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La Formación de Competencias WG
La Formación de Competencias WG
La sociedad del conocimiento exige una educación basada a partir del desarrollo
de competencias, Los estudiantes a través de su proceso formativo no sólo
aprenden conocimientos, sino que se apropian de los bines simbólicos: desarrollan
formas de pensar, de valorar, de integrarse como persona y como ciudadanos y
ciudadanas con otros y con su medio. Así mismo, posibilita su encuentro y
desarrollo humano. (Díaz, 2000), El decreto 1290 de abril de 2009, emanado por
el Ministerio Nacional de educación en Colombia, tiene como finalidad la
legitimación de los Sistemas Institucionales de Evaluación (SIE) en cada una de
las instituciones del país, basado en dos principios fundamentales, en primera
instancia la evaluación de los aprendizajes y en segundo lugar la promoción de los
estudiantes al grado siguiente, evaluación basada en el desarrollo de estándares
básicos de competencia en cada una de las áreas desarrolladas en el proceso de
aprendizaje de los estudiantes desde el grado primero hasta el grado once. Pero
evaluar por competencias en la etapa escolar presume una transformación
considerable de la relación de los profesores con el saber y sus procesos de
enseñanza, y por otro lado una transformación de los estudiantes frente a sus
procesos de aprendizaje, es decir la forma de impartir las clases por parte del
maestro y la forma de aprender del estudiante suscitan un repensar de cada una
de sus competencias profesionales en los maestros y las competencias propias de
los estudiantes en sus procesos de aprendizaje.
Meirieu (1990) afirma que nos encaminamos hacia una nueva profesión, en el que
el desafío es hacer aprender más que enseñar, la educación contemporánea se
centraliza en el alumno desde la pedagogía diferenciada y los métodos activos, lo
que conlleva a que el maestro considere los saberes como recurso para movilizar
y motivar a sus estudiantes, también lo invita a que el trabajo desarrollado en el
proceso de enseñanza sea regularmente a través de problemas, Perrenoud,
Philippe. (2006) en su libro Construir competencias desde la escuela, afirma que
enseñar por competencias hoy día invita firmemente a los profesores a:
Drucker (1994) y Reich (1193) concuerdan en la tesis de que hoy en día no existe
la escuela para afrontar los retos necesarios de cara al mañana. Reich (1193)
considera que en unas pocas escuelas de Estados Unidos se ha iniciado el
tránsito en esta dirección sustituyendo la ingestión de información por el desarrollo
de la capacidad de análisis, el pensamiento sistemático y la creatividad. Drucker
(1994) es al respecto más pesimista y radical: “Hasta ahora –dice- ningún país
tiene el sistema educativo que la sociedad del conocimiento necesita. Ningún país
hasta ahora ha afrontado las demandas importantes. Ninguno sabe las
respuestas. Ninguno puede hacer lo que necesita. Pero, por lo menos podemos
hacer las preguntas. Podemos definir, aun cuando sólo sea en forma esquemática,
las especificaciones de la escolaridad y las escuelas, que podrían responder a las
necesidades de la sociedad post-capitalista, la sociedad del conocimiento”. Los
siguientes son los retos principales y las preguntas a las que nos tendremos que
enfrentar, para lo cual se utilizaran como referencia los textos de Miguel y Julián
de Zubíria Samper (2004).
“Mientras que durante épocas pasadas fue suficiente con ser obediente y respetar
unos cuantos preceptos religiosos y disciplinarios, la complejidad y la
heterogeneidad cultural y valorativa del mundo postmoderno, en el cual se cruzan
contradictoriamente valores, formas de valorar, formas de actuar, hoy se requiere
de individuos autónomos, sujetos de su propia existencia, experimentados en
valorar y en resolver por sí mismos los dilemas, “trilemas” y los conflictos de
opciones en los cuales está inserta su vida en cada momento”.
En la Grecia de Aquiles sólo uno de cada cien griegos sabía leer y escribir y no
deberíamos estar muy lejos hacia el siglo V de nuestra era, a juzgar por la
anécdota que nos relata Toffler (1994): “San Agustín, que escribió en el siglo V, se
refería a su mentor, San Ambrosio, obispo de Milán, ponderando que era tan culto
que podía leer sin mover los labios. Por esta asombrosa hazaña se le consideró la
persona más inteligente del mundo”.
Durante todo el siglo XX para los países industrializados y durante las últimas tres
décadas en el caso de los países de desarrollo humano medio, se ha presentado
un sensible incremento en la cobertura del sistema educativo, que ha permitido a
los primeros llegar a un nivel de alfabetismo adulto de prácticamente la totalidad
de la población y a los siguientes, del 65%. Aún así, persisten enormes
debilidades en los países de mayor pobreza. En los albores del siglo XXI, mil
millones de adultos aún no saben leer ni escribir. En América Latina cada año 18
millones de niños pierden su año escolar y se estima que el 40% de los
matriculados son repitentes. Altísima mortalidad que con seguridad está asociada
al alto porcentaje de debilidades en el proceso de comprensión lectora (De
Zubiría, M. 1994).
La herencia es una especie que ya lleva dos millones de años sobre la tierra no
puede ser enseñada en su totalidad a los alumnos. No lo permitirían ni el tiempo,
ni la pereza que ello despertaría en los estudiantes. La pregunta en torno a cuáles
contenidos enseñar es, en esta medida, fundamental, ya que solo así se puede
determinar cuáles son los aspectos esenciales de toda la herencia cultural que
deben hacer parte de un currículo. Así parezca absurdo, esta pregunta
prácticamente no ha sido abordada de manera fundamental por las corrientes
pedagógicas de nuestro tiempo. Ni la escuela tradicional, ni el activismo, ni la
mayor parte de las corrientes constructivistas actuales han abordado de manera
clara y definida ésta, que puede ser una de las principales preguntas pedagógicas
por resolver. Al abandonar la pregunta sobre los contenidos fundamentales por
enseñar en la escuela, la escuela tradicional se perdió en la maraña de las
informaciones específicas y dejó el problema de la selección de contenidos al azar
y al tiempo.
La educación Colombiana no solo necesita de políticas gubernamentales
orientadas a las necesidades de un mundo globalizado, sino necesita y con
urgencia un cambio en las practicas pedagógicas por parte de los maestros, que
aún consideran que la forma en que fueron educados es la misma forma en que
deben educar a sus estudiantes, se hace urgente que aprendan a desaprender y
aprendan a aprender, en palabras de Zubiría “En los últimos tiempos las ideas que
tienen en educación los pedagogos, los funcionarios educativos y los maestros,
han dado un giro radical sin que esto signifique-todavía- que haya cambiado la
educación. Así nos duela a los pedagogos y los maestros no lo reconozcamos, la
escuela tradicional sigue siendo el sistema educativo generalizado y dominante en
las escuelas del mundo entero”.
Referentes Bibliográficos.