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ffiilATERIAT.

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IIIfrI.HCTIGO

TIEITRI T,EfEBVRE
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HENRI LEFEBVRE

EL MATERIALISMO
DIALECT¡CO

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EDITORIAL LA PLEY,ADE
BUENOS AIRES
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"IsÍsÍs
Título del original francés
LE MATERIALISME DIALECTIQUE PRÓLOGO A LA QUINTA
Traducción de EDICIÓN FRANCESA
RUBEN A. N. LAPORTE

fr ,11 ,..

ttJ /)

Queda hecho el depósíto que previene la ley 1L.723


@ bv EDITORIAL LA PLEYADE - Sarandi 748 - Buenos Aires
il Impreso en Ia Atgentina - P¡inted in Argentina
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Páé.
Prólogo a la quinta edición francesa 7

Crpírur,o PRTMERo
La contradicción dialéctica ,. T9

Crítica de la diléctica hegeliana . . . 47


El materialismo. histó¡ico 62
El materialsmo dialéctico 84
Unidad de la doctrina 108

CepÍrur"o srctrNDo
La producción de| hombre r25
Análisis del producto . . . 131
' Las actividades de integración . . 137
Sector dominado y sector no dorninado .. .. .. 146
El determinismo flsico 155
" El determinismo social 160

. El hombre total . 163


Hacia el contenido total . t84

189
"La vida del Espíritu no es la vida,
que se espanta delante de la muerte y
se precave pura de la devastación: es la
que Ia soporta y se mantiene".
HEGEL
Fenomenolo¿ía del Espititu

Este pequeño libro representa un episodio en la


('ncarnizada lucha desarrollada en el interior del mar-
xismo (y fuera del marxismo) entre los dogmáticos
.y los críticos del dogmatismo. Esta lucha no ha ter-
rninado. Continúa ásperamente. El dogmatismo e$
l'uerte; dispone de la fuerza,la del poder, la del Es-
lado y sus instituciones. Adernás, tiene sus ventajas:
cs simple, se enseña fácilmente; elude los problemas
complejos, y tal es por cierto su sentido y finalidad;
da a sus partidarios un sentimiento de afirmación vi-
Ílorosa y de seguridad a la vez.
Cuando se escribió este libro, hace veinticinco años,
el rnarxisrno oficial "institucional" se inclinaba ya ha-
cia una filosofía sistemática de la naturaleza. En nom-
bre de las ciencias "positivas',, y especialmente de la
física, se tendía a considerar a la filosofía como un
r-l , rrr¡rino opuesto: acentuado desdén por Hegel y el
lr, 1,r liirrrismo, rechazo de las obras de juventud de
cuadro para reunir los resultados de esas ciencias v Nl¡rr x t:onsideradas como contaminadas
para obtener una irnagen definitiva del mundo. En de idealismo
los medios dirigentes, bajo el impulso de Stalin y de
\'rnl(:riores a la constitución del materialismo dialéc-
l¡r,. ¡1¡pfsra entre Marx y sus predecesores, entre los
Zd,anov, se quería así fusionar la iilosofía con las
cias naturares, "fundando" el método dialéctico sobre
cien- ''., r r1()s considerados filosóficos y los considerados
, ¡, rrlíl'icos en el interior de ia obra de Marx, fetichiza-
la dialéctica en la naturaleza. , ¡,,¡¡ 1is los textos de Stalin y en especial del excesiva-
¿Por qué esta sistematizacién? Comenzamos hov a rrrlrrlc celebrado capítulo teórico contenido en la F/is-
ver mejor y a saber mejor lo que sucedió. t,,ti:t cl,el Partido Comunista de la URSS, etc.
no todo esté todavía claro. ".rr, "o^rido
1) Reinaba una gran desconfianza (qtre no ha des_ .l) Se llegaba a una simplificación del marxismo
aoarecido) con respecto de las obras juveniles de 1' ,lcl materialisrnoo reducidos al reconocimiento del
¡rrrrnclo práctico y material "tal como es" sin agrega-
Marx. Las autoridades ideológicas del movimiento rlr,:r ni interpretación. La metodología también retro-
obrero marxista y cornunista presentían _no sin ra-
, t,lírr. A pesar de los textos "clásicos" precisos de
z6n- que la lectura de esas obras recién publicadas, lM;u'x, Engels y Lenin, los marxistas oficiales refuta-
introduciría grandes cambios en la comprensión del
pensamiento de Marx. como dirigentes habituados a
l,:ur la validez de la lógica formal por considerarla
lrcrcncia de Aristóteles y de las "superestructuras"
cperar segrin los métodos de acción y de organización
r,lt ológicas de la sociedad antigua o medieval. Las le-
política que practicaban, tomaron la delantera: en_
1,,'s cle la dialéctica podían entonces enseñarse como
durecieron su dogmatismo, para conservarlo y prote_
l;r:; leyes de la naturaleza, ornitiendo la mediación de
gerio contra las luchas partidarias.
En el mornento preciso en.que aparecían conceptos l;r lógica y del discurso, saltando por encima de los
hasta entonces desconocidos (alienáción, praxis, h^om- ¡,r'cblernas qr-le plantea esta mediación.
Ds interesante notar que esta ontología simplifica-
bre total, totalidad social, etc.), en que los lectores de
,frr de la naturaleza material sucedía a otras simplifi-
las obras del joven Marx allanaban así er camino ar
crrciones no menos abusivas. Durante un período bas-
redescubrimlento de Hegel,l los dogmáticos seguían
( uadernos de Lenin sobte HefieL, traducción e introducción por los ci-
1 Primera traducción de,los Manusctitos econótnico-Íilos'ficos r;rt[o5 rrr1oo.., 1939. Los dogrnáticos stalinistas llegaron a sofocar tanto
de
Matx en la revista Avant--Pqste, por N. Gutermaq y If. Lefebvre f:r revista Avant-Poste como los Ttozos esco{idos de Hegel, e incluso los
(1933). Ttozos esco{idos de llegel, mismos auto¡es, Gallima¡d, ('r¡adernos de Lenin,
193g.

10 11
tante prolongado, el de la crisis económica (L929* ; ¡¡l¡¡,¡ l)r'ocedimientos diversionistas. Luego del asesi-
1933) y sus consecuencias, el marxismo fue reducido f Kirov (cuyo promotor fue Stalin, segúrn sabe.
r¡r1,, rl(:
a una ciencia: la economía política. Había devenido rrr,: l¡1¡y por N. Kruschev) y a la vez que se desen-
un economismo. Los dogmáticos de esta tendencia re.
chazaban alegremente las otras ciencias de la realidad
r
'rl( nírl)a el terrorismo, precisamente entonces fue
l¡r ',nlLllgada con gran solemnidad la "Constitución de-
humana: la sociología (como contaminada de refor. ¡rr,,r'r',iitica" de L936. La sistematizaciín del materia-
mismo), la psicología (como definitivamente aburgue. Ir';rrro clialéctico en filosofía científica de la naturaleza
sada). En esta simplificación se manifestaban ya la- ,l¡¡lrr cle la misma época y persigue el mismo fin: en-
mentables tendencias: la que sometía la teoría a las rnir:i('rrrar los verdaderos problemas teóricos y prác-
exigencias de la práctica pedagógica y la eue la so- I t{ ( )lj.
metía a los imperativos de la situación política mo- l,¡r tesis de la dialéctica en la naturaleza puede per-
mentánea. Se transformaba la teoría en instrumento lr r l;rlnerte soster¡.erse y aceptarse. Lo inadrnisibi.e es
ideológico y en superestructura de una sociedad de- ,r;r¡lr: Llná importancia enorme y hacer de ella el cri.
terminada. La teoría perdía su profundidad en nom- l.rio y el fundamento del pensaneiento dialéctico.
bre de un practicismo estrecho y robusto a la vez. '1) Por razones oscuras y mítltiples, el rnarxismo
Así, durante el período en el que fueron predominan- ¡¡r;l itucional no quiere oír hablar de alienación. Im-
tes los problemas específicamente económicos (crisis t,rtÍ,,lla este concepto que admite sólo con reservas y
en los países capitalistas y comienzo de la planifica. ¡,rccaLlciones. Los dogmáticos no ven en él rnás que
ción en la URSS), b:izo estragos el economismo. rrrur etapa del pensamiento de l\üarx, bien pronto su-
3) La transformación del marxismo en filosofía de lrt nrd& por etr descubrirniento del materiatrismo dialéc-
la naturaleza esconde algo peor: una vasta maniobra lit'o corno filosofía, por url trado, y por la constitución
de diversión. En tanto que se discurre sobre las ondas rlc un& econornía política científica (EI Capital), por
y los corpúsculos y sobre la dialéctica objetiva de lo cl otro. El empleo ctrel concepto de alienación, fuera
"continuo-discontinuo", mientras se discute "libre- rlt: tod.a sistematización idealista, para servirse de é1 en
mente", las cuestiones candentes se escamotean. El cl anátrisis crítico de 1o "real" y para incorporarlo en
centro de la reflexión se aparta de lo que constituye lrr categoría de las ciencias sociales (y especialmente
verdaderamente el problema; se aleja tanto como es cn la sociología), les parece aberrante. O al menos,
posible para hundirse en las profundidades de la na' :¡sí intentan considerarlo. ¿Por qué? Evidenternente
taraleza y las especulaciones cosmológicas. Stalin y l)or razones políticas de cortas miras y reducidos al-
los stalinistas supieron utilizar de rnanera admirable cances. El uso del concepto de alienación no puede, en

t2 13
rr('n una crítica radical de toda filosofía sistematiza'
efecto, limitarse al estudio de la scciedad burguesa" qf'1- s6¡ nuevos ojos. .El devenir-Íilosolia del mundo
Si bien perm.ite descubrir y criticar numerosas alie- cs al misnro tiempo un devenit.mundo de la flilosoÍia.
naciones (la cle !a mujer, la d.e los países coloniales o st realización es al rr:.ismo tiempo su pérdida, escribe
ex coloniales, la del trabajo y del trabajador, las de r rr la época en que redacta su tesis doctoral sobre La
la 'osociedad de consurno", y las de la burguesía rnis- Iilosotia de Ia naturaleza en Demóuito y Epicuro.
fila en la sociedad que estructura según sus intereses, l,lrr esta tesis, muestra a la vez un movimiento dialéc-
etcétera), permite tanobién desenmascarar y criticar lir:o en el interior de cada sisten-la filosófico exarni-
las alienaciones y políticas en el socialismo, er] par- ¡¡¡,6]6 *¡;n movimiento dialéctico en su contradicción
ticular durrante el período staliniarlo. Para evitar este rt'cíproc¿- y a la vez, en cada uno de ellos, la obje-
riesgo y suavizar esta aspereza, se prefiere rechazar livaci.ón de una conciencia particular únicamente por
el concepto. iirr nexo con el mundo real y la praxis social en el mun-
Farece innecesario destacar qüe este libro no ha rlo real (aquí, la sociedad griega). La filosofía como
sido escrito con plena conciencia de este conjunto de lrrl, como tentativa siennpre renovada y siempre de-
problernas. De todas formas, tiene su centro en los ccpcionante de sistematizací1n y propuesta d.e una
movinaientos dialécticos.que tienen lugar en el inte- irnagen satisfactoria del hornbre o de la satisfacción
rior de la realidad hurnana y social. Pone en primer Irumana, la filosofía viviente, se manifiesta. Lo que
plano el concepto de alienación concepto filo-
-como l)r'opone, es coflveniente tenerlo en cuenta, pero su
sófico y como instrumento de anáiisis- y no la dia- rt'nlización nos plantea nuevos problennas.
léctica en ia naturaleza. Deja de lado la filosofía sis- Desde ei eserito casi inmediatamente posterior en
ternatizada de la cosa rnaterial. El capítulo último y ,l cual lMarx cornienza el inventario crítico del hege-
fundanaental, "la producción del hornbre", rechaza lirnismo, se muestra el origen de esta sistematización
tanto el econornisrno y el sociologisrno vulgares corno ¡rcrfecta. Dos actitudes, dos posiciones, tienen lugar
el acento puesto sobre ia rnaterialidad fuera de lo hu- lrr Alernania. Una quiere supúmir Ia tilosoÍia sin tea-
mano. Es decir que, tal coffro es, el dogmatismo no.lo lizarla (en tanto que formulación teórica de la reali-
afecta rnás que muy parcialmente y e1 autor no vacila i:ación humana); la otra cree poder rcalizar la Íiloso'
en librarlo una vez más --con sus debilictrades- a la ti¿t sin suprirnitla (en tanto que formulación sola-
lecturayalacrítica. rnente teórica y abstracta del hombre, de su libertad,
Hoy más que nunca podemos y debernos releer a
rle su rcalizaci1n). La misión del proletariadoo en Ale-
Marx sobre todo las obras de juventud, errónea- rriania pero no sólo en Alemania, es en particular su-
mente-y
denominadas "filosóficas", puesto que contie-
1A 15
l'f
perar la filosofía, es decir, tealizarla suprimiéndola lrr rr<'¡,.írtividad (que encierra la crítica de la religión,
como tal. "D,eI rnisrno rnodo que Ia tilosotia arlcúafl. ,1, l;r l'ilosofía, del Estado en general) se ubica en este
tra en el proletariado sus atn:,as materiales, eI prole. ,|r".;ulollo sin reabsorberse en provecho de una pura
taúado encuentra en la tilosofía sus atrrTas intelectua.
les. . . La tilosotia es Ia cabeza de esta emancipación, I ,rrrr¡rle "positividad". El pensamiento rnarxista no
eI ptoletaúado es,eI corazón. La tilosoÍia no puede set ¡,rr, rlr: por lo tanto reducirse ni a la actitud positivista
,¡,,,' r.trsu"elve a la filosofía en un pasado concluido, ni
rcalizada sin la supresión del proletaüado, eI proleta. ,, l.r rrctitud de aquellos que perpetúan la sisternatiza-
úado no puede ser suprfunido sin la rcalización de la
',,rr filosófica.
,
tilosotía".1
l,,rr el momento en que el dogmatismo se diluya y se
Nunca volvió Marx, ya fuera para reflrtarla o re- ;r;,.11:, estos textos pasarán a primer plano. Permiten
chazarla, sobre esta teoría de la superación de la filo- ,, .litr¡ir la protslemática. del pensamiento de Marx y
sofía como tal, es decir, tomada en todo su desarrollo, ,!, l rnarxtsmo, problernática que es aún la nuestra,
desde los griegos hasta Flegel. Podernos decir, en len-
I r' r r, irrmentalmente.
guaje actual (que no es el de trularx) que la filosofía
tuvo para él un carácter prograrnático. Aportaba y Ho¡lw tpB'BsvRB
aporta todavía un prograrna para lo humano, o si se
quiere, un proyecto del hon'rbre" Ilste programa o pro-
yecto debe confrontarse con la realidad, esto es, con
la praxis (práctica social). La confrontación introduce
elementos nuevos y plantea otros problernas que los
de la filosofía.
Este teoría se integra en el marxismo; el pensarnien-
to de Marx procede por extensiones e integraciones
sucesivas en conjuntos o totalidades (parciales) cada
vez rnás vastos y al rnismo tiempo rnás cercanos a la
praxis. Ningún elemento o "momento" desaparece.
Especiatrrnente, el momento de la crítica radical y de
1 Cf. Oá¡as tilosóficas, trad. Molitor, I, p. 16 (FilosoÍía de Ia na-
tutaleza en Demóuito y Epicuto), p. 76 (Fragmentos), pp. 94, 95,
107 y 188 (Conttibución a la crítica de la tilosoÍía del detecho), etc.

IO t7
CapÍrulo Fnlvrono
LA CONTRADICCIé¡{ NMIECTICA

La lógica formal busca determinar las operaciones


irrlclectuales independienternente del contenido expe-
rirnenta!, por 1o tanto particutrar y contingente, de
{ocla afirrnación concreta. El forrnalisrno se justifica
¡rru' e$t& exigencia de universatriCad. La lógica forrnal
r r;tuctria transformtaciones purarrlente anaiítica-s, infe-
ri'ncias en las cuales el pensarniento no tiene otro c¡b-
it'to que él misrno. T'oda afirmación definida no tiene
t)írf,a un lógico más que el valor de un ejemplo pedagó-
liico: los ejemplos, los pretextos, sore intercambiables.
I Ina vez planteado, el pensamiento se repliega en el
interior de sí rnismo, con un mínirno c1e contenido,
:;icrnpre presto a desembarazarse de este contenido, y
:;in agregarle nunca otro nuevo; sin riesgo de errar,
¡ror io tanto. Este pensarniento formal no obedece más
(lue a su pura identidad consigo rnismo: "A es A' Si A
tr; B y B es C, A es C". "En la lógica formal, parece
ilue el movirniento del pensan-liento flrera una cosa
riparte, que no tuviera nada que ver con el objeto
(tue se piensa", dice Hegel (Geschichte der PhiI., II,
410).

L9
Si esta independencia del contenido y de la forma t¡,,, lricc un contenicloo una diferencia, con relación a
se alcanzara, irnpediría la aplicación de la forrna a un Lr , n;rl I¡r identidactr forrnal es también una diferencia.l
contenido cualquiera, o bien perrnitiría su aptricación |',,¡ ¡,¡112 parte, Ia lógica formal perrnanece siempre
a todo contenido, aun ir¡:acional. por otra parte, ¿es
posible concebir que existan clos lógicas compleia-
,
', r,lrrción con el contenido; conserva así cierta sig-
lrlri;¡f i1j¡ concreta. Por otra, está siempre ligada a
mente separadas, una abstracta, lógica de la forrna rrr,r rif il'rr-tación general sobre el contenido, es decir,
pura; la otra concreta, trógica del contenido? De hecho. ;, rn;r ontología, a un tema clogmáticcl y metafísico.
la lógica folrnal no liega nunca a prescindir clel con- I 'r lt'<¡r'ías lógicas de 1o real, destaca irónicamente
tenictro; puede sólo separan: Lur fragrnento, clisrninuirlo" ll, ¡,r l, han sido siempre dernasiado blandas para las
tornario rnás y más "abst::acto" sin lograr nunca iibe- ¡".:::i's;e han ocupado de extirpar de 1o real las con-
rarse totalrnente de én. opera sobre juicios dete;:rninn- tr,,,lrr:r:ion€s pat'a transportarlas al espíritu, y dejarlas
cios, incluso cuando considera su contenido corno u.n ¡r' rr':iolver. El mundo objetivo estaría entonces cons.
sin'rple pletextc para la aplicación c1e ia forrna. Tal t,trritlo por hechos últimos, aislados e inmóviles; por
corno 1o otrserva Ffegel, la identidad vacía, at¡soluta- , , irias, o sustancias, o partes, externas unas con re-
rnente simple, no puede ser formulada. Cuando el ló- | ', rrlrr a las otras. Estas esencias son lo que son, de
' :r.r'rlo con el prrncipio de identicnad aplicado sin re-
gico que acaba de plantear,,!\,, plantea ,,no A', y afir-
,:\iírsi y eso es todo !o qr-le se puede decir.
rna que "A no es rlo A", da sin justificarla la forma l\.¡'ir-¡r¡ a menudo la lógica de la identidad está ligada
de la negación; plantea así ,,lo otro" de A, Xa diferen- ' ¡ rnetafísica del Ser.' La iclentidad no está conc€-
cia, la no identidad; plantea incluso un tercer térrni- | ,,r;' ccl1lo una forrrra pufa" sino como una propiedad
no ttA", que no es ni otmás A" ni ,,trTlenos ,4,',. El tér- , i';ra. y esencial, objetiva, dei ser. Se quiere pasar
mino "no A" no se plantea más que para desaparecer; I:r rdentidad en el pensainiento a la identidad ob-
pero la identidad se vuelve así negación de la nega- 'i ¡;,r, forrna de existencia de toda sustancia real. El
ción, distinción en una relación. Los principios lógicos ; -*-y todo ser- es idéntico a sí misrr¡o y se define
(identidad y no contradicción) no son por lo tanto
I Cf. la Ctítica del principio de identidad en la Lópica Mayor, II"
puramente analíticos. Es más, tan pronto corno uno ¡ ., .tr.i a 37, 66 a 73, etc.
se plantea un juicio determinado (por ejemplo: ,,el 'A. veces es solidaria con un atomisrno metafísico (Dühring), con
',,'.' leoría de la estructura espiritual (Hüsserl) o con una ontología
árbol es verde"), se plantea,,A es B", rro s€ perma-. , l, lrr sensación (fisicalismo de la Escuela de Viena), pero jamás es
nece en la identidad y en la repetición formal I se in- ,,,,1,'¡rcndiente de un dogmatismo que realiza una parte limitada del
,,,nlr:nido.

20 2L
así. La identidad es entonces tornada corno forma y La trógica formal ha comprometido al pensamiento
corno contenido, como su propio contenido. Este as- r¡rr"ional en una serie de conflictos. El primero es un
pecto del aristotelismo (el rnás abstracto, el rnenos r,,nflicto entre el rigor y la fecundidad. En el silogis-
profundo quizá, si es verdacl que el aristotetrisrno file rrr,r (aun cuando no sea en absoluto estéril) el pensa'
también una teoría de la individualidad de todo ser ¡rricnto no es rigurosamente coherente más que cuan'
concreto) fue aislado y desarrollado por la filosofía rl, S€ rnantiene en la repetición cle los mismos térmi'
posterior. Flasta Leilbniz, el pensamiento occidental rros. Es bien conocido que la inducción rigurosa no es
curnplió un esfuerzo heroico y vano para extraer el rrr¡uella que perrnite pasar de los hechos a las leyes.
contenido de la forma, pasar lógicamente del ser pen- 'l'orfo hecho, toda comprobación experimental, intro-
sado al ser existente, para deducir el mundo. ,luce en el pensamiento un elemento nuevo, por lo
La relación del contenido y de la forrna en la lógica l;urto innecesario desde el punto de vista dei forrna-
formal es entonces mal determinada y controvertible. lisrno lógico. Las ciencias se desarrollaron fuera de la
Conserva a la vez dernasiado y dernasiado poco con- lrig,ica formal, e inctruso contra ella. Pero aunque la
tenido. El contenido es unilateral; ha sido de hecho ,'it:ncia es fecunda, no parte de verdades necesarias,
recibido, luego separado, inrnovilizado, traspuesto me- rro sigue un desarrollo riguroso. La lógica y la filoso-
tafísicarnente. El postulado lógico metafísico es por lírr permanecen fuera de las cienci,as, o vienen detrás
cierto el del pensamiento "rnágico": la relación de la ,1,, éllas, para comprobar sus métodos específicos, sin
forrna con el contenido es concebida corno una parti- ,,¡rortarles nada. Recíprocamente, las ciencias soo €x-
cipación. La identidad formal se convierte así en un Icriores a la filosofía encima o por debajo de
esquerna de identificación en el sentido dei pensa- r lla- y slts rnétodos -por
de investigación no tienen nada
n'liento mágico. Dirigida contra las doctrinas mágicas (tue vef, con la lógica rigurosa. El sabio prueba el mo-
y los misticismos, la lógica formal no alcanza su fi- vimiento del pensamiento avanzando en ei conoci-
nalidad, no sobrepasa verdaderamente a las teorías rrriento; pero el filósofo se venga poniendo en duda
desprovistas de rigor tradicional, sino que permanece ll valor de la ciencia. El conflicto entre el rigor y la
a su nivel. It'cundidad se extiende: hace nacer el problema del co-
Deja sin resolver un problerna esencial y plantea rrocirniento y del valor de la ciencia.
una exigencia: ¿córno unir la forma y el contenido? En segundo térrnino, si el ser es io que es y jamás
Pr¡esto que el formalismo fracasa, ¿no hará falta in- { )tra cosa toda idea es absolutamente verdadera
vertir el orden, e ir clel contenido a la forma en lugar -si falsa- las contradicciones reales de
o absolutamente
de ir de la forrna al contenido? lrr existencia y del pensamiento se encuentran exclui-

22 23
das de éste. Lo diverso y rnovedizo de las cosas y de irrr¡rlicada en los conflictos internos del pensamientoo
la conciencia es abandonado a la dialéctica en el anti- ¡rttcsto que todo conflicto es una relación-, unidad
guo sentido de este término: a la discusión sin ri5¡or, {tr¡c es indispensable sin ernbargo conquistar y deter-
al juego del sofista y del abogado que pueden a su nrinar sobrepasando los términos "unilaterales" que
gusto alegar en pro o en contra. Definido por la iden- lurrr entrado en contlicto.
tidad, el pensamiento es al mismo tiempo definido por Iln el momento en que F{egel nacía a la vida espi-
la inmovilidad. De donde surge un nuevo conflicto rilual, grandes acontecimientos (el período revolucio-
entre la estructura del entendimiento y la movilidad, rr:u-io, las grandes guerras nacionales, el período napo.
entre la coherencia del pensamiento claro y las dife- Icr'rnico; y por otra parte, el crecimiento de las cien-
rentes polaridades y fuerzas cambiantes de la expe- cirrs y del espíritu histórico, el resquebrajamiento de
riencia real. La Razón se sitúa fuera de lo real, en el lrr sociedad feudal y la aparición de una nueva civili-
ideal. La légica se vuelve la preocupación por un ser' zrrción) hacían necesario un vasto balance de la cul-
ficticio, el pensamiento puro, al que lo real parecería Iura, una tentativa de "síntesis" de todos esos elemen-
impuro. Recíprocamente, lo real se encuentra deste' los cliversos.
rrado a lo irracional. librado a lo irracional. It l problema que se le planteaba a Hegel el
Cuando Hegel entra en la vida fiiosófica, encuen- -desdete-
¡rrrnto de vista de la investigación metodológica-
tra al pensamiento más elaborado, a la Razón, pro- rrín múltiples aspectos.
fundamente desgarrada por sus conflictos internos. El Se trataba en primer lugar de integrar el pensa.
dualisrno kantiano los había agravado hasta volverlos rrriento preciso mediante el arte de la discusión y de la
intolerables, al disociar deliberadarnente la forma y el ,'()rltroversia" La discusión es incierta y sin conclusión,
contenido, el pensamiento y la "cosa en sí", la facul" r rr -tanto no esté dirigida por un pensamiento ya seguro"
tad de conocimiento y el objeto del conocimiento. l'cro la discusión es libre y vivaz; se mueve en medin
F{egel se propuso resolver ios conflictos, reasurnir ,lc tesis y de términos diversos, cambiantes, opuestos.
-en
su rnovimiento-- todos los elementos del pensarnientcr lil esceptieisrno, al cual conducen las discusiones sin
filosófico y dei espíritu, que le llegaron dispersos y lirr, tiene un aspecto positivo. lMuestra que ,ocuando
opuestos. ( n una proposicién cualquiera se ha aislado
sü ás-
Este proyecto cornprendía ya el método y la idea ¡rccto reflexivo, se revela necesariamente que los con-
central de la doctrina hegeliana: la conciencia de una ct'irtos están sobrepasados o bien que están ligados de
unidad infinitannente rica del pensamiento y de lo l¿rl rnodo que se contradicer¡.. .." (Ercte Druckschrit-
real, de la forma y del contenido necesaria, tcn, p. 175). El escepticismo introduce últimamente
-unidad
24 25
en el perlsamiento el elemento negativo; "disuelve", ,r l:r olm... y en el cual la presuposición está supe'
enfrentando unas con otras, las representaciones limi'
r;r,l;r" (Lógica Mayor, I, 108). Adherida á und corl-
tadas y contradictorias que el entendirniento (que po- , r,'rrt'iír precisa del movimiento del pensamiento, la
see ei poder fundarnental de "plarrtear" una afirma-
,lr,rlrlctica adquiere un sentido nuevo y más eievado.
ción) tiende siempre a formular c-omo absolutas. El li, vuclve una técnica, un arte, una ciencia: una téc-
entendimiento torna partido por 1o absoluto, a pesar
rrr, ;r rlc la discusión dirigida y orientada desde el inte"
cie ser una potencia iirnitada, rnorraentánea y, por así
d.ecir, provisional; se enrola, pues, en las antinomias.
rr,r l¡;¡61¿ la coherencia racional, un arte de analizar
El "truen" escepticisrno critica y destruye al dogma- l,', ruúrltiples aspectos y relaciones de las ideas y de
l.r'r t:{)riás, sin perder su esencia, una ciencia que extrae
tisn-lo vulgar.
, rr;rrrto hay de verdadero en todas tras ideas contradic-
Para tra discusién viviente, hay algo de verdadero t, '¡i; .; cntre las cuales oscila el entendimiento vulgar.
en toda idea. Nada es entera e ,.indiscutiblemente,' l'lc trataba, entonces,, según l{egel, de salvar la lógica,
verdadero; nada es absolutamente al¡surdo y falso.
l,,nrla definida por medio de la cual el pensamiento
Confrontando la tesis, el pensamiento busca espontá. lr( uLle a aigo sóiido. Para lograr esa finatridad, debía
nearnente una unidad superior" Cada tesis es falsa por
, rrr'ontl'atr la conexión entre la forrna y lo real, cam-
aquello qr-re afirn'la de manera absoluta, pero verda- l,r:rute y diverso, y por consecuenci.a, transformar la
ctrera por aquello que afirma relatirzamente (su conte-
l,,rrnA de la lógica tracXicional. IiTecesitaba partir no
nido); y es verdadera por lo que rriega relativamente ,l. r l;ta forrna. sino dei contenido, de este "rico conte-
(por su crítica bien fundada de io otro) y falsa por lo
litlo" tan variado, tan contradictorio, pero ya elabo-
Que niega absolutarnente (su dogrnatismo). r:rrlo por millares de años de actividad hurnana. Ta-
Pero es necesari.o arrancar esta dialéctica a la sofís-
tica, qse tiende por pura vani<lad- a descomponer lo
rt¡r realizable: este contenido es 'oya pensarniento,
que es sólido y verdadero y no cor¡duce a nada que ¡or"nsanriento universal", puesto que es conciencia y
{ (}ilocirniento. La forma lógica tiene su parte: es ya
no sea la vanidad del objeto tratado dialécticarnente ',u elernento rnás etrabora<tro.
(Lógica lWayar,III, p. 43. Cf. tanrbién p. 108, etc.).
I1n la filosofía hegeliana, el trlspíritu humano se pro-
La sofística acepta c'l.os plesuposiciones no fundadas:
oscila entre el ser o la nada, la verdad y 1o falso, to- l)()ne reasurnir entonces todos sus "productos objeti-
mados aisladarnente. "Damos el nombre cle dialéctica
vr:;" (Cf. Encrclopedia,572) en todos los dominios:
religión, vida social, ciencia, historia. Quiere ele-
al roovimiento rnás elevado de tra raz6n en el cual es- 'rrLe,
la forrna del con-
v:rr'ios a ia fcrina rnás consci.ente
tas apariencias absolutamente separadas pasan la una
i'r'pto*- superando todo lo que -a escinde este conteni'
26
27
do, lo dispersa y io exteriañza con relación al y rllr',ru'ias. "fJn objeto sin contradicción no es más
miento racional. Este contenido está dado en tan *¡rr' unÍr ¡rbstracción pura del entendirniento eue man-
que representaciones múltiples: deseos, objetos sensi, llt=rr¡' r'r)ll una especie de violencia una de estas deter-
bles, impresiones o intuiciones, natural eza, expetiencia Inirr;rt'ir)rres y escarnotea a la conciencia la determina-
hurnana. Es necesario separar de esta ,,matária,,, las ¡ fr,f ¡rrf )rrcsta que contiene a la prirnera. .." (Enciclop.,
nociones que en ella están o'inmersas,'. El contenido tl'l) l,)l mornento negativo la sofística, el es-
era sustancial, pero estaba fuera del pensamiento; y rr=¡rlicismo y la antigua dialéctica-que aislaban y vonvían
eJ pensamiento riguroso perrnaneció inmóvil y vacíó. r'rrlr;r cl pensamiento lógico- toma entonces su lu-
Es necesario, dice la Fenornenolo$ia, n,arrancar el velo F''u v rill función. Expresa el movimiento del conteni-
de la vida substancial" y elevarla a la más alta lucidez. rt,,. "t'l alma inmanente del contenido" que se excede,
Por ello debemos definir a la Razón en sí misma ll , urrl ningún elernento es suficiente y que no puede
por el movimiento del pensarniento que discute, con- ¡r'nnilrlecer encerrado en sí mismo. 'ol.o negativo es
mueve, disuelve las afirmaciones particulares ]¡ los con- lliu;rlrnente positivo; lo que se contradice no se r€-
tenidos limitados, pasa de uno a otro lado y tiencie ¡lrr'lvt: en cero, en la nada abstracta, sino esencialmente
a dorninarlos. Es así que la dialéctica" relación inme- c-rr lrr negación de su contenido particular; dicho cle
diata del pensamiento con el contenido diverso y cam- ,,1 r, r rr-rodo, tal negación no es una negación cornpleta,

biante, no permanece ya fuera de la lógica. Se inte- r:rtr' negdción de la cosa determinada que se disuelve;
gra con ella, a la que transfornna transformándose. Se 1,,,r' !o tanto negación determinada. Puesto que el re-
convierte en la vida, el movirniento interno del pen- lrrllrrdo es negación deterrninada tiene un contenido;
samiento, contenido y forma a la vez. o,Ei entend.i- -i un concepto nuevo, pero más elevado, más rico que
miento, determina y persevera en sus deterrninacio- r'l ¡rrccedente, dado que se enriqueció con su negación,
nes; la razón es dialéctica porque disuelve las cleter- , rlicho de otra forma, con su opuesto; lo contiene,
minaciones del entendirniento; es positiva porque prc'- ¡r'r'o tarnbién más que a él; es la unidad..." Es la
duce lo universal y connprende en él lo pariicular,', ,li;rlóctica del contenido la que lo hace progresar (2.
dice la Introoucción a la Lófiica Mayor. El hegelia, "I,4t-42).
nismo se eleva así a la más alta conciencia, a la uni- ^t Kant había abierto a la lógica un nuevo sendero.
dad del entendimiento discursivo y de la razón nefle- Iristinguía los juicios analíticos (rigurosos formalmen-
xiva; a la raz6n inteligente y al entendimiento racional. tr', pero estériles) y los juicios sintéticos (sin los cua-
No hay objeto en el cual no se pueda encontrar una Ils el pensamiento avanza, pero mediante la verifica-
contradicción, es decir, dos deterrninaciones opuestas .irin de un hecho contingente). Trataba de mostrar

