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HORA DE JUEGO DIAGNÓSTICA1


Autora: Lic. Silvina Cohen Imach

1- CONCEPCIÓN DE JUEGO

El juego, desde la Filosofía, en sus formas más sencillas y hasta dentro de la vida animal, es
algo más que un fenómeno puramente fisiológico. El juego, en tanto tal, afirma Huizinga
(1968), llega a constituirse en un fenómeno que ha de ser analizado en forma global, desde
lo histórico, lo cultural, lo social y lo psicológico. Huizinga habla del hombre como "homo-
ludens", es decir, que es la característica principal del ser humano.
El jugar, sostiene este autor, es ante todo una actividad libre. "El juego por mandato no es
juego. Además, es diferente a la vida cotidiana; más bien consiste en escaparse de aquella"
(p. 21). El juego tiene ritmo y armonía, es orden y crea un orden; es una representación, una
figuración de la realidad. Todo niños que juega, dice Freud, se comporta como un poeta,
pues crea un mundo propio, nuevo y diferente, o mejor dicho, inserta las cosas de su mundo
en un nuevo orden que le resulta satisfactorio. No es que el juego sea pura diversión; por el
contrario, el niño lo toma muy en serio, por lo cual "no es la seriedad el opuesto al juego,
sino la realidad efectiva" (Freud, S., 1908).
Pero, ¿qué nos dice la Psicología acerca del juego? ¿Cómo interpretamos el juego de un
niño?, ¿Cuáles son los mecanismos psicológicos que llevan a un niño a jugar? Quien nos
abre el camino para analizar el juego en el niño es Sigmund Freud, en su artículo "Mas allá
del Principio del Placer" (1920). También son importantes las concepciones de Anna Freud,
su hija, primero en Viena y luego en Estados Unidos; la posición de M. Klein, en Inglaterra,
y Arminda Aberastury en Argentina; la concepción de Winnicott, también en Inglaterra y
Piaget, en Suiza.

2.1. Concepción de juego de Freud


La teoría que nos propone Freud para entender el juego de un niño es la denominada
teoría traumática. Es decir, que el niño al jugar elabora situaciones dolorosas, que son
inadmisibles para el yo. El chico mientras juega también canaliza tendencias, por lo cual un
niño que juega, reprime menos.
Freud describe allí la actividad lúdica de un niño de 18 meses, que arrojaba todos los
juguetes lejos de él. Una vez, presenció el juego de ese niño con un carretel de madera atado
con un piolín. El juego consistía en arrojar el carretel (al que seguía sosteniendo por el
piolín) tras la baranda de su cunita; y después, tirando del piolín, volvía a traer el carretel. El
primer movimiento iba acompañado por un "Oh...", al que Freud interpretó como "fort", que

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Clase Teórica Cátedra Teoría y Técnicas de Exploración psicológica (Niños) Fac. de Psicología UNT.
Disponible en pagina Web de la Cátedra.

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en alemán significa "se fue", y el segundo movimiento era acompañado por un "Ah..." o
"da", que significa "acá está".
El juego completo era pues hacer desaparecer y luego aparecer el objeto. Freud
interpreta que ante la angustia que le causa la partida de la madre, el niño la compensa
escenificando con los objetos que tiene a su alcance: desaparece y aparece.
Si bien sabemos que este en artículo en realidad Freud está más preocupado por
describir el mecanismo de la repetición y el "más allá del principio del placer" que por la
actividad lúdica del niño, de este juego, Freud concluye que:
1- Freud descubre a través de este juego algo esencial: que el niño repitió en el juego
una impresión desagradable, repetición que iba asociada a una ganancia de placer
de otra índole (lo que Lacan llamará Goce).
2- Si bien en el juego el niño fue pasivo, o afectado por la situación, ahora se pone en
un papel activo, repitiendo la escena a pesar de ser displacentera, quizás,
justamente, para apoderarse de esa situación.
3- Según Freud, el acto de arrojar el objeto, "para que se vaya", quizás corresponda a
la satisfacción de un impulso reprimido por el niño de vengarse de la madre por su
partida. Es como si dijera "no te quiero más, yo mismo te hecho". En realidad estas
dos interpretaciones remiten a lo mismo.
4- Afirma que el juego del niño está presidido por un deseo dominante: el de ser
grandes y adultos, y poder hacer lo que la gente grande hace.

