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Privatizar MBG
Privatizar MBG
Entre finales de los años ’70 y principios de los ’80 las empresas
públicas incrementaron drásticamente su endeudamiento en moneda
extranjera lo que afecto duramente su performance durante el 2º
decenio caracterizado por una aguda restricción externa. En el caso
argentino, el estallido de la crisis externa fue acompañado por una
severa crisis fiscal motivada por la estatización de la deuda externa
privada y el deterioro de varias fuentes de financiamiento utilizadas por
el Estado durante décadas. Con la crisis fiscal las autoridades
comenzaron a recortar indiscriminadamente y por lo tanto
irracionalmente, los gastos de las empresas públicas. En este contesto la
factibilidad de estrategias orientadas a recuperar a las empresas
estatales o de estrategias mixtas alternativas (incorporación de capital
privado, reconversión a un modelo de cooperativas de usuario, etc.) se
fue debilitando. La situación patrimonial de la mayoría de las empresas
estatales llega a un punto critico, la calidad de los servicios se deterioró
fuertemente, crecieron los signos de desaliento interno en las
organizaciones y finalmente de corrupción. El golpe definitivo a cualquier
política mas o menos matizada y gradual lo constituyo el episodio
hiperinflacionario de 1989 y su repetición al año siguiente esa
experiencia con sus consecuencias dramáticas, afinco en bastos sectores
un sentido de urgencia de las reformas estructurales y otorgo a la
propuesta de privatizaciones masivas una popularidad sorprendente: De
un modo u otro los cambios debían ser realizados bien o mal había que
privatizar.
Luego de asumir el anterior gobierno a mediados de 1989, ese mismo
partido elevo al Congreso un muy ambicioso programa de
privatizaciones que logro la aprobación legislativa prácticamente sin
oposición.
A partir de allí con la promulgación de la ley 23.696 de reforma del
Estado en agosto de 1989 se inicia una nueva fase en cuanto al papel
del sector público en Argentina, con la emergencia de nuevos mercados
para la actividad privada y de nuevas áreas privilegiadas con cuasi-
rentas extraordinarias y reserva de mercado.
En nuestro país en el que en 1990 el Estado ya no tenia acceso a
ninguna clase de financiamiento voluntario externo o interno, las
privatizaciones constituian (al menos para las autoridades) el único
instrumento disponible para evitar que se repitiera la experiencia
hiperinflacionaria: Si los activos públicos se intercambiaban por dólares
en efectivo el gobierno sé hacia de liquidez para cerrar transitoriamente
las brechas interna y externa, si los activos se intercambiaban por
papeles de la deuda publica interna o externa, el gobierno conseguía
algún saneamiento patrimonial del Estado y una mejor posición para
negociar un arreglo con los acreedores externos.
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En este aspecto cabe destacar que al iniciarse el proceso de
privatizaciones argentino, la política de enajenación de activos fue mas
una herramienta macroeconómica para estabilizar la economía que una
herramienta de la política de reforma estructurales orientada a
aumentar la productividad de la economía en el largo plazo. Sin
embargo las relaciones entre políticas de privatizaciones estabilidad y de
reformas han sido cambiantes en el tiempo. En una primera etapa
(1989-1990) las privatizaciones sirvieron para cancelar masivamente
deuda pública externa y acercarse así a una negociación con los bancos
acreedores que luego se plasmaría en la firma del plan Brady, en esta
etapa prevalecieron las ventas o concesiones globales, con una
desatención casi total por la formulación de marcos regulatorios; en una
segunda etapa (1991) la enajenación de activos públicos
(fundamentalmente reservas petroleras y el paquete minoritario de una
de las telefónicas) constituyo el financiamiento puente para un
programa de estabilización que había prometido formalmente no cobrar
el impuesto inflacionario pero que todavía no había equilibrado las
cuentas fiscales y requería por lo tanto de ingresos extraordinarios; en
la tercera etapa (1992-1993) al cobrar fuerza la estabilidad y declinar
las urgencias financieras el sector público, las autoridades ganaron
autonomía en el diseño de la política de privatizaciones y pudieron
atender algunos diferentes a los puramente macroeconómicos. Esos
objetivos fueron, sin embargo variados. En algunos casos sé priorizaron
las metas de eficiencia asignativa (gas, electricidad); en otros la meta
de obtención de fondos siguió siendo la principal, pero no para equilibrar
el presupuesto sino para usar esos fondos como instrumento político
electoral (caso de YPF) y se avanzo lentamente hacia la regulación de
algunos de los servicios públicos privatizados.
