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Si bien en la mayoría de los cuadros febriles puede detectarse el foco o la causa, existe un 20% en

que la etiología no es precisada, y de estos la mayoría es autolimitado, sin embargo, hay un


subgrupo que se prolonga y ellos se conocen como fiebre de origen desconocida (FOD) o síndrome
febril prolongado (SFP), el cual se define con los siguientes criterios:

- Fiebre de 38° o más axilar

- La definición de prolongada es variable y va desde 1 semanas sin foco hasta 3 semanas. Hoy la
tendencia es definir SFP a aquellas fiebres que perduran por más de una semana con estudio
preliminar negativo

* La mayoría de los SFP corresponden a enfermedades comunes, pero de presentación inhabitual.

ETIOLOGÍA

- Infecciosa: Virales, Micóticas, Protozoarias, Bacterianas.

- Neoplásica: Leucemia, Linfoma, Tumores sólidos.

- Mesenquemáticas: Enfermedad reumática, AR juvenil, Lupus (LES)

- Otras: Fiebre facticia y Sd de Münchhausen, Fiebre de origen central, Anhidrosis

De las causas infecciosas, las más importantes son:

Si se dividen por frecuencia:

Las infecciones bacterianas son las más frecuentes causan de SFP y de ellas las ITU siguen siendo
las más importantes. Otras causas importantes son la fiebre tifoidea (que es infrecuente
actualmente, pero no inexistente) y la enfermedad por arañazo de gato que ha sido una
enfermedad emergente en los diagnósticos de SFP. Otros diagnósticos a sospechar son sinusitis,
neumonía, endocarditis bacteriana y abscesos; mientras que como causas infecciosas infrecuentes
de SFP se encuentran la brucelosis, leptospirosis, psitacosis, rickettsiasis.

De las causas virales los más importantes son EPS, CMV, adenovirus, parvo B19, HHV-6, dengue y
nunca olvidar HIV (para el que se requiere un alto índice de sospecha clínica). También deben
considerarse virus respiratorios en cuadros atípicos en que no hay muchos síntomas

Las causas micóticas son infrecuentes y deben ser sospechadas (o hacer sospechar) en casos de
inmunodeficiencia (candidiasis y Criptococosis), mientras que las histoplasmosis debe ser
sospechada en caso de viaje a zonas endémicas (países del centro de África, el sudeste de
Norteamérica y el sur de Brasil, Uruguay, Paraguay y noroeste de Argentina)

Las protozoarias también son infrecuentes y de ellas la enfermedad de Chagas y toxoplasmosis son
endémicas de Chile, mientras que la malaria debe sospecharse en caso de viaje a zonas endémicas

Las causas Mesenquimáticas son infrecuentes, al igual que las neoplásicas, pero, especialmente
éstas últimas (y en especial las leucemias, neoplasia más común durante la infancia), deben ser
sospechadas siempre por la gravedad que implican.

ENFRENTAMIENTO ANTE UN NIÑO O NIÑA CON SFP

Anamnesis debe incluir:

Entrevista a varios miembros de la familia

Focalizarse en la edad y las patologías más frecuentes de cada grupo etario

Inicio y evolución en el tiempo de la fiebre y los síntomas

Otros síntomas acompañantes

Hábitos (sobretodo alimentarios)

Patología de base

Viajes (malaria, dengue, parásitos, protozoos, hongos y otras infecciones tropicales)

Mascotas o contacto con animales y picaduras de insecto (Rickettsia y otras enfermedades


transmitidas por garrapatas)

Transfusiones (infecciones virales)

Medicamentos (fiebre por drogas)

Exámenes y tratamiento realizados

Infecciones severas previas (sospechando inmunodeficiencias)

Examen físico: Debe ser repetido en el tiempo pues puede ir cambiando

Aspecto general -> ver desde el llamado a la consulta, lo que será gravitante para la toma
de conducta

