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I

Gobierno Nacional de la República del Ecuador


Secretaría Nacion¡l del Migrante (SENAMI)

Entre lu violenciu v la invisibilidad.


Un análisis de la situación dJ los niños, niñas y adoles-
centes ecuatorianos no acompañados en el proceso de
misración hacia Estados Unidos.

Soledad Alvarez Velasco y Sandra Guillot Cuéllar


Créditos
Autoras: €r Soledad Álvarez Velasco y Sandra Guillot Cuéllar
Edición: O SENAMI - Hojas y Signos
Fotografías: O Soledad Átvarez Velasco y Sandra Guillot Cuéllar
Diseño, Diagramación e Impresión: Hojas y Signos
ISBN: 978 9942 07 2429
Nro. de Derechos de Autor: 038532
Tiraje: 900 libros
2072
Quito-Ecuador
Indice
Presentación

Prólogo

Introducción l0

Capítulo I
Aproximaciones teóricas 16

1. La migración indocumentads como parte de Ia desigual inte-


grúcion ca pi tal isto . on tcnpuránea l6
I .I La migración indocumentada en tránsito: efltle la invísi-
bilización t la víolencia
1.2 N'iños, niñas y adolescentes en lús rufas migrútoriús
c landes lilas

Capítulo II
Transitando en Ia clandestinidad 32

2. La migrtrción indctcumentada ecuqtoriqna en tránsita q Estd-


dos t-ttidos
2.1 La triple condición mígralor¡a del Ecuedor contenporaneo 32
2.2 Estados Lnitlos: el principal destino 36
2.3 Rutas, estrute4ias !" las violenciqs del camino 45
3. lu[éxico dentro de la ruta clqndesfins Ecuador - Estudos Unídos 5Z
3.1 El corredr.tr migratork¡ México-Estados Unidos
3.2 Algunas conjeturas para explicar tanta víolenc¡a J8

Capítulo III
Sin documentos y de la mano de coyotes: la niñez y adoles-
cencia ecuatoriana que transita por México 66

4. Niñez y adolescencia en tránsito 66


1.1 Una aprcximación en cifras 66
4.2 Llopeo de las princ¡pales rutq.r n¡gratoriq\ del corrcdor
México-Estados Unidos 78
4.2. I Por tierua. desde Ia frontera sur hestq el norte de MéxicoSl
4.2.2 Sobrc el Tren 8ó
4.2.J La ruta de los albergues 9l
4.2.4 Mapa de riesgo.t 93

Capítulo IV
Un posible ámbito de acción estatal: el proceso de detección,
detención y deportación de niños, niñas y adolescentes mi-
grantes indocumentados no acompañados en México 97

5.1 El proceso de DDD 98


5.2 Limitaciones y violuciones u lo¡ derechos de Ia niñe:
nigrante 110
,5.J Potenc¡ales eliudo.t del Estedo ecuator¡ano I Ió

Capitulo V
De salida: nec€sarias r€spuestas estatales frentea la violencia
del tránsito migratorio ll9
6.1 llolencias y vítLlucíctnes a los tlerechos de la inJancia
igranle 120
6.2 Marco legal, necional e ¡nternacional, a favor de los
derethos de la itfLtncía 126
ó.3 ¿.Qué hacer? 135

Bibliografía 146

Glosario 155

Anexos 156
Presentación

La Secretaúa Nacional del Migrante, presenta el primero de una


serie de estudios sobre el proceso migratorio, enmarcados en la
línea Editorial ECUADOR MIGRANTE, cuyo objetivo es con-
tar con un compendio de investigaciones sobre varias temáticas
cle la realidad migratoria del Ecuador, para ampliar nuestro co-
nocimiento sobre tan complejo proceso y de esta forma contribuir
a la producción de políticas migratorias que garanticen el pleno
ejercicio de los derechos de las personas migrantes y sus familias,
No es casualidad, que en este primer volumen iniciemos
siguiendo el rastro de la niñez migrante indocumentada en su trán-
sito desde su país de origen hasta Estados Unidos; un grupo inü-
sibilizado, más vulne¡able que otros, con una voz débil y carente
de respuestas f¡ente a la violencia, agresión y aquellos impensa-
bles obstáculos que se cruzan por su camino hacia el reencuentro
con sus padres por el "sendero de la muerte". Pues con este primer
acercamiento, ponemos en evidencia dos procesos que están implí-
citos en ésta ruta de clandestinidad: la reunificación familiar clan-
destina y la visibilidad del millonario negocio del tráIico de perso-
nas. Síendo así, la migración indocumentada y no acompañada de
la niñez y aclolescencia un enorme y urgente desafio compartido,
no sólo para el Estado y la sociedad ecuatoriana, sino para todos
los países involucrados.
Sabemos que uno de cada cinco migrantes es un niño, niña
o adolescente, pero no es suficiente presentar un compendio de
cifras de aquellos que no llegaron a su destino porque murieron,
fueron secuest¡ados, se conürtieron en üctimas de trata, fueron
deportados, abandonados en albergues o aquellos que lograron
cobijarse en los brazos de sus pad.res; lo importante es saber las
historias detrás de la decisión de estos pequeños y el bagaje que
pesa en sus espaldas al terminar, de la manera que fuese, su largo
y accidentado transitar.
En esta investigación encontramos esas historias que no se
cuentan, aquellas que nos enfrentan a la realidad, y nos mueshan
paradojas. Abramos, pues, nuestras mentes y corazones, a este ca-
minar que endurece rostros tiernos y el semblante risueño propio
de la niñez, para que seamos partícipes de un cambio radical que
exija el respeto a los derechos de los niños y el derecho a migrar a
una sociedad que por lo menos contemple la aplicación de los mas
básicos actos de protección y respeto a la üda.

Francisco Hago Celi,


Secretario Nacional del Migrante
Prólogo

Vivimos una época de sinrazones y paradojas. La l'iolencia en con-


tra de los menores de edad es uno de los ejemplos más perversos
de este fenómeno. El trabajo que el lector y la lectora tienen en sus
manos es un esfuerzo pionero por entender una forma específica
de esta üolencia: la que experimentan los niños, niñas y adoles-
centes migrantes indocumentados ecuatorianos en su tránsito des-
de su país de origen hasta Estados Unidos.
Soledad Alvarez Velasco y Sandra Guillot Cuélla¡ hacen en
este libro un primer diagnóstico sobre la situación de la infancia
que transita de manera clandestina hacia el norte del Continen-
te Americano. Las autoras explican que el número de menores de
edad ecuatorianos que viajan de manera indocumentada ha cre-
cido año a año desde el inicio del siglo XXI, y que los riesgos que
enfrentan son cada vez mayores. Una muestra de ello fue el descu-
brimiento en el zoro de 7z cadáveres de migrantes (entre ellos de
migrantes originarios de Ecuador) encontraclos en la población de
San Fernando, en el mexicano Estado de Tamaulipas. Las autoras
proponen que las políticas públicas que pretenden regular y dete-
ner la migración son una parte importante cle los condicionantes
de la violencia de que son presas los migrantes debido a que les
empujan hacia la invisibilidad, les hacen presas del crimen, y les
hacen depender de terceros que han hecho del "coyotaje" un nego-
cio multimillonario. El texto sostiene que el número de migranres
menores de edad que viajan no acompañados se ha incrementado
notablemente, y que ante las dificultades crecientes para üajar al
norte, el destino de éstos se pone en las manos de los profesionales
de la clandestinidad.
La lectura de este texto nos adentra en las rutas clandes-
tinas que unen a Ecuador con Estados Unidos y que consttuyen
una nueva geografía del terror. Este nuevo espacio transnacional
es una zona de peligro donde la inseguridad de las condiciones de
viaje causa accidentes y muertes; donde han aumentado el robo,
los secuestros y extorsiones; y donde la üolencia fisica es una
constante que pasa por la agresión sexual y frecuentemente ter-
mina con la muerte. Contrario a lo que podría pensarse, 1as rutas
que configuran este espacio son conocidas y el tránsito es masivo
y observado cotidianamente. Son geografias del miedo donde se
entrevera la corrupción, la asociación delictuosa y la indefensión.
En este escenario, los niños, niñas y adolescentes indocumentados
son una población extremadamente lulnerable.
Los motivos que condicionan la movilidad cle los más pe-
queños son diversos, pero se destaca en el texto uno que merece
especial atención: la reunificación familiar. Las auto¡as proponen
que la migración ecuatoriana a Estados Unidos tiene un compo-
nente económico importante que explica la migración de hombres
y mujeres adultosjóvenes que emigran dejando a parte de su fami-
lia atrás, incluyendo a sus niños. Así, se conforman familias rrans-

8
nacionales, unidas por lazos de parentesco y relaciones de afecto,
pero separadas por fronteras internacionales. Ante el endu¡eci-
miento de las políticas migratorias y de las medidas para impedir
la movilidad de quienes no tienen documentación para ello, las fa-
milias recurren a profesionales del "coyotaje" para trasladar a 1os
menores de edad de un país a otro.
Se deduce, de este excepcional trabajo que presentan Sole-
dad Avarez Velasco y Sandra Guillot Cuéllar, que esos niños, niñas
y adolescentes migrantes ecuatorianos están insertos en el vértice
de un sistema de violencia donde se entreveran la violencia rnme-
diata de la que son presa los jóvenes adultos y la niñez ¡' adoles-
cencia migrantes, con la r-iolencia estructural del entorno en el que
üven. La violencia estructural tiene su origen, en una nueva lógica
económica que no tiene como prioridad ni el empleo ni el bienestar
social y que deja (me parece que esto es central) a la iniciativa de
los sujetos más rulnerables la solución de sus problemas. De ahí
que la migración suele ser una respuesta masiva, pero sustentada
en la agencia de los más desfavorecidos, para solucionar el desem-
pleo ¡r las necesidades básicas de bienestar humano como la salud
y la educación. Excluidos del bienestar en sus lugares de origen,
marginados en los lugares de destino por su condición de irregu-
laridad, e in'isibilizados y hostilizados en las regiones de tránsito,
los migrantes indocumentados üven una compleja situación de
exclusión transnacional. Irónicamente, la población migrante es
frecuentemente la artífice del desarrollo regional cuando éste se
sustenta en las remesas y la innovación de quienes se han ido pero
han dejado atrás una parte indispensable de sus vidas (sus propie-
dades, sus familias, sus planes para una r,'ida digna).
Los migrantes menores de edad son presas y actores rulne-
rables en esta situación. Obligados rápidamente a hacerse cargo de
sí mismos por la ausencia de los mentores, invitados a temprana
edad a buscar el trabajo en otro lugar de la geografla familiar, los
niños, niñas y adolescentes üven aquello que podríamos definir
como "uiolencia por aceleración". La aceleración de la üda en el
capitalisrno tardío, tiene como consecuencia la invasión del tiempo
de trabajo sobre el de no trabajo (el tiempo destinado ala repro-
ducción de la fuerza de trabajo) pero también del tiempo de trabajo
sobre el tiempo destinado al crecimiento, a la educación, a la ma-
duración como ciudadano, como persona (el tiempo destinado a la
producción de Ia fuerza de trabajo). Esta aceleración de la vida es,
en sí misma, un proceso de riolencia estructural. No es verdad que
estamos ante el fin del trabajo (como dicen algunos que ven irse a
los migrantes y con eilo a un contingente de mano de obra produc-
tiva). Todo lo contrario, estamos üendo desaparecer los tiempos de
no-trabajo. Y en el caso de los niños, niñas y adolescentes, el trabajo
se expresa en actividades que muchas veces no son un empleo for-
mal sino actividades tales como el cuidatlo de los hermanos, el tra-
bajo doméstico, o la participación (que es üsta como "al'uda" y no
como "trabajo") en actividades relacionaclas con el empleo precario
einformal. Estos infantes inician rápidamente sus üdas de adulto,
contrayendo responsabilidades familiares, migrando a temprana
edad y de manera indocumentada, acelerando los ciclos de üda, ex-
pandiendo las responsabilidades de la edad adulta sobre el tiempo
de la niñez y la adolescencia. Víctimas tempranas de las condiciones
estructurales, se l'uelven actores precoces en la toma de decisiones,
en asumir la agencia de su propia vida ybienestar. Al mismo tiempo
que en las sociedades en desarrollo los niños, niñas y adolescentes
cada vez son más numéricamente, por ser centrales para el proceso
económico, en su inserción como agentes en la sociedad, su condi-
ción de "menor de edad" se está desvaneciendo.

t0
"Cipote", "patojo", "chamaco", "chal'o", "kid"; los niños son
nombrados de distintas maneras en sus países y reclasificados con-
forme cruzan fronteras. Pero además, en el marco de las políticas
públicas, la infancia migrante indocumentada, que aquí se estudia,
se encuentran atrapada entre dos retóricas aparentemente contra-
dictorias. Por un lado, son "menores de edad" que no están listos
para participar en la sociedad y por ello deben mantener su situa-
ción de subordinación. Por otro lado, hay retóricas que enfatizan
en la imporlancia de socializarles en un discurso de "participación"
y "responsabilidad", obligándoles a hacerse cargo de la solución de
problemas que les superan. Atrapados y vacilantes entre la con-
dición de subordinación y de obligatoriedad, los niños migrantes
indocumentaclos son actores de un sistema que les somete, al mis-
mo tiempo que les responsabiliza, e invisibiliza. Esta tensión es la
expresión dela uiolencia simbólica que se expresa sobre este sec-
tor de la población que de la misma manera que es nombrado y
re-nombrado según cruza fronteras es clasificado y re-clasificado
por las políticas públicas en su periplo migratorio.
Por aceleración o por exclusión transnacional; inmediata,
simbólica o estructural; la violencia que la niñez y adolescencia
migrante indocumentada r'ive, requiere de instrumentos y meto-
dologías específicas para comprenderla y evitar que sea ocultada,
banalizada, o incluso normalizada por la sociedad y la ley como ha
sucedido hasta ahora. El estudio que aquí se presenta fue realizado
por antropólogas de dos países 1' está basado en investigación de
campo y documental que cubre el espacio social transnacional que
recorren los niños, niñas y adolescentes migrantes. En este senti-
do, es un ejemplo de la metodología que requiere la comprensión
de fenómenos sociales transnacionales de gran complejidad.
Porque viümos en una época de'r''iolencia, donde el mundo

l1
se üve al revés y se demanda del que menos tiene, se invisibiliza
y obliga al que requiere de recompensa y ay'uda, y se normaliza
lo que más nos hiere; este trabajo sobre niños migrantes indocu-
mentados realizado por Soledad Álr-arez Velasco y Sandra Guillot
Cué1lar, es un esfuerzo necesarío y urgente.

Federico Besserer
Departamento de Antropología de la
Universidad Autónoma Metropolitana
Unidad Iztapalapa.
México D.F. 20 de enero del zorz.

l2
Introducción
Salí desde ni pueblo que está en el campo, ccrca de Riobamba- \¡iajé en avro!
a Honduras. Lucgo cn bus hasta la frontera con Guatemala- Entaamos por la
Mesilla (frontera sur de México). .v Migraciirn mc dch]vo en Tü\tLa Gutiér'rez
[...] Si, volvería a emigrar porquc tcngo una deuda de 3.000 dólarcs por
este viaje y tengo quc pagarla. Yo si voy a intentar venir otra vcz (Verónica-
migünte ecuatoriana. 16 años. Tapachula, Chiapas-México. febrero 20ll)
Mis papás migraron hace 13 años. cuando yo te a I meses dc nacida.
Estaba emocioÍad¿ porque les iba a ve¡. Sali de Cuenca con un amigo de
2l años que es dc mi pucblo. Fuimos en avión. No me dio miedo. sentí una
cosa acá cn mi estómago pero nacla más. ,{hora csto_y t ste porque va me
agaró la Migración y cl cónsu1 dijo que me devolverán a Ecuador Viajé sia
docu¡reotos. Vc salí de Ecuador porque quiero ver a r¡is papás (Mngal)',
migrante ecuatoriana.l3 años. Tapachula, Chiapas-N1éxico, febrcro 20ll)

Verónica y Magaly se conocieron en la Estación Migratoria Siglo


XXI, en Tapachula, Chiapas. Llegaron allí después de que su inten-
to por cruzar México e ingresar a Estados Unidos fuese interrum-
pido. A Verónica, agentes migratorios mexicanos la pararon en
Tuxtla Gutiérrez; y a Magaly, en cambio, la detuüeron en Puebla,
Ninguna tenía visa para transitar por México y menos aún para
entrar legalmente a Estados Unidos. Ambas salieron del sur del
país: Verónica desde Cuenca, y Magaly desde las cercanías de Rio-
bamba. Las dos llegaron a Quito, y desde ahí siguieron la misma
ruta aérea con destino a Honduras. Desde ese país centroameri-
cano, clandestinamente y usando diversos medios de transporte
terrestre, llegaron hasta México. Aunque las dos fueron detenidas

13
solas, casualmente ese viaje lo emprendieron con un "amigo", que,
aún cuando ninguna de ellas lo nombraba como tal, en realidad se
trataba de un coyote quien las acompañó en esa compleja travesía
migratoria. Verónica y Magaly tuüeron suerte: no sufrieron nin-
gún percance ni fueron üolentadas en el camino. Ahora que están
de regreso, su mayor anhelo es irse nuevamente de Ecuador. Sin
importar los riesgos que supone emigrar de manera indocumen-
tada y clandestina, ambas tienen la certeza de que podrán salir del
país, cruzar México y llegar hasta Estados Unidos. Re-conocer a
sus padres emigrantes es el mayor deseo de Magal1,, no los ve des-
de que tiene 8 meses de nacida; y, re-encontrarse con su hermana
mayor que emigró hace z años, y como ella, ganar dinero y vivir
mejor, es lo que Verónica más quisiera. Si bien ambas a su cor-
ta edad, Magaly tiene 13 años y Verónica 16 años, tienen claro el
costo económico que implica üajar con coyote (incluso Verónica
asumirá ella misma el pago de esa deuda); ninguna de las dos es
consciente del peso emocional que cargan por estar chantajeadas
y amenazas por los coyotes, y también por ser parte de un proceso
de reconfiguración familiar como producto de la migración. Me-
nos aún se dan cuenta de las complejas formas de violencias a las
que se exponen por emigrar de manera indocumentada y transitar
por rutas clandestinas. Habiendo dejado apenas su niñez, estas dos
pequeñas mujeres ya han pasado por experiencias vitales que mu-
chos adultos ni siquiera son capaces de imaginar, menos aún de
visibilizar, 1, de dar respuestas para revertirlas.
La historia de estas dos menores de edad migrantes no es
ni inusual ni está asilada de los procesos migratorios globales, y en
particular, de los procesos migratorios ecuatorianos contemporá-
neos. Todo 1o contrario. Cacla vez más niños, niñas y adolescentes
ecuatorianos salen del país de manera indocumentada y no acom-
pañada, y, tal como Verónica y Magaly, emprenden complejos y
altamente üolentos periplos migratorios con el afán de llegar hasta
México, transitar por ese país, y más tarde, internarse en unos de
los principales destinos migratorios ecuatorianos: Estados Unidos,
En la gran mayoría de los casos se trata de hijos hijas de emigran-
e

tes, o también de menores de edad que tienen algún familiar, pa-


riente o amigo en ese país del norte. En ambos casos estos menores
de edad salen del país con el anhelo de lograr una reunificación
familiar clandestina -va sea directamente con sus padres, o sino con
algún otro familiar o pariente. Generalmente estos niños, niñas y
adolescentes emigran de manera indocumentada -pues sus parti-
das de nacimiento, cédulas de identidad u otro documento de iden-
tificación suelen "guardárselos" los coyotes-, y sin visado alguno
que les permita formal y legalmente tanto cruzar por México, como
ingresar más tarde a Estados Unidos. Así, de la mano de esos tra-
ficantes de personas, y siguiendo la ruta Ecuador-México-Estados
Unidos, terminan transitando por el corredor rnigratorio más di-
námico y también más violento del mundo: el corredor México-
Estados Unidos.
En ese recorrido clandestino, ya sea vía marítima, aérea 1'/o
terrestre, las rutas por las que transitan estos pequeños migrantes
son las mismas que los adultos indocumentados suelen utilizar. De
tal modo que las formas de violencia y los riesgos a los que están
expuestos adultos como niños, niñas y adolescentes migrantes en
poco se diferencian. Quizá la única distinción, y sin duda la más
compleja, es que inexorablemente el grado de rulnerabilidad y de
afectación de la niñez y adolescencia es completa y profundamente
mayor. Entre esos posibles riegos y formas de üolencia a los que
están expuestos los niños, niñas y adolescentes migrantes indocu-
mentados y no acompañados van desde enfermedades, exposición
a condiciones insalubres, hambre, üolencia sicológica, abusos de
poder, y accidentes en el camino; hasta üolaciones, torturas, abusos
fisicos, secuestros, Ia posibilidad de caer en redes tle trata, comercio
sexual y esclaütud infantil, tráfico de órganos, desapariciones y, por
supuesto, la muerte en silencio de esos menores de edad. Siendo así,
la migración indocumentada y no acompañada de la niñez y ado-
lescencia supone una enorme y urgente responsabilidad y desafio
compartido, no sólo para el Estado y la sociedad ecuatoriana, sino
también para los Estados y sociedades de tránsito y de destino, en
este caso México y Estados Unidos respectivamente, I¡ anterior se
debe a que la salida de cada uno de esos menores de edad por esas
r.iolentas r-utas globales clandestinas implica la permanente viola-
ción de los derechos de la infancia y adolescencia )' su intolerable
exposición a las más cruentas formas de üolencia contemporánea.
áQué relación existirá entre los flujos migratorios de
indocumentados en tránsito, en particular aquellos de niños,
niñas y adolescentes, y los procesos migratorios globales con-
temporáneos? áCómo comprender a esta relación entre mi-
gración indocumentada y niñez y adolescencia en la múltiple
realidad migratoria del Ecuador actual? iA qué se debe la exis-
tencia de ese r'ínculo entre redes de coyoterismo y la reunificación
familiar clandestina a Estados Unidos? óQué implicará para la ni-
ñez y adolescencia ecuatoriana migrante transitar de manera clan-
destina e indocumentada por esa ruta migratoria y en particular
cruzar el corredor migratorio más violento y dinámico del mundo?
iQué rol habría de cumplir Estado ecuatoriano ante la complejidad
de los tránsitos migratorios clandestinos de menores de edad indo-
cumentados y no acompañados?
A lo largo de este libro se sugieren respuestas a estas com-
plejas interrogantes en torno a la migración de niños, niñas y ado-
lescentes ecuatorianos indocumentados y no acompañados que
transitan por vías clandestinas hacia Estados Unidos. El análisis
sobre la migración indocumentada en tránsito y sobre la infancia
migrante, en términos generales, no ha sido una prioridad ni en las
agendas investigativas de los estudios migratorios, como tampoco
en las agendas políticas (James and Prout 1997; Venet, 2oo8; Es-
tes, Gauthier, Azaola, zooS; Escobar Sarti, zooS; Huisjman, zoo6;
Horton zoo8; Düvell, zoo6, Marconi, zoo8). Es sólo en los últi-
mos años, y probablemente esto se deba a la exacerbación de las
formas de liolencia hacia la migración indocumentada en tránsito
y hacia la niñez y adolescencia migrante, que ambas dimensiones
de los procesos migratorios contemporáneos han comenzado a ser
visibilizadas, investigadas y priorizadas. Tal como se verá a 1o lar-
go de este volumen, dicha ausencia de interés no ha sido casual.
De ahí que, este estudio, de alguna manera, es un estudio pionero,
para el caso ecuatoriano.'
El hecho de ser una investigación que, de algún modo, "in-
augura" una reflexión en torno a una problemática así de compleja,
supone: necesariamente, conjugar diversas técnicas investigativas
-v de manera creativa llenar
los inevitables r-acíos de infbrmación.
Pa¡a hacer una aproximación a la situación de niños, niñas y ado-
lescentes no acompañados en el proceso de migración hacia Esta-
dos Unidos, además de realizar una exhaustiva revisión bibliográ-
fica, lo ideal hubiera sido emprender una etnografía del tránsito
migratorio que revele a detalle las condiciones y todo 1o que im-
plica para esos infantes salir desde Ecuador y cruzar, de manera
I Eo Ecuadof, cl tabajo iÍ\'cstig¿lilo qüc cl Obscffatorio dc los l)c¡cchos de la Niñez yAdolesccncia
ha hecho en hrno situación de la int'ancia, pfecisamente haapur¡¡do a visibiliz¡r a los njños. niñas
a la
y adolescentes como su¡etos de dsrecho. [sta ONC ha 1lcv¿do a cabo interesantes invesr'gaciunes
sobrc el cünplimic to de ios derechos de la niñez v adolescencia. sobre cl rol dcl Estado y lanrbiétr
sobre el impacto de la migr¿ción en aLgunas provrrcias del Ecuador. \¡er: Escobar Garcia, 2008 y
ODNA, zOO].
clandestina, el corredor migratorio México-Estados Unidos. No
obstante, el lamentable I'iolento conterto mexicano, producto de
la narco-guerra, impidió llevar a cabo en condiciones de seguridad
un análisis in situ en las rutas migratorias,. Así, et método investi-
gati\,'o propuesto conjugó dos técnicas investigativas. La primera se
trató de un análisis de fuentes bibliográficas, hemerográficas, esta-
dísticas, del marco constitucional y legal mexicano y ecuatoriano, y
ia revisión de literatura especializada. La segunda consistió de un
análisis cualitativo a partir de entreüstas a informantes claves en
la Ciudad de México. Para suplir, de alguna manera, el hecho de no
haber realizado una etnografía en campo debido a las razones ya
explicitadas, se propuso entreüstar a informantes claves en Mé-
xico que con su testimonio puedan arrojar información específica
en torno a la problemática entre niñez, adolescencia y migración
indocumentada en tránsito por ese país, y sobre el modus operandi
del corredor migratorio México-Estados Unidos.
El eje de esta investigación gira en torno a 1a niñez y adoles-
cencia que, de manera indocumentada y no acompañada, emigra
clanclestinamente a Estados Unidos. Siguiendo los lineamientos
de la Convención de los Derechos del Niño, CDN, se entiende por
niño o niña a toda persona menor de r8 años. Tanto la Constitu-
ción ecuatoriana como la mexicana acogen esta misma definición.
Asimismo, teniendo en cuenta la puntualización que el Comité de
los Derechos del Niño hace en torno a la niñez migrante, entende-
mos a los niños y niñas migrantes no acompañados a quienes se
encuentran fuera de su país de origen, en este caso de Ecuaclor, y
que están, "separados de ambos padres y otros parientes y no es-
2 En el írltimo sexcnio m \'lóxicr¡ sc ha dcsalado ur¿ gucÍa cnLrc cáflclcs dcl na¡corráfico v las
lucrras csL¡t¡lcs. H¿sta el monenio las violent¡s y permanen¡es conliont¿ciones h¿n cobrado la !ida
dc fnás dc.17.000 pe¡ion¿s, entre sociedad civil, policias, miembros de1 ejército, o dc bendas dcl
n¿rcotúfico y del cdmcn organiz¡do (Procuradurí¿ Ccncral dc la Rcpública m Diario La Nación.
enero de 2012).

l8
tán al cuidado de un adulto al que, por ley o costumbre, incumbe
esa responsabilidad"3 (Observación General a la Convención de los
Derechos de1 Niño, 2oo5 en IINICEF, 2oog:7). Los niños y niñas
acompañadas, por el contrario, son aquellos menores de r8 años
que estando fuera de Ecuador se encuentran en compañía de un
familiar, pariente o tutor adulto, que por ley o costumbre, es reco-
nocido como su responsable. Finalmente, concebimos a Ia niñez
y adolescencia emigrante indocumentada, a aquellos menores de
18 años que salen del país sin documentos oficiales (pasaporte y/o
cédula de iclentitlad) y sin visado vigente para ingresar por los di-
versos países de tránsito, en este caso México, y para ingresar a
Estados Unidos.
Con estos objetivos y definiciones planteadas, el sentido de
utilizar esas dos técnicas investigativas, ha sido obtener la suficien-
te información especializada que nos permita, desde diversas aris-
tas, interpretar, analizar y reflexionar sobre la situación de la niñez
y adolescencia ecuatoriana que emigra de manera indocumentada
a Estados Unidos, cruzando por México. El presente volumen está
dividido en cinco capítulos. En el primero haremos una reflexión
teórica que arrojará luces para comprender a la migración indocu-
mentada en tránsito, y en particular a la migración de niños, niñas
y adolescentes indocumentados, como producto directo de los pro'
cesos migratorios globales y de la desigual integración capitalista
contemporánea. Dado que el coyoterismo y la reunificación fami-
liar clandestina son dos elementos claves para entender a la migra-
ción indocumentada de niños, niñas y adolescentes ecuatorianos,
3 En la obsenación General No.6 que el Cornité de 1os Dc¡cchos del Niño hace en tomo a la niñez
migrante, t¡mbión idcntific¿ a los niños y niñas scparados, cs dcci¡. aquellos me¡ores de 18 años quu
cstán "separados dc anlbos pad¡es o de sus tutores legales o habituales. pero no ncccsariame¡ie de
otros parientes ' (Obseñ'¡ción Geneml a la Convención de los Derechos del Niño, 2005 en LI'{ICEF,
2009:7). Sibjen ,3xiste cs¡¿ distinción lnás especificapar¡ los propósitos de este estudio úo hace falla
incorporir esta delinición.

to
dentro de esta misma sección, y a la luz de ese marco teórico, hare-
mos una interpretación crítica de ambos elementos.
En el segundo, nos inmiscuiremos en el tránsito clandestino
desde Ecuador a Estados Unidos, y en particular, exploraremos el
modus operandi del üolento corredor migratorio México-Estados
Unidos, el espacio por antonomasia utilizado para el tránsito clan-
destino de ecuatorianos hacia su principal destino migratorio. En
esa sección nos interesa señalar las rutas y estrategias migratorias
utilizadas por los migrantes indocumentados en su tránsito desde
Ecuador hasta México, y sobre todo de las formas de violencia a las
que los migrantes indocumentados, y en particular la infancia mi-
grante, deben hacer frente. El tercer capítulo está destinado para
una aproximación en cif¡as del volumen de niños, niñas y adoles-
centes ecuatorianos que transitan por México; 1, a un mapeo de las
principales rutas migratorias utilizadas por redes de coyotes, des-
de la frontera sur mexicana, para traficar tanto a adultos y sobre
todo amenores de edad en su trayecto hacia Estados Unidos.
En el cuarto capítulo, y en base a los hallazgos del trabajo
de campo realizado durante los meses de marzo y abril de zorr en
México, analizaremos las principales problemáticas que entraña la
migración indocumentada exclusivamente de niños, niñas y ado-
Iescentes en su tránsito por ese país. En el capítulo final, hacren-
do un análisis a partir de la Convención de los Derechos del Niño,
CDN, y de las Constituciones políticas de México y Ecuador, y a la
luz de los hallazgos obtenidos, daremos cuenta de cuáles son los
derechos de la infancia que resultan r-iolentados debido al tránsito
migratorio clandestino. Esta reflexión nos llevará a sugerir posibles
recomendaciones de acciones estatales que se pueden emprender,
tanto en Ecuador como en México con el fin de procurar el irres-
tricto cumplimiento de los derechos de ia infancia y adolescencia

20
migrante, y así reducir, de manera urgente, esas cruentas formas
de üolencia a las que niños, niñas y adolescentes ecuatorianos es-
tán expuestos por emigrar de manera indocumetrtada y clandes-
tina por la ruta Ecuador-México-Estados Unidos. Sólo a partir de
la investigación crítica es posible visibilizar esta compleja proble-
mática contemporánea, de tal suerte que sea posible que Estados
y sociedades se decidan a transformar la situación de la infancia
indocumentada migrante. Decisión que es urgente y nos incumbe
a todos.
Capítulo I

Aproximaciones teóricaso

7. La rnigración indocu¡nento,do.i corrt.o parte de Ia


de sigual inte gr ación capitalis ta contemp or ánea

Según datos del Banco Mundial (zoro), en el mundo existiúan


aproximadamente 3o miilones de migrantes menores de r8 años,
y dentro de esta nada despreciable cifra, la cantidad de niños, ni-
ñas y adolescentes que emigran de manera indocumentada y clan-
destina exponiéndose a complejas formas de violencia, va en in-
cremento (Banco Mundial, 2o1o en Martínez, zoro). Este tipo de
4 Los apanado I r- 1l dc cstc docuinento fueron elabor¿dos por SoLedad Áh'arez Velasco a partir de
la int estigación ¡mr¡¿¡d -tur chiapdnt&. cl nutu hund o le h v¡ot( ¿a. rlcs¡moll¿da cn cl marco
dcl programa de maeslda en ant¡opologia soci¿l de l¿ Lhi\€rsidad Iberoamericana de N{éxico con la
beoa dcl Conscjo Nacional dc Cicncia y Tecnología ((lONAaY I) otorgada durante el periodo 2007-
1009. Una p¡imera versión de est¿ discusión teórica lirc prDltcrtada en eL documento "Migraci¿rn
indocumcnlada cn lrársito: l¡ ca¡a oculia de los prcce\o\ nigrat¡rios conteN¡oráneos , prepar¿do
para el curso de posgra(lo Procesos misratorios en Amórica Latina: cstrategiar, culturas .v politicas.
Algunos aportes acerca de la compleja reiación en¡e nuestra fegión I la europea. imlaftido en la Red
de Poserados de CL,A.CSO.2010.
s lanto el Consejo Econóurico y Social de Las N¿ciones Unidas (1997) cono 1a Organrzaciun
lntemacional para las l\{igraciones (OINI 2008) sugicren utiLizar cl rtnltino nigfttcíón iffegular
para relefirse al lluio de person¿s quc, sin cont¡r con u¡a ¡utorización t'ormal -v por fucra de l¿
normatividad cst¿hlccjd¿, cfuzan liontcras o ingrcs¡n a lrn pais por lugarcs no aulorizados. Sin
cmba¡go. esta catcgoriTación resulta problerná¡ica porque re limita al ámbito estfictamente leg¿l
y geográfico-espacial )'. principaLnen¡e, porque paÍe de pre-concepciones no enuDcradas que
dil¡rcnciar lo supuefarrrcnte regularde aquello que no lo es. La supuesta "iregulafidad miSraroria,
debemos enlatizarlo se genera por una serie de 1¡ctores sociales, económicos y polí¡jcos que l¿
categoriz¡ción dc Nacioncs Unjdas no problcmatlT¡. I"rcnte a cstos límites. cnth¡izamos cn usar
el rétn\Áo n¡gnciófi ¡fldocunenfada que sirnpLemente derisna l¿ movilizacióD entre Estados de
personas sin documcntc's, dcjaüdo dc Lado cargas poli¡ic¡s -v norales quc dcslindan lo "¡cgul¡r" de
lo 'irregular" y que co¡ demasiada lacilidad pueden deslizarse hacia l¿ estiEnatización de .ieúos
migr¡ntes como ''iregulafes" ilegaLes'' o, incluso, "¿noÍnaleJ' (,A.lv¿rez Velasco, 2009).
migración sólo puede comprenderse si se la analiza como parte de
los flujos migratorios contemporáneos, y en particular, si a estos
últimos se los comprende como parte intrínseca de la "desigual in-
tegración capitalista global", como acertadamente la llama Daüd
Harvey (zooo).
Si bien los mor-imientos poblacionales han sido una cons-
tante en la historia de la humanidad, aquello que es una seña par-
ticular de la época contemporánea, son los rasgos que éstos han
adquirido. Hecho que se üncula directamente con las transfor-
maciones de orden social, económico, político I' cultural deriradas
de esa actual geografia de la desigualdad (Sassen, zoor; Castles y
Miller, zoo4). La instauración, hacia finales de la década de t97o,
del nuer.'o régimen de acumulación capitalista flexible incidió di-
rectamente en una polarización acelerada y cada más honda entre
países ricos ypobres. Apartir de esa misma década,la adopción de
nuevas formas de trabajo desregulado yflexible; la consolidación de
la economía de libre mercado; la emergencia de economías infor-
males; el surgimiento de nuevas prácticas de consumo; el desarro-
llo -sin precedentes- de nuevas tecnologías de la comunicación y
de la información (TIC's), así como de medios cle transporte; se han
extendido a nivel planetario. Y, derivado de ese reacomodo hacia la
acumulación capitalista flexible, la desigual integración económica-
financiera global se ha acecentado (Harvey. [r99o] zoo4).
En este contexto las incontenibles migraciones de hombres
y mujeres provenientes de países pobres hacia los países más ricos
del mundo son una clara er-idencia de los conflictos existentes y del
aumento enorme en la disparidad de ingresos, en las condiciones
sociales, en el cumplimiento de derechos humanos y en la seguri-
dad social existente entre unos países y otros. Así, la pobreza, el
desempleo, la falta de oportunidades profesionales y ütales, y el
crecimiento de la economía informal - que aún cuando emplea a
un impofiante segmento de la población, no garantiza las mínimas
condiciorres para su reproducción social - han permeado en las
realidades de los países pobres, entre ellos de los países latinoame-
ricanos como Ecuador (Han'ey, [r99o] zoo4). De este contexto,
por 1o demás complejo y nada alentador, ha resultado una perma-
nente y creciente movilidad humana a nivel global: sólo entre r97o
y zoo9, el número de migrantes internacionales pasó de 45 a zr4
millones de personas (Sassone, zoro; OIM, zoro).
El hecho de que en cuatro décadas el número de migran-
tes en el mundo se haya quintuplicado, da cuenta de cómo millo-
nes de hombres y mujeres excluidos de los procesos globalizantes
contemporáneos, continuamente responden ante ese complejo y
desigual contexto configurando estrategias de supervivencia, entre
ellas, la gestación de proyectos migratorios desde sus países de ori-
gen hacia los países centrales (Sassen, zooT; Vertovec, 2oo6; Sas-
sone, 2oo7, 2o1o; Portes, 1997). De ahí que los flujos migratorios a
nivel mundial no sólo que persisten y han incrementado, sino que
además se han ido diversificando y complejizando. Retomando
aquello que ya señalamos, efectivamente si bien los movimientos
poblacionales son parte de la historia humana, ciertos rasgos es-
pecíficos definirían a los flujos migratorios de la así llamada actual
"era de la mig,ración" (Castles y Miller, 2oo4). De cara al análisis
previsto, quisiéramos detenernos en analizar cuatro de esos ras-
gos. Dicha exploración, sin duda, arrojará elementos claves para
comprender la situación de la niñez y adolescencia ecuatoriana que
emigra de manera indocumentada y clandestina.ó
6 Una p¡imcra vcrsión dcl ¡náLisis que sigue en torno a esos cuatro ¡asgos. fuc prcscntad¿ cn el
documcnlo "Enlrc la ida.la lleg¡day el tránsito. Un aDálisis de la situació¡ de la niñcz.v adolesccncia
en el conrexto migratorio dcl Ecuado¡ conlemporáneo'. Ese documento t'ue elaborado por Solcdad
Álvarez VeLasco v Alcxaüdra Escobar Carcia para el N{ig¡atiDn and Social Proteclion Nexus
l¡orkshoD de Lt,IICEF. realizado en Nueva York en diciembre 2010.
t. La diJerenciación d.e lo's tnigraciones,. este rasgo
implica que cada vez más países en el mundo están siendo afec-
tados por procesos migratorios convirtiéndose, incluso al mismo
tiempo, en países emisores, receptores, o de tránsito. Ecuador, por
ejemplo, tal como veremos en el tercer apartado, efectivamente
cierra la primera década del siglo XXI asumiendo una triple condi-
ción migratoria: ser, simultáneamente, un país de origen, de trán-
sito y de destino. Triple condición que, por cierto, también es com-
parlida por México. Esta tendencia hacia la diferenciación implica
que cada vez existen más tipos de migración que, de manera direc-
ta o indirecta, afectan a diversos grupos poblacionales (que varían
en edad, género y lugar de origen), entre ellos a la infancia. Entre
esos tipos de migración, que no son excluyentes e) uno del otro,
se encuentran: la migración laboral, la migración documentada, la
indocumentada, la migración en tránsito, la migración forzada (in-
cluyendo refugiados, desplazados y/o víctimas de redes de trata de
personas), la reunificación familia¡ (sea por vías formales o clan-
destinas), y, 1a migración calificada (Castles y Miller, zoo4:rr-r8).
z. La ferninización de los procesos migratorios: de
manera persistente más mujeres emigran de sus países de origen.
El hecho de que el 49% del total de migrantes en el mundo sean
mujeres que se insertan en ciertos nichos laborales en los países
centrales, ha implicado nuevos arreglos familiares, la adopción de
nuevos roles sociales al interior de las familias, nuevas formas de
cuidado, en definitiva, una reconfiguración de la familia tradicio-
nal, ¡' por supuesto, una directa afectación a la niñez y adolescen-
cia (Castles y Miller, 2004:11-18; Salazar Parreñas, zoo5; Pedone,
2006; OIM, 2o1o). La participación de las mujeres como primer es-
labón en cieltas cadenas migratorias ha provocado giros ideológicos
en torno a la concepción y al ejercicio de la maternidad y de la pa-
ternidad, que, necesariamente, terminan incidido en la vida de los
hijos e hijas de familias migrantes. Estas modificaciones han dado
origen a las también conocidas como/amilics transnacionales, es
decir, aquellas familias que a pesar de la distancia, logran mante-
nerse unidas dando paso a un sentimiento colectivo de unidad que
supera ias fronteras nacionales (Thorne, r997; Hondagneu-Sotelo y
Avila 1997; Sorense, zoo5; Salazar Parreñas, 2o05). Esa "transna-
cionalidad" contemporánea ha repercutido sobre otras institucio-
nes sociales, además de la familia, las cuales también se ünculan
con el cuidado de la infancia, como es la escuela. Esta última, ha
debido asumir nuevos roles como parte de las cadenas globales tlel
cuidado a niños, niñas y adolescentes afectados por la migración de
sus padres ¡t madres (Bustelo, zooT; Pedone, zoo6).
g. La niñez g adolescencia conto actores de los pro-
cesos rnigratorios'' deúvado de ese segundo rasgo, los niños, ni-
ñas 1' adolescentes, de manera directa o indirecta, están siendo cada
vez más afectados por los procesos migratorios contemporáneos.
Po¡ una parte, estarían aquellos niños, niñas y adolescentes que,
con el objetivo de seguir a sus padres y madres emigrantes, salen
también de sus países de origen. Xluchos de ellos lo han hecho a
través de la reunificación familiar, sea por r'ías formales o clandes-
tinas, casi siempre através de redes de tráfico de personas (el coyo-
terismo). Según estimaciones hechas por la CEPAL (2o1o), una de
cada cinco personas que emigra es un niño, niña o un adolescente
(CEPAL 2o1o en Feuk, Perrault y Delamónica, 2010:6). Por otra
pafte, constarían todos los menores de r8 años que han sido dejados
por uno o ambos padres, ytambién, los niños, niñas y adolescentes
que nacen de padres emigrantes y que obtienen la nacionalidad del
lugar de destino al que han emigrado sus progenitores (Feuk, Pe-
rrault y Delamónica, zoro:6). Si bien, en términos generales, la de-
cisión de emigrar corresponde, en la gran mayoía de las veces, a los
aclultos, son hijas e hijos quienes terminan directamente afectados
por el proy'ecto migratorio de sus padres y madres. Esta afectación
se debe alimpacto que supone quedarse a cargo de otros familiares,
parientes, amigos, o incluso solos, o también al hecho de empren-
der procesos de reunificación familiar, sea formal y ni se diga si es
de manera clandestina, y más tarde tener que insertarse en el nue-
vo país de acogida (Dreby, zooT; Salazar Parreñas, zoo5; Faulstich
et. a1., zoor). Por tanto, a parlir de este tercer rasgo que signa a
los procesos migratorios contemporáneos, podúamos afi.rmar que
son los niños, niñas y adolescentes quienes, al parecer, cargan un
irremediable dolor, ¡ a su vez, deben hacer frente a la üolencia y
exclusión que casi siempre entraña la migración, sobre todo cuando
es indocumentada ¡r clandestina. De ahí la importancia de resaltar
lo que les ocurre, reconociéndolos como actores sociales parlícipes
dentro de los actuales procesos migratorios.
4. El incretn.ento de la tnigración indocutnentada
V de la lmigrcción indocutnentc:da en trdnsito.' este cuarto
rasgo es resultado tanto de la profundización de la desigual inte-
gración capitalista, como de la acelerada tendencia hacia la secu¡i-
tización de las políticas migratorias, al incremento de los controles
fronterizos, y por supuesto, a la criminalización de la migración
(Sassen, zoor). Debido a la clandestiniilad y permanente moüli-
dad de este tipo <le migración, no es posible dar cifras exactas del
número de migrantes indocumentados a nivel global. De hecho,
aquellos sistemas estadisticos nacionales que dan cuenta de este
tipo de migración, únicamente arrojan aproximaciones que se ob-
tienen a partir del número de migrantes efectivamente detenidos
y deportados (Naciones Unidas, 1999; Nair, :oo6). Sólo para te-
ner una idea, en Estados Unidos, el mayor destino migratorio a
nivel mundial, entre 2ooo y zoto el número de inmigrantes indo-
cumentados se incrementó de 8.4 a rt.z millones (Passel y Cohn,
2o1o). Casualmente en esos mismos años fue cuando las políticas
migratorias de Ia potencia del notte, dieron un giro sin preceden-
tes hacia la securiüzación y al exacerbado control fronterizo para
restringir el ingreso de indocumentados (illegal ahens), conside-
rados como "amenazas" para la seguridad nacional. Por cierto, ese
giro sin'ió de modelo global para que en otros países centrales y
de tránsito, tal como veremos en el siguiente apartado con el caso
mexicano, también se tomen medidas similares (Andreas, zoo4).
Medidas, que al parecer, no han surtido mayor efecto, pues el flujo
de indocumentados sólo ha aumentado.
Adicionalmente, ese incremento en el número de indocu-
mentados, ha supuesto la inei.'itable multiplicación, a nivel global,
de verdaderas industrias migratorias clandestinas que a través de
redes ilegales transnacionales, "habilitan" el cruce de fronteras y
la internación en los destinos migratorios. Esto ha derivado en la
conf,guración de rutas globales para el tránsito de migrantes y con
ello la expansión del tráfico y de la trata de personas, uno de los
tres negocios ilícitos que, junto con el narcotráfico ¡r el tráfico de ar-
mas, resulta de los más redituables en el mundo. Sólo la industria
del co1'oterismo mueve alrededor de 48 billones de dólares anual-
mente (Munduate, 2oo8). A nivel mundial ha venido primando
una tendencia a que incremente la r.ulnerabilidad de estos migran-
tes, las formas de violencia que se ejercen en su contra, así como la
deshumanización de las relaciones sociales que se tejen en torno a
los mismos (Castles y Miller, zoo4; Delgado Wise, Márquez Coba-
rrubias y Puentes, 2o1o). Esa relación violencia-migración indocu-
mentada, que al parecer es inquebrantable, tiene una explicación:
la condición de emigrar como indocumentado implica transitar sin

29
la protección de Estado nacional alguno. Algo así como ser un in-
dividuo sin Estado [srdte¿¿ssness] que no cuenta con ninguna ga-
rantía estatal, ni con el reconocimiento tle sus derechos, y que por
ende está expuesto a un pe¡manente, e incluso "justificado" ejerci-
cio de formas de violencia estatales y sociales en su contra (Sassen,
2oo7,2oo8; Bauman, zoo5)./
Estos cuaüo rasgos que definen a los procesos migratorios con-
temporáneos son sumamente complejos y están, a la vez, profunda-
mente imbricados. De ahí que emprender una investigación en tomo a
los mismos implique un evidente desafio teórico y metodológico. AsÍ,
para cumplir con los objetivos de este estudio,la vía analitica que hemos
optado ha sido la de seleccionar a uno de esos cuatro rasgos como eje
conductor que entrelace en el análisis a los otros tres rasgos. La migración
indocumentada y en parlicular, la migración indocumentada en tránsito
lungirá como eje analitico. Siendo así, ahondemos entonces en ese cuarto
rasgo para dcspués vincularlo con la niñez v adolescencia migrante, y
enfocamos, más tarde, cn el caso ecua¡o¡iano.

7.7 La rnigración indocumentoda en tt ánsito: entre lct


inaisibilización U Ia úiolerrcia

En la sección preüa dijimos que la migración indocumentada ha


inc¡ementado a nivel global, y expusimos aigunas razones estruc-
turales oara entender las razones de ese incremento. No obstan-

7 Saski¡ S¡sscn (2007, 2008). Zygmunt Bauman (200i). entre otros investigadoics criticos sobrc la
rclacrónque se tcjc cntre los procesos l¡igrarorios globalcs y elroL de los Estados capitdlistas, utilizan
el téfmino .!r.rt¿1¿,.$¡¡¿.is paü rcferirse a l¿ condición social y lcgal de ser un i¡dividuo sin Estado.
Los ¡¡igrantes indocumcnL¡dos por excclmcia caril]n dcllllo de esta condíción. Esto silFifica quc
no tienen una pcícnencia legal al Itst¡do del pais dc acogida, y por ende su reconocimiento como
srietos de der.cho, queda en entrcdicho. Esta compici¡ cofldicirir dcril'a erionces. autonátrcamc¡re
c¡ la ausenri¿ dc ciudada¡ía. dando paso abiedo ¿ la pefinanentc violación de sus derechos y al
e.jcrcicio de violencia c¡ su con¡ra (Sasscn, 200?. 2008; llauma¡, 200¡.