28 29
la existencia de juicios a la vez fecundos y rigurosos, r,' \' r'rtcgorías del pensarniento' La síntesis cesa de
, , , i ¡,,'irrri, inn'rovili iada y fija y venida de quien sabe
necesarios y no tautológicos: los iuicios sintéticos a
priori. Buscaba entonces ya, en la síntesis, el princi- ¡!,,,rrlr'.El óuadro kantiano de categorías era a 7a vez
pio c.ie una unidad del rigor y de la fecr-lndidad. Pero t,,,,,,;rl y ernpírico. Sin haber mostrado la necesaria e
conceL¡ia estos juicios sintéticos a priori como formas ¡rrt¡ r!u\"tinidad de estas categorías, Kant las atribuía
puras, vacías, separadas de1 conte¡:irJ.c, instrurnentos ,,rl,illrrriarnente a la tinidad de la apercepción trascen-
,1, rrl;rl, o yo abstracto. Hegel se esforzará por mostrar
rXel conc¡cirniento lndlfererrtes con relación & sü ffiá-
teri.a, sul-¡ietivos cc¡n reir-ción ai objeto; en coflsecLlorl- | , ,ilrirlad" inmanente de las categorías y de producir-
| ;r pr,rrtir de un cornienzo purificaetro d'e toda pre-
cia." cc;rsideracXos tcdau,.ía según el formutismo tradi- grredlante
,,1 ,:;ición ernpírica o formal; las hará nacer'
cionni. Este dualisrrrc; dei:e" segí-rn l{egei, ser surperado. ',
3]*s*rro11":.c1o (y nl:rof unclan:ente motlif icado) el pen- ,,r¡ nrrovimiento cornpletarnente interno del espíritu'
samiento kantiano se revetra. i¡rfinitan¡ente fecundo. Se ' r,,:r(lcnarniento riguioso
y no obstante progresivo en
transforn"¡a en utlp. lóg;lca iltleva. FIegei no descubrió , 1 , rr;rl ca.da deterrninación surgirá <le las precedentes
¡,,,r '.,í,,r de o¡:osición 3r cle resoltrcién, de
síntesis'
la ccntr¡.,cji.cq:ión" .{nsiste sol¡re etr heclro de que todo reacciona decisiva-
f .'r nc¡eión del Terter Térrxiino
pensalnienio, toda J:ilcsofíe cuandr-r opta
Cesa d-e ser
por uno de las términos presentes, -inch-lsive,
esfe¡rzándose por l,( nte sobre la noción de contra<iicción'
, | .';t rrdidad, hesitación y oscilación
o cor¡fusión detr pen-
reducir o excluir al otrcl- se rnue\ze entle contradic- ,

cic¡nes. Ei progreso de1 pensarniento que se encuentra 'r,iit-'n'Lo, 'ciene una esiructura antagónica' El devenir
obliga.do a s:rlir de una posición que quisir:ra definiti- , r,rircs terrninadas es "puesto a la luz"' Los térrninos
!.&, y a tener en cuenta otra cosa, negando con ello ,,,nlradicr*orios son puástos lírcidamente en relación'
su afii'mación inicial, este "ri'ton?.ento clialéc'eico", se I,! rrrovinniento, en ef co¡ltenido y en la forma del pen'
eneuentra por todas partes, en todas las épocas, sl bien ,rrriiento, tiene una estructura antagónica' El devenir
,,; l]llviesa los términos en oposición' engendra frente
a
rnn!. clu.cictrac'1"o. F{egel descubrió el T'ercer Término,
que i^esulta detr enriquecimiento t{e tocla deterrnina- ,;rrt¿r. uno de ellos, a su nivel y a su grado, stl "ottro"
ciírn por su negación y sin ernbargo ccmo un movi- r¡rrc está en conflicto con é1, y finairnente supera la
miento nllevo del ser y d.el pensamien"[,o, cuan<tro dos ,,¡rosición creando lo nuevo.
térrni¡ros están en contradicción. La nada está, pero relativamente, en el ser *1?*:
T-a Razón leegeliana progresa con todo rigor deter- cada ser y en cada grado del ser- como "su"
-en
.tlo 1l *o ,rugu"ión específic'' ql pensarniento de la
rninando iuego de cada contradicción interna la sínte-
sis o tercer térrnino. I{ace rxacer así las cletern-linacio- ,',,daln geneial no es más que el pensarniento del ser
31
30

3831;j,'Í
agregado al prirnero. El Tercer Término se vuelve l¡'l','l o Ia cantidad, la causa o el fin, es negar el mo-
cia el primer término negando al segundo, por no r,rr¡¡rrr¡to. La raz6n dialéctica su.pera todas las cate-
negando la negación, negando la limitación del E1.',1;r; congeladas del entendimiento: las suprirne en
rner término. Separa el contenido del primer térmi l,r!rl{} (lue aisladas, y por ello mismo les otorga sü ver-
elirninando aquello que era incompleto, lirnitado, des, ,l,r,lcn el rnovimiento total de la realidad y del pen-
tinado a ser negado, negativo él mismo. La unilate, ,.irrrrrcnto, del contenido y de la forma. La calidad su-
ralidad es así destruida y sobrepasada. Negar la uni. t,,r,íii¿r es cantidad; la medida (quantum específico)
lateralidad, es negar la negación y expresar una deter- ul,r ¡;r ia cantidad, unifica la" calid.ad y la cantidad.
rninación más elevada. La contradicción que efilpü. l.'r llcdida superada es la esencia, o ei "ser retornado
jaba a cada término rnás allá de sí rnismo, arrancán. ,1, ,¡1 itrttr"diatez y de su relación indiferente con otros
dolo a su finitud e insertándolo en el movimiento to, ,' Lr sirnple unidad consigo." La esencia superada
tal, está resueita. El Tercer Término une y supera los tl,¡¡tr-;t<l que ella debe rnanifestarse, como Raaón de
contradictorios y los conserva en lo que tenían de de. i' r l)r"incipio de existencia deterrninada, totalidad de
terminado. La unidad triunfa luego de un períoclo cle
'1, i, r rrlinaciones y de propiedades, es decir, "cosa") es
desgarrarniento fecundo. El prirner término es lo in- ¡ | I,'r'rrórneno. Superados, el Fenórneno y ia Relación
rnediato; el segundo es a la vez mediatizado; el tercer r,,i¡iuír de ias determinaciones, propiedades y partes
término es lo inmediato por superación de la media. ,i, lrr cosá, se vuelven actualidad o substancialidad,
ción, y lo simple por silperación de la diferencia. "La t',,r l<¡ tanto causalidaci, acción recíproca. La noción
superación es una cleterrninación ft¡ndamental que re. "'l,rr'¡r6sá a la realidad o a la substancialidad. Supe-
encontrarnos por todas partes. .. Lo que se supera no
deviene por ello nada. La nada es lo inrnediato; un
' '1, la noción se vuelve objetividad, que supera a
l .".l¿¡ Iclea. La idea al superarse, satre de sí, se aliena
término superado es? por el contrario, mediatizado; es , J , natutaleza; el "aufheben" de ia naturaieza se
ürl Íro-s€r, pero en tanto que resultado proviniente ' ,lr.;to, es decir, la ldea absoluta, idéntica de la Xdea
de un ser; ha¡l por lo tanto en él la detelminación de , ir:¿l y práctica, del conocirniento y de la acción pro-
la cuai proviene. Esta palabra (aufheben) tiene dos , i i rra (Cf. L. IW.) IYf,,243,327, etc.).
sentidos. Significa "guardar", "conservar" y al misrno ll l\dovimiento es así Superación. Toda realiclad,
'
tiernpo "hacer cesar. . ." (L. M., I, 110-111). t, , r,¡ Jlefis&miento debe ser sobrepasado por una cleter-
El pensamiento de la nada no es así más eue la re- ¡',,¡¡, r{riófl rnás e]evada que lo envuelva como conteni-
presentación todavía abstracta de la infinita fecundi- ,l' ', rrs;pecto, antecedente, elemento, es decir, como lWo-
dad del universo" Hipostasiar el ser o la nada, la ca- rrir r¡{s, en el sentido hegeliano y dialéctico de esta pa-

34 35
labra. Tomados aisladarnente" los movirnientos l¡r lt¡rzón dialéctica. El entendimiento, cuando ya no
vuelven impensabtres: no se ve cómo pueden ser dis. r'rri¡i más "vuelto contra la taz6n" aparece €n sü Ver-
tintos estando ligados o diferentes estando unidos. I"ü rLrrl. Las verdades parciales, las determinaciones aca-
se ve cómo se forman y se sitúan en su lugar en_
I'rr,llrs, las afirmaciones limitadas se transforman en
conjunto. Lanzado de un término al otro, el pensa- Fr r'oles si se toman por definitivas y tratan de eigirse
miento (entendinniento) pone fin a su vértigo fiján. ir,r' cncirna del rnovirniento. Tomada en forma rela-
dose, por un decreto arbitrario y generador de errores, lr,,rr y reintegrada corno mornento en el rnovimiento
encuentra en el espíritu subjetivo, luego en el espíritlr l,,lrrl, toda determinación acabada es verdadera. Toda
objetivo (moral, arte, religiór) y por fin en el Saber vrrrlad es relativa, pero en tanto que tal se sitíra en
en una posición limitada traspuesta en absoluto, por l,, rilrsc-¡l'uto y tiene su ltlgar en la verdad absoluta. El
1o tanto en una ficción y en un error. La dialéctica rrrlt:ndirniento es un movimiento en el rnovimiento.
hegeliana quiere devolver la vida y el movimiento al Af irrrna, plantea, niega, analiza. Xrnita, en url nivel in-
conjunto de las realidades captadas de las afirmacio- llrior, a la actividad creadora.
nes y de las nociones. Las compromete en una inrnensa lis esencial destacar que la lógica hegeliana flo sü-
epopeya espiritual. Todas las contradicciones del mun-
¡rrirrre la lógica forrnal, sino que la supera, es decir,
do (en el que todo se manifiesta como polarizado, con-
¡rr,'r:isarnente, la conserva y la salda dándole una sig'
tradictorio y rnovedizo, puesto que el pensamiento rrrf icación concreta.
acepta l.a contradicción en lugar de excluirla), todos I,a légica formal es la lógica del instante y ctre la
los ss¡s5, por 1o tanto y todas las afirmaciones, con rrl'ilmación y del objeto aislado y protegido en su ais-
sus relaciones, interdependencias, interacciones, sen l¡urriento. Es la lógica de un mundo sirnplificado: esta
apresados en el movimiento total del contenido; cada r,r,'sa (considerada fuera de toda relación con la acti-
uno en su lugar, en su 'omomento". El entr€ctlrza.- vi,l¿rcl creadora, abstracción hecha de los estragos del
rniento de los hechos, de las fuerzas y de los concep- ticrnpo) es evidentemente esta mesa, y esta lámpara
tos, deviene Razón. El contenido, el rnundo, está in- n, r es este libro. La lógica formal es lógica de la abs-
tegrado a la Idea, del mismo modo que la historia en lrrrcción cotno tal. El lenguaje le está sometido, en
su conjunto. "La. totalidad, el conjunto de los firorn€n- tnnto que conjunto de símbolos que sirven para co'
tos de la realidad, se demuestra en su desarrollo como ¡rrunicar una significación aislada y que deben guar-
necesidad", (E., 143, Zusatz). tl;rr la misma significación durante la transmisión ver-
Las deterrninaciones unilaterales, las afirmaciones lxrl. Pero ctresde el momento en que es necesario ex-
del entendirniento no son por lo tanto destruidas por
l)r'csar el devenir y la actividad, la lógica formal se
36 37
vuelve insuficiente^. Sobre este punto,
hegeliana está confirmadá p.,
la demostración y todo pensamiento. La contradicción, como la
Irrrrl<.
tiá. U filosofía r.rlterior.
La lógica format .u r" lZíi"u áJiserrtiao llrrrlrr, os relativa: a una afirrnación, a un grado del
sentido comrin aisrado e ii*o.ritizado común. El, ¡Ff , ir un rnomento del desarrollo. En la naturaleza,
d:*, de las cualida- ell¡r cs exterioridad; en la vida, relación del individuo
propiedades, Ios
l"l
pie del muro, una v.ez que ".;;;td"i"* puesra al
'r'r¡ lrr especie, etc. No se trata por lo tanto para He-
"or"*.
hay actividaJ;;;;;;;
se refugia en los ,,en.tantó que,,; ..en gr'l rlc destruir el principio de identidad. For el con-
los este sentido,,,
es decir que toma "un peisa*i."t" I I rrr io: toda contradicción es relativa a una cierta iden.
fjn de mantener el otó ..;;ñ; por su cuenta a
I i,l; rr l. Recíprocarnente, la unidad es unidad de una con.
(Fenom., p. 102).
y verdadero...,, lrrrrli<:ción. ta unidad sin contenido, sin ,,momentos,'
La lógica dialéctica supera las afirmaciones ¡¡¡ulliples y contradictorios, está vacía. Pero la con.
cas pero no las destruye. No rechaza estáti- lr,r,licción como tal es intolerable; la unidad dialéctica
identidad: le da un contenido.
el principio de r,, ('s una confusión de los términos contradictorios
El ser es el ser. El universo es uno. La fuena i,irr() tales, sino la unidad que atraviesa la contradic-
dora es Ia misma en todo el universo. crea- r rr,n V se restablece a u.n nivel superior. ta contradic-
L. Er;";;;
tiplemente rnanifestada y aparente, es única. ;;ti. r ti,n cs desgarramiento y destrucción interna, desarrai-
Bf'Orf"-
cipio de identidad e*pté*a ^esta uriicidad interni ¡.,r rlcl ser consigo rnismo, fecundación a través del cle.
mundo y de cada.*:r. J.r \¡r'r rir'" la reducción a la nada y la muerte; pero la unidad
piedra, en tanto
!upensamienio. pero q,r. .r,
I-o gue es; y tarnbién el ", ¡'r ¡rlcriá y determina la aparición del ser nuevo, el Ter-
dad que acaba de ser expresada no es todavía
la identi- r, r 1'érrnino. Nunca la unidad puede arrojar comple.
ya que la piedra no es el hombre
*á; q; t:ulrcnte fuera de ella a la negación y la nada relati-
3*jrTt1,
(.Ct. e. 88, Apéndicá). Lo concreto ne;ün=ái ti;r:i; pero en la medida en que lucha contra la con-
es una identidad
trrrlicción y triunfa sobrepasando los momentos con-
lica V densa, cargada de determinaciones,
do y manteniendo una rnultipricidad de diferen"il lr:rclictorios, rnanteniéndolos en sí, en esta medida na-
"orrterri.*;
de rnomentos. La unid_ad .., { ( un ser nuevo más elevado. El principio de identi-
io, "ri á*irl,o;;;;;;^"- ,lrrrl se convierte así en algo concreto y vivo.
mente conquistada sobre la contradicción j fu'""á".
La contradicción absoluta, sería el a.rgárr"*i*ü La unidad de los contradictorios no existe más que
ahsoluto,, la aniquilación inmediata. UnJ , r¡ las formas concretas y específicas. La contradicción
oo"tr"¿i"_ -y la unidad- presentan grados. IJna contradicción
ción absoluta en una cosa, o bien entre el pensamiento
y las cosas, volvería imposible toda actividad inma- r,uis profunda se manifiesta en una exigencia más
¡,r'ofunda de unidad. La contradicción y la unidad son
38
39
históricas: atraviesan fases. La contradicción no es, *r¡rlrr por una intuición primaria. El análisis quiebra
"en sí", rnás que la destrucción pura y simple de lo n¡t' todo. Sin embargo, este análisis es posible y no es
existente. En su relación y su lucha con la unidad, se
rxtt'r'ior al devenir; es un movimiento en el movimien-
determina más concretamente como diferencia y di- lrr; rro lo quiebra irremediablemente más que al creer-
ferenciación, pasaje de un término al otro y oposición
r¡r' lcrrninado y forrnulando afirmaciones absolutas.
(contradicción latente); como antagonismo (contra-
I )r'tcrmina el movirniento de los 'omomentos", que son
dicción exasperada) y, en fin, colalo incornpatibilidad
irlt'nles, es decir, abstractos, pero que no obstante tie-
(momento de la resolucién y de la Superación). La
rr('r) Llna realidad relativa e intervienen en tanto que
hoja, la flor, el fruto, forman parte de un árbol y de ru¡rcrado en la composición de lo actual. Cada rno-
su desarrollo, pero se diferencian con una cierta inde-
virrriento puede ser analizado a su vez. Pero desde
pendencia que va hasta el mornento en que se pro-
c'l nnon'lento en que se 1o quiere fijar, se desvanece;
duce la separación necesaria, cuando el fruto está ma-
r lr:'ia en su iugar a str otro: un momento opuesto, igual-
duro y puede producir otro árbol.
r¡rcnte real, igualrnente superado. Fara ama\izar un
La pregunta: "¿Qué es anterior, la contradicción o
rrrornento cualquiera, es necesario sorprenderlo en su
la identidad?" no tiene mayor sentido desde el punto
rclación móvil con su otro. La lógica dialéctica es por
de vista de la iógica hegeliana. Todo n'lovimiento es
lo tanto, al misrno tiempo, un método de análisis y
contradictorio, ya que sin contradicción inrnanente na-
urra recreación del rnovirniento de lo real, por un mo-
da se mueve. El rnovirniento es en sí rnismo üna corl-
tradicción, y la contradicción propulsa el rnovimiento. virniento de pensamiento capaz de seguir al devenir
La unidad es móvil y raz6n del movimiento. El de- <:reador en sus sinuosidades, en sus accidentes y en su
venir es entonces la realidad suprerna, necesitada de rstructura interna.
u¡r análisis infinito cuyos primeros momentos son el Según la concepción ordinaria, el análisis despren-
ser y la nada, la identidad y la contradicción. No se de tautológicamente un predicado incluido ya en el
trata de la duración bergsoniana, devenir sin discon- srujeto; si es fecundo (como sucede en las ciencias),
tinuidad y sin drarna, movirniento arnorfoo abstracto, quiebra este sujeto y arriba a un 'oelemento" cula re-
y puramente psicológico. El rnovirniento dialéctico he- lación con el todo permanece mal determinada. En ia
gellano tiene una estructura interna determinada, es- lógica dialéctica, el elemento que alcanza todo análi-
tructura móvil, ella mismo. Es infinitamente rica en sis legítimo es un 'omomento" del todo. El análisis di-
determinaciones y contiene una infinidad de tnofii€n- seca y produce una abstracción; pero la lógica dia-
tos. El devenir es un todo, al que la Razón dialéctica léctica da un sentido concreto a esta abstracción. La

40 4L

I SAS S#
síntesis no excluye al análisis, sino que lo incluye.
El l.rrido, tiene un alcance diferente. Las determinacio-
análisis es dialéctico porque lleva a momentos contra-
rr('s más simples se vuelven a encontrar en las más
dictorios. La síntesis es ánalítica porque restablece la movimiento
trnidad ya implicada en los mornlntos.
r
'n¡plsj¿s. Obtenidas por un análisis del
rluc se lleva hasta el n'lomento más despojado de con-
La lógica formal afirma: ,,A es A,,. La lógica dia- tt'rrido, estas determinaciones entran ellas mismas en
léctica no dice: ,,A es no-.A,',; ella no hipostasíá
la con- rrrovimiento cuando la tazón las relaciona; se €rrcá-
t_radicción y no substituye el formalismo po,
tá á¡."r- rk'nan dialécticamente; su movimiento reencuentra al
didad. Dice: "A es ciertamente A; p.ro Á es también
¡rrovimiento total. Son por lo tanto leyes del movi-
no-A en Ia medida precisarnente en que la proposición
n'A rrriento, principios directores para el análisis de movi-
es A" no es una tautología, sino que tiene
tenido real. Un árbol no es un árbof rnás que siendo
,r, rrricntos más complejos y más concretos. En todo con-
"orr- rrcto es necesario descubrir la negación, la contradic-
tal árbol, con sus hojas, flores, frutos, atraiesando y ción interna, el movimiento inmanente, 1o positivo y
guardando en sí esos momentos de su devenir,
qo. Jt Io negativo. Toda existencia determinada es, por un
análisis alcanza pero que no debe aislar. . . ño o¡s- lrrclo cualidad (determinabilidad inmediata, "algo") ;
tante las flores se vuelven frutos y los frutos se des- grado. Por
prenden y producen otros árboles, io que expre.u .y por otro, cantidad extensiva o intensiva,
,r"u i.,á"* partes, en todos los dominios, grado o esfera del
relación profunda, una diferencia que va hasta la con- la y la
rer y áel pensamiento, se encuentran cualidad
tradicción. . . "
cantidad. Toda cualidad y toda cantidad sor concre-
La lógica formal dice: o,Si una proposición cualquie-
tas, por lo tanto unidas una a la otra: toda cantidad
ra es verdadera, es verdadera". ,,Ninguna proposición cs cualitativa, es decir, rnedida específica. Sin embar-
puede ser a la vez-verdadera y falsal,. ,,CLda propo-
go, la cantidad y la cuaiidad no están confundidas;
sición debe ser verdadera o faisa,'. La lógica ¿iatécáca
varían con cierta independencia; pueden existir cáfiI-
al desarrollarse afirma: "si se considera el conteni, bios cuantitativos sin destrucción cualitativa clel ser
do
-si hay contenido-
es verdadera
una proposición aislacla no
ni falsa; toda propori"iór, aislada debe
considerado. Pero en un momento dado la variación
de uno reacciona sobre el otro. Un carnbio cuantita-
ser superada; toda proposición de contenido real es
.a la vez verdadera y falsa: verdadera
tivo, continuado hasta ese momento, se vuelve brus-
si está *,rp.r"áa camente cualitativo (ejemplo tomado por Hegel de
falsa si se afirma en forma absoluta',. La lógica tor-'
Ios filósofos griegos: una cabeza pierde sus cabellos
rnal se limita a clasificar tipos abstractos de inferencias
uno por uno, y en un momento dado se convierte en
silogísticas. La lógica dialéctica, al determirra, el
calva). La cantidad, en tanto que indiferente cofl r€-
"orr-
42 43
por el
lación a la cleterminabilidad v variable como tal " llrrrite inrnanente, apremiada' por así decirlo' saito
o prever el
el aspecto por el cual la existencia visible está ex ,l,,rnt io cuantitativo. Para comprender
crrnlitativo es necesario estudiár el cambio
cuantitati-
a un ataque repentino y destructor. La astucia del
concepto consiste en captar un ser deterrninado por ;,;;J;l;t*inar ei punto o la línea'onodal"' donde sur-
el lado desde el cual su cualidad no parece entrar en p,,t' la discontinuidad'
juego" (L.M.,I, p. 407), de tal forrna que, por ejem- 'llldeveniresundesarrollocontinuo(una-evolu-
,'i,i,r; y al mismo 11"*po está. jalonado de saltos'
de
plo, el acrecentamiento de un Estado o de una fortuna tiem-
pueden ccasionar su pérdida. rnutaciones bruscas, de confusión' Es
al mismo
que arrastra ytsi^?:"t*:
Los carnbios del ser no son, por lo tanto, pürálrl€fl. ¡ro involución, puesto
te cuantitativos. Sobreviene siernpre una o'interrup' ,1., clond.e partió, formando atrgo nuevo' " r\lngun c¡c-
ción de la gradualidad"; r:n cambio profund"o y síebito, rectitríneo'
"'n"^.es indefinidanoente
vt'rrir
;'l.y;* dialécticas" son la expresión más. ge-
una discontinuidad; el agua que se congela oose en- Se puede decir
durece repentinarnente" a cero grado ( L.IUtr.,I" 450). ncral y el prineer uttatti* del devenir'
sin los cua-
Así hay sólo 'oadvenimiento y desaparición", es decir, r¡ue ellas resumen los caracteres esenciales'
devenir real. La teoría de la gradtlalidad y de la pura l,'t; rro hay devenir, sino estancamiento'
o más exac-
i,,n**t., iepetición "ernpecinada" por el entendirnien-
continuidad suprirne el devenir al suponer que io que
desaparece subsiste, si bien en forrna imperceptible, to de un elemento abstracto' Estas determinaciones' corno fle-
y que lo que nace existía ya aunque bajo la forma de ir,* *a* generales clel devenir, se demuestran
,"rárl"t-engendrándose las unas a las otras'
encade-
gerrnen rninílsculo. En etr devenir real, lo justo se tor- ("si
rrándose e1las rnism^u t" *" devenir'
na injusto y la virtud excesiva se vueh'e vicio; un Es-
tr-a triplicidad
tado que crece cuantitativarnente (población, rique- sre la quiere cond;;;a dice
Hegel) de las determinacio-
aspecto süper-
zas) earnbia cle naturaleza, de estructura, de consti- nes dialécticas no es aírn más que un
En sí rnis-
tución; puede desplomarse interiorrnente a causa de ficiai, externo, A"t *undo del conccirniento'
esa rnisma constitución que antes de su desarrollo ha' rno, el rnovirniento es uno'
cía su felicidad y su fuerza. g,,' este devenir del pensarniento, que encadena sus
en sí mis-
El movin'riento es entonces unidad de lo continuo y categorías, et e*pí'iiu hegeliano "desciende
de lo discontinuo, que por todas partes se deberá des- ;;;; apráhende-y absorbe su contenido' Lo apreh-en-
cubrir y anatrizar. Hay "salto" cárn- cle, al sobrepasai todo 1o que separa
y dispersa; dt.t-
bio de deterrninación -discontinuidad,
cualitativa, de grado, por lo tan- ir*y."4" "rt" "i**"nto nágati"ó "o*o tal' negando
to superación- cuando una cualidad ha llegado a su i^-"it.g""iOn. El Espítitu tt dtfi"t como la más alta

44 45
unidad, de rnúltiples aspectos. Actividad fn (lonciencia se llama Fenomenología del Espíritu".
y devenir l,a lr'cnomenología es una psicología superior, eue con-
posee en sí mismo su propio
3:T1,j:l
Puedc plantear, franquear y superar y,
movimie¡ tllrr'¿r "al Espíritu formándose y educándose en su con-
rrer lúcidamente todas .". .trpur, -froa.r..
en fin, cr¡ rt{r", constituyendo sus manifestaciones "momentos
miento.por la negación d" a;;;jmento *o rlr l;u alumbramiento de sí misrno por sí mismo". La
su movimiento no lo impulsa parcial, Irir¡loria filosófica y la filosofía de la historia exponen
a escapar de sí rnisn frr cxistencia exterior del Espíritu y sus etapas. LaL6-
El Espíritu es un todo: .lÁ""iilLn,o
", total. gicrr, finalmente, es a la vez el más pobre y el más
,^.1: i*T]Pd
todas
absotutam""t. pi."f
las determinacioneso es ta i¿ea.'Bn
concreta, rica r ico de los estudios filosóficos y científicos. Cimenta
et movimiento
j11f"l1:1 ella deüen" ,,p"r" ;i;;q;" era ,,en sí,," es
r¡,
'liclamente las piedras del edificio hegeliano. Es "cien-
decir virtuarmente, en tanto q"" *-áliuir.l, cirr del pensami"ento", siendo el pensamiento mismo la
exteriorizables, en tanto que dieterminaciones"i.ü¡iü rlt'lcrminabilidad del contenido. "el elemento univer-
bían ser planteadas en sí mismu., ;;;;;: lrrl cle todo contenido". Si bien opera sobre abstrac-
v-a3ente, para ser en seguida,r.gád". fo, lo tanto negati- ciones, la lógica dialéctica está en la Verdad; ella mis-
el infinito verdadero de la tdea. fu v ,.á""ü"?? nrir es Verdad. En cada dorninio o grado se vuelve a
tO." se descubre a r.r¡contrar el movimiento lógico
sí misma en el contenido: lo ha
desplegado para rnani_ rlt I concepto.-específic¿¡¡6¡fe-
I:t,L:., para explicitarlo y
"o""Átrarloelen
Espíritu y la Idéa, o más -exactarnente ella. EI
Saber
soluto, es el Tercer Término ,,rpr.*o ob-
que encierra y Oritica de la dialéctica hegeliana
resuelve las oposiciones y contraáiccio.r.i
La Idea u. rl"ga al.maiifestafi;j ,,alienarse,,;d.l La ambición hegeliana coincide con la arnbición fi-
""i;;;J.
pero Iosófica, con el más secreto deseo de la vida espiritual
se niega de conforrnidad con."
poüu rr"t,rrái.r* ,;;; considerada como potencia y expansión: no excluir
manece en sí misma en su alienación,
la
guidamente en un proceso multiforme. recupelr-."- rrada, no dejar nada fuera de sí, abandonar y sobre-
Bl derecho, el arté, Ia religión,-*or, I)asar toda posición unilateral. Está ligada a ese ape-
tantos do- tito fundamental del ser que debe mantenerse, puri-
minios_ distintos, otras tantas a:úenid.as "tr.u
por h_ ;;.1;*
el Espíritu, a la vez que se enriquece ficado si es posible de rnagia, es decir, de ilusión .
con un conte- El hegelianismo afirma implícitamente que todos
nido siempre más elevado,
la posesión de sí los conflictos pueden ser resueltos, sin mutilación y
mismo, a la ldea. El Espírit,, "o".¿Él
t.rro*errico, en relación
con un objeto existente, es conciencia. ,,La sin renuncian'liento" en un desarrollo del ser: afirma
"i.rr"iu-á" 47
46
que no hay opción, ni alternativa, ni sacrificio nece- rrr tanto que voluntad, se da a sí misrno leyes,'; pero
sario en la vida del Espíritu. Innumerables conflictos
¡ro¡'sll6 mismo "despoja al mundo de su actualidad
son experimentados objetivamente: ninguno es eterno. viviente y lo resuelve en abstracciones',. Así, la carne
Toda contradicción se desvanece de golpe delante del v cl espíritu, la realidad cotidiana y el pensamiento,
Espíritu. El hegelianismo se mantiene entonces como lrr necesidad ¡eal y la libertad ideal, la esclavitud prác-
la única dirección en que pueclen comprometerse v lit:a y Ia potencia teórica de la inteligencia, la vida con-
forrnularse un optimismo y un dinamismó espirituatrei. lrcta pero miserable, y el reino espléndido pero ima-
Como doctrina y rnétodo lógico, el hegelianismo re- ¡'inario de la Idea, están en conflicto. Despüés de un
presenta un tipo de vida espiritual que se n:rantiene r,iglo, esta escisión, esta conciencia desdichada del
vigente. No se propone una aceptación prernatura de ¡rrundo moderno, no ha hecho más que multiplicarse
sí n-rismo y del mundo; no disirnula las contradiccio. v ngravarse, hasta tornarse intolerable.
nes del mundo, del hornbre, del individuo; intenta, por Hegel, sin embargo, ¿ha aprehendido verdadera-
el contrario,, socavarlas, a pesar del sufrirniento, por, nrcnte el contenido total de la experiencia humana?
que el dolor es fecundo y, aunque las contradicciónes ¿Lo
f rrr captado en su auténtico movimiento?
son intolerables, la exigencia de su superación se vuel- ¿partií real.
rncnte d.el contenido para hacer emerger de este con-
ve rnás fuerte que toda la resistencia de los elementos Icnido la forma, en su verdad? ¿Elevó verdaderamente
que rnueren: tal es el principio de esta vida espiritual, lr¿tsta el pensamiento todos los grados y toda la pro-
a la vez jubilosa y desgarracla, sin confusión, toda lu- lrrndidad del contenido, sin someterlo a una forrna pre-
cidez. Ella dice "Sí" al mundo, pero no solamente ,,sí', :iupuesta y sin volver hacia un contenido tal como nos
en un éxtasis ciego; dice tarnbién ,,no,,, y rehusa todo cs dado inmediatamente?
lo que se le revela estéril y moribundo. Y es que ante todo, el hegelianismo, como sistema,
Ei conflicto y las escisiones internas del hombr€ mo- irnplica una presuposición esencial, en tanto que pfe-
derno no son una invención de tros filósofos. F{egel lo lcnde no admitir ningún supuesto. ¿Es concebibl. qu.
sabía. Como lo mostró al cornienzo de su Estétióa. la rrn pensamiento lirnitado, el de un individuo, el de un
cultura rnoderna obliga al hombre a vivir ,,en dos mun- f ilósofo, aprehenda el contenido
clos que se contradicen. For una parte vernos al hom-
total de la experien-
<'ia humana? Si el contenido es infinitamente rico" co-
bre rrivir en la actuatridad insubstancial y en lo tem. rno dice Hegel, siendo esta riqueza y esta superabun-
poral de este mundo, abrurnado por el deseo y la mi- r.lancia las únicas dignas del Espíritu. tal hipótesis es
seria, aferrado a la rnateria; por otro lado se eleva a insostenible. La búsqueda del contenido no puede ser
las ldeas, a un reino del pensamiento v de la. libertad: r¡tra cosa que una progresiva toma de conciencia de-

48
49
bida al esfuerzo de muchas individualidades pensan-
tes. La pretensión hegeliana encierra y limita el con' ya que el error y el mal testimonian la existencia del
tenido y lo torna indigno del Espíritu. Espíritu. La fiqueza de la naturaleza, su ambivalen-
Encerrar el contenido del arte en una serie de defi- cla, su numen, su fantasía, la producción incesante de
niciones estéticas reduce este contenido a una forma tipos nuevos y aberrantes, no son más que impoten-
abstracta. De hecho, en toda gran obra de arte, cada cia con relación a la Idea. ',La Naturaleas es a6strac-
época individuo- descubre un contenido nue- ta y no alcanza a la existencia verdadera,'.
-cada
vo, un aspecto sorprendente; así, solamente la obra ¿Si todo el contenido ha sido aprehendido y defini-
de arte es la unidad de lo finito y lo infinito, infinito do por el hegelianismo, qué queáa para el árte y la
determinado y viviente. El contenido se profundiza, r:iencia autónornas, para los tiempos futuros, para la
y se desarrolla, y se enriquece. Posteriormente a He- ¡rcción? El hegelianismo, en tanto que sistema acaba-
gel, la vida del Espíritu y creación- clo, arribaba, como el formalismo tradicional, a un
no se ha detenido. Con -descubrimiento
Nietzsche, por ejemplo, el arte agudo conflicto entre la invención y el conocimiento,
griego se nos apareció bajo nuevas perspectivas' La cntre la fecundidad y el rigor.
exploración de la naturaleza, de la vida, del ser hurna- Ya sea la acción un desliz de la contemplación y de
no ha continuado; nuevos conflictos aparecierofl, rllr€' l¡r vida interior _-o bien, lo que es más verosírnil, una
vos contenidos, nuevos problemas, cuyas soluciones fccundación del pensarniento por un contacto con el
no se nos dieron por anticipado. Otros temas, otros rrrtrndo exterior- o bien, una esencia distintivd, pd-
grupos sociales y espirituales exigen ser elevados al i'lllela al pensamiento, yuxtapuesta a otras esencias,
¿.la vida espiritual y de la ldea, ser arrancados, ¡ruesto que la unidad es trascendente. en todos los ca-
"i"ét
de hecho y de derecho, de lo inmediato, de la necesi- sos, la acción tiene leyes específicas.
¡Existe la acción!
dad. La Naturaleza vida dada, espontánea- ¿no ii'c;rrna parte de la existencia dada, de la cual el es-
-la
aporta acaso un contenido ya infinitamente rico? En- píritu "mágico" que pretende asir y detener al mun-
fientada con este contenido, la actitud especulativa de <i'¡ bien puede desprenderse para lanzarse a la vida,
Hegel se ve especialmente contrariada. Quiere agotar- rt la cual, sin embargo, no trasciende rnás que iluso-
lo, definirlo, hacerlo entrar en el Saber ' absoluto, es riamente. Existe la acción. El entendirniento dice: ,,pa-
decir, en la metafísica hegeliana. El cielo estrellado no r'¿r meterse al agua es necesario saber nadar". La
ac-
., *áu maravilloso para é1 que una erupción cutánea' r-ión resuelve los círculos viciososo las contradicciones
El error y el mal son preferibles a las trayectorias re- <lel pensamiento estático. La práctica es creadora. No
gulares de los astros o a la inocencia de las plantaso src deduce del concepto. Tiene sus exigenciaso su disci-
¡rlina, su lógica qluizá. Con posterioridad a Hegel, el
50
51