En síntesis, que Freud nos aporta la siguiente concepción de juego:


1- El juego es una actividad simbólica, en la medida en que el niño escenifica la
desaparición y el retorno de la madre de una manera distinta a la real.
2- El juego supone una elaboración (aspecto elaborativo), ya que mediante el juego el
niño intenta dominar una situación conflictiva, desagradable, haciendo activo aquello
que se sufrió pasivamente (teoría traumática).
Así, el juego va a aparecer cuando sea posible la simbolización. Al igual que la palabra,
ambos constituyen símbolos, en tanto representan a otra cosa.
Si bien Freud no profundiza sobre este tema, ni sobre el Psicoanálisis de niños, en general, a
través de "3 ensayos para una teoría sexual", "El caso Juanito" y esta concepción sobre el
juego, abre las líneas que luego serán retomadas por sus discípulos y otros que crearon sus
propias escuelas: Anna Freud, su hija, en Viena y luego en Estados Unidos; Melanie Klein,
en Inglaterra; Donald Winnicott, también en Inglaterra y Jean Piaget, desde la
Psicogenética, en Suiza. Arminda Aberastury, psicoanalista argentina, sigue la línea de M.
Klein.

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2.2. Concepción de juego de Anna Freud


Anna Freud, hija de Freud, es representante de la escuela Americana del
Psicoanálisis de Niños. Según esta autora, el tratamiento analítico con niños es diferente al
de los adultos, principalmente en su etapa inicial, ya que:
1- El niño no tiene Conciencia de enfermedad
2- No viene por propia decisión
3- No produce asociaciones verbales, faltando así el instrumento fundamental del
análisis de adultos.
Por esto, ella cree necesario idear un método que permitiese adaptar la técnica psicoanalítica
para el tratamiento de los niños. Para Anna Freud, estos obstáculos se salvan realizando una
labor previa, no analítica, la cual le brindará al niño Cc de enfermedad y deseos de modificar su
estado.
El análisis de niños, para esta autora, se asienta principalmente en la interpretación de los
sueños y ensueños diurnos y los dibujos. Hace restricciones a la utilidad del juego para el
análisis, afirmando que la actividad lúdica no tiene el valor de asociaciones verbales y que sólo
puede ser utilizada como una técnica auxiliar. Esto es así, según ella, ya que si bien el juego
permite esclarecer los impulsos del Ello, no nos permite ver cómo funciona el Yo. Anna Freud
pone el acento en los conflictos del desarrollo, trabajando más desde el Yo, dejando de lado el
Ello. Esta concepción del Psicoanálisis de Niños es una implícita respuesta a las concepciones
de Melanie Klein, con quien tuvo una larga polémica.
Sin embargo, también desarrolla su teoría sobre el juego, al que lo incluye dentro de una de las
líneas de desarrollo: "Desde el cuerpo hacia los juguetes, y desde el juego hacia el trabajo", y
concibe los siguientes momentos:
1- El juego comienza siendo una actividad que le produce al niño un placer erótico y le
compromete su propio cuerpo (boca, ojos, piel) (autoerótico) y el cuerpo de la madre,
sin una clara distinción entre Yo-no Yo.
2- Las cualidades del propio cuerpo o el de la madre son transferidos hacia algunas
sustancias suaves (pañal, ositos de peluche, colchita), que sirven de primer objeto de
juego.
3- Estos objetos libidinizados a veces son acariciados y a veces maltratados por el niños. A
través de ellos, el niño puede manifestar su ambivalencia, sin ser reprimido por ello.
4- Durante el día van desapareciendo estos objetos, pero continúan ejerciendo su función a
la hora de dormir. Estos objetos son reemplazados durante el día por otros juguetes más
alejados de esta carga objetal, pero igualmente sirven a las actividades yoicas y a las
fantasías subyacentes.

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5- La satisfacción que el niño encuentra al jugar va dejando lugar al placer por el producto
final de la actividad. Esto es un requisito indispensable para el buen rendimiento escolar
del niño.
6- Van apareciendo ciertas facultades: control, inhibición, utilización de materiales en
forma constructiva, tolerancia a la frustración y pasaje del Principio del Placer hacia el
Principio de Realidad; facultades que permiten el pasaje de la capacidad lúdica a la
capacidad laboral, a partir del período de latencia.
7- Luego aparecen los hobbies y los juegos estructurados.

