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ENSAYO 1°TOPICA

En la forma que la evolución del individuo progresa se va encontrando con dificultades a lo largo de su camino, los cuales
pondrán a prueba su capacidad de adaptarse a las necesidades y demandas de la vida, en el adaptarse a una sociedad
habrá que dar lo mejor de sí; el problema comienza cuando el sujeto sufre, cuando es un individuo dividido, preocupado,
ansioso y de otros afectos difíciles. Uno de los elementos del problema se llama deseo, una situación deseada o necesitada
contra una situación real – actual. En este sufrimiento se encuentra oculto el deseo o necesidad, para muchas personas
esta necesidad puede tener carácter de desconocido, penoso, insoportable, etc. Esto se complica aún más cuando el sujeto
no puede aceptar su deseo o necesidad por estar en conflicto con ideas en su sistema de creencias, en este ciclo de
necesidad unida a una represión la cual se opone, surge un síntoma o síntomas de diferente índole, por ejemplo un
síntoma físico como u dolor, una incapacidad para lograr algo, etc. En este sentido el sujeto con este esquema de
dificultades tarde o temprano requerirá ayuda, en el mejor de los casos un terapeuta. En psicoterapia analítica será
necesario descubrir la fuente de las motivaciones, de los sufrimientos, de los síntomas que se encuentran en algún lugar
en nuestra mente, puesto que cada individuo representa un figura original fue necesario en su tiempo que el Dr. Freud
estableciera un método de comprensión, análisis y clasificación de este material psíquico, ya que una vez ordenado
permitiera la aproximación a los elementos que dificultan el bienestar de los individuos afectados, los cuales presentaban
un etiología diferente a las explicaciones de la medicina convencional, donde en el siglo XVIII era poco considerado las
causas psíquicas , en contraparte preponderaba la única causa lo fisiológica que dictaba la medicina de ese tiempo.
Después de un difícil trabajo de investigación el Dr. Freud, a pesar de las condiciones políticas y sociales llego a establecer
una sistematización para tratar problemas relacionados con los malestares que la medicina tradicional no tenían una
explicación. Freud establece que existe una instancia en nuestra psique que tiene inscritas o grabadas representaciones
de diferentes naturalezas, en este lugar se encuentra aquello que el sujeto desea, aquello que reprime, envuelto en
defensas y procesos de tipo códigos que contiene un material que constituye un autoconocimiento, un material que
procura la conservación, un material arcaico con representaciones con un significado para cada sujeto, en este lugar se
encuentra una de las vías para lograr la comprensión del sujeto que del mismo modo arroja a la comprensión de sus
sufrimientos y por ende le empuja al logro en la generación de ajustes en la realidad del sujeto, a esta instancia Freud le
llamo Inconsciente. Durante sus descubrimientos formulo la existencia otras instancias que juegan un papel de
interrelación cuya labor era regulada por la tendencia a evitar la acumulación de excitaciones y a mantenerse libre de
estas en lo posible. El objetivo constituye una necesidad de descarga dirigido a una satisfacción lo que conlleva a una
disminución de la tensión, este empuje es representado por Q que es una fuerza constante. Uno de los factores que
interviene es una especie de prohibición llamada represión la cual tiene entre otras funciones guardar un equilibrio del
sujeto, evitando una descarga total que conlleva la muerte, favorece el apego a lo aceptable, juega un papel en la
disminución de la angustia, así como evitar que ciertas representaciones lleguen a la conciencia generando conflictos. Las
necesidades y /o los deseos implican una lógica que desemboca en un extremo motor, es decir una descarga, el proceso
se puede representar primero por un estímulo sensorial, después se inscribe en la huella mnémica, dando una respuesta
motora ( pataleo, agresión, verbalización, etc.) El material de excitaciones afluye al órgano sensorial Cc. desde el sistema
P, cuya excitación es sentida como una serie de cualidades de placer y displacer. La función de la censura asegura las vías
de una sugerencia para conservar al sujeto, protegerle de afectos insoportables, así como de la neurosis incluso de la
psicosis; en otro grado, evita la desga absoluta; esto implica que una situación asociada que la búsqueda del placer sin
límites conlleva al displacer. La huella mnémica se halla inscrita en el sistema Icc., por lo que recordara la sensación de
alguna representación. En la neurosis algo que queda fuera, algo falta, algo que se encuentra en el Icc. Las percepciones
que llegan hasta nosotros dejan en nuestro aparato psíquico una huella mnémica. Al último de los sistemas situados en el
extremo motor le damos el nombre de preconsciente para indicar que sus procesos de excitación pueden pasar
directamente a la consciencia siempre que aparezcan cumplidas determinadas condiciones. En esta lucha de fuerzas Freud
induce el término de Catexia , este duelo de fuerzas desata una economía de energía psíquica que mantiene unidas las
representaciones, como una especie de acuerdo de funcionamiento; por ejemplo en la psicosis esta catexia falla, por lo
que no existe un freno a los deseos, por lo que del desear pasa directo a la descarga motora, en esta dirección se refiere
que los sentimientos rebasando a las ideas es una catexia no suficiente. En el proceso primario la necesidad se va
estimulado mediante la percepción y la descarga se produce de forma inmediata sin la función preconsciente. En el
proceso secundario se observa un retardo en la descarga por medio de una represión, es decir poner límite al principio
del placer por el de realidad. En la psicosis no existe lugar a la represión.

