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¿EL DESARROLLO DE COMPETENCIAS

DESDE EL MODELO TRADICIONAL?


Mag. Wilson Gómez Caicedo

El problema esencial de toda educación es resolver el interrogante en torno al tipo


de hombre y de sociedad que se quiere contribuir a formar. Todas las teorías
pedagógicas se han enfrentado y han tenido que dar una respuesta a la pregunta
anterior. En este sentido, se puede afirmar que no existen las pedagogías neutras,
ya que el quehacer educativo necesariamente presupone una determinada
concepción del hombre y de la sociedad. Concepción que, a su vez, exige
comprenderlo en su multidimensionalidad y en su integridad.

La sociedad del conocimiento exige una educación basada a partir del desarrollo
de competencias, Los estudiantes a través de su proceso formativo no sólo
aprenden conocimientos, sino que se apropian de los bines simbólicos: desarrollan
formas de pensar, de valorar, de integrarse como persona y como ciudadanos y
ciudadanas con otros y con su medio. Así mismo, posibilita su encuentro y
desarrollo humano. (Díaz, 2000), El decreto 1290 de abril de 2009, emanado por
el Ministerio Nacional de educación en Colombia, tiene como finalidad la
legitimación de los Sistemas Institucionales de Evaluación (SIE) en cada una de
las instituciones del país, basado en dos principios fundamentales, en primera
instancia la evaluación de los aprendizajes y en segundo lugar la promoción de los
estudiantes al grado siguiente, evaluación basada en el desarrollo de estándares
básicos de competencia en cada una de las áreas desarrolladas en el proceso de
aprendizaje de los estudiantes desde el grado primero hasta el grado once. Pero
evaluar por competencias en la etapa escolar presume una transformación
considerable de la relación de los profesores con el saber y sus procesos de
enseñanza, y por otro lado una transformación de los estudiantes frente a sus
procesos de aprendizaje, es decir la forma de impartir las clases por parte del
maestro y la forma de aprender del estudiante suscitan un repensar de cada una
de sus competencias profesionales en los maestros y las competencias propias de
los estudiantes en sus procesos de aprendizaje.
Meirieu (1990) afirma que nos encaminamos hacia una nueva profesión, en el que
el desafío es hacer aprender más que enseñar, la educación contemporánea se
centraliza en el alumno desde la pedagogía diferenciada y los métodos activos, lo
que conlleva a que el maestro considere los saberes como recurso para movilizar
y motivar a sus estudiantes, también lo invita a que el trabajo desarrollado en el
proceso de enseñanza sea regularmente a través de problemas, Perrenoud,
Philippe. (2006) en su libro Construir competencias desde la escuela, afirma que
enseñar por competencias hoy día invita firmemente a los profesores a:

- considerar los saberes como recursos para movilizar;

- trabajar regularmente a través de problemas;

- crear o utilizar otros medios de enseñanza;

- negociar y conducir proyectos con los alumnos;

- adoptar una planificación flexible e indicativa, improvisar;

- establecer y explicitar un nuevo contrato didáctico;

- practicar una evaluación formadora, en situaciones de trabajo;

- dirigirse hacia una menor separación disciplinaria.