2.3. Concepción de juego de Melanie Klein


A diferencia de Anna Freud, la técnica creada por M. Klein, para el análisis de niños, se basa
principalmente en el juego, como continuación de las investigaciones realizadas por Freud. Del
mismo modo, la capacidad de transferencia, también es espontánea en el niño. Esta capacidad
de transferencia es explicada por esta autora, por el hecho de que la ansiedad en el niño es muy
intensa, lo que pone en marcha la compulsión a la repetición. Esta repetición lo lleva al niño a
personificaciones y simbolizaciones en la que reedita sus primeras relaciones de objeto, que se
expresan en la transferencia y en sus juegos. Es decir que, la sustitución del objeto imaginario,
cuya pérdida es temida y sufrida, por otros objetos más numerosos y reemplazables, son las
bases para la actividad lúdica y la capacidad de transferencia.
Podemos sintetizar la concepción kleiniana del juego en los siguientes puntos:
1- El juego como lenguaje
2- El motor del juego
3- Juego y Aprendizaje
4- Juego y Ansiedad

1- El juego como lenguaje


En su libro "Psicoanálisis de Niños", M. Klein analiza el juego de un niño como lenguaje, y
señala su relación con los sueños: "El niño al jugar, señala esta autora, vence realidades
dolorosas y domina miedos instintivos, proyectándolos en el mundo exterior hacia los
juguetes". Mecanismo que la autora considera posible, ya que supone en el niño la
temprana capacidad en el niño para la simbolización. El juguete permite que el niño venza
el miedo a peligros internos, constituyendo así un "puente entre fantasía y realidad".
"El niño expresa sus fantasías, sus deseos y experiencias de un modo simbólico por
medio de juguetes y de juegos. Al hacerlo utiliza los mismos medios de expresión arcaicos,
filogenéticos, el mismo lenguaje que no es familiar en los sueños. Y sólo comprendemos
este lenguaje si nos acercamos al juego como Freud nos ha enseñado a acercarnos al
lenguaje del sueño. Por ello debemos tener en cuenta no sólo los simbolismos aislados que

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puedan surgir dentro del juego, sino todos los mecanismos y formas de representación
usados en el trabajo onírico" (Reynoso, 1980).
El análisis de niños nos muestra repetidamente los diferentes significados que puede tener
un mismo juguete o fragmento de juego, interpretado a partir de la singularidad de cada
niño y de la situación analítica global. Es por esto que la autora sostiene que el juego es el
mejor medio de expresión del niño, ya que jugando el niño habla y dice toda clase de cosas
que tienen el valor de genuinas asociaciones.
Así, si consideramos al juego como equivalente al sueño, podemos suponer que también
aquél es una manifestación del Icc, y que ha sufrido un proceso de transformación,
apareciendo ahora tras una fachada tal como la elaboración secundaria del sueño. Esto nos
lleva a pensar a la actividad lúdica como estructurada a partir de las leyes del Icc, a saber,
la condensación y el desplazamiento. Proceso de simbolización que consiste esencialmente
en ofrecer otro significante a lo imposible de nombrar.
Juego y palabra, ambos implican el reemplazo de un objeto inalcanzable, significante
primordial para el sujeto, perdido y originario del deseo, por otros más accesibles, que
encuentren con aquél alguna suerte de conexión asociativa. Es decir que el sujeto habla y
juega, recién cuando ha interiorizado al otro.

2- Motor del Juego:


La autora sostiene que detrás de toda forma de actividad lúdica existe un proceso de descarga de
fantasías de masturbación. Este proceso actúa como una compulsión a la repetición, y constituye
el mecanismo fundamental del juego infantil y de todas las sublimaciones siguientes. Sostiene,
además, que las inhibiciones en el juego surgen de una fuerte e indebida represión de aquellas
fantasías, y con ella se reprime toda la vida imaginativa del niño. Según Klein, las experiencias
sexuales están enlazadas con las fantasías de masturbación, y por medio del juego, el chico
logra su expresión y su catarsis.
3- Juego y Aprendizaje
Según Klein las fantasías son las que promueven el desarrollo del interés por el mundo
externo y el aprendizaje del mismo, y de ellas extrae la fuerza para buscar y organizar el
conocimiento del mundo. Por tal motivo, un niño que no juega, que tiene reprimidas sus
fantasías, tampoco logrará hacer un buen aprendizaje.
4- Juego y Ansiedad
Ya señalamos que por intermedio del juego el niño transforma experiencias dolorosas, sufridas
pasivamente, en activas y cambia el dolor en placer. Este placer que obtienen los niños mediante
el juego , no procede, entonces, sólo de la gratificación por el cumplimiento de sus deseos, sino
principalmente, por el dominio de la ansiedad que el juego ayuda a lograr. Sin embargo, la

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misma autora señala más adelante, que esto es así, mientras la ansiedad es latente. Pero cuando
se vuelve manifiesta, pone fin al juego.