La búsqueda del placer está relacionada con un instinto de conservación natural ligada a una energía pulsional, en este
sentido existen deseos inconscientes. Una forma de conocer esos deseos es la interpretación de los sueños, tal es una vía
de acceso al deseo encubierto. El sueño puede describirse como un discurso latente para cumplir un deseo. No obstante,
los sueños presentan una envoltura, es decir no se presentan de forma literal o directa por que presenta deformaciones,
este proceso es llamado censura, la cual favorece los cumplimientos de las leyes, normas incluso de las propias creencias
(en sentido moral, cívico, social, etc.). A pesar que la censura es necesaria siempre queda algo que no se adapta, que es
una manifestación del inconsciente. La censura también ayuda a permanecer es un estado de tendencia a eliminar el
conflicto. En este sentido el sueño funciona de forma similar a un síntoma, ya que ambos existe un deseo inconsciente. En
ambos procesos encontramos resistencias, procesos que dificultan el acceso. El olvido de los sueños es un proceso de
resistencia; el sueño tiene una importancia real, es decir implica ese “algo que no se tiene”, un deseo insatisfecho. Se
puede decir que existe una variedad de procesos inconscientes que evitan el displacer y tienden a la consecución de placer,
esto es una cantidad de energías que están a cargo de la conservación del sujeto, tales no son conscientes, ya sea en
forma de descargas volitivas e involuntarias, y como una necesidad de no enfrentar diversas situaciones: enfermedades,
olvidos, actos fallidos, lapsus, accidentes, sueños, etc. En los actos fallidos la descarga motora va inmediatamente desde
el estímulo hasta la descarga, es decir toma un atajo rápido hacia la descarga motora.El síntoma funciona de forma similar
al deseo, lo que implica que “algo falta” o “algo incomoda”, siento esta representación un emisario de lo inconsciente: un
mensaje que algo no está completo. El sueño presenta un contenido alucinatorio de pensamiento lo que constituye la
necesidad de descarga, el desear termina en alucinar, entonces el sueño semeja una válvula de escape proporcionando
satisfacción al Icc. La Psicología de los procesos oníricos es una forma de acceso al inconsciente, el sueño es una de las
manifestaciones de lo reprimido; Pero también “la interpretación onírica es la vía regia para el conocimiento de lo
inconsciente en la vida anímica” (FREUD). En esto nos encontramos con diversas dificultes, por ejemplo que la represión
ejerce una fuerza en oposición la satisfacción del deseo, otra dificultad en el análisis es el olvido de los sueños que son
sometidos por la censura, la cual con esfuerzo pueden emerger en representaciones que se hallan asociadas y enlazadas
con el contenido al que sustituyen sirviendo para mostrarnos el camino que conduce a este contenido, el cual puede ser,
a su vez, sustitución de otro. La deformación de los sueños implica una resistencia a la penetración analítica. En la
deformación del sueño se encuentra el acceso al significado. Todo aquello que interrumpe el progreso de la labor analítica
es una resistencia. En ocasiones solo se tendrán fragmentos, pero estos forman parte de una asociación, una yuxtaposición
de las ideas latentes llenas de significado, de esta forma podemos rastrear ya sea mediante la asociación libre, mediante
el uso de la memoria, así pedirle al paciente que evoque algún elemento que se encuentre en su psique, ya sea una imagen,
una palabra, algo, esta cadena de asociaciones permitirá llegar a las representaciones y a las ideas latentes que para el
sujeto tiene gran contenido y significado. En el olvido nos proporciona una prueba convincente de la naturaleza
tendenciosa puesto al servicio de la resistencia. Freud describe literalmente: “Sucede muchas veces que en medio de la
labor de interpretación emerge un fragmento del sueño, que hasta el momento se consideraba como olvidado. Este
fenómeno onírico arrancado del olvido resulta ser siempre el más importante y más próximo a la solución del sueño, razón
por la cual se hallaba más expuestos que ningún otro a la resistencia” (1). El sueño se comportaba aquí en la misma forma
que los síntomas neuróticos. La deformación de los sueños depende de la resistencia. El estado de reposo hace posible la
formación de los sueños, disminuyendo la censura. Las ideas latentes, toda asociación y todo chiste, por lejanos y forzados
que sean, pueden constituir el puente entre dos ideas. Siempre que un elemento psíquico se halla unido a otro por una
asociación absurda superficial existe al mismo tiempo entre ambos una conexión correcta y más profunda. Freud describe:
“Cuando solicito de un paciente que suprima toda reflexión y me comunique aquello que surja en su cerebro presupongo
que no puede prescindir de las representaciones finales relativas al tratamiento y me creo autorizado a concluir que todo
lo que puede comunicarme, por inocente o arbitrario que parezca, se halla en conexión con su estado patológico”(2).Las
representaciones sufren una deformación por medio de la censura. Según la definición de Aristóteles es: el sueño es la
continuación del pensamiento durante el reposo.

