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I.E.

S Nº 1

“Alicia Moreau de Justo”


MATERIA: Historia Americana I

PROFESORA: Imolesi, María Elena

ALUMNA: Arbeo, María Lucrecia

TURNO: Vespertino.

27/11/2014

TRABAJO PRACTICO: REBELIONES ANDINAS DE


1780
“Qan rimasqaykimanta, yawar mikhuq jierro españolwan maqanakusqaykimantan, uyanta
tuqusqaykimantan, yawarniyki timpuq allpapi timpusqanmantan, manaña sunquypi qasilla kanñachu.
Rupayllañan kan, amaru chiqniy- llañan kan, supay wiraquchakunapaq, sunquypi.”

(J. M. Arguedas: Tupac Amaru Kamaq Taytanchisman Haylli-Taki, Lima 1962.)1

CONSIGNAS

1
“Desde el día en que tú hablaste, desde el tiempo en que luchaste con el acerado y sanguinario español, desde
el instante en que le escupiste a la cara; desde cuando tu hirviente sangre se derramó sobre la hirviente tierra, en
mi corazón se apagó la paz y la resignación. No hay sino fuego, no hay sino odio de serpiente contra los demonios,
nuestros amos.”

1
1- En base a los textos de Stern, Thomson y Serulnikov, elabore una explicación
acerca de las causas y alcances de las rebeliones andinas de 1780.
2- Analice las distintas interpretaciones que la historiografía ha realizado en torno a
estos fenómenos.
3- Establezca una comparación entre los movimientos liderados por Tupac Amaru en
Perú y Tomás Katari en Charcas.

1-

2
A continuación se explicaran las causas y alcances de las rebeliones andinas de
1780, tomando como base el análisis de los textos de Stern2, Thomson3 y Serulnikov4.

Las causas y amplitud de la insurrecion general, el estudio detallado de


población, economía y rebelión, demuestran que las comunidades denunciaron la
imposición de autoridades étnicas ilegitimas, la defraudación fiscal, la usurpación
tributaria, la explotación económica y la opresión política. La figura del corregidor es
fundamental en este proceso. Todos los caciques del pueblo eran interinos, designados
directamente por los corregidores, sin atender a los derechos hereditarios. Los caciques
mediante el recurso tradicional del doble empadronamiento usurpaban a los ayllus y a la
Real Hacienda algo mas de la cuarta parte de la plata enterada por las comunidades5.

En el ámbito concerniente a la explotación económica el papel clave, lo jugaron


los repartos de mercancías, como distribucion forzosa de bienes. Las cambiantes
relaciones de explotación mercantil amenazaban directamente la continuidad de la
autoridad política colonial y su legitimidad frágil y parcial entre el campesinado andino.
Las presiones combinadas de las deudas y del estancamiento comercial transformaron a
los corregidores en despiadados explotadores unidimensionales de las tierras y el trabajo
indígena a través del reparto de mercancías. En estas circunstancias y ante la creciente
población indígena necesitada de mas tierras y recursos productivos, se derrumbaron los
pactos clientelistas, las estrategias de resistencia nativa y las fragiles legitimidades
coloniales anteriores.

Otra causa fundamental es la característica multiétnica dentro del territorio


insurrecto, sur de Peru y Bolivia, que incluia dentro de su población indígena un alto

2
Stern, S., “La era de la insurreccion andina, 1742- 1782: una reinterpretación”, en Resistencia, Rebelion
y Conciencia Campesina de los Andes, Madrid, Alianza, 1988.

3
Thomson, S., “Solo nosotros gobernaremos…. Recuperando la variedad de proyectos anticoloniales
entre campesinos andinos ( La Paz, desde 1740 a 1781)”, en Colonial Latin American Review, Vol. 8, N°
2, 1999.