1Str{}á{'
,1,'l'initivarnente toma el contenido en su fitrosofía. To-
problerna de la acción y de la práctica se impuso al
pensarniento filosófico. Este intentó ctrefinir las catego- ,lrr:; las deterrninaciones deben ser relacionadas para
,lr:venir inteligibles. Estas conexiones, para Flegel, no
rías específicas de la acción; y po'r mornentos incluso
',,' clescubren de a poco, conquistadas por un rnétodo
volvié la acción contra el pensamiento, esforzándose ,xperirnental. Las conexiones son fijas. El conjunto,
por concebir la acción pura, la acción que no es más
que acción, aplicando así el entendimiento y el forma- l;r totaiidad, forman un círculo. "La filosofía forrna
lismo al probtrema nue\¡o de la acción. u'r círculo. Es por ello que la filosofía comenzada es
Por cierto, Ifegel acordaba una participación a la iurnecliatar¡ente relativa y debe a otro punto termi-
rurl en aparecer corno un resultado" (FilosoÍia del De-
acción; él concebía a la Idea absoiuta corno unidad de
rccf16, Apéndice al parág. 82). T'oda otra filosofía no
la práctica y del conocimiento, c1e la actividad creado-
r s rnás que una n-lanera ctre sentir contingent€ con ro-
ra y del pensamiento. El Espíritu sobrepasa lo inrne-
l;rción al contenido" Sólo la sistematización acabada
diato, modifica atr objeto, lo transforma, lo asimila. La
acción imita al espíritu, igual que ctlando se corne un ¡inrantiza que se aprehenele todc¡ el contenido y se hace
alimento. El Espíritu hegeliano se nutre del mtlndo, rlc la filosofía una ciencia.
lo devora, 1o hace desaparecer. Fero Hegel no elucidó I-a verdad deja de ser concebida como la unidad de
]la acción en sí rnisma, en tanto que se sustrae a un l¡r forrna y del contenido, está definicla corno la con-
objeto que no puede hacer desaparecer más o rnenos cordancia de la forma consigo misma, por la coheren-
"espiritualrnente". Hegel no desarrotrló el análisis kan- cia interna de la forma, por la identidad formal del
pensamiento. Y la libertad espiritual no está definida
tiano de la R.azón específicamente práctica. Determi-
nó un concepto de la acción, confundió la acción y el conlo una apropiación del contenido debida a una
pensarniento de la acción. Pero si la acción tiene sus "toma de conciencia"; se determina como una libera-
leyes y su contenido propios, ¿córno delimitar su do- lización del Espíritu con relación al contenido como
rninio? La acción se proclama: ".Arn ,Anfang war die tal vida, acció¡- por medio del con'
cepto-experiencia,
y de la idea.
Tat" ("al cornienzo fue el hecho"). Es necesario en-
tonces salvar el pensarniento racional clel misrno mo- La forrna no es, por lo tanto, criticada en función
do que Hegel intenta salvar la lógica: sobrepasándola. del contenido y extraída de una explicación Ce este
Hegel no se contentó con profundizar y explicitar el írltimo. Está planteada en función de las exigencias
contenido para llegar a la forma. I-o redujo al pensa- del rigor formai y de las necesidades de la sistemati-
zaci1n filosófica. Después de haber afirrnado la pri-
miento, pretendiendo captarlo "totalmente" y agotar-
lo. Insiste sobre la forrna determinada que rigurosa y rnacía del contenido, Hegel declara que "los pensa-

53
52
ciencia "contiene al
mientos lógicos no son momentos exclusivos por rela- (Cf. Apéndice a E', XIV)'-Y |t
la cosa misma' o dicho
ción a ellos, ya que son el fundamento absoluto de to- pensamiento en t";¿;;;"'é1- es
das las E., XIV, Apéndice, 2* ed')' El pensa- á;;;; ;;do, cosa en sí misma' en tanto que
la
deí conocimiento' el
es
"o.á."
miento es, entonces, el origen secreto del contenido' oensarniento po,o;l;" ;;t"tia
El Espíritu lo recibe desde afuera solamente en apa- i."i."iá., se determina así por la forma'
de
riencia, según las presuposiciones no filosóficas de la De un modo más general, puede interpretar
se
Hegel; o para
observación y d.e la experiencia' La Naturaleza no ¿irr"i.t* Áaneras tu ta?it" d'ialéctica de en ella dos e
aparece la presuposición del Espíritu más- que ;;;;;;;i; ,r,.jo,, pta?mos. enco,ntrar del pensami:lj:'
"o*ó
hasta el momento en que .e determina la verdad su- incluso tres diferenies rnovimientos como un análisis
prema: la Idea. En esta verdad, la naturaleza desapa- a) La dialéctica-el"* tt"tuiaerada el contenido y
iece. El movimiento del pensarniento no es más que del movimiento; método supone
quiebra, para ,etoát'I" ttguidamente' la
unidad del
un girar sobre sí mismo. "El nacimiento interno o el infinito' el
devénir de la substancia es pasaje hacia lo externo; áevenir. En el fit"ili i"tgo"at un análisis con el movi-
inversamente, el devenir dei ser determinado es la rnovimiento del p*l'ÁiE"to coincide
espontáneo del mundo y del
contenido;
continuidad de sí de la esencia interna". El contenido rniento
^';;"É;"i,r*"i sobre el
sólo se deja incluir en el sistema cerrado, circular'
por- d;""et;t"t y d: reflexionar
prod'uce ese
que era yL t. emanación del Espíritu la que pone esta rnovirniento del contlnido, ia dialécticaanálisis como
de
ftrr.ra. 'iEl todo puede compararse a un círculo que rnovimiento. No ás tanto ún método y sistemáticodel
contiene otros círóulos. . . de forma tal que el sistema r-rn rnétodo at tot'*t'otción sintético
de esos elementos particulares constituye la totalidad contenido;
como resultante de
de la idea" (E., XV). No se trata ya de elevar libre- c) La dialéctica es consid'erada
su punto de partida s'e en'
mente el contenido al concepto sino de volver á €n- fu iiena.iOn Ae U fáea' En
contrar en el contenido cierta forma del concepto' cuentra la potenciu ¿t t" Idea que sale de sí misma'
ilotro" y produce la dialéctica'
planteada a priori por rela-ción al contenido: circular' se divid'e, deviene puede apoyarse
lerrado, total en un sentido especial de esta palabra' Cad.a una de estas inteipietaciones
qot tólo la segunda
a saber, como totalidad completa' El pensamiento sobre textos. P"';;;;sin embargo'
hegeliana. La Fenomeno-
sólo se aprehende a sí mismo' El sujeto pensant"- lg ...-r. Áas auténticlmentetanto- sobre el contenido de
hacemásqueasistiraestedesarrollodelaldea(Cf. lo¡iía mism", qo""i*i*ie
la concien"i", toú'"-ia alienación y declara que: "El
la exteriorizaciín
Fil. del Der.,parág. 31). Lo interesante, para las otras
las cosas'
ciencias, \róln"tá encontrar las formas de la Lógica del Espíritu
"r, "i*"do
de
"*
JJ
54
contenido, más precisarnente definido. . . es el Esrrí- Lógica Mayor" Hegel quiere demostrar que la ldea,
ritu, que se recorre a sí misrno, y se recorre en tanto planteándose como unidad del concepto y de la reali-
Espíritu". Y el capítulo final d,e la Lógica Mayor con- dad, "se absorbe en la inmediatez del ser", se vuelve
cluye que el método es la fuerza absoluta, única, su- Naturaleza, pero sin cesar de ser ella misrna, simple,
prema, infinita, a la cual ningún objeto podría resis- transparente y libre. "La transición debe ser entendi-
tirse. El método es "el alma y la sustanci a', a la vez. da en el sentido de que la Idea se libera (sich selbst
Más precisamente todavía : *La Idea lógica es su pro- entlásst) absolutarnente cierta de sí misma y repo-
pio contenictro en tanto que forma infinita". La idea sando en sí misma". La trdea no es entonces rnás que
absoluta, redimida para sí, o,se ha manifestado en que reposo infinito. Y como dice el último párrafo de la
la deterrninación no toma ya la forma de un conteni- LóSica Mayor (que por 1o ctrernás tanto insiste sobre
do, sino simplernente la de una forrna',. Sobrepasa su el contenido), la ndea "se resuelve a dejar salir de sí
posición como contenido. La lógica vuelve a hallar, lihrernente el momento de su particularidad, o la pri-
en la Idea absoluta, la simple unidad del cornienzo: rnera determinación del ser otro". Es bastante curioso
el ser inmediato ha devenido, por la mediación y por confrontar estos textos con aquellos que en la Feno-
la superación de la mediación, Idea elevada a la i¿en- menotro{ia principalrnente (e incluso en las Lógicas)
tidad consigo n-lisma. "El método es el concepto puro expresan el trabajo profundo, desgarrante, de la fiega-
que no se relaciona rnás que consigo mismo; él es por tividad infinita, de la subjetividad, de la Libertacl y
lo tanto esa relación simple consigo rnismo que es el de la Superación.
ser". El concepto no aparece más como exterior al "En tanto que sujeto, la substancia viviente es pura
contenido, corno sucedía en la reflexión subjetiva. En y simple negatividad, proceso que divide lo simple,
el Sal¡er absoluto, el concepto se ha corrvertido en sr.t desd.obla los términos y los pone en oposición", dice
propio contenido. La Idea absolu"ta deviene principio la FenomenoloSia (2'ed., Lasson, págs. 19 y 20).
de otras esferas, de otras ciencias: las naturales yias Hegel no prueba que esta apacible exteriorización
histéricas. El Saber absoluto, en lugar de ser t"o- de la Idea libere existencias contradictorias y no exis-
"i
cer término y el "fin" del pensarniento, pued.e enton- tencias o esencias yuxtapuestas, exteriores simple-
ces ser tornado corno punto de partida. A partir de la
mente las unas con relación a las otras. Al contrario,
Idea se puede reconstruir etr mundo. acepta la religión, el ctrerecho, el arte, como dorninios
Io{o es cierto que estas tres interpretaciones, o estos
distintos. no contradictorios entre ellos o bien con la
tres movirnientos dialécticos, sean compatibles. La filosofía, por 1o tanto simplemente yuxtapuestos. La
teoría de la alienación se esfurna especialmente en la religión tiene un contenido cornún con la filosofía, y
5t) 57
este contenido está substraído al desarrollo, a la suce- las fuerzas de la vida y de la substancia. La Negati"
sión en el tiempo (Ct. M. de Ia F., XX). El hegelia- vidad es un infinito cruel. Y el hegelianismo s€ con-
nismo, creyendo aprehender todo el contenido, limita vierte en un misticismo subjetivo. Se podrá conside-
el contenido que acepta, pero lo acepta sin crítica, tal rarlo como una construcción del tiernpo interno del
como se presenta y finalmente lo sustrae al devenir Espíritu moviéndose en el presente eterno, o mejor
dialéctico. aún, como un ensayo de análisis de la "estrucfura on-
En este caso la contradicción dialéctica no existe tológica" de la muerte, según la expresión de Heideg-
rnás que para y por el pensamiento individual y finito. ger. El contenido objetivo desaparece.
Por momentos Ftregel propone el ser absoluto e in- La especulación hegeliana está todavía irnpregnada
móvil. Saber eterno de sí mismo, identidad objetiva de pensamiento mágico. Proponiendo la participación
que suprime eternamente toda contradicción. El filó- mágica en el ser absoluto (concebido como ser y ra'
sofo participa de este Saber absoluto y extrae de su zón), mezcla el esquema rnágico y el esfuerzo en una
cabeza el mundo entero; la forma de la identidad en- racionalización profundizada. Es al misrno tiempo una
gendra el contenido. El sistema se construye como una primicia metafísica de la nada. Oscila entre el Objeto
arquitectura rígida, hecha de triángulos superpuestos y el Sujeto absolutos, entre el Ser y la Nada, entre el
y suspendidos por el vértice. Posiblemente entonces saber y el misticismo mágico.
I{egel sintió al Ser estrernecerse y desvanecerse; pro- El sistema hegeliano, en tanto que tal, suprin'le a ia
pone una substancia más extraña aún y más ajena que vez el devenir y ia contradiccién. La contradicción se
el Ser: la Negatividad. Lo positivo, la determinación, red.uce a una esencia lógica, a una relación determi-
es ya negación y participación (Mitteilung) en la ne, nable a púori que el espíritu descubre automática-
gatividad que es "el alma", el "gozne en el movi- mente en todas las cosas; no es rnás que una aproxi-
rniento del concepto", la "potencia formidable" del rnación de la verdad, relativa a ias posiciones adopta-
pensamiento que destruye y supera. La negatividad, das por nuestro entendimiento finito. Pierde su obje-
negación hipostasiada en tanto que potencia infinita, tividad, pues no está ya adherida al movimiento es-
idéntica a sí misma, recibe entonces una existencia pontáneo y dado del contenido del pensamiento. I{o
trascendente: es la nada absoluta de la cual lo posi, se trata más de la unidad concreta de contradicciones
tivo no es más que una manifestación momentánea específicas, sino de una identidad absoluta o
bien pronto abolida. Es una nada actuante, un abismo nacla- propuesta de antemano, desde toda -ser
la eter-
místico, omnipresente, de donde se desprenden mis- nidad. ..
teriosas cataratas, y en las que vuelven a caer, todas La contradicción no se deja destruir por Hegel me-

58 59
jor que por los lógicos puros. Ella se venga, irónica- píritu. Hegel se cornpromete.a mostrarme a mí, u-n

L"tti.. Él hegeliarri.*o quiso terminar con el devenir irornbre-en-el-rnundoi que incluso aquello que experi-
mer-lto es el producto dé tra actividad hurnana y espiri-
mediente una visión de éste y encerrarlo en ün sose-
gado círcuic. -Qólo es un círculo apacible ilusoriarnente' tual en mí. Se compromete a justificar el pasado-.y. el
presente, y ios probiemas del presente, colno condicio-
ür, ,.poro del pensarrrientc¡ en sí rnisrno, una realiza-
,res cle existencia y de formación de mi libertad' Por
1o
ción áel espíritu. Ét ha querido resolver y sobrepasar de Idea que se
todas tras contra.dicciones del mundo; 1a contradicción tanto, no me reconozco en el drama 1a
"deja llevar" a crear el mundo, se alienta y se vtlelve
e incl,¿so la ir¡consecuencia, han permanecido en el in-
terior del sistema. I{egel inmovilizó, eternizándolo, lo a eÁcontrar en ei sisterna hegeliano. trl hegelianisrno
rea.l que pretencX.e reconstruir; y es tro real.de su.épo-
.u *n dogma: exige una ascética, un renunciamiento
uf T"eicer Término rnetafísico torrra en é1 la figura
fá ."piiencia individuat y a los problemas vitales
"u, "del indivicluo. Cuand.o 1a F-enomenolofila describe el
bien conocida y bien poco fiiosófica del Estado pru-
siano. . . tcrrmento del ser irrealizadr:, etrlo conmueve etr cotaz6n'
Y no obstante la vida continúa. Los Estades se de- Fero las aventuras cósrnicas dei Espíritu están fuera
rrtrrnl:a.n o se transforrnan" E tlniverso tregeliano no de nosotros. Lo que sufrimos realmente, 1o que nJS
in"lpide vivir, to á.t"prrece de rna-nera rnágica y no
es, por 1o tanto, más que el mundo del rnetafísico He-
get, nacido cle sr.l arnbicíón especulativa' No es aún el esiá justificado por virtud del hegelianismo'
áundo d.e los hornbres, en su realidad dramática' Nos enfrentamcls con fuerzas hostiles, cofl seres €X-
traños, con tiranías. ¿Son estas fuerzas cpresiva?'- es:
¿Qué respuesta da a las exigencias, a los
aprerniantes
i*i..rrog*tes de los individuos comprornetidos, con la tos destinos irnplacubl.u, por designio del Espíritu?
¿Basta ser consciente de la hostilidad
y de la opre'
vida, que buscan una sencla espiritual, y una salvacíón
humana, que vacilan delante de la nada y quisieran iiór, "..*o tales" para librarse de ellas para coflsefl-
o
luchar .ont"t tra muerte y tener un destino delante c1e ii"t*u? Ei hegelianismo no aporta solución alguna' En
eltros? ¿Sostiene f{egel sus prornesas? tanto que siiterna y clogrna reproduce en el Espíritu
tá ii*lüAt relación ctrel Ámo y del Esciavo' No es
más
La FenawrenoloSia dice rnagníficar¡rente: "Eso que
parece acontecer iuera de ella (la substancia) y se-r que ur] objeto finito. . '
activid,ad dirigida contra ella, es su misrna activiclad". Ysinemhargolaarnbiciónhegelianarnantienesu
justificado vigencia, y coiácide con la arnbición filosófica' Una
¡trmprudente lrornesa! Etr rnundo no está
quiero decir, la obra de 1o olñ qo.áO abierta' Quizás es posible sobrepasar el he-
-a* q*" de si eJ "rni" obra,
n-¡ás va.lioso en mí, de lo humano o del Es' getrianismo en su prcpio nombre, y desde dentro'
par-
que hay
61
60

183"fi1ü
cconomía, del liberalismo al socialismo, del idealismo
tiendo de sus propias contradicciones, y conservando hegeliano a un materialismo desarrollado.
lo esencial de su movimiento. Posiblemente se& n€ce- Desde 1844, por razones prácticas, y porque el Es-
sario aceptar en su inmensidad esponta' taelo prusiano se le apareció opresivo para los hom-
neidad, acción, culturas tan -natvtaleza,
diversas, problemáS Dü€' bres vivientes y reales, IMarx deja de ver en el Estado
vos- el "rico'contenido" de la vida. Si éste desborda 'ola actualidad de la Idea ética" (Cf. Hegel, Filosotia
nuestro pensamiento, si nos es necesario explorarlo y del Derecho, parág. 257). La religión y la filosofía no
profundizarlo sin poder agotarlo, será necesario tam- pueden tener el misrno contenido, ya que la filosofía
bién franquearle el pensamiento. La forma a ia cual debe ante todo criticar este sólido sostén de las insti.
el pensarniento elevará el contenido será considerada tuciones: la religión oficial. "Toda crítica debe estar
como móvil y perfectible. Este pensamiento aceptará precedida de una crítica de la religión" (Ctítica de Ia
las contradicciones y conflictos del contenido; deter- FilasoÍia del Derecho de Hegel, Lit. lVacftlass, 384).
minará las superaciones y las soluciones según el Marx escribirá más tarde que en esta época había
movimiento de este contenido, sin infligirle formas comprendido o'que tanto las relaciones jurídicas como
a priori y sisternáticas. El devenir será poco a poco las formas del Estado no pueden explicarse por sí mis-
retomado en to<fa su profundidad, en su riqueza pro- mas ni por el pretendido desarrollo del Espíritu hu-
digiosa en momentos, aspectos y elementos. La supe- mano, sino que tienen sus raíces en las condiciones de
ración del hegelianismo integrará y elaborará la 16' vida material que Hegel .. . agrupa en conjunto bajo
gica dialéctica según la naturaleza misma del mor¡i- el nombre de sociedad civil. . . " Desde este momento,
miento dialéctico: el devenir considerado auténtica- en consecuencia, Marx desarrolló el contenido del he-
mente como experiencia absoluta. gelianisrno (la teoría concreta de la sociedad civil, del
"sistema de las necesidades" y de las relaciones socia-
les) contra el sistema congelado y contra sus efectos
El materialisnto histórico políticos.
Este examen crítico del hegelianismo coincide, en El Manuscrito económico-tilosótico, escrito por
sus lineamientos generales y en sus conclusiones, corl Marx en 18441 considera como esencial la pregunta:
el que Marx (en colaboración con Engels) formula "¿Adónde conduce la lógica hegeliana?" El Manus'
entre 1843 y 1859, y que lo conduce al materialismo crifo responde rnediante una fórmula notable: "La
dialéctico. \Una larga búsqueda científica y política,.
condujo á L¡Iarx y Engels de la jurisprudencia a la l Traducción parcial en la revista Avafit-Po,ste (Nos' 1y 2, 1933).

62 63
lógica es la moneda del Espíritu". La lógica no es rrrás nrundo de cosas externas y su desobjetivación (su to'
rna de conciencia de sí) como una superación de
esta
q,r" t'n.tu parte de contenido, su aspecto más elaborado
y el rnás impersonal, el más rnanejable, el más traba- rrlienación."Entrevé la esencia del trabajo como acti'
jado por los intercarnbios intelectuales' Subsisten en viclad creadora y comprende al hombre objetivo -el
rirrico hombre real- resultante de esta potencia
ias categorías lógicas algunas señaies del contenido y "L*o
de su rnovimiento, y hasta en esta abstracción se puede
('r'eadora. Según la F'enomemolo$ia, la relación d.el
reconstruir el rnóvirniento y hallar el contenido; pero lrombre consigo mismo y con la especie humana' la
r Calización de sí misneo, no es
posible más que gra-
la lógica no es sino el valor del hombre, expresado en
pensamiento abstracto, stt esencia vuelta indiferente o cias a la actividad de la hurnanidad entera, y supone
irreal. Forma, por lo tanto, parte de la "alienación" del lrr historia entera de la humanidacl'
hor¡rbre real, puesto que hace abstracción de éste, así Desgraciadamente, la Fenarmenoloéia comprende
rrral La a.lienación hUmana. En aquello que rcaliza
el
corno de la naturaleza y de la vida concreta. ¿Córno objetivos y de
lrornbre mundo d'e los productos
se podría deducir de la lógica el rnundo? ¿Y cómo re-
sultaría ella la esencia del pensamiento humano? lrrs cosas-elcreadas por é1- É{egel ve una alienación'
El origen teórico y fitrosófico del rnaterialismo dia- lin los objetos y las potencialidades humanas que han
léctico no se encuentra en la Lógica de Hegel, sino en l,r,nado la forma ,r,t.rn" (riqueza, Estado, religión)
su Fenom,anoloSla. É$ta es para lVfarx la llave d'el -que desarraigan al hornbre de sí misrno sometién-
sistema hegeliano. Se encuentra en ella el contenido ,i.rü a u** pr"pios prod'uctos -Hegel ve una rcalíza'
real de la vida humana, el rnovirr¡iento ascendente t'ión del Usploiiu. En efecto, Hegel "teemplaza al hom'
f )re por la Jonciencia". Reemplazatoda
la realidad hu-
que va "de la tierra al cielo". Contiene por lo tanto el
áspecto positivo del ideatrisrno hegeliano. É{egel resuel- ,,'o.ri" por la Conciencia que se conoce a sí rnisma'
:'rl"guf hace del hombre el hombre de la conciencia en
ve el mund,o en ideas, pero no se contenta con registrar
pasivamente los objetos del pensamiento; busca expo- t,rgai de hacer de la conciencia la conciencia del hom'
ñer el acto de su producción (Cf' La ideoloSia alema' l,ri real, viviente en el rnundo real"' Así pues' esta
Í7a, X,231) de forma tal que da "en el interior de la
('onciencia no es más que el Espíritu metafísicamente
exposición especulativa" una exposición real que apre- rlisociado de la Naturlleza, ella misma separada del
lrende la cosa misma (La Sa$tada Familia, L. N ', lI, lrombre y simulada como existencia putamente :xt9r'
305). I{egel considera, según el Manuscrito de L844, ;';. bi dspíritu (el Saber o el Sujeto-Objeto absolu"
"la creación del hombre por sí mismo como un pro- i;);"J; unidab de estos térrninos, el hombre abs-
traspuesta.
ceso..." Examina la objetivación del hombre en un tracto en la naturaleza metafísicámente
64 OJ
la riqueza, el poder estatal, análisis crítico "er¡mascarado" y n'listificado de esas
"Cuand<-¡ Hegel estudia esencias y rnomentos del espíritu. En realidad, es cona-
como esencias d.evenidas extrañas a la naturaleza h.lu.' prensihle que un ser vivo y nat''rral posea los objetos
rnana, no las toma más que en su forma abstracta; il. u.rn desüs y de su ser. Estos objetos no sor] su alie-
son seres áe razón, alienaciones del pensarniento pu' nación" For el contrario, é1 está "alien-ado" al no po'
ro. . . FIe aquí pol' qtlé tocla la historia de la aliena- c.ie:i: poseerlsls. Se halla alien'ado si está
dorninado pro'
ción y el movimiento inverso no son rnás que la histo'
rrisionalmente por un rnundo 'nextraño" aünQüe rla'
ria de la producción del pensamiento abstracto, del rido cXe é1, e igualnr.ente real por consecuencia' En esta
pensarrriento trógico, especulativo. . . "
alienación el troitrbre perfllanece cl:rnÚ ser reaX y vivo
Hegel pone justarnente énfasis en la escisión interna obje-
clue d*be superar *", áii*tt.-,.ión por una "acción
de lo krurnanc¡, en su clesgarrarniento y sus conftrictos tiva". T-a crítica d.e I'a Fonora'renoÍo$ia de y la teoría
reales. Fero "1o que se cla en F{egel para caracteñzat
hegeliana d,e la allenación se orienta entonces sobre
la esencia de esta escisién que debe ser abolida' no es u:r-hurnanisrno positivo, que debe superar y unir el
el hecho de que la esencia hurnana se objetive inhtlma'
icXealisrno y eX naturalisino o materinlismo'
narnente, sino que se objetiva distinguiéndose del pen- La dialéctica <1e1 ser y 'le la riada en tr{egei es du-
sami.ento abstracto". FIegel considera siempre etr acto' dosa,afirrrratambiénel-Manusctito.E|conocimiento
abstracto de postular alguna cosa, de forr'¡rular una velifica la nada del objeto; es justan"lente eso lo que
afirntación lógica. Lo define corno el originar üná s€' une la teoría d.iaiéctica y la de la alie¡ración' El ob-
rie ctre produótos abstractos para alejarse luego de jeto cle conocer: es su alienación.
eltros. Fórrnula el problerna de la "apropiacién de
las 'nt es idéntico al acto
en objetos .bj.to es un espejisrno, tlna apariencia del conoci-
fuerzas esenciales del hombre convertidas rni.ento que se op"*u a sí rn.isrna y en consecuencia se
y en objetos extraños", pero esta apropiación tt?.** oj"". a ia t ada. En tanto que relación con el objeto'
á" r.ráu qo" ..t la autoconciencia, en la abstracción' eiia está fuera de sí, aunque perrnanece corno sí mis-
o'La reivinclicación del mundo objetivo para el hom'
Áa: es.tá n,alienacla"- La te<¡ría positiva d"e ia alienación
bre, el cor¡ocimiento del hecho de que ' ' ' la religión' humana no puede sino rechazar esta dialéctica del ser
la riqueza, etc., no son más que la realidad alienada y de la nada.
io tanto el caneino hacia la verda'
del hbrnbre
-por En Fnegel etr pensamiento se da para toda la vida
dera realiclad humana- (toman) en Hegel una forma er:.tera. gl homUre, atravesando y superando *11 sg
tat que la sensibilidad, la retrigión, el poder del Estado otro pretende reencontrarse en el Espíritu pi-lro' ¡Etr
se presentan como esencias espirituales"' No s€ en- pensámiento r¡uelve a hallarse a sí rnismo en la locura
cuentra entonces en la FenotrcnolaSía más que un
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66
en tanto que locura! La vida "alienada" es reconocida
como vida verdadera: en la religión, en el derecho y la sofo de la religión. Hegel niega la religiosidad real"
vida política, en la filosofía, por fin. "Conocer y vivir, pero la afirrna y la restablece en seguida como "ale-
es postularse, afirmarse en contradicción con uno mis-
goría de la existencia filosófica". Por consecuencia,
rno, en contradicción con el conocimiento y la esencia "esta superación ideal deja su objeto intacto en reali-
del objeto". tr a negación hegeliana de la negación no dad". Hegel se opone a lo inmediato no filosófico;
es entonces la afirmación de la esenci.a verdadera del luego acepta fiiosóficarnente la realidad inmediata.
hombre por la negación de su esencia imaginaria. Su- El Manusctito econórnico-filosóÍico rechaza la 16-
prime, por el contrario, esta esencia concreta y trans. gica dialéctica para aceptar la teoría de la alienación,
forma en sujeto la falsa objetividad, la abstracción: el modificándola profundamente. Esta posición se preci-
pensarniento puro, el saber "absoluto" sin objeto. sa en el curso de los años 1845 y 1846, durante los cua-
les Marx y Engels confrontan con la filosofía de Feuer-
En la superación hegeliana, las determinaciones eli.
rninadas permanecen en tanto que rnornentos inmóvi- bach el humanismo al cual ellos fueron conducidos por
su propia experiencia y por su crítica detr hegelianisrno.
les del movimiento total: derecho y propiedad priva-
da, Estado, religión, etc. "Su esencia rnóvil no se mani- El estudio del desarrollo del pensamiento marxista no
fiesta más que filosóficamente". Un sirnple pensa- nos rnuestra un ooperíocJo feuerbachiano", sino una in-
miento puede ser sobrepasado por un pensamiento tegración y al misrno tiernpo una crítica continua del
puro. La Fenomenolasia "deja subsistir los funda- pensamiento de Feuerbach.
rnentos materiales, sensibles, diferentes formas aliena- I-os jóvenes hegelianos de izquierda que buscaban
das de la conciencia"; describe la relación del Arno y supef,ar a Hegel dependían demasiado directarnente
cl.e él para emprender una "crítica extensa" del hege-
del Esciavo, pero la esclavitud real subsiste y la liber-
tad hegeliana no es más que espiritual. Describe la lianisrno. Tornaban de é1 fragmentos, categorías aisla.
conciencia infeliz y expresa el sufrimiento espiritual clas, corno por ejernplo la autoconciencia (Cf.. Ideolo.
gí:; Atremana, págs. 8 a 10). Estos jóvenes hegelianos
del mundo rnoderno, pero no quiere ponerle fin más
que por y en la filosofía. Todo ser, todo hombre, toma liicieron una seudocrítica de la religión, quisieron ter-
así una segr-lnda existencia, la existencia filosófica, la minar como intérpretes de la teologia (1. 4., pág.215)
única real y verdadera para Hegel. El hombre existe y se contentaron con cambiar los nombres de las co-
sas y de las categorías, colocando al Hombre en gene-
filosóficamente; su existencia religiosa, política, etc.,
es en realidad religioso-filosófica, político-filosófica, ral, o a 1o Unico, o & la Conciencia, en lugar de la
o'substancia" y de la 'osubjetividad" de Hegel. Consi-
etcétera. Por eso no es religioso sino en tanto que filó-
deraron religiosan'lente estas categorías. En lugar de
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69
r:i6n hurnana. Hegel parte de la alienación, la niega por
analizar las representaciones religiosas, "canonizaron" la filosofía, luego la restablece en la Idea especulativa'
el rnundo daclo. No quisieron, en consecuencia, cam- La especulación en sí misma debe ser superada'
biar rnás que la conciencia, justificando de otro modo
1o existente, es decir, aceptándolo por medio de <¡tra II) Fundó el materialismo verdadero haciendo de
interpretación. la reiación del hombre con el hombre el principio fun-
"Comparado con Hegel, F euerbach es bastante po. rlarnental de toda teoría.
bre, escribirá l\{arx en 1865 (artículo del Soziai-de- III) Opuso a la negación hegeliana de la negación,
mokrat sobre Proudhon), y sin embargo hizo época". ,rue declara ser lo positivo absoluto, lo positivo fun'
Entre los jóvenes hegelianos, luego de Marx y En- tiado positivamente sobre sí mismo: la naturaleza, el
gels, sólo Feuerbach, en efecto, ha cumplido una obra lrombre viviente, sujeto y objeto sensibles.
seria. A la embúaguez especulativa de F{egel, opuso Sin embargo, esta d<¡ctrina es aún limitada' Reduce
una "filosofía sobria" estableciendo o'los grandes prin- rl hornbre al individuo biológico, aislado, pasivo, por
cipios de toda crítica de la especulación kregeliana y lo tanto una vez más a una abstracción. Este "hom'
por lo tanto de toda metafísica" (Lu Sa¿irada Familia, l¡re" feuerbachiano no es todavía rnás que el individuo
II, 249). El pensamiento feuerbachiano ha reducido a burgués y típicarnente alemán (Id. Alem', pág' 32)'
la nacla tra dialéctica conceptual, "esta guerra de los lieuirbach désdeña aquello que en el hombre es acti'
dioses que sólo conocen los filósofos". Feuerbach puso viclad, comunidad, cooperación, relación de los indivi-
al ho¡nbre en prirner plano. Criticó por 1o tanto a He- tJuos con la especie humana, es decir, el hombre prác-
gel como hegeliano. Hegel es contradictorio: si el es- tico, histórico y sociai. Deja entonces de lado lo con'
píritu se vuelve naturaleza, la materia se vuelve espí- creto humano verdadero, ya que "el ser humano, el
rito (Cf. PhiI. der Zukunft, páe. 5 y La SaSrada Fa- srer del hombre, es un conjunto de relaciones sociales"
milia, II, 150). Es necesario, en nombre del hegelia- (Tesis VI sobre Feuerbach ' Id. Alem', págs. 31 y sigs')'
nisrno, devolver la realidad y la verdad a la natura. El humanismo de Fer-lerbach se funda entonces so'
leza. bre un rnito: Ia naturaleza pura. La naturaleza y el
ta gran "pf,aeza" de Feuerbach, había ya afirmado objeto le parecen "dados de toda eternidad"' en una
Iyfarx em el Manuscrito de 1844, consiste en: ¿irrnonía Áisteriosa con el hombre, armonía que sólo
percibe el filósofo. Bl objeto es propuesto como objeto
I) Probó que la filosbfía no es más que la religión t-i* intoi.ión, no como producto de la actividad social
sistematizada lógicamente. Debe ser condenada, lo o praxis. ta naturaleza de Feuerbach es la de ia selva
misnao que la religión, en tanto que forma de aliena-
7l
7A
virgen, o la de un atolón recientemente ernergido en el vida de la especie humana. El sentimiento religioso es:
Pacífico. Su materialismo es por lo tanto inferior al para él sólo una especie de error fijo, fatal, del indivi-
idealismo hegeliano por un aspecto esencial: el idea- duo aislado, separado de la especie. I{o ve en el senti-
lisrno partía de la actividad; de modo unilateral pero miento religioso un producto social determinado. Su
real, trataba de elucidar y de elaborar esta actividad. hurnanismo se iimita entonces a la contemplación de
Hegel vio que el hombre no está dado biológicamente" individuos aislados en la sociedad contemporánea. De
pero se produce en la historia y por la vida social, se donde esta sociedacl no es ella rnisrna más que una
crea a sí misn-lo mediante un proceso (Manuscrito forma de alienación que se trata de superar. Es nece-
de 1844). sario transformar el rnundo, en lugar de variar las in-
El materialismo de Feuerbach permanece unilate- terpretaciones.
ral y contradictorio. La actividad hurnana, en la rne. Feuerbach, es cierto, se presenta como n'hombre de
dida en que la examina, es para él teórica y abstracta. comunidad"; ¿pero qué sentido práctico puede tener
El hombre es considerado corno objeto sensible, no esta fórmula? (Id. Al,ern., pág. 231). Busca demostrar
como actividad sensible, y su sensibilidad no aparece que los hornbres han tenid"o siempre necesidad,los unos
más que como potencia produc.tiva. Fetrerbach no de los otros; por 1o tanto, quiere solamente producir
rornpió entonces con esta escolástica filosófica que "una conciencia correcta de un hecho inexistente". En
coloca fuera de la práctica el problerna de la existen- lo humano no ve rrás que relaciones espontáneas y
cia de las cosas y del valor del pensamiento (Cf. Te- afectivas, sin aprehender jamás el mundo social "co-
srs I, II, XV). En este rnaterialisrno inspirado en el del mo actividad total, viva, de los individuos que la cons-
siglo xvlIl, el pensamiento, las necesidades, las ideas, tituyen" (páe. 34). Feuerbach idealiza el amor y la
los individuos son explicados por la educación; de arnistad, ¡como si la religiosidad les agregara algo!
donde ello no explica nada, ya que los educadores Los coloca en lo ideal y en el futuro, fuera de 1o real.
mismos tienen a su vez necesidad de ser educados No se eleva por encima de una concepción abstracta
(Ct. ?esis III). del hornbre, de la alienación humana, de la superación
F'euerbach muestra que la religién es una alienación de la alienación.
del mundo profano o laico. ¿Fero de dónde surge que Y sin embargo'ndel hecho de que Feuerbach mü€s-
este mundo profano se haya así desdoblado y proyec- tra en el rnundo religioso una proyección ilusoria del
tado en las nubes? Es necesario que sea por sí mismo rntrndo terrestre, de ese hecho se propone a la mente
dividido, escindido, inconsciente de sí. Feuerbach no alernana la cuestión no resuelta por él: ¿cómo los hom-
explica la alienación históricamente, partiendo de la bres se introducen esas ilusiones en la cabeza? Este
72 73
problema franquea para teóricos alema- t¡ue "conciencia de rebaño"o animal y biológict' 59-
-los
-incluso
-(lá. tracia o"* "o'i""pción
nes- el camino materialista del [uidamente, se vuelve real, eficiente, especialmente
ercÁ., páE'215). E'n lugar de tratar de ,j.rr, la división del trabajo. Sin embargo, desde el mo-
*""ao; elser rnento en que hay división del trabajo material y es-
;;;;*"d'er o de constiuir sin presuposiciones para ella mis-
o los seres, esta concepción observa "las presuposlclo' ¡rirituai --desde que la conciencia existe que
es verda' i,lu- puede ima[inarse que es otra cosa Ia con'
nes materiales como üles"' Por esta tazón' Pierde de vista sus pro'
.'ienciá de la praxis existente.
- p" hecho,crítica.
deramente
los individuos reales, sus acciones' sus ¡rias condicio|es. La reflexión naciente
del individuo
dadas y consciente quiebra la totalidad social, en el momento
condiciones de existencia -las que les son y se ampli'
aquellas que crean- son observables
empíricarngnte" l)reciso en que esta totanidad se desarrolla
un modo de vida f i.", p"ro añí donde en la división del trabajo toda ac-
El;;a" áe prodo.ción d'e la vida es
son tal como produ- tivláád no es más qr¡e una actividad parcelaria' Por
de los individuos. Los individuos la¡1o$y9"
la vida; es ,rtoá p"rte, la división del trabajo atribuye
cen su vida. "La conciencia no deterneina
ia-vida la que determina la conciencia" (Id' AIem" t.iónyelconsumoaindividuosdiferentes...División
pag. fS). Es necesario partir del hornbre activo real rlel tiabajo y propiedad son expresiones idénticas"'
y representar a partir áel proceso vital real (que se La comuniclád entra en conflicto con los individuos'
y reso' liinaimente, "la potencia propia del hombre se vuelve
continúa y reproduce cada día) las reflexiones
lo subyuga' en
una potencia extraña que se ie
nancias ideológicas de este proceso'
---F"r^ -opone,
que el hombre arribe a la conciencia' son
rlec€' tugai de ser d'ominada por él'0. Cada uno está constre-
sarias por lo menos cuatro condiciones
o presuposicio' iiiáo a su esfera, prisionero de su actividad, sometido
de
subsistencia; b) la a un conjunto que no comprende"' Esta cosificación
;;a"i la producción de medios una vez satisfecha
d'e
la activiáad social y de nuestro producto en una po-
oroducción de necesidades nuevas,
i;-;J;;; necesidad v adquirido va su instrumento' tencia que escapa á nuestro control, I'ue decepciona
y separa nuestras esperanzas y reduce a la nada nuestros cálcu-
iá á"" constituye "el primer hecho histórico"
al hombre de ia animalidad; c) la otg'anización los,esuno^delosmomentosprincipalesdeldesarro-
de.
-la
es Je.ir, de la familia; d) la cooperación ito. Es la alienación real del hornbre real' Toma espe-
reproducción,
cle los individuos, la orguttizaciln
práctica del trabajo cialmente la forma de la esclavitud, de los conflictos
o'comurti-
17 v sigs')' cntre ciases, en el Estado. El Estado es una
;;"i;i iCr. ¡¿. Aie'm', p?gs: principio "? "?i"l:ll'l
un prod'ut-t:::11: riad ilusoria", pero sobre la base de conexiones exis-
es por io tanto desde el
y p"t*anece. Al comienzo,la conciencia no es mas tentes: interviáne en los conflictos corno árbitro, pre-
"rí
74 75
rr,'r,consigue la unidad del idealismo y del rnaterialis-
sentándose en nombre del intelés general, en tanto
rf prese;tido y anunciado por el Manuscrito de 1844'
ro
que representa los intereses del grupo social que de*
tenta el poder político.
i^u ,r" forrnado, el materialismo histórico se vuel'
vc contra ia filosofía en la cual se originó: contra el
Esta alienación del hombre puede ser superada, pero lrt:gelianismo, contra la filosofía de Feuerbach y con'
solamente en condiciones prácticas. Es necesario que rr¿ila filosofía en general. La actitud filosófica €S cof].
se vuelva- "insoportable", oponiendo "la masa despo- tcmplativa. Consecuencia lejana de la división del tra-
seída a un mundo existente de riquezas y de cultura", l,^ió, esta actitud es una actividad mutilada, unilate'
lo que supone un alto grado de desarrollo de la poten- ,,ri. Po. ie qqnto la filosofía llega precisamente a la
cialidad hurnana. Sin ello la abolición de la alienación ,'oncitlsión de que la verdad se encuentra en la totali-
no podría rnás que universalizar la privación, en lugar rl¿rcl" Se condena por ello, al no poder ser la actividad
de universalizar la riqueza, la abundancia y el poder. riLrprema, eficaz, total. Lo verdadero es lo concreto'
La ldeologia Alemana indica por lo tanto las tesis l,as abstracciones filosóficas carecen de eficiencia" No
o'tnás allá" espiritual'
fundamentales del materialisrno histórico. IWotivado t'xiste 1o absoluto inmévil, el
por el examen filosófico del problerna de la alienación, f ,as proposiciones de la petennis
phitrosaphia son tau'
apremiado por el esfuerzo por profundizar y concretar rotogías, o bien no reciben un sentido definido más
el humanisrno, el rnaterialismo histórico se integra y ,1o" pot un contenido histórico y empírico' "Elevarse
supera la filosofía de Feuerbach. Torna su punto de ¡r.,r éncima de1 rnundo rnediante la reftrexión
pura es
partida en la más filosófica de las teorías hegelianas: t'n realidad permanecer encerrado en la reflexión" ('[d'
en la teoría de la alienación. Se integra con esta teo- Aleffr., pág. 238). La universalidad verdadera, corlcr€-
ría, transformándola profundamente. La creación de! ta, está fundada en tra praxis. El materialisrno trata de
hombre por sí mismo es un proceso; lo hurnano atra- r estituir al pensarniento su forrna activa,
la que tenía
viesa y sobrepasa momentos inhumanos, períodos his- antes de la separación de la conciencia y del trabajo,
tóricos que son "lo otro" de lo humano. Pero es etr cuando se haúaba directarnente ligado a la práctica'
hombre práctico quien se crea así. Hegel había expre- tri acto que propone el pensarniento humano y separa
sado, transponiéndola, la esencia del proceso histórico. al hombie del animal y de la naturaleza flue un acto
Feuerbach había indicado el sujeto real de este pro- plenamente creador, si bien logró la escisión interna
ceso, pero reduciendo singularmente el alcance y la áe la realidad humana. Se trata de reencontrar' a un
arnplitud de la teoría hegeliana. El materialisrno his- nivel superior, esta potencialidad creadora total' El
tórico, claramente expresado en La ldeoloSia Al,ema^ materialismo histórico realiza la filosofía, superándola.

