiento “quemado 2015” (7.5 veces mayor densidad que el sitio control y el
tratamiento “quemado 2002-2015”). La mayor densidad de aves que usan árboles
grandes del dosel (AGD; Fig. 5C) se registró en el tratamiento “quemado 2015” (10.75
veces mayor densidad en el tratamiento “quemado 2002-2015”, este último obtuvo la
menor densidad entre todos los tratamientos). La menor densidad de aves que
utilizan el sotobosque (US; Fig. 5D) se registró en el tratamiento “quemado 2002-
2015” (dos veces menor densidad que el sitio control).
26
Figura 5. Valores predichos por GLMM para la densidad de especies del gremio
de uso de hábitat en los cuatro sitios de muestreo: control (Verde), tratamiento
“quemado 2002” (Amarillo), tratamiento “quemado 2015” (Café) y tratamiento
“quemado 2002-2015” (Rojo). Letras diferentes indican diferencias significativas (p <
0,05).
Gremio nidificación
La menor densidad de aves que no nidifican en cavidades (NNC; Fig. 6A) se registró
en el sitio control. El tratamiento con mayor densidad fue “quemado 2002-2015” (9.6
veces mayor densidad que el sitio control). La mayor densidad de aves que nidifican
en cavidades primarias (NCP; Fig. 6B) se observó en el sitio control. La menor
densidad fue tratamiento “quemado 2002-2015” (2.3 veces menor densidad que el
sitio control). La mayor densidad de aves que nidifican en cavidades secundarias
(NCS; Fig. 6C) se registró en el tratamiento “quemado 2015” (8.8 veces mayor
densidad que el sitio control). La menor densidad fue el tratamiento “quemado 2002-
2015”.
27
Figura 6. Valores predichos por GLMM para la densidad de especies del gremio
de nidificación en los cuatro sitios de muestreo: control (Verde), tratamiento
“quemado 2002” (Amarillo), tratamiento “quemado 2015” (Café) y tratamiento
“quemado 2002-2015” (Rojo). Letras diferentes indican diferencias significativas (p <
0,05).
Gremio alimenticio
La mayor densidad de aves que se alimentan de insectos (I; Fig. 7A) se registró en
el sitio control (6 veces mayor densidad que el tratamiento “2002-2015”). La mayor
densidad de aves que se alimentan de granos (G; Fig. 7B) se registró en el
tratamiento “quemado 2002-2015” (11.67 veces mayor densidad que el sitio control).
La mayor densidad de aves que se alimentan de néctar (N; Fig. 7C) se registró en el
tratamiento “quemado 2002” (1.2 veces mayor densidad que el sitio control). La
mayor densidad de aves que se alimentan de frutas (F; Fig. 7D) se registró en el
tratamiento “quemado 2002” (1.9 veces mayor densidad que el sitio control y en el
tratamiento “quemado 2002-2015” se observó 1.2 veces menos densidad que el sitio
control). La mayor densidad de aves que se alimentan de hierbas (H) se observó en
el sitio control (3.7 veces mayor densidad que el tratamiento “quemado 2002-2015”).
28
Figura 7. Valores predichos por GLMM para la densidad de especies del gremio
alimenticio en los cuatro sitios de muestreo: control (Verde), tratamiento
“quemado 2002” (Amarillo), tratamiento “quemado 2015” (Café) y tratamiento
“quemado 2002-2015” (Rojo). Letras diferentes indican diferencias significativas (p <
0,05).