30
te, la tendencia generalizada hacia la integración entre países bajo
los llamados "tratados marco", paradójicamente, también arroja
elementos claves para profundizar la comprensión de este tipo de
migración.
En las últimas tres décadas, a nivel global se ha privilegiado
explicitamente la integración con fines estrictamente comerciales,
dejando a un lado la integración social y cultural (Novick, zoo5).
Así, se han adoptado políticas macroeconómicas mundiales -con-
feccionadas desde los países centrales, instrumentadas por orga-
nismos multilaterales como el Banco N1undial, la Organización
Mundial del Comercio o el Banco Interamericano de Desarrollo,
y muchas veces aplicadas de manera acrítica en los países pobres
(Wise, Márcluez Covarrubias y Puentes, zoro)- y medidas estata-
les que permiten que las fronteras nacionales "selectivamente" se
abran y den paso al libre comercio global. Así, una serie de medi-
das estatales concretas (entre normas, le¡,es y políticas públicas)
han sido incorporadas en las legislaciones nacionales. A la par, y de
mane¡a contraria, una serie de medidas de contención migratoria
han sido incorporadas y las fronteras lejos de abrirse para el libre
paso de personas, cada vez se han r-uelto más restrictivas, por decir
lo menos, sino altamente r,iolentas. Esta paradoja global es la que
ha dado paso a aquello que acertadamente Saskia Sassen (zoor),
describe como una tendencia generalizada hacia la "desnaciona-
lización de las políticas económicas" y a la "renacionalización" de
las políticas migratorias (Sassen, 2oo7:75). Si por un lado se vela
por la integración económica, y por otro, se prer.iene la integración
social y cultural, 1, si sólo se apunta a la acumulación económica
sin la mejoría de las condiciones de vida de los países pobres, los
costos sociales cada vez serán may'ores ¡r por ende los procesos mi-
gratorios difícilmente se reducirán.

ll
Analizada desde una perspectiva que trasciende la acumu-
lación de datos y cifras sobre lo inmediatamente perceptible, la
migración indocumentada expresa así una contradicción genera-
da por la desigual integración económica global característica de
la forma actual del capitalismo flexible. Los países ricos requieren
de mano de obra barata ofrecida por inmigrantes indocumentados
provenientes de países pobres. Sin su trabajo, el proceso de acumu-
lación de sus economías no sería posible. A su vez, Ios migrantes
salen de países en los que las condiciones de üda son poco o nada
alentadoras, apostando a la migración, prácticamente, como si fue-
se la última vía para asegurar su reproducción social y productiva.
Sin ernbargo, los Estados ricos, mayores receptores de indocumen-
tados, insisten en detener este tipo de migración. aludiendo a una
supuesta "amenaza" de seguridad nacional que deriva en un in-
cremento de controles fronterizos y en el impedimento a ingresos
legales y documentados. Emerge así una tensión entre la demanda
de mano de obra barata, la necesidad vital de migrar y el imperati-
vo de detener la migración. A partir de esa tensión se generan una
serie de consecuencias que parecerían imprelistas y contradicto-
rias, como por ejemplo el hecho de que a mayor control fronterizo,
mayor es la emergencia de üas clandestinas que, inexorablemente,
alojan dir.ersas forrnas de violencia. O que en la medida en que se
requiera de mano cle obra migrante en las economías centrales;
menos metlidas estatales se tomen para regularizar su condición
migratoria. Estas aparentes paradojas, no obstante y como rarios
autores han argumentado, son constitutivas del proceso migrato-
rio y del modo en el que funciona la economía capitalista flexible
global. Así, de manera alarmante, mantener a una gran masa tle
migrantes indocumentados erTuestos a diversas formas de vio-
lencía pareceúa ser uno de los elementos constitutivos de los Es-

32
tados capitalistas contemporáneos (Sassen 2oo1, Bauman, 2oo5,
Vertovec, 2oo6, Hollifield zoo6, Portes y Dewind, 20o6, Guarnizo,
zoo8, Pries, zooz).
Por lo tanto, esa condición de indocumentación no es algo
"natural", ni "dado"; todo 1o contrario, es un constructo social que
se deriva del paradójico y excluyente contexto global. Es más, cons-
truir "amenazas" sociales encarnadas en los migrantes indocumen-
tados, parecería ser el mayor argumento que legitima la aplicación
de medidas de control y seguridad nacional. De hecho, sólo así se
comprende cómo dentro de esa tendencia hacia la integración glo-
bal, sólo se privilegie la libre circulación de mercancías y no así el
de personas. El lenguaje político y jurídico, que suele traducirse
en políticas públicas, en leyes y normativas, terminan construyen-
do su objeto de inten'ención e incluso del ejercicio de formas de
violencia, aparentemente "legítimas" (Vasilachis de Gialdino, r997
en Noück, 2oo8). Así, en el caso de la migración indocumenta-
da hay una deliberada construcción estatal y social de ésta como
una "amenaza" al orden social del país o región receptora. La fa-
bricación de los indocumentados como los otros no deseados, que
dependiendo del contexto histódco-político, se los relacionará sea
con enfermos, débiles, sucios, delincuentes, terroristas, crimina-
les, narcotraficantes, y cuanto otro calificativo despectivo se pueda,
sostiene la ideología dominante y justifica la puesta en marcha de
políticas de securítización migratoria que ante todo priorizan la
seguridad nacional, aún cuando implique altos costos humanos y
permanentes üolaciones a los derechos de los migrantes (Sassen,
zoor; Mármora, 20o3: 119). De este modo, esa "selectiva" apertura
fronteriza se sostiene gracias a la construcción ideológica de lo que
es deseado, la integración económica y cierto tipo de integración
social (sobre todo la de personal calificado); y de lo que no es de-
seado -aún cuando sea altamente necesario para la acumulación
capitalista de las economías centrales -, usualmente la migración
indocumentada.
La cara menos üsibilizada de los procesos migratoúos con-
temporáneos, la migración indocumentada en general y dentro de
ella la migración indocumentada en tránsito, entraña, a no dudar-
lo, grandes complejidades que urgen ser analizadas. Quizá aquello
que se vuelve apremiante dentro del contexto contemporáneo es
comprender, y ojalá rer'ertir, que la sola existencia de migrantes
indocumentados puede implicar la generación desde los Estados
y desde las sociedades, de diversas formas de violencia, que de
no ser visibilizadas, analizadas y revertidas pueden incluso llegar
a hechos inauditos e intolerables como la reciente matanza de 7z
migrantes indocumentados en el Estado mexicano de Tamaulipas.
Ahora bien, a pesar de su importancia y complejidad, se
conoce muy poco sobre la migración indocumentada en general
y más aún sobre aquella que está en tránsito. De hecho, el con-
cepto de "migración de tránsito" empezó a ser utilizado en el dís-
curso internacional desde principios de la década de r99o, cuando
el concepto de "país de tránsito" apareció en el léxico migratorio
como una categoría intermedia entre "país de origen" )i "país de
destino" (Düvell, 2ooó, Marconi, :oo8). A mediados de esa misma
década, la Organización Internacional de las Migraciones, OIM,
empezó por primera vez a r-isibilizar -a trarés de informes de cam-
po- el tránsito de migrantes indocumentados como un elemento
clave dentro del proceso de moülidacl internacional y también
como uno de los principales desafíos debido a la clandestinidad
y peligros que supone este tipo de migración. Vale la pena señalar
que, evidentemente, no toda la migración en tránsito es inclocu-
mentada. Sin embargo, y tal como lo venimos señalando desde la
introducción, en torno a la migración indocumentada en tránsito,
al parecer, y de manera inexorable, se gesta un modus operandi
estatal y social cargado de formas de violencia. Como ya mencio-
1o
namos, esto se debe a que el hecho de transitar sin papeles implica
la ausencia de protección de alguna legislación nacional y por ende
la posibilidad de que esos migrantes sean r-ulnerables a todo tipo
de abuso y agresiones.
Regresando a las razones que explicarían esa poca atención
e invisibilización frente a este
tipo de migración, debemos seña-
lar que esto ha sido tendencia generalizada a nivel mundial, y se
debe, entre otras cosas, a la enorme complejidad que supone ana-
lizar la experiencia del tránsito migratorio. La altísima movilidad,
la clandestinidad y sobre todo la vioiencia que ineluctablemente
acompaña a este tipo de desplazamiento, son razones que limitan
claramente la investigación. De hecho, si en los últimos cinco años
se ha empezado a tener ma)'or conciencia se debe a que los costos
sociales del tránsito migratorio de indocumentados ya no pueden
ocultarse más; la üolencia se empieza a desbordar. Esa inüsibili-
zación también está relacionada con una cla¡a limitación que existe
dentro de los estudios migratorios en general, y sobre todo a partir
del interesante giro analítico propuesto desde el enfoque transna-
cional, donde el análisis de la relación origen-destino es la que ha
monopolizado las investigaciones en torno a la migración prácti-
camente a nivel mundial (Basch, Glick Schiller, y Blanc Szanton,
1994; Glick Schiller y Leütt, 2oo4). Llama la atención este poco
interés ftente al tránsito indocumentado, pues esta etapa dentro
del proceso migratorio ejemplifica de mejor manera aquello que
a la perspectiva del transnacionalismo interesa analizar, a saber:
la agencia migratoria, la configuración de campos transnacionales
y el cuestionamiento de concepciones tradicionales de fronteras,

35
Estados, comunidades, familias y sociedades. La migración inrlo-
cumentada, y dentro de ella, la migración indocumentada en trán-
sito supone un claro desafío para los Estados nacionales ya que
ponen en tela de duda la eficacia del control fronterizo y develan la
existencia de un complejo entramado social que, articulando vías
legales e ilegales transnacionales, permite el traslado y la interna-
ción de personas sin documentos a través de distintos límites na-
cionales (Sassen, poor).
Dentro de esta permanente invisibilización yviolencia, áqué
ha ocurrido con la niñez y adolescencia migrante, y en particular
con aquella que emigra de manera indocumentada y clandestina?

1.2 Niños, niñcs g ctdolescentes en las nttas miglato-


rias clandestincs

En ia introducción dijimos que la niñez y adolescencia migrante,


al igual que la migración indocumentada, de manera generaliza-
da, ha estado inüsibilizada en los estudios migratorios. De acuer-
do con el acertado análisis que Arnlung Leira y Chiara Saraceno
(zoo8) hacen al respecto, una de las razones que explicaúa esta
invisibilización es la persistencia de una mirada adulto-céntrica en
los estudios migratorios. El adultocentrismo ha impedido concebir
a la niñez y adolescencia como actores paÉícipes de los procesos
migratoúos. Ambas autoras sostienen que en la mayoría de los
discursos sobre migración, la niñez y adolescencia prácticamente
no existe, pues el proceso migratodo sigue estado ünculando sólo
con el mundo adulto, aún cuando los niños, niñas y adolescentes
resulten directa o indirectamente afectados, tal como lo repasamos
anteriormente, por las decisiones de ios mayores de edad (Leira
y Saraceno, 2oo8: 13). Esa visión arlulto-céntrica queda eviden-

36
ciada, por ejemplo, cuando tanto en las investigaciones realizadas
como en las políticas públicas adoptadas se prioriza, de forma des-
proporcionada, el análisis e intewención en torno a los migrantes
adultos y en muy pocas ocasiones se toma en cuenta el rol e impac-
to en los niños, niñas y adolescentes sea en el conte to de origen,
de tránsito o de destino (James and Prout 1997, Huisjman zoo6,
Camacho 2oo6, Horton 2ooB).
Hemos de señaiar que esa mirada que prioriza a los adultos
por sobre la infancia es una de las causas estructurales que expli-
can no sólo la invisibilización de la niñez y adolescencia en los pro-
cesos migratorios, sino también en la üda social en general. De he-
cho, sóIo hace dos décadas, con Ia ratificación de la CDN en 1990,
los Estados firmantes se comprometieron, por lo menos de forma
legal, a reconocer a los niños, niñas y adolescentes como sujetos de
derechos y ya no como objetos de intervención y corrección social
y estatal. En términos sociales, sin embargo, un largo camino toda-
vía queda por recorrer para que los derechos de la niñez y adoles-
cencia sea garantizados en la vida cotidiana (Bustelo, 2oo7, 2o1o).
Recientemente la situación de la niñez y de Ia adolescencia
migrante ha empezado a ser üsibilizada. Dos hechos han confluido
en este giro. Primero, la feminización de las migraciones que, como
ya lo mencionamos, ha incidido para que incremente el interés por
comprender qué ocurre con la infancia. Esto tiene una explicación.
Históricamente 1a niñez y la adolescencia han estado subsumidas
bajo el binornio compuesto "madre-niño". Así, en la medida en que
se ha puesto en er.'idencia la situación de las mujeres, en particular
de las madres en los flujos migratorios, y del impacto de su salida
en la reconfiguración familiar, de algún modo, también se ha dado
cuenta, aunque muchas veces de manera implícita, de 1o que ocurre
con ese binomio, y por ende con la situación de los niños, niñas y

3"/
adolescentes (Holmund, 2oo4, Mason, 2oo4, Mc Camant 2oo4).
Si bien Ia feminización de la migración ha permitido avanzar en la
üsibilización de la infancia, no necesariamente ha garantizado el
reconocimiento de la autonomía o participación activa de la niñez
y adolescencia en el proceso migratorio (Maya-ll, 2oo1:243, Passar
y Mahler , zoo6). De ahí que todaüa persista un vacío de informa-
ción en torno a lo que ocurre específicamente con la infancia.
Segundo la creciente ünculación de la niñez y adolescencia
con redes de tráfico y trata de personas y el incremento de ias for-
mas de üolencia que se ejercen en su contra. Lamentablemenre,
esa compleja relación entre r.iolencia y migración indocumentada,
que analizamos en la sección preüa, también se aplica en la in-
fancia migrante. Los niños, niñas y adolescentes que emigran sin
documentos, al iguai que los adultos, transitan sin la protección
de Estado nacional alguno, con la salvedad de que en el caso de
la niñez y adolescencia, su "estado de indefensión", por emigrar
sin protección estatal (Bustelo, 2oo7), es amplia y profundamente
mayor. Sólo por citar algunos ejemplos: r- alarmantemente, for-
mas de esclavitud moderna se multiplican clandestinamente como
parte del comercio global afectando como mínimo a 4 millones
de personas cada año, ia mayoría rle ellas mujeres, niños y niñas
(Naím, zoo6:3o); z-, 2.4 millones de personas en e1 mundo son
l'íctimas de redes de trata y tráfico de personas, las mujeres y las
niñas constituyen alrededor del 8o% de las víctimas identificadas
(OIT, 2oo5 en Plant, 2oo7; UNDOC, 2oo9); y, 3- en todas las re-
giones del mundo se han detectado redes de trata de niños y niñas,
y en algunos países esa es la principal modalidad para la trata de
personas. Del total de víctimas de trata alrededo¡ del mundo, entre
el 15% y el zo% son niños, niñas y adolescentes (llNODC, zoog).
Es decir, que esa violencia desbordada hacia los menores de edad

38
migrantes indocumentados que caen en redes de tráfico y trata de
personas exige a los Estados y sociedades üsibilizar lo que ocurre
con la infancia, y sobre todo tomar medidas urgentes para decidi-
damente transformar esa cruenta realidad.
En el caso de la niñez y adolescencia migrante, la cada
vez más recurrente vinculación con redes de tráfico de personas
(que sin duda pueden deriva¡ en redes de trata) encuentra una
explicación mayor en la dinámica misma de la migración indocu-
mentada en el mundo. En la sección anterior, analizamos cómo la
securitización de las políticas migratorias v el incremento de los
controles fronterizos ha sido una tendencia de la época contem-
poránea. Este hecho ha repercutido directamente en la gestación
de procesos de reunificación familiar clanclestina, donde las redes
de coyoterismo juegan un rol preponderante. Tomemos el caso de
Estados Unidos. En ese país, a diferencia de Io que ha sucedido
con otros destinos migratorios ecuatorianos, como España o Ita-
lia, ha existido una clara negativa para promover la regularización
de migrantes. Dicha negativa ha impedido que padres y madres
migrantes emprendan procesos de reunificación familiar por üas
legales y formales. Frente a esta realidad, que difícilmente se mo-
dificará, pues en el principal destino migratorio no existe mayor
disposición a modificar las actuales y restrictivas leyes migrato-
rias, una opción es emprender procesos de reunificación familiar
por r'ías clandestinas.8 Así, los coyotes terminan de manera mucho
más rápida y efectira, incluso que los mismos Estados, reunifican-
do a hijos e hijas de emigrantes con sus padres y madres. Hemos
8 Dn Eslados Unidos, ro sólo quc la dissraión cn tomo a uÍIa posibLc relbnna miglato¡ia s{} ha
parado, sino qre por el contrario cada \ez más medidas estara\es antimiBrant€s están siendo tonad¿s
Il jucvcs 1,1 dc abril dc 2011. un prcycclo dc lc-v anlimigraütc quc cscncialmcntc criminaliza a los
i
indocumentados lsjmilar a la controvertida iciativa de Atjzonaf I fue aprob¡do por la lcgidatur¿
del Estado de Georsi¡. Con l¿ medida se pemne que Ia polici¡, bajo su discreción, verifique la
condición migratorla dc cualquicr sospcchoso criminal. y obliga a cmprcsarios y contratisBs a
comprcbar Ia legalidad dc los lrabajadores quc descan cmplea¡ (B¡ooks, 201l:23).
de enfatizar que el hecho de que Estados Unidos, sea junto con
Somalia, los dos únicos países en el mundo que no han ratificado
la CDN, limita enormemente la posibilidaal de que los Estados de
origen, en este caso Ecuador, apele por la protección de la niñez
y adolescencia ecuatoriana que emigra de manera indocumenta-
da hasta ese país, y sobre todo, exija al Estado estadounidense el
cumplimiento del derecho que todo niño, niña y adolescente tiene
a estar con su familia (García Méndez, [1998] zoro: 6-9). Siendo
así, en el caso Estados Unidos, esa negativa por transformar las
políticas migratorias, termina en última instancia propendiendo
el uso del coyotedsmo como vía para alcanzar la reunificación fa-
miliar y el tránsito migratorio, en este caso desde Ecuador pasan-
do por México.
En esta compleja realidad migratoúa, a no dudarlo, los me-
nores de edad, terminan siendo los más afectados. A su corta edad
deben, por un lado, cargar con el dolor de estar lejos de sus padres
y madres emigrantes, y por otro, si acaso emprenden procesos de
reunificación familiar clandestina, deberán hacer frente a la vio-
lencia del camino. Esto supone, tal como 1o veremos a detalle en el
apartado que sigue, enfrentarse posiblemente a enfermedades, a
condiciones insalubres, a hambre, a violencia sicológica, a abusos
de poder, a accidentes en el camino, y sobre todo, a violaciones, a
torturas, a abusos fisicos, a secuestros, a ia cada vez más certera
posibilidad de caer en redes de trata, comercio sexual y esclavitud
infantil, y, por supuesto, a la muerte. Aunque sea dificil de creer
en ciertos casos, y frente a este complejo contexto del tránsito mi-
gratorio y ante la ausencia de protección estatal, los coyotes como
parte de esa reunificación familiar clandestina, inciuso pueden ge-
nerar confianza en los menores de edad que emigran solos, ¡' ter-
minar brindándoles algún tipo de "protección".
Dentro de esa compleja triple relación contemporánea en-
tre migración indocumentada, üolencia y niñez y adolescencia,
resulta entonces ineludible comprender e1 rol de las redes de coyo-
terismo. Una tendencia generalizada a nivel global ha sido que en
casi todas las sociedades, como producto dei capitalismo flexible
contemporáneo, emerjan economías inforrnales que permiten la
subsistencia local de una gran masa de excluidos (Castells y Portes,
1989, Sassen, 2oo1). Las redes de coyoterismo (tráfico de perso-
nas) y de trata de personas son parte de esas economías informales
y clandestinas, como también lo son el narcotráfico y el tráfico de
armas.e De hecho, después del tráfico de drogas yde armas,latrata
y el tráfico de personas, es el tetcer negocio clandestino e ilegal que
más retribuciones genera. De acuerdo al Departamento de Estado
de Estados Unidos, cada año entre 600.000 lr Soo.ooo personas
son forzadas a cruzar las fronteras por ser victimas de t¡ata o tráfi-
co, y en ese tránsito, México se ha convertido en uno de los puntos
clave para traficar y tratar personas provenientes de diversas par-
tes del mundo hasta Estados Unidos (ACNUR, zoog).
La configuración de esas redes clandestinas debe ser com-
prendida como parte de un proceso de creciente desigualdad, em-
pobrecimiento y falta de oportunidades. El dinero que circula por
el tráfico y la trata de personas, verdaderamente constituye una
economía paralela que permite la subsistencia de todos aquellos
que están involucrados en ese negocio ilícito. Es más, para hacer
9 Si bicn los términos trata -v tráfico han sido usados como sinó¡imos. sc refieren a conceptos
diferentes.El objetivo alc la t¡ala es la explotaciór de las personas, por medio del eng¡ño, la
amcnaza l,/o el uso de la fuerza u otras folmxs de coacción, l-a cxplotacjón pucdc incluir: formas de
explo¡¡ción sexual, ¡rabaio o servicios forzados,la esclavi¡rdo las prácticas ¿nálogas,la servidumbre
o la extracción dc órganos. El Íáfrco, en cambio, ha sido definido como la entrad¡ por vías jlcgalcs
de una persona a un Estado del cu¿l dicha pcrsona no se¿ nacional o residente permanente, con el ñn
de obtencr. directa o indi¡ectamente. un beneficio financiero u otlo tipo bcneñcio dc ordcn material
o con elfin de transitado. En cl caso dc La trata no es indispensable qüe las victimas crucen fronteras
nacio¡¡lcs pam que se conligure el hecho delictivo. mientras que éstl) es un elemento necesarjo para
la comisión dcl trálico (OlN{ - lNM, 2006 y ACNUR, 20091.

41
posible el t¡áfico de menores de edad, se requiere de una serie de
personas que incluyen: inversionistas, enganchadores, transpor-
tistas, oficiales públicos corruptos, informadores, guías y miem-
bros de tripulación, personas que coercionan a los infantes, per-
sonal de apoyo y especialistas, cobradores de deuda, personas que
mueven el dinero, entre otros (Estes, Gauthier, Azaola, zooS: rzo).
Es decir, que un complejo entramado social o una verdadera "in-
dustria migratoria"'o, que opera a la sombra y que lucra del tránsi-
to migratoúo, se configura en silencio. Aunque el funcionamiento
de esta industria, genera cuantiosos ingresos no regulados por el
Estado, muchas de sus actividades son asumidas por funcionarios
estatales, desdibujándose así la frontera entre lo legal y lo ilegal, y
lo lícito e ilícito (Castells y Portes, 1989, Norstrom, zooT). Así, a
la sombra una industria clandestina en torno a la migración que
"emplea" en la ilegalidad a muchos actores sociales y también es-
tatales, configura economías paralelas, tiene normativas propias
para su funcionamiento, _v, reproduce formas de üolencia.
Hemos de insistir en que el coy-oterismo v la trata de perso-
nas no pudiera configurarse si no existiese un eüdente vacío de la
acción estatal, que permite las operaciones de esa industria clan-
destina. Ese vacío se traduce en la ausencia de procesos de justi-
cia que combatan la impunidad del tráfico de personas, y toda Ia
violencia que éste genera, que combata la corrupción de aquellos
actores estatales involucrados en esos entramados de ilegalismos,
y sobre todo que, accione decididamente para transformar las con-
diciones socioeconómicas de las localidades en las cuales se sestan
lo Srep¡en Cast€ls y Mad( J.Mitler (200.1i 411, explican que d€n.ro det proceso rnigr¿rono
lansnacional generalmente emerge una 'industÍia dc lasnigtacioncs q uc consistc cn l¡ conformación
de una red articülada dc org¡nir¡sciones de reclut¡mienro. abogados, ¿gentes, conFabandistas y otros
intemediarios. Además de i¡dividuos. gr.Lrpos, orsa izacioncs c irlstiruciones públicas o privadas.
polític¿s o económicas. Las industrias migratorias, puntualizan, no ncccs¿¡iamcnte actú¡n para cl
beneficio de hombres y mujcrcs que migran, por el cont¡ario su objerivo puede ser explorar y s¿oar
pro\€cho de la inüigración.
esas economías paralelas. Recordemos, que la pobreza y la margi-
nación, suelen con demasiada frecuencia ser terreno fértil para la
gestación de 1aviolencia (Wacquant, 20o7). Siendo así, en aquellas
localidades donde a la sombra se configuran redes de ilegalismos
que lucran y violentan del tránsito migratorio, es urgente que el
Estado decididamente accione.
Esta reflexión teórica en to¡no a la complejidad que entraña
la migración indocumentada y en particular aquella de niños, niñas
y adolescentes, nos coloca ante una problemática multidimensio-
nal que urge de respuestas sociales y estatales, en particular frente
a esas complejas formas de violencia producto de la configuración
de entramados de ilegalismos que habilitan este tipo de migración,
Las claves analíticas señaladas guiarán la erploración en torno a lo
que ocurre con la migración indocumentada de la niñez y adoles-
cencia ecuatoriana en su tránsito a Estados Unidos. Adentrémonos
entonces en su modus operandi.

43
44
Capítulo II

Transitando en la clandestinidad
La rnigración indocu¡nento,ds ecuatorianr,a en trán'
sito a Estodos Unidos

z.r La triple condición tnigratoria del Ecuo,dot con'


ternporáneo

Ecuador no ha sido ajeno a esos procesos rnigratorios globales


contemporáneos. Desde finales del siglo XX y a lo largo de la pri-
mera década del siglo XXI, los flujos migratorios en este país an-
dino también se han ido modificando -v complejizando. De ser, a
partir de 196o, fundamentalmente un país de emisión moderada
de emigrantes, Ecuador actualmente ha adoptado una triple con-
dición migratoria: ser al mismo tiempo un país emisor, de destino
y de tránsito. Entre las razones que explicarían la adopción de esa
triple condición, se encuentran, por un lado, y tal como lo analiza-
mos en el apartado preüo, la profundización de ia desigualdad y la
pobreza como consecuencia directa de la globalización capitalis-
ta contemporánea. Y por otro lado, debido a las nada alentadoras
condiciones locales.
Concentrándonos, en primer lugar, en Ia condición de Ecua-
dor como país emisor, es en esa triple realidad contemporánea en
donde se ubica a la así ilamada "segunda ola migratoria" ecuato'
riana. Nombre con el que se ca¡acteriza a los flujos de emigrantes
que han salido del país a partir de la década r99o hasta el presente.
De hecho, es en esa segunda ola en donde se concentrará el análisis
preüsto. Só1o para la última década se calcula que entre r,4oo.ooo
y 7'7oo.ooo ecuatorianos-as habrían emigrado por vías oficiales y
clandestinas hacia diversos destinos entre los que figuran, princi-
palmente, Estados Unidos, España e Italia, además de otros países
europeos y del continente americano (CEIEME; 2oo8 en UNFPA-
FL{CSO, 2oo8; UNFPA-FLACSO, 2oo8).
iA
qué se debe esa segunda ola migratoria? Ecuador con-
cluyó el siglo XX con una crisis social, económica y política sin
precedentes que afectó radicalmente la capacidad de reproducción
social y material de miles de familias ecuatorianas. En t995 el ú1-
timo conflicto bélico con Perú desencadenó una profunda crisis
económica, la misma que se intensificó aún más, a partir de 1997, a
causa de los estragos provocados por el Fenómeno del Niño, sobre
todo entre la población de las zonas urbanas de la Costa del país."
En este escenario, el desempleo y el subempleo fueron masivos y,
consecuentemente, se registró una drástica caída en los ingresos
de los hogares. El Estado ecuatoriano, agravando la situación con
la aplicación de politicas neoliberales, redujo las inversiones en
saiud, educación, desarrollo y vivienda (Acosta, 2006:12). Como
corolario, en el año 2ooo el sistema bancario colapsó, 1o que des-
embocó en el llamado feriado bancario y, más tarde, en la dolariza-
ción de la economía ecuatoriana. Consecuentemente, se incremen-
tó toclavía más el desempleo, la desigualdad social y la pobreza.', A
1l Se calcula que para ese año mimi¡as I¿ pobreza en lás zonas rumles permanecjó estabje. en la-s
zo¿as urba.qas de la Cos¡a se ¡egistra¡o¡r ¿r¡men¿cs co¡side¡¿blcs de 100% cn los D¡eles de pob¡cza.
v dei 80% cn la ciudades de Sierra (\¡ela 2006:25).
12 Durante I 999 el Ecuador experimenró uno d€ los empobrccimicntos más acelerados en la historia
de Améica Latina. Entre I 990 y 200 I la pobreza nacional aumentó dcl 3 99,0 al 65010 (Rojas 2007:3 ).
Dicho aurnento estuvo acompañado de una mavor conoentmción de la riqueza: mientms en 1990 el
209¿ más pobre percibía el ¿1.6 % de los ingresos, para el año 2000 ese misno estrato captaba menos
del 2.5-010. Por su parte, el 209ó más rico de la población concenrraba el 52% de la riqueza en 1990,

46
lo largo de la década se registraron, además, constantes procesos
de degradación del Estado de derecho, un permanente aumento de
la corrupción y un desencanto de amplios y cada vez mayoritarios
segmentos de Ia población con respecto a las instituciones clemo-
cráticas y a los partidos políticos (Bustamante et al., zoo6:27). En
definitiva, este cúmulo de "eventos críticos" -como los denomina-
ría Saskia Sassen (r998) - en gran parte impulsaron la emigración
de cientos de hombres y mujeres provenientes de este país andino.
Durante este segundo ciclo, el patrón clásico de migración
da un giro en términos de orígenes, grupo etáreo, género y desti-
nos. Las tres cnartas partes de los emigrantes que salieron en este
periodo provienen principalmente de zonas urbanas de todas las
provincias de las tres regiones del país (INEC, zooS). La gran ma-
yoúa son jóvenes, hombres y mujeres con niveles educativos que
están por encima del promedio nacional, provenientes sobre todo
de clase media baja y media a nivel nacional (Herrera, 2oo6i7g-
zo). Asimismo, y consecuentemente con el rasgo global de la femi-
nización de los procesos migratorios, las mujeres han adquirido un
papel relevante. Aún cuando a nir,'el nacional los hombres siguen
emigrando más, en algunos lugares del país la proporción de mu-
jeres es may'or.
Por otra parte, por ser una población joven, vaúos de los
emigrantes son padres v madres. El aito porcentaje de población
adulta migrante pone en evidencia esa compleja relación entre mi-
glación v niñez-adolescencia ecuatoriana. En estas últimas dos dé-
cadas, un creciente número de niños, niñas y adolescentes se han
quedado en eI país y están siendo afectados cle diversos modos por
la salida de sus padres y madres. De hecho, se estima que el 37% de

mienras qre en el ¡ño 2 000 concerrtró el 619n. Asimismo. el p¡oducto lntcmo Brüto PIB. registró
una caida csúcpitos¿ dcl l0'l¡ con tespecto a I998, y l¡ tasa de dese¡rpleo alcanzó cl 149; en | 999
(Acosla -200ó: l0 l1).
emigrantes adultos dejó hijos e hijas üviendo en Ecuador (INEC,
2oog). Las últimas cifras reportaclas por el Observatorio de los De-
rechos de la Niñez y Adolescencia, ODNA' dan cuenta que para el
2oro, el 2yo de la pobiación infantil y adolescente del país tiene a
uno de sus padres en el extranjero. Es decir, de los 5 millones de
niños, niñas y adolescentes ecuatorianos, loo.ooo son hijos e hijas
de emigrantes. Y, el porcentaje de la niñez y adolescencia ecuato-
riana que tiene a ambos padres viviendo en el extranjero alcanza al
r%. Así, los padres y madres de 5o.ooo ecuatorianos menores de 18
años son emigrantes. El 7% de esa infancia que se ha quedado en el
país vive en la Amazonia, elz'% enla Sierra, y sólo un r% en la Costa.
En términos de distribución urbana-rural, la mayoúa de los hijos e
hijas de emigrantes viven en las zonas r-urales del país: 3% frente a
un 2% que vive en 1as zonas urbanas (Escobar García, zoro)
El hecho de que este importante número de menores de 18
años (r5o,ooo aproximadamente) que se han quedado en el país
sin uno de sus padres o sin ambos, tiene claras implicaciones. Por
un lado, significa que esa infancia ¡r adolescencia debe cargar con
el peso emocional, por no decir ilirectamente con el dolor, que
supone crecer lejos de sus padres y madres, dentro de un hogar
reconfigurado, y asumiendo nuevos roles, incluso a veces como ca-
bezas de hogar. Y por otro lado, supone que esos niños, niñas y
adolescentes pueden ser potenciales migrantes y emprender más
temprano que tarde procesos de reunificación familiar clandesti
na. Esto implicaría la salida de esos menores cle t8 años de manera
indocumentada, no acompañada, y de la mano de redes de coyotes
por rutas transnacionales ocultas con el afán de reencontrarse con
sus padres en el país de destino. Y, si éste último es Estados Uni-
dos, esto significa que necesariamente más niños, niñas y adoles-
centes engrosarán las filas de la migración indocumentada en trán-
sito que cruza la ruta migratoria Ecuador-México-Estados Unidos,
y que transita por el corredor México-Estados Unidos. Hecho que
lamentablemente es hoy sinónimo de una permanente erposición
de esos infantes a todas esas formas de üolencia.
Finalmente, una última característica de esa segunda ola
migratoria, es la diversificación de los destinos migratorios. Italia y
sobre todo España emergieron como nuevos puntos de recepción.
De acuerdo a los datos registrados, si se considera el volumen y la
velocidad del flujo de ecuatorianos hacia España, éste sorprende
por su magnitud. Tan solo en cinco años, a partir del año zooo,
alrededor de Soo mil ecuatorianos y ecuatorianas llegaron a terri-
torio ibérico como migrantes (OPI, 2oo9).
En relación con la condición de Ecuador como país recep-
tor de emigrantes, entre 2ooo y 2oo9 el número de extranjeros
que ingresaron al país sin salir de é1, también incrementó. El saldo
migratorio total para esos años es de r'3o8.o37 inmigrantes. Es
decir, que en promedio, r3o.8o4 ertranjeros anualmente se ha-
brían quedado en este país andino (INEC, 2oo9).ú Ese importan-
te número de nuevos ciudadanos-as provienen, en gran parte, de
Pelú (SZ.q%) y de Colombia (qo.4"A), país del que sobre todo han
llegado refugiados y desplazados por el conflicto armado (Ramí-
rez Gallegos, 2o1o). Además, desde que Ecuador, bajo el gobierno
del Presidente Rafael Correa y sobre todo con la adopción de la
nueva Constitución en zoo8, se asumió como un país con fron-
teras abieftas y de libre tránsito, ciudadanos-as provenientes de
distintos países del continente americano. de África y Asia también
han comenzado a inmigrar. Entre los países de origen figuran Hai-

13 Estas cifras son sólo uD estimado,,va quc aquello que se regislra en los saldos migratorios, si
bien reprcscnta elnúmero de salidas y enbadas, es posiblc que una persona teüga múlriples salidas
tí, Cuba, China, Afganistán, Bangladesh, Eritrea, Etiopía, Kenia,
Nepal, Nigeria, Pakistán, Somalia, entre otros (Ramírez Gallegos,
2o1o; Mena Erazo, 2o1o; Diario El Comercio, 2o1o). A no dudarlo
un aire de cosmopolitismo rontla en Quito ir Guayaquil, principales
ciudades receptoras de estos nuel'os flujos de inmigrantes.
Aún cuando estos e\tranjeros se han insertado en diversos
nichos laborales, compensando de algún modo la pérdida de la
población ecuatoriana económicamente activa que ha emigrado,
otros tan sólo usan al país como espacio de tránsito. Retomando
aquello que ya hemos señalado, dada la inüsibilidad y Ia alta mo-
vilidad que entraña la migración indocumentada en tránsito, no
se cuenta con cifras exactas sobre este tipo de flujo migratorio. Sin
embargo, algunas inr.estigaciones y reportajes periodísticos aler-
tan que a lo largo de 1a última década, Ecuador se ha ido ubicando
como un punto estratégico alentro de las rutas globales clandes-
tinas que los migrantes indocumentados siguen para internarse
en Estados Unidos (Calderón, 2oo7; Ramírez y Alvarez Velasco,
zoog; Áh.arez Velasco; zoog; Jiménez, 2o1o). A partir de deten-
ciones v de deportaciones a migrantes sin papeles realizadas en
México y/o Estados Unidos, se sabe que ciudadanos-as provenien-
tes de cliversos países, entre los que figuran China, Brasil, Perú,
así como otros países de la región, de África o de Asia, a través de
redes transnacionales de coyoterismo, llegan hasta Ecuador para
desde ahí emprender un complejo y altamente üolento periplo
migratorio. Estos migrantes indocumentados, dependiendo de los
recursos económicos con los que cuenten, pagan a coyotes quienes
les ofertan diversas rutas, que como veremos en la próxima sección
vaúan en costos y sobre totlo en riesgos, para llegar hasta algún
país centroamericano, más tarde cruzar las fronteras sur y norte
de Méxíco e ínternarse en Estados Unidos. De este modo una com-
pleja industria migratoria opera en y desde Ecuador habilitando,
de manera clandestina, el cruce de dir.ersas fronteras nacionales a
pesar de los cada vez más restrictivos controles migratorios globa-
les (Alvarez Ve)asco, 2oo9).
Como podemos suponer esta triple condición migratoria ha
traído diversas implicaciones y repercusiones sociopolíticas, cul-
turales y económicas al Ecuador contemporáneo. Sin aminorar los
importantes efectos macro-sociales que estos procesos migratorios
han dejado, entre ellos el obvio cambio demográfico que supone la
llegada y salida de personas y el impacto en la economía ]ocal de
las remesas'a enviadas por emigrantes connacionales, también han
existido otro tipo de repercusiones que lamentablemente han sido
poco analizadas, visibilizadas o politizadas. Estas repercusiones se
generan sobre todo entre aquellos que son partícipes, de manera
directa o indirecta, de esos distintos flujos migratorios que salen,
llegan o transitan por este país andino. La niñez y la adolescencia
ecuatoriana figuran entre esos nuevos actores claves de esta com-
pleja triple realidad migratoria contemporánea.
A¡tes de profundizar en el análisis en torno a la infancia
que emigra de manera indocumentada clesde Ecuador, detengá-
monos brevemente en comprender, en términos estadísticos, qué
ocurre con los flujos de indocumentados que llegan hasta el princi-
paJ destino migratorio ecuatoriano.

2.2 Estados Unidos: eI principal desüno

Dentro de esa triple realidad migratoria contemporánea, Estados


Unidos se ha consolidado como el destino, por excelencia, para la
l4,A.lo largo de la irltima década las remesas se han converlido cn la segunda fuente de ingresos
para el presupucslo cst¡tal. l)c hlrcho, entre 2005 y 2010, éstas h¿n alcaizado, etr promedio. los
2'400.000 dólares anüales (llanco Clcntral.20l l).
migración ecuatoriana. Esto se debe a dos factores. Primero, va-
rias investigaciones (Jokish, zooT; Ramírez y Ramírez; 2oo5) han
dado cuenta de que desde mediados del siglo pasado, se han regis-
trado flujos de ecuatorianos que emigraron hasta Estados Unidos.
Esto ha implicado que, por lo menos, durante cincuenta años se
han ido configurando redes migratorias entre ambos países, lo cual
no sólo ha posicionado a la migración como una posible forma de
subsistencia frente a las limitadas condiciones socio-económicas
nacionales, sino que además ha permitido la gestación de un co-
nocimiento migrato o específico en torno a las rutas y estrategias,
que posibilita efectivamente el traslado, de manera indocumenta-
da y a pesar de todos los controles fronterizos, de un país a otro.
Estaríamos así frente a un histórico flujo migratorio con redes que
habilitan esos t¡ánsitos clandestinos. Esta reflexión la profundiza-
remos en las secciones siguientes, pues nos da elementos claves
para entender el modus operandi del coyoterismo en la rnigración
de menores de edad no acomoañados.
Segundo, retomando aquello que ya mencionamos, si bien
desde finales del siglo XX, España e Italia figuraron como nuevos
destinos sumamente atractivos para un importante número de
emigrantes ecuatorianos, desde zoo3 esta situación se ha transfor-
mado. Como parte del Tratado de Schengen, firmado por los paises
de la Unión Europea, diversas políticas migratorias restrictivas se
han adoptado. Entre ellas la imposición de üsados a ciertas nacio-
nalidades, como la ecuatoriana y otras más de la Región Andina
(Colombia, Perú y Bolivia). Derivado de este nuevo escenar.io que
restringe la movilidad de ciertas poblaciones, la migración ecuato-
riana a esos destinos europeos ha tendido cada vez más a la baja.
Siendo así y teniendo en cuenta ambos factores, tendencia histó-
rica junto con ¡edes migratorias, y nuevas rest¡icciones para emi-
grar a Europa, Estados Unidos se ha posicionado como el principal
destino migratorio de los ecuatorianos-as. De hecho, estímaciones
del Census Bureau estadounidense, afirman, que hasta 2o1o en
ese pais residian aproximadamente 65o.348 ecuatorianos-as, en-
tre documentados y nacionalizados, sin contar con el número de
indocumentados ecuatorianos que también viven en ese país (Cen-
sus Bureau, 2o1o en American Community Surwev, zoto). Según
el Censo de población y viüenda de zoor de Ecuador, e1 z6% de los
ecuatorianos/as que dejaron el país entre 1996-2001 se fueron a
Estados Unidos (IINFPA-FLACSO, 2oo8). La población que emi-
gró hacia este destino es sobre todo joven, proveniente de la región
Austral del país y se caracteriza por ser masculina, aunque con una
representación considerable de mujeres (sz% y +8%, respectiva-
mente). El 4r% de los hombres que emigraron, dejaron a hijos-as
en Ecuador, mientras que sólo el 35 % de las mujeres lo hicieron
(INEC, zoog). Se estima que apenas el 16% de las familias ecua-
torianas en Estados Unidos tiene niños (UNFPA-FI-A.CSO, zoo8).
Esa escasa presencia de población infantil en destino, así como los
altos porcentajes de niños, niñas y adolescentes dejados en origen
implicarían una potencial tendencia a alimentar la industria mi-
gratoria del coyoterismo para procurar procesos de reunificación
en Estados Unidos (Alrarez Velasco y Escobar García, zoro)
Tal como lo vimos en el capítulo I, los controles migratorio y
fronterizo estadounidenses, han incrementado sin precedentes en
las dos últimas décadas. Y, paradójicamente, también lo ha hecho
el número de indocumentados que por vías clandestinas ingresa a
ese terdtorio. Datos de la Oficina de Estadísticas de Inrnigración
del Departamento de Homeland Security, DHS, confi¡man este he-
cho: entre 198o y 20o9 el número de indocumentados, o migrantes
"no autorizados" como los nombra el DHS, residiendo en Estados
Unidos aumentó en rz veces, de 85o.ooo a ro'.8oo.ooo.'5 La Tabla
No 3 cla cuenta de ello:

Tabl¿ No.3
fstim¡ciones del número dc indocument¡dos residiendo en Estados f;nidos
Seii€ históric¡ 1980-2009
Office of Immigration St¡tistics. DepaÉment ofHomelatrd Securit]
P€riodo Número
1980-198,1 850.000
1985-1989 1,170.l|00
1990-19C1 t,ó70.000
r99i-1999 2,920,000
2000 2u04 3,1q0,000
2005-2009 990,000
-fodos
los años 10,790,000
*En la fuente estadistica, estas cifüs han sido rcdondeadas de ahí que no coincid¿n
pcrlbct¿mcnrc con los ¡otales p¡e\'i¿mente dados.
Fuente: Office oflmmigrl¡tion Sratistics. Dcpartment ofHomeland Securit], 2010 en
Hoefcr. R) li.ra \ Baker.)010 | lahnracrón propia.

Según el DHS (:oro), de esos 1o.8 millones ile inmigrantes,


4.2 millones (39%) habrían ingresado a Estados Unidos a partir
del año zooo o más tarde; un millón (9%o) lo habría hecho entre
2oo5 y 2oo9; 3.2 millones (3o%) habúa ingresado a 1o largo de
la década de r99o; y, eI zz'% restante durante la década de r98o
(DHS, 2o1o en Hoefer, Rltina y Baker, 2o1o). Dificilmente se pue-
den conocer cuántos cle estos indocumentados ingresaron por vías
clandestinas, y cuántos otros se quedaron de manera ilegal una vez
que sus permisos de ingreso al país habrían vencido. Se sabe que

15 Enire los datos estadísticos que maüeja el Depanamento de Homcland Secu¡i¡', DHS y el PEW
Hispanic Center det totai de inmigr¿ntes indocumertados qu€ reside er Estados U¡idos, cxiste una
difercncia. Mientras que el PLW Hispanic Center señala que el número toral de indocumen¡ados
residiendo en ese pais alc¡nza los 11.200.000. el DHS afirma que esa cifi'a sólo llcga a las 10.800.000
de pelsonas. Ambas fuentes estadistices señala¡ quc csa dife¡encia. de 400.000 i¡documentados, se
debe a dos razones: I - a la dificultad dc hace¡ cálculos prccisos sobre el flujos dc indocümentados -v.
2- debido a la utilización de difercntcs cncuestas proporcionadas por el Census Bureau. Bl DHS usa
l¿ American Corn¡unity Surve), y eI PEW directamente el üitimo Censo de 2009 (Iloefer, R).tina y
Baker. 2010r P¿ssel y Cohn, 2011).
muchos indocumentados, actualmente residentes en Estados Uni-
dos, se habúan internado, por primera vez, en ese pais sea como
turistas, estudiantes o bajo otra condición mígratoria. Una vez que
ese permiso de estancia habría vencido, se habrían quedado en ese
destino migratorio (Hoefer, Rltina 1, Baker, zolo).
La Tabla No 3 muestra que en el peúodo zoo5-zoo9 hay
un descenso en el número de indocumentados que ingresaron a
Estados Unidos. Utilizando los datos que maneja el PEW Hispanic
Center, es posible desagregar la información estadística desde el
año zooo para analizar la variación del número de indocumenta-
dos residentes en ese destino migratorio por año de llegada. Así,
obtenemos la siguiente información. Entre el año 2ooo y e1 zooT
habría existido una tendencia sostenida al incremento del núme-
ro de indocumentados: de 8.¿ millones en 2ooo, a rz millones
en 2oo7, año en el que se registra el ma¡,or pico migratorio' Sin
embargo, es a partir de zoo8, cuando se muestra esa tendencia
a la baja. En ese año el número total de indocumentados decre-
ció de rz a u.6 millones. En 2oo9, esa cifra también bajó a rr.r
millones. Es en 2o1o, por el contrario, cuando el número total de
inclocumentados l'uelve a remontar. Así, para 2oro, r7.2 millones
de indocumentados residirían en Estados Unidos. Siguiendo la
argumentación que Jeffrey Passel y DVera Cohn (zorr) hacen al
respecto de esta variación, ese descenso entre 2oo7 y 2oo9, esta-
ría directamente relacionado con la reciente recesión económica
estadounidense, producto de la última crisis económica-financiera
global, que afectó directamente en los nichos laborales privilegia-
dos por los inmigrantes. Adicionalmente, en ese mismo período
las medidas de seguridad federales y locales para el control de los
flujos migratorios se habrían endurecido, provocando una duplica-
ción en el número de deportaciones (Passel y Cohn, zorl).
A pesar de esas bajas, el número total de inmigrantes indo-
cumentados ¡esidiendo en Estados Unidos sigue siendo alto: n.2
millones de personas, cuya presencia no sólo impacta en términos
demográficos a ese país, sino también en términos sociales, cultu-
rales y económicos. Aún cuando en este estudio no cabe hacer un
análisis al respecto, bastará con mencionar que sólo en términos
económicos, por ejemplo, los indocumentados constituyen el 3.7%
de la población total en Estados Unidos, representando el
S.2% de
la fuerza laboral total. Esto se debe a que el número de migrantes
indocumentados empleados a nivel nacional alcanzó los g millones
de personas en marzo de zoro (Hoefer, R¡ina y Baker, 2o1o; pas-
sel y Cohn, 2ou). De ahí que resulte injusto, por desir lo menos,
que en ese país persista la negativa de regularizar a esa fuerza labo-
ral que contribuye directamente con el proceso de acumulación ca-
pitalista de una de las primeras economías del mundo. Sin emba¡-
go, mantener una masa de trabajadores indocumentados, resulta
la mejor excusa para no reconocerlos como sujetos cle derechos.
Por otra parte, en relación con las diferencias de género,
origen y por grupo etáreo, de ese total de indocumentados, el 57%
son hombres, mientras que el43% son mujeres. El 63% tiene entre
z5 y 44 años (Passel y Cohn, zorr). Dado que el grupo etáreo de in-
terés de este estudio son los niños, niñas y adolescentes ecuatoria-
nos indocumentados que emigran hasta Estados Unidos, teníamos
especial interés en conocer el número de infantes indocumentados
por país de origen. Esa cifra nos hubiera permitido dar cuenta del
volumen de tránsito clandestino de los meno¡es de edad que salie-
ron de Ecuado¡ y necesariamente pasaron por el corredor migra-
to¡io México - Estados Unidos. Además, nos interesaba comparar
esa cif¡a con las de otros países de la región. Sin embargo, dicha
desagregación estadística no existe. La información que maneja el
DHS, el PEW Hispanic Center y el American Community Survey,
por grupos de edad, sólo registran el número de migrantes meno-
res de r8 años documentados o nacionalizados en Estados Unidos,
A pesar de el1o, esas fuentes estadísticas, sí arrojan algunas Por
ejemplo: r- entre la infancia con padres v madres indocumenta-
dos, el 7o% proviene de México, el r7% de algún país de América
Latina. el z% de Europa y Canadá. y el 3?o de África y otras nacio-
nes; 2- los niños de origen hispano alcanzan e\ 2294 de todos los
menores de r8 años en Estados Unidos, cifra que en 1980 llegaba
sólo al9%;3- el5z% de los menores de 18 años de origen hispano,
son segunda generación, es decir, son hijos-as de por lo menos un
padre inmigrante proveniente de México o de algún país de Centro
o Sudamérica; el rr% de los niños, niñas y adolescentes de origen
hispano son primera generación, es decir que nacieron fuera de
Estados Unidos y que llegaron hasta ese país. Si bien ingresaron
como indocumentados, más tarde regularizaron su situación mi-
gratoria; y,4- el To/o de los menores de 18 años de origen hispano
son migrantes indocumentados, entre los que se encontraría ni-
ños, niñas y adolescentes ecuatorianos (Passel, Jeffrey y Richard
Fry, 2o1o).
Por otra parte, y con respecto al lugar de origen de los in-
documentados, los países latinoamericanos siguen siendo los prin-
cipales países de origen: 4 de cada 5 indocumentados en Estados
Unidos proviene de algún país de América Latina. Para marzo de
2oog, de los rr.r millones de indocumentados que residían en Es-
tados Unidos, 8.9 millones eran latinoamericanos. De ese total 6.7
millones provenían de México (6o%). Un adicional de z.z millones
de indocumentados eran originarios de otras regiones del conti-
nente americano. A sabe¡: r.3 millones de Centroamérica; 575.ooo
de Sudamérica; ¡', 35o.ooo de la región del Caribe. Debido a la cer-
canía geográlica y por otras razones históricas y co¡rnturales, e1
número de migrantes indocumentados mexicanos ha crecido de
manera sostenída desde 2oo1 a 2oo7: de 4.8 millones a 7 millones.
Por su parte, la población de migrantes indocumentados prove-
nientes del resto de América Latina alcanzó un pico significativo en
2006 con 2.8 millones. Sin embargo, a partir de 2oog, se ha dado
una caída a z.e millones que representa un declive del zz%' con
respecto a los años anteriores (Passel y Cohn, 2011). Ese descenso
en el número de indocumentados latinoamericanos que residen en
Estados Unidos, se debe a una conjunción de causas. Podriamos
conjeturar que entre ellas posiblemente figure la crisis económica
reciente, el incremento de las deportaciones, así como el endure-
cimiento de las políticas migratorias. Y quizás entre esas razones,
también figure el incremento de la violencia que supone transitar
de manera indocumentada y clanclestina desde los países de origen
hasta Estados Unidos. El análisis que sigue en la próxima sección
arrojará mayores explicaciones al respecto.
Mientras tanto, la Tabla No 4 muestra el número de indo-
cumentados residentes en Estados Unidos según país de origen y
año de llegada.'6 Ei DHS, anualmente, hace un ranking entre los
principales países de origen de los indocumentados. Así, la tatrla
en cuestión muestra ese conteo y ubica a los diez principales paí-
ses de origen de los indocumentados. Llama mucho la atención el
lugar que ocupa Ecuador: desde el año zooo ha estado entre esos
diez principales países. De manera sostenida entre 2ooo y 2oro,
en promedio, alrededor de 15.ooo ecuatorianos han llegaclo anual-
mente a ese destino migratorio. Así, para 2o1o, el total de ecuato-
¡ianos-as indocumentados residiendo en Estados Unidos alcanzó a
18o.ooo. Una gran parte de esos indocumentados-as, entre los que
16 Lament¿biementc, la Oficina de Estadísticas Migr¿torias del DHS. dc donde obtuvimos cstos
datos. no hace una desügregrción según género.