77
to
T-oma la decisión *filosófica en supremo grado.-- de fuerzas productivas, de capitales, de relaciones socia-
r:.o cie;iarse engañar pr:r las ilusiones de cada época y les, que tod.o individuo y tocla generación encuentra
de crear una dcctrina realmente universal" Lá triple coffro dada, es el fundamento reai de lo que los filó-
e,',igeircia de la filcsofía (eficacia, verdad, universáli- sofos se han imaginado como <<substancia>> y r.<esencia
dnd dei pensarniento) no puede ser llevacla a cabo en hurnana>>; este fundamento no está ctrel todo pertur-
ei pianc' de la filcsofía. Es necesario superar la esf¡ecu- bado. . . p{)r el hecho de que esc¡s filósofos se vuelvan
lación. "ta filosofía irrdeper¡diente piercle su rneclio cle contra él er¡ tanto que <<autoconciencia>> o <<única>>"
existencia { Ei xi s ie nzmerÍ.ium) cur¿neJc¡ L}no se represen- (nri. Alern., pág.27).
ta lo real" Er¡ su lugar nei puede efierecer rnírs que un f-a ideolag|a alernana contiene tarnbién una teoría
resunlen c1e lcs resultaetros más ge.neratres del estudio cletr individ.uo concreto, dirigida contra ei individua-
el.el cies*rrollo histól'ico" (fcf. Alerm., pág. l6). ,,trls ne- o'para em-
lisrno abstracto rle Stirner. La alienación'
cesaiio cÍejs.r Ia filosofia de lado y ¡lcnnrse corno un pXear un tórmino cornprensibtre para los filósofos", no
l"lo;:¿lt;re ordinario al estudio cje la realidad, para la eu pato Rl[arx y Engels una nnción metefí$ica. La atrie-
cual existen materiales inrnenscs que natLxralmente nación del hornbre, en general, no es rnás que una abs-
perfilanecen ignorados por lcs filósofc¡s',. Las filosofías tracción. "L,os filósofos se representaron, como ur"l
son "id.eol6eicas", es Cecir, transT:osiciclnes cje lo real" ideal, bajo el nombre del Flornbre, al individuo que no
teoríe.s ineficaces y unil*,.era1es, :nconscientes dr) strs está sometido a ia división del trabajo". Expresaron
conciiciories v de su contenido, presentaricio siernpre abstractarr"lente la contradicción entre tra condiclén
ios interr:ses particulares ccrno universales y sirvién- humana real y las necesidades de los hombres (páe;.
dose de at¡stracciones "co,qificad.as". 408). El proceso histórico ¡r social que va de la anima'
ta cc,ncepcién materlaXista eie Ia trristoria o,consiste, li<iad prirnitiva a ia era de la abundancia y de la liber-
partieildo de la produr:ción rnaterial de la vida inme- tacl, detre ser estudiado ernpíricamente. La alienación
diata, en desarrollar el proceso real, en concebir la es un aspecto de este proceso. Hubo aquí, hay aírn,
forrna de las reiaciones ligarlas con el modo ctre pro- "cosificación" de las relaciones sociales con referenc.ia
riucción y creadas por ói (ia sociedaci civil en sus dife- a los individuos. Solarnente existen los indivicluos, ciue
rentes gracics) cofilc) t¡ase de la histc;ria; en e:ipresarla no son "únicos", sino seres reaies, los mismos doquiera,
en s!.1 acción conlo FJstaclo; en explicar a partir de ella con relaciones necesarias y rígidas entre ellos, en una
los productos y forrnas de la conciencia, la religión, la etapa de su desarrollo, y retrnidos los unos con los otros
filcsofía, la rnoral, etc.. . . El medio forma a los horn- meáiante relaciones complejas, concretas' móviles.
bres y ios hor¡rbres folrnar¡ el rnedio. Esta suma de Estos individuos no pueden vivir y desarrollarse rnás
tao
to 79
interés "privado" proceso histérico y ia aliena-
que en la vida de la especie humana, en la vida especí- -el
ción actual del individuo- son dos aspectos del mis-
ficamente humana, es decir, en la comunidad. Les es
necesario trroy "subyugar" prácticarnente las potencia- mo desarrollo. Su oposición es sólo rnomentán€&, r€-
lidacles alienadas y "cosificadas", de tal forma que sean lativa a condiciones sociatres determinadas: la división
reintegradas al cuerpo social y a la vida de los indivi- cie la sociedad en clases. Uno de esos aspectos es pro'
duos unidos libremente en la comunidad. Les €s D€- clucido, combatido y reproducido sin cesar por el otro'
cesario especialmente superar la división entre la vida Es necesario sobrepasar esta fase de la historia, no en
puramente individual del individuo (su vida ,,priva. Lrna unidad a la manera de F{egel, "sino en la destruc'
dr") y la parte de su ser: que está subordinada a la vida ción materialmente condicionada de un modo de exis'
social, a la especializaci1n, al grupo del cual forma par- tencia histórica de los individuos" (pt. 227 -228) '
te (clase), a la lucha que libra contra los otros indivi- El individuo aislado, el Unico de Stirner,, es una abs"
duos (concurrencia). Ftrasta aquí, en las sociedades di- tracción, como el Hornbre en general. Pero el indivi'
vididas en clases los intereses personales se desarrollan duo completaneente desarrollado, de acuerdo con la
a pesar de las personas, en "intereses c1e clase, que ad- vida de lá especie y el contenido específico de la vida
quieren inclependencia frente a persorlas individuales, hurnana individuo libre en la comunidad libre-
y en esta autonornía toman la forma de intereses ge- -el
no es una abstracción. Este individuo concreto y com-
nerales y en tal concepto entran en conflicto con los pleto es el instante supreüro del pensarniento, la fina-
individuos reales" (pág. 226>. Estos intereses se apa. lidad última de la actividad.
recen a los individuos como superiores a su individua- El individuo abstracto arriba a un resultado para'
lidad. En este cuadro, las actividades personales no clójico. "El egoísmo de conformidad consigo misrno
pueden rnás que alienarse, solidificarse, o cosificarse transforrna a cada hornbre en un Estado policial se-
(sich versachlichen) en cornportarnientos automáti- creto. El espía Reflexión vigila cada rnovimiento del
cos, exteriores a las personas. Se diría que existe en los espíritu y del cuerpo. Toda acción, todo pensarniento,
individuos una potencia externa y accidental con rela- toáa rnanifestación vital se vuelve rnotivo de reflexión,
ción a ellos, una serie de potencialidades sociales ,,que es decir, cie acción policial. El egoísrno de acuerdo con-
deterrninan a los individuos, los dominan y se les apa- sigo misrno consiste en erle desgarrarniento del hom'
recen como sagradas". Son las costumbres, los compor- t¡re dividido entre el instinto natural y la reflexión
tarnientos que el individuo cree ser, todo cuanto hay (¡:lebe interior, criatura y policía interna, creador) ' " "
de más profundo en él y que le viene de su clase. (p. 2a0). Bs así que et egoísrno burgués o pequeño'
Stirner no comprendió que el interés general y el
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80
burgués intercaia entre sí mismo y toda cosa, todo
deseo, todo ser viviente, los cálculos de intereses. tor "cuya actividad se limita por una parte a un tra-
Las necesidades humanas son plásticas, y se multi* bajo penoso, por otra parte al goce del pensamien.
plican, lo que contituye un progreso esencial. Vivi- to. . . y en quien las relaciones con el mundo se redu-
mos en un medio natural y social que nos permite. cen al rnínimo como consecuencia de una condición
una actividad y una satisfacción "multilaterales". Es miserable, es inevitable que si experimenta todavía la
por lo tanto absurdo creer que se pueda rcalizar la. necesidad de pensar, su pensamiento sea tan abstracto
vida individual bajo la forma de una pasión única, como él mismo y como su vida; se convertirá en una
sin satisfacer al individuo por completo. Tal pasión potencialidacL fija, cuya puesta en movimiento le su-
torna precisamente un carácter aislado y abstracto, n-linistrará la posibilidad de una salvación y un rego-
"alienado"; "se rnanifiesta frente a mí mismo como cijo mornentáneo".
una potencia extraña... Su taz6n no se encuentra en La alienacién rnás exactamente la "cosifica-
la conciencia, sino en el ser. .. en el desarrollo empí- -o
gió¡"- de las actividades humanas es por lo tanto un
rico y vital del individuo" (p. 242). El individuo así hecho social, y tarnbién un hecho interior, contempo.
mutilado se desarrolla absurdamente. Por ejemplo, el ráneo precisamente de la forrnación de la vida interior
pensarniento se vuelve su pasión; se compromete en y "privada" del individuo. Una psicología de la alie-
una monótona reflexién sobre sí mismo que lo lleva. cracién es posible. Somos individuos alienados. Todos
a declarar que su pensamiento es su pensarniento; sin nuestros deseos tienen un carácter brutal, unilateral,
embargo, ello es falso en tanto que explicación del irregnlar. Aparecen sólo por azat, raramente, y sólo
pensarniento, pero verdadero en exceso en lo que con- cu.and<¡ son estimulados por la necesidad fisiológica
cierne al individuo: su pensamiento no es otra cosa elernental. Y. se exteriorizan brutalmente, superando
que su pensamiento. "Bn aquel cuya vida encierra un ¿r otros deseos, dominando al pensamiento mismo. El
largo círculo de actividades diversas y de relaciones, individuo puede, incl.uso, tomar por su "vocación" una
prácticas con el mundo, que lleva una vida multila- ectividad rnutilada y unilateral. Es así completamente
teral, el pensamiento tiene el mismo carácter de uni. engañado y despojado. Él está "aplastado por el azat".
versalidad que las otras manifestaciones. Este indivi. Hasta aquí uno llama libertad a la simple posibilidad
duo no se fija corno pensamiento abstracto y no tiene Ce aprovechar ctre la sr-lerte.
necesidad de giros complicados de la reflexión para Si bien la acción contra este estado de cosas puede
pasar del pensamiento a cualquier otra rnanifestación aparecer a ciertos individuos como una vocación y una
vital". Por lo contrario, en un pedagogo o en un escri, exigencia moral, esta acción no puede ser puramente
rnoral. Se trata de esperar una nueva etapa de la civi-
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B3
lizaclón y de la cultura, de obtener las Misetia de la Filosoiia (1846-47> contiene textos
condiciones de existencia- un despliegue -cambiando
de las vir. particuiarrnente ciuros para este método hegeliano, que
tualidades humanas. Se trata de una nu.eva oocreación reduce n'por abstracción y por análisis, todas las cosas
de poderío" (p.284). La revuelta moral (stirneriana) atr estado de categoría lógica". IJna cosa sc vuelve un
contra lo existente, lo social y lo "sagrado" bajo todas cuerpo, luego espacio, luego cantidad pura. "lUno no
sus formas, no es más que una canonizaci1n del vago ti,ene rnás que hacer abstracción de todo carácter dis-
descontento de los pequeños burgueses (p. 287). Sólo tintivo de los diferentes movimientos para llegar a un
el proletariado moderno que experimenta hasta sus movimiento". trJno se irnagina entonces encontrar en
últimas consecuencias la privación, la alienación y la esta fórmula lógica del rnovimiento el método abso-
cosificación, puede querer prácticarnente (es decir, en luto que explica a la vez el rnovirniento y las cosas.
el plano de la práctica social, política) la superación "En tazón de estar todas las cosas reducidas a una
de la alienación. categoría lógica, y todo movimiento, todo acto de
El sentido de la vida reside en el pleno desarrollo producción al método, se sigue de ello gue todo con.
de las virtualidades humanas. Ir[o es la naturaleza, junto de productos y de producción, de objetos y de
sino el carácter contradictorio, el carácter de clase de rnovirr¡iento, se reduce a una metafísica aplicada". El
las relaciones sociales, lo que lirnita esas posibilidades n'rétodo hegeliano suprirne pura y simplemente el con-
y las pataliza. tenido, reabsorbiéndolo en la forma abstracta, en el
Espíritu y la Razón pura. ¿Qué es entonces este rné,
El rnaterialisrno dialéctico todo absoluto? La abstracción del movimiento... la
fórrnula purarnente lógica del movirniento o el movi-
En el Manuscrito de 1844, en La ideología alemanao rniento de la razón pura. ¿En qué consiste el movi-
y en todas las obras de esta época, la Lógica de Hegel rniento de la taz6n pura? En plantearse, en oponerse,
está tratada con el n'¡ás grande desprecio. lMarx y En- en componerse, en formularse corno tesis, antítesis, o
gels atacan sin mirarnientos esta "historia esotérica ¡nejor aún en afirmarse, negarse, negar su negación",
del espíritu abstracts" a los homb,res rea. El movirniento diaiéctico (el desdoblarniento de todo
-s¡¡f¡¿ño
les-, de la cual el filósofo es el elegido y la filosofía pensamiento en pensamientos contradictorios, en po.
el órgano. Partiendo de la lógica hegeliana, el hijo en- sitivo y negativo, en sí o no, y tra fusión de estos pen.
gendra al padre, el espíritu a la naturaleza, el con. sarnientos) hace nacer grupos, series de pensamientos,
cepto a la cosa, el resultado al principio (Cf. La Sa- en consecuencia, el método entero de l{egel. "Aplicad
prada Familia, ÍT, 27 8). este método a las categorías de ia economía política,

B4 85
tendréis la lógica y la metafísica de la economía polí_
tica; en otros términos, tendréis las categorías ec-onó_ blerna humano, transforma y supera a la filosofía.
micas conocidas de todo el mundo, traducidas en Lln En su esfuerzo por aprehendei el contenido _históri.
Ienguaje poco conociclo',, lo que les da el aire de bro. co, social, económico, hurnano y práctico_ Marx V
tar frescamente de la cabeza del pensador, y de €flcá. Engels elirninaron el método toimat. El movimiento
denarse y engendrarse por el solá rnovimiento dialéc- de este contenido implica cierta dialéctica: oposición
tico. Así, para FIegel, todo lo que sucedió, toda la filo- de las clases, de la propiedad y de la privación,
sofía de la historia "no es más que la historia de la süp€.
ración-de esta oposición. pero esta áialéctica'ya-no
filosofía, y de su misma filosofía". Ér cree construir el está adherida a una estructura der devenir exorásable
mundo en el rnovimiento de su pensamiento, en tanto en conceptos. Está concebida como dada práctica"
que no hace más que sistern atizar y ordenar con su rnente y verificada empíricamente.
método abstracto pensarnientos quá todo el rnundo En la misrna época, la teoría económica de 1Marx
tiene en su rnente (Miseúa de la Filosatía" II" la ob- no está_ por elabor"¿", V rnenos aún siste,
servación) matizada. Sólo "o-pleto
han aparecido exiosiciones fragmen,
La dialéctica tregeliana parece entonces irremedia- tarias y polérnicas. tas categoríás económical son,
blemente condenactra. Las primeras exposiciones so- para lMarx, el resultado de una cornprobación
bre ternas económicos de Marx (y en especial l\diseúa empi,
rica. Permanecen separadas unas dé otras, todavía
de la Filosotia) se presenta", como empiricas. La teo- rnai determinadas (Miseria de la Filosotia confunde
ría de las contradicciones sociales en el 4Wanitiesto el trabajo y la fuerza de trabajo). La teoría de la
de 1848 está rnás bien inspirada en el humanisrno y la plusvalía, de la superproducción y d. t". crisis (con
-q,ru
"alienación", en el sentido materialista del térrnirr", sus consecuencias políticas) será elaborada sólo des.
en la lógica hegeliana. La división de la sociedad -en pués de las crisis económicas de trg4g y 1g75.
clases desigualdad social- sólo puede ser aboli- Será necesario esperar el año 1g5g
da por -la
aquellos cuya "privacién', rnaterial y espiritual la prirnera rnención no peyorativa de táiara
descubrir
diatéctic a he,
es tan profunda que no tienen nada que perder. geliana. "Ffe hecho irnpoitantes descubrimientos,
En esta época, por lo tanto, el materialismo dialéc- es.
cribe lWarx a Engels el 14 de enero de 1g5g. He tirado
tico aún existe. Uno de sus elementos esenciales, la por la borda toda la teoría del beneficio tal como exis,
dialéctica, ha sido expresamente rechazado. Sólo ha tía hasta ahora. En el método de elaboración tuve
sido formulado el materialismo histórico, cuyo ele- mu.
cha suerte porque accidentalmente (Ffeiligráttr-án,
mento económico, invocado como solución del pro- contró algunos volúmenes de Hegel que hablan perte.
necido a Bakunin y me tós envió corno regaló) he
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87
los. . . una forrna social no desaparece jamás antes de
vuelto a hojear la Ló$ica de lIegel. Cuando llegr-le el
tiempo de volver a ocuparme de estos trabajos, tendré que sean desarrolladas todas las fuerzas productivas
gran deseo de hacer accesible al sentido común en dos que puede contener; y no es substituida por relacio-
.res superiores de producción hasta que las condiciones
ó tr.* páginas irnpresas el elemento racional del rné'
todo déscubierto y al mismo tiempo mistificado por de existencia de éstas relaciones no hayan sido incu-
bad.as en el seno de la vieja sociedad. Es por ello que
I{egel". El ln de febrero de 1858, Marx señala a En-
gels las pretensiones hegelianas de Lasalle. 'nApren- la humanidad sólo se plantea problemas que puede
áerá a sus expensas que no es lo rnismo conducir a resolver. . . " (Textos dél prefacio a la Conttibución,
recordados por Engels en el artículo mencionado)'
una ciencia hasta el punto en que pueda ser expuesta
dialécticamente, que aplicar un sistema abstracto y
El otro eiérr¡ento del pensamiento marxista ha sido,
prosigue Engels, la diaiéctica hegeliana' Ella respon-
construido en su totalidad mediante la lógica".
C"ía "á trn problema que, en sí, no tiene nada que ver
Resr.llta de esta correspondencia que el método dia'
léctico fi¡e reencontrado y rehabilitado por Marx, lue- con la economía poiítica", a saber, el problerna d91rn9-
go de sus trabajos preparatorios para la Ctitica de la todo, en general. trl método hegeliano era inutilizab\e
Écanornia Potítica y EI Capital.I-a elaboración de las bajo su fot-. especulativa. Fartía de la idea" y se
categorías económicas y de sus conexiones internas ha trátaba de partir áe hechos. Sin embargo, de todo el
superado al ernpirisrno, alcanzando el nivei del rigor material lóg1co existente, era elílnico elemento valioso.
científico, y tomado ahora la forma dialéctica. Incl*so bajo su forrna idealista, el desarrollo de las
Un importante artículo de Engels (aparecido en 186-4 ideas era paralelo al desarrotrlo de la historia. "si las
en el Piebfo de Bruselas) sobre la Conttibución a Ia verdaderas relaciones de las cosas estaban invertidas
Cútica de Ia Economía PoÍítica, indica con precisión y puestas de cabeza abajo, su contenido no dejaba
los dos elementos del pensamiento marxista plena- poi ello de influir en filosofía. . . Flegel fue el primero
rnente desarrollado. La concepción materialista de la iou *" esforzó por mostrar en la historia un desarrollo,
historia afirn'la que tras condiciones de existencia de una ley interná. . . IVtrarx fue el único capaz de sacar
los hornbres deterrninan su conciencia y que "a una partidá de la Lógica de Hegel. . ., de restablecer el
cierta etapa de su desarrollo las fuerzas productivas *étodo dialéctico -clesembarazado de su envoltura
materiaies entran en conflicto con las relaciones de idealista- en la forrna simple mediante la cual se
producción existentes. . . De formas de desarrollo de convierte en el modo preciso de desarrollo de las ideas.
las fuerzas productivas que eran hasta ahora, esas Consideramos la elaboración del método en que se
relaciones de propiedad se transforman en obstácu- basa la crítica de Marx de la economía política, como

