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Linguistica Americana
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All content following this page was uploaded by Eugenio Martínez Celdrán on 03 November 2016.
3.1. Introducción
tono de las sílabas acentuadas, etc. También pone gran énfasis en la relación estrecha
entre acentos y tonos.
Pike, por otra parte, distingue tres diferencias básicas en la entonación según el
significado:
- las que no afectan al significado; no implican, pues, una actitud especial del
hablante
- las que reflejan un estado de ánimo
- las que modifican el significado oracional
Las teorías de Pike fueron importantes y establecieron las bases, pero los que
elaboraron la teoría de la entonación de forma más detallada y contundente, en la
escuela americana, fueron Trager y Smith (1951). Ellos son los que realizaron el estudio
de los elementos prosódicos más influyente en las generaciones posteriores. Siguiendo
la tradición de dicha escuela, también hablan de fonemas y establecen los siguientes
elementos prosódicos:
A) Los acentos
Se distinguen dos tipos de transición en las palabras que poseen varias vocales:
la transición normal y la interrumpida o abrupta. Si se comparan items léxicos como
nitrate y night-rate, se verá que aunque tienen los mismos segmentos fonemáticos se
3
C) Los tonos
Por tanto, habrá cuatro alófonos en cada fonema tonal, pues cada nivel puede ser bajo,
semibajo, semialto y alto; por ej. [ 23 29 28 2 ]. Habrá, pues, un total de dieciséis alófonos y
cuatro fonemas tonales.
1
Navarro Tomás (1918, §98) ya decía que “la t final de sílaba, en atlas, ritmo, étnico, etc., y sobre todo
en posición inacentuada, como en atmósfera, atlántico, etnología, aparece únicamente con su propio
sonido en pronunciación fuerte o enfática. En la conversación normal se reduce en estos mismos casos a
una đ sonora y fricativa.” Por tanto, si la t está en final de sílaba en esas palabras es que hay una juntura
tras ella cuando le sigue la lateral, como en atlas y atlántico, de lo contrario estaría en ataque y se
pronunciaría con su propio sonido, como dice Navarro Tomás; es decir, sería oclusiva sorda.
4
[¨ ] [ +
] [ #]
13
[ ]
[ 19 ]
[ 18 ] / 1| / /1 ||/ /1 # /
[1]
[ 23 ]
[ 29 ]
[ 28 ] / 2| / / 2||/ / 2# /
[2]
Fonemas
[ 33 ]
[ 39 ]
[ 38 ] / 3| / / 3||/ / 3# /
[3]
[ 43 ]
[ 49 ]
[ 48 ] / 4|/ / 4||/ / 4#/
[4]
Veamos con unos ejemplos cómo funciona todo este complejo sistema de
transcripción prosódica con una frase como How do they study?
En la transcripción fonética aparecen los niveles de cada una de las sílabas marcadas
delante de ellas y con indicación de los alófonos de cada nivel, aparecen también los
acentos y los dos tipos de juntura. La curva la hemos añadido nosotros imaginando
cómo sería, pues la escuela clásica americana no utilizó nunca curvas semejantes. El
análisis en niveles era perceptivo. En ese gráfico hemos intentado que se vea qué
suponen, además, los alófonos dentro de un mismo nivel, en este caso en el nivel 1.
A veces se dice que “el olvido de la relación entre la representación fonológica y
la fonética responde en buena medida a la separación entre estas disciplinas
característica de la época” (Pilar Prieto 2002:138). Si esto se refiere al hecho de no
partir de curvas, i.e. de no ser “experimental”, es cierto; pero no olvidan la relación
fonología-fonética cuando plantean perfectamente la relación entre fonemas y alófonos
respectivamente, como se comprueba en sus transcripciones. Es cierto que el método
que utilizan es impresionista, como dice R. Ladd (1996:12), porque se fían de su oído y
no de curvas, que, por otra parte, en la época no había las facilidades que existen hoy
para conseguirlas.
/ 3hœ⁄w+dE+De‚y+stêdiy 1#/
/ 4hœ⁄w+dE+De‚y+stêdiy 1#/
La primera frase sería con pronunciación neutra, mientras que la segunda sería enfática
y, como se ve, se han subido los niveles de /3/ a /4/ y de /2/ a /3/, respectivamente.
crear unidades discretas en los puntos relevantes de la melodía (véase Quilis, 1975). Se
puede decir que por fin se logra someter a criterios fonológicos todos los aspectos de la
sustancia fónica, pues hasta este momento toda la parte prosódica no se había podido
formalizar.