4
Serulnikov, S., “Su verdad y su Justicia”. Tomas Katari y la insurreccion de Chayanta, 1777-1780, en
Cuadernos del Instituto Ravignani N° 6, Facultad de Filosofia y Letras, UBA, Buenos Aires, 1994.

5
Serulnikov, S., “Su verdad y su Justicia”. Tomas Katari y la insurreccion de Chayanta, 1777-1780, en
Cuadernos del Instituto Ravignani N° 6, p. 11.

3
porcentaje de forasteros, migrantes desplazados y alienados de sus ayllus y
comunidades ancestrales.

Como consecuencia, las fuerzas políticas campesinas fueron movilizadas para


recurrir a la esfera judicial del estado, para terminar los abusos de los señores a través
de la acción colectiva directa, y para presionar o controlar, desde abajo, las instancias de
poder político que mediaban entre la comunidad y otras fuerzas exteriores. Los indios
dejaron de actuar como receptores pasivos del servicio de justicia estatal, como menores
juridicos, para transformarse en actores políticos autónomos, capaces no solo de
defender sus privilegios sino de definir los modos a través de los cuales los delegados
de la soberanía real debían ejercer su autoridad.

Los proyectos anticoloniales, fueron los que desafiaron los fundamentos del
orden político colonial, la soberanía española y la subordinacion política indígena. Estos
proyectos no implicaban necesariamente el repudio al monarca español, concediendo a
los indígenas un status equivalente, no siempre estaban acompañados de un
antagonismo explicito hacia la corona.6

Estas concepciones de formulación ambivalente en la sociedad campesina


mezclaba dos concepciones distintas, primero, el común decia que representaba al rey,
segundo se decía que la comunidad era el rey. La soberanía había revertido al pueblo, se
oscilaba entre autonomía sin separatismo, de un lado, y soberanía comunal explicita, del
otro. Que “todos fueran vasallos del rey”, sugería una igualdad entre todos los sujetos
del rey, indígenas y no indígenas, y por lo tanto un desmantelamiento de la casta
colonial y por otro lado suplantaba cualquier referencia a instancias regionales menores
de autoridad política colonial. Dentro de los limites de lo que ellos veian como su
propio territorio y esfera política, los indios querían incorporar extraños como nuevos
miembros de su comunidad, mas que eliminarlos, bajo la condicion que adoptaran los
códigos sociales indígenas, normas, responsabilidades e identidad india

Se puede, pues, afirmar que los objetivos de la rebelión, la independencia


y las reformas, fueron reemplazados por el anhelo de abolir las barreras sociales
que impedían las transformaciones sociales y alcanzar la independencia para crear
un Estado soberano de los peruanos.
6
Thomson, S., “Solo nosotros gobernaremos…. Recuperando la variedad de proyectos anticoloniales
entre campesinos andinos ( La Paz, desde 1740 a 1781)”, pp. 2 y 3.

4
“En Peru la insurrecion dejo como legado una ataque a la memoria del pasado
incaico, una reorganización de los mecanismos de control social del periodo colonial
tardio, un amargo endurecimiento de las tenciones y los miedos sociales y una
tendencia de los criollos a alinearse con los realistas durante las Guerras de
Independencia.”7