2.4. Concepción de juego de Winnicott


Donald Winnicott, pediatra inglés, aporta dos conceptos esenciales para comprender el
juego del niño: el de objeto transicional y el de fenómeno transicional, los cuales van a
constituir las experiencias de juego en el niño. El objeto transicional es la primera posesión no-
yo; se trata de un fenómeno normal que permite al chico el pasaje de la relación con la madre a
las posteriores relaciones de objeto. Estas experiencias (uso de la frazada para acariciar su
rostro, chupeteo de la sabanita, etc.) complejizan las experiencias autoeróticas y van
acompañadas de fantasías. La relación con este objeto transicional se da en una zona intermedia,
que no es ni en el adentro ni en el afuera, pero tiene características de ambos. Afirma que el
juego es una experiencia siempre creadora, que se da en un continuo espacio-tiempo y es una
forma básica de vida. El juego, señala el autor, es satisfactorio cuando conduce un determinado
monto de ansiedad, pero cuando este se eleva, resulta insoportable y destruye al juego.
Así, la concepción de Winnicott puede ser resumida en los siguientes puntos:
1- El juego es un tema en sí mismo
2- El jugar en el Espacio y en el Tiempo
3- El juego como Salud
4- El proceso del juego

1- El juego es un tema en sí mismo: Lo primero que hace Winnicott es marcar la


diferencia con la concepción Kleiniana. Afirma que el psicoanálisis ha considerado al
juego estrechamente con la masturbación. Si bien en el juego, señala este autor, hay una
fantasía, una excitación, este debe ser estudiado como un tema en sí mismo y
complementario al concepto de sublimación.
2- El jugar en el espacio y el tiempo: El juego tiene un tiempo y un espacio. No se
encuentra "adentro" ni tampoco está "afuera". No forma parte del mundo interno, ni del
mundo no-yo. Winnicott postula que el juego se da en un espacio potencial, que se crea
entre el bebé y su madre, espacio que varía según las experiencias vitales de cada niño
con su figura materna. Este espacio potencial es opuesto al mundo interno y a la
realidad exterior.
3- El juego como salud: Winnicott afirma que lo universal es el juego, y corresponde a la
salud; facilita el crecimiento y la salud misma; conduce a relaciones de grupo; puede ser
un a forma de comunicación en psicoterapia; y el psicoanálisis lo convirtió en una
forma muy especializada al servicio de la comunicación consigo mismo y con los
demás.

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4- El Proceso del juego: Según Winnicott, "hay un desarrollo que va de los fenómenos
transicionales al juego, de éste al juego compartido y de él a las experiencias
culturales". Winnicott describe 4 fases en el desarrollo del juego:
1- Hay una fusión entre el niño y la madre. El bebé tiene una percepción subjetiva del
objeto y la madre intenta hacer real lo que el niño está dispuesto a encontrar. Es la
madre quien muestra al niño los juguetes.
2- Hay una visión más objetiva del objeto, siempre que haya una "buena madre", de
una figura materna en condiciones de participar de la escena. El objeto es
repudiado, reaceptado y percibido más objetivamente. Este proceso de
diferenciación requiere de una madre dispuesta a jugar, a participar y devolver lo
que se le propone. Ella se encuentra en un constante "ir y venir" que oscila entre lo
que el niño quiere que sea y, alternativamente, ser ella misma. Gracias a esto el niño
vive la experiencia de "control mágico", de omnipotencia, de confianza. En esa
confianza comienza el juego.
3- En esta etapa el niño puede encontrarse "solo en presencia de alguien. El niño juega
confiado en una presencia interna de la madre que recuerda después de haberla
olvidado".
4- El niño permite la superposición de dos zonas de juego y disfruta con ello. La
madre es quien primero juega con el bebé, tratando de adaptar su actividad de juego
al bebé. Luego introduce su propio modo de jugar, cuando el bebé está preparado
para aceptar o rechazar esta introducción. Queda así allanado el camino para "jugar
juntos en relación".