A) La juntura interna
En los dialectos que aspiran la /s/ en posición final de palabra, también pueden
darse estos mismos fenómenos:
2º Consideran que el punto de comienzo del acento (“stress” dicen ellos, pero
sería más bien de la sílaba) en secuencias de consonantes es diferente en las siguientes
parejas:
- [no+és] vs [no*és] no es
- [la+óra] vs [la*óra] la hora
- etc.
En todos estos casos encontramos los dos tipos de transición y los autores
marcarán con la juntura interna todos las transiciones abiertas, no las normales: [no+és],
[e+dáDo], [suB+lunár], y [mah+órkah]... Esta juntura posee tres efectos evidentes: 1º no
impide la asimilación, como la de /s/; 2º cierra el fonema que sigue, obliga la oclusión
en caso de alófono oclusivo y aproximante, o se realiza aproximante en caso de la
semiconsonante; 3º sirve de frontera en la división silábica.
En las junturas terminales se produce algún tipo de pausa. En general, una pausa
se presenta fonéticamente con una retardación del tempo de elocución y el tono de la
sílaba anterior también sufre algún tipo de efecto. La juntura descendente o caída
terminal / ↓ / implica una retardación del tempo o velocidad de enunciación, un
descenso en el tono de la sílaba anterior y un cese gradual de la fonación. La juntura
ascendente o elevación terminal / ↑ / se presenta con retardación del tempo, ascenso del
tono de la sílaba anterior y cese brusco de la fonación. La juntura suspensiva (los
autores la denominan “terminal level”, que Silva-Fuenzalida traduce como “terminal a
nivel”, porque el tono continúa en el mismo nivel) / / se manifiesta con una
3
De este modo resuelven el problema que se le plantea con parejas como desierto-deshielo. La segunda
posee una juntura y tras ella el elemento que aparece será el elemento más cerrado de los alófonos
[dez+y#élo], mientras que en la primera, que no posee juntura, el elemento que aparece es el
semiconsonante [desyérto]; pero ambos son alófonos del mismo fonema /y/.
8
retardación del tempo sin cambio en el tono de la sílaba precedente y con cese brusco de
la fonación si sigue una pausa evidente4.
(Donde x indica posición del acento fuerte y los nos indican el apartado de la regla
de posición que se está aplicando).
[1+a2+kí2−Bjé2−−ne1++ma1+|í1−a↓](declar.)-[1+a2+kí2−Bjé2−−ne1+ma2−|í2+a↑] (interrog.)
Ejemplos de
curvas
posibles
Como se ve, hemos colocado los alófonos de las alturas tonales delante de todas
las sílabas; y las tildes, que indican las sílabas fuertes, sobre las vocales. Hemos doblado
el signo para indicar una elevación aún mayor en el caso de “++” y una elevación aún
menor en el caso de “−−”, lo que indicaría nuevos alófonos posibles. Por tanto, la
transcripción fonética intenta seguir, de forma aproximada solamente, el movimiento de
la melodía de la frase, tal como se manifiesta en una curva. La transcripción fonológica
prescinde de los signos más/menos y de las posiciones que no contrastan: sólo
manifiesta lo fonológico7:
Cuando la frase acaba con sílaba fuerte; es decir, con palabra aguda, entonces la
última sílaba será portadora de dos alturas tonales:
Como se ve en la mayor parte de frases sólo aparecen las alturas tonales baja y
media. La altura tonal alta /3/ sólo se utiliza para la focalización, el énfasis, etc. Por
tanto, son posibles tres transcripciones en frases como la siguiente:
D) El acento
muy estrechos”. Anteriormente (p. 21), había utilizado también [1.5] y [2.5] dejando siempre claro que
los niveles de tono con decimales eran representaciones fonéticas aproximadas.
7
El ejemplo con la transcripción fonológica está tomado de I. Silva-Fuenzalida (1956-1957:181), pero
tanto en este artículo, como en el de Stockwell, Bowen y Silva-Fuenzalida (1956), no se suele colocar la
altura tonal en la posición cuarta; es decir, en la sílaba débil que precede la última fuerte anterior a la
juntura terminal. Tampoco nosotros la hemos señalado, siguiendo su ejemplo.