La mayor densidad de aves que utilizan el suelo (T; Fig. 8A) como sustrato alimenticio
se registró en el tratamiento “quemado 2002-2015” (10.5 veces mayor densidad que
el sitio control). La mayor densidad de aves que utilizan el aire (A; Fig. 8B) como
sustrato alimenticio se observó en el tratamiento “quemado 2015” (0.3 veces mayor
densidad que el sitio control) y la menor densidad se registró en el tratamiento
“quemado 2002-2015” (3.85 veces menos densidad que en el sitio control). La mayor
densidad de aves que utilizan el follaje (F; Fig. 8C) como sustrato alimenticio se
registró en el tratamiento “quemado 2002” (9.7 veces mayor densidad que el sitio
control). La mayor densidad de aves que utilizan el sustrato leñoso (M; Fig. 8D) como
sustrato alimenticio, se observó en el sitio control (4.1 veces mayor densidad que el
tratamiento “quemado 2002-2015”). El tratamiento “quemado 2002-2015” fue el sitio
que registró menor densidad.
29
Figura 8. Valores predichos por GLMM para la densidad de especies del gremio
de uso de sustrato alimenticio en los cuatro sitios de muestreo: control (Verde),
tratamiento “quemado 2002” (Amarillo), tratamiento “quemado 2015” (Café) y
tratamiento “quemado 2002-2015” (Rojo). Letras diferentes indican diferencias
significativas (p < 0,05).
Estatus migratorio
30
Figura 9. Valores predichos por GLMM para la densidad de especies del estatus
migratorio en los cuatro sitios de muestreo: control (Verde), tratamiento
“quemado 2002” (Amarillo), tratamiento “quemado 2015” (Café) y tratamiento
“quemado 2002-2015” (Rojo). Letras diferentes indican diferencias significativas (p <
0,05).
31
DISCUSIÓN
32
al., 2013). Peres et al., (2003) describen que un bosque quemado dos o tres veces
en la amazonia, puede albergar sólo una fracción de su fauna vertebrada original, al
tiempo que crea nuevas oportunidades para especies invasoras, las que han estado
expandiendo sus distribuciones durante las últimas tres décadas. Por lo tanto, los
incendios recurrentes deben evitarse debido a que la gravedad de un segundo
incendio será significativamente mayor (Cochrane et al., 1999; Cochrane y Schulze,
1999; Nepstad et al., 1999).
33
la simplificación de la composición y estructura de la vegetación por efectos recientes
del fuego.
34
(2015), los cuales observaron en un bosque mixto de hoja ancha y coníferas en el
sudoeste de Oregón, que despues de un incendio las comunidades de aves se vieron
beneficiadas por la reducción de la cobertura arbórea y un aumento del volumen de
arbustos, incluso nueve años después de un incendio. En bosques perturbados de
A. araucana-N. pumilio se ha observado una mayor riqueza de especies usuarias de
arbustos, como Cardulis barbatus y Troglodytes aedon. Se conoce ampliamente que
estas especies usan áreas abiertas recientemente, lo que explica su mayor
abundancia en áreas recientemente quemadas (Ibarra et al., 2017).
Las aves que utilizan árboles grandes del dosel y las generalistas del perfil vertical
presentaron una mayor densidad en los tratamientos “quemados 2002 y 2015”,
probablemente debido al cambio en la estructura vegetacional que puede generar
nuevas oportunidades de alimentación y anidación para las especies de aves que
utilizan estos hábitats (Kotliar et al., 2002; Morissette et al., 2002). Las aves como E.
ferrugineus, C. magellanicus y V. lignarius utilizan árboles grandes del dosel, ya que
dependen de cavidades grandes en árboles descompuestos para anidar (Altamirano,
2014; Altamirano et al., 2017). La baja densidad de aves que utilizan árboles grandes
del dosel y las generalistas del perfil vertical podría deberse a que el tratamiento
“quemado 2002-2015” presentó una baja densidad de árboles vivos y muertos en pie,
esenciales para el desarrollo de estas especies (Perfetti-Bolaño et al., 2013). Ibarra
et al., (2017) observaron que la abundancia relativa de E. ferrugineus, un gran usuario
de árboles grandes disminuyó significativamente en bosques mayormente
perturbados en zona templada andina. Además, no registraron usuarios de
sotobosque, como S. rubecula.