3. LA HORA DE JUEGO DIAGNÓSTICA


3.1. Definición y Objetivos
Tal como lo señalamos al comienzo de la clase, la Hora de Juego diagnóstica, constituye un
recurso o un instrumento técnico, que utiliza el psicólogo dentro del Proceso Psicodiagnóstico
de niños; técnica que se complementa con la Entrevista inicial con Padres, el registro de la
historia de vida del niño y otras técnicas proyectivas y/o psicométricas.
El objetivo de esta técnica es tomar contacto con el niño que nos traen a consulta y su
problemática. "Al ofrecerle al niño la posibilidad de jugar en un contexto particular, con un
encuadre dado, que incluye espacio, tiempo, explicitación de roles y finalidad, se crea un
campo que será estructurado básicamente en función de las variables de personalidad del niño"
(Efron y otros, en Ocampo y García Arceno, 1982). Decimos básicamente, porque seguramente
también influirá, aunque de manera controlada, las variables del psicólogo en el rol de
evaluador. Sabemos por su parte, que en esta hora, el niño expresará sólo un segmento de su
personalidad, reactualizando en el aquí y ahora sus fantasías, temores y deseos.

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La Hora de Juego se inscribe dentro de las técnicas proyectivas, ya que al jugar el niño proyecta
realidades que pertenecen tanto a su mundo interno como a su realidad externa. Así, el juego
constituye una verdadera creación simbólica , en tanto condensa en un espacio determinado,
diferentes elementos del pasado y presente de su vida; en este sentido; en este sentido, señala
Reynoso (1980), el juego nos descubre una historia.
Es importante realizar la diferencia entre hora de juego diagnóstica y la hora de juego
terapéutica, pues es muy común que se las confunda.
La primera supone un proceso, que tiene un comienzo, un desarrollo y fin en sí misma;
opera como una unidad y se la debe interpretar como tal.
La segunda, en cambio, es un eslabón más de un amplio continuo en el que van
surgiendo aspectos nuevos y modificaciones estructurales por intervención activa del terapeuta.
En general, la hora de juego diagnóstica va precedida por la entrevista inicial a padres,
donde el psicólogo elabora junto a los padres una consigna que darán al niño. Dado que pueden
intervenir diversos factores para que esta información llegue adecuadamente o no, se hace
necesario reformular al niño en el primer contacto, dicha consigna en forma clara y precisa.
En síntesis en esta primera hora el niño nos trasmite las fantasías Icc de enfermedad o el
motivo Icc por el cual es traído al psicólogo, y en algunos de los casos las fantasías de curación
(M. Klein) permitiendo esto al psicólogo valorar, de acuerdo al tipo y nivel de juego, la
gravedad o no de la sintomatología.

3.2. Sala de Juego y Materiales

- El consultorio debe permitirle al niño determinada libertad de movimiento, sin que ello
signifique la necesidad de un espacio demasiado amplio.

- El mobiliario debe ser adecuado: una mesa, dos o tres sillas, pizarrón). Es preferible que
el piso y las paredes sean lavables.

- Es conveniente la inclusión del diván, por si el niño quiere recostarse.

- También hay terapeutas que sugieren la posibilidad de que el niño juegue con agua. Al
comienzo se recomendaba, incluir en la misma sala una pileta con agua. Dadas las
condiciones actuales, en general, si bien se contempla la posibilidad de jugar con agua,
esta actividad es realizada en un lugar cercano al consultorio.

- En cuanto a los materiales, algunos autores señalan que los juguetes y otros elementos
deben estar expuestos sobre la mesa, al lado de la caja abierta. Otra postura (a la cual
adhiero), en cambio, señalan que deben estar dentro de la caja, y esta debe estar abierta.
Por su parte, el canasto o caja funciona muchas veces como otro elemento más para la
actividad lúdica del niño. Si bien Efron y otros (1982) señalan que los juguetes fuera de

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la caja evita el incremento de la ansiedad persecutoria que puede surgir en un primer


encuentro , frente a un continente-caja, desconocido cerrado, creemos que con abrir la
caja, esta ansiedad también se evita.

- Con respecto a los juguetes a incluir, hay diversas modalidades que responden al marco
teórico de cada terapeuta:
a) Erikson prefiere utilizar elementos estructurados o figurativos. Sostiene que los
elementos deben responder y discriminar las distintas áreas de la problemática del niño.
Por ello pondrá teléfono, revolver, muñecos, etc.
b) M. Klein utiliza material inestructurado, ya que considera que un elemento muy
determinado formalmente podría ejercer un efecto sugestivo en el niño, y con ello,
limitar la proyección. Por ello pone en la caja: piolín, aguja, papelitos, goma de pegar,
tijera, retazos de tela.
c) Efron y otros poseen un criterio intermedio, brindando al niño la posibilidad de elegir
entre el material estructurado y el inestructurado. Las autoras, postura a la cual
adherimos desde la Cátedra, incluyen el siguiente material:

- Hojas de papel,
- Lápiz negro y lápices de colores
- Crayones
- Tijera de punta redondeada
- Plastilina
- Goma de borrar
- Sacapuntas
- Goma de pegar
- Papel glacé
- Hilo piolín
- Muñecos
- Familia de animales salvajes y domésticos
- Autitos
- Avioncitos
- Platitos con tacitas
- Cubos
- Retazos de tela
- Pelota chica
- Es importante que el material esté en buen estado y sea de buena calidad, para evitar la
fácil rotura o deterioro del mismo, lo que causa culpa a los niños.