La consecución de programas de privatización constituye un hito
fundamental en la consideración de nuevas bases y condicione
refundacionales del desenvolvimiento económico y social del país. La
reestructuración y creciente subrogación del Estado, las nuevas formas
de inserción estructural y el patrón de comportamiento de los distintos
agentes económicos, la reconfiguracion regresiva y excluyente de las
sociedad son, entre otros, algunos de los elementos sustantivos sobre
los que seguirán estructurando los escenario futuros de la economía
Argentina. Así mismo tanto en el plan interno como en el ámbito
internacional, el desarrollo del programa contribuye de manera decisiva
a afianzar la confianza de la comunidad de negocios, favoreciendo el
ingreso de capital, el crecimiento del consumo domestica (y el
consiguiente aumento de la recaudación fiscal), la renegociación de la
deuda externa, el incremento de las reservas del tesoro, etc.
1. ¿que es la privatización?
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La Privatización es un proceso mediante el cual las tareas son
transferidas del sector público al sector privado. Este proceso permite a
los actores no gubernamentales intervenir cada vez más en la
financiación y prestación de servicios asistenciales, y conlleva la
introducción de cambios en las funciones y responsabilidades públicas y
privadas.
2. ¿Cómo se privatiza?
Ley 23.696; sancionada 17 de agosto de 1989, (promulgada al día
siguiente)
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La oferta más conveniente será evaluada no sólo teniendo en cuenta el
aspecto económico, relativo al mejor precio, sino las distintas variables
que demuestren el mayor beneficio para los intereses públicos y la
comunidad. A este respecto, en las bases de los procedimientos de
contratación podrán cuando resulte oportuno, establecerse sistemas de
puntaje o porcentuales referidos a distintos aspectos o variables a ser
tenidos en cuenta a los efectos de la evaluación.
ART. 19.- TASACION PREVIA En cualquiera de las modalidades del
artículo 17 de esta ley se requerirá la tasación que deberá ser efectuada
por organismos públicos nacionales, provinciales o municipales. En el
caso de imposibilidad de llevar a cabo dicha tasación, lo que deberá
quedar acreditado por autoridad competente en informe fundado, se
autoriza a efectuar las Contrataciones respectivas con organismos
internacionales o entidades o personas privadas nacionales o
extranjeras, las que en ningún caso podrán participar en el
procedimiento de selección previsto en el artículo 18 de la presente ley.
En cualquier caso la tasación tendrá carácter de presupuesto oficial.
3.¿Quiénes compran?
Extranjera 1,548 470 2,068 3,181 386 1,202 228 1,111 247 10,440 57.4%
Nacional 933 633 1,935 1,270 229 193 145 249 89 5,676 31.2%
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TOTAL 2,481 2,330 4,832 4,451 615 1,395 374 1,360 336 18,17 100.0%
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El año en que más se recaudó fue 1992 (26,6% del total) y cabe
destacar que el grueso de las privatizaciones se realizó con suma
celeridad, al punto que a fines de 1993 ya se había recaudado el 78%
del total correspondiente al período comprendido entre el año 1990 y el
primer semestre de 1998.
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siderurgia. Finalmente, los inversores británicos tuvieron preferencia por
las empresas petroleras, agua y saneamiento, energía eléctrica y
distribución de gas
Este fenómeno da cuenta del fuerte peso que han adquirido las
empresas privatizadas en la estructura económica. Tomando como
referencia al año 1997 puede verificarse una alto grado de incidencia de
las empresas privatizadas en las ventas totales del período. En efecto,
de los 76.130 millones de dólares vendidos por las primeras 100
empresas, el 24,7% correspondió a ventas realizadas por empresas
privatizadas. Considerando los resultados obtenidas por ese mismo
conjunto de 100 empresas la contrastación es aún más elocuente.
