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I.

SEGURIDAD

1. Diego Cardona.p65 9 04/12/04, 06:44 p.m.


DIEGO CARDONA CARDONA*

HASTA DÓNDE LLEGA LA


SEGURIDAD: UNA LECTURA
CRÍTICA DE KRAUSE Y WILLIAMS**
Resumen

El artículo analiza desde una perspectiva crítica las elabora-


ciones de Krause y Williams, dos autores contemporáneos,
acerca de los temas de la seguridad. En primer lugar, explora
la tesis central acerca de la necesidad de ampliar el campo
de los estudios sobre la materia, por ello incluye ámbitos
diferentes al de la seguridad nacional y se amplía hacia con-
cepciones que tomen en cuenta factores económicos, am-
bientales o de otra índole. Luego, aborda la crítica de los
dos autores a la noción neorrealista de la seguridad. Así,
después de examinarse las virtudes de los escritos, se plan-
tean objeciones por la utilización un poco indiscriminada
que éstos hacen de la expresión estudios críticos, y las rela-
ciones que existen o no con la teoría crítica de las ciencias
sociales. Igualmente, por las ausencias en el tratamiento de
la seguridad en el llamado tercer mundo, y las eventuales
confusiones entre la teoría crítica, la Escuela de Copenhague
y el constructivismo. Por último, se aborda el buen análisis
que Krause efectúa sobre la seguridad humana, en especial
sobre la evolución y naturaleza del concepto, y sus implica-
ciones para la teoría y la práctica de las políticas exteriores
y de la seguridad en el mundo contemporáneo.

*
Profesor titular de Relaciones Internacionales, Universidad del Rosario, Bogotá. Investiga-
dor visitante del Departamento de Estudios Internacionales, ITAM, México.
**
Esta reflexión es parte de una investigación actualmente en desarrollo, en el ITAM de
México, y conducente a un libro sobre las nociones alternativas y nuevas respecto de la
seguridad internacional, en el que se hará hincapié en el Tercer Mundo y América Latina. Una
primera aproximación sistemática al tema puede encontrarse en Cardona (2004a).

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Palabras clave the notion of security within the


neorealism. And having showed
Relaciones internacionales, segu- the merits of the texts, the article
ridad, estudios sobre seguridad, appoints some objections to the
teoría crítica, constructivismo, use of the featured expression
Escuela de Copenhague, securi- critical studies and its relation
tización y desecuritización, with the Critical Theory in the
ámbitos de análisis, crítica al Social Sciences, and also to the
neorrealismo. lack of allusions to the treatment
of security in the third world, and
Abstract the eventual confusions be-
tween the Critical Theory, the
This article analyses, from a School of Copenhagen and the
critical perspective, the produc- Constructivism. Finally, it is
tion of two contemporary au- shown the proper analysis made
thors regarding some topics in by Krause regarding the concept
the field of security as a concept. of Human Security —particularly
In the first place, it explores about its evolution and its na-
their central thesis about the ture—, and its implications on
necessity of enhancing the area the theory and practice of secu-
of the studies on the subject, rity in the contemporary world.
including different levels to that
of national security, and going Key words
wider towards new conceptions
that can articulate different sorts Foreign affairs, security, critical
of aspects, such as the economi- theory, constructivism, securiti-
cal and the environmental ones. zation, desecurititzation, Copen-
Then, it analyses the interpreta- hagen School, critics against
tions that both authors have on neorealism.

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Como es sabido, la principal co- ción, pero en cualquier caso con


rriente imperante sobre los puntos de vista diferentes al
grandes temas de la seguridad neorrealismo. Los dos tienen al-
proviene de un enfoque neorrea- gunos aspectos en común: una
lista, pese a que en muchos as- serie de argumentos críticos res-
pectos relacionados con la pecto del neorrealismo dominan-
defensa la tendencia dominante te, que viene desde mediados de
ha sido la del realismo clásico. la década de los noventa; una
Ahora bien, desde finales de la aproximación a las concepciones
década de los ochenta1 se han kantianas, sin que ello implique
abierto paso nuevas tendencias introducirse por completo en la
en la materia. Al conservarse el seguridad humana; una aproxi-
paradigma del Estado como refe- mación que tiene sus linderos
rente, las teorías institucionales2 con la teoría crítica, pero que no
han insistido en regímenes inter- sigue de manera lineal a Cox,
nacionales más fuertes o en pro- Linklater o Ashley; una simpatía
ceso de elaboración, con reglas con la llamada Escuela Inglesa de
de juego que terminan por otor- Relaciones Internacionales; la
gar prioridad a la construcción idea de que la noción de seguri-
institucional internacional. Otros dad debe ampliarse para cubrir
van mas allá y tratan de explo- otros ámbitos diferentes al Es-
rar vías en las cuales el Estado tado; así como otros aspectos
y los acuerdos entre Estados no distintos a los tradicionales en
constituyen necesariamente el relación con la defensa. No obs-
aspecto central de sus análisis. tante, ellos también tienen la
En esa dirección, encontramos convicción de que la seguridad
a los seguidores de la teoría cri- no debe confundirse pura y sim-
tica, a los constructivistas y a plemente con otros temas de la
los impulsadores de la seguri- agenda internacional, lo cual
dad humana. implica que la ampliación de la
noción tiene sus límites meto-
Interesa en este artículo explo- dológicos y epistemológicos.
rar los fundamentos del progra-
ma de trabajo planteado por Se toman como referencia para
Keith Krause y Michael Williams, el presente artículo dos aportes
dos autores de difícil clasifica- centrales de los dos autores y

1
En especial a partir de la Convención de la International Studies Association (ISA), efectuada
en Londres, en 1988. Haftendorn, Helga, “The Security Puzzle. Theory-Building and Discipli-
ne-Building in International Security”, en International Studies Quarterly, vol. 35, No. 1,
March, 1991, y Katzenstein, Peter, The Culture of National Security. Norms and Identity in
World Politics, New York, Columbia University Press, 1996, serían dos hitos que podemos
registrar con posterioridad.

2
Véase en especial, Keohane, Robert, International Institutions and State Power. Essays in
International Relations Theory, Boulder, Westview Press, 1989.

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dos artículos adicionales de nuestra época, casi diez años


Krause, uno sobre la seguridad después) ya podían registrarse en
del llamado tercer mundo y otro los estudios sobre seguridad,
que analiza algunos de los fun- varias tendencias:
damentos de la llamada seguri-
dad humana. Veamos, entonces, Primero: los estudios clásicos
la evolución del pensamiento de sobre seguridad nacional.
los autores mencionados.
Segundo: los que introducían
El primer aporte de interés data otros ámbitos de análisis. Se
de 1996. En su artículo conjun- habla así de seguridad interna-
to: “Broadening the Agenda of cional en una primera instancia.
Security Studies: Politics and Luego se introdujeron gradual-
Methods”,3 los autores, efectuan- mente conceptos de seguridad
do una revisión bibliográfica so- regional, para hablar de grupos
bre la materia, se concentran en de países. Sin embargo, la sola
dos aspectos: algunos de los referencia a los macroámbitos
parámetros del neorrealismo, con en las relaciones internacionales
el que se encuentran en desacuer- no garantizaba un discurso y
do, y una ligera introducción a la una práctica alternativas, pues
teoría crítica y al constructivis- éstos podían abordarse como
mo, con los cuales parecen estar instrumentos de poder nacional,
cercanos. Veamos cuáles son los o bien en la vertiente neoliberal
fundamentos de su exposición y institucional, como la razón de
qué aportes y carencias contie- ser de las asociaciones estata-
nen sus conceptos. les. Un tratamiento diferente de
este problema lo constituye el tra-
Algunas tendencias bajo sobre los “complejos (regio-
nales) de seguridad”4 y sobre los
sobre los temas estudios regionales propiamente
dichos, en Buzan y Waever.5
de seguridad
Tercero: fue necesaria una intro-
Ante todo, para mediados de los ducción más tardía (mediados de
años noventa (y es válido para los años noventa), de dos nocio-

3
Krause, Keith y Williams, Michael, “Broadening the Agenda of Security Studies. Politics and
Methods”, en Mershon International Studies Review, No. 40, 1996.

4
Véase al respecto el muy interesante trabajo de Barry Buzan sobre la seguridad regional. Se
trata del capítulo quinto de su ya clásica obra People, States and Fear. The National Security
Problem in International Relations, New York, Harvester Wheatsheaf, 1991.

5
La más reciente e interesante elaboración al respecto es el libro: Regions and Powers. The
Structure of International Security, Cambridge, Cambridge University Press, 2003.