58
se encuentran menores de edad, posiblemente habrían transitado
de manera clandestina por la rtta Ecuador-México-Estados Uni-
dos, alimentando la industria del coyoterismo.
Esa cifra, 18o.ooo indocumentados, representa el t.3%
del total de la población de Ecuador. De ahí que tanto ese número
como e1 lugar que ocupa el país dentro de ese ranking, sean de lo
más significatilrcs, sobre todo al compararlos con los países que le
anteceden y los que le siguen al nuestro. Con respecto a los países
que están por delante de Ecuador, se trata de México (primer país
emisor de emigrantes a Estados Unidos), de El Salvador, de Gua-
temala y de Honduras. Países que si bien, al igual que Ecuador,
cuentan con un largo historial migratorio, su cercanía geográfica
con Estados Unidos difiere claramente de la de este país andino.
Sin aminorar el riesgo que de todos modos supone emigrar por ru-
tas clandestinas desde esos cuatro países hasta Estados Unidos, su
cercanía geográfica de algún modo facilitaría la emigración y expli-
caría por qué ocupan los primeros lugares en ese ranking migrato-
rio. En el puesto número seis, justo antes de Ecuador, se ubica In-
dia, país cula población es casi 84 veces mayor que la de Ecuador.
De ahí que llame tanto la atención el lugar de nuestro país en rela-
ción a su población tota1. Con respecto a los países que le siguen en
ubicación, en el puesto número ocho está Brasil, en el nueve Corea
yen el diez China. Todos estos son países, que al igual que India, su
población resulta inmensamente mayor que la de Ecuador. Por su
parte, la Tabla No 5'7 muestra el número de indocumentados que
residen en Estados Unidos para 2o1o según el país suclamericano

l7 Si bien en la sección previa, te uúlizaron datos del Censo dc 1010 P¡ocesados po¡ el Amerii,rn
Community Sür'!'eI 2010, quc señaLan que 650.348 e.uaiorianos-as, entre documentados y nacrona-
lizados. sin conta¡ con el nirmero de indocumentados ecuatoriarros vi!'en en Estados Lrnidos, para
la elaboración de esta tabla hemos usado lo¡ d¿to¡ del Ce¡r¡¡ de 200s 2009. Esto se debe a qüe hasta
el momfl'rto no exjste información actualjzada !'ara todas las na.ionalidades quc se rnuestran e¡ ia
tablfl.
de origen. Ecuador, nuevamente ocupa un lugar preponderante: el
segundo lugar, después de Colombia.

Tabla No.4
Número de indocumeritados por año y pais de origen*

2005 200ó 2007 2008

r,010.000

290,000 520.000

[0,000 180,000 210,00¡ ::0.¡ú0 160,000 200.000

150.000

220.000 1:0.000

+En l¡ fuc¡te cstadÍstic¿,


cstd cili¿s ha¡ sido ¡cdoDdcad¡s dc ahi quc no coincidu pcdcctameDte co¡ Los
totales previamúte dados. Fü€nte: Oflice oflhnigrario¡ Sretisrics. Department ofHonetand Secnri¡,. :010
en Hocfer Rytrn¿ y tslkc| :010.

Tabla No.5
\úmero de inmigrantes sudamericanos por pais de
origen en Estados Unldos
Pnises su¡lamericanos 2,53s,817
Argent1n¿ 200.'732
Bolivia n9.4t2
[]rasil
Chile 113.632
Colombia 823.378

Pamguay l',t.423
Peru ,r73,894
Urugua! 52.689
186.129
F'ucntc: Census Bureau 2005 2009.,{mc¡ican Communitv Su 'ey.

60
Esta ¡eflexión que surge a partir del análisis de datos es-
tadísticos con respecto al número de indocumentados, nos colo-
ca frente a una inminente pregunta: écómo es posible que desde
un país pequeño, en términos poblacionales, y lejano de Estados
Unidos, en términos geográficos, residan tantos migrantes indocu-
mentados? Esa sostenida multiplicación de indocumentados ecua-
torianos, entre los que se encuentran eüdentemente menores de
edad, sólo podúa explicarse por la existencia de redes de tráfico de
personas y de una verdadera industria migratoria que de manera
clandestina habilitan ese cruce fronterizo.

28 Ruta,s, estrstegias A Iss tsiolencias del cannino'8

Son 5.ooo km los que separan a Ecuador de Estados Unidos. Dadas


las restrictivas politicas migratorias estadounidenses, si un indo-
cumentado pretende cubrir tal distancia, prácticamente su única
estrategia consiste en contratar a una red de coJ'otes. Quisiéramos
insistir en que las rutas y estrategias que utilizan los migrantes in-
documentados adultos no difieren de aquellas que usan menores
de edad menos aún si se trata de procesos de reunificación familiar
clandestina. Tanto adultos como niños, niñas y adolescentes usan
redes de co]'otes para internarse en la potencia del norte. La dife-
rencia eüdentemente radica, tal como hemos venido mencionando,
en la mlnerabilidad de los menores de edad, y además en el hecho
de que ellos, en la gran mayo a de las veces, no suelen decidir por sí
mismos contratar los servicios de un coyote para emprender ese pe-
riplo migratorio. Generalmente, es la decisión de un adulto, sea de

18 Una versión rcsumiila de la inforoacióÍ quc se expone en esta s€cción se encuentra en AlErez
Velasco (1009). Dosiier central:" ¡ransi¡ando cn la clandestinidadr aná1isis de la migracion
indocumentaü en trársrto por la f¡ontc¡a sur mexicana'. E¡ An¿i'a Mígr¡tnt¿, Boletin de1 sistema
dc lnformación sobre N{igracioncs Andini¡s, No :1. Julio. 2009. Quito: FfACSO, Ecuador Ppr 2 10.
sus padres, madres o de los cuidadores que están a su cargo, la que
los lleva a emigrar de esa manera y a exponerse a todas las formas
de violencia que entraña la migración indocumentada. El descono-
cimiento de los menores de edad frente a lo que les espera en la ruta
es radicalmente ma1.or, así como el impacto que en sus l'idas puede
suponer transitar por vías clanclestinas. De ahí, que sea urgente que
el Estado y la sociedad ecuato¡ianos tome medidas para revertir de
algún modo esos impactos. Teniendo en cuenta las distinciones del
caso, a partir de ahora la descripción que haremos al respecto de
rutas, estrategias y üolencias del camino se aplican tanto para la
población migrante aclulta como infante. Usualmente quien reco-
mienda qué coyote contratar es algún famiiiar o conocido que ha
emigrado antes. Como se repite en varios testimonios de migrantes
ecuatorianos, üajar con "coyote conocido" insufla la confianza ne-
cesaria para emprender un itinerario tan incierto, largo y üolento.
Recordemos que el historial migratorio de Ecuador a Estados Uni-
dos, data de casi medio siglo. En ese tiempo, a no dudarlo, se han
ido perfeccionando las formas para viajar de manera indocumenta-
da y para configurar una industria del coyoterismo'r. La e:.periencia
exitosa de algún familiar o conocido cle transitar con coyote, basta
para que un potencial migrante se decida a emprender ese mismo
camino, o también, para que los padres y madres emigrantes, se
tlecidan a traer a sus hijos o hijas de esa misma manera.
Así, existen varias rutas ofertadas por los coyotes. Éstas va-
rían en costo, tiempo y nivel de exposición a diversas formas de vio-

19 Sólo Jror cit¿r un ejemplo, ]¡s provincias sureñas dc Cañar y Azua), pincipalcs localidades
emisom¡ de emigr¿ntes a [stados Unidos. tienen especial relcvancia en este tipo dc migración. Sú
largo histo¡ial migratorio dam desde I 950. cuando redes de migrantes sc 1uc¡on configur¿mdo cn tomo
al comercio de lapaja toqujlla entre esas prclincias y Nueva York y Chicago. Desde entonccs se ha
co¡lisur¡do lrn modus vjvcndi en torno a l¿ emigración y actualmente esas localidades son purtos
estratégicos patu la opemción dc rcdcs de coyoterismo quc trafican con nliglantes ccuatofl¿nos que
llcgan hastr ahí de divefsas pro\incias del país, y lambién con miSantcs cximnjeros (Jokisch, 2001;
RanrreT \ Ramire,,. :005. RJmrrc/ l,.rll.g¡. ) \el1.co. 2UUq).
^l\dre,,

62
lencia. En todos los casos, estos traficantes de personas garantizan
tres intentos de cruce hasta el destino final en Estados Unidos. Para
que un migrante pague el costo de su üaje, usualmente los mismos
coyotes o fungen de prestamistas, o son ellos mismos quienes po-
nen en contacto al migrante o al cuidador de hijos-as de migrantes,
según sea el caso, con algún prestamista de confianza, los así llama-
dos "chu1queros". De este modo, dentro de1 coyoterismo también
se incluyen sen'icios financieros que configuran una economía in-
formal. Los intereses de esa deuda suelen ser muy altos, así como
las amenazas que coyotes y prestamistas (coludidos en una sola
empresa) imponen sob¡e los migrantes o sus familiares. De hecho,
muchas r.eces una parte considerable de las remesas que en'ían
inicialmente los migrantes, se destinan a pagar a los coyoteros y/o
prestamistas. De ahí que los costos emocionales, y los abusos de
poder empiecen incluso antes del viaje. En el caso de la reunifica-
ción familiar, los padres y madres emigrantes suelen ser quienes
envían e1 dinero para pagar el costo del coyote. Esto no implica que
los cuidadores en origen no tengan que lidiar con las amenazas de
los traficantes de personas, ni con la presión que implica pagarles
y sobre todo estar al pendiente de que ese menor de edad salga de
manera indocumentada -v llegue hasta su destino final.

I Lar^rtta aérea

Una primera opción para emigrar, que no es muy frecuente,


consiste en salir en aüón desde Ecuador hasta México. Una vez en
territorio mexicano, se lo atral'iesa utilizando diferentes medios de
transpofte terrestre (camión de doble fondo, autobús, auto parti-
cular o taxi) hasta llegar a la frontera norte de ese país, para más
tarde internarse en Estados Unidos. Dependiendo de la suerte con
la que se corra, esta ruta puede tardar entre dos y cuatro semanas
y su costo oscila entre 15.ooo y 2o.ooo dólares. Esta ruta es la más
cara pues implica el uso de documentación falsa para cubrir todo
el trayecto.
Una segunda posibilidad, y la que actualmente más se utili-
za, es volar directamente desde Ecuador hasta Honduras, país que
desde zooT no pide üsa a los ecuatorianos."o Al llegar a Honduras,
conjugando diversos medios de transporte terrestres y fluüales, se
llega hasta México, con el fin de cruzar la frontera sur, el territorio
mexicano y la frontera norte. Si bien Honduras se ha posiciona-
do como el país más popular dentro de este itinerario clandestino,
cualquier otro país centroamericano podría formar parte de esta
ruta aérea, pues estos países, del mismo modo que ocurre con Mé-
xico, fungen como espacios de t¡ánsito en la ruta hasta Estados
Unidos. Particularmente Nicaragua, es otra de las opciones, ya que
enjunio de zooS también retiró la exigencia deüsado paralos ciu-
dadanos-as ecuatorianos-as." Incluso Guatemala, país que todavía
requiere de visado para que los ecuatorianos-as puedan ingresar,
también puede ser parte de esta ruta. El costo de esta segunda op-
ción vaúa entre 1o.ooo y 15.ooo dólares. Si bien el precio es me-
nor en comparación con la mta anterior, los riesgos incrementan
mucho: atravesar el límite sur y el territorio mexicano usando vías
clandestinas y sin contar con ningún documento que, aunque sea
falso, asegure un mínimo amparo a lo largo del üayecto, obvia-

20 En junio 2007. cl gobiemo ccuatodano suscdbió Lrn acuerdo con el gobiemo hondureño pam
la supfesión de visas en p¿Lsaportes ordrnarios hasta por noventa dias (N{iniste¡io de Relaciones
Exteriores del Ecuador,2007). Investigaciones periodisticas, notas de prensa, testimonios dc
emigrantes ent¡e\istados y de informanLes claves. confirman que el uso de la rüla aé¡ea Ecuador-
Honduras, combinada con ]a ruta terrestre Honduras-N{éxico-Esrados Unidos es la más utitizada

21 En junio de 2008, cl Fcsidentc de Nicamgua Daniel Orega adopró ]a misma medida (Djado La
Pfensa. 2 de febrero 2009).

o4
mente entraña mucho peligro." El tiempo que puede tardar este
tipo de traslado varía entre tres semanas y dos meses. En el aparta-
do cuarto haremos un mapeo de las rutas terrestres que siguen los
migrantes una vez que entran a territorio mexicano, y en la sección
que sigue, exploraremos con mayor detenimiento Io que ocurre en
el corredor México-Estados Unidos.
Hemos de enfatizar que para que esta estrategia migratoria
se lleve a cabo, implica necesariamente que dentro de esa industria
del coyoterismo estén coludidas autoridades locales, en particular
en los aeropuertos nacionales, permitiendo la salida sobre todo de
menores de edad. No existe otra explicación para que niños, niñas
y adolescentes salgan sin sus padres o madres y sin sus tutores le-
gales desde Ecuador hasta Honduras, u otro país centroamericano,
y en menor medida hasta México, muchas veces sin documentos,
sin üsados cuando es el caso, o portando documentación falsa. Se-
ría altamente deseable que en los aeropuertos internacionales de
Quito y Guayaquil se lleven a cabo investigaciones tanto con las au-
toridades aeroportuarias, con la Dirección Nacional de Migración,
así como con las aerolíneas que cubren las rutas Quito, Guayaquil
- Honduras, u otras hasta a1gún país cent¡oamericano, o que ha-
gan conexión más tarde con México. Adicionalmente, valdría la
pena indagar qué ocurre en los juzgados que tratan temáticas es-
pecíficas de niñez y adolescencia, como la otorgación de permisos
de salida del país, de tal manera que se pueda identificar si acaso
en el proceso de otorgamiento de esos permisos existen fallas, o si
los jueces acaso estarian involucrados con redes de coyoterismo.
El Estado ecuatoriano, habría de emprender acciones conjuntas
22 tsn enero de 2009, enl¡ comunidad de El Carmen Arcotete, a 7 km al noreste de San Cristóbal de
Las Casas, Chiapas, policias prelcntivos estátales dispararon coDtra un camión que transportabá a
30 migrmtes indocumentados dc dittintas nacionalid¿des. Como rcsultado tres personas murieron,
dos de ellas eran mujeres ecuatorl¡nas, y. ocho fueron heridas, entre ellas cuatro eran de Ecuador
(Henriquez, 2009). Esle caso aislado ejemplihca la peligrosjdad de esta ruta.
para que en los aeropuertos internacionales de Honduras, México
u otros países centroamericanos, se ügile con mucha más aten-
ción la llegada de menores de edad ecuatorianos. Sólo un trabajo
conjunto y altamente minucioso podría detectar anomalías en el
traslado de niños, niñas y adoiescentes y develar redes de tráfico
de menores de edad. Ya que se conocen las rutas aéreas, investigar
permanentemente el modus operandi de las mismas y actuar sobre
cualquier anomalía debería ser el siguiente paso.
El gráfico No.l da cuenta de los actores que de manera di-
recta o indirecta terminan involucrados en el tránsito de menores
de edad no acompañados, desde Ecuador, utilizando vías aéreas. A
saber, ¡r de manera directa: coyotes, falsificadores de documentos,
prestamistas, cuidadores de hijos-as de emigrantes, jueces, policía
migratoria, tripulación de aerolíneas en tierra y en aire, transpor-
tistas terrestres en los países de tránsito, así como prestadores de
diversos servicios en la ruta de tránsito (locutorios, hoteles, restau-
rantes, café internet, etc.). Yale la pena señalar, que en la mayoría
de los casos, y tal como lo sugerimos en el apartado teórico, esros
actores que forman pafte de esos entramados sociales, unas veces
de manera deliberada y otras de forma tangencial, terminan reci-
biendo réditos económicos del tráfico de niños, niñas y adoiescen-
tes, que de algún modo 'Justificaría" su involucramiento. Sin duda,
cada uno de esos actores se involucra de diversa manera y cumple
un rol especíñco para habilitar ese tránsito. Esa información tan
detallada al respecto de1 modus operandi de ese entramado en las
localidades de origen, y a 10 largo de tránsito migratorio, escapa
los objetivos de este estudio, pues implicaría llevar a cabo un mi-
nucioso estudio etnográfico in situ. Estudio que debefia revelarnos
cuáles son los vacíos de la acción estatal que dan paso a la confi-
guración de esos entramados. Dicha indagación además, tendría
que dar cuenta de la relación que existe entre las condiciones so¡
cioeconómicas de ias localidades en origen y la configuración dp
esas economías clandestinas. Recordemos que la existencia de eso6
entramados de ilegalismos, entre los que figura el coyoterismo, eF
una forma de subsistencia local que a la sombra termina "empleanr
do" a muchos actores. Esta necesidad de información etnográfical,
sin embargo, deja abierta la posibilidad y necesidad de emprendef
investigaciones futuras.

Gráfico No.1
Actores involucrados en el fránsito indocumentado de menores de edad no
acompañados utilizando yias aéreas

rytr
tir;
ü

T
I La ruta tnaríti¡na
Esta ruta es la más popular, la más barata y también la
más peligrosa, pues combina vías clandestinas por mar y tierra.
Quienes se embarcan en este periplo, zarpan en un barco pesquero
desde las costas ecuatorianas, atraviesan el Océano Pacífico hasta
llegar a costas guatemaltecas y desde ahí siguen su camino conju-
gando diversos medios de transporte tenestre o, incluso, canrinan-
do. Testimonios de emigrantes ecuatorianos, así como continuos
reportajes en la prensa local de la frontera sur mexicana y de Gua-
temala sugieren que desde Puerto de Ocos, en el departamento de
San Marcos, Guatemala, las rutas terrestres de entrada a México,
más comúnmente utilizadas por emigrantes ecuatorianos son las
siguientes:

. Puerto de Ocos --- El Petén ---+La Mesilla --- Ciudad Cuau-


htémoc ---) Comitán ---+ Tuxtla Gutiérrez---+ Hacia el norte de
México

. Puerto de Ocos --r El Petén -> El Ceibo -+ Tenosique ---


Veracruz ---+ Tamaulipas ---r Hacia Aontera norte de México

. Puefto de Ocos --* El Petén ---+ El Ceibo --r Tenosique ---


Turtla Gutiérrez --+ Hacia el norle de México

' Puerto de Ocos --- Tecún Umán ---+ Tapachula, México --+

Tuxtla Gutiérrez ---+ Hacia el norte de México

68
llapa No.l
Rutas de entrada a NIéxico

Fucnte: Ramírcz 6allegos.v Áh'arez \¡cl¿sco :009

Desde la década cle 1990, continuamente reportajes


'lp
prensa e investigaciones específicas han dado cuenta del modub
operandi de esta ruta, de naufragios en altamar o de la detenció{t
de emigrantes ecuatorianos por parte de la marina guatemaltec4,
mexicana o del servicio de guardacostas estadounidense. Só1o pofi
dar algunos ejemplos:

6p
. En marzo de 1999, guardacostas estadounidenses intercep_
taron un buque de pesca con 44 ecuatorianos a bordo. En los
17 meses siguientes fueron interceptadas otras tl embarca_
ciones ecuatorianas con un total de 1.452 compatriotas. En_
tre septiembre y octubre del zooo, se identificaron a r.244
ecuatorianos en el mar, a saber, la cifra más alta en relación
a cualquier otra nacionalidad, para zoor, se detuvo a t.crzo
ecuatorianos más. Así, entre lggg y zoor, sumaúan 3.76o
ecuatorianos interceptados en alta mar (Ramírez y Ramrrez,
zoo5).
. Según la Dirección General de Migración de Guatemala, en
el zoo4 fueron repatriadas 3.Soo personas a Ecuador en su
intento por llegar a Estados Unidos. para el zoo6, las perso_
nas interceptadas sumarían t.o34 (Calderón, zooT en Ramí_
rez Gallegos y Áivarez Velasco, zoog)
. Del zooo al zoo9, la A¡mada mexicana habría detenido a
r.692 indocumentados en altamar. De ese tota), t.237 erun
ecuatorianos; z7z cubanos; 98 guatemaltecos; 57 salvadore_
ños; t3 chinos; I peruanos; z hondureños; z hindúes; un es_
tadounidense, un puertorriqueño y un canadiense (Jiménez,
2o1o).

Toda esta información nos confirma que el uso de esta ruta


clandestina, no es en lo absoluto desconocido. Sin embargo, aque_
llo que demuestra la persistencia de la misma, es la negativa de
parte de autoridades locales para tomar medidas en conjunro que
paren ese complejo tránsito migratorio en altamar. De ahí, que re_
sulta indispensable que se trabaje en conjunto con la marina ecua_
toriana de tal modo que se posibilite detectar la saiida de barcos
pesqueros desde las costas del país. Adicionalmente, hemos de

'70
mencionar que investigaciones recientes muestran que ciudada-
nos-as de otras nacionalidades llegan hasta Ecuador para seguir
esta ruta en su tránsito a Estados Unidos (Calderón zoo7, Ramírez
Gallegos y Avarez Velasco, 2o09). Por tanto, urge tomar medidas
integrales entre las carteras de Estado involucradas, que además,
apunten a generar un trabajo bilateral con las autoridades maríti-
mas de los países involucrados, a saber: Guatemala, en particular,
y también México y Estados Unidos.
Sólo cruzar el Océano Pacífico puede tardar entre dos y cua-
tlo semanas. A ese tiempo se aumenta el que toma cruzar las fron-
teras sur y norte y el territorio mexicano, que varia de dos sema-
nas a un mes. El precio que un migrante paga en este caso fluctúa
entre 8.ooo y ro.ooo dólares. Muchos niños, niñas y adolescentes
también cruzan por esa ruta migratoria. En el Gráfico No. 2 se
muestran los actores que de manera directa o indi¡ecta terminan
involucrados en esta ruta migratoria. Y, al igual que en el caso de la
ruta aérea, cada uno de esos actores que se muestran en ese gráfi-
co, estarían involucrados de diversas maneras, cumpliendo un rol
específico para habilitar ese tránsito. La información minuciosa al
respecto del modus operandi de ese entramado en las localidades
de origen, y a lo largo del tránsito migratorio ameritaría, asimismo,
una etnografía a lo largo de esta ruta.
Gráfico No.2
Actores involucrados en el tránsito indocumentado de menores de edad no
acompañ¿dos util¡zando vi¿s m¿rif¡mas

gr
DÁ(D
Elabo6crór propia.

El costo de cualquiera de esas dos rutas, la aérea o maríti-


ma, puede incluir: documentos falsos (pasaportes y/o üsas); me-
dios de transporte; aiojamiento en hoteles, casas y campamentos
clandesünos agrestes; alimentación; e incluso el rlinero que se
pueda requerir para sobornar a autoridades migratorias sea en
Guatemala o más tarde en México. Entre las formas de üolencia
-que en ciertos casos entrañan el riesgo de muerte- a las que se
exponen los indocumentados ecuatorianos, y en especial menores
de edad, se incluyen accidentes, hacinamiento, extorsiones, mal-

'12
tratos físicos y verbales, asaltos, secuestros (que a veces incluyen
tortura), ünculación con redes de trata de personas o narcotráfico
y violaciones. A estas adversidades se suma el enfrentamiento a
condiciones climáticas extremas, diversos riesgos de enfermedad y
posibles ataques de animales salvajes en rutas inhóspitas (Ramírez
y Alvarez, zoog).
A 1o largo de las secciones prer,ias, hemos insistido en la
importancia que México tiene como país cle tránsito para la migra-
ción indocumentada ecuatoriana. Sin imporlar la ruta que utilicen
los migrantes indocumentados ecuatorianos, entre los cuales evi-
dentemente existen menores de edad no acompañados que inevi-
tablemente llegarán hasta la frontera sur mexicana, con el objetivo
de cruzarla para después continuar con su periplo migratorio hasta
Estados Unidos. La reflexión hecha, nos arroja algunos elemen-
tos para prefigurarnos el porqué de esa importancia: México funge
como un ineludible lugar para ei tránsito clandestino, pero, ade-
más, como una frontera preliminar para detener a migrantes indo-
cumentados. Esa detención se realiza no sólo por la aplicación de
medidas de contención migratoria, sino también, de manera indi-
recta, debido a los altos niveles de violencia presentes en las ruta$
que cruzan por ese país. El Mapa No. z muestra las rutas que ter-
minan conectando, de manera clandestina, a Ecuador con México
y con Estados Unidos. Concentrémonos entonces en la dinámica
del corredor mieratorio México-Estados Unidos.

i3
Mapa No.2
Rutas migratorias de indocum€ntados ecuatorianos y centroamericanos

Fuentc: Ramjr€z y Álvarez velsco, 2009

74
S. México dentro de la ruta clc.ndestino Ecuado¡ - Es-
tsdos Unid.os

5,1 El corredor tnigratorio México-Estados Unidos?z

Dentro de la desigual geografía globa] contemporánea, uno cle los


espacios que de mejor manera ilustra esa compleja relación entre
migración indocumentada en tránsito y formas de violencia, es el
corredor migratorio México-Estados Unidos.
Debido a su ubicación geopolítica, México desempeña un
papel clave en los tráficos globales contemporáneos de su¡ a norte.
Su cercania con Estados Unidos, el ma1'or demandante de drogas
(sobre todo de marihuana y cocaína) y uno de los principales recep-
tores de víctimas de trata a nivel mundial, ha convertido al territo-
rio mexicano en un espacio atravesado por las rutas más utilizadas
por el narcotráfico y por redes de trata de personas (Acharya, zoog
y 2ooga, Brooks, zoro, CEIDAS, zoro). Asimismo, esta vecindad
con el mayor destino migratorio mundial, ha situado a México, tal
como lo mencionamos en la sección previa, desde las primeras dé-
cadas del siglo XX como uno de los principales países emisores de
migrantes (Castles y Nliller, zoo4: 115).'?4 Por esta misma razón,
Méúco también constituye un ineludible lugar de tránsito, y por
ende una frontera preliminar, para los miies de migrantes indo-

23 U¡la primera versión modificada de esta sección fue publicada eo ei arliculo Álvarez !'el¿sco.
Soledad,(2011).'¿GuenacnsilmciD'lUna¿proxjmaciónetnográfica¡laviolencianormalizáda
hacia los migrantes indocumentados en tránsito por la frontera sur Dhiapaneca", en Agudo Sanchíz,
Alcjandro y Marco Dstrada Saavedra (editores), fftan!)Fonucbtes de! Esta.lo en los nárye es de
Laiinoané ca, inaginaríos dller ativos, aparatos ina.abddos ! espdcios tra8nacionales,l¡{éxlco,
fl ( olcgio dc Virr.o r Unrre¡.rd¿d Iberoametic.n¿.
24 México ocupa el primer luear dentro de los pajses latinoameicanos emisores de migranies.
Se calcula que la población dc origen mexic¡no residente en tsstados Uriidos asciende a cerca de
27 millones y que enÍe el periodo 2001-2004, migra¡on airededo¡ de 400 miL mexicanos (Banco
\'fundial. 2008. Marlíncz Pizano. 2005:61.
cumentados, provenientes de diversos países pobres, sobre todo
de Centro y Sudamérica, quienes emprendiendo extrao¡dinarios
periplos migratorios, como los que hemos descrito antedormente,
llegan clandestinamente al país con el afán de cruzar sus fronteras
sur y norte. De ahí que no sea casual que este corredor geográfico
sea el más transitado a nivel mundial: entre 2ooo y 2oo5 lo atra-
vesaron 1o.4 millones de personas, incluyendo a migrantes docu-
mentados e indocumentados (Banco Mundial, 2oo8). Este último
dato, a su vez, arroja pistas para comprender por qué Estados Uni-
dos en las úitimas décadas ha receptado la mayor cantidad de mi-
grantes indocumentados. Recordemos las cifras previamente da-
das: entre zooo y zoro el número de inmigrantes indocumentados
üviendo en ese país, se incrementó de 8.4 a rr.z miilones. De esa
gran cantidad cle personas, 8.9 millones provinieron de América
Latina: 6.7 millones provenían de México (6o%), y un adicional de
z.z millones de indocumentados de otras regiones del continente
americano (Passel y Cohn, zorr).
Siendo así, todo el territorio mexicano y en particular su
frontera sur, constituyen una suerte de bisagra entre los países
pobres del centro y sur del continente y del mundo (los mayores
expulsores de migrantes), y Estados Unidos, el mayor receptor de
migrantes en el mundo. Y asimismo, México, eüdentemente, ocu-
pa un lugar decisorio en el proceso de las migraciones internacio-
nales, e indiscutiblemente su frontera sur es un punto clave dentro
este complejo escenario contemporáneo. El Mapa No. 3 muestra
este corredor migratorio y da cuenta de las diferentes rutas clan-
destinas que atraviesan ese corredor, y que son usadas por migran-
tes indocumentados a nivel elobal.

'76
Mapa No. 3
Rutas migratoriss de indocumentados que cruzen le
front€ra sur chiapaneca

Como se resalta en el maDa. dentro de ese corredor


rio, la frontera sur mexicana resulta ser un espacio
pertinente para indagar en la dinámica de la migración indocum
tada en tránsito v en las formas de violencia que al parecer
ña este tipo de migración. Esta frontera, que separa a México
Guatemala y Belice, tiene una longitud de 1.r4o km. Son cuatro
Estados mexicanos que están atravesados por la misma: Qur
Roo, que limita con Belice, y Campeche, Tabasco y Chiapas, que
mitan con Guatemala. Si bien en Quintana Roo, Campeche y
co, como en cualquier otro territorio fronterizo, existe una
movilidad humana y un permanente intercambio comercial
países vecinos, en Chiapas la dinámica cornercial y migratoria
ouiere dimensiones mucho mavores. Esto se debe a un coniunto
razones históricas y geográficas que han convertido a Chiapas,
que a ningún otro de los tres Estados fronterizos, y particularmente
a la región costera occidental del Soconusco chiapaneco, en una de
las zonas más dinámicas, en términos migratorios y comerciales,
de la fronte¡a sur mexicana (Casillas y Castillo, 1994, Ángeles Cruz
y Rojas Weisner, 2ooo).'5 En términos nacionales, se calcula que
el 57.8% del total de ingresos de indocumentados a México ocur¡e
a t¡avés de esta frontera (Gobierno del Estado de Chiapas, zoog).
Debido aI carácter clandestino y altamente móvil de la migración
indocumentada es muy difícil obtener cifras exactas del número
total de personas que cruzan anualmente esta fronte¡a. El único
dato indirecto del que disponemos es el número de detenciones he-
chas en territorio mexicano por el Instituto Nacional de Migración
(INM). Entre 2oob y 2oo9 desde la Delegación Regionai Chiapas
se habúan detenido y deportado, en promedio, anualmente alre-
dedor de 5o.ooo indocumentarlos (INM, 2o1o). De acuerdo a los
propios agentes migratorios de esta entidad, el número de migran-
tes que consiguen ingresar al país sin ser detenidos corresponde,
aproximadamente, al doble de los que son detenidos y deportados
efectivamente. Así, se estima que entre 2oo5 y 2oog alrededor de
loo.ooo migrantes habrían atravesado cada año la ftontera chia-
paneca de manera clandestina por alguna de las zoo entradas no
oficiales existentes en la frontera sur mexicana (Martínez, 2oo9)."ó
25 El Soconusco chiapaneco es parte de un terrjtorio más amplio quc inicia en el Istmo de
Tehuantepec y te¡mina en el Golfb de Fonseca en Nicaragua. Abarca una planicie costera, una zona
cafetalera y partes altas de la Siera Madre. La región cstá conformada porlos siguientes municipioq:
Acacoyagua, Acapetahua, Escuintla, Huehuetán, Mapastepec, Mazarán. Viila Comaltitlán, Tuzantán,
Cacahoatán, Frontera Hidalgo, Merapa, Suchiate, Tapachula, Tuxtla Chico y Unión Juárez (Rojas.
Wiesne¡ Angeles Cruz, et a],2004: 5).
26 Estimacioncs hcchas. en cambio, por la Subsecretaria de Población, Mig.ación y Asuntos
Religiosos, Ferteneciente a la Secretaria de Cobemación (SEGOB), al aio ingresarian a México
abededor de 150.000 migrantes indooumentados, Ia mayoria proveniortes de Cenüo¿mérica. Sin
embárgo, de acuerdo con organismos de la sociedad civil que labomn en temáticas vinculadas a la
migración en este país, esta cifra ascenderla a 400.000 (CDNH, 2011). Esta diversidad de ciftas nos
confirma la diñcultad e)(istente en dar datos cuantitativos cxactos sobre el número de indocurDenia.dos
que tra¡silan por México.

78
Vale la pena señalar que desde zooT el número de migrantes indo-
cumentados detenídos en el país ha ido en descenso. El análisis que
realizaremos en la siguiente sección quizá nos dé luces para conje-
turar algunas explicaciones para esta tendencia reciente.
Si bien, debido a la cercanía geográfica, aproximadamente
el gg% de las detenciones que se realizan en esta frontera son a
inmigrantes guatemaltecos, salvadoreños, hondureños y nicara-
güenses; por este límite político administrativo también son de-
tenidos anuaimente migrantes provenientes de más de cincuenta
países de Sudamérica, del África, de Asia y de Europa (INM, zooT).
Hecho que constata que estamos ante una frontera global particu-
larmente importante dentro de uno de los cor¡edores migratorios
más dinámicos del mundo.
Entre 1os datos que provee el INM sobre el número de de-
tenciones a nivel nacional por país de origen, llama la atención el
lugar que ocupan ciertos países de Sudamérica, particularmente
Brasil y los de la Región Andina. A pesar de la enorme distancia
que se debe cubrir, del peligro implicado y de las restricciones mi-
gratorias, después de los centroamericanos, los migrantes brasile-
ros y los andinos son quienes más cruzan de forma clandestina la
frontera sur chiapaneca. Como se puede apreciar en la Tabla No. 6,
si bien la proporción de centroamericanos detenidos en los últimos
siete años es mucho mayor a 1a de las demás nacionalidades, la de-
tención de ciudadanos provenientes de Brasil y de los países andi-
nos, sobre todo de Ecuador, ha sido constante e incluso en ciertos
años se ha incrementado.
T¿blN No.6
\úmero de migrantes detenidos en Mérico por año y país de orig€n
2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 TOTAL

Centro¡méric¡
94,404 100,048 8.1.5?3 84,657 40,8.13 28.436 28.921 461,715

12,681 ?8.i26 58,00r 59,011 ?9,65.1 22,480 22,946 34i,r 04


EI
34.572 12.6,14 2.1.2U1 26.930 13,708 I64,869

2.453 -1.980 3,590 3.666 t.526 8.{7 897 16,959

TOTAL :04.1r l 225,9:8 )13.401 1',74266 85,731 6t.49E 62.730 981,667

Br¡sil 2.144 2.309 1,20:l 7lE I90 r90

407 231 187 t40 121 178 t.ó13

Penl 529 668 i06 162 102 61 1.898

Boüvig 213 i64 91 49 )6 I 5,1ó

TOTAI ?.180 3..185 2,06-< I,5:15 622 9?.1 22,072

Fueñte: I\lM, 2009 -2010 Elabonción pioli¡.

Los datos que maneja el INM van acorde con aquellos que
manejan el DHS, preüamente señalados, donde esos mismos paí-
ses ocupaban los primeros lugares en términos de1 número de in-
documentados que resiclen en Estados Unidos. Al tener presente
esa información, podemos dimensionar la cantidad de indocumen-
tados centro y sudamericanos que anualmente cruzan la frontera
sur mexicana utilizando, por supuesto, redes de coyoterismo. Si te-
nemos en cuenta la pefiinente aclaración que agentes migratorios
mexicanos hacen en torno al número real de indocumentados que
cruzan México, pam el caso ecuatoriano, esto significaría que si de
2oo4 a zoLo,9.804 ecuatorianos fueron detenidos, por lo menos
el doble, es decir 19.6o8 cruzaron de manera clandestina México.
Si la mitad fue detenida y deportada, r'aldría la pena preguntamos
por el destino de la otra mitad: esos 9.804 ecuatorianos, ihabrán
logrado ingresar a Estados Unidos? o áalguna contingencia del ca-
mino, incluso la muerte, habrá interrumpido su periplo migrato-
rio?
Ahora bien, si hay algo que define a ese mismo corredor
geográfico, además de su alto dinamismo en términos comercia-
les y de la alta moülidad humana, es la violencia que 1o recorre.
La diversidad de rutas migratorias clandestinas de sur a norte que
por ahí cruzan son consideradas como "las rutas más peligrosas del
mundo" (Amnistía Internacional [AI], zoro). Y dentro de éstas, los
espacios fronterizos, como por ejemplo la frontera sur chiapaneca,
son puntos rojos: se estima que el 7o% de los migrantes que cn.rzan
este límite político administrativo es r'íctima de algún tipo de vio-
lencia y que de ese total, un 8o% la sufre en México y sólo un zo%
en Guatemala (Bronfman et al, zoor). La permanente violación a
los derechos de los migrantes ha llevado a que la Corte Interame-
ricana de Derechos Humanos (CIDH) califique a la realídad que
vil'en los migrantes indocumentados en tránsito por México como
una verdadera "tragedia humanitaria" (Declaraciones del Presi-
dente CIDH z5 de marzo zoro en Cruz Martínez, zoro). Yla CIDH
no se equivoca. Diariamente los cientos de hombres y mujeres que
cruzan clandestinamente la frontera sur, inician un periplo estre-
mecedor marcado por la incertidumbre, el miedo, la espera, una
constante confrontación a diversas formas de violencia y, cómo no,
por una incuestionable valentía. Todo con el afán de mejorar sus
condiciones de üda y sumar filas a la gran masa de trabajadores
indocumentados en Estados Unidos.
Extorsiones, robos, golpes, abusos, permanente discrimi-
nación e invisibilidad, estafas, secuestros, torturas, üolaciones,
accidentes, machetazos, mutilaciones, y asesinatos son parie de las
contingencias a las que se exponen los indocumentados que reco-
rren las ciudades o pueb)os fronterizos. Riesgos que están srempre
presentes y que no distinguen entre edad, género o nacionaliclad;
salvo que se trate de mujeres migrantes o de niños y adolescentes
no acompañados para quienes ese tránsito migratorio implica sor-
tear peligros todavía mayores. Esa enorme violencia es perpetrada,
con distinta intensidad y de diverso modo, por autoridades locales,
agentes migratorios, por ios distintos tipos de policía (federal, es-
tatal o municipal), el ejército, la marina; por bandas de asaltantes,
pandillas juveniles, grupos de narcotraficantes, redes de trafican-
tes y/o tratantes de personas; o por los mismos habitantes fron-
terizos. Con un agravante adicional: en la mayoúa de los casos
esasüolencias además de pennanecer inüsibles e impunes, sólo
quedan registradas en la memoria y en el cuerpo de los migrantes
como si ese fuese el ineluctable precio que deben pagar por cruzar
México sin papeles. Qué mejor ejemplo que los hechos acontecidos
en Tamaulipas.
Reco¡demos que a finales del mes de agosto de zoto, Tz
migrantes indocumentados quienes habían sido asesinados a que-
marropa por sicarios pertenecientes a una de las bandas más temi-
das del crimen organizado mexicano, Los Zetas. Entre los muertos
constaban 58 hombres y r4 mujeres, jóvenes en su gran mayoría,
y provenientes de Ecuador, Brasil, Honduras y El Salvador. En Ta-
mauiipas, estos hombres y mujeres migrantes, fueron secuestra-
dos, y, uno a uno, fue fusilado. A decir de Luis Fredcly l,ala, el único
migrante ecuatoriano que sobreüvió a este atroz suceso, entre los
motivos que llevaúan a estos sicarios a desatar esta matanza, fi-
guran: la imposibilidad económica que los 7z migrantes tenían de
pagar el monto de su rescate, y, sobre todo, su rotunda negativa de
engrosar las filas de esta banda criminal ligada al narcotráfico.

R'I
Quizá lo más complejo y doloroso de este cruento aconte-
cimiento es que ni el secuestro de migrantes, ni su asesinato, son
novedades. Desde hace por lo menos cinco años, diversas organi-
zaciones de de¡echos humanos en México, así como organismos
internacionales, han venido denunciando las r.iolentas formas con
las que los migrantes indocumentados que transitan por este país
son tratados y las permanentes üolaciones a sus derechos. Es más,
en junio de zoo9, la Comisión Nacional de Derechos Humanos de
México (CNDH), hizo la primera denuncia pública en torno al in-
cremento de secuestros a migrantes indocumentados en tránsito
por parte de bandas del c¡imen organizado (como Los Zetas), las
cuales probablemente operarían de forma coludida con las auto-
ridades locales y con redes de tráfico y trata de personas (sobre
todo con coyotes) obteniendo cuantiosos réditos económicos por
este negocio ilícito. Según mostraba ese primer informe, entre sep-
tiembre de 2oo8 y febrero de zoo9, más de 97oo indocumentados
fuefon secuestrados. Se calcula que el beneficio que la delincuencia
organizada y la policía obtuüeron de esos crímenes, fue de 25 mi-
llones de USD. Y, según lo presagiaba la CNDH, si ninguna medi-
da estatal era tomada inmediatamente, esa cifra sólo aumentana.
Efectivamente eso fue lo que sucedió. A pesar de la existencia de
contundentes eüdencias, como las que mostraba ese primer in-
forme, además de las continuas denuncias también mostradas en
reportajes periodísticos, en investigaciones académicas, o por de-
cenas de otros migrantes, prácticamente ninguna medida pública
eficaz se tomó para combatir esos crímenes y para er.itar su propa-
gación. De hecho, el segundo informe de la CNDH, publicado en
febrero de zorr, confirma, esos presagios: entre abril y septiemb¡e
de zoto, es decir un año después de la primera denuncia, más de
11.3oo migrantes fueron secuestrados en México. Esto implica que
de un año al otro el número de casos incrementó aproximadamen-
te en 2.ooo, y que la cif¡a total de migrantes que fueron secuestra-
dos, entre 2oog y 2o1o, asciende a 2o.ooo. Por supuesto, todos
ellos también fueron r'íctimas de diversas forrnas de violencia que
van desde abusos de poder, intimidación, golpes, torturas, secues-
tros colectivos, violaciones, hasta asesinatos (CNDH, 2011). Hace
apenas unos días, mientras se escribía este documento, en San Fer-
nando, Tamaulipas se encontraron varias fosas clandestinas con
más de r4o cadáveres de migrantes indocumentados, quiénes en
silencio aparentemente tanbién fueron asesinados por Los Zetas.
El r7 de abril de zorr, el autor intelectual de esa masacre y diri-
gente de esa banda del crimen organizado, por lo menos ya fue
apresado (Aranda, zorr).
iPor qué violentar de esa manera a tantos hombres y mu-
jeres, cuya única "falta" es ser indocumentados, se ha ruelto parte
del día a día de ese conedor mieratorio?