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8B
inherentes a toda existencia humana organizada y las
un resultado que cede apenas en importancia a la con, cstudia en tanto que condiciones concretas de existen'
cepción materialista fundamental". El método dialéc. cia de estilos de vida, de culturas. Las relaciones, mo-
tico ha venido, pues, a agf,egarse al rnaterialismo his- mentos y categorías simptes están implicados -histó-
tórico y al análisis del contenido económico, cuando rica y metodológicamente- en las determinaciones
éste estuvo lo suficientemente desarrollado para per- rnás ricas y complejas, pero no las agotan. El conte-
mitir y para exigir una expresión científica rigurosa. nido dado es siempre una totalidad concreta. Este con-
Eiaborado por primera vez bajo la forma idealista, en tenido complejo de la vida y de la conciencia es la
tanto que actividad del espíritu que toma conciencia verdaCera realictrad que se trata de lograr y de eluci-
del contenido y del devenir histórico; elaborado de dar. El materialismo diaiéctico rlo es un economismo'
nuevo partiendo de d.eterminaciones económicas, eI Analiza las relaciones y ltrego las integra en el movi-
método dialéctico pierde la forrna idealista y abstrac. miento total. "El solo hecho de que sean relaciones
ta sin desaparecer. Por el contrario, se torna más co- impiica la existencia de dos eletnentos presentes. Cada
herente al unirse a un materialismo profundizad,o. *rró dt estos elementos es considerado en sí mismo'
Idealisrno y materialismo están no solarnente reuni- De este examen surge el carácter de su relación mu-
dos, sino transformados y superados en el rna-terialis- tua, de su acción y reacción recíprocas. Se producirán
rno diaiéctico. antagonismos que exigen una solución.. . Examina-
"Este rnétodo parte de las relaciones fundamentales o.*ot el carácter de ésta y veremos que ha sido obte-
más sirnples que reencontrarnos, de hecho, histórica- nida por med.io de la creacién de una nueva relación,
mente. es decir, las relaciones económicas" (art. cit.). de la cual desarrollaremos los dos términos opues'
Este texto responde por anticipado a ciertos marxistas tos" (Engels, art. cit.).
simplistas" así corno a la rnayor parte de los críticos aunqué hriut" no prosiguió nunca su proyecto de
del r'¡-rarxismo: las relaciones económicas no son ias una exposición de su metodología dialéctica -y si
únicas relaciones; son las rnás simples, las que uno des- bien é1 no ernpleó nunca las palabras "rnaterialismo
cubre como "morrientos" de las relaciones complejas. dialéctico" para designar su doctrina- los elernentos
Según la interpretación corriente, el rnaterialismo dia- de su pensamiento son incontestablemente los que ex'
léctico considera las ideas, las instituciones, las cultu- presan estos térrninos. Se comprende que ¡aV1 acjnl
ras
-la
conciencia- conlo una construcción superfi. iuado con cierta "coquetería", como él misrno lo dice
cial y sin relieve sobre una substancia económica, la (en el prefacio a la 2q edición de El Capital), la forma
única sólida. El verdadero materialismo es completa- diulé"ti"a de str exposición económica, luego de haber
-rnente diferente. Determina las relaciones prácticas
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90
sido tan severo para con toda la "metafísica de la eco.
nomía política". verdadero punto de partida" (Inttoducción a Ia Cti-
Su rnétodo 'ono es sólo diferente por sus fundamen-
tica de Ia Econornia Política). El análisis de la reali-
tos del método hegeliano; en realidad es directamente dad dada, desde el punto de vista de la economía po-
lo contrario". I-as ideas no son más que las cosas lítica, llega a "relaciones generales abstractas"; divi-
transpuestas y traducid.as en la mente de los hombres. sión del trabajo, valor, dinero, etc. Si uno se atiene al
I-a dial.éctica hegeliar¡a debe ser invertida para que análisis, se ha "volatilTzado" la representación plena
pueda ser descubierta bajo la envoltura mística su en determinaciones abstractas. Se ha perdido lo con-
rnédula raci.onal (Cf. EI Capital, I, XLVII). La dia. creto que presuponen estas categorías económicas que
léctica es un 'ométodo de exposición". I\darx tóma esta no son rnás que "relaciones unilaterales abstractas de
palabra en un sentido denaasiado fuerte. La "exposi- un todo concreto y viviente ya dado". Es necesario
ción" no es otra cosa que la reconstitución completa volver a haliar ese todo yendo de lo abstracto a lo con-
de lo concreto en su movimiento interno; no se trata creto. La totalidad concreta es así la elabonación con-
de una simple yuxtaposición o de una organización ceptual del contenido captado en la percepción y la
externa de los resultados del análisis. Es necesario par, representación; ella no es, como lo creía Hegel, el pro.
tir clel contenido. El contenido tiene la prirnacía; es ducto del concepto engendrándose a sí mismo por en.
el ser real el que determina al pensamiento d.ialéctico. cirna de la percepción y de la representación. "El todo,
"Ei método de investigación tiene por objeto apro. tal como se lxls aparece en la mente como un todo
piarse en detalle de la materia,, analizar sus diferentes mental, es un producto de esta rnente pensante, que
forneas de desarrollo, y descubrir sus leyes internas". se apropia del rnundo de la única forrna posible para
El análisis determina entonces las relaciones y los mo. ella"; es decir, por Fl estudio científico. El dato real
rnentos del contenido complejo. Seguidarnente, sólo el puede por lo tanto permanecer siempre presente co.
movirniento de conjunto puede ser reconstruido y "ex. mo cóntenido y presuposición (op. cit.).
puesto". Cuando la vida del contenido se refleja en las Hegel distinguía las categorías
-determinaciones
cletr pensamiento en su relación inrnediata con los ob-
ideas "uno puede irnaginarse que tiene entre manos
una construcción a priori". De un modo general o'lo jetos, con las intuiciones, observaciones y experien-
concreto es concreto porque es urla síntesis de diver. cias- del concepto, cuya ciencia era para é1 la lógica.
sas determinaciones, la unidad de lo mírltiple. En el El concepto tenía, segíln Hegel, rnucha más impor-
pensamiento aparece como proceso de síntesis, como tancia y veracidad que las categorías: la verdad de
resultado y no como punto de partida" aunque es el las categorías les venía del concepto, en tanto que
retornadas en su rnovirniento interno v sistemático.
92
o?
micas tienen una realidad concreta y objetiva, y ello
La dialéctica materialista da necesariamente un papetr de dos maneras: históricamente (en tanto que mo-
esencial a las categorías. Ellas poseen una verdad por mento de la realidad social) y actualmente (en tanto
sí misrnas, sin tener necesidad de estar adheridas al. que elementos de la objetividad social). Y es con esta
concepto en general y a su desarrollo puramente ló; doble realidad que las categorías se encadenan y vuel.
gico. Hay categorías específicarnente económicas, re- ven a entrar dialécticamente en el movimiento total
sultantes de las relaciones del espíritu con el conteni- del mundo.
do, con el objeto económico. Los textos citados más Un objeto, un producto de la actividad práctica,
arriba de la Introducción a la Critica de Ia Economia responde a una necesidad práctica: tiene un valor de
Política consideran sin embargo las categorías corno uso. En ciertas condiciones sociales (cuando existen
abstracciones. El análisis arribaría así a relaciones técnicas suficientes, una producción que sobrepasa las
esenciales en el estudio del contenido considerado, y necesidades inmediatas de los productores, medios de
que sin embargo carecerían de existencia y de verosi- comunicación, etc.), el objeto entra en el intercambio.
militud fuera del todo. Pero entonces, ¿cuál es la re- El acto de los productores que intercambian un objeto
lación de la categoría con el todo y con el concepto de puede ser descrito de mírltiples formas: psicológica-
ese todo? ¿F{ay una abstracción económica, resultan- rnente, sociológicamente, económicamente. Para el
te de la aplicación subjetiva de la reflexión a los he- economista esos productores confieren al producto
chos específicamehte económicos? ¿Cómo reconstruir darse qusnf¿- una segunda existencia muy di-
un todo concreto con elementos sin verdad y sin rea- -sin
ferente de su materialidad. El objeto entra en nuevas
lidad? relaciones sociales y contribuye a crearlas. Esta se-
Parece que entre los trabajos preparatorios a la Crí' gunda existencia social es abstracta y sin embargo
tica de Ia Economia Politica (1857-1859) y El Capital real. Sólo existe el objeto material; por lo tanto, el
(1867) Marx profundizó nuevamente su concepciótr valor del objeto se clesdobla en valor de uso y valor
de la dialéctica. Las categorías son abstractas, en tan- de cambio. Estos dos aspectos del valor no se separan
to que elementos obtenidos por el análisis del conte- nunca completamente y sin embargo se diferencian y
nido actual y dado, en tanto que relaciones sirnpies y se oponen. En y por el intercambio, los productores
generales implicadas en la realidad compleja. Pero no cesan de estar aislados. Forman un nuevo conjunto
puede haber abstracción pura. Lo abstracto es al mis- social. El intercambio de mercancías tiende a poner
mo tiempo concreto. Lo concreto es al rnismo tiernpo, fin a la economía patriarcal y natural. Este nuevo
y en cierto sentido, abstracto. No existe para nosotros todo social funciona con relación a los individuos co-
más que 1o abstracto concreto. Las categorías econó-
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mo un organismo superior. Les impone especiaimen- producción necesita de un tiempo determinado. Los
te una división y una distribución del trabajo confor- trabajos individuales entran en el medio social por el
me al conjunto de las fuerzas productivas y de las tiempo de trabajo que representan, por la duración
necesidades sociales. Los productores y grupos de pro" objetiva y mensurable que exigen. Los tiempos de los
ductores deben entonces trabajar :en cada rama de trabajos individuales se totalizan: el conjunto de los
la producción- para la demanda social. Si la pro' tiempos de trabajo consagrado por la sociedad a su
ducción de un grupo determinado no corresponde a producción se confronta con el conjunto de los pro-
una dernanda, o si la productividad de ese grupo cae ductos; se establece de esta forma un promedio social,
exageradarnente por debajo de la productividad social el cual determina la productividad promedio de la so.
general, queda eliminado de rnodo autornático por la ciedad en cuestión; por una especie de inversión, cada
cornpetencia. La sociedad distribuye entonces con cier- tiempo de trabajo individual y cada próducto s€ €vá-
ta fatalidad brutal, ciega, su potencialidad de trabajo lúan ahora tanto que valor de intercambio- co-
total entre las diferentes ramas de producción. La ley -en del tiernpo de trabajo social prome-
rno un fragmento
del equilibrio de esta sociedad mercantil surge brutal- r.lio (es necesario no confundir el tiempo de trabajo
mente de la contradicción general entre los producto- social, hornogéneo y abstracto, con el trabajo indivi-
res, de su cornpetencia. El proceso que ha desdoblado dual no calificado; este error es cometido por muchos
el valor en valor de uso y valor de cambio ha igual- críticos). Nadie calcula este promedio social. El misrno
mente desdoblado el trabajo humano. Éste es por una surge objetiva, espontánea y automáticamente, de la
parte trabajo de individuos vivos, y por otra parte confrontación (regrarto equitativo) de los trabajos in-
trabajo social. Los vatrores de uso, los trabajos de los dividuales de los productores concurrentes. El valor de
individuos vivos, son cualitativos, heterogéneos. El va- cambio de un producto (y la moneda es uno de esos
lor de cambio y el trabajo social son cuantitativos. productos) se mide por la cantidad de trabajo social
Esta calidad y esta cantidad están ligadas pero son qLre representa. El desdoblamiento del valor en valor
distintas, y se hallan en interacción la una sobre ia de uso y valor de cambio se desarrolla entonces en una
otra. El valor de carnbio se mide cuantitativamente: dialéctica compleja en la cual nos volvemos 4 €ncon-
su rnedida específica es la rnoneda. El trabajo cuanti- trar con las grandes leyes descubiertas por Hegel: uni-
tativo es un medio social en el cual desaparecen todos dad de las contradicciones, transformación de calidad
1os caracteres cualitativos de los trabajos individuales, en cantidad y de cantidad en calidad. ..
salvo uno, que es cornún a todos esos trabajos y que El valor de uso es concreto. El valor de cambio
los vuelve conmensurables y comparables: todo acto de mera categoría económica, la más simple de todas, -pri-
ob-
96
97
tenida por el análisis de 1o concreto económico actual en un promedio social. La Mercancía, una vezlanzada
y punto de partida del movimiento de pensamiento a la existencia irnplica y encierra las relaciones socia-
que trata de reconstituir esta totalidad gens¡sf¿- sg les entre hombres vivientes. Se desenvuelve sin embar-
una abstracción. Y sin embargo es también concreto. go con sus leyes propias e impone sus corisecuencias.
Con su aparición, la historia entra en una nueva fase, y tr-os hombres, ahora, son solarnente puestos en relación
el desarrollo económico en un grado superior. El valor por la intermediación de los productos, de las r¡'lercan-
de cambio fue el punto de partida de un proceso emi- cías y del mercado, de la moneda y del dinero. Las
nenternente concreto: la economía de mercado, que rela.ciones hurnanas parecen no ser más que relacio-
aparece cualitativa de un acrecenta- nes entre cosas. Sin ernbargo, no es del todo así. O me-
-consecuencia
miento cuantitativo- cuando los productores de mer- jor dicho ello no es más que parcialrnente cierto. En
cancías y los intercarnbios se hubieron mr-lltiplicado. realidad, las relaciones vivientes <le los individuos en
Tan pronto corno fue constituida, la categoría r€ac. los grupos y de esos grLrpos entre ellos se manifiestan
cionó contra sus condiciones, recompuso el pasado hu- por esas relaciones entre las cosas: el intercarnbio de
mano, determinó el porvenir, desempeñó el papel del productos y las relaciones de dinero. Recíprocarnente
destino. No es ni la suma rnecánica, ni el resultado esas relaciones e¡-rtre cosas y cantidades abstractas no
pasivo de las actividades individuales. Esas activida- son rnás que la apariencia y tra expresión de las relacio.
des la producen y la reproducen; pero la categoría es nes humanas en un modo de producción determinado,
algo nuevo y necesario con relación al azar individual; en el cual los individuos (concurrentes) y los grupos
domina ese azar y surge corno el efecto promedio, glo- (clases) entran en conflicto? en" contradicción. Las re-
bal y estadístico.1 Los individuos parecían los únicos laciones inmediatas y directas de los individuos htr-
concretos. Y de repente, delante de ese objeto social manol están envueltas y suplantadas por relaciones
fi]¿¡sado, con sus leyes inexorables- al cual se mediatas y abstractas que las enrnascaran. I a objeti-
-sl
sometieron y que les impuso \a "fuerza. de las cosas", vidad de la mercancía y del mercado y del dinero es a
los individuos no son más que abstracciones. . . la vez una apariencia y una realidad. Tiende a funcio.
Y sin embargo, no existen más que relaciones vi- nar como una objetividad independiente de los horn-
vientes entre individuos vivientes, actos y aconteci- bres; los hombres (y más particularmente los econo-
mientos. Pero se entremezclan en un resultado globaln mistas) llegan a creer en una realidad independiente
de las relaciones objetivas en la abstraccióo tn€rcán.
.1 Sobré el determinismo y el azar, cf. Hegel, Lógica Mayot, Iff, cía y dinero. "Llarno a ello el Fetichismo, que ad-
p, 2; Engels, Dial, Natut, p. 267. hiere a los productos del trabajo, desde que son pro-
9B 99
ducidos como mercancía y que en consecuencia es inse- cuadros, chocan con esos límites, contribuyen a la
q?5a. de la producción de mercancías,' (E/ Cap. T, creación,continua de la categoría fundamental.
36). El Fetichismo es a la vez un rnodo de existencia En segundo lugar, el valor de cambio funda preci.
de la realidad social, un modo real de la conciencia y samente la objetividad del proceso económico, histó-
de la vida hurnana, y una apariencia, una ilusión de lá rico, social, que ha dado por resultado el capitalismo
actividad humana. El Fetichismo y la magia primiti- rnoderno. Momento esencial de la historia económica,
va expresan la dominación de la naturaleza sobre los el valor de cambio ha acompañado el desarrollo de la
hombres y el poderío ilusorio de los hombres sobre la producción y de las necesidades, el acrecentamiento
naturaleza. El fetichisrno econórnico expresa la domi- de las relaciones humanas. Espontánearnente los hom-
nación sobre los hornbres de sus productos, y el pode- bres tienen de ello sólo una conciencia indirecta y mis-
río ilusorio de los hombres sobre su propia-orgániza- tificada. No reconocen pueden hácerlo- en el
c-ión y sus propias obras. En lugar de depend.r?. urra
mercado str propia obra-no que se vuelve contra ellos,
descripción etnográfica, el nuevo fetichismo v la vida brutal y opresivamente. Creen en la absoluta objeti-
fetichizada dependen de una teoría dialéctica de la vidad, en la fatalidad ciega de los hechos sociales. La
objetividad y de la actividad creadora, de la apariencia denominan destino o providencia. Para muchos horn-
y de la realidado de lo concreto y de lo abstrácto. bres modernos y en particular para los economistaso
En primer lugar entonces, el valor de cambio tiene las leyes del mercado son leyes o'naturales" absolutas.
una realidad histórica. Ffa sido la categoría dominan. Los objetos, los bienes, tienen la propiedad natural y
te y esencial en épocas determinadas: en la antieüe- abscluta de provenir del capital. Estos hombres (eco-
d.ad, en la Edad Media, en la economía de mercádo.
nornistas, Xegisladores) quieren por momentos reac.
En la economía moderna es, en sí mismo, ,,antedilu- cionaf sobre esas leyes mediante procedimientos to-
viana"; no es más que una abstracción, puesto que rnados más de la magia que de la ciencia: conferencias
está superada. Sin embargoo sigue siendo la basei el económicas, discursos, apelaciones a una misteriosa y
"mornento" fundamental perpetuamente reproducido. providencial confianza... Conocer los fenómenos eco-
No sería posible la existencia de mercado mundial. ni ¡rómicos es, por el contrario, estudiar sU proceso obje.
capital comercial, industrial o financiero, sin el inter- tivo, substancial, pero al mismo tiempo destruir, ne-
cambio perpetuo de mercancías. y es en la sociedad gar esta substancialidad absoluta, determinándola co-
moderna donde el comercio *la compra y la venta- mo una manifestación de la actividad práctica de los
ha tomado toda la extensión posible. De buen o mal hombres, considerada corno un todo (praxis). Porque
grado, las actividades individuales se ejercen en esos el contenido real, y el rnovirniento de este contenido"
100 101
consisten en relaciones vivientes de los hombres entrg cconómica, tlna objetividad a la vez más real y más
sí; los hombres pueden escapar a las fatalidades eco- aparente: más real, porque domina con mayor fuetza
nómicas. Fueden superar, después de haber tornado a los trombres vivos, y más falsa porque enmascara las
conciencia de ella, la forma momentánea de sus rela- relaciones vivas de los hombres mediante el desplie-
ciones; han resuelto siernpre, y pr-leden aún hacerlo gue del Fetichismo. Más aún que la rnercancía, el di-
"por la vía práctica, por la energía práctica,', las con- nero y el capital pesan desde afuera sobre las relacio--
tradicciones de sus relaciones. nes humanas, y sin embargo no sofl de ellas más que
El estudio de los fenómenos económicos rio es €rn. su expresión y su manifestación. "En el capital pro-
pírico; reposa sobre el movimiento dialéctico de las ductor de intereses, el fetiche automático se ha consu'
categorías. La categoría económica fundamental (el mado; tenernos el dinero que produce dinero. No exis'
valor de cambio) se desarrolla, engendra por ün rno- te más el pasado, la relación social no es más que la
virniento interno las determinaciones nuevas: trabajo relación de una cosa (dinero o rnercancía) consigo
abstracto, dinero, capital. Cada determinación com- misma...", escribirá Marx en la conctrusión de las
pleja sale dialécticamente de las precedentes. Cada Teoúas sobre la plusvalía (estudios destinados a for'
categoría tiene un papel lógico y metodológico: toma mar el últirno torno de EI Capital, recogidos después
su lugar en el conjunto explicativo que conduce a la d.e su rnuerte y publicados en 1904)'
reconstitución de ia totalidad concreta dada, el mun- El capital se presenta entonces ante las actividades
do rnoderno. Corresponde tarnbién a una época y se humanas "como una conclición objetiva, extraña, arr-
pueden deducir los caracteres históricos generales del tónoma". Se convierte en "cierta cosa en donde la
período en cuestió¡¡ cuadros de los acontecirn:;en- relación viviente se encuentra incluida, como real e
-l6sa partir de la categoría esencial
tos y de las acciones- irreal á l^ uer.. . Es la forma de su realidad"' En
para la época considerada. La deducción teórica debe esta forma se desarroila, existe socialmente, produce
así concordar con la búsqueda empírica y específica- sus consecuencias objetivas.
rnente histórica de ctrocumentos, testirnonios y aconte- El proceso histórico y social tiene entonces dos as-
cimientos. Luego de la época de la economía de mer- pectos inseparables. For una parte, es crecimiento de
cado, sobrevino la del capitalismo comercial, la del io.rr"t productivas, determinismo económico e histó-
capitalismo industrial, la del capitalismo financiero. rico, objetividad brutal. Pero esta objetividad no es
Cada una de estas épocas es una totalidad concreta; suficiente. No es la objetividad rnás alta: la de la ac-
se entremezclan, se encadenan, se superan. A cada ca, tividad viviente del hombre, que produce consciente'
tegoría corresponde un nuevo grado de la objetividad rnente lo humano. No nos dejamos engañar corno los

r02 103
fetichistas; no es más que una determinación unilate- turales los resultados momentáneos de las relacione$
ral. Lo más objetivo es al mismo tiempo lo más abs- humanas, en tanto que ciencia de un objeto substan.
tracto, la apariencia más irreal. Bajo otro aspecto cial exterior a los hombres, en tanto que realidad y
valioso, igualrnente verdadero- ef pro- destino económico. Esta alienación es real; arrastra a
-igualmente
ceso social es la alienación del hombre viviente. La los hombres vivos; pero no es más que su manifesta,
teoría económica del Fetichismo retomao eleva a un ción, su apariencia externa, su esencia alienada. Fuesto
nivel superior, explicita la teoría filosófica de la alie. que las relaciones humanas son contradicciones (es
nación y de la cosificación del individuo. Su actividad decir, puesto que los hombres están divididos en cla-
producto de su actividad* se presenta a él como ses) la solución de esta contradicción aparece 5r se des"
-el
otro, como su negación. El hombre actuante es el ele. pliega como una cosa externa, escapando a la activi.
mento positivo, fundado sobre sí mismo, de lo real y dad y a la conciencia: mecanismos económicos, Esta.
de la historia. Fuera de él hay abstracciones. La acti- dos e instituciones, ideologías.
vidad humana no puede alienarse más que en una "Es necesario desgarrar el velo de la vida substan-
substancia ficticia. Los hombres hacen su historia. La. cial", había escrito Hegel; Marx debía cumplir ese pro-
realidad histórica no puede ser más que una aparien- grama. La alienación substancial cosificación-
cia exterior a los hombres vivos, como una substancia -la
niega a los hombres vivos. Pero ellos la niegan a su vez.
histórica, econórnica o social, misterioso sujeto del de- El conocimiento y la acción disipan las pesadas nu-
venir. El verdadero sujeto del devenir es el hombre bes del fetichismo y superan las condiciones que le die-
viviente. Pero alrededor de é1, por encima de é1, las ron origen. El marxismo está bien lejos de afirmar que
abstracciones toman una existencia extrañao una rnis. la únicq realidad es económica y que hay una fatali-
teriosa eficacia; los Fetiches reinan sobre é1. dad económica absoluta. Afirma, por el contrario, que
Marx comenzó sus grandes estudios económicos el destino económico es reiativo y provisional, que está
mediante una "crítica de la economía política,'. Si se destinado a ser superado, :una vez que los hon-lbres
quiere cornprender su pensamiento profundo, esta pa. hayan tornad<¡ conciencia de sus posibilidades? y que
labra 'ocrítica" debe ser tomada en todo su sentido. esa superación será el acto esencial, infinitamente crea.
La economía política debe ser criticada y superada, dor, de nuestra época.
como la religión. El misúeúo social es de naturaleza, El proceso histórico, este abstracto-concreto, se des-
fetichista y religiosa. La economía política es una tri- arrolla contradictoriamente. La simple separación del
ple alienación del hombre: en los errores de los eco. valor de cambio y del valor de uso separa la produc-
nomistas, que toman por categorías eternas y leyes na- ción y el consumo; esos dos elementos del proceso €co-

104 105
nómico divergirán hasta entrar en contradicción. El *siempre más larga y más profunda- aparece como
descloblamiento del valor es la condición más inme' urra catástrofe natural en apariencia; purga y salva
diata y más sirnple de las crisis económicas; plantea a este sisterna, al rnismo tiempo que 1o conrnociona.
ya su posibilidad. El modo de producción capitalista No es la crisis econórnica la que destruirá el sistema,
es particularmente contradictorio, por "su tendencia sino la voluntad de los hornbres. - .
al desarrollo absoluto de las fuerzas productivas, ten- Las condiciones sociales actuales se caracterizan por
dencia siempre en conflicto con las condiciones espe' un retorno dialéctico de la propiedad. En su origen,
cíficas de la producción en las cuales se introduce el este cl.erecho estaba fundado en el trabajo personal,
capitatr" (EI Cap.,III, 240). La crisis económica ma. en la apropiación detr producto de este trabajo. Apa'
nifiesta esta contradicción entre la potencialidad pro- rece hoy como el derecho para aquellos que detentan
ductiva (la superproducción relativa) y el poder de los rnedios de producción, de apropiarse de la plusva'
consumo, entre el modo de producción y las condicio' lía, es decir, del tiempo de trabajo no pagado. La pro'
noEl
nes sociales de la producción. momento de la cri' piedad actual es la negación de la propiedad' privada
sis ha llegado cuando se acentúa el antagonisrno y la individual fundada en el trabajo personal. Pero en-
contradicción entre las relaciones de distribución y las gendra necesariamente su propia negacién nega-
fuerzas productivas". La crisis económica es dialécti' óiOn d. la negación- que "no restablece la -la
propiedad
ca. Arriba "normalmente" a una destrucción de las privada del trabajador, sino la propiedad individual
fuerzas productivas, hombres y cosas. Restabtrece así, fundada sobre las conquistas de la era capitalista: la
luego de un período más o menos largo de devastación ccoperacién y la posesién colectiva de los medios de
y estragos, la proporción entre el poder de consurno y proctrúcción producidos por el trabajo mistrno" (EI Ca"
el poder de producción. Entonces solamente pueden pital,I, 691).
volver a comenzar la animación econórnica, ia repro- Subjetivamente, el hombre actuante, el individuo
ducción ampliada y la acumulación del capital. Al natural y objetivo, atraviesa un proceso contradicto-
mismo tiernpo que la contradicción interna de esta rio. La alienacién no es una ilusión fija y permanente'
sociedad dorninada por la propiedad privada de los El individuo se aliena, pero en su desarrollo. La aiie'
grandes medios de producción, la crisis económica nación es la objetivación ilusoria y real a la vez de
expresa así su unidad interna. IQ.establece automáti- una actividad objetiva y existente ella misrna. Es un
ca y trrutalmente ei equilibrio. Es por lo tanto nor' rnomento en el desarrollo de esta actividad, en el po'
rnal y normalizadora en este sistema. Representa la d.erío y la conciencia creciente de los hombres. El in'
"fverza de las cosas" que le es propia; periódicamente dividuo viviente está librado a potencias externas
106 107
pero que no son sus potencias, su contenido objetivo. de su pensamiento teoría económica- no ha des-
Elevándose por sobre la exteriorizaciín, integrándo- -la
truido sino más bien explicitado y enriquecido el hu-
las, alcanzará su plena expansión. Riqueza y priva- manismo concreto.
ción religiosa y mala conciencia terres- ¡ El materialismo dialéctico
está formado y se ha
-conciencia
tre, cultura abstracta e incultura, Estado político y désarrollado dialécticamente.¡ Partiendo de la lógica
opresión práctica- han sido y son todavía contradic- hegeliana, el pensarniento rnárxista negó prirneráln€fl-
te ista lógica-en nornbre d'el materialismo, es decir'
ciones esenciales que desgarran la realidad humana.. de
Y sin ennbargo la riqueza es buena en sí misma; la un empirisrno consecuente. El descubrimiento del hom-
abundancia de bienes y de deseos da plenitud a la exis- bre cainal y natural (rnaterial) fue el primer momento
tencia; el Estado es una potencia organizadora; la. de este desarrollo. Parecía compatible con la idea he-
cultura es la rnás alta forma de conciencia y de vida. geliana, con el métoclo absoiuto, constructivo de su
Los fetiches tienen un contenido. El Fetichismo se átj.to abstracto. Y sin embargo este hurnanismo su-
dirige a la forma; superarlo significa discriminar la p.rO A materialismo del siglo xvltt, fundado en los
forma del contenido, superar su contradicción y rein- pri*ero, resultados de las ciencias de la naturaleza;
tegrar el contenido dentro de la vida concreta de los irnptricaba la teoría hegeliana de la alienación; daba
hombres. Es necesario reintegrar en la libre asocia- a lá alienación un alcance decisivo, atribuyéndole a la
ción de los individuos libr,es conscientes de su vez un lado bueno y un lado malo, determinándola co'
-yriquezas,
contenido social- el goce de las la potencia mo un proceso ..eádot' La teoría de la alienación' en
organizadora, la cultura, el sentido de la comunidad. el Maiuscrito de 1844, permanece más cercana del
raciánalismo hegeliano que del naturalismo de Feuer-
Unidad de la doctrina bach. Exige, sin embargo, la superación de la filoso-
fía especulativa, en ,ro*bt. de la acción y de la prác-
La publicación reciente del Manuscrilo de 1844 tica; ia práctica está concebida como comienzo ¡r cor
y de La ideoloSia alemana ha arrojado una nueva Áo ii", .o*o origen de todo pensamiento y fuente-de
luz sobre el pensamiento marxista, sobre su forma- toda solución, coáo relación fundarnental del hombre
ción y sus fines. viviente con la natutaleza y con su propia naturaleza'
Los textos en cuestión nos han revelado el huma. El estudio crítico de la economía (cuya importancia
nismo de Marx, ya conocido por la SaSrada Farni. fue concebida en primer lugar por Engels) viene en-
Iia, por la Cuestión Judia y la Critica de Ia FilosoÍia tonces a integrarJe naturalmente al humanisrno' en
del Derecho de Hegel. Muestran cómo el desarrollo, i;;a" qo" urráliris de la práctica social, es decir' de
108 109
las relaciones concretas de los hornbres entre ellos v tenido, sin que se pretenda definirlo a priori y aprisio-
con la naturaleza. Los problernas humanos rnás ui narlo) determina al pensamiento;
gentes se determinan corno problemas econórnicos.
solicitando soluciones prácticas, es decir, políticas: en 2' La dialéctica materialista es un análisis del rno'
razón de ser la política la instancia suprema de la virniento de este contenido, y una reconstrucción del
práctica social, el único rnedio de la acción consciente movimiento total. Es así un rnétodo de análisis para
sobre las relaciones sociales. cada grado y para cada totalidad concreta, para cada
La 3:rcfundización clel hurnanismo elesprende pron- situación histórica original. Al mismo tiempo, es un
to los elementos de clialéctica que contenía: diaréctica rnétodo sintético que se da por tarea la comprehen-
rle ias contraciiccio¡res históricas y de ias categorías sién del movirniento total. No arriba a axiornas, a
económicas, clialéctica Ce la ,,cosificación,' o aliena- constancias o perrnanencias, o a simples analogías,
ción. El rnaterialisn:o histórico, en tanto que ciencia sino a leyes de desalrollo;
de la economía, se integra con el r¡rétodo dialéctico. 3n El método dialéctico de este modo comprendido
Elevado por ello a un nivel superior, aparece corno la construye así el objeto histórico y sociológico, situan-
aplicación a un dorninio específico del rnétodo gene- do y deterrninando al mismo tienepo su objetividad
ral: la dialéctica cier¡tífica. La dialéctica, luegó de específica. Una objetividad grosera de la historia se-
haber sido negada por l\,{arx, se añade al materialismo ría inaccesible" trascendente al pensamiento indivi'
tr;rofundizado. trlla misrna ha sido desprendida de su c'rual, al concepto y al discurso; tendría un carácter
forrna rnomentánea y congelada, el hegelianismo. Ha fatal y aplastante; se dejaría describir indefinidarrerl-
cesado de ser etr rnétoclo absotruto, independiente del te sin que se pr.ldiera entrever el análisis explicativo
objeto, para devenir el mét<¡do científico de explora- y la eficacia. Recíprocamente, no hay ciencia sin ob-
ción ¡z cle exposición del objeto. Encuentra su verdad jetc, y sin objetividad; toda teoría histérica y socioló-
uniéndose al contenido real. gica que quiere ser u!-ra ciencia debe establecer la rea-
En otros términos: lidad de su objeto y definir el método que permita
abordar a este objeto. El materialisrno dialéctico res-
tro La dialéctica materialista confiere expresamente ponde a esta doble exigencia del pensamiento cientí-
la prirnacía al contenido. La primacía dei contenido fi.co. Establece la objetividad económica sin hiposta-
sobre la fonr¡la no es entonces más que una definición siarla; sitúa la realidad objetiva de la historia pero ya
del rnaterialismo; el materialisrno afirma esencialmen- la supera, en tanto que realidad independiente de los
te que el ser (descubierto y experimentado c@rno corr- hornbres. Hace así entrar a los hombres vivos ac-
-las
110 111
ciones, los intereses, y las finalidades y los designios rcsumen del estudio del desarrollo histórico: la más
generosos, los sucesos y los acasos nlta conciencia que el hombre real puede tornar de su
la trama v la f'r:rrnación, de su-desarrollo y de su contenido viviente'
-en una
estructura inteligible del devenir. Analiza toiali-
dad coherente y sin ernbargo multilateral y dramática. Categorías y conceptos son elaboraciones del conte-
nidoleal, aúreviaciones de la masa infinita de las par-
¿No es entonces alavez una ciencia y una filosofía,
ticr.llaridades de la existencia concreta' El método
es
un análisis causal y una visión general, un saber y una
actitud vital, una toma de conciencia del mundoclado 'Ñ ü Áxpresión del devenir en general y de son las leyes
abs-
universaies de todo desarrollo; estas leyes
y una voluntad de transformación de este rnundo, sin bajo formas
que uno de esos caracteres sea exclusivo del otro? tractas en sí mismasr pero se encuentran
concretos. El mé-
El movimiento y el contenido interno de la dialéc- ffi"ifi"nr en todos'lós contenidos
tica hegeliana ioho p.rte del encadenarniento lógico de las categorías
clecir, del racionalismo y det idea-
-es
lismo- son retomados fundámentaleso encadenamiento por el cual se descu-
en el materialismo dialéctico.
Es, en un sentido, rnás hegeliano que el hegelianisrno. ¡r. .r devenir del cual son la expresiónparticularidades
compendiada.

En la dialéctica especulativa subsistía una pluralidad Este rnétodo permite el análisis de las
de significaciones, posiblemente incluso una incompa- y situaciones específicas' de los dominios y de los con'
tibilidad entre esos diferentes sentidos de la dialéctica. tenidos concretos originales' Se torna método guía
La dialéctica en tanto que método de análisis del con- por la transformación de un mundo en el cual la for-
tenido excluía la dialéctica en tanto que construcción ina (económica, social, política, ideológica) no es ade'
cuad"L al contenido (a fa potencialidad real
y posible
a ptiori; y sus acepciones se acordaban mal con la
teoría de la alienación. dl proponer un objeto total del hombre sobre la naturaleza y sobre sus propias
y a priori (el saber absoluto, el sistema) Hegel iba obras) pero entra en contradicción con él'
contra el contenido, contra el devenir, la subjefividad El tércer Término es entonces la solución práctica
y la negatividad vivientes. El materialismo dialéctico a los problernas planteados Pol la vida' a los conflic-
ts; iontradicciones nacidos de la prácticasitúay-experi'
restablece la unidad interna del pensamiento dialéc- La superación se en el
tico. Disuelve las determinaciones estáticas atribuidas -.tit^dou prácticamente. puro del es-
por Hegel a la Idea, al saber, a la religión y al Estado. rnovimientb de la acción, no en el tiernpo
Rechaza toda construcción especulativa, toda síntesis pitit" filosófico. Ahí donde existe conflicto puede
metafísica. Las diferentes acepciones de la .dialéctica
l-pero ello no es fatal- aparecer una solucién que
se vuelven entonces no solamente compatibles, sino trárrsforr"e los térnninos y ponga fin al conflicto al su'
tarnbién complementarias. El método dialéctico es el nerarlos. corresponde al anátrisis determinar esta solu-
113
rt2
ción, a la experiencia desligarla. a la acción realizarla.
A veces no existe solución: ningún grupo social fue
capaz de poner fin a las contradicciónes económico"
lrl<'ma de la sociedad moderna, del "misterio social"
políticas del mundo romano decaclente. . . y <lesu superación- es central para el materialismo
rlirrléctico, que apareció a su hora, en esta sociedad,
La relación de los contradictorios deja entonces dc ('()mo expresión científica de su realidad, de sus con-
ser una relación estática, definida lógicamente y reen,
I radicciones multiformes, de las posibilidades que
contrada en seguida en las cosas, o negada en iombre
de un absoluto trascendente. Se convierte en una rela-
ru¡uélla contiene.
ción viviente, experimentada en la existencia. Muchas Sin embargo, para esclarecer la sociedad. industrial
rnoderna, el análisis debió rernontarse a sociedades
de las ilustraciones hegelianas de la determinación re,
rrrás antiguas; las determina en su relación con la to-
cíproca de los contradictorios (summum jus, summa
injuúa, la ruta hacia el Este y iambién la ruta hacia talidad concreta actualmente dada, en tanto que tota-
el Oeste, etc.) se vueiven insuficientes. Los términos lidades originales superadas, es decir, en la única
en presencia son energías, actos. La unidad de los, realidad histórica concebible y determinable. Bajo
f'ormas específicas descubre en el pasado ciertas rela-
contradictori.os no es solamente interpretación concep-
tual, escisión interna; es lucha, relación dramática áe ciones (como por ejemplo la relación del Amo y del
f,Isclavo, denominada por Marx "explotacién del hom-
energías que son sólo las unas por las otras y que no
pueden existir rnás que las unás contra las ttras. Es bre por el hombre") o aun ciertos tipos de pensamiento
así con el amo y el esclavo; o mejor aún, si se quiereo v de existencia social, como el Fetichismo. El dorninio
cl"el materialisrno dialéctico no puede entonces limi-
con las especies anineales. La lucha es una relación
tarse a lo actual. Se extiende a toda la sociología. Pero
trágica, en la cual los contradictorios se producen y se
sostienen mutuamente, hasta el triunfb de unJ de ia naturaleza misrna no existe para nosotros sino co-
ellos y la superación, o hasta la ruina recíproca. ta l;ro contenido, en la experiencia y la práctica hurnana.
contradicción, tomada en toda su objetividad, es mo-
Iilt análisis dialéctico es valioso para todo contenido;
expresa la conexión de los elementos y rnomentos de
vimiento; la relación lógica no es más que lá expre-
sión abstracta. La superación es acción y vida. vloto- tcdo devenir. Puede por lo tanto, al integrarse los co-
n.ocirnientos experimentales (físicos, biológicos, etc.)
ria de una de las fuerzas que sobrepu.u uiu otra trans-
formándola, transformándose a sí misma, elevando el y al ser verificado por ellos, descubrir incluso er¡ la
r¡.aturaleza de la cantidad y de la calidad transforma-
contenido a un nivel más alto.
ciones de cantidad en calidad, acciones recíprocas, Fo-
El problema hurnano más precisamente el pro_
-y laridades y discontinuidades, devenir complejo pero
analizable.
tt4
115
Las ciencias de la Nattrraieza son específicas. Re- r;:r¡;¡:iientoespecuiativo después de Hegel clisoció las
conocen y estudian conxo tales ias polaridades y <leterminaciolles y depreció los elernentos estructu-
opo-
siciones naturaies, físicas, biológrcas, etc. Utilizan ::iJes del devenir: la cantidad., la discontinuidad, la
la
"a$tucia del concepto" para estúdiar y modificar
cualidades por rnediación de las cantidádes,
ras 'racia relativa. El rnaterialisn'ro dialéctico evi.ta al pen-
sin sobre_ s;arniento hrlrnano esas recaídas en la conftrsión
v la
pasar nunca esas oposiciones. La ciencia
social exa- r¡nilate¡:alidad. La totalidad der neunco, et infinitá,fi-
rnina, por el contra.rio, las oposiciones para sobrepa- nito de la Natu¡.aleza, tiene u.na estructura determina-
sarlas. Las ciencias de la Natural eza y lás ciencias hie y su rnovirniento se nos vuelve inteligible sin que
so-
ciales so¡r creadoras específicamente, cada riea neces&rio atribuirlo a un espíritu orclenador. El
una de ellas
."1.*-" rnétodo y sus fines. Sin embargo, las leyes cle la o;:den v la estructura surgen cle la acción recíproca, del
realidad hurnana no pueden ser absólutameite dífe- conjunto de los conflictos y de las solucionls, dá las
rentes de las leyes de la Natural eza. El encadenarnien- destrucciones y Ce las creaciones, c1e las superaciones
to dialéctico de las categorías fundarnentales p".A. y de las elin'¡inaciones, de Los acasos 5, de ias necesi-
entonces tener una verdad universal. MIarx
ná está cia<tres, de las confusiones y de las involuciones. El
or_
comprornetido en esta vía (corno en la aplicación cle' s'rge del cievenir; la estructt*a del rnovimiento
eco-
nórnica del método ciialéctico) sino con rnucha pru_ rlo es disti'ta del rnovirniento; los desórdenes relati-
dencia. Sin en-rbargo EI CapitáÍ (cf. I, 252) indic^i.iu vos preparan un orden nuevo y lo rnanifiestan. . .
extensión, en el pensarniento rnarxist á, ta ¿iaiéc- Toda realidad es una totalidad, una y nrúltiple, dis-
tica concreta a la Naturaleaa, extensió",^,poor.g.riá;;;, persa y coherente, abierta sobre su por-r/enir, és decir,
Engels en Dialéctica d,e la Naturaleza. La.Jrr"rp""_ sobre su fin. Entre los ,'rnom.entos", no puede exis-
dencia de esta época (lgTA-lgT4) rnuestra que tir ni una finalidad puramente externa ni una finali_
la ten-
tativa de Engeis fue seguicla de cerca y *p"bb*da dacl puramente interna, ni una arn-ronía, ni choques
I\€arx.
Ílor
rnecánicos. Elernentos de una totalidacl, superadc,s y
El materialisrno dialéctico se universaliza así v to_ n'lantenidos en ella, lir¡ritados los unos por lás otros jr
ma su aniplitud fiiosófica: deviene une cGnceicién til ernbargo cleterminados recíprocamente, son los
generatr del mtrnclo, Lrna ,ol,Veltanctrrauung',,
t'rrr" filo. "fines" unos de otros. Existen fines sin finalidad. Ca-
scfía renovada, por lo tanto. da momento envuelve otros mornentos, aspectos o ele-
La interdependencia universal (Zusanrrnenhang) no rnentos venidos de su pasado. ta realiclad. desborda así
es' para el dialéctico materialista, una meecla si''for- el pensarniento; nos obliga a profundizar siempre, y
rna, un caos sin estructura. Sólo la decadencia sobre todo a revisar y profunclizar siernpre, nuestro's
del pen-

