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7.4. El Aviso Legal
7.4. El Aviso Legal
El aviso legal
En cualquier libro que comencemos a leer nos encontraremos, en sus primeras páginas,
con expresiones como: «Reservados todos los derechos», «Derechos reservados conforme
a la ley», «Las características de esta edición son propiedad de […]», «Se prohíbe la
reproducción total o parcial de esta obra», «Derechos reservados para todas las ediciones
en castellano» y, sobre todo, en el caso de obras con ya algunos años de por medio,
extensos mensajes como:
«Este libro no puede reproducirse total o parcialmente, incluido el diseño de
tapa, por ningún método gráfico, electrónico o mecánico, incluyendo los sistemas
de fotocopia, registro magnetofónico o de almacenamiento y alimentación de
datos, sin expreso consentimiento del editor».
nternational Standard Recording Code, mejor conocido como ISRC y que solemos
encontrar en la contraportada de las diversas obras audiovisuales (principalmente las
grabaciones musicales, videos, podcasts, audiolibros, etc.). Entidad de Gestión de
Derechos de Propiedad Intelectual (AGEDI).
SWC (International Standard Work Code), para el caso de las composiciones musicales; el
ISMN (International Standard Music Number), para las publicaciones de música escrita; el
DOI (Digital Object Identifier), para las publicaciones electrónicas; el
NIPO (Número de Identificador de Publicaciones Oficiales), para las publicaciones a cargo
de la Administración Federal del Estado y sus Organismos;
Ley de Propiedad Intelectual (RDL 1/1996), hace una mención especial para el caso de los
programas de ordenador, podrán ser objeto de registro sus versiones anteriores, actuales
y sucesiva; igualmente, podrán registrarse sus programas derivados. El Reglamento del
Registro de la Propiedad Intelectual (RD 281/2003), por su parte, en su artículo 14n indica
que serán objeto de registro, en el caso de los programas de ordenador: la totalidad de su
código fuente, un ejecutable del programa, una descripción del programa, su lenguaje de
programación, el entorno operativo, un listado de sus ficheros, el diagrama de flujo y, en
su caso, el número de depósito legal.
Para conocer las diversas entidades de gestión españolas, así como los trámites, requisitos
y costos necesarios, ver: «Gestión colectiva de los derechos de propiedad intelectual».
Ministerio de Cultura y Deporte, Gobierno de España. Disponible en la sección A fondo.
Las disposiciones que han venido a normar esta previsión se encuentran en la orden del
Ministerio de Educación correspondiente al 30 de octubre de 1971, por la que se expide el
Reglamento de Régimen interior del Instituto Bibliográfico Hispánico (BOE-A-1971-1474)
y por la orden de 20 de febrero de 1973, por la que se modifican algunos artículos del
Reglamento antes indicado (BOE-A-1973-313). Sin embargo, su reglamentación más
precisa y detallada fue expedida en el año 2011 mediante la Ley de Depósito Legal (Ley
23/2011) la que, en su artículo 1, dispone que el depósito se configura como la:
«institución jurídica que permite a la Administración General del Estado y a las
Comunidades Autónomas recoger ejemplares de las publicaciones de todo tipo
reproducidas en cualquier clase de soporte y destinadas por cualquier
procedimiento a su distribución o comunicación pública, sea ésta gratuita u
onerosa, con la finalidad de cumplir con el deber de preservar el patrimonio
bibliográfico, sonoro, visual, audiovisual y digital de las culturas de España en
cada momento histórico, y permitir el acceso al mismo con fines culturales, de
investigación o información, y de reedición de obras, de conformidad con lo
dispuesto en esta ley y en la legislación sobre propiedad intelectual».
Es de destacar que, en el caso de las publicaciones en línea, a estas no les será asignado
un número de depósito, sin embargo, los editores o productores de las publicaciones
podrán obtener un número de ISBN u otro identificado numérico estándar aceptado por
los organismos internacionales competentes (art. 6.4 RD 635/2015 y 14.6 Ley 23/2011)
Al igual que como ocurre con la Ley 23/2011, el RD 635/2015 dispone la obligación de
efectuar el depósito legal de todo sitio web y las publicaciones que en ellos se
contengan, siempre que se refieran a patrimonio bibliográfico, sonoro, visual, audiovisual
o digital de las culturas de España y, siempre que: a) estén en cualquiera de las lenguas
españolas oficiales; b) estén producidas o editadas por cualquier persona física o jurídica
que tenga su domicilio, residencia o establecimiento permanente en España y; c) estén
producidas o editadas bajo un nombre de dominio vinculado al territorio español.
Ahora bien, a diferencia de la Ley 23/2011, en el caso del RD 635/2015, el depósito legal
es llevado a cabo por los denominados «gestores del depósito legal de las publicaciones
en línea», los que dependen de la Biblioteca Nacional o de las Comunidades Autónoma
por lo que, en estos casos, la obligación recae en los gestores, debiendo el titular de la
obra meramente «permitir» que el correspondiente depósito se lleve a cabo (BARBERÁN
MOLINA 2020).
En general, sobre el depósito legal, Rogel Vide y Serrano Gómez (2008), sostienen que
cumple con cuatro importantes objetivos: 1.- La recopilación y conservación de material
bibliográfico; 2. La redacción y publicación de la bibliografía nacional; 3.- El control
estadístico; y 4. La formación de colecciones bibliográficas a lo largo del territorio español.
A efectos de la tutela de los derechos autorales, el depósito legal permite, de una parte,
dejar constancia de un ejemplar de nuestra obra con su correspondiente fecha de
registro y que, ante algún eventual procedimiento contencioso podría servirnos de prueba
para atestiguar la titularidad de nuestros derechos. De otra parte, el depósito legal
permite el conocimiento de nuestra obra ante el público en general el que también
puede erigirse en un guardián de nuestros derechos pues, el depósito, tal y como ocurría
desde 1847, sigue siendo una gran herramienta que permite acercar el conocimiento a un
mayor número de personas pues, las obras depositadas en las respectivas oficinas de
depósito continúan compartiendo sus fondos con las diversas bibliotecas nacionales,
autonómicas y regionales.