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Miasis (bichera)

Objetivos: Al finalizar este módulo se pretende que el participante:

Conozca las principales características de esta enfermedad.


Sea consciente las pérdidas económicas y productivas que la ocu-
rrencia de esta parasitosis puede implicar.
Conozca los métodos más efectivos para su tratamiento y control.

En este módulo Ud. verá:

Ciclo biológico

Síntomas y lesiones

Pérdidas económicas

Tratamiento y control
Miasis: infestación de humanos y/o animales vivos con las larvas de las moscas (dípte-
ros) de diferentes especies, las cuales, por lo menos por un corto período, se alimentan
del tejido vivo o muerto del huésped o del alimento ingerido por éste.

Dicha infestación, dependiendo de la especie y tipo de parasitismo, puede llevar al desarrollo de


lesiones muy diversas y en oportunidades muy destructivas, con invasión de cavidades corporales
y extensión a diversos órganos.

La presencia de estas larvas provoca molestias y dolor en los hospederos, alterando sus hábitos
alimentarios, interrumpiendo su descanso y causando daños a la piel y como resultado, el peligro
de infecciones bacterianas posteriores. En el caso de los animales, disminuye la producción de
carne, leche, lana y si no es tratada a tiempo, provoca decaimiento en el sistema inmunológico,
llegando incluso hasta la muerte. Limita también el traslado de animales en determinadas zonas o
regiones y el intercambio comercial.

Mundialmente existen varias especies de moscas o dípteros que durante su ciclo biológico son
parásitos obligados de los animales y el hombre, provocándoles severas miasis.

La miasis conocida en el Uruguay como “bichera” es una miasis cutánea producida por estados
larvarios de la mosca Cochliomyia hominivorax. En otras regiones de América se la conoce como
“gusanera”, ”bicheira” y “gusano barrenador”.

Las larvas de este díptero, son parásitos obligatorios de los animales de sangre caliente y a dife-
rencia de otras larvas, éstas infestan heridas de animales vivos. Las hembras no depositan los
huevos en el tejido muerto, sino en los bordes de las heridas de mamíferos vivos o en las mem-
branas mucosas lesionadas que están asociadas con las aberturas naturales del cuerpo, como las
fosas nasales, las órbitas oculares, la boca, las orejas y la vagina.

Las larvas eclosionan después de 24 horas de la oviposición y comienzan inmediatamente a ali-


mentarse de los tejidos sobre los que están, situándose con la cabeza hacia abajo y penetrando en
forma de barreno en la herida, que se vuelve cada vez más grande y profunda, causando una des-
trucción masiva del tejido.

Las larvas alcanzan la madurez a los 4-8 días de la eclosión y abandonan la herida, cayendo al sue-
lo, en el que se entierran e inician la etapa de pupación. Los adultos emergen después de 7 a 54
días, dependiendo de las condiciones ambientales

C. hominivorax es endémica de las regiones tropicales y subtropicales. Su distribución está condi-


cionada a la imposibilidad de esta mosca de subsistir en zonas frías. La actividad decrece notoria-
mente por debajo de los 21ºC y no sobrevive en zonas, donde la temperatura promedio es de 9ºC
durante 3 meses, o de 12ºC por 5 meses consecutivos del año.

Está presente en toda América del Sur, excepto en Chile. Tanto América del Norte como América
Central hasta Panamá, están libre de esta parasitosis

La presencia de esta mosca a lo largo del año, está fuertemente condicionada al clima y se ha ob-
servado que en nuestro país, prácticamente desaparece durante los meses fríos para reaparecer
en primavera.

Ciclo biológico
La mosca de la bichera es un insecto que pasa por las etapas de huevo, larva, pupa y adulto. En
condiciones ambientales favorables, con temperaturas de 22 º C, su ciclo de vida se desarrolla en
21 días.

El ciclo se inicia con el apareo de moscas adultas (macho y hembra) a los 3 días de nacidas. El
macho es polígamo, se aparea varias veces, 5 a 6, pero la hembra lo hace 1 sola vez en su vida
(monógama). Los adultos se alimentan del néctar de flores y de agua por lo que suelen permane-
cer en lugares sombreados, próximos a cañadas y arroyos.

La mosca adulta de C. hominivorax (fase libre, voladora) no es fácilmente reconocible a nivel de


campo. La identificación de este insecto se realiza comúnmente a través de los estados larvales
presentes en animales infestados. Tienen un cuerpo azul-
verdoso metálico brillante con algunas variaciones en el
tono, debido a las condiciones ecológicas. Los organismos
de los trópicos suelen ser más pequeños y de colores más
brillantes. Su longitud promedio es de 8 a 10 mm.

Luego de la cópula, las hembras son atraídas por la pre-


sencia de heridas abiertas en animales de sangre caliente,
donde depositan sus huevos.