3.2 Algun(J,s conjeturas pan'd eJrltlicd]t't tnts uiole'¿.cia

Dar respuesta a esa pregunta implica hacer un análisis sumamente


profundo que sin duda excede los límites de este estudio. Sin em-
bargo, quisiéramos sugerir dos grancles explicaciones que se en-
cuentran directamente imbúcadas: una de corte histórico, y la otra
que se relaciona con el modus operandi estatal y social mexicano,
en particular en la frontera sur de ese país.
AI realizar un recuento histórico cle la conformación del 1í-
mite geográfico-político entre México ¡' Guaternala, identificamos
claramente que desde finales del siglo XIX, se ha dado un proceso
de construcción dela otredad; es decir, de estigmatización hacia los
migrantes como esos otros no deseados. Una continua negación y
exclusión a ciertos e\tranjeros, sobre todo a los centroamericanos, y
en particular a los guatemaltecos, ha marcado el devenir histórico de
las relaciones sociales y estatales, que en la frontera sur mexicana,
sehan tejido en torno a los migrantes. Dicha construcción se ha ido
complejizando a lo largo del siglo XX y principios del XXI, cristali-
zándose en marcos legales, en políticas inmigratorias cada vez más
restrictivas, reproduciéndose en prácticas sociales y estatales üolen-
tas, y, a la vez, determinando la experiencia del t¡ánsito migratorio.
La construcción de esa otredad ha tomado matices según el
contexlo político local e internacional de la época. Sumariamente
tenemos a ese otro concebido como posible invasor que justifica-
ría la delimitación definitiva de la liontera sur mexicana. Como
consecuencia de ese proceso, ese o¿ro será visto con el ajeno, pero
también como el débil, el r'rrlnerable, y, desde entonces, como el
blanco de todo abuso. De hecho, existen registros históricos que
datan de finales del siglo XIX, donde se evidencia esa concepción
de los migrantes como el otro explotable, sobre todo los jornale-
ros guatemaltecos en plantaciones de café, A principios del siglo
)O(, el olro también será üsto como el no deseado en oposición
directa al extranjero deseado y promisorio que llegó al Soconusco
como parte de las políticas de colonización de tierras. Esos o¡ros
deseados, eran también migrantes, pero europeos y norteamerica-
nos, quienes, frente a los guatemaltecos )¡ centroamericanos, eran
vistos como agentes ciülizatorios y de desarrollo local, siendo alta-
mente bienvenidos (Zorilla, r984, Castillo, Toussaint Ribot y Vás-
quez, 2006, Benjamin, lr98rl r99o, Arriola, 1994, De Vos, 1996).
En las últimas tres décadas del siglo XX, esa construcción
de \a otredad adquirió nuevos matices, debido al complejo esce-
nario de la guerra centroamericana. A partir de entonces esa cons-
tmcción se alimentaría de las concepciones estadounidenses de los
migrantes vistos como amenazas. Esto se reflejaúa en la adopción
de políticas de contención migratoria. Y, es más, la vecinilad con
Estados Unidos, determinaría que México, a pesar de no ser un
tradicional país de inmigración, desde la década de r98o, adopte
cada vez más duras medidas de control frente al otro. Así, el país
ha combatido a la migración indocumentada en tránsito conci-
biéndola desde entonces como una "amenaza" relacionada, según
el contexto histórico-político, ya sea con la guerrilla, con el narco-
tráfico, con üolentas pandillas juveniles, con la Mara Salvatrucha
centroamericana, MS 13 o Barrio 18, o con el terrorismo (Agua¡,-o,
1985, Fer s, 1984, Sandoval, 2oo1)."7
Estas construcciones estatales se han traducido en políticas
de contención migratoria, como el Plan Sur, Operaciones Antimara
Acero I, II, III, o en la imposición de üsados a ciertas nacionaliila-
des de países pobres emisores de emigrantes a Estados Unidos. A
este nada aliciente contexto de estigmatización, se suma que entre
Lg47 y 2oo9 en la Ley General ile Población (LGP) se concebía a la
migración indocumentada como una "conducta delictiva" y como
una falta, argumento legal que dio paso a una abiefta criminaliza-
ción hacia los migrantes (Artículo 1o3, Ley 1947, CNDH, 1997: 49
- 5o). Si esa construcción histór'ica ha estado presente por más de
un siglo, ypor más de seis décaclas ha existido una criminalización
a los indocumentados, que paradójicamente encontraba argumen-
tos en la misma LGP, podemos ya intuir algunas respuestas al por
qué de tanta violencia "justificada" desde las autorirlades, desde
actores estatales, pero también desale la gente de a pie.
27 Esa presión sc ha convertido cn un punto estntegico dentro dc negociaciones bilateralcs para
alcanz¿r ¿cucrdos regionales dc jnterés común en ámbjios comerciales, de inversión. dc scguridád
nacionai. de conbate al rarcolráfico v sL¡brc rodo. frente ú la posibilidaddc que tmbaiadorcs nrexicdnos
circrrLen librcmcnte por la liontrra norte. mejora¡do sus condiciones labor¿les. Asi, a cambio de más
acciores que pre¡endan incrcmentar eL control y La detención de migrantcs indocumentados en la
liontcra sur. México sucle lograr cicrtos acueidos que bene{ician djrectamentc a la frontera ¡orte
(Sandov¿I. 2003. Kimball 20071.
Los migrantes indocumentados legalmente han sido conce-
bidos como "delincuentes", lo que ha dado paso a una profunda es-
tigmatización de ellos como los "ilegales", y a que cualquier policía
o autoridad en uniforme, so pretexto de detener a esas "amenazas"
de "iiegales", abuse de ellos de la forma en que desee. Esta con-
cepción, ha dado paso a que los derechos de los migrantes indo-
cumentaclos hayan sido violados y a que ellos hayan sido víctimas
de detenciones arbitrarias, maltratos, abusos de poder, discrimi-
nación, estafas, torturas, secuestros, violaciones y asesinatos. In-
cluso que hayan sido encarcelados de manera explícita en centros
penitenciarios o de manera más sutil en las estaciones migratorias
donde son retenidos hasta que las conducciones hacia sus países
de origen sean autorizadas por el INM."8 aún cuando, e insistimos
en ello, esta legal criminalización que persistía en la LGP ya fue
modificacla en 2oo8, y que actualmente se aprobó una nueva Ley
Migratoria que aboga principalmente por los derechos de los mi-
grantes, el legado histórico de más de un siglo de formas de rela-
cionamiento estatal y social que ante todo niegan y rechazan a los
migrantes, esos otros no deseados, es algo que perdura. ReveÉir
esa construcción de la ofredad y esa continua estigmatización pa-
recería ser uno de los desafíos sociales y estatales urgentes de cara
a resolver esa crítica situación de violencia hacia la migración in-
documentada en tránsito por México.
Junto a la adopción de todas estas medidas migratorias y
la implementación de estos programas lionterizos, además se han
incrementado los requisitos para la obtención de üsas para ciertas

28 lncrcíblemcntc apen as en lasegunda seman¡ deabrilde2009, clSenado mcxicano aprobó lrna ser€
de refomas a LCP con el obje¡o de adccu¡r esa lcgislación a los tr¿t¿dos y acuerdos internacion¿le8
quc Móxico ha firmado cn nratcria dc prorccción a migrantcs. P¡ñiculanncntc, acordó modiiicar cl
aniculo 71 de ]a L(iP par¡ que bajo ningún caso se habiliten a las cárceles prcvcnlivas o ccntros de
readaptsción social dcl pajs como €stacioncs migratorias p.ua cletener a migrantes indocumenlados
(Ballinas y BccclTil, 2009).
nacionalidades. Los países que requieren visado para ingresar a
México son todos los de Centroamérica, exceptuando a Costa Rica
y Panamá, todos los de la región andina, exceptuando a Venezuela,
todos los africanos y algunos países del Asia. A los ciudadanos de
Ecuador, Brasil y Honduras incluso se les ha impuesto visados de
"alta seguridad" como respuesta al alto flujo de indocumentados
de esos países que han sído detenidos."r Según lo estipula la LGP,
aún vigente3o, cualquier ciudadano de los países que requieren visa
para transitar por México, deberá obtener la Forma Migratoria 6
para "transmigrantes" (INM Artículo 42, LGP, zooz:z8o). Para
ello deberá cumplir, como señala la Secretaría de Relaciones Exte-
riores (SRE), con ciefias exigencias como "poseer pasaporte válido
y vigente, tener la visa del país al que vaya a ir, junto con alguna
visa válida para cualquiera de los siguientes países: EE.UU., Ca-
nadá, Japón, Australia, Nueva Zeianda o cualquier país de Europa
occidental. Comprobar que no tiene algún impedimento para rein-
gresar al país en el cual está documentado o al país de origen [...]
y demostrar solvencia económica que compruebe que poclrá salir
de territorio mexicano" (SRE, zoog). Evidentemente, exigencias
de este tipo son imposibles de cumplir para la gran mayoría de
migrantes provenientes de países de Centroamérica y de la región
andina. En la práctica, a estos migrantes se les estaría impidien-
do definitivamente transitar de manera documentada. Es decir.
:9 La Scc¡claria dc Gobemación de México adoptó csta mcdida, dcsdc septiembre de 2005. a raíz
de la ñrma de con¡'enios con Eslados Unidos cn mareria de segu¡idad f¡onieriza orientadus ¿ eltt¿r
el cruce de personas indocurnentadas y de "terforistes". La exFedición de visas dc a1t¡ seguridad
tanbién reiponde a la carcncia d,c candados en la Lev cene¡¡l de Población (Gómez Quintero,
Diarío El Universal.l de septiembre de 2005).
30 El regtamento a la Nueva Ley de N4ig¡ación aún no ha sido aprobado, es por ello que no se sabe
cuiies serán los criterios y iineamientos para emitir visas. Según el artículo 40 de la \ucva Lcy "Los
crilcrios para cmii¡ vis¿s serán esteblecidos cn cl Reglamcnto y los lineamienros serán dererminádos
en conjunto por la Secretaría -v la Sccretaria de RelaDiones Exreriores, privilegiando una gcsrión
mrgr¿tori¡ congruente que otorgue lacilidades en ]a expedición de visas a lin dc favorcccr los flujos
mrgrarorios ordenados y regul¡res pri\ilegiando la dignidad de los migranres" (Ley de Migración.
AÍ,{0. 2011).

88
que para que un migrante pueda transitar legalmente por Méxic{
debe necesariamente contar con una r.'isa estadounidense previai
además de comprobar solvencia económica; dos exigencias qu{
excluyen a la gran mayoría de migrantes y les impiden transitar df
manera documentada y por ende sin ningún amparo legal, erpol
niéndolos a todo tipo de violencia. Si desde el modo en que la Leg
está concebida, la vía formal para migrar y transitar se encuentr4
bloqueada, todo un entramado clandestino y violento emerger{
para que esos candados legales sean softeados. Así, la migració{
indocumentada clandestina en tránsito se melve producto de una
imposibilidad arbitrariamente creada para no ser elegible en la obi
tención de una visa. A ese impedimento legal se suma el hecho d{
que las políticas que el Estado mexicano ha adoptado frente a l{
migración indocumentada, iejos de ser ün asunto exclusivament$
interno, responden a su histórica relación con Estados Unidos.
Miles de indocumentados centro y sudamericanos (por n0
mencionar a los africanos y asiáticos) atraviesan de manera clanl
destina la frontera sur mexicana cada día. En suma, a medida quq
el control ylas restricciones migratorias han aumentado en la fronr
tera sur mexicana, la clandestinidad y, sobre todo, la üolencia po¡
la que atraviesan los indocumentados a lo largo de üas ocultas s{
ha multiplicado. El Gráfico No.3 muestra las 5z estaciones migra+
torias ubicadas a lo largo de territorio mexicano, confirmándonog
la existencia de una política de securitización en contra de la mi1
gración indocumentada.

89
Mapa No.4
fstaciones migratorias en México

Fuente: Coñirió¡ Nacioml * *.*n* rmr:f


FEnte dem¿pa: httpri'mexico.caralogosdúados.comtn¿pa mexico2.gif

Podríamos argumentar, entonces, que en las relaciones so-


ciaies y estatales contemporáneas que se tejen en torno a los mi-
grantes indocumentados, efectivamente queda evidenciada esa
histórica estigmatización en su contra. Esa construcción de la ofre-
dad, ha sido la justificación para montar estructuras sociales, a la
sombra, que lucran y violentan continuamente de los migrantes.
Así, por las diversas rutas clandestinas que cruzan esos más de 2oo
puntos ciegos de internación de la frontera sur, se han montado
verdaderos enjambres de ilegalismos en torno al tránsito migrato-
rio, los cuales muchas veces operan de maneÍa conjunta con redes
de coyoterismo trasnacionales, como bien podúa ser el caso de las
redes que salen desde Ecuador.
La impunidad y los niveles de violencia ejercida sobre los
indocumentados han conducido a varios organismos nacionales
e internacionales a alertar, en diversos informes e intervenciones

90
públicas, que la situación en la frontera sur, sumada a la perma-
nente üolencia en el resto del país, ha convertido a México en uno
de los principales países transgresores de derechos humanos.¡r
Alarmantemente, se ha confirmado que los actos üolentos son per-
petrados en mayor grado, sobre todo en ciudades fronterizas, por
autoridades (miembros del INM, de los tres tipos de policía -mu-
nicipal, federal o estatal- y del ejército) que por coyotes o mareros
(DPLF et al, zoo8: Z-8). Al parecer, por el hecho de ingresar sin
papeles a México los migrantes son concebidos por la fuerza públi-
ca no simplemente como contraventores del artículo 13 de la LGP
sino como "ilegales", con toda la carga de estigmatización que este
término porta. En numerosos casos, policías, miembros del ejér-
cito o autoridades en uniforme efectúan detenciones fundadas en
el aspecto fisico, el acento, la supuesta actitud sospechosa o en un
marcado nerviosismo del posible migrante indocumentado. Tales
prácticas no tienen sustento iegal alguno y contravienen abierta-
mente el principio de inocencia contemplado en la Constitución
Política mexicana. Adicionalmente, estas detenciones arbitrarias
generalmente están acompañadas de extorsiones, intimidaciones,
maltratos verbales, fisicos, tortura e incluso üolaciones (DPLF et
al, zooS: rr-rz). Al ser concebidos como "ilegales", despojados de
sus derechos, la voz y testimonio de los indocumentados dificil-
mente pueden ser considerados como pmebas fehacientes para
levantar denuncias sobre la üolencia que sufren. En la mayoúa de
los casos la üolencia permanece invisible e impune y 1o más grave
es que muy frecuentemente queda registrada en la memoria de los
3l Porejemplo, co¡ro llegó a dcclarar Jorge Bustamante, relalor cspecial de la ONU para los DeEchos
Humanos de los Migr¿ntes: "los derechos hLrmanos ¿le los migrantes se violentan en Méxrco cÍ una
proporción mayor a la que sufien los migrantes mcxicanos en Estados Unjdos" (Bustamante, 8 de
m6r¿o 2008). Además, seiala el Rclálor, qxe "si bie]) no ba] datos cuanlilalivos, si contamos con
evidencias y testimonios de lo más ¡b mador en materia de dercchos humanos [-. .] Es algo criminal
y que se manlicnc con los rasgos de impu¡id¿d que c¿Lracterizat a otms expEsiones d€lictivas cn el
pais" (Bustamant€, 2l de octubr€ 2008).
migrantes como si ese fuese el precio ineluctable que deben pagar
por migrar sin papeles.
En el informe l,o crrsis de derechos humanos en la fron-
tera sur de México (zoo8), elaborado por el Due Process of Law
(DPLF), el Centro de Derechos Humanos Fray Matías Córdova
en Tapachula y la Casa de Migrantes Hogar de la Misericordia
en Arriaga, se evidencia que la mayor parte de la violencia polí-
tica hacia los migrantes ocurre durante el proceso de detención
1' expulsión debido a esa concepción de que un migrante es un
"ilegal" sin derecho alguno. Según este informe, las detenciones
arbitrarias a migrantes han incrementado de fo¡ma exponencial
en los últimos años. Esto ha ocurrido debido a que en numerosos
casos, policías o autoridades en uniforme efectúan detenciones
justificadas en: el aspecto fisico, el acento, la supuesta actitual
sospechosa o en un marcado newiosismo del posible migrante;
práctica que no tiene sustento legal alguno pues contraüene el
principio de inocencia previsto en la Constitución Política mexi-
cana. Esas detenciones a¡bit¡arias generalmente están acompa-
ñadas de extorsiones, intimidaciones, maltratos verbales, fisicos,
tortura e incluso violaciones. Generalmente el tiempo de deten-
ción es mayor al estipulado y según este informe, en particular,
los jóvenes migrantes, son en mayor proporción detenidos y mal-
tratados sobre todo si portan tatuajes o si se encuentran en gru-
po reunidos en la vía pública, ya que se presume que pueden ser
mareros (DPLF, 2008: 11-12).3'
32,{ lo laryo dc la sección "Responsabilidad Estatal", en el in:formc úis( de derccho,\ hut ldtlos
en laJnntera sur de M*t¡]o (2008), se muestran los datos que la ComisióÍ Nacional de Derechos
Humanos (CNDH) recabó a lo largo del 2007 ftente a violaciones de dcrechos cometidos cn contra
de nigrantes. Así, de los 448 hechos registrados,3ll presunt¡mc¡rc fueron cometidos por agentes
migmlorios, 8ó por autoridades municipalcs, 58 por la Secretada de Relaciones Extc¡iores, 40 por
la P¡,xu¡aduria Gene¡al de la Rcpribjica (jrcluye la Agcncia Federál de Invcstigación), 30 por la
Secre¡aría de Seguridad Púbtica (incluye le Policía F'ederal Preventiva).28 por la Secrctaria de
Segurid¡d Pública Eslatalcs. 13 por la Secrctaria dc la Defensa Nacional, y 4 por la Comisión
Mexican¿ de,{yudn a Relugiados (DPLF et aI.2008: 7-9).

q,
Desde el modus operandi establecido por el Estado mexica-
no, en el que una estructura de ilegalismos, donde las autoridades
locales se enredan con mafias locales de coyotes y narcotrafican-
tes, se contrapone con su obligación de proteger a todo migrante
que se encuentre en territorio mexicano, sin importar su condición
migratoria, tal y como lo disponen los estatutos de protección a
derechos humanos estipulados en la Constitución política y en la
gran mayoría de acuerdos internacionales que México ha firmado
y ratificado. Es más, casi siempre la corrupción y la violencia ter-
minan siendo las formas de relacionamiento que actores sociales y
estatales establecen con los migrantes indocumentados que tran-
sitan por México. Para muestra las recientes denuncias hechas por
migrantes que confirrnan que agentes del INM los "vendían" a Los
Zetas (...). A no dudarlo, la migración indocumentada en tránsi-
to plantea enormes desafíos para la sociedad ciüI, para la inves-
tigación social y para los Estados de los países de origen, tránsito
y destino involucrados, pues los derechos de miles de hombres y
mujeres son continuamente üolados.
Esta violenta y compleja realidad no escapa en lo absoluto a
la migración de niños, niñas y adolescentes, en particular a aque-
llos que salen desde Ecuador, quienes también transitan por ese
corredor migratorio. Tal como hemos dicho, revertir la üolencia
que implica transitar de manera indocumentada y clandestina, es
una tarea urgente pero altamente desafiante. De hecho, requeriría
la intervención decidida y en conjunto de los Estados de los países
involucrados. En este caso, se trataúa de adoptar medidas coordi-
nadas entre Ecuador-México-Estados Unidos.
La reflexión hecha nos muestra que la üolencia de la ruta,
por lo menos en el corredor México-Estados Unidos, responde a
causas estructurales propias del modus operandi del Estado y so-
ciedad mexicanos. De ahí que revertir ese nada alentador panorama
de üolencia en México, es un ámbito que saldría de la intervención
del Estado nacional. Sin embargo, al Estado ecuatoriano le compe-
tería, por un lado, accionar frente a lo que ocurre en Ecuador, en
torno a los entramados clandestinos que se gestan para habilitar
esas rutas migratorias. Y por otro lado, bien podría concentrarse
en algún aspecto específico del complejo tránsito de migrantes in-
documentados por el corredor migratorio México-Estados Unidos.
Una posibilidad es inten'enir en el proceso de identificación, de-
tención y depoftación en condiciones de seguridad y de i¡restricto
cumplimiento de los clerechos de 1os migrantes, en particular de
los menores de edad ecuatorianos no acompañados. Como lo men-
cionamos en esta sección, precisamente es en ese proceso en donde
se comenten muchas violaciones a los derechos de los migrantes.
Así, de cara a sugerir respuestas estatales específicamente
dirigidas a atender las urgentes necesidades que menores de edad
ecuato¡ianos tienen al cmzar por estas rutas altamente violentas,
es necesario adentrarnos en un anáilisis concentrado de su situa-
ción una vez que han ingresado al territorio mexicano. A partir del
capítulo que sigue nuestro foco de interés será la niñez ¡r adoles-
cencia migrante ecuatoriana en México y el análisis de los princi-
pales problemas que debe hacer frente en el proceso de detección,
detención y deportación, en adelante DDD.
Capítulo III

Sin documentos y de la mano de co-


yotes: la niñez y adolescencia ecua-
toriana que transita por México3s
4. Niñezy adolescencíct en tránsito

4.7 Una aproxbn,ación en cifras

El carácter clandestino y altamente móül de los migrantes indo-


cumentados que transitan por México deúva en una cadena de
problemas: la dificultad de emprender investigaciones sobre su si-
tuación migratoria genera grandes vacíos de información que, a su
vez, impide la visibilización y la urgente toma de acciones sociales
y estatales que respondan a las permanentes üolaciones de dere-
chos humanos que enfrentan estos migrantes. Y, lo que es peor, esa
ausencia de información, de algún modo, puede incluso terminar
'Justificando" la inacción estatal y social frente al tránsito migra-
torio clandestino aumentando exponencialmente la r.rrlnerabilidad
de los migrantes. De ahí la importancia de generar datos cuantita-
tivos y cualitativos sobre 1os indocumentados.
En México, por 1o menos durante los últimos tres años, cada
13 El aparataalo cu¿Ito -v quinto lue elaborado por Sandr¿ Cuillot Cuéllar a path del tr¿bajo de
campo rcalizado en N{éxico entre marzo y abril dc 2011, y también en b¿se dc la investigaciórprevia
que la anlropóloga rcalizó en la Tapachuia, Chjapas y en San S¡lv¿dor, El SaLvado¡ para su tes1s de
ljce¡ciatum presentada en el prog¡ama de anÍopologia de la Universidad Mclropolitana AutóÍonra
de México. UAM, sede lztapalapa. La edición de ambos apartados cstuvo a cargo de SoledadÁlvarcz
vez más investigaciones académicas, periodísticas y otras empren-
didas por organismos internacionales y nacionales que trabajan en
temáticas migratorias y de derechos humanos, han clevelado un
panorama nada alentador: la üolencia y la permanente violación
a los derechos de los migrantes que transitan por México, sin im-
portar su edad o género, sólo han ido en incremento, resultando
en una verdadera "crisis humanitaria" (Amnistía Internacional,
2o1o). Esta reciente r-isibilización nos ha alertado de la inminente
necesidad de generar información en torno a este tipo de migra-
ción para entonces dar respuestas específicas y coherentes desde
los Estados y las sociedatles involucradas, en este caso, prioritaria-
mente, desde Méico y Ecuador.
Tal y como lo hemos alertado en partes anteriores de este
estudio, debido a la clandestinidad y a la alta movilidad de este tipo
de migración, los sistemas estadísticos nacionales no logran dar
datos precisos sobre cuántos indocumentados transitan por Mé-
xico, y menos aún cuántos de ellos son menores de edad. El único
dato indirecto del que disponemos, y que apenas nos da una míni-
ma idea sobre la magnitud, comportamiento y composición del flu-
jo migratorio, es el número de detenciones realizadas en territorio
mexicano por agentes del INM. Concentrándonos únicamente en
los flujos de migrantes menores de edad, el alarmante aumento del
número de detenciones de niños, niñas y adolescentes no acompa-
ñados que transitan por México ha llevaclo a que el INM desde el
2oo9 desagregue la información del total de personas detenidas y
deportadas según grupos de edad, género y país de origen. Este he-
cho ha posibilitado que el fenómeno de la niñez migrante comien-
ce a visibilizarse, a generar preocupación pública tanto en México
como en los países de origen, y a posicionarse como una problemá-
tica social que urge ser analizada y revertida. Cabe recalcar que aún
cuando sólo existan cifras oficiales desde 2oo9, esto no implica que
en los años preüos migrantes menores de edad provenientes de di-
versos países de Centro y Sudamérica, así como de otras latitudes,
no hayan cruzado de manera indocumentada por México. La re-
ciente divulgación de estos datos estadísticos, nos confirma cómo
la generación de información en torno a una problemática sociai
como ésta la pone en la escena pública y demanda, consecuente-
mente, acciones urgentes.
Antes de presentar las cifras referidas al número total de
migrantes menores de edad ecuatorianos detenidos en México qui-
siéramos hacer unabreve explicación en torno a los cuatro criterios
sociodemográficos que el INM utiliza para presentar estos datos:
t. Edad. El INM diüde a los migrantes menores de edad dete-
nidos en dos grupos: de o a rr años, 1', de 12 a 17 años. Esta
clasificación toma en cuenta los parámetros establecidos
por la CDN que, tal como lo mencionamos en el apartado
metodológico, define como "niño" o "niña" a toda persona
menor de t8 años, a menos que las le1'es de un determinado
país reconozcan antes la mayoría de edad.
p. Género. Los datos que provee esta instancia mexicana, se-
grega a los migrantes menores de edad detenidos entre "fe-
menino" v "masculino".
3. Condición de uiaje. Este criterio nos muestra si acaso el
niño o niña detenido-a viajaba en compañía de un familiar,
pariente o tutor adulto, que por ley o costumbre, es reco-
nocido como su representante. Si es así, esto implica que
el o la migrante meno¡ de edad estaba acompañado. Por el
contrario, si ese niño o niña ftie detenido sin la compañía
o cuidado de un adulto legalmente reconocido, por ejem-
plo, un co¡rote, esto implica que el menor de edad üajaba

97
no acompañado. Esta clasificación es 1a misma que sigue el
Manual de Protección Internacional de las niñas y niños no
acompañados o separados en la frontera sur de México del
ACNUR (ACNUR, 2006).
4. País de Origen. Indica el país de nacionalidad del migrante
menor de edad que ha sido detenido.
Teniendo en cuenta estos cuat¡o criterios, revisemos enton-
ces los datos cle los años zoog 2oto y 201134los cuales nos dan una
mínima aproximación de lo que está sucediendo con los migrantes
menores de edad ecuatorianos que transitan de manera indocu-
mentada por México.35 La Tabla No.7 muestra el número de mi-
grantes menores de edad según grupo de edad, género, país de ori-
gen y condición del viaje. Para dimensionar el lugar que Ecuaalor
ocupa dentro de los países de origen de niños, niñas y adolescentes
migrantes indocumentados detenidos en México, hemos incluido
los datos referidos a países centroamericanos y sudamericanos. La
tendencía para este típo de migración es la misma que la que exis-
tía entre los migrantes adultos: a pesar de la distancia geográfica
y de las restricciones migratorias presentes en México, Ecuador,
después de los países centroamericanos, es el principal país de
origen de los migrantes menores de edad detenidos en ter torio
mexicano. Por razones históricas y por ser vecinos de México, Gua-
temala, Honduras y El Salvador reportan la mayoría de casos de
niños y niñas migrantes detenidos. Sin embargo, si sumamos las
detenciones de ecuatorianos durante los años zoo9, 2oto y 2ot1 y
comparamos los datos con los de Nicaragua, resulta sorprendente

34 Las e[cuestas del TNM del año 201I solo tnucstra¡ datos hasta el mes de noviemb¡c, tomaremos
estascifias como cifras toial€s, aunque hagan falta los números refcridos al mes de djciembrc,
que no debeD de alec¡¿r en Ducho el ¡esDl¡ado firal. Eslo lohacenos co¡ el 6n de realiza¡ un
comparaüvo de los tres afios,
35

98
que el número de migrantes menores de edad ecuatorianos
supera a los de ese país centroamericano.
Llama además la atención oue entre los oaíses sudameri
nos, Ecuaclor no sólo aparece los t¡es años concecutivos entre
países de origen de esos niños migrantes (algunos países
sólo en uno de los tres años), sino que además ocupa el primer
gar, superando ampliamente el número total de migrantes
res de edad detenidos provenientes de los otros países del
tinente. Así, si tomamos el número total anual de devoluciones
países centroamericanos y sudamericanos, para el zoo9,
representa el o.3% del total de deportaciones, el r.r%, para el
:oro y el o.g% para el zorr. Si nos enfocamos en el total anual
devoluciones de los países sudamericanos, Ecuador se lleva el 4o
de los casos, en el año 2oo9, incrementando al 8z% en el zoro,
en el zott alcanza el 97% porciento de los eventos de
Sumando los tres años, Ecuador obtiene el 76% del total de mi
grantes menores de edad no acompañados detenidos en México
ocupando así el primer lugar entre los países sudameúcanos.
gráfico No.3 da cuenta de estos porcentajes

99
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l02
Gráfico No. 3
Países de origen sudamericanos de migrantes menores d€ edad detenidos
en ll{éxico
2009,2010 y 2011

Fucntci l),,1M, 20l l. Elaboración propia.

Si desagregamos los datos referidos al número de


tes menores de edad indocumentados ecuatorianos detenidos
México, siguiendo los otros tres criterios previamente expli
además del país de origen, obtenemos la siguiente información.
2oo9 se registraron un total de 13 detenciones de niños y ni
migrantes ecuatorianos. De ellos, dos pertenecían al rango de
entre los o y rr años, y los once detenidos restantes a aquél que
entre 1os rz y r7 años. Con respecto al género, once de los trece
tenidos eran varones, y sólo dos eran mujeres. Y de esos trece
grantes menores de edad detenidos, cinco üajaron
de algún familiar o tutor, mientras que ocho Io hicieron de
no acompañada posiblemente de la mano de un coyote.
Para el año zoro se registró un total de 54 niños
Esto implica que en un año el número total de indocumen
ecuatorianos menores de edad detenidos en México incrementó
13 a 54, cifra que representa un incremento del 315% en e1 registro
de detenciones. Dado que apenas desde zoog la información esta-
dística está desagregada por grupo de edad, no podemos af.rmar
que este incremento significa necesariamente una mayor presencia
de niños ecuatorianos en los flujos migratoúos. El hecho de que el
INM dé cuenta de más migrantes menores de edad originarios de
ese país andino, posiblemente responda a una mejor sistematiza-
ción en el registro de las entradas de los niños, niñas y adolescen-
tes no acompañados a partir de zoro. De los 54 niños migrantes
detenidos en zo1o, diez se encontraban entre los o y rr años, y cua-
renta y cuatro tenían entre 12 y 17 años de edad. Respecto al género
de los detenidos,37 eran varones y 17 mujeres. Y, catorce niños
üajaron de forma acompañada, mientras que, alarmantemenre,
cuarenta, una gran mayoría, viajaron de manera no acompañada,
o con un coyote.
Para noviembre del zotr, que es la información más actua-
lizada que presenta el INM mientras se elaboraba el presente es-
tudio, Ecuador sigue encabezando la lista de detenciones. Hasta
este mes se han ¡egistrado un total de 35 menores de edad, la gran
mayoúa de ellos entre los rz y r7 años y tan solo uno entre los o
y los rr años. De estos migrantes detenidos, t7 eran varones y t8
mujeres. Y, zz de ellos emigraron de forma no acompañada, mien-
tras que r3 lo hicieron acompañados por algún familiar, pariente o
representante legal.
A continuación se muestran tres gráficos que contienen los
datos referidos y comparan la situación de edad, género y condi-
ción de üaje de los t¡es años. Con ellos se pueden identificar las
tendencias que han tenido los flujos a lo largo de los tres años y
cuales son los comportamientos generales de Ia migración de los
niños, niñas y adolescentes ecuatorianos.

104
Gráfico No.4
Edad de migrantes menores de edad ecuatorianos detenidos en
México
2009-2011

1000ó
'F 8oo''o
-fr 6u'n
f,
d
4vn
2(P'o
@,o

2009 :010
| 0-l I ¡rlos l50o l:cb lc¿
I l2.17dlos 859o 789i, 9?o5

Fuctrte: t\}{, 2011. Elaboración prop¡a.

Gráfico No5
Género de migrantes menores d€ edad ecuatorianos detenidos en México
2009-2011

0096
8oo,b

60P.6
.{09'o

2Pto
0o.,o

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I lloÍibrc 9l9b 690..o 5to.o

Fuenter lN!|, 2011. El¡boración prop¡a,

105
Es interesante
notat que en el gráfico No.5 la línea de ten-
dencia del porcentaje de detenciones hombres y de mujeres meno-
res de edad, mientras que eI porcentaje de mujeres se incrementó
6.1 veces, el de los hombres bajó del, 2oo9 al 2011, 55%. El por-
centaje de la migración de hombres y mujeres al zou se empa-
rejó. Esto demuestra el aumento de la presencia femenina en la
migración incluso en las edades más tempranas, y respalda lo que
hemos venido afirmando sobre el fenómeno de la feminización en
la migración.

Gráfico No.6
Condición de üaje de migrantes menores de edad ecuatorianos detenidos
en México
2009-2011

:oo9 ?Dt0 2All


¡Acoípddo 389ó 159ó 37%
lNo Acorqrflado 6vb ?5Sr, 6¡90

Fuente: INM, 2011.E1¡boración propi¡.

Aunque estos datos no representan el universo total de los


flujos migratoúos de ecuatorianos menores de edad detenidos en
México, sí nos dan una muestra significativa de quiénes están tran-
sitando por este país, y más aún, qué sector de la población está sa-
liendo desde Ecuador. Comparando los datos totales obtenidos de

106
los años 2oog, 2o1o y 2orr se adüerten las siguientes tendencias:

) La mayoría de los niños y niñas que emigran io hacen en'


tre los rz y los 17 años de edad. Este grupo representa el 85%
de la migración infantil ecuatoriana que transita por México y
que fue detenida en ese país. El 15% restante está compuesto
por niños menores de rr años. Podríamos inferir que quienes
más transitan son adolescentes ecuatorianos que estaban por
concluir la educación primaria o que se encontraban cursando
el bachillerato. Es deci¡, son migrantes menores de edad cuyo
proceso de formación se ve interrumpido por la reunificación
familiar clandestina. Valdría la pena preguntarse si acaso estos
menores de edad ecuatorianos una vez que regresan a su pals
de origen se reinsertan en el sistema educativo, o si definitiva-
mente desertan del mismo.

) flujo de menores de edad ecuatorianos migrantes,


Si bien el
es mayoritariamente masculino, pues el 65% de los detenidos
son niños, hay una importante presencia femenina: el 35% son
niñas. Esto significa que por cada dos hombres que emigran,
sale una mujer menor de edad desde Ecuador.

) De acuerdo con las cilras que arroja el INM, el 66% de los


niños y niñas que viajan lo hacen de manera no acompañada,
y el 44% lo hace acompañado por algún familiar, pariente, o
representante legal. El alto porcentaje de menores de edad üa-
jando solos puede explicarse por el lugar primortlial que tiene
la reunificación familiar clandestina como factor de expulsión
desde Ecuador. Este dato nos confirma las reflexiones hechas
en apartados previos que gravemente la gran mayoúa de me-
nores de edad migrantes transitan de la mano de coyotes por
alguna de las rutas migratorias clandestinas entre Ecuador y
México.

) En los últimos tres años de la primera década del siglo XXI,


Ecuador ha ocupado el primer lugar entre los países sudame-
ricanos de origen de los menores de edad migrantes detenidos
en México. Las cifras ecuatorianas superan por nucho a las de
los demás países del subcontinente. Esta tendencia junto con
la anterior, nuevamente nos ileva a preguntarnos por el control
migratorio en los puertos de salida ecuatorianos, que permi-
ten la salida de menores de edad sin la compañía de familiares
o representantes legales. Tal como Io sugerimos en la tercera
parte de este estudio, la salida de estas niñas y niños indocu-
mentados y no acompañados sólo es posible si los sistemas ju-
diciales, que ügilan la salida de menores de edad del pais, ylos
sistemas policiales, que controlan el movimiento poblacional y
los puertos de salida, no son lo suficientemente estrictos y per-
miten que autoridades locales y redes de coyoterismo operen
y habiliten, a la sombra, la salida de estos migrantes menores.
Siendo así, hemos de insistir que la ügilancia en los puertos
de salida, controles migratorios y también del sistema judicial
ecuatorianos han de ser investigados para identificar el moclus
operandi, y revertir corrupciones y complicidades que dan paso
a estos tránsitos clandestinos.

Por otra parte, otro dato revelador con el que disponemos es


el número de casos de menores de edad ecuatorianos que han sido
atendidos por el Programa de Retorno Volunta¡io asistido para
migrantes extra regionales que la Organización Internacional para

I0t3
las Migraciones, OIM, ha puesto en marcha entre Ecuador y Mé-
xico. Estas cifras reflejan el movimiento migratorio de menores de
edad ecuatorianos desde zoo5, año en el que inició dicho progra-
ma que atiende las solicitudes de cualquier migrante que, estando
indocumentado en México, desee retornar a su país de origen. Es
decir, que este programa capta flujos migratorios que no han sido
detenidos por el INM y que por ende no se encuentran detenidos
en las estaciones migratorias, ni que forman parte de las estadís-
ticas oficiales¡6. Así, y según los datos del programa, entre 2oo5 y
2oro, 2.606 niñas y niños ecuatorianos habrían sido asistidos en
su reto¡no voluntario desde Mé¡ico a Ecuador. Los datos de OIM
no contradicen la información que arroja el INM, simplemente nos
revelan una cara bastante más compleja de la migración de ecuato-
rianos menores de edad: muchas más niñas y niños ecuatorianos,
de los que las estadísticas oficiales muestran, transitan de manera
indocumentada ¡, no acompañada por México.
La Tabla No. I da cuenta del número de migrantes meno-
res de edad que fueron atendidos por el programa, y que retorna-
ron de manera voluntaria a Ecuador.

36 Entrevista con JUirlcttc Ocho¡. coordinadora de operacjoncs dcl Programe de retornos \r¡lrmtanos
asistidos dc La OlM. Ciudad de México. abril de 201 l.

r09
En las cifras se observan variaciones de un año a orro el
el total de migrantes menores de edad que retornaron a Ecuador.
Dichas variaciones dan cuenta del carácter inestable y poco prede-
cible de los flujos migratorios, confirmando las limitaciones exis-
tentes a la hora de captar este tipo de migración. Insistimos en que
la dificultad de investigar este tipo de migración impide dar cuenta
del volumen total de migrantes indocumentados en tránsito y por
ende de las razones precisas por las que existen incrementos de un
año a otro.
Tal como vemos en las cifras de la Tabla No. 8, el zoo5 fue
el año con registros más bajos, 163 eventos, mientrzs que el eooS,
registró el ma1'or número de eventos con un total de 769. Recorde-
mos que entre los agentes migratorios mexicanos existe una forma
de calcular el número aproximado de indocumentados que tran-
sitan por México: por cada migrante detenido, implica que por lo
menos uno más logró cruzar el país. Así, si tomamos en cuenta los
datos de OIM, podríamos conjeturar que entre 2oo5 y 2o1o, alre-
dedor de 5.zrz niños y niñas ecuatorianas habrían salido desde su
país y usando complejas y altamente üolentas rutas migratorias
habían llegado hasta territorio mexicano. De ese gran total, la mi-
tad retornó voluntariamente a Ecuador. éQué pudo suceder con
los otros 2.696 menores de edacl? t,Será que lograron reunificarse
con sus familiares en Estados Unidos?, o, iSerá que fueron aban-
donados por los coyotes, o cayeron en redes de trata, comercio o
prostitución infantil, o, quizá, lamentablemente, incluso murieron
en el camino? iQuién ha dado cuenta de todos ellos? Panorama
bastante preocupante y desolador, que requiere, sin duda, cle ac-
ciones sociales y estatales urgentes.
Las cifras que hemos presentado a 1o largo de esta sección,
son sólo una pequeña muestra que nos confirma la existencia de

110
una verdadera industria migratoria clandestina que opera desde
Ecuador hasta México habilitando el tránsito de migrantes meno-
res de edad no acompañados. De ahí, la urgencia para que, desde e1
Estado ecuatoriano, se tomen inminentes medidas que incidan en
las consecuencias que deja sobre la niñez v adolescencia migrante
ecuatoriana un tránsito así de üolento. AI finalizar el segundo ca-
pítulo de este estudio, dijimos que en el proceso de detección, de-
tención y deportación, DDD, de los migrantes menores de edad en
México, también existen irregularidades y problemas que termi-
nan afectando a la infancia. Antes de adentrarnos en la dinámica
de dicho proceso, presentamos un mapeo de las rutas migratorias
usadas por migrantes ecuatorianos, una l€z que han cruzado la
frontera sur mexicana.

4.2 Mapeo de las principcles r¿tas migro.torias d.el co-


rre dor M éxico - E stado s Unid.os

Si intentáramos localizar en un mapa geográfico de México las hue-


Ilas que los migrantes indocumentados, provenientes de diversas
latitudes del mundo, van dejando a su paso, posiblemente ningún
lugar de ese país quedaría carente de sus pisadas. El tránsito por
el corredor migratorio México-Estados Unidos, no sólo es el más
voluminoso del mundo, sino que además es de larga data. Ambos
hechos han incidido directamente para que los migrantes indocu-
mentados continuamente creen nue\¡as rutas que atraviesan de sur
a norte la República Mexicana. En la medida que nuevos contro-
les migratorios se han implementado, nuevos y diversos caminos
clandestinos se han configurado.
Actualmente existe una multiplicidad de mtas que siguen
los migrantes indocumentados en su tránsito a Estados Unidos.
Son rutas que inician desde 1a frontera sur de México y que atra-
viesan los distintos Estados mexicanos hasta llegar a la frontera
norte de este país. No es posible afirmar que cada nacionalidad
que cruza México sin documentos utilice una rrrta particular, ni
mucho menos que existan rutas específicas para las recles de tráfico
o trata de personas (incluyendo las de menores de edad), para el
narcotráfco o el tráfco de armas. Estos tres tráficos globales indis-
tintamente usan las mismas rutas clandestinas trazadas a lo largo
¡i ancho de la geografía mexicana con el fin último de internarse en
la potencia del norte. He ahí uno de los principales motivos por los
que el tránsito migratorio por México resulte tan violento para los
indocumentados: a su paso, con mucha certeza, pueden encontrar-
se con traficantes de droga, armas, con tratantes de personas, con
bandas del crimen organizado, y tambíén con autoridades locales
que operan en complicidad, con esos entramados de ilegalismos.
Siendo así, los indocumentados, y entre ellos niños, niñas y ado-
lescentes, transitan por l\4éxico desamparados de la aplicación de
la ley y por ende de la garantía del cumplimiento de sus derechos,
quedando completamente expuestos a múltiples formas de violen-
cia y a la continua üolación de sus derechos.
Dado que se trata de tráficos ilegales, el anonimato, la clan-
destinidad y la permanente modificación de las rutas es 1o que pri-
ma. Según Rodolfo Casillas (zoo6), investigador mexicano experto
en rutas y estrategias migratorias, ese permanente dinamismo en
las rutas migratorias podría elplicarse debido a la incidencia de uno
o varios de estos factores: r- realización cle operativos migratorios
por parte del IN&{ en algún(nos) punto(s) de la(s) ruta(s); :- insta-
lación de controles o garitas migratorias fijas del INM o de otra au-
toridad local; y, 3- desastres naturales que provoquen destrucción
en algún(nos) punto(s) de 1a(s) ruta(sJ (Casillas, 2oo6:4o). A estos

lt2
tres factores podríamos agregar dos más que responden a la actual
coluntura mexicana: 4- la instalación de controles por parte de al-
guna organización crirninal, por ejemplo bandas cle narcotráfico
o de crimen organizado en algún (nos) punto(s) de la(s) ruta(s);
y, 5- instalación de albergues de atención a los migrantes. Así, la
presencia de uno de estos factores o la combinación de algunos de
ellos derivaría en un cambio inmediato e inesperado en el trayecto
migratorio. De este modo, las rutas migratorias que presentamos
en esta sección son aproximaciones que diversos investigadores,
organismos de derechos humanos nacionales e internacionales
en México, e investigaciones periodísticas qrre se han elaborado a
partir de los testimonios de migrantes ¡' de estudios en terreno.
Hemos de enfatiza¡ que las rutas que mostraremos, son utilizadas
tanto por migrantes adultos como por migrantes menores de edad.
La decisión de cuál de esas üas tomar depende en gran me-
dida del conocimiento migratorio preüo, de alguna erperiencia
pasada, y sobre todo de los recursos económicos con los que los
migrantes cuenten. Tal como se explicó en el segundo capítuIo, son
muy pocos los ecuatorianos que l'iajan solos, y mucho menor es
la cifra de niños, niñas o adolescentes ecuatorianos que salen por
cuenta propia del país. De hecho, debido a 1a distancia geográfi-
ca, se ven obligados a contratar los caros servicios de un coyote,
quien necesariamente opera dentro de una red de tráfico de per-
sonas con incidencia a nivel regional- Este hecho marca una clara
diferencia con la migración indocumentada centroamedcana. De-
bido a la vecindad con México, migrantes indocumentados de El
Salvador, Guatemala, Honduras o Nicaragua, sobre todo aquellos
de menotes recursos económicos, sí suelen emprender periplos
migratorios solos, exponiéndose mayormente a las más cruentas
formas de violencia. Al comparar ambas experiencias migratorias,

113
paradójicamente, transitar con un coyote, resultaría mucho más
"seguro" que hace¡lo de mane¡a indiüdual. De ahí, que podríamos
conjeturar que en esas condiciones de altísima rulnerabilidad y
permanente exposición a formas de violencia, la experiencia de los
migrantes ecuatorianos podría ser, de algún modo, menos üolen-
ta si se la compara con la de los migrantes centroamericanos que
transitan solos por México. Esta reflexión no intenta, bajo ningún
punto de vista, mostrar alguna caracteústica "positiva" al hecho
de transitar con un coyote. Más bien, pretende llamar la atención
frente al hecho de que ante la ausencia rlel rol del Estado, como en-
tidad que por antonomasia clebe proteger y garantizar los derechos
humanos, los coyotes -traficantes de personas- ante un contexto
así de violento, terminan otorgando algún tipo de seguridad a los
migrantes, suplantando, o siendo más eficientes que los mismos
Estados. Esto implicaría que desde el Estado ecuatoriano meclidas
concretas habrían de tomarse para proteger y garantizar el irres-
tricto cumplimiento de los ilerechos de sus ciudadanos-as migran-
tes sin importar su condición migratoria. Esta acción estatal debe
ser inminente sobre todo si se trata de los-as ciudadanos-as que
requieren mayor protección como son los niños, niñas y adolescen-
tes ecuatorianos que transitan en esas concliciones.
E1 Mapa No.5 muestra las principales mtas aéreas, maríti-
mas y terrestres utilizadas por migrantes indocumentados en su
tránsito por México. Además, cla cuenta de los puntos de interna-
ción comúnmente utilizados en las fronteras sur y norte mexica-
nas. Este mapa forma parte de 1a investigación Urut uida discreta,
fuga" A anónima: los centroamericanos transmigrantes en Mé-
¡ico (zoo6), de Rodolfo Casillas. Vale Ia pena mencionar que el
autor señala que si bien estas rutas son sobre todo utilizadas por
migrantes centroamericanos, también otros migrantes de diversas

114
nacionalidades, entre los que se incluyen a ecuatoúanos,
seguir esas mismas rutas.

Mapa No. 5
Principales rutas de migrantes indocumentados en tránsito
2001-2005

Fuente y elaboración: Casillas. 2006.

Entre esas tres vías para el tránsito migratorio, la vía


resulta la más segura, pero también la más cara pues implica
uso de documentos faisos, la compra de boleto de aüón para cu
brir la ruta Tapachula (ciudad fronteriza en el sur de México)
Ciudad de México, o hasta alguna ciudad del norte dei pais,
ejemplo Tijuana. Además, implica el pago de elevadas cuotas
"comprar" a los agentes migratorios aeroportuarios y habilitar
tránsitos ilegales. Ante las continuas denuncias de corrupción
interior de esos aeropuertos mexicanos y por ende, dado el
mento de ügilancia, esta vía es cada vez menos utilizada (Artola,
zoo7, Mandujano, 2oo7). Este mismo incremento de vigilancia
se ha dado en los puertos marítimos. Así, a pesar de que las vías
aéreas y marítimas son las menos utilizadas para el tránsito mi-
gratorio por México, no por ello son menos importantes, pues son
muchos de los puntos de internación, marítimos o aéreos, por los
que todavía se accede a territorio mexicano, y se conecta con rutas
terrestres.
Así, Ia gran mayoría de migrantes indocumentados una vez
que llegan a la frontera sur de México, solos o con la guía de un
coyote, continúan su periplo migratorio vía terrestre. Recordemos,
tal como lo mencionamos anteriormente, que en el caso de la mi-
gración ecuatoriana que hansita por México, sea para el caso de
adultos o de menores no acompañados, la gran mayoría de ellos
una vez que llegan hasta la frontera sur mexicana, sea vía aé¡ea
(sobre todo desde Honduras), o vía maritima (desde las costas
ecuatorianas hasta Guatemala), continúan su trayecto por rutas
terrestres. Dado que estas rutas son las más populares, y también
las más üolentas, concentrémonos entonces en su descripción.

4.2.7 Por. üerto, desde lafrontera nr hasta. el norte de


México
Previamente mencionamos que la frontera sur de México abar-
ca r.r39 km, los cuales atraüesan desde el Océano Pacífico hasta
el Océano Atiántico, separando a México de Centroamérica. Esta
zona fronteriza está conformada por cuatro Estados: Chiapas, Ta-
basco, Campeche y Quintana Roo. Los tres primeros colindan con
Guatemala, y el último lo hace con Belice. Actualmente, en un mar-
co político signado por la Iniciativa Méridarz y por el Proyecto Me-
37 La iniciativa Mérida es un plan dc cooperación binacional entre México y Estados Unidos. El
objeti\rc de dicho plan es combaijrel crimen organizado Fadsnacional. Entre las estrategias de acción

I l6
soamérica38, la frontera sur mexicana representa, sin duda alguna,
la primera barrera de ingreso a Estados Unidos para las personas
migrantes procedentes de diversas paftes del mundo (I(dh)eas,
2()11:48).
A lo largo de esa frontera existen tz puntos oficiales de in-
ternación controlados por agentes del INM. Ocho de esos puntos
se localizan en Chiapas, Estado que cuenta con más kilómetros li-
mítrofes con Centroamérica: 66o km. Estos son los puntos oficia-
les de internación chiapanecos: r- Ciudad Hidalgo; z- Suchiate II;
3- Talismán; 4- Unión Jtárez; 5- Mazapa de Madero; 6- Ciudad
Cuauhtémoc; 7- Carmen Xhan, y 8- Frontera Corozal. Dos puntos
de control aclicionales, g- El Ceibo, y 10- El Martillo, están en el
Estado de Tabasco que comparte 1o8 km de frontera con Guate-
mala. Por último, en el Estado de Quintana Roo, que colinda con
Belice, con 198 km de frontera, cuenta con dos entradas oficiales:
11- La Unión, y 12- Subteniente López (Centro de Estudios Migra-
torios del INM, 2oo5). El Mapa No.6 muestra esas doce entradas
oficiales,

des¡¡can las siguientes: I ) Desaficulació¡ de la capacid¡dde las organizacioncs dclictiv¿s que actúaü
en ambos paises [... ]: l) Apoyo mutuo par¡ la adecuación continua del nrarco pam la scguridad y
jusliciá y el fortalecimiento de las insiitucjones públicas de a¡rbos pajscs rcsponsables del combate
a l,r delincuenc'La organizadal. . .l; 3) Desarrollo de una l'ron1eft segu¡a y competitiva para cl siglo
XXI [...] facilitar el flrúo Lcgitimo de mercancias y pcrson¡s nicntrirs procuraLa seguridad de los

ciudadaros e intcnump. los dujos de drogas, arnlas. d¡refo en c1¡cti\'o y otras mercancías ilcgales
(lnicia¡iva Nlérida. 201 I ).
38 [1 pfoyecto Ntcsoamúrica cs c] nuevo nornbre do Lo que antefiormenle se denominaba el Plan
Pucbla-Pananá, Con el camblo de nomb¡e nucvas adccu¡cioncs dcvini!'ron, entrc ell¿s ün pl¿n de
seglridad rcgional quc t¡mbión impacta cn las lronlcras (Zunino,2010).

|7
Mapa No.6
Entradas onciales frontera sur mexicana

Como podemos apreciar en el Mapa No.6, existen muchos


puntos fronterizos sin la presencia de autoridad migratoria algu-
na. De hecho, se estima que existen más de zoo puntos ilegales, o
puntos ciegos de internación, comúnmente utilizados para tráfi-
cos ilegales.3e Lo anterior, aunado a las características geográficas
y naturales de la zona, le otorgan un carácter altamente poroso a la
frontera sur mexicana permitiendo no sólo el tráfico de personas
sino un enorme flujo de contrabando de armas, dinero y drogas.
Según testimonios tomados a migrantes indocumentados
en tránsito en la frontera sur de México, los principaies lugares

39 Ert€vista co¡ Keisdo Shim¿bukuro, Jefe de Departamento de la liontera sur de la Quinta


Visitadu¡ía Gene¡al de Ia CNDH. Ciudad de México, 3 de abril de 2011.

ll8
no oficiales de entrada son Talismán, Ciudad Cuauhtemoc, y
Ceibo.an Los dos puntos de ingreso se encuentran en el Estado
Chiapas, y el tercero en el Estado de Tabasco, Desde ahí varias
tas migratorias clandestinas siguen hasta el norte del país. El
dro No.r da cuenta de algunas de esas rutas. En rojo están
dos los nombres de las ciudades que forman parte de la
sur mexicana.

