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ESTADO ISLÁMICO v.

Al-Qaeda: El Sahel

Introducción

En el sistema internacional actual los Estados como tal han dejado de ser el foco
principal de éste, debido a los surgimientos de diferentes actores internacionales, ya que se
empezó a considerar a aquellas instituciones que también jugaban un papel en la
comunidad internacional y lo afectan, como son el caso de Organizaciones no
Gubernamentales (ONG), Organizaciones Intergubernamentales (OIG), firmas
multinacionales, grupos terroristas, entre otros.

Entre estos nuevos actores del sistema internacional que se mencionaron


anteriormente, se encuentra con que los que han causado mayor incomodidad, conflicto y
debate son los grupos terroristas y asociaciones de esta índole por la afectaciones que han
causado al sistema internacional desde desafiar a la seguridad nacional de los Estados al
ataque de civiles generando, como lo dice su nombre, terror.

Entre estos grupos se encuentra Al-Qaeda, el cual ha sido uno de los grupos más
populares y con mayor presencia internacional, esta organización terrorista con base
yihadista salafista fue fundada por Osama Bin Laden, Zawahiri y Abudullah Azzam en 1988.
Afganistán, lugar donde surge Al-Qaeda, durante el contexto de la guerra fría estuvo bajo el
mando de la Unión Soviética encontrándose a sí misma dentro del conflicto de esta guerra,
en donde guerrilleros musulmanes eran financiados por Estados del golfo pérsico para
llevar a cabo una operación en la cual se buscaba retirar al ejército soviético. Dentro de esta
operación guerrillera, una de las organizaciones yihad-antisoviética que tuvieron un papel
predominante fue la Maktab al-Khidamat, financiada por Osama Bin Laden en donde se
trabaja en concordancia con los Estados Unidos y Arabia Saudita (Rodríguez, s.f.).

Imágen 1. Fotografías de los fundadores de Al-Qaeda, de izquierda a derecha son: Azzam, Bin Laden, Zawahiri
(Farahat, 2017).
Maktab al-Khidamat, como organización, se centraba en reclutar jóvenes de diversos
países que tuvieran su origen en organizaciones armadas que llegaron como objetivo
derrocar a los gobiernos de sus países natales. De forma casi natural, diversos guerrilleros
del norte de África, Jordania, Chechenia, entre otros, se unieron a Bin Laden y a Azzam en
Afganistán para defender a la comunidad islámica que fue atacada por la URSS (Rodríguez,
s.f.), sin embargo, no fue hasta 1992 que las tropas soviéticas se retiraron por completo del
país.

Posterior a estos acontecimientos, con el paso del tiempo, con la experiencia y


éxitos obtenidos en Afganistán, quisieron probar suerte con este gran movimiento en otros
países, combatiendo bajo el nombre de Yihad y Al-Qaeda (Al-Hussen, 2017), consolidando
de esta forma al grupo como una organización, que después recibiría la denominación de
“grupo terrorista”.

Actualmente, al hablar de Al-Qaeda no solamente estamos hablando de una


estructura, sino que también nos referimos a diferentes dimensiones estructurales, por
consiguiente encontramos a Al-Qaeda Península Arábiga (AQPA), Al-Qaeda en el Magreb
Islámico (AQMI), Al-Qaeda en la Tierra de los dos Ríos (AQTDR), entre otros (Al-Hussen,
2017).

En 2004, Zawahiri se declara fiel a Osama, desafortunadamente, las tropas


estadounidenses lo abatieron, llevando así a Al-Qaeda a un declive organizacional donde se
vieron a varios líderes que duraron poco, hasta la llegada de Abu Bakr Al-Baghdadi en
2010, quien cambió la denominación de Al-Qaeda a “Estado Islámico de Irak (EII)”, por lo
que aprovechando la cercanía de este territorio con Siria decide expandirse y tomar control
haciendo uso de la guerra que ya existía dentro del territorio sirio, así como también de
acciones terroristas, al hacer esto nombra a la organización “Estado Islámico de Irak y
Levante”, sin embargo, la dimensión que existía previamente de Al-Qaeda en Siria no
estuvo conforme por lo que deciden expulsar a Baghdadi de la organización, logrando que
entonces el líder iraquí se independizara y fundara su propio grupo: DAESH en 2014
(Chipirrás, 2019).