3.3. Consigna

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La consigna se da una vez que el niño ha entrado al consultorio, y el psicólogo


debe poner de manifiesto en forma breve y en lenguaje sencillo una serie de informaciones que
configuran la consigna:

- Definición de roles

- Limitación de tiempo y espacio

- Material a utilizar

- Objetivos perseguidos

La consigna es la siguiente: "Los juguetes que están dentro de la caja (o sobre la mesa) puedes
utilizarlos como quieras. Yo mientras observaré para conocerte y así poder ayudarte". M. Klein
recomienda también, al final de la sesión, recordar al niño día y hora del próximo encuentro.

3.4. Rol del Psicólogo


El rol del psicólogo dentro del contexto del Psicodiagnóstico, es más bien "pasivo", en
tanto funciona como observador, pero es también activo en la medida que formula hipótesis
sobre la problemática del niño.
El psicólogo debe registrar por escrito su observación: Secuencias lúdicas, gestos,
desplazamientos, dibujos, asociaciones verbales, etc.
Hay veces que los niños nos piden una participación activa en sus juegos, con un rol
complementario. En estos casos es necesario que sea el niño el que adjudique y caracterice el
rol, para que no interfiera las fantasías del terapeuta.
En algunas oportunidades también será necesario realizar señalamientos (explicitación
de aspectos manifiestos disociados) cuando se produzcan bloqueos o inhibición en el juego,
pero en ningún caso se deben hacer interpretaciones.

3.5. Cuestiones técnicas durante la hora de juego diagnóstica

- El niño quiere llevar a su casa algo de la caja

- El niño trae un juguete de su casa

- ¿Se debe reponer el material inicial?

- ¿Se debe reponer lo roto?

- Cuando el niño no quiere irse del consultorio

4. ANÁLISIS E INTERPRETACIÓN (CRITERIOS DE INTERPRETACIÓN)

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Efron y otras elaboraron una guía de pautas para analizar la hora de juego, las cuales
apuntan tanto a lo emocional como así también a lo madurativo del niño, que desde la Cátedra
resumimos en las siguientes:
1- Elección de juguetes y de juegos
a- Modalidad de Aproximación
b- Primer juguete elegido
2- Modalidad del juego. Creatividad
3- Capacidad simbólica. Personificación
4- Motricidad
5- Tolerancia a la frustración. Adecuación a la realidad

1- Elección de juguetes y de juegos


a) Modalidad de aproximación: Aquí se analiza el modo en que el niño llega a los
juguetes y comienza a jugar con ellos. Las autoras señalan que puede ser de la
siguiente forma:

- de observación a distancia (sin participación activa)

- dependiente (a la espera de indicaciones del entrevistador)

- evitativa (de aproximación lenta o a distancia)

- dubitativa (de tomar y dejar los objetos)

- de irrupción brusca sobre los materiales

- de irrupción caótica e impulsiva

- de acercamiento, previo tiempo de reacción y luego poder desarrollar la


actividad.
b) Primer juguete elegido: Es importante también analizar cuál es el juguete elegido
por el niño para establecer el primer contacto, y si este es acorde a su momento
evolutivo y qué tipo de conflicto trata de vehiculizar a través de él.
.
c) Observar si el juego tiene principio, desarrollo y fin, si es una unidad en sí
misma y si los juegos organizados a lo largo de la sesión corresponden al estadio de
desarrollo intelectual correspondiente a su edad cronológica.

- A los 3 años: juego egocéntrico, centrado en sí mismo. Puede pedir ayuda o


hacer preguntas al entrevistador acerca de los objetos, pero en general, no toma
al psicólogo como participante activo en el juego. Su juego no sigue ningún

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plan previo, es espontáneo y lábil. Pasa de un juego a otro sin terminar ninguno.
La atención se centra principalmente en la investigación del objeto, en sus
funciones y en el placer que le proporciona el ejercicio y el manipuleo de los
mismos. Restringido sentido de la realidad.