Respecto al deseo, los primeros estímulos que a él llegaron fueron los correspondientes a las grandes necesidades
físicas. La excitación provocada por la necesidad interna buscará una derivación en la motilidad, derivación que
podremos calificar también de expresión de las emociones. El niño hambriento grita y patalea; pero esto no modifica en
nada su situación. La situación continuará siendo la misma hasta que por un medio cualquiera en el caso del niño, por un
auxilio ajeno se llega a la experiencia de satisfacción, que suprime la excitación interior. En cuanto la necesidad resurja,
surgirá también la relación establecida y aprendida, es decir un impulso psíquico que cargará de nuevo la imagen mnémica
de dicha percepción y provoca nuevamente la descarga, estos es, que tenderá a reconstituir la situación de la primera
satisfacción, tal impulso es lo que calificamos de deseo. El acto de pensar no es otra cosa que el deseo alucinatorio. En las
psicosis se muestra una incapacidad para la satisfacción las necesidades relacionadas con el mundo exterior. El deseo
actúa como única fuerza impulsora del sueño, así mismo un recuerdo una vez evocado resucita y se muestra cargado de
excitación, la cual se crea una derivación motora en un ataque. Precisamente es éste el punto en el que la psicoterapia
inicia su actuación hacia crear un olvido para los procesos inconscientes; Esta labor es dirigida por lo preconsciente y la
psicoterapia no tiene otro camino que el de someter al Inc. al dominio del Prec., pero esto no llega a ser total ni aun en
perfectos estados de salud psíquica. La medida de este sometimiento nos revela el grado de nuestra normalidad psíquica.
La aparición de síntomas neuróticos constituye una indicación de que ambos sistemas se hallan en conflicto, pues
asignamos así que el síntoma ha sido creado precisamente para evitar el desarrollo de angustia. El descubrimiento de
las ideas latentes ocultas ha confirmado, en general, que el sueño continúa los estímulos e intereses de la vida despierta.
Estas ideas latentes no se ocupan sino de aquello que no parece importante y nos interesa poderosamente. El sueño
constituye para el alma una especie de válvula de seguridad, cuando esta busca su necesidad se constituye formaciones
y transacciones que buscan expresión verbal para las ideas preconscientes que aparecen como modos de la equivocación
oral.

