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VOLVIENDO A LA SENDA ANTIGUA


(Jeremías 6: 8-16)
(Jeremías 6: 8)
“Corrígete, Jerusalén, para que no se aparte mi alma de ti, para que no te
convierta en desierto, en tierra inhabitada”
Lo primero que Dios le dice al pueblo es “corrígete”.
¿Por qué Dios le pide al pueblo que se corrija? Porque los hijos de Israel
hicieron lo malo ante los ojos del Señor y sirvieron a dioses extraños, Israel se
había vuelto un pueblo rebelde y corrupto y se fueron tras la vanidad y se
hicieron vanos.
(Jeremías 6: 10)
“¿A quién hablaré y amonestaré, para que oigan? He aquí que sus oídos son
incircuncisos, y no pueden escuchar; he aquí que la palabra de Jehová les es
cosa vergonzosa, no la aman”
Podemos sentir la decepción del profeta; él habla, pero nadie escucha. Los
oídos de ellos no eran espirituales, sus oídos eran incircuncisos – y consideran
la Palabra de Dios como una cosa vergonzosa, es decir, como algo de que
sentirse apenados y no amaban la palabra de Dios sino que la despreciaban y
la evadían.

(Jeremías 6: 11 - 12)
11 “Por tanto, estoy lleno de la ira de Jehová, estoy cansado de contenerme;
la derramaré sobre los niños en la calle, y sobre la reunión de los jóvenes
igualmente; porque será preso tanto el marido como la mujer, tanto el viejo
como el muy anciano”
12 “Y sus casas serán traspasadas a otros, sus heredades y también sus
mujeres; porque extenderé mi mano sobre los moradores de la tierra, dice
Jehová”
Ya que el pueblo de Dios estaba lleno de opresión y maldad y no escuchaban
la palabra del Señor, Dios estaba lleno de ira contra ellos – y estaba cansado
de contenerse. Dios estaba decidido a derramar su ira sino se arrepentían.

El juicio vendría sobre Judá e impactaría a todos al rededor. Afectaría a


los niños, y a los jóvenes y a los viejos; tanto al marido como a la mujer.

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Veamos lo que estaban haciendo los hijos de Israel que habían encendido la
ira de Jehová (Jeremías 6: 13 - 16)
13 Porque desde el más chico de ellos hasta el más grande, cada uno sigue la
avaricia; y desde el profeta hasta el sacerdote, todos son engañadores.
Todos se habían corrompido, desde el más chico hasta el más grande. La
función del profeta era la de llevar el mensaje de Dios al pueblo, los
sacerdotes también tenían la función de enseñar al pueblo los mandatos de
Dios, pero tanto los profetas como los sacerdotes, eran engañadores, pues,
hablaban cosas al pueblo que Dios no había dicho. Ellos hablaban lo que el
pueblo quería oír, hablaban para su conveniencia.
14 Y curan la herida de mi pueblo con liviandad, diciendo: Paz, paz; y no hay
paz. ¿Cómo estaban curando aquellos pastores las heridas del pueblo? Con
liviandad, diciendo: Paz, paz; y no hay paz. Los profetas usaban palabras
suaves para confortar y calmar al pueblo cuando ellos debieron haber sido
advertidos y llamados al arrepentimiento.
Es decir que aquellos profetas y los sacerdotes no estaban hablándoles al
pueblo con la verdad, ellos sabían que el pueblo no estaba bien delante de
Dios, ellos sabían que había desobediencia en el pueblo, sin embargo ellos
callaban eso y engañaban al pueblo diciéndoles mentiras, ellos hablaban lo
que el pueblo quería oír.
Ellos decían: Paz, paz; y no hay paz: Estas eran las suaves palabras de los
falsos profetas, asegurándole a Judá que todo estaba bien cuando en realidad
no lo estaba. Ellos anunciaban paz cuando Dios había decretado juicio contra
ellos sino se arrepentían.

15 ¿Se han avergonzado de haber hecho abominación? Ciertamente no se


han avergonzado, ni aun saben tener vergüenza; por tanto, caerán entre los
que caigan; cuando los castigue caerán, dice Jehová.
Ciertamente no se han avergonzado: Habían razones verdaderas para que
ellos estuvieran avergonzados ya que estaban deshonrando a Dios, sin
embargo, no lo estaban; “ni aun saben tener vergüenza”: Era como si las
simples funciones de la consciencia estaban dañadas o completamente
quemadas, y no estaban avergonzados de lo que deberían estarlo.
Dios no iba a tolerar la desobediencia del pueblo y los castigaría por su
maldad.

