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¡Hola! Ya en la segunda semana de cursada, nos disponemos a seguir el recorrido por los distintos
rincones. ¿Tienen el cuaderno a mano? Recuerden tomar notas, apuntar ideas y empezar a escribir
las propias reflexiones que trae la lectura...
La historia de la infancia y
de la pedagogía en Anne-Marie Chartier y Nicole Geneix
Latinoamérica encuentra distinguen esto en una investigación
fuertes coincidencias con un publicada en 2006 y titulada “Pedagogical
approaches to early chidhood education”,
proceso que según Anne- realizada a pedido de la UNESCO como
Marie Chartier y Nicole Documento de antecedentes preparado
Geneix se puede distinguir para la realización del Informe Educación
tres etapas a lo largo del para Todos. Informe sobre seguimiento
mundial del año 2007. Bases sólidas:
siglo XIX en el viejo atención y educación de la primera infancia.
continente, no
necesariamente sucesivas.
Retratos de Modesta e En una primera etapa pre-pedagógica, a los niños pequeños los
Inesita1939. Diego Rivera. cuidaba personal no calificado: garderies en Francia, écolesgardiennes
Óleo sobre lienzo. 99 x 69 cm.
en Bélgica, Spielschule en Alemania, speelscholen en Holanda, “Dame
Colección herencia de Licio Lagos.
Ciudad de México Schools” en el Reino Unido y scuoledelle maestre en Italia. En
la segunda etapa: escuelas de infantes, el fruto de nuevas ideas, el
deseo de asistir y educar mediante instituciones organizadas supervisadas por sus fundadores
(“escuelas de infantes” en el Reino Unido, sallesd’asile en Francia, Kleinkinder-Bewahranstalen en
Alemania, bewaarscholen en los Países Bajos, écolesgardiennes en Bélgica, escuelas de párvulos
en España y scuoleinfantili en Italia). Fueron instituciones caritativas, religiosas o filantrópicas las
que emprendieron estas iniciativas, antes de que las autoridades políticas se hicieran cargo de ellas,
ya sea municipales (Bélgica e Italia), regionales (Inglaterra y Alemania) o estatales (Francia).
La tercera etapa comenzó en la década de 1840 en Alemania y llegó a España en la de 1870: el
“kindergarten” no religioso, sustentado por movimientos liberales o progresivos y marcado por el
genio visionario y romántico de Froebel, el cual dejó a un lado las lecciones tempranas (las tres
“R”), favoreció el juego libre y, gracias a los materiales didácticos centrados en las necesidades
específicas, se ocupó de los niños provenientes de todos los entornos sociales (2006: 10).
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En América Latina, los primeros dispositivos de atención a la primera infancia en el espacio público
coinciden con el cuidado y la enseñanza de pautas morales de la mano de la filantropía y la caridad.
Sin embargo, ubicar el punto de partida de una educación inicial en experiencias asistencialistas
resulta al menos confuso para definir una pedagogía de la educación inicial.
En el Rincón de las Ideas, nos quedaron apuntes sobre este asunto... ¡podemos buscarlos!
¿Qué les enseñamos a los niños hasta los seis años? ¿Quién lo hace? ¿Cómo
lo hace? Los hijos ¿de qué familias pueden ser atendidos por manos ajenas a
las de la madre o la familia?
Desde los orígenes de los sistemas educativos estos interrogantes interpelaron, una y otra vez, a
los hombres y mujeres que argumentaron a favor y en contra de la educación en los primeros años.
Algunas respuestas posibles nos llevan a pensar en la centralidad de la familia como primera
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educadora de sus hijos. Así, la socialización que se inicia en el hogar garantizó y garantiza que en
función de los valores que priman en el ámbito familiar la sociedad pueda desarrollarse con valores
que a su vez se comparten en cada comunidad.