Desde la independencia del ahora llamado “DAESH” en 2014, rápidamente empezó


a buscar zonas de influencia dentro de la región de Medio Oriente haciéndole competencia
a su enemigo natural que se había vuelto Al-Qaeda, grupo que rápidamente puso a otro
líder en poder después de la expulsión de Baghdadi.
Durante 2015 a 2017, DAESH obtuvo y perdió territorio dentro de Siria e Irak
mientras encontraba su propia estabilidad y posicionamiento dentro de los grupos yihadistas
de la zona, la mayoría del territorio perdido se encontró en el norte de Siria, sin embargo,
las zonas más grandes por las que obtuvieron control en 2017 fueron dentro del territorio
sirio (Mapa 1).

Mapa 1. El Estado Islámico en Siria e Irak (Sanz, 2017).

Ya que de forma natural, el conflicto entre DAESH y Al-Qaeda se da dentro de


Medio Oriente, región donde ambos grupos se originan y consolidan como se mencionó
anteriormente.

Los Antecedentes Históricos del Conflicto.

El conflicto entre estos dos grupos terroristas (DAESH y Al-Qaeda), como se


mencionó anteriormente, tiene sus inicios en Medio Oriente, específicamente en los Estados
de Siria e Irak, sin embargo, este conflicto ha evolucionado al paso de los años, por lo tanto,
el poder de la hegemonía dejó de estar centrada de forma exclusiva en el Medio Oriente,
sino que también empezó a expandirse a diferentes regiones del mundo entero,
específicamente en el norte de África, Asia central y el Sudeste asiático (Mapa 2).
Mapa 2. Al Qaeda y el grupo El Estado Islámico en el mundo (Ali, 2019).

En el norte africano se encuentra una franja denominada “Sahel”, la cual atraviesa el


continente africano desde el Océano Atlántico en el oeste, hasta el Mar Rojo en el este que
sirve como transición entre el desierto del Sáhara y la sabana africana. Dentro de esta
franja se encuentran múltiples riquezas naturales como el uranio, petróleo y oro (Nievas y
Mesa, 2020), volviendo al Sahel una zona de interés debido a sus recursos, sin embargo,
no son las únicas características atractivas de la zona para estos grupos terroristas, si no
que también es una zona estratégica para los objetivos que tienen ambos, los cuales son
erradicar la presencia de Estados Unidos y la de los demás Estados occidentales como lo
son los países de la península ibérica, ya que la injerencia de estos Estados dentro de la
zona es vista como una amenaza a la comunidad musulmana e islámica, a este objetivo se
le denomina como la lucha contra el enemigo lejano. Asimismo, otro objetivo es la lucha
contra el enemigo cercano, en donde se engloba a los falsos musulmanes, los chiíes y
aquellos grupos que apoyan o toleran los régimenes opresivos contra el islam (Sánchez,
2009).

A pesar de que los objetivos primordiales son prácticamente los mismos, lo que
separa a DAESH y Al-Qaeda al llegar al Sahel, además de su historia, es el hecho de que
ambos grupos buscan hacerse de la hegemonía del movimiento islamista radical.

Como se ha mencionado previamente, dentro de la estructura de Al-Qaeda, ésta


crea subdivisiones para que se enfoquen dentro de zonas geográficas en específico, en el
caso del Sahel se encuentra Al-Qaeda del Magreb Islámico (AQMI) que se creó en 2007, su
ideología yihadista salafista y su voluntad es expandirse dentro de la región. Asimismo,
DAESH no se ha quedó atrás y creó en 2015 a su vez de que se independizó una
subdivisión enfocada en la zona del Sáhara, denominada Estado Islámico del Gran Sáhara
(ISGS), estos dos subgrupos, junto con los grupos centrales se han mantenido a flote y en
conflicto dentro de la zona del Sahel, enfocado en la zona de Liptako Gourma (Mali, Níger y
Burkina Faso) por la razones previamente estipuladas, dentro de esta área es donde se han
conglomerado los conflictos armados (Mapa 3).

Mapa 3. Área de operaciones en la región de Liptako-Gourma (OIET, 2020).