“La identificación de las clases, de las castas y de las culturas surgida durante
la guerra, la aniquilación de la nobleza indígena y de la clase media indígena
procedente del campo durante la rebelión y después de ella, la liquidación organizada
de las tradiciones del Estado incaico y la hispanización obligatoria así como la
comprensión por parte de los criollos de que sin ayuda de los españoles no estában en
condiciones de mantener su situación, son factores que han tenido consecuencias de
larga duración, consecuencias que se reflejan incluso en el presente. El Perú se
convirtió en un bastión de la lealtad a España. La clase media, diezmada durante la
rebelión se rehizo, pero en condiciones nuevas. Para pertenecer a ella no sólo había
que cambiar de profesión y tener una situación material adecuada. Ante todo había
que cambiar de cultura y renunciar a todos los vínculos familiares, culturales, etc.
con los indígenas y convertirse en criollo y si esto era imposible, entonces, por lo
menos en mestizo. No fue hasta la segunda mitad del siglo XIX que reaparecieron en
el Perú los embriones de una clase media formada en el campo y del campo
procedente, fenómeno que nuevamente originó insurrecciones en distintas zonas del
país bajo las consignas de recuperar las tierras perdidas (hallpaykuta kutichimuway)
y de restaurar el Estado incaico, sólo que ninguna de aquellas insurrecciones logró
alcanzar la dimensión de la revolución de 1780 – 1781 ya que no existía el lazo sólo
que unía a las comunidades: aparato administrativo indígena y élite indígena
compuesta por los caciques. La eliminación de los caciques propició el surgimiento de
latifundios criollos en el siglo XIX. Por último la españolización de la clase
gobernante habida durante la rebelión, su postura hostil hacia la cultura y lengua del
campesinado indígena (qhichwa y demás lenguas ) y la abolición de todas las
instituciones que de manera organizada cultivaban la lengua y las tradiciones
incaicas, no sólo impidieron el surgimiento de una cultura peruana sino que
consolidaron la división cultural en dominante y dominada, la cultura de la Costa y
la de la Sierra. La asimilación de los elementos de la cultura europea por parte de la
sociedad peruana fue detenida y reemplazada por la asimilación de la sociedad

7
Stern, S., “La era de la insurreccion andina, 1742- 1782: una reinterpretación”, p. 51
5
peruana por parte de la cultura europea. Como las transformaciones descritas de la
conciencia social abarcaron todo el territorio afectado por la represión – es decir,
de acuerdo con la sentencia de Areche todos los territorios habitados por los indios y
no sólo los que habían sido escenario de la revolución – se puede arriesgar la tesis de
que en los años 1780 – 1781 fue liquidado el Tawantinsuyu éxistente bajo el cetro de
los reyes españoles y en su lugar surgíeron sociedades neocoloniales que hoy
evolucionan en el Perú, Bólivia y Ecuador.”8

2-

A lo largo del siglo XX, la historiografía a realizado diferentes interpretaciones


en torno a los fenómenos que permitieron el advenimiento y desarrollo de la Era de la
Insurrecion Andina durante la ultima mitad del siglo XVIII.

Durante los años 20 y 30, se dio lugar a un redescubrimiento celebratorio de las


rebeliones andinas y de héroes individuales que incluían ambas rebeliones, a este
movimiento se lo llamo indigenismo. Desde la década del 40, la tendencia nacionalista a
buscar precursores de la independencia incorporo ambas insurreciones como ejemplos
de la marcha inexorable hacia la conciencia nacional y el patriotismo antihispano.

Sin embargo al querer interpretar el significado de las dos insurrecciones como


manifestaciones de la crisis de la autoridad colonial española en Peru y Bolivia, se
encuentra un agudo contraste en la literatura historiográfica. Se dieron de esta manera
dos estudios; uno en base a la lucha por la justicia social y sus repercusiones
continentales (un debate significativo y continuado sobre el carácter “fidelista” o
“separatista” de la insurrecion) y otro sobre el surgimiento de un movimiento nacional
Inca entre los nobles andinos disidentes del S XVIII.

Lamentablemente estos trabajos dejaron pendiente una explicación de la


cronología y la geografía de la insurrecion, sus complejidades y contradicciones
ideologicas, y su incapacidad para conquistar apoyo de la mayoría de los kurakas
andinos.

8
Szeminski, J., La insurrección de Tupac Amaru II: ¿guerra de independencia o revolución ?,en
Estudios Latinoamericanos 2 ,1974.