116 11n
'Ltr
principios de finalidad, de causalidad, de identidad. un pensamiento en movimiento. Bajo la forma de teo-
El ser determina nuestra conciencia del ser; y el ser ,ía leneral del devenir y de sus leyes, o de teoría del
de nuestro pensarniento determina nuestra reflexión conócimiento, o de lógica concreta, el materialismo
sobre nuestro pensamiento. ta realidad es Naturaleza, dialéctico no puede ser más que un instrumento de in-
contenido dado, aprehensible sin embargo en su infi- vestigación y-de acción, jan-rás un dogma' Él no defi-
nita riqueza por el pensarniento que progresa? apoyado ,r" pát" ei hombre la primacía; 1o que apareció en,el
en la praxis, y deviene de más en más penetrante y *rtu; el ser, la conciencia. Los jerarquiza; el ser (la
sutii, y tiencle hacia un lírnite rnatemático (hacia el nataraleza) tiene la prioridad, pero la conciencia tie-
cual uno se aproxirna siernpre sin alcanaarlo nunca), ne para el hombre lá primacía; 1o que apareció en el
hacia el conocimiento absoluto, la Idea. tien-rpo puede ser erigido, por el hombre y para el hom-
La dialéctica, lejos de ser un rnovimiento interior del bre, én valor superior. En tanto que doctrina, el ma'
espíritu, es real ante el espíritu, en el ser. Se impone terialismo dialéctico no puede de antemaflo ser €ri-
al espíritu. Analizamos primero el movimiento más cerrado en una definición exháustiva' Se definió ne-
simple y más abstracto, el del pensamiento más po- gativamente, oponiéndose a las doctrinas que limitan,
bre; descubrimos de ese modo las categorías más ge. áesde adentro y desde afuera, la existencia humana,
nerales y su encadenamiento. No es necesario segui- ya sea subordinándola a una existencia externa, ya
damente añadir este m<¡vimiento al movimiento con- sea reduciéndola a un elemento unilateral o á ufla €X'
creto, al contenido dado; tomamos entonces concien- periencia parcial concebida como privilegiada y de-
cia del hecho de que el movimiento del contenido y del iiniti ru. Ei materialismo dialéctico afirma que la ade-
ser se elucida para nosotros en las leyes dialécticas. cuación del pensamiento y del ser no puede reducirse
Las contradicciones en el pensamiento no provienen a un pensamiento, sino que debe ser alcanzada con'
solamente del pensamientoo de su impotencia o de su cretaÁente, es decir, en la vida y como potencialidad
incoherencia definitivas; vienen también del conteni- concreta del pensamiento sobre el ser'
do. Su encadenamiento tiende hacia la expresión del El pensamiento dialéctico no ha cesado nunca de
movimiento total del contenido y lo eleva al nivel de desarrollarse y de aparecer bajo nuevos aspectos: en
la conciencia y de la reflexión. el curso de la vida y en la obra de Marx y de Engels y
El saber no puede ser considerado como cerrado por luego de ellos.l Toda verdad es relativa a una etapa
la lógica dialéctica. Por el contrario: la investigación Cel análisis y del pensamiento, a un contenido social'
debe recibir de ella un impulso nuevo. La dialéctica,
movimiento del pensamiento, no es verdadera sino en I Cf.. Cuadetnos filosóficos, de Lenin'

118 119
No guarda su verdad más que siendo superada. Es ne- al pensamiento y a la actividad, los orienta obligándo-
cesario sin cesar y a la vez profundizar la conciencia los a tomar en cuenta elementos nuevos: en el fiIofir€fl'
del contenido y extender el contenido. En el pasado to en que la solución tiende, por así decir, a entrar en
como en el presente, la limitación de todo conocimien- la realidad, y reclama la conciencia y la acción- reali'
to provino de la limitación del contenido y de la forma zadoras. En este sentido la humanidad sólo se plantea
social. Toda doctrina, incluido el materialismo dialéc. los problemas que puede resolver. La resolución de
tico, depende de esta lirnitación, que no es del pensa. las iontradicciones án la superación adquiere así todo
miento humano en general, sino del momento actual su sentido práctico.
del hombre. El pensaneiento, en el momento en que La solución Tercer Término- no es tarea del
se vuelve conciencia de su naturaleza dialéctica, debe -el
espíritu. Nada reernplaza al contacto práctico con las
precisamente discriminar con la mayor atención aqlfe- ."*ur, ni la cooperación efectiva con los movimientos
llo que en el movirniento dialéctico de las ideas pro. y las exigencias del contenido.
viene del contenido real, y lo que proviene de la forrna La enérgía creadora se prolonga y se manifiesta hu-
actual del pensamiento. La exposición del materialis- rnanamente en y por la praxis, es decir, ia actividad
rno dialéctico no pretende poner fin al progreso del total de los hombres, acción y pensamiento, trabajo
conocimiento y presentar una totalidad cerrada de la material y conocimiento. La praxis es doblemente
cual todos los sisternas anteriores no hubieran sido más creadora: de contacto con realidades, por lo tanto de
que expresiones inadecuadas. Sin embargo, con la to- conocimiento, y de invención, de descubrirniento' El
ma de conciencia moderna de la potencialidad huma- materialismo áirlé"tico busca superar las doctrinas
na y del problema del hombre, la limitación del pen- que feducen la actividad del espíritu al conocirniento
samiento cambia de carácter. Ninguna expresión de1 áe lo consumado, o que le proponen lanzarse al vacío
materialisrno dialéctico puede ser definitiva; pero en del descubrimiento rttísti"o. Experiencia y raz6n, in'
lugar de ser incompatible y de cornbatirse, esas expre. teligencia e intuición, conocimiento y creación, no
siones podrán posiblemente integrarse en una totali. prr.d..t oponerse más que desde un punto de vista uni-
dad abierta, en vías de continua superación, y ello en lateral.
la rnisrna medida en que se expresen las soluciones a La praxis es el punto de partida y el de llegada del
los problemas que se le plantean al hombre concreto. mater-ialismo dialéctico. Esta palabra designa filosó.
La resolución de una realidad deterrninada con el ficamente lo que el sentido común llama: "la vida
movimiento total torna humanamente la forma de un real", esta vida que es \avez más prosaica y más dra'
problema. Hay problema cuando el devenir arrastra mática que la dél espíritu especulativo. La finalidad
1.20 t2l
'del materialismo dialéctico no es otra que
la expresión rlcvenir es entonces sólo repetición, apariencia absurda.
lúcida de la praxis, del contenido real de la vidá, y c;- l-os sufrimientos y desdichas de la conciencia tienen
rrelativamente, la transformación de la praxis una acción ritual y mágica que hará descender entre
"i,t"ál
en una práctica social consciente, cohererite y,libre. rrosotros al Espíritu absoiuto. Pero este espíritu hege-
La
finalidad teórica y la finaridad práctica liano permarlece siernpre singularmente narcisista, so-
miento y la acció¡ s¡s¿d6¡¿- son inseparables. -el .orroli. litario. Recubre con su autocontemplación a los seres
En Hegel, los momentos inferiores coexistían con los concretos y al movimiento drarnático del mundo.
mornentos superioreso en la eternidad de la idea y I-uego del materialismo dialéctico los hombres pue-
del
sisterna. El tiernpo, la historia, la libertad, devení; den y deben proponerse una soh¡ción total. El lIombre
irreales, se dejaban disponer en un cuad.ro en el cual
;ri no existe de antemano, metafísicamente. La partida
entraban todas las forrnas estabrecidas del derecto, á. no está ganada: los hombres pueden perderlo todo. La
las costumbres, de la conciencia. En el
materiarismo :;uperación no es nunca fatal. . . Pero es precisamente
dialéctico el carácter positivo y dinámic. d. ü ;;;;: de ese modo que el problema del Hombre y del Espí-
tiva es más profundo. Triunfo luego de un ritu toma una significación trágica e infinita; y que
el Tercer Término transforma reasumiéndolo"""tfi"'á, el con- aquellos que presienten esta significación dejan la so-
tenido de la contradicción; no tiene la solemnidad con. ledad para entrar en una auténtica comunidad espi-
servadora de la síntesis hegeriana. Así solamente pue- ritual.
de haber ahí movimiento real, historia dramátiia y
acción, creación y desarrollo, li6eración y tibertaá. dl
esquema rectilíneo del devenir es dem"*irdo sirnple;
el esquema triangular hegeliano demasiado mecánico.
En el materialismo dialéctico la representación está-
tica del tiempo es reemplazad,a por úna noción vivien-
te y directamente probada de lá sucesión, de t"
que elimina y crea. El hombre puede así asignarse """iár,
con
toda lucidez vna finalidad qué ..^ ,,rp.ruóió., y ex-
pansión.
En Hegel, en fin, la idea y el espíritu no parecen
producirse sino porque ya existen. La historü toÁa
el aspecto de una broma de mal gusto. Al cabo del

122 r23
CepÍtuto II
LA PRODUCCIÓN DEL HOMBRE

di-
"En tanto que ser natural, el hombre está dado"'
partida
ce el Manur"Tito de 1844. Én el punto de
de
ltr "ptoducción", se encuentra entonces la naturaleza de des'
¡loláei"" y material, con todo 1o que encubre presente' esta
.á""áao y t.ági"". Transformada, pero
de
náturaleza aparecerá sin cesar en el
contenido la
puerle.ex-
rri¿. ttrr*^rr.l. Lu naturaleza' es decir, el ser'
olorarse y expresarse poética, plástica o
científica'
i;;;i. Ui" aemición áe la y naturaleza volvería inútil
ianto al arte como a la ciencia suprimitía que una a la vez
,u utto.r"tttía y su movirniento; no sería más co'
ábstracción metafísica. La conciencia moderna
del "querer'
rnienza apenás a presentir la profundidad
.rrioir" naiural, sui contrastes y sus ambivalencias: su
Árr"l^ íntimá de agresividad y sirnpatía,furores-
sus fuetzas
tumultuosas y sus ápaciguamientos, sus !es-
tro.tot"* y su alegria. ¿Qué ocultan, qué significan
.".tgias bioiógicas que la Razón debe organizar
"uát Encierran, quizá, como Io
]r laciri"ár sin peiderlas?
125
han querido Hegel y los embriologistas, todo el pasado
de la vida orgánica; sin duda transforman también jeto (o conjunto de sujetos) porque el objeto y el sujeto.
profundamente sus elementos inorgánicos y orgánicos; nacen y aparecen presuponiendo la naluraleza. La me-
los instintos humanos no son más, exactamente, los jor representación que podemos hacernos de la natu.
correspondientes instintos de los animales. Nuestras raleza "en sl", fuera de nosotros, es sin duda negativa:
energías biológicas no pueden ser determinadas por el la Naturaleza es "indiferente,,, lo que no quieré decir
solo pasado de la especie, sino también por el porvenir hostil y brutalmente extraña, sino más bien indiferen.
que ellas comprenden. Bl Hombre fue ante todo, una ciada con relación al objeto y al sujeto de nuestra ex-
posibiiidad biológica, si bien esta posibilidad pudo de- periencia.
venir actuaiidad por una larga lucha, en la cual el En tanto que ser natural, el hombre contiene una
Inombre asume la creciente responsabilidad de su ser. multiplicidad de instintos, de tendencias, de fuerzas
Su actividad se vuelve poderío, voluntad. Gana vitales. Como tal, es pasivo y limitado. La necesidad
lorosamente- la conciencia. Se convierte, en tanto -de.
que objetiva de un ser carnal y natural requiere un objeto
conocimiento y en tanto que existencia carnal, en la igualmente natural. En tanto que tales, los objetos de
Idea viviente de la naturaleza; pero no deja de pertene- los instintos naturales del hombre (el hambre, el ins-
cer a esta naturaleza; sus energías caen en las de la na- tinto sexual) están fuera de él y son independientes de
turaleza, en ella se renuevan y se pierden. Posiblemente é1. El depende de ellos. Su necesidad, su faerua vital,
esas energías sean un refinamiento y, al mismo tiempo se transforman así en impotencia y privación.
y en cierto modo, una agotamiento de las energías fun- I-a relación del ser con el ser otro está así dada en la
damentales. El devenir es multiforme: evolución, re. naturaleza y experimentada "existencialrnente,' por el
volución, involución, declinación por una parte, áscen- hornbre natural, como exterioridad y dependencia. Al
sión por la otra. . . rnisrno tiempo que tiene otros seter poi objeto, este
El papel del pensamiento filosófico es eliminar las hombre es objeto para otros seres. Es a la vez sujeto
explicaciones prematuras, las posiciones limitativas y objeto opuestos pero inseparables: sujeto sensible,
que impedirían la penetración y la apropiación de ese daclo objetivamente en el organismo y en la conciencia
temible contenido de nuestro ser. Podemos solarnente biológica elemental, encerrando así una relación con
decir que la Naturaleza no es inerte, y que no es un otros seres que son para él los objetos de su deseo, pero
"alma" o un espíritu ya reales; que es necesario flo r€. que en sí rnisrnos son sujetos, objeto sensible para esos
presentársela como exterioridad grosera u objeto (o seres. El hecho de ser así objeto expone al hornbre na.
conjunto de objetos), o como interioridad pura o su- tural a las acometidas y las agresiones de los otros seres
vivientes. Sin ernbargo, un ser que no fuera objetivo
t26
127
sería un absurdo (un "Unding", dice el Manuscrito da Pues el hombre no es solamente ser de la naturaleza'
1844). Estaría solo, padeciendo una insoportable so. Es también humano. En y por el hombre,la naturaleza
ledad metafísica. Se deja de estar solo no cuando se :ie separa, se opone a sí misma, entra consigo misma
está con otro, sino cuando se es uno rnismo otro: otra ot* lucha Áás profunda que todos esos contrastesy
realidad que uno para uno misrno, otra realidad que "n
precedentes, que tódas las luchas de los individuos
el objeto para é1. Una reunión de sujetos puros (de de las especiel biológicas. El hombre' ser de la na-
mónadas) no los libraría de su soledad. LIn ser que no ür^l"rt,
^." vuelve icntra ella, lucha contra ella'
es el objeto de un deseo para otro ser, carece de existen" Para é1, ella es la fuente original y la madre; y sin
cia determinable. "Desde que yo tengo un objeto, ese embargo, no es más que la materia dada de sü ác-
ser me tiene por objeto" (Id.). ción; Jla es incluso en tanto que naturaleza externa
El ser natural tiene entonces su natutaleza flrera de su muerte y su tumba. Esta otra experiencia "exis-
él; es así que participa de la naturaleza. En esta eXp€, tencial", para emplear un término contemporáneo' es
riencia fundamental, la naturaleza se determina para igualmenle fundamental. Los objetos humanos no
nosotros como exterioridad de los elementos; p€ro, co- *" r"ás los objetos inmediatos naturales' Los senti-
rno lo decía Hegel, lo más exterior es al mismo tiempo rnientos específicamente humanos, tales como se rrlá-
lo más interior. Los seres naturales están estrechamen- nifiestan ob¡"tirrt*ente, no son más la objetividad
te unidos y dependen unos de los otros en su misma hurnana natural, la necesidad brutal, la sensibilidad
in-
exterioridad, en su lucha los unos contra los otros. En mediata. La naturaleza deia de estar presente inme-
tanto que tal, el hornbre natural es pasivo. En tanto que áiatamente y adecuadarnente al hombre' Como todo
es el ac-
sintiendo su pasividad, es decir, el impulso de su deseo ser natural el hornbre debe nacer' Su historia
y la impotencia de su deseo, se vuelve apasionado. "La to de su nacimiento, su infancia en la naturaleza, y sin
pasión, dice Marx, es una fuerza esencial del hombre .-L"rgo fuera de ella y contra ella' En el curso de esta
que tiende ha"cia su objeto". La pasión se halla así si. historiá, el hombre se erige por encima de la natura-
leza y poco a poco la domina' "La historia es la
tuada; no puede ser condenada por la razón, puesto his-
que el apasionado extrae sus fuerzas de las energías toria'nátural del hombre", dice Marx; pero este naci-
rnás profundas de la naturaleza; y sin embargo la pa- miento es una superación y una superación de más en
sión corno tal no debe ser más que la base y el punto *á, El hombre activo modifica la naturale-
de partida de la potencia; la potencia no depende más i^ torno de él y en él mismo' Crea su propia natu-
"orr."iente.
del objeto; dornina y contiene su objeto: la objetividad "n
ta|ezaylasuperaenél.ModificándolasegúnSüSfl€C€-
'de la naturaleza no es más que su lírnite v su fin, sidades se módifica en su actividad y se crea nuevas

r28 t29
necesidades. Se forma y- se aprehende
como potencia Análisis del ptoducto
que crea objetos, "productos,,. progresa
resolviendo.
activamente los problemas planteados por
su propia . En un producto cualquiera, incluso insignificante
acción. (esta mesa, este martillo, este árbol en el jardln) el as-
pecto subjetivo y el aspecto objetivo, la actividad y la
objeto y su superación tienen
l'la_"=u,lYid"{-delporiti.,.,i cosao están íntirnarnente ligados. Estos objetos son ob-
*Í^f:_:-"nificación
igualmente
ó¡:!to y sujeto son jetos aislados, separados de la naturaleza. Tienen
positivos y objeti""r. B.-ñ,i con.
objeto que está fuera de ""r"'";;:i
q,r. ia- actividad del
su_
tornos definidos y son rnensurables bajo diferentes as-
"il"
je.tosy=.""*..""áiol"o?""T", pectos. Tienen nombres que forman parte del discurso
l"^r.:.1:ryr."_,y.","o*ob
en relación- con los ón3et.*. L. humano. El término y el concepto terminan por fijar
:lT::t así ""if"rJ"á ,"
.. rotr",ior";-;;;;ff;;; el objeto, por inrnovilizar'!,o separándolo de la natuia-
tlTlr: como objeto.
Í.*::l
supera ta i-Tq
ela ;;;;áil;:"ü:
3i';;v a.i;;;i";
::b;e ,,li.i.
oposició"..d:l
leza.
Y sin embargo, esos productos perrnanecen aún co-
cubre l'J,.iJl_ mo objetos de la naturaleza. La naturaleza no sumi-
esta objetividaa-ruperio, a la objetividad
natural._en nistra una materia hostil a la forma; la materia indica
La unilateralidad de ras actitudes filosóficas ya la forrna que puede recibir el objeto.
ha sido, Todo producto objeto- está así €r ufl S€n-
$9t91ni1ada por la limitación de su soticitación inicial.l -todo
tido vuelto hacia la naturaleza, en otro sentido vuelto
EI idealisrno, eue- comenzl por la actividad pura
ft-lera de su contenido, llegó necesariamente
y. hacia el hombre. Es concreto y abstracto. Es concreto
a una ,,for_ en tanto tiene una materia dada. Es aún concreto al
malización" de esta.actividad. El positivismo,
pirismo o aun el rnaterialismo ordiiario, .f .*. entrar en nuestra actividad, resistiéndola y obedecién-
propárrí"., .n dola sin embargo. Es abstracto por sus contornos defi-
primer lugar el objeto, o lo dado o et nidos y mensurables, y también porque puede entrar
frecfro, prescin-
diendo de la actividad; dejaban por lo tanto en una existencia social, ser un objeto entre otros ob-
de lado_
esta actividad y rirnitaban al ser jetos similares y convertirse en el soporte de toda
ieal. una soticitación una
titgsOjica que quiera expresar completamente serie de relaciones nuevas que se agregarán a su mate-
Ia acti*
vidad humana debe partir de una noción
,a.
la del objeto bruto o la actividad pura. La ,i", lr'r*
rialidad (en el lenguaje, o aun en la evolución social
cuantitativa, en tanto que mercancía).
producto representa una unidad iuperior noción del
,,resume
Ia actividad,, (IWanusctito de 1g44,p.
y Exarninemos en un caso muy simple la acción que
S5). se aplica a un fragrnento de la materia. Tocla u""ió.,

130 131
productiva trabaja para separar un objeto <lefinido de rnente distintos; se oponen en una relación determi-
la enorme masa del universo material. Un objeto está nada. Forman un todo dialéctico bien determinado.
determinado en la medida exacta en que está aislado. El "producto" no debe ser considerado exclusiva-
Todo aquello que restablezca sus reiaciones con su mente en el espacio y en el instante. Una serie de fe-
contexto material, lo reintegre en la naturaleza. lo des- nómenos pueden ser igualmente encarados como pro-
!*y" en tanto que producto y en tanto que objeto ducto. Pongo agua al fuego. El recipiente protege al
hurnano: por ejemplo la herrumbre sobre esé martillo. líquido de todas las perturbaciones exteriores que po-
Para ser objeto y utilizable como tal, ese martillo debe drían impedir el resultado buscado. El conjunto: fue-
destacarse con la.mayor nitidez de contornos v de go, recipiente, líquido, debe ser considerado como un
realidad práctica sobre el fondo indefinido del un-iver- producto de la acción; y también la serie sucesiva de
so. Es "abstracto", pero de una abstracción que es una fenórnenos: elevación de la temperatura del líquido,
fuer za práctica concreta. ebullición. Esta serie está aislada en el tiempo, como
IJnos hombres levantan un fardo. En esta acción el conjunto de objetos está aislado en el espacio. Tal
simple la realidad del objeto comanda directamente la agruparniento de fenómenos, "consolidado" en el tiem-
actividad. La forrna del fardo, su masa, la dirección po, se denomina en términos científicos deterrninisrno.
que es necesario darle, son condiciones objetivas a las Esta serie es por una parte real, material y concreta;
cuales obedece la acción. por otra parte, el número de por otra parte es "abstracta" en el sentido más pre-
hombres que pueden cooperar, su fuerza física, entran ciso del término, ya que abs-traer quiere decir sepa-
corno elemento determinante en la serie de gestos sin- rar, destacar. El punto de partida de la abstracción no
cronizados que terminarán en el desplazamiento del está en el pensamiento, sino en la actividad práctica;
fardo. El trabajo de ese grupo humano tomará, por los caracteres esenciales de la percepción sensible no
pueden ser correctamente deducidos de un análisis de
una adaptación recíproca de los hombres y de la cósa,
pensamiento, sino de un análisis de la actividad pro-
una forma, una estructura, un ritmo. Estas observacio-
cluctiva y del producto. La abstracción es una poten-
nes pueden extenderse en ese caso muy simple a casos
cialidad práctica.
muy complejos: fabricación de un objeto, experiencias Toda producción supone el organismo, la mano, el
de-laboratorio, etc. En todo esfuerzo humano que se cerebro, el ojo. Supone también la necesidad. El orga-
aplique a un "producto', se forma una unidad concreta nismo y la necesidad son plásticos. Las tendencias hu-
del sujeto y del objeto, considerados prácticamente. El manas no están dadas originariamente en toda su ni-
sujeto y el objeto no se confunden; no son abstracta- tidez, su potencia y su lucidez. El producto que corr€s-

