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EJERCICIOS PARA PURIFICAR LA MENTE

Ejercicio: deviniendo el alma

Para purificar tu mente, lo mejor es sentir cada día por unos minutos
durante tu meditación, que no tienes mente. Te dirás: “No tengo
mente, no tengo mente. Lo que tengo es el corazón.” Después de
unos momentos sentirás: “No tengo corazón. Lo que tengo es el
alma.” Cuando digas “Yo tengo alma,” en ese momento serás
inundado de pureza. Pero tienes que ir aún más profundo y más
lejos, no sólo diciendo “Tengo alma,” sino también “Yo soy el
alma.” En ese momento, imagina el niño más hermoso que hayas
visto jamás y siente que tu alma es infinitamente más hermosa que
ese niño.

En el momento en que puedas decir y sentir “Yo soy el alma,” y


meditar en esta verdad, la pureza infinita de tu alma entrará en tu
corazón. Entonces, desde el corazón, la pureza infinita entrará en tu
mente. Cuando puedas sentir verdaderamente que sólo eres el alma,
el alma purificará tu mente.

Ejercicio: La llama interna

Antes de meditar, intenta imaginar una llama dentro de tu corazón.


Tal vez ahora mismo la llama sea pequeña y fluctuante; puede que
no sea una llama poderosa. Pero un día ciertamente llegará a ser
sumamente poderosa e iluminadora. Trata de imaginar que esa llama
está iluminando tu mente. Quizásal principio no puedas concentrarte
todo lo bien que quisieras porque la mente no está enfocada. La
mente está pensando en muchas cosas constantemente. Es víctima de
muchos pensamientos inoportunos. La mente no tiene iluminación
propia, por lo tanto imagina una hermosa llama dentro de tu corazón
iluminándote. Lleva esa llama iluminadora adentro de tu mente.
Poco a poco verás entonces un haz de luz dentro de tu mente.
Cuando tu mente comience a estar iluminada, será muy fácil
concentrarte durante un largo tiempo y también más profundamente.

Ejercicio: Purificando el aliento

Antes de comenzar la meditación, repite “Supremo” lo más rápido


posible, veinte veces aproximadamente, a fin de purificar tu aliento.
Siente que te estás convirtiendo realmente en el Aliento mismo de
Dios. A menos que el aliento sea purificado, la mente no
permanecerá enfocada en un sólo punto.

Ejercicio: Dios me quiere

Enfoca tu atención en una imagen. Puedes mirar la imagen de tu


Maestro o puedes mirarte a ti mismo en el espejo. Si te concentras
en tu propio reflejo, siente que eres totalmente uno con el ser físico
que estás viendo. Entonces trata de entrar en la imagen que estás
viendo. Desde ahí deberías intentar crecer con un pensamiento: Dios
te quiere y tú necesitas a Dios. Repite: “Dios me quiere, yo necesito
a Dios. Dios me quiere, yo necesito a Dios.” Entonces verás que este
pensamiento divino está entrando en ti, lenta, firme e
inequívocamente, permeando tu existencia interna y externa,
dándote pureza en la mente, en el vital y en el cuerpo.
Ejercicio: Afirmando el control sobre la mente

Puedes decirle a tu mente: “No permitiré que sigas por tu propio


camino. Ahora quiero pensar en Dios.” Recita el nombre de Dios
internamente o en voz alta. Después di: “Quiero tener pureza en toda
mi existencia.” Entonces repite: “pureza, pureza, pureza.” En ese
momento, no estás dejando que tu mente piense en la impureza o en
alguna otra cosa. No le des a la mente oportunidad de divagar;
sencillamente utilízala para tu propósito. Tienes millones de cosas
que lograr en y a través de la mente. Pero la mente es tan díscola y
traviesa que si tú no la utilizas, ella te utilizará a ti.

Ejercicio: Échalos fuera

Cada vez que un pensamiento no divino entre en tu mente, échalo


fuera. Es como un elemento extraño, como un ladrón, que ha entrado
en tu cuarto. ¿Por qué ibas a permitir conscientemente que un ladrón
permanezca en tu cuarto, cuando tienes la capacidad de echarlo
fuera? Cuando un pensamiento no divino entra en tu mente, tan sólo
captura el pensamiento y arrójalo en el poderoso fuego de tu
aspiración interna.

Ejercicio: Ahogando los pensamientos malos

Cuando viene un pensamiento que no sea puro, bueno o divino,


repite en seguida la palabra “Supremo” a mucha velocidad. El
Supremo es mi Guru, tu Guru, el Guru de todos. Repite “Supremo”
muy rápido, y cada vez que uses la palabra “Supremo” siente que
estás creando una serpiente que se enroscará alrededor del pensa-
miento no divino y lo ahogará

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