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(Jeremías 6: 8) En estos últimos tiempos, el Espíritu Santo de Dios, ha estado


redarguyendo a muchas personas (creyentes) para que se corrijan. ¿Por qué?
Porque están viviendo en desobediencia delante de Dios, están andando
desordenadamente, no están andando conforme a la sana doctrina de Cristo,
muchos están llevando una vida doble, una vida de hipocresía y Dios les dice
“corríjanse”.
(Jeremías 6: 10) Pero actúan como si estuvieran sordos a la voz del Espíritu
Santo. Dice la biblia: “he aquí que la palabra de Jehová les es cosa
vergonzosa, no la aman”. Aún dentro del mismo pueblo de Dios, hay quienes
desprecian la palabra de Dios y se avergüenzan de ella y no la aman, no les
gusta los mensajes de doctrina, de exhortación, no quieren escuchar los
mensajes que condenan el pecado, solo quieren oír lo que a ellos les gusta.
Iglesia, lo que aconteció en aquel tiempo en el pueblo de Israel, algo
semejante está sucediendo en este tiempo.
(Jeremías 6: 13) Y en este tiempo, también hay engañadores. Hay falsos
profetas, falsos pastores, falsos maestros, falsos obreros porque en el tiempo
de Israel los hubo. (Mateo 24: 11)
Pero también en este tiempo hay apóstatas que están enseñando falsas
doctrinas, están enseñando doctrinas de demonios.
En este tiempo hay muchos engañadores que están propagando el evangelio
de la prosperidad y no le enseñan la verdad al pueblo. (2 Tesalonicenses 2:3)
(Jeremías 6: 14) ¿Cómo están curando en este tiempo muchos líderes del
evangelio las heridas del pueblo de Dios? Con liviandad. Están curando las
heridas del pueblo con un evangelio liberal, moderno, adulterado, de
prosperidad y no le enseñan al pueblo la verdad, sino que los engañan, tan
solo les hablan de prosperidad material, paz, gracia y amor.
Hablan lo que el pueblo quiere oír y lo que a ellos les conviene para sus
intereses y muchos callan la verdad por temor de que la gente se enoje o se
vallan de la iglesia, con tal de tener sus iglesias llenas, porque lo que le
interesa no es el bienestar espiritual del pueblo sino por avaricia.
Se olvidaron enseñarles al pueblo que sin santidad nadie verá al señor, han
tomado la palabra de Dios y han sacado lo que no les gusta, solamente le
ministran a un pueblo, lo que el pueblo desea oír.
Y las heridas hay que curarlas, aunque duela, aunque sientas dolor, pero la
herida se va a sanar (Salmo 107: 20)

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(Jeremías 5: 31) A pesar de que estos profetas y sacerdotes estaban


engañando, lo más desconcertante era que el mismo pueblo que estaba
siendo engañado así lo quiso. Es decir, ellos seguían confiando en estos
profetas, ellos querían seguir viviendo como estaban y Dios dijo: ¿Qué, pues,
haréis cuando llegue el fin? Ellos no iban a estar preparado para cuando
llegara el fin.
¿A cuánto pueblo en este tiempo Dios quiere curarlo y sanar sus heridas?
pero no quieren porque les gusta es oír a los engañadores y se resisten a la
voz del Espíritu Santo, quieren seguir viviendo como están y cuando llegue el
fin ¿Qué harán?
(Jeremías 6: 16) Dios a través del profeta ahora le estaba pidiendo que
volvieran a la senda antigua, al verdadero camino. ¿A qué tipo de pueblo Dios
le pedía volver a la senda antigua? A un pueblo rebelde y corrupto, que no
amaba la palabra de Dios, un pueblo en donde los profetas y los sacerdotes
eran engañadores que curaban las heridas del pueblo con liviandad.
(Jeremías 6: 16) Aquí hay varios detalles que hay que resaltar:
1) “Paraos en los caminos”: La traducción de esta expresión significa
“detenerse en los cruces de caminos”. nos da la idea de que habían varias
opciones por donde transitar, varios caminos, cualquier persona podía
tomar alguno de esos caminos.
El profeta les dice “paraos”, esto equivale a detenerse un momento,
hacer un alto y hacer una observación, porque al haber varios cruces de
camino, seguramente usted tendrá que detenerse para pensar cual es la
mejor opción, cuál es el camino correcto.
2) El segundo punto dice: “y mirad”: nos hace un desafío a examinar
cuidadosamente los caminos, las opciones, si el camino que voy a tomar
es el correcto, significa hacer una valoración, una revisión, un análisis si la
decisión que vamos a tomar es la correcta, ya que existen varios caminos,
varias opciones.
3) Tercer elemento: “Y preguntad por las sendas antiguas”, es hacer una
consulta para saber, para confirmar cual es el buen camino.
La senda antigua es un camino que ya había sido transitado, es el buen
camino, es el camino correcto.

4) Cuarto punto: “Y andad por él”. Es decir, que después de haber


identificado el camino correcto debían de andar por ese camino.