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nes diferentes en cuanto a la ‘es- ción de estos temas dentro de las


fera’ de seguridad. Una, la de la concepciones tradicionales como
seguridad de los grupos huma- el neorrealismo —donde se les ve
nos, llamada seguridad socie- como parte de los factores o los
tal , 6 y otra, la de la llamada limitantes del poder nacional— y
seguridad humana, concepto otro muy diferente es la conside-
con bases académicas, pero ex- ración institucional en la cual se
presado en lo fundamental por concibe que se trata de factores
el Programa de las Naciones Uni- globales de inseguridad, que de-
das para el Desarrollo (PNUD) y ben ser afrontados mediante la
por el Gobierno de Canadá.7 Es- creación y refuerzo de regímenes
tas nociones involucran una internacionales apropiados,
ampliación del tratamiento de acordados por los Estados. Y
los ámbitos, por cuenta del ob- otro, también distinto, es con-
jeto asegurado, aunque en es- siderar que existe seguridad (o
tricto sentido deberíamos hablar inseguridad) ambiental, econó-
en este caso del sujeto que se mica o referida a los derechos
va a asegurar. Dicha ampliación fundamentales, y que debe ser
iría en la dirección de las unida- asegurada por todos: Estados,
des más pequeñas de los Esta- ONG, multinacionales, indivi-
dos: los seres humanos, como duos organizados, entre otros.
miembros de grupos (seguridad Los tres casos son diferentes,
societal) o como individuos (se- pero tienen algo en común: la
guridad humana). ampliación de la agenda en un
sentido horizontal.8
Cuarto: otro tipo de ampliación
de los estudios sobre seguridad Quinto: una de las formas, tan-
fue auspiciado por la introduc- to del neorrealismo como del
ción de temas inexplorados, neoliberalismo institucional, en
como los asuntos ambientales, los temas de la seguridad está
las migraciones, las consideracio- constituida por asociaciones
nes económicas y los derechos entre Estados para lograr fines
humanos. Cabe, sin embargo, comunes o coordinados en la
efectuar una importante conside- materia. Por ello se habla de la
ración: un asunto es la introduc- seguridad colectiva, en especial

6
Denominación acuñada por Waever, miembro relevante de la Escuela de Copenhague. Una
muy interesante síntesis de sus postulados puede verse: Buzan, Barry; Waever, Ole, y Wilde,
Jaap de, “The Societal Sector”, en Security. A New Framework for Analysis, Boulder, Lynne
Rienner, 1998.

7
Una buena discusión sobre el tema de la seguridad humana puede encontrarse en Rioux,
Jean-François, La sécurite humaine. Une nouvelle conception des relations internationales,
París, L’Harmattan, 2001.

8
Krause y Williams, “Broadening the Agenda of Security Studies…”, op. cit., pp. 229 y 230.

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la prevista en el capítulo VII de efecto, las concepciones tradi-


la Carta de la ONU, en la Organi- cionales tendían a definir la se-
zación de Estados Americanos guridad en términos negativos,
(OEA) y las instituciones del con- es decir, “seguridad es una situa-
tinente americano,9 en la Carta ción libre de amenazas”. La con-
de la Organización del Tratado secuencia era examinar las
del Atlántico Norte (OTAN) o en amenazas que el sujeto de la se-
las asociaciones de carácter mi- guridad debía afrontar y luego
litar. Pero también se habla de la los medios y su estrategia de
seguridad cooperativa para de- funcionamiento. Sin embargo,
signar en especial a la colabora- esta definición decía poco sobre
ción entre Estados, que de otra la estructura de la seguridad y
manera dedicarían esfuerzos a sobre medios alternativos dife-
potenciales conflictos entre rentes al simple uso de la fuer-
ellos (asunto muy en boga en za. Sería como definir un objeto
temas fronterizos). También ha- por lo que no es. Puede ser exac-
blamos de seguridad colaborati- to, mas no es suficiente para
va, para designar la cooperación conocer el objeto en sí mismo.
pura y simple en esta materia. Y, Indicar, por ejemplo, que una
finalmente, de sus formas más galaxia lejana no es un grupo de
avanzadas, mediante la seguri- animales, ni un gas, ni un plane-
dad común, en la cual se van ta, puede corresponder con la
cediendo soberanías en pro de realidad, pero sólo da una visión
una concepción de la integración falseada y parcial del objeto que
que implica incluir a la seguri- se quiere conocer.
dad en su universo, tal como es
el caso de la seguridad común De la misma manera, hemos de
de la Unión Europea.10 introducir en los temas de la se-
guridad sus aspectos positivos,
Sexto: olvidan los autores mate- es decir, el sistema conceptual y
ria de este artículo un tercer tipo los instrumentos que nos permi-
de ampliación (ni vertical en los ten fortalecerla. En una perspecti-
ámbitos, ni horizontal en los te- va analítica más compleja es éste
mas), y que tiene que ver justa- el núcleo de la discusión sobre los
mente con las expresiones procesos de desecuritización, ex-
positivas de la seguridad. En presión igualmente elaborada por

9
Bajo la forma de seguridad hemisférica. Véase al respecto, Cardona, Diego, “De la seguridad
en las Américas a la seguridad hemisférica”, en Grabendorff, Wolf (edit.), La seguridad
regional en las Américas. Enfoques críticos y conceptos alternativos, Bogotá, Friedrich Ebert
Stiftung (Fescol), 2003. Y, en general, en el texto de Wolf Grabendorff, La seguridad regional
en las Américas.

10
Tanto por la vía externa, mediante la política exterior y de seguridad común (PESC), así
como por la creación de las fuerzas de desplazamiento rápido de la unión (PESDC), y por el
espacio interior o Schengen, para los países signatarios de éste.

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Waever para designar los proce- • Intersubjetiva, cuando la in-


sos de desaparición de las ame- teracción entre miembros de
nazas por vías diferentes a la sola una sociedad permite que el
utilización de la fuerza. concepto que algunos de
ellos tenga sobre un peligro
Este punto merece una especial potencial, con rango de se-
consideración. Krause y Williams guridad, sea consagrado por
comparten, en ese sentido, bue- dicha sociedad como tal. Im-
na parte de las elaboraciones de plica la referencia a los con-
la Escuela de Copenhague sobre sensos societales o estatales
los procesos mediante los cuales en materia de seguridad, y va
un asunto o tema puede ser con- mas allá de las políticas gu-
siderado una amenaza o un tema bernamentales como tales.
de seguridad en una sociedad
dada. A ello deben añadirse los Ahora bien, sin que los autores
mecanismos por medio de los que hayan extraído de lo anterior las
se le incorpora como un tema de conclusiones lógicas de su aná-
seguridad y los intereses a que tal lisis, el tema que nos interesa (y
situación obedece. Todo ello cons- que ha sido olvidado) es que así
tituye parte del acervo de lo que como un asunto puede ser eleva-
hoy en día se llama los procesos do al rango de tema de seguri-
de securitización. No debemos dad, también puede desaparecer
olvidar que la securitización no es de dicha clasificación, igualmen-
sólo subjetiva, como pretenden te por las tres razones:
algunos autores más cercanos al
constructivismo. Siguiendo a • Por razones objetivas (dese-
Buzan, Waever y Wilde, ésta es, de curitización objetiva), como
hecho, de tres clases:11 cuando un peligro real y ‘ob-
jetivo’ desaparece o se le hace
• Subjetiva, cuando algunos de desaparecer, sea en su exis-
los actores declaran que un tencia misma o en sus con-
asunto es materia de seguri- secuencias: el movimiento
dad. Ellos pueden ser estata- telúrico que es ‘neutralizado’
les o no. mediante construcciones de
ingeniería y arquitectura
• Objetiva, cuando se trata de apropiadas, el aerolito que se
amenazas reales. Por ejemplo, desvía de su curso y se con-
una explosión volcánica, un vierte en inofensivo, el grupo
terremoto o un aerolito que armado que se desmoviliza,
amenace con destruir alguna la organización criminal inter-
porción del planeta. nacional que es controlada, o

11
Véase al respecto la interesante exposición contenida en “Security Analysis. Conceptual
Apparatus”, pp. 21-47. Se trata del capítulo 2 de Buzar, Waever y Wilde, op cit.