Los Actores

Dentro de esta controversia internacional nos encontramos con la presencia


principalmente de dos grupos terroristas (DAESH y Al-Qaeda) y de diez Estados. Kenneth
Waltz redacta El hombre, el Estado y la guerra (1959) en donde nos da un concepto de
“imágenes” en las cuales se explica que la estructura del sistema internacional actual es la
anarquía debido al egoísmo humano, la configuración de los Estados y del sistema
internacional mismo como origen de los conflictos armados por lo que se tomará como
referencia.

El estado natural del ser humano es primitivo, por lo tanto su naturaleza es el


egoísmo, la maldad y la estupidez que desencadenan las guerras, en el caso de estas
organizaciones de ideología extremista que han hecho actos de terrorismo ha sido por este
mismo deseo egoísta de obtener el poder y control de varias regiones, para poder de esta
misma forma adquirir el reconocimiento de la comunidad internacional, ya sea por un medio
benévolo o por el miedo.

En el caso del Sahel, ésta es una franja que cruza por diez países (Mauritania,
Senegal, Mali, Burkina Faso, Níger, Nigeria, Chad, Sudán, Eritrea y Etiopía), los cuales,
ninguno se destaca por su estabilidad y buen gobierno. Los gobiernos culpan a estos grupos
por retrasar el desarrollo de estos países al volverlos ingobernables, mas estos Estados no
parecen darse cuenta que sus propias administraciones, en donde hay un vacío de
gobernabilidad, también juegan un papel indispensable dentro de estos efectos de retraso
en cuestiones de desarrollo económico, político y social.

Imá
gen 2. Fotografía de una niña en un campo de desplazados por violencia en Barsalogho, Burkina Faso (Naranjo, 2021).

El sistema internacional reconoce los efectos que la ingobernabilidad esta región ha


tenido en sus avances como Estados, no obstante, reconoce las afectaciones que ha tenido
esta región por causa de estos grupos terroristas, en los cuales no ha podido intervenir por
falta de autoridad, haciendo hincapié en la anarquía internacional como causa de guerra,
especialmente en los casos donde los causantes de estos conflictos armados son los
actores internacionales no estatales, como lo es el caso de DAESH y Al-Qaeda,
denominados así, ya que fungen sin control estatal.

Las Causas de Fondo

DAESH y Al-Qaeda como se ha mencionado de manera previa, son actores


internacionales no estatales, y al no ser Estados, no tienen un territorio fijo en el que puedan
establecerse, de hecho, entre los objetivos generales de éstas organizaciones es el
posicionarse como un Estado, de hecho, entre los nombres informales que recibe DAESH
es Estado Islámico, aludiendo a este deseo.

Asimismo, son dos grupos que desde sus orígenes han mantenido tensión,
especialmente dentro de la región de Medio Oriente, ya que esta zona geográfica vio el
nacimiento de ambas organizaciones terroristas así como ha tenido que sufrir las primeras
consecuencias de los enfrentamientos armados que se han llevado a cabo entre ambos
grupos.

Históricamente, Medio Oriente y el norte africano han estado altamente ligados


desde el ámbito cultural al ámbito religioso e histórico, por lo que no es sorpresa que los
rezagos de lo ocurrido dentro de la península arábiga arriben en África desde antes de la
aparición del conflicto al Sahel.

De hecho, podría decirse que la llegada del conflicto entre DAESH y Al-Qaeda al
Norte de África, especialmente en Sahel, era prácticamente inminente y esperado.

Las Causas Inmediatas

La llegada del conflicto al territorio del Sahel entre DAESH y Al-Qaeda al inicio fue
básicamente bajo el mismo objetivo que se mantenía desde sus inicios en la península
arábiga, el cual era, la lucha por la preservación de la hegemonía yihadista, no obstante, se
fueron añadiendo otras piezas a este rompecabezas que terminaría por consolidar la
problemática:
1. Los recursos naturales: En la actualidad, los conflictos internacionales han
sido generados bajo la lucha de la obtención de los bienes que la naturaleza
tiene por brindarnos para la supervivencia, así como también para la
generación de tecnología y armamento. En el Sahel, donde la mayoría de
sus recursos naturales son la riqueza en oro, petróleo y uranio, es importante
notar que estos pueden usarse para la creación de armamento y el manejo
de éste.