Una hembra deposita de 10 a 400 huevos (promedio 200)


en el borde de la herida. A lo largo de toda su vida (algo
más de 1 mes) es capaz de realizar varias oviposiciones
(puestas de huevos) con intervalos de 3 a 4 días, llegando a Figura 1. Mosca adulta
producir hasta 2.800 huevos.

Los huevos de Cochliomyia hominivorax son de color crema, ovalados. Se adhieren a la herida por
medio de un cemento que las mismas hembras segregan; miden alrededor de 1.04 mm de longi-
tud por 0.22 mm de ancho. Son depositados en masas regulares, ovales, con una disposición en
forma de tejado, firmemente unidos.
En las 11 a 24 horas posteriores, los huevos eclo-
sionan dando lugar a larvas de primer estadio,
que inmediatamente se introducen en la herida y
comienzan a alimentarse.

Esta larva 1 es elongada, más o menos cilíndrica y


la longitud y ancho al momento de la eclosión es
de 1.2 y 0.23 mm respectivamente. La larva com-
pletamente desarrollada en el primer estadío
como promedio es de 3.6 mm de longitud y 0.57
mm de ancho en el punto más ancho.
Figura 2: Masa de huevos
La larva 2 es más robusta y desarrollado comple-
tamente mide aproximadamente 6.3 a 7.4 mm
de longitud y 1.5 mm en el punto más ancho.

La larva 3 es aún más grande y las larvas completamente maduras son generalmente de 15 a 16
mm de longitud. Cuando están recientemente mudadas son de color blanco cremoso y ya madu-
ras tienen un ligero tinte rojizo.

Figura 3. Larva 2 Figura 4. Larva 3

Al finalizar la tercera etapa, la larva se transforma en pupa, que miden aproximadamente 12.20
mm de longitud y 4.3 mm de diámetro. Son de color café oscuro y presentan los caracteres de la
larva madura. Durante esta nueva fase, el insecto permanece oculto en la tierra.

De estas pupas emergerá la mosca adulta en un período de tiempo que depende de las condicio-
nes climáticas y que puede oscilar de 7 días (verano) a varios meses (invierno).
Síntomas y lesiones

Los lugares típicos de infestación, son heridas causadas por ejemplo, en la esquila o en la castra-
ción y descorne. Se ve frecuentemente en el ombligo de animales recién nacidos y las lesiones de
patas en el pietín de los ovinos.

El productor puede reconocer que su hacienda está parasitada por la mosca de la bichera al obser-
var cambios en la conducta de los animales, ya que éstos se tornan inquietos y comienzan a buscar
protección debajo de alguna sombra cercana.

No es fácil detectar a simple vista en una herida, la presencia de larvas en sus primeras etapas;
sólo se visualizan movimientos muy leves. A medida que la larva se alimenta, la herida se agranda
gradualmente transformándose en una herida más amplia y profunda. Estas heridas a menudo
sangran y tienen un olor desagradable característico.

En algunas ocasiones las heridas sobre la piel pueden ser pequeñas, pero debajo de éstas existen
cavidades grandes, donde se encuentran gran cantidad de larvas.

Los daños producidos por esta parasitosis, repercuten en forma negativa sobre la velocidad de
crecimiento y la producción de los animales, ocasionando importantes pérdidas económicas.

Los efectos causados por las lavas pueden ser:

Efecto traumático. Debido al desgarre de los tejidos del hospedero causado por las larvas
al alimentarse en la herida.
Efecto irritante. Provocado por los movimientos constantes realizados por las larvas den-
tro de la herida.
Efecto tóxico. Debido a la excreción de productos de desecho de las larvas.
Infecciones secundarias. Causadas por bacterias y otros microorganismos contaminantes
en la herida.

Cuando la infestación es grave y no se realiza un tratamiento adecuado, el animal infestado puede


morir en pocos días. Sin embargo, en caso de que la infestación sea leve, pueden presentarse in-
fecciones secundarias, provocando artritis, enteritis, neumonía o una septicemia, que afecten
seriamente la salud del animal. Es común encontrar que los terneros con bichera de ombligo pue-
den terminar con problemas articulares, a causa de la infección que ocurre con la herida umbilical.
Pérdidas económicas
En nuestro país se tienen varias aproximaciones a las pérdidas que puede ocasionar esta parasito-
sis. En el año 1998 se hizo un estudio sobre el impacto económico, a través de una encuesta con
entrevista personal a los productores a cargo de los establecimientos.
En aquellos años se realizó un cálculo de aproximadamente 25 millones de dólares anuales. Ese
monto de dinero se conformaba por:

2 millones por la compra de curabicheras


15 millones en mano de obra
unos 5 millones debidos a la mortalidad en ovinos
y 3 millones en bovinos

En ese estudio no se cuantificaron las pérdidas productivas (probablemente el mayor impacto


económico) de los animales afectados, las dificultades en los mercados y los casos humanos y
afección de la fauna.