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el peligro ambiental que dis- (intersubjetivos) que han per-


minuye por medidas diplomá- mitido el funcionamiento de
ticas y prácticas apropiadas. los dos acuerdos de integra-
ción, habida cuenta de sus res-
• Por razones subjetivas (dese- pectivas proporciones.
curitización subjetiva), lo
cual implica que los actores En cualquier caso, subsiste un
que pueden hacerlo optan por problema implícito en la mayor
dejar de considerar a un fe- parte de las concepciones de
nómeno como un asunto de la seguridad: ¿cómo garantizar la
seguridad o inseguridad. Tal seguridad de uno o varios de los
es el caso cuando se percibe actores o la seguridad del siste-
que un estudio de las inten- ma mismo sin sacrificar por ello
ciones del ‘otro’ nos permite la seguridad de los otros? ¿Cómo
comprender sus motivacio- incrementar la sensación de se-
nes y no considerarlo automá- guridad sin incrementar con ello
ticamente como un peligro la sensación de inseguridad de
para ‘nosotros’. Normalmen- los demás? Esta pregunta funda-
te un mejor conocimiento mental, referida al llamado dile-
civilizacional, histórico y del ma de seguridad, se encuentra
sistema mundial o de las mo- implícita en todas las concepcio-
tivaciones regionales y loca- nes clásicas y no clásicas o con-
les puede permitir un proceso temporáneas sobre el tema.
de desecuritización subjetivo.
Sin duda alguna, las desecuriti-
• Por un proceso intersubjetivo. zaciones subjetiva e intersubje-
Un caso típico es la construc- tiva van en el camino de los
ción de consensos en materia aspectos positivos de la seguri-
de seguridad, como preludio dad. No es menos importante el
y refuerzo de procesos de in- hecho de que parte importante
tegración regional. La sus- de la desecuritización objetiva
cripción de la Comunidad puede estar en el centro de las
Económica del Carbón y del consideraciones sobre una segu-
Acero (CECA), en el caso de las ridad positiva o sostenible en el
Unión Europea, o los acuer- largo plazo, tal como se conci-
dos de seguridad de Foz de be, por ejemplo, en la segunda
Iguazu, en el caso del Merca- parte de la Estrategia de Seguri-
do Común del Sur (Mercosur), dad Nacional de la administra-
son los ejemplos más elocuen- ción de George Bush, en Estados
tes de consensos securitarios Unidos.12 Sintetizando, tenemos

12
Véase el desarrollo de este punto de vista en Cardona, Diego; Duarte, Ivonne, y Jiménez,
Nathalie, “La estrategia de seguridad de Estados Unidos en la administración Bush. Una lectura
desde América Latina”, en Cardona, Diego; Labatut, Bernard; Lavaux, Stéphanie, y Sánchez,
Rubén (edits.), Encrucijadas de la seguridad en Europa y las Américas, Bogotá, Centro de
Estudios Políticos e Internacionales (CEPI), Universidad del Rosario, 2004, pp. 193-243.

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tres tipos de ‘ampliación’ de los


temas de seguridad: La crítica al
• Ampliación vertical, asociada
neorrealismo
con las relaciones internacio-
nales que manejamos, desde Uno de los aspectos más llama-
las internacionales-globales tivos de los escritos de Krause
hasta las de seguridad socie- y Williams, y algunos posterio-
tal y humana, pasando por las res de Krause,13 es la crítica al
regionales y seguridades na- neorrealismo, muy en particu-
cionales. lar el expuesto por Walt para los
estudios sobre seguridad14 y
• Ampliación horizontal, para por Mearshimer, en la década de
incorporar temas ambienta- los noventa.15
les, comerciales, financieros,
de flujos de poblaciones, de Pese a la ingenuidad de Fukuya-
derechos humanos, entre ma y de sus seguidores, por una
otros. parte, y a las fijaciones del
neorrealismo, por la otra, la dé-
• Ampliación de signo, en el cada de los noventa permitió
sentido de considerar no sólo constatar que buena parte de los
los aspectos negativos de la conflictos del mundo no corres-
seguridad (las ‘amenazas’), ponde solamente a diferencias
sino también los aspectos de intereses: los individuos y los
positivos (o acciones más es- pueblos se disputan por su visión
tructurales) que pueden lo- del mundo, por su pertenencia
grar una seguridad sostenible étnica y por símbolos societales
en el largo plazo. comunes, es decir, por ideas,16

13
Véase, en especial, Krause, Keith, “Theorizing Security, State Formation and the ‘Third
World’ in the Post-Cold World”, en Review of International Studies, vol. 24, No. 1, January,
1998 y del mismo autor: “Une approche critique de la sécurité humaine”, en David, Charles-
Philippe y Rioux, Jean-François (edits.), La sécurité humaine. Une nouvelle conception des
relations internationales, París, L’Harmattan, 2001.

14
Véase, Walt, Stephen, “The Renaissance of Security Studies”, en International Studies Quarterly,
vol. 35, No. 2, junio, 1991, pp. 211-239.

15
Véase, en especial, Mearshimer, John, “The False Promise of International Institutions”, en
International Security, No. 19, 1994-1995, pp. 5-49.

16
Krause, Keith y Williams, Michael (edits.), Critical Security Studies, Minneapolis, University
of Minessota Press, 1997, p. 47.

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y no sólo por intereses o recur- zones más profundas en el su-


sos de poder tradicionales. De puesto objetivismo empiricista
ahí la insistencia (como lo harían del neorrealismo, en particular.20
también Buzan y Waever o, más Sin embargo, nuestros dos auto-
tarde, Wendt) en que debe estu- res parecen no atreverse a ir más
diarse el rol de las ideas, las nor- adelante, hasta apuntalar sus
mas y valores en la constitución conclusiones con una considera-
del objeto asegurado.17 Se debe ción crucial. La Escuela de
ir, incluso, más allá, al estudio del Copenhague escogerá más tarde,
contexto histórico dentro del cual frente al subjetivismo y la insis-
ese proceso ha tenido lugar. Ob- tencia en la norma, abordar de
viamente ello implica “ir más allá preferencia el estudio de las prác-
del objetivismo y de la aproxima- ticas sociales,21 tal vez para ha-
ción (puramente) racionalista, cerle frente a las pretensiones
tanto del neorrealismo, como del juridicistas y normativas de algu-
neoliberalismo (institucional)”.18 nos practicantes del derecho in-
ternacional, que confunden la
Lo procedente, y es parte del norma con la realidad, y que fren-
programa de investigación pro- te a realidades complejas, asu-
puesto por los dos autores, es men en ocasiones soluciones
profundizar y ampliar las teori- puramente normativas. También
zaciones sobre el Estado, y no sería una manera de salirle al
sólo contentarse con asumir su paso al neoliberalismo institucio-
existencia pura y simplemente nal. En este punto, Krause y
como unidad básica de análisis, Williams, en sus dos textos, pa-
como supone o asume el neorrea- recen quedarse a medio camino
lismo.19 Quizá ésta sea la razón sin plantear una opción real para
por la cual se aproximan más al el investigador. Más tarde, según
constructivismo de Wendt, en veremos, Krause parece escoger,
nombre de una aproximación en su análisis de la seguridad hu-
normativa que, más cercana al mana, la opción de las prácticas
mundo de los valores y la ética, sociales; pero en los mecanismos
pueda oponerse o encontrar ra- aptos para llegar a dicha seguri-

17
Ibid., p. 49.

18
Ibid.

19
Ibid., p. 48.

20
Véase en particular la serie de afirmaciones contenidas en el capítulo: “From Strategy to
Security. Foundations of Critical Securiy Studies”, en Krause y Williams, Critical Security
Studies, op. cit., pp. 49 y ss.

21
Como lo hacen explícitamente en Buzan, Barry y Waever, Ole, Regions and Powers. The
Structure of International Security, Cambridge, Cambridge University Press, 2003.

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dad, parece aproximarse más a los estudios sobre seguridad


los aspectos institucionales. consisten en:

Por otra parte, cierto es que los El estudio de la amenaza, el uso


aspectos normativos parecen y el control de la fuerza militar,
ser de indudable importancia, y esto es las condiciones que ha-
están en la base de la escuela cen plausible el uso de la fuerza,
institucional y de buena parte las maneras como ese uso afec-
de la diplomacia multilateral, tan a los individuos, los Estados
tanto en ámbito global como en y las sociedades, y las políticas
los ámbitos regionales. Y, en los específicas que los Estados adop-
países desarrollados, acostum- tan con miras a preparar, preve-
brados a respetar la norma y no nir o emplearse en la guerra.23
sólo a enunciarla, naturalmente
que tiene una mayor importancia Esta teoría neorrealista estrecha,
que en los países en desarrollo. expresada no sólo en el primer
mundo, sino también por algu-
El enfoque normativo de nuestros nos autores latinoamericanos,
dos autores, así sea discreto, se incluidos algunos supuestamen-
ve reforzado por una afirmación te progresistas, se expresa en
del tono de que “la cooperación concepciones que consideran
está basada en normas y valores hoy día que la seguridad se re-
compartidos, los cuales proveen fiere solamente a aspectos rela-
las bases (necesarias) para la ac- cionados con el uso de la fuerza
ción colectiva”.22 Y en este pun- o de la violencia organizada, que
to estamos hablando no sólo de excluyen de esta manera a bue-
las normas internacionales, sino na parte del universo necesario
de las acciones puntuales en su en las consideraciones sobre la
desarrollo, de las intervenciones seguridad.
por razones humanitarias o, en
general, de las acciones empren- Por ello no es de extrañar que
didas por la comunidad interna- no sólo Walt, sino el más im-
cional en cualquier dirección. portante representante del
neorrealismo actual, Mearshimer,
En segundo lugar, critican con consideren que los planteamien-
acierto la concepción restrictiva tos referidos a la ampliación de
de Stephen Walt, según la cual la temática de la seguridad son

22
Krause y Williams, Critical Security Studies, op. cit. , p. 51.

23
Walt, Stephen, “The Renaissance in Security Studies”, en: International Studies Quarterly,
vol. 35, No. 2, junio, 1991, p. 212.