La acumulación de la excitación conforme a aspectos de los que no tenemos por qué ocuparnos es sentida como displacer
y pone en actividad al aparato para atraer nuevamente la satisfacción, en el que la disminución de la excitación es sentida
como placer. Tal corriente parte del displacer y tiende hacia el placer, es lo que se denomina un deseo y sólo un deseo
podía ser susceptible de poner en movimiento el aparato. La excitación entonces es regulada automáticamente por las
percepciones de placer y displacer. El primer deseo debió de ser una carga alucinatoria del recuerdo de la satisfacción.
A consecuencia del principio del displacer resulta totalmente incapaz el incluir algo desagradable en la coherencia mental.
Este sistema no puede hacer sino desear.

Hay dos clases de inconsciente, una de ellas el Inc., incapaz de consciencia, mientras que la otra, el Prec., ha recibido este
nombre porque sus excitaciones pueden llegar a la consciencia, aunque también adaptándose a determinadas reglas y
quizá después de vencer una nueva censura, pero de todos modos sin relación ninguna con el sistema Inc. Describimos
las relaciones de la sistemas entre sí donde el sistema Prec. aparece como una pantalla entre el sistema Inc. y la
consciencia. El sistema Prec. no sólo cerraba el acceso a la consciencia, sino que domina el acceso a la motilidad voluntaria
y dispone de la emisión de una carga de energía psíquica móvil. Veremos que una represión adecuada termina en una
renuncia perjudicial a la coerción y al dominio anímico, recayendo mucho más fácilmente sobre los recuerdos que sobre
las percepciones, pues los primeros carecen del incremento de carga provocado por la excitación de las sensaciones. Las
ideas rechazables no se hacen conscientes unas veces por la represión pero otras pueden no hallarse reprimidas, sino
haber sido sustraídas a la consciencia por otras causas. Estos son los indicios de que la terapia se sirve para solucionar las
represiones. En psicopatología de la vida cotidiana se describe que los afectos como el miedo impiden recordar, por lo
que el afecto implica como una forma de evadir. Las personas olvidan ya que al recordar pueden enfrentarse a un conflicto,
pensamientos, sentimientos desagradables o indeseados. En psicoterapia será necesario acceder al inconsciente,
mediante diversos métodos como la asociación libre, vencer las resistencias u otras más logrando que el sujeto se haga
consciente de su conflicto para solucionarlo. El acceso al Icc. permite ver la necesidad de la realización de un deseo, y una
de las formas que podemos observar los procesos del Inc. es mediante los sueños, equivocaciones orales (intercambio de
conceptos, anticipación de, eco, contaminación, sustitución), errores en lectura y escritura, olvidos en las impresiones o
propósitos, torpezas de termino erróneo, actos fallidos, actos casuales o sintomáticos, olvidos por recuerdos erróneos,
fenómenos de superstición. Estos supuestos errores tienen una función útil la cual evita un vínculo con lo desagradable
o insoportable con alguna cuestión conflictiva incluso dolorosa, los olvidos tienen una connotación sexual, pero también
evitan una perturbación momentánea; en los olvidos de conocimientos se puede señalar que tienden a evitar situaciones
difíciles, evitar afectos o evitar un desequilibrio afectivo. Cada olvido también permite suprimir algún afecto o situación
desagradable que tiene una concordancia con la experiencia vital del sujeto, con similitud al síntoma cual permite evitar
algo. Las equivocaciones orales emiten una expresión de un deseo. Respecto a los lapsus se describe como una confesión
involuntaria habilitado por un deseo. Los olvidos de los propósitos tiene el objetivo de entrar en la inacción. Los actos
fallidos esconden una satisfacción de por medio. Otros aspectos que surgen del Icc. son las limitaciones físicas por ejemplo
de accidentes que tiene la finalidad de la evitación de un conflicto o una penalización. En términos del Dr. Freud describe
que las equivocaciones expresan la verdad. Es decir donde se falla se acierta. En ocasiones la enfermedad es sugerida por
el Icc. como una organización. Freud destaca la importancia del inconsciente como un proceso de ocurrencia espontanea
con la cual muchas figuras intelectuales y artísticas generaron creaciones originales y productivas. Para finalizar expongo
que una vez que las representaciones del Icc. son puestas en un significado consiente mediante la terapia analítica
procuraran una descarga dirigida al deseo regulado por el principio de realidad, posiblemente pasando por una
sublimación o por un proceso positivo creador, lo que se traduce en un deseo cumplido y una satisfacción obtenida.

Por Gerardo Oziel Pérez Aguilar


(1). (2): La interpretación de los sueños; S. Freud.

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