Si la socialización de los tres primeros años de vida sucede fundamentalmente en la familia, esta
transformación de los niños de “organismos vivientes” a “individuo social”, es decir la aceptación
de la cultura que recibe y la formación de su personalidad (Lezcano, 2005: 48), sucederá como es
“esperable” y se evitarán conflictos. En cambio, si esto sucede fuera del alcance de este círculo
íntimo, el orden no estaría garantizado. Quizás esa era una de las razones por las que la educación
inicial fue al mismo tiempo que valorada, también resistida por distintos actores sociales. Por un
lado, estaban los que advertían que era importante y necesario educar desde chicos en aquellas
pautas capaces de homogeneizar una ciudadanía en construcción y así, incidir en las familias. Por
el otro, los que sostenían que ese era un problema de la vida privada de cada familia en las que el
Estado debía intervenir solo cuando esta no estuviera en condiciones de hacerlo para evitar las
desviaciones morales de los pequeños y así, prevenir la delincuencia. El jardín de infantes se
presentaba, y lo hace aún hoy, como un agente externo capaz de inscribir a los niños en un “orden
público” (Carli, 2005: 24) desde edades muy tempranas.
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El denominador común en los países latinoamericanos es la articulación de
propuestas que podemos llamar de gestión social y/o subvencionadas por el
sector privado a través de ONG o fundaciones con las del sistema formal, que
incluye a su vez, tanto a la gestión estatal como la privada.
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Kindergarten de la Fábrica nacional de vestuario y equipo, Fideicomiso
Archivos Plutarco Elias Calles y Fernando Torreblanca
En Brasil, las primeras instituciones fueron por un lado, las asistenciales para los niños/as de
sectores sociales en condiciones vulnerables y las pedagógicas para los de los sectores altos. Según
las investigadoras brasileñas Gislaine Azevedo y Magda Sarat, no se puede pensar en la infancia
de su país sin distinguir a los hijos de las clases altas, de las clases populares y los esclavos. Las
primeras creaciones de jardines se inspiraron en la metodología de Fröbel, y para los primeros años
del siglo pasado ya existían experiencias exitosas como las de San Pablo que servían de inspiración
para otras regiones del país (Jaqueline Delgado Paschoal y Maria Cristina Gomes Machado, 2015).
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En el caso de Chile, la influencia del pensamiento froebelianos llegó con la traducción de su obra
más divulgada, "La educación del hombre" en 1889. Unos años más tarde, para implementar el
método y siguiendo la tradición de traer docentes preparadas del extranjero, llegó a Chile con toda
su familia la educadora austríaca Doña Leopoldina Maluschka y con ella se iniciaba la formación de
kindergartianas. Si bien los jardines lograron instalarse, sus intentos por establecer una primera
Sala Cuna educativa fracasaron en 1925.
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Elizabeth. Las ideas progresistas de Juana ayudaron a Sarmiento a concretar su plan educativo.
Por su parte la puesta en marcha de los primeros kindergartens en el país del norte llevaron a las
hermanas Peabody a escribir una Guía para los jardines que inmediatamente Mary puso en manos
de Sarmiento. El jardín froebeliano llegaba al país al inaugurarse el primer Curso para maestras de
kindergarten Escuela Normal de Paraná Entre Ríos (la primera del país, creada en 1879) y con él
se iniciaba un derrotero de disputas por su afianzamiento.
El proyecto de Salas de Asilo, entonces, quedaba así relegado en pos de un jardín de infancia desde
los tres años que pasaría a disputar su lugar tanto en el terreno del discurso pedagógico como en
el de las políticas educativas en las que la educación elemental o común de la mano del normalismo
positivista ordenaba la instrucción pública nacional.
Las discusiones que tuvieron lugar en torno a la sanción de la Ley 1420, acerca de si “el niño debía
ser una prolongación de la familia, un brazo o propiedad de ella, o un sujeto de un nuevo orden
social público”, incluían a los más chicos y al jardín de infantes. En aquellos debates, el sujeto de
la primera infancia fue desplazado a un lugar secundario junto a los adultos y el discurso pedagógico
desestimado a la luz de la sospecha de una enseñanza apoyada en lo lúdico y lo manual, rasgos
impensados para una educación ilustrada.