- De los 4 a los 7 años: hay una mayor aproximación a lo real, con creciente
preocupación por la veracidad de la imitación. Reconoce al otro como
copartícipe del juego, pidiendo al psicólogo que tome un rol activo en su juego.

- De los 7 a los 11 años: Comienzan los esbozos de reglas. Atribuye y asume


roles cercanos a la realidad (vendedor, maestra, etc.)
2- Modalidad de Juego. Creatividad:
A través del juego, el niño pone de manifiesto su capacidad simbólica. Cada niño
estructura su juego de acuerdo a una modalidad que le es propia. Entre dichas
modalidades , podemos detectar las siguientes:
a) Plasticidad: es cuando el niño expresa distintas situaciones con un criterio
económico. Esta plasticidad puede expresarse de distintas maneras:
1- Expresa la misma fantasía o defensa a través de distintos mediatizadores.
2- Expresa varias fantasías con varios mediatizadores
3- Manifiesta gran riqueza interna a través de pocos elementos; es decir que un
mismo objeto puede cambiar de función para vehiculizar diferentes
fantasías.
b) Rigidez: Es opuesta a la anterior. ES cuando se adhiere a ciertos mediatizadores
en forma exclusiva para expresar la misma fantasía. Esta modalidad tiene como
fin evitar la confusión y la desorganización de la personalidad. Es un juego
monótono y poco creativo.
c) Estereotipia y perseveración: Es una modalidad más patológica. Aquí se
manifiesta una desconexión con la realidad y la única finalidad del juego es la
descarga pulsional. Se repite una y otra vez y no hace lazo social. Es típico en
niños psicóticos y débiles orgánicos.

Creatividad: Crear es unir o relacionar diferentes elementos o elementos dispersos en


una estructura nueva y distinta. Esto supone un yo plástico, abierto a nuevas
experiencias y tolerante a la inestructuración del campo. La nueva configuración tiene
una connotación de sorpresa o descubrimiento para el niño, y se acompaña de un
sentimiento de placer. La creatividad es promotora del crecimiento y un incremento en
la capacidad de aprendizaje. El hecho de ser un proceso deliberado y al servicio del yo,
diferencia a la creatividad de la originalidad del psicótico.

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3- Capacidad Simbólica. Personificación:


El juego es una forma de expresión de la capacidad simbólica, y una vía de acceso alas
fantasías Icc del niño. El niño logra a través del juego la emergencia de sus fantasías, por medio
de objetos suficientemente alejados de la situación originaria (elaboración secundaria). Estos
objetos cumplen la función de mediatizadores.
En la capacidad simbólica no vamos a evaluar sólo la capacidad del niño para utilizar
símbolos, sino también la significación que se desprende de esta simbolización. Para ello, es
importante tener en cuenta, que si bien existe un significado universal para algunos símbolos,
estos siempre deben ser interpretados dentro de la situación global del proceso y dentro de la
historia personal de cada niño.
También sabemos que a medida que el niño crece, la distancia entre símbolo y lo
simbolizado va aumentando. Esto se da por la ganancia del principio de realidad sobre el
principio de placer, por lo cual las fantasías primarias tienden a ser cada vez más postergadas.
Así, es muy distinto el juego de un niño de dos años, que aún sigue las leyes de los procesos
primarios, con el de ocho, con predominancia del proceso secundario.
Este indicador nos permite evaluar:
1- La riqueza expresiva: capacidad del niño de buscar en su entorno elementos que
permitan vehiculizar su problemática.
2- La capacidad intelectual. Evaluar si manifiesta manejo de la realidad acorde a su edad
evolutiva.
3- La calidad del conflicto: Aquí se evalúa el contenido de la simbolización. Los símbolos
usados por el niño nos remiten a la comprensión del estadio psicosexual por el que
atraviesa. El niño puede vehiculizar fantasías de tipo oral, anal, fálica o genital.
Asimismo se debe indagar la intensidad del conflicto, siendo un índice importante la
reiteración de una determinada fantasía o de la forma de expresión.

Personificación:
Es la capacidad de asumir y adjudicar roles en forma dramática, capacidad que en cada
momento evolutivo adquiere características diferentes.
a) En niños pequeños se expresa de un modo inmediato, la realización de deseos. Asume
el rol de otro haciendo suyo el personaje temido o deseado.
b) En una etapa posterior la personificación se enriquece con figuras imaginarias (hadas,
monstruos, cucos), disociando y proyectando en estas figuras sus diferentes imagos. El
niño así, se somete, domina, ataca, es perseguido, etc. por estas figuras.