Cuadro No.l
Rutas lerrestres utiüzadas por migrantes indocumentados

l. País de origen '-+ El Carmen -+ Talismán --- Tapachula --- Arriaga

2. País de origen El Petén---+ El Ceibo -' Tenosique--+ Tuxtla


-
3. País dc origcn - EI Petén
- El Ceibo -" Tenosique --+ Verac¡uz ---+

4, País de origcn +El Petén --+La Mesilla - Ciudad Cuauhtémoc----'


+ I UXtla (rUIlerTez +
*En rojo las ciudades frunteflz¡s del su¡ de Nféxico
Elabolación: propia.

De estas rutas terrestres, la cuarta es la más utilizada po


redes de coyoterismo que "guían" en el tránsito a migrantes
torianos. Esta información ha sido confirmada por algunas i
gaciones académicas (Ramírez Gallegos ¡' Avarez Velasco, 2oo9
y también por testimonios recabados de migrantes ecuato

40 Enaevistas realizadas por Soledad ALvarez ltlasco duraDte el trabajo de campo hecho en la
frontera sur dc N,fóxico para la elabomción de tesis de maestria: mayo-julio 2008, y, malzo-abril,
2009.
detenidos en su tránsito por México. Esos testimonios fueron ob-
tenidos a partir de entreüstas semi-estructuradas realizadas en
tres años diferentes: zoo8, 2oo9 y 2011 en Tapachuia, Chiapas,
frontera sur de México. Los entrevistados fueron migrantes ecua-
torianos adultos y menores de edad detenidos, que se encontraban
preüos a ser deportados a Ecuador.a' La información dada por los
migrantes, nos confirman dos hechos: t- esa es la ruta terrestre que
los ecuatorianos han usado, por lo menos durante los últimos tres
años, una vez que cruzan la frontera sur mexicana; y, 2- esa ruta
es utilizada tanto por migrantes adultos como por niños, niñas o
adolescentes migrantes ecuatorianos intlocumentados.
A partir de la información recabada, podemos conjeturar
que la ruta ecuatoriana es la siguiente: una vez en Guatemala, los
migrantes son trasladados a casas de seguridad en la zona selvática
de El Petén, Guatemala. Enseguida emprenden el viaje hacia el sur
de Guatemala para internarse a México por La Mesilla, localidad
que se encuentra en el Municipio de Amatenango de la f¡ontera
en Chiapas. De ahí son trasladados a Ciudad Cuahutémoc, siguen
hasta Comitán y Tuxtla Gutiérrez, todas ellas ciudades localizadas
en Chiapas (Ramírez y Álvarez Velasco, zoog). A partir de Tuxtla
Gutiérrez se abre un abanico de posibles rutas que se describen
más adelante. En el Mapa No. Z, se ilust¡a Ia ¡uta de inte¡nación
más utilizada por los migrantes ecuatorianos.

4l Ve¡ en A¡exo, Jecr¡.í, ent¿vl.r¡d.r. donde constan datos adicionales a las enfevistas realizadas a
migrantes ecuatorianos detenidos en México

120
Mapa No.t
Ruta migratoria ecu¡toriana cruce frontera sur mexicana

Fuente mapa¡ Coogle Maps, 20 I 1 . Elaborrción prcpia.

Siendo así, sería precisamente en esta ruta terrestre de


ternación a México por la frontera sur, en donde el Estado
toriano habría de incidir directamente en el proceso de
y atención a migrantes ecuatorianos, tanto adultos y sobre
menores de edad. En el próximo capítulo nos concentraremos en
este proceso. Hemos de mencionar que esta misma ruta
es utilizada por migrantes sudamericanos de otras
(peruanos, brasileros, entre otros) e incluso por chinos y africanos
(ÁJvarez Velasco, zoog).
Con respecto a los medios de transporte terrestre para cu-
bri¡ y continuar el periplo migratorio
esas rutas de internación
hasta el norte de México, la oferta es amplia y vaúa en costos y
niveles de seguridad. A lo largo de las rutas, y dependiendo de las
contingencias que existan en el camino, Ios migrantes suelen com-
binar el uso de los medios de transporte. De ahí, que para el caso de
los migrantes ecuatorianos, o de ot¡a nacionalidad, no sea posible
identificar cuál o cuáles medios de transporte terrestres específica-
mente usan. En todo caso, a continuación describimos las posibles
opciones.
Los autobuses de pasajeros, taxis, o algún vehículo parti-
cular suelen ser los más caros, pero también los más seguros. En
cambio, viajar en tráileres de carga o camiones de doble fondo, si
bien es barato, implica mayores peligros pues casi siempre los mi-
grantes son transportados en condiciones de hacinamiento duran-
te las largas horas de viaje que supone tecorrer las carreteras esta-
tales. Así, muchos migrantes suelen asflxiarse o deshidratarse en
eI camino. Adicionalmente, en muchas ocasiones los choferes de
estos transportes pueden estar coludidos con redes de trata de per-
sonas o incluso con redes de narcotráfico. Lo cual podría exponer
a que los migrantes sean "vendidos" a esas redes. Como vemos, en
té¡minos de la seguridad del viaje, ésta está directamente relacio-
nada con el costo: a mayor costo mayor seguridad, y a menor costo
menor seguridad. Hemos de insistir en que no existe ningún medio
de transporte ni ruta terresüe que sea 1oo% segura, pues en todas
ellas existe un alto grado de wlnerabilidad y peligro.
Otro de los medios de transporte más utilizados por los
migrantes indocumentarlos en su tránsito por México, es el t¡en
de carga. Si bien quienes más priülegian el uso del tren, son los
migrantes centroamericanos que transitan solos, no implica que
en ciertas ocasiones los coyotes puedan llevar a migrantes ecuato-
rianos por caminos de extravíos hasta las vías férreas para tomar
el tren carguero y seguir la ruta al norte. La imagen que de algún
modo sintetiza el nivel de violencia, desamparo y de inacción esta-
tal mexicana ante la migración indocumentada en tránsito es la del

t22
tren carguero llevando en el techo a migrantes indocumentados.
Detengámonos brevemente en la dinámica del tren.

4,2.2 Sobre eI Tren


Por más insólito que parezca, a la vista de todos, diariamente cien-
tos de migrantes indocumentados, con el propósito de avanzar en
su periplo migratorio, viajan sin control ni protección alguna en
el techo delferrocarril de carga que recorre México de su¡ a norte.
Analizar a profundidad cómo -v porqué es posible que tantos in-
documentados abiertamente utilicen el tren de carga como medio
de transporte, excede ios límites ¡' propósitos de este estudio. Sin
embargo, quisiéramos exponer algunos elementos claves en torno
a su dinámica.
Los migrantes suelen llamar al tren carguero "Tren de la
Muerte" o "La Bestia". Nombres que responden a las indecibles for-
mas de r,iolencia de las que ellos son víctimas mientras avanzan en
tren. El hecho de que un ferrocarril carguero sea usado como me-
dio de transporte por los migrantes indocumentados, expresa cla-
ramente la inacción del Estado mexicano {rente a la problemática
de la migración indocumentada en tránsito 1' a la üolencia que ésta
entraña. En el segundo capítulo ya dijimos que en ciertas localida-
des de Nléxico, sobre todo en las más pobres y por donde transitan
migrantes, entramados de ilegalismos, donde las autoridades están
coludidas, controlan la dinámica local poniendo en tela de duda la
existencia de un Estado de derecho. Esto se evidencia en la ausencta
de control y garantía de derechos, que da paso a una perrnanente
violación de los derechos de los migrantes y a una escalada de las
formas de violencia que se ejercen en su contra. I¿ dinámica del
tren carguero no es ajena a esa compleja realidad. Es más ésta tam-
bién está contralada por un violento enjambre de ilegalismos.
A mediados de la década de rg9o, como producto de la
privatización del sistema férreo mexicano, el mantenimiento del
mismo, sus funciones, regulaciones y cuidado quedaron en manos
de empresas privadas que, desde entonces, administran los cinco
tramos ferroüarios mexicanos.a. Este hecho tuvo repercusiones
directas en la poca o nula injerencia del Estado, a nivel federal,
estatal y municipal, y en su "justificado" desentendimiento frente
a lo que diariamente ha venido sucediendo en torno al sistema de
trenes de carga. Así, la privatización ha provocado un 'Justificado"
vacío en la acción estatal, que ha dado pie para la configuración
y operación de un enjambre de ilegalidades en torno al tren que
genera una üolencia desbordada. Por su parte, desde las empre-
sas privadas que controlan los tramos ferroüarios, no se ha hecho
mayor cosa por revertir ni las malas condiciones de operación del
tren, ni la compleja situación de violencia cotidiana. Al poco man-
temimiento y limitadas inve¡siones para mejorar sus serwicios, se
suman 1os embates que las máquinas, vagones y vías férreas han
sufrído por el paso de dos huracanes: en 1998 el huracán Mitch y
en zoo5 el huracán Stan. Este último, incluso destruyó el tramo fé-
rreo Ciudad Hidalgo-Tapachula-Arriaga, inhabilitando las vías del
tren y dañando algunas máquinas y locomotoras. E1 poco manteni-
miento causa continuos descarrilamientos v accidentes en la ruta
sin que nadie interwenga.
Además, y como parte de ese proceso de privatización de los
ferrocarriles, la seguridad y vigilancia del tren dejaron así mismo
de ser competencia de 1a policía local, estatal o federal, para quedar
42 ¡l ¡¡azado Jloeo nacional quedo diridió entrei el¡e¡roca¡lil del Pácifico No¡tc. el ¡croca¡¡il del
Norestc, el Fcrrocarril del Sureste, las line¿s coras ), la Termi¡lal de la Ciudad dc l\,féxico. Cada uno
de estos, adminisüados por cmprcsas pri\,adas nacionales v cxrranje¡as. El Fenocarril del Sureste, a
su vez, se fragmen¡ó en tres ruias: I -\tracruz-Coatzacoalcos (con ramales a los esrados de Puebla,
Hidalgo. \.féxico v Oaxaca). Coatzacoalcos-Puefo Prog¡eso,2- Salina Cruz-Tapachula (ahora
,{riag¿) y 3- Medias Agüas-Salin¡ Crr.rz. Quedando Ios dos p¡imeros en manos de capitat privado,v
cl último colno propiedad estatal (CIESAS, 2000).
en manos de guardias de seguridad privada, que con mucha f¡e-
cuencia, por obtener ganancias a costa de los migrantes, permiten
su traslado en el tren. Después de la investigación hecha y en base
a informes publicados reciente por la CNDH (2oo9, 2ot1) y por el
Due Process of Law y el Centro de Derechos Humanos Fray Matías
de Córdova y Hogar de la Misericordia (zoo8), nos atrevemos a
afirmar que dados los níveles de impunidad y corrupción del Es-
tado mexicano, esa circunstancia de aventajamiento de parte de la
seguridad privada frente a los migrantes, probablemente no sería
muy distinta si las fuerzas estatales estrs.ieran por ley encargadas
de l'igilar el t¡en. En todo caso, lo que podemos concluir es que
abieftamente y sin la injerencia de ninguna autoridad estatal, el
tren de carga transporta minerales, petróleo y sus derivados, pro-
ductos agrícolas y productos para la industria maquiladora que
opera sobre todo en el norte del país, y además a cientos de mi-
grantes en condiciones inhumanas (Barreda en CIESAS, zooo).
Los migrantes sólo por tomar un tren que no está destinado a lle.
lar pasajeros y que, como \emos, se encuentra en malas condiciones, tie-
nen el enorme riesgo de sufrir arcidentes o de morir en el camino.a3 Lqtos
.13 Al$nos ej emp los qlre dan cuenLa dc cstos hechos: I - Ensro de 20 I 0 en Arriaga. Una migrante
guatenalteca murió ¿l ser ¡tropell¡da por el ferrocanil Chiapas-Nfayab cu¿ndo en folma inlructuosa
intentó subirsc al tren para contiruar con su rula nigratoria hasta Irtepec. Oaxac¿ La muchacha
se resbaló y el ferrocanil le destrozó aúbas piernas. La policia Municipal de A¡riaga la lle!ó al
hospitaL regionat dc cs¿ ciudad. en donde por la gravcdad de las herid¿s. las autoridades medicas
tra.sladarla hest¡ Tuxtla, Guliér¡ez. De acuc¡do con los médicos que la atendieror, la migrantc tcnía
I ó años de edad y oontaba con dos meses de cmbar¿zo (García Davish, 20 I 0). 2 En ese mrsrno
mes el Padrc ,q.le.jandro Solali¡de, coordinador de la N'lovilidad llum¿na del Episcopádo \4exicano
en la Región Pacifico Sur.v djrector de la Casa de migrantes Hcmaros dei Camino. reveló que un
grupo de migra¡tes l'uc¡on asaltados por20 policías feddales que detu\.icron el tren Chiapas Mayab,
provcniente deArriaga. Chiapas. antes de llegara Chahuircs, y 1es robaron dinero (Diario La Jom¡da,
20 I 0:,{6 ). 3- Abril 20 I 0 cn las cerca¡ías dc Arriaga. LJn trcn carguero de esta misma enpresa. en el
que viajaban 500 indocumentados procedentes de Honduras. Guatcmal¿ y El Salvadot se descarriló
cn cl municipio de Aniaga. en Ia colonia San Ramón, cerca de los limites con Oaxaca. El carglero,
intcgado por 20 fürgoncs co¡ de maiz y cemento, habria pertido en la madrugada deljueves parado
de Aniaga, Chiapas, con destino a Ixtepec. f)a,{aca, y cuando sc acercaba a ler¡itorio oa\aqLreño
las vias se abrie¡on, lo que p¡ovocó cl accidenre. según repo¡tes de la policia. Muchos de los cuales
alca¡zaron a brincar y olros fuero¡ arras(ados por los \.agones, resultando 37 lesionados (Difiio
El Lrnilcrsal,2010). Noficias como estas son bastante fiecuentes J se publican tanto en los diados
trenes son de muy baja veiocidad, y tardan mucho tiempo para ir de una
estación a otra. Así, durante esas las horas del trayecto los mlrantes de-
ben agualtar amarrados al techo, y muchas veces incluso sin esa mínima
seguridad. Sin ernbargo, muchos migrantes, debido al enorme esfuer¿o
fisico y porsupuesto ernocional que implica el tra¡sito migratorio, suelen
quedarse dormidos y caen a las vías férreas. l{uchos mueren atropella-
dos, y otros tantos, en cambio, son mutilados. F,l clima es ot¡o elemento
amenazante: o bien se entumecen del frío, o sufren graves quemaduras
debido a la erposición solar. Fstos factores de riesgo ambiental quedan
cortos a lado de la violencia que ejerce el enjambre de mmrpciones que
opera en torno al tren y que ertomion4 asalta, golpea, toftüa, viola" se-
cuestra o mata a los migmntes que van en el tren. A decir de tesümonios
de migrantes y de denuncias públicas hechas, mmo las que constan en los
informes de la CITIDH (2oo9 ]'2011), estas complejas formas de violencia
suelen perpetrarse por: maquinistas, los tres tipos de policía (municipal,
estatal l' federal), m1'oteros, miembros de la Mara Salvatrucha Ms o Ba-
nio r8, y miembros del crimen organizado, sobre todo de I¡s Zttas. Por
1o menos desde el 2oo8, I-os Zetas, han tomado el contrrcl del tren y re-
corren arrnados las üas férreas con el lin de secuestrar a migrantes y pe-
dir dinero por ellos. los operativos de migración o '\,olantas" también se
suman como forrnas de üolencia que enfrentan los "pasajeros" del tren.
Segun testimonios de migrantes la fuerza púbica usa toda la violencia fi-
sica para detenerlos. Generalmente los extorsionan, los abusan fisica y/o
serrralmente e incluso los empuja por fuera del tren++. Todo esto sucede
iocales como nacionales lo cual cs uDa evidenciamás de que cstratégicamenlc no se mira aquello que
cs tán evrdente: el enorme pcligro del tfen catgucro.
44 [n cl fbrne a]risis de dercchos humanos cn la ]rontera Sur (2008) el¿borado por DPLF et al
(2008). sc hacc rcfcrencia a rres opcratii'os que el INM junto con soldados y elcmmtos de la policía
¡icicM en 2003 2005 y 1008 cor el lin dc de¡ene. a migmnt€s y marc'.os. Segin sc dc¡flIla los
miembros dc la fucrza pública agrcdi.ro¡ tlsica y lerbalmente a los migrantcs, los pegaron con
garrores, empu.iaron drl !rcn. atentando cont¡a su integ¡idad y vida. Operar¡ro 8 de.¡u b 2A03: se
realizó en Tapachula. Los agcntes cazaban con arm¿s ¿ migr¡ntes, los cncañonaban y desvestian
busc¿ndo t¿tuaics parareconocer a marcros. Sólo ahí sc dctuüeron a 900 pe^on¿s v micmbros de la
Seguridad Púh1ica del Est¿do tc¡ni¡aron lanzaDdo gascs lacrimógcnos v golpe¡ndo a los migrantcs.
diariamente y permanece en completa impunidad.
Apesar de estavioienta realidad, el tren carguero sigue si
do uno de los medios de transporte terrestre más populares,
todo entre misrantes centroamericanos cue viaian solos. Esto
debe a que por un lado, es el medio de transporte más económi
únicamente implica el pago de alrededor de roo pesos m
(8 USD) al maquinista. Y por otro lado, debido a que sus üas
presentan una guía inequívoca para llegar al norte del país. En
Mapa No.8 se muestra la red ferroviaria de México. Como
arterias férreas recorren e interconectan al territorio mexicarro
sur a norte.

N{apa \o. 8: Red ferroviaria dc }Iéxico

Fuenle dc inlolmación: CNDH, 2009. FllaboracióD: Atvarcz \btasco, 2010

Operarito del 30 dt: nar:o Jorlt cerca de la comunidad dc f-¡s Palmas, Oaxaca en la frontcra
Chiapas. en esa octrsjón uD delensor dc derechos humanos. cap(i las irmágenes la violencia de
operati!,os. Op¿ld¡lr¿ CuLte l0 deJebren ?0rZ trontem en¡c clhiapas y Oaaaca, polici¿
y personal dcl INM jnterceptaron alÍen. 100 detenidos,4 hospihljzados. ernpujados y
(DP1F,2008).
Actualmente en el sur de México se localizan dos puntos
de partida del tren: r- uno en Tenosique, Tabasco, y, 2- otro en
Arriaga, Chiapas, ciudad que está a 3oo km al norte de Tapachula.
En ese mismo mapa se muestran los trazados férreos diferencia-
dos por colores, que dan cuenta del proceso de privatización al que
nos referimos previamente y de las empresas que están a cargo de
ellos. Además, en un círculo hemos señalado a las dos ciudades
sureñas desde donde parte el tren. Como parte de los Anexos, en la
segunda sección, adjuntamos dos mapas de la rle recl ferroüaria: el
primero corresponde a las vías que funcionan en el sur de México,
y el segundo las que operan a partir del Distrito Federal.
Aunque eústen muchas posibles combinaciones de rutas
férreas, las más utilizadas por los migrantes indocumentados que
viajan en el tren son las siguientes:

Gráfico No. 6: Paradas del tren de carga{s

Elaboración:: Guillot Cuéllsr, 201 L

45 En Medias Aguas, Veracruz las rutas que salen de Tabasco y Chiapas se ju¡tan, ahí los migra¡tes
toman u¡ tren qüe vaya hacia Celaya. donde las vías se bifurcan y se pueden optar por vfiios
caminas, los más cohunes son Salamanca-TijuaÍa y San Luis Potosí-Nuevo Laredo.

r28
La gran ma¡'oría de estas estaciones de las rutas férreas
coinciden con una serie de albergues y comedores que se han crea-
do para hacer frente a las complejas dificultades de1 camino. Se
trata de albergues para migrantes creados por religiosos. Al igual
que en el caso de la ruta férrea, la r-uta de los albergues no es la más
utilizada por migrantes ecuatorianos indocumentados en tránsi-
to. Sin embargo, el rol que cumplen los albergues es clave pues en
muchas ocasiones sirve de refugio o recogen a niños, niñas y ado.
lescentes migrantes indocumentados no acompañados, quienes
suelen ser abandonados por los co]'otes. Pasemos revista entonces
por esa ruta.

4.2.9 La ruto de los albergues


A lo largo del corredor migratorio México-Estados Unidos, una de
las rutas migratorias más usadas por migrantes centroamericanos
en tránsito, y también de otras nacionalidades entre ellos ecuato-
rianos, es la ruta de albergues. En México actualmente existen tre-
ce Casas de Migrantes, siete operan en los Estados fronterizos del
sur de México, dos en la zona central y cuatro en los Estados del
norte. Entre estos albergues se ha configurado una ruta de casas de
migrantes que es recorrida diariamente por cientos de indocumen-
tados. Esta ruta es abiertamente conocida por autoridades locales,
funcionarios públicos y privados, agentes del INM, por lugareños,
incluso por traficantes y tratantes de personas, y obüamente por
los migrantes (Álvarez Velasco, 2o1o). El l\4apa No.9 da cuenta de
la ubicación de los albergues y de la Ruta de Albergues. De estos
trece albergues, seis forman parte de la Red de Casas de Migrantes
gestionadas y administradas por la orden de Misioneros de San
Carlos Scalabrinianos.
Mapa No.9
Ruta de Albergues para migrantes

Fuente mapa: <<http://www.soulurist¡.com.br/m¡padomexico2,¡pg>>. Fuente datos: Red Casas


dcl Migrantc Scalabrini. 2009 << Lttpt/www.migrante,com.mx/index,php >>.
Flaboración: Áltarez Velasco, 20 10.

La ruta de albergues ¡ecorre de sur a norte las siguientes


localidades: Ciudad de Guatemala (albergue de la o¡den scalabria-
na) - Tecún Umán, Guatemala (albergue de la orden scalabriana)
- Tapachula, Chiapas (albergue de la orden scalabriana) - Arúaga,
Chiapas -
Ixtepec, Oaxaca - Tierra Blanca, Veracruz - Tenosique,
Tabasco - Ecatepec, México - San Luis Potosí, San Luis Potosí (al-
bergue de la orden scalabriana) - Saltillo, Coahuila (albergue de la
o¡den scalabriana), Nuevo Laredo (albergue de la orden scalabria-
na), Tijuana, Baja California (albergue de la orden scalab ana) y
Mexicali, (albergue de la orden scalabriana). De ahí que la ruta

130
de albergues termina, a la sombra, conectando a Guatemala, con
México y Estados Unidos.
Siguiendo esta ruta es posible encontrar a migrantes indo-
cumentados que paran en estos albergues antes de continuar con
su viaje hacia el norte. Ahí los indocumentados pueden comer, per-
noctar, bañarse y lavar ropa por tres días. Las autoridades mexi-
canas están obligadas por el aftículo 76 de la nueva Ley de Migra-
ciónr6 a respetar estos espacios y a hacer operativos solo en caso de
que eústa algún tipo de violación por parte de los que se hospedan.
Sin embargo, hemos de mencionar que los trabajadores de los al-
bergues así como los propios migrantes, constantemente son ase-
diados por las organizaciones de crimen organizado que lucran con
la migración. Así, hacer un análisis in situ de la ruta de albergues
permitiría tener un panorama de cómo se van modificando las ex-
periencias que los migrantes viven a medida que transitan por te-
¡ritorio mexicano, de los peligros a los que están expuestos, de las
rutas que siguen e incluso de las formas de operación de redes de
tratantes y traficantes de personas, quienes también suelen rondar
estos parajes migratorios.
El Cuadro No.2 muestra los principales albergues para mi-
srantes localizados en el corredor México-Estados Unidos.

46 "El instituto no podrá rcalizaf visitas de verificación migratori¡ c¡ los lugares donde se
encuentre migmntes albergados por organizacioncs de la sociedad cifil o perso¡as que ¡ealcen
ac¡os humanitarios. dc asistencia o de protección a los migrantes" (Afliculo 76. Ley de lvfi8ración,
2011.)

ll1
Cuadro No.2
Principales albergües par¡ migrantes indocumentados en el
corredor Ntéxico-Estados Unidos

Nombre de los albersues Lircalización


Albcrguc Bc1én Iapachula Chi¿pas
Albergue de la N,fiserico¡dia -\riaga - Chiapas
Albergue l{ennanos cn cl Camino I\.lepe{- Oaxaca
A locreuc La /l Tenosiquc, Tabasco
Albcrguc para migrantes Ecatepec Estado dc México
Cása del Er¡ig¡ante S¿D Luis Potosí, San Luis Polosí
Posada El Belén Sallillo Coahuila
Casa del Migrante Nazaret Nucvo Laredo, Trmaul¡pas
Casa del Tiiu¿rna. Baia Califomia
Ehbotución propi¿.

4.2.4 M.rpa de riesgos


A lo largo de los diversos capítulos de este libro, hemos insistido
en que esas complejas formas de violencia a las que deben hacer
frente los migrantes que transitan por México, se deben al modus
operandi clel Estado mexicano que deriva en una clara inacción en
torno a la problemática migratoria.aT Directamente ligado con este
47 Una de las fbrmas en la-s que se exprcsa cse modus operandi estatal cs la complicidad que e¡.istc
entre auto dades estetales y micmbros de redes de ilegalismos. Dicha complicidad desdibuja el
Limite entre lo leg¡l ,"- lo ilcgal y pone en tela duda la cxislcncia del Estado del derccho. Un cla¡o
ejemplo dc cllo cs ia noticia que durante los prinercs días del mes de mayo de 201i ha sacudido a
N,léxico: migrantes indocumentados delru¡ciaron que fueron \'endidos por agcntcs del N\.f a los Los
Zetas- Cienlo leintc migmrllcs (81 mexicaros t 39 exÍanjeros) denunciaror ¿l Inslituto Federal de
Defensoría l'ública, IFDI que en Tamaulipas, agentes deL lNM los dcluvicrolr I' bajaron de aurobuscs
de pasirjeros para cnrcgarlos apresunios miembros del crincn organizado- Est¿ denuncia dcstapó un
enj¿mbre de colTupoioncs al inlc¡ior de lainstmcia máxima quc liene a su cargo el control migratorjo
en N4éxico. De hecho. algunas medidas fcdcralcs ya se han tomado pam cmprcnder investigaciones
¡l intedor del INN{ e iderti6car y dctcncr a tuncionarios conuplos. Sin enbargo, el p¿dre Alcjandro
Solalindc, dircclo¡ dc la Casa de \,figrantes en IÍcpcc, Oaxaca _v lider de la causa migmnte en
Nféxico, públicamente ha aiirmado quc cstos hechos se vienen d¡ndo desde hace varios años, y las
dcnuncias que migrantes indocumentados han sido poco escuchadas. Desde su parccefl flel enemigo
está en casa (Solalinde en Ballinas. 2011). De ahi que la tarea de reveftir la liolcncia en lvléxico
dcba ncccs¡riamcntc cmpezar por modificar ese complejo modus operandi estatal.
primer argumento, también hemos afirmado que las üolencias del
tránsito migratorio se deben, asimismo, a que las rutas que usan
los migrantes son las mismas utilizadas por el crimen organizado,
el narcotráfico y el tráfico de armas. Debido al incremento, sin pre-
cedentes, de la üolencia en México, diversas organizaciones de de-
rechos humanos, nacionales e internacionales, han venido traba-
jando continuamente para dar cuenta precisamente de ese modus
operandi estatal y revertir de algún modo el impacto de la violencia
en especial hacia los migrantes indocumentados.
Sólo entre 2oo9 y 2011 impoftantes publicaciones se han
hecho al respecto. Entre eilas figuran'. Informe Especial sobre Ca-
sos de Secuestro de Mígrantes en México dela Comisión Nacional
de Derechos Humanos en 2o1o .v zott; Víctimas inuisibles. Mi-
grantes en mouim¿ento de Amnistía Internacional ( zoto); Estudio
sobre los estándares jurídrcos básrcos aplicables a niños y niñas
mígrantes en situación migratorict irregular en América Latina y
EI Cartbe de UNICEF (zoo9); Perspectiua Jurídica y Social de la
detención de Migrantes en Iztapalapa, Distrito Federal g Tenosi-
que, Tabasco de la organización de derechos humanos Sin Fron-
te¡as A.C. (zotr); Quinto Informe Sobre la Situación de los Dere-
chos Humanos de las Personas Migrontes en Tránsito por México
elaborado en conjunto por el Albergue Belén -v las organizaciones
de derechos humanos Sin Fronteras A.C. y Frontera Con Justicia,
A.C;y, Los migrontes que no ímportan, de Oscar Martínez (zoro).
Esta importante producción de información ha logrado visibilizar
la crisis humanitaria que existe en torno a la migración indocu-
mentada que transita por México. Si bien estos pasos han sido de
lo más oportunos, no bastan pues es indispensable continuar in-
vestigando para que acciones sociales y estatales concretas sean
ouestas en marcha 1o antes oosible.
Entre la info¡mación ¡eciente que ha sido publicada figura
un mapa de riesgos. Esta cartograffa intenta mostrar un panorama
real de lo que está sucediendo en diversos Estados mexicanos. El
propósito de este mapa es activar mecanismos de seguridad, ya sea
civil o federal, en las zonas señaladas. El mapa se basa en la infor-
mación que la CNDH publicó en su Informe Especial sobre Casos
de Secuestro de Migrantes en México (zou). Esta entidad pública
mexicana identificó 7r municipios en 16 Estados donde los migran-
tes corren mayor riesgo de sufrir secuestros, maltrato, ertorsiones,
robos y ataques sexuales. A decir de dicho informe los Estados
más üolentos son: Baja California, Chiapas, Coahuila, Estado de
México, Guanajuato, Guerrero, Michoacán, Nuevo León, Oaxaca,
Querétaro, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sonora, Tabasco, Ta-
maulipas y Veracruz. Según testimonios de los propios migrantes,
los Estados donde empeora el panorama son Veracruz, Tabasco
y Tamaulipas, Estados que tienen mayor presencia de células del
crimen organizado como Los Zetas y de Mara Salvatrucha MS o
Barrio r8.a8 Estos Estados, tal como lo hemos visto, son transitados
por migrantes ecuatorianos indocumentados en su tránsito. A con-
tinuación se presenta el maoa con toda dicha información:

,18 Not¡ del 19 de abril del 2011. eir el pcriódico El l-niversal. Disponible e¡ línea cn httprrl/wÍ"Á.

eluniversai.com.m."nacion4 8487ó.h1m]

134
Nlapa \o. l0

TAR¡ DE NESBf'3

l rente y elabor:tción: Pcririrlioo Irl L f r\rrsrl. 2r) I L

Los migrantes indocumentados no son los únicos que su-


fren la violencia imperante en X,Iéxico, también lo hace la pobia-
ción mexicana, que en fechas recientes se ha manifestado en di-
versos espacios pÍrblicos para exigir al gobierno federal que ponga
un alto al actual clima de violencia. Los reclamos por parte de ins-
tituciones, organizaciones de derechos humanos, y en particular
de migrantes, se han articulado con estos mor'imientos y están
logrando que la problemática migratoria tenga un espacio en la
agenda pública. Este complejo panorama del tránsito migratorio y
la violencia que entraña exige respuestas coniuntas de parte de los
países involucrados. Más aún cuando se trata de proteger a los más
lulnerables: la niñez -v adolescencia migrante. Siendo así se luelve
crucial que Iicuador y México logren conjuntar acciones para res-
ponder frente a un panorama así de complejo.

135
Hasta aquí hemos hecho una aproximación en cifras a la
migración de niños, niñas y adolescentes ecuatorianos que transi-
tan por México. Así mismo, hemos descrito las posibles rutas mi-
gratorias (terrestres, férreas, la de albergues), y las posibles formas
de üolencia que enfrentan los migrantes ecuatorianos, sean adul-
tos o menores de edad, cuando las transitan. Es decir, contamos ya
con todos los elementos para poder inmiscuírnos en el proceso de
detección, detención y deportación, DDD, a migrantes menores de
edad. La migración indocumentada de niños, niñas y adolescen-
tes, al igual que la de adultos, implica un continuo movimiento y
ocultamiento. El capítulo cuarto de este estudio está destinado al
análisis de este proceso, y en el quinto, finalmente, se hará, a modo
de síntesis, un recuento de los principales derechos violados en
esas rutas clandestinas y sobre todo, se identificarán las medídas
estatales que se podrían tomar para dar respuesta ante la niñez y
adolescencia migrante.

136
Capítulo IV

Un posible ámbito de acción estatal:


el proceso de detección, detención y
deportación de niños, niñas y ado-
lescentes migrantes indocumenta-
dos no acompañados en México
Dada la clandestinidad y la permanente movilidad de los migran-
tes indocumentados en tránsito, identificar a niños, niñas y ado-
lescentes indocumentados no acompañados, no es una tarea fácil.
Aunque la niñez 1,la adolescencia migrante, tal como lo sugerimos
en el apartado anterior, utilicen las mismas rutas migratorias que
ios adultos, su presencia es poco o nada el'idente. De hecho, ya sea
en las l'ías terrestres, en las del tren, o en los albergues, es poco
común encontrar a grupos de niños y niñas migrantes üsiblemente
reunidos (I(dh)eas zorr:165). Esto se debe a dos factores. Por un
lado, retomando aquello que mencionamos en la segunda parte de
este estudio, la niñez y la adolescencia representan un porcenta-
je bastante menor dentro de los flujos migratorios totales. Y, por
otro lado, al ser menores de edail su presencia, paradójicamente,
podría llamar mucho más Ia atención a autoridades locales. De ahí
que los co-votes o quienes "acompañen" a estos pequeños migrantes
en su tránsito, tiendan a ocultarlos mucho más. De cara a encontrar
un posible ámbito de acción para el Estado ecuatoriano, se r'uelve
entonces fundamental comprender cómo opera y cuáles son las fa-
ses del proceso de detección, detención y deportación de migrantes
indocumentados menores de edad en México, en adelante DDD.+s
Así, a este capítulo lo hemos diüdido en tres secciones. En
una primera parte explicaremos cómo debeúan operar los modelos
de atención a niños migrantes, según se estipula en la Constitución
mexicana, en los manuales de operación de las estaciones migra-
torias en México y en los acuerdos internacionales. En la siguiente
sección, daremos cuenta, en cambio, de cómo realmente opera el
proceso de DDD, resaltando los límites del mismo y las üolaciones
a los derechos de la niñez migrante que, lamentablemente, ram-
bién existen en dicho proceso. De este análisis derivarán, conse-
cuentemente, algunos vacíos de acción estatal en México frente a la
niñez migrante; vacíos que bien podrían traducirse en justificados
espacios para una pertinente interwención estatal. Finalmente, en
una tercera sección, daremos cuenta de las acciones que diversas
organizaciones, públicas y privadas, nacionales e internacionales,
están llevando a cabo para revertir las falencias en la atención a
la niñez migrante indocumentada no acompañada en México. Así,
mostraremos un mapa de Los actores involucrados en esta tarea,
quienes posiblemente podrían convertirse en aliaalos estratégicos
del Estado ecuatoriano en su trabaio a favor de la infancia ecuato-
riana migrante en México.

5.7 Elproceso de DDD

Este proceso consta de tres fases concatenadas: r- la detección de


migrantes menores de erlad indocumentados en tránsito por Méxi-

49 Tal como se explicó en la parte metodológica dc este estudio, durx¡re los meses de marza y abril
de 2011, la aÍt¡opóloga Sandr¿ Güllot Cuéllar tlevó a cabo ün brele ¡rabajo de campo en la Cuidad
de Véxico. En dicho trabajo, se eüt¡evistaron a l2 funcionarios de organizaciones públicas y privadas
y de organismos intcmacionalcs. Iodos estos informantes son represcntant€s de orgadzaciunes quc
cumplen ün rol clave dentro del proceso de DDD- La información derivada de esl¿s entrevistas ha
sido la base para elaborar este apartado.

138
co; 2- la detención de los mismos; ¡
3- la deportación a su país de
origen.so Las dos primeras fases se efectúan prácticamente de ma-
nera simultánea, mientras que la tercera puede tomar más tiempo
dependiendo de la agilidad en los trámites que requieren deportar
a un migrante menor de edad
La detección es el momento en que el tránsito clandestino
se ve interrumpido. Generalmente esto sucede cuando un operati-
vo migratorio es puesto en marcha, o a través de una revisión de
documentos al pasar alguna garita o puesto de control instalado en
las carreteras estatales o en las rutas migratorias, o, incluso cuando
un migrante se entrega o es entregado de manera voluntaria. En
el caso de menores de edad, puede darse una situación en la que
ellos-as son encontrados por lugareños y más tarde entregados a
las autoridades locales.
Una vez que los menores de edad han sido identificados,
según lo establece la nueva Ley de Migración5' deben ser inme-
diatamente trasladados a un centro de detención del INM. La Ley
además estipula que las únicas autoridades mexicanas autorizadas
para detener a migrantes indocumentados, entre ellos a meno-
res de edad, son los Agentes Federales de Migración y en algunas
excepciones, miembros de la Policía Federal Preventiva. Por ley,
estas autoridades deberían identificarse durante el proceso de ale-
tención, informar a los migrantes, sin hacer distinción de género
o edad, de las razones por las que están siendo detenidos, y del
lugar al que serán conducidos. Además, deberían otorgarles toda la
información referente a sus derechos. Aunque existe dicha norma-
50 Es importante señalarquc cn \{é¡iico, agentes migratorios y autoridades locales, utiliz¿n el término
'asegummicnlo" par¿ rettrirse a las detcncioncs a migmntes indocuncntados que son llevados a las
52 estaciones migratorias ubicad,rs en el país y que 1nás t¿rdc son depofados.
5l Aunquc cn el 2011 se haya publicado la \ucva Le,v de Mjgración. aún hace falta que sc publique
el reglamento de operatividad dc la misma. Esto sigue gencmndo problemas e¡r las fomas en
cómo sc llc\an n cabo los operativos migratodos y cómo se debcn tratar los casos de las personas
mjgrantes más vulnef¿bles, como soo los menores de edad-

139
tira, con mucha frecuencia es incumplida generando abiertas vro-
laciones a los derechos de los migrantes. Una vez que los migran-
tes han siilo puestos bajo custodia y que los agentes migratorios
confirman su condición de indocumentados, y no acompañados,
en el caso de los menores ile edad, son conducitlos a una de las 5z
estaciones migratorias u oficinas del INM. Usualmente se los lle\a
a las estaciones u oficinas que estén más cerca del punto donde han
siclo detectados y detenidos.
Las estaciones migratorias, así como los centros de de-
tención, 1as garitas v puestos de control, materializan la política
restrictiva y de persecución hacia los migrantes indocumentados
presente en México, o ese giro ala securitización de las políticas
migratorias, tal como lo sugerimos en la discusión teórica de este
estudio. Las estaciones migratorias son centros de detención, que
si bien explícitamente no son cárceles, cumplen un rol muy simi-
lar, pues ahí se priva de libertad a los migrantes antes de ser de-
portados a sus lugares de origen. En términos generales, 1as es-
taciones, son una suerte de amplias bodegas, no todas en buenas
condiciones, que están dir,'ididas en cuatro áreas, según género y
condición de los migrantes. A saber: 1- Hombres menores de edad:
área destinada a niños de hasta 17 años; z- Hombres mayores de
18 años: área destinada a los adultos; 3- Mujeres menores y mayo-
res de edad: área destinada a la totalidad de las mujeres migrantes
detenidas, y si es el caso, a sus hijos-as; y, 4- Familia: área dontle
se permite la estancia de familias completas que emigran juntas.
En el mapa No.4 de la segunda parte de este estudio mos-
tramos las 52 estaciones migratorias que operan en México. De
esas estaciones, dos de ellas, la Estación Migratoria Siglo XXI en
Tapachula, Chiapas (la más grande de América Latina), y la Esta-
ción Migratoria Iztapalapa en Ciudad de México, son estaciones
modelo, pues cuentan con la mejor infraestmctura para atender a
migrantes. Esos dos centros mantienen altos estándares de limpie-
za, la comida es de buena calidad, existen áreas recreativas, y los
migrantes detenidos están separados en las cuatro áreas previa-
mente enunciadas. Sin embargo, y a pesar de estos avances -los
mínimos que se pueden exigir para la correcta atención a migral-
tes detenidos- las estaciones migratorias no están exentas de pro-
blemas, e incluso ahí mismo se cometen impoftantes y permanen-
tes violaciones a los de¡echos de los migrantes. En la sección que
sigue retomaremos este argumento.
Dependiendo del país de origen de los migrantes indocu-
mentados detenidos, éstos son conducidos a una de esas dos gran-
des estaciones migratorias para más tarde ser deportados a sus
países. La estación migratoria de Tapachula concentra los flujos
de indocumentados centroamericanos, pues sus depoftaciones se
realizan en autobuses. Por su parte, hasta la estación migratoria
de Ciudad de México llegan todos los otros indocumentados que
serán deportados vía aérea, entre ellos figuran los flujos de sud-
americanos. En el caso de los migrantes ecuatorianos menores de
edad no acompañados, si son detenidos en alguno de los Estados
sureños más cercanos a la frontera sur mexicana, suelen ser tras-
ladados, en un primer momento, hasta la estación migratoria Siglo
XXI en Tapachula. Ahí suelen permanecer detenidos para más tar-
de ser conducidos en autobuses hasta la Ciudad de México desde
donde son deportados en aüón hasta Ecuador. Por el contrario, si
la detención se realiza en la parte central o norteña del pais, estos
pequeños migrantes son transferidos directamente hasta la esta-
ción migratoria Iztapalapa de la Ciudad de México.
Como respuesta a la complejidad que entraña la migración
de menores de edad no acomoañados en México, desde febre¡o
de zoro, se puso en marcha el programa de los OPIS: Oficiales de
Protección a la Infancia,s" Un OPI es un funcionario del INM que
ha sido capacitado específicamente en la atención de niños, niñas
y adolescentes migrantes no acompañados que ingresan a cual-
quiera de las 5z estaciones migratorias. Los OPIS son un elemento
clave del proceso de DDD, pues deben velar por el bienestar y el
cumplimiento de los derechos de los migrantes menores de edad
detenidos mientras sus casos son resueltos. Según 1o establecialo
en el Diado Oficial de la Federación, los OPIS son los garantes de
que los niños y niñas migrantes detenidos tengan acceso al debido
procesos3. Para ello los OPIS tienen las siguientes obligaciones:

"a- Informar a los niños, niñas y adolescentes migrantes no


acompañados sobre sus derechos, en un lenguaje adecuado a su
desarrollo y edad [...]

b- Proteger la integridad física y psicológica [...], dar aviso al Sis-


tema Nacional, Estatal o Municipal para el Desarrollo Integral
de la Familia (DIF) a fin de que se le brinde la atención que re-
quiera, así como los servicios de representación, asistenciajuri-
dicay orientación social" (Diario Oficial de la Federación, zoro).
52 En la Circular \0.001 /201 0. del Dia¡io Oficial de l¿ Federación, con fecha dcl 12 de febre¡o de
2010. se instruyc el proccdimicnto para la atención de los niños, ñas v adolescentes migrantes
no acompanados. En eLLa se especiflcan las acciones dc los OPIS. a saber: "Artículo 3.- Los OPIS
son personal deL Instituro Nacional de Migr¡ción capacitados para la atención especializa¿la de los
niños. niñas y adolescentes migrantes no acompañados, que son alojados en una estación úigrato¡ia
o puestos ¿ disposición de la autoridad migatorial...] Aficulo 4.- Los OPIS tienen la cncomienda
princinal de orientar -v p¡oteger los derechos dc los niños, niñas y adolescelltes migÉntes no
acompa¡adosl. . . ] Alícülo 5.- Las acciones de los OPIS scguirán dos procedimientos diferenciados
pa¡a l¡ ?¡ención de ni-üos, ni¡as y ¿dolcscenles migrantes no acompañados. uno enfocado a los
mexicanos y otro para los extranjeros (Secretaria dc Gobemación, 20l l).
53E1 dcbido proccso al acceso a iajusticia en mateda migratori¿, es un principio jurídico procesal
según el cuat, toda persona tiene derecho a ciertas garantias minimas, tendientes a asegurar un
resultadojusto y equitativo dentro dcl proceso, y a pennitirle tener oportunidad de ser oido y hacer
r'¿ler sus derechos frerte a li¡s auto¡idades (Guia de Apoyo para los Oflciales de Protección a la
lnf¿ncia,2009).

142
De ahí que los OPIS sean figuras determinantes para garan-
tizar, por un lado la detección de migrantes menores de edad que
requieren de protección especial, y cuando sea el caso, el acceso al
sistema de justicia, y por otro lado, el irrestricto cumplimiento de
los derechos de estos pequeños detenidos desde su condición de
niños y niñas, así como desde su condición de migrantes. Para ello,
los OPIS deben ügilar el cumplimiento de las siguientes acciones:

r. Reaiización de una entrevista a profundidad para obtener los


datos personales de los migrantes menores de edad no acompa-
ñados detenidos.

z. Realización de un examen médico a fin de determina¡ la con-


dición psicofísica de los migrantes menores de edad.

3. Realización de todas las llamadas telefónicas necesarias para


garantizar el principio de unidad familiar y sahaguardar el de-
recho que tienen los migrantes menores de edad de mantener
contacto con sus familiares.

4. Informar a los migrantes menores de edad detenidos, en un


lenguaje adecuado a su desarrollo v edad, los derechos que tie-
nen sobre todo si se trata de una nosible üctima del delito de
trata de personas.5a

5. Informar a las representaciones consulares sobre la detención


de misrantes menores de edad.

54 Si en la entrevisra realizada, los OPIS idcntifican que un migrant€ es posible víc¡im¡ de trata de
pcrsonas, cstc olicial dcberá cl¿r a conocer al responsabLe de la eslación üigratoria, quien, a su vez.
debe¡á dar aviso aL Agente del Ministerio Público de la Federación- Asi mismo debcrá i¡fomar a
la reprcsentaoió¡ consular del país de origen del migrante, crccpto si el niño. niña o adolescente
migranle extranjero no acornpañndo es solicitante de refugio (Cuía de Apoyo para los Oficiales de
Protección a la Infancia. 2009).

143
6. Si es el caso, solicitar al responsable de la estación migratoria
que se canalice al niño, niña o adolescente migrante no acom-
pañado a una institución especializada para su debida atención.

A partir de la entrevista a profundidad, los OPIS pueden de-


tectar tres situaciones que podfian requeúr de protección especial
para la niñez migrante no acompañada: r- potenciales refugiados;
z- üctimas de trata; y g- víctimas de tráfico.ss Estos oficiales rle la
infancia no sólo tienen la responsabilidad de detectar estos casos,
sino además de involucrar a otras instituciones públicas, para en
conjunto garantizar una atención especial y brindar la protección
adecuada a los migrantes menores de edad deteniclos. A continua-
ción describimos someramente qué se hace en cada una de esas
tres situaciones.

I Niños, niñas 1; adolescentes migrantes solicitantes de refugio

Si se confirma que la situación de un niño o niña migran-


te puede aplicar a la condición de refugios6, Ios OPIS deben, por

55 Si bien los rérminos tr¿ta y f1fico h¿n sido usados como sinónimos, se refieren a conccptos
ll obietivo de le t¡ata es 1¡ cxplotación de la-s personas. po¡ mcdio del engaño, la
dil'erentes.
amenaza vr'o el uso de la fuerza u otras formas de coacción. La cxplotación puede incluir: fomas de
expLotación sexual, trabajo o sen icios foIzados,la esclai'itud o lasprácticas análogas,la scrvjdumb¡e
o l¿ cxt¡acción dc órganos. Elráfico, en cambio, ha sido d€finido como la enhadaporvias ilegales de
una persona a un Estado del cual dicha persona no sea nácional o residente pennanerte, con el fin de
obtener- direct¿ o indirectamenrc, un bencfrcio ñnanciero u otro tLpo de beneficio dc orden material
o con el fin d€ transitarlo. En el caso dc la trata no es indispensable que las víctimas crucen fronteras
nacionalcs para quc sc conligurc cl hecho delictivo, mienEas que óstc cs un clemento necesario para
la comisión dcl tráfico (OIM TNV, 2006 y ACNUR, 2009).
56De acuerdo a 1() establecido en 1a Convcrción sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951 y su
Protocolo dc 19ó7, un rcfugiado csr "aquella persona que tenga un fundado temo¡ de persecución,
por motjvos d€ raz¿, religjón, nacion¡lidad, pc¡¡ene¡cja a un de¡ermjrado grupo social, u opinlones
políticas y quc sc cncuentre fuera de su pais y no pueda o no quiem a causa de dichos tcmores
acogerse a la protección del misüro". Por su pa¡tc, la LGP en su artículo,+2 ñacción Vl. señala
que un refugiado es la persotra quc "para proteger su vidfl. segurid¿d o libeñad, cuando ha-van sido
amenazadas por violencia generalizada, agresión extranjera, conflictos intemos. violación masiva de
dcrcchos humanos u olras circunstancias qüe ha)'an peitu¡bado gravemente el orden público cn su
país de origen. que lo hayan obligado a huir a otro país" (COMAR. 2011).