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El origen del pensamiento pedagógico latinoamericano
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“¿Quiere la maestra asegurarse de si los niños todos le atienden, mientras ella explica? Nada hay
más sencillo: al mismo tiempo que habla, está escribiendo con un brazo círculos horizontales: todos
los niños están haciendo otro tanto: repentinamente este movimiento se cambia por el de zapatero
que cose, y repentino ha de ser el cambio. Toda la lección se da en esta continua agitación que
mantiene en ejercicio el cuerpo, desarrolla los miembros, y muestra que la atención está fija”
(Íbid.).
Este efecto inmediato de imitación produce admiración en un hombre contrariado por sus deseos
de educación para todos, siempre que sean los que él elija. Como señala Foucault, “el control
disciplinario no consiste simplemente en enseñar o en imponer una serie de gestos definidos,
impone la mejor relación entre un gesto y la actitud global del cuerpo, que es su condición de
eficacia y rapidez” (2010: 176). Control, orden y reglas claras en almas dóciles que seguirán al
adulto en todos sus movimientos a modo de entrenamiento hacia una actitud general capaz de
habilitar la incorporación de una moral (para Fröbel protestante, en la versión argentina católica)
con mayor docilidad.
A Sarmiento, le debemos el jardín de infantes y la mirada atenta acerca de las posibilidades de
aprendizaje desde los primeros años a manos del Estado, postura que para la época era por demás
progresista.
Algunas de las principales ideas de Rodríguez dan cuenta de un discurso contrahegemónico para la
política de la época: no mirar a Europa y abrir la escuela a los indios, los pardos, las niñas. "La
educación de América necesita, lo que Rodríguez llama de educación general, popular o social, es
justamente la que integra el conocimiento y la vida, la que enseña a las gentes a vivir, lo que
significa enseñar a las gentes a ser personas activas, animadas, autosuficientes." (Kohan, 2014:
84)
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Sus propuestas pedagógicas generaban tanta incomodidad a punto de costarle el exilio, la ofensa.
Su vida poco convencional le valió el mote de "loco" y aún así no desistió en sus ideas a lo largo de
ella. Abandonado a su suerte, murió solo sin haber logrado revolucionar la educación de su tiempo.
No es sencillo estar fuera de nuestro tiempo, sin embargo, el educador siempre trabaja en una
frontera entre el futuro y el presente. En ese lugar, por cierto poco confortable, Rodríguez
reclamaba derecho, proponía ideas y ponía en valor lo manual, los saberes del trabajo y las vidas
singulares. Los desarrapados de Simón, son las minorías del presente, son los portadores de
saberes sociales que la escuela suele despreciar.
Su idea pedagógica puede resumirse en un plan que pone ideas al trabajo, pone derechos a los
colectivos y pone creatividad en lo personal y comunitario con la insistencia de la pregunta y de la
inventiva, reiteramos.
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José Julián Martí Pérez (La Habana, 1853 - Dos Ríos, Cuba, 1895), a
través de su revista para niños "La edad de oro", resignificó a la niñez
como destinataria de mundos nuevos y de todos los mundos. Martí tuvo
a los niños como sus lectores sin caer en infantilismos innecesarios.
Imaginaba diálogos con los niños y para ellos pensó diferentes obras
preocupado por mostrarles lo necesario para ser sujetos emancipados y
protagonistas de la emancipación latinoamericana. Con belleza literaria,
claridad y certeza históricas, ahondaba en temas profundos, como por
ejemplo en "Tres Héroes", libro que aborda la vida de San Martín, Bolívar
e Hidalgo. Su interés era que “los niños americanos [supiesen] cómo se
vivía y cómo se vive hoy en América y en las demás tierras (…). Para los
niños trabajamos porque son los que saben querer, porque los niños son
la esperanza del mundo” (Martí, en Nassif, 1993:809). Martí estaba
convencido de la importancia de formar a los niños como los hombres de
la lucha del futuro.
"Todo lo que quieran saber les vamos a decir, y de modo que lo entiendan bien, con palabras claras
y con láminas finas. Les vamos a decir cómo está hecho el mundo: les vamos a contar todo lo que
han hecho los hombres hasta ahora." José Martí, La Edad de Oro.
