Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
ANITA
PAULA MUÑOZ1
¿Es esta una inferencia válida? A primera vista pareciera que sí.
En realidad, es una apreciación que forma parte del sentido común
imperante y que responde en gran medida a los altos niveles de
desconfianza social existentes, al escepticismo rampante frente a
la falta de legitimidad de las instituciones del Estado y de nuestros
gobernantes. En la base se encuentra el malestar que nos
ocasiona observar cotidianamente los usos y abusos del poder de
nuestros normalmente ineficientes representantes. Pero ¿por qué
surgen tantos conflictos relacionados a los gobiernos locales
ahora, sobre todo en áreas rurales y pobres? ¿Qué es lo que ha
cambiado? ¿Es que los alcaldes y concejales se portaban mejor
antes?
1
Socióloga por la PUCP. Actualmente es miembro del Programa de Gobiernos
Locales y Descentralización de la Asociación Servicios Educativos Rurales
(SER).
la existencia de condiciones favorables generadas por la
permanencia de factores políticos «estructurales», como la
precaria e ineficiente presencia del Estado en gran parte del
territorio nacional; por las dificultades existentes para la
recomposición de un sistema de partidos con vinculaciones
mínimas con estas zonas, que ayude a canalizar las demandas e
intereses locales; y por los recientes cambios institucionales
emprendidos en el marco del proceso de descentralización, que
descuidan y desaprovechan la rica experiencia que las
municipalidades acumularon a lo largo de más de veinte años de
gobierno democrático ininterrumpido. En este sentido, nos
aventuraremos a plantear algunas posibles explicaciones que se
vienen dejando de lado.
2
Lamentablemente, a más de dos años de iniciado el proceso de
descentralización, las iniciativas estatales para el desarrollo de
capacidades institucionales de las municipalidades son dispersas.
3
de demandas hacia el sistema político nacional. Precisamente,
algo que caracteriza a la mayoría de los conflictos vinculados a los
gobiernos locales es que por lo general las disputas no agregan
intereses más allá de los límites del distrito. Ello dificulta encontrar
canales eficaces para su prevención y resolución. Incluso, muchos
de estos conflictos no son más que disputas entre caudillos locales
por cuotas de acceso al poder y adelantar posiciones para las
lides electorales y su obtención de «franquicias» electorales.2
Varios de los procesos de revocatoria observan estas
características.3
2
Tomo el término utilizado en anteriores oportunidades por Carlos Iván
Degregori.
3
Véase, por ejemplo, Wiener, Elisa. «Municipios, poder y nuevas élites locales:
el caso de las revocatorias en los distritos de Julcamarca y Congalla». En
SEPIA X, 2004.
4
Véase Pereyra, Omar. Percepciones sobre la corrupción en la zona norte del
Perú. Lima: Asociación SER, 2002.
5
Véase IEP. «¿Qué pensamos los peruanos y las peruanas sobre la
descentralización? Resultados de una encuesta de opinión», 2002. En
<www.iep.org.pe>.
4
discrecionalidad y poder del Ejecutivo en relación con el concejo.
En primer lugar, se recortó el margen de maniobra de los
regidores para iniciar una labor de fiscalización al establecer que
una de las atribuciones del concejo municipal es «autorizar y
atender los pedidos de información de los regidores para efectos
de la fiscalización».6 En segundo lugar, hasta julio de 2004 se
consideró una fórmula para la adopción de acuerdos de concejo
que daba al alcalde voto dirimente en caso de empate, aparte de
su voto como miembro del concejo.7 Esta disposición fue
cambiada a propósito de los conflictos que se observaron el año
pasado, en particular después de Ilave.
EL (DES)ORDENAMIENTO TERRITORIAL
5
Este sistema dual es un caso único en América Latina y desde
hace muchos años propicia la aparición de conflictos de
competencias, especialmente cuando se encuentra en disputa el
acceso a fuentes de ingresos. Hasta la aprobación de la
Constitución de 1993, las municipalidades provinciales tenían
preeminencia sobre las distritales. Hoy estas relaciones no están
reguladas. La asignación de competencias y funciones específicas
no es clara y se observan superposiciones.
6
control, la fiscalización y administración de justicia en el país.
10
Véase Reinoso, Christian. «El futuro incierto de Asillo: alcalde tras las rejas y
pobladores sin solución”. En <www.ser.org.pe>.