35
especies especialistas de hábitat, se espera que se vean mayormente perjudicados
por procesos estocásticos que perturben su hábitat (Devictor et al., 2010; Areta y
Cockle, 2012, Ibarra y Martin, 2015; Ibarra et al., 2017). Por otro lado, las aves que
utilizan el sotobosque pueden resultar beneficiadas luego de tres a cinco años desde
producida la quema, principalmente debido al mayor desarrollo del sotobosque
(Venegas et al., 2009).
Un solo evento de fuego puede generar áreas con altas densidades de árboles
muertos en pie, un dosel abierto y una cubierta de arbustos que proporcionan un
importante hábitat de anidación para las aves que no nidifican en cavidades y también
para las aves nidificadoras de cavidades secundarias (Hutto, 1995; Kotliar et al.,
2002; Saab et al., 2009; Latif et al., 2016). Las aves nidificadoras de cavidades
secundarias muestran una fuerte preferencia por los árboles grandes muertos en pie
para anidar (Altamirano et al., 2017). El bajo número de árboles muertos en pie
presentes en el tratamiento quemado dos veces (2002-2015) puede explicar la menor
densidad de las aves nidificadoras de cavidades, al no haber un sustrato adecuado
para la nidificación. Por el contrario, los tratamientos “quemados 2002 y 2015”
contaban con un gran número de árboles muertos en pie. Estudios realizados en el
PN Tolhuaca, posterior al incendio del año 2002, muestran el rol fundamental de los
árboles muertos en pie y árboles sobrevivientes de A. Araucana y Nothofagus (y otras
especies arbustivas) como fuente de propágulos y protección para el establecimiento
de las especies que reconstruirán la comunidad forestal (González y Veblen, 2007).
Las aves nidificadoras de cavidades primarias presentaron una notoria mayor
densidad en el sitio control que en los tratamientos quemados, esto es similar a lo
encontrado por Venegas et al., (2009) donde observaron que las áreas más dañadas
por el incendio no fueron utilizadas por carpinteros, lo que puede deberse a un
desfase en los años de colonización de estas áreas o a una sensibilidad intrínseca
de estas especies a los incendios.
Muchas especies de aves insectívoras de bosques primarios evitan las áreas abiertas
(Canaday, 1996; Develey y Stouffer, 2001; Sekercioglu et al., 2002; Barlow y Peres,
2011). Kreisel y Stein (1999) registraron una disminución de la cantidad de
escarabajos debajo de la corteza y la declinación de la abundancia de cuatro
especies de carpinteros después de un incendio en un bosque de coníferas, mientras
que Barlow et al., (2002) reportaron en el Amazonas que los insectívoros eran
significativamente menos abundantes en el bosque quemado al igual que las aves
insectívoras usuarias de la corteza. Por otro lado, Perfetti-Bolaño et al., (2013)
36
registraron que las aves insectívoras fueron dominantes en la zona no alterada, al
igual que los resultados obtenidos en este estudio en el sitio control. Ya que estas
aves se alimentan primariamente sobre el follaje, ramas y troncos en pie,
desapareciendo o reduciéndose drásticamente en los sitios que quedaron
prácticamente sin árboles y arbustos debido a estas perturbaciones (Milesi et al.,
2002; Grigera y Pavic 2007; Sosa et al., 2010).
La mayor densidad de aves granívoras y aves que usan el suelo como sustrato
alimenticio en las áreas quemadas se podría atribuir a un mayor acceso a las semillas
y que estas aves comen en el suelo. El fuego consume la densa capa de vegetación
previa del suelo (hierbas, arbustos y árboles), provocando una mayor disponibilidad
de algunos recursos alimentarios (granos, semillas y herbáceas) en este sustrato
(Milesi et al., 2002; Grigera y Pavic, 2007; Sosa et al., 2010; Mesta et al., 2011).
