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Del concepto de construcción social del riesgo al

concepto de construcción laboral del riesgo


Miguel Ángel Cardona Duque
Psicólogo. Magíster en Psicología y Salud Mental
Doctorando Ciencias Sociales
Comfama
Calle 27 No. 40 - 46 apto. 711 torre 4, teléfono 316 740 23 69
crdonamiguel@yahoo.es

Abstract
El concepto “construcción social del riesgo” se ha usado de múltiples
maneras con diversos grados de complejidad, especialmente en la
investigación referente a los desastres. En esta propuesta retomaremos
la construcción social del riesgo asociada con la percepción y la
llevaremos al mundo laboral mirando este como una “sociedad” donde
se puede generar una construcción laboral del riesgo.

En muchas investigaciones sobre accidentes de trabajo y luego de


analizar las posibles variables que pudieron ocasionar el suceso, queda
en los investigadores interrogantes del tipo ¿En qué estaba pensando
este trabajador para haberse accidentado así? o ¿Cómo pudo suceder
algo tan inesperado? Estos interrogantes sólo pueden ser contestados si
empezamos a cambiar la concepción y análisis sobre las causas de los
accidentes. Los accidentes laborales han sido tradicionalmente
analizados desde una concepción positivista es decir desde la lógica de
causa – efecto.

Hoy sabemos por el avance de la psicología que el comportamiento de


los seres humanos dista mucho de la concepción cartesiana de uno más
uno igual dos, y que depende por el contrario de múltiples variables que
escapan a esta lógica. Una de las más importantes es la relacionada con
la percepción del riesgo. Desde esta perspectiva teórica el riesgo no es
un ente material objetivo sino una elaboración, una construcción
intelectual de los miembros de la sociedad que se presta para llevar a
cabo evaluaciones sociales de probabilidades y de valores (Douglas,
1987).

Preguntamos entonces: ¿Puede una empresa desde su “cultura


empresarial” ser promotora de la construcción laboral del riesgo?

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¿Cómo identificar esos componentes culturales que promueven el riesgo
laboral?
¿Cómo controlar esos componentes al interior de la empresa?
Esos interrogantes los contestaremos en esta discusión.

Palabras clave
Gestión social, riesgo, vulnerabilidad, percepción, psicosocial.

Construcción social del riesgo


Referirnos al concepto de construcción social del riesgo significa retomar
los postulados teóricos más importantes sobre gestión del riesgo en los
últimos 20 años en America Latina.

Los autores que han escrito sobre el tema de los riesgos en los últimos
20 años, retoman en general como referencia dos textos; el primero,
“La sociedad del riesgo - hacia una nueva modernidad”, del sociólogo
Ulrich Beck (1944-2015). En este libro, Beck realiza un análisis acerca
de la modernidad presentando el riesgo como un resultado de los
procesos desenfrenados de la industrialización y explotación sin límites
de los recursos renovables y no renovables, y muestra como estos,
siendo en muchas ocasiones locales, terminan convirtiéndose por sus
consecuencias en riesgos globales.

En este sentido y aunque Beck (1988) enfatiza en los riesgos derivados


de la industrialización atómica, sus postulados tienen total aplicación
para todos los riesgos en las empresas de hoy; plantea que:
“En la modernidad avanzada, la producción social de riqueza va
acompañada sistemáticamente por la producción social de riesgos.
Modernización se refiere a los impulsos tecnológicos de racionalización y
a la transformación del trabajo y de la organización, pero incluye
muchas cosas más: el cambio de los caracteres sociales y de las
biografías normales, de los estilos de vida y de las formas de amar, de
las estructuras de influencia y de poder, de las formas políticas de
opresión y de participación, de las concepciones de la realidad y de las
normas cognoscitivas”.

Con el reparto y el incremento de los riesgos surgen situaciones sociales


de peligro. Ciertamente, en algunas dimensiones estas siguen a la
desigualdad de las situaciones de clases y de capas, pero hacen valer
una lógica de reparto esencialmente diferente: los riesgos de la
modernización afectan más tarde o más temprano también a quienes los

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producen o se benefician de ellos. Esto significa que la sociedad
industrial produce con el aprovechamiento económico de los riesgos
causados por ella las situaciones de peligro y el potencial político de la
sociedad del riesgo (Beck, 1998).