Evaluación pondoestatural

Muscular y osteoarticular -> importante pues puede pasar desapercibida una artritis séptica

Piel, mucosas y linfonodos

Cardiológico -> presencia de soplo que haga pensar en endocarditis

Abdomen -> visceromegalias sospechosas de ciertas infecciones (EBV, Bartonella henselae,


algunos parásitos, etc)

Génito-anal

Otorrino -> en sospecha de sinusitis complicada

Fondo de ojo

Exámenes complementarios:

Hemograma-VHS: Una leucocitosis con desviación izquierda o linfocitosis puede ayudar a orientar
diagnóstico, lo primero orienta a etiología bacteriana (no de regla, ADV también lo da), mientras
que la linfocitosis orienta a EBV. El hemograma además permite una evaluación de posibles
leucemias (presencia de blastos, Pancitopenia, hiperleucocitosis). Por otro lado, la elevación de
VHS sobre 100 es orientador de TBC, enfermedades mesenquimáticas y neoplasias.

Proteína C reactiva: permite hacer seguimiento, además si está muy elevada orienta a infecciones
bacterianas, pero es muy poco específico.

Hemocultivo: gravitante para el diagnóstico de endocarditis bacteriana y de fiebre tifoidea, por


ejemplo

Orina completa y urocultivo: recordar que ITU es causa frecuente de SFP

Radiografía tórax y de senos paranasales: neumonía y sinusitis también son focos frecuentes de
SFP

Eco abdominal: permite evaluar visceromegalias

Serología EBV (IgM anticápside) y Bartonella henselae (IgG)

Otros: PPD (TBC ayuda para ver anergia o respuesta hiperérgica), ASO (respuesta serológica a
infección por estreptococo) según corresponda

Exámenes específicos si hay síntomas

Si todo lo anterior no fue concluyente y sigue la fiebre, considerar:

Controlar exámenes previos, repetir urocultivo, orina y examen de sangre

Mielograma pensando en leucemia que no ha dado blastos en sangre periférica

Mielocultivo pensando en fiebre tifoidea


Serología o PCR para otros virus (parvovirus B19, HHV-6, HIV, CMV) y para toxoplasma

Estudio reumatológico (inmunoglobulinas, factor reumatoideo, anticuerpos antinucleares)

Imágenes (ecocardiografía, TAC cerebral, cintigrafía ósea pensando en endocarditis, absceso


cerebral/toxoplasmosis/otras y osteomielitis respectivamente)

Tratamiento

Según la causa, es por eso que se debe procurar la máxima aproximación al diagnóstico etiológico
(evitar uso de ATB empíricos siempre y cuando no haya gravedad).

Aunque siempre estamos listos para el uso de antimicrobianos. Cuando lo indicamos sin
argumentos suficientes y sin conocer la causa, ¿qué tratamos? Si al cabo de siete días, la fiebre no
ha cedido, Consideramos que mientras el paciente tenga buen estado general por fuera de los
picos febriles, su apetito y actividad física y emocional sean adecuados y no existan elementos, ni
factores de riesgo que lo avalen no debemos prescribirlos.

EL SÍNDROME HEPATOESPLÉNICO

es un hallazgo clínico que se caracteriza por la presencia de un hígado y bazo de tamaño mayor del
normal, que se determina mediante la percusión y palpación del hipocondrio derecho e izquierdo,
encontrando estos dos órganos por debajo del reborde costal correspondiente, el tamaño varía
según la edad y sexo del paciente pediátrico.

Aunque la epidemiología a nivel mundial no esta completamente determinada por la falta de


estudios referentes a este síndrome, se ha encontrado que en países como México los resultados
de investigaciones han demostrado que la relación hombre mujer es de 5:1 y se presenta
especialmente en lactantes y preescolares, en Colombia corresponde al 2,1% de los egresos
hospitalarios.