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c) En la latencia el niño comienza a personificar roles más definidos socialmente, con


menor expresión de la fantasía en función del incremento de la represión. Tiende a
jugar, por ejemplo al ladrón y al policía, a la maestra, al doctor, etc.
d) En la pre.pubertad, se ve una fuerte represión de la capacidad de personificación, por su
posibilidad de concretar sus fantasías.
e) En la adolescencia vuelve a resurgir la capacidad de adjudicar y asumir roles.
En general, la personificación posibilita la elaboración de situaciones traumáticas, el
aprendizaje de roles sociales, la comprensión del rol del otro y el ajuste de su conducta en
función a ello.
El análisis del contenido de la personificación, nos permitirá evaluar la calidad e intensidad de
las identificaciones, el equilibrio entre el Super-Yo, yo y ello.
Si durante la hora de juego el niño nos pide que asumamos determinado rol, debemos pedirle
que nos explique con claridad las características del rol adjudicado, para que responda a sus
propias fantasías.

4. Motricidad:
Este indicador nos permite ver la adecuación del desarrollo motriz del niño con la etapa
evolutiva por la que atraviesa. En cada período hay pautas esperables, que responden al grado
de maduración y desarrollo neurológico como así también a factores psicológicos, sociales y
culturales. Ya que consideramos que un manejo adecuado de las posibilidades motoras permite
un mayor dominio del mundo externo, es importante observar cuando este desarrollo se detiene
o presenta dificultades. Para ello vamos a registrar lo siguiente:
1- Desplazamiento geográfico del niño
2- Posibilidad de encaje
3- Alternancia de los miembros
4- Lateralidad
5- Movimientos voluntarios e involuntarios
6- Ritmo del movimiento
7- Hiperkinesia
8- Hipokinesia

5. Tolerancia a la frustración. Adecuación a la realidad:


Esta se detecta a través de la aceptación de la consigna, con las limitaciones que esta
propone: la puesta de límites, la finalización de la tarea. Y en el desarrollo del juego, en la
manera de enfrentarse a las dificultades inherentes a la actividad que se propone realizar.
Evaluar este indicador, nos permitirá hacer importantes inferencias diagnósticas, pero sobre

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todo inferencias pronósticas. Por ello es fundamental observar dónde pone el niño la fuente de
frustración: si deriva de su mundo internos (dibujar algo que no está a su alcance madurativo) o
en el mundo externo (desear algo que no está presente), así como la reacción frente a ella:
encontrar elementos sustitutivos (buena adaptación) o desorganizarse, ponerse a llorar (actitud
negativista).
Esta capacidad de tolerar la frustración está íntimamente ligada a la adecuación a la
realidad, es decir de adaptarse plásticamente a la realidad que le propone. Lo primero que
debemos observar aquí es la capacidad del niño para desprenderse de la madre, para entrar al
consultorio, demostrando comprensión y aceptación de la consigna. Esto también nos permite
evaluar posibilidades yoicas.
BIBLIOGRAFIA:

- ABERASTURY, A. (1984) Teoría y Técnica del Psicoanálisis de


niños. Buenos Aires: Paidos.
- COHEN IMACH, S (1989) Aproximación a una técnica psicodiagnóstica: la
Hora de juego en comunidades marginales y zonas urbanas de Tucumán.
Ficha de Cátedra Métodos y Técnicas de Exploración Psicológica II. UNT.
- FIGUEROA DE PUCCI, M. I. (1987) La hora de Juego Diagnóstica. Ficha de
Cátedra Métodos y Técnicas de Exploración Psicológica II. UNT.
- FREUD, S. (1908) El creador literario y el fantaseo. Buenos Aires: Amorrortu.
Editores
- FREUD, S. (1920) Más allá del Principio del Placer. Buenos Aires: Amorrortu
Editores.
- HUIZINGA, J. (1968) Homo Ludens. Buenos Aires: EMECE Editores.
- OCAMPO Y GARCÍA ARCENO (1982) Las técnicas proyectivas y el proceso
Psicodiagnóstico. Buenos Aires:
- REYNOSO, R. (1980) Psicopatología y Clínica Infanto-Juvenil. Tomo I.
Buenos Aires: Editorial de Belgrano.
- WINNICOTT, D. (1971, 1999) Realidad y Juego. Buenos Aires: Gedisa.

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