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OPINION DOCUMENTADA

ALUMNA: MERINO NEYRA ELIZABETH


Generalmente para un procedimiento quirúrgico se debe realizar cuidadosamente
la historia clínica, evaluando posibles comorbilidades y antecedentes de
importancia en el paciente que puedan tener algún efecto negativo en el proceso
quirúrgico.
La anestesia en pacientes quirúrgicos suele ser endovenosa o inhalatoria, además
de utilizar opiáceos y relajantes musculares; en los pacientes con enfermedad
hepática se ve afectado el metabolismo hepático, y muchos fármacos que se
administran son metabolizados por el hígado, por eso la importancia de escoger
adecuadamente el fármaco, en este caso el fármaco anestésico que se puede
utilizar es Propofol o sevoflurano, pero no halotano; opiáceos y benzodiacepinas
no se puede utilizar morfina o midazolam, ya que al tener metabolismo lento de
estos fármacos pueden causar depresión neurológica prolongada y en
consecuencia puede provocar una encefalopatía hepática, en estos pacientes se
recomienda remifentanilo y como relajante muscular se puede utilizar atracurio o
cisatracurio ya que estos no se metabolizan ni en el riñón ni en el hígado.
Se debe tener cuidado en que pacientes con cirrosis hepática los anestésicos
disminuyen el flujo sanguíneo esto genera hipotensión, hemorragia por lo que se
recurre a fármacos vasoactivos lo que puede llevar a una lesión isquémica del
hígado. Cuando la cirrosis está avanzada también puede producirse afección
pulmonar considerándose un paciente de Vía aérea difícil.
Para evaluar el riesgo quirúrgico de un paciente cirrótico se debe tener en cuenta
3 puntos principales: Valorar la función hepática, Urgencia del procedimiento y tipo
de procedimiento; la hipertensión portal es el factor de riesgo de mortalidad.
Si el paciente esta clasificado en ASA mayor a V su riesgo es muy elevado 50 –
100 % por lo que debe evaluarse otras posibilidades terapéuticas, explicándose
todos los riesgos con la familia y el paciente.
En caso de una cirugía abdominal que es el tipo de procedimiento mas frecuente
en estos pacientes, se debe optar por procedimientos mínimamente invasivos
(Cirugía laparoscópica) ya que esto disminuye la mortalidad y morbilidad.
Estos pacientes también pueden presentar alteraciones de la coagulación y de la
función plaquetaria, se recomienda trasfundir plaquetas cuando su valor en
<50000 p/uL, en caso de insuficiencia renal se puede administrar desmopresina,
suelen tener déficit de vitamina K para ello se puede administrar 10 mg de
Vitamina K por día por 3 días seguidos, la transfusión sanguínea se recomienda
cuando el INR > 1.5.
Algunas recomendaciones específicas, en caso de algunas complicaciones de la
cirrosis hepática: En Ascitis realizar paracentesis y descartar presencia de
peritonitis bacteriana espontánea, en caso de encefalopatía hepática administrar
lactulosa para que realice como mínimo 2 – 4 deposiciones diarias, si persiste
administrar rifaximina, si hubiera Varices esofágicas se recomienda ligadura
endoscópica.
En el cuidado postoperatorio se debe vigilar al paciente para optimizar su
nutrición, sin restringir las proteínas, iniciar vía oral lo antes posible, dieta
hiposódica, evitar fármacos hepatotóxicos o nefrotóxicos, iniciar lo más pronto
posible tratamiento profiláctico para trombosis venosa profunda y mantener un
correcto balance hidroelectrolítico (evitar exceso o déficit de líquidos) para evitar
edemas, ascitis o incluso insuficiencia renal.
BIBLIOGRAFÍA:
- Óscar Santos Sánchez, M. EVALUACIÓN DEL RIESGO QUIRÚRGICO EN
PACIENTES CON CIRROSIS HEPÁTICA. Asociaciones Colombianas de
Gastroenterología, Endoscopia digestiva, Coloproctología y Hepatología.
Rev Colomb Gastroenterol / 33 (4) 2018

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