El segundo referenciado es “Sociología del riesgo” del sociólogo Niklas


Luhmann (1927-1998). En su libro Luhmann realiza un recorrido por los
posibles orígenes de la palabra riesgo, a la vez que establece un
dualismo con el concepto de peligro y de prevención como las acciones
que están ligadas en forma permanente al riesgo; también plantea en su
texto que la evaluación y aceptación del riesgo es un problema social.

Como hoy resulta evidente, es necesario todavía emprender una


corrección importante dentro de estos modelos cuantitativos del cálculo
de riesgos, que en general toman su orientación de las expectativas
subjetivas de la utilidad. De acuerdo con Luhmann (2006), es posible
que también tenga que considerarse que el umbral de riesgo puede
fijarse de manera muy diversa, según sea el caso de que uno participe
en el riesgo como portador de decisiones o como afectado por las
decisiones riesgosas (Luhmann, 2006:47).

Percepción del riesgo


La percepción es un proceso abiertamente cognitivo, de carácter
espontáneo e inmediato, que permite realizar estimaciones o juicios más
o menos básicos, acerca de situaciones, personas u objetos, en función
de la información que inicialmente selecciona y posteriormente procesa
la persona (Pastor, 2000). Sin embargo, pueden aparecer factores de
diversa índole que alteren la percepción de una situación, provocando
que las inferencias perceptivas de unas personas difícilmente coincidan
con las de otras. Por tanto, a la hora de hablar de actividades de riesgo
es inevitable tomar a las personas como seres básicamente cognitivos
que buscan y procesan racionalmente la información.

La psicología como ciencia ha estudiado el concepto de percepción


tratando de plantear diferentes explicaciones (Oviedo, 2004). Los
estudios empíricos han constatado que en la percepción del riesgo
influyen factores cualitativos, personales y sociales (Prades, 1999), por
lo que la interpretación del riesgo está sujeta a múltiples variables de
percepción difíciles de cuantificar (Carbonell & Torres, 2010). Ya que el
riesgo subjetivo es afectado por el nivel de conocimiento del peligro,
como el grado de control que el trabajador puede ejercer sobre él, esta
área es de especial interés para la psicosociología y de suma
importancia en el área de la prevención.

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El trabajo y la forma como lo percibimos ha variado conjuntamente con
la evolución del hombre. Cada etapa de la historia de la humanidad ha
tenido unos trabajos característicos y a su vez una forma de asumirlos y
participar en ellos. Los primeros trabajadores fueron las tribus de
nómadas que recorrían grandes extensiones de tierra, su trabajo
básicamente consistía en conseguir comida a través de la caza o la
recolección de frutos para sobrevivir. ¿Cuál sería entonces su matriz de
peligros? Imaginemos por un momento este escenario:
 Amenaza mecánica: un mamut de 6 toneladas.
 Amenaza físico-química: un rayo que lo partía en dos.
 Amenaza biológica: un tigre dientes de sable de tres metros.

¿Cómo describir esta percepción del riesgo?


Con una sola palabra: sobrevivir.
Autores como (Estrada, et al., 2005) han establecido en su trabajo de
investigación una relación directa entre la falta de conocimiento de los
riesgos asociados y la pobre percepción que los empleados tienen de él.

La percepción del riesgo en el ámbito laboral se convierte en un


elemento crucial para entender la conducta del riesgo de los
trabajadores. Cuando el riesgo se convierte en un aspecto cotidiano de
la actividad laboral, la percepción que se tiene del mismo no se ajusta a
la realidad y además está demostrado que en la mayoría de las
ocasiones es el ser humano el responsable de los accidentes. Por este
motivo, los factores de índole psicosocial se deben considerar
prioritarios a la hora de diseñar programas de acciones preventivas.

En las empresas como en la sociedad, la percepción que las personas


tengan sobre el riesgo, determina los comportamientos y las acciones de
prevención.