Este autor supone que un estudiante que no es capaz de movilizar sus


conocimientos de manera apropiada, frente a la resolución de una situación
problemática de la vida diaria, la cual exige una acción rápida, todo este
conocimiento será tan inútil como un ignorante, es decir los conocimientos
impartidos por el profesor suponen una aplicación a una situación compleja de la
vida, es allí donde el estudiante hace uso de esos conceptos aprendidos y a partir
de ellos puede darle solución a la situación problemática, o preparar y tomar
decisiones.
Teniendo en cuenta estas consideraciones y haciendo una reflexión frente a los
procesos educativos desde la forma de enseñar, aprender y evaluar; en la
educación Colombiana aunque se haya pretendido darle una nueva visión al
sistema educativo, y se proponga una nueva forma de evaluar que subyace en la
transformación de las prácticas pedagógicas de los maestros, se evidencia que se
mantienen características especificas del Modelo Tradicional, Es usual que los
exámenes tradicionales y los maestros con ellos, se limiten a comprobar el grado
en que el alumno “repite” la información o “aplica las fórmulas” que se le han
suministrado, dejando por fuera lo más importante de evaluar y fomentar desde la
enseñanza, averiguar: qué tanto saben, qué tanto comprenden, descubren, crean,
son competentes, etc., por nombrar algunos. En otras palabras, qué tanto la
escuela les ha enseñando aprender a aprender; aspectos todos fundamentales,
que deben ser procurados dentro del sistema educativo, porque los ayudarán y
capacitarán para tener mejores posibilidades en el futuro (Fernández, 1995). Hoy
en día el sistema educativo colombiano pretende abordar los procesos de
enseñanza y de aprendizaje desde el desarrollo por competencias, y lo reafirma
con el nuevo decreto de evaluación, pero las practicas pedagógicas se basan,
retomando la afirmación de Not (1983 y 1992) en una educación basada en el
modelo heteroestructurante donde aún se evidencia la clase magistral, el maestro
desliga la realidad contextual con la transmisión de conocimientos, el maestro está
más preocupados por enseñar y cumplir con su currículo propuesto para el año,
que motivar al estudiante aprender a aprender.

Drucker (1994) y Reich (1193) concuerdan en la tesis de que hoy en día no existe
la escuela para afrontar los retos necesarios de cara al mañana. Reich (1193)
considera que en unas pocas escuelas de Estados Unidos se ha iniciado el
tránsito en esta dirección sustituyendo la ingestión de información por el desarrollo
de la capacidad de análisis, el pensamiento sistemático y la creatividad. Drucker
(1994) es al respecto más pesimista y radical: “Hasta ahora –dice- ningún país
tiene el sistema educativo que la sociedad del conocimiento necesita. Ningún país
hasta ahora ha afrontado las demandas importantes. Ninguno sabe las
respuestas. Ninguno puede hacer lo que necesita. Pero, por lo menos podemos
hacer las preguntas. Podemos definir, aun cuando sólo sea en forma esquemática,
las especificaciones de la escolaridad y las escuelas, que podrían responder a las
necesidades de la sociedad post-capitalista, la sociedad del conocimiento”. Los
siguientes son los retos principales y las preguntas a las que nos tendremos que
enfrentar, para lo cual se utilizaran como referencia los textos de Miguel y Julián
de Zubíria Samper (2004).

DESARROLLAR LA CAPACIDAD PARA ABSTRAER

“La capacidad de abstracción es la verdadera esencia del análisis simbólico. La


realidad se presenta como dato confuso que requiere inventario, como mezcla
desordenada de ruidos, formas colores y olores, carentes de sentido y es gracias
a la capacidad de abstracción que esta realidad adquiere sentidos y significancia”
(Reich, 1993).

La producción de conocimientos, no sólo se ha acelerado, hoy en día la capacidad


de almacenarlos se está tornando prácticamente ilimitada. Los libros, los textos y
en especial el computador, se constituyen en inagotables memorias sociales
externas al individuo. La necesidad de disponer en la memoria individual de las
informaciones y datos particulares ha sido eliminada por el ordenador personal.
Cualquier información está al acceso de cualquier individuo presionando una tecla
de su computador. Está en las bases de datos y en las redes mediante los
sistemas de intercambio electrónico.

LA FORMACIÓN DE INDIVIDUOS AUTÓNOMOS.

