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FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS  UNIVERSIDAD NACIONAL DE CUYO

Roberto MARFANY.
El Pronunciamiento de Mayo.
Buenos Aires, Theoría, 1958, p. 28.

El pueblo de la revolución
Adviértase que 600 revolucionarios se reúnen en la plaza el 21 de mayo y que por
ese mismo número de revolucionarios asumen la representación French y Beruti,
el 25 de mayo. Dos testimonios coincidentes que nos hablan del primero y último
día de los sucesos populares y que destruyen definitivamente la innominada
invocación al pueblo que parece surgir de las voces de los revolucionarios en el
cabildo abierto y en la plaza, como han interpretado los historiadores. Para tener
una mayor exactitud del valor que representa ese número conforme al principio
democrático de la mayoría, es necesario saber que la población total de la ciudad
de Buenos Aires con sus suburbios, alcanzaba a reunir 60.000 almas, según el
padrón o censo que se levantó por disposición del virrey Cisneros en marzo de
1810, (36) y de 65.000 que arrojó el que se verificó en agosto del mismo año por
orden de la Junta. (37) Esta situación comparativa entre el número de habitantes
y el pueblo revolucionario, obligó a las reservas de Azcuénaga en las
circunstancias de tomar posesión del cargo de vocal, a que hemos hecho
referencia anteriormente.

El impulso que congregó a esa concurrencia en el momento preciso, es otro punto


que debe ser aclarado. Un testigo de origen peninsular escribió desde Buenos
Aires una carta a un amigo el 26 de mayo de 1810, describiéndole el desarrollo de
los sucesos. Su explicación es como sigue:

“Día 21 de mañana se comenzaron algunos patricios a juntar en la Plaza,


sabedores y hablados de lo que iba a suceder; todos en corrillos muy alegres, y se
apareció uno de ellos repartiendo cintas blancas para divisa de la unión y el
infeliz retrato de Fernando VII para que les sirviese de apoyo a sus intenciones, y
ninguno les decía nada motivado en que ellos tenían la fuerza, y para dar este
golpe habían tenido muchas juntas secretas en una casa donde se juntaban y
trataban el plan para ello. A eso de las 9 de la mañana se juntó el cabildo que
como según se dice eran sabedores algunos de ellos de la revolución. 3 sujetos de
poco carácter de los que estaban en la Plaza (que a propósito los habían hablado,
según se dice), gritaron ¡salga el procurador! Salió a los balcones del cabildo el
procurador y le dijeron que les dijese categóricamente porque no entregaba el
mando el señor Virrey y respondió el procurador que el cabildo estaba hecho
cargo de poner remedio y que se retirasen a sus casas. Inmediatamente
determinó el cabildo convocar a los vecinos a junta para el otro día y esta noche
se comenzaron a repartir las esquelas y no ocurrió ninguna novedad en todo el
día”. (38)
El diálogo producido entre la muchedumbre agolpada frente a las casas
consistoriales y el procurador, tiene amplia confirmación en el acta labrada por el
ayuntamiento el día 21 de mayo, con lo que queda probada la veracidad del
testigo en este punto. Corresponde analizar las otras afirmaciones, por ejemplo,
la de que fueron tres personas las que exigieron la presencia del procurador. Es
probable que esos tres iniciaran la declaración y luego se convirtió en un coro
general, obligando al funcionario capitular a presentarse a los balcones. Así
parece demostrarlo los términos de la respectiva acta municipal. Dice al
respecto:

“Habiendo salido el señor diputado (se refiere al regidor Domínguez que va al


cuartel de Patricios), se oyeron nuevas voces del pueblo, reducidas a que se
presentase en los balcones el caballero síndico; quien, después de haberse
repetido aquellas voces por varias ocasiones, se presentó en efecto”.(39)

Notas
36) El padrón en Archivo General de la Nación, Padrones de Buenos Aires, Ciudad
y Campaña, 1810-1811. Signatura: IX-10-7-1.

37) Ibidem, Signatura X-10-7-1.

38) Ver Apéndice I. Este relato lleva el siguiente lugar y fecha: “Córdoba, 4 de
junio de 1810”; pero fue escrito en Buenos Aires el 26 de mayo de 1810, como
queda probado, en la carta que con esta fecha lo remitió el autor a un amigo de
Salta y en la que manifiesta que adulteró aquella fecha y no firma la carta, para
no ser descubierto

39) Acuerdos del extinguido Cabildo de Buenos Aires, Archivo General de la


Nación, tomo IV, p. 112.

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