144
ley, solicitar la inten'ención de la Comisión Nlexicana de A;uda a
Refugiados (CON{AR). La COMAR es la institución encargada de
analizar las solicitudes de refugio que recibe el Estado mexicano.
Sobre la base de un minucioso estudio de los casos, el Comité de
Elegibiiidad emite una recomendación respecto del reconocimien-
to o no a la condición de refugiado. Dicha ¡ecornendación es diri-
gida al INM, dependencia responsable de emitir las resoluciones
respecto de la calidad ¡'" característica migratoria de un inmigrante
que de ser reconocido como refugiado, adquiere la condición de un
"No Inmigrante Refugiado" (COMAR, 2o1o).
El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refu-
giados (ACNUR) también juega un rol clave en este proceso. Este
organismo internacional cuenta con un plan de acción en el que
consta, entre otras cosas, trabajar de manera coordinada con la
COMAR. Entre sus principales acciones consta identificar posibles
casos de refugiados dentro de los flujos migratorios y salvaguardar
los derechos de aquellos migrantes que han sido reconocidos por
las autoridades mexicanas como refugiados¡r. La detección de po-
sibles refugiados es llevada a cabo en las estaciones migratorias,
donde los oficiales del ACNUR tienen la potestad de entrevistar a
los migrantes detenidos con el fin de localizar a posibles solicitan-
tes de refugio. Además, los funcionarios del ACNUR suelen pone¡
especial atención a la detección de víctimas de trata y de tráfico de
personas. En palabras de Rubén Barbado, Oficial de Protección de
ACNUR México:

"Para el ACNUR son muy impoftantes las víctimas de trata y


tráfico de personas porque pueden ser reconocidos como re-
fugiados. Asilo-trata es un r'ínculo que existe v lo tratamos de
57 Entrcvista realizada en abril del 20ll a Rubén Barbado, olicLal de Protecci(in en la Oficina de
ACNUR. Ciudad de \,Íéxico. abril de 2011.
dar a conocer. No son todos los casos, pero hay personas que
por el hecho de ser traficadas no pueden volver a su país de ori-
gen. Tarnbién está la parte de los migrantes menores de edad no
acompañados [...] que también podrían ser considerados como
refugiaflss".;e

El proceso de elegibilidad para ser reconocido como refu-


giado tarda alrededor de tres meses. Durante este periodo, si el
solicitante es un niño, niña o adolescente no acompañado, depen-
diendo del caso, puede permanecer en las estaciones migratorias,
o en un albergue temporal para niños ymadres migrantes del DIF.
Dado que uno de los principios universales de la solicitud de re-
fugio, es el principio de confidencialidad, dicha solicitud mr pue-
de ser conocida por ninguna representación consula¡. De ahí que
si existen casos de migrantes ecuatorianos menores de edad que
aplican al refugio, no es posible interferir ni dar un seguimiento
directo a esos casos.

) Niños, nifia,s y adolescentes víctinxas de trata de personas

En México, desde zoo7, existe una explícita ley para com-


batir la trata de personas: Ley para Prevenir y Sancionar la Trata
de Personas en México. Teniendo en cuenta este marco lega1, si los
OPIS identifican entre los migrantes menores de edad detenidos
en las estaciones migratorias a una víctima de trata, se debeúan
seguir los siguientes pasos:

1. Dar aüso a la Subdirección de Identificación y Atención Víc- a


timas de Trata, instancia de la Coordinación de Control y Ve-
rificación Mieratoria.
58 Entrevista realizada cn abril del:0lI a Rr¡bén Barbado, Ofrciál de protección en la O{icina de
ACNUR. Ciudad dc \,lóxico. abril de :011.
Canalizar a la víctima a un albergue especial en donde ésta
recibe atención médica y psicológica. Según establece dicha
ley, las víctimas de trata no pueden estar alojadas en las esta-
ciones migratorias. Así, los albergues especiales a los que ca-
nalizan a los niños o niñas migrantes víctimas de trata son los
albergues temporales del DIF. Ahí el niño o la niña recibe otro
tipo de atención y permanece el tiempo que requiera mientras
el caso es resuelto legalmente.
Notificar a la representación consular sobre la situación par-
ticular de la víctima, e iniciar una investigación en el país de
origen para descartar el riesgo de re-üctimización dentro del
entorno familiar en el pais de origen.
4. Da¡ aviso al Ministerio Público del caso atendido.5e Si el niño o
niña víctima de trata, denuncia los hechos, se solicita el apoyo
de la representación consular en dicho asunto.
Una vez que el caso es analizado, se toma una resolución con-
siderando el interés superior del niño.6o
Ct. Se notifica al niño o niña víctima de la resolución del caso.

7. Dependiendo del caso, se pone en marcha uno de los siguien-


tes mecanismos: a). retorno protegido al país de origen, o, b).
regularización de la condición migratoria de la víctima de trata
en México. En caso de retorno protegido, los OPIS coordinan
directamente con las representaciones consulares pa¡a asegu-

59 Según el articulo 5 dc le l,cy para prevenir y sancionar la hata de persoDás en véxico, "comete
el delito de trala de personas quien promueva. solicite. ofrezca. facilile, coDsiga. traslade, e rcgue
o ¡ecibr¡. para si o par¡ un tercero, a una persona por medio de la üolencia ñsica o moral, engaño
o cl abuso dc pode¡ para someterla a explotación sexual. tab¿jos o servicios forzados, escl¡vih¡d
o prácticas análogas a (rlla, senidumbre, o la exti¡pación de un óryano. tejido a sus componentes"
(Diario Oficial de la Federació¿ el 27 de not'icmbre de 2007).
60 El principio del ínrefts .\upeiot del iñn o ñiñd. según lo cslipl¡ia la CDN y la Ley p¡ra la
Protccción de los Derechos de \iñas, Ninos y AdoLescente, es un conjunto de acciones y prccesos
tcndicnlcs a garanlizar un desar¡ollo integ¡al y una vida digna así como las condiciones materiales
y afecti!¿s que les permitan vivir ptenamente y alcanzar el náximo dc bienestar posible, toÍ¡ndo
en cuenta l¿ \'oz del niño. Disponible en: http:/"ww_$.derechosinfancia.o¡g.mx/Derechos/conv 3.htrn
rar una adecuada reinserción del niño o niña en su país de ori
gen. Si acaso se llega a identificar un factor que pueda mlnerar
la seguridad del niño o niña en su país de origen, se recurre a
un albergue público o de la sociedad civil en México6'.

Existen varias instituciones que trabajan con víctimas de tra-


ta en México, una de ellas es la Fiscalía especial en delitos contra las
mujeres y trata de personas (FE\TMTRA). Esta institución recepta
denuncias de mujeres i.'íctimas de algún delito, y también atiende
directamente las denuncias de cualquier persona que sea víctima
de trata, incluyendo a migrantes. Es más, las denuncias ante esta
Fiscalía no tienen que ser hechas necesariamente por las üctimas,
pueden ser realizadas por cualquier persona que sepa de un caso de
trata. Si los migrantes, sean menores de edad o adultos, requieren
protección y asilo, la FE\t\{TRA los puerle canalizar a uno de sus
albergues de seguridad en donde se garantiza el anonimato y pro-
tección de las víctimas.6' Por otra parte, la OIM también cuenta con
un prograna de seguimiento en caso de repat¡iación a 'r'íctimas de
trata. El objetivo de ese programa es dar el apoyo necesario para que
las víctimas tengan la debida atención en su país de origen y puedan
reinseftarse en el mismo. La OIM también brinda permanentes ca-
pacitaciones a funcionarios públicos y a representantes consulares
en el proceso de identificación y atención a posibles víctimas de
tra-
ta. En el primer caso, para atender denuncias de posibles migran-
tes ecuatorianos, adultos y sobre todo menores de edad víctimas de
trata, y en el segundo caso, para que la OIM brinde capacitaciones
especificas a los funcionarios de la Casa Ecuatoriana en México, así
como a la representación consular ecuatoriana tanto en Tapachula
como en Ciudad de México en torno a esta urgente temática.
6l Guia dc Apo),o par¿ los Oficialcs dc Protccción a la Infancia, 2009.
62 Entrcvisla re¡liTada con Irene HeÍcrías. Fiscal ritular de la FEVIMTRA. En ¿b¡il deL 201 1

I48
) Nitios, niíias .,- adolescentes víctimas de tráfico

Tal como lo hemos mencionado a lo largo de este estudio,


la gran mayoría de migrantes menores de edad que llegan hasta
México, lo hacen dentro de redes de tráfico de personas, o redes
de coyoterismo. Unas veces estas redes son desmontadas, hecho
que permite identificar a víctimas menores de edad, y otras veces,
en cambio, los coyotes abandonan a los niños, niñas o adolescen-
tes en las rutas migratorias. Sea cual fuese el caso, una vez que
un migrante menor de edad que ha sido víctima de tráfico, llega
hasta una estación migratoria, inmediatamente los OPIS procuran
su repatriación. Así, en esta tercera situación, el rol de las repre-
sentaciones consulares es clave pues deben trabajar directamente
con los OPIS confirmando si acaso un niño, niña o adolescente mi-
grante indocumentado no acompañado que está detenido en una
estación migratoria, es de una nacionalidad en particular. Una vez
que esta confirmación se ha hecho, entonces se pone en marcha la
deportación al país de origen.
En el caso específico de la migración ecuatoriana, dado que
una gran mayoría de los niños y niñas migrantes indocumenta-
dos y no acompañados que llegan hasta las estaciones migratorias
suelen ser víctimas de tráfico (redes de coyoteúsmo), el rol de la
representación consular ecuatoriana tanto en Tapachula como en
Ciudad de México es clave. Esto se debe a que por un lado, otorga
documentos a los migrantes, en este caso pasaportes, que habilitan
el retorno a Ecuador, y, por otro lado, acompaña a los menores
de edad en su proceso de deportación. Debido a que los represen-
tantes consulares son los únicos habilitados, por ley, para estar
directamente en contacto con migrantes menores de edad preüo
a su deportación, dichas representaciones podrían cumplir un rol
mucho más activo en llevar a cabo continuas pesquisas que arrojen
permanente información de primera mano en torno al tránsito mi-
gratorio. Es decir, 1os cónsules podríal realizar entrevistas semi-
estrxcturadas a los migrantes menores de edad detenidos en las
estaciones migratorias, para comprender con mucha más certeza
el modus operandi de la migración clandestina desde Ecuador has-
ta Estados Unidos pasando por México. Así, a partir de un cuestio-
nario específico se podría indagar en to¡no a los motivos de salida,
si se t¡ata de una reunificación familiar clandestina, en to¡no a la
ruta tomada, a la experiencia vivida y a las formas de violencia pre-
sentes en el tránsito. Se trataúa de que los cónsules tengan un rol
mucho más activo a la hora de identificar derechos rulnerados y
accionar para que medidas legales, tanto en México como en Ecua-
dor sean tomadas.
Regresando a la deportación, una vez que la documentación
está en regla, en el caso de migrantes menores de edad ecuatoria-
nos, se activa el programa de "Retornos voluntarios asistidos" de la
OIM que opera entre México y Ecuador. En la cuarta pafte de este
documento hicimos referencia a este programa dando las cifras de
niños y niñas ecuatorianos que fueron asistidos en su retorno. Este
programa es de suma importancia pues atiende a solicitantes ale
refugio, a migrantes rechazados, o que renunciaron a su condición
de refugiado, así como a migrantes que se encuentran asegurados
por el INM y que desean retornar voluntariamente a sus países de
origen.63 A través de los oficiales de OIM, este programa incide en
los siguientes aspectos:

r. Brinda información y orientación a los migrantes menores de


edad y los prepara para su viaje de retorno.

63 Ent¡cvisla co¡ Helc¡c Ic GoiI Coo¡dinadora de la Ll¡idad conffa la Trafa, Género ¡' Niñez
migrante de Ia OIM Véxico. Ciudad de México, ebril de 2011.

150
En coordinación con las representaciones consulares, apoya
en la obtención de los documentos de viaje para quienes ca-
rezcan de ellos.
Cubre los pasajes aéreos internacionales y si acaso se requiere
de una conexión nacional en el país de origen.
3. Funge como enlace entre los migrantes menores de edad y sus
familiares.
4. Trabaja en coordinación con la representación de OIM en el
país de origen, y en ciertos casos con algunas organizaciones
en los países de origen e incluso con instancias públicas para
coordinar la recepción y atención de los niños y niñas que se-
rán deportados. En el caso ecuatoriano, existe un convenio de
trabajo directo con la Secretaría Nacional del Migrante previs-
to en el Programa de Acogida de las Personas en Situación de
Retorno.

Las deportaciones de migrantes ecuatorianos menores de


edad desde México se hacen üa Colombia, OIM México tiene un
acuerdo con OIM Colombia para que estos últimos reciban a los
migrantes menores de edad ecuatorianos y se aseguren de que es-
tos últimos no corran ningún riesgo en su tránsito por Colombia.
De hecho, el trabajo que realizan está guiado por un documento al
que la OIM conoce como 'Advanced Booking Notification" en el
que se registran los nombres de todas las personas que están via-
jando, su sexo y el itinerario de vuelo. Una vez que los migrantes
ecuatorianos menores de edad, parten de Colombia, OIM Ecuador,
que también trabaja en triple coordinación con OIM México y Co-
lombia, y con las instancias de migración ecuatoriana, suele recibir
a esos pequeños deportados.6+ Actualmente todos los \¡uelos con

64 Entrclista con Mirlette Ochoa. Coordinadora de Operaciones cn Retomos Volunta os Asistidos


de la OIM \{óxico. Ciudad de Móxico. abril de 2011.

151
migrantes menores de ealad deportados llegan hasta Quito, y clesde
ahí se reconduce a 1os niños y niñas hasta sus localidades de origen
donde residen sus familias.
El seguimiento que se haga en Ecuado¡ con los migrantes
menores de edad que han sido deportados, supera los objetivos de
este estudio. Así, personal calificado y capacitado en estas temáti-
cas, debería recibir a los niños y niñas y llevar a cabo entreüstas
a profundidad para obtener información que permita alimentar la
comprensión en torno al tránsito clandestino (motivos de salida,
rutas, experiencias, etc.), y sobre todo para evaluar la situación si-
cológica y fisica de estos migrantes una vez que han pasado por ese
üolento periplo migratorio.
El seguimiento post-retorno es clave para que el Estado
ecuatoriano trabaje de manera integral, junto con otras institu-
ciones públicas, por ejemplo en coordinación con el Instituto Na-
cional rlel Niño y la Familia (INFA), brindando a esos pequeños
migrantes la atención que requieran. El seguimiento es esencial
sobre todo para prevenir una posible re-incidencia en este tipo
de migración. Y para ello es necesario sumar esfuerzos con otras
carteras públicas. En ellas figura un trabajo coordinaclo con el Mi-
nisterio de Inclusión Económica y Social, y el Mínisterio de Justi
cia y Derechos Humanos. A partir de los testimonios que dan los
migrantes menores de edad deportaclos, se podría reconstruir sus
trayectorias migratorias e identificar a redes cle coyoterismo en 1as
localidades de origen. La colaboración entre esas carteras de Es-
tado sería ideal para más tarde poder desmanteLar esas recles <le
ilegalismos y aplicar la ley sobre aquellos que están involucrados
en el tránsito clandestino de migrantes menores de edad: coyotes,
principalmente, pero también autoridades locales aludidas.
Por otra parte, dentro del proceso de DDD, tal como lo ü-
mos, las estaciones migratorias juegan un rol clave pues son
pacios en los que se concentran a los migrantes menores de
indocumentados que han sido detenidos. También es recomen
ble que se ponga en marcha un trabajo directo con los albergues
temporales del DIF, en particular con el que opera en Tapach
Chiapas. Hasta ese albergue son conducidas las niñas no acom
ñadas, menores de 18 años y los niños menores de rz que llegan
la estación migratoria Siglo XX de esa ciudad sureña.
En el Gráfico No.6 presentamos un flujograma que m
de mane¡a sintética como debería operar el actual Droceso de DD
en México. Hemos diferenciado a las tres fases del proceso con
siguientes colores: en verde se muestra la detección, en
la detención, y en azul la fase de deportación. Ni en el fluj
ni en la explicación previa, hemos detallado los pasos legales
se lleran a cabo dentro de la estación migratoria, tampoco los
realiza la representación consular frente a los migrantes meno
de edad.

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154
5.2 Li;mito.ciones A triolo.ciones rr ¡os d.erechos de Ia ú-
ñezmigrante

La existencia del proceso de DDD da cuenta de cómo en México se


están llevando a cabo importantes esfuerzos por generar modelos
de atención que respondan ante las necesidades de protección a los
niños y niñas migrantes. A pesar de ello, existen claras limitaciones
dentro de ese proceso. Quizá la primera y más evidente es que el
modelo de DDD se funda sobre una primera acción que contradice
todos los conr.enios internacionales que se han firmado en materia
de derechos humanos: la privación de la libertad,6s Desde zoo8, en
vigente LGP, y aún ahora con la nueva Ley de Migración, la migra-
ción indocumentada por territorio mexicano es considerada como
una falta administrativa y no penal. Sin embargo, todavía no se
han creado medidas alternativas y eficientes frente a la detención
de los migrantes, en específico la de los menores de edad. Si bien
existen algunos centros de1 Sistema Integral para el Desarrollo de
la familia (DIF) en algunos Estados de la República para mantener
a los niños en condiciones más favorables que las de la Estación
Migratoria, son muy pocos y no suplen completamente el uso de
estos centros de detención, 1o cual conllel'a a una práctica crimi-
nalizante que incluso puede ser traumática para los niños y niñas
que son detenidos, y más tarde retenidos, en las estaciones migra-
torias.66 El artículo 37 de la CDN, en su inciso b, es sumamente
claro en señalar que la detención de un niño se realizará sólo como
medida de último recurso y durante el periodo más breve que pro-
65 El dcrecho a la libenad figura en Los siguientes instru¡rerrtos intenracjonales: Declaración
Universal de Derechos Humanos, a¡tículo 9; Conlcnción Inlcr¡mcicana sobre De¡echos tlumanos,
afículo 7; t. clonlcnción dc lor Dsrcchos del \iño. ¿fticulo 37.
66 Durnnte el tr¿baio de campo que Sand¡a Guillot Cuóllar rcaljzó dcntro de la es¡ación migratoria
Siglo XXI cn Tapac¡üla Cliapas, en¡re abril y octubre de 2010, a decir de Ia invcstigedom, no hubo
ningún niño o njña migrdntc dctcnjdo quc. -'no me dijer¿ sentirse encarcelado, o quc sc preguntará
por qué estaba en esas condiciones si no habia comctido oingún de1ito".

155
ceda. En este sentido, los niños y niñas no deberían estar detenidos
o privados de su libertad sólo por cometer una falta administrativa,
ni en estaciones migratorias, en "centros de migrantes", ni en nin-
gún otro establecimiento, siendo de imperiosa necesirlad que los
Estados, en este caso el mexicano, establezca medidas aiternativas
y creativas a la detención de niños y niñas migrantes y de sus fami-
lias, si es el caso (UNICEF 2oog:24).
En el reciente inforrne Estudio sobre los estándares jurí-
dicos bó.sicos aplicables a niños y niñas migrantes en situación
migratoria írregular en América Laüna y EI Caribe realizado
por UNICEF (zoo9), esta instancia internacional, sugiere algunas
alternativas más apropiadas frente a la detención de migranres
menores de edad. Entre ellas figrra la creación de centros de pro-
tección social, no cerrados, destinados únicamente para migran-
tes menores de edad, o de albergues en instituciones de atención
social cuya finalidad sea la protección integral y la garantía de los
derechos fundamentales de la infancia. Asimismo, UNICEF señala
a la caucÍón juratoria (compromiso jurzdo ante autoridad compe-
tente); a la fijación de medidas para asegurar la presencia de las
personas migrantes (niños y niñas, en su caso, sus padres) en las
diferentes etapas de los procesos administrativos y de judiciales
ligados a su ingreso y/o residencia en el país; o el nombramiento
de un garante, como otras posibles üas que suplanten la detención
de los menores migrantes (UNICEF 2o09:24).
El énfasis en cuestionar la privación de la libertad de los
migrantes menores de etlad, también se relaciona con las condi-
ciones en las que ocurren esas detenciones. En la sección previa
señalamos que las estaciones migratorias juegan un rol preponde-
rante en el proceso de DDD. Sin embargo, es precisamente en esos
espacios en donde se eüdencian las mayores limitaciones de dicho

156
rol. Apenas en abdl de 20o9, el Senado mexicano aprobó una serie
de reformas a LGP con el objeto de adecuar esa iey a los tratados
y acuerdos internacionales que México ha firrnado en materia de
protección a migrantes. Particularmente, acordó modificar el art!
culo 7r de la vigente LGP para que, a diferencia de lo que ocurre ac-
tualmente, bajo ningún caso se habiliten a las cárceles preventivas
o centros de readaptación social del país como estaciones migrato-
rias para detener a migrantes indocumentados (Ballinas y Becerril,
2oo9). Desde entonces, efectivamente, importantes avances con
respecto a la adecuación de la infraestructura de las estaciones mi-
gratorias se han llevado a cabo. No obstante, la violación a ciertos
derechos de los migrantes dentro de esos espacios todavía persiste.
Mientras se elaboraba este estudio, la organización mexi-
cana de derechos humanos Sin Fronteras A.C. (2011) publicó el
informe Perspecüua Jurídíca g Social de la detención de Migran-
tes en lztopalapa, Distrito Federal y Tenosique, Tabasco donde
muestra con detalle lo que ocurre en las estaciones migratorias de
esas dos localidades. Entre los mayores problemas identificados fi-
guran el incumplimiento de una serie de artículos constitucionales
y de acuerdos internacionales en materia de protección a los dere-
chos de los migrantes. Las actividades en las estaciones migrato-
rias se encuentran reguladas por el "Acuerdo por el que se emiten
las Normas para el Funcionamiento de las Estaciones Migratorias
del Instituto Nacional de Migración" publicado el 7 de octubre de
2oo9 en el Diario Oficial de la Federación. A decir de Sin Fronte-
¡as A.C. (zorr), entre las principales deficiencias de dichas normas
constan:
- La obstrucción al acceso a la información por parte de la socie-
dad ciül respecto al funcionamiento interno de las estaciones:
sin el conocimiento público de lo que ocurre al interior de las
estaciones migratorias, dificilmente se puede üsibilizar y más
tarde revertir la üolación de derechos humanos cue ahí se co-
mete.
- El impedimento a que los migrantes detenidos tengan acceso
efectivo a una defensa.
- El establecimiento de periodos cle detención inciertos para los
migrantes: en e1 artículo zr de la Constitución mexicana se
prohíbe de manera expresa que ias rletenciones por parte de la
autoridad administrativa excedan de 36 horas. Los migrantes
suelen permanecen por mucho más tiempo que ese día y me-
dio, incluso pueden llegar a permanecer meses detenidos sin
que sus casos sean resueltos (Sin Fronteras, zorr).
- La existencia de procedimientos legales que no cumplen con
las formalidades esenciaies y üolan tratados internacionales
en materia de derecho internacional de los derechos humanos
y de los refugiaclos (Sin Fronteras, 2011).

Confirmando estos nada alentadores hechos, el informe de


Human Rights Watch (zorr) World Report eoll: Euents of zoto,
sol¡re la situación de los derechos humanos en el mundo en 2oto,
también reporta que los migrantes que se encuentran detenidos en
las estaciones migratorias en Méúco pocas veces reciben informa-
ción de parte de las autoridades sobre sus tlerechos, como el dere-
cho a solicitar asilo, y con fiecuencia son las mismas autoridades y
funcionarios de las estaciones migratorias los responsables de mal-
tratos verbales, discriminaciones, extorciones y otro tipo de abusos.
Estas razones han llevado a que el INM, desde aoo7, haya despedi-
do alrededor del r5 % de su personal trabajando en las estaciones
migratorias (Human Rights Watch, zorr en Sin Fronteras, 2011).
Como oodemos suDoner estas violaciones afectan directa-
mente a la situación de los migrantes menores de edad detenidos
en esos espacios. En el estudio -En üerra de nadie. EI laberinto de
la impunidad: Violaciones de los derechos humanos de las per-
sonas migrantes en la región del Soconusco publicado por I(dh)
eas (zorr) se muestra claramente la r,ulnerabilidad de los dere-
chos de la niñez y adolescencia migrante detenida en México. Esta
organización de la sociedad civil, emprendió una interesante in-
vestigación dentro de la estación migratoria Siglo XXI en Tapa-
chula, Chiapas. Ahí, entre marzo v octubre de 2olo, se realizaron
entrevistas a migrantes detenidas. Entre los principales hallazgos
relevantes para este estudio figura que el 8o% de los niños y n!
ñas entreüstados (43 entrevistados) dijo no haber sido informado
por los OPIS sobre su derecho a solicitar refugio; el 48"A (26 en'
trelistados) contestó que los OPIS no los acompañaron durante el
examen médico; jro/o (49 entreüstados) señaló que al ingresar en
la estación migratoria no se les informó por escrito sobre sus dere-
chos y obligacionesó2. Asimismo el StoA (44 entrevistados) dijo que
no se le informó sobre su derecho a realizar una llamada telefónica,
y al 93% (5r entrevistados) no se le informó sobre su derecho a 1a
asistencia y protección consular (I(dh)eas,zotr:r74). La Cónsul de
Ecuador en la Ciudad de México, nos confirmó este último punto.
A decir de la funcionaria, uno de los mayores problemas que la
representación consular ecuatoriana tiene con el INM es que esa
instancia pública mexicana no informa de los casos de migrantes
ecuatorianos menores de edad que ingresan a la estación migrato-
ria Iztapalapa o que se encuentran detenidos en algún otro Estado
mexicano.6e Este hecho r-ulnera g¡ar,'emente los tlerechos tle los

67 Ha.v niños que piensan que a lo que tienen derecho es a ser deponados por habcr cntado srn

68 Entrevisla con Verónica Pcña, Cónsul Gcneúl dc Ecuador m la Ciudad de México. Ciudad de
Véxico, abril de 2011.
migrantes menores de edad, pues además de mantenerlos en la in-
üsibilidad, pone en tela de duda la aplicación completa de1 proceso
de DDD, alarganclo el reto¡no a su país de origen y violando los
derechos de la niñez.
Si tenemos en cuenta Ios datos que l(dh)eas (zorr) arroja,
vemos que es alto el porcentaje de niños y niñas que, en la práctica,
no recibe acceso al debido proceso. Actualmente, en la figura de
los OPIS recae el cumplimiento de casi todos (sino es de toclos)
los derechos del niño cuando se encuentra dentro de la estación
migratoria, En definitiva los oficiales de la infancia son la figura en-
cargada de activar el engranaje institucional que vela por el bien-
estar del niño. Pero, iqué sucede si no desempeña adecuadamente
su trabajo? Si bien no es nuestra intención en este estudio evaluar
el trabajo de los OPIS, sí nos compete señalar esta incongruencia:
un modelo que depende del desempeño de una persona, no es un
modelo que esté proponiendo un sistema integral de protección a
la niñez y a 1a adolescencia.
Así, siguiendo el análisis que la investigadora Fabienne Ve-
net (zoo8) hace en torno a las falencias del proceso de DDD de mi-
grantes menores de edad, podemos enlistar, en términos genera-
les, los principales incumplimientos con las medidas de protección
y acceso al debido proceso. A saber:

. Falta de notificación y asistencia consular oportunas.


. Práctica irregular de procedimientos de ingreso y declaración
especificos.
. Presencia irregular de personal calificado y capacitado que
atienda a la niñez migrante.
. Falta de prolijirlad a la hora de tomar datos de los migrantes
menores detenidos: errores de nombre, edad, nacionalidad,

160
no siempre tienen fotos o huella dactilar.
Falta de acceso a la comunicación: no siempre se permiten las
llamadas telefónicas, ni se implementan mecanismos de tra-
ducción e interpretación, sobre todo cuando se trata de niñez
indígena.
Falta de acceso a alimentación v bebida De¡manente v de ca-
lirlad.
Deficiente calidad de atención médica: no hay atención las z4
horas.
Ausencia de atención sicológica.
Poca presencía de trabajadoras sociales-sicólogas.
Ausencia de actividades educativas-recreativas al interior de
las estaciones migratorias.
Y, sobre todo, ausencia de alternativas a la detención (Venet,
2008).

De acuerdo con todo lo anterior, cuando una persona me-


nor de edad se encuentra en calidad de migrante indocumentado
en México está expuesto a graves violaciones contra sus derechos
humanos, desde el momento en que cruza la frontera en manos
de un coyote y transita por el territorio, hasta que es detenido por
autoridades mexicanas. El Cuadro No.3 muestra los derechos de
los niños, niñas y adolescentes que están siendo 'r'ulnerados por la
falta de atención, que comienza sin dudarlo desde sus lugares de
origen, y continúa durante toda su travesía hacia Estados Unidos.
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162
58 Potenciales aliad.os d.el Estsdo ecuatorianto

Con la finalidad de mejorar el proceso de DDD y por ende la pro-


tección general de los niños, niñas y adolescentes migrantes indo-
cumentadas que transitan por México, en marzo de zoo7, se creó
la Mesa de Diálogo Interinstitucional sobre Niñas, Niños y Ado-
lescentes no Acompañados y Mujeres Migrantes. En la creación de
dicha Mesa, el Estado mexicano contó con la a1.'uda de diversos
organismos internacionales y ONG's nacionales, quienes están ha-
ciendo un gran esfuerzo por normar, sistematizar y coordinar el
trabajo de cada institución encargada de ejecutar los modelos de
atención dirigidos a niños niñas y adolescentes migrantes, dentro
y fuera de la estación mi€lratoria. Esta Mesa pretende ser un foro
de discusión sobre políticas públicas encaminadas a la protección
de los migrantes más vulnerables. Entre sus objetivos figura eva-
luar la coordinación interinstitucional, intercambiar información y
acordar las medidas y mecanismos que permitan garantizar los de-
rechos y la protección de las niña,s, niños y adolescentes no acom-
pañados y mujeres que entren o salgan del territorio nacional. óe En
el siguiente Cuadro No 4 se muestran las instituciones participan-
tes y el rol que cumplen dentro de la Mesa:

69 LNICEF. Disponiblc cn: http./:/\¡'w.¡.unicelorgmexico./spanish/proteccion_t 2l70.hrm


Cüadro No.4
Institucioncs de la lvles¡ de Diálogo Interinstituciontl
Nombre d€ Tipo de
RoI qu€ cümple
institución itrstitución
Subsecreta¡ia dc
Apoy¡ las acciones de los organismos
Población, Migración Pública
descentralizados como el INM y la COMAR.
yAsuntos Religiosos
Planea. ejecura. $rpewjsa y evalúa los seflicios
mig¡atorjos. Los OficiaLes de Protección a la Inf¿ncia
lnstiruto Nacional de
Pública (OPIS). a su cargo, garantizan la protección inteeral
Migración (INM)
de los clerechos de I¡ lliñez migrante no ¿compañá¿la
en la frontera none y sür de México.

Com¡ión ,^tiende I' ev¿lúa la situación de los niños, niñas y


Mexicana de Ayuda adoiescc cs quc solicilcn la condición dc reñ¡giado o
Pública
a Refugiados que recesiten protección irtemacional por peligrar su
(CONtr{R) intcgridad en c¡so dcvolver a su pais de origen.

Proporciona asistencia social aniños. niñas y


adolescentes migrantes no acompañados, coordina
Sistcma para cl
la Re.l de \lbergues de l rJnsilu p.ua niJlos. Diñas y
Desarrollo Integ¡al de Públicl
cdolc\ccnrc. micranlcs y c.rá a . ¿rgu Je l.r alención a
la Familia {DIF)
ninos \ nrñ¿. n rgtunrec en lns Vódulos de Arencion
Fronterizos.
Secretaría de Salud
Pública Proporciona la atención médica de todos los ni\€les.
(ssA)
Procumdu¡ia Gcnclal
Procüa lajusticia, i¡vestiga y persigl¡c los dclitos,
de la República Fública
por ejemplo en el caso de rrala conrra niño' y niñds.
(PGR)
Combate la trata de personas; apoya en et ret¡mo
oryaDización volu¡rario asistido de migantes cmi¡oamcricanos
Ofganismo
Intemacional para las cn condición dc lulücmbilidad; analiza de forma
Mjgraciones (OIM) permanente los tem¿s de género, niñez migrante y
movilidad laboral exta-continentales.
Alio ComisioDado
de Naciones Unidas Organismo Brinda protección intemacional y busca solucrones
para Los Retugiados duraderas para los refigi¿dos
(AC\L-R)
Prcporciona asistcncia 1ócújca y linanciem a las
Fondo de las
Organismo institucioncs encargadas de garantizar los dcrechos
Naciones Unidas para
de niños. niñes y adolescentes migrantes no
la Infancia (UNlCtsF')
acompañados,

Levanta quelas sobre violaciones a los derechos


Colnisión Nacional
Organismo humanos porpsfe de autoridades Estatales.
de Derechos
genera recomendaciones y ejerce presión para eL
Humanos (C\DH)
ñejoramiento de las poljticas püblicas.

Elaboración propia.
Uno de los resultados más relevantes de los trabajos de la
Mesa, es el diseño y puesta en marcha de un modelo para la protec-
ción de 1os derechos de los niños, niñas y adolescentes migrantes y
repatriados no acompañados. El modelo, que no ha comenzado a
funcionar al too%, busca asegurar la protección de los derechos de
los niños migrantes en todo el proceso de DDD ¡r el retorno seguro
a sus comunidades de origen. Se espera que éste logre solventar
todos los problemas que actualmente se presentan y que hemos
discutido en el apartado anterior. La Mesa está logrando cambios
importantes en el acontecer diario de las estaciones migratorias, y
funciona como un engranaje que pone en movimiento los esfuer-
zos de varias instituciones.
Una vez analizada la compleja y violenta realidad que entra-
ña el tránsito migratorio indocumentaclo por México, finalmente
en el capítulo que sigue haremos algunas conjeturas de cierre y
esbozaremos, asimismo, ciertas sugerencias de acciones públicas
que desde el Estado ecuatoriano podrían emprenderse para dar
respuesta a los grandes desafíos estatales y sociales que la migra-
ción indocumentada y no acompañada de la niñez y adolescencia
ecuatoriana nos Dlantea.

r66
Capítulo V

De salida: necesarias respuestas es-


tatales frente a la violencia del trán-
sito migratorioz"

A lo largo de los capítulos que componen este estudio, hemos


analizado el r'ínculo existente entre la migración indocumentada
en tránsito v 1a desigual integración capitalista global contempo-
ránea. De ese primer rínculo, emerge otra compleja relación: la
üolencia hacia los migrantes indocumentados. La estigmatización
y criminalización de todos esos o¿ros no deseados, los migrantes
indocumentados, quienes se ven obligados a transitar por rutas
clandestinas sin protección estatal alguna, y al amparo de red.es
de tráfico de personas, fungen como posibles erplicaciones a tanta
mlnerabilidad y continua violación de sus derechos. Así, a partir
de importantes er''idencias empíricas, efectivamente, hemos de-
most¡ado cómo la r.'iolencia social y estatal hacia los sin papeles
es lo que caracterizaria a la ruta migratoria clandestina Ecuador-
México-Estados Unidos.
Este marco reflexivo nos permitió adentrarnos en la par-
ticular situación de la niñez y adolescencia migrante indocumen-
tada, la cual también se ve afectada por la forma en la que opera
esa desigual integración capitalista y, por supuesto, por la üolen-
cia que entraña transitar de manera clandestina. Para comprender
por qué y cómo tantos niños, niñas y adolescentes ecuatorianos
;0 t¡r< dDardJo ri¡¿l hre ehborado nor So eddd { lr ¡cz \ cla*u.
siguen trayectos clandestinos en dirección a Estados Unidos, he-
mos analizado la dinámica de los flujos migratorios ecuatorianos
que, desde hace casi seis décadas, llegan hasta el primer destino
migratorio del mundo. Asimismo, hemos sugerido que la salida de
esos menores de edatl sólo ocurre cuando se gestan procesos de
reunificación familiar clandestina, es decir. a través de redes de
coyotes. Todos estos elementos nos permitieron adentrarnos en la
realidad de México, el ineludible espacio por el que transitan 1os
migrantes ecuatorianos, y entre ellos, la niñez y adolescencia ecua-
toriana. Inmiscuirnos en el modus operandi de las rutas migrato-
rias y de los enjambres de ilegalidades que se gestan en torno a la
migración indocumentada, nos permitió dar cuenta que el tránsito
clandestino, por este país, de migrantes ecuatorianos indocumen-
tados menores de edad (particularmente entre los rz y r7 años), y
no acompañados, lamentablemente, supone (casi ineluctablemen-
te) la exposición a complejas forrnas de violencia, y la üolación,
continua, de sus de¡echos.
Al concluir el análisis sobre la ruta migratoria Ecuaclor-Mé-
xico, y el modus operandi del corredor migratorio México-Estados
Unidos, no nos cabe Ia menor duda que inminentes acciones esta-
tales y sociales han de ser puestas en marcha para decididamente
revertir esa crisis humanitaria que afecta a 1os migrantes indocu-
mentados, y específicamente a los migrantes menores de edad. De
hecho, previamente nos detuvimos en comprender la dinámica del
DDD, sus limitaciones, y los actores que están involucrados. En
este capítulo final, por una pade, presentaremos un recuento de
las violencias del tránsito clandestino y de los derechos de la infan-
cia lulnerados en la ruta migratoria Ecuador-México, y más tarde
en el corredor migratorio México-Estados Unidos. Éste recuenro
será acompañado de una descripción de los principales avances

168
legales nacionales (en Ecuador y en México) e internacionales eg
materia de derechos de los migrantes y de la niñez y adolescencial.
Tener claro el marco legal nacional e internacional, es fundamentall
a la hora de plantear ciertas recomendaciones de acciones estatalef
a corto, mediano y largo plazo frente a los rnúltiples desafíos qu€
nos plantea este tipo de migración.

6.1 Violencios g uiolaeiones a los derechos de Ia infanr


cia rnigrc:nte

Uno de los principales hallazgos que arroja este estudio, es que l+


invisibilización de la migración indocumentada en tránsito, y eg
particular la de la niñez y adolescencia migrante, es una causa not
dal que desencadena una seúe de complejas consecuencias en torr'
no a la situación de ia infancia. El poco o nulo conocimiento de sq
situación ütal, del impacto emocional que puede implicar el hecho
de vivir en familias con padres y madres migrantes, y sobre todQ
de la experiencia de transitar por rutas clandestinas y de la man4
de un coy-ote, son algunos de los tópicos poco o nada exploradosl,
A eso se suma una ceguera colectiva ante la continua operación dd
entramados sociales de ilegalismos, donde autoridades locales tanr
to en Ecuador como en México esta¡ían involucradas, obteniendq
cuantiosos réditos económicos, habilitando ese violento trayecto
de Ecuador a Estados Unidos, pasando por México (CNDH, 2o1ol
2011; DPLF et al, eooS). El desconocimiento del proceso de la mir
gración indocumentada en tránsito es la base para la inacción esi
tatal y social, y por ende para que las violaciones de los derecho$
de los migrantes menores de edad, y su exposición a formas de r,'io.{
lencia, sólo vayan en incremento. El Gráfico No. 8 muestra cómq
a partir de la inr,'isibilización de la situación de la niñez y adolesl

t69
cencia migrante se genera una suerte de círculo vicioso donde la
infancia termina siendo la más perjudicada.

Gráfico No.8
Ciclo de problemátlcas en torno a la niñez y adolescencla indocurnent¡da
migrent€

Elabo¡acion p¡opie.

Como vemos la ausencia de información deriva en rlltima


instancia en la violación a los derechos de la niñez y adolescencia
migrante. De ahl que sea clave que en los Estados de origen, tránsito
y destino, continuamente se fomente la invesügación, cuantitativa
y cualitativa, en torno a este tipo de migración. Sólo asl será posi-
ble crear sistemas de información que den cuenta de forma perma-

170
nentemente de las condiciones de este proceso migratorio y de las
necesidades de protección que los niños, niñas y adolescentes mi-
grantes tienen. Aún cuando desde los Estados y sociedades se tome
en serio la necesidad de generar información en torno a la niñez y
adolescencia migrante indocumentada, este primer paso no es, en
lo absoluto, suficiente para revertir las violencias y el atropello de
los derechos que implica el tránsito migratorio. Transformar radi-
calmente la erperiencia de este tipo de migración es una decisión
política, que atañe a los Estados de origen, tránsito -v destino. De
ahí que, mientras los Estados no asuman como una tarea urgente
en sus agendas públicas dar atención prioritaria a la infancia en
tránsito, difícilmente se podrán generar cambios estatales y socia-
les. Por lo tanto, es fundamental que se gesten continuos procesos
de investigación-acción que logren revertir ese círculo ücioso en
torno a la situación de la infancia migrante, donde un paso clave es
la üsibilización de esta problemática. Más adelante retomaremos
este punro.
Ahora bien, icuáles son las formas de üolencia y los dere-
chos de los niños, niñas y adolescentes migrantes que se violan en
el tránsito clandestino por la ruta Ecuador-México-Estados Uni-
dos?
En el Cuadro No.5 hemos sintetizado las formas de vio-
lencia que pueden ser ejercidas por diversos actores sociales y es-
tatales hacia los niños, niñas y adolescentes a lo largo de la ruta
Ecua<lor-México-Estados Unidos. La inforrnación que presenta-
mos es una primera aproximación en torno a esta problemática.
Las propias condiciones del tránsito clandestino, y el hecho de que
en este estudio no se pudo llevar a cabo una etnografía de esa ruta
migratoria, dificultan una definición exacta del rnomento de la ruta
en el que ocurren esas forrnas de üolencia y quiénes y por qué la
perpetran. Adicionalmente hemos de mencionar que el propósito
de esta investigación no gira específicamente en torno a la violen-
cia que afecta a la niñez migrante. Ese objetivo hubiera implicado
una definición teórica y metodológica en torno a las formas de vio-
lencia, estatales y sociales, y su vínculo directo con la migración
indocumentada en tránsito. De ahí que esta primera aproximación
puede servir como una base para una investigación futura en torno
a esta temática,
A grosso modo, y a partir de los hallazgos obtenidos a lo
largo ilel estudio, podemos conjeturar que desde la salida de Ecua-
dor, ya sea vía aérea o marítima, la niñez y adolescencia que emigra
de manera indocumentada, casi siempre para lograr la reunifica-
ción familiar, es víctima de diversas formas de violencia que van
desde el maltrato verbal, emocional; abusos físicos y/o sexuales;
secuestros, torturas; esclavitud a redes de trata (comercio y prosti-
tución infantil); hasta la muerte. Esas formas de violencia pueden
ejercerse en diversos momentos de la ruta, o incluso pueden darse
casos, en los que Jo.s niños, niñas y adolescentes no sufren ningu-
na forma de üolencia. Sin embargo, el simple hecho de que esos
migrantes menores de edad se expongan a tan sólo una de estas
formas de violencia, exige medidas que modifiquen urgentemente
esa experiencia migratoria. Entre los perpetradores rle üolencia
hemos incluido a agentes migratorios o miembros de la PFP; a los
coyotes; a autoridades locales coludidas con redes de ilegalismos; a
otros migrantes en el tránsito; a lugareños de las ciudades de paso;
a tratantes; y a miembros de crimen organizado. No significa que
siempre y en cada momento del tránsito todos estos actores locales
ejerzan üolencia contra la niñez y adolescencia migrante en trán-
sito. A partir de 1as eüdencias empíricas obtenidas, sabemos que,
dada la ausencia de control y legalidad en el tránsito clandestino y
debido a la existencia de ¡edes de ilegalismos, donde lo ilegal y lo
legal quedan completamente confundidos, cualquiera de estos ac-
tores "libre" e impunemente bien pueden ejercer formas de üolen-
cia. Incluso en el proceso de DDD, tal como lo vimos en el apartado
previo, los mismos OPIS pueden llegar a maltratar a los migrantes
menores de edad detenidos. De ahí que dar cuenta de esta gama de
r-iolencias, así como de los momentos en los que pueden ejercerse
y de quienes pueden perpetrarla nos da una clara idea de la com-
plejidad del tránsito clandestino.
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Estas formas de violencia evidentemente se revieden en la
üolación infancia. En el cuarto capítulo de este
a los derechos de la
estuclio ya mostramos cuáles son los derechos vulnerados tlebido a
las limitaciones existentes en el proceso de DDD. En el Cuadro No.
6 hemos querido complementar esa primera información mostran-
do todos los derechos que pueden ser üolentados al emprender la
ruta migratoria Ecuador-México-Estados Unidos. En el siguiente
cuadro además de señalar todos los derechos que contempla la
CDN, damos una breve exolicación a esa vulneración.

Cüadro No.6
D€rechos de l¿ infancia que pueden seryulnerados en el tránsito migratorio cl¡rdestino
trcu¡dor-lf éxico-Estados Unidos
I)erechos rulner¡dor Erplicación
l)crccho a la vida A 1() largo dc la ¡¡ta existe un permanente dcsso de muerte.
El tránrito migratorio cla¡destino es unn respucsta frente a
una explicita discriminación por la nacionalidad. Tanto en
discriminados por sexo. \{éxico como cn Esiados Unidos, los ecuatoflanos tiene[ ¿lt¡s
crcdo, otnia, nacionalidad. restricciones para cmigra¡. transitar y más t¡rdc, sólo en el caso
o rdeologia de Estados Unidos, emprmder procesos oficiales de rcmiilcación
familiar.
Al emprendcr un proceso migratorio de estc tipo ese derecho
queda en entredicho, pucs la niñez y adolescenci¿ que cmigra de
Derecho al juego
es¿ lblm¿ muchas veces pas¿ por las mismas experiencias que los
aduhos migrantes.
Transit¿¡ de la maro de redes de trafrc¿ntes dc personas puede
implicar que el derecho a l¿ libortad se vea inre¡rumpido. pucs los
niños. niñas,v ¡dolesccntes quedan en las m¿nos dc co.votes. Más
Derecho a la libertad -v a
aún si son sccuestrados y caen redes de traia -v esclavirud infantil.
compartir s!¡s punlos de
F-n el nroceso de DDD e1 dcrecho a Ia libertad queda suspendido
pües los niños y niñas migrantes son detenidos y retenidos en
est¡cio¡cs migratorias. Much4s veccs en ese Froceso, su derccho
¿ ser oido, tamDoco cs cumplido.
En muv pocas ocasiones los niños, niiias y adolescentes miglantes
Derechoa¿laraconocer
que em¡renden csto. trjn'ilos.on fregunt¿do..r ¿c¿.o quierm
sus opiniones y manilestar
hacerlo, y úcnos aún son infbrm¡dos de los ¡iesgos qüe implica

Debido a la migmción dc pad¡es .v madres. niños, riiñas l¡


adolescentes pucden quedarse sin un núcleo farniliar En muchos
Derclho a una f¡milia casos las familias se re-conliguran dando origen a las timilias
transnacionales. De ¿hí que exista la necesid¡d dc emprender
p¡ocesos de reunificación lamiliar clandestilra.
Derecho a la protección
duante los conflictos

Derecho a la libertad de
conclencla
La ¡uta migratoria inplica riesgos permanenres y la niñez
migrante suele tfansit¿r a veces sólo con la "protecoión'' de
coyotes. quienes incluso los pueden eb¿ndonar en medio dc la
Derecho a ln protecció¡
conlra cl descuido o trato
En el proceso de DDD también pueden recibir malos tntos:
negngenrc
permanecer más tiempo del debido en las estaciones úigratorias,
no recibf apoyo consular no ser bien ahnentados, e incluso
Dueden lleqa¡ a scr abusados.
Fácilmente los niños, niias y adolescentes milfantcs
Dcrccho a la prolección 'ndncurnent¿d¡' ijueJen en redes de e\ploración. comeNio )
contra el traba.to inl¡ntil proslitución infaütil.
y adolesce¡tes no son
Usualmente 1os niños, niñas
infbrmados dc lodo lo quc implica la rcunilic¡ció¡
fámili¿r clandestina y el lráüsito con co)'otcs.
A 10 largo de las rutas. Los co-votes, tampoco suelen inlormarles
Derecho ¿ la infbrmaciim
de la dinámic¡ de la ruta, e jncluso los suelen amenazar-
En el proceso de DDD los agentes migratorios no suelen
int-onnarles de los derechos con los que cuentan. de sü derecho
¿ la justicia. a apoyo consular: nj t¡mpoco dc lo que implica cl
proceso de DDD.
Fácililenrc los niños, niñas y adolcsccnlcs mignntes
Dcrccho a la protección y
indocunentados pueden caer en redes de tmta escla\.itud
contra la tr¿ta Y el secuestro
inlártil.
¡ener que emigr¿r y más tarde imeúarse en otro pais son, por
,A.L

una parte alejados de La cultura de su pais de origen. y por otro,


Derecho a co¡ocer y
en el pais de dcstino, si acaso pc(nancccn como indocúnentados,
disfrular de una cultura
este derccho pucdc limitarsc pucs los nifros, niñas y adolesccntcs
entran a vivir en la clandestinidad.
De¡echo a la protección
con|fa l¿s m]¡as lclfcsrcs
Derecho a la prctccción Fácilmcnte los niños. niñas y adolesccntes migrantes
con¡¡a todas las formas de indocumentados pueden c¡er en ftdes de tlata "! esclalilud
infantil.
Si bien es¡e derecho no está vulnerado, pues en principio los
niños. niÍias y edolescentes que emigran de rrürnera cl¿jrdestin¿
cuentaD con la nacionalidad ecuatoriana, puedc¡ darsc casos en
f)erecho a un nombre,v una los que se trate de menores de edad no inscritos.
nacionalidad Aqucllo que sí puede ocunrr es que los migrantcs ñcnotes dc
edad al lleg¿r al pais de destino no regularicen su condición
migmloria, permaneciendo como indocum!'ntados y coniinándosc
a la clandestinidad.
Durante Ia ruta, ios migrartes meno¡es de edad no siempre suelea
Derecho ¡ la alimentación
y la nutrición
recibir l¿ aliment¡ción, ni bebida adecuada. Lo mismo puerle
ocuÍir dur¿ntc el proceso dc DDD.
El iúpacto que implic¿ la erperiencia de un proceso de
Derecho a vivir cn an¡onia reuillc¿ción clandestina, sin duda pone en entredicho este
dcrecho.
Al transit¡rde manere indocument¿da. Los niños- niñas y
adolesccnres migmntes indocumenbdos son dctenidos en
Derecho a la libertad
eslaciones migratorias privados de su liberiad hasra ser
deporlados a Ecuador.
Los niños. oiñas y adolescentes migrantes indocumentados
Dcrccho a l¿ salud pueden suf¡ir accidentes, enfeÍnalse y no ser ¿tendidos durante
el ránsito migmtorio.
El proceso educativo se ve inter¡umpido para emprender
reuniJrc¿.ión famili¿r cldndeslind. \1uch¡s !eces si csos
núos son deportados ese derecho puede no ser restituido. Lo
Derecho a la educación
mrsno puede suceder si los migrantes menores de edad logran
intemarse en el país de destino: pueden quedar ercluidos del

Tr¿nsitar de m¿nera cl¿ndestin¿, y hacerlo más tarde por el


Dcrccho a la paz mundial cofiedor migratorio más violento del mundo puede incidir e1l
quc este derccho es¡é \'ulnerado,
Elaboración propia.

