PRIMER ENCUENTRO
DE EDUCADORXS - 4 DE MARZO
BENDITA MEZCLA 2021
CLAVES DE ESCUCHA
1) Que la ‘escucha’ sea un privilegio de
Bendita Mezcla
En las Comunidades de Aprendizaje (CA)
queremos dedicar más tiempo a la
escuchatoria que a la oratoria
2) Que vivamos la escucha al estilo del
‘Jesús escuchador’, en proceso artístico
delicado y sutil.
En las CA queremos aprender este arte de
perder el tiempo escuchándonos.
3) Que la ‘escucha intensa’ sea partera en
los círculos de aprendizaje.
En las CA queremos que de tanto escucharnos
se alumbre la voz de todo aquello que no se
ve, que está retenido u oprimido.
4) Que la ‘escucha’ sea también capaz de
reconocer los ruidos, internos y externos
En las CA, queremos que este silencio-rector-
de-la-escucha sea tan fecundo que nos
ayude a acompañarnos y a pulirnos en
comunión
5) Que por ‘escuchar’ no perdamos la
capacidad de movilizar.
En las CA también queremos aprender a
hablar cuando haga falta, cuando sea
necesario, cuando el momento lo exija.
6) Que creemos las condiciones para una
‘escucha reciproca’ en ambientes de
circularidad e igualdad.
En las CA queremos ser fogoneros de una
ronda que nos iguala y hermana.
SOBRE EL ARTE DE LA ESCUCHATORIA
En su pequeño ensayo sobre la “Escuchatoria”, Rubem Alves
cuenta que los pianistas, antes de comenzar el concierto,
frente al piano, se sientan en silencio, como si estuvieran
rezando. Mejor dicho, orando (rezar en realidad es
chismerío para no escuchar), abriendo vacíos de silencio.
Expulsando todas aquellas ideas extrañas.
Así también con una comunidad originaria que conoció a
través de la historia de un amigo presbiteriano: eran
reuniones extrañas. Reunidos todos los participantes, nadie
hablaba. Todos en silencio, esperando el pensamiento
esencial. Entonces, de repente, alguien tomaba la palabra.
Mientras, todos escuchando, hasta terminar el discurso.
Luego, de nuevo el silencio. Hablar de repente es una falta de
respeto. Lo que ha dicho el otro, es un pensamiento esencial.
Y como ese pensamiento es diferente al mío, necesito
silencio para digerirlo. Sucede como con la comida.
Fernando Pessoa conocía la experiencia y se refirió a algo
que se escucha en los intersticios de palabras, allí en ese
lugar donde justamente no hay palabras. Es música, melodía
que no estaba allí y que al escucharla, nos hace llorar. La
música pasa en el silencio. Por eso es necesario que los
ruidos cesen. En el silencio, se abren las puertas de un
mundo encantado que vive en nosotros.
El alma es una catedral sumergida. En el fondo del mar –y
los que bucean bien lo saben - la boca permanece cerrada.
Allí abajo, allí adentro, todo es ojos y oídos.
Quizás, esta sea la esencia de la experiencia religiosa –
cuando estamos sin palabras, sin palabras. Allí, libre de
los ruidos de la charla y del conocimiento de cualquier
filosofía, escuchamos la melodía que no estaba ahí, que de
tan hermosa nos hace llorar.
Para mi Dios es justamente eso: la belleza que se escucha
en el silencio.
Por eso la urgente importancia de saber escuchar a los
demás: la belleza también vive allí. La comunión es cuando la
belleza del otro y la mía se unen en contrapunto