Perfetti-Bolaño et al., (2013) evaluaron un bosque quemado (nueve meses post-
fuego) en la zona centro-sur de Chile. El resultado fue una rápida recuperación de la
cubierta vegetacional (graminosa-herbácea y arbustal). Esto provocó que se
observara una mayor abundancia de especies granívoras que prefieren campos
abiertos para alimentarse como Z. capensis, C. califórnica y C. barbata. Mismas
especies observadas en los sitios recientemente quemados de este estudio. Marone
(1990), en un estudio realizado en Mendoza (Argentina), encontró una asociación
positiva entre las aves que comen en el suelo y la disminución de la cubierta herbácea
posterior a un incendio, los granívoros terrestres comenzaron a alimentarse de las
hierbas que colonizaron posterior al fuego. Por otra parte, Sosa et al., (2010),
demostraron que la abundancia de granívoros de suelo aumenta generalmente en
áreas modificadas. Además, Smucker et al., (2005) observaron que especies como
Carpodacus cassinii y Carduelis pinus presentaron más del doble de su abundancia
un año después del incendio que a los dos años, lo que sugiere que algunas especies
pueden responder a los incrementos a corto plazo en la disponibilidad de semillas
después del incendio forestal. Sin embargo, Venegas et al., (2009) observaron la falta
de un efecto positivo claro del área quemada sobre las especies granívoras, debido
a que un año después del incendio, la oferta de semillas al parecer no fue muy alta.
Por otro lado, Barlow et al., (2002) y Perfetti-Bolaño et al., (2013) observaron que las
aves nectarívoras (picaflores) fueron más abundantes en un bosque quemado una
vez, que en un bosque no quemado en la amazonia y la zona centro-sur de Chile,
respectivamente. Mismo resultado obtenido en el tratamiento “quemado 2002”, lo que
se podría explicar, debido a la recolonización de la vegetación a través de los años,
37
se restauró en algo el hábitat perdido, conformado un sotobosque que permite una
mayor oferta alimentaria de flores, debido a que los árboles que sobreviven al fuego
son muy productivos en flores (Muñoz-Pedreros et al., 1996; Grigera y Pavic, 2007;
Venegas et al., 2009). Los picaflores presentaron una menor densidad en el
tratamiento “quemado 2015” y las aves frugívoras presentaron una menor densidad
en el tratamiento “quemado 2002-2015”. Barlow y Peres (2011) mencionan que la
disminución de especies de colibríes y aves frugívoras (Pipra spp.) en bosques
quemados dos veces, probablemente habría sido por la escasez de alimentos,
debido a que los incendios recurrentes o recientes reducen drásticamente el número
de tallos de floración y fructificación.
Las ventajas de los ambientes quemados para las actividades de alimentación de las
aves que se alimentan en el aire, como Xolmis pyrope están ampliamente
documentadas (Lawrence, 1966; Marone, 1990; Hutto, 1995; Kullberg, 1995). Según
Grigera y Pavic (2007) la respuesta positiva a la perturbación reciente por parte de
las aves que se alimentan en el aire, se debería a un aumento de los recursos tróficos
y a cambios estructurales de la vegetación que favorecen su obtención, explicando
la mayor densidad observada para el tratamiento “quemado 2015”. Para las aves que
utilizan el follaje como sustrato alimenticio, nuestros resultados son diferentes a los
mencionados por Dieni y Anderson (1999) y Grigera y Pavic (2007), los cuales
mencionan que la ausencia o la disminución de la densidad de las aves usuarias del
follaje en el sitio quemado post-incendio sería atribuido a la reducción de la cobertura
horizontal y vertical de este sustrato. Una posible explicación para el aumento de la
densidad en todos los sitios evaluados, son las especies registradas en cada estudio
como Elaenia albiceps, la cual es una especie usuaria del follaje que puede influir en
este resultado, debido a que la densidad de esta especie fue muy baja en el área
quemada de Grigera y Pavic (2007). Al contrario de los resultados de este estudio,
en que E. albiceps registró un mayor número en los tratamientos quemados.