Si nos regimos por la información que se desprende de los


dos cuadros anteriores, parecería que los Estados de origen y trán-
sito prácticamente no han tomado ninguna medida a favor de la
migración indocumentada de menores de edad. Por lo menos, la
violencia y la violación de derechos es lo que prima en las rutas
clandestinas, configurando una situación migratoria y vital nada
alentadora. No obstante, al analizar los marcos legales, naciona-
les e internacionales, de Ecuador y México, nos encontramos con
un panorama bastante distinto: paradójicamente ambos Estaclos
cuentan con importantes avances en materia legal y han ratifica-
do todos los convenios internacionales que de alguna manera se
relacionan con la procuración de derechos para migrantes y para
niñez y adolescencia. Es más, mientras en Ecuador apenas se dis-
cute un nuevo proyecto de ley migratoria, en México, el z5 de mayo
de zorr, se aprobó una nueva ley migratoria que contempla una
explícita mejoría en el trato a migrantes en tránsito y nuevas me-
didas que apuntan a la garantía del cumplimiento de los derechos
de los migrantes, sin importar su condición migratoria. Siendo así,
una conclusión obvia emerge: existe una enorme brecha entre los
avances legales, nacionales e internacionales, y su puesta en prác-
tica. De hecho, si esa brecha no es revertida, la crisis humanitaria
en torno a la migración indocumentada en tránsito sólo se profun-
dizará.

6.2 Man co legal, nc.cíonlrl e interno.ciono'l, a fauor de


los derechos de la info:ncirt

áCuáles han sido los avances legales en materia migratoria y frente


a la niñez y adolescencia que se han hecho en ambos países?
El Cuadro No.7 sintetiza los principales tratados internacio-
nales, según su año de entrada en vigencia, que los Estados ecuato-
riano y mexicano han firmado y ratificado en torno a los derechos
de la niñez y adolescencia; derechos de los migrantes; combate a
la discriminación, racismo y xenofobia; combate al tráfico y trata
de personas; combate al tráfico ilícito de migrantes, a la esclavitud
y a los trabajos forzados; y, combate a la delincuencia organizada.
Cuad¡o No 7
Tratados ¡nternacionales firmados por el Estado ecuatoriano v mcxicano en materia de
d€rechos de migrantes y de la niñez y adolescencia

Año de Pais
Trarados internacionales enttada en
vigenc¡¡ Ecu¿dor trférico
Declamción UniveñaL de Los Dercchos Humdios 1948 X X
Corvención de los Derechos del Niño r989 X X

Convención Intemacional para la Protección de los


Derc(hor de [L'du, .u. lrabajadorc, \lrgratorioe \
dc sus Familiares. prcámbulo;y eL lsudio del Grupo
de Trabajo Intergubemamental dc Expcrtos en los
Derechos Humanos de Los Migrantes r990 X X
Programa de Acción adotiado en la Conferencra
Nfúdial contra cl Racismo,la Discriminación Racial.
l¡ Xenulobru r I orm¿¡Cone\!.d( Inloler¡ncia
2001 X X
Protocolo de Palermo ¡ara preveni¡ reprimir y
.¿n(rondf l¡ lrJla J< perrL'nar. (.pr(r¡lmcnrc Inujeres
y niños, que complementa ia Convención de l¿s
Naciones Unid¡s contr¡ la Deli¡cuencia Organiz¿da
Transnacional 2001 X X
f'on\cnc ón dc ld. \¿cioncs Unida5 c^nrra l?
delincuencia organizada internacional 2001 x x
Protocolo contra el tráfico ilícito de migrantes por
trerr4 mar y aire que complementa la Convención de
las \aciones Unidas contra la Delincuencia Organizada
Transnacional 2003 x X
XVI Cumbrc Ibcroamcricana, Connromiso de
Vontevideo sobre Migraciones y Dosarrollo de los
Jcfes de Flstado y de Gobiemo de la Comunidad
Ibero¿r¡ericana, N.f ontevideo 2006 X X
\¡III Conferenci¿ Sudamericana de Migraciones,
Declaración de \{ontevideo sobrc Migración.
Desarrollo y Derechos Humanos de las pcrsonas
migrantes 200¡l X

Elaborución propia.
Salvo porla VIII Conferencia Sudamericana de Migraciones,
de la cual México, por su ubicación geográfica, no es subscriptor,
ambos Estados han firrnado los mismos nueve tratados internacio-
nales. La firma de esos convenios tendría que haberse traducido
en legislaciones nacionales, y sobre todo, tendrían que haber sido
puestos en práctica de tal modo que se garantice el cumplimiento
de los derechos contemplados en cada uno de esos instrumentos
internacionales. De haber sido ese el caso, ya se habrían ¡educido
considerablemente, o quizá del todo eliminado, esas cruentas for-
mas de violencia que se ejercen en contra de los migrantes indocu-
mentados. Sin embargo, tal como lo mencionamos antes, lamenta-
blemente entre el marco legal y la praxis, un largo camino todavía
queda por recorrer.
A pesar de esas limitaciones, el hecho de que ambos países
hayan signado los mismos compromisos internacionales, nos co-
loca frente a un escenario positivo de cara a la toma de medidas
estatales. Si en materia de derechos de niñez migrante, Ecuador
y México comparten el marco legal internacional, esto justificaría
el emprendimiento de acciones conjuntas en torno a la migración
de niños, niñas y adolescentes ecuato¡ianos indocumentados y no
acompañados que transitan por territorio mexicano.
Dado que ambos Estados son firmantes de la CDN, en
Ecuador y en México se han desarrollado leyes específicas para la
protección de la infancia. Dichas legislaciones nacionales patten
de dos principios universales contemplados en esa Convención: t-
la no discriminación a los niños y niñas por su edad, género, origen
étnico o nacionalidad; y z- la priorización ante todo del interés su-
perior del niño. Así, al Estado mexicano tanto como al ecuatoriano,
les atañería velar por la no violación de los derechos de los niños
y niñas que se encuentran en su territorio, aún cuando se trate de
menores de edad extranjeros. En el caso de México, esto implicaría
garantizar el cumplimiento ile los derechos de migrantes menores
de edad ecuatorianos. El hecho de qDe ambos Estados hayan ratifi-
cado la CDN, los coloca frente al mismo desafío: velar por la niñez
y adolescencia, sin importar su nacionalidad.
No podemos perder de vista que esos tratados internaciona-
les, en particular la CDN, son un recordatorio para el Estado ecua-
toriano: éste debe garantizar, antes que cualquier otro Estado, el
imestricto cumplimiento de todos los derechos de sus ciudadanos y
ciudadanas menores de edad. Así, el Estado de origen ha de procu-
rar atender y proteger a todos los niños, niñas y adolescentes que
han emprendido periplos migratorios y que de una u otra manera
sus derechos han sido violados. Y, principalmente, ha de crear las
condiciones locales propicias para que 1a migración deje de ser una
opción vital. Só1o garantizando los derechos económicos y sociales
de las y los ecuatorianos, es decir, creando mejores oportunidades
ütales y laborales, posiblemente menos padres y madres emigren,
y consecuentemente cada vez se disminuyan más esos complejos
procesos de reunifi cación familiar clandestina.
Concentrándonos en el caso mexicano, en el año zooo,
como respuesta a la firma de la CDN, se aprobó la Ley para la Pro-
tección de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes. Esta ley se
funda en el artículo primero de la Constitución Política de los Es-
tados Unidos Mexicanos, donde se explícita la no-discriminación
por origen étnico o nacional. De ahí que la ley para la protección de
los derechos de la niñez sea también aplicable a casos de menores
de edad extranjeros.T' Para los propósitos de este estuclio, entre los
artículos más relevantes de Ia ley a favor de la infancia, figuran los
artículos 7,8 y 45 en 1os cuales se establece que los tres niveles de
7l Ver Anexos. sección Consútución Política EsBdos Unidos Mexicanos, donde se muestr¡n cuálcs
aficulos se relacio¡an con la migración indocumentada en tránsito-

182
gobierno (federal, estatal y municipal) deben poner en marcha un
programa para la atención de los derechos de la infancia y adoles-
cencia, y, asimismo, deben procurar que los niños, niñas y ado-
lescentes no "sean sometidos a torturas ni a otros tratos o penas
crueles, inhumanas o degradantes; o sean privados de su libertad
de manera ilegal o arbitraria" (Artículos 7,8 y 45, Ley para la Pro-
tección de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, 20oo).7'1
Frente a la violencia del tránsito migratorio por México,
estos tres artículos son claves ya que su puesta en práctica impli-
caría que en los tres niveles de gobierno se deben tomar medidas
específicas para garantizar el cumplimiento de los derechos de la
niñez, sin hacer distinciones de nacionalidad. Siendo así, éste po-
dría ser un marco legal ideal para que desde el Estado ecuatoriano
se planteen acciones conjuntas con los t¡es tipos de gobierno en
México, sobre todo con aquellos gobiernos locales por donde cru-
zan las rutas migratorias más utilizadas por redes de coyoterismo
que trafican con migrantes menores de edad ecuatorianos. A saber,
los Estados de Chiapas, Tabasco, Oaxaca, Distrito Federal, Puebla,
Tamaulipas, Baja Calífornia, entre otros. Adicionalmente se potlría
apuntar a tomar medidas conjuntas con el gobierno federal. En la
sección que sigue detallaremos esas posibles acciones.
Por su parte, en Ecuador, consecuentemente con la ratifica-
ción de la CDN, a partir del año zoo3, se puso en marcha el Código
de la Niñez y Adolescencia. Este instrumento legal representa un
avance sin precedentes en la concepción de la niñez y adolescencia
como sujetos de derechos, apuntando a que todas las acciones es-
tatales se fundamenten en la doctrina de la protección integral. A
pesar de estos avances, el Código tiene un gran limitante: garantiza

72 Vcr ADexos. sccción \fafco Legal. Ahí 6gura ur anáiisis de la Ley para la Protccción de los
Derechos de Niñas, Niños y Adolesccntcs de México. rcsaltando aquellos afticülos que se vinculan
directamcnle con la migr¿cióü de meno¡es de edad indocümentados en transito.

183
los derechos de "toclos los niños, niñas y adolescentes que üven en
el Ecuador" (Afiículo I del Código de la Niñez yAdolescencia, zoo3).
Es decir, que de manera explícita termina excluyendo a la niñez y
adolescencia ecuatoriana migrante indocumentada en tránsito.
Modificar este artículo es una necesidad urgente, más aún cuando
hemos confirmaclo cómo continuamente un importante número de
niños y niñas ecuatorianas, por reunificarse con sus padres y madres
migrantes en Estados Unidos, transitan por üolentas rutas migra-
torias. Ampliar esa protección integral hacia todos los niños y niñas
ecuatorianas que están por fuera de los límites territoriales naciona-
les y que sobre todo se encuentran en situaciones de alta r,-ulnerabili
dad, como los migrantes menores de edad indocumentados en trán-
sito, aseguraría que el sistema de protección integral para la infancia
ecuatoriana se extienda, se r,rrelva de algún modo transnacional, y
rcsponda ante esos pequeños migrantes. En el actual contexto de
discusión de la nueva ley migratoria en Ecuador, seúa propicio que
se plantee esta urgente rnodificación legal.
Esa innovación en el Código sería tan sólo un primer paso. Es
fundarnental que el resto de artículos con los que cuenta este instru-
mento a favor de la infancia sean puestos en práctica. I-os artículos
8, 9 y ro, que apuntan al derecho de la familia, al rol que ésta cumple
en el crecimiento de los niños y niñas, y a la responsabilidad com-
partida entre Estado-familia-sociedad en el bienestar de la infancia,
se luelven especialmente impofiantes en el medio del aniálisis he-
cho. Garantizar el derecho a 1a familia, implicaúa que el Estado, ile
mane¡a creativa, idee posibles alte¡nativas frente a la reunificación
familiar clandestina, y aüenda el impacto social y emocional que
puede implicar üür lejos de los padres y madres, en el medio de
otros tipos de familias, y sobre todo que puede dejar en la memoria
de la niñez migrante una ex?eriencia como el hánsito migratorio
clandestino. Adicionalmente, hemos de mencionar que ios artículos
72y 7J, de manera explícita apuntan a combatir el tráfico de meno-
res de edad y todas las formas de maltrato, explotación y privación
de libertad. Es decir, son artículos que directamente combaten redes
de coyoterismo. Siendo así, la puesta en práctica de esos artículos
debería incidir en identificar y desmontar esas redes, lo que implica
combatir la impunidad del coyoterismo y la comrpción que se gesta
entre autoridades locales en Ecuador y coyotes que "habilitan" esos
tránsitos clandestinos. l-ograr ambos objetivos, así como ei cum-
plimiento integral del Código, requiere el trabajo conjunto de va-
rias carteras estatales.T:] En la sección que sigue daremos cuenta de
qué alianzas estratégicas podían darse entre las carteras estatales
ecuatorianas para instaurar un sistema de protección trasnacional
a la niñez y adolescencia migrante. Sin duda, y en esto insistiremos,
contar con un sistema de protección de este üpo, seúa un hecho
completamente innovador y sin duda absolutamente consecuen-
te con Ia realidad social de la migración internacional ecuatoriana
contemporánea. Avanzar hacia un sistema de protección integral y
transnacional de la infancia implicaría un re-planteamiento de las
funciones estatales que transciendan los límites nacionales y brin-
den irrestricta protección a sus ciudadanos y ciudadanas donde sea
que eilos y ellas se encuentren, más aún si se trata de los y las más
r,rrlnerables, los niños, niñas y adolescentes. Esto supondría que se
lleve a cabo un específico proceso consultivo con abogados y exper-
tos en mateúa de derecho internacional, migratorio y de la infancia.
Quizá esta innovación tome tiempo, pero de ser llevada a cabojunto
con la creación de normativas y garantías estatales en la práctica, a
no dudarlo, podúa significar un salto cualitativo, a nivel mundial, en

73 Ver Ancros, sccción Marco LegaL. Ahí consta un análisjs dcl Código d€ la Niñez y Adolescenci¡
vigente. donde hemos resaltado los afísulos quc sc vinculan directaDente con la migració¡
rndor ument¿Ja rl< nrnos. niñas ! ddole\cmle' ecurlurianu..

185
materia de derechos a favor de la situación de la niñez y adolescen-
cia que emigra de manera indocumentada. En la sección que sigue
ahondaremos en este punto.
Por otra parte, en térrninos de las legislaciones nacionales,
además de estos importantes avances que se derivan de la CDN, tan-
to en México como en Ecuador existen avanzados marcos constitu-
cionales, que de ser cumplidos, significaría la garantía de los dere-
chos de la niñez y adolescencia migrante. En el caso mexicano, tres
artículos constitucionales son de especial importancia. En el artículo
primero, como ya dijimos, el Estado mexicano garantiza el irrestric-
to cumplimiento de los derechos humanos, sin discriminación de
origen nacional, étnico, género o edad. Consecuentemente implica
el irrestricto cumplimiento a los derechos de la niñez migrante ecua-
toriana que transita por ese territorio sin importar que lo haga de
manera indocumentada. En el artículo once, se explicita el derecho
que todo individuo tiene de entrar y viajar por territorio mexicano;
léase el derecho a transitar. Finalmente, el artículo 33 señala que
todos los extranjeros son sujetos de derechos y que el Estado mexi-
cano garantiza el total cumplimiento de los mismos. De existir en la
praxis estos tres artículos, posiblemente otra seúa la realidad de la
migración indocumentada que transita por ese país. Sin embargo,
el hecho de que México sea 1a frontera preliminar de1 primer desti-
no migratorio del mundo, hace que esos artículos poco o nada sean
cumplidos, pues claramente entran en conhadicción con las leyes
migratorias ügentes, con los cada vez más estrictos controles migla-
torios y fronterizos, y con las políticas de securitización, que limitan
el libre tránsito por México, criminalizan a los migrantes y los üo-
lentan continuamente.Ta
Adicionalmente, el Estado meúcano cuenta con la Ley Gene-
74 \'er Anexos, sccción Constitución Política Estados U¡idos Me¡ícanos. donde sc muesrran esos
ral de Población (LGP), bajo la cual se enmarcaban, por un lado, las
normativas de control y administración poblacional, es decir, deflujos
emigratorios e inmigratorios, y por otro, se regulaba el accionar del
INM, sentando las bases del proceso de DDD. Sin embargo, el día z5
de mayo de zorr, el Presidente Felipe Caiderón promulgó una nueva
ley de migración. Esto supone que la LGP será modificada y que por
primera vez México contará con una ley de migración independiente,
Ia cual más allá del control y administración poblacional, pretende
crear mecanisrnos para, de algún modo, garantizar 1os derechos de
los migrantes que transitan por ese país . Es de conocimiento público,
que entre los principales objetivos de la nueva ley figuran: r-eliminar
cualquier normativa que pueda derivar en la criminalización de los
migrantes indocumentados; z-crear garantías constitucionales para
el cumplimiento de los derechos de los migrantes, sin importar su
condición migratoria; 3-eliminar los vacíos legales que existían en la
LGP y que daban pie a la discrecionalidad de los agentes migratorias
permitiendo, la ma1'oría de las veces, ei "justificado" ejercicio de for-
mas de violencia estatal; 4-eliminar la diüsión de competencias; ¡
5-desmantelar las redes de corrupción que operan dentro del INM
(Martínez, zorr). Si bien una nueva normativa legal puede promover
ciertas mejoúas frente a la situación de la migración indocumentada
en tránsito, por decreto, dificilmente modificará el modus operandi
estatal que históricamente ha lucrado y violentado a los indocumen-
tados. De hecho, como reacción a la promr.rlgación presidencial de la
nueva ley, varias organizaciones de derechos humanos y que trabaj an
en temáticas de migración, se han mostrado sumamente críticas ante
la misma, alertando que la nueva ley en poco o nada transformará
el complejo y riolento conterlo mexicano, es más, que esa ley sólo
criminalizará más a los migrantes indocumentados en tránsito (Mar-
tinez, zott; Organización Editorial Meúcana, 2o11).

187
En el caso de Ecuador, la reciente Constitución de zooS
es un renovado instrumento legal en torno a un Estado "constitu-
cional de derechos yjusticia, social, democrático, soberano, inde-
pendiente, unita¡io, intercultural, plurinacional y laico" (Artículo
r, Constitución del Ecuador, 2oo8). Enüe los avances más impor-
tantes de la nueva Carta Magna, figuran varios en materia migrato-
ria, de derechos de la infancia, y de concepción de las familias. De
hecho, el Capítulo Tercero, está destinado a los "Derechos de las
personas y grupos de atención prioritaria", y se destina la tercera
sección a la movilidad humana. En términos de los derechos de la
niñez y adolescencia, a lo largo de la quinta sección de ese mismo
Capítulo, en los artículos 44,45,y,46 constan las garantías estata-
lesylos derechos de los niños, niñas y adolescentes. AI respecro, se
mantienen los avances ya adoptados en la Constitución cle 1998 y
que se plasmaron en el Código de la Niñez yAdolescencia. Además,
por primera vez el Estado reconoce a la niñez y adolescencia como
grupo prioritario y no como grupo r'rrlnerable.
Entre los avances constitucionales más significativos que
afectan de manera positiva a la relación migración-niñez, figuran
a lo largo del artículo 4o, el derecho de las personas a migrar; se
prohíbe la discriminación por condición migratoria; se extiende la
garantía al derecho a la salud, educación y seguro social sin ha-
cer ninguna discriminación frente a condición migratoria; se re-
conocen los derechos de libertad de todas las personas sin hacer
ningún tipo ile discriminación, enfatizando en la prohibición de la
esclavitud, la explotación, la servidurnbre y e1 tráfico y la trata de
seres humanos en todas sus formas; y se reconoce la conformación
de diversos tipos de familia, entre ellos, las familias transnacio-
nales, que tal como lo mencionamos en el apartado teórico, son
producto directo de la migración. Hemos de mencionar que todos
estos avances han sído la base para la elaboración del Plan Nacio'
nal de Desarrollo Humano para las Migraciones zooT-zoro, donde
se recogen los ejes de trabajo de la SENAMI. En los Anexos, en la
sección Constituciones figura un análisis detallado de la Constitu-
ción de zoo8, resaltando cada uno de los ar1ículos que de manera
directa o indirecta se relacionan con la migración de menores de
edad indocumentados y no acompañados desde el país.
Vale la pena mencionar que en México y en Ecuador, como
producto de esos avances constitucionales y de los tratados inter-
nacionales firmados, diversas medidas estatales se han puesto en
marcha para atender y proteger a la niñez y adolescencia migrante.
Los Cuadros No.8 y No.9 dan cuenta de esos programas.

Cu¡dro No.8
Principales mcdidas catat¡les en llcu¡dor

Tipo de Ined¡da ad|Jpiad¡

Código de la Niñez yAdolcsccncia l00l


Pla¡ Nacional Deccnal dc Prctección Integr¿l a la Niñcz t AdoLcscencia 2004

Ley Refornatoria del Clódigo Pcnal pam tipilicar los delilos dc Dxplotación sexual
rcl¡tilos a 1¡ extracción -v trahco ilegal de
de los mcnores de edad, de los delilos 2005
órganos

Plá¡\acional Contr¿ la lr¿ta de Person¡!, Tráfico llegal de Migr¿ntes, Explotación


Sexual y l-aboral y otros modos de explotación t prostitucnin de mujeres. niiios, 2006
niñas y adolescentcs, pomogr¡fia infantil y conxpsiór dc ñcnorcs

Programa para la Prevención y Err¿dicació11 dc la Eriplotación Sexual Comercial de :006


NNA en el Ecuador Por un Turismo Responsable

Crcación de ia Secretaría N¿cion¡l del Vig¡ante. SEN,{MI 2001

PIan Nacional de llesarollo Humano pam las lligraciones 2DO1

Programa de Acogida a pcrson¿s cn Situación de Retomo r$tj7¡do por la SENAMI 2ü08


2008-
Pla¡ de Proteccrón lntegal de la Niñez yAdolescenci¡ lCucnca-A^ayl 2IJzO

Plan contm Ia lxplotación Scxual Comercial y La Trata dc Niños. Niñas y 200li-


2013

!ueñler Sd¡nj. 2010. Elabor¡cLónpropi¡


Cu¡dr¡o No.9
Principales m€didas estat¡les en lIérico
Tipo de medida adoptad¡

Ley pa¡a la Prolección de ios Derechos de Niñas, \iños y


2000

Crcación de la Mcsa de Diálogo Interinsritucional sobre Niias,


Niños yAdolescentes no Acor¡pañados y Mujeres Migrantcs. 2007

Ley pam prcvenil v sancionar la tlaia dc ps¡son¡s 2001

Creación de la Fiscalía especial eú delitos contra las mujeres y


trata de personas (FEVINÍTR-A) 2009

Creación de Fiscalía Especializada para Migra¡tes cn Chiapas 2009

Ley para Combatit Pre\-enir y Sancionar la Trata de Personas en


el est¡do de Chiapas 2009

Programa de Oliciales de Protección de la Inf'ancia (OPIS). INM 2010

Ley de Vigración 2011


Fuenle: INM, 2011; Protuaduría Gererai de Juricia dcl cobier¡o de Chiápas. 2011; FEVIMTRA, 2011. Etabo-

Como vemos, en México y en Ecuador existe un propicio y


avanzado marco legal para garantizar el cumplimiento de los dere-
chos de la niñez y adolescencia migrante. Además, en ambos paí-
ses, existen mecanismos para procurarjusticia en caso de violación
a derechos, y combatir a redes de tráfico y trata de personas. De ahí
que sea apremiante que esos avanzados marcos legales, los trata-
dos internacionales y las medidas estatales se pongan en práctica.
Posiblemente ciertas modificaciones deben darse, sobre todo en el
contexto mexicano, y otras más puntuales en el caso ecuatoriano
(por ejemplo al a¡tículo primero del Código cle la Niñez y Adoles-
cencia). A partir del aniálisis hecho, podemos concluir que frente a
la problemática de la niñez y adolescencia migrante indocumenta-
da, en términos generales, los dos Estados involucrados, de origen
y de tránsito, cuentan con un importante avance en materia legal.
El desaffo mayor, y urgente, está en poner en práctica esos instru-
mentos legales, incidiendo decididamente en la vida social de esos
pequeños migrantes y procurando ante todo la eliminación de las
formas de violencia a las que se enfrentan, asi como esas continuas
üolaciones a sus derechos.

63 éQué ho,cer?

Frente a la complejidad de la migración indocumentada ¡r no acom-


pañada de niños, niñas y adolescentes ecuatorianos, indudable-
mente el Estado ecuatoriano está llamado a emprender acciones
inminentes. En los diversos apafiados que componen este estudio,
hemos alertado de ciertas medidas que desde esta instancia pú-
blica se pueden adoptar. Ya hemos dado argumentos que explican
por qué el proceso de DDD sería un marco propicio para actuar
directamente sobre la niñez y adolescencia que transita por Méxi-
co. Así mismo hemos insistido que ese accionar no puede efectuar-
se sin que el Estado ecuatoriano, a través de sus representaciones
consulares, trabaje en coordinación directa y permanente con la
representación consular de Ecuador en México, y, además, lograr
alianzas estratégicas con organizaciones estatales mexicanas y con
organismos internacionales que operan en ese país. A través de
una matriz de acciones estatales, queremos dar cuenta de las di-
versas medidas que se podrían poner en marcha. A partir del aná-
lisis hecho, consideramos que dichas acciones pueden ejecutarse
en México, cuando se trata de incidir sobre el proceso de DDD, o
en Ecuador, con el propósito de generar procesos investigativos en
torno a este tipo de migración, prevenir posibles salidas de más
niños y niñas emigrantes, desmantelar a redes de coyoterismo, y

l9l
atender a migrantes menores de edad que han sido deportados.
Así, a las acciones que pasaremos a describir, las hemos diüdido
según el tipo de ejecución -a corto, mediano o largo plazo - y, adi-
cionalmente, hemos incluido los aliados estratégicos, mexicanos y
ecuatorianos, con los que el Estado ecuatoriano contaúa para lle-
var a cabo esta desafiante tarea.
Los ejes de acción que se sugieren a continuación se en-
marcan en los cinco objetivos centrales clel Plan Nacional de Desa-
rrollo para las Migraciones, objetivos que por cierto se derivan del
Plan Nacional de Desarrollo elaborado por la Secretaría Nacional
de Planificación y Desarrollo (SENPI-ADES). No üene al caso ha-
cer un análisis detallado de los cinco objetivos que enmarcan las
políticas adoptadas por la SENAMI, bastará enunciarlos y tenerlos
presente a lo largo de esta última sección. Estos objetivos son:
t. Desarrollar en el Ecuaclor e impulsar en el mundo una políti-
ca migratoria basada én el respeto y ejercicio de los derechos
humanos, económicos, sociales y culturales de todas las per-
soDas.
Generar y consolidar los ünculos de las personas migrantes
con sus familiares y su país.
Alentar la permanencia de los ecuatorianos en su país y cons-
truir las condiciones que hagan posible el Retorno Voluntario
Digno y Sostenible de las personas emigrantes.
4. Impulsar procesos de desarrollo humano para 1as personas
migrantes, sus familiares y su entorno.
5. Promover procesos de interculturalidad y de construcción de
ciudadanía universal (SENAMI, zooT).

Los dos ejes conductuales mayores bajo los cuales se en-


marcarÍan cualquiera de las acciones para que a corto, mediano y

t92
largo plazo, el Estado atienda y proteja a la niñez y adolescencta
migrante indocumentada, son los siguientes: 1- Investigación-ac-
ción, y z- Sistema de protección integral trasnacional de la infan-
cia migrante, surgen del análisis hecho a lo largo de este estudio'
Son dos ejes que están intrínsecamente interrelacionados, pues la
puesta en marcha del primero, habilita y direcciona la posible in-
cidencia del segundo. Tener en cuenta estos ejes es clave, pues de
algún modo ambos trazan el sentido de las acciones que el Estado
ecuatoriano puede desarrollar, acciones, que fundamentadas en
procesos investigativos, apunten a consolidar un sistema de pro-
tección a la infancia migrante, más allá de las fronteras nacionales.

) Investigación-acción

Retomando aquello que ya sugerimos en este apartado,


sólo la üsibilización de las problemáticas que entraña la migra-
ción indocumentada, permitirá que el Estado ecuatoriano genere
acciones concretas con miras a procurar reducir la üolencia, y la
üolación de los derechos de los migrantes que transitan de manera
indocumentada por rutas clandestinas. Dicha üsibilización sólo es
posible si ilesde el Estado se adopta una permanente política de in-
vestigación en torno a este tipo de migración. La investigación es la
única üa para producir información que dé cuenta de la situación
de la niñez y adolescencia migrante, y que arroje los suficientes
argumentos para sugerir medidas estatales. La realidad migratoria
está en continuo cambio ¡' complejización, más aún cuando se trata
de población oculta y en permanente riesgo. De ahí, que conside-
ramos que el eje investigación-acción debe ser transversal a todas
las acciones estatales. Es decir, configurar un sistema de investiga-
ción crítica, cualitativa-cuantitativa, que permanentemente arroje

l9l
información sobre la complejidad de los procesos migratorios, sus
impactos, y sobre ias nuevas necesidades sociales que a partir de
ellos emergen. Sólo así sería posible revefiir aquel círculo ücioso,
al que ya nos referimos en la primera sección de esta parte final del
estudio, que deteriora las condiciones de vida de la infancia ecua-
toriana misrante.

) Sistema de protección integral transnacional para la in-


Jancia migrante

La mayor aspiración a la que debería apuntar el Estado, en


coordinación con los Ministerios de Inclusión Económica y Social;
de Educación; de Salud; de Justicia y Derechos Humanos; de Rela-
ciones Exteriores, el Instituto de la Niñez y la Familia; la Dirección
Nacional de la Policía especializada para el Niños, Niñas y Ado-
lescentes; el Consejo Nacional de la Niñez y Adolescencia, y con el
apoyo de UNICEF, OIM y ACNUR; sería crear y poner en marcha
un sistema de protección integral transnacional para la infancia
migrante.
En la sección anterior ya dijimos que Ecuador cuenta con el
Código de la Niñez y Adolescencia, cuyo objetivo mayor es efectiva-
mente poner en marcha un sistema de protección integral para Ia
infancia ecuatoriana. Sin embargo, en esa misma sección, también
señalamos que en el Código existe una limitación ya que éste ex-
cluye la atención directa a la niñezy adolescencia que está fuera del
país, en este caso, aquella que transita por vías clandestinas para
lograr procesos de reunificación familiar. Así, apuntar a la modifi-
cación de ese artículo y sobre todo, configurar un sistema que vele
por el cumplimiento de los derechos de la infancia ecuatoriana, sin
importar el lugar donde ésta se encuentre, podía ser el mayor ob-

194
jetivo en materia de niñez migrante. Bajo este segundo gran eje
quedarían justificadas las acciones que a corto, mediano -v largo
plazo las diversas carteras estatales, en particular la SENAMI, debe
desarrollar. De hecho, incidir en eI proceso de DDD en México, ya
es un primer paso que podria sentar las bases para consolidar en
el futuro un sistema de protección integral transnacional. Reitera-
mos que alcanzar este objetivo, es un enorme desafío. Más aún si
todavía en el país existen limitaciones en la puesta en marcha de
un sistema integral que atienda ¡' proteja los derechos de los niños
que están en territorio ecuatoriano. Configurar un sistema como
éste requiere de un proceso consultivo mayor y del trabajo conjun-
to de expertos en diversas temáticas: migración, derechos huma-
nos, derecho constitucional, internacional, derechos de la infan-
cia, entre otros. Sin embargo, la realidad social ecuatoriana, que
está determinada por la migración, nos desafía a dar respuestas
creativas frente a la complejidad contemporánea la cual, lamen-
tablemente, está permeada de formas de üolencia que afectan a
la niñez y adolescencia. Esperamos que la propuesta de acciones
que siguen sea la base para que en el futuro este sistema pueda ser
creado y puesto en marcha.
Siendo la migración indocumentada de menores de edad
una problemática que atañe a varios Estados, en este caso, Méxi-
co y Ecuador, requiere de aliados, tanto en Ecuador como en Mé-
xico, de lo contrario difícilmente se podrá realizar estas medidas
estatales. Así, a partir del trabajo en campo realizado durante los
meses de marzo y abril de zorr, presentamos en el Cuadro No.ro
un mapeo de las principales organizaciones, nacionales e interna-
cionales, que estando en México, pueden fungir como aliados es-
tratégicos en el accionar del Estado ecuatoriano, particularmente
en torno al proceso de DDD. En el cuadro que sigue se muestran el
nombre y tipo de institución; así como el área de trabajo, y la zona
geográfica de cobertura. Adicionalmente, señalamos el nivel de in-
cidencia que dicha institución tiene en la problemática de la niñez
y adolescencia migrante en México, y el nivel de importancia que
tendría gestar una alianza de trabajo. El criterio de clasificación
para las alianzas, entre bajo, medio y alto, está dado por el nivel de
injerencia que la institución tenga en el proceso de DDD. Siendo
así, también hemos incluido una columna con el propósito que po-
dúa tener concretar una alianza de trabaio entre cada institución.

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Al cerrar este estudio, dejamos trazadas las vías para que
desde los Estados se hagan alianzas estratégicas con diversas insti-
tuciones, públicas y privadas, emprendiendo acciones para el corto
y mediano plazo. Asimismo, dejamos señaladas otras acciones, que
al ser mucho más ambiciosas, y por ende más complejas, deben
ser realizadas en el largo plazo. Entre ellas hemos previsto la pues-
ta en marcha de un sistema de protección integral transnacional
para la infancia nigrante y el diálogo interestatal con otros países
que también están afectados por procesos de reunificación familiar
clandestina y por la riolencia que se ejerce hacia sus connacionales
que emigran de manera indocumentada. Así, también creemos que
sería deseable que entre Ecuado¡, México, Guatemala, El Salva-
dor, Honduras y Nicaragua, países involucrados y que comparten
la problemática del tránsito clandestino de menores de edad no
acompañados, se puedan generar procesos de diálogo para en con-
junto crear medidas que de alguna manera impacten en reducir la
üolencia del tránsito migratorio.
Creemos que es fundamental que también se logre una ne-
gociación directa con Estados Unidos, el principal país de destino
de los flujos migratorios que salen de esos seis países. Mientras en
ese país, perdure la negativa de modificar la condición migrato-
ria de millones de indocumentados, entre los que se encuentran
muchos padres y madres ecuatorianos, centroamericanos y mexi-
canos, el üolento proceso de reunificación familiar clandestina se-
guirá en marcha. Recordemos que éste último país no ha firmado la
CDN, y de ahí que no exista ningún convenio internacional que lo
obligue a cumplir con los derechos de la infancia, sin hacer ningu-
na discriminación por origen, edad, género, o procedencia étnica.
Mientras se profundice la criminalización a los intlocumentados, y
en el primer destino migratorio del mundo, no exista la voluntad
política de transformar la nada alentadora situación vital de los
indocumentados, los derechos de la infancia, entre ellos el derecho
a tener una familia, seguirá siendo r,'uinerado. Por lo tanto, urge
que Ecuador logre alianzas con otros Estados, entre ellos esos seis
países afectados directamente por procesos migratorios globales.
Es fundamental que se logren acuerdos conjuntos en materia de
niñez migrante, para que de manera cohesionada, se presione a Es-
tados Unidos en la toma de alguna medida concreta que incida en
revertir la reunificación familiar clandestina y consecuentemente
la vulnerabilidad de la infancia.
Transformar radicalmente la experiencia de este tipo de
migración es una decisión política, que atañe a los Estados de ori-
gen, tránsito y destino. De ahí que mientras los Estados no asuman
como una tarea urgente en sus agendas públicas dar atención prio-
ritaria a la migración de la niñez indocumentada en tránsito, pues
sin su debido posicionamiento y visibilidad del tema, dificilmente
sepodrán generar cambios estatales y sociales. Finalmente, hemos
de insistir que revertir la violencia que entraña la migración indo-
cumentada, implica una decisión mayor que tiene sus orígenes en
la desigual integración capitalista contemporánea. En la medida
que en Ecuador no se aseguren mejores condiciones y oportuni-
dades de r-ida para sus connacionales, clifícilmente se detendrán
los procesos migratorios de adultos, y consecuentemente, la reu-
nificación familiar clandestina. Así mismo, mientras los Estados
no den respuestas creativas y decididas para hacer frente a la üo-
lenta realidad migratoria, poco o nada se modificará. De ahí, que
apuntar a consolidar un innovador sistema de protección integral
transnacional para la infancia migrante, podría ser una salida. La
información está puesta sobre la mesa. Las preguntas que alum-
braron a esta investigación han sido refleúonadas y, a partir de ha-

201
llazgos empíricos, han sido respondidas. Ahora lo fundamental es
accionar y transformar radicalmente esa compleja realidad, pues el
bienestar de la niñez y adolescencia ecuatoriana no puede esperar
más.

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220
Entreüstas

Migrontes
- Verónica, migrante ecuatoriana. 16 años. Tapachula, Chiapas-
México. febrero zort.
- Magaly, migrante ecuatoriana.l3 años. Tapachula, Chiapas-Má
xico, febrero zolt.
- Luis Freddy Lala, migrante ecuatoriano, pide no viajar a Má
xico porque "los Zetas están matando a gente", Ecuaüsa, z de
septiembre zoro, versión digital http://wwv.ecuavisa.com/
noticias-nacionales / z7 77 7 -fr e ddy-lala-pide-no-viaj ar-a-mex-
ico-porque-qlos-zetas-estan-matando-genteq.html última üsita
8 de noüembre zoro.

Funcionarios de organisrnos nacionoles e internaciono-


México
Ies en
- Mirlette Ochoa, Coordinadora de Operaciones del Programa
de retornos voluntarios asistidos de la OII\{. Ciudad de México,
abril de zorr.
- Arelí Palomo, Investigadora de I(dh)eas, Litigio Estratégico en
Derechos H umanos, A.C.
- Renata Calderón, Asistente de Proyectos en OIM Tapachu-
t^
- Keisdo Shimabukuro Rivera, Jefe de departamento de la fronte-
ra sur de la quinta üsitaduúa general de la CNDH.

221
Glosario

ACNUR Alto Comisionado de las Naciones Unidas


para los Refugiados
AI Amnistía Internacional
CEPAI Comisión Económica para América Latina y el Caribe
CNDH Comisión Nacional de Derechos Humanos de México
CDN Convención de los Derechos del Niño
COMAR Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados
CONAPO Consejo Nacional de Población de México
CIDH Corte Interame¡icana de Derechos Humanos
DIF Sistema Nacional, Estatal o Municipal para el Desarrollo
Integral de la Familia de México
DHS Depaftment of Homeland Security
ENEMDU Encuesta Nacional de Empleo y Desempleo
FE\TMTRA Fiscalia Especial para los Delitos de Violencia contra las
Mujeres y Trata de Personas
FT¿.CSO Facultad t¿tinoamericana de Ciencias Sociales
LGP Ley General de Población
ODNA Observato¡io de los Derechos de la Niñez y Adolescencia
OIM Organización Internacional para las Migraciones
OIT Organización Internacional del Trabajo
INEC Instituto Nacional de Estadísticas y Censo
INM Instituto Nacional de Migración de México
UNICEF United Nations Children's Emergency Fund
LTNFPA United Nations Fund Population Agency
UNODC United Nations Office on Drugs and Crime
SENAMI Secretaría Nacional del Migrante
SIISE Sistema Integrado de Indicadores Sociales del Ecuador
SRE Secretaría de Relaciones Exteriores
DDD Detección, Detención y Deportación
OPIS Programa de Oficiales de Protección a la Infancia

222
Anexos

7. Fuenteshetnerográficas

Tabla No.1
Fuentes hemerográficas

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wwr:elcomercio.com), Dia o El Unive¡so (w*lv,elunivelso.
com), Diario El Tclégrafo (w.$.\'r'.telegrafo.com.ec) Revisra
Ecu¡dor \¡útazo (ww$..vistazo.com)

Di¿rio La Jornada (wwwjomada.unam.mx ), El Universal


(wwwel-unjversal.com.mx), Relorma (wwwrrefo¡ma-com ),
Milenio (x'wwmilenio.com), Semanario Proceso.
Pe¡iódicos de Tapáchula, Chiapas (honieÉ sur mexica¡a):
trléxico Dia¡io del Su¡, El Orbe.

Prensa Libre (vwv.prensalibre.com), Diario La Hora (*:w:


Gü¡temal¡ lahora.com.gl), El Pe¡iódico (ww\l'.elperiodico.com.gt.).

La Pre¡sa de Honduras (wwu':laprensahn.com ) y la T¡ibuDa de


Hondur¡s Hondu¡as (ü'ir\v.latribun¿.hn).

La Prensa Gráfica (www.laprensagrafica.com), El Diario de Hoy


El Salv¡dor ($'r,!'rv.elsalvadorcoÍr,hwedb). El f aro Net (ww\l.elfaro.net).

La Prensa (\,!wrv.laprensa.com.ni) y El Nuevo Diario (*nv_w.


Nicar¡gua elnuevodjario.com.ni )
2. Infortnantes claues en México

Tabla No.2
lnformantca claves entr€vistados

Itrstitución Cargo
informánte

Asistente del Programa de


UNICEF Karla Gallo
Protección Infantil

Organización Intemacional para


Helene Lcgo1I Jcl¡ dc Misión cn Móxico
las N{igr¿ciones, OIM

Ercargado de Relaciones
Instituio Nacional de Mig¡ación, Inte¡institucionales. Creador
Oliver Bush
INM de las ()6ciales de Prctección
a la Infancia

Luis Femando de los


Estación migrato¡ja lztapalapa Sübdirector
Reyes

Aho Comisionado de Naciones


Unidas para los Relirgiados, Rubén Barbado o6cial de Protección
ACNLfR

Sistema In¡egral para el Directora de Enl¡ce y


Dom Ordoñez
Dcsanollo de la familia D.LF Concertación

Sin Froüte¡as (ONG) Karla Meza Asi\tenre de Dirección

Save the Child¡en Martha Ferrer Directora de Progama

Fiscalía Especial para los Delitos


de Vjolencia conta las Mujercs y ElviÉ Luna Pineda Directora de FEVIMTRA
Trata de Personas. FEVIMTRA

Comisión Nacional de Derechos


Humanos. CNDH
Femando Batista Quinto visitado¡ de la CNDH

Embajado¡ Galo
Embajada de Ecuador en México Embalador
calarza Ávila

Consulado de Bcuador en México Verónica Peña Monlero Cónsul General

224
3. Ecuatorianos entreuistados en su tránsito
la fr ont er a sur mexicana, :

Nombr€ EdNd Lug¡r de Ciüdad de €ntrevista Fecha


(¿ños) oúgen

Esteban 31 Ecuador Tapachula Mayo, 2008

Jonath¿n ?3 Ecuador Tapachula Mayo, 2008

Ignacio 4t Ecuador Tapachula Mayo, 2008

Diego 2] Ecuador TapacbuLa Mayo. 2008

Xavier 18 Ecuador Tapachula Mayo, 2008

Luis 35 Ecuador TapacbuLa Abril,2009

Verónica Ecuador Tapachula Febrero, 2011

Magaly l3 Ecuador Tapachula Febrero. 2011


4. Mapas del sistetnaférreo tnexico,no:

Mapa No. I
Yía férreas en el sur de México

E@
- ,(C5$

Füerte y elaboracióÍt Fefrosur


Mapa No.2
Vías férreas a partir del Distrito Federal

Fuente y elaboración: Ferrome


J. Marco Legal

Ley par¡ la Protección de los Derechos de Niñis, ñiios y Adolescentes, 2000


México

A¡ticulos directamente vinculados con I¡ prot€cción ¡ la niñez v adol€scenci¡ migrante


indocumentada en tránsito

Ardculo Descripción

[...] Esta ley se fimd¿menta en el párrafo sexto del a¡tículo 4' de la Corstitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, sus disposiciones son de orden público,
I interés social y de obse ancia general en toda la República Mexicana y tiene por
objeto garantizar a niias, niios y adolescentes la tutela y el respeto de los derecbos
fundamentales reconocidos en la Constituciór

La protec{ión de los derechos de niñas, niños y adolescmtes, tiene como objetivo


asegurades un desar¡ollo pleno e integral, lo que implica la oportunidad de fonnarse
fisica, mental, emocional, social y moralmente en condiciones de igualdad.

Principios rectores de lá protección de los derechos de la niñez:


*El del interés superior de la infancia.
*El de Ia no-aüsc¡iminación por ninguna raán, ni circunstancia.
*El de igaldad sin distinción de raz¿, edad, sexo, ¡eligión, idioma o lengua, opinión
política o de cualquier otra indole, o¡igen étnico, nacional o social, posición econó'
mica, discapacidad, circunstancias de nacimiento o cualquiem otra condición suya o
de sus ascendientes, tutores o reprcsentantes legales. *El de vivir en familia, como
espacio pimordial de desarrollo. *El de tener una vida libre de violencia.
*El de coÍesponsabilidad de los miembros de Ia farnilia, Estado y sociedad.
*El de la tutela plena e igualitaria de los derechos hurnanos y de las garantias cons-
ti¡¡cionales.
*De conformidad cDn el p¡incipio del inüerés superior de la infancia, las normas
aplicables a niñas, niños y adolescentes, se entenderán di¡igidas a procurarLes, pri-
mordialmente. los cuidados y la ¿sistencia que requieren para lograr un crecimiento ),
Llrr desarollo plenos dentro de un ambiente de bie¡estar familiar y social.
*El eje¡cicio de los derechos de los adultos no podrá. en ningún momenlo, ni en
4
ninguna cirDu¡st¿¡cia, condicionar el ejercicio de los derechos de niiias, niños l¿ ado-

ll-a áplicación de esta ley atenderá al respeto de este principio, así como al de las
gar¿ntías y los derechos fundamenlales ¡econocidosen la Constitución Politic¿ de los
Estados Unidos Mexicanos.

La Federación, el Distrito Federal, los estados y los munjcipios, procurarán


implementar los mecanismos necesarios para impulsar una cultura de protección
5
de los derechos de la infancia, basada en el contenido de l¡ Convención Sobrc los
Derechos del Niño y tratados que sobre el tema apruebe el Senado de la República.

228
Cor¡esponde ¿ las alrto¡idades o inslancias iederales. del Difrito Federal. estatales
y lnunicipalcs en el ámbito de sus atribuciones, l¡ de ¡segurar a niñas. niños v
¡dolcscentcs la protección y el ejercicio de sus derechos y lá toma de medidas
neccs¿rias p¡ra su bicncsla¡ tomando en cueni¿ Los derechos y deberes de sus
1
madres, padres. y demás ascendientes, tutores )' uus¡odios, u otlas personas que
sean responsables de los mismos. De igual manera y sin plejuicio de li) anterior, es
deber obligación de la comunidad a la quc pcrlcÍcccn ), cn gcncral dc todos los
"v
inlcgra¡tcs dc la socicdad. cl respeto y el ¿uxrlio en el ejercicio de sus derechos.

Aiin de procumr para niñas. niños y adolescentes. el ciercicio igualitario de todos


8 sus derechos, se atenderá. al aplic¡rss cstü lcy. ¡ la! dii¡rcncias quc altctan a
ouienes viven orivados de sus derechos.