2. Aproximación al territorio europeo: DAESH y Al-Qaeda decidieron


movilizar y desarrollar su conflicto al Sahel debido a la cercanía que tiene el
norte africano con el territorio europeo, donde se puede aproximar a la lucha
que tienen con lo que denominan “enemigo lejano”, debido a que los
visualizan como una amenaza a la comunidad musulmana e islámica
(Sánchez, 2019).

El análisis de las circunstancias y la toma de decisiones.

Los Estados del norte de África, así como los del resto del continente son
considerados como Estados débiles debido a que surgieron por medio de un proceso
colonial inestable, donde las fronteras no coinciden con la naturaleza étnica que se asienta
dentro de los países, generando un sentimiento de segregación social para algunas
comunidades; con la independencia de estos países a finales del s.XX se generaron
diversos conflictos de todo tipo dentro de la región desde dictaduras a conflictos armados
por falta de gobernabilidad.

Cuando se tiene en cuenta la problemática del Sahel y como se ha desenvuelto


dentro de estos Estados que se encuentran a sí mismos siendo inestables, es claro que la
presencia de organizaciones terroristas generó un aumento a la actitud defensiva, pero no
solo eso, sino que también redujo la comunicación y la volvió más insegura, asimismo, los
países vecinos dentro de la franja de Sahel, así como países del resto del mundo, empiezan
a generar una actitud hostil y sospechosa donde empiezan a velar por la protección de sus
fronteras, para evitar ataques de DAESH y/o Al-Qaeda dentro de sus territorios, ya que
estos atentados han llegado, incluso a Estados Unidos, Canadá, Rusia, Asia central, el
Sudeste asiático, Medio Oriente y el sur de África, aunque claro… El cuerpo del huracán de
este conflicto sigue centrándose en el Sahel, y en la región de Liptako-Gourma (noroeste
africano) (Mapa 4).

Mapa 4. Mapa de los atentados realizados por Al-Qaeda y DAESH (OIET, 2020).

Observando y analizando los atentados que se han efectuado, teniendo foco en la


zona Liptako-Gourma (Níger, Mali y Burkina Faso), se puede notar las atrocidades que se
han llevado a cabo, atentando no solo a la seguridad nacional de estos países, sino que
también a la seguridad internacional de los Estados limítrofes y del resto del mundo, sin
embargo, los que han tenido que pagar estas consecuencias ha sido la sociedad. Los civiles
se han tenido que ver atrapados dentro de este conflicto armado entre dos organizaciones
terroristas que han estado en busca de sus objetivos personales como asociación,
causando un sinfín de muertes, heridos y desplazados, dejándolos en una situación de vida
o muerte, donde no se ve un posible fin.

La Sociedad Internacional, por su parte, no ha podido actuar como se es debido


dentro de situaciones de crisis humanitarias, ya que las ataques que han dejado al norte de
África en un rezago y miseria total han sido causados por dos actores internacionales no
estatales de índole terrorista, por lo que no se les puede sancionar y regular de forma
protocolaria como se efectúa entre Estados. Esta falta de presencia, en el enfoque
humanitario ha sumido más en la pobreza a la región debido a cómo se ha dejado de lado a
este conflicto y sus consecuencias en los ciudadanos norteafricanos.

Por consiguiente, se debe de llevar a cabo una resolución en la estructura general


de la Sociedad Internacional, así también de los Estados para poder conseguir una mejor
forma de actuar ante los conflictos donde la prioridad es el bienestar humano y social,
generando de esta forma un desarrollo general desde los Estados y Organizaciones que
brindan ayuda, así como de los Estados que la reciben.

El Costo-Beneficio.

Durante todo el conflicto ocurrido en Sahel por parte dos actores no estatales como
lo son DAESH y Al-Qaeda, las consecuencias han sido atroces aumentando la crisis del
hambre, sanidad y seguridad a una potencia inimaginable por lo que la cantidad de
fallecidos y desplazados ha aumentado considerablemente dentro de la región desde que
en 2019, estas dos organizaciones decidieron centrarse en la franja del Sahel.

Los daños sociales y económicos han sido atroces para los países que se
encuentran en el Sahel, sin embargo, poco se ha mencionado la inversión que tienen que
hacer estos grupos internacionales para siquiera poder llevar a cabo estos actos inhumanos
que infunden un terror a la sociedad que termina por brindarles un reconocimiento
internacional gracias a estos actos, aunque claramente, este reconocimiento no se entiende
como positivo, si no que todo lo contrario.