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incoherentes y convierten el es- del constructivismo de Wendt,


tudio de esta temática en irrele- que sigue en esto a algunos de
vante en la práctica.24 los posmodernos, que niegan la
posibilidad de establecimiento de
Otro aspecto que nuestros auto- tales leyes, y aun que tal propues-
res critican, tanto en Walt como ta tenga sentido. Las relaciones
en Mearshimer, es la pretensión de causalidad y el establecimien-
de cientificidad exacta de algu- to de variables dependientes e
nas de sus afirmaciones. Asumir independientes parecen ser fun-
que un corpus recogido a lo lar- cionales en ciertos estudios,
go de varias décadas y que su pero tienen sin duda sus limita-
análisis —en términos de cons- ciones. La seguridad no es, ni
tantes, variables, repetición, as- puede ser una ciencia; es una
pectos funcionales y tentativas subdisciplina de las relaciones
de explicación causal— consti- internacionales, si bien Krause y
tuye la esencia de los estudios Williams, por timidez o por pu-
sobre la seguridad, es pensar dor, no llegan a extraer esta con-
que las relaciones internaciona- clusión de manera categórica.
les tienen una función de cienti-
ficidad semejante a la de las La otra crítica se concentra en el
ciencias de la naturaleza, y aún análisis del Estado como actor
atada a la vieja pretensión de racional unitario. Esta objeción
formular ‘leyes’ del comporta- se concentra en la amalgama
miento social. Este tipo de acti- entre Estado y personalidad in-
tud por parte de los analistas dividual. En este punto, la críti-
internacionales es considerada ca carece de la consistencia
por sociólogos, antropólogos o necesaria. Quizá sería práctico
‘cientistas’ políticos como inge- ahondar en estudios de caso
nuo y decimonónico. Es extraño sobre toma de decisiones en
que la epistemología de los años materias como política exterior
setenta y ochenta no haya pasa- y seguridad, para mostrar, me-
do, al parecer, por una parte tan diante los modelos burocrático-
importante de la disciplina de las organizacionales y los de juego
relaciones internacionales. político, las limitaciones de los
modelos del actor racional. No
Por ello, más tarde, puede com- sólo a partir de Allison y Ze-
partirse también el punto de vista likow,25 sino con estudios de
no sólo de la teoría crítica (o Es- caso, en general, puede fácilmen-
cuela de Fráncfort), sino también te demostrarse que ni el Estado

24
Krause y Williams, Critical Security Studies, op. cit., p. 230.

25
Allison, Graham y Zelikow, Philip, The Essence of Decision. Explaining the Cuban Missile
Crisis, s. l., Longman, 1999.

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22 DIEGO CARDONA CARDONA

ni las Etnias ni las sociedades otros pacifistas y algunos más


son actores unitarios ni operan desde una óptica contestataria
necesariamente sobre una base comenzaron a hablar con prefe-
de racionalidad con arreglo a fi- rencia de “estudios sobre la paz”
nes. Por esta vía puede efectuar- o de “estudios sobre resolución
se una crítica mucho más sólida de conflictos”. Otros prefirieron
a la concepción de actor racio- la expresión estudios sobre se-
nal, del neorrealismo. guridad internacional, para con-
trarrestar la tendencia a los
Una crítica adicional se refiere al existentes sobre seguridad na-
problema de la anarquía interna- cional. Finalmente, comenzó a
cional, en términos que habían existir un cierto consenso en ir
sido ya explorados por la inter- reemplazando los llamados es-
dependencia y los neoliberales tudios estratégicos por estudios
institucionales; sin embargo, es sobre seguridad.26
útil el haber recogido esta argu-
mentación. Por otra parte, parece de la ma-
yor importancia lo que podemos

Las tendencias llamar como un legado de Rose-


nau a las relaciones internacio-
alternativas nales, pero que nuestros autores
recogen en su forma más elabo-
rada en Wendt. También como
Un aspecto importante —que una reacción frente la insisten-
hoy parece haberse resuelto— en cia en los determinantes del sis-
la evolución del pensamiento tema mundial o de la política
sobre la materia a lo largo de la exterior como producto de un ac-
década de los noventa era parte tor racional unitario, Rosenau
sustancial de éste. Sabemos que planteó en su momento la prio-
en la época de la Guerra Fría pro- ridad en el estudio de las rela-
liferaron los estudios estratégi- ciones internacionales y, en
cos y las instituciones dedicadas particular, de la política exterior,
al tema. El gran contenido mili- basándose en tres esferas (en su
tar y geopolítico clásico de esta orden):
disciplina no escapa a los ana-
listas contemporáneos. • La subjetiva o individual.

Algunos pensadores críticos de • La de la política exterior y sus


los años setenta y ochenta, determinantes.

26
Un hecho interesante es que el Program for International Strategic Studies, del Graduate
Institute for International Studies, de Ginebra, continuó con su sigla (PSIS), pero con un
nuevo nombre: Program for International Security Studies. Dicho cambio coincidió con el
arribo de Keith Krause a la dirección, a mediados de la década de los noventa.

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HASTA DÓNDE LLEGA LA SEGURIDAD 23

• La proveniente del sistema La seguridad societal puede uti-


mundial. lizarse indistintamente: para pro-
teger los derechos de minorías
Este relieve en el aspecto subje- oprimidas por otras comunida-
tivo es explicable en la historia des o por los Estados en las cua-
de la disciplina, pero de todas les se desarrollan y viven, así
formas no siempre es determi- como para proteger los derechos
nante. En efecto, parece funda- de los emigrantes en los países
mental analizar las condiciones receptores o, por el contrario,
desde las cuales “los individuos, para proteger valores del recep-
las colectividades y las amena- tor, que se consideran inamovi-
zas son construidas” como ‘he- bles y parte de su tradición y
chos sociales’, y la influencia naturaleza. Es decir, puede ser-
que esa construcción tiene so- vir para intentar incorporar nue-
bre los temas de la seguridad.27 vos valores a un acervo cultural
ya existente en un espacio de-
También es cierto que dicho terminado o para impedir la in-
camino abre espacios para la corporación de esas escalas de
seguridad societal y para la in- valores y aportes culturales. Esa
vestigación sobre la construc- ambivalencia existe, sin duda,
ción social de las amenazas.28 en Buzan y en la Escuela de
Quizá por ello y porque se trata Copenhague, y tampoco es so-
de dos teorías que finalmente lucionada por Krause y Williams.
asumen que “la seguridad no es
una condición objetiva”29 nues- Es sin duda un aporte interesan-
tros dos autores, tanto la teoría te el recoger en el curso de la
crítica como el constructivis- revisión bibliográfica de Krause
mo, parecieran constituir parte y Williams sobre la materia30 el
del mismo haber. Naturalmen- aporte de aquellos quienes dis-
te, y en especial en el caso de tinguen el quién del cómo. Un
la seguridad societal, el tema y asunto (el qué) se refiere al ob-
su metodología no son patri- jeto asegurado y el otro, que no
monio exclusivo de posiciones siempre posee la supuesta “neu-
‘liberadoras’. tralidad valorativa” en la base del

27
Krause y Williams, “Broadening the Agenda of Security Studies…”, op. cit., p. 242.

28
Ibid., p. 242.

29
Ibid.

30
Ibid.

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24 DIEGO CARDONA CARDONA

Ampliar los estudios


objetivismo weberiano, se refie-
re al procedimiento y a los por-
qués. En esa dirección, recogen
con acierto la convicción de que
sobre seguridad: y
“el proceso de construcción del
discurso sobre las amenazas no
¿la agenda sobre la
es políticamente neutral”.31 Tam- materia?
poco se trata de la aceptación
estadística o provisional en vir- En primer lugar, ampliación de
tud del fenómeno de verificación los estudios sobre seguridad.
por apropiada confrontación Krause y Williams comparten el
frente a una realidad en un mo- punto de vista de Buzan, en el
mento dado;32 por el contrario, sentido de que pocas personas
se trata de despojar a la supues- defienden hoy día una concep-
ta realidad establecida e indis- ción estrecha y restringida de la
cutible de su carácter dogmático seguridad. Pero lo que es un he-
y cientificista. cho es que no existe consenso
de hasta dónde puede darse la
Por ello afirman, no sin razón, apertura en dichas concepcio-
que nuestro conocimiento sobre nes. Sin duda alguna, la distin-
los sujetos, las estructuras y las ción entre Estado y sociedad
prácticas de la política mundial que ellos recogen de la Escuela
no es objetivo (en el sentido de Copenhague35 es central en
materialista del neorrealismo).33 estas consideraciones. Tampo-
En ese sentido, el propósito de co comparten Krause y Williams
la teoría no es la previsión en un la visión de que la consecuen-
contexto ahistórico y generaliza- cia básica de esta distinción sea
ble;34 asunto éste de la mayor la reificación de la sociedad a ex-
importancia y que se había pensas del Estado. No toda la
abierto espacios en la teoría identidad, nos dicen,36 es social
general de las relaciones inter- o societal, y las sociedades no tie-
nacionales, con el llamado ter- nen en muchas ocasiones las po-
cer debate, desde comienzos de sibilidades reales para defender
la década de los noventa. a sus miembros o a los indivi-