A este respecto, Luhmann (2006) afirma que cada individuo como sujeto
social se comporta tal como lo esperan los grupos de referencia
relevantes, o tal como uno ha sido socializado, sea de acuerdo con la
opinión comúnmente aceptada o contra ella (Luhmann, 2006). Se
plantea la cuestión de quién o cuál es la instancia que decide si un
riesgo ha de tenerse en cuenta o no y en qué horizonte objetual y
temporal. A nivel empresarial lo que se encuentra en forma general es
que los trabajadores subestiman generalmente los riesgos, porque
siempre les ha ido bien y sobreestiman la propia capacidad de control de
situaciones aún no vividas, y subestiman al mismo tiempo los posibles
daños.

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Construcción laboral del riesgo
Según cifras de la Organización Internacional del Trabajo (OIT, 2011),
“se calcula que cada año se producen en el mundo cerca de 337
millones de accidentes y 2,3 millones de muertes en las áreas de
trabajo, es decir, cerca de 6.300 muertes por día”. Según los
especialistas dedicados a la prevención de riesgos laborales, gran parte
de estos eventos tiene como común denominador el error humano.
¿Cómo refuerzan las empresas estos comportamientos?
 Presentando en forma permanente estadísticas de: ausentismo,
accidentalidad, severidad, es decir refuerzan los resultados
negativos de la actividad laboral.
 En pocas empresas se destaca la no accidentalidad como un
compromiso de los trabajadores y como un resultado positivo de
la vida laboral.
 Presionando los trabajadores a estar en horarios extendidos o en
turnos superiores a 12 horas.
 Solicitando al trabajador realizar actividades para la cual no está
entrenado “… es sólo por un momentico”, generando un riesgo por
desconocimiento.

Estas situaciones pueden configurar para el trabajador factores de


riesgo psicosocial de acuerdo con la Resolución 2646 de 2008 del
Ministerio de Protección Social. Es importante recordar que a nivel
individual la vulnerabilidad psicosocial de las personas está determinada
por los siguientes componentes:
 Aptitud mental para soportar presión.
 Concepto de sentido de vida (que significa la vida para mí).
 Universo simbólico (cuales son mis creencias sobre el mundo).
 Nivel de organización.
 Vínculos sociales (Familia, amigos, organizaciones comunales).

Estos factores de riesgo psicosocial individual son claves porque hacen


parte de los elementos que determinan la percepción del riesgo en cada
trabajador.
¿Conoce la empresa el perfil psicológico de todos sus trabajadores?
¿La empresa tiene establecido un perfil psicológico y un profesiograma
específico para las tareas, especialmente las de alto riesgo?

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Recordemos que un profesiograma contempla como mínimo los
siguientes aspectos:
 La identificación del puesto y características generales.
 La experiencia y formación previa necesaria (capacidad
profesional).
 La descripción de las tareas a realizar.
 Los requisitos psicofísicos mínimos precisos.
 Los medios técnicos necesarios (herramientas, máquinas,
sustancias químicas, etc.).
 Las condiciones de trabajo, horario, y posibles riesgos derivados
de la actividad.

Adicionalmente, los trabajadores están expuestos a riesgos psicosociales


intrainstitucionales o internos representados en:
 Presión ocupacional: representada en las tareas múltiples que le
exige la empresa que cumpla.
 Condiciones de la tarea: incluyen las demandas de carga mental
(velocidad, complejidad, atención, minuciosidad, variedad y
apremio de tiempo).
 Las demandas emocionales: que surgen de la forma como los
trabajadores asumen su rol en la empresa, del proceso de
autoexigencia que se asigne cada uno, del nivel de tolerancia a la
frustración que manejen y de las expectativas depositadas en ellos
por la institución y sus compañeros.
 Carga física: comprende posturas corporales en posiciones
antiergonomicas, manipulación de equipos pesados, entre otras.
 Condiciones del medioambiente de trabajo: aspectos físicos que
en algunos casos pueden ser extremos como temperatura, ruido,
vibración, y en otros deficientes como iluminación o ventilación y
presencia de riesgos químicos y/o biológicos.
 Jornada de trabajo: cuando son muy largas o en horarios
extendidos.

Una sola de esta variable que la empresa no tenga controlada se


convertirá en un factor de riesgo que genera vulnerabilidad y aumenta
la posibilidad de un accidente de trabajo. Frente a este escenario, es
necesario promover acciones en pro de la conservación de la salud
mental de los trabajadores y establecer medidas de carácter preventivo
que minimicen la posibilidad de aparición de un estado de estrés agudo,
de una crisis emocional descontrolada y de estados depresivos. Está

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claro que el riesgo laboral constituye una fase previa a la ocurrencia del
accidente, refiriéndose principalmente al peligro potencial al que está
expuesto el individuo al realizar su trabajo(Quintero & Romo, 2001).