Los actores internacionales no estatales deben de hacer inversiones monetarias


para la obtención de armas y reclutamiento de personal, sin embargo, las cifras de la
cantidad que se mueven dentro de estos parámetros es imposible de conocer, por el hecho
de que la financiación de sus acciones se logra por medios ilícitos, desde extorsión al robo
de los medios monetarios.
Primeramente, se debe de hablar de la problemática que es el tráfico ilícito de
armas, ya que estos grupos rebeldes y terroristas son de los principales clientes que estos
traficantes tienen,
A pesar de que cuando se habla de los números de fallecidos y afectados, muchas veces se
deja relegada la conversación sobre la inversión que tienen que realizar estos grupos para
siquiera poder existir y tener la presencia que tienen dentro del plano internacional, estas
inversiones se hacen desde la perspectiva económica, social, territorial y el prestigio
mundial

La Seguridad Nacional e Internacional.


Para los Estados, cualquier acto que busque desestabilizar su integridad nacional y
la posibilidad de que éste funja de forma propia su trabajo de garantizar el goce y ejercicio
de los derechos y garantías desde a perspectiva económica, social, política, cultural,
geográfica, ambiental y militar desde la visión que el país centra como sus principios
constitucionales para la población (Estrada, 2015) se consideran amenaza para la
seguridad nacional: actos como el tráfico de armas, drogas, seres humanos, así como actos
terroristas como son los ataques en masa en contra de civiles para infundir terror son
ejemplos del tipo de amenazas que atentan contra la seguridad nacional; este tipo de actos
pueden ser efectuados de un Estado a otro, o bien, por actores no estatales (Gobierno de
México, s.f.) como es el caso de las organizaciones terroristas anteriormente mencionadas,
que son Al-Qaeda y DAESH.

El terrorismo efectuado por DAESH y Al-Qaeda es claramente un atentado de forma


directa hacia el bienestar y desarrollo de los Estados que se encuentran en el Sahel…
Estados que de antemano se han enfrentado al reto de establecer un país estable donde se
puedan efectuar las acciones institucionales correctas para proteger la seguridad nacional,
ahora se encuentran atrapados en el conflicto de dos organizaciones que tienen como
método la inducción del terror para lograr sus objetivos.

Imágen 3. Misión de paz realizada por el gobierno nigerino para sensibilizar a varias aldeas con el objetivo principal de
recuperar el territorio y evitar que los jóvenes se unan a grupos terroristas (Naranjo, 2021b).

Por consiguiente, al efectuar estas acciones dentro de diez países diferentes, se


habla de antemano de una falta a la seguridad internacional, donde los acuerdos
estipulados por el Derecho Internacional son pasados completamente por alto, y se atenta
de forma directa contra la autonomía y soberanía de uno o más Estados (Franco, s.f.).

El conflicto en el que se enfrentan Al-Qaeda y DAESH no solamente genera terror


entre los diez Estados principales que se encuentran en la franja del Sahel o en el Medio
Oriente, si no que se ha llevado a un punto donde todo el mundo se ha visto víctima del
terror que estas organizaciones han inducido en la sociedad y por ende en la comunidad
internacional, especialmente en los países de Europa que se encuentran cercanos a la
frontera de norte de África, es decir, la península ibérica. De hecho, tomando el ejemplo de
Francia se puede notar como desde 2013, este país empezó a hacer uso del presupuesto
económico y político para una operación que tenía como objetivo desplazar y debilitar el
terrorismo, así como también buscaba velar por el desarrollo de los países africanos.

Desde el inicio del conflicto entre el DAESH y Al-Qaeda los ataques en contra de la
seguridad nacional de distintos países y por ende, a la seguridad internacional han estado
bastante latentes, generando un terror al que se le ha buscado hacer frente al paso de los
años sin éxito aparente alguno. La mortalidad de este conflicto, además de la inevitabilidad
de poderlo detener por completo han generado que los Estados tengan que reforzar a nivel
nacional su propia seguridad y juntarse en distintas cúmbres en organismos internacionales
para velar por soluciones en cuanto lo concerniente a las fallas a la seguridad internacional.