Dependiendo de la constitución corporal, el hígado normal no se puede palpar o se puede palpar


su borde inferior bajo el arco costal. La hepatomegalia se define como el aumento del área de
matidez hepática, que en condiciones normales se sitúa en la línea medioclavicular, siendo de 12
cm en mujeres y de 15 cm en hombres.

Los mecanismos fisiopatológicos que intervienen en el comienzo súbito o gradual del aumento del
volumen de hígado, bazo o ambos son variados y complejos, pero pueden enumerarse de la
siguiente manera

1) relacionadas con inflamación: especialmente hepatitis virales, daño hepático por fármacos,
esteatosis (alcohólica, no alcohólica), infecciones bacterianas o virales generalizadas, cirrosis
hepática (etapa temprana, luego hígado pequeño), hepatitis autoinmune, colangitis biliar primaria,
sarcoidosis, abscesos hepáticos

2) relacionadas con estasis de sangre: insuficiencia cardíaca derecha, obstrucción de las venas
hepáticas (trombosis, síndrome de obstrucción sinusoidal)
3) relacionadas con estasis biliar: obstrucción de las vías biliares extrahepáticas (litiasis ductal,
cáncer del páncreas, cáncer de la ampolla de Vater)

4) relacionadas con infiltración del hígado: linfoma, leucemia, hematopoyesis extramedular

5) relacionadas con el acúmulo de sustancias: hemocromatosis, amiloidosis, glucogenosis, lipidosis


(p. ej. enfermedad de Gaucher), enfermedad de Wilson

6) tumores: cáncer primario de hígado, metástasis neoplásicas.

Principales síntomas

El aumento del hígado normalmente no produce síntomas, sin embargo, cuando es posible palpar
el órgano, es muy importante acudir con un médico.

Cuando la hepatomegalia surge como producto de una enfermedad hepática, por ejemplo, puede
haber dolor abdominal, falta de apetito, náuseas, vómitos, cansancio y piel y ojos amarillentos. Si
la inflamación se produce repentinamente, la persona experimenta dolor a la palpación.
Normalmente el médico determina el tamaño y la textura del hígado palpándolo a través de la
pared abdominal, pudiendo, a partir de ahí, prever qué tipo de enfermedad presenta la persona,
basando también en los signos y síntomas del paciente.

En el caso de las hepatitis agudas, la hepatomegalia suele acompañarse de dolores, presentado


una superficie lisa y suave, mientras que en las hepatitis crónicas se vuelve duro y firme. En la
cirrosis la superficie se vuelve irregular. Además, en la insuficiencia cardíaca congestiva, el hígado
suele ser doloroso, con el lóbulo derecho bastante aumentado, mientras que en la
esquistosomiasis el hígado se hincha más del lado izquierdo

Diagnóstico

El borde hepático palpable bajo el arco costal no siempre es signo de hepatomegalia (el hígado
puede estar descendido, si bien en este caso el área de matidez hepática no está aumentada). La
ecografía (TC o RMN, si existen indicaciones adicionales) permite valorar el tamaño del hígado y su
estructura, vasos sanguíneos del hígado y su permeabilidad, vías biliares, así como detectar signos
de hipertensión portal. La realización de otras pruebas diagnósticas dependerá de la patología que
se sospeche. En algunos casos será necesaria una biopsia para estudio histológico.

tratamiento

El tratamiento tiene como objetivo identificar y eliminar la causa y debe realizarse de acuerdo a las
recomendaciones del médico. Algunas de las más importantes en el tratamiento para el hígado
inflamado son:

Adoptar un estilo de vida saludable, manteniendo el peso adecuado;

Hacer ejercicios físicos diariamente;


No consumir bebidas alcohólicas;

Adoptar una dieta rica en frutas, verduras, hortalizas y cereales integrales;

No tomar medicamentos sin orientación médica.

No fumar.

El uso de medicamentos sólo debe realizarse bajo orientación médica

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