r32 133
c) Los instrumentos que permiten a continuación
ponde a una tendencia contribLrye a fijarla, a hacerla en su aisla'
consciente y a diferenciarla. Reacciona sobre ella y manufacturar los tt"g*át"J mantenidos
sobre el organismo. La mano del hombre, su cerebroo miento;
en
su ojo se conforman y perfeccionan
-en
el individuo d) Todos los resultados, en fin' de la actividad'
de una rl€ce'
y en la especie- por el uso que de elios se hace. la medida en que sirven a la satisfacción
Toda producción supone aún otras deterrninaciones sidad.
de instrumen'
de la actividad práctica; y especialrnente un instru. Tal clasificación generaliza la noción
cierta eficacia en
mento, una técnica. El instrumento perrnite actuar so. to. una casa es un Instrumento, con
la comunidad de
bre la realidad objetiva. É1 mismo es una realidad ob- el espacio y en el ift*p"' v FTbif
determinada; y tam"
jetiva, un objeto de la naturaleza. No actúa sobre ella ilüñ q* tiene una'tinatidad el tiempo del re-
desde afuera sino corno un fragmento que reacciona bién el espacio gtoÁZtti"" y social'
sobre otros fragmentos. loj, etc.
y de opera:i:"t:
Se podría intentar, desde ese punto de vista, una La técnica es el conjunto de gestos que se constituye
clasificación de los instrurnentos y distinguir: que tiend'en a un t"t"ft^¿o, cgnJunto aislada ella
seguidament. e,' uta serie determináda' eXsc'
a) Los instrumentos que permiten extraer de la na- alavez que determinada)'
;il;Ailt*i"^"t" instrumento o un objeto'
turaleza ciertos fragmentos. Tienen un carácter des, tamente como un
así definida es
tructor, abstractivo corl relación a la interdependencia Es necesario. destacar que la técnica
actividad misma'
de los fenórnenos naturales. Son la azada, el martillo, un momento de i"-^"ii"iátd' no.la
la flecha; la cantidad y la cualidad puras, el espacio Se determinu, t"'Lll;iift;'t" "consolida" a medida
está oor consiguiente'
geométrico, etc.; de la experiencia. ta técnica no
en tanto que tai;;;i;túen
-h"i del pioducto v.d: l1t
b) Los instrumentos que sirven para conservar los determinaciones ptoa"c'-to' tales como la abstrac-
fragmentos así obtenidos, para proteger su aislamien. ción, la significaciJ",lti"árct'o
la relación del objeto
y con la actividad'
to, para orientar los determinismos substraidos a la na. con la necesidad']"á" tr organismo No es consciente
taraleza. Ejemplos: la pintura que impide al hierro La técnica ." to"ti""^B"t ""?Áutuaá' describe y trans-
se
oxidarse, los recipientes de todo tipo, los sustantivos. al principio, y seguidamente só|o Ni las técnicas
en forrna tardía'
El lenguaje, en efecto, el término breve que rige el len, mite por la palaüra
guaje científico, es en cierto sentido un instrunento; *.t"i"r., "i r"- iC""iJ- á; pensamiento son inicial
134 135
y directamer¡te comprendidas. De ahí los descubri- o una retirada subjetiva. Es así como un pintor se po-
mientos de los etnógrafos, güe comprueban la yuxta- ne a prueba primero y se descubre en sus primeros erl-
posición en la conciencia primitiva de técnicas preci- tuyo.; luego de lo cuál perfecciona su técnica y modi-
sas y de interpretaciones extrañas y que se muestran
fica su estilo. Sería absurdo suponer que ese pintor
muy sorprendidos por ello. Como *i .ro pudiese desarrollar su talento y tomar conciencia de
en nuestra época, entre nosotros, la misma
"rr"ontrásemos
yuxtapo- él .itt pintar efectivamente; la pintura no es para él
sición con relación a técnicas materiales o inch¡so inie- más que un simple pretexto, una manifestación oca-
lectuales (la "inspiración", el misterio de la ,,crea- sionaf de un talento preexistente e interior. El idealis-
ción", etc.). . . mo, sin embargo, formula una hipétesis similar a pro-
En un estadio muy avanzado, vna vez que las di- pósito del Espíritu.
versas técnicas .son conscientes y expresamente tras-
mitidas, es decir, al conocerse tanto su especialización
cgmo sus rasgos generales circunstancias en que Las actividades de intefiración
técnicas especiales como ra-enlógica se han consolidido El análisis del producto aislado puede ser cotejado
y han dado una estructura a la conciencia- es sólo en- con el análisis filosófico del entendimiento o "Vers-
tonces cuando se necesita ra conciencia de ra actividad tand". La producción de objetos aislados que separa
y de la técnica. Inicialmente, la conciencia está, por a esos objeios, determina aspectos y propiedades, con-
así decirlo, situada en la cosa, en el resultado dá ta tiene los caracteres principales del "Verstand", en tan'
acción y en la forma objetiva dada al producto. Se to que actividad intelectual que aisla y que define-, q-ue
descubre lo que se es en aquello que se hace. La acti- ,. ó.tp" de expresar la significación particular de los
vfdad cotnprornetida en la producción procede al prin- objetos, y se esfuerza por convertirse en una técnica
cipio por tanteos, por ensayos y errores rectificádo*. de-pensarniento (gramática, técnica del análisis, lógi-
P9c9 a poco la operación misma se consolida, se vuelve
ca iormal). El entendimiento es la función de 1o dis-
técnica; después de lo cual el hombre actuante exami- tintivo, del individuo, del instante, de la práctica a
na su técnica para mejorarla y para extraer conclu_ escala del individuo y del objeto aislado, del fin prác-
siones concernientes a las propiedades del objeto. Va tico.
del producto hacia él mismo, y luego d"e él mismo al La consideración del objeto aislado no es más que
producto. La conciencia se forma prácticamente, por una primera etapa del pensamiento. La operación fun-
la cristalización de la actividad en conductas v ;&'- damental de la filosofía ha sido siempre la reconstitu-
portamientos determinados, más que por un ,.pti"g.r.
ción del todo. El hombre pensante ha sentido constan-
136 137
'temente que el objeto
aislado era inconcebible para é1,
que la actividad abstracta debía ser compr.rráid" en clementos del problema. Partiendo de un problerna
sí misma, es decir, ligada al conjunto de las condiciones planteado por la existencia de una actividad produc'
que la deterrninan y de las finalidades que persigue. Ha tora abstrayente y por la exigencia de una unidad
pensado de continuo, por lo tanto, que es necesario superior, niega pura y simplernente la actividad abs'
descubrir el dato inicial, es decir, ét lo¿o ,,compren. trayente. Estas d.octrinas (el intuicionismo, el prirni'
diéndolo" y dorninándoro rúcidamente. La mentáidad tivismo, el totalismo grosero) presentan una curiosa
prirnitiva y la intuición mantienen una conciencia vi. mezcla de refinamiento intelectual y de anti-intelec'
va de ese todo; cuando se representan objetos o series tualismo sumario.
causales, tienen necesidad de reintegrar inmediatamen- La integración debe ser cumplida consciente y co'
te esos productos en La totalidad. rrectarnente, sin desdeñar ningún aspecto del proble-
La filosofía ha querido siempre operar la ,,integra. rna. El producto aislado debe ser restituido en el con'
ción" consciente del elemento en la totalidad. perJ en .junto de sus relaciones. El aislamiento de un objeto de
esta tentativa son posibles diversos sofismas. Se puede la naturaleza (su identidad lógica consigo mismo) no
buscar el principio de la integración en la actividad hu- puede ser rnás que un límite, un fin último que nuestra
rnana considerada en tanto que suma mecánica de ope. actividad no alcanza jamás completamente a pesar de
raciones abstractas, o bien aun en tanto que tiene sus esfuerzos. Un objeto no está aislado y consolidado
finalidad una técnica determinada, como ü tOgi"" tor-
ior rnás que por uno solo de sus aspectos, y por la media-
mal. Una filosofía que trata de reconstituir ellodo de ción de otro objeto que no es ya cornpletaneente aisla-
esta manera se condena a considerar abstractamente ble (la casa qLle me abriga, un árbol en ese jardín, un
operaciones especiales de la actividad en el momento carnpo en el que crece el trigo). Por una serie de otros
preciso en que quiere superar la abstracción y alcanzar caracteres, Ios objetos perrnanecen siempre sumergi-
a la vez lo concreto y la totalidad. Es el caso del idea- ctros en el inmenso movimiento del mundo. El pensa-
lismo clásico. miento que toma por un hecho cumplido el aislamien-
Se puede también q¡.ref,er alcanzar la totalidad ,,más to y la consolidación de los objetos cae en el error del
acá" de la actividad abstrayente, omitiendo la activi- mecanicismo: hace una suma en lugar de una integra-
<iad, volviendo mediante la imaginación a un estadio ción, y una surna de productos como si fueran seres
anteri<¡r a la actividad, es decir, en el dominio de las de la naturaleza., corno si se reencontrara a la natura-
instituciones confusas, al niver de la mentalidad primi- leza mediante esta suma.
tiva. Esta forma de pensamiento ,,intuitivo,' olvida los Es necesario pasar del producto aislado al conjun-
to de los productos, y simultáneamente de la conside-
138
139
ración de la actividad parcelaria a la de la actividad (Razón); rige ese pasaje. 11 iltfslación noquebra-
es una
creadora como conjunto. Esta integración es una ope- fántasía especulativa. Lá unidad del mundo,
ración fundamental en filosofía general, y también en ;; ;" un sentido por tra actividad parcelaria'..Pot.,l^
diversas ciencias específicas, en las cuales es necesario producción de objetos aislados y por la consotrc'aclorl
particulares'
operer un cambio de escala para ir del elemento al todo. ?material o intelectual) de series causales
Já^T.",r"rr"-_si bien específicamente- en elLas ne-
La economía política exige así un pasaje de la mercan, plano
cía en particular al mercado, del punto de vista del h'*u,,o. Toda actividad eS una cooperación. unas oe
productor aislado al examen de la producción y de la cesidades no están separadas absolutamente
productividad globales. Este cambio de punto de vista las otras ni en el tiempo ni en el espacio'
ni en el indi-
una
es correlativo a un cambio profundo en la naturaleza viduo ni en el grupo' Las técnicas se engendran la función
del fenómeno. La confusión entre las escalas conduce' y *u p"if.Écionan, etc' La Raz6r. es
a los errores corrientes de los economistas que fetichi* "-üot*
del movimiento, del conjunto, de la vida
total y de la
zan el todo comprenderlo- representándoselo superación.
-sin de
fuera y por encima los fenómenos elementales, acep, El nnundo hurnano objetivo es un mundo de
produc-
tradicional-
tados aisladamente. En sociología y en historia, es ne- tos que hacen un todo t L*o qot llamamos
cesario también pasar del punto de vista psicológico sensorial' Este mun'
á.rriu el mundo de la percepción o
afectivas
e individual al punto de vista del conjunto social. En áo so.iat está carga¿ó ¿e significacionesel.objeto se'
las ciencias de la naturaleza se volverán a hallar ope- representativas qué superan el instante,
raciones análogas, por las cuales se va un cambio ;;t;;;; .i individuo aislado' El rnenor objeto es' en
de escala- del fenómeno elemental -por al resultado me- relaciones in-
irt. ..átiAo, el soporte de sugestionesde yactividades que
dio, global, estadístico. num"rubtes. Nos ,.fi"tt a toda clase para
En lo que concierne al análisis de la actividad hu- no están presentes en él inrnediatamente'
Tanto
son sola'
mana, la operación no es posible sino porque el todo el niño como para el adulto, los objetos no ocasión
existe concretamente y preexiste a sus elementos;"los o la
rnente una presencia sensible momentánea
le aportan también ün con-
elementos son, en un sentido, reales "en sí", cofilo f,rro- il;;. actividad subjetiva; (técnicas so-
mentos del todo; pero en otro sentido no son más que ienido objetivo y totitl' Las tradiciones
más complejas'
abstracciones, en relación con el todo. El todo social ;i;[. y éspirituales), las cualidades y les con-
está dado como organización práctica o praxis. están presentes en lÁ objetos más.humildes
objeto es
Este cambio de escala corresponde al tránsito filo- ii.r.rr' on valor sirnbólico o un "estilo"' Cada
sófico del Vetstand (entendimiento) a la Vernunft un contenido de conciencia, un momento' "
140 t4r
Cuando el conjunto de los objetos está encarado
como un todo, los productos adquieren una significa- "La pretendida historia mundial no es otra cosa que
ción superior, que no tenían cuando se los consideraba la próducción del hombre por medio del trabajo hu'
aisladamente. La actividad, examinada a escala de la mano" (Man. eco.tilos.¡ P. 125).
praxis, recibe deterrninaciones nuevas, es decir, un En la nataraleza -objeto de la naturaleza pero
contenido y una forma superiores. Un país es un pro- vuelto hacia los hombres- se intercala entre los hom'
ducto de la actividad humana, puesto que las g.trér.- bres y la naturaleza este vasto conjunto: el mundo de'
ciones lo han conformado. El aspecto mismo de la tie. los productos, el instrumental total. Los hornbres no
rra, el paisaje y la naturaleza por entero, tales como son nada sin este conjunto de herramientas y de téc-
existen ahora para nosotros, son un producto con el nicas. Y sin embargo lo humano no puede ser 1o utili-
cloble aspecto objetivo y subjetivo que este término tario y lo instrumental. Cuando los hombres Se v¡¡sl'
significa. ven instrumentos, cuando las actividades humanas no
ta conciencia humana aparece entonces en su rela- tienen más que fines utiiitarios (incluso enmascarados
ción con el conjunto de los productos. Esta relación por ideologías justificatorias) existe ahí una condición
es ya profunda cuando se trata de un artista que se lnhumana. Los seres humanos llegan a creerse ellos
crea y se aprehende en su trabajo y en la sucesión de mismos instrumentos de potencialidades trascenden-
sus obras. Se vuelve aún más profunda cuando se tales: los destinos, las divinidades. Para volver esta
trata de una comunidad histórica. La actividad pro- contradicción entre la existencia instrumental del ho-
ductora y el trabajo social no deben ser comprendldos mo taber y las exigencias humanas de libertad, ciertos
corno consecuencia del traba¡'o no especializado de filósofos apelan a una trascendencia: el hornbre se
mano de obra (si bien ese trabajo tiene una función rcalizará más tarde, en otra vida, o en otro plano que
en el conjunto). Debe ser comprendido en la escala el terrestre, el de la."salvación" mística. En tanto es'
humana. La producción no es insignificante. No débe. pera su liberación última, el hombre obedece al des'
mos reducir el trabajo a su forrna más elernental, sino, iino ordenado por la potencia trascendental' Estas
por el contrario, concebirlo de conformidad con sus doctrinas restablecen cruelmente- la concien-
-más
cia instrumental que han querido superar. Una sola
formas superiores: el trabajo total torna entonces su
significación creadora y "poética". La creación que se respuesta tiene una significación positiva: la activi'
persigue en la praxis, a través del conjunto de los ac- dad qr.le transforma al hombre en instrumento repre-
tcs y de las existencias individuales, y en todo el des, senta una contradicción en lo humano,'que puede y
arrollo de la historia, es la del hombre por sí mismo. que debe ser sobrePasada...
Los instrumentos no son una forma impuesta desde
L42
t43
afuera a la naturaleza, como podrían serlo las catego- mismo modo que en el presente se han convertido (si
rías abstractas. No son una prisión para el hombre, bien bajo una forma alienada) en el fundamento de
una muralla entre él y la naturaleza. Una selva tropi- una vida realrnente humana. Un fundamento para la
cal o una tempestad en plena mar son lo cósmico vida, y otro para la ciencia: esta idea es un sueño. La
puro; el hombre presa de sus fuerzas es el hombre im- natataleza tal como se transforrna en la historia hu-
potente y aislado, fuera de la naturaleza, puesto que mana. . . es la naturaleza del hombre" (Marx, Ibid.,
es presa de la naturaleza. Pero un paisaje humanizado
p. 222).1
casa en ese paisaje, con un estilo apropiado- En su historia, el ser humano se aísla en un sentido
-una
muestra al hombre en la naturaleza, reconciliado con de la naturaleza, pero contrae también con ella una
ella en tanto que se la apropia. relación más profunda, una unidad más elevada. El
La conciencia más alta es una conciencia del hom. hombre es un ser limitado de la naturaleza que se
bre en la naturaleza, eÍr tanto que diferente de é1, pero comporta como un todo, que se vuelve sujeto activo.
condicionando su exiStencia. La conciencia superior Vida espontánea que trabaja en consolidarse y elevar-
del hombre no es por lo tantoo ni una conciencia de se finito que se abre a posibilidades infinitas-,
los instrurnentos o de las técnicas, ni una pura con-
-ser
el hombre es capaz de elevarse a un grado superior de
ciencia de sí en tanto que subjetividad exterior a la existencia y de superar su punto de partida. El Hom-
naturaleza. Expresa así una vida natural humanizada bre es un movimiento que vuelve sin cesar a un punto
y organizada, intensificada por ello puesto que la vida de partida para retomarlo elevándolo a un nivel siem-
natural está limitada orgánicamente en los anirnales, pre superior, un ser que encierra en sí mismo y do'
reducida a tendencias elementales, incompatibles, y mina poco a poco su devenir entero. Su limitación y
que su saciedad hace desaparecer inmediatamente. ,,La su abstracción se transforman en poderío; aquello que
industria es la relación histórica real de la natu taleza, es más lirnitado en el hombre entendimiento abs-
por 1o tanto también de las ciencias naturales, con el tracto, la capacidad de fijar -su
objetos e instantes, ins-
hombre; es por ello que si se la considera como un trurnentos y conceptos, en su separación- se convier-
despliegue esotérico de las fuerzas esenciales del hom, te precisamente en el principio de esta potencia cre-
bre, se puede también comprender la esencia humana ciente. La conciencia del hombre expresa su poder so-
de la natutaleza, o la esencia natural de los hombres; 1 Las ciencias, luego de un siglo, van' como 1o había visto Marx,
las ciencias naturales renuncian entonces a su direc- .ia las ciencias dé la naturaleza han sido fecundadas
hacia la unida-d; por
ción abstracta y material, mejor aún idealista; se con- la ciencia de realidad humana (teoría de la concurrencia vital, con'
ciencia histórica, ciencia estadística, etc.).
vierten en el fundamento de una ciencia humana. del
145
r44
bre las cosas, pero también su limitación, puesto que' un aspecto concreto y un aspecto abstracto. Lo mis'
aquélla no se logra sino por interrnedio de la abstrac- mo sucede con etr espacio geon"létrico, corl el tiernpo
ción, de la lógica, y en la conciencia del hombre teó- del reloj, cuya$ definiciones perrni.ten determinar el
rico extraño a la naturaleza. La conciencia expresá efl- objeto "cuerpo que cae en el vacío" y son recíproca-
tonces a la vez la finitud del hombre y su infinitud. rnente determinadas por é1. Toda activiclad, al aislar
Ésta es una contradicción interna, que 10 obliga siem- en la naturaleza un objeto, constituye un análisis de
pre a profundizarse y a superarse. Y ése es también la naturaleza. Con-ro tro observa Engels enla Diatróctica
su drama, su desdicha y su grancleza. De la lirnitación, de la NaturaÍ'ezá, rofrlller una nu.eu es ya hacer un
el hombre hace surgir un infinito deternainado, hu- análisis. La actividad separa, aísla, consolida, por lo
rnano, que encierra y libera y sobrepasa lo indefinido tanto, rnata y destroza. Y es, sin ernbargo, lo real,
dado er¡ la existencia natural, y que puede denorninar- rnóvil y virriente lo que quiere lograr, que no puede
se: potencia humana. conocirniento, acción, arnor, Es- lograi sino continuando indefinidarnente sl-r esfuerzo'
píritu, o rnás sirnplerrente 1o hurnano. -qu conctrición interna io ohtiga a sobrepasnrse.
trDi aná'
trisis no puede cornpietarse. For !o tanto la inmoviii-
SecÉ¡:r clominado y s;ectot mo darninacl.o e.'lción del prodtlcto nunce se cornpleta, tanto por
parte de tra nat¡.lraleca (que retorna siempre los obje'
{Jna le5. simple como la ley de la caída de los cüer- tos que ei honebre ha querido substraerle) corno por
pos no es verdadera rnás que en condiciones mal de- parte de la actividacl, que rta siernpre hacia nuevas de'
norninadas a rnenudo "id.eales". No es verdadera sólo t*r¡trinaciones.
para !.rr1 cuerp que cae en el vacío. For medio de la Iüq: existe actividad teórica pura que se Firoponga
operaclón de abstnacc.ión, se han eliminado las accio- *:;i;clusivan-¡ente un corte abstracto del rnunclo, una
nes perturk¡adoras y reciucido el fenómeno natural a iicrrtificacién abstracta de 1o diverso o una inmovili'
s¡,nceder en condiciones ri.gurosamente consolidadas, :,:ación cornpieta del d.ato dinámico. f.a dialéctica de
en función únican"rente del tiernpo, del espacio y de i¿:r *ctivictrad se desarrolla en relaciones rnúi.tipl'es' Fro-
la fuerza denorninada 'ogravedad". Y es por ello que sig'u* en el seno del mundo, sin separarse nunca de ia
se encuentra una ley simple, una relación maternática praxis total, un vasto análisis que no puede ser e:reiusl'
entre ei tiernpo y el espacio. Tal ley cornporta la pro, vnrnente un análisis, pero que es también necesaria'
ducción de un objeto definido. Como todo producto niente una síntesis. La actividad manifiesta las relacio-
este objeto tiene un aspecto natural y un aspecto hu- nes de los objetos precisarnente aislándolos' El objeto
mano, un contenido objetivo y un sentido subjetivo, sepnrado es abstracto, y la relación es entonces lo con'

146 t47
creto; pero una vez aislada la relación se vuelve ella bitraria. Toctro deterr¡rinismo es sustraído mediante
misma abstracta con relación al objeto y vuelve al una operación prácti.ca, por lo tanto objetiva, en un
objeto, a la esencia del objeto. La actividad va así sentido, a la indefinida realidad. de la naturaleza, a
siempre de lo abstracto a lo concreto y de lo concreto las causas perturbadoras, a todo azar en tanto que
a lo abstracto. Une luego de haber separado y recípro-
tal. Toclo determinisrno es una serie consolidada. Tie-
camente. Pone de relieve relaciones tras de haber aisr ne una significación objetiva, una realidad objetiva,
lado y reunido elementos. y al mismo tiempo algo de retrativo y de subjetivo.
Todo producto, toda ley, toda propiedad descu- Frovisionalmente aislado toma su sentido en las re-
bierta en las cosas tienen por lo tanto un carácter re- laciones que la investigaciór¡ no mar¡ifiesta más que
lativo, provisional, aproximativo, y al mismo tiempo aislándolo.
un carácter objetivo y concreto. En el sector dorninado, ahora en Ja escala humana,
La operación de consolidación permite en cada caso el conjunto de la actividad prod.uctiva praxis-
distinguir dos series de "causas"; por una parte las tiende a cre&r un universo consolidado, -la
un rnundo he-
causas que se pueden aislar con facitridad y agrupar
cho de un nirmero inmenso d.e series causales deter-
en series bien determinadas relativamente con el ob. minadas. Bajo este ángulo. el mecanisnno es un vasto
jeto y con la finalidad de la actividad, y por otra parte
instrumento cuya función principal es establecer las
las causas'omenudas", provisionalmente desdeñables relaciones sometidas al control hutnano, un instru-
y consideradas como perturbadoras. . . (La acción del rnento privilegiado porque corresponde al más grande
aire en la caída de los cuerpos, etc.; se dan siernpre en logro de la operación tendiente a consolidar un deter-
número ilineitado, puesto que representan la acción rninisrno.
de la naturaleza entera sobre el objeto considerado). El rnecanicismo y el determinismo tienen así algo
Esas causas "menudas" pueden llegar a ser, sin em-
objetivo; pero es menester guardarse de ver en ellos
bargo, las más interesantes; pero el conocimiento co- sólo lo objetivo, y de transforrnarlos en fatalidad. El
mienza siempre por su eliminación. Descarta así, deja
deterrninismo tiene lugar en el conjunto de determi-
de reconocer, por consiguiente, al azar. naciones y de finaiidades de la actividad. El conjunto
La operación de consolidación ha tenido siempre de determinisrnos constituye un todo dominado por
por finalidad esenciai la producción de un determinis-
mo. Aquello que es verdadero de todo producto es
la actividad humana. Este conjunto, organizado por
la praxis, y en el cual se halla la unidad de lo real que
igualmente verdadero de todo determinismo: es una no llega nunca a quebrar completamente ningún de-
creación, lo que no significa una construcción ar- terrninismo parcial, es lo verdadero concreto.
148 t49
La actividad humana, la praxis, introduce oposicio- fuerza así por consolidar la contradicción misma, por
nes en el mundo, lo que no puede hacer sino acen-
hacer de ella un instrumento y un determinismo. Tal
tuando aquéllas que se encuentran ya esbozadas, operacién es posible; se logra, pero es sólo relativa, no
Acentúa así el carácter de los momentos, aspectos o es verdad más que para un objeto aislado. No supri-
propiedades de lo real que tienen algo de distinto. In-
rne la dialéctica de la nqturaleza y la de la actividad.
troduce en la realidad las oposiciones de lo concreto El error de gran número de filósofos mecanicistas o
y de lo abstracto la necesidad y del azar- del id.ealistas ha sido llevarla a lo absoluto.
cleterrninisrflo y de-de
la finalidad. Pero al rnisrno tiem. Etr pasaje de la consideración del producto aislado
po introduce, produ.ce dialécticamente su unidad. a la del conjunto la consideración de la actividad
La consolidación puede asignar condiciones a un -de de la actividad total- evita
parcial al rnovimiento
devenir, y por lo tanto orientarlo sin suprineirlo por este sofisma. La actividad no strprime la contradic-
ello. For ejernplo, en un árbol que se ptranta y que ción: la vive. En el rnornento misrno en que trabaja en
se cuida, el movimiento o'bjeti.vo está simplemente reducirtra, ia lleva en sí, no la dornina, no crea una
protegido y dirigido. ta actividad productiva recela ¡.lnidad rnás elevada sino haciéndola renacer más pro-
de las contradicciones, de los conflictos objetivos de fundamente.
las fuerzas, Ilorqu.e pueden provocar la ruptura de la El sector no dorninaclo clel rnundo perrnanece in'
consolidación buscada. Por un lado, entonces, la acti- menso. En 1o que concierne a la naturaleza, este sec-
vidad aprovecha de las oposiciones, las acentúa, in- tor no dominado es para el hombre fatalidad y grosero
troduce otras nuevas, pero por otro lado busca conti- azat. &m el hornbre rnisrno" este sector se denomina¡
nuarnente reducir y sobrepasar la contradicción ex. espontqneidad pura, inconsciencia, y aun destino psi-
terna. La contradicción no es adn'litida en-general, en cológico o socia!. Comprende todo aquello que la ac-
los productos de la actividad, sino bajo la forma del tividad no tra podido hasta aquí orientar y consolidar,
equilibrio entre fuerzas opuestas. El equilibrio alcan- todo lo que no es aún "producto" por el hombre y para
za al reposo provisional; una fuerza nueva, cuidadosa" el hornbre. Se trata de una inmensa parte de la reali-
mente medida y dosificada, viene a romper este equi- dad que no está humanizada alrededor del hombre y
librio en el rnomento querido, y en un sentido deter. en el hombre mismo, que no es aún objeto para la
minado. Se pueden observar equilibrios similares en praxis. La actividad productiva contiene esta contra'
las construcciones teóricas de la mecánica y de la fí- dicción, la más profunda de todas: la oposición dolo'
sica, y también en las construcciones materiales que rosa entre la potencia del hombre y su impotencid,¡ e:rt
son los objetos, las máquinas, etc. La actividad se es- 'tre la existencia de un sector de la realidad que está

150 151
dorninado, consolidado humanamente, y la de üfl s€c- La conciencia primitiva contenía, sin embargo, eie-
tor en bruto, entre lo que hace la vida del hombre rnentos racionales en tanto que manifestaba la activi-
y 1o que causa su muerte. El hombre se encuentra a dad productiva naciente y su relación con el mundo'
cada instante separado de lo que lo hace ser y que no El primitivo tuvo el sentirniento de la unidad del
alcanza a dominar. Su esencia se encuentra así vital- *o"do (cf. el Mana de los sociólogos) e1 un grado
mente arnenazada, disociada, arrancada a la existen- neás elevLdo que el hombre fragmentado de la socie-
cia. Muere, espiritual. o materialmente. dad n'rod.erna. Aquél percibió confusa pero vitalneente
Este sector dominado comprende todavía desafor- la unidad de las contradicciones. La mentalidad lla-
tunadamente casi toda la vida natural y biológica, casi macla "preiógica" (para la cual seres contradictorios
toda la vida psicológica y social del hombre. La po- pueden constituir una unidad) contenía una parte de
tencia del hombre, que parecía tan fuerte, se presenta verdad desconocida por los etnógrafos, que la juzga'
de repente infinitamente frágil y arnefiazada. Este sec- ron ctre acuerdo con los criterios rígidos de la lóSic1
tor se deterrnina primero corno existencia o realidad forrnal.
exterior, se advierte luego que esta existencia €s pr€- Este pensamiento prirnitivo comporta también una
cisamente la más interior, la rnás íntima. actitud, inspirada por el sector dorninado y la con-
La actitud hacia este sector no dominado puede ser ciencia propia de este sector, enfrentada con el enQr-
una exploración por medios no científicos, una inter- me sect-or no dominado. Más todavía, extiende arbi-
pretación, o una proyección más o menos arbitraria, trariamente al sector no dominado la conciencia to-
sobre é1, de la conciencia particular al sector domina. mada en préstamo al sector dominado' Se figura do-
do. Desde el rnomento en que ha existido un sector rninar lo que no domina. El pensamiento primitivo
dominado, han aparecido esos fenórnenos de explora- cree obtener resultado con técnicas arbitrarias: las
ción, de interpretación, de confusión o de proyección. magias. Las magias fueron a la vez interpretaciones
ta exploración fue perseguida por métodos de expre- de la práctica (el primitivo respondía a la pregunta:
sión iiteraria o poética. La interpretación y la proyec- ¿Por qué se obtiene tal resultado mediante
tal ac-
ción han dado lugar a los mitos y a las religiones, ele- ilusorias pero tranquilizadoras
"iO"e) -extensiones
rnentos esenciales de ias ideologías.l
pensamiento sobre el planeta que habita' ""i "el grogleso del- mr:ndo
'va desde los sueños, los sortilógios y los augurios, de los oráculos y
1 ". . . Es necesario considerar como el más difícil progreso del es-
io. p.ot.t"., por la puerta de oro de la fantasía artística haciaalelconoci-
mun-
píritu humano aquel en el cual la fantasia ha subyuéado a Io teal do ie la cieircia universalmente válida que somete lo real edición'
y en el cual se forma la continuidad de las ciencias expetitnentales miento humano..." (Wilhelm Dilthey, Geáammelte SchtiÍten' 2e
gracias a las cuales la taza humana completará la dominación del Leipzig, L921, P, 343).

r52 153
'de la potencia técnica a las realidades amenazantes y .otros que para el primitivo. Nuestro poderío se tam-
.desconocidas-, es decir, proyecciones de la concien- baiea y nuestra lucidez se ve amenazada. Parece que
cia humana sobre el mundo y, finahnente, exploracio- f,uera necesario por todos los medios y a todo precio
nes de lo desconocido, poéticas y a veces. prácticas, apropiarse del séctor no dominado..La actividad mí-
corno en el caso de la medicina, de la alquimia, etc. tica prosigue, entonces. No nos contentamos con la
No hubo, parece, en el origen de las magias y de las expl&ación de este sector por métodos precursole¡ de
religiones, ¡rna l'mentatidad prelógica" (Lévy-Bruhl), su- dominación, como algunos métodos psicológicos'
ni una magia original de la que hubieran'sido extraí- INo nos contentarnos siquiera con su expresión esté-
das a la vez las religiones y las ciencias (Frazer) ni, tica. Se quiere representarlo, consolarse con é1, o aún
por último, una religión de origen sociológico que hu- desarmarlo, tornarXo inofensivo' De ahí la persisten-
biese inspirado todos los comportarnientos de los pri- cia de la reiigión; de ahí :unavez más la invención de
rnitivos (Durkheim). Las formas separadas u opües. nr¡evos mitos y de nuevas magias. Y ven'los cuán d'ifí-
tas actualmente religión, tra ciencia, el arte- re- cil es defender la IRazón en etr' terreno del puro racio-
-la
sultaron de la diferenciación socialmente determinada nalismo. O bien es la R.azón una potencia viviente,
de la actividad productiva. La conciencia, apoyada una actividad que lucha por vencer en el mundo y en
sobre esta actividad, pero aomprometida en el dolo- el hornbre, un poder creacXor de orden y de tlnidad'
roso conflicto entre esta actividad y el rnundo no d.o- 0 bien es una forma irnpotente, destinada a dejar lu-
rninado (comprornetidos los irnpulsos fisiológicos, se- gar a las interpretaciones míticas que fetichizan los
xuales, etc.) ha buscado una soiución en la religión, étrernentos de la naturaleza' o los productos sociales, o
en la expresión estética. Todas estas forrnas de la acti- los dos ala vez (suelo, raza, Estado' ' ')' Si la Razón
vidad implican una forma de tentativa de comprender permanece corno interioridad pura no puede dejar de
y gobernar el rnundo no dominado; sólo el conoci- caer bajo la autoridad externa.
miento científico puede rcalizar pienamente esta do-
rninación.
Si en la conciencia prirnitiva han existido elemen-
EI detern"tinismo tisico
tos racionales (elementos de intuición destinados a Tal determinismo no puede ser absoluto' Es relati-
completar la lógica formal) inversamente, la concien- vo, por lo tanto aproximativo. Es relativo efl üná es-
cia moderna contiene innurnerables supervivencias de cala-humana, para una activid'ad humana y conforme
pensarniento primitivo. La presencia del sector no do- .con la finalidad de esta actividad. Es necesario cons-
minado es más fascinante, más asombrosa para nos- tantemente extenderlo, profunüzarlo, agregarle series

154 155
causales nuevas y nuevos fragmentos del rnundo con su vez "atómicas" con relación a los grados y conjun-
teorías y finalidades más vastas. Es necesario entonces tos superiores.t
criticar constanternente el deterrninismo a que se lle- El mundo humano aparece así como constituido por
gue; su verdad se encuentra sólo en las determinacio- emergencias, por formás (en el sentido plástico de la
nes ulteriores y más vastas en que se reúnen la crítica palabra), por ritos que nacen en la naturaleza y que
de este determinisrno y el análisis de la actividad que u" .ott.otiOun relativámente suponiendo al rnismo tiem-
ha producido. El determinismo alcanzado por una cien- po el devenir en ia naturaleza.Hay un espacio huma'
cia debe ser concebido, por lo tanto, sólo como un i'ro, on tiempo humano que están por un lado en la
rnomento. En otros términos, todo determinisrno ma- natu.raleza y por otro lado fuera de ella' Es evidente
temático, ffsico, químico, biotrógico, etc., permanece por ejemptó áue los ritmos humanos (tiempo bioló-
siempre abierto, por una parte sobre la naturale.za, e-rr- gi"o, p.i""lógico, social, tiempo de nuestro organismo
rnanera de
tera y por la otra sobre la actividad hurnana. Ir ti.*po dál reloj) determinan nuestra
y hasta incluso las
La idea de la formación y de la consolidación de un iercibii el mundo, de concebirlo, sólo es abs-
mundo mundo, aquel en que ssf¿rn65- 5s i"y.. qo. descubrimos. Pero ese tiempo
-nLlestro
reencuentra aquí. Consolidación completamente rela- trácto in cierto sentido (variable f de los físicos); por
tiva y aproxin-lativa. Nuestro r-¡rundo se organiza y se otra parte es un hecho de la naturaleza' Las leyes, a
estabiliza relativamente, pero sólo abriéndose V ex- bveL que reflejan nuestra duración, tienen al mismo
tendiéncl<¡se hacia las realidades de la naturaleza qtJe
tiempo un sentido objetivo. La tranquilidad de los fe-
nórnenos, para empl.á, ont fórmula hegeliana, se-mide
éstán en otra escala que el hombre. Estos cambios de
a nuestro tit*o; pero nuestro ritmo cae en los ritrnos
escala plantean nuevos problemas. Las causas "menu-
de la natur aleza; es por ello que la previsión y la induc-
das" pasan a primer ptrano en la búsqueda. Las rela- ción son posibles.
ciones así obtenidas no son únicamente relaciones de No es necesari.o representarse tra naturaleza física
la parte con el todo. El sabio introduce la noción del como una yuxtaposición o una suma de determinismos
deterrninisrno estadístico y formula leyes que no se de- exteriores los unos a los otros. Cada deterrninismo es
ducen lógicarnente de leyes válidas en otra escala. Es- un producto: no una construcción abstracta de la in-
ta extensión de nuestro mundo ha sid<¡ así marcada por
ei descubrimiento de grados cualitativarnente distin- 1 En un libro conocido, inspirado en el mate¡ialismo dialéctico (A
Philoiophy fot a modetn Áan,'Londres, 1938) el sabio inglés H'
Lévy
tos de lo real, cuyas ieyes son estadísticas con relación expone lúcidamente u.au ,el.ciones, sin emplear el bagaje matemático'
a los elementos cuantitativos que la componen, pero a Cf. especialmente P. 148 Y sigtes'

156 157
Ha sido obligado a fragmentar su actividad y los ob-
teligencia pura, sino un producto de la praxis. El con-. jetos de su actividad para llegar a formar su mundo
junto de los determinisrnos es así un vasto producto y a dominar la naturaleza. Ha sido obligado a consi.
de la actividad, un inmenso objeto: el Mundo. Este. derarse a sí mismo bajo diferentes ángulos: en tanto
objeto debe ser cornprendido, por una parte, en fun- que ser material tangible y visible; en tanto que reali.
ción de la naturaleza y, pot otra, en función de la ac- zad,or de cálculos matemáticos, etc.; y lo mismo con
tividad productora, que es ella rnisma un todo flo se¡ los otros seres de su universo. I-a multiplicidad de'los
parado absolutan-lente de la naturaleza. Es por lo tanto determinismos revela articulaciones objetivas del uni-
absurdo querer representarse la naturaleza ,,en sí',; verso, y especialmente la existencia de grados que tie-
en sí nrisma la naturaleza no puede ser ni indetermi- nen una realidad específica; sin embargo, ésta no debe
nada ni deterrninada en ei sentido del determinismo_ ser tomada en sentido absoluto. Esta multiplicidad
Esta existencia supremamente concreta, la ,,prxra" na- es sólo rnomentánea: puesto que el hombre es uno, y
tsral,eza es al rr¡isrno tiempo para nosótros la abstrac- el rnundo a su alrededor es un todo. La ruptlrra del
cién rnás despojada. Está más acá de todas las deter- universo en deterrrinismos parciales está cr:nstante.
minaciones: indiferencia, devenir espontáneo (Selbst- mente superada en la vida y la práctica y la unidad
bervegung) todavía indeterminad.o para nosotnos, sir-ro clialéctica continuarnente reproducida; tenderá hacia
en las leyes más generales y rnás abstractas de la dia- la unidad superior en la rnedida en que el hornbre lle.
léctica. Encarnizarse en deterrninar la naturaleza fue. gue a realizarse, a hacer de sí una unidad. específica
ra ctre la activictad que en ella- la pene.lra. que envuelva la naturaleza. Entonces, 'olas ciencias na-
y ia "cornprende" ligando -fundada
orgánicamente sus elen:en- turatres estarán subordinadas a la ciencia del hornbre;
tos dispersos, es plantearse un problerna insoluble, un
problema metafísico al cual no puede responderse r.nás,
la ciencia del honnbre estará subordinada a ta ciencia
que por rnedio de un rnito. Es qu.erer pensar un hdundo
natural; las dos serán una sola ciencia" (Nlarx, ibid,
fuera de las concliciones de exist"t á" de un rnundo,. p. 123).
fuera de la Idea clel mundo. Las series causales y los determinismos parten del
La rnultinacionalidad de los deternninisrnos plantea horr¡bre y terrninan en é1. Este análisis puede resurnir-
el problema de su unidad. La actividad productiva se en una fórmula: el determinisrno físico es el trombre
quiebra el objeto natural en estos determinismos; su en la naturaleea. Definición que debe ser tomada en
multiplicidad es relativa a las diferentes ciencias, téc. un sentido dialéctico: subrayando lo que hay de ob.
nicas y especializaciones del conocimiento. El hornbre jetivo en el deterrninismo, indica que cada determinis-
real y activo es entonces el nexo de los determinismc,s.
159
158
mo se sitúa en la actividad real de un ser de la natura' guesía; los primeros proletarios fueron artistas arrui-
leza actuando sobre la naturaleza, el hombre viviente. nadoso al comienzo raros en el siglo xvt, luego más y
Para ser cornprendidas en su multiplicidad más numerosos hasta que aparece la nueva realidad
que su objetividad se vuelva concebible y para -para
que al
social, la clase nueva.
mismo tiempo se determine su unidad, las ciencias La realidad de un, objeto social es comparable a la
exigen una teoría dialéctica del conocimiento y de la
de los objetos sensibles: un objeto social €s ün pro-
actividad productora. ducto de la actividad, abstracta por una parte, real y
concreta por otra, y sobre ei cual se puede actuar por
El determinismo social el hecho misrno de que es objetivo y resistente, sin ser
Marx ha resumido en una fórmula sorprendente el una realidad brutalmente dada.
carácter dialéctico, complejo y accidentado del devenir Un objeto social típico rne¡¡¿do- detenta ac'
-sl
tualmente todavía un poderío sobre los seres humanos
histórico: las cosas humanas han progresado, en ge-
neral, d.ebido a su lado malo. La esclavitud ha condi- exactamente como las realidades del sector no domi-
cionado a la rnayor parte de las civiiizaciones. Fueron nado de la naturaleza. Contiene lo conocido y 1o des-
necesarias las revoluciones y las guerras para que fue' conocido,la apariencia y la realidad. Puede dar lugar a
sen destruidas y superadas las civilizaciones limitadas. la aplicación de una fuerza, de un método específico
Fue necesaria la decadencia de la antigüedad para que ctre acción, que 1o rnodeia.
desapareciesen las limitaciones del mundo antiguo Mas por lo general, los objetos materiales intervie-
desde ei punto de vista de la estructura social y del nen en la sociedad humana: son 'obienes". Estimulan
pensamiento. Este "lado malo" roe y destruye lo exis- la actividad sociai, las necesidades y las relaciones hu'
tente, causa su decadencia y su crisis, conduce a la manas; pero por otra parte se imponen a esta activi-
aparición de los elementos de una nueva realidad so- dad ciertas determinaciones. En particular, la escasez
cial. Lo negativo es primero tlna rnanifestación acci- de los objetos consumibles ha desencadenado desde
dental; se convierte en seguida en una esencia nueva. los orígenes hasta nuestros días (entramos por el con-
Esta aparece primero bajo una forma trumilde, exte- trario en la época de la abundancia), luchas y com'
rior, esporádica. Se afirma, como grado nuevo de la petencias que prolongan en lo social la lucha natural
realidad, vna vez que se multiplican sus elementos al por la vida. Los objetos y los productos de la actividad
principio aislados e impotentes. Así, los primeros fir€r- humana no pierden ese carácter inicial cuando se con-
,caderes de la Edad Media dieron nacimiento a la bur- vierten en soporte de relaciones sociales, cuando dan
nacimiento a objetos específicamente sociales tales co'
160
161
mo el mercado. Continúan determinando en la activi* El determinismo social permite en efecto la actividad
dad humana contradicciones y luchas. De la cofrlpg* específicamente humana, la condiciona, y sin embargo
tencia general emergen las luchas de ciertos grupos poá la limita. El determinismo social permite la libertad
derosos: laS clases sociales. del hombre, y sin embargo se opone a ella. Tiene por
Los objetos, en tanto que objetos materiales, y I origen la objetividad natural, prolongándose en la ob'
go en tanto que objetos sociales propiarnente jetividad de los F'etiches y en la objetividad específica
el conjunto de las mercancías y el rnercado-; de las relaciones sociales. Tiene por frente igualmente
-como
determinan entonces la actividad social y el devenir las deterrninaciones naturales: la escasez de los bienes,
econórnico social. La acción política corresponde, la lucha natural por la vida. Las realidades sociales y
el plano humano, en lo que concierne a las los objetos sociales aparecen como consecuencia de
sociales, a la acción práctica en la naturaleza. Actíra procesos espontáneos comparables a'aquellos que des-
por medio'de relaciones sociales y sobre ellas; inte cubren las ciencias de la naturaleza: resultados esta'
ne en los conflictos v utiliza las fuerzas en conflicto. En dísticos de fenómenos elementales.
el curso de la historia, no hubo fronteras absol El determinisrno social es así lo inhumano en 1o hu-
entre las épocas, las civilizaciones, las clases. El mo, rnano, la continuación en 1o humano de las luchas na'
vimiento económico-social ha sido siempre complejo. turales y de las realidades biolégicas. Es el hombre to'
La acción política se ha esforzado constan davía no realizado: la naturaleza en el hombre.
por contener este movimiento en formas determina-
das, eliminando para ello los elementos perturbadores. El hombre total
Ha qtrerido siempre intervenir para controlar el de'
venir espontáneo de las estructuras "consolidadas":' El hombre es al comienzo un humilde fragmento
las formas dei Estado, productos de la acción aplicada de la naturaleza, un ser biológico débil y desnudo en-
a las relaciones sociales que se sirven de las fuerzagr tre todos. Este ser tan débil emprende audazmente la
presentes, por io tanto sienapre en beneficio de la rnás lucha; se vuelve una "esencia" separada de la exis-
poderosa de esas fuerzas. Pero aquí una vez más ese tencia natural, a la vez vulnerable y poderosa. La se-
empeño ha hecho surgir, hasta nuestros días, contra. paración es fundasrental: el hombre no es rnás y no
dicciones cada vez más profundas y ha preparado la puede ser ya rnás la naturaleza; y sin embargo él no
vía para la ernergencia de formas y energías nuevas. es más que en ella y por ella. Esta contradicción está
Este análisis puede aún resumirse en una fórmulal reproducida y profundizada en el curso mismo del
eI determinismo social es Ia naturaleza en eI hombte. proceso que debe finalizar por dominarla. El hombre