Mientras la suma de los resultados de las primeras 100 empresas
asciende a 3.647 millones de dólares, los de las empresas privatizadas
correspondientes a ese mismo grupo ascienden a 2.346 millones de
dólares, es decir, el 64,3% del total.
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De esta forma, el Pacto Fiscal Federal fue el marco legal con el que se
dio inicio a la transformación de los Estados Provinciales. La
desregulación de actividades económicas y profesionales, la eliminación
de impuestos distorsivos y el proceso de privatizaciones fueron acciones
adoptadas tanto para bajar los costos de producción del sector privado,
como para reducir el déficit fiscal, mejorar la calidad de los servicios
prestados, disminuir el costo de los servicios básicos y contribuir al
fortalecimiento del mercado de capitales.
Si bien algunas provincias ya habían dado los primeros pasos en el
proceso de privatizaciones, es a partir de 1995, y a instancias de la
crisis provocada por el denominado "efecto tequila", que se adopta una
firme decisión política para la reforma del Estado por parte de las
autoridades provinciales. El instrumento creado para tales efectos fue el
Fondo Fiduciario Para el Desarrollo Provincial.
La privatización de los bancos provinciales, de las empresas públicas de
agua y energía y el traspaso a la Nación de las cajas jubilatorias
provinciales, constituyen pasos fundamentales en la reestructuración y,
consecuentemente, en el mejoramiento de las finanzas públicas
provinciales.
En todos los casos es necesario que la provincia dicte una ley específica
para cada privatización y defina los marcos regulatorios, pero en el caso
de los servicios públicos de distribución de electricidad y agua, ello es
particularmente importante. Para su transferencia a manos privadas se
crearon unidades de negocios atractivas desde la perspectiva de los
potenciales inversores. En el caso de la energía eléctrica y del agua se
concesionan los activos por períodos extensos, en tanto que en el caso
de los bancos se realiza la venta de activos y pasivos.
La privatización o cierre de los bancos provinciales y municipales, así
como la privatización de las empresas públicas de agua y energía y el
traspaso a la Nación de las cajas de jubilaciones provinciales,
constituyen pasos importantes en la reestructuración y,
consecuentemente, en el mejoramiento de las finanzas públicas
provinciales.
PRIVATIZACIONES Y CONCESIONES
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liquidación de las empresas, sociedades, establecimientos o haciendas
productivas cuya propiedad pertenezca total o parcialmente a las
provincias".
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Río Negro y San Juan aún no han iniciado el proceso de privatización de
este servicio.
Efecto fiscal
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• A cambio de los activos reales y fundamentalmente a cambio del
derecho de operar en un mercado protegido, el sector publico
obtiene tres contrapartidas:
1. Divisas en efectivo
2. Títulos de la deuda pública ( con consiguiente ahorro en el
servicio de la misma)
3. Una corriente de ingresos tributarios (básicamente en la
futura recaudación del impuesto a las ganancias) asociada al
hecho de que bajo la administración privada la empresa
generará utilidades.
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forma en que se financian las inversiones destinadas a rehabilitar y
expandir el capital en los sectores privados. En la mayoría de los casos
tales inversiones son financiadas predominantemente con las utilidades
retenidas emergentes de las nuevas regulaciones y de los ajustes
tarifarios.
El autofinanciamiento se logra a través de un cambio de precios
relativos que reduce la rentabilidad de los sectores preestablecidos. El
aumento en las tarifas de los servicios públicos y la caída del tipo de
cambio real pueden reducir la inversión en otros sectores.
Existe un efecto positivo relacionado con tres factores. Primero, la
compra de bienes de capital insumos domésticos realizada por las
empresas privatizadas puede incentivar la inversión en los sectores que
proveen tales bienes e insumos. Segundo, dado que las privatizaciones
tienen un efecto fiscal positivo. El consiguiente aumento en el ahorro
publico puede dar lugar a un incremento futuro en la inversión publica. Y
tercero, el “efecto confianza”.