10
Parece que el acento medio lo colocan en la tercera sílaba a partir del acento
fuerte de cualquier expresión en que existan al menos cuatro sílabas sin acento fuerte y
que esté compuesta de dos palabras, siguiendo el siguiente esquema siempre:
_ _‚ _ _⁄
4 3 2 1
Si hay una sola palabra con más de tres sílabas, entonces el acento medio está
situado en la primera sílaba de la palabra:
_‚ ... _ _ _⁄
3 2 1
Ej. tràbajadór, ìnternacionál, dèscomposición, etc. Aunque aceptan que una palabra
como responsabilidad puede llevar el acento medio en la primera o en la segunda sílaba
de la palabra; probablemente suceda porque es una palabra de más de cuatro sílabas y
no posee prefijo, de lo cual se deduce que la posición de ese acento medio no es
predecible de forma absoluta.
Naturalmente, nos hemos visto obligados a estudiar ese acento medio que estos
autores defienden ya que no es nada evidente y, por otra parte, no había sido, ni lo fue
posteriormente, defendido por otros autores. Para cualquier hablante sí está claro dónde
aparece el acento fuerte en cada palabra léxica y cualquier sílaba que no posea acento
fuerte o medio, tendrá acento débil.
caso de los fonemas de altura tonal, las combinaciones también representan significados
diferentes, pues la frase anterior puede tener los siguientes cinco significados:
/1se2í1ba↓/ - /1se2í2ba↓/
1 2
1 2 2 1 2 2
/ se í ba↓/ - / se í ba↑/
2 3
1 2 2 2 2 2
/ se í ba↑/ - / se í ba↑/
3 4
1 2 1 2 1 1
/ se í ba↓/ - / se í ba↓/
1 5
etc.
Hockett (1958:41) comenta: “Si Pedro quiere dar una respuesta perfectamente neutra,
sin doble intención ni implicaciones adicionales, normalmente empezará en un tono
8
En las notas de la página 52 se dice que se basan en la entonación del español rioplatense, por ello es
posible que no se adapte plenamente al español peninsular, por ejemplo.
9
Cada autor utiliza términos diferentes, pero su significado es el mismo. Nos referimos al término
“inflexión”, para lo que se suele denominar “juntura terminal”. Y deja la palabra “juntura” para la interna.
13
Si se cambia el tono medio de la segunda sílaba por un tono alto, entonces el significado
sería: “¡seguro que perdieron!, ¿qué esperabas?”.
1
per3dieron1 ↓
Si Pedro quisiera dar a entender que le da mucha rabia que hayan perdido, entonces
puede comenzar relativamente agudo y bajar a partir de la segunda sílaba:
2
per1dieron1 ↓
Si Pedro se muestra indiferente y expresa algo así como “me complazco en comunicarte
que perdieron”, entonces la expresión acabará de forma ascendente:
2
per1dieron2 ↑
Por supuesto se puede expresar ironía, extrañeza, etc. La entonación más usual cuando
la pregunta supone saber ya la respuesta, pero busca una confirmación tiene la
estructura siguiente:
1
per3dieron2 ↑
B) El macrosegmento
Hockett señala que “la sílaba más prominente de una entonación y el nivel tonal
que la acompaña constituyen el centro de la entonación”. Normalmente está situado en
la última sílaba acentuada. Por “prominente” se entiende no sólo una sílaba más fuerte,
sino también algo más larga que las demás. En la frase
1
no 2quiero que vengas 2tarde1 ↓
la sílaba “tar” constituye el centro de la entonación, además porque no hay ninguna otra
con un nivel tonal más agudo. En cambio, en la frase
10
En el libro de Hockett, la última altura tonal no aparece delante, sino detrás de la última sílaba
precediendo inmediatamente el símbolo de la juntura terminal.
14
3
cuándo vas a ve1nir1 ↓
O las preguntas absolutas que sólo exigen un sí o un no: /(2 2) 2 2 ↑/, como en la
frase11:
2
no 2vino tu ma2má2 ↑
Una diferencia importante que encontramos con los análisis de los autores
anteriores es que Hockett no suele colocar nivel tonal en las sílabas tónicas interiores de
una frase, sólo los coloca al principio y al final. Obsérvense las diferencias de
transcripción entre estas dos frases:
11
En el español peninsular no están justificados los niveles /2 2 ↑/ en las preguntas absolutas, pues la
primera vocal del tonema tiene siempre un nivel bajo; es decir, los niveles son /1 2 ↑/ (véase Cantero,
2002:169).
