Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
1 briografia de da vinci
A pesar de que su padre se casaría cuatro veces, sólo tuvo hijos (once en total,
con los que Leonardo entablaría pleitos por la herencia paterna) en sus dos
últimos matrimonios, por lo que el pequeño Leonardo se crió como hijo único. Su
enorme curiosidad se manifestó tempranamente: ya en la infancia dibujaba
animales mitológicos de su propia invención, inspirados en una profunda
observación del entorno natural en el que creció. Giorgio Vasari, su primer
biógrafo, relata cómo el genio de Leonardo, siendo aún un niño, creó un escudo
de Medusa con dragones que aterrorizó a su padre cuando se topó con él por
sorpresa.
Consciente del talento de su hijo, su padre le permitió ingresar como aprendiz en
el taller de Andrea del Verrocchio. A lo largo de los seis años que el gremio de
pintores prescribía como instrucción antes de ser reconocido como artista libre,
Leonardo aprendió pintura, escultura y técnicas y mecánicas de la creación
artística. El primer trabajo suyo del que se tiene certera noticia fue la construcción
de la esfera de cobre proyectada por Brunelleschi para coronar la iglesia de Santa
Maria dei Fiori. Junto al taller de Verrocchio, además, se encontraba el de Antonio
Pollaiuolo, en donde Leonardo hizo sus primeros estudios de anatomía y, quizá,
se inició también en el conocimiento del latín y el griego.
Joven agraciado y vigoroso, Leonardo había heredado la fuerza física de la estirpe
de su padre; es muy probable que fuera el modelo para la cabeza de San Miguel
en el cuadro de Verrocchio Tobías y el ángel, de finos y bellos rasgos. Por lo
demás, su gran imaginación creativa y la temprana pericia de su pincel no
tardaron en superar a las de su maestro. En el Bautismo de Cristo, por ejemplo,
los inspirados ángeles pintados por Leonardo contrastan con la brusquedad del
Bautista hecho por Verrocchio.
Durante los cerca de setenta años que duró su carrera, Miguel Ángel cultivó por
igual la pintura, la escultura y la arquitectura, con resultados extraordinarios en
cada una de estas facetas artísticas; en este sentido superó a los otros dos
grandes maestros del Cinquecento: Rafael Sanzio, centrado casi exclusivamente
en la pintura, y Leonardo da Vinci, tan polifacético y excelso como él pero parco en
realizaciones efectivas. Sus coetáneos vieron en las creaciones de Miguel Ángel
una cualidad, denominada terribilità, a la que puede atribuirse la grandeza de su
genio; dicho término se refiere a aspectos como el vigor físico, la intensidad
emocional y el entusiasmo creativo, verdaderas constantes en las obras de este
artista que les confieren su grandeza y su personalidad inimitables.
La vida de Miguel Ángel transcurrió entre Florencia y Roma, ciudades en las que
dejó sus obras maestras. Aprendió pintura en el taller de Domenico Ghirlandaio y
escultura en el jardín de los Médici, que habían reunido una excepcional colección
de estatuas antiguas. Dio sus primeros pasos haciendo copias de frescos
de Giotto o de Masaccio que le sirvieron para definir su estilo.
3 biografia de Alberti
Génova, 1404 - Roma, 1472) Arquitecto, teórico del arte y escritor italiano. Alberti
fue, con Leonardo da Vinci, una de las figuras más representativas del ideal del
hombre del Renacimiento, ya que reunió en su persona todos los conocimientos y
habilidades de la época: erudito, humanista, escritor, arquitecto, escultor, pintor,
cortesano y hombre de mundo.
En Florencia, Alberti trabajó como arquitecto para la familia Rucellai, con obras
como el palacio Rucellai y el templete del Santo Sepulcro, que basan la belleza en
la exactitud geométrica de las proporciones. En la primera de estas obras, Alberti
combinó la geometría con la superposición de los órdenes clásicos, creando un
modelo muy imitado de palacio renacentista. También se le debe la fachada de la
iglesia gótica de Santa Maria Novella, en la que unió el característico taraceado de
mármoles toscano a la sugestión de las figuras geométricas.
En Roma, adonde se trasladó por deseo expreso del papa Nicolás V, redactó De
re aedificatoria, un completo tratado de arquitectura en todos los aspectos teóricos
y prácticos. Posteriormente se desplazó a Rímini, donde construyó el Templo
Malatestiano, y a Mantua, donde se le deben las iglesias de San Sebastián y San
Andrés.
Estas obras, que constituyen la síntesis de sus criterios arquitectónicos, se
convirtieron, junto con las de Brunelleschi, en los grandes modelos del arte
constructivo renacentista. Leon Battista Alberti también escribió un tratado sobre la
escultura (De statua) y algunas obras de perspectiva y matemáticas.