t62 163
es actividad creadora. Se produce por su actividad. Se bargo, el hombre está ya en la existencia; se mani-
produce, pero él no es lo que produce. Su actividad
fiesta a nosotros desde que consideramos la actividad
domina poco a poco a la natural eza; FseÍo ahora este como un todo y desde que dejamos de ver cada objeto,
poderío se vuelve contra é1, toma las características de cada acontecimiento, y cada individuo, según sus par.
una naturaleza externa y lo arrastra en el determinis- ticularidades perecederas. La esencia humana es ante
mo social que le inflige terribles pruebas. El hombre todo virtualidad abstracta: escisión interna, separa-
no es nada sin é1. Lo humano no existe de antemano ción. Incluso parece que no tuviese más que una exis.
más que en y por lo inhumano. No solarnente depende tencia metafísica ideal. Y sin embargo cada problema
de la naturaleza, sino qu.e en la sociedad misma es planteado por una contradicción solicita su solución,
cuanto hay de más débil. Sornetido a la brutalidad va hacia su solución, determina una actividad que la
biológica, el hombre se opone no menos decididamen- supera y plantea así un grado nuevo de actualidad de
te a esta brutalidad: en el Derecho, en la Moral v en la esencia humana. Cada vez que una contradicción es
la Religión resuelta, el hombre vivo se aproxima a esta esencia;
El hombre está así profundamente desgarrado y no todo sucede como si ésta fuese el motor inmanente de
se forma más que en el desgarramiento. No es de ante- la histo,ria y del movimiento dramático de las cosas
mano rnás que una contradicción entre él mismo v la htrmanas. Descubrimiento y creación convergente: lo
naturaleza. En esta contradicción los dos término*- hurnano es a la vez creado (producto) y descubierto.
tán en acción recíproca; los caracteres de uno pasan ".- El ictrealismo aísla esta parte del hombre que emerge
al otro; luego de cada resolución la contradicción poco a poco. La considera "en sí", fuera de las condi.
reaparece bajo una forma tanto más profunda y dra- ciones de existencia, como si hubiese "triunfado" de
mática cuanto rnás elevada y consciente ha sido la antemano debilitando así el drama
unidad lograda. Las actividades que realmente sobre- -sfe¡¡¿mente-
del nacirniento del hombre.
pasan las formas naturales del antagonismo (la pra- El hombre nace y se realiza en aquello que es "otro"
xis, el pensamiento, el Espíritu que comporta una con relación a é1, en aquello que lo niega y que él nie-
cierta unidad inmanente, dominando la exterioridad)
Ea, y que sin embargo le está íntimamente unido: la
sólo han funcionado hasta aquí para agravar y ahon. naturaleza. Mezclado con ella, no obstante, poco. a
dar más profundamente los desgarramientos y las lu- poco se yergue poderoso sobre ella, se crea una natu,
chas. taleza hurnana.
Parece siempre que lo hurnano no existe, que no ta utilización trivial de estas palabras ha enmasca.
fuera más que una aparienciao un consuelo. y sin em- rado, bajo una familiaridad decepcionanteo el sentido
r64 165
auténtico de las mismas. La naturaleza se vuelve hu- .apropiación por el hombre de la naturaleza y de su
mana; alrededor del hombre, en el hombre, se vuetrve propia naturaleza. El trabajo social y la actividad
u,n mundo, una experiencia otganízada. Y el hombre económica son medios de esta apropiación, momentos
se vuelve naturaleza, existencia concreta, potenciali- ,esenciales de la esencia humana, una vez que son in-
dad. La labor humana humaniza la naturaleza alrede. tegrados y dominados por esta esencia. En sí mismos
dor de los hombres. Y la naturaieza se interioriza hu- no son esta esencia. El hornbre económico debe s€f Sl.l.
rnanamente deviniendo vitalidad lúcida, energía ins- perado, para que se manifieste la libertad del hombre
tintiva iiberada de las limitaciones del instinto natu- total: "el hombre se apropia su esencia múltiple (All-
ral y pasivo. La naturaleza humana es una unidad, un seitiges)... en tanto que hombre total" (Ibíd., p. 118).
intercarnbio de ser, un superar de la separación. El movimiento total está quebrado por la acción y
El trabajo producción econémica- no es un por el pensamiento. Esta separación no puede ser ab-
fin en sí. "El -la
resultado esencial de la producción. . . . soluta; tiene sin ernbargo una realidad relativa fun.
es la existencia del hombre" (Man. Eco. FiI., p. 135). dada en la lucha humana contra la naturaleza. El de.
o'La naturaleza es el cuerpo inorgánico del hombre. . . terminismo físico adhiere al hombre actuando en
El hombre vive de la naturaleza,lo que quiere decir: la naturaleza y sobre la naturaleza. El determinismo
la naturaleza es su cuerpo, al cual debe permanecer social prolonga la naturatreza en el hombre. La Natu-
ligado por un proceso constante para no morir. Que taleza Flumana resueLve esos conflictos, despliega una
la vida física y espiritual clel hombre esté ligada a la unidad más elevada, supera, otganizándolos, los de,
naturaleza sélo significa que la naturaleza esté ligada terminismos. Como la naturaleza encarada en su tota-
consigo rnisrna, ya que el hombre es una parte de la lidad, ]a naturaleza tiumana es espontaneidad (Selbst-
naturaleza. . . Pero es en la elaboración del mundo de bewegung), pero organizada y lúcida. El hombre total
los objetos donde ei hombre se afirma como s€r espe- es "todo naturaleza"; encierra en él todas las energías
cífico. Esta producción es su vida específica activa' de la materia y de la vida, todo el pasado y el porve-
Gracias a ella la naturaleza apatece como su obra y nir del mundo; pero transforma la naturatreza en yo.
su realidad. El objeto del trabajo es por 1o tanto la luntad y libertad.
objetivación y la vida específica del hombre, en la me. Los productos y las fuerzas de producción son "lo
dida en que se desdcbla, no como en la conciencia, in- otro" de ese hombre total, en que él puede perderse.
telectualmente, sino activamente, realmente, y se con- La independencia de las fuerzas económicas
ternpla a sí misrno en un rnundo creado por él. . . " del hombre rnoderno- debe ser comprendida-destino
y domi-
(Ibid., p. 88). La historia social es la historia de la nada. Desde que la objetividad dei proceso social está

166 r67
definida como taf está ya en
vías de superáción; se tractos. {Jna nueva especie de productos aparece: los
une a la actividag grl .,r¡.to hurnano
objetivo, se ,,subjetiviza,," en-ái, actuante y ya prod.uctos espirituales. Hay entonces tres grados de
una actividad humana más of¡etiira: ;"r" para que surja producción externa y sin embargo esenciales: los pro-
que se tome más ductos materiales, los objetos sociales propianeente di.
eficazmente como, objeto a. ,rrr"-u"ción,
duzca" más lúcidamente; ;;; iu propia que se ,,pro- chos, los productos espirituales. Éstos son en cierto.
consciente. creación sentido objetos: son exteriores a las conciencias hu-
tos destinos han sido siernpre este ,,otro,, manas individuales. En otro sentido, dependen estre-
bre. La historia t,r. irr.fuoiiJ.i""." del hom, chamente de la actividád en un cuadro social dado, en
aspecto trágico proviene de que
sangrienta; su un momento histórico determinado. Estas ideologías
ningún d..ü"o;;;;; expresan alavez la actividad global de los grupos so-
tificable frente á aquelios q,ri to-.rrt"r.;,
te por el porvenir humano que tááo* .i;;';;,á;$- ciales, el nivel alcanzado por su poderío práctico y la
los
vez preparan y paralizan. La historiu destinos a la ruptura del mundo y de la conciencia en actividades
embargo un absurdo caso ¿" ú;i¿:;
"ode violenciasl parcelarias. Tergiversan las relaciones reales. La acti-
Esta concepción y vidad que busca en ellas tomar conciencia de sí mis.
""Z"áotasa.ta histori", qu"
no existe corno talS:,t:q.^,-":;;"*
srno por su sujeto vlvtente, el
rna está arrancada de sí, y por así decirlo transporta-
bre total que se forma a través hom- da fuera de sí. Las representaciones ideológicas tras-
de ella. ponen lo humano en el plano de las cosas' de las subs-
El hombre está todavía ."-.i.,rfrirniento
cirniento; no ha nacido .fr"; up."". del na* tancias externas: los dioses, los destinos, la verdad
presentido como rnetafísica absoltrta. Estas cosas espirituales se süper-
unidad y solución, no es aún-más qt.r_
trario: lo inhurnano en é1. Sólo .*ta., y por su con_ ponen a las cosas rnateriales relación consciente
-sinperder a los hombres
múrltiples actividades y produ""i""iu
ai.p"; ;";;, con estas últimas- hasta hacer
especializadas en la conciencia de su actividad creadora. La objetividad
que se quiebran la realidad y la
concie"rli" ,r."'.il ;; de los productos espirituales contiene una parte de
la naturaleza humana. No es aún
consciente de sí rnás ilusión. Pero esta apariencia se transforma en reali-
que en algo ajeno a él: en las
ideologías.
Cuando la actividad creadora .e dad: los hombres creen que sus representaciones so-
bre social continúa descubrién¿"."¿irr.rrifica, el horn- ciales tienen un origen trascendental, y se organizan
en los resultados
d.t ry acción; pero los proar"tár.. cargados de acr¡erdo con. esta creencia, captada y utilizada por
ciencia cesan de ser inmédiato*, de con- los políticos. La alienación teórica se vuelve así prác-
lo
primitivo y para el niño. S. "o*o sociales para
son
y
el tica reaccionando sobre la praxis. Mitos y fetiches pa-
"ú.i"." abs- recen dotados de una potencia real: la potencia que'
168
169
los hombres les han conferido y que no es más que es más que nunca
^suscitado.
víctima de los Fetiches gue é1. mis'
su propio poderío vuelto contra ellos. Áo ha Extrañas existencias, abstractas_ y
En otro sentido, esos productos contien€n üna v€r' reales, brutalmente materiales y revestidas de ideolo-
dad. Expresan, al transponerla, la vida humaflá coll- gías seductoras e incluso a veces fascinantes' ' ' Es
necesaria una nueva conciencia -lúcida, tensa'
desa-
creta. Sé convierten en los elementos de estilos de vida
y de culturas que han tenido siernpre algo de valioso fiante- para desenmascarar esos fetiches y para que
y d. to. cuales algunos (especialmente el estilo y la t Crtigo tttental no arrastre a la raz6n' El materialis-
cultura helénicos) pueden posiblemente integrarse en mo dialéctico querría ser la expresión y el órgano de
"f
el mundo moderno organizado y renovado. Estos esti' esta conciencia.
los resultan en general de la repetición y de la acumu' Los hombres vivientes comprenden todavía mal su
esencia y su verdadera grandeza'F,l análisis de
la pro-
lación de los actos rnás humildes de la vida práctica' que todas
La historia muestra sin embargo' en la mayoría de las ducción del hombre poi et mismo muestra
grancles civilizaciones' una penosa contradicción en- las definiciones filosóficas de la esencia humana co'
fre la suntuosidad de las justificaciones ideológicas, de rresponden a momentos de esta producción' El térmi'
las costurnbres y de las palabras, y la monotonía de los ,r" i;prodoccién" es esencial, puesto que abraza a los
gestos cotidianos. Sólo el porvenir podrá resolver esta otros y los exptrica: puesto que encierra y supone en
lor*. de contradicción entre la conciencia y la rea- el hoábre la naturaleza, la acción, el conocimitljg'
lidad. Esta palabra, a veces tan trivialmente comprend,ida
La eficacia de las ideologías proviene esencialmente se la toma en su menor escala- significa
de la credulidad; pero poco a poco la conciencia se -porqrr"
toáa 1á grandeza humana' Su verdad no es aún una
no
retira de esos productos, se recupera por medio de la evidenciá, puesto que hoy todavía la vida humana
se produce conscienternente y no comprende
su- pro'
reflexión y por el desarrollo del poderío real sobre el existen-
ducción. Se mueve en el fetichisrno, modo de
mundo. Todas las ideologías han sido históricamente
superadas, luego de períodos más o menos largos de cia y d.e conciencia. 'nEl objeto producido por el tra'
co-
"cbnciencia desdichada". El pensamiento y la reali- bajó... se opone al hombre como un ser extraño'
dad humana se forrnan a través de las idqologías, pero *á o." potóncia independiente' De la misma forma
superándolas, liberándose de ellas, para proponerse, al ;; ;" lá reügióny la áctividad espontánea de la fan'
fin, como actividades reales. ü.ía, del cerebro del corazón-humanos' actúan sobre
Hoy incluso? en el momento en que su poderío sobre el ináividuo de una rnanera independiente de é1, como
la naluraleza es ya considerable, el hombre viviente una actividad extraña, divina o diabólica' del mismo
170 17r
modo la actividad del productor no es su actividad rnercio. "Es el tiernpo de la corrupción general, de la
espontánea. . . La actividad vital, la vida productiva venalidad universal" (Miseria de Ia tilosotia). La ne'
del hombre, no se le aparece más que como un medio, cesidad de dinero es la única verdadera necesidad "en'
para satisfacer una necesidad: la necesidad física do gendrada por la econornía política"; de tal forma que
conseryación... La vida humana misma no aparece rla cantidad de dinero se vuelve poco a poco la única
más que como un medio. .." (Ibid., passim). cualidacl esencial del hombre". Esta alienación engen-
"Toda producción es apropiación de la naturaleza dra a \a vez apetencias refinadas y artificiales, y la
por el individuo, en el interior y por medio de una simplificación bestial de las necesidades; y ello a v9-
forma social" (Zur Kritik der PoL Oekon., 10a ed., ces incluso en los rnismos seres. El hombre desciende
p. xvru). Decir que la esencia humana está aún actual" por debajo de lo animal. Entra en la soledad. Pierde
mente "alienada", significa ante todo que las formas, po, *o*.ntos hasta el deseo de tener un comercio
sociales no permiten esta apropiación de la naturaleza ieal con sus semejantes. La vida entera es para él una
por el individuo. Aquello que debería ser "fin en sí" potencia extraña que siente "deslizársele de las ma-
(en términos éticos) no es aún más que medio: la nos". La esencia social es inhumana: no es otra que
actividad creadora, la esencia humana, la individua- el dinero. Es precisamente así una esencia económica:
lidad. "lWis medios de subsistencia son iguales a los de otro"'
La situación actual es intoleiable porque la reali- Lo que es objeto de rni deseo es posesión inaccesible
dad humana está más profundamente disociada que de otro. Cada cosa es otra que sí misma; mi actividad
nunca. Parece que todas las modalidades posibles de rnisma es otra. En fin e1lo es cierto tarnbién para
escisión, de dispersión y de contradicción se descubren el capitaiisf¿- r'1¡¡s -y
potencia inhumana reina sobre el
hoy y convergen en un inmenso infortunio del hom- todoi' (Ibíd., p. 136). Este predorninio de lo econó-
bre. La realidad de lo humano está en peligro: se esfu- rnico es justarnente lo inhumano, la esencia del hom-
ma en el espíritu, está amenazada en la existencia con- bre librada a una cosa, al Cinero, al fetiche. (Es bas-
creta. tante sintomático de la reversión actual de los valo-
ÉIa llegado el tiempo "en que todo aquello qtle los res el hecho de que se le haya atribuido a lWarx un
hombres habían considerado como inalienable s€ con- "economismo absoluto", precisamente cuando su pen-
vierte en objeto de cambio, de tráfico y puede alie- samiento se propone esencialmente superar al hombre
narse". La virtud y la conciencia, el arnor y la ciencia económico).
que hasta aquí se comunicaban, que eran la ocasión El capitalista es, en tanto que individuo, un hombre
de una generosidad y de un don, son objetos de co- ''privado" de todo, salvo de dinero. Pero el no-caPita-
172 173
lista experimenta más brutalmente la privacióno la Cap.,III, 60) ."Cuanto neás produce el obrero por
medio de su traUajf escribía ya Marx
en 1844' más
exterioridad con relación al individuo de su contenido
social y de su substancia vital. Carece del dinero, quc ;;d.;;.e .ru.lne. eiv eí rnundo ajeno de los objetos que
es la única significación de una vida social fundada crea enfrentad.os más pobre se vuelve su mundo
sobre el beneficio. El ser humano es inconcebible fuera i;i;;. . . El trab":" "t exderior al obrero; no se afir-
de una cornr¡nidad. Todas las estructuras sociales han ;;"; su trabajo,-.i"o que se niega y se siente desdi'
del trabajo;
definido una cierta r¡nidad" Cuando una comunidad chado... Se siente a sí -it*o sóto f-uerade üfla rlec€'
está desgarrada por luchas internas o vefi, su trabajo no es entonces la satisfacción que
-latentes *iauá, sino el rneclio de satisfacer las necesidades
ficadas-- cesa por 1<¡ tanto de ser una verdadera co. obrero no €s erl-
rnunidad. Ei hombre se vuelve animal para el hombre. Áiá"'r".ta cle é1.. ' La actividad dela otro' es la pér-
to hurr¡ano está entonces alienado, al mismo tiempo tonces su autoactividad' Pertenece
hornbre que tra'
que la comunidad humana. dida de sí rnismo. Corno resultado' el
La alienación multiforme ctrel hombre y de la comu- ü;j; ;" siente sólo libre en sus funciones anirnales:
nidad tiene su fundamento actual en la situación in' beber, engendrar' En sus funciones humanas
hurnana de ciertos grupos sociales, de los cuales el más "o*ar, animal' Ciertamen:t' ":-
; ; siente rnás que como también ftrnciones hurna'
importante es el proletariado moderno. Este grupo so- rner, beber, atg.*á'ar, son
que las
separa
ciatr está excluido de la comunidad; o bien está admi- nas'auténtícas. Pero en tra abstracción
tido sólo en apariencia, verbalmente y para ser utili- á"-otro* dominios de la actividad y las transforrna en
es la del tra'
zado políticamente. No participa ni en su condición fin, se vuelven aniÁales ' ' ' Esta relación que extraña"
material ni en su condición espiritual. ¡Cuando se baiador v su próia áctividad en tanto
comprornete en una acción para participar en esta t
(IWan. Eco- FiI., P- 85 Y sigs')' .
con:.unidad, sus adversarios dicen que la destruye! L", productorÁ están pót i" tanto así (individual'
privados-de.los bie'
En una estructura social fundada sobre la propie- rnente y.r, sefaraclos f1
"orr3*to)
nes que han creado. El cónjunto de
los productcres no
dad individual de los grandes rnedios de producción, los productos
de
este proletariado no es rnás que un instrunnento entre reciben para consumirlos ei conjunto la su'
proviene económicamente
;;t";i;l:t. De donde qrrt transforrna en privación
los instrumentos, un "apéndice de la máquina" (Ma'
nitiesto de 1848). El obrero mc¡derno debe vender su p"rproao."ior, ,ái*ii*"
fr.rerza de trabajo; se convierte en uria mercancía, en *en crisis, en ltrchas ""ottó*i""s y políticas- la abun'
una cosa entre las cosas. Poderío externo, "el trabajo dancia
- l^ ü¿uPosible hoY día'
se ejerce sobre el indivir1uo como sobre una cosa" (EI ¿" la cornunidad humana está fragrnen-
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'tada. La actividad creadora se convierte en medio mado corno expresión del proletariado, si bien supe-
para el individuo, que se separa así de la comunidad. rando las limitáciones de la condición proletaria pre-
cisamente tomando conciencia de ella en nombre de la
En particular la comunidad no es rnás que un medio
para los individuos que detentan los medios de pro. cultura filosófica, de la ciencia económica y de todas
ducción. i.. á.p.t"nzas de los reformadores' El proletal"q"
r
conserva entonces ciertos elementos esenciales de 1o
La alienación se extiende así a toda la vida. El indi-
humano. Por otra parte, la burguesía detenta algunos
viduo no puede librarse de ella. Cuando trata de libe-
.rarse se aísla en sí mismo, 1o que es precisamente una otros elementos iglualmente esenciales: la lucidez' la
forma aguda de alienación. La esencia humana resulta cultura. Estos últimos elementos, por el solo hecho de
de la totalidad del proceso social. El individuo ro puer
.*i.t *.p"rados de los primeros, se han vuelto ha
abs-
sido
de lograrla más que en una relación coherente y lú- i;t;¿.. y formales. La comunidad humana
o me-
reemplalada por el ejercicio de la violencia más
cida con la comunidad; no debe separarse de ni per- del hombre'
derse en ella. Sin embargo en nuestra sociedad, en la
,ro. ái*i*,rlaáa sobré una parte esencial
cual las relaciones aparecen como invertidas, el indi- ;;t i; dispersión infinita ln la individualidad v la
viduo puede creer que se realiza aislándose. Él está rivalidad de los individuos concufrentes. En la indivi-
entonces aún más profundamente "privado", s€para-
dualidad misma, esta dispersión es manifiesta' El ele-
do de su base, de su raíz social. El no se aprehende mento concreto, práctico o natural, está separado de
más que corno abstracción teórica (el alma, la vida la lucidez y de la-cultura. La lucidez domina violenta-
rnente el iontenido concreto. Las potenciaiidades es-
interior, el ideal) o como ser biológico (el cuerpo, la pirituales, privadas de contenido, funcionan abstrac-
libido sexual). Sostiene y reproduce en é1, agravada,
la disociación de la comunidad. La contradicción es ["*ettt.. nt individuo cultivado se ha convertido en
niultiforme en él: entre la inconsciencia y la eoncien, "el hombre teórico" descripto por Nietzsche' socie-
cia, entre la naturaleza y lo humano, entre lo social y
La disociaciórl material y espiritual de esta
el individuo, entre el instinto y la lucidez, errtre el con-
dad no puede más que acenttlarse' Ha entrado nece-
por
sariamente en la decádencia (lo que es confirmado
tenido y la forma, entre la práctica y la teoría. económico)' Para poner fin
el análisis específicamente
El proletariado es el elemento concreto de esta so- aestasituaciónesnecesariosuperarlaestructufáSo-
ciedad, su aspecto práctico. Está en contacto perpe-
tuo, por rnedio del trabajo, con la materialidad y la
q". subordina una clase a la otra y somete un ele-
resistencia de las cosas, con las contradicciones de la
;;"t. profundo de la realidad hurnana a otro ele-
"iui
mento, porque esos elernentos humanos son colls€rvá-
existencia dada. El materialismo dialéctico se ha for-
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dos por grupos opuestos. Es necesario superar una or/
ganización económica en la cual el proletariado no es tima de la praxis. Recíprocamente el análisis de la
más que un instrurnento de producción, en la cual, co, praxis confiere un carácter positivo a esta noción.
rrelativamente, la realidad de la producción está sub. El hombre totai es el sujeto y el objeto del devenir.
estimada. En particular, para resolver la oposición en. Es el sujeto viviente que se opone al objeto y supera
tre lo individual y lo social, para descubrir la conexión esta oposición. Es el sujeto que está quebrado en acti-
y la unidad entre los elementos del contenido, eS n€- vidades parciales y en deterrninaciones dispersas y que
cesario alcanzar una plena conciencia de la praxis. sobrepasa la dispersión. Es el sujeto de la acción, y al
Corno las limitaciones de la conciencia están ellas mis- mismo tiempo el objeto último de la acción, su pro-
ducto incluso cuando ésta parece producir objetos ex.
. rnas fundadas sobre una deterrninada praxis (la de
nuestra estructura económica y social) es necesario teriores. El hombre total es el sujeto-objeto viviente
sobrepasarla para crear una praxis nueva, coherente ante todo desgarraclo, y disociado y encadenado a la
y "planificada". necesidad y a la abstracción. A través de ese desgarra-
En esta extrema dispersión y contradicción, en este rniento va hacia la libertad; se vuelve naturaleza, pero
infortunio rnaterial y espiritual, la esencia humana libre. Se vuelve totalidad, como la naturaleza, pero
está posiblemente cercana. Alineada en esta multipli- dorninándola. Etr hornbre total es el hombre "desalie-
cidad, la esencia alcanzará una unidad más rica. La r¡ado".
profundidad de las contradicciones exige imperiosa- Una filosofía rnaterialista y práctica debe impedirse
mente la unidad. presentar un ideal trascendente; su ideal debe ser una
Así se precisan en el humanismo materialista las. funcidr¡ de la realidad. Debe tener raíces en esta rea-
nociones idealistas de lo en sí y 1o para sí; del ger. lidad y existir virtualmente. La idea del hombre total
men y larealización; de la alienación y la supera.ción; responcie a esta exigencia. For lo tanto ia realidad de
del objeto y del sujeto; de la esencia y de la existen- lo posible humano puede'determinarse científicarnen-
cia. Partiendo de un análisis de la praxis, es posible te, por medio del estudio específicamente económico
mostrar la génesis de los momentos de la actividad, de y sociológico.
las categorías del pensamiento y de la acción, de los El fin de la alienación humana será "la vuelta del
dominios del conocimiento. La noción dialéctica de la hombre a sí mismo", es decir, la unidad de todos los
alienación domina y resume esta descripción del hom- elementos de lo humano. Este "naturalismo acabado"
bre del devenir. Rinde cuenta del drama actual y del coincide con el humanismo. Creará al hombre huma-
drama histórico de lo humano. Da la significación úl- no conservando toda la riqueza del desarrollo. "Es el
verdadero fin de la querella entre la existencia y ia
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esencia, entre la objetivación y la afirmación de sí, tilo. Existen ya comunidades humanas y estilos: las
entre ia libertad y la necesidad, entre el individuo y la naciones, tras culturas, las tradiciones' El humanismo
especie. IQesuelve el misterio de la historia, y sabe que total no se propone destruir esas cornunidades' sino
lo resuelve (Marx-Engels, Atckiv., III). por el contrário, liberarlas de stls límites, enriquecer-
Esta organizaci1n de la comunidad humana no ter- ias de tal suerte que tiendan hacia una universalidad
minará la historia, sino más bien la "prehistoria" del concreta sin perdir nada de su realidad' Se trata de
hombre, su'nhistoria natural", mal separada de la ani- continuar ei rnovimiento total ,desarrollando y envol-
malidad. Inaugurará el período verdaderamente hu- viendo el contenido del presente'
rnano, en el cual el hombre dominando al destino in- Fara este humanistno, la instancia suprefna no es
tentará por fin resolver los problemas humanos: los la socieclad, sino el hornbre total. El trrombre total es
problemas de la felicidad, del conocimiento, del amor el individuo libre en la cc¡munidad libre. Es la indivi-
y de la muerte. Btr hombre será liberado de las condi- dualidad expandida en la variedad ilimitada d'e las in'
ciones que vuelven insolubles esos problemas. Por drvidualidades posibles.
ejemplo la desiguatrdad biológica de los individuos es Este resultadó de la prehistoria hurnana no es fatal'
un hecho incontestable. Es abominable utilizar este No debe necesariamente surgir ni de un destino eco'
hecho, agravarlo, para aprovecharse de é1. En una so- nón:ico, ni de una fatalidad rnisteriosa de la historia,
ciedad humana esos problemas serán planteados y ni de un decreto de la ,,sociedad". Los ind.ividuos vivos
examinados cor] rniras a una solución práctica. La que actúan para que se produzca pueden ser vencidos'
igualdad social concreta no suprimirá las desigualda- ia hurnaniáad puede comprorneterse en la confusión
des naturales, sino que al contrario las pondrá de rna- y el caos. La soiución está indicada en el movimiento
nifiesto, dando a los tatrentos individuales la ocasión iota,l; ella orienta los presentirnientos, las actividades
de desarrollarse. Será necesario en seguida emprender y las conciencias. No lo suprirne. ¿Cómo habría de
la lucha contra el elemento biológico para dirigirlo, óumplirse automáticamente este fin del automatismo
para descubrir y vencer las necesidades provenientes econóneico y social?. . "
de la herencia, de ias fatalidades geográficas, raciales, El arte ha encerrado siempre una tensión, ufl €s-
etcétera. fueruo hacia tln acto total. En la música un elemento
El humanismo así definido tiene un aspecto cuanti- parcial de ia conciencia sensible (el sonido) tiende. a
tativo: está fundado en el desarrollo de las fuerzas devenir co-extensivo al contenido de la conciencia,
productivas. Tiene tarnbién un aspecto cualitativo. ritmo, movimiento, pasión, erotismo o espiritualidad'
Toda comunidad hurnana tiene una cualidad, üfl es- Igualáente en pintura el elemento visual. El arte de
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épocas desaparecidas cuya estructura sociar no
tiene y del productor, de 1o individual y de 1o social' del ser
ya- significación práctica para nosotros natural y del ser humano.
conserva un
valor irremplazable. Se puede así encontrar en los Este ideal supremo da la significación del devenir'
poernas rnás místicos ciertos presentimientos p;;; que está implicado en el devenir mismo' re- El
de ese
acto total que fue llamado lo Divino, o lo Subrehu- tombre iotal es la Idea, esta idea que el idealismo
mano, y que se ha proyectado siernpre fuera del horn- ducía unildteralmente a la actividad teórica' Y Que
bre, en nornbre de sentirnientos cósmicos ardientes y en 1o ab-
concebía fuera de la vida, totalrnente hecha
oscuros. El esfuerzo hacia lo único se ha manifestadá
- pn
soluto.
hasta aquí casi siempre en la alienación. El hombre el lírnite, e1 acto total sería supremamente indi-
las en€r'
esperaba encontrar en una creencia externa la unidad viduatrizado y al rnismo tiernpo co'extensivo a
y la reconciliación consigo misrno, el apaciguarniento gías vitales' supremamente trúcido y al mismo
tiempo
y la salvación. La unidad del hombre con la col.nuni- Jop""*^*ente espontáneo' Surnergido "" 1"-t :11?:
dad era buscada en los ritos religiosos o los imperati_ de la naturaleza, sería sin ernbargo una presencla
vos morales. La r:nidad del hornbre con el universo irnica.
parecía iograda en ciertos rnornentos de cornunión Pero la conciencia más alta, la rnás profundamente
extática en que la conciencia salía de sí y cuya inten- humana y total no puede todavía rnás que agravar la
frofunda contradicción: la desin
sidad sólo era posible ai precio de una largá ascesis. "y ta rnas la
;;il;;;
Estos impulsos no aportaban una verdadera solución. lad. t dll ser, de iá vida y de la muerte' Jamás,
a la
Luego del mornento de la conversión, o de la corrlu, árr¿á,"ut honebne podrá definitivamente
nión, o del éxtasis, el ser hurnano volvía a enfrentar su
"étt"t
rnuerte y poseer invulnerablemente al ser' Pero el
desdicha, con un desgarramiento más profundo, más hornbre lucha contra la rnuerte' El hombre humano
de-
desgarrador: el de estar fuera de lo humano. De todas es aquel que ha aceptado el desafío' It{'o encuentra
estas tentativas, el arte permanece como la que con- lánte ¿e 3l la inapieciable potencialidad de la nada'
serva mayor valor para nosotros. La muerte tiene cámplices entre los hombres' El hom-
La idea del hombre total prolonga estas tentativas, bre humano rehusa toda complicidad con la muerteo
pero en un plano positivo y eficaz. Encierra los valo- f.ro ." alista, por eso mismo, en la lucha contra los
res más altos del pasado, y especialmente el arte en córnplices de la muerte'
tanto que trabajo productor liberado de los caracteres Bi in¿ividuo perecedero tiene en su Yo más que
a él mismo: tiene al hombre, al espíritu' al ser' El
de la alienación, en tanto que unidad del producto
hombre humano quiere trasmitir y perpetuar este
ser'

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eXtenderlo, profundizarlo,,,participar,,
ble del ser. Es así que fúcna ." .i mismo
lo más posi- bre; la exigencia humana de unidad y de realidad.
muerte.
contra la Cada uno de esos 'omomentos" de lo realo aislado e
El "hombre teórico,, debe comprometerse hipostasiado, se vuelve negador de los otros Inornen-
elucidación, la recuperación y ta superaciónasí en la tos y seguidamente negador de sí mismo. El contenido
inmensa realidad humana. pe¡e abrii
de una limitado y traspuesto como forma se vuelve opresivo
su yo .¡rtü"- y destructor de su propia realidad. Así el nacionalismo
to, teórico y formar, sobre er Mundo. L. rii"rorá
nueva depende de un acto real y de una se vuelve enemigo de las realidades nacionales, el libe-
exigencia, no. ralisrno deja perecer la libertad; el espiritualismo se
de"un postulado, de una atternátiva abstra&a,
valor arbitrariamente elegido o de una ficción. d;;; vuelve adversario del espíritu vivo y el individualis-
Su ta- mo, del individuo concreto; el "totalitarismo" s€ opo,
rea es "efectuar,, los nexos implícitos entre
todos los ne a la realizaciín total del hombre. . .
elementos y aspectos del contlenido de
lu
y del ser hurnanos. En esta búsqueda, el n"i"" Filosóficamente este procedimiento transforma en
""""i*"i" error una verdad parcial, puesto que la postula como
es el. criterio práctico: elirninar aquello "rit.riJ
que aetiene ei lo absoluto. Crea algo más allá (meta). El racisrno es
qgvi$e1to, lo que lo separa y ló disocir, l" q".-ir*
pide la Superación una meta-biología; la teoría nacionalista es una rneta.
historia o una meta-sociología. Esta operación cotrl,
porta todos los riesgos de la metafísica. Rehusando
Hacia eI contenido total una parte del contenido sanciona y agrava la disper,
El pensamiento filosófico y la acción que no S€ sión de los elementos de lo real. Desdeña el aporte de
tentaron con una posición puramente iormal y con-. los otros dominios, y aparece así como un procedi'
con miento de especialista o de partidario. Expresa una
una conciencia totalmente teórica, pueden traiar
evitar la- ruptura entre la forma y'ei conte"id; ;;;:d.e reacción de defensa del individuo, o de su grupo, más
hendiendo inmediatamente un delerminado que una conciencia tendida hacia la solución.
contenido Un solo camino queda abierto al espíritu deseoso de
concreto. Pero si la solicitación qrae aprehende
tenido parcial se limita a este á.me.rto de lo
üD con. resolver verdaderamente los problemas: el esfuerzo
real, lo hacia la aprehensión del contenido total.
erige por necesidad en un absoluto. Iface
de él úna Este esfuerzo definirá la vida filosófica.
forma fetichizada. por ejemplo, se puede upr.fr.rá.,
como contenido: la-realidad psicológica individual;
ia
comunidad nacional; la realidad def froÁ-
".piritout
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