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CONCLUSION
El estudio del programa de privatizaciones reconoce razgos distintivos
que la diferencian de otras experiencias internacionales
contemporáneas.
El fenómeno mas destacado lo constituye la celeridad con la que se
hicieron las realizaciones. En poco mas de cuatro años fue transferida al
sector privado la casi totalidad de las empresas publicas productoras de
bienes y prestadoras de servicios que en su totalidad generaban cerca
del 8 % del PBI total y poco más del 20 % de la inversión global en el
país.
Esa celeridad sustentada en la premisa del corto plazo permitió
revertir en una primera instancia la crítica situación fiscal y de
financiamiento del sector público. Asimismo, a partir de la capitalización
de una importante cantidad de títulos de la deuda externa mejoró tanto
el posicionamiento argentino en los distintos ámbitos de renegociación
de la significativa deuda externa como las relaciones político-
institucionales con los grupos económicos locales y con los acreedores
externos. Por otro lado el fuerte apoyo de la "comunidad de negocios"
asociado al desarrollo del programa de privatizaciones favoreció el
ingreso de capitales que permitió elevar el consumo y los ingresos
fiscales a costa de un déficit creciente y una fuerte dependencia del
ahorro externo. A causa de la urgencia por transferir las empresas
públicas en el menor tiempo posible muchos objetivos oficiales no
pudieron alcanzarse y en otras ocasiones, las ventas fueron inferiores a
las que podrían haberse logrado con un programa de privatizaciones
gradualmente organizado. Entre todas las falencias podemos nombrar
las siguientes:
- El efecto positivo que apareció al corto plazo se vio neutralizado en el
mediano o largo plazo, la generalizada subvaluación de los activos
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transferidos redujo los ingresos fiscales, las exenciones y los beneficios
impositivos concedidos a algunos consorcios adjudicatarios contraen la
recaudación, la absorción de la casi totalidad de los pasivos de las
empresas transferidas supone futuros egresos fiscales en concepto de
amortización e intereses, etc.
- El efecto de la capitalización de títulos de la deuda externa se ha visto
más que compensado por el nuevo endeudamiento externo tanto por
parte de los consorcios adjudicatarios como por el propio sector público.
- Las mejoras relativas en el desempeño de algunas de las empresas
privatizadas son el resultado del profundo deterioro previo a su
transferencia al sector privado favorecida por las cuasi rentas
monopólicas garantizadas por contrato.
- La escasa atención brindada a la necesidad de regular determinadas
áreas privatizadas, la transferencia y consolidación de mercados
oligopolicos o monopólicos, el establecimiento de condiciones que
nulifican el riesgo empresario, la libertad en la fijación de las tarifas y
cuadros tarifarios de diversos servicios públicos, el escaso interés por
inducir licitaciones realmente competitivas; han contribuído a consolidar
el poder de mercado de unos pocos conglomerados empresarios
localizados en su mayoría en sectores que producen bienes y servicios
no transables en el ámbito internacional.
- Las deficiencias asociadas al tema de la regulación pública entre ellas:
• Las disposiciones tendientes a preservar el carácter
monopólico u oligopolico de las empresas privatizadas.
• La escasa protección a los consumidores frente al abuso
por parte de los consorcios adjudicatarios
• La frecuente reformulación de normas establecidas con
anterioridad a las licitaciones y que va en detrimento de
la credibilidad del sistema y puede vulnerar derechos
adquiridos.
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• La inexistencia de normas que garanticen la
independencia de los entes reguladores respecto de las
empresas privadas.
De todas maneras, queda claro que resulta cada vez mas imprescindible
la revisión analítica integral de la compleja trama normativa que regula
la operación de las empresas prestadoras de servicios públicos
privatizados.
La identificación precisa de las peculiaridades y deficiencias de y en cada
una de las privatizaciones concretadas a la fecha, es una tarea
impostergable en el plano político, económico y social.
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