Para los cfectos dc garantizar y promovcr los dcrcchos contenidos cn l¡p¡cscnrc


le1, las autoridades federales. del Distrito Feder L, estatales y municipales en el
t0 ámbito dc sus atribuciones, promoverán las ¿ccionos conduccnt€s a proporcronar
la asistencia apropiada a madres, padres, tutofes o person¿s respons¿bles para el
desempeño de sus 1ácultades.

obligacioncs dc asccndicntcs. tutorcs -v cuslodios la obligación de garanliar el


11.12,
pteno cumplimientc, de los derechos de la inr'a¡cia: protegerlo contra toda forma de
t3
abuso; tratarlo con respeto,v dignidadi orientarlo a fin de que conozca sus dcrcchos.

Niñas, niños, y adolescentes tienen derecho a que se les asegure p¡ioridad en el


cjcrcicio dc bdos sus dcrcchos:
*Se les brinde protccción y socorro en cualquicr circunstancja con la oportuüidad
-v

*Sc les atjenda ant€s que a tos adultos cn todos los senicios. en igualdad de
l.l
*Sc considere el diseñar ejcout¡r las politicas públicas necesarias pa¡a la
)
protccción dc sus dcÍechos.
* Sc asig[en mayores recursos a las institr¡ciones encargadas de proteger sus

Niñas. niños I adol$ccntcs tiencn derccho intrinscco ¡ l¡ vida. Se garañjzará en la


máxima medida posible su supeñivencia y su desarollo.

Niñas. niños I' adolescentes tienen recoDocidos sus derechos y no debem hacerse
ningún tipo de discriminación en razón de raza. color, sexo, idioma o lengua,
religión; opinión politica; origen étnico. nacional o social; posición cconómicar

disc¿pacidad fisica, circunst¿ncias de nacimiento o cu¿lquier otra condición no
Dre\,isla en este artículo. ls deber de les autoridades adoptar las medidas apropiadas
para girantizar cl gocc dc su dcrccho a la igualdad elr todas sus formas.

Las medidas quc sc ¡omcn y l¡s normas quc sc drctet p¿fa proteger a niñas, niños y
adolesccnics. quc se cncuentrcn cn cifcunstanci¿s especialmente dificiles po¡ cstar
carentcs o priv¡dos dc sus derechos y par"¿ procurafles el ejercicio iguali!¿rio de
17
éstos, no deberán implic¿r discriminación para los demás inlantcs y adolescentes,
ni festringirles dicho goce igualitario. Las mcdid¡s especiales tomadas en favor de
aqLÉllos pero m respeto de éstos, ro deberán entenderse como discriminalo¡ias.

Es deber de las autorjdades, ascendjcnLcs, lulorcs r- de miembros de la sociedad.


pronovcr e impulsar un desanollo igualitario entre niñas. niños y adolescentes.
t
clebiendo comMtir o erradicar desde la más tiema edad las cofr¡mbres y prejuicios
alentadorcs de una Dreterdida suoerioridad de un sexo sob¡c otro.

229
19,20 Dercchos a Vivil en Condiciones de Bienestar v a un Sano Desarrollo Psicofisico.

De¡echo a sc( Protcgido en su integridad, en su libertad, y con¡ra elm¡ltrato y el


2l

22 Derecho a la idcntidad

23,24,
25,26,
De¡echo a vivir en familia

2A Derecho a la salud

33,3.r,
De¡echo al descanso y al jueeo

36,37 Derccho a ta libertad de pensamienio y a La cultura propia

44 Derccho al debido pmceso en cas de infracción penal

I¡s nDmas est¿blecerín lasbases pda asegurd a dñas, niños y adolesce¡tes. b siguie¡le:
*QE no seú some¡dos ¿ tortuEs ni a otrcs tratos o pcoü cruclcs, i¡lunaDas o degr¡dá¡tes.
*Que no se¿n pnvados de su libefadde mmera ilesal o übitrdia.
+lá detención o privacló¡ de la libeñaddel adolescente se llevüáa cabo de confomid¡d coú ja
leyy respetaúdo Las gd¿nLias de audjencia, defensa y procesales que reconocc LaConilitución.
' Que la piración de La libe.lad sea aplicad¡ siempre y cuúdo se háya comprcb¿do qu€ se
infiingió gavem€nte la lel penai y como frltimo recurso, duranre el periodo más breve posible,
drrD¡iendo al pnDr rprú f<l r¡rer$ .upe¡io, de lá inf¿n..¡.
lQue de aqueUos adolercenres que i¡frinjú la ley pen¿i. su tlatmiento o iútemnnienro sea
distinlo al de los adullos y. se e¡cuenrcn i¡tern¡dos €n lugr¡res diferentes
de éslos. P¿ra ello se cfearán inlitüciones es?eciali2adás pam su ¡ratmieDto e intcmamicnto.
lQüe de confomidad con el inc¡o que mteccdc. se p¡]morerún códlgos o leyes en los que se
estabLecdá¡ procedimienros y credán insiituciotrcs y autoridadcs esp€cializadas lar¡ el rr¡t¡-
mie¡1o de quie¡es se alegue han infringido las Leyes penales. Entrc esú ¡cciones se estableceráf,
Minisrcrios PúbLias y Jueces EspeciaLizados.
*
Quc cn el t¡atmic¡to ¡ que se rliere el inciso aúterior. se considere l¡ imlortdcia de prcmover
45 La reintegruión o ad¿p¡@ión socül del adolescenle y pEia que arluna u¡a turciótr mnstructira

*Que dtre Las medidas de tr¿tamie¡to quc se apliqu€n a quienes iúfriújm Ia lev pel¡l, se e¡
cucntrcn las siSuicnies: Ll cuidado, oriot¿cióq supenisión, asesoramjen¡o, libertad vigilad¡,
colocació¡ de hogares de gurda. progrmu de emeñ¡Ilza l foÍoacióú profesional. ¡si como
ot as losibilidades altematiras a la inlemacióú en instituciones, pda asegurü qu€ sean tntá-
dos dc mnera apropiada p¡r¡ su reintegració¡ y adapt¡clón social, en tunció¡ de su bieneslat
cujdddo que la nedid¿ ¿plic¿d¿ eua¡de proporcidn enúe fas cücuf,fmcias de sx conrisr'ón y la
smcióD corespo¡didte.
*Quc a quienes se prive legalnente de su libertad, sean tatados respet¡ndo sus derecbos huma-
nos y la dignidad jnberenle a toda persona.
*Que qxioes sem pri!¡dos de sLl libeitad tengan derecho a mantener contacto perlMnente y
corsranre co¡ su 1ámilia. con La cual lodrá convivir salvo en los caso! que lo ;mpida el intdés
suFerior de la infdcia
*Que no procederá la privación de libenad en nirsún caso cundo se trute de nlñas o riños.
Cuando se bate dc adolcscent€s que se encuentren ú circunstúcias extraorditurias, de ¡bandono
o de caiLe, ro podrá¡ ser privados dc su liberad por esa situ¡ción especlalme¡te diffcil.

Articulo relacionado con adolescentes que presurtamente ha_van cometido una falt¿

penal
El adolescente que inftinja Las norm¡s adminisrrativas quedad sujeto a la
competencia de las instituciones especializadas o dc las instituciones equivalentes
en la Entidad Federativa en la que se encuenben. las cuales deberá asistirlo sin
desvincularlo de sus famjlias y si¡r priv¿rlo de su libertad.

48, 49, Artículos relacionados con La procur¿ción de la defensa y protección de los


50,5l derechos de niños, niñas y adolescentes

Aficulos relacio¡ados con las sancioncs por infracción a leves constiiucionales


Fue¡t€:Ler Dára laP.otecció¡ de lo, De¡echos deNi¡as. Niños !,\dol€sce¡tes, 2000. ELaboració¡ lrorrr

231
Código de la Niñez y Adolesc€ncta, 2003
fcuador
Articulos directamenie ünculados con la protección ¡ la niñez -v
adol€scetrci¡ migrante
indocDment¡d¡ en tránsito
Artículo Descripción

[-..]Este Código dispone sobre la prot€cción integ¡al que el Est¡do. la sociedad


y la familja deben gafantizar a todos 1os niios. niñas y adolesccntcs que i.iven en
I
el Ecuador, con el lin de lograr su desar¡ollo jntegml y el disfrute pleno de sus
derechos, en un ma¡co de libeÍad, dig¡idady equidad

Las no¡mas del preserte Código son apiicabies a todo ser lrumano, desde su
concepción hasla que cumpla dieciocho años de edad. Por excepción, protege a
2
personas que han cumplido dicha edad, en Los casos exprcsamenle contemplados en
cstc Código.

lgualdad ), no discriminación:
Todos los niños niñas y adolcscentes son iguales antc la ley -v no serán
discriminados por caus¡ dc su nacimiento. nacio¡alidad, edad. sexo. ctniar color
6 origeÍ social, idioma, religión. ñliación. opinión politica. situación económice,
o¡ientación sexual, estado dc salud, discapacidad o dilersidad cultual o cL¡alquier
olra condición propia o de sus progcnitores, representantcs o familiares. El Estado
adoDtará las medidas neces¡rias Dara eliminar toda fo¡ma de disc¡iminación.

Corresponsabilidad dei Estado, Ia sociedad y la lamilia:


Es deber del Estado, la sociedad y la famili4 dentro de sus respccti\rcs ámbitos,
adophr las mcdidas políticas. adminis¡rativas, econóúicas. legislativas, sociales
yjuridicas que sean necesadas para La plena vigencia, ej ercicio efecijvo, garaltia,
8
proteccii)n y cxigibilidad de la totalidad de Los derechos dc niños; niñas y
adolescentes. El Estado v la sociedad foñnularán y apljcarán politicas püblic¿s
sociales y económjcas; y destinarán recursos económicos süficientes, en foma
eslable. peflranente y oportuna.

Fmción básica de Ia familia:


La ley reconoce,v prctcgc a la familia como el espacio Datural y fundamental para
9 el desanollo inle$al del niño, niii¡.v adolescente. Coresponde prioritariamente al
p¿dre y a la madre, la responsabilidad compartida del rcspeto. protección y cuidado
de los h;jos ,r, Ia pmmoció¡, ¡espe¡o y erigibilidad de sus de¡echos.

Deber del Estado ftente a la famili¿:


El Estado tiene el deber prioritado de definiry ejeculár
10 políticas, planes y progrrLmas que apo¡'en a la fauilia para cumplir con las
responsabilidades
especficad¡s en el ardcuLo arterior

El interés superior delnino:


Pdncipio quc cstá orieütado a sa¿rsface¡ el eje¡cicio etcdvo del coniut¡o de los
derechos de los ¡iños. niñas y adolesccntes; e impone a todas las autori¿lades
1l adminisfativas -vjudici¿les y a las insti¡uciones públicas y privadas, el deber de
ajustar sus decisiones y acciones pare su cumplimiento 1...1 \adie podrá in!ocarlo
confa norma expresa )¡ sin cscuchar previamente la opinión del niño, nina o
adolescente involucmdo, que €stÉ en condiciones de expresarla.

232
Prioridad absolut :
En la lbrmulación y ejecuciórr de las políticas públicas y cn la provisión de
recursos, debe asignarse prioridad absoluta a Ia niñez y adolescerci¿, a las que se
asegurará. además, el ¿cceso prcferente a los señ'icios públicos y a cualqüer clase
t2
de etención que requicmn.
*Sc dará prloridad especial a la atención de niños y niñas menores de seis años.
*En caso de conflicto, los derechos de los niños, niñas y adolescentes prevalecen
sobrc los derechos de los dcmás,

EJercicio prcgftsivo:
lll qiercjcio de los derechos -v garantias y el cumplimiento de los deberes l¡
responsabiLidades de niiios, niias y ¿dolesccnlcs sc harán dc manem prcgresiv¡,
t3
dc acucrdo a su grado de desarrollo y madu¡ez. Se nrohibe cuaLquier rest¡icción al
ejercicio de estos derechos y ganntías que no cs!ó eliprcsame¡te contemplado en
cstc Códjgo.

Aplicación e integretación más favorable ¿l niño, niñ¡ y adolescente:


l4 \inguna autoridad judicial o administrativa podra j¡vocar falta o insuñcicncia dc
norma o procedirriento expreso paÉjustificar la violación o desconocimicnto de
lor derechor de lu. niñ,'.. niñ¡' ) ¿Julc{ enre

Los niños. Íiñas y adoLescentes so¡ sujetos de derechos y garantias y, como 1ales.
gozan dc todos aqucllos quc las lcycs conlcmplan cn t&!or de las personas, además
de a$Ellos específicos de su edad.
l5 Los niños, niñas y adolesce¡tes extranjeros qlrc se mcucnlren baj o jurisdicción del
Ecuador, sozarán de los mismos derechos y garantias reconocidas por la ley a Los
ciudadanos ecüarodanos. co¡ las limitaciones eslablccldas eü la Confitución y en

Los derechos y ga¡antias de la niñez y adolescencia son de orden público,


l6 interdependienres, indi!isibles, irfenunciables e inLransigiblcs, salvo las
e\ccpr ionci (\prc'rmc_lq sc¡¿l¿dar cn l¿ lcl

Tod.r persona, incluidas las autoridades judiciales y admlnistrativas, quc por


cualqücr medio tenga conocimicnto de la liolación de un derecho del niño, ¡iñ¡ o
t1
adolescenie, est.i obligada a denunciarla ante Ia auloridad competente. en un plazo
máximo de cuarenta y ocho horas.

Los de¡echos r garantías que las leyes reconoccn cn falor del niño, niña v
adolescente, son potest¿des cuya obser¡ ancia,v pfo¡ección son exigib)es a las
18
personas t org¡nisúos rcsponsablcs dc asegurat su eficacia. en la forma que este
Código y más lq.es establecen para elefecto.

Las vLolaciones alos de¡echos de los niños, niñas y adoLescentes serán sancionadas
t9 en la lorma prescrita en estc Código.v más lcycs, sin pc¡luicio de l¿ reparación que
conesDonda como consecuencia de la resDonsabilidad civil.

Derecho a la vida.

2l Derecho a conocd a sus prcgcnitorcs y nantencr rel¿ciones con ellos,

22 Derecho a tener una familia y a 1a convivencia farniliar

233
21 Derecho a lactancia maiema

26 Derecho a utra vida digna

21,2a Derecho a la salud

Coresponde a los progenitores y demás personas ercargadas del cuid¿do de los


niños, niiias y adolescertes. brindar la areÍción dc s¿lud quc estó a su alcance y
29
asegumr cl cumplimicnto dc las prescripcioncs. cont¡olcs -v disposiciones médicas
v de salubridad.

Derecho a seguirdad social

Derecho a la idcnti¡lad
Los niños. niñas y ¡dolescentes tienen derecho a la identidad y a los elemcntos
que la constituyen, especialmente el nombre, la nacionalidad y sus relaciones de
l¡milia. de conformidad con 1a lcy. Es obligación del Estado preservar la identidad
de Los niñosl niñas -v adolescentes -v sancionar a los tespo¡sables de la alieración,
sustitución o privación de este delecho-

37,38,39 D€recho a la €ducación

43 Derecho a la vida cültural

45,46,41 Derecho a la info¡mación adecuada

,18 Derccho a Lá rccreación v el descanso

50 Derecho a la integridad personal

5l Dcrccho a la libcrtad pcrsonal. dignidad, reputación, honor e imagen

59 Derecho a ia libertad de expresién

60 Derccho a scr consultados

6l Derecho a Ia libertad de pensamiento, conciencia y religión

.AnrcuJo refer rLlo a la prorccción conrra rodn ripD de m¿llmro (fisico. emocionalt

ó8 Afículo feferido co¡tra cualquier forma de abuso sexual

69 Artículo referido coDtra cualquier folma de explotación scxual

Articulo referido contra el tráfico de niños:


*Se cntiende por tráflco dc niños, niñas o adolescentes. su sustÍacción, traslado
o retención, dentro o tuera del pais y por cualquier rnedio, con el propósito de
utilizarlos en lap¡ostitución. explotación sexual o Laboral. pomografia, narcomfico,
70 tláfrco de ó¡ganos. señidumbre, adopciones ilegales u otras actividades ilicitas.
*Se consideran medios de lálico, entrc olros, la sustitución de persona, el
consentimiento ftaudulento o forzado y la entrega o rccepción dc pagos o beDeficios
i¡dcbidos dirigidos a logra¡ el consentimiento de los progcnitores, de las personas o
de l¿ institución a cu\rc caruo se halla el niño. niña o adolescente

1l Afticulo referido ¿ la pcrdida de niños, niñas y adolescentes

234
Articulo referido a las person¿s obligaalas a denuncrar:
+Las personas que por su profesión u oiicio lcngan conocimiento de un hecho
que presenie caracteristicas propi:L\ de maltr¿lo. abuso y explo¡ación scxu&I,
trafico o pérdida de que hubiere sido victima un niño, niña o adolescmte, dcberán
72
denunciarlo dentro de las veintifliatro hoÉs siguientes de dicho conocimiento a¡le
cualquierr de los frscales, auloridades judicialcs o administrativas competentes,
incluida 1a Defcnsoría del Pueblo. como entidad garante d€ los derechos

Dcbcr dc protccción cn los casos de maltr¡b:


*Es deber de todas las personas inten eni en cl auto pare proteger a un niño. niña
o ádolescente en c¿sos flagrantcs dc maltralo, abuso scxual. lñifico y explotación
sexual .1r olras violaciones a sus derechos; y reque¡ir la inteñ'ención inmediata de la
autoridad administrativa, comunitaria o Judicial.

Prcvcnción y polí¡icas rcspccto dc las mátcrias quc trata cl prcscrto titulo


El Estado adoptará las medidas legistativas, administrativas. sociales. educativas y
de o!a irdole, que sean necesari¿s para proteger a los niños, niiias y ¿dolescentes
contm las conductas y hechos previstos cn cs(c lítulo, c il¡puls¡rá políticas y
programas dirigidos al
1. La asistencia a la niñez y adolescencia y a las lersonas responsables de su
cuidado y Frotección con el objeto de prevenrr estas lbrmas de violación de

2. La prc\'c'nción c investigación dc los casos dc malrato, abuso y cxplotación


sexu¿l. tráfico y pérdida;
3. La búsqueda. recuperación y reinserción famiLia( en los casos de pérdida, plagio.
traslado ilcgal y lráRco: ),
4. El fomento de ün¡ cultura de buen irato en las relaciones cotidianas entrc adultos,
niños. niias y adolescentcs.

Protección co¡t¡a cl traslado y retcnción itícitos dc niños, niñas y adolescentes.


*Se prohibe el traslado y la retención de niños. niñas v adolescentes cuando
violan el ejc¡cicio dc la pal¡ia potcstad. cl rógimcn dc visitas o las normas sobre
autorización pam salir del país.
*Los niños, ninas adolescentes que han sido traslad¡dos o rcicnidos ilcgalmentc,
-v
11
tienen derecho a ser reintegmdos a su medio 1'amiliar v a gozar de las visitas dc sus
p¡ogcni|o¡cs y otros paricntcs dc confomidad con lo prcvisto en este Código.
* El Estado tomará todas las medidas que sean necesarias para logmr el rcgrcso
-.r
rciÍscrción tamiliar dcl niño, niña o adolesccnle que se encuenfe en la situación
prevista en este articuLo.

Mcdidas de prctección para los casos preljstos e¡ este titulo

81j82,83 Dereclo ¿ la prnteccion contr¿ ld e\¡ioracinr lahor¿l

235
Se prohíbe el trabajo de adolescenlcs:
L En minas. basurales. camales, canteras e industrias exhactivas de cualquicr clas€;
2. En actividades que implican Ia manipülación de substancias explosir.as,
psicotrópicas. tóxicas. Feiigrosas o noci\.as para su vida, su desanollo fisico o
mmial y su salud;
3. d€ tolerancia, lugares de juegos de aza( expendio de
Er prostíbulos o zonas
bcbidas ¡lcohólicas y otros que puedan ser inconvenientes para el desarrollo moral
o social deL adolescenter
4. En actividades que requieran el empleo de maquin¿ria peligrosa o quc lo c{ponen
a ruidos que excedcn los limites legales de tolerancia
5. En una actividad que pueda agravar la discapacidad, aratáflddse de ¿dolescen¡es
que la tengan;
6. En las demás actividadcs prohibidas en otros cue¡pos legales, i¡cluidos los
infrumentos intemacionales mtificados por el Ecuador; ),
7, En hogares cuyos. miembros tengan antecedentes como autores de abuso o
maltrato.
El Consejo Nacional de laNiñez yAdolescencia determinani las fomas especificas
de tr¿b¿jo peligroso, nocivo o riesgoso que están prohibidos para los adolescentes,
lomaDdo 0n cuenta su naturaleza, condicioncs -v riesgo para su üda e integridad
personal. salud. cd\rcación, scguridad y desaÍollo integral.
6. Consütuciones

Constitüción Política de los Efados thidos Mexicanos


1917, te¡lo vigente a 20ll
Artículos dircdamentc rinculado! cotr la protección a la niiez y ¡dolesc€ncia migr¡nte
indocumentada en tránsito

Articulo Descripc¡ón Observaciones

En los Estados Unidos Mexicanos todo individuo


gozará de las g¡rantias quc otorya csla (lonslilL¡ción,
Artícu10 que explicita
lar,u¿1c.. n,' ||)Jrdn renrin8i-{e ni :us¡ender'e. 'inn
quc el Estado mexicano
en los casos y con las condiciones que ella misma
gamntiz¿ el i¡restricto
cumplinrjenlo dc los
Eslá p¡ohibida l¡ escla\.itud en los Estados Lnidos derechos humanos, sin
Mexicanos. l,os csclirvos d.1 extrdnjeio q$e lntren al discrimjnacLón de origen
lenito¡io nacional alcanzarán. por este solo hecho. su nacional, géDc¡o o edad.
1
libefad v la prolección dc las leyes. Por tanto, implica el
irrcstricto cumplimiento
Queda pfohibida toda discliminación molivada
por odgen étnico o nacional, el género. h edad. las ¿ los derechos de la Íiñez
migraDte ecuatoriana,
dr.c¡pdcidaoe.. ld (ondic,ón ... ,¡1. l¿' . onJ,c,o,,c'
de ,alud. l¿ rcliJion. lJ, np nionc,. la, prcliren.ra,.
indocumenrada, transita
el estado cnil o cualquier otra que alente contra
la dignidad huñana y tc¡ga por objcto aüular o
mcroscab¿r los derechos )' libertades de las personas

Todo hombre ti€ne derecho para enftar en la República,


de ell L \ r:¡irr nor 'u rem úriu ! rnuddi de re.r-
'alir
dencia. sinnecesiüd de carta de segurid¿d, pasapolle,
salvo-conducto Ll otros requiritos senejantes. El cjcrci'
cio de este derecho est¿rá subordi¡ado ¡ Las facútades
ll de la autorid¡d jüdicial. en los casos dc rcsponsabilid¿d
criminal o civil. y a las de la auloriüd administrativa. Articulo quc explicita
(administrativa. sic DOF 05-0:-1917) por lo que toca a el derecho que todo
l¿. limirJci¡ncs qu( impurrgrn h' l.r es .ubre emiql:r- individuo denc de entrar
ción inmigr¿ción y salubridad generalde la RepúbLica. y viajar por territorio
o sobrc . rrrar rlcrur p<rrucroso. re.idefle. en el p¡.'. mcxicano (léase transitar).

Son extmnjcros los quL no posc¿n las caliüdes deter-


min¿das en el aÍiculo 30 [ Art. 30 luce alusión a que l¡
nacio¡alid,ad mo{icana sc ¡dquicrc por naciniie¡tc' o por
n¡turahz¿ciónl. Tienen derccho a l¿s gamntías que olorga
el Capitulo I, Titulo Pnmero, de la Fesente Constitución; Aniculo que explicita
pero el Ejecutivo de )a I- nión tend¡á la tucultad exclusiva qúe todos los extmnjeros
de h¿cer abandonar el te¡ritorio nacional, inmediatamenle son sujetos de derechos y
y si¡ necesid¿d de j uicio pr€lio. ¡ todo ext¿njero cuya que cl Estado mexicano
pennancncia juzgue i¡conveniente. Los extr¿njeros no garantiza el ir¡estdcto
podráD cle ningrna ndner¿ inmiscuirse en los ¿suntos cLrmplimiento de ios
polilicos dcl país.

lL'.nlF C',¡.lir r ión P,,li rr ,1. l,'\ | Nl.xi.an.i l{)l I Fl¡b,rr¡.ión nrn¡14

23'7
f\¡uev¡ Ley de llligración
Estados Unidos Mericaros
2011, terto vig€nte diciembre de 20ll
Articulos directsmente vinculados con el tránsito migratorio y l¡ protécción a la niñez y
¡dolescencia migr¡nte ir¡docümentad¡, en tránsito

Artículo D€scripción Obserr'aciones

En cualqui€r caro, independi€Dte¡¡enie de su situlció¡l


migratoria, los migr¿ntes tendrán derecho a la procuración e
impalición dcjusticia. rcspetando en todo momento el derecho
al dehid^ proceso. aci como a pre\enlar quejas en marcria
ll de derechos humanos, de conlomidad con las disposiciones
conteniüs en la Constitución y demás leyes aplicables.
En los procedimientos aplicables a niñas, niños y adolescertes Derechos y
fiigranlcs, sc lenüá en cuenta sü edad y se privilegiará el Obligaciones de
interés superior de los mismos.

Proporcionar asistencia social para la atención de niñas, niños


y adolcsce¡lcs mig¡antcs no acompañados que requieran
sen icios para su protección;

Otorgar l¡cilidadcs dc csiancia v gamntizar la protección de


niñas, niños,v ¿dolescentes migmntes no acompañados en tanto
el lnshtlrio resuelva su situación migratoria, conlor¡c a lo
29 previsto en el afticulo 112 de esta Ley;
obljgaciónes
Coad)uvar con el l¡stituto en la implemertación de accioncs del Sistema
que permitan brindar una atención adecuada a los migrantes Nacion¿l par¿
que por difercntes factores o la combinación de ellos. el Desarrollo
eniientan situaciones de mayor vul¡e¡abilid¡d como son los lntegml de la
njños. niñas y adolescentes migantes Familia (DIF)

Tratándose de niñas, niios y adolescentes sujetos a un regula la salida


procedimiento de restitución intemacional, de conformidad de personas
con lo eslablecido en los b¿tados y con\€nios i[temacionales delteritorio
de los cuales sea pare el Estado mexicano Mexicano
Deberán ir acompañados de alguna dc las personas que ejerzan
sobre cllos la pat¡ia potesEd o la tutela, y cumDliendo los
requisitos de ta legislación Civil.
En el caso de que vayan acompañados por un tercero mayor Aniculo que
49
de edad o viajen solos, se debe¡á preseút¡r €l pasaporte y el rcgula l¿ saiida
documento er el que consle la auio¡ización de quiénes ejerzan de personas
la patria potestad o la tutela, ante fedatario público o por las del telTitorio
autoridades que tengan I¡cultades pam ello. Mexicano

La Sccreta¡ia deberá implementar acciones que pemiran


brind.lr una atención adecuada a los migrantes qlre por diferentes
factores o la combinación de ellos. erftentan situaciones
de wlnerabilidad como son las niñas, niños _v adolescentes
miSrantes no ¿coúpañados,las mujeres,las vichmas de delitos,
las personas con üscapacidady las ¿duLtas mayores.

238
Para ial efecto, la Secretada podrá establecer convenios
de coordiración con dcpendencias y entidades dc la D€ la Fotección
Administración Pública Federal, de las cntidades federativas que feciben
o municipios y con las organizaciones de la sociedad cir'll los mrgantes
especializadas en la atención dc pelsonas en situación de
vulnerabilidad
Cuando así convenga al interés supcrio¡ de Ia niña, niño o
adolescentc migrante extranjero no acompañado. dicho niño,
niña o adolescente seú documentado provjsionalmente como
Visitanle por Razones Humanitarias en términos del a¡ticulo
52, ftacclón \', de esia Le', mientras la Sccrct¡ría of¡ece
alternativas juridic¿s o hlunanita¡ias temporales o pennanentes De la protección
aL retomo asislido. que ¡ecibgn
En el Reglamento se estabLecerá cl procedimiento que deberá los migraDles
seguirse pala la dcterminación del interés superio¡ de la niña, en rcmrono
niño o adolescente migrante no acompañ¿do. Mexicano

A(ender los requerimientos ¿limcntarios del extranj€ro


presentado, ofieciéndole lres aLimentos ¿l dia. El Instítuto
deberá supc^¡arque la calidad de los alimentos sea adecuada.
Las peñonas con necesidades especi¡les de nulricrón como
niñas, ninos y adolescentes, pcrsonas de la tercera edad y
mujeres embarazadas o lactaDdo, recibirán una dieta sdecuad¡.
con el 6n de que sü salud no se vea afec¡ada cn t¡nto se define
su situación migratona.
Asirnismo. cuando así lo requieÉ eL tratamierto médico que se
haya; prescrito al alojado, se ¡utorizarán dietas especiales de
alimentación. De iglal manera se procede¡á con las personar
que por cues¡jones religiosas asj lo soliciten;
lvfantener en lugares separados y con medjdas que aseguran
la LnregfLdad fisio¿ del extr¿njero. a hombres y mujeres.
tnl maDtenimdo a los niños pref-ercntemente junto con su madre,
padre o acompañante, cxceplo en los casos en que asi convenga
al intc¡es supedor del niño. niña o adolescenlel
Promover el derecbo a la prcsenación de launidad familiar;
Garantjzar el respeto de los derechos humanos dcl cxlranj€ro

Mantener inslalaciones adecuadas que eviten el haciüamlentol


Contar con espacios de recreación deportiva y cultural;
Permitir el acceso de representantes legales. o pcrsona de su
confianza v la asis¡encia consúla¡;
Permjtir la visita de las personas que cumpl¿¡ con los De los derechos
requisitos establecidos en las disposiciones jüridica¡ de los alojados
aplicebles. F¡ caso de negativa de acceso, ésta deberá
entregarse por escrito dcbidañente tundado y motivado migratorias

Que las Estaciones Migratorias cuenten con árcas scpa¡a¿las De los derechos
para niñas, niños y ¿dolescentes migÉntes no acompañados de los alojados
109 m
pdrr, rJ .rlojamienk- m tanlo son c¿nab/ados ü Inslrluiiones
donde se Les brinde una atención adecuada migratonas

239
Cuando alguna niña. niño o adolescmtc migranle no
acompañado. sea pucs6 a disposición del Instiruro queda¡á
bajo su custodia y se deberá ga.antizar el respeto a süs de¡echos
hümanos, sujetándosc paúiculamente a lo siguiente:
El Instituto procederá a canalizar de marem inmediara a la
niña, niño o adolescente migr¿nte no acompañado al Sistema
Nacional para el Desa¡rollo lntegral de la Fanilia, a los
Sistemas Estatales DIF -v del Distriro Federal, con objcto de
pivilegiar su estancia en lugares dondc sc Ics p¡oporcione la
¿ten. ion ¿decuad¿. mienn¡s se rcsuel\ < situdción migrararia.
"u
Cuando por alguna circunsl¡ncia cxccpcional las niñas.
niños v ádolesceDtes migrantes extranjeros no acompanados
llcpucn J ser aloj¿dn, en una esración mig.aroria. en rdnto sc
les traslada a las iúrt¿Laciones del Sistema Nacional para el
Desarrollo Iniegral de la ¡'amilia, a los Sistcmas Esratales DIF
y dcl Distrito Federal deberá asignárseles en dicha estación un
espacio cspccifico para su estadía distinto al del alojtuniento
de los adulios. La auto¡idad deberá rcspclar cn todo momcnto
los derechos de los niios. niias y adolcscmics migranics
no acornpañ¿dos pre\'isros en eL Fresente ordenamiento y la
legislación apl jc¿blc;

Se le informará a la niñ4 niño y adolescente dcl motivo dc


su prescntación. de sus derechos dentro del procedimiento
misrato¡io, dc los senicios a t¡ue tiene acceso y se le pondrá
112.,, en contac¡o con el consulado de su país, sali'o que a juicio
dcl lnstituto o a solicitud del niño, niña o adolescente pudiera
acceder al asilo político o ¡1 reconocimicn¡o dc la condición
de refugiado. cn cu)o caso no se entablará contacto con la
repreacnlación consul¿I
Se notilicará al consulado del país de nacjonalidad o ¡esidencia
del niño. niña o adolescente, la ubicación de las irstalaciones
del Sistema Nacional o Sistemas Estatales para el Desanollo
Integral de la Familia o estación mi$atoria a la cual se le
canalizó y las condiciones en las que sl) cncuenÍc. salvo quc
a juicio del Instituto o a solicirud del niño. niña o adolescenre
pudieÉ acceder al asilo polirico o al reconocir¡iento de lit
condición de ref'ugiado, en cuyo caso no se entablará conEcto
con la represenláción conslLlar;
Pe¡sonal dcl lnstituto. especializ¡do en la protección de
la infáncia, capacitado en los derechos de niñas. niños y
adolcsccntes, en¡revistará al niño, niña o adolescente con
el objeto de conocer su ide¡tidad, su pais de nacionali¿lad
o rcsidencia, su situación migr-¿tori¿- el p¿radero de sus
familiares y sus necesidades particulares de prorección, de Del
atención módic¡ y psicolósica.
procedimiento
Un representante de la Comisión Nacional de los Derechos en la atención
Huma¡os podrá estar presente en estas entrevistas, sir perjuicio de pe$onas en
de las facult¿des qDe le corresponrien aJ represenl¿nte legal o si¡nción de
person¡ de oonfianza del niio, niia o adolescente; \ulnüabilidad
En coordimción con el consulado del país de nacionalidad o
rcsidcncia del oino, niña o adolescente o de la institución de
asistencia delnirlo. niña o adolescente dcl pais dc que se trate se
proceded a labúsqueda de sus i'amiliares adullos, salvo ajuicio
del l¡stiruto o a soljcirud del niño, niña o adolescente pudiera
acceder al a-silo poLítico o al reconocimimto dc la condición
de reiirgiado, en cuyo caso no se entablará contacto con l¡
¡epresent¿ción consuLaf
En el caso de que cl ¡iño, ¡iñ¡ o adolescente se ubique en
los supuestos es¡ablecidos en los articulos 132, 131 y 13.1 de
esta Le]', ¡endrá derecho a la regula¡ización dc su situación
mtgrutona, y
.,.112
Una vc7 resuelta la situación migratoria deL niño. niña o
adolescente v en caso de rcsollclse la conveniencia de su
relomo asistido se notilicará de esta sihación al consulado
correspondiente. con ticmpo suficiente para la recepción del
niño, niña o adolescmtccn supaís denacion¿lidad o residencia.
El retomo asjstido dc L¡ üiña, üiiio o ¿dolescente mierantc a
su pais de nacionalidad o residencia se ¡ealizará a¡e¡diendo al Del
interés superior de la niña, niño y adolcsccntc y su situacjón procedimiento
de \ulnerabiLidad, con pleno respeto a sus derechos humanos en la atención
y con Ja intenención de la auto¡idad competente del pais de
nacion¿lid¡rd o rcsideüci¿. situación de
vulnerabilidad
En cl proccdimiento de retorno asistido se privilegiarán los
principios de presenación de la unidad familiar y de especial
atención a pcrsonas cn situación de vulnerabilidad. procurando
q!¡c lo, rrr¡(gr¿n es Je ld In srnr familia \:ajen !¡nro.
Iln el caso dc niñ¿s. niños y adolescentes no acompañados.
mujercs embarazadas. vicümas o tes¡igos dc dclitos cometidos
en territo¡io nacional. person¿s con discapacidad y adultos
mayores, sc aplicam cl procedimiento de retomo asistido coll
la íllervención dc los funcion¿dos consulares o migratorios del
pais rcccptof. Asimismo. se debeftin tomar en considcración:
120 El interés supcrior dc cstas persoras para garanlizar su nayor
protccción, y
Su situación dc vulnerabilidad para establecer la lbmla y
pai. dc orr¿en.
rermrn¡rs en que ser;n rr¿.ladados a su
En el caso dc rinas, níños y adolesten|cs migr¿ntes no Del
acompañ¿dos y el de \'íctimas o testigos de delitos cometidos procedimiento
cn territorio nacional. no serán deportados ! alendiendo en la atención
a.u \oiunr¿d ^ dl inrc.¡\ supcrior parh Bar1,rri,/rr su mdlor
proiccción, poüán sujetarse al procedimicnto dc relomo situación dc
asistido o de regularización de su siiu¡ción migr¿toria. !ulnembilidad

241
El lnstituto podrá regularizar la situación migratoria de Ios
extranjeros que se ubiqüer en le¡ritorio nacional y manifiesten
su interés de rcsidir de forma temporal o pennanente en
tcr¡itorio nacio¡al, siempre ycüando cumplal con los ¡equisitos
de esta Le), su ReglameÍio y demás disposicio¡es juridicas
aplicables. La regllarización se po¿ká olorgar coircadiendo al
exFarjero la condicióÍ de estancia que co¡responda confome
a esta Lq'.Con independencia de lo anüerior. ¡ienen derecho a la
regula¡ización de su situación migratoda los extranjeros quc so
ubiquen en territorio nacional y se encucntren en alguno de los
siguientes supuestos:
Cuando se t¡ate de niñas. niños y adolescentes que se
encuentren sujetos al procedimiento de sustmcción y restirución
intemacional de niños, niñ¡s o adolescentes

Se impondrá pena de ocho a dieciséjs años de pdsión y multa


de cinco mii a quince mil días de salario mídmo general
vigeilte en el Distdto Federal, a quien:
Con pfoposiro de rállco lleve a una o mas pcrsond\ a inremarse
en otro país sin la do€umentación correspondiente. con objeto
de obtener diftcta o indirectamente un lucro;
Introduzca, sin la documentación correspondiente, a rüo o
varios ext¡¡njeros a terito¡io mexicano, con objeto de obtener
djrecta o indirectammte un luc¡o, o
Albergüe o tiansporte por eL territorio nacional, con el objeto
159 de obrmer direcla o indireclamenre un lucro, ¿ uno o rurios
exi¡anjeros con el fin de evadir la revisión migratoria.

Para efectos de la actualización del delito Fevisto en este


artículo. será necesario que quede demostrada la intención del
sujeto activo de obiener un beneficio económico en dinero o en
especie, cierto, actual o inminente.

No se impondrá pena a las personas de reconocida soh'encia


moral, que por razones estrictamente hunanitarias y sin buscar
beneficio alguno. presten a)uda a la pe¡sona que se ha intemado De los delitos
en eL pais de manera irregular, aún cuan¿lo reciban donadvos o
¡ecuNos para la continuación de su labo¡ humanitaria. mrgrarcn¿

Se aumentarán hasta en una mitad las pmas previstas en el


a¡tic¿ro ¿¡te¡io¡ cuando las Do¡ductas desc¡il3s er el mismo

160 Respecto de niñas, njños y a¿lolescentes o cua¡do se induzca.


procure, facilite u obligue a un niño. niña o adolescente o a
quien no tenga capacid¿d para comprender el significado del De los deLitos
hecho. a realiza¡ cualquiera de las conductas desc¡itas en el
artículo anterior mrgratona

Fuenter Ley de Migración, 2011. Elaboración propia.


Los trámiies de intemac;ón. estancia y salid¿ de los
exiranieros, ¡si como de los permisos que se solicilcn al Articulo quc
Servicio de Migración, se regirán por las dúposiciones quc a reglamcnta
145 continuación se mencionan -v, en fonna supletoria. por la Le,v
Federal de Procedimienlo Administrati\rc y las disposiciones y de conirol
crirerios que al cfecto emita la Secrctaría dc Gobernacr(in

Fuenle: Ley Ce¡eral de Población. 2011. Fllaboración propia


Constitución de Ecuadot 2008
Articulos directamente vinculados con la protección a la niñez y adol€scenci¡ migranr€
indocumenteda en tránsito

Articulo Desclipc¡ón Observaciones*

tsl Est¡do se compromete a garantizar sin


discrimin¡ción alguna el efectivo goce de los
¡lereLhus esr¿bhcrdos en la Consritucrón 1 en
3
Losinstrumentos intemacionBles, en particular
1¿educación, la salud, la alimentación. ia
\eguridad {¡cidl} el egua fara su\ habitante..

I ds per,ona- c\Fdnjera. que se cncuentrm en Artiolo que se aplica sobre


cl tenitorio ecuato¡iano tendrá¡ los múmos bdo ¡ menores de ed¡d que
9 siendo exiraniqos se e¡cuen-
dcrechos y debcrcs que las ecuatorianas, de
iran en eL pais püa ser lnlica-
acuerdo con la Confitución.
dos h¡cia Estados Unidos.
Todas las personas son iguales y go?arán
Apart¡do de los mismos derechos, debcres y
2
oportunidades.
Lo. dercchos y gár¿nr ia esublecido, cn l¿ C¡o: -
titlción y en los instn¡mentos intemacionales dc
Apartádo derechos humanos serán de directa e irnnediata
3 apli€cjón por )' ante cnalquier servidora o señi-
dor públjco. adminislr¿tivo o judicial, de ofrcio o
a petición de palle.

El reconocjmiento de los de¡echos y garantías


establecidos cn l¿ Constitución y en los
11 lnsúumentos inlcIllacionales de dercchos
Ap¡rtado humanos, no excluirá los demás derechos
1 dcrivados d€ la dignidad de las personas,
comu¡idrdes, pueblos y nacionalidadcs.
que sean neces¡rios para su pleno

El contenido de los derechos se desanollará


de ma¡rcra progresi\a a lravés de las no¡mas,
Apa¡tado lajurisprudencia l¡ l¿s polític¿s públicas. El
8 Estado genemrá y garantizará las condiciones
necesanas pa-ra su pleno reconocimiento y
eje¡Dirio.

El más alto debcr del Estado consistc en


Apartado rcspetar y hacer ¡cspetar los derechos
9
gamntizados en la Consritución.
Afículo que se aplica
sobre todo en casos de
mrgranEs menores oe
edad que interumpen su
La educacjón responderá al interés público y educación para cmprender
no estará al servicio de inlereses individuaLes procesos de reunfr cación
y corpo¡a(jvos. Se garantizará el acceso familiar clandcslina,.v
28 uni\.e6al, permarencia, molili¿lad y cgreso que son depoftados al
sin discriminación algrúra y la obligatoriedad país. El artículo da cuenta
c¡ cl nivcl inic'al. básico y bachillerato o su dc la rcsponsabilidad del
equi!alen!c. Estado en garantjzar cl
acceso a la educación, y
por ende la reincersión do
esos migrantes menores
de edad al sistema escoiar.
Artículo quc sc aplica
sobfe todo en casos
Dcrccho a la salud: la prestación de IDS de migrantes menofes
seflicios de saludse regirá por los principios dc edad que han sido
de cquidad, universalidad, solid¿ridad.
12 intercuLtumlidad, calidad, efr cicncia, cfi cacia. requiercn aterción médica
precaución y bioética. con enfoque de género ,v sicológica después de
y genef¡cional. posibles expcricncias de
violencia en el tránsito
miqratorio.
El Estado garanuz¡rá y hará efectivo el La aplicación conlinua y
ejercicio pleno del derecho a la seguridad efecliva de este articuLo
socjal, que incluye a las personas que reeliz¿n incidiri¡ en la mejoría
traba.jo no remuremdo er los hogarcs. dc las cotdiciones
ecufrLlrdes para cl aulo \u.lenlo en el c¿fnrn y opo¡tunidades de
loda fonna de rrabajo autónomo I' a quienes se vida de la población
encuentr¿n etr situación dc dcsempleo. iocal y de mancra
34
direc!a repercutiria
e¡ rsdr¡cir los ilujos
migr¿torios de adultos
y consecuentemente.
más l.arde, la salida de
migrentes menores de
edad.
Las pcmonas adul¡as ma.vores, niñas, niños y
adolescentes, muje¡es embarazadas, pel:onas
con discapacjdad. personas privadas de
35... libeÍad t quiene. aoole,/can de enl'ernreJ.rJes
cat¡stróficas o de alta complejidad, recibiún
atención prio¡jiarja -v especializada en los
ámbitos público y pri\'ado.

245
La misma atención prioritaria recibirán las
personas en situación de ¡jcsgo.las victimas
dc violencia donrésücá y sexu¿l. maltrato
infaniil, desasrres n¿turales o a¡tropogénicos.
El Estado prcstafti especial protección
a las personas cn condición de doblc
\,xtnerabilidad.

Garantizará los derecbos de lasjóvenes y los La aplicación continua y


tóvenes. y promovem su efectivo ejercicio a efectiva de este aÉículo
través de políticas y progr¿mas, instituciones incidüia en la mejorin
de las condiciones y
opofunidades de vjda
39 de la población local
y de manera directa
repe¡cutiría en reducir
los flujos de migrantes
rndocumentados cn
tránsito.
Se reconoce a las personas el derecho a
migmr No sc identificaráni sc considemrá
40
a ni¡gún ser humano como ilegal por su
condición migrato¡ia.

Se reconocen los derechos de asilo y refugio,


4l de acuerdo con la lcy y los iústrume[tos
inlemacionales dc derechos humanos.

Sc prohíbe todo desplazamiento arbitrado. Las


personas que hayan sido desplazadas tendrán
derecho a recibir protección y asistencia
12
humanrlarid cmcrqcnrc dc ld. aulorid¿dcs. qu(
asegure el acceso a alimentos, alojamiento,
vilienda y seri"icios nédicos y sanitaíos.
El Estado, la socieüd y la femilia p¡omoveÍi|n La aplic¡ción contin!¡a y
de fo¡ma prioritaria el desarrollo integral de efectiva de este artículo
las niñas, ninos y adolescentes, y asegurarán el incidiría en la mejoria dc
eje¡cicio pleno de sus derechos; se atenderá al las condiciones y oportu-
pnncipro de su Lnreres superror ¡ su' tlererbo" nidades de vida dc la po-
44
pre!alecerán sobre lo\ de l¿. dem;, ¡enon¿\. blación local y de manera
dirccta iepercütiria en
reducir los flujos de mi'
grantes indocument¿dos

Las niñas, niios.v adolescentes gozarán d€ los


45 derechos comunes del ser hürnano, además de
los especificos de su cdad.

Dl Est¡do ¿doptará, enúe otras, li¡s sigüentes


rnedid¡s que aseguren a las niñas, niios y
adolesccntcs: L Atmción a mcDores de
-\eisllios cn: nutriciór, salud, educación.v
cuidado diario en un nrarco Lle prcLccción
de sus dcrcchos. :. Prolccción especi¡l
conim cu¡lquicr ¡]po de explolación l¿boral
o cconórnica. :1. Arcnción ¡referenlc para la
plcna integraci¿rn social de quic¡cs lcnltan
djscapacidxd. 4. Pro¡ección v ¡tc¡cron
contra ¡odo tipo dc Íiolenci¿. maltrato.
r]xplirtrción scxual o Lle cu¿lquier otra indolc,
a cor!ü.la negliSenlia qur pro\oquc talcs
siiuaciones. 5. PfclcrcióD contr¿ cl LLro
...10 de dr.(]gas. 6.ALcnción prionl¡ria cn crso
dc dclnstfes. conflicros armados y todo
Iipo de cmcrgenci¿s. 7. Protccción frente
a 1a infiuencir dD program¿s o Densajcs,
djinrdidos a ¡ravés de crl3lquicl medio. que
prl)rrue,ra¡ la !iolcncia. o la dLscriüinaci(in
üciaL o de gúncro. 8. Pfotección )
¡sislcircia es¡eciales cua¡do la progerutor¡
o cl progenitor. o ¡mbos, re encueúan
pri\'¡dos de ru libcfLad 9. Protccción,
cuidado y nrislcnci¡ cipecinl cuando sulran
$fc¡ned.1des crónica j o degeneürivas.
Se feconocer t garantizar los d$cchos de
libedad de las pcrsonas sin discrin1in¡ciiln
[cJcnta con ]9 ep¡r1ados cspecillcosl. Eúlrc
ellos: l¿ prohibición de la escllilitud. l¿
crplolación, la scr!idumtrre y eltxilico y la
iftta .ic scr.s h m¡¡os en t¡)d¡s sus formas.
El Estrdo ¿doprará medidas dc prc\'encrón
y clfa.licaclór de la traLa de personas, y tlc
protec.iirn y reinserció¡ social de l¿s victrm¿s
dc l¡ Lrala ) de otrns l¡rm¡s de violación dc

Sc rccoloce la faurilia cn sus dile|sos tipos. Articulo en el que se


incLuyen 1as familias
lnnsnacionales, de
ahí que la continua y
efectiva aplicación ilcl
mismo implicaría crear
mecanlsmos cstatal9s para
1a rcunifi cación 1ámiliar

N{edidas para proteger los dercchos de l¿s Articulo en el que se


pcrsonas integmDtoJ dc l¡ finrili¡ ircluyen las familias
t¡ansnacionales. de
ahí que I¡ conlinu¿ y
69
efectiva aplicación del
mismo implicaría crear
mccanlsmos estatales para
1a rcunilicación familiar.

24',7
El Estado lon¡ulará )' cjccutará politicas para
10
alcanzar la igualdad entre muje¡es y hombres

Toda persona tienc derecho al acceso g¡atuito


a lajusticia y a 1a tutela cfectiva, imparcial La continua y electiva
y expedite de sus derechos e intereses) con aplicación de este articulo
sujcción a los principios de inmediación incidiría en desmontar
y cele¡idad: en ningún caso que¿lará en redes dc coyote¡is[ro que
indefensión. El incúnplimienro de las tr¿lican con migrantes
rcsolucionesjudicialcs será sancionadopo¡

Fuente: Constitución Politica de Ecuador 2008. Elaboración propia.


*Sólo hemos dado un¿ explicación adicional
a aquellos articulos. cn Los que no queda
explícitame¡te evidenciada la relación con la problemática de la niñez _v adolescenci¡ 111igrante.

248

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