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Existe una clasificación de tipos de códigos de dos escalas para el MMPI A basado en la combinación de dos
escalas clínicas que presenta un nivel de elevación clínicamente significativo en el perfil de las escalas
básicas, y por lo común la condición es que cada una de las escalas debe ser igual o mayor que una
puntuación T de 60 para que se clasifique como un código de dos puntos interpretable.
En general, los códigos de dos escalas del MMPI A suelen utilizarse en forma indistinta. Por ejemplo, es
común que un tupo de código 4-9 se considere equivalente en términos de correlatos interpretativos a un
tipo de código 9-4. De manera general, cuanto mayor sea las elevaciones de las puntuaciones T en las dos
escalas asociadas con el código de dos puntos, mayor será la probabilidad de que elos correlatos asociados
con las elevaciones de ese tipo de código describan con precisión al adolescente.
Además, debe evaluarse en el adolescente el grado de definición presentado por el código de dos puntos.
La definición de tipos de código de dos puntos se refiere al grado de separación entre las escalas que
resultan en un tipo de código por la elevación que existe de las puntuaciones T entre la segunda y tercera
escala más altas dentro del perfil de las escalas clínicas básicas, expresada por lo común en las
puntuaciones T.
Un perfil “sin código“ o “dentro de los límites normales“ (DNL) no es evidentemente una configuración de
escala de uno o dos tipos de código de punto, sino que refleja un perfil de las escalas básicas del MMPI-A
que no muestran elevaciones con un nivel clinicamente significativo en ninguna de las 10 escalas básicas.
Esta clasificación de perfil se presenta primero en esta sección porque técnicamente es la clasificación más
frecuente en el caso de los adolescentes que se encuentran en los centros psiquiátricos.
Resulta sorprendente, pero los hallazgos de las investigaciones han demostrado en forma consistente que
entre 20 y 33% de los adolescentes que reciben servicios de salud mental generan perfiles en las escalas
básicas del MMPI-A caracterizados por la ausencia de cualquier elevación en el rango clínico. Las razones de
la frecuencia relativamente alta de incidencia de los perfiles DLN entre los adolescentes en los centros
psiquiátricos aún no se entienden por completo, pero es posible que se relacionen con la ausencia de un
procedimiento de K útil con el MMPI-A. En otras palabras, los adolescentes en tratamiento, en general es
posible que confirmen síntomas con valores similares que los adolescentes de la muestra normativa del
MMPI-A y en la actualidad no hay un método para corregir el problema de concordancia en la presentación
del informe.
Al margen de las causas de este fenómeno, el intérprete del MMPI-A debe ser consciente de la frecuencia
relativamente elevada de los perfiles DLN generados por asolescentes en diversos entornos clínicos de
tratamiento deambulatorio e incluso, interno. Esta observación enfatiza la importancia de que el psicólogo
clínico emplee otros instrumentos de evaluación, lo mismo que fuentes independientes de información, lo
cual supone buscar en el historial psiquiátrico, en entrevistas clínicas y en entrevistas con padres y
maestros, a fin de formarse una imagen más general de la adaptación y el funcionamiento psicológico del
adolescente.