31
Ibid., p. 247.

32
Más propia del neopositivismo de Popper, por ejemplo.

33
Krause y Williams, “Broadening the Agenda of Security Studies…”, op. cit., p. 243.

34
Ibid.

35
Ibid.

36
Ibid., p. 244.

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HASTA DÓNDE LLEGA LA SEGURIDAD 25

duos de amenazas sustanciales, lar: algunas sociedades contem-


frente a las cuales los Estados poráneas, con Estados débiles e
tienen todavía un margen de res- incluso algunos colapsados, en
puesta claro.37 las cuales los mayores abusos
contra las sociedades y los indi-
A riesgo de parecer poco cientí- viduos los cometen agentes par-
ficos frente a las críticas de ticulares (warlords en el sentido
Mearshimer, es claro que la am- tradicional de la palabra). Allí lo
pliación de la noción clásica de que parece exigir la población y
la seguridad debe apelar a as- la lógica es más y no menos Es-
pectos conceptuales y a la temá- tado, más presencia y actividad
tica trabajada por otras ciencias de los agentes estatales y más
sociales y humanas. Por ello ape- cobertura geográfica de su ac-
laciones a la historia, a la geo- ción. Es ésta una interesante pa-
grafía, a la visión del mundo y a radoja propia de Estados en los
los imaginarios colectivos son un cuales la modernidad es incon-
componente esencial de un pro- clusa y aun inexistente, en térmi-
grama de trabajo ya sugerido des- nos institucionales y societales.
de hace más de una década. Ello No desconoce este hecho que el
incluye también la manera como refuerzo de las redes sociales
la seguridad es enseñada.38 constituye la mejor garantía de
un proceso securitario equilibra-
Un punto parece claro para Krause do; pero cuando dicho refuerzo
y Williams: la ampliación en tér- es simplemente imposible, por
minos de la seguridad societal y la ausencia de garantías básicas
la seguridad humana aparece para la población, el análisis y
como un hecho en consolidación la acción deben matizarse.
y, además, útil. En especial cuan-
do se trata de examinar las con- En segundo lugar, la ampliación
ductas de los representantes de mencionada (en términos de se-
algunos Estados en el mundo, en guridad humana y societal) les
los cuales se han cometido im- aparece necesaria por tres ra-
portantes crímenes contra la se- zones:
guridad societal (nacionalidades
o tribus diferentes) o la seguri- • Por los efectos perversos de la
dad humana (violaciones atroces acción de ciertos Estados que
a los derechos humanos). niegan a importantes minorías
(e incluso mayorías) sus más
Sin embargo, Krause y Williams elementales derechos (seguri-
no consideran un caso particu- dad societal). No hablan nues-

37
Ibid., p. 244, y Krause y Williams, Critical Security Studies, p. 46.

38
Krause y Williams, Critical Security Studies, op. cit., p. 36.

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26 DIEGO CARDONA CARDONA

tros autores de la necesidad de conciencia” del cristianismo,


una autonomía política o ad- en especial en su versión pro-
ministrativa, sino del tema de testante, le da por ello una
los derechos básicos.39 connotación más global que
las religiones de los “pueblos
• Porque en algunos casos las elegidos”, que por ello no
amenazas más directas contra pueden trascender más allá
los individuos no provienen de una etnia o un grupo so-
hoy día del mundo anárquico cial determinado.
de las relaciones internacio-
nales ni de los ciudadanos de En tercer lugar, la concreción y
otros Estados, sino de las reducción de la agenda de la se-
instituciones de sus propios guridad: la idea de una concep-
Estados,40 tal como ha ocu- ción ampliada de la seguridad va
rrido en el pasado en algu- acompañada en los dos autores
nos países de África, Asia, materia de este artículo por una,
Medio Oriente o América La- a su vez, contraria: la de que di-
tina (seguridad humana), en cha ampliación no puede darse
los cuales se efectuaron crí- ad infinitum y que tiene un pro-
menes a nombre de la su- pósito muy claro, cual es el po-
puesta seguridad. der delimitar mejor los alcances
reales de la noción. Veamos:
• Por paradójico que sea, enfo-
car la seguridad en los indivi- En efecto, el focalizar la seguri-
duos tiene como implicación dad en las personas, sea en lo
el centrarla sobre las amena- individual o en grupos societa-
zas más globales.41 Es éste les, constituye sin duda una in-
un hecho bien conocido des- novación de diferentes autores
de la filosofía grecolatina: los en la última década. Esta opción
epicúreos, los estoicos y los metodológica deja sin resolver
agnósticos, apelando a la fi- un asunto sustancial: que los
losofía de la propia concien- peligros individuales son abs-
cia individual, establecían las tractos, por lo menos en su
bases de una filosofía más enunciación; mientras que en la
universal, no basada en con- práctica no sería válido un aná-
sideraciones telúricas o étni- lisis que olvide concretarlos en
cas o nacionales. La “propia situaciones históricas y sociales

39
Ibid., p. 43.

40
Ibid., p. 44.

41
Ibid., p. 45.

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HASTA DÓNDE LLEGA LA SEGURIDAD 27

específicas.42 Más aún, el plan- anarquía mundial vista por el


teamiento en términos individua- neorrealismo.
les puede llevar a la incapacidad
para gestionar la dinámica de los • La idea de que la agenda debe
conflictos históricos, étnicos o expandirse para incluir otras
sociales. Es cierto que en este esferas diferentes a la segu-
caso el neorrealismo se queda ridad nacional o puramente
corto, pero también sucedería lo internacional, que también
mismo con la seguridad huma- podrían caber otras conside-
na o aun con la societal.43 raciones (gradualmente acep-
tadas en la disciplina) sobre
Hasta este punto encontramos asuntos de seguridad am-
indudables aciertos y algunos te- biental, migraciones o segu-
mas pendientes en los dos escri- ridad económica. El recoger
tos básicos de Krause y Williams algunos de los aportes de
(“Broadening”, 1996, y Critical, Haftendorn y Katzenstein
1997). Entre los aciertos, pode- para incorporar plenamente
mos citar los siguientes: la seguridad dentro de la teo-
ría de las relaciones interna-
• La virtud de haber efectuado cionales y ésta, a su vez,
una revisión bibliográfica crí- dentro de las ciencias socia-
tica sobre los temas de la am- les. Ello implica que en los
pliación de la noción de temas de la seguridad lo ade-
seguridad y de haber intenta- cuado es el comenzar por la
do una primera sistematiza- historia y los temas sociales
ción sobre la materia. que permitieron una visión
del mundo y una construc-
• El haber recogido parte de ción de la idea del Otro, del
las críticas al neorrealismo sí mismo y de lo que se quiere
en los temas de la seguridad: asegurar y defender, y las ame-
la pretensión de objetividad, nazas posibles contra tal tema
el carácter de cientificidad, securitario. En ese sentido, es
la reificación del Estado, el un acierto la insistencia en la
olvido de las sociedades y ampliación de la agenda.
los individuos como sujeto
de la seguridad y no sólo • También constituye un acier-
como agregado de los Esta- to la consideración de que
dos y algunos ligeros apor- ello no puede llevar a la reifi-
tes a la discusión sobre la cación de la sociedad y a ex-

42
Ibid., p. 46.

43
Ibid., pp. 46-47.

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28 DIEGO CARDONA CARDONA

plicar la totalidad de los fenó- • Una confusión entre la teoría


menos societales y humanos, crítica y el constructivismo,
por la dinámica de las socie- que hoy en día, sabemos,
dades, al hacer abstracción de constituyen dos opciones
la existencia de los Estados, conceptuales diferentes,
por lo menos en una etapa en pese a que contengan un ele-
la cual éstos todavía no pare- mento común: la no centra-
cen destinados a desaparecer lidad del Estado en sus
en el corto plazo. consideraciones.

• Por ello aparece como un im- • Hubiera sido deseable una


portante punto de su progra- enunciación más apropiada
ma la necesidad de que los del hecho de que podemos
estudios sobre seguridad ampliar las nociones de la
sean ampliados con un vín- seguridad hacia formas po-
culo más profundo con la in- sitivas del enunciado y no sólo
terpretación histórica. 44 a las negativas, que hablan de
Curiosamente, es ésta una de la ausencia de amenazas.
las conclusiones más impor-
tantes del broadening, mu- • Deberían haber retomado de
cho más clara y contundente manera mucho más clara a
que la que presumiblemente Katzenstein y a Haftendorn,
pretendían los autores cuan- por lo que representan en la
do hablaban de la necesidad evolución de la disciplina. En
de ampliar la agenda para lo que respecta a los temas
realmente reducirla a las di- de la seguridad desde visio-
mensiones exactas de la se- nes no neorrealistas, su apor-
guridad. En efecto, este te es tan importante como en
punto es sólo enunciado, y su momento puede haberlo
no se desarrolla apropiada- sido el de Ullman,45 y en cual-
mente en su texto. quier caso es muy superior en
alcance y densidad frente a
Ahora bien, de los dos escritos los atisbos de Tuchman,46
básicos de nuestros dos autores mencionados en más de una
quedan varios temas pendientes, ocasión por nuestros dos au-
a saber: tores.