15
C) El acento en español
En este apartado queremos destacar el esfuerzo que hace Hockett por demostrar
que el acento tiene una función fonológica propia e independiente de la entonación: “No
tenemos derecho a hablar de un sistema acentual en español a menos que podamos
encontrar diferencias funcionales de prominencia que no constituyan parte integrante
del sistema de entonación” (p. 54). La demostración sucede cuando las palabras se
sitúan fuera de las zonas determinantes para la entonación. Veamos los cuatro ejemplos
siguientes:
(1) 1
lo ti2tulo a1sí1 ↓
(2) 1
lo titu2ló a1sí1 ↓
(3) 2
cómo titulo el 2libro1 ↓
(4) 2
cómo tituló el 2libro1 ↓
En las frase 1 y 2 las palabras “titulo/tituló” son parte del esquema entonativo,
además poseen el centro del macrosegmento; por tanto, no demuestran que el acento
posea una función fonológica propia, independiente de la entonación; en cambio, en las
frases 3 y 4, las dos palabras están situadas en medio de la frase en un lugar que no es
relevante para la entonación, en este caso sí es el acento el responsable último de la
diferencia entre esas dos palabras, por lo que se demuestra su valor fonológico. Este
autor no defiende la existencia de ese acento medio que habían encontrado Stockwell,
Bowen y Silva-Fuenzalida, aunque sí que habla de tres tipos de prominencia, pues
considera que la sílaba que constituye el centro de la entonación es la más prominente,
luego sigue la que es tónica pero no forma el centro y, por último, las menos
prominentes son las sílabas no acentuadas.
D) La juntura en español
Los traductores ven que fiar tiene una juntura que obliga a separar la palabra en
dos sílabas “fi-ar”, mientras que los mismos fonemas segmentales que vemos en
“pifiar” se pronuncian en una sola sílaba: /... fi-ár .../ frente a /... fiár .../. A continuación,
el autor se dedica a hacer un repaso de todas las posibles junturas teniendo en cuenta las
vocales y las consonantes que aparecen contiguas.
Por supuesto, también defiende que se trata de un fonema: “la transición
discontinua dentro de un mismo macrosegmento es un fonema” (p. 60).
16
12
La notación de las junturas es igual que la de Trager y Smith (1951).
13
Cruttenden (1986:XI) denomina este tipo de gráficos “transcripción tonal-interlineal”. Y lo considera
una transcripción estrecha; por tanto, una trascripción fonética de la entonación. En cambio, una
transcripción ancha es la que se da más adelante y es considerada fonológica por Cruttenden (D. Crystal
(2000) dice que la transcripción ancha es considerada una transcripción fonológica por muchos
fonetistas).
17
fonética, aun cuando esta transcripción tonal-interlineal es un poco más abstracta que la
curva melódica, pues ya indica dónde están las prominencias. En (4) se expone dicha
curva que se puede superponer sobre la transcripción interlineal (5):
(4)
Veamos algunos de los análisis por niveles que él establece (Quilis, 1993:428 y
siguientes):
(1)
Por eso mismo, los autores que trabajan en esta teoría no colocan el número de
nivel en esa posición, porque no “oyen” ese valle. En realidad, si los niveles tienen algo
que ver con la curva, en (1) tendríamos que haber colocado los siguientes niveles:
/√1 2 1 1↓/
porque esa curva sólo manifiesta una cumbre en la primera sílaba tónica y después hay
un descenso progresivo. La frase es, por otra parte, equivalente a la utilizada por Silva-
Fuenzalida “Aquí viene María”, donde la última sílaba tónica posee /1/. Nosotros hemos
omitido la segunda sílaba tónica, como suele hacer Hockett.
El siguiente ejemplo representa la entonación del enunciado interrogativo
absoluto. Nuevamente, tenemos de arriba a abajo, niveles, transcripción fonológica,
curva y transcripción fonética:
(2)
19
Aquí no tenemos nada que objetar al análisis por niveles efectuado ya que se
corresponden aproximadamente con la curva.
En (3) presentamos el uso del nivel /3/ para elementos enfáticos:
(3)
Es evidente el énfasis en la última sílaba tónica, que posee una cumbre bastante
elevada, en una posición donde no es normal tal elevación. Quilis clasifica esta frase
como una pregunta relativa. Nuevamente, el nivel /1/ de /koN-/ nos parece injustificado;
como se ve en la curva, el tono está por encima del de la sílaba /-tá/ inmediatamente
anterior a la cual pone /2/; por tanto, lo adecuado es no colocar ningún nivel en esa
sílaba o, en caso de insistir en etiquetarlo habría que poner /2/, el mismo nivel que el
anterior, no uno inferior.
