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(Jeremías 6: 11 - 12)
11 “Por tanto, estoy lleno de la ira de Jehová, estoy cansado de contenerme;
la derramaré sobre los niños en la calle, y sobre la reunión de los jóvenes
igualmente; porque será preso tanto el marido como la mujer, tanto el viejo
como el muy anciano”
12 “Y sus casas serán traspasadas a otros, sus heredades y también sus
mujeres; porque extenderé mi mano sobre los moradores de la tierra, dice
Jehová”
Ya que el pueblo de Dios estaba lleno de opresión y maldad y no escuchaban
la palabra del Señor, Dios estaba lleno de ira contra ellos – y estaba cansado
de contenerse. Dios estaba decidido a derramar su ira sino se arrepentían.
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Veamos lo que estaban haciendo los hijos de Israel que habían encendido la
ira de Jehová (Jeremías 6: 13 - 16)
13 Porque desde el más chico de ellos hasta el más grande, cada uno sigue la
avaricia; y desde el profeta hasta el sacerdote, todos son engañadores.
Todos se habían corrompido, desde el más chico hasta el más grande. La
función del profeta era la de llevar el mensaje de Dios al pueblo, los
sacerdotes también tenían la función de enseñar al pueblo los mandatos de
Dios, pero tanto los profetas como los sacerdotes, eran engañadores, pues,
hablaban cosas al pueblo que Dios no había dicho. Ellos hablaban lo que el
pueblo quería oír, hablaban para su conveniencia.
14 Y curan la herida de mi pueblo con liviandad, diciendo: Paz, paz; y no hay
paz. ¿Cómo estaban curando aquellos pastores las heridas del pueblo? Con
liviandad, diciendo: Paz, paz; y no hay paz. Los profetas usaban palabras
suaves para confortar y calmar al pueblo cuando ellos debieron haber sido
advertidos y llamados al arrepentimiento.
Es decir que aquellos profetas y los sacerdotes no estaban hablándoles al
pueblo con la verdad, ellos sabían que el pueblo no estaba bien delante de
Dios, ellos sabían que había desobediencia en el pueblo, sin embargo ellos
callaban eso y engañaban al pueblo diciéndoles mentiras, ellos hablaban lo
que el pueblo quería oír.
Ellos decían: Paz, paz; y no hay paz: Estas eran las suaves palabras de los
falsos profetas, asegurándole a Judá que todo estaba bien cuando en realidad
no lo estaba. Ellos anunciaban paz cuando Dios había decretado juicio contra
ellos sino se arrepentían.
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Hay una necesidad que la iglesia vuelva a la senda antigua y siga por el buen
camino
¿Cuál es el resultado de andar por la senda antigua, por el buen camino?
“Y hallaréis descanso para vuestra alma” (Jeremías 6: 16)
Todo aquel que siga el camino de Jehová y guarde su palabra, ese hallará
descanso para su alma.
No se deje engañar. La única manera de hallar paz y «descanso para vuestra
alma», es tomar el sendero de Dios.