6
Tanto Thomson como Stern, sostienen que trabajos de la historiografia mas
reciente, de las décadas de 1970 y 1980, politicamente críticos de la búsqueda de las
bases populares de la independencia criolla y quizás influidos por tendencias
metodológicas recientes en historia social y cuantitativa, han ofrecido una vision mas
precisa de las causas y la dinámica interna de la insurreccion. Por un lado,
investigaciones observan meticulosamente los hechos mismos de la rebelión para
indagar sus multiples tenciones ideologicas, su precaria compasicion multiétnica, sus
patrones de organización y liderazgo, su oposición andina y no andina y los cambios al
interior de la propia guerra civil, conforme se desarrollaba. Tambien investigaciones de
la dimensión ideologica de la insureccon andina aplicaban especulaciones referidas a
una nocion de contenidos miticos de un levantamiento cósmico y una renovación
histórica cíclica, el significado simbolico del Inca y la anticipacion de su retorno y de
una poderosa aspiración a la identidad colectiva como el motivo latente de la historia
andina.

Por otro lado, varios estudios observan atentamente el calendario y la geografía


de la agitación en el periodo colonial tardio. Para evaluar sus causas materiales y
estructurales en sus bases sociales y regionales, se estudian las dimensiones políticas y
culturales del compromiso indígena en la misma insurreccion y en las décadas
precedentes, “Era de la Insurgencia Andina”, estos trabajos examinan la cultura política
de la sociedad indígena y de las comunidades campesinas de los Andes, conflictos
internos de la comunidad y transformación de los sistemas indígenas de autoridad;
relaciones comunidad-estado y proyectos campesinos anticoloniales; y la forma y
contenido de los discursos políticos indígena.

Stern sostiene que para indagar con mayor precisión la Era de la Insurecion
Andina, tendremos que revisar nuestras herramientas metodológicas.
“Metodológicamente necesitamos avanzar en dos direcciones, primero, demostrar
mayor interés por la interaccion de diferentes niveles de análisis: estructural,
coyuntural y episódico. Es esta multiplicidad de escalas temporales y niveles de
causalidad la que puede ayudarnos a entender la erosion de la autoridad colonial, en
el largo plazo, sobre un area andina bastante amplia que incluia la mayor parte del
territorio de peru-bolivia; las variaciones de tiempo y lugar que crearon
“minicoyunturas” dentro de la coyuntura insurreccional mayor de 1742-1782; y la
trasformación, en determinados momentos, de serias amenazas insureccionales en
hechos insurrecionales, revueltas o conspiraciones abortadas o “no hechos”
7
bloqueados. Un segundo correctivo metodológico consistiría en otorgar mayor
atención a la interaccion entre explotación o penurias materiales, por un lado, y
conciencia o indignación moral, por otro. Es la memoria moral, o mito, de un orden
social alternativo de base andina, una memoria cultural alimentada y sostenida por las
poblaciones andinas durante un periodo mas temprano de “adaptación y resistencia” a
la autoridad colonial, la que explica en parte por qué el saqueo económico no condujo
solo a revueltas locales, ni siquiera a conspiraciones insurrecionales bajo banderas
milenaristas hispano-cristianas, sino mas bien a soñar bajo auspicios nativistas o neo-
incas”.9

3-

Tupac Amaru II, Jose Gabriel Condorcanqui. Kuaraca del distrito de


Tungasuca en el Cusco, se convirtió en muchas regiones en el nombre y símbolo mas
destacado de la insurreccion de 1780-1782, proyectó la imagen de un indio noble
desheredado que reclamaba su legitima soberanía sobre el Tawantinsuyu y liberaba por
tanto a sus seguidores de la onerosa opresión colonial. Conformó la movilización
masiva de los indios y apartó a sectores criollos y mestizos de la coalicion
insurreccional.

El proyecto de restauración Inca liderado por Tupac Amaru II en Cuzco fue el


agregado mas importante al panorama político del momento de gran insurreccion. El
proveyó otra fuerza, la mistica del regreso del Inca para gobernar el reino peruano.