La escuela contemporánea se enfrenta al reto de formar individuos que estén en


capacidad de tomar y cada una de las decisiones de manera responsable
buscando que ellos sean autónomos. Individuos que, estudien a sus propios
ritmos, en sus propios espacios y tiempos; que luego se conviertan en
trabajadores que tendrán que tomar a diario decisiones, porque ya no tendrán un
jefe autoritario que decida por ellos. Como señala Drucker (1994) en la sociedad
del conocimiento, para contratar a alguien se requiere que el contratado sepa más
que quien contrata en el tema particular de su vinculación y por ello no podrá
supervisarlo de la manera como se hace hoy en día. Nosotros fuimos formados
como adultos heterónomos se nos enseñó a respetar las normas sólo en
presencia de los mayores o los agentes de control. Aprendimos a no decir
groserías o a no copiar en los exámenes, en presencia de los profesores… Y por
ello, cuando vamos por la calle, miramos primero si nos miran antes de botar la
basura, pero casi nunca miramos dónde está el cesto de basura. Cuando
manejamos, nos cercioramos de que no esté el policía para realizar una “u” o un
cruce prohibidos. Preguntamos primero a nuestro copiloto si hay policía o no lo
hay, y casi nunca nuestra pregunta se dirige a conocer qué vuelta hay que realizar
para tomar correctamente la calle contraria. Somos adultos heterónomos. Pero el
mundo cambió y es otro el tipo de individuo que tenemos que contribuir a formar.

Como lo plantea De Zubiría, Miguel (1995):

“Mientras que durante épocas pasadas fue suficiente con ser obediente y respetar
unos cuantos preceptos religiosos y disciplinarios, la complejidad y la
heterogeneidad cultural y valorativa del mundo postmoderno, en el cual se cruzan
contradictoriamente valores, formas de valorar, formas de actuar, hoy se requiere
de individuos autónomos, sujetos de su propia existencia, experimentados en
valorar y en resolver por sí mismos los dilemas, “trilemas” y los conflictos de
opciones en los cuales está inserta su vida en cada momento”.

FORMAR INDIVIDUOS FLEXIBLES Y DE MENTALIDAD AMPLIA.

En el I Congreso Nacional de Creatividad, organizado por FAMDI (Fundación


Alberto Merani para desarrollo intelectual) y celebrado en 1989, el maestro Nicolás
Buenaventura preguntaba si nosotros nos habíamos imaginado un banco atendido
por cajeros profundamente creativos, que se hicieran preguntas ante cada
consignación, pago de servicio, traslado de cuenta o retiro de fondos. Un cajero
que reflexionara sobre el origen del dinero proveniente de las consignaciones, no
sería un buen cajero, ya que los trabajos rutinarios se hacen mejor mientras más
rutinariamente se realicen. Por eso pueden ser sustituidos por máquinas, que
terminan realizando de mejor manera el mismo trabajo, puesto que no se
equivocan al devolver dinero, no pierden tiempo tomando tinto, no conversan, no
coquetean, ni se distraen; como ha sido ampliamente demostrado en el acelerado
proceso mundial de robotización en la atención bancaria, que ha permitido en un
lapso inferior a los veinte años alterar completamente la atención directa al
usuario. Retomando la pregunta del maestro Buenaventura, podríamos indagar si
algo similar no sucedería si pensamos en un obrero especializado del sector
automotriz, un vigilante de un parqueadero, un vendedor de boletas de cine o un
almacenista creativo, para no mencionar sino algunos ejemplos.

La prioridad de formar individuos creativos y flexibles es una necesidad


estrictamente contemporánea. El trabajo rutinario, sincronizado y cumplido que
exigían las empresas y las instituciones, iba en contravía de la creatividad. Los
individuos que pensaban por sí mismos, que tomaban sus propias decisiones y
donde éstas eran diferentes de las habituales, se constituían más bien en un
problema, en una época en la que predominaba la homogenización. Hoy por hoy
el mundo ha comenzado a valorar la creatividad y la flexibilidad: En toda empresa
e institución importante existen los creativos y dentro de poco tiempo constituirán
uno de sus departamentos más importantes.

ENSEÑAR A LEER COMPRENSIVAMENTE.

