El cadmio se obtiene principalmente como subproducto de la extracción, fundición y
refinamiento de zinc y, en menor medida, como subproducto de la fabricación de plomo y cobre. La mayoría del cadmio producido se emplea en la fabricación de pilas de níquel-cadmio, que en 2004 concentraban el 81 % del total de dicho elemento. El cadmio refinado se utiliza asimismo en estabilizadores y pigmentos para plásticos, cerámicas y esmaltes, recubrimientos sobre hierro y acero, y como elemento en determinadas aleaciones de plomo, cobre y estaño. Desde 1990 su consumo para pigmentos, estabilizadores, aleaciones y otras aplicaciones ha disminuido considerablemente.
Las minas de cadmio son difíciles de encontrar, y suelen estar en pequeñas
cantidades. Suele sustituir al zinc en sus minerales debido a su parecido químico. Se obtiene generalmente como subproducto; el cadmio se separa del zinc precipitándolo con sulfatos o mediante destilación. Generalmente el zinc y el cadmio están en sus minerales como sulfuros, al tostarlos se obtiene una mezcla de óxidos y sulfatos, y el cadmio se separa aprovechando la mayor facilidad para reducirlo. Además de obtenerse de la minería y metalurgia de sulfuros de zinc, también se obtiene, en menor medida, de los de plomo y cobre. Existen otras fuentes secundarias: del reciclado de chatarra de hierro y acero se obtiene aproximadamente el 10% del cadmio consumido. Se encuentra normalmente en combinación con otros elementos, por lo general de cobre , zinc y plomo. El cadmio se extrae de estos minerales durante el proceso de fundición, o con la ayuda de productos químicos como ácido sulfúrico. El cadmio no se encuentra en estado libre en la naturaleza, y la greenockita (sulfuro de cadmio), único mineral de cadmio, no es una fuente comercial de metal. Casi todo el que se produce es obtenido como subproducto de la fundición y refinamiento de los minerales de zinc, los cuales por lo general contienen de 0.2 a 0.4%. Estados Unidos, Canadá, México, Australia, Bélgica, Luxemburgo y República de Corea son fuentes importantes, aunque no todos son productores. En el pasado, un uso comercial importante del cadmio fue como cubierta electrodepositada sobre hierro o acero para protegerlos contra la corrosión. La segunda aplicación es en baterías de níquel-cadmio y la tercera como reactivo químico y pigmento. Se recurre a cantidades apreciables en aleaciones de bajo punto de fusión semejantes a las del metal de Wood, en rociadoras automáticas contra el fuego y en cantidad menor, en aleaciones de latón (laton), soldaduras y cojinetes. Los compuestos de cadmio se emplean como estabilizadores de plásticos y en la producción de cadmio fosforado. Por su gran capacidad de absorber neutrones, en especial el isótopo 113, se usa en barras de control y recubrimiento de reactores nucleares.