Está en la página 1de 4

A F U E R A S

O S
UN TALLER DE ESCRITURA

PARA MIRAR A LOS

A D E N T R O S

@femme.sapiens
A F U E R A S

FUERA DEL DISCURSO PATRIARCAL


FUERA DE LA LITERATURA "SERIA"
FUERA DE LOS PREMIOS
FUERA DE LO UNIVERSAL
FUERA DE LO QUE ES BUENO
FUERA DE LO QUE SE ESPERA

A D E N T R O S

DENTRO DE LO QUE QUEREMOS


DENTRO DE LO QUE VIVIMOS
DENTRO DE LO QUE CALLAMOS
DENTRO DE LO QUE GRITAMOS
DENTRO DE NUESTRO CUERPO
DENTRO DE NUESTRA TRIBU
Í N D I C E

ESCRITORAS BRUJAS

MATAR AL ÁNGEL DE LA CASA LAS LOCAS


Virginia Woolf, Profesiones para mujeres Charlotte Brontë, Jane Eyre

MANDAMIENTOS DE LA ESCRITORA LAS BRUJAS


Louisa May Alcott, Mujercitas Laura Esquivel, Malinche

NO ESCRIBIR MIS MONSTRUOS


Camila Sosa Villada, El viaje inútil Mary Shelley, Frankenstein

CUERPOS TRIBU

EL ESPEJO LAS RAÍCES


Nawal El Saadawi, Las lágrimas Marcela Serrano, Diez mujeres
de Hamida
LAS VIEJAS
LA BELLEZA Esther Tusquets, Dos viejas amigas
Toni Morrison, Ojos azules
EL AMOR
EL PLACER Chimamanda Ngozi Adichi,
Clarice Lispector, Ruido de pasos Americanah
P R Ó L O G O

Bienvenida a este taller que es, aunque parezca oxímoron, un viaje y también una mirada
hacia dentro. Es muy importante que sepas que esto es un taller de escritoras. Si estás aquí,
llámate por lo que eres. Venga, dilo en alto: "Soy escritora". Porque parece que nos cuesta
ponernos a nosotras mismas la etiqueta: ¿qué somos si estamos escribiendo? Somos
escritoras. Es que además es importante nombrarnos como tales, porque ya se han encargado
durante años de robarnos este título. Si quieres saber a qué me refiero con este hurto, puedes
acercarte al libro de Joanna Russ Cómo acabar con la escritura de las mujeres.

En él nos explica cómo siempre hemos estado en el lugar que ha dado nombre a este taller:
las afueras. Parece que aquello que escribía una mujer nunca era suficiente por A o por B:
siempre había algo que cuestionar. Para empezar, siempre estaba la crítica feroz: no era
suficientemente bueno. Pero, ¡ay!, si lo era, si aquello que una mujer había escrito era
considerado por los hombres suficientemente bueno, entonces había otros flancos por los
que atacar. ¿Lo había escrito realmente ella? ¿Tal vez la había ayudado su marido o su padre?
Y cuando la autoría independiente se confirmaba había más que cuestionar: vale, es bueno,
vale, lo ha escrito ella. Pero mira: es literatura juvenil, o literatura fantástica. O
directamente: es una puta.

Y así, excusa tras excusa, nos iban quitando el título. Así que mira, chica: tatúatelo si hace
falta. Si escribes, eres escritora. ¿Mejor? ¿Peor? ¿Publicada? ¿Con los manuscritos en un cajón?
¿Premiada? ¿Pasada por alto? Ese es otro tema. Hasta las creadoras de bestsellers son
criticadas precisamente por serlo. Aquí lo importante es sentarse, imaginar y empezar a
teclear o a hacer bailar el boli sobre el papel. Tachar, releer, corregir, reescribir. En fin:
disfrutar de esto que tanto te gusta hacer. Al fin y al cabo, si lo de poner una palabra detrás
de otra no te llevara a otros mundos, no te hiciera despegar los pies del suelo o, qué sé yo, no
te diera una pizca de curiosidad, no estarías aquí conmigo.

He elegido los temas que aún a día de hoy nos pinchan o nos acarician, para tratarlos a través
de los textos de las que ya los vivieron. Leer a las escritoras para luego escribir nosotras.
Todos los ejercicios que te propongo son literarios. Nada de ensayo. Ahora bien, te doy casi
siempre a elegir entre la realidad y la ficción, o, quién sabe, una mezcla de ambas. Porque
este taller ha sido pensado para mirarse hacia dentro y descargar.

Bienvenida a las afueras.

También podría gustarte