En el año 2000, una encuesta realizada conjuntamente con la declaración jurada de DICOSE a la
cual respondieron más de 10.000 productores, más de la mitad consideraron a la bichera como
uno de los problemas sanitarios más importantes.

En el año 2006 se lleva adelante un nuevo estudio sobre el efecto de la miasis en la producción
nacional, abarcando 530 productores pecuarios seleccionados al azar. Este estudio revela una im-
portante variación estacional en la presencia del agente (mayor en verano y menor en invierno) así
como una influencia importante en la toma de decisiones para la realización de trabajos en los
predios. La presencia de la enfermedad condiciona los trabajos de castración, descole, descorne,
así como la planificación de las fechas de pariciones y esquila.

También en este estudio se llegó a obtener la información de la presencia de la enfermedad en


humanos y se estimó que podrían haber más de 800 casos humanos al año.
Los valores manejados en este estudio estimaron que las pérdidas económicas causadas sólo por
mortalidad de animales, mano de obra y curabichera a nivel del país, era de 38,5 millones de dóla-
res al año.

Tratamiento y control
El tratamiento más común de las lesiones que produce esta mosca es la aplicación de productos
químicos como antimiásicos o “curabichera”. Estos productos están disponibles en distintas pre-
sentaciones, líquido, en polvo, en pasta y spray, lo
que permite la aplicación en forma correcta del
Los productos registrados en nuestro país se pueden encontrar
principio activo según el tipo de herida o bichera.
en http://www.mgap.gub.uy/DGSG/DILAVE/Dilave.htm
También existen algunas formulaciones asociadas
a antibióticos como forma de disminuir la inci- o dentro de las lecturas complementarias de este curso,
dencia de infecciones bacterianas secundarias.
Una cosa importante a tener en cuenta para que la recuperación o cura de las heridas sea más
rápida, es realizar una limpieza de la misma, tratando de sacar todas las larvas y retirar el tejido
muerto y para luego aplicar el “curabichera”. Este trata-
miento se deberá repetir varias veces para una curación
completa.

Una buena medida para tener en cuenta, especialmente


en zonas de clima cálido o en verano, es aplicar un antipa-
rasitario sistémico antes o al momento de realizar manio-
bras de campo que entrañen riesgos de heridas para los
ganados (por ejemplo, a base de doramectina o ivermec-
tina). Estos tienen su acción antiparasitaria llegando a la
herida o bichera a través de la sangre, lo que previene el
desarrollo de larvas en heridas nuevas y reinfestaciones
en lesiones ya parasitadas.

Si bien, los tratamientos utilizados hasta el momento en


nuestro país para combatir la “bichera“ se basan en la Figura 5. Herida con larvas de C. hominivorax
aplicación de insecticidas de acción “ preventiva “ o “cura-
tiva”, existen otras opciones que apuntan al combate de la etapa adulta, a través de la utilización
de trampas o la aplicación de la “técnica del insecto estéril“, conocida por la sigla “SIT“ en su ver-
sión en inglés (Sterile Insect Technique).

La técnica del insecto estéril implica la cría y esterilización masiva de moscas y su posterior libera-
ción al medio ambiente. Si bien la técnica del SIT es utilizada en el control de distintas especies de
insectos, las características biológicas de C. hominivorax (GBG), hembras monógamas y machos
polígamos, la hacen especialmente exitosa. Los machos estériles liberados copulan las moscas
hembras fértiles de la población silvestre, produciendo huevos infértiles, cortando el ciclo. De esta
manera se van reduciendo las poblaciones silvestres de la mosca hasta su erradicación.

En nuestro país se llevó a cabo una prueba piloto con esta técnica y los resultados se pueden en-
contrar en las lecturas complementarias de este curso.
Bibliografía consultada
Bichera: resultados y conclusiones de la prueba piloto. Grupo técnico de la DGSG. Revista Plan
agropecuario. 2009. Nº 132 pag 36-39

Cochliomyia hominivorax Gusano barrenador del ganado. Dr. Muhammad Chaudhury


Curso internacional de capacitación para el diagnostico, identificación y diferenciación de GBG con
otras miasis. 2006

Comisión México-americana para la erradicación del gusano barrenador del ganado.


www.gusanobarrenador.org

La “Bichera”: pérdidas y acciones a encarar. Grupo técnico de la DGSG. Revista Plan agropecua-
rio. 2007. Nº 124 pag. 52- 56

Manejo conservación, transporte y envió de muestras. Dr. José Luis Bonilla Sequeira
Curso internacional de capacitación para el diagnostico, identificación y diferenciación de GBG con
otras miasis. 2006

Manual para el control de la mosca del gusano barrenador del ganado. Volumen 1 y 2. FAO. 2003

Agradecimientos

Lic. Laura Marques, DGSSGG, MGAP

COMEXA, por el material fotográfico incluido en este módulo.

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