En la Grecia de Aquiles sólo uno de cada cien griegos sabía leer y escribir y no
deberíamos estar muy lejos hacia el siglo V de nuestra era, a juzgar por la
anécdota que nos relata Toffler (1994): “San Agustín, que escribió en el siglo V, se
refería a su mentor, San Ambrosio, obispo de Milán, ponderando que era tan culto
que podía leer sin mover los labios. Por esta asombrosa hazaña se le consideró la
persona más inteligente del mundo”.

Durante todo el siglo XX para los países industrializados y durante las últimas tres
décadas en el caso de los países de desarrollo humano medio, se ha presentado
un sensible incremento en la cobertura del sistema educativo, que ha permitido a
los primeros llegar a un nivel de alfabetismo adulto de prácticamente la totalidad
de la población y a los siguientes, del 65%. Aún así, persisten enormes
debilidades en los países de mayor pobreza. En los albores del siglo XXI, mil
millones de adultos aún no saben leer ni escribir. En América Latina cada año 18
millones de niños pierden su año escolar y se estima que el 40% de los
matriculados son repitentes. Altísima mortalidad que con seguridad está asociada
al alto porcentaje de debilidades en el proceso de comprensión lectora (De
Zubiría, M. 1994).

Un reciente estudio de calidad educativa, ubica la falta de comprensión lectora


como el principal problema educativo colombiano del presente (Saber, 1994). En
estas condiciones, la obtención de niveles altos de comprensión lectora se
convierte en una prioridad educativa nacional en mayor medida si, como decíamos
al comienzo, la escuela tendrá que marchar crecientemente hacia el desarrollo de
la capacidad de abstracción.

GARANTIZAR UNA COMPRENSIÓN BÁSICA DEL MUNDO.

La herencia es una especie que ya lleva dos millones de años sobre la tierra no
puede ser enseñada en su totalidad a los alumnos. No lo permitirían ni el tiempo,
ni la pereza que ello despertaría en los estudiantes. La pregunta en torno a cuáles
contenidos enseñar es, en esta medida, fundamental, ya que solo así se puede
determinar cuáles son los aspectos esenciales de toda la herencia cultural que
deben hacer parte de un currículo. Así parezca absurdo, esta pregunta
prácticamente no ha sido abordada de manera fundamental por las corrientes
pedagógicas de nuestro tiempo. Ni la escuela tradicional, ni el activismo, ni la
mayor parte de las corrientes constructivistas actuales han abordado de manera
clara y definida ésta, que puede ser una de las principales preguntas pedagógicas
por resolver. Al abandonar la pregunta sobre los contenidos fundamentales por
enseñar en la escuela, la escuela tradicional se perdió en la maraña de las
informaciones específicas y dejó el problema de la selección de contenidos al azar
y al tiempo.
La educación Colombiana no solo necesita de políticas gubernamentales
orientadas a las necesidades de un mundo globalizado, sino necesita y con
urgencia un cambio en las practicas pedagógicas por parte de los maestros, que
aún consideran que la forma en que fueron educados es la misma forma en que
deben educar a sus estudiantes, se hace urgente que aprendan a desaprender y
aprendan a aprender, en palabras de Zubiría “En los últimos tiempos las ideas que
tienen en educación los pedagogos, los funcionarios educativos y los maestros,
han dado un giro radical sin que esto signifique-todavía- que haya cambiado la
educación. Así nos duela a los pedagogos y los maestros no lo reconozcamos, la
escuela tradicional sigue siendo el sistema educativo generalizado y dominante en
las escuelas del mundo entero”.

Referentes Bibliográficos.

DE ZUBIRÍA SAMPER. (1994) Julián. Los Modelos Pedagógicos. Tratado de


Pedagogía Conceptual 4. Santafé de Bogotá: Fundación Alberto Merani para el
Desarrollo de la Inteligencia

MEIRIEU, P. (2004). En la escuela hoy. Octaedro. Barcelona

PERRENAUD, Philippe. (2006).Construir competencias desde la escuela.


Ediciones Noreste, J. C. Sáez Editor. Santiago

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