Más tarde Martí, dirigiría su palabra a la clase obrera. Durante su estancia en Estados Unidos, fue
el impulsor de la “La liga de la instrucción” para los obreros de color de Nueva York.
A modo de cierre
A modo de partida de este Rincón diremos que el ideario pedagógico para la primera infancia en
Latinoamérica, estuvo atravesado por los postulados que llegaban de Estados Unidos y que al
mismo tiempo resignificaban una subjetividad europea. La educación de los más chicos formó parte
del plan educativo de Sarmiento y de alguna manera fue Simón Rodríguez quien advirtió que todos
debían ser educados en una escuela para todos, mientras que Martí veía en el niño la posibilidad
de un futuro emancipado. Hombres que habilitaron un discurso capaz de incluir a los destinados al
olvido.
Quizás nuestra tarea sea volver una y otra vez sobre aquellos ideales antes los ojos de los niños
de nuestros jardines, de nuestras plazas, de nuestras calles, lo que juegan y los que sufren, los
que están siempre dispuestos a los apapachos que acompañan futuros...
De esta manera cerramos la segunda clase y la visita al Rincón del Orden A continuación les
dejemos la guía con las actividades y la bibliografía. De esta manera cerramos la primera clase y
la visita al Rincón de las ideas.
¿Tomaron notas? Nos encontramos en la próxima estación para recorrer juntos/as el
Rincón de los Legados....
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Actividades
Foro de consultas
Este espacio estará habilitado durante toda la cursada del módulo para compartir y
resolver juntos/as las dudas o inquietudes que se puedan presentar durante la
elaboración de las actividades o lectura de los materiales.
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Bibliografía
Obligatoria
• Sarmiento, D. (2007) De la Educación Popular. La Plata, UNIPE. Cap. V. (pág.
189-220). Disponible en: http://unipe.edu.ar/wp-content/uploads/2011/11/Eduacacion-
Popular-de-Domingo-F.-Sarmiento1.pdf
Citada
• Campos Alba, E. (2013) De la escuela de párvulos a los jardines de niños.
construcción de la cultura escolar en la educación preescolar del Estado de México
1881-1926. Estado de México, Colegio de Méxiquense.
• Chartier, A y Geneix, N. (2006). Pedagogical approaches to early childhood
education. Background paper prepared for the Educatios for All Global Monotoring
Report 2007. Strong foundations: early childhood care and education, UNESCO.
• Carli, S. (2005). La infancia como construcción social. En: Carli, Sandra De la
familia a la escuela. Infancia, socialización y subjetividad. Buenos Aires,
Santillana.
• Delgado Paschoal, Jaqueline y Gomes Machado, Maria Cristina (2015) A história
do primeiro jardim de infância público no Paraná: contribuições da proposta
pedagógia de froebel para a educação na infância. Revista Educação e Fronteiras,
Vol 5, n° 13.
• Foucault, M. (2010).Vigilar y castigar. Buenos Aires, Siglo XXI.
Kohan, W. (2014) Simón Rodríguez. El maestro inventor. Buenos Aires, Miño y
Dávila.
• Lezcano, A. (2005). Las miradas sociológicas sobre los procesos de socialización.
Buenos Aires, Santillana.
• Nassif, R. (1993) “José Martí (1853-1895)”, Perspectiva: revista trimestral de
educación comparada, París, UNESCO, Oficina Internacional de Educación, vol.
XXIII, n° 3-4, pág. 808-821.
• Puiggrós, A. (1994) Imaginación y crisis en la educación latinoamericana. Buenos
Aires, Aique.
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Ampliatoria
Instituto Nacional de Formación Docente (2017). Clase 2: ¿Un proyecto pedagógico para los
más chicos? El lugar del jardín de infancia en la organización de los sistemas educativos de
América Latina. Módulo: Pensamiento Pedagógico Latinoamericano. Especialización docente de
Nivel Superior en Educación Maternal. Buenos Aires: Ministerio de Educación de la Nación.
Atribución-NoComercial-CompartirIgual 3.0
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