Por último, exponemos una entonación exclamativa:
(4)
15
Después de haber expuesto mis discrepancias con el análisis que A. Quilis (1993) realiza en los
ejemplos 1, 3 y 4, constato que mi misma interpretación es la que aparece en Quilis (1981). Es decir, en la
versión de 1993, Quilis mantiene los ejemplos y las curvas que había utilizado en 1981, pero cambia la
interpretación de los niveles sin dar ninguna razón. Sin duda alguna, creo que los análisis más correctos y
coherentes son los de 1981, como acabo de explicar.
20
parece que sea conveniente colocar nivel a la última sílaba débil anterior a la última
fuerte. Generalmente, ese nivel es meramente fonético. Y, en otras ocasiones, deben
seguirse las cumbres y los valles para colocar el nivel exacto en las sílabas
correspondientes.
16
Reconozco que desde una teoría estructuralista esta explicación es un poco forzada ya que no se tienen
en cuenta procesos. Sólo los modelos generativistas de tipo derivacional tienen una buena explicación ya
que parten de una estructura profunda (nuestra transcripción fonológica), a continuación aplican dos
reglas ordenadas críticamente pues la aspiración ha de preceder a la desaparición de la juntura y, por
último, tras aplicar la regla de la asimilación de las nasales se obtiene la estructura superficial (la
transcripción fonética).
21
A) Contornos y niveles
Así se titula uno de los apartados del libro de Cruttenden (1986), donde se
comparan las dos teorías en boga entre los años 50 y 80; y con ese título lo que
pretende es presentar una comparación sucinta sobre dichas teorías: la de los contornos
(o configuraciones) y la de los niveles.
Básicamente, el problema planteado está entre los que piensan que la entonación
es un fenómeno gradual (configuraciones) y aquellos que defienden que es un fenómeno
que puede reducirse a elementos discretos (niveles). Podríamos decir que la primera
postura se sitúa más cerca de la fonética, mientras que la segunda se sitúa plenamente en
la fonología. Los defensores de la teoría de los niveles realizan un esfuerzo considerable
por reducir la enorme variabilidad del fenómeno entonativo a un conjunto dominable de
fonemas. Su procedimiento sigue de cerca los pasos realizados con los segmentos,
donde se parte de una variabilidad enorme de sonidos que se agrupan en unos alófonos
que reducen la variabilidad asistemática y la convierten en variabilidad sistemática; es
decir, en el alófono [B] del fonema /b/ se engloban todas las variantes no cerradas desde
el punto de vista fonético, mientras que en el alófono [b] de este mismo fonema se
recogen todas las variantes cerradas de dicho fonema. De hecho, si observásemos
cualquier espectrograma que contuviera dichos alófonos de forma repetida, veríamos
que difícilmente existen dos imágenes exactamente iguales, siempre existen diferencias
de duración, intensidad, inclinación de las transiciones, etc. En cambio, toda esa
variabilidad, casi ilimitada, se reúne perfectamente en esos dos alófonos, claramente
diferenciados por el cierre u oclusión. El fonema aún hace una abstracción mayor, al
prescindir incluso de esta diferencia que no se muestra pertinente a la hora de oponer
este fonema a otros. Se llega, pues, a la discreción máxima, partiendo de la continuidad
y la gradación. De modo equivalente los niveles se convierten en fonemas entonativos;
esto es, en entidades abstractas del mismo nivel que los fonemas segmentales. Tienen
también alófonos pues en cada nivel se pueden distinguir variantes de un tono bajo,
medio o alto. La conclusión es que con el análisis por niveles se llega a desarrollar el
nivel suprasegmental de un modo totalmente equiparable al conseguido en el segmental.
Otra de las críticas que se le suele hacer a la teoría de Trager y Smith está
referida al número de niveles. Se preguntan ¿por qué cuatro niveles y no tres o cinco?
Cruttenden (1986:43) indica que “de hecho, los ‘tonos nucleares’ de los británicos se
adaptan fácilmente a un sistema de tres niveles”. Es posible que exista, efectivamente,
un cierto grado de arbitrariedad en esa elección del número de niveles, pero en las
aplicaciones que se hicieron en español esta cuestión creo que está bastante bien
resuelta. Todos los autores redujeron a tres los niveles. De hecho, suelen ser dos
habitualmente, y se reserva un tercero más elevado para el énfasis. Es decir que en las
frases neutras se limitan los niveles a uno bajo (1) y otro alto (2), como se defiende
22
B) ¿En qué medida se puede mejorar la teoría clásica sin salirse de ella?