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Ahora bien, ¿Cuál es la senda antigua? Antes de responder esta pregunta,


veamos cómo era Israel cuando andaba en la senda antigua (Jeremías 2: 1-3)
Lo primero que Dios dice: “Me he acordado de ti”
a) Ellos se habían olvidado de Dios, pero Él no los había olvidado. Aquí
vemos la magnitud del amor y la compasión de Dios.
b) Dios le estaba pidiendo a Israel que recordara la época de la primavera
de su relación con Él, cuando ellos le seguían en el desierto, en tierra no
sembrada, ellos le eran fiel y era un pueblo santo a Jehová y Dios se los
recordó. Era un tiempo hermoso, era un tiempo especial. Dios recuerda
con alegría la pasión de aquel pueblo que sentía por el Señor y como le
seguían sin importar nada.
Miremos las características del pueblo de Israel cuando andaba por la senda
antigua.
1) “De la fidelidad de tu juventud” (Jeremías 2:2)
La primera característica del pueblo de Israel cuando andaba en la senda
antigua, es que Israel le era fiel a Dios. Había fidelidad en el pueblo hacía
Dios. Para el pueblo de Israel no había otro Dios sino Jehová y solamente
le adoraban y le servían a Él.
2) “Del amor de tu desposorio (compromiso o promesa matrimonial)”
(Jeremías 2:2) Israel era un pueblo que amaba a Dios. Esta frase es una
analogía tomada de un matrimonio, es decir, el amor aquí mencionado es
el amor que corresponde al de una pareja de enamorados que hacen un
pacto ante una sociedad de permanecer juntos como esposo y esposa.
Jehová recuerda cuando ambos tenían una relación saludable, un pacto
respetado, un acuerdo de amor.
Es como si Dios recuerda los días de luna de miel en esos años de
juventud donde Dios e Israel estaban unidos en amor y lealtad.
3) “Cuando andabas en pos de mí en el desierto, en tierra no sembrada”
En la senda antigua Israel andaba en pos de Jehová. Esto quiere decir:
a) Dios los conducía y ellos le seguían
b) El pueblo estaba completamente dependiente de Él
Sin duda aquel tiempo fue un tiempo especial, un tiempo hermoso para
Dios, porque en aquel tiempo en ese desierto espantoso había fidelidad
del pueblo hacía Dios y le siguieron sin importar que estaban en una
tierra
desierta, seca y despoblada.

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4) “Santo era Israel a Jehová” (Jeremías 2:3)


En aquel tiempo Israel era un pueblo que caminaba en santidad para con
Jehová y Dios así lo recordaba, era un pueblo que había sido apartado y
consagrado para Jehová, ya que Dios había escogido a Israel como pueblo
suyo y para que a través de Israel las demás naciones fueran bendecidas.
5) “Primicias de sus nuevos frutos”.
Israel era un pueblo tan especial para Dios que Él los consideró “Primicias
de sus nuevos frutos”, destinados solo para Dios, nadie más podía
tocarlos
6) Todos los que le devoraban eran culpables; mal venía sobre ellos, dice
Jehová”
Todo aquel que violaba la santidad de esa relación entre Israel y su
pueblo sufría males.
De esa misma forma Israel estaba dedicado y consagrado a Dios, en sus años
anteriores ansiaba complacer a Dios, como su joven esposa.
¿Qué significa volver a la senda antigua?
Volver a la senda antigua significa:
a) Volverse a Dios y serle fiel a Él obedeciendo su palabra
b) Son el camino del arrepentimiento, reconciliación, temor, y amor de Dios
c) La necesidad de la iglesia de santificarse y consagrarse para Dios
d) La necesidad de la manifestación de Dios en la iglesia para dirigir y
bendecir su pueblo
e) Volver al primer amor
Muchos desprecian a las sendas antiguas. Porque lo consideran como
caminos anticuados o fuera de moda.

 En estos últimos tiempos la apostasía ha ido rebosando la iglesia del


señor
 Muchos ministros están curando las heridas del pueblo con liviandad
 Hay muchos engañadores
 El modernismo ha entrado en la iglesia del señor
 Muchos han hecho de la fe una fuente de ganancia
 Muchos creyentes están siendo empujados hacía una prosperidad
materialista y es por eso que muchos están buscando la bendición
material y el dinero y no se preocupan por la salvación de sus almas
 La iglesia se ha vuelto imitadora del mundo.

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Hay una necesidad que la iglesia vuelva a la senda antigua y siga por el buen
camino
¿Cuál es el resultado de andar por la senda antigua, por el buen camino?
“Y hallaréis descanso para vuestra alma” (Jeremías 6: 16)
Todo aquel que siga el camino de Jehová y guarde su palabra, ese hallará
descanso para su alma.
No se deje engañar. La única manera de hallar paz y «descanso para vuestra
alma», es tomar el sendero de Dios.

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