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Cultura milenaria

Llegar al Perú es viajar a través del tiempo. Reencontrar las huellas de los Incas, los
Chancas, los Chachapoyas, los Mochicas y los Wari. Así como sus grandes obras
arquitectónicas, su arte, sus fiestas, las raíces de su fortaleza social y la energía de sus
hombres.

Las culturas son ancestrales y logran convivir en armonía con la agreste geografía
peruana. Los Incas dominaron con sabiduría un mar rico en peces. Sobre las arenas
del desierto levantaron pirámides que retan al tiempo. En los Andes hicieron caminos
y puentes que aún son usados y construyeron con su avanzada ingeniería ciudades de
piedras. En la selva se adaptaron a la naturaleza y desarrollaron civilizaciones. Parte de
estas culturas milenarias viven hoy en cada pueblo y se descubren en las costumbres
de su gente.

AL MUNDO DESDE LA GASTRONOMÍA

La abundancia de productos naturales, la fusión de técnicas y culturas, forjaron en


siglos una gastronomía con identidad mestiza. Fueron el impulso para que Perú sea
reconocido en el mundo por su alta cocina. Tanto es así que Lima ha sido nombrada
Capital Gastronómica de Latinoamérica.

Por su parte, las cocinas regionales mantienen su identidad, calidad y variedad de


sabores. Esto se debe a la excelente calidad de la materia prima y la gran pasión de los
cocineros peruanos.

El plato más tradicional es el ceviche ─a base de pescado crudo o marisco crudo


marinado en zumo de limón y pimientos verdes, servido con mazorcas de maíz o
yuca─. Anticuchos de corazón cocinados a las brasas, platos a base de patata como la
causa y la carapulca, ollucos con charqui, aguacates, turrón de lima, mazamorra
morada, picarones (churros de harina de yuca con miel de caña) son protagonistas de
la gastronomía. En cuanto a las bebidas, un cóctel muy típico es el “pisco sour”, a base
de pisco aguardiente zumo de limón, clara batida de huevo, hielo picado y angostura.
La Chincha morada ─bebida dulce no carbonatada, extraída de maíz morado─, la Inka
Kola ─refresco con sabor a chicle─ y Zumo de papaya son un común denominador en
las mesas familiares.

LOS IMPERDIBLES

En Europa todos los caminos conducen a Roma, pero en estas latitudes los caminos
conducen a Machu Picchu. Desde la ciudadela se puede caminar hasta Tambomachay
(en Valle Sagrado). Pero sin ser tan exigentes, se les puede sugerir a los más
aventureros, caminar hasta la puerta del sol. Desde allí  las vistas de las terrazas
cultivadas y de la misma ciudadela son únicas. Se recomienda pasar antes por Aguas
Calientes, sus aguas termales y ser base para llegar a la Ciudadela de Machu Picchu.

Para entrar en la arquitectura e historia de Perú se debe llegar a Lima. Una ciudad
colonial y moderna, tradicional y de vanguardia en la moda y en las artesanías en
plata. Así como también en su gastronomía de exportación y sus tragos típicos.
Para los amantes de la naturaleza los puntos atractivos son Puerto Maldonado,
Tambopata e Iquitos: aves, mariposas y energía. Para los fanáticos de las playas
Máncora y Punta Sal al norte. Y quienes deseen sierras llegarán a Valle Sagrado, que
también combina pueblos originarios, mercados multicolores y arqueología.

El viaje sigue en Arequipa, no sólo por su belleza. También porque permite ir subiendo
en altura en forma gradual, cuando el destino final es Puno o Cuzco. Esta última,
merece especial atención ya que está rodeada por una gran cantidad de sitios a visitar.
En sus calles la historia de américa revive en cada rincón.

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