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29-11-21

La idea kantiana de la moral se construye en base a un principio categórico.

En la Krv subjetivo significa perteneciente al sujeto trascendental, que es lo


contrario a lo que hoy entendemos como subjetivo. Cuando Kant habla de
máximas se refiere a esta noción de subjetivo.

Las leyes prácticas se dividen en imperativos hipotéticos e imperativos


objetivos categóricos. Solo estas son leyes prácticas. Las leyes para ser
categóricas tienen que ser categóricas i.e. necesarias.

Ninguna de las máximas subjetivas por las que se determina la voluntad


individual de cada cual sirve para alzarse en ley universal o imperativo
categórico, pues si así fuera, estaríamos basando lo universal en lo subjetivo.

Las reglas no se pueden basar en condiciones contingentes- no todo el


mundo percibe el placer del mismo modo, por ejemplo. No podemos hacer
leyes basadas en estos principios subjetivos - , sino en lo que nos es común en
tanto y cuanto somos seres racionales. La idea de fondo es pues, de no haber
un imperativo categórico, lo que nos movería sería solo la búsqueda del
placer, el dolor y la búsqueda de la felicidad individual.

La ley práctica no se basa en la experiencia, pues está sometida a leyes


causales, sino en los juicios a priori. La legislación universal se hace quitando
la materia de la ley, objeto de la voluntad, quedando solamente la voluntad
pura y la forma de la ley.

Frente a la ley natural, cuyos elementos son fenoménicos, la ley moral sólo
consta de elementos formales. Kant piensa que la ley moral está en la forma
de la razón humana, no en el mundo natural. El ser racional tiene conciencia
de la ley, no la percibe por los sentidos. Esta ley fundamental de la razón pura
práctica es el imperativo categórico. Kant dice que hay que obrar de tal modo
que cualquier persona en nuestro lugar debería de obrar de la misma
manera. Esto es obviamente criticable, pues hay miles de actores que
intervienen.

El imperativo categórico es una regla práctica; “la razón pura en sí misma


práctica” . Esta ley es un “hecho de la razón”. Es el único principio posible para
dar leyes y fundamentos morales. Aporta contenido a la posibilidad de la
libertad trascendental que aparecía en Krv como ideal co

Hemos sobrepasado los límites de la razón pura, pero esto es posible, pues
estamos en el ámbito de la razón pura práctica.
Proposición sintética a priori:

El imperativo categórico es una proposición sintética a priori. El predicado


amplía el sentido del sujeto. No hace falta comprobarlo, no es necesario el uso
de la inducción. El predicado está contenido en el sujeto.

Legalidad y moralidad:

El modo que propone Kant de pasar de un modo formal a un modo práctico


es el juicio práctico. El pasar de una máxima fundamentada en la libertad
trascendental al mundo natural donde esta libertad no aplica

para esto formula el juicio práctico. Estamos de nuevo tratando de conciliar la


libertad trascendental con un mundo fenoménico donde operan las causas.

Que dicha acción sea realizada por la ley misma, no solamente conforme a la
ley

lo segundo es legalidad

lo primero es moralidad

Es por esto por lo que Kant no es ni consecuencialista ni utilitarista. Para él lo


importante es que la acción sea llevada a cabo por la moralidad. La razón se
da a sí misma una ley moral

La virtud es la cualidad de quien cumple con la ley moral

El bien y el mal

Piensa que no responden a impresiones subjetivas. Distingue wohl-übel

Pero tb distingue bien y mal en un sentido objetivo gut-böse

Sin ley moral sólo nos quedamos con las sensaciones.


Dios y el alma inmortal

En caso de una voluntad perfecta, tendríamos un caso ideal donde no habría


tentación de incumplir la ley. Para él subyace una ontología del bien. El mal
viene dado por la ley moral, el bien. El ser humano no es santo, es racional,
sólo en caso de santidad coinciden voluntad y lo que ordena la ley moral.

Al ser humano le quedan el deber y la razón. Pensar que podemos ser puros y
santos es caer en el misticismo moral. En nosotros no puede coincidir la ley
moral y la inclinación por cumplirla. La ley moral es casi coactiva. Es de todas
formas la propia razón la que nos proporciona la ley. La autonomía entonces
consiste en que es nuestra razón la que nos proporciona la ley moral. El ser
humano es pues autónomo frente a otros como los animales y las plantas que
carecen de libertad trascendental.

Entiende el ser racional como fin en sí mismo y no como medio. He aquí el


límite de la causalidad.

Como el ser humano es el depositario de la razón y tiene libertad


trascendental que hace la arquitectura de la razón pura práctica, el ser
humano solo puede ser fin en sí mismo.

Lo que está en el fundamento es la ley moral, aunque sí hay una ontología del
bien. No hay contradicción entre poner un bien supremo como fundamento a
la vez que la ley moral. El bien supremo contiene a la ley moral, a la felicidad,
etc. El cumplimiento de la ley moral nos da dignidad de la felicidad.

Es moralmente necesario admitir la existencia de Dios. Pues su fin último al


crear el mundo es la felicidad del ser humano. No obstante, el ser humano no
puede alcanzar la santidad. Para que sea posible una tendencia al ideal
regulativo de cumplimiento de la ley moral, Kant necesita introducir la
inmortalidad del alma.

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