Las aves que utilizan la madera como sustrato alimenticio, presentaron los mismos
resultados que las aves nidificadoras de cavidades primarias, observando que el sitio
control mostró la mayor densidad de aves. La rápida disminución de las aves
nidificadoras de cavidades primarias en sitios de bosques perturbados, como C.
magellanicus y V. lignarius, probablemente afectará las tasas de producción de
cavidades (Altamirano, 2014; Ibarra y Martin, 2015). Como resultado, la densidad de
las aves nidificadoras de cavidades secundarias (e.g. A. spinicauda y T. Meyeni) que
dependen de las cavidades proporcionadas por estas dos especies nidificadoras de
38
cavidades primarias y por los procesos de descomposición de los árboles también
podría disminuir (Beaudoin y Ojeda, 2011; Díaz y Kitzberger, 2013; Altamirano, 2014;
Ibarra y Martin, 2015b). Johnson y Wauer (1996) registraron que la abundancia de
pájaros carpinteros (mayores usuarios de madera) aumentó en puntos no quemados,
y formularon la hipótesis de que esto se debió a un aumento de la migración en las
poblaciones de pájaros carpinteros de áreas quemadas a un área de estudio no
perturbada. Esta hipótesis podría explicar el mayor número de carpinteros
observados en el sitio control de este estudio. Smucker et al., (2005) sugieren que la
respuesta de una especie al fuego depende de la cantidad de años desde el incendio.
Por ejemplo, un excavador como Colaptes auratus no mostró evidencia de una
respuesta al fuego hasta el tercer año después del incendio, por lo que, si hubieran
analizado solo los primeros dos años de los datos posteriores al incendio, habrían
perdido esta respuesta positiva.
Los movimientos de un área a otra podrían ser temporales para algunas aves, las
cuales se alejan del área perturbada, con un posterior retorno. En general, se ha
sugerido que las aves migratorias son más resilientes que las aves residentes a
perturbaciones como la fragmentación del hábitat o los incendios (Greenberg, 1992;
Robbins et al., 1992). En los bosques templados de América del Sur, casi la mitad de
las especies de aves son parcialmente migrantes (i.e. una parte de la población
realiza migraciones latitudinales; 31%) o totalmente migrantes (i.e. la población total
realiza migraciones latitudinales; 17%; Cofre et al., 2007; Ibarra et al., 2017). Petit et
al., (1993) encontró que los hábitats tropicales perturbados tienden a contener más
especies migratorias especialistas de bosques que los bosques tropicales no
perturbados, mismo resultado obtenido en este estudio donde se observó un mayor
número de especies de aves migrantes en los tratamientos más perturbados.
Sugiriendo que los bosques quemados proporcionan un hábitat importante para
especies de aves migrantes debido a la posible disponibilidad de nuevos recursos
(Smucker et al., 2005).
Es probable que los incendios forestales a nivel mundial se repitan a una escala
espacial mucho más grande y con mayor frecuencia, expandiendo
considerablemente sus fronteras a bosques previamente no quemados (Peres et al.,
2003). La dinámica de perturbación por el fuego se convertirá en un agente decisivo
para futuros manejos en la conservación de los ecosistemas de bosques.
Demandando voluntad política de los gobiernos nacionales y locales para evitar,
minimizar o remediar las amenazas que representan los incendios forestales (Peres
39
et al., 2003). En Chile aún falta una política acorde para el manejo de los incendios
forestales y su efecto en las distintas comunidades de especies. Debido a que la
política nacional para la protección de especies amenazadas manifiesta la voluntad
del país por garantizar una protección efectiva de dichas especies (e.g. A. Araucana)
con el objetivo de mejorar el estado de conservación de la biota nativa amenazada.