44
Krause y Williams, “Broadening the Agenda of Security Studies…”, op. cit., p. 248.

45
Véase Ullman, Richard, “Redefining Security”, en International Security, No. 8, 1983, pp.
129-153.

46
Tuchman, Jessica, “Redefinig Security”, en Foreign Affairs, No. 68, 1989, pp. 162-177.

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HASTA DÓNDE LLEGA LA SEGURIDAD 29

• No existe una mención a los que se debe tomar en cuenta


temas de la seguridad perifé- en elaboraciones contempo-
rica y a las concepciones de ráneas sobre la materia.
la seguridad y su importan-
cia en el caso de los países • No queda resuelto el asunto
pequeños. Una propuesta en de cuál ámbito tiene primacía
esa dirección debería seguir en los análisis internaciona-
un camino trazado en la his- les: si el individual, el socie-
toria por Osiander, en su ex- tal o el estatal. Suponer que
celente artículo sobre los el secreto del argumento es
mitos alrededor de la Europa que ninguno la tiene, no so-
de Westfalia.47 luciona la pregunta.

• Quedaba pendiente (pese a • Existen algunas sugerencias


tratarse de artículos de 1996 de sumo interés. Prevalece la
y 1997) el análisis exhaustivo pregunta sobre si existe for-
de la seguridad humana. Más mulado, de manera clara, un
tarde, como veremos, el mis- programa de investigación,
mo Krause corrigió el vacío. como puede aparecer en
Morgenthau, Katzenstein,
• Desde finales del siglo XX y Buzan o Wendt.
transcurridos algunos años
del XXI, no puede desdeñar- Sin embargo, Krause y Williams
se el papel que un autor como parecen distinguir entre lo que
Huntington ha tenido en la podemos llamar el peso de la
opinión pública, en especial teoría crítica en los estudios so-
de Estados Unidos. No en bre la seguridad y los estudios
vano, y para poca satisfac- críticos sobre seguridad. No de
ción de algunos “intelectua- otra manera se entenderían los
les puros”, se ha convertido siguientes hechos:
(a lo mejor sin merecerlo) en
el autor de la historia de la Ante todo, ni en el “Broadening”
disciplina de las relaciones in- ni en su artículo dentro de
ternacionales más leído por Critical Security Studies se en-
el gran público. Su visión rea- cuentran referencias a Linklater,
lista, asumida en el mundo de y existe sólo una referencia a
las variables culturales, cons- Cox48 y una a Ashley.49 Tampo-
tituye sin duda un elemento co existen referentes a Haber-

47
Osiander, Andreas, “Sovereignty, International Relations, and the Westphalian Myth”, en
International Organization, vol. 55, No. 2, Spring, 2001, pp. 251-288.

48
Krause y Williams, Critical Security Studies, op. cit., p. xi, “Preface”.

49
Ibid., p. 41.

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30 DIEGO CARDONA CARDONA

mas, una de las fuentes más zos de los años noventa, estaba
importantes de la teoría crítica claro para los no neorrealistas
en las ciencias sociales. Este que la seguridad es parte de las
hecho es de por sí inexplicable: relaciones internacionales, como
o bien es intencional, o bien pro- disciplina, y que éstas a su vez
viene de la circunstancia de que son parte de las ciencias socia-
nuestros dos autores no cono- les. También es claro que en di-
cen los estudios más radicales chas disciplinas la teoría crítica
de origen alemán y sus expresio- tiene una connotación muy pre-
nes derivadas en Reino Unido o cisa que refiere a la Escuela de
en Estados Unidos. Esta particu- Fráncfort y sus derivaciones más
laridad es doblemente significa- importantes. Por ello resulta inex-
tiva si entendemos, como ellos plicable la banalización del termi-
mismos afirman, que su artículo no por parte de Krause y Williams.
de 1996 (el “Broadening”) es ante
todo una revisión bibliográfica Sabemos que la teoría crítica,
sobre los temas de la seguridad desde la Escuela de Fráncfort
y las alternativas más relevantes hasta Ashley, toma como referen-
frente al neorrealismo. Se trata, te el estudio de las estructuras
sin duda, de una deficiencia de sociales que producen una situa-
enormes proporciones. ción dada, incluidos los dictados
sobre la seguridad. Pero a dife-
En segundo lugar, ellos mismos rencia de Krause y Williams, no
afirman que la adenda “críticos” se limita a un examen ‘imparcial’
a la expresión estudios de segu- de las condiciones que dieron
ridad implica (según ellos) más origen a una institución; por el
una orientación de la disciplina contrario, toma partido en un
que una etiqueta teórica.50 De sentido, sin duda, derivado del
acuerdo con ello, se estaría uti- marxismo, es decir, de una ma-
lizando la expresión referida nera militante. Contiene un apor-
como una crítica al neorrealismo; te de interés a la ampliación de
pero no se trata de seguir la tra- los estudios sobre seguridad,
dición de la teoría crítica en las cuando afirma que “el conoci-
ciencias sociales. Dicho sea de miento está condicionado por
paso, desde Haftendorn y Kat- condiciones históricas y mate-
zenstein, es decir, desde comien- riales”. 51 La diferencia entre

50
Ibid., pp. x-xi, “Preface”.

51
Este argumento se encuentra ya en Marx, en sus Escritos sobre Feuerbach y en La ideología
alemana. Incluso en un sentido no marxista fue desarrollado por Durkheim en sus estudios
sobre la religión. El materialismo cultural y los excelentes escritos del antropólogo Marvin
Harris sobre la relación entre medio ambiente, trabajo, producto y mitos y religiones va en la
misma dirección. Luego, no se trata sólo de un argumento exclusivo de autores marxistas.
Véase también, Devetak, Richard, “Critical Theory”, en Burchill, Scott y Linklater, Andrew
(edits.), Theories of International Relations, New York, St. Martin’s Press, 1996, p. 146.

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HASTA DÓNDE LLEGA LA SEGURIDAD 31

Krause y Williams y la teoría crí- bien lo precisó Habermas. Y


tica es que esta última está siem- aquí, justo es reconocer, existen
pre a la búsqueda del análisis de algunos paralelismos parciales
las contradicciones internas de (sólo ello) entre la teoría crítica
una situación dada, con miras a y el constructivismo.
explorar las condiciones por las
cuales puede producirse lo que Finalmente, un aspecto central de
ellos denominan un proceso de la teoría crítica lo constituye la
emancipación frente al proble- distinción de Linklater entre las
ma. Una visión tan activa y mili- cuatro clases de racionalidad de
tante no se encuentra en los las relaciones internacionales:
escritos que analizamos.
• Racionalidad técnica-instru-
Incluso, si en relación con la teo- mental, que corresponde, en
ría crítica nuestros autores hubie- general, a medios con arreglo
ran tomado un poco más de un a un fin y al dominio del Homo
autor como Cox, necesariamente faber sobre la naturaleza. Cu-
hubieran considerado que las es- riosamente, en las relaciones
tructuras sociales (y, por ende, las internacionales (y, por ende,
estructuras internacionales y las en los temas de la seguridad)
de seguridad) tienen una existen- coincide en muchos puntos
cia de naturaleza intersubjetiva: con el funcionalismo.
hay una realidad ciertamente (no
como la planteaba la filosofía • Racionalidad estratégica, que
marxista clásica, fuera del sujeto se identifica con las posicio-
e independiente de éste); sin em- nes del realismo y el neorrea-
bargo, los sujetos no pueden ac- lismo. No en vano los estudios
tuar sin un sentido de realidad. estratégicos se encuentran en-
Esta hermenéutica de la relación tre estos parámetros.
sujeto-objeto-otros sujetos, más
allá de las concepciones sujeto- • Racionalidad diplomática o
objeto de Husserl, constituye negociadora, que corresponde
uno de los ejes de la teoría críti- sin duda más al neoliberalis-
ca.52 El sentido de esa hermenéu- mo institucional, a la forma-
tica es “cambiar el mundo”, ahí ción de regímenes y a las
sí, por una actividad subjetiva e negociaciones, en especial, de
intersubjetiva, pero que no se carácter multilateral. Pero el
limita sólo a la precariedad de Estado continúa siendo el
las fuerzas productivas, como punto focal.