El estado actual del conflicto.

Desde un análisis de las víctimas producidas a partir de la perspectiva regional, se


puede afirmar sin duda alguna que el norte de África, más específicamente en la región del
Sahel, el Observatorio Internacional de Estudios sobre Terorismo (2020) menciona que el
Sahel es la región del planeta donde DAESHy Al-Qaeda genera mayor número de muertes
como consecuencia de la actividad terrorista por parte del movimiento yihadista, así como la
mayor cantidad de desplazamientos progresivos en los últimos años. Desafortunadamente,
el conflicto en el Sahel evoluciona a pasos gigantescos, esto nos indica el hecho de que Al-
Qaeda y DAESH han avanzado tanto como organizaciones como en armamento militar para
sus ataques terroristas en las diversas zonas como lo han sido Medio Oriente, el sur de Asia
y la África subsahariana en el punto del Sahel.

Por muchos años, el enfoque de los ataques de estas organizaciones fue Oriente
Medio, sin embargo desde 2019 se ha visto un auge en los ataques efectuados dentro de la
África Subsahariana, debido a la zona conflictiva del Sahel, superando de forma algo
considerable a Oriente Medio y al sur de Asia (Gráfica 1).
Gráfica 1. Evolución del número de víctimas causadas por el DAESH y Al-Qaeda por regiones (OIET, 2020).

Con esta gráfica en mente, se puede entender que el estado actual del conflicto en
la franja del Sahel es bastante latente en todo aspecto, desde las controversias internas en
los diez Estados que conforman esta zona, hasta conflictos armados entre estos dos grupos
terroristas. El área más afectada del Sahel, a la que también se le denomina como
“cinturón del hambre” es, como se ha mencionado anteriormente, la región de Liptako-
Gourma. Región en donde la búsqueda por la hegemonía del poder yihadista y el
establecimiento de un califato por medio de los conflictos armados entre los grupos
terroristas han terminado por devastar a los países.

A comparación de 2019, la presencia de las subdivisiones de Al-Qaeda y DAESH


dentro del Sahel en 2020 fue mucho mayor, Al-Qaeda del Magreb Islámico (AQMI) y el
Estado Islámico del Gran Sahara (EIGS) se han hecho frente de forma sustancial para no
perder el poderío que manejan dentro de la zona, generando mucha más violencia e
inestabilidad dentro de estos países (Mapa 5) mientras siguen en la lucha por la
aproximación a Europa y la adquisición de recursos naturales que sirven para la creación de
armamento.
Mapa 5. Evolución de los atentados de DAESH y Al-Qaeda, así como de otros grupos (OIET, 2020).

Por esto, se puede esperar que este conflicto siga desarrollándose y avanzando en
los próximos años, ya que en vez de disminuir la presencia armada dentro del norte de
África, ésta ha ido en aumento, propiciando la lucha y el conflicto.

Las repercusiones a nivel internacional, federal/nacional, regional y subnacional.

En cuanto lo concerniente a fronteras, se puede decir que Al-Qaeda y DAESH,


desde sus orígenes ya las habían cruzando, volviendo al conflicto desde sus inicios uno
internacional, sin embargo, al movilizar y enfocar su enfrentamiento en el territorio africano,
más actores internacionales se han visto incluidos dentro del conflicto de forma indirecta,
por ejemplo, al hablar de Europa, se puede hacer un enfoque a la península ibérica, ya que
ésta es la que se encuentra más próxima al continente africano, y como se ha mencionado,
el ataque ideológico y posiblemente armado a Europa se encuentra dentro de los
principales objetivos que tienen ambas organizaciones terroristas en cuanto a occidente,
siendo la cercanía del Sahel a Europa una de las principales razones por las cuales se
interesaron en la región.

Europa, por su parte, ha tenido que reforzar sus fronteras, así como su milicia para
poder defenderse debido a la inminente amenaza y temor que estos dos grupos terroristas
generan para atentar contra la soberanía nacional de cada país.

