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En decir, la violencia padecida por las mujeres tiene sus raíces en este sistema desigual,
naturalizado en el hogar. En Colombia, de acuerdo con Medicina Legal, solo en enero de
2020, se presentaron 7.286 casos de violencia de pareja, de los cuales, 6.253 mujeres
fueron víctimas. Dicho sistema genera una especie de adoctrinamiento que termina por
ser replicado y defendido por los individuos y a veces encarnado en las mismas mujeres.
Esta sentencia, no solo reconoció los antecedentes de violencia física, verbal y psicológica
padecida por la víctima, sino la responsabilidad del comandante de la estación al tolerar,
no corregir, ni sancionar el comportamiento violento de su subalterno, en razón de
estereotipos de género, que desembocaron en el feminicidio de su pareja. Lo cual,
evidenció la responsabilidad del Estado y el deber de formar y sensibilizar a la fuerza
pública en perspectiva de género y derechos humanos.
Es por ello, que, ante los casos de abuso denunciados, resulta imperativo una reforma
estructural a las instituciones que conforman la fuerza pública, que modifique -además de
los sistemas de reclutamiento, entrenamiento y sanción- la ambigüedad existente entre el
deber que poseen dichos entes como cuerpo civil de protección a los ciudadanos y la
defensa de la seguridad nacional, que se ha caracterizado por alimentar un perfil
militarista que sistemáticamente termina por violentar los derechos humanos. Hay que
exigir mayor compromiso institucional en el desarrollo de políticas que permitan romper
los paradigmas y los estereotipos de género al interior de la fuerza pública, para garantizar
que los abusos no sean repetidos, que los casos de violencia intrafamiliar sean atendidos y
sancionados como corresponde. Avanzar no solo en materia normativa, sino también en la
transformación cultural necesaria para que podamos consolidar un territorio en el que las
mujeres dejemos de pagar con nuestros cuerpos y almas las consecuencias de la guerra y
de la incapacidad del Estado para garantizar nuestro derecho a una vida libre de
violencias.