En este sentido, es de vital importancia que el trabajador realice una


correcta evaluación de los riesgos que lo rodean para tomar las
decisiones pertinentes en cuanto a su prevención, pues la percepción
que el trabajador tenga respecto al riesgo laboral determina la correcta
o incorrecta valoración del peligro, lo cual puede llevar a que el
accidente ocurra. Partiendo de una apreciación psicosocial, se concede
una especial notoriedad al riesgo subjetivo ya que este tipo de
valoración intuitiva tiene en cuenta tanto el nivel de conocimiento o
desconocimiento del peligro como el grado de control que el individuo
ejerce sobre él (Portell, Riba y Bayés, 1997).

En este ámbito, la psicología social ha tenido un especial interés en el


desarrollo de investigaciones que permitan establecer las posibles
consecuencias que sobre la salud tienen ciertas prácticas de riesgo,
además de indagar los motivos para hacer algo peligroso al sentir una
atracción difícil de controlar o el hecho de que seamos excesivamente
optimistas en relación a determinados acontecimientos ignorando su
riesgo.

Este optimismo exagerado y obcecado en relación a eventos negativos


se denomina ilusión de invulnerabilidad, y el sesgo perceptivo positivo
que realiza el individuo respecto a sí mismo y su entorno social se
conoce como optimismo ilusorio (Sánchez-Vallejo, Rubio, Páez y Blanco,
1998). Esta es una cuestión interesante, ya que difícilmente un
trabajador tomará medidas preventivas por motu propio si no se percibe
como sujeto vulnerable y, más aún si la empresa no lo ve como un
sujeto vulnerable.

En conclusión, así como los desastres son procesos históricamente


construidos, producto de la acumulación de riesgos y de
vulnerabilidades sociales (Acosta, 2005) los accidentes de trabajo
también son procesos construidos a partir de unas vulnerabilidades
laborales que es necesario descubrir y controlar.

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Referencias Bibliográficas

(1) Beck, U. La sociedad del riesgo. Hacia una nueva modernidad.


Paidós. Buenos Aires.1986.
(2) Luhmann, N. Sociología del riesgo. © Instituto Tecnológico y de
Estudios Superiores de Occidente, A.C. (ITESO). México.2006.
(3) Pastor, G. (Ed.). Conducta interpersonal: ensayo de Psicología
social sistemática. Salamanca: Publicaciones Universidad
Pontificia. (2000).
(4) Ministerio de Protección Social. Resolución 2646 de 2008. Riesgos
psicosociales. Colombia.2008.
(5) Organización Internacional del Trabajo – OIT. Boletín No. 17
disponible en: www.ilo.org. 2011.
(6) Oviedo G. La definición del concepto de percepción en psicología
con base en la teoría Gestalt. Revista de Estudios Sociales, No.18
pp. 89-96. (2004).
(7) Prades L. La percepción social del riesgo: algo más que
discrepancia. Revista Nucleus, No. 26 pp. 3-12. (1999).
(8) Carbonell A., Torres A. (2010) Evaluación de percepción de riesgo
ocupacional. Ingeniería Mecánica, Vol. 13 No. 3 pp. 18-25
(9) Estrada A., et al. Percepción de riesgo biológico por el personal
ocupacionalmente expuesto en una Institución de la salud pública
de la provincia de Granma. Granma Ciencia, Vol. 9 No. 3. 2005
(10) Quintero C., Romo, M. Riesgos laborales en la maquiladora. La
experiencia tamaulipeca. Frontera Norte, Vol. 3 No. Especial.2001
(11) Portell, M., Riba, M.D. y Bayés, R. La definición de riesgo:
implicaciones para su reducción. Revista de Psicología de la Salud,
9 (1), 3-27. 1997.
(12) Sánchez-Vallejo, F., Rubio, J., Páez, D. y Blanco, A. Optimismo
ilusorio y Percepción de Riesgo. Boletín de Psicología, 58, 7-17.
1998.

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