Ahora bien, desde la perspectiva de afectaciones nacionales, es importante recalcar


que se habla de diez países distintos, los cuales son Mauritania, Senegal, Malí, Burkina
Faso, Níger, Nigeria, Chad, Sudán, Eritrea y Etiopía.
El Observatorio Internacional de Estudios sobre Terrorismo (OIET) registró que en
2020, Mauritania, a comparación de otros Estados dentro de la franja del Sahel, ha sido el
país que no ha registrado ataques yihadistas desde el 2011, volviéndolo una excepción
desde el auge terrorista que hubo en 2019 junto a Eritrea y Etiopía.

En el caso de Senegal, se encuentra que este país decidió reforzar la presencia


militar en la región fronteriza con Malí, la cual tiene una longitud de más de 500 km, es
importante recordar que Malí se encuentra entre los tres países dentro de la región de
Liptako-Gourma, la cual es la más afectada del Sahel, asimismo, Senegal decidió construir
un campamento militar en la ciudad de Goudiry, el cual todavía no funciona a su máxima
capacidad.

Por otro lado, dentro de la región de lago de Chad, se enucentra que en cuanto a
atentados terroristas, la mayoría ha sido de carácter yihadista representando el 51%, sin
embargo, a comparación de años pasados, la situación dentro de Chad mejoró.

Mientras que en Nigeria se registró el número más alto de víctimas mortales


ocurridas por atentados terroristas en 2020, siendo de 1471, además de que la presencia
de los grupos yihadistas aumentó 70% a comparación del 2019.

Al contrario de lo que comúnmente se esperaría, el caso de Sudán ha sido pacífico


en cuanto a los casos de ataques terroristas, debido a que desde 2013 a 2020, Sudán se
enfrentó a un conflicto interno que concluyó en la creación de un nuevo país: Sudán del Sur.
Además, en 2020, Donald Trump firmó un atestiguamiento donde se removía a Sudán de la
lista negra de los países de terrorismo (France24, 2020).

Finalmente la OIET (2020) registró que los países de la región de Liptako-Gourma


vieron un ascenso bastante considerable a comparación del 2019 cuando empezó el auge
de los enfrentamientos armados dentro del Sahel en la zona del noroeste. En el caso de
Malí, este país reconoció que el incremento de los ataques terroristas fue bastante notorio,
ya que ocurrieron 180 ataques terroristas que dejaron un total de 624 víctimas mortales en
donde más de la mitad eran civiles y el resto miembros del ejército. Por el lado de Burkina
Faso, se encuentra el mayor número de ataques terroristas dentro del Sahel, siendo de 196,
así como un aumento mortal para los civiles de 20%. Finalmente, en Níger, se destacó un
incremento de 65% en ataques terroristas, así como también un aumento de víctimas
mortales de 30%, siendo la mayoría civiles.

Sin mencionar los diversos ataques que han hecho los demás grupos yihadistas que
se encuentran dentro del Sahel en algunos lugares específicos de los países de la franja,
incluyendo a Mozambique y Camerún. A pesar de que estos grupos no forman parte de
DAESH o Al-Qaeda, han tenido que mantener una clara alianza con alguna de las dos
organizaciones como es el caso de Boko Haram (aliado con DAESH) y JNIM (aliado con Al-
Qaeda) para poder efectuar sus actos propiamente en la región del Sahel (OIET, 2020).

Imágen 4. Fotografía de un ataque efectuado por Boko Haram en Nigeria (Pichel, 2018).

La franja del Sahel, como se ha visto, ha sido una región bastante afectada que ha
tenido que pasar por múltiples repercusiones debido a la presencia de DAESH y Al-Qaeda
dentro de sus territorios, además del conflicto que existe entre ambas organizaciones, entre
las principales consecuencias que ha dejado esto dentro de los países que se encuentran
en el Sahel está la resonancia de las muertes civiles dentro de diversos países, el
reforzamiento de la frontera debido al miedo y propiciando a la ingobernabilidad, la
inestabilidad política, económica y social llevando a los países a un retroceso total dentro de
todos aspectos, entre otros.

● Conclusiones
Brandon
Astrid
Lizeth
Grupal

· Los títulos deben ir en color rojo, subtítulos en color azul y el resto en color
negro.
Estoy cansada
Nievas Bullejos, D., & Mesa García, B. (2020). Los recursos naturales en el centro de la geopolítica en el
Sahel. Tla-Melaua. Revista de Ciencias Sociales, 0(48). doi:http://dx.doi.org/10.32399/rtla.0.48.896

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