17
Véase el capítulo 6 de este mismo volumen la teoría métrica-autosegmental (AM), según Ignacio
Hualde.
23
En la tercera figura encontramos el uso del nivel 3. Se trata del énfasis puesto en
la sílaba –ria– de la palabra Mariano. En la curva melódica se perciben claramente tres
alturas en los picos: el inicial que, en realidad, se presenta en forma de valle; el
segundo, intermedio y, el tercero, muy alto. Aquí se ve perfectamente la conveniencia
de utilizar los tres niveles. El enunciado resulta todo él bastante enfático, pues el primer
pico es más alto que el de la declarativa y la interrogativa (328 Hz frente a 259 y 315 Hz
respectivamente). En último término, el énfasis consiste sobre todo en la inflexión que
sufre la última sílaba tónica del enunciado que rompe el escalonamiento descendente
que se observa tanto en la declarativa como en la interrogativa. F. J. Cantero (2002:175)
ya indica que “las características más comunes de los contornos /+enfáticos/ … [son]:
alteraciones de la declinación, alteraciones en el campo tonal, …” Ambas cosas se
pueden observar en la figura 3, ya que ese pico de la sílaba –ria– altera, por una parte, la
declinación y, por otra, amplía enormemente el campo tonal.
Así, pues, hemos encontrado a través de esta pequeña muestra de tres tipos de
modalidad oracional tres contrastes claros en el tonema: /1 1 ↓/; / 1 2 ↑/ y / 3 1 ↓/. En
cambio el pretonema de las tres frases anteriores tiene la estructura /1 2/, siendo la
tónica la portadora del nivel /1/. En la figura 4 repetimos la figura anterior, pero hemos
señalado, colocando una línea horizontal en el punto máximo de la melodía dentro de
cada nivel, cómo se ven los tres niveles descritos teniendo en cuenta las tres alturas
diferenciadas en los picos de dicho gráfico. Además, aquí se aprecia que hay que seguir
manteniendo aquel principio de Pike que decía que los tonos son relativos; es decir,
siempre se ponen en relación los unos con los otros dentro de la misma frase.
1− 2+ 2− 1− 1− 2+ 1−−
1 2 2 1 1 2 1↓ 1 2 2 1 1 1 1↓
Existe una coincidencia básica entre los dos análisis. Las dos diferencias
principales están en las interrogativas absolutas que según estos autores son /2 2 ↑/,
mientras que nosotros siempre obtenemos /1 2 ↑/. Otra de las diferencias es esa creencia
apriorística de que todas las sílabas átonas tienen un nivel más bajo que las tónicas, lo
cual no siempre es cierto. La postónica en el pretonema suele tener un nivel más alto
que la tónica. Lo cual se ha constatado a lo largo de estos análisis que hemos
presentado. Además, no siempre encontramos la juntura terminal en medio de la frase.
Hasta aquí ha llegado la comparación con frases analizadas por ellos; ahora
queremos añadir algo más. Observemos el siguiente gráfico de una frase más larga: “El
niño llevaba una bufanda negra”.
Esta frase con cuatro sílabas prominentes ha sido pronunciada por una locutora
femenina. Tiene dos picos destacados en las dos primeras palabras acentuadas. Cada
uno de ellos está desplazado hacia la derecha y se realiza en la sílaba postónica; a partir
del segundo pico ya se aprecia el descenso progresivo que sigue hasta la juntura
terminal. Stockwell et alii hubieran analizado esta frase sin tener en cuenta la curva:
29
donde se manifiestan una vez más los prejuicios ya comentados: 1º.- las sílabas
acentuadas poseen un nivel más alto que las inacentuadas; 2º.- las sílabas no acentuadas
quedan totalmente olvidadas en el centro de la frase. Para ellos es como si la frase fuese
monótona a partir de la primera sílaba acentuada hasta el tonema, de modo que la curva
de la frase sería aproximadamente como la presentamos a continuación:
Si se compara la curva real con esta segunda supuesta, se ve la gran diferencia existente
entre la realidad y la presuposición que efectuaban loa autores de la escuela clásica, ya
que, como se ha dicho, no partían de curvas reales sino de principios a priori que ellos
mantenían.
3. 5. Conclusiones
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS