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Ciclo biológico
Síntomas y lesiones
Pérdidas económicas
Tratamiento y control
Miasis: infestación de humanos y/o animales vivos con las larvas de las moscas (dípte-
ros) de diferentes especies, las cuales, por lo menos por un corto período, se alimentan
del tejido vivo o muerto del huésped o del alimento ingerido por éste.
La presencia de estas larvas provoca molestias y dolor en los hospederos, alterando sus hábitos
alimentarios, interrumpiendo su descanso y causando daños a la piel y como resultado, el peligro
de infecciones bacterianas posteriores. En el caso de los animales, disminuye la producción de
carne, leche, lana y si no es tratada a tiempo, provoca decaimiento en el sistema inmunológico,
llegando incluso hasta la muerte. Limita también el traslado de animales en determinadas zonas o
regiones y el intercambio comercial.
Mundialmente existen varias especies de moscas o dípteros que durante su ciclo biológico son
parásitos obligados de los animales y el hombre, provocándoles severas miasis.
La miasis conocida en el Uruguay como “bichera” es una miasis cutánea producida por estados
larvarios de la mosca Cochliomyia hominivorax. En otras regiones de América se la conoce como
“gusanera”, ”bicheira” y “gusano barrenador”.
Las larvas de este díptero, son parásitos obligatorios de los animales de sangre caliente y a dife-
rencia de otras larvas, éstas infestan heridas de animales vivos. Las hembras no depositan los
huevos en el tejido muerto, sino en los bordes de las heridas de mamíferos vivos o en las mem-
branas mucosas lesionadas que están asociadas con las aberturas naturales del cuerpo, como las
fosas nasales, las órbitas oculares, la boca, las orejas y la vagina.
Las larvas alcanzan la madurez a los 4-8 días de la eclosión y abandonan la herida, cayendo al sue-
lo, en el que se entierran e inician la etapa de pupación. Los adultos emergen después de 7 a 54
días, dependiendo de las condiciones ambientales
Está presente en toda América del Sur, excepto en Chile. Tanto América del Norte como América
Central hasta Panamá, están libre de esta parasitosis
La presencia de esta mosca a lo largo del año, está fuertemente condicionada al clima y se ha ob-
servado que en nuestro país, prácticamente desaparece durante los meses fríos para reaparecer
en primavera.
Ciclo biológico
La mosca de la bichera es un insecto que pasa por las etapas de huevo, larva, pupa y adulto. En
condiciones ambientales favorables, con temperaturas de 22 º C, su ciclo de vida se desarrolla en
21 días.
El ciclo se inicia con el apareo de moscas adultas (macho y hembra) a los 3 días de nacidas. El
macho es polígamo, se aparea varias veces, 5 a 6, pero la hembra lo hace 1 sola vez en su vida
(monógama). Los adultos se alimentan del néctar de flores y de agua por lo que suelen permane-
cer en lugares sombreados, próximos a cañadas y arroyos.
Los huevos de Cochliomyia hominivorax son de color crema, ovalados. Se adhieren a la herida por
medio de un cemento que las mismas hembras segregan; miden alrededor de 1.04 mm de longi-
tud por 0.22 mm de ancho. Son depositados en masas regulares, ovales, con una disposición en
forma de tejado, firmemente unidos.
En las 11 a 24 horas posteriores, los huevos eclo-
sionan dando lugar a larvas de primer estadio,
que inmediatamente se introducen en la herida y
comienzan a alimentarse.
La larva 3 es aún más grande y las larvas completamente maduras son generalmente de 15 a 16
mm de longitud. Cuando están recientemente mudadas son de color blanco cremoso y ya madu-
ras tienen un ligero tinte rojizo.
Al finalizar la tercera etapa, la larva se transforma en pupa, que miden aproximadamente 12.20
mm de longitud y 4.3 mm de diámetro. Son de color café oscuro y presentan los caracteres de la
larva madura. Durante esta nueva fase, el insecto permanece oculto en la tierra.
De estas pupas emergerá la mosca adulta en un período de tiempo que depende de las condicio-
nes climáticas y que puede oscilar de 7 días (verano) a varios meses (invierno).
Síntomas y lesiones
Los lugares típicos de infestación, son heridas causadas por ejemplo, en la esquila o en la castra-
ción y descorne. Se ve frecuentemente en el ombligo de animales recién nacidos y las lesiones de
patas en el pietín de los ovinos.
El productor puede reconocer que su hacienda está parasitada por la mosca de la bichera al obser-
var cambios en la conducta de los animales, ya que éstos se tornan inquietos y comienzan a buscar
protección debajo de alguna sombra cercana.
No es fácil detectar a simple vista en una herida, la presencia de larvas en sus primeras etapas;
sólo se visualizan movimientos muy leves. A medida que la larva se alimenta, la herida se agranda
gradualmente transformándose en una herida más amplia y profunda. Estas heridas a menudo
sangran y tienen un olor desagradable característico.
En algunas ocasiones las heridas sobre la piel pueden ser pequeñas, pero debajo de éstas existen
cavidades grandes, donde se encuentran gran cantidad de larvas.
Los daños producidos por esta parasitosis, repercuten en forma negativa sobre la velocidad de
crecimiento y la producción de los animales, ocasionando importantes pérdidas económicas.
Efecto traumático. Debido al desgarre de los tejidos del hospedero causado por las larvas
al alimentarse en la herida.
Efecto irritante. Provocado por los movimientos constantes realizados por las larvas den-
tro de la herida.
Efecto tóxico. Debido a la excreción de productos de desecho de las larvas.
Infecciones secundarias. Causadas por bacterias y otros microorganismos contaminantes
en la herida.
En el año 2000, una encuesta realizada conjuntamente con la declaración jurada de DICOSE a la
cual respondieron más de 10.000 productores, más de la mitad consideraron a la bichera como
uno de los problemas sanitarios más importantes.
En el año 2006 se lleva adelante un nuevo estudio sobre el efecto de la miasis en la producción
nacional, abarcando 530 productores pecuarios seleccionados al azar. Este estudio revela una im-
portante variación estacional en la presencia del agente (mayor en verano y menor en invierno) así
como una influencia importante en la toma de decisiones para la realización de trabajos en los
predios. La presencia de la enfermedad condiciona los trabajos de castración, descole, descorne,
así como la planificación de las fechas de pariciones y esquila.
Tratamiento y control
El tratamiento más común de las lesiones que produce esta mosca es la aplicación de productos
químicos como antimiásicos o “curabichera”. Estos productos están disponibles en distintas pre-
sentaciones, líquido, en polvo, en pasta y spray, lo
que permite la aplicación en forma correcta del
Los productos registrados en nuestro país se pueden encontrar
principio activo según el tipo de herida o bichera.
en http://www.mgap.gub.uy/DGSG/DILAVE/Dilave.htm
También existen algunas formulaciones asociadas
a antibióticos como forma de disminuir la inci- o dentro de las lecturas complementarias de este curso,
dencia de infecciones bacterianas secundarias.
Una cosa importante a tener en cuenta para que la recuperación o cura de las heridas sea más
rápida, es realizar una limpieza de la misma, tratando de sacar todas las larvas y retirar el tejido
muerto y para luego aplicar el “curabichera”. Este trata-
miento se deberá repetir varias veces para una curación
completa.
La técnica del insecto estéril implica la cría y esterilización masiva de moscas y su posterior libera-
ción al medio ambiente. Si bien la técnica del SIT es utilizada en el control de distintas especies de
insectos, las características biológicas de C. hominivorax (GBG), hembras monógamas y machos
polígamos, la hacen especialmente exitosa. Los machos estériles liberados copulan las moscas
hembras fértiles de la población silvestre, produciendo huevos infértiles, cortando el ciclo. De esta
manera se van reduciendo las poblaciones silvestres de la mosca hasta su erradicación.
En nuestro país se llevó a cabo una prueba piloto con esta técnica y los resultados se pueden en-
contrar en las lecturas complementarias de este curso.
Bibliografía consultada
Bichera: resultados y conclusiones de la prueba piloto. Grupo técnico de la DGSG. Revista Plan
agropecuario. 2009. Nº 132 pag 36-39
La “Bichera”: pérdidas y acciones a encarar. Grupo técnico de la DGSG. Revista Plan agropecua-
rio. 2007. Nº 124 pag. 52- 56
Manejo conservación, transporte y envió de muestras. Dr. José Luis Bonilla Sequeira
Curso internacional de capacitación para el diagnostico, identificación y diferenciación de GBG con
otras miasis. 2006
Manual para el control de la mosca del gusano barrenador del ganado. Volumen 1 y 2. FAO. 2003
Agradecimientos