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Dios ha establecido un plan para los hombres y es la salvación y la vida eterna. Dios desea que
todos los hombres sean salvos.
“El cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad”. (1
Timoteo. 2:4)
Primer paso: Es reconocer que Dios le ama y quiere darle vida y paz.
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel
que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna”. (Juan 3:16)
Dios ama la humanidad y como prueba de su inmenso amor, dio a su único hijo para darnos vida
eterna.
a) Que todos hemos pecado y que el pecado ha hecho separación del hombre de Dios
“Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:23)
“Pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados
han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír”
(Isaías 59:2)
¿Qué es el pecado? Es desobedecer los mandamientos de Dios, es infringir las leyes de Dios, el
pecado es rebelión contra Dios.
“Porque la paga del pecado es muerte, más la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús
Señor nuestro” (Romanos 6: 23)
“Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la
muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron” (Romanos 5:12)
Tercer paso: es reconocer que Jesucristo pago el precio por nuestros pecados
Después de la caída del hombre, Dios había creado un plan para salvar al hombre de la muerte,
ese plan de salvación consistía en enviar a su único hijo para que Él pagara el precio que todos
nosotros merecíamos por nuestros pecados. Jesucristo murió por todos nosotros y derramó su
sangre para el perdón de nuestros pecados, para que fuésemos justificados y reconciliarnos con
Dios.
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel
que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna.
Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea
salvo por él”. (Juan 3:16-17)
“Más Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por
nosotros”. (Romanos 5: 8)
“He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” (Juan 1:29)
“Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová
cargó en él el pecado de todos nosotros” (Isaías 53:6)
“Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros
pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a
las Escrituras” (1 Corintios 15: 3-4)
Jesucristo es el único salvador:
“Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en
que podamos ser salvos” (Hechos 4: 12)
“Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia”.
(Juan 10: 10)
Jesucristo es el único camino:
“Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí”
(Juan 14:6)
Jesucristo es el único mediador:
“Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre”
(1 Timoteo 2:5)
Jesucristo es la puerta de la salvación:
“Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos”
(Juan 10:9)
“Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la
perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el
camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan” (Mateo 7: 13-14)
“El que creyere y fuere bautizado, será salvo; más el que no creyere, será condenado”
(Marcos 16:16)
“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no
por obras, para que nadie se gloríe” (Efesios 2:8-9)
“Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá” (Juan 11:25)
“De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no
vendrá a condenación, más ha pasado de muerte a vida” (Juan 5:24)
“El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino
que la ira de Dios está sobre él” (Juan 3:36)
“El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha
creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios” (Juan 3:18)
La fe es un paso importante para la salvación, sin embargo, para obtener la salvación tienes que
hacer algo más que solamente creer:
“Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan” (Santiago. 2.19)
“Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los
pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo” (Hechos 2: 38)
“Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en
nosotros” (1 Juan 1:8)
3. Abandonar el pecado.
“El que encubre sus pecados no prosperará; Mas el que los confiesa y se aparta alcanzará
misericordia” (Proverbios 28:13)
“Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan
de la presencia del Señor tiempos de refrigerio” (Hechos 3:19)
La palabra arrepentimiento viene del vocablo griego “Metanoia” que significa cambio de mente y
actitud. El verdadero arrepentimiento es un cambio de vida, es un cambio en la forma de pensar y
actuar.
“Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento” (Mateo 3: 8)
“De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios”
“Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no
puede entrar en el reino de Dios” (Juan 3:3,5)
Sin arrepentimiento nadie podrá ser salvo.
“Antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente”. (Lucas 13:3)
“Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los
hombres en todo lugar, que se arrepientan; por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al
mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de
los muertos” (Hechos 17:30-31)
“El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para
con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento”
(2. Pedro 3:9)
“Porque no quiero la muerte del que muere, dice Jehová el Señor; convertíos, pues, y viviréis”
(Ezequiel 18:32)
“Más a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos
hijos de Dios”. (Juan 1: 12)
“Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le
levantó de los muertos, serás salvo.
Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación”
(Romanos 10: 9-10)
“A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de
mi Padre que está en los cielos.
Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también le negaré delante de mi Padre
que está en los cielos” (Mateo 10: 32-33)
Aceptarlo como Salvador, es creer que murió en nuestro lugar y que por su sangre derramada,
somos declarados justo.
Aceptarlo como Señor, es aceptarlo como dueño, jefe y gobernante de nuestra vida. Eso
significa obedecerle.
Cuando Jesús llamó a Saulo de Tarso, éste inmediatamente le preguntó: "Señor, ¿qué quieres
que haga?"
(Hechos 9:5-6).
Después de haber escuchado este mensaje del evangelio, si quieres ser salvo y tener la vida
eterna, por favor haz la siguiente oración para recibir a Cristo en tu corazón como Señor y
salvador de tu vida:
Señor Jesús, reconozco que soy pecador. Me arrepiento de todos mis pecados y te pido que
perdones. Confieso con mi boca que Jesucristo es el Señor y creo en mi corazón que Dios lo
levantó de los muertos. Yo te acepto como mi Señor y salvador de mi vida, entra en mi corazón y
has de mí una nueva criatura. Escribe mi nombre en el libro de la vida, amén.