Sin embargo, esta política no reconoce la importancia de efectuar acciones de
restauración en los ecosistemas degradados o perturbados para lograr la protección
y conservación de las especies que los componen, aludiendo a especies individuales,
sin abordar la problemática desde una perspectiva ecosistémica ni presentar
acciones concretas, haciendo alusión sólo a la importancia de realizar inventarios y
fiscalizaciones dirigidas a especies amenazadas (Fernández et al., 2010). La
posibilidad de que los incendios forestales beneficien a especies y gremios de aves
también debe considerarse entre los objetivos al diseñar el manejo posterior al
incendio. Las acciones de manejo post-incendio que alteran la sucesión natural (e.g.
plantación de árboles y control de arbustos) pueden no ser necesarias y/o suficientes
para lograr los objetivos propuestos (Shatford et al., 2007; Halofsky et al., 2011;
Stephens et al., 2015). Además, los eventos de fuego son una herramienta valiosa,
para el manejo forestal a escala del paisaje para la resiliencia a largo plazo. Crear y
mantener la heterogeneidad del hábitat después de un incendio es un desafío para
las actuales políticas forestales en el mundo (White et al., 2016).
40
Efectos de los incendios forestales sobre los gremios de aves del bosque
templado andino del sur de Chile
1 Laboratorio
de Vida Silvestre Fauna Australis, Departamento de Ecosistemas y
Medioambiente, Facultad de Agronomía e Ingeniería Forestal, Pontificia Universidad
Católica de Chile.
RESUMEN
Los eventos de perturbación, tales como los incendios, modifican la composición y
estructura de los ecosistemas de bosque. Estudiamos la diversidad de los gremios
de aves que habitan bosques de Nothofagus y Araucaria araucana en los bosques
templados andinos del sur de Chile, en tres sitios afectados por incendios forestales
con distintas historias de fuego (intervalo de tiempo y frecuencia de un evento)
durante 2016-2018. Establecimos 40 puntos de conteo y 40 parcelas de vegetación
para determinar la riqueza y densidad de aves, junto con los atributos vegetacionales
en cada sitio. En total 35 especies de aves fueron registradas al muestrear sitios
control, quemados dieciséis y dos años después de la perturbación de un incendio,
observamos que al pasar el tiempo la comunidad de aves se volvió más similar al
sitio control sin quemar. Los gremios de uso de hábitat, alimenticio y nidificación
difirieron mayormente en sus respuestas al aumento de la frecuencia y el tiempo
transcurrido desde el incendio; la mayoría de los gremios de aves disminuyeron ante
el efecto del fuego, aunque los granívoros, generalistas de arbustos, aves no
nidificadoras de cavidades y aves migrantes mostraron respuestas positivas. Estas
respuestas se relacionaron fuertemente con los cambios asociados en la estructura
del hábitat post-fuego, apoyando las hipótesis testeadas de perturbación intermedia
y estructura vertical vegetacional. La posibilidad de que los incendios forestales
beneficien a algunas especies y gremios de aves específicos debe considerarse
entre los objetivos al diseñar el manejo post-incendio de la biodiversidad de los
bosques templados.
41
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56
ANEXO
ferrugineus
sephaniodes
magellanicus gigante
desmursii
albogularis grande
magellanicus
parvirostris
chilena
patagónico
57
Spinus barbata Jilguero SPIBAR X X X X
acanelado
polyosoma común
aegithaloides
58
Anexo 2. Valores promedio de densidad por hectárea para los distintos gremios de
aves, estimados según el resultado de los análisis del GLMM. Los valores presentes
muestran significancia en la estimación de los parámetros [PE] y entre paréntesis ()
se indica el error estándar con estimaciones de sus intervalos de confianza al 95%.
+ y - indican la dirección con relación al promedio de densidad del sitio control.
Sitios de muestreo
Uso de hábitat
Usuarias de Arbustos 2,8 (0,05) 0,24 (0,06) 0,23 (0,06) 0,53 (0,05)
vertical
dosel
sotobosque
Nidificación
cavidades
cavidades primario
cavidades secundario
Alimenticio
59
Nectarívoro 0,47 (0,08) 0,56 (0,09)
Sustrato alimenticio
Estatus migratorio
60
61