La conspiración que se inicia con el ajusticiamiento del corregidor Antonio de


Arriaga, esta fue precedida de un largo proceso legal a través del cual el lider indígena
busco liberar sin conseguirlo, a las comunidades de la mita potosina, asi como validar
sus derechos como descendiente del ultimo Inca. Tupac Amaru II y la gente que a él
se unió comenzaron los preparativos de la rebelión y el complot antes del año 1776. La
rebelión se adelanto, según algunos historiadores, por la rebelión aymara en la provincia
de Chayanta, liderada por los hermanos Katari.

Tomas Katari, lider aymara, de Macha provincia de Chayanta, influencio la


rebelión en la misma provincia entre los años 1777 y 1780.

9
Stern, S., “La era de la insurreccion andina, 1742- 1782: una reinterpretación”, p. 91
8
El ultimo arresto de el líder aymara, el 10 de junio de 1780, abriría un ciclo de
enfrentamientos que en pocos meses derivarían en una completa subversión de las
relaciones de poderes locales: los caciques mestizos fueron obligados a abandonar sus
cargos, la Audiencia forzada a otorgar titulo de cacique a Katari. Entre septiembre y
diciembre de ese mismo año, las comunidades andinas ejercieron un control casi
completo de la provincia. Katari continuo intentando reconstruir los vínculos entre los
ayllus y la el estado colonial. En el mes de diciembre, es nuevamente capturado y luego
de un “confuso” accidente, es asesinado. La muerte del líder indígena, sumado a la
expansión de la revolución tupamarista y el levantamiento de Oruro llevo al movimiento
de Chayanta a su fase final, fue un periodo signado por la persecusion y matanza de de
los complices del asesinato del líder y el sitio en La Plata.

Lo singular de la rebelion de Chayanta fue la forma en que los recursos a la


violencia y a la apelación a la justicia española se combinaron para generar una
consistente asociación de practicas insurrecionales y discursos jurídicos.

El origen del enfrentamiento no era entonces la transgresión de la legalidad


colonial por parte de las comunidades andinas, sino el bloqueo de los procedimientos
jurídicos por parte de las elites regionales.

El Inca, Tupac Amaru II, en Tinta y los hermanos Katari en Chayanta, ya desde
1777 aproximadamente, desarrollaron una amplia acción contra el aumento de los
impuestos, contra el reparto, la mita y los abusos de la administración. En ambos casos
a través de las audiencias los asuntos fueron planteados a los Virreyes e incluso a
España. Ambos dirigentes, Tupac Amaru II y Katari, tenían el respaldo de algunos de
los dignatarios estatales.

La insurreccion liderada por Tupac Amaru II, se constituyo en la lucha por el


cambio del régimen colonial por un gobierno imperial Inca, basado en las memorias del
Tawantinsuyu, en cambio la rebelión de Chayanta se presenta como un caso de
subversion radical, por haber intentado desafiar los principios en los que se basaba la la
autoridad colonial.

9
BIBLIOGRAFIA
Serulnikov, S., “Su verdad y su Justicia”. Tomas Katari y la insurreccion de Chayanta,
1777-1780, en Cuadernos del Instituto Ravignani N° 6, Facultad de Filosofia y Letras,
UBA, Buenos Aires, 1994.

Stern, S., “La era de la insurreccion andina, 1742- 1782: una reinterpretación”, en
Resistencia, Rebelion y Conciencia Campesina de los Andes, Madrid, Alianza, 1988.

10
Szeminski, J., La insurrección de Tupac Amaru II: ¿guerra de independencia o
revolución?, en Estudios Latinoamericanos 2 ,1974

Thomson, S., “Solo nosotros gobernaremos…. Recuperando la variedad de proyectos


anticoloniales entre campesinos andinos ( La Paz, desde 1740 a 1781)”, en Colonial
Latin American Review, Vol. 8, N° 2, 1999.

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