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Desde su génesis el ser humano ha mantenido una interacción implícita con la naturaleza.
Entiéndase esta como principio creador de todo lo que existe ya sea realidad material o
esencia humana.
Para el hombre era importante inspeccionar su entorno natural en miras de obtener un
conocimiento científico para su posterior adaptación o beneficio.
Esta fase evolutiva se realizó en periodos de experimentación espontánea, basados en el
deseo inocente de conocer lo inexplorado hasta el término amorfo de saberse dominante en
ello.
Así y debido principalmente al rigor de la era fue necesario el surgimiento de las primeras
civilizaciones. Estas con aspecto un tanto tosco y rudimentario lograron significativos efectos
en cuanto a la creación de estructuras socioculturales y sistemas de gobiernos, impulsados en
su gran mayoría por los movimientos neolítico y paleolítico.
A endoso modo y con modestia a la amplitud de estos dos términos trataremos su impacto y
singularidades como deuda al transitar histórico de nuestra preciada humanidad.
Estas estructuras sociales permitieron un cambio adrede de la era primitiva a la era moderna,
comenzando por el feudalismo a quien adjudicamos el fomento y dinamismo del trabajo en
la tierra a cambio de salarios y estratificación social.
A su vez las largas jornadas laborales y la repartición inequitativa del producido generaron
gran preocupación en el individuo, quien empezó a cuestionarse sobre estrategias más
efectivas para aprovechar al máximo los recursos con los que en su momento contaba. En
contraste disponía de una energía solar que al ser recibida de forma directa lo agotaban y le
impedía realizar de manera eficiente su labor, de modo que dedujo la incidencia del sol en las
plantas y que al domesticar animales herbívoros estos podrían alimentarse de ellas, hacer uso
de toda esa energía y complacidos realizar el trabajo por él.
Tal fue la determinación que el resultado superó las expectativas y pronto el ganado y las
aves de corral corrieron la misma suerte, la diferencia fue que estas últimas eran para uso
productivo y libre comercio.
El capitalismo por ejemplo es un sistema económico y social que busca proteger la propiedad
privada, llámese también industria nacional mediante eficaces mecanismos de mercados que
generen una considerable fuente de ingreso a la nación, se piensa que si el país tiene una
economía sólida el pueblo posee mejores condiciones de vida. Primera falla y para cuando
alcancemos a notarlo ya existirán otras.
La problemática capitalista radica en que el afán de producción superó la compasión humana.
Es decir la excesiva producción de bienes de consumo y artículos de gran valor fomentaron
practicas despiadadas hacia la flora y fauna. Sumado a esto encontramos al consumismo y
aunque muchos analistas afirmen que son prácticas inherentes al individuo y que no
responden a ninguna influencia gubernamental, cuesta creer en la inexistencia de acuerdos de
complicidad entre las partes.
El comunismo por su parte deroga las clases sociales y decreta que todos los habitantes son
iguales, promueve la igualdad en todos los sentidos, tales como: Necesidades básicas,
consumo, educación, doctrina y culto, trabajar para el estado. Etcétera. En fin otra forma de
opresión.
En este sistema el gobierno es propietario de todo el caudal productivo y las riquezas son
repartidas “equitativamente”.
No promueven la libertad de culto ni la propiedad intelectual y poseen la ideología de que el
pueblo es quién maneja los hilos del país. En lo que al análisis ambiental concierne sigue
liderando los intereses propios y la explotación indiscriminada de los recursos naturales.
Que se haga válido precisar en este punto la poca importancia que se le ha dado a la
inteligencia ambiental y el cuidado responsable de la naturaleza.
Sepa usted además que el desarrollo social debe ir acompañado de una cultura ciudadana que
favorezca la sanidad ambiental, sumada a una lucha que exija reales y comprometidas
reformas ambientales.
Entre tanto; no es malo hacer uso de la naturaleza como fuente inspiradora de nuestra propia
obra, tampoco lo es evolucionar y entrar a la era globalizada, con realidades enfocadas al
desarrollo, lo realmente preocupante es no establecer condiciones de saneamiento que
ayuden al retroceso del cambio climático y pérdida total de la hasta ahora “fuente inagotable
de vida”
Por tal motivo más que hacer uso tácito de la palabra cambio climático nos concentramos en
su concepto y lucha con fines formativos, para que a partir de una reflexión unánime se pueda
llegar a establecer reales estrategias de cambio.
Ocurre que debido a las actividades productivas que rigen los estados de gobierno y que
afectan directamente la tierra, han existido cambios negativos en la naturaleza ambiental ( )
estos cambio(s) tienen mucho que ver con el calentamiento global y aún más que todo con el
atrapamiento de la energía solar atreves de los gases tóxicos dentro de la atmosfera. Estos
gases son producidos diariamente y en grandes cantidades por los seres humanos, las
empresas manufactureras, la minería, la extracción de petróleo, la acumulación de basuras, la
tala de árboles, la agricultura y demás actividades propias y cotidianas.
El cambio climático entonces es el conjunto de alteraciones en el ciclo normal de la
naturaleza y que puede durar muchos años hasta hallar un balance.
Entonces, se hace necesario una intromisión valorativa sobre lo que queremos que sea el
futuro y desde la ética y la formación en valores otorgarnos consientes responsabilidades ya
sea mediante la implementación de planes de acción que logren el equilibrio. La pregunta
ahora es ¿Cómo lo logramos?
Importante mencionar qué ya que hemos realizado un(a) ardua labor en la construcción de
funcionales modelos socio-económicos, propongo seguir el ritmo y construir un movimiento
mundial basado en una cultura ecológica que permita la restauración y sostenibilidad de
nuestros territorios, políticas que lideradas desde el gobierno se misionen a estudiar los
suelos, restaurar los bosques, proponer una minería sana y sostenible que proteja ante todo la
biodiversidad. Eso en lo que a leyes y políticas internacionales se refiere.
Justo sería que la industria productora en su totalidad se apropie del sentido de lo urgente y
comience a generar negocios sostenibles en cuyas actividades económica() ofrezcan bienes y
servicios que contribuyan a la preservación del medio ambiente.
Como apoyo a la visión de este modelo, capacitar a su personal de trabajo desde una
perspectiva ética y práctica encaminada a las buenas acciones de restauración y conservación.
Por último y como cierre de este estudio nos concierne a todos saber que la única manera de
mitigar el impacto ambiental es reconociendo que tenemos mucho que ver con lo que está
sucediendo y que la solución la debemos trabajar entre todos.
Y aunque resulte anacrónico pesar que las lanzas, las flechas, las piedras nos hubieran
librado de la vergonzosa realidad, sin duda el uso de la razón y la voluntad de hacer lo
correcto, en definitiva nos hubieran motivado hoy a contar una historia de comercio y
desarrollo, pero también humana.