52
Véase como punto de partida el excelente artículo de Devetak, op. cit., p. 158.

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32 DIEGO CARDONA CARDONA

• Racionalidad ética, identifica- examinan cerca de veinte auto-


da con lo apropiado en el res relevantes. Krause ha efec-
mundo de los principios, y no tuado al respecto un cortísimo
en el de los instrumentos. análisis (el único de su carrera
Hablaríamos de alguna forma hasta el momento),53 a raíz de
del deber-ser, de una crítica la aparición del libro de Moham-
profunda de las realidades med Ayoob,54 a mediados de los
(instrumental, estratégica o años noventa. De momento, val-
diplomática), y no sólo de una ga sólo consignar dos argumen-
adaptación a ellas. Por ello es tos de importancia en Krause al
inconforme y, si se quiere, respecto (siempre en relación
‘subversiva’. con Ayoob).

Dicha clasificación de Linklater, En primer lugar, la distinción


siguiendo a Habermas, constitu- analítica entre amenazas y pro-
ye uno de los ejes de la teoría blemas, la cual tiende a ser flui-
crítica que, en este sentido, es
da e incluso a desaparecer en
mucho más radical que el pro-
algunos autores del llamado ter-
grama de Krause y Williams.
cer mundo. Es importante la
manera como Krause ve las ba-
Los problemas ses de dicha distinción: no se
trata del peso que tiene en el
del ‘tercer mundo’ bienestar o la supervivencia de
la gente, sino en la distinción
El autor del presente artículo, y analítica pertinente para los es-
como parte de un libro sobre el tudios de seguridad.55 Esta dis-
cual trabaja en la actualidad, pre- tinción es de suma importancia,
para un capítulo particular sobre porque en Krause un problema de
las concepciones de la seguridad bienestar o su ausencia, si bien
desde el tercer mundo efectua- puede llegar a causar cientos o
das por autores que han escrito miles de afectados directos o in-
recientemente en América Lati- directos, no sería considerado
na, Asia y África, respecto a los como un problema de seguridad;
temas de seguridad de sus res- por lo menos es lo que se des-
pectivas regiones. En éste se prende de su argumento central.

53
Krause, “Theorizing Security, State Formation and the ‘Third World’ in the Post-Cold World”,
en Review of International Studies, vol. 24, No. 1, January, 1998.

54
Ayoob, Mohammed, The Third World Security Predicament. State Making, Regional Conflicts
and the International System, Boulder, Lynne Rienner, 1995.

55
Krause, “Theorizing Security, State Formation and the ‘Third World’ in the Post-Cold World”,
op. cit., p. 127.

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Pero aceptando que tanto Ayoob jantes, y problemas de la mis-


como Azar56 difieren de esa con- ma naturaleza.
cepción, está enunciando una
diferencia importante entre la • Porque establece aspectos di-
manera como dichas materias se ferenciales que en el trata-
ven en el mundo desarrollado y miento de los problemas de
como se pueden apreciar desde la seguridad pueden ser com-
el mundo en desarrollo. plejos.

En segundo lugar, las relaciones • Por la ‘guetización’ de los ar-


entre Estado y sociedad. Por un gumentos al respecto, que
lado, Krause reconoce que en suponen que existen una
ciertas circunstancias los Esta- mentalidad, unos problemas
dos de la región pueden conver- y una metodología del tercer
tirse en una fuente de amenaza mundo que no puede cambiar
para los asociados, sea a título o interactuar con otras.58
individual o colectivo (grupos
humanos). Por otra, parece com- En cualquier caso, la reflexión
partir la posición desde la cual sobre el asunto lleva a Krause a
se ve al Estado, en ocasiones, concluir que los estudiosos del
como el único capaz de garanti- tema de la seguridad deben con-
zar la seguridad y el bienestar de centrarse en las tres dimensio-
ciertos pueblos y culturas.57 nes de la relación entre seguridad
y violencia organizada o no:
En tercer lugar, el autor se opo-
ne a la reificación de la catego- • Las amenazas provenientes de
ría tercer mundo, por varias unos Estados contra otros.
razones:
• Las que algunas instituciones
• Porque conlleva una indistin- y la violencia organizada (for-
ción por parte del mundo de- mal o no) plantean para los
sarrollado que supone que el Estados y los regímenes.
rótulo tercer mundo agrupa
indistintamente a todos los • Las amenazas que plantean
Estados en desarrollo, con para los ciudadanos y la so-
conflictos comunes o seme- ciedad aquellos que contro-

56
Azar, Edward E. y Moon, Chung-In (edits.), National Security in the Third World. The
Management of Internal and External Threats, College Park, The University of Maryland Press,
1988.

57
Krause, “Theorizing Security, State Formation and the ‘Third World’ in the Post-Cold World”,
op. cit., p. 130.

58
Ibid., p. 133.

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34 DIEGO CARDONA CARDONA

lan en un momento dado los mostrar las circunstancias en


medios de la violencia (de medio de las cuales surgió y evo-
manera legal o no). lucionó este concepto. Se pre-
gunta el autor, no sin cierta
El argumento central de Krause razón, por los factores que hi-
es que quizá no sea tan perti- cieron surgir esta teoría como
nente entrar a estudiar con de- uno de los esquemas dominan-
talle los temas del mundo en tes de la seguridad de finales del
desarrollo como algo separado del siglo XX (y comienzos del XXI).
mundo desarrollado, y que las Así es como Krause dedica es-
amenazas que pesan sobre di- pacios al examen del informe del
chos países y sociedades no PNUD sobre el desarrollo huma-
son cualitativamente diferentes no de 1994 y a la influencia del
a las que se ciernen sobre el res- concepto y las relaciones entre
to del mundo. seguridad y desarrollo. Minimi-
za al mismo tiempo la influen-
cia puramente académica sobre
El análisis de la la realidad, y encuentra en la se-
seguridad humana guridad humana la virtud de ha-
berse iniciado en el mundo de
lo político internacional, más
Ya habían anunciado Krause y concretamente de una organiza-
Williams, en su artículo de 1996, ción internacional, y no en el
lo que más tarde sería una críti- mundo de una ONG o de un Es-
ca a algunos aspectos relaciona- tado.60 Por razones que sería in-
dos con la seguridad humana. teresante entrar a indagar no
Veamos el avance en esta direc- examina como debiera los ante-
ción, que proviene de dos fuen- cedentes conceptuales de la se-
tes diversas: por una parte, la guridad humana, como sí lo hace
evolución del concepto y, por Rioux, el editor y director del li-
la otra, la evolución misma del bro en el cual se encuentra el
pensamiento de Krause. artículo comentado.

Ante todo, si las condiciones de Sin embargo, Krause le otorga al


surgimiento de una teoría sobre concepto de seguridad humana el
seguridad son fundamentales valor indudable de poner sobre el
para su comprensión, el artícu- tapete el tema de la seguridad “de
lo sobre la seguridad humana59 los ciudadanos” dentro de cada
dedica una parte sustancial a Estado.61 Tal vez quería referirse

59
Krause, “Une approche critique de la sécurité humaine”, op. cit.

60
Ibid., pp. 76 y 77.

61
Ibid., p. 79.

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a la totalidad de los habitantes de En ese sentido, Krause muestra


un Estado, o de todos los Esta- agudeza y ausencia de ingenui-
dos, y no solamente a quienes tie- dad al formular la pregunta, y
nen la calidad de ciudadanos es interesante la respuesta par-
(luego, también a los menores, cial proporcionada por el hecho
los que han perdido la ciudada- de que el origen mismo del con-
nía por alguna razón, o a los ex- cepto lo sitúa más allá de los
tranjeros que habitan dentro del intereses estatales, es decir,
territorio). Tendríamos aquí un supera los intereses estrechos
lapsus propio de la bibliografía de de la política exterior de uno o
la época de la revolución france- de varios países, asunto de por
sa, y con seguridad no una afir- sí importante. Por otra parte, la
mación intencional por parte de movilización también de otras
un autor que en sus conceptos organizaciones internacionales
es bastante contemporáneo. y de un grupo muy numeroso de
ONG,63 a la par del grupo de Es-
La otra pregunta que Krause se
tados que conforman la red de
hace, no sin razón igualmente,
seguridad humana, sería otro in-
es sobre si el concepto de “se-
dicio interesante de que estamos
guridad humana ha originado
aquí tratando con un concepto en
una práctica política realmente
varios sentidos diferente a los
‘crítica’, o si sólo significa una
serie de iniciativas astutas en tradicionales. Hace caer en cuen-
materia de política exterior, cuyo ta Krause del valor, sin duda de-
fundamento reposa en estrechos terminante, que tiene el hecho
intereses nacionales”.62 Esta pre- de “cambiar el sistema de refe-
gunta toca un tema de fondo: ¿la rencia conceptual, desde una
seguridad humana es sólo la preocupación exclusivamente
expresión de la política exterior orientada hacia la seguridad del
de algunos países o regímenes territorio, hacia una más amplia
políticos que han encontrado por relacionada con la seguridad de
esta vía un precioso instrumen- las personas”,64 y de las impor-
to para ejercer poder nacional e tantes implicaciones de esa va-
influencia o, por el contrario, el riación de enfoque.
concepto va mas allá de esta vi-
sión más cercana sin duda al rea- Sin embargo, adelanta ya lo que
lismo clásico? constituye su preocupación cen-

62
Ibid., p. 74.

63
Ibid., p. 82.

64
Ibid., p. 76.

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tral: el hecho de que se equipare ca una parte sustancial a “la


la seguridad con el desarrollo práctica de la seguridad huma-
durable o sostenible65 plantea, na”.67 Y allí es donde el autor
sin duda, algunos problemas en recalca el hecho de que el con-
la operatividad del concepto de cepto de la seguridad humana se
la seguridad humana. La no in- ha ido afinando o acotando. En
genuidad de Krause también nos efecto, tal conclusión se des-
hace caer en cuenta que algunas prende de que las prácticas es-
de las prácticas hoy reivindica- pecíficas contemporáneas del
das por la seguridad humana, concepto se refieren a: prolife-
como la lucha contra las minas ración de armas ligeras y porta-
antipersonales, son muy anterio- bles, el problema de los niños
res a la elaboración misma del en la guerra, la economía políti-
concepto.66 En esa misma línea, ca de los conflictos internos, la
el autor no extrae lo que podría rehabilitación posconflicto o el
ser una conclusión lógica: las Tribunal Internacional para juz-
aplicaciones más importantes gar los crímenes contra la huma-
del espíritu humanitario provie- nidad, entre otros;68 asuntos
nen de épocas muy antiguas e, todos ellos pertinentes para la
incluso en tiempos relativamen- situación de países con conflic-
te recientes, de la Fundación de tos difusos y persistentes. No
la Cruz Roja Internacional, y en obstante, al tiempo constata que
forma institucional de las cua- algunas de las propuestas inicia-
tro convenciones sobre el dere- les del informe del PNUD se han
cho internacional humanitario ido abandonando poco a poco
(DIH) de 1949, además de los dos en la práctica (por ejemplo, sa-
protocolos adicionales de 1977. lud o alimentación). 69 Así es
como el enfoque inicial, que ten-
Pero lo más interesante es el día a alinear el concepto con los
acento que pone el autor no en propósitos del desarrollo o los
la parte normativa, sino en las derechos humanos, se ha veni-
prácticas de la política interna- do reemplazando gradualmente
cional. ¿Se identifica aquí con la por “un vínculo más estrecho
Escuela de Copenhague? El he- con el control de armas y el des-
cho es que en este artículo dedi- arme, el mantenimiento y cons-

65
Ibid., p. 76.

66
Ibid., pp. 84-85.

67
Ibid., pp. 84 y ss.

68
Ibid., p. 86.

69
Ibid., pp. 86 y 87.

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trucción de la paz”.70 Sin decirlo Si el autor hubiera ido un poco


de esa manera, pues tendría aso- más lejos, hubiera matizado y afi-
ciaciones formalistas, quizá la nado su argumento, al constatar
seguridad humana en su prácti- que son las políticas exteriores
ca más reciente se acerca a los de países medianos y pequeños
grandes temas del DIH. los que mejor han acogido hasta
el momento al concepto de la se-
Sin embargo, nos encontramos guridad humana, mientras que en
con una curiosa paradoja, ya otros países con políticas claras
enunciada de alguna manera en de poder (como Estados Unidos,
Critical Security Studies:71 el Francia, Rusia, China o India) este
hecho de que “la elaboración de concepto no ha encontrado bue-
iniciativas hacia una política na tierra en el cual florecer. Ello
concreta, ha estado en buena indica que la seguridad humana
medida generada por los Estados puede, sin duda, obedecer en cier-
o las organizaciones internacio- tos momentos a los intereses de
nales, más que por la sociedad las políticas exteriores de algunos
civil; se trata así, de un discurso países, pero, al tiempo, está más
Estato-céntrico” (en la prácti- allá de las simples políticas de
ca).72 En efecto, Krause constata poder (se tengan o no los medios
que pese a los discursos en la para llevarlas a cabo).
materia, un “nuevo multilateralis-
mo” que permita asociar a la so- Otro aspecto importante en
ciedad civil, a más de los Estados Krause es el hecho de reconocer
y las organizaciones, tiene toda- que la doctrina de la soberanía
vía un carácter bastante superfi- absoluta de los Estados puede
cial.73 En la realidad, algunos haber conducido a crímenes y tra-
Estados (como Canadá, Noruega gedias. Pero es claro en afirmar
o Suiza) han encontrado en el con- que “sería falso decir que todos
cepto de seguridad humana un los males serán abolidos gracias
mecanismo para expresar sus a la aceptación de un derecho
propios intereses y para abrirse generalizado de intervención
espacios internacionales.74 humanitaria (multilateral o de otro

70
Ibid., p. 87.

71
Krause y Williams, Critical Security Studies, op. cit.

72
Krause“Une approche critique de la sécurité humaine”, op. cit., p. 95.

73
Ibid., p. 96.

74
Ibid., p. 92.

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38 DIEGO CARDONA CARDONA

tipo)”.75 Es éste un aspecto de ex- sobre los temas de la seguridad


traordinaria importancia, porque podemos hacer hincapié en la
el extremo en esta materia es el importancia de:
abuso del derecho de injerencia,
como si se tratara éste, y única- • Ampliar los ámbitos de aná-
mente éste, de la base de solu- lisis, más allá de la seguridad
ción de los grandes males del nacional y la internacional.
desarrollo económico, social o Los intentos de carácter re-
político. Sin que el autor lo men- gional y los cruces de ámbi-
cione, la situación de Haití, tos van en esa dirección.
Somalia, Ruanda o Burundi, para
sólo citar algunos casos continua-
• Ampliar igualmente los estu-
mente fallidos, muestra las limi-
taciones de las “intervenciones dios, para considerar la per-
humanitarias”. El caso de Kosovo, tinencia de los temas de la
exitoso sin duda, sería la otra cara seguridad económica y la am-
de la moneda en esta materia. biental, la identidad societal
y las migraciones, en las con-
Por ello, el control de los fuertes76 sideraciones de la seguridad.
(¿por parte de quién? ¿Los Esta-
dos? ¿Las organizaciones interna- • Examinar en cada caso, cui-
cionales?) aparece como un dadosamente, la pertinencia
aspecto fundamental para garan- de un razonamiento específi-
tizar los propósitos de la seguri- co para la seguridad del ter-
dad humana. En ese sentido,
cer mundo (en ocasiones,
estamos todavía muy lejos del
pero no siempre justificada).
abandono de los monopolios le-
gítimos de la fuerza en manos de
ciertas Organizaciones o Estados. • Analizar los límites del neor-
realismo, que se ven mejor
enfocados en los estudios
A manera de sobre seguridad, desde una

conclusión: ¿cómo perspectiva crítica (sea la de


la teoría crítica, la de la Es-
nutrir un programa cuela de Copenhague o el
constructivismo).
de estudios sobre
• Aceptar que a los autores pa-
seguridad? rece interesarles más las
prácticas de seguridad (irían
Del análisis de los textos más en la dirección no institucio-
relevantes de Krause y Williams nal de Waever o parcialmente

75
Ibid., p. 97.

76
Ibid.

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Buzan). Sin embargo, los gran- encarnar en ‘prácticas’ (aquí


des logros de la seguridad hu- linda Krause con la teoría crí-
mana en esa misma práctica tica y con el constructivis-
tal vez provienen de la activi- mo). En efecto, con alguna
dad diplomática de los Estados afinidad con la teoría crítica
y las organizaciones interna- de mediados de los años no-
cionales. En cualquier caso, la venta, este autor se define
mezcla entre los aspectos desde el 2000 como cons-
prácticos y los institucionales tructivista por convicción,
evidencia ser el camino que metodología y compromiso
estos autores señalan. político. Ello explica quizá
que en la actualidad dirija el
• Asumir que no existe un más importante programa del
recetario o un programa autó- mundo sobre control de ar-
nomo; beben de varias fuen- mas pequeñas y portables.
tes doctrinales y prácticas.

• Tener en cuenta que la am-


Bibliografía
pliación de los estudios so-
Allison, Graham y Zelikow, Philip,
bre la seguridad no debe
The Essence of Decision.
hacernos olvidar que su cam- Explaining the Cuban Missile
po debe precisarse para que Crisis, Nueva York, Longman,
tenga capacidad explicativa y 1999.
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de identificarse seguridad Ayoob, Mohammed, The Third
con desarrollo; no todo es World Security Predicament.
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flicts and the International Sys-
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1995.
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las particularidades propias Azar, Edward E. y Moon, Chung-In
de cada institución de segu- (edits.), National Security in the
ridad y para tratar de encon- Third World. The Management
trar por qué existe como tal. of Internal and External Threats,
En esa dirección, la facultad College Park, The University of